Un estudio de la “Philosophía Vulgar” de Juan de Mal Lara

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Un estudio de la “Philosophía Vulgar” de Juan de Mal Lara1 Sabrina Lucciola y Alberto Moretti (Università degli Studi di Milano)

RESUMEN En este artículo proponemos un breve estudio de “La Philosophía Vulgar” de Juan de Mal Lara, finalizado a resumir las argumentaciones elaboradas por los académicos Inoria Pepe Sarno y José-María Reyes Cano. Enseguida, presentaremos de paso los antecedentes paremiológicos de “La Philosophía Vulgar” y por último centraremos nuestra perspectiva en la figura de Marcial, que nos ha llamado la atención durante el proceso de lectura del refranero. Palabras Clave: Mal Lara, Philosohía Vulgar, paremiología, antecedentes, Marcial.

ABSTRACT In the following article we will offer a brief study of the “Philosophía Vulgar” by Juan de Mal Lara, in order to summarize the argumentations analyzed by the academics Inoria Pepe Sarno and José-María Reyes Cano. Then, we will present the paremiological antecedents of the “Philosophía Vulgar” and finally we will fix us in the figure of Martial, that interested us during the process of reading of this collection. Key Words: Mal Lara, Philosophía Vulgar, paremiology, antecedents, Martial.

1. Organización interna de la “Philosophía Vulgar” y los temas que en ella se tratan. La estructura interna de la obra maestra de Mal Lara es relativamente simple. La obra entera consta de un millar de refranes organizados en diez centurias; dentro de cada una el orden es muy cercano al alfabético siguiendo la primera palabra de cada refrán, pero muchas veces este método se rompe. Además, un rasgo de la estructura de la obra que nos ha llamado la atención, es que cada centuria consta de cien refranes, un número perfecto; este aspecto formal y cuantitativo nos hace pensar en el Decameron del italiano Boccaccio que en la época en la que se inserta Mal Lara fue censurado por la Inquisición, aunque el sevillano podía tener en su biblioteca una edición, quizás una princeps traducida al castellano. Dicha colección de novelle se divide en diez 1

Agradecemos a la profesora Maria Rosso por haber leído pacientemente las páginas de este artículo.

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“Giornate” y cada una consta de diez cuentos breves, otro número perfecto. ¿Sería una coincidencia? No queremos contestar a esta pregunta, ni tampoco deseamos ahora profundizar este factor que al parecer es interesante, sobre el que quizás se podrían desarrollar distintas investigaciones. Al mismo tiempo, cada centuria presenta una unidad temática; se puede notar que las primeras dos centurias tratan refranes religiosos en los que aparece el nombre de Dios u otros términos que se refieren al campo semántico de la doctrina católica. A partir de la tercera centuria se tratan las cuestiones que tienen que ver con la relación entre marido y mujer, los hijos, el matrimonio, las tareas domésticas, etc. La sexta y la séptima centuria se ocupan de refranes que siguen la misma linea de las secciones previas, aunque en estas dos se tratan proverbios conectados con los parientes en sus distintas categorías. La parte octava y también la novena analizan detenidamente el problema relativo a los hijos y por último, la décima centuria se ocupa de proverbios de vario tipo, hay una mezcla de todo, y quizá el tema que más recorre en esta sección sea el de las virtudes que hacen bueno o malo a un hombre o a una mujer.2 Como acabamos de enunciar, en la obra Mal Lara trata muchísimos temas, muy variados entre ellos. En los preámbulos el autor intenta hacer una clasificación de los asuntos que tratará en su refranero haciendo referencia a los antecedentes de “La Philosophía Vulgar”, que presentaremos enseguida en este artículo. En primer lugar, uno de los temas más relevantes de la obra es Dios, la Iglesia y la religión católica. En este campo el sevillano se mueve con mucha cautela porque, sin duda alguna, no quiere contrastar las decisiones tomadas por el Concilio de Trento que se cerró cinco años antes de la publicación de esta obra. Al mismo tiempo éste es un tema que le interesa de verdad, en particular relata la relación entre el pueblo y la fe y en varias ocasiones confesó e hizo un verdadero acto de fe sometiéndose a la Santa Iglesia, como desprendemos gracias a este pasaje: Dos cosas suplico al los lectores que tengan, en esta mi obra, por sabidas: que todo quanto aquí esrivo, lo escrivo con aquella intención y propósito que deven tener todos los que sacan obras a la luz, que es lo uno subjetarse a la correctión de nuestra Santa Madre Yglesia Cathólica Romana y entenderlo todo y en cada parte como ella lo tiene mandado

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J. Luis Pintos, ¿Un Montaigne español? Esbozo para un estudio de sociología de la moral del siglo XVI español: Juan de Mal Lara y su “Filosofía Vulgar”, Agora: papeles de filosofía, 4, 1984, pp. 183-200.

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por sus sanctos derectos y concilios que se tenga y crea, sin aver otro entendimiento que contradiga a éste, porque éste es y deve ser el último en todos nuestros propósitos.3

Hemos notado que este tema se enlaza con el problema de la raza, una cuestión muy popular en la época del Siglo de Oro, por la presencia simultánea, en territorio español, de las tres religiones: judía, católica y musulmana. Ya a partir de la Edad Media y con el reinado de los Reyes Católicos, se divulgaron en todo el país las leyes que tenían que ver con la limpieza de sangre. Con éstas se indicaba que los cristianos poseían la pureza de sangre y sólo ellos podían acceder a cargos oficiales de la Monarquía o de la institución eclesiástica, mientras que, los que profesaban las otras dos religiones fueron expulsados mediante una serie de decretos, eran puestos al margen de la sociedad de la época. En su obra Mal Lara no duda en afirmar que hay que guardarse del judío, como nos confirma el siguiente refrán: El villano, si a palos lo tratan, está muy manso; si lo favorescen, nadie se podrá valer con él. Dizen Al villano dalde el pie y tomará la mano. Son los favores indiferentes, que en unos son malos y en otros son buenos; pues de tal villano me guarde Dios que con el favor se hincha. Y de judío atrevido. Ya no corre esta moneda, porque los Reyes Cathólicos echaron a los judíos de Hespaña, y si alguno se atreve, aparejada le está la pena. Pero con todo esso, dígase el refrán entero, porque si algún atrevimiento es dañoso es el del judío, que se atreve a la honra y a los dineros. (1-87)4

Pues, en este refrán Mal Lara mantiene una ideología totalmente conservadora admitiendo su espiritu antijudaista. En la primera centuria, como ya hemos anticipado, se desarrolla el tema religioso, se menciona a Dios y también otros términos relacionados con el mundo de la religión. Mal Lara estaba persuadido de la rectitud de la philosophía tridentina y la comparte plenamente como nos muestra en este caudal de refranes; en la vida cotidiana del hombre siempre tenemos una intervención de Dios, el vulgo le reza, le invoca mediante unas oraciones (deprecativa e invocativa), se pone en las manos divinas, se deja guiar por Él. Por lo que atañe a la Iglesia, los comentarios propuestos por Mal Lara presentan situaciones reales de su entorno sin abordar los temas más comprometidos. Analiza detenidamente las prácticas religiosas de sus ciudadanos sevillanos, en las glosas cita a personajes presentes en las Escrituras, admite la necesidad de ayudar al prójimo. Sin 3

J. De Mal Lara, La philosophía vulgar, Edición de Inoria Pepe Sarno y José-María Reyes Cano, Catedra, Madrid, 2013. 4 Ivi

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embargo nos relata también cuáles son los vicios que circulaban en su sociedad, destacando de esta manera las malas costumbres religiosas que estaban difundidas justo en aquella época. Entre éstas destaca la omnipresencia del egoísmo, el hombre mira solo a sus propias ganancias y roga a Dios para que le ayude en los intereses personales, además, si el hombre se encuentra en dificultad por una causa cualquiera, empieza a rezar a Dios y después de haber recibido su ayuda se olvida de Él, como si no hubiera mediado, (2-100). Crítica a los nobles con la cruz en el pecho y su actitud hipócrita, los villanos que engañan a Dios con sus buenas palabras y oraciones. Presentando estas actitudes contrariadas y claramente interiorizadas por parte del pueblo, Mal Lara no quiere abordar temas teológicos, sino subrayar el pleno desinterés del pueblo hacia la religión. Este desinterés, sin lugar a dudas, deriva de las autoridades eclesiásticas; de hecho el hispalense, en sus refranes, tiene la posibilidad de críticar las obligaciones de los clérigos en el ámbito de la Iglesia: por ejemplo algunos sacristanes abrevian el discurso de la misa, incluso las oraciones, porque desean irse a casa, como se nota a lo largo del refrán “Dar con la peronia”: En las fiestas que los oficios han sido largos, tienen los clérigos gana de irse a su casa. El preste, en la missa, dexa de cantar el Pater Noster, y dize Per omnia secula, y assí paresce que, para acortar razones, se dixo el refrán. (1-75)5

Otros, en cambio, entran en la institución eclesiástica y en comunidades religiosas sin válidas motivaciones y lo hacen sólo con el objetivo de pasar una buena vida sin compromisos relevantes. Mal Lara se dirige, en ciertos refranes, a la relación que los clérigos mantienen con la sociedad: por ejemplo, si deben pagar los diezmos encuentran unas escusas para no conferir limosna, otros intentan lisonjear a una mujer con la presencia también del marido. Un tema al que queremos dedicarnos plenamente, por motivos de estudio y formación presonales, es la mujer, el matrimonio, los hijos y el conjunto familiar. Mal Lara confiere una gran importancia a la familia, la considera como el núcleo más importante de la sociedad. Según la concepción del hispalense la familia es arcaica y patriarcal en la que el pater familias detiene la honra y la renta de su propia familia; el poder del hombre recae en primer lugar sobre la mujer:

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Ibidem, p. 3

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Castigarla y hacerla obediente [...], que no recibamos tanta pena con su castigo como con su libertad y soltura, si aquella soltura avía de ser causa de su perdición y deshonra de sus parientes y más del marido. (3-74)6

Pues, nosotros consideramos que este comentario no necesita una mayor explicación, dado que se entiende perfectamente la posición de Mal Lara respecto a la figura de la mujer en su periodo. Mal Lara, en sus glosas, dicta algunas reglas de conducta de la mujer: no tendrá que ponerse ropa elegante o maquillarse o adornarse con joyas, no debe teñirse el pelo para aparecer mucho más joven, en este sentido debe mantener su naturaleza, debe mostrar parsimonia en el beber y en el comer. Debe someterse totalmente a su marido, tiene que acostumbrarse a sus tanto buenas como malas acciones, a modo de ejemplo: tener relaciones sexuales y amorosas con otras mujeres a la vez, ser colérico, mézquino o celoso, borracho. La mujer debe agradar a su marido, necesita afeitarse de vez en cuando, componerse honestamente, debe permanecer en casa para no hundir la honra que detiene el hombre. Respecto a este último particular, es necesario afirmar que la mujer está obligada a quedarse en casa cumpliendo los deberes de su estado, los deberes que tienen que ver con el gobierno doméstico: limpiar, criar a los hijos, cocinar, bordar y claramente rezar a Dios. Además, la mujer efectivamente tiene la posibilidad de salir de su casa solamente tres veces en su vida: primero, cuando la bautizan, cuando se casa con su marido y cuando la entierran, aunque este último rasgo parecería irónico. El lector de la PV7 se habrá dado cuenta de la concepción misógina de la mujer que encarna Mal Lara, cuya herencia es tipicamente medieval; el marido se porta de manera cruel hacia su mujer, y se muestra muy autoritario. Sin embargo, Mal Lara en sus glosas no solo da consejos a los hombres para que guarden a sus mujeres mostrando de esta manera una actitud machista, sino que a veces crítica a los hombres, los cuales dejan los oficios más pesados a las mujeres, mientras ellos se quedan tras el fuego bebiendo y jugando en las tabernas: [...] Porque [el hombre]deve partir los officios y dexe el hogar y casa a que lo guarde la mujer y él vaya a ganar, no como en las aldeas de Castilla y otras partes, que las mujeres van a arar y a sembrar, y ellos guardan la casa y están jugando y beviendo en las tavernas, cosa, por cierto, digna de ser castigada por los reyes. (5-99)8

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Ibidem, p. 3 A partir de este momento indicaremos “La philosophía vulgar” con la sigla PV Ibidem, p. 3

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Hemos podido notar que en este refrán que acabamos de mencionar, se ve una clara referencia a uno de los grandes ensayistas del siglo de las Luces, es decir, Gaspar Melchor de Jovellanos, el cual escribía, en uno de sus informes, que remitimos aquí abajo, que las mujeres no pueden hacer trabajos arduos y pesados porque se trata de un genero débil; desde una óptica pragmática Jovellanos empuja al gobierno para que tome en consideración a las mujeres para “Santificarla con las leyes” 9, y es necesario que sean los hombres los que se dedican al desarrollo de estos oficios: Ni creamos que éste fue privilegio de las edades que llamamos de oro, sólo existentes en la imaginación de los poetas. A pesar de la alteración que la literatura y el comercio han causado en nuestras ideas y costumbres, tenemos en el día muchos ejemplos con que confirmar esta verdad. Yo conozco, y todos conocemos, países, no situados bajo los distantes polos, sino en nuestra misma península, donde las mujeres se ocupan en las labores más duras y penosas; donde aran, cavan, siegan y rozan; donde son panaderas, horneras, tejedoras de paños y sayales; dónde conducen a los mercados distantes, y sobre sus cabezas, efectos de comercio; y en una palabra, donde trabajan a la par del hombre en todas sus ocupaciones y ejercicios. Aún hay algunos en que nuestras mujeres parece que han querido exceder a las de los pueblos antiguos. Entre ellos el oficio de lavanderos se ejercía casi exclusivamente por los hombres. ¿Puede haber otro más molesto, más duro, más expuesto a incomodidades y peligros? Pues este ejercicio se halla hoy a cargo de las mujeres exclusivamente en las cortes y grandes capitales, esto es, donde se abriga la parte más delicada y melindrosa de este sexo. ¿Dónde, pues, está la desproporción o repugnancia del trabajo con las fuerzas mujeriles? Yo no negaré que existe la idea de esta repugnancia, pero existe en nuestra imaginación, y no en la naturaleza. Nosotros fuimos sus inventores, y no contentos con haberla fortificado por medio de la educación y la costumbre, quisiéramos ahora santificarla con las leyes.10

Es verdad que los dos autores pertenecen a dos épocas muy diferentes entre ellas, sin embargo se puede trazar la concepción de la mujer a lo largo de varios siglos; en la literatura moralista de la Edad Media se nota claramente una valorización misógina del genero femenino; ésta ideología perdurará en parte a lo largo de los dos siglos de oro y lo podemos confirmar mediante los comentarios que el sevillano añade a sus proverbios. Lo que sorprende en Mal Lara, es que un humanista como él no admite la necesidad de un proceso de instrucción y formación al que deben someterse las mujeres y por lo tanto es como si el sevillano no se hubiera dado cuenta del cambio repentino de la sociedad. A la instrucción podían acceder solamente los hombres, el genero femenino se dedicaba 9

G. Melchor de Jovellanos, texto extraído de Obras publicadas e inéditas de don Gaspar Melchor de Jovellanos, edición de Cándido Nocedal, Biblioteca de Autores Españoles, Madrid, Rivadeneyra, 1859. 10 Ivi.

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a las tareas domésticas. A partir del siglo de la ilustración tenemos un cambio radical de la ideología previa, que se enfrentará con los debates de los ensayistas del siglo XVIII, los cuales revindicaban la importancia de la instrucción de las mujeres. El primer escrito a favor del genero débil remonta a 1726, bajo el título de La defensa de las mujeres, cuyo autor es Fray Benito Jerónimo de Feijoo, el fundador del genero definidor de la ilustración, es decir, el ensayo. Tras la publicación de este escrito, se dará lugar a unos debates interminables que durarán durante todo el siglo. Pues, al final, tratando el tema de la mujer Mal Lara se dirige principalmente a los hombres que tienen que prestar atención a sus mujeres, sin dejar que sean enagañados por éstas. Habría muchos otros detalles que tratar sobre el tema de la mujer en la PV, como la educación de las niñas y de los niños que en parte constituye un pequeño tratado pedagógico, la presencia de los ayos en el proceso educativo, el respecto de los jóvenes hacia los padres o tutores, etc., pero las reducidas páginas de este artículo nos impiden añadir otras informaciones. Mal Lara en su PV muestra un fuerte interés hacia el hombre y la sociedad en la que vive. La alabanza de la ciudad de Sevilla, es decir, su lugar de nacimiento, ocupa parte de las glosas. Sevilla es una gran ciudad, la mejor respecto a las otras que se hallan en toda España, el hispalense pone de relieve todas las riquezas que circulaban en su periodo en la ciudad, la gran cantidad de mercaderías que se vendían y compraban, que aumentaba el caudal económico de Sevilla.11 Sin embargo, este elogio no estará presente en todas las glosas que se refieren al ámbito urbano, visto que en muchas Mal Lara relata un pueblo hambriento, dominado por la pobreza la cual incita al robo u otras maldades, caracterizado por desniveles sociales y los problemas sociales graves como: prostitución, robos, mendicidad y delincuencia. Si leemos con cierto cuidado los comentarios de los refranes, destacaremos que Mal Lara afirma que la ciudad estaba repleta de pícaros que deseaban trepar en la escala social escondiendo la propia identidad, con el objetivo de tener éxito en esta empresa; por ejemplo el vestido es un medio para ocultar la verdadera personalidad, sirve a los pícaros para fingir, porque mientras en algunas ciudades hidalgos, caballeros, oficiales tienen un traje conocido, en 11

En este periodo Sevilla se definía con el apodo “La Nueva Roma” por su riqueza tanto material como intelectual. Era una ciudad que gozaba de un buen puerto; los veleros importaban oro, plata y otros minerales preciosos de las Indias. De todas formas Sevilla constituía el centro comercial marítimo más importante y flórido de España.

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otras, con tal que uno se vista de seda, encubre su “ruin linage [...] y lo tienen por cavallero”12 engañando a los demás. De ahí que podamos considerar un motivo que recorre a lo largo de la literatura española barroca, es decir, el de la apariencia engañosa y que, sin duda alguna, se inserta perfectamente en este tema prectamente costumbrista que estamos tratando. Mal Lara en muchos de sus refranes, nos cuenta, mediante una unidad narrativa, en concreto un cuentecillo donde el o los protagonista(s) se ponen un disfraz ocultando la propia personalidad y naturaleza, admiten tener una falsa identidad, y lo admiten siempre, dado que a lo largo de la narración llega un momento en el que la máscara cae y se descubre el desengaño. Lo mismo lo podríamos notar con la figura de los médicos. En aquella época los médicos no se consideraban como buenas personas, pues tendríamos una connotación negativa de los médicos y ésto aparece directa y claramente en las glosas de Mal Lara.13 Estos personajes se consideran como verdugos muy bien pagados puesto que se precian de dar salud al hombre enfermo mientras que achacan la muerte a Dios. Enseguida, Mal Lara afirma que la medicina es una “sciencia a que todos los más de los charlatanes se atreven”14 y los médicos son simplemente hombres que no tienen letras, cordura, experiencia, edad ni dineros con que dilaten las curas. La crítica del humanista no sólo se refiere a los médicos, sino también a otras profesiones como los legistas, canonistas, escribanos y sacristanes que con sus latines engañan al pueblo, el cual no comprendía la lengua latina y daba ingentes sumas de dinero a estas malas personas que, de vez en cuando, se aprovechaban de la situación. Después de haber esbozado estas líneas que tienen la función de explicar, de paso, el tema relativo al ambiente urbano y sociedad del tiempo de Mal Lara, el lector de la PV notará la caracterización costumbrista que hace surgir el sevillano. Se trata de un costumbrismo polémico visto que Mal Lara marca los aspectos negativos del mundo real que le rodeaba.

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Centuria IX, 96. Véase Centuuria IX, 47. Aquí la maldad del médico se muestra mediante una fábula esópica, es decir, fábula 57, “La vieja y el médico”. Mal Lara, respecto a Esopo, aportó unas variantes. 14 Centuria X, 63. 13

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2. Sobre los antecedentes paremiológicos de la “Philosophía Vulgar”. Mal Lara, como ya hemos dicho en el párrafo anterior, se clasifica como uno de los grandes humanistas españoles que vivieron a lo largo de la segunda mitad del siglo XVI. La función principal de los humanistas de este periodo es la de recoger todas las obras clásicas, de nuestros antepasados, los poetas, autores y filosofos griegos y latinos y hacer un trabajo de elaboración literaria, adapatando la obra a la época en la que se insertan dichos humanistas. Siendo Mal Lara un verdadero hombre de letras, también gracias a la influencia del padre Diego de Mal Lara, un “pintor de opinión” 15, en su biblioteca tenía supuestamente una multitud de volúmenes que recorren de manera trascendente las épocas de la literatura española e incluso extranjera. En este párrafo no tenemos la intención de investigar sobre las fuentes de su obra maestra, porque el lector notará claramente que en las glosas que acompañan los mil refranes se citan muchísimas obras y autorictates, que sería imposible analizarlas detenidamente. Por tanto fijaremos nuestra atención en el analisis de los antecedentes de la PV que pertenecen al genero paremiológico. Uno de los antecedentes atendibles, del que deriva la mayor parte de los proverbios que podemos leer a lo largo de la PV es el refranero del Comendador Griego, es decir, Hernán Núñez16 con el título de: Refranes o proverbios en romance. Esta obra se pubicó inacabada en 1555, se trata de un listado de refranes organizados por orden alfabético sin la presencia de las glosas. Después de la muerte del maestro, sus discipulos querían completar la obra entera y en los preámbulos Mal Lara crítica a sus compañeros que no habían establecido un verdadero orden de elección de estos refranes; simplemente se preocupaban por rellenar páginas, para crear una obra gruesa y consistente a nivel físico. En cambio, el Sevillano elige los proverbios adoptando un críterio moral, visto que estamos en pleno periodo de la Contrarreforma, y la Santa Inquisición podría censurar la colección. Mal Lara, recogiendo dichos refranes contenidos en esta obra, añade un comentario, una glosa para poderlos explicar, ejemplifica, aclara un 15

Introducción a La philosophía vulgar, Edición de Inoria Pepe Sarno y José-María Reyes Cano, Cátedra, Madrid, 2013, p. 17. 16 El Comendador Griego se menciona ya a lo largo del prólogo a los lectores que Mal Lara pone justo al comienzo de su refranero. Era su maestro que dictaba clases en la Universidad de Salamanca. De repente Núñez murió dejando inacabada la obra, que completarán sus discipulos, entre los que aparece Juan de Mal Lara.

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determinado concepto, un refrán, valorizando la función pragmática que desempeñan dichos proverbios que quieren influir en la compresión por parte del lector. Queremos destacar parte del título, en romance. Mediante este sintágma, el Comendador Griego quería subrayar que los proverbios estaban escritos en lengua romance y no latina, para una élite de intelectuales del periodo. Además, se nota que los refranes que Núñez (y enseguida Mal Lara) inserta en su obra paremiológica, se difundieron solamente en Castilla, pues tienen una tradición castellana, como nos comunica Mal Lara en el prólogo a los lectores, pertenecen a un caudal oral, se transmitieron de generación en generación y ahora se recogen en una colección. De todas formas, esta obra se considera como la mayor fuente en la que nuestro autor de Sevilla ha concentrado su atención. Entre otras colecciones paremiológicas hay que mencionar El seniloquium que desde hace pocos años se suele atribuir a Diego García de Castro. Como nos sugiere el título, se hace referencia a aquellos proverbios enunciados por los viejos, los eruditos, nuestros antepasados. Se trata de una colección de refranes glosados del último tercio del siglo XV, contiene unos quinientos refranes en lengua castellana y también unas cuatrocientas sentencias en latín. Las glosas tratan un tema jurídico, moral, histórico y anecdótico. El Marqués de Santillana, mucho más conocido como poeta, se dedicó a la escritura de una colección de proverbios, es decir, Los refranes que dizen las viejas tras el fuego. Santillana recogió unos refranes, unos glosados y otros no, los organizó por orden alfabético, en efecto la obra es una lista de refranes tipicamente castellanos. A lo largo del siglo XVI tuvieron mucha popularidad, se imprimieron en 1508 hasta 1542. En el prólogo, el Marqués de Santillana, define que los refranes acomunan el pueblo y las clases sociales elevadas y constituyen una enseñanza, ofrecen consejos prácticos y como siempre en esta época, se percibe la voz moralizadora del autor. Por último presentamos los Adagia de Erasmo de Rotterdam. Sin lugar a dudas, la colección de Erasmo se cosidera como la fuente plausible de Mal Lara; éste, en su biblioteca poseía una copia de los Adagia. La colección se publicó en 1500 con la presencia de 818 refranes y gozó de un gran éxito a nivel internacional, visto que se volvió a publicar en Venecia. Salieron unas cuantas ediciones, y en la que se imprimió 10

en 1533 Erasmo añadió otros proverbios hasta llegar a 4000 y pico. Los refranes de Erasmo están escritos en lengua latina y los pronunciaron los antepasados, personajes del pasado, los autores clásicos. De esta obra Mal Lara recoge el rasgo de las glosas y también la estructura y la disposición de los refranes a lo largo de la colección. De todos modos, muchos críticos literarios que han investigado sobre Mal Lara han confirmado que los Adagia constituyen la verdadera y quizás la primaria fuente de la PV y por eso le han atribuído el apodo de erasmista, a nuestro entender poco pertinente a la tipología de intelectual. Compartimos, a este respecto, la concepción de los academicos Inoria Pepe Sarno y José-María Reyes Cano que afirman la falacidad del apodo erasmista que se suele atribuir al Hispalense. Erasmo de Rotterdam, gran predicador, en sus obras (censuradas por la Inquisición) crítica abierta y claramente la condición de la Iglesia de Roma. Admite la corrupción de los clérigos, el vacío de espiritualismo de éstos, pone en duda el poder espiritualista de la Iglesia y del Papa, subraya las actividades y prácticas religiosas falaces del clero. Erasmo, por tanto, trata unos temas de verdad muy comprometidos en aquella época y de hecho sus obras que representaban fielmente sus pensamientos políticos y religiosos fueron censuradas por la Inquisición. Mientras que, Mal Lara, como hemos remitido a lo largo del primer párrafo, sí critica los vicios de los curas, las malas costumbres de los clérigos, pero se abstiene y no trata temas comprometidos mediante los que pudiera enfrentarse con los inquisidores, pues se nota claramente que el sevillano no sigue las huellas y el territorio pisado por Erasmo. Sin duda se configuró como fuente imprescindible para la composición de su obra, de la que recoge sólo elementos formales, estructurales y nada más. En el siguiente párrafo, nos concentaremos en la figura de un autor latino que desde luego ha captado nuestro interés, Marcial.

3. La figura de Marcial en la obra de Mal Lara. 17 Juan de Mal Lara en las glosas que acompañan los refranes de la PV, menciona grandes citas de autoridad del pasado enlazando, de esta manera, lo culto con la sabiduría del pueblo. Entre las variadas menciones se notan las de Marcial, un autor 17

Las nociones sobre Marcial las hemos extraído del artículo de Óscar Íñigo Florido Grima, “Pervivencia de Marcial en la Filosofía Vulgar de Juan de Mal Lara”, in Alazet, 14, 2002.

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latino que nació en Bílbilis, la actual Calatayud, conocido en particular por su producción de Epigramas, es decir, una composición muy breve que consta de pocos versos que el hispalense puede remitir directamente en su obra paremiológica. Marcial, en sus epigramas aborda temas obscenos, críticos, satíricos y burlescos, es decir, temas meramente de carácter costumbrista, de la sociedad que le rodeaba. Dichos asuntos constituirán una fuente imprescindible para Mal Lara con el objeto de representar autenticamente la sociedad a él contemporánea, un entorno social muy semejante al de Marcial, aunque se hable de otra época muy lejana en el tiempo y diferente. ¿Cuáles son las modalidades de mención de Marcial en la PV? Ahora bien, en nuestro estudio queremos mostrar a los lectores cómo Mal Lara menciona a Marcial a lo largo de los refranes que componen su obra entera. Óscar Íñigo Florido Grima ha identificado cuatro maneras que el Hispalense emplea justo para mencionar al epigramista, esto es, citas de Marcial, alusiones directas a epigramas, cita y traducción de unos versos y por último traduccíon de epigramas completos. En primer lugar, por lo que atañe a las citas de Marcial, hay que afirmar que simplemente el autor menciona a esta autoridad en distintos contextos, por ejemplo cuando encontramos a Mal Lara escritor costumbrista. Respecto a ésto, tenemos motivo de pensar que el crítico lietrario Florido Grima, no haya profundizado, en su artículo “Pervivencia de Marcial en la Filosofía Vulgar de Juan de Mal Lara”18 precisamente este tema. Ya afirmamos previamente, justo al comienzo de nuestro presente escrito, que Mal Lara trata variados temas en sus refranes, y un tema de fundamental importancia es el ambiente sevillano con la descripción de las costumbres de los ciudadanos que vivían en esta ciudad. Mediante este tema es evidente que el hispalense practica la literatura de caracter costumbrista, criticando y moralizando las costumbres malas y los vicios de la sociedad a él contemporánea. Pues, nos parece evidente reconocer un claro paralelismo, que Florido Grima no ha puesto de relieve, con las epigramas de Marcial, en los que, como ya hemos aclarado previamente, retrataba las costumbres (obscenas y malas) típicas de los romanos. En segundo lugar, nuestro autor remite en sus glosas a alusiones a epigramas de Marcial con el objetivo de aclarar, ejemplificar un determinado refrán (función

18

Ó. Í. Florido Grima, Pervivencia de Marcial en la filosofía vulgar de Juan de Mal Lara, Alazet: Revista de filología, 14, 2002, pp. 233-242.

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pragmática). En todas estas menciones de varios epigramas se nota perfectamente que Mal Lara a veces no proporciona a sus lectores una traducción, justo para mantener la gracia del original como se nota en el siguente fragmento: Ni tampoco avemos de creer a la muger que se haga moça, si es vieja. Según trae Marcial de Cerelia, que siendo niña se llamava vieja. Y de Gelia, que siendo vieja, se llamava niña. Y reprehéndelas desta manera, lib. 4, epig. 20, que el latino podrá leer, porque no tiene gracia en castellano. (5-22)19

Enseguida, Mal Lara indica a los lectores el número del epigrama y donde se puede encontrar en la obra de Marcial, (6-15). Emplea esta practica porque el epigrama es demasiado largo y claro está no se puede transcribir fielmente en la PV. Pues, en estas primeras tres alusiones que acabamos de mencionar Mal Lara presenta epigramas satírico-burlescos en los que se recogen los temas tópicos de Marcial, es decir, la avaricia con la presencia de hombres avaros, viejas pintadas que se disfrazan para aparecer más jóvenes, etc. Además, Mal Lara en su obra maestra presenta citas y traducciones de versos sacados de los epigramas. En este ámbito notaremos dos tipologias de trabajo que ha hecho nuestro autor; primero, cita el verso en latín y enseguida lo traduce, o a veces lo traduce simplemente sin aportar el verso en lengua latina. [...] y en esto seguiremos el dicho de Marcial: Parcere personis, dicere de vitiis, «Perdonar a las personas y tratar de los vicios».20

Por último, señalamos traducciones enteras de versos, pero sobre todo de epigramas completos. Ahora no queremos estudiar de manera pormenorizada las traducciones propuestas por nuestro autor que son infinitas, y además no refleja el objetivo de nuestro artículo. A continuación ofrecemos unos ejemplos para demostrar la importancia de Marcial en la obra de Mal Lara, y como dice Florido Grima su “pervivencia” a lo largo de los refranes.

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Ibidem, p. 3 Prólogo a los lectores, Edición de Inoria Pepe Sarno y José-María Reyes Cano, Cátedra, Madrid, 2013, p. 251 20

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En esta tabla, sacada del artículo de Florido Grima, se enumeran los epigramas que Mal Lara traduce en sus glosas. A nuestro parecer, dicha tabla resulta incompleta porque faltan unos refranes que contienen la traducción de otros epigramas de Marcial. En conclusión, queremos poner de relieve que Florido Grima ha identificado cuatro maneras de mención de Marcial que hemos presentado precedentemente, pero mediante la lectura y un estudio analítico y adecuado de la PV hemos podido constatar que dichas maneras de cita Mal Lara las emplea también con otras autorictates; pensemos en Alciato, Aristóteles, Virgilio, para citar algunas. Con esto queremos indicar que F. Grima se ha equivocado totalmente dado que las cuatro modalidades de mención no se usan solamente con Marcial, sino con otros autores, pensadores griegos y latinos de nuestro pasado.

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BIBLIOGRAFÍA CITADA

Florido Grima, Óscar Íñigo, Pervivencia de Marcial en la filosofía vulgar de Juan de Mal Lara, Alazet: Revista de filología, 14, 2002, pp. 233-242. Mal Lara, Juan de, La Philosophía Vulgar, Edizione di Inoria Pepe Sarno y MaríaReyes Cano, Catedra, Madrid, 2013. Pintos, Juan Luis, ¿Un montaigne español? esbozo para un estudio de sociología de la moral del siglo XVI español: Juan de Mal de Lara y su " Filosofía vulgar" Agora: papeles de filosofía, 4, 1984, pp. 183-200. Venier, Martha Elena, «Los proverbios domésticos de Mal Lara», en Centro Virtual Cervantes, http://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/09/aih_09_1_069.pdf [consultado en el mes de Marzo 2015].

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