OMETEOTL - EL SEÑOR OMNIPRESENTE DEL ALTÍSIMO CENTRO DEL UNIVERSO. en A.Wierciński Tlillan-Tlapallan. Estudios sobre la religión mesoamericana\", Sociedad Polaca de estudios Latinoamericanos, Warszawa-Poznań 1998

June 14, 2017 | Autor: A. Wierciński | Categoría: Mesoamerican Archaeology, Aztecs, Mesoamerican Religion, Anthropology of Religion
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Descripción

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IV O M E T E O T L - E L S E Ñ O R O M N I P R E S E N T E D E L ALTÍSIM O C E N T R O D E L U N IVERSO El principio fundamental del centro bipolar, que organiza el mundo en una uni­ dad y en sus elem entos particulares, se expresa en la religión mexicana en una sola palabra: Ometeotl. Hasta la fecha, el entendimiento más profundo del concepto de Ometeod lo pode­ mos encontrar en M. León-Portilla (1959). Sin embargo, es un entendimiento bastante limitado, ya que Portilla interpretó muy pocos textos escritos Ante todo, falla un análi­ sis lingüístico profundo del mismo término ..Ometeotl", porque en un caso como ese, la intuición lingüistica es infalible. Como se sabe, dicho término se compone de dos palabras, o sea Orne = „dos" y teotl, interpretado com o „Dios". Se trata entonces de un Dios, que posee un poten­ cial de la dualidad. Sin embargo, no podemos limitarnos a esa definición tan superficial, si sabemos, que en la mentalidad arcaica las asociaciones fonéticas muchas veces lleva­ ban a toda la variedad de las asociaciones semánticas. Tratemos entonces más detalla­ damente los elem entos fonéticos de la palabra Ometeotl, utilizando el diccionario de K. Simeón (1963). Podemos decir que „om" u „on" es una partícula relacionada con los verbos, que se agrega a los pronombres personales. Tiene función complementaria y da mas elegancia fonética a la palabra. Se aplica también para juntar los numemies, por ejemplo: matlactli ( = 10) -om -orne ( = 2), que significa „doce". Se utiliza „om" u „on" para indicar cualquier lugar, por ejemplo, oncan = „allá, donde, aquí". Muy caracterís­ tico del significado de „om" u „on" es la presencia de esa sílaba en las palabras como onoc = „ir", ..conjunto de muchos caminos, senderos"; omachtic, ..indicar el camino a alguien"; omacic,,,complementado, lleno". Sin querer viene a la mente una asociación con la famosísima mantra superior de Om, pero debe de ser una ilusión... Ahora bien. La panícula „te", que fonéticamente se encuentra en teotl, significa ..alguien, otro, mucho, extremo, y our es „camino, canal, arteria, vena, pista, conductor". Esa partícula al final de la palabra se reduce a -otl. Resulta entonces, que un sentido más profundo de la noción de teotl es „EI Camino de Alguien Muy Grande", lo que corresponde al concepto chino de Tao, como ..Camino" y ..Sentido". Además, las dos nociones se parecen fonéticamente! El término Tao también contiene un potencial ha­ cia la dualidad, pasando a Tai-chi-tu, o sea,„Finalidad Suprama", que posee la polariza­ ción del elemento masculino Yang y femenino Yin.

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Sobre el ..camino hacia Ometeotl” habla, de manera concisa, un fragmento de un famoso poema del Chalco: „¿A dónde iré? ¿A dónde iré? El camino de Ometéotl ¿Por ventura está tu casa en el lugar de los descamados? ¿Acaso en el interior del cielo o solamente aquí en la rietra está el lugar de los descamados?" (Según A M. Garibav, 1963-4)

En seguida encontramos en esas palabras un gran número de definiciones. Prime­ ro, se define el ambiente directo de Ometeotl, Su Casa, que se llama Tierra de los In­ corpóreos, donde los muertos quedan despojados de sus cuerpos. Se encuentra en lo alto, en el interior del cielo. El camino es abrupto y escarpado, lo cual trae a la mente la imagen de un „Monte". Por eso, otro poema de los ..Cantares mexicanos”, habla de Ometeod como el Dador de la Vida de manera siguiente: .En el cielo tú vive; la montaña tú sostienes, el Anáhuac en tu mano está" (león-Porxilla, 1959: 148)

De varios textos se sabe, que la Casa de Ometeod se llama Omeyocán, es decir, .Lu­ gar de la Dualidad". En las fórmulas rituales, relacionadas con el nacimiento del niño, ci­ tadas por Sahagún, se la denomina también como .Lugar Muy Alto”, y en otras fuente, de manera estrictamente astronómica, se calcula, que se encuentra sobre 9,11 ó 12 cie­ los, o sea, zonas del cielo. Así se trata de la 13a zona, la más alta, con la cual empiezan leo-, cosmo- y antropogonía. Allá se forman dioses y almas humanas, que luego regre­ san, tras haberse purificado completamente de su naturaleza terrenal, o sea, en forma de .Incorpóreos". Se dice, que es un lugar, en donde se vive, del cual se envían almas a los niños por nacer, que tienen que recorrer un camino largo antes de encamarse en el seno de la madre. En ese lugar se designan los destinos de la gente y de todas las co­ sas. Se lo denomina también como „E1 Hogar de la Plumas del Pájaro Quetzal”. De todas formas, la esencia del asunto la constituye el hecho, de que dicho lugares Omeyocán, o sea, el lugar de Ometeod, del potencial hacia la dualidad, en consecuen­ cia, de la diferenciación del mundo en pares de oposiciones extremas.

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Dichas oposiciones, com o ya lo sabemos, por lo general se simbolizan igual que en otras religiones astrobiológicas y creencias más primitivas, o sea, por el dimor­ fismo sexual del hom bre. Por eso Ometeotl se divide en dos, entonces Omeyocán llega a denom inarse Ju g a r, donde reside el Gran Dios y la Gran Diosa, el Hom­ bre Celestial y la M ujer Celestial, Ometecuhtli y Omecihuatl", es decir, el Señor y la Señora de la Dualidad. El mismo Ometeod queda la fuente incognoscible de todo lo que existe y vive. El Códice de Ríos dice, que no se le rinden sacrificios, ya que „no es demonio, ni tiem­ po, ni hombre". Es un ser que no fue creado, ya que se creó él mismo, Moyocayani, y es invisible e inalcanzable com o el Viento de la Noche, Yohualehecatl. Nezahualcoyod ( = un Coyote que Ayuna), el señor de Texcoco, poeta y filósofo, así co­ mo un político hábil, le levantó su pirámide de nueve escalones, con un santuario en la ci­ ma, pintado de negro por dentro y de un cielo estrellado por fuera. Obviamente, no hubo en él ninguna imagen de la deidad. En uno de sus poemas famosos, sin duda dedicados a Ometeotl, lo cual indican unas expresiones características, que aparecen también en las fórmulas relacionadas con el nacimiento, Nezahualcoyod dice, que: „nadie puede

ser amigo del

Dador de la Vida", solo „a su lado se puede vivir en la tierra"

El mundo es solam ente su pintura, en la cual vive la gente, y a esa pintura Él ..colorea con sus can tos”

Según Nezahualcoyod, el Dios altísimo no sólo crea las cosas como en un acto del arte, sino también las transforma y destruye. Nezahualcoyotl dice: .....sólo Tú alteras las cosas, com o lo sabe nuestro corazón”, y continúa: ..después de­ struirás a águilas y tigres y con tinta negra borrarás lo que fue ia hermandad, la comuni­ dad y la nobleza" ]jo rqu e „solo en tu libro de pinturas vivimos, aquí sobre la tierna”.

Por eso el autor pregunta: ,/A caso d e veras se vive con raíz en la tierra?", ..Nadie sabe bien qué es tu riqueza, qué son tus flores, ¡o lí, C reador d e ti mismo!".

Aparece aquí el símbolo de una flor, de mucha importancia, que no se refiere sólo al canto y a la poesía, com o lo sugiere, de modo superficial, León Portilla.

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Ahora vamos a aum entar ese otro significado de la flor, el de la iniciación, con las palabras del chamán de los Lacandones llamado Chan K’in ( =

Pequeño Sol),

anotadas por Bruce (1971): „K'akoch (Gran Fuego y también Esposo Dos o Señor Dos) es el dios d e los dioses, más allá de lo que el hom bre pueda conocer o comprender. K’akoch creó la flor del nar­ d o e hizo qu e los dioses nacieran de sus flores

Creo que el chaman no se refirió a la poesía... ¿o me equivoco? La calificación principal de Ometeod, entendida, a pesar de todas las reservas cognoscitivas, de manera objetiva y personal, y no en plan del abstracto filosófico de lo Absoluto, es Su paternidad, que es bondadosa. En cambio, la función maternal, que constituye el aspecto principal de Su dualidad, de modo evidente depende de la pater­ nidad del varón. Lo ¡lustran muy bien las fórmulas de los ritos relacionados con el na­ cimiento, recopiladas por Sahagún (Op. cit. t. II, Lib. VI c. XXX-XXXIII, 1979: 383-389). Inmediatamente tras nacer una niña, la partera decía: ..Señora mía muy amada, seáis muy bien llegada, trabajo habéis tenido; o s ha en ria ­ do acá vuestro padre humanísimo, que está en todo lugar, criador y h aced or [... ]. No sabemos la ventura o fortuna que te ha cabido, no sabem os qué son los d o n es o m er­ cedes que te ha hecho nuestro padre y nuestra madre, el gran señ o r y la gran señora que están en los cielos..."

La fórmula empieza entonces con el subrayar la unidad de O m eteotl, para luego revelar su dualidad y volver a continuación a la idea de la unidad en las siguientes palabras: .... seáis muy bien venida, seáis muy bien llegada, guárdeos y am páreos y adórneos, provéaos el que está en todo lugar, vuestro padre y madre, q u e es padre d e todos".

Esa fórmula se reduce en el caso de nacer un niño, a la frase: .... deseo que te guíe, y te provea, y te ad o m e, aquel qu e está en to d o lugar".

Durante el rito de bañar al recién nacido, con el fin de purificarle del mal, nos ente­

ramos, que es el mal de antes del principio del mundo, igual que todo el destino del ser humano, ya que se dice:

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.... limpíeos el q u e está en todo lugar, y tenga por bien de apañar de vos todo el mal que traéis con vos desde el principio del mundo. Váyase fuera, apane de vos lo ma­ lo que os ha pegado vuestra madre y vuestro padre" (se trata aquí de los padre físicos).

El agua de esa primera ablución puede quitar del niño tanto el mal de los tiempos remotos, como el heredado de los padres, gracias a la presencia de Ometeod dividido en dos, que en esa función adopta la forma de la diosa del agua, Chalchiuhtlicue (= L a que Está Vestida en Saya de Piedras Preciosas), y su compañero, Chalchiuhdatonac (=U na Piedra Preciosa Brillante): ..Piadosísima señora nuestra que os llamáis Chalchiuhtlicue o Chalchiuhdatonac; aquí ha venido a este m undo este vuestro siervo, al cual ha enviado acá nuestra madre y nu­ estro padre, que se llama Om etecuhtli y Omecihuad, que viven sobre los nueve cielos, que es lugir de la habitación d e estos dioses; no sabemos qué fueron los dones que trae; no sabemos qué le fue dado antes del principio del mundo; no sabemos qué es su ventura con que viene revuelta, no sabem os si es buena, ni si es mala, qué tal es su mala fortuna [...] lleve el agua toda la suciedad, que en él está, porque esta criatura se deja en vuestras manos, que sois Chalchiuhtlicue y Chalchiuhdatonac y Chalchiuhcihuad, que sois madre y hermana de los dioses; en vuestras manos se deja esta criatura, porque vos sola merecéis y sois digna del don qu e tenéis para limpiar desde antes del principio del mundo..."

El hecho de destacar constantem ente el destino de antes del principio del mundo, que de alguna manera ..envuelve” al hombre antes de su concepción, traen de la me­ moria las palabras dirigidas a Jeremías: .Antes q u e te form ase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las n aciones” (Jerem ías 1:5).

Lo característico de la fórmula, que acompaña al rito del baño purificador del re­ cién nacido, es que Om eteod se manifiesta más detalladamente a través de unirse con el objeto, por medio del cual actúa. En ese caso particular se trata del elemento de agua. Aquí, pues, está todo el secreto del monoteísmo relauvo de la religión astrobiología, que resulta ser politeísmo no más que en la mente de la gente simple. Igual puede ser­ lo el catolicismo, con sus numerosos cultos populares de Vírgenes y Santos. Vale la pena citar otra definición de Ometeod. Dice la partera: „Hijo mío muy am ado, y muy tierno, cara aguí la doctrina que nos dejaron nuestro Señor Yohualtecuhdi y la Señ ora Yohualticitl, o padre y madre; de medio te corto tu ombligo; sábete y en tien d e que no es aquí tu casa donde has nacido, porque eres sol-

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dado y criado, eres ave que llaman quechoUí, eres ave que llaman zaquan, que eres ave y soldado del que está en todas panes" E n to n ces, e n la re la ció n c o n la n o c h e , O m e ie o tl e s e l d a d o r d e l d e s t in o y d e l pro­ gram a d e la a c tu a c ió n d e l h o m b re . T o d o e s o q u e d a v in cu la d o c o n la n o c h e , y a q u e tan­ to el d e s tin o , c o m o las reg las d e a c tu a r fu e ro n d e te r m in a d o s a m e s d e l p r in c ip io del m undo, o s e a , a n te s d e q u e s e h icie ra la luz, e n la o s c u r id a d d e la n o c h e . E s e te m a lo explican o tro s d o s fra g m e n to s d e fó rm u las d e l rito d e n a c im ie n to . L a p r im e r a s e la pro­ nuncia al c o rta r e l c o r d ó n u m b ilic a l d e u n a n iñ a: „Noca, hija mía [...] que del medio de vuestra cuerpo, c o n o y tom o tu ombligo, porque así b mandó y ordenó tu padre y tu madre, Yohualtecuhtli, que es el señor de la noche, y Yohualticid, que es la diosa de los baños; habéis de estar den tro de casa co ­ mo el corazón dentro del cuerpo, no habéis de andar fuera de casa, no h abéis d e tener costumbre de ir a ninguna pane (...) en este lugar o s entierra nuestro señ or. Aqui ha­ béis de trabajar; vuestra oficio ha de ser traer agua y m oler el maíz en el m etate, allí habéis de sudar, cabe la ceniza y cabe el hogar- .

Luego se efectuaba un entierro mágico del cordón umbilical, que la partera quema­ ba en el homo. En cambio, el cordón umbilical del niño se lo enterraba en un campo de batalla. Pero antes la panera acerca hablaba sobre el destino del niño, determinado antes del principio del mundo, o sea, en la Primera N oche; „...no sabemos si nuestro señor te prosperará y en g end rará el cual es tá e n to d o lu­ g a ; no sabemos si tienes algunos m erecim ientos o si p o r ventu ra h a s n a cid o c o m o m a­ zorca de maíz anieblada, qu e no es d e ningún p rov ech o ; o si p o r v en tu ra tra e s alguna mala fortuna contigo qu e inclina a suciedades y vicios; no s a b e m o s si será s lad ron a. ¿Qué es aquello con qu e fuiste adornada? ¿Q ué e s a q u ello q u e re cib iste c o m o co s a ata­ da en paño antes de que el sol resplandeciese?”

Luego se decía lo siguiente; .... con todo eso tendréis trabajos y cansancios y fatigas, porque esto es orden de nuestro señor, y su determinación de que las cosas necesarias para nuestro vivir las ga­ nemos y adquiramos con fatigis y sudores, y con trabajos y que comamos y bebamos con fatigas y trabajos [... ] por ventura tamañita como sois, os llamará el que os hizo-, por ven­ tura seréis como cosa que de repente pasará por delante de nuestros, y que en un pun­ to os veremos y os dejaremos de ver; hija mia muy amada, esperemos en nuestro señor".

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y en el mismo momento se coraba el cordón umbilical. Todo pasa entonces según la voluntad y con el conocimiento de Ometeotl, lo cual in­ dican directamente las palabras rituales de agradecimiento, pronunciadas por la panera: .■ Señoras nuestras de gran valor; aquí estáis sentadas por la voluntad de nuestro señor, que está en todo lugar. Bien he visto el trabajo que habéis tenido todos estos días pasados, que ni habéis dotmido. ni reposado, esperando con mucha angustia el suceso del parto..."

Podemos concluir, que la paternidad de Ometeotl no consiste en dar destino a ca­ da persona que viene al mundo, ni en cuidarla durante toda su vida, sino ante todo en el hecho, de que en su sede celestial, Omeyocán, crea el más importante elemento espiritual del hombre. Dicho elem ento parece estar dentro de un germen del destino posterior de una persona dada. Es, al mismo tiempo, el elemento más esencial de su individualismo, absolutamente espiritual; es el reflejo de Ometeotl. Al nacer un bebé, los padres dicen lo siguiente: .... habéis sido form ado en el lugar más alto, donde habitan los dos supremos dio­ ses, que es sobre los nueve cielos. Os han hecho de vaciado, como una cuenta de oro, os han agujereado co m o una piedra preciosa muy rica y muy labrada, vuestro padre y vuestra madre, el gran señ o r y la gran señora..."

Tenemos aquí el concepto del „vacío” en el círculo. Y ese centro circular, como si fuese puntual, constituye la estructura más intema de Ometeotl. Ese significado lo con­ tiene una definición básica, utilizada por el rey Nezahualcoyotl en su poema, y por su descendiente en segunda línea, Ixtlilxochid, en su crónica. Se trata de Tloque Nahuaque, o sea, el Señor o Dueño de la Cercanía y Proximidad del Círculo ( = nahuaque). En resumen, Ometeotl es el Señor de lo más esencial del centro integrante de cada co­ sa. Es el Señor del Centro de Mandala... Sin embargo, el ser espiritual del recién nacido, comparado con un Disco de oro o con una piedra preciosa horadada, chalchihuitl, pertenece también a un ambiente más amplio, es decir, al grupo de sus antepasados como una „roca preciosa”, de la cual fue ..desprendido”. La panera dice: .... es por cierto este niño com o una planta, o com o una provena o mugrón que de­ jaron echada sus abuelos y abuelas, es com o un pedazo de piedra preciosa, que fue cor­ tada de los antiguos, y lia m ucho dias que murieron; hánosla dado nuestro señor, a es­ ta criatura, pero no tenem os certidum bre de su vida...”

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Los fragmentos citados de las fórmulas de ritos relacionados con el nacimiento demuestran una imagen de Ometeotl y Su dualidad paternal-maternal en forma subjetiva y personal por una parte, y por otra, como un estado inicial particular, ca­ si puntual, es decir, un estado que es característico de las cosmogonías de todas las religiones antiguas conocidas (por ejemplo, Para-Siwa y Para-akti en Parabindu en la tantra india, Tai-chi-tu en China o Nekudah-Reszit en el judaismo esotérico). En Pin, es un concepto muy cercano al Dios de la Biblia. Ometeotl, com o padre, es creador del mundo y del hombre, que determina su destino y, siendo al mismo su Providencia, le aprovisiona y proporciona todo lo necesario. Es también el dador de la moralidad eterna y del orden social en general. Actúa según la fuerza de su voluntad y sabe todo. Muy característica es la paradoja de Su sitio. En las fórmulas se repite constantemen­ te la siguiente expresión: ..Nuestro Señor que está en todas partes”, que coincide con la definición dada por NezahualcoyotJ al principio de su poema: „No en pane alguna puede estar la casa del inventor de si mismo. Dios, el señor nuestro, por todas panes invocado, por todas partes es también venerado. Se busca su gloria, su fama en la tierra. Él es quien inventa las cosas".

También se le ubica constantemente en la parte más alta del cielo, que al mismo tiempo es la más interior. ¿Cómo se puede entonces juntar la omnipresencia con una presencia especial en el centro más alto del cielo? No es suficiente decir que Ometeotl une todas las contradicciones y sitios. Pero podríamos plantear la idea, de que se trata de un tiempo multidimensional, que haría posible ocurrir un evento al mismo tiempo en diferentes lugares. Además, tendría que ser un tiempo causador, idéntico con la energía. En ese sentido Ome­ teotl debería ser Señor del Tiempo así es! Llega, pues, a ser el Señor del Tiempo, y, a la vez, de la energía universal del Fuego, que da vida a todo, lo mantiene y de­ struye, actuando como Huehueteotl ( = Dios Muy Viejo) y Xiuhtecuhrli ( = E I Señor Turquesa del Año). En ese papel es también Señor de todo el plano de la realidad. Un himno muy antiguo, dedicado a Él, dice, que com o el Señor del Tiempo y del Fuego, está presente en el centro del cielo, de la atmósfera, el mar, la Tierra y del Mundo Subterráneo: .Madre de los dioses, padre de los dioses, H uehueteotl [El Dios V iejo ], tendido en el ombligo de la tierra.

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metido en un encierro de turquesas. F.1 que está en las aguas culur de pájaro azul, el que está encerrado en nubes, Huehueteotl, el que habita en las sombras de la región de los muertos, Xiuluecuhili (El Señor del Fuego y del Año]" (Sahagún, Códice Florentino, lib. VI, fol. 34, r. según-, León-Potrilla, 1959: 155)

Como se sabe, Huehueteotl, que es una manifestación más exacta de Ometeotl, había sido representado ya en Teotihuacán ( = Lugar, Donde Se Hacen Dioses), en el famoso mito de la creación del Sol y la Luna de la f Era, a través del sacrificio del fuego. Una cosa característica es que se le presentaba como un anciano con barba, lo cual corresponde al atributo de la paternidad de Ometeod, sin hablar de la expresión: ..Madre y Padre de los Dioses” ni de su omnipresencia en todas las esferas del mundo. Como una manifestación todavía más detallada, o sea, Xiuhtecuhdi, le vemos a Ometeoü en los códices como un hombre maduro, sin barba, pero con muchos atributos y actuando en diversas circunstancias. Lleva la corona de los soberanos de México; es señor de las cuatro estaciones del año y de los cuatro puntos cardinales, de los cuales caen relámpagos. Se le llama Tota, es decir, Padre. Dicha asociación del tiempo con el fuego trae de la memoria una magnífica ana­ logía con Bhagawadgita india, en concreto, esa parte que representa una visión de la Deidad Suprema, dada a Ardzuna: „Os conozco sin principio, sin medio, sin fin, lleno de una potencia infinita, con el sinfin de brazos, con la lama y el Sol en lugar de vuestros ojos, con boca flamante cuyo ardor calienta todo el mundo. El espacio entre el Cielo y la Tierra y todas las regiones del mundo son llenas de vos solamente. Habiendo visto vuestra prodigiosa y abominable for­ ma, enmudecieron los tres mundos, ¡oh, Soberano! [... ] Cuando veo vuestra boca con terribles colmillos parecidos al fuego devorando las épocas cósmicas, no sé distinguir los rumbos del universo ni escaparme. ¡Tened piedad, oh Soberano de Dioses, Soporte del Mundo! (... | Vuestras enormes llamas, ioh, Visnú!, calientan a todo el mundo llenándolo de resplandor. Reveladme quién sois vos bajo esta forma tan despeluznante. Sed bien-venido, señor altísimo, tened misericordia. Quisiera conoceros tal como fuiste en los tiempos más remotos, porque no puedo comprender vuestro fenómeno"

El Supremo respondió: „Yo soy el Tiempo Imperioso, que destruye los mundos..."

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Dicha visión india del Padre del Mundo, ya que así le llama Ardzuna, junto con Su manifestación en el tiempo y el fuego, nos lleva al himno de David dedicado ajehová (II Sam. 22): „La tierra fue conmovida, y tembló, Y se conmovieron los cim iem os de los cielos; Se estremecieran, poique se indignó él. Humo subió de su nariz, Y de su boca fuego consumidor; Carbones fueran por él encendidos. E inclinó los cielos, y descendió; Y había tinieblas debajo de sus pies, Y cabalgó sobre un querubín, y voló; Voló sobre las alas del viento. Puso tinieblas por su escondedero alrededor de sí; Oscuridad de aguas y densas nubes. Por el resplandor de su presencia se encendieron carbones ardientes. Y tronó desde los cielos Jehová, Y el Altísimo dio su voz; Envió sus saetas, y los dispersó; Y lanzó relámpagos, y los destruyó. Entonces aparecieron los torrentes d e las aguas, Y quedaran al descubierto los cim ientos del m undo; A la reprensión de Jehová, Por el soplo de aliento de su nariz".

Esa relación del Dios con el fuego se resalta en muchos fragmentos del Antiguo yel Nuevo Testamento, sobre todo en las visiones del Trono de Dios. También, se dice que Jehová es „Roca de los Eones", y en muchos lugares se revela la parte maternal de su naturaleza. Jehová es también el rey del mundo, el G obernante Absoluto. De la misma manera se le caracteriza a O m eteotl. En el Códice Florentino de Sahagún está escrito lo siguiente; ..Y sabían los toltecas que muchos son los cielos, decían que son doce divisiones superpuestas. Allá vive el verdadero dios y su com pane. El dios celestial se llama Ometecuhtli y su compane se llama Omecihuad, Señora celeste;

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quiere decir: sobre los d o ce cielos es rey, es señor." (en: León-Portilla, 1959: 1 4 8 -1 4 9 )

Se nota sobre todo, de que, a pesar de que la dualidad de Ometeotl está subrayada, al final del texto se habla sobre un solo Rey y Señor del Cielo, y sobre un solo Dios ver­ dadero. La expresión dios verdadero = in nelli teod, se refiere estrictamente al singu­ lar. El término compañera = i-namic, proviene de la palabra namiqui, que significa „encontrar” o ..ayudar”. Según el diccionario de Molina, i-namic significa ..igual a él", pero en sentido ..provenir de algo”. Omeoteod en su papel de H oque Nahuaque también se le define como ..Totecuio in ilhuicahua in daticpacque in mictlane", que quiere decir ..Nuestro Señor, dueño del cielo, de la tierra y del mundo de los muertos”, lo cual corresponde a las denominacio­ nes de Huehueteotl-Xiuhtecuhtli, arriba mencionadas. Toda la cuestión de la soberanía, del tiempo y del fuego nos conduce hacia una even­ tual identificación del sitio de Ometeod en el cielo, es decir, hacia el 13° nivel. Pues, en el sistema de trece constelaciones, presentado por F. Schwarz (1982), dicho sitio lo in­ dica precisamente la 13a constelación, llamada Mamalhualizdi, o sea, ..Barrena del Fue­ go". Y una Barrena del Fuego es una herramienta mexicana para prender el fuego, y al mismo tiempo el símbolo del centro. La constelación está formada por grupos de cinco estrellas organizadas en una línea, que corresponden a la espada y el cinturón de Orion. Sería una coincidencia asombrosa, sin embargo, el ordenamiento astronómico de las constelaciones distinguidas en México no se lo puede tratar todavía como cierto. Si aceptáramos, que la identificación dada por Schwarz es justa, tendríamos que preguntar, ¿por qué se ha elegido precisamente la área de Orion para indicar Omeyocán en el cie­ lo? Veremos entonces, que durante el invierno (en febrero), cuando los aztecas comen­ zaban su año, Orion, junto con el grupo de los Pléyades, está en el centro del cielo. Nos vienen a la mente unas sorprendentes analogías con Egipto, China o hasta con Australia. En las creencias egipcias, el elemento corporal más sutil del hombre es Sahu, que significa ..cuerpo espiritual”. Sahu es eterno, intocable, transparente y animado por la fuerza del fuego de Sekhem. Después de la muerte del Gran Iniciado, su Sahu, jun­ to con Sekhem, se dirigen hacia Orion, también llamado Sah. He aquí uno de los textos de los pirámides (de Unis) en la traducción de Budge (1969). „E1 Sahu de Unis no le fue quitado. Comió la inteligencia de todos los dioses; su vi­ da es eterna, su existencia consiste en permanecer para siempre en Odón.”

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Esa rebelón misteriosa de Orión con un cuerpo espiritual luminoso como elemen­ to de un dios celestial, se comprueba en el caso de China. Dicho espíritu es Shen, que como Ngo-Po fue el dios central de la legendaria dinastía de Hsia (la constelación del Escorpión desempeñaba ese papel para la dinastía de los Shang). El principal monte del culto de la dinastía Hsia estaba dedicado a Shen; era el monte de Orión, también llama­ do Shen. Después de la caída de la dinastía de los Shang con su Escorpión, el Orión-Shen regresa a su puesto privilegiado durante el reinado de la dinastía Dshou y disfru­ ta de una adoración especial en el imperio de Tsin (Mun). Finalmente, según B. Glowaczewski (1987), quien realizaba investigaciones sobre los autóctonos australianos de la tribu de Wartpiri, un antepasado, en sentido totémico, se transformaba en la oonstebdón de Orion y se llamaba Wjuli, es decir, Jnvendble". Pero regresemos a México y complementemos el análisis de Ometeod en rela­ ción con el poder y de Ometeod com o creador inmovible. La información sobre el tema b proporciona el poema de Teotnachairo, de los escritos J a historia toltecadúchimeca'': ft» *r

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B d u n te o dt na Señor prinajai Enteja qoe luce ^m o erb s coas.

ObndeOmsñad n twi Mib it t« irrfrir ~ d qae lace ^ u r rtr hs casis.'

H mmp es un poro c q g n iñ ro y tiene rotación con d uso de una bebida (faina docM g p n . p e p u d a de h igroe Teooafi, lan ad a también Tenmeri. De rodas famas, b m is ■ p aram e es q o e d stop del poder esñ a m p arado ron im .¿espejo, que hace f t r o m parar, d Espoo H im ean gcs nombre d e Tezratbpoca qiaen. gobio Tez o b r a Játjpra. d e s a w d d n al, de b oscuridad, h d esnracóáa. b p ia ra y h — ■ M pw rar^pnK ule fen p raw cm m w » t en la época de Í05 am os w a M d p ^ d e m d e s -nniiBipinnriB e á e a ra p K cmiwi Hies- Es d jd yprsarm pnna p i d d xA an u s y a ra d a s » 'de Tdb iaibeca, es drrar, d e TqpSknD^QtaanilcBHl

a ii üsdb, i^ae d cute de Omaecsfl c e idigiñaa profesada por TcipflnarHQnHzal-

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coaü. Hemos hablado ya sobre la división del cielo según el concepto tolieca, con Ometeod en la zona más alta. Podemos ilustrar dicho argumento con el conocido te­ ma de la conducta religiosa de Topiltzin-Quetzalcoatl, quien reza dirigiéndose al in­ terior del cielo (Anales d e Cuauhtidán): „Y se refiere, s e d ice q u e dirigía sus voces hacia el interior del cielo, rezaba e invocaba a QdaUinicue ( l a q u e Está Vestida co n una Falda de Estrellas), GüaUatonac (La Estrella Q u e Ilumina o : La Estrella Brillante) Tonacaiecuhdi (El S eñ o r d e los m edios de subsistencia o: de Nuestro Mantenimiento) Tonacacihuad (La Señora de los Medios de subsistencia o: de Nuestro Mantenimiento) T ecolliquenqui (La q u e S e Viste d e Carbón), Ezdaquenqui (La Q u e S e Viste d e Sangre). Halbtmanac (La Q u e Aliina la Tierra o: La que Da Base a la Tierra), Tlalichcatl (El Q u e C ubre co n Hilado d e Algodón, c o n las Nubes) Altí los invocaba y lo vieron los viejos. Hacia O m evocán q u e está más allá d e los nueve cielos. Y lo sabían los q u e allí vivían; a ellos llamaba. A HL k invocaba llen o d e hum anidad y arrepentim iento." (Códice Chim alpopoca, 8 : según: Lehman, 197-1)

Un lector poco investigador podría pensar, que se trata de un clásico politeísmo. Sin embargo, sabemos ya, que Omevocán es el lugar de Ometeotl, que constituye una uni­ dad de las oposiciones del Padre y la Madre, es decir, Ometecuhtli y Omecihuatl. Pre­ cisamente, una serie de nom bres utilizados por Topiltzin-Quetzalcoatl, que siempre expresan una pareja femenino-masculina, constituye una secuencia de especificaciones de la dualidad de O m eteod. Dichas especificaciones comienzan con una manifestación cósmica, es decir, Citlallinicue y Citlallaionac. Ese primer nombre señala a Omecihuatl, como la Señora del Cielo Nocturno y la Madre de los Dioses; el segundo se refiere a Ometecuhtli, el Señor de b Luz del Centro, cuya realización más avanzada durante el día es el sol. El siguiente paso es Tonacaiecuhdi (el Señor de los Medios de Subsistencia) y To­ nacacihuad ( b Señora de los Medios de Subsistencia), es decir, de Ometeod como Ipelnemohuani (El, Gracias Al Cual Se Vive = Dador de b Vida) y de la Providencia, que proporciona medios de subsistenaa. Junto con ellos, Omeyocán se convierte en el edénico Tamoanchan, donde el papel más importante lo desempeña el símbolo del Florido Arbol de b Vida, que en b Crónica del Reino de Colhuacán es llamado .Árbol de Azucenas". Es una transformación de Omeyocán en un centro generativo más

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concreto, que sigue estando en dicha 13a zona del cielo, aunque puede proyectarse también en la zona 7a, ya que „7” es un número medio del 13La palabra Tamoanchan en la lengua nahuad se pude interpretar como „Casa de la Defunción o del Nacimiento". Le corresponde Tam-moan maya, es decir „E1 Lugar del Ave Moan”, que es símbolo de la 13a zona del cielo. Moan es el pájaro Quetzal, y no una lechuza, como lo mantienen otros investigadores. El Ometeod de los mayas es Oxdahunti-ku, o sea, „EI Único Dios Trece”. Entonces, ¿de dónde viene ese papel del núme­ ro trece en la simbolización de la unidad de Ometeotl? Resulta, que es una definición numérica de la unidad del firmamento celestial, dividido, com o ya sabemos, en 13 zo­ nas y constelaciones. Dicha unidad se manifiesta no sólo en la esfera de estrellas fijas, sino también en la de las estrellas ..andantes” en el sentido de antiguos planetas, es de­ cir, Sol, Luna, Venus, Júpiter, Saturno y Mercurio. Es que el número 13 es coeficiente integral, que unifica los ciclos astronómicos de los cuerpos celestes con la exactitud de un día (con excepción de Júpiter). Los cálculos son los siguientes: - Sol: 13 x 28 = 364 ( + 1) = 365; - Luna: 13 x 29.5 = 383.5; 13 x 27.3 = 3 5 5 ; 13 x 27.5 = 358; 13 x 27.23 = 354; -V enu s: 1 3 x 4 5 = 585 (-1) = 584-, - Saturno: 13 x 29 = 377 ( 4- 1) = 378; - Mercurio: 13 x 9 = 117 ( - 1 ) = 116; -Jú p iter: 13 x 30 = 390 ( + 9) = 399; - Mane: 13 x 20 x 3 = 780. El número 13 sirve también para conseguir muy buenas aproximaciones para los números básicos en la geometría, que es necesaria para construir los edificios del cul­ to, planificados con mucha precisión. Entonces: (1 3 x 1 0 ): 92 = V 2(d = + 0 ,0 0 1 ...); (13x100): 414 =

ji

(d = + 0 ,0 0 1 6 ...);

13:21 = 0,619 (d = -0 ,0 0 1 ) - coeficiente del ..Número Áureo”. A todo eso se puede agregar una increíble coincidencia, es decir, el hecho, de que 1/100.000.000 pane del diámetro de la Tierra (medida con una exactitud de un metro), mul­ tiplicada por 13, es igual a la básica medida de longitud mexicana, es decir, Cennequetzalli, que es 1,658 m., ya que 13 x 12756776 x 10' m = 1,658 m (que son 2 sardas megalíticas). Dejando al lado todas esas coincidencias poco seguras, podemos decir, que una cosa no provoca dudas: que el número 13 era la base de los cálculos del ciclo sagrado de To

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nalpohualli o de Tzolkin de los mayas, así como de los cálculos de los años o las grandes eras. Todos esos elementos juntos constituyen va una ..desarrollada unidad del cielo”, que expande del casi puntual centro de inicio en la cosmogonía, es decir, desde el ..Corazón del Cielo”. Podemos citar aquí un fragmento del libro de los mayas Quiche, Popol Vuh: „Sólo el Creador, el Formador, Tepeu, Gucumatz, los Progenitores, estaban en el agua rodeados d e claridad. Estaban ocultos bajo plumas verdes y azules, por eso se les llama G ucum atz (= Q u e tz a l). De grandes sabios, de grandes pensadores es su naturale­ za. De esta m anera existía el cielo y también el Corazón del Cielo, que éste es el nom­ bre de Dios. Así co n taban .” (Popol Vuh, 1972)

Es sabido, que Omeyocán-Tamoanchan también estaba ..cubierto" con plumas del pájaro Quetzal, que es la versión mexicana del ave Fénix. En el fragmento de Popol Vuh arriba citado tenem os entonces la característica principal de la 13a zona: un centro ac­ tivo en el océano primario que se une con el cielo, una cubierta luminosa y dentro, el centro de la dualidad de sabiduría y creatividad del Padre y la Madre, que representan a Un Solo Dios. Para que se efectúe la transformación en Tamoanchan falta el Árbol de la Vida, las Flores, los Pájaros y el Canto, es decir, „el idioma de sonidos creativos”. No nos queda otra que citar una serie de textos, que se refieren a Tamoanchan en relación con Om eteotl, transformado en la dualidad Tonacatecuhtli-Tonacacihuad. An­ te todo, dichos textos demuestran, que es un lugar, donde comenzó la teo-, cosmoyantropogonía; esta última está representada por una pareja modelo celeste humana, es decir, Oxom oco (=¿C iervo ? ¿Mexicano?) y Cipacronal (=S ig n o de Cipactli). Uno de los textos básicos de la cosmogonía (Historia de los Mexicanos por sus pinturas) co­ mienza de manera siguiente: .... parece qu e tenían un dios a que decían Tonacatedi, el cual tovo por mujer a Tonacaciguad o por o tro nom bre Cachequecatl (Xochiquetzal), los cuales se criaron y estu­ vieron siem pre en el trecen o cielo, de cuyo principio no se supo jamás, sino de su estada y criación que fue en el trecen o cielo” (op. cit., 1891: 209).

En otro texto, o sea, en el Códice Telleriano-Remensis, que ha de explicar el senti­ do del nombre Tamoanchán, se dice que: „Este lugar qu e se dize Tamoanchan y Xuchitlycacan es el lugar donde fueron cria­ dos esto s dioses qu e ellos tenían que casi es tanto com o dezir El parayso terrenal y asy dizen que estand o esto s dioses en aquel lugar se desmandavan en cortar rosas y ramas de los arvoles y q u e por e sto se en o jo mucho el Tonacateuctli y la muger Tonacaciuatl

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y que los echo de aquel lugar y asv vinieron vnos a la tierra y otros al infiem o y estos son los que a ellos ponen los temores’ (Codex Telleriano-Remensis, 1899.

28).

S e g ú n M u ñ o z C a m a rg o , e l c ie lo X o c h iq u e tz a l c o m o T o n a c a c ih u a t l, s e llam a:

,.el lugar de Tamohuan, y en asiento del árbol florido |...| donde los aires son muy frios, delicados y helados, sobre los nueve cielos" (Historia de Tlaxcala, 1979: 155). U na m e jo r c a lific a c ió n d e l F lo r id o A rb o l d e la V id a , e n r e l a c i ó n c o n la s a lm a s inocen­ tes d e los n iñ o s , la tr a e u n fr a g m e n to d e l C ó d ic e F l o r e n t i n o :

„Se dice que cuando criaturas mueren com o jades, turquesas, joyas, no van a la espi­ nosa y fría Tierra de los Muertos. Van allí, a la casa de Tonacatecuhtli, viven al lado del Árbol del Sustento, beben de las Flores de Nuestro Sostenim iento, viven unidos con el Árbol del Sustento, unidos con él beben".

Dicho papel del Florido Árbol de la Vida y de todas las flores en Tamoanchán, por lo general, se refiere también a todas las almas purificadas de los muertos, como lo sub­ rayan los textos de los Cantares Mexicanos: „¿A dónde vamos, ay, a dónde vamos? ¿Estamos allá m uenos, o vivimos aún? ¿Otra vez viene allí el existir? ¿Otra vez el gozar del Dador de la vida?" (León-Portilla, 1959: 208)

Y luego: -Meditad, recordad de la región del misterio: allá Su Casa es; en verdad todos nos vamos adonde están los descamados, todos nosotros los hom bres, nuestros corazones irán a con ocer su rostro" (ibid.: 209)

También.-

-Verdaderamente allá es lugar donde se vive. Me engrano si digo: tal vez todo está terminado en e s a tierra

Yaquí acaban

nuestras vidas.

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No, antes bien , D ueño del Universo, qu e allá co n los qu e habitan en tu casa te en to n ce s yo can to d en tro del cielo. Mi corazón s e alza, allá la vista fijo, junto a ti y a tu lado, D ador d e la vida." (ibid.: 214)

Los demás textos refuerzan el significado del simbolismo de las flores, en su papel de celestes centros generadores, dadores de vida y reguladores, que se realizan en el hombre en relación con la magia de la Palabra-Canto, que tiene poder creador y trans­ formador. No se trata, pues, de la poesía pura ( = „flor y canto”), como lo desea M. León Portilla. Es más: no se trata sólo de poesía, sino también de la versión mexica­ na de la iniciación sacerdotal, análoga al concepto de la Tantra hindú, con sus lotos-chacramas, con el potencial del poder de serpiente de Kundalini-akti, de figura femenina, vinculado con el Logos creativo de las manteas, es decir, con abda-Brahma. Los siguientes fragmentos de los Cantares Mexicanos así ilustran esas cuestiones: ..Sacerdotes, yo o s pregunto: ¿De dónde provienen las Dores que embriagan al hombre? ¿El can to qu e em briaga, el h erm oso canto? Solo provienen d e Su Casa, del interior del cielo, solo d e allá vienen las variadas flores... D onde el aqua d e flores se extiende, la fragante belleza d e la flor se refina con negras, verdecientes flores y s e entrelaza, se entreteje: den tro d e ellas can ta, den tro d e ellas gorjea el ave Quetzal" (ibid.: 1 4 2 -1 4 3 )

Como sabemos, el pájaro Quetzal es equivalente al Ave Fénix. En la descripción de la cremación de Topiltzin-Quetzalcoatl, en la Crónica del Reino de Colhuacán, se expli­ ca que sus elem entos del alma y el espíritu (¡que son 13!), salieron de él en forma de pájaros de muchos colores, volando hacia el cielo, pero su corazón fue representado por el pájaro Quetzal, que „se transformó en la Estrella de la Mañana”. Esa transforma­ ción de las almas humanas en estrellas, que provoca también su endiosamiento, la des­ cribe Sahagún en su relato sobre las pirámides de Teotihuacán, donde la Estrella de la Mañana juega el papel del sím bolo de la resurrección (véase cap. 4). Aquí vienen frag­ mentos de otros textos, que ilustran el concepto mencionado:

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..De Tamoanchan, donde extiende sus raíces el Arbol Florido, donde se abren las corolas; ¡Venid aquí, Aves Negras y Doradas, Aves Verdes y Azules, Quetzal Verde, por todas partes venerado! Venid de Nonohualco, región cubierta de agua, vosotras, ares rujas del sol, vosotras criaturas de dios. El plumaje florido del Ave Verde y Azul (Quetzal) aquí está; a Casa d e Musgos Acuáticos fue llevada la aurora.

1-1 En la región de lluvia y niebla solo preciosas plantas acuáticas echan botones: ¡Yo soy la h echu ra del dios soy su criatura: he llegado!

[...) El dios te creó, cual flor te hizo nacer, cual canto te pintó." (Sahagún, 1 9 7 9:900)

Durante la fiesta del ciclo de ocho años

(véase cap. V), se cantaba el siguiente himno

„Ya va a lucir el sol, ya se levanta la Aurora, ya beben miel de las flores los variados pechirrojos, donde se yerguen las flores. En tierra estás en pie cerra del mercado, tú, que eres el Señ o r, ¡tú, Q u etzalcóatl! Sea deleitado junto al Arbol Florido: a los variados pechirrojos, a los pechirrojos, oíd. Ya canta nuestro dios, oíd, ya cantan los pechirrojos. ¿Es, acaso, nuestro m uerto el que trina? ¿Es, acaso, el que va a ser cazado? Yo refrescaré con el viento mis flores: La flor del sustento, la flor (que huele a) maíz tostado; donde se yerguen las flores.

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Mi corazón es flor: está abriendo la corola, ia h !, e s d u e ñ o d e la media noche. Ya llegó nuestra Madre, ya llegó la diosa Tlazultéotl. Nació C entéotl en Tam oanchan: d o n d e s e yergu en las flores: il-F lo r! Nació C entéotl en región de lluvia y niebla: donde son h ech o s los h ijos de los hom bres, ¡d o n d e e s t á n los du eñ os d e peces de esmeralda" (loe. cit)

Aquí está un himno dedicado al dios del nombre de calendario 5-Flor, es decir Xochipilli (= E 1 Príncipe Flor): „De d on d e las flores están enhiestas lie venido vo: V iento qu e proveerá, D ueño del rojo crepúsculo" (ibid.: 903).

Hay que subrayar, que no hay duda de que los pájaros de varios colores, y sobre todo Quetzal, representan los elem entos del alma y el espíritu del hombre en el cie­ lo ultraterrenal, lo cual está confirmado también por la muerte de Topiltzin-Quetzalcoatl a través de la crem ación, representada en el Códice Borgia. Allá los elementos que salen de las cenizas tienen forma de serpientes de colores, con la máscara del Señor del Viento y del Aliento Vital, es decir, de Ehecatl-Quetzalcoatl. El 13° elemen­ to es el corazón en forma de chalchihuitl, dentro del cual hay dos Serpientes del Vien­ to entrelazadas entre sí, que corresponden al pájaro Quetzal, según el relato arriba mencionado. Otra confirm ación la encontram os en el texto de Sahagún sobre Teoteteo, es decir, de los espíritus de los guerreros, purificados en la lucha heroica y en­ diosados, que se transforman en pájaros de plumaje suntuoso: .... y d espués de cu atro años [...] se tom aban en diversos géneros de aves de pluma rica, y color, y andaban chupando todas las (lores así en el cielo como en este mundo, com o los zinzones [colibríes] lo hacen" (ibid.: 208)

Este ciclo de transformación, que dura cuatro años, y que puede simbolizar el ciclo de reencarnación (ya que la flor también se refiere a los óiganos genitales de la mujer), se efectúa en Tamoanchan, que se conviene en el paraíso del Señor de la Tempestad, Tlalo can. En ese sentido se asemeja al paraíso hindú del Indra (que también es Señor de la Tem­ pestad). Un himno de la mujer, que ha de ser ofrecida en sacrificio a Tlaloc, dice lo siguien-

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„¡Ah!. envíame al Lugar del Misterio: bajo su mandato. [...] En cuatro años, en el más allá hay resurgimiento, ya no se fija la gente, ya perdió la cuenta, en el lugar de los descamados, en la casa de Plumas de Quetzal, hay transformación de b que pertenece al que resucita a las gentes.' (Sahagón, en: León-Portilla, 1 9 5 9:205)

Esta interpretación de reencamación corresponde a las creencias de los mayas de Zinacantán, descritas por R. Laughlin (1976), que se han conservado hasta la fecha. Los zinacantecas también creen, que el hombre posee 13 elementos del alma y el espíritu, que pasan por el proceso de la reencarnación. Como es sabido, el concepto del hom­ bre como un ser multicomponente es una creencia muy antigua, que se remonta hacia el chamanismo primitivo. También es importante la identificación de Tamoanchán con el seno materno, que es su realización más individual y más fuerte. Sabemos, que el Pez de Esmeralda es un símbolo del feto humano. Lo p e s a Xochipilli-Piltzintecuhdi, como se puede ver en la representación del signo del día del Mono, Ozomatli (Códice Borgia). La nodriza del fe­ to y la partera es una diosa lunar del ágave, Mayahuel-Ayopechtli ( = el Agave Hueco El Que Está en el Trono). El luto terminaba después de cuatro años. El feto, como el Pez de Esmeralda, se transforma en una tortuga, a través de la cual pasa una serpiente, lo que es un símbolo del recién nacido (Códice Laúd). Finalmente, deberíamos reforzar la interpretación de la reenam ación con el mito de Topiltzin-Quetzalcoad, en el cual se habla del regreso de ese Iniciado Supremo dd otro lado del Mar Oriental. En relación con lo antepuesto, hay que añadir, que Tamoanchán, como el seno ma­ terno, es el lugar del origen de un ser humano, y com o una zona del cielo da origen a los dioses y a los ..incorpóreos", es decir, de las personas espirituales. Pero es tam­ bién un lugar modelo del origen de las naciones. Tamoanchan, entonces se realiza en la imagen de la zona del Golfo (Tabasco y Vera Cruz), muy aluroso, húmedo y lleno de vegetación tropical abundante, donde ha nacido la cultura madre de los olmecas, que dio origen a otras culturas locales del periodo clásico posteriores. En el sentido más esotérico podemos hablar de la identifiación con Chalchiuhpazco ( = una Escu­ dilla Preciosa) en el centro del Océano Oriental (es decir, Adántico). De allí salen los

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a n t e p a s a d o s m í t i c o s d e l o s t o l t e c a s , a t r a v e s a n d o e l a g u a s o b r e las to r tu g a s (iv a s a b e ­ m o s , q u é s i g n i f i c a e s o ! ) y s o b r e p e r r o s , q u e fa c ilita n e l tr a n s p o r te al o t r o la d o d el „R ío N u e v e ”, q u e r o d e a e l M u n d o S u b t e r r á n e o . El s e n t i d o d e T a m o a n c h á n l o p r e s e n t a e n p o c a s p a la b ra s u n h im n o d e lo s o to m is :

.V am os a ch u p ar n o so tro s el líquido de las flotes en el lugar de la dicha, de donde h em os p roced id o . T ierra d e Flores, Tierra d e Sustento"

Tamoanchán es también la Tierra del Negro y Rojo = Tlillan-TlapaUan, es decir, la Tierra de la Sabiduría, que se posee al conocer de la unidad de todos los pares de oposi­ ciones extremas. Por eso, las siguientes concretizaciones de Ometeod, tras Tonacaiecuhtli-Tonacacihuad, en la oración de Topiltzin-Quetzalcoatl dirigida a Omeyocán, son Tecolliquenqui ( = L a Q ue Se Viste De Carbón), o sea, de negro, y Eztlaquenqui (= E I Que Se Viste De Sangre), o sea, de rojo. Dicha pareja se transforma finalmente en Tlallamanac (= L a Que Allana la Tierra) y Tlalichcatl ( = E I Que Cubre con Hilado de Algodón). Son entonces cinco pares de la representación de Ometeod en total, lo cual corresponde al signo de quincunx, o sea 5 puntos, que señalan a los 4 puntos cardinales y al centro, y al mismo dempo, a los 5 ciclos sinódicos del planeta Venus, iguales a 8 años solares. En Tlillan-Tlapallán muy importante es el senüdo del saber, es decir, la posibilidad de entrar en d icho terreno a través de la Iniciación de la Preciosa Serpiente Empluma­ da, Quetzalcoad. Esa iniciación da acceso al Gemelo Precioso, Nahualli, o sea, la pane supranatural o ultraterrenal del hom bre; en el lenguaje de chamanismo es el EspírituDoble, que en la mayoría de los casos tíene la forma de un animal. La iniciación es el „pasar el camino escarpado y acanalado de Ometeod" durante la vida tenenal, al final del cual espera la unión del úlümo par de oposiciones en la ..flor suprema” del Arbol de Tamoanchán. Es un cam ino acantílado y escarpado, porque requiere no sólo una mo­ ral alta, sino también el som eterse a las prácticas ascéticas muy rigurosas. Desde los üempos de Teoühuacán, que fue su primera gran metrópoli, México vivía un proceso de urbanización. Sería entonces de extrañar, si en la concreción de Omeyocán no apareciera la idea de la .Jerusalén Celestial". Y, realmente, apareció, lo cual demuestra la crónica de Torquemada donde la situación después de igualarse Ometecuhdi con Citlalatonac y Omecihuad con Cidallinicue, se la describe de manera siguiente: „... residían [... j en una ciudad gloriosa, asentada sobre los once cielos, cuto suelo era más alto y supremo de ellos; y que en aquella ciudad gozaban de todas las riquezas del mundo; y decían que desde allí arriba [...] gobernaban toda esta máquina inferior del

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mundo, y todo aquello que es visible e invisible, influyendo en (odas las ánimas, que criaban (odas las inclinaciones naturales, que vemos en (odas las críaíuras racionales e ir­ racionales y que cuidaban de (odo, com o por naturaleza les convenía, atalayando desde aquel asiento las cosas criadas..." (Torquemada, I9 ‘l3).

Para finalizar, deberíamos profundizar el concepto maya de la Deidad Suprema, lia mada Hunab-ku, definida en el Diccionario de Motul con las siguientes palabras: „... el único dios vivo y verdadero, el dios suprem o del pueblo de Yucatán, que no nene imagen ya que, según dicen, dada su incorporeidad no existe co n cep to alguno en cuanto a su aspecto."

Esa definición se desarrolla hermosamente en el Libro de los Cantares de DzitbaJché (en traducción de A. Barrera Vásquez). He aquí un fragmento de la magnífica canción?.... Viene por los cuatro ramales del cam ino de los cielos donde está la casa d e la estera en que rige el sabio Hunabk'u, aquél que recuerda al hombre que es difícil la vida aquí en el mundo para quien quisiera ponerse en el afán de aprender. Y que aquí en la tierra desalud porque es el Señor del fuego, del agua, del aire, de la tierra, Señor de este mundo, de todas las cosas hechas por él. El Señor Hunabk'u es quien da ta bueno v b m a lo entre los buenos y los malos. Porque él da su luz sobre la tierra; porque es el Dueño de todas las cosas que están bajo su mano, b mismo

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el sol que la luna; lo mismo la estrella humeante que es como la flor luminosa de los cielus, lo mismo las nubes que las lluvias; lo mismo el raro que la más pequeña mosca; lo mismo las aves que los otros animales...'1 (Barrera Vasques, 1965; 58 -5 9 )

Podemos agregar a ese conjunto de definiciones un himno de los quiches de Popol Vuh, en donde se subraya todavía más el potencial de la dualidad.: „¡Oh tú, Tzakol, Bitol, Creador y Form ador! ¡M íranos, escúchanos! ¡No nos dejes, no nos desampares, oh Dios, que estás en el cielo y en la tierra, Corazón del Cie­ lo, Corazón de la Tierra! ¡Danos nuestra descendencia, nuestra sucesión, mientras ca­ mine el sol y haya claridad! ¡Que amanezca, que llegue la aurora! ¡Danos muchos buenos caminos, caminos planos! ¡Que los pueblos tengan paz, mucha paz, y sean fe­ lices, y danos buena vida y útil existencia." (Popol Vuh, 1972)

Los textos arriba mencionados, sean mexicanos o mayas, concuerdan muy bien con el himno de adoración de Viracocha del lejano Perú: !0 Almácigo Donador de Vida, rey que pone fundamentos, señor, que dice: „este sea varón, esta sea mujer" creador de los em itores de la luz que alumbran a todas las cosas! Dónde estás? No podré vene? En el lugar de arriba, en el lugar de abajo, en la tierra está tu real usnu? Dime nomás: que?! Tú, que el mar de arriba extiendes, y en la sede del mar de abajo te conviertes, Alma del tiempo espacio, creador intencional del ser humano!

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señor Nosotros tus criados hacia tí con nuestros ojos imperfectos mirarte queremos. Mientras que yo te mire y conozca, te señale v te entienda, me verás y me conocerás. El sol y la luna, el día y la noche, el verano y el invierno no son en cano. Lo mandado anda. A lo señalado y a lo medido llega. Cuál eres tú, quien el cobre ordenador me hiciste llevar? Dime noniás: (jue?, escúchame noniás, mientras ijue todavía no

' ffS S S S fiS Z a * revno del Peni

yamqul Salea Maygua ..Relación de antigüedades deste

)m

No cabe duda, que el concepto de Hunab-ku o Tzalkol-Bitol de los mayas, así como de Viracocha peruano, es el mismo como en el caso de Ometeotl mexicano, a pesar de las diferencias etnoculturales en el modo de expresarlo. Por lo general, un monoteísmo relativo semejante se puede hallar en todas las anti­ guas religiones astrobiológicas. Y no sólo en ellas, ya que dicho concepto aparece hasta en por ejemplo, creencias de los autóctonos australianos, que tienen su Baiame Cele­ stial, sentado en el trono de cristal de roca. ¿Qué referencia tiene esa situación con un esquema de evolución, encontrado en los manuales, es decir, „actos mágicos separados-animismo-politeísmomonoteísmo" por una parte, y por otra, con el ..monoteísmo primitivo" del padre W. Schmidt? Según el autor del presente libro, los dos conceptos son simplificaciones, que no explican la esencia del problema. Parece, que no importa, a qué se refiere la documen­ tación de la historia de las religiones, es que siempre demostrara la coexistencia de las tendencias monoteístas y politeístas (hasta en el judaismo y en el mahometismo), de las cuales predomina una u otra, en dependencia de las épocas y los lugares. Quizás sea

TLILLAN-TLAPALLAN

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una realización de la oposición básica entre la Unidad y la Multiplicidad. En este caso, una de las tareas de la ciencia de las religiones sería el descubrir de los determinantes de las alteraciones en la dominación de los factores de esa oposición. Sea lo que fuese, la Unidad, a través de la Dualidad, pasa a la Multiplicidad en la ieo-, cosmo- y antropogonía. 111 Según el manuscrito No 3169, Biblioteca Nacional, Madrid (1615?). Paleografía, transcripción fonética y traducción del texto quechua por Jan Szemióski „Wira Quchanmama kaniasqanmantawan. De Tira Quchan y de su creación. Teóloga nocristiana andina y su lenguaje entre 1550-1662" Bet Shemesh 1986/1993, pgs 80/81 (manuscrito). El Autor agradece al Profesor D octorjan Szemiñski por haberte olorgadoel permiso de publicar esta traducción todavía inédira.

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