Mujer igualdad y educacion a distancia

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Descripción

                     

Gayol,  Y.  (2015,  marzo  16).  Mujer,  igualdad  y  educación  a  distancia.  U2000:  Crónica  de   la  Educación  Superior,  XXV(893),  1  y  5.  

Mujer, Igualdad y Educación a Distancia Yolanda Gayol1 Las mujeres sostienen la mitad del cielo. Mao Tse Tung Introducción El pasado 8 de marzo fue conmemorado el Día Internacional de la Mujer como un recordatorio frente la necesidad de equiparar los derechos económicos, políticos, sociales y                                                                                                                 1  Yolanda  Gayol  es  Faculty  Fellow  en  Fielding  Graduate  University.    

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culturales del género femenino con los del masculino. Dicha conmemoración tienen sus orígenes en 1909, cuando el Partido Socialista de América organiza una celebración nacional por la mujer en los Estados Unidos, como forma de recordar las costureras neoyorkinas que organizaron una huelga el año anterior. En 1910, la Internacional Socialista reunida en Copenhague determina que esta será una celebración mundial, sin asignarle una fecha precisa. En ese entonces, el derecho al voto femenino era la demanda más inminente. En 1975, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adopta el 8 de marzo como el día marcado para conmemorarlo, siendo la selección de esta fecha una forma de rendir homenaje a la marcha y huelga de las mujeres rusas por “pan y paz”, en 1917 (UN Mujer, 2015). Mujer y Desigualdad Habiendo transcurrido más de un siglo de manifestarse la importancia de la igualdad de género, los avances habidos aún dejan mucho que desear. Por ejemplo, las mujeres son pagadas entre un 10 y un 30 por ciento menos que los hombres en el mundo, en iguales condiciones de habilidad y se estima que esta brecha salarial aún tardará 75 años en desaparecer. En la representación política, solamente el 22 por ciento de los parlamentarios  

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del planeta y únicamente el 21 por ciento de los puestos directivos son confiados a mujeres. En cuando a la seguridad, una de cada tres mujeres en el mundo sufre alguna forma de violencia (física, simbólica, discriminatoria, de privación). En educación se observa que mientras que en el quintil más pobre de la población, el 60 por ciento de los adolescentes varones (13-17) se matriculaba en las escuelas, solamente un 30% de las mujeres lo hace (UNICEF, 2014). Asimismo, las mujeres representan dos tercios de los 792 millones de adultos analfabetos en el mundo (UNESCO, 2014). A manera de reducir tales brechas, la ONU ha establecido como meta para el 2030, contar con un Planeta 50-50 en igualdad de Género. Con ese fin, la actriz Emma Watson, que caracterizó a ‘Hermione’ en las películas de Harry Potter, encabeza la campaña mundial de las Naciones Unidas: ElporElla. Pero los esfuerzos por mejorar la equidad de género parecen magros en la práctica. En el 2013, esta organización solamente dispuso de $8.8 millones de dólares para impulsar 69 programas. Pero aún, desde que se organizó este fondo de ayuda, en 1975, únicamente se ha beneficiado directamente a 8 millones de mujeres (UN Women, 2014). Si se compara esta cifra con los 3.5 mil millones de habitantes

 

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del género femenino en el planeta podrá concluirse que se requieren intensificar los esfuerzos para impulsar la equidad de género en el mundo. Los anteriores datos indican que tanto las oportunidades como los beneficios existentes constriñen el desarrollo de las mujeres en todas las esferas de su actuación. Por ello, nos interesa revisar en este espacio qué se ha escrito sobre el involucramiento de la mujer en la educación a distancia. El propósito de este artículo es presentar algunos de los resultados de la investigación al respecto. Evidenciando las Diferencias Ya se ha expresado en este espacio que la educación a distancia tiene como valor esencial la provisión de oportunidades a cualquier persona, en cualquier lugar y en cualquier momento. Quizá por ello, la cuestión de la mujer como un asunto a indagar en esta modalidad, no se planteó en Europa hasta 1980. Fue la universidad alemana Fernuniversität la que permitió considerar el tema de la mujer como objeto de estudio. Ello cando se evidenció cuando se percataron que ellas estaban numéricamente sub-representadas, al compararse con proporciones disciplinarias equivalentes en los campus universitarios  

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presenciales. La Universidad Abierta de Inglaterra se unió al estudio de este fenómeno. Más tarde, la película de 1983, Educando a Rita, protagonizada por Julie Walters y Michael Caine, contribuyó a popularizar el tema de las dificultades de la mujer para retornar a la escuela, aún en la modalidad a distancia. En la década de los noventa, las investigadoras Liz Burge y Chere Campbell Gibson ampliaron el debate con sus investigaciones sobre la condición de la mujer en la educación a distancia. Investigación sobre Mujer y Educación a Distancia Entre las diferencias encontradas al participar en programas no convencionales se reportan las siguientes 1. El trabajo fantasma. El trabajo fantasma, o trabajo en la sombra, como denomina Ivan Illich, a las labores no remuneradas, es la carga puesta sobre los hombros de la mujer en la preparación de alimentos, el cuidado infantil o de los enfermos y adultos mayores, así como el lavado de la ropa y el orden general en el hogar. Este conjunto de tareas hace más difícil el involucramiento de la mujer en los programas a distancia. Quienes participan son extremadamente disciplinadas. El estudio a  

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distancia realizado después del trabajo y la atención a la familia, también se ha denominado el tercer turno (Kramarae, 2001). 2.

El acceso y uso a la tecnología. Cuando las familias solamente cuentan con un equipo de cómputo, en los grupos desfavorecidos, el acceso a éste tiende a relegar a la mujer como usuaria, situación que la obliga a posponer el trabajo académico hasta el momento en que otros miembros de su familia le permiten utilizar los equipos. Además, los hombres tienden a ser usuarios más intensos de las tecnologías, motivo por el cual, las estudiantes pueden enfrentar mayores dificultades técnicas al utilizar los equipos.

3. Los estilos de comunicación. Se ha investigado que la forma de comunicación de la mujer en línea difiere a la de los varones. El género femenino se comunica para establecer comunidades de práctica, mientras que los hombres están más orientados al cumplimiento individual de las tareas encomendadas (Blum, 1998). 4. Aprendizaje social. Las estudiantes esperan que los profesores les provean de retroalimentación con mayor asiduidad que los hombres, dado que su estilo de comunicación tiende a ser más social. Por ello, los programas de aprendizaje autodirigido pueden resultar menos adecuados para el género femenino (Moody, 2002).  

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5. Concepciones sobre el aprendizaje. En una población de 372 estudiantes que se preparaban con un propedéutico para iniciar sus estudios a distancia en la Universidad Abierta de Inglaterra, no se encontraron diferencias de género en ideas tales como que “el aprendizaje es valioso para procesar activamente el conocimiento, desarrollar el pensamiento crítico, aumentar el conocimiento personal, recordar información y para percibir las cosas de distinta manera” (Makoe, Richardson y Price, 2008). 6. Motivos para el estudio. En una investigación con 100 estudiantes de la Universidad Abierta de Inglaterra se encontraron tres motivos para estudiar. Las actitudes de los estudiantes hacia el estudio varían de acuerdo al género, la edad y la preparación previa. En el primer motivo, el estudio a profundidad, los estudiantes tienen como meta estudiar a fondo los significados de los materiales del curso. En el segundo motivo, el estudio estratégico, los alumnos buscan obtener las mejores calificaciones con un esfuerzo razonable y en el tercer motivo, el estudio superficial, los estudiantes tienen como prioridad la memorización de lo que se les  

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preguntará en el examen, antes que el aprendizaje. A partir de estas tres formas de aproximarse al saber se concluye lo siguiente. en el imaginario social se espera que los hombres se desempeñen mejor que las mujeres. Ellos califican mejor en variables que miden la autoeficacia para el aprendizaje. Los varones tienen mejores puntajes en el relacionamiento de ideas. Las mujeres temen más al fracaso escolar pero se desempeñan mejor en la administración del tiempo, la organización para estudiar y el monitoreo de su efectividad. Las diferencias encontradas en actitudes y creencias sobre el desempeño por género no influyen en la obtención de las calificaciones finales. Es uno de los tres motivos hacia el estudio los que determinan la calificación final (Richardson, J. 2007). Conclusiones Las dificultades de la mujer para participar en la educación a distancia obliga a reflexionar sobre las políticas de admisión y retención institucionales. La flexibilidad en el ritmo en el que los estudios pueden cursarse y el monto de la carga crediticia factible en cada caso ayuda a la mujer a cursar con éxito sus estudios. Asimismo, les beneficiaría una intervención institucional que disminuya los estereotipos negativos sobre su desempeño  

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potencial y el reconocimiento a la carga adicional que tienen en sus múltiples roles, ayudaría a ampliar la conciencia de sus familias y centros de trabajo, para establecer un sistema de apoyo en torno a su calidad de estudiante. Finalmente, un sistema soporte técnico eficiente y la disponibilidad inmediata de los tutores para proveer retroalimentación inmediata, tanto cognitiva como afectiva, son factores que mejorarían las probabilidades de éxito entre las estudiantes a distancia. Referencias Blum, K. (1998, septiembre). Gender differences in CMC-based distance learning. Feminista, 2(5). Kramarae, C. (2001). The third shift: Women learning online. Washington DC: American Association of University Women. Makoe, M., Richardson, J., & Prince, I. (2008). Conceptions of learning in adult students embarking on distance education. Higher Education, 55, 303-320.  

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Moody, J. E. (2002). Women’s experience in distance education [Tesis de maestría]. University of Central Florida. Richardson, J. (2007). Motives, attitudes and approaches in studying in distance education. Higher Education, 54, 385-416. UN Women (2015). International Women’s Day. History of International Women’s Day. United Nations. Revisado en, www.un.org/en/events/womensday/history.shtml UN Women (2014). Annual Report 2013-2014. United Nations. Revisado en, www.unwomen.org UNESCO (2014). Illiteracy. Revisado en, www.unesco.org UNICEF (2014). Statistics and monitoring.Revisado en, www.unicef.org/statistics

 

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