Los aztecas: historia y arte

June 30, 2017 | Autor: Ismael Pérez | Categoría: History, Aztecs, Aztec Art, Aztec History, Historia de México, Historia Azteca
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Descripción

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J. Soustelle (1980), 7-8.
J. Soustelle (1980), 8-9.
G. Vaillant (1941), 49-50.
G. Vaillant (1941), 63.
J. Soustelle (1980), 13.
G. Vaillant (1941), 63.
J. Soustelle (1980), 14.
V. Von Hagen (1964), 48.
V. Von Hagen (1964), 49.
J. Soustelle (1980), 16-18.
J. Soustelle (1980), 101.
G. Vaillant (1941), 131.
J. Soustelle (1980), 105.
G. Vaillant (1941), 190.
J. Soustelle (1980), 104.
G. Vaillant (1941), 112, 113, 131.
G. Vaillant (1941), 132-135.
J. Soustelle (1980), 42-43.
V. Von Hagen (1964), 168-169.
V. Von Hagen (1964), 163-164.
G. Vaillant (1941), 135-136.
J. Soustelle (1980), 104-107.
V. Von Hagen (1964), 91-92.
G. Vaillant (1941), 126.
G. Vaillant (1941), 124.
V. Von Hagen (1964), 165.
G. Vaillant (1941), 125. V. Von Hagen (1964), 166-167.
V. Von Hagen (1964), 88-89.
J. Soustelle (1980), 63.
J. Soustelle (1980), 111.
J. Soustelle (1980), 108.


LOS AZTECAS
HISTORIA Y MUNDO ARTÍSTICO COMO CARA VISIBLE DE SU CULTURA
Alumno:
Ismael Pérez Montiel
Trabajo tutorizado por Dña.:
Marion Reder Gadow
Universidad de Málaga




ÍNDICE

I.INTRODUCCIÓN

II.DE LOS ORÍGENES A HERNÁN CORTES
1. El Anáhuac hasta época postclásica
2. El auge del imperio Azteca

III.LAS BELLAS ARTES DE LOS AZTECAS
1. La arquitectura
2. La artesanía azteca
a) El trabajo en piedra y la escultura, el arte mayor
b) La alfarería: la cerámica
c) La metalurgia: orfebrería y joyería
d) El tejido, la vestimenta y el arte plumario
e) La pintura y el dibujo

IV.CONCLUSIONES

V.REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS



I.INTRODUCCIÓN
Ya con la llegada de los europeos a las Antillas en el siglo XV, aunque aún no se había llegado a la conciencia de descubrir un nuevo continente entre Europa y Asia hasta poco más tarde, se descubrieron indígenas o malamente llamados "indios" que provocarían un gran impacto en Europa, ¿Quiénes eran esas gentes de las que no se tenía datos de su existencia?
Pero, el siglo XVI mostro a los europeos que en ese nuevo continente se encontraban indígenas, pueblos, tribus y gentes más civilizadas, con un nivel cultural más alto que los que poseían los indígenas antillanos; cuando los conquistadores y adelantados españoles se adentraron en el territorio de Centroamérica a partir del año 1519, se encontraron con una civilización en particular, en medio de otros muchos pueblos, que dominaban casi todo Centroamérica, nos referimos claro está, a la civilización azteca o mexicana, antepasados de los actuales habitantes de México. Estos dominaban bien su territorio a la llegada de los españoles, imponiendo su lengua, religión y cultura al resto de pueblos. Tenochtitlán, capital de esta civilización era la viva representación de toda la cultura mexicana, su arquitectura, esculturas, pinturas y otras artes llamaron la atención de los españoles, un arte ya evolucionado y heredado de sus antecesores que habitaron Centroamérica antes que ellos que formaban su base cultural.
Éste pues es el centro de nuestro trabajo, investigar la cultura azteca; en la actualidad si queremos conocer el pasado de una civilización recurrimos a los testimonios escritos, en este caso por los cronistas españoles de la época, o bien por la arqueología, a partir de la cual conocemos la historia y las características de un pueblo por los vestigios dejados a través del tiempo, las artes aztecas como son la arquitectura y escultura entre otras nos muestran justamente eso. Señalaremos así pues las artes más importantes de los aztecas, su origen y características que hacen tan particular su cultura.
En resumen, vamos a investigar la historia azteca desde sus orígenes hasta la llegada de los españoles y las características de su cultura mostrada a través de sus restos arqueológicos, es decir, todo su arte cultural.
II.DE LOS ORIGENES A HERNÁN CORTES
1. El Anáhuac hasta época postclásica
Como bien nos indica el título, el centro de la acción es Centroamérica llamado Anáhuac en el lenguaje náhuatl, y en ella se ha producido una especie de escalonamiento por así decirlo, es decir, culturas que se han ido sucediendo una detrás de otra a lo largo de muchos años, en ese contexto, aunque un poco mas tardíamente, "los aztecas habían conocido unos comienzos oscuros y difíciles; llegados tardíamente durante el siglo XIII en México central, presentaron el aspecto de intrusos y desprovistos de tierras", ya que el inicio de su auge comenzaría con el reinado de uno de sus reyes Itzcoalt entre 1428 y 1440, fecha de su muerte.
Los primeros pueblos que habitaron el valle de México pertenecerían a un periodo antiguo, llamado por los expertos y arqueólogos que establecieron las periodizaciones, culturas de época preclásica; la siguiente generación de pueblos están enmarcados en las culturas clásicas y en la siguiente donde se desarrolla y establece la civilización azteca es llamado el periodo postclásico. En este apartado trataremos las dos primeras fases históricas de Anáhuac.
Pues bien, hay que decir que lo que se sabe de los primeros pueblos agrícolas primitivos que habitaron Anáhuac esta casi envuelto en el misterio debido a la confusión de las versiones que dan los cronistas del siglo XVI al recoger las historias tradicionales de los pueblos de Centroamérica, y la arqueología a revelado pocos datos, aun así su labor ha sido y es muy importante.
Las investigaciones arqueológicas han llevado a situar a diferentes pueblos neolíticos entre el 15.000 a.C. y el 1500 a.C., estos pueblos en un principio eran pueblos cazadores que utilizaban armas de piedra tallada y rodeaban lagunas y pantanos en busca de grandes presas. Llegados a mediados del cuarto milenio estos pueblos se asientan y desarrollan la recolección y la agricultura a lo largo de los siguientes tres mil años en la zona de las costas del golfo, en el altiplano y en las llanuras del centro de México, destacan asentamientos como El Arbolillo, Zacatenco, Ticonmán o Tlatilco. Las diferentes periodizaciones dentro de este gran periodo se podían fechar a través de los cambios realizados en las cerámicas y figurillas que atestiguan estructuras sociales diferenciadas entre los pueblos neolíticos; según los hallazgos arqueológicos y las investigaciones del doctor Vaillant, en el periodo preclásico se podían diferenciar tres etapas: el Inferior que iría desde el 1500 a.C. hasta el 1000 a.C., el de Transición que iría desde el 1000 a.C. hasta el 600 a.C., y por último el periodo Superior hasta el 150 a.C. diferenciando las etapas por el sedentarismo, el cambio en las esculturas, cerámicas y construcciones arquitectónicas.
Será así en el 1500 a.C. cuando en las costas del golfo de México se pueda llegar a distinguir un pueblo entre los demás de este gran periodo preclásico, nos referimos a la cultura Olmeca, que podría distinguirse como la primera civilización mexicana, se situó entre el norte de Tabasco y el sur de Veracruz, y se la consideró así no por casualidad, esta cultura supuso el puente entre lo primitivo y la civilización, ya que antes de desaparecer en el 400 a.C. aproximadamente, difundieron su cultura sobre toda Mesoamérica, hay que destacar sus características representaciones en piedra de San Lorenzo, La venta y Los Zapotes, que eran ni más ni menos que cabezas de 65 toneladas, junto a ellas se encontraban altares, pirámides, estelas, etc. Así con los Olmecas surgieron todos estos rasgos de las posteriores civilizaciones de México.
Pasamos así a la etapa de las civilizaciones clásicas que abarcan el primer milenio de nuestra era, aquí tanto fuentes tradicionales como la arqueología aportan gran cantidad de datos. Hubieron cuatro focos culturales en México: el país de los mayas al sur, Monte Albán y Mitla de los Zapotecas, El Tajín (en Veracruz) y Teotihuacán en el Anáhuac sobre el cual reposa nuestro interés; así pues,la era clásica de Teotihuacán fue una época de unidad cultural, los pueblos de México central hicieron durante el primer milenio de nuestra era las mismas cosas, vivieron de la misma manera y adoraron a los mismos dioses.
Sabemos todo esto por los caracteres comunes que presentan en la misma época la arquitectura, escultura y cerámica de todos los pueblos de Anáhuac, por lo que se puede asumir que pese a estar separados por grandes distancias estaban en contactos unos con otros sobre todo por el comercio. Teotihuacán como ciudad representó una revolución urbana, su auge o florecimiento se fecha entre el 400 y el 700 d.C., poseía grandes pirámides de alturas de hasta 63 metros dedicadas al sol y la luna, una cerámica bien construida y pintada, esculturas, templos, etc. Sus dioses están bien identificados, adoraban a los dioses agrícolas como Quetzalcóalt y al dios del agua (llamado Tlaloc por los aztecas) entre otros. Parece ser que fue una metrópoli teocrática y su aristocracia era sacerdotal originaria de la zona de los Olmecas.
Sin embargo parece que esta época tan brillante tocaría su fin, según nos dice J. Soustelle (1980, 12), "a consecuencia de fenómenos económicos las grandes ciudades clásicas fueron abandonadas poco a poco entre los siglos IX y XI". La disolución de la civilización teotihuacana llego en forma de hambres y disensiones religiosas y destruyó casi por completo su estructura. Según G. Vaillant (1941, 63) "entramos así en una nueva era, llamada Postclásica que será completamente militarista, aquí comienza la historia", la razón por la cual Vaillant dice esto es porque la civilización Tolteca fue el primer pueblo que se registra en los anales del Valle de México y la primera cultura de la lengua Náhuatl, a pesar de que los anales son confusos, se sabe que ejercieron una enorme influencia en el territorio.
2. El auge del imperio Azteca
Según la cronología tradicional se acepta desde 1941 que en el año 856 los toltecas emigraron del norte y fundaron la ciudad de Tula, su capital, con la ayuda de otros pueblos civilizados de los alrededores y que los primeros inmigrantes toltecas durante un tiempo aceptaron la cultura, su religión, dioses y costumbres heredadas de esos pueblos influenciados por la ya pasada Teotihuacán. Sin embargo, las sucesivas oleadas de estos inmigrantes del norte hicieron que esas tradiciones se dejaran atrás; estos inmigrantes trajeron consigo nuevas tradiciones, su complejo religioso es representado por su dios principal: Tezcatlipoca, dios del viento y protector de los guerreros. Aquí es importante señalar un mito de los toltecas que narraba que Tula pasó un tiempo en conflictos militares y guerras civiles que permitieron en el año 999 ahuyentar al dios Quetzalcóatl (dios y rey hechicero al que veneraban anteriormente, como dijimos) que se vio obligado a exiliarse hacia el horizonte oriental.
Así pues, la civilización tolteca se desarrolla desde el siglo XI, establece nuevos ritos como es el caso de la generalización de los sacrificios humanos, los dioses agrícolas y del agua fueron sustituidos por dioses de os astros, el rey paso a reunir todos los poderes que en la cultura de Teotihuacán tenían los aristócratas sacerdotes y formándose ahora una aristocracia militar; en cuanto a lo que al arte se refiere, los toltecas son considerados como genios arquitectos, los templos que construyen son auténticos santuarios con enormes salas donde guerreros y sacerdotes se congregaban, y además de eso eran grandes agricultores. Su influencia llego desde Tula hasta las costas del golfo y hasta las montañas de Oaxaca y el Yucatán, fue tanta que lo esencial de su arte, religión y organización política sobrevivió prácticamente hasta la llegada de los españoles y su conquista, y que incluso influenciaría a las siguientes civilizaciones que estaban por llegar. Fue una civilización que marco una diferencia con las culturas establecidas hasta el momento, sin embargo en el año 1168 sucumbió a las disensiones internas y Tula fue saqueada y abandonada aunque de la ciudad salieron contingentes que lograron establecerse a las orillas del lago y en Cholula permitiendo que su tradición se conservara.
El fin del dominio de los Toltecas provocó un gran impacto en el resto de pueblos de Centroamérica, esto fue lo que provoco la marcha desde el norte de diferentes "tribus bárbaras" pertenecientes a una sola etnia llamados Chichimecas. Éstos se instalaron en cuevas y en bosques de México central, sin embargo no tardaron en entrar en contacto con las ciudades toltecas que todavía quedaban y llegaron a mezclarse étnicamente con dichas ciudades de tal manera que su multiplicación fue rápida al igual que su desarrollo cultural. Los Chichimecas no tardaron en absorber la agricultura, la religión, la lengua y la organización política de los toltecas tras descender de las cuevas hasta ciudades como Texcoco en el siglo XIII y ya en el siglo XIV llegaron a repartirse en la altiplanicie central más de 28 ciudades, el desarrollo cultural jamás sería tan abundante como ahora donde la pasada cultura tolteca ahora renacía con estos inmigrantes del norte.
Llegamos así a los aztecas, éstos formaban parte de la etnia chichimeca; durante el primer milenio antes de la caída de Tula en el año 1168, según la tradición histórica vivieron en una isla en medio de un lago llamado Aztlán (situado en el noroeste de México) y de donde los españoles sacaron su nombre, puesto que entre ellos está asegurado que no se llamaban así antes de la llegada de los españoles. Su lengua era también náhuatl, y por otro lado eran conocidos por las crónicas autóctonas como "barbaros sin nada", es decir aztecas chichimecas; es posible que se hubieran establecido en Aztlán en el siglo II d.C. procedente de otra región más septentrional. Debieron permanecer allí durante casi mil años al margen de otras civilizaciones, aunque eso sí, rodeados de otros pueblos chichimecas de dialecto náhuatl, pero claro está que en lo que respecta a sus orígenes solo tenemos evidencias a partir de sus leyendas y mitos aztecas, y al igual que el resto de pueblos chichimecas subsistieron gracias a la caza y la recolección viviendo en cuevas.
Con la caída de Tula en el año 1168 los aztecas se sumaron a la marcha de los chichimecas pero tomando rutas distintas, de esta manera penetraron en el altiplano central en el siglo XIII por la región de Tula aunque fue una marcha muy interrumpida ya fuera por conflictos con otros pueblos o por la estancia de varios años en otros lugares, y debido a ese contacto fueron asimilando ritos y tradiciones, fueron años errantes en los que según los manuscritos indígenas viajaron guiados por sacerdotes que adivinaban la voluntad de su dios que los guiaba y les ordenaba lo que debían hacer, llevaban con ellos en su marcha una efigie de Uitzilopochtli (divinidad representada por un colibrí), por tanto, parece ser que su gobierno estaba basado en una teocracia de sacerdotes.
Sus clanes carecían de suficientes esposas para multiplicarse de modo que las robaron a pueblos vecinos, estos en los robos tomaron esclavos aztecas de una parte de la tribu, la otra escapo a un islote del lago Texcoco, los esclavos aztecas que escaparon a la carnicería contra el rey de Colhuacán se unieron al resto de la tribu donde se refugiaron. Fue allí donde crearon su capital en 1325: Tenochtitlán, la ciudad-estado, por revelación de su dios Uitzilopochtli.
Con el paso del tiempo la ciudad se extendió en los islotes subsistiendo gracias a la pesca; quisieron civilizarse, para ello necesitaban un rey perteneciente a un pueblo civilizado, lo encontraron en el poblado tolteca de Colhuacán nuevamente, gracias a ello los aztecas asimilaron los ritos, las artes, y la tradición agrícola de los toltecas, mas adelante asimilaron la administración política de los chichimecas cercanos; este soberano Acamapichtli empezó su reinado en el 1375 que se unió a otras ciudades chichimecas. Su sucesor Uitzilihuilt II llevó a cabo campañas de alianzas matrimoniales. Chimalpopoca, el siguiente rey no fue más que vasallo de otro pueblo que tuvo un efímero dominio en el valle de México (Azcapotzalco) hasta su muerte. Tras ello el dominio de Azcapotzalco se extendió poniendo en una situación peligrosa a Tenochtitlán, pero llegó un cuarto soberano, Itzcoalt elegido como jefe militar que consiguió resistir y destruir la ciudad enemiga, esta victoria se produjo por la triple alianza de las ciudades de Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan, tras la guerra se confederaron naciendo así la civilización azteca, ya que los aztecas estaban al frente de la liga.
Tras la muerte de este celebre rey en 1440 las tres ciudades dominaban sobradamente el valle central en toda su gran extensión, y los cinco reyes que se sucedieron en el trono de Tenochtitlán, terminando con Moctezuma II, se dedicaron a la extensión del dominio azteca. Cuando los españoles llegaron en el siglo XVI, según los documentos indígenas, las "provincias" del imperio eran más de treinta y ocho.
Los primeros españoles fueron recibidos violentamente, sin embargo las expediciones realizadas por Juan de Grijalva y Hernán Cortés entre los años 1517 y 1520 fueron recibidas por los aztecas de una manera mucho más amistosa, la razón fue por el mito que los aztecas heredaron de los toltecas que decía que, cada cincuenta y dos años el dios del viento Quetzalcóalt volvería de su exilio, la llegada de los españoles en 1519 coincidió con la fecha, lo que dejó maravillados por esas armaduras y esos caballos nunca antes vistos en el continente y esperanzados a los aztecas de la llegada de su dios para "tomar posesión de su herencia". Los españoles encontraron una civilización avanzada donde antes ni siquiera creían en la existencia de un continente entre Asia y Europa con enorme riqueza arquitectónica, religiosa y cultural heredada; sin embargo por varias razones del destino la cultura azteca encontraría su fin a manos de los españoles después de encarnizadas guerras el 13 de agosto de 1521.
III.LAS BELLAS ARTES DE LOS AZTECAS
1. La arquitectura
Como dijimos, el periodo clásico forjó en sus poblaciones el arte que habría de ser heredado como legado tradicional por las siguientes civilizaciones mexicanas, características que habían sido adoptadas, como los templos de pirámide escalonada o los muros decorados con frescos, las cuales ya venían dándose con los olmecas.
Así pues los aztecas recibieron o asimilaron este legado de los pueblos de herencia tolteca sobre todo de las cercanías en el altiplano central; los toltecas fueron importantes en arquitectura, pues realizaron grandes adelantos como los grandes salones de columnas o las grandes estatuas en el principio de las escalinatas de las pirámides-templo. Es pues, extraordinario que desde la época clásica convergieran diferentes tradiciones artísticas para terminar fundiéndose en la cultura azteca y todo porque los aztecas se inspiraron en los pueblos vecinos. Sin embargo parece que dijéramos que los aztecas fueron unos simples imitadores artísticos y que gracias a su dominio su arte consiguiera prevalecer sobre el resto de pueblos, pero, tanto arquitectos, pintores y artesanos hicieron de la tradición heredada un estilo propio de dinamismo, fusionando un profundo simbolismo con muchas figuras realistas y realizadas con una gran habilidad.
Hay que decir que la religión y la superstición de los aztecas hacia sus dioses les servían de mucha inspiración para construir y crear obras artísticas, esa era la principal razón por la cual en todos los aspectos de su arte abundan las obras religiosas, y es precisamente en las construcciones religiosas donde está la manifestación más importante de su arquitectura. Por desgracia, los españoles poco después de su llegada (1521) destruyeron todos los símbolos paganos aztecas y los monumentos de Tenochtitlán, cosa que seguirían haciendo con el resto de poblaciones indígenas de América a la postre; por tanto lo que nos ha llegado de esos edificios son las descripciones y dibujos de la época, pero a día de hoy han conseguido subsistir edificios aztecas en otros poblados cercanos como Morelos, Huatulco o Teayo en Veracruz. Ahora bien, existían diferentes tipos de construcciones con sus características, historia y significado: la arquitectura religiosa, la arquitectura militar, la arquitectura domestica, civil y palaciega.
Empezando con la arquitectura militar, son pocas las evidencias que quedan en pie, pero está claro que era importante dentro del arte azteca; al igual que los toltecas, los aztecas construyeron fortalezas y baluartes en Tenochtitlán provistas sus murallas de almenas que defendían puntos de paso, un ejemplo es la entrada de los malecones que permitía atravesar el lago, o también sirve de ejemplo Oztomán en las fronteras del imperio que daban con Michoacán, donde hoy se pueden ver los restos de muralla y baluarte azteca. En cuanto a las casas y los edificios públicos no se conservan más que dibujos, las casas solían estar hechas en piedra y su forma tendía a ser rectangular, espaciosas con suelos de estuco, podían albergar cocina y habitaciones e incluso patio exterior, en la urbe de Tenochtitlán lo característico eran hileras de casas muy apretadas donde las únicas plazas abiertas eran las del Templo de Tlatelolco y las pirámides del centro religioso rodeado de los palacios, y por lo que respecta a los edificios públicos, eran replicas a gran escala de la arquitectura doméstica.
En cuanto a los palacios de los reyes de México no ha quedado ni un solo vestigio a parte de pinturas y dibujos que los representan de tal manera que podemos hacernos una ligera idea de su forma y contenido. Su descripción podemos encontrarla en los testimonios de la época, en ellos se decía que sus plantas y estructuras seguían los planos de los edificios mayas y toltecas: se caracterizaban por grandes salas de columnas, patios interiores, terrazas, lujosos jardines, salas de consejo, etc. Digno de mención es el arte de la jardinería donde los aztecas acondicionaban los sistemas de riego y acueductos en los jardines de palacio. Destacaron varios palacios importantes, entre ellos está el palacio de Moctezuma II, según el códice Mendoza tenia habitaciones en una plataforma hacia la que se llegaba por una escalinata, aposentos para jefes aliados, salas para consejos de guerra, departamentos para ayudantes y concubinas, patios con estanques para natación e incluso una casa de fieras, que no alteraban el sistema de habitaciones del palacio. Otros palacios importantes fueron algunos como los de Texcoco o el palacio de Chiconauhtla que guardaban semejanzas entre sí, destacaban sus salones del trono y habitaciones para almacenes, llegaban a haber incluso salas para ciencia y música, por lo que los palacios eran de enorme lujo. El tener acceso a las minas de oro y plata les daba a los aztecas la posibilidad de tener edificios y vidas lujosas aunque en la sociedad azteca había un mayor enriquecimiento en la aristocracia guerrera pero la población entera estaba bien sustentada.
La arquitectura religiosa alcanzo la mayor majestuosidad y la mayor relevancia en la ciudad; la religión era esencial para los aztecas como dijimos, por temor a los dioses buscaban formas de agradarlos para que su ira no cayera sobre ellos, por lo que para la consecución de los múltiples ritos y el agrado de su gran panteón de divinidades eran necesarias construcciones adecuadas para el trabajo de los sacerdotes, como eran los sacrificios. Estos edificios eran considerados centro de la ciudad y hacía que ésta fuera sagrada, es el caso de Tenochtitlán; los dioses más sagrados vivían en el cielo por lo que los edificios religiosos debían de ser elevados separado así de lo mundano, de manera que los templo adoptaron la forma de pirámides escalonadas desde muy temprano.
Generalmente, el templo azteca tenía una plataforma con tres terrazas a sus lados, por ellos pasaba una empinada y ancha escalinata concebida para que la vista del espectador desde la plaza estuviera concentrada en la piedra de sacrificio en la cúspide; la plataforma estaba decorada con bloques de piedra labrada en hilera a sus lados que representaban cabezas de serpiente u otro símbolo de culto. Tras la piedra de sacrificio en la cúspide estaban rematados los templos que albergaban una cámara con un ídolo y otra para los sacerdotes, sus muros siempre tenían relieves y ornamentos. Algunos templos eran cilíndricos asentados sobre plataformas igualmente cilíndricas, éstos eran dedicados a Quetzalcóatl, representado como dios del viento, el cual era representado como mitad serpiente mitad águila, de ahí que estos templos tuvieran esas representaciones en sus pórticos. Muchos templos eran excavados en roca viva o en piedra volcánica y sus alturas eran muy elevadas de manera que su construcción creaba una gran ilusión óptica desde abajo.
Sin embargo, los templos o pirámides aztecas no siempre fueron así, como dijimos, sino que tuvieron una evolución desde época preclásica donde los lugares sagrados eran altares al aire libre, los olmecas de época clásica y la cultura de Teotihuacán sustituyeron esos altares por templos donde los tamaños y la complejidad fueron aumentando. Los Chichimecas construyeron templos muy parecidos a los de los aztecas en gran número pero pocos sobrevivieron. Con la llegada de los aztecas y la multiplicidad de pueblos en el valle de México los templos se hicieron más grandes y se multiplicaron.
A diferencia de otras construcciones, a día de hoy si se conservan muchos templos que revelan su evolución arquitectónica en la historia y que demuestra ese rasgo tan religioso de los aztecas, destacamos el templo de Tenayuca empezado por los chichimecas y terminado por los aztecas; en Tenochtitlán se conserva el templo de Teocalli que seguía el esquema que hemos descrito, el templo de la izquierda era del dios Tlaloc y el de la derecha para Huitzilopochtl, dios de la guerra, tiene grandes dimensiones con una decoración compleja, es de rasgos típicamente aztecas; en cuanto a templos dedicados a Quetzalcóatl quedan el templo de Calixtlahuaca en Toluca, y en cuanto a templos excavados en roca viva destaca el templo de Melinalco.
2. La artesanía azteca
Entre el pueblo, los oficios de agricultor, mercader y artesano eran los más realizados y honraba a las familias en los clanes. La artesanía era considerada entre los aztecas una actividad muy respetada e importante tal y como dice J. Soustelle (1980, 42), que a través del comercio se extendía por el territorio junto con su cultura, era un símbolo de la tradición azteca.
"La producción familiar de artículos de uso diario dio un gran impulso a la artesanía" nos dice G. Vaillant (1941, 119), desde un principio; por otro lado los dioses y la religión estimulaban la maestría de los artesanos y toda obra u acto que realizasen lo hacían por favor a la deidad, de ahí a que los utensilios del templo por ejemplo tendieran a ser un exponente de la mejor artesanía local. Los artesanos podían dedicarse a diversificadas actividades por los que tenían diferentes títulos: lapidarios, escultores, orfebres, alfareros, plumajeros y tejedores entre otros (estas dos últimas eran realizadas por las mujeres).
Todos ellos llevaban el titulo de Toltecas pues a esa civilización y a su dios se le atribuían las técnicas de la artesanía. Los artesanos formaban gremios por cada distrito y adoraban a sus propios dioses con sus propios ritos; todos ellos convivían y ejercían sus oficios por generaciones en las mismas familias trabajando en su domicilio mayormente, y al parecer según documentos de la época, estaban bien pagados.
a) El trabajo en piedra y la escultura, el arte mayor
Empezando con los lapidarios y el trabajo de la piedra hay que decir que, eran los encargados de trabajar con las piedras preciosas, eran originarios de la ciudad tolteca de Xochimilco, tenían sus fiestas anuales y sus habilidades en el trabajo especial de estas piedras era soberbio, eran auténticos expertos. Las principales piedras preciosas que se trabajaban eran: el jade, la esmeralda, la obsidiana y las turquesas.
El jade era la fusión de la belleza y la muerte, utilizado como tributo para los muertos. Era una piedra caracterizada por su dureza por lo que no era fácil de trabajar, se usaba igualmente para las mascaras aztecas, muy características de la cultura.
Las turquesas eran conseguidas a través del comercio con el norte de México y a través de tributo de guerra a otras ciudades vencidas, eran muy demandadas para usarlas en decoración de cuchillos y mosaicos en mascaras que lograban un gran colorido.
El cristal de obsidiana era la especialidad de los aztecas, procedente de zonas volcánicas, era utilizado para armas, cuchillos, espejos muy pulidos y otros objetos de gran belleza como muchas pequeñas esculturas religiosas de gran detalle.
Pero todas estas piedras no pueden compararse con la esmeralda, la piedra más valiosa, se la estimaba mucho, incluso los españoles la veían como un símbolo de gran riqueza, se usaban para decorar los ídolos y también como ornamentos para perforarse las orejas o la nariz, Moctezuma, rey de Tenochtitlán, lo hizo nada mas coronarse. El cincelado de las piedras preciosas era el arte más antiguo de México, el que más fascinaba a los indios, y en esa sociedad jerarquizada adornos como estos denotaban mucho prestigio.
Pasamos así a la escultura, sin lugar a dudas, "fue la contribución más grande de los aztecas al arte" según V. Von Hagen (1964, 163), era un arte determinado, con una funcionalidad y ligada en gran manera a la religión como el resto de artes; la escultura azteca tenia detrás de sí una larga tradición y se caracterizaba por su enorme realismo, su simbolismo y su gran ejecución por parte de los escultores. Pero si por algo se caracterizaba su escultura era porque en ellos estaban inmersos los sentimientos de sus creadores, el historiador francés Élie Faure la describía como "bella, majestuosa y monstruosa". La escultura azteca era muy versátil, podía ir desde esculturas grotescas a otras más delicadas, de miniaturas, a la gran estatuaria y pasando por diversos tipos de escultura y temas. Aunque existían esculturas independientes la gran mayoría de ellas estaban ligadas a la arquitectura religiosa y palaciega, se encontraban en los altares, en los frisos, en los muros, en las columnas, en el pórtico, como estatuas, como relieves, etc., por tanto la escultura no era un elemento superficial sino que era un elemento fundamental para la arquitectura.
Las incontables esculturas aztecas y estatuas de diferente índole, tamaño y tema fueron en su mayoría destruidas por los españoles durante toda la época colonial, a día de hoy están repartidas por los museos del mundo. Decir también que en cuanto a los materiales, desde la época preclásica los escultores mexicanos utilizaron sobre todo el barro cocido y las piedras duras para realizar las esculturas y en menor medida la madera.
Por otro lado, en cuanto a los escultores eran muy hábiles y versátiles, que podían manejar materiales duros y realizar obras diminutas hasta grandes monolitos como la piedra del calendario que pesaba toneladas; sus instrumentos solían ser cinceles, leznas y punzones. Trabajaban también el relieve, y eran hábiles en todo tipo de temas, fuesen más simbólicos o más realistas.
Por lo que respecta a las tendencias debemos destacar las siguientes: escultura religiosa, escultura profana y arte de la máscara en cuanto a temas; estatuas de gran tamaño, esculturillas o ídolos, relieves y monolitos esculpidos en cuanto a tipos de escultura.
La escultura religiosa fue la más prominente y más demandada como era de esperarse, caracterizadas por la acumulación grotesca y fantástica de los detalles. Los escultores que tenían encargado hacer esculturas para los templos tenían como regla cargarlas de simbolismo; destacamos obras maestras de la escultura religiosa como el colosal monolito de la diosa Coatlicue muy lúgubre y simbólica como diosa de la tierra, también los ídolos grotescos de Xipe Totec que sorprende con el realismo de un dios revestido con la piel de un sacrificado, igualmente son muy típicas las representaciones de Quetzalcóatl que variaban en su composición pero siempre tenían la fusión de cuerpo humano, de serpiente y de águila. Destacaban por último los dioses y diosas de las cosechas que se caracterizaban por cuerpos de largo tronco y robustez de músculos.
En cuanto a la escultura profana, también tuvo buen desarrollo aunque por debajo de la religiosa, solían encargarlas los reyes y los nobles, sus encargos podían ser estatuas monumentales y bajorrelieves en los palacios. Destacaron varios reyes como Moctezuma II que hizo tallar su retrato en las rocas de Chapultepec y el emperador Tizoc que fue representado sobre un monolito que llevaba su nombre. Pero en este tipo de escultura abundaban mas temas como animales destacando los lobos y los jaguares, emperadores, estatuas de maceualtin (hombres del pueblo), etc.
Para terminar con la riqueza de la escultura azteca no podemos olvidar una pieza que es "la joya de la corona escultórica", ejemplo perfecto de los monolitos esculpidos, en él se centran todas las características de la escultura azteca, nos referimos a El calendario azteca o Piedra del calendario. Se trata de la exposición del conjunto de las concepciones cosmológicas de los aztecas en su disco, estaba decorado con el Sol sediento de sangre en su centro (supuesto símbolo del universo), cuatro brazos que son el símbolo de Ollin que representan los cuatro soles antiguos, tiene círculos concéntricos con jeroglíficos que simbolizan los signos de los días, y por último dos serpientes de fuego que representaban los dos periodos de 52 años del ciclo del Ce Vevetilizli.
b) La alfarería: la cerámica
Es posible que la escultura fuera la artesanía con más riqueza en el arte azteca, sin embargo, la alfarería era el oficio más realizado entre los pueblos mexicanos e igualmente también ostenta riqueza en sus formas y decorado según nos dice G. Vaillant (1941, 125). Y por otro lado la cerámica ha constituido siempre el mayor recurso arqueológico para reconstruir la historia de los pueblos antiguos, proporcionan una gran cantidad de información (más incluso que las leyendas y la arquitectura) como su edad en base a la pintura y técnicas utilizadas y en ellos quedaban reflejados los cambios culturales de la civilización, no iba a ser distinto en este caso y menos aun cuando se han logrado conservar tantas cerámicas.
La cerámica y la alfarería era parte de la cultura azteca, todos hacían cerámica y en cada casa había un brasero de carbón, de hecho, la alfarería "nos confirma el punto de que un primitivo está obligado a ser un hombre íntegro, completo y entrenado en todas las habilidades de la comunidad", esto nos muestra lo bien disciplinados que eran los aztecas, ya que en todas las tribus todos eran alfareros era un oficio común, sin embargo, aquellos alfareros más profesionales eran aquellos que dejaban de lado la agricultura familiar y se dedicaban por completo a la organización de sus gremios de artesanía. El material de trabajo fue siempre el barro, fácil de moldear y cocer, y cada poblado tenía su propio estilo. Entre los tipos y usos de la cerámica debemos destacar los ámbitos domestico, religioso (figurillas), arquitectónico y la alfarería fina que tenía muchos usos.
En su mayor parte se trataba de una cerámica doméstica, realizada en el tiempo libre de la familia, y se utilizada sobre todo para cocinar o para ser recipientes de alimento, destacaban las copas para beber, las ollas de tres patas, el llamado comal para cocer las tortillas y se trataba de un disco plano que era originaria de la cultura de Mazapán, y platos ovalados para moler chiles y gran cantidad de vasijas de barro, todas ellas de barro grueso. Destacaban igualmente las piezas finas como la porcelana, que en su mayoría se utilizaban para hacer objetos tributarios a los difuntos; dentro de esta rama destacaban curiosidades como las muñecas de cerámica de brazos articulados y juguetes con ruedas lo cual nos lleva a otra pieza que eran llamados malacates, utensilios de barro cocido que servían de adorno en la vestimenta que eran muy exquisitamente adornados en su superficie lustrosa con animales estampados entre otros temas, circulares, llegaron a ser muy pequeños en el siglo XV.
Por otro lado, el culto a las figurillas llegó a ser insignificante en la cultura azteca, aunque entre los campesinos eran producidos en masa en moldes de barro, se trataban de figurillas de dioses de arcilla sobre todo de la fertilidad y el maíz, la reproducción de dioses y de la forma humana era realizado en piedra en la época azteca como advertimos en el apartado anterior. Por último, la cerámica se utilizó para decoraciones de los techos de los templos y para la construcción de casas, sin embargo seria rápidamente sustituida por el adobe secado al sol, y esta a su vez por la piedra labrada para los mampuestos.
Destacando los temas decorativos usados en cerámica, hay que advertir de una evolución histórica: en época tolteca, se utilizaba arcilla fina de color anaranjado después de la cocción, se hacían con éste género platos de fondo plano con dibujos curvilíneos; mas adelante, los chichimecas hicieron vasijas más toscas en el norte y sus motivos seguían siendo curvilíneos pero más abstractos; con Texcoco llegaría el tercer estilo en el siglo XV, donde las vasijas eran mucho más finas y donde los temas eran geométricos sin dejar la tendencia anterior; la ultima tendencia azteca fue con Moctezuma donde los motivos naturalistas y vegetales destacaron de manera bella en las cerámicas.
Estaba claro que, el trabajo en barro sirvió para dar una gran experiencia plástica desde época preclásica al mexicano, y dar seguridad y experiencia en la creación de las posteriores esculturas de piedra de los aztecas, y aunque en el mundo artístico el barro siempre se vio inferior que la piedra, los aztecas hicieron un uso exquisito.
c) La metalurgia: orfebrería y joyería
Junto al resto de las artes, la metalurgia ha desempeñado un papel importante en la cultura azteca como parte de la lujosa decoración cotidiana, la cual iba creciendo con el tiempo. El oro hacia muy lujosa la vida, los aztecas lo sabían y comerciaron con él en los mercados.
El trabajo de los metales llegó muy tarde a México, ninguna de las culturas primitivas lo trabajaba y no aparecen en Teotihuacán, era desconocido para los mayas y no se trabajo en México hasta antes del siglo XI, y por otro lado aunque apareció en esa época tolteca, con los aztecas no se abrió una verdadera edad del metal, pero fue un arte que perfeccionaron. Se asume que este arte vino desde el Perú y sus técnicas se transmitieron hasta la actual Costa Rica, allí se establecieron industrias para el trabajo del oro.
En cuanto a los orfebres y joyeros, tenían sus gremios, otros especialistas se encontraban agregados a los departamentos del palacio del rey y no pagaban impuestos, éstos realizaban piezas exquisitas únicamente para el rey y otros oficiales, Moctezuma fue el mayor ejemplo. Por otro lado, como el resto de artesanos los orfebres tenían sus ritos y dioses, adoraban al dios Yopi llamado Xipa Topec de los montes de Oaxaca.
En cuanto a los metales, la minería y el proceso de fundición, hay un consenso entre autores e historiadores de que la minería era muy rudimentaria, el oro y el cobre se recogían en pepitas, con la plata era mar raro encontrarlo en ese estado tan puro, estos eran los tres principales metales. En lo que respecta al proceso de fundición, los hornos de fundición eran calentados con carbón vegetal y se alimentaban con el soplo humano a través de un tubo; los metales se conseguían según la técnica azteca mezclando el cobre frio con el oro, el cobre se fundía en camoanas y adornos siguiendo el procedimiento de la cera la cual se moldeaba según la forma que se quisiera conseguir y esta se perforaba por su base, después el metal ya fundido se vaciaba por ese orificio inferior y una vez el meta se enfriaba se rompía el molde de cera.
Los objetos de oro y plata adquirieron muchas formas y usos, eran muy variadas: estatuillas o ídolos para los templos, animales decorativos, zarcillos, pendientes, colgantes, brazaletes y anillos para el ornamento de la vestimenta e incluso pectorales y escudos para los guerreros.
Subsistieron pocos objetos de metal precioso, su descripción se encuentra en las ilustraciones de orfebrería; la causa era la gran avaricia que causaban la enorme abundancia en la época del oro y la plata en los españoles, todo el oro, tuviera la forma que tuviera se fundía en España, sobre todo en la época de Carlos V. Los grandes tesoros que le llegaban al emperador quedaron en el olvido, de no ser por los ilustraciones, comentarios de la época y registros literarios no nos haríamos una idea de su aspecto, pero gracias al descubrimiento en 1932 por el doctor Alfonso Caso de una tumba de un alto funcionario mixteca que albergaba gran cantidad de objetos de orfebrería y joyería nos podemos hacer una mejor idea.
Los objetos más resaltables de la orfebrería azteca fueron dos discos, uno de oro y otro de plata, que entraban dentro del gran tesoro regalado por Moctezuma a Hernán Cortés, uno representaba al sol y otro a la luna y median cada uno dos metros de diámetro, una autentica obra de arte.
d) El tejido, la vestimenta y el arte plumario
Es en este apartado donde nos encontramos una de las artes más peculiares de los aztecas, el trabajo de las plumas y la vestimenta era algo muy cotidiano entre la población y que mostraba el gran lujo de los aztecas.
Empezando con el arte del tejido y las vestimentas, se trata de un arte bastante antiguo que se venía practicando ya desde época preclásica; como dice G. Vaillant (1941,122), como no sea por descripciones de el libro de los tributos y dibujos de cerámicas y murales no tendríamos idea de cómo era el arte de tejer y las vestimentas de los aztecas debido a su destrucción por el tiempo.
El tejido, según V. Von Hagen (1964, 87), fue un arte de mujeres, ellas se encargaban de todo el sistema de recolección, tejido y teñido, sistema que realizaban de manera cotidiana y con gran afán según los escritos de la época.
Así pues, el proceso de telar era bastante sencillo, basado en el telar de tirante; brevemente hablando, se trataba de dos varillas de madera unidas por él urdimbre que se extendían para la tela según la medida deseada, una varilla iba en un árbol y otra detrás de la tejedora, y con una lanzadera se iba tejiendo la tela, con ese sistema las mujeres aztecas conseguían prendas y tejidos bellísimos. En cuanto a los materiales para tejer las prendas resaltaban la fibra de maguey, que se trataba de una planta con espinas que proporcionaba cuerdas de fibra, y el algodón, que paso de ser un lujo a un material necesitado de tal manera que las mujeres tras la adquisición de los tributos a pueblos vencidos recibían cada una su parte de algodón con el cual comerciaban en el mercado. Otra cuestión importante en este proceso era el teñido donde los colores eran un símbolo trascendente, se utilizaba la orina para que el color durase y los tintes salían de las plantas e insectos: del achiolt salía el rojo símbolo de sangre, el añil (una mata) daba azul, símbolo de sacrificio, la cochinilla daba color carmín y ciertas semillas negras daban el negro, símbolo de la guerra y cuyo color vestían los sacerdotes. Otros colores como el verde eran utilizados por los reyes en sus vestidos y el amarillo significaba alimento (por el color del maíz). En cuanto a los temas de las vestimentas eran muy variadas y todo estaba permitido, las tejedoras plasmaban lo que sentían, abundaron al parecer los temas naturalistas con animales y motivos vegetales y también los temas geométricos.
Terminando con la vestimenta hay que decir que, los hombres llevaban taparrabos que median hasta las rodillas por delante y por detrás a través de extremidades sueltas, se cubrían con un gran manto que se trataba de una pieza de tejido rectangular que podía estar decorada con motivos varios y el color dependía de la persona y solian ir descalzo, pero los altos dignatarios llevaban sandalias de cuero muy decoradas con pedrerías, el resto del cuerpo podía ir adornado con joyería y su cabeza podía ir adornada con peinados o coronas de plumas si eran de la nobleza como ahora diremos, en el ámbito militar los hombre llevaban prendas cosidas y muy ajustadas de pieles de animales junto con pectorales, y su cabeza era protegida con cascos de madera con formas de jaguar, serpientes o aves, y de plumas. La mujer se tejía ella misma faldas que llevaban hasta los tobillos y un corpiño largo. Los sacerdotes vestían siempre ponchos negros ornamentados con huesos.
En cuanto al arte plumario representaba una peculiaridad del arte azteca y de gran importancia pues eran muy apreciados para marcar prestigio como dijimos antes, era tal su magnificencia que muchos autores coinciden en que no hay palabra que describa tal genialidad.
Destacar que los plumajeros no eran aztecas, pues originalmente eran de Amantlán, un pueblo que en el pasado fue enemigo de los aztecas y que ya tenían una antigüedad desde época clásica, pero fueron incorporados al pueblo. Su arte era una mezcla de la tradición tolteca conectado con el mito de Quetzalcóatl. Estos plumajeros o amanteca, eran muy apreciados, formaban un gremio y eran profesionales. Éstos conocían dos técnicas: una se trataba de fijar las plumas por medio de un hilo de algodón sobre un entramado de juncos y la segunda trataba de utilizar plumas recortadas en fragmentos pequeños, las cuales se pegaban sobre un lienzo, que era conocido como mosaico de plumas, esos diseños se hacían con mucho detalle y cuidado. Los bordados de plumas podían decorar muchos objetos y vestimentas como los escudos de mosaico, los mantos, estandartes, tótems, etc. Las plumas eran así muy valoradas, pero las aves de colores no se encontraban en Tenochtitlán, de manera que tenían que comerciar para obtenerlas; según V. Von Hagen (1964, 111-112), en la capital azteca se concentraron pájaros de todos los climas construyéndoles hábitats simulados, no existía nada parecido en otra cultura, algo que fascino a los españoles, se les alimentaba y se las cuidaba según su especie, de esta manera cuando mudaban se recogían sus plumas seleccionándolas y llevándolas así a los plumajeros.
De estas frágiles obras no queda casi ninguna conservada, señalar que se han conservado obras como el penacho de plumas regalado por Moctezuma a Cortés en su primer embarco que regaló a Carlos V gracias a lo cual consiguió conservarse posteriormente en el museo de Viena junto a escudos de gala y mantos ceremoniales; igualmente en la obra de Bernardino Sahagun describe el trabajo de los artesanos bordando plumas junto a sus ilustraciones, entre otras cosas conservadas.
e) La pintura y el dibujo
Al igual que la cerámica, la pintura y el dibujo es un arte muy atractivo para el arqueólogo, un arte que ilustra la cultura y la historia de manera directa junto con la escritura de las leyendas aztecas.
Todas las grandes civilizaciones clásicas practicaron la pintura mural, por tanto los aztecas recubrieron también las paredes de sus templos y palacios de pinturas, abundaban sobre todo los frescos. Sin embargo, los testimonios pictóricos fueron destruidos junto a los edificios en época de conquista española, subsiste únicamente un fragmento de un fresco de Malinalco cuyo tema es una escena de un dios cazador junto a un guerrero de Mixcoatl. Los escribas eran considerados pintores y parece ser que no eran expertos como los escultores aztecas, lo que estaba claro es que "la pintura y los dibujos eran indispensables en toda obra de dos dimensiones" como dice G. Vaillant (1941,139).
Por último, el dibujo y los manuscritos pictográficos eran mucho más resistentes que la escultura, y constituían recopilaciones de imágenes cuidadosamente dibujadas y coloreadas tuvieran temas religiosos o históricos. Los códices más importantes procedían sobre todo de las zonas mixtecas puesto que el estilo de los manuscritos aztecas está muy influenciado por estos. Destacan el Codex Borbónicus, un libro que contenía el calendario azteca adivinatorio, es un libro ritual; el Codex Telleriano-Remensis, obra histórica donde los indígenas describieron los acontecimientos más importantes de su historia; el Codex Mendoza que fue redactado por los escribas aztecas después de la conquista, era un documento administrativo que recogía los registros de tributo del imperio durante el reinado de Moctezuma II, esto fue mandado hacer por el virrey Antonio de Mendoza.
Esos libros eran un testimonio de muchos rasgos de la cultura azteca a través de jeroglíficos e ilustraciones complejas. Eran copias de crónicas antiguas aztecas que resistieron hasta época de la conquista realizadas por los indígenas que eran empleados por los frailes españoles.
Con esto damos por terminado el revelador mundo artístico azteca aunque existieron según los testimonios otras ramas de su arte como la danza y la música, realmente muy particulares en culturas como la de los aztecas.

IV.CONCLUSIONES
A través del arte nos damos cuenta de una cosa, tal y como dijo Aldous Huxley, los aztecas eran creadores de cosas que tenían propósitos, y funciones concretas, la artesanía en general producía una satisfacción en la población y en sus artesanos, "una sociedad de artífices es una sociedad satisfecha". Se podría decir que esto va mas allá, los aztecas eran gente integra, ellos comprendían que el individuo debía ser completo y estar entrenado en todas las habilidades de la comunidad, sino ese individuo perecería en la sociedad, esto nos muestra su razonada organización social. La artesanía, el arte nos revela muchos aspectos de la sociedad azteca, como vestían, como se organizaban, que creencias y ritos tenían y cuan refinados eran, una cultura que se distinguía de las demás sin lugar a dudas, sin embargo si comparamos este refinamiento en las artes y en la vida con la otra actitud prejuiciosa y tan incongruentemente sangrienta de los aztecas en los sacrificios humanos a sus dioses se rompe el equilibrio, ¿Cómo se explicaba ese otro lado de los aztecas? Era una cultura peculiar y fascinante, donde la religión era el aliciente para toda su población además de para los artesanos a la hora de crear, he aquí otro propósito para crear y vivir de los aztecas, la vida era su religión y sus monumentos reflejan su devoción religiosa. Claro está que, como dice G. Vaillant (1941,189) "la historia de los aztecas y de sus antepasados es el testimonio más completo que tenemos del desarrollo de una civilización indígena americana, y su conquista fue la hazaña más relevante durante la ocupación europea del continente".

V.REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Soustelle, Jacques (1980), Los aztecas, Oikos-tau, Barcelona.
Vaillant, George C. (1941), La civilización azteca, Fondo de cultura económica de México, México.
Von Hagen, Víctor Wolfgang (1961), The Aztec, Man and Tribe, Diana, México.

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