LA CONSTANCIA Y LA PERSISTENCIA

August 24, 2017 | Autor: Jose Mejia | Categoría: Business Ethics, Informatics, Qualitative Research
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Descripción

LA PERSISTENCIA y LA CONSTANCIA La persistencia y la constancia son el secreto del éxito en toda actividad. A veces equivocadamente creemos que una bella canción, un inmortal poema, un maravilloso invento, una bienhadada fortuna, un axioma matemático o una ley física descubierta extraída de las entrañas del conocimiento universal son producto de la suerte o de la genialidad únicamente. Totalmente falso. La ciencia y sus éxitos y cualquier trabajo que valga la pena tomar en cuenta, solo se conciben mediante el tenaz esfuerzo y la irreductible decisión de no admitir el fracaso como una opción. La mayoría de los adelantos científicos y tecnológicos han sido posibles mediante la metodología del ensayo y el error, aplicada tantas veces cuantas sea necesario, hasta que los resultados encajen totalmente con la idea o intención (la teoría). Y las limitaciones a las que a veces nos enfrentamos por falta de conocimiento o por carencias vitales no son un pretexto para abandonar un objetivo buscado. Michael Faraday es uno de tantos

buenos ejemplos, ya que el extraordinario experimentador hizo muchos grandes descubrimientos en el campo de la electricidad y del magnetismo, como la ley de la inducción, el motor eléctrico y el dínamo, descubrió el efecto del magnetismo en la luz y también la relación entre la electricidad y los enlaces químicos y mucho más, sin haber obtenido una licenciatura, sin un doctorado en ciencias, ni un elemental bachillerato y ni siquiera de un conocimiento profundo de las matemáticas, sino que se basó en su enorme perseverancia y deseo de no rendirse ante la adversidad y las limitaciones. El universalmente conocido Henry Ford, fue a la quiebra en cinco ocasiones antes de cimentar su imperio y el unificador de la nación estadounidense, Abraham Lincoln, jamás se rindió ante la adversidad y sus fracasos. Los biógrafos cuentan que Thomas Alva Edison inventor de la bombilla eléctrica, era considerado por sus mentores “estúpido y lento” para aprender y perdió sus trabajos por “no ser productivo”. Su artefacto no le funcionó la primera vez, sino que realizó innumerables intentos con diferentes materiales como filamentos incandescentes durables y continuó sin desmayo, pues estaba convencido de sus ideas y del éxito de su aplicación, hasta encontrar al tungsteno como material adecuado. Fue tal su insistencia, que un ayudante suyo le preguntó intrigado que por qué persistía en construir una bombilla si tras más de 1000 intentos no había conseguido más que fracasos. El persistente Edison, respondió calmado y sonriente: NO SON FRACASOS, SÓLO DESCUBRÍ 999 MANERAS DE CÓMO NO HACER UNA BOMBILLA." A él también se le atribuye esta frase que reúne el concepto de la persistencia: "El genio es uno por ciento de inspiración y un noventa y nueve por ciento de transpiración." Reciente muestra de templanza de espíritu, tenacidad y éxito es la vida del fallecido hace poco y ya mítico presidente de Apple, Steve Jobs, el generador de aquellas computadoras personales y de las invenciones más espectaculares en el campo de la comunicación masiva, iMac, iPod, MacPro o el iPhone. Steve no concluyó sus estudios universitarios y vivía con sus padres adoptivos. En el garaje de su casa, él y su amigo Steve Wozniak, actualmente un reconocido

filántropo masón, junto con Ronald Wayne (1) , concibió Apple en base a su origen, el proyecto Macintosh, que arrancó a finales de 1970 con Jef Raskin, un empleado de Apple que visualizó un ordenador de bajo coste y fácil de usar para el consumidor medio. Steve fue "expulsado" de la organización cuando ésta estaba en su apogeo, a pesar de haber sido su gestor. No se rindió y recomenzó nuevamente con proyectos que demostraron su persistencia y genialidad, hasta convertirse nuevamente en el CEO de Apple veinte años después. Desde 1997 padecía de un cáncer de páncreas para el que le diagnosticaron sólo seis meses de vida. Vivió quince años y ahora se reconoce su grandeza. Vemos pues que, superando fracasos, podremos encomiar ocasionalmente los éxitos. Cada instante de nuestras vidas son oportunidades para mejorar y avanzar. Las cimas alcanzadas son nada más que simas para comenzar a caminar hacia arriba y adelante. La evolución es nuestra maestra, pues así trabaja ad infinitum. J. Mejía 04-Febrero, 2012 ________________________________________________________ (1)

Es poco conocido que Wayne y Jobs trabajaron en ATARI, -creadora de mi amada máquina de “Arcade” 2600 en la que inicié mis incipientes destrezas en los elementales videojuegos compartidos con mis pequeños hijos en incontables y felices horas de esparcimiento- antes que los tres cofundadores de Apple se unieran. Wayne tuvo muchas dudas del éxito de Apple y por su falta de tenacidad y fe, vendió el 10% de sus acciones por tan solo 800 dólares, a unas pocas semanas después de que Apple empezara a fabricar sus primeros equipos informáticos. En 1977 le regalaron una bonificación de despedida de 1.700 dólares. Se sabe que el pobre Wayne unos años más tarde emigró a Nueva Zelanda, hundiéndose en el anonimato y nadie conoce de su paradero actual…

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