La categoría evidencial de conocimiento mutuo en quechua

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Descripción

La categoría evidencial de conocimiento mutuo en quechua Daniel J. Hintz, Diane M. Hintz SIL International Resumen En este trabajo examinamos el concepto de conocimiento mutuo, una categoría evidencial que ha quedado casi sin explorar en la literatura relevante. La categoría conocimiento mutuo se refiere a conocimiento construido conjuntamente a través de interacción lingüística y experiencia perceptual compartida. Entre las fuentes de información para el conocimiento mutuo están las contribuciones de los participantes en la conversación, así como las creencias y las suposiciones que comparten. Los interlocutores utilizan evidenciales de conocimiento individual para introducir información y usan evidenciales de conocimiento mutuo para establecer hechos por consenso. Una vez establecido, este conocimiento compartido es marcado como tal en el habla subsiguiente. Los evidenciales son demostrados así como parte de un sistema para construir la base epistémica compartida entre hablantes en un discurso dinámico, interactivo. En el quechua del Sur de Conchucos y en el quechua de Sihuas las categorías de conocimiento individual y mutuo se distinguen formalmente por medio de enclíticos especializados en contraste paradigmático. Aquí describimos e ilustramos el sistema evidencial del Sur de Conchucos que tiene cinco opciones y el sistema de seis opciones de Sihuas. Luego se comparan los dos sistemas uno con otro y con el sistema más conocido de tres opciones del quechua del Cusco, un sistema en el que las formas de conocimiento mutuo no han sido atestadas. La comparación de los tres sistemas evidenciales sugiere una secuencia de etapas en el desarrollo del conocimiento mutuo como una categoría gramatical. Los descubrimientos presentados aquí se basan principalmente en conversación espontánea, escenario en el que las formas de conocimiento mutuo primordialmente se encuentran y en el que la autoridad epistémica es negociada detenidamente.

Palabras clave: Evidenciales; Epistemicidad; Conocimiento mutuo; Conocimiento general; quechua; Perú

1. Introducción Los evidenciales han sido definidos como marcadores gramaticales que el hablante usa para especificar la fuente de una información como percepción sensorial, inferencia, suposición e información de segunda mano (por ejemplo, Aikhenvald 2004). En este trabajo elaboramos este concepto de evidencialidad examinando el contraste entre conocimiento individual y conocimiento mutuo, y presentamos datos y análisis del quechua para demostrar que el conocimiento mutuo es una categoría evidencial. La teoría y la práctica actuales condicionan a los lingüistas a analizar las estructuras gramaticales desde la perspectiva de un solo participante. Casi no sabemos qué hacer con las categorías y las formas que proyectan puntos de vista múltiples o un solo punto de vista compartido por varios participantes. Esos recursos pueden parecer exóticos, elementos lingüísticos atípicos en la periferia de los modelos convencionales de la gramática. Por otro lado, una creciente corriente de investigación desarrolla el concepto de que la cognición socialmente compartida podría ser más central para la gramática de lo que se había supuesto. Según Evans, por ejemplo, “no debemos sorprendernos de ver evidencia de [perspectivas múltiples] que entra en la estructura de los sistemas gramaticales de diversas lenguas en una variedad de formas” (2007:99). Esa evidencia sustenta la descripción de Bergqvist de la marcación epistémica en el ika, que “especifica la exclusión o la inclusión de la perspectiva del oyente” (2012:176). Du Bois (2007), Heritage (2012), Landaburu (2007), Nuyts (2001) y

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Verhagen (2005), entre otros, han presentado otros enfoques recientes a la perspectiva intersubjetiva. Parece que los estudios de sistemas evidenciales, como ocurre con otras partes de la gramática, están influenciados por la predisposición a considerar sólo a un participante a la vez. Una excepción notable es el tratamiento del conocimiento tradicional o general, que en vez de involucrar a un solo participante, involucra a todos los miembros de una comunidad de habla. Entre esos dos extremos de conocimiento individual por un lado, y de conocimiento general por el otro, está el territorio de la interacción lingüística en el que la autoridad epistémica es habitualmente compartida, no con todos, sino sólo con oyentes u otros no hablantes con los que se ha establecido un terreno común actual. En el presente trabajo posicionamos el concepto de conocimiento mutuo dentro de la esfera epistémica de aserción en la que los participantes en la conversación monitorean y construyen lingüísticamente un espacio epistémico compartido. En este sentido, el conocimiento mutuo no se refiere sólo a información de naturaleza general que los interlocutores suponen que es conocida por todos. Más bien, se refiere a conocimiento que se construye en conjunto a través de la interacción lingüística. Este conocimiento “co-construido” es rastreado a medida que la conversación se desenvuelve y es construido como tal en el discurso subsiguiente (Clark 1996:335; Edwards 1997:114). La evidencia en un número de variedades quechuas puede profundizar nuestra comprensión de esta dimensión interaccional de la evidencialidad en el que un contraste entre el conocimiento individual y mutuo se expresa formalmente por medio de enclíticos especializados. El resto de este artículo explora el concepto de conocimiento mutuo como una categoría evidencial. En la sección 2 hablamos de la naturaleza de los datos y la metodología. En la sección 3 presentamos una orientación al quechua y en la sección 4 damos un breve bosquejo del sistema evidencial en tres lenguas quechuas. En la sección 5 contrastamos el concepto de conocimiento mutuo con el de conocimiento individual. En las secciones 6 y 7 usamos datos discursivos para demostrar cómo se codifica el conocimiento mutuo en los sistemas evidenciales del quechua del Sur de Conchucos y el quechua de Sihuas, respectivamente. Esto nos lleva a la sección 8 donde se habla de la relación entre el conocimiento mutuo y el conocimiento general. En la sección 9 damos un paso atrás para comparar los sistemas evidenciales de tres, cinco y seis opciones del quechua del Cusco, el Sur de Conchucos y el de Sihuas, y esos tres sistemas son examinados desde un punto de vista histórico en la sección 10. Por último, en la sección 11 evaluamos la naturaleza intersubjetiva de la evidencialidad en términos de categorías de conocimiento individual y mutuo. 2. Los datos y la metodología La metodología seguida aquí supone que un enfoque social y contextual es fundamental para una explicación adecuada de la semántica y la pragmática de los marcadores evidenciales. El habla ocurre mayormente en el discurso interactivo, ya sea narración, exhortación, instrucción, descripción, panegíricos fúnebres y otras expresiones. Esos géneros se incrustan naturalmente en la conversación y sólo se puede lograr una comprensión limitada del sistema evidencial como un todo fuera de los contextos social y discursivo donde los marcadores aparecen (Aikhenvald 2004:79; Cornillie 2009; Hill e Irvine 1992:18; Maslova 2003:219; Mushin 2001:15; Nuyts 2001:396-7; entre otros). En consecuencia, los datos principales para el estudio consisten en habla conectada y espontánea. Grabamos y transcribimos conversaciones en quechua del Sur de Conchucos y el quechua de Sihuas con la ayuda de hablantes nativos. Los asesores quechuas también hicieron traducciones libres al castellano y contestaron muchas preguntas en nuestra interacción con ellos en quechua y castellano sobre el contexto y las variaciones sutiles de significado. El estudio no se basa exclusivamente en conversaciones sino también en textos de género legendario y en experiencias reportadas, así como en elicitación contrastiva. El corpus de datos transcritos del quechua del Sur de Conchucos consultado para el presente estudio consiste en unas 9,600 cláusulas en más de cinco horas (317 min.) de 2

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grabación. Participaron 37 hablantes cuya edad oscila entre los 13 y los 75 años, y se recopiló durante el trabajo de campo realizado en el Perú entre los años 1987 y 2006. Los datos principales usados aquí son dos conversaciones que contienen 856 cláusulas. En la primera (21 minutos) un hombre y su hermana de unos 26 años de Huaripampa (San Marcos) hablan de los eventos de la semana anterior. Fue grabada en 1993 en Huaraz y sólo los dos participantes estaban presentes. La segunda conversación (11 minutos) tiene tres participantes: una mujer (59) y su hijo (25) de la localidad de Huari y un pastor (13) del pueblo vecino de Chaupi Loma. Hablan de la experiencia de cuidar el ganado en la mañana. La conversación fue grabada el año 2002 en la cocina de su casa en Huari. El corpus de datos transcritos del quechua de Sihuas consultado para este estudio consiste en 667 cláusulas en 43 minutos de grabación recogida en los años 2009 y 2010. Los datos principales utilizados aquí son una conversación compuesta por 299 cláusulas y varios monólogos compuestos por 368 cláusulas. La conversación (13 minutos) se realiza entre un hombre (53) de Santa Clara y su sobrino (28) de Pachavilca. Hablan sobre una fiesta que acaba de terminar y otra que va a celebrarse dentro de poco. La conversación fue grabada el año 2010 en Huaraz. Varios monólogos se grabaron en Huaraz por dos hombres de unos 20 años de edad de Pachavilca y dos hombres mayores de 50 de Santa Clara. En el patio de la escuela de Huayllabamba (Sihuas) se grabó una historia personal de un hombre mayor de 50 de la comunidad de Túpac Amaru. 3. Orientación al quechua La familia de lenguas quechuas es originaria del oeste de la América del Sur. Según el Ethnologue, en la actualidad 44 variedades son habladas por más de nueve millones de personas a lo largo de gran parte de los Andes y en partes de la hoya amazónica occidental (Lewis, Simons y Fennig 2013). Torero (1964:446, 477) ubica la cuna del quechua a lo largo de la costa y la cordillera del Perú central en un área que casi duplica la extensión de Suiza (el área más oscura en la figura 1). La diversidad lingüística se encuentra mayormente en esta región del Quechua Central o “Quechua I”, con veinte variedades actuales. El “Quechua II” engloba a todas las demás variedades y se extiende hacia el norte y el sur de la cuna del Quechua Central. El quechua del Cusco (Quechua II) tiene un millón y medio de hablantes y ha sido estudiado desde el siglo dieciséis. El quechua del Sur de Conchucos (Quechua I), hablado por un cuarto de millón de personas en el este del departamento de Ancash, tiene varios estudios recientes. El quechua de Sihuas (Quechua I) es hablado por unas 6,500 personas en el norte de Ancash y virtualmente no ha sido estudiado. Las variedades del Sur de Conchucos y de Sihuas fueron escogidas para un estudio concentrado gracias a la riqueza de sus sistemas evidenciales. La figura 1 ha sido extraída de Hintz (2011:12), modificada de Landerman (1991:37). Las lenguas quechuas son polisintéticas y aglutinantes, no tonales y usan exclusivamente sufijos. El orden más frecuente de los elementos de la oración (orden de las palabras) es SV y OV, con muchos casos de VS y VO motivados por factores pragmáticos (Weber 1989:16; Hintz 2003). Un sistema nominativo-acusativo de relaciones gramaticales es codificado por medio de sufijos verbales y también por medio de frases nominales con marcación de caso, incluyendo pronombres independientes. El sistema de caso distingue argumentos nucleares y más de doce oblicuos. El número de sufijos y enclíticos va desde noventa hasta más de ciento veinte, dependiendo del idioma.

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Figura 1. MAPA DE LA FAMILIA DE LENGUAS QUECHUAS

4. Bosquejo de tres sistemas evidenciales quechuas Lo típico es que las lenguas quechuas sean representadas como lenguas que tienen tres sufijos o enclíticos evidenciales. 1 La semántica de esos tres marcadores es descrita, con variantes, como que codifican aserción basada en la experiencia directa (*-mi), inferencia/conjetura (*-chri/a) e información reportada (*-shi), (por ejemplo, Adelaar 1997; Faller 2002; Floyd 1999; Weber 1986; entre otros). Por ejemplo, en la lengua del Quechua II que se habla en el Cusco los evidenciales personales -mi/-n en (1a) y -chá en (1b) contrastan con el reportativo no personal -si/-s en (1c). En los ejemplos construidos (1)-(3) el significado base del verbo es ‘ellos están bailando’.2

Los morfemas evidenciales quechuas aparecen libremente con verbos, sustantivos, adverbios y ciertas partículas, cartacterística de los enclíticos. Por otro lado, estos morfemas se comportan como sufijos en que están prosódicamente integrados con la palabra fonológica; por ejemplo, la forma puede perder la vocal final cerrando una antigua sílaba abierta. En el presente trabajo nos referimos a estos evidenciales como enclíticos, pero ponemos el guión siguiendo la tradición quechuista. 2 En los ejemplos de este trabajo se usan los siguientes símbolos alfabéticos en lugar de los simbolos IPA correspondiente: q por ɢ, y por j, r por ɾ, ch por tʃ, chr por tʂ, sh por ʃ y ll por ʎ. 1

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(1) QUECHUA DEL CUSCO — EVIDENCIALES a. tusushanku-n ‘aserción de conocimiento’ b. tusushanku-chá ‘conjetura’ ——————————— c. tusushanku-s ‘información reportada’ La investigación entre variedades del Quechua I del Perú central, especialmente de los departamentos del Ancash y Huánuco, revela sistemas más complejos que tienen cuatro o más evidenciales en contraste paradigmático.3 Una característica que define a esos sistemas evidenciales es el contraste entre evidenciales de “conocimiento individual”, como -mi y -chi, y evidenciales de “conocimiento mutuo”, como -cha: (de *-chraq) y -cher (de *-chri + el afirmativo *ari). En el quechua del Sur de Conchucos (Hintz 2006; 2014:473-4; Hintz 2007:71), este juego de cuatro evidenciales interpersonales, ilustrados en (2a-d), contrasta con el reportativo no personal -shi en (2e).4 (2) QUECHUA DEL SUR DE CONCHUCOS — EVIDENCIALES a. tushuyka:yan-mi ‘aserción de conocimiento individual’ b. tushuyka:yan-cha: ‘confirmación/aserción de conocimiento mutuo’ c. tushuyka:yan-chi ‘conjetura individual’ d. tushuyka:yan-cher ‘conjetura mutua, solicita consenso’ ——————————— e. tushuyka:yan-shi ‘información reportada’ El quechua de Sihuas es hablado en una región ubicada al noroeste del sur de Conchucos. Esta variedad también distingue conocimiento individual de conocimiento mutuo, pero con un sistema de tres pares contrastivos: -mi versus -ma (3a,b), -chri versus -chra (3c,d) y -shi versus -sha (3e,f). (3) QUECHUA DE SIHUAS — EVIDENCIALES a. tushi:ka:yan-mi ‘aserción de conocimiento individual’ b. tushi:ka:yan-ma ‘confirmación de conocimiento mutuo’ ——————————— c. tushi:ka:yan-chri ‘conjetura individual’ d. tushi:ka:yan-chra ‘conjetura mutua, provoca discusión’ ——————————— e. tushi:ka:yan-shi ‘información reportada’ f. tushi:ka:yan-sha ‘conocimiento generalizado proveniente de información reportada’ En las secciones 6 y 7 se examinan en detalle los sistemas evidenciales del Sur de Conchucos y de Sihuas. En las secciones 9 y 10 se comparan la estructura, las formas, las funciones y la historia de esos dos sistemas evidenciales, y también el sistema del Cusco.

Weber menciona cuatro evidenciales en el quechua del Huallaga: -mi, -shi, -chi y -chaq (1989:76). Ver también Hintz (2000:184), Parker (1976:149) y Snow (1973:113), entre otros. En todos esos trabajos, un reflejo moderno del evidencial *-chraq tiene la glosa ‘seguramente’ y no se dan más comentarios. 4 Los evidenciales, los negativos y los marcadores interrogativos comparten el mismo lugar paradigmático en el quechua del Sur de Conchucos. En consecuencia, sólo aparece uno de ellos en una palabra, pero un negativo (-tsu, -ta:ku) o un marcador de interrogación (-ku, -ta:, -ra:) puede aparecer en otra palabra en la misma oración que el evidencial. 3

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5. Conocimiento mutuo y conocimiento individual Lo tradicional es que los estudios de epistemicidad invoquen el concepto de conocimiento sostenido o expresado por un individuo, sea que la fuente de ese conocimiento sea personal o no personal, sea que ese conocimiento resulte de la experiencia directa o indirecta, y sea que el individuo considere que el conocimiento es un hecho o una conjetura. Además de esas dimensiones evidencial y validacional de la epistemicidad, los datos del quechua presentados aquí muestran que la posición epistémica se expresa gramaticalmente dentro de la dimensión interactiva de conocimiento individual versus conocimiento mutuo. En términos de evidencialidad, la fuente de información para el conocimiento mutuo tiene que ver con las contribuciones de los participantes en la conversación así como sus experiencias no lingüísticas compartidas y las creencias y suposiciones que tienen en común. Algunos investigadores de las disciplinas de filosofía y psicolingüística han mejorado nuestra comprensión del conocimiento mutuo desde un punto de vista teórico. Los principios presentados por Grice, por ejemplo, muestran que su objeto principal de estudio es el discurso interactivo, un contexto social que depende del conocimiento sostenido en común por participantes en la conversación. Un buen ejemplo es el Principio Cooperativo que se refiere explícitamente al “intercambio de habla en el que tú participas” (1975:45). De manera más amplia, el concepto de cognición compartida socialmente ha sido formulado en términos de “conocimiento común” (Lewis 1969), “conocimiento mutuo” (Shiffer 1972), “terreno común” (Stalnaker 1978), “sentido común” (McCarthy 1990), “intersubjetividad pragmática” (Edwards 1997) e “interacción entre el territorio de información del hablante y el oyente” (Kamio 1997:23). Más allá de estos trabajos fundamentales, Clark y sus asociados desarrollan el concepto más dinámico de “terreno común actual” (alrededor de 1980 en adelante). Señalan que para conversar, darse la mano, bailar, y otras actividades, los dos tienen que coordinar el contenido y el proceso de lo que están haciendo. …No pueden ni siquiera comenzar a coordinar contenido sin suponer una vasta cantidad de información compartida o terreno común—es decir, conocimiento mutuo, creencias mutuas, y suposiciones mutuas. Y para coordinar el proceso, tienen que actualizar su terreno común a cada momento” (Clark y Brennan 1991:127, itálicas añadidas). En nuestra perspectiva, los marcadores evidenciales son esencialmente recursos de interacción para empacar y negociar información en el discurso. Como tales, los usuarios del idioma emplean esos recursos para coordinar el contenido. Por otro lado, lo típico es que no se considere la función de coordinación del proceso en la investigación de los sistemas evidenciales. Sin embargo, como se verá en las secciones 6 y 7, los evidenciales del quechua del Sur de Conchucos y de Sihuas son parte de un sistema para coordinar el contenido (la base epistémica compartida entre los hablantes) y el proceso (la forma en que juntos crean esa base). Por ejemplo, en el escenario del habla cotidiana espontánea en el sur de Conchucos, los participantes en la conversación aportan elementos de conocimiento individual marcados por el directo -mi, el conjetural -chi y el reportativo -shi. Esos elementos a su vez sirven como “bloques de construcción” para la evaluación y la construcción del conocimiento mutuo, que se logra con el uso de -cher para solicitar consenso y -cha: para confirmar cuando el consenso está garantizado. Ese conocimiento co-construido se “acumula en el curso de una conversación” (Clark y Schaefer 1989:261). Una vez que una proposición se ha establecido entre los participantes como conocimiento mutuo, se marca gramaticalmente como distinto del conocimiento individual.

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El conocimiento individual y el conocimiento mutuo son comparados en (4) y (5). La oración (5) con -cha: fue dicha por Lucila en el corpus de habla natural del quechua del Sur de Conchucos; (4) es la misma oración con -mi en vez de -cha:.5 (4) QUECHUA DEL SUR DE CONCHUCOS — ASERCIÓN DE CONOCIMIENTO INDIVIDUAL Tsay-pa-mi qati-ya-ra-n mama-yki-kuna. ese-GEN-DIR seguir-PL-PSD-3 madre-2-PL ‘Por esa ruta tus antepasados pastaban animales (yo afirmo)’. (5) QUECHUA DEL SUR DE CONCHUCOS — ASERCIÓN DE CONOCIMIENTO MUTUO Tsay-pa-cha: qati-ya-ra-n mama-yki-kuna. ese-GEN-MUT seguir-PL-PSD-3 madre-2-PL ‘Por esa ruta tus antepasados pastaban animales (como todos sabemos)’. En cada una de las oraciones, la proposición ‘por esa ruta tus antepasados pastaban animales’ se presenta como un hecho. Con -mi Lucila habla por sí misma y nadie más, una aserción de conocimiento individual. Con -cha: habla por su comunidad de conocimiento compartido formada por los que interactúan cara a cara, una aserción de conocimiento mutuo. Con -mi la autoridad para la aserción está dentro de la esfera deíctica de la hablante, mientras que con -cha: la esfera deíctica se expande y abarca a la hablante y a los participantes en la conversación. 6. El sistema evidencial del quechua del Sur de Conchucos Presentamos aquí un análisis del sistema evidencial del quechua del Sur de Conchucos y utilizamos datos discursivos para ilustrar la diferencia entre conocimiento individual y conocimiento mutuo. Los datos de los cinco enclíticos evidenciales y la frecuencia con que se usan en la conversación son -mi 124 (44%), -cha: 48 (17%), -chi 39 (14%), -cher 54 (19%) y -shi 14 (5%). Por su naturaleza interaccional, -cha: y -cher sólo aparecen en conversación. 5

Abreviaturas: 1 = primera persona; 1=>2 = sujeto de primera persona con objeto de segunda persona; 1INCL = primera persona inclusiva; 1OBJ = objeto primera persona; 2 = segunda persona; 3 = tercera persona; ABL = ablativo; ADV.SD = adverbial, sujeto diferente; ADV.SI = adverbial, sujeto idéntico; AFIRM = afirmativo; AG = agentivo; AHORA = ahora; ALT = alternativo; AUN = aditivo, aun, también; BEN = benefactivo; CAUS = causativo; CIS = cislocativo, acción de lejos; CNJ = evidencial de conjetura, elicita confirmación; CNJ.D = evidencial de conjetura mutua, provoca discusión (Sihuas); CNJ.S = evidencial de conjetura mutua, solicita consenso (Sur de Conchucos); CONT = aspecto continuo; DEF = definitivo; DIR = evidencial directo, conocimiento individual; DIR.C = evidencial directo, confirma conocimiento mutuo (Sihuas); DISTR = distributivo; DLM = delimitativo, justo, solamente; GEN = genetivo; HUM = humano; LIM = caso limitativo; LADO = lado; SIM = similitud; LOC = locativo; META = alativo, meta; MED = voz media, reflexivo; MUT = aseverar/confirmar conocimiento mutuo (Sur de Conchucos); NEG = negativo; NMLZ = nominalizador; OBJ = complemento, objetivo; PAS = pasivo; PFV = perfectivo; PFV.M = perfectivo, consenso mutuo; PL = plural; PRMT = complemento de propósito con verbo de movimiento; PSD = pasado; PSD.R = tiempo pasado reciente, participante en el acto de habla si es singular; PSD.R3 = tiempo pasado reciente, tercera persona; PUNT = puntual; P.C = pregunta de contenido; P.P = pregunta polar; RPT = evidencial reportativo; RPT.G = evidencial reportativo, conocimiento generalizado dentro del grupo social (Sihuas); SIM = simulativo; TOP = tópico. . 7

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La identificación de cinco evidenciales en vez de los tres evidenciales atribuidos a las lenguas quechuas subraya la importancia de datos sacados del habla cotidiana.6 7 Los cuatro evidenciales más frecuentes forman un juego de marcadores personales e interpersonales, con el hablante y los interlocutores dentro de la esfera epistémica de experiencia y autoridad. El marcador reportativo -shi de baja frecuencia, por otro lado, es no personal, es decir que el hablante no está dentro de esa esfera. Este análisis del sistema evidencial del Sur de Conchucos, mostrado en la figura 2, se ajusta a la observación de Aikhenvald de que en lenguas que tienen “varios subsistemas evidenciales, lo más probable es que el reportado esté separado de los demás” (2004:369). También sugiere que el Sur de Conchucos es como el Kashaya Pomo (de Haan 2001:203) en que los inferenciales (es decir, los dos conjeturales -chi y -cher) van con evidenciales de experiencia directa, no con el reportativo. (INTER)PERSONAL INDIVIDUAL HECHO (MBP)

-mi

MUTUO

—— -cha:

│ CONJETURA

(
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