LA APORTACIÓN DE LOS HALLAZGOS MONETARIOS A “LA CRISIS DEL SIGLO XIV” EN CATALUNYA

July 18, 2017 | Autor: Maria Clua | Categoría: Numismatics, Medieval numismatics, Coins finds as archaeological artefacts
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Descripción

LA APORTACIÓN DE LOS HALLAZGOS MONETARIOS A ‘LA CRISIS DEL SIGLO XIV’ EN CATALUÑA MARIA CLUA I MERCADAL Los estudios sobre circulación monetaria en un territorio se pueden elaborar utilizando los datos obtenidos a partir de la documentación escrita y de los hallazgos monetarios, ambas fuentes son un testimonio directo de los hechos acaecidos en el pasado. En este trabajo vamos a aproximar un modelo de circulación monetaria de la divisa más pequeña acuñada durante la ‘crisis del siglo XIV’ en Cataluña. Los datos que se utilizaran serán los obtenidos a partir de los hallazgos monetarios en contexto arqueológico concreto, es decir, aquellos en que la identificación de la moneda en un estrato nos aporta la cronología de uso de la pieza. Contexto histórico y monetario Los siglos XIV y XV en Europa estuvieron marcados por momentos críticos relacionados entre sí. La ‘Guerra de los Cien Años’ (1337-1453), entre Francia e Inglaterra, fue tal vez el gran conflicto bélico de la época, afectando a estados vecinos. Así pues, una de la consecuencias de este enfrentamiento en territorio hispano fue la llamada ‘Guerra de los dos Pedros’ (1356-1375) entre Pedro I el Cruel, rey de Castilla, y Pedro III el Ceremoniosos, rey de la Corona de Aragón. Es en la Corona de Aragón donde tenemos que situar a Cataluña, uno de los territorios más prósperos y en expansión de la confederación, con una importante proyección en el Mediterráneo. Cataluña, en el segundo tercio del siglo XIV, iniciaba una etapa de crisis que duraría hasta finales del siglo XV. Así pues, a finales del reinado de Alfonso el Benigno (1327-1336), concretamente en el año 1333, el llamado ‘lo mal any primer’ por los cronistas de la época, empezaba una etapa de crisis que duraría hasta finales del siglo XV. De este modo, el rey Pedro III el Ceremonioso iniciaba su largo reinado (1336-1387) heredando una complicada época de crisis. Las causas de esta etapa tan conflictiva son muchas relacionadas entre sí: primero, hubo unos años seguidos de grandes sequías que afectaron a las tierras de cultivo provocando malas cosechas y el abandono de muchas zonas agrícolas. Este hecho repercutió directamente en el aumento de los precios de los productos básicos alimenticios, y como consecuencia se dieron episodios de hambrunas. El problema aumentó un poco más tarde, con la llegada desde Oriente de la peste bubónica o ‘Peste Negra’, que diezmó la población, especialmente en grandes núcleos de población como Barcelona, Tárrega o Cervera, creando un importante conflicto social. El sistema monetario catalán en esta etapa de crisis se mantuvo estable siendo una continuación de los reinados anteriores, e incluso se crearon denominaciones nuevas. La moneda fuerte era el croat de plata, creado en 1285 y acuñado en la ceca de Barcelona. Moneda fuerte equiparable, en cuanto a ley y talla, a muchas de las divisas de plata circulantes en el resto de Europa. Una moneda fuerte, que desde su creación sirvió para afrontar las transacciones importantes, jugando un papel importante en el comercio mediterráneo. Al igual que en muchos de los en los reinos vecinos, el valor nominal más pequeño del sistema monetario catalán era el dinero y su divisor el óbolo de vellón de terno, acuñado también en la ceca real de Barcelona. Estas denominaciones seguían la ley de terno y la talla establecida en el reinado de Jaime I el Conquistador, en el 1258.

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Hasta 1345 y en plena crisis, no se generalizó la moneda de oro en la Corona de Aragón. Pedro III acuñó una nueva divisa de oro común para sus territorios. Al principio, la nueva moneda imitaba en todos los aspectos al florín de Florencia, pero poco a poco el florín de la Corona de Aragón fue perdiendo ley. La moneda ternal de Pedro III Las fuentes escritas reflejan para el reinado de Pedro III un volumen importante de moneda de vellón acuñada. Antes de empezar a enumerar volúmenes de piezas, estratos y yacimientos arqueológicos, veamos que nos revelan las fuentes escritas sobre el numerario de vellón del tiempo de Pedro III. Para esto nos remitiremos a la documentación de la época estudiada, consultada y trabajada por numismáticos tan importantes como Joseph Salat y Joaquim Botet i Sisó.1 Hasta el momento, la documentación escrita, decretos de emisión o permisos para la nueva fabricación de moneda, se refieren a numerario de vellón acuñado, no diferenciando los volúmenes de dineros y de óbolos:2 • • • •

20 de abril de 1338: nombramiento de P. Lupus como ensayador de la moneda que se hace en Barcelona. 4 de julio de 1345: se acuña de nuevo moneda de terno en Barcelona. 29 de mayo de 1353: de nuevo se hace moneda de vellón en Barcelona. entre el 20 de febrero de 1365 y el 5 de septiembre de 1381: más acuñaciones de moneda de terno.

En todos los casos el vellón de este reinado mantuvo la ley y la iconografía típica del busto del rey coronado en el anverso y la cruz con círculos y tres puntos en el reverso. La única diferencia con los vellones de reinados anteriores era la talla; el peso de los ejemplares de Pedro III era más bajo.3 Las fuentes escritas de la época, se hacen eco de la necesidad de monedas de bajo valor para hacer frente a los pagos más pequeños de la vida cotidiana. Este hecho indica un uso continuado de las denominaciones de más bajo valor, el óbolo, y en consecuencia una mayor pérdida. Hallazgos de moneda ternal de Pedro III Las fuentes escritas y los hallazgos muestran la importancia, en cuanto a moneda se refiere, del largo reinado del rey Pedro, de 1336 a 1387. Más de cincuenta años fabricando moneda en dos metales, oro y plata, y su aleación, el vellón. Todos los datos apuntan a un significativo volumen de emisiones monetarias realizadas. En el caso de la moneda de vellón catalana acostumbra a ser siempre más importante el uso y pérdida de dineros, que de su mitad, los reinados anteriores, como el de Jaime I o Jaime II así lo testimonían. Recientes hallazgos, con fecha de ocultación muy clara, nos permiten constatar la importancia del óbolo de Barcelona bajo Pedro III, a mediados del siglo XIV. Tanto los ejemplares conservados en colecciones públicas, en especial en el Gabinet Numismàtic de Catalunya de MNAC,4 como el de las piezas procedentes de yacimientos arqueológiSalat 1818 y Botet i Sisó 1908-1911 en sus obras transcriben e interpretan las fuentes escritas sobre la moneda del reinado de Pedro III, en especial los decretos de emisión monetaria. Una tarea que nos proponemos para un futuro inmediato es la revisión de los documentos monetarios de este reinado, con la esperanza de delimitar la producción de la moneda de vellón, a partir de nuevos datos escritos. 2 La descripción de las diferentes emisiones se pueden encontrar en la 1

obra de Botet i Sisó 1909, pp. 117-22. 3 Sobre la alteración de peso en los vellones de Pedro III consultar Crusafont 1982, p. 84. 4 A partir de aquí cuando nos refiramos a las colecciones del Gabinet Numismàtic de Cataluña, lo haremos con las siglas GNC. Nos basamos en los ejemplares del GNC ya que son una muestra muy representativa de la moneda circulante y acuñada en Cataluña.

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cos,5 nos han permitido estudiar y clasificar un considerable número de piezas de terno, dineros y óbolos (véase Fig. 1). Como ya se avanzaba en el propósito del estudio, en este caso queremos analizar el comportamiento y circulación del valor nominal más pequeño en circulación, el óbolo acuñado en la ceca real de Barcelona. Para conocer el movimiento de estos divisores no dejaremos de lado a la unidad, el dinero, puesto que es la ausencia de esta la que nos proporciona datos significativos sobre los óbolos.

80%

60%

dineros óbolos 40%

20%

0%

GN

C

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Fig. 1. Comparación de los dineros y óbolos a nombre de Pedro III conservados en la colección del GNC y el los hallazgos monetarios del territorio catalán, documentados hasta el momento. La colección del GNC, con un mayor número de dineros que de óbolos, nos proporciona ejemplares de conservación muy buena, que nos permiten matizar en las variedades de cuños utilizados para su fabricacion, mostrando una producción muy considerable.6 Es muy posible que la diferencia en la proporción de nominales se deba al origen y procedencia de la colección: ejemplares conservados por coleccionistas de finales del XIX y principios del XX, que apreciaban más las piezas de origen catalán acuñadas en metales nobles y en muy buen estado de conservación, siendo los óbolos muy posiblemente rechazados o, mejor, no tan valorados. Insistimos, ¿porqué el óbolo y no el dinero?, porque tal y como nos muestra la figura 1, el volumen de óbolos aparecidos en hallazgos monetarios es muy superior al de los dineros, hecho que no se da en reinados anteriores como el de Jaime I o Jaime II, que también tienen una producción de moneda de vellón considerable y comparable a la del reinado de Pedro III. Clua i Mercadal 2002 en este trabajo están detallados la mayoría de los hallazgos monetarios del territorio de la provincia de Barcelona. 5

Consultar Botet i Sisó, 1909, pp. 151-53; Crusafont, 1982, pp. 228-29; Id., 1985, IV.91-IV.92. 6

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Los ejemplares de procedencia arqueológica nos dan una visión de la circulación monetaria en un periodo de crisis económica. La moneda más extraviada y no recuperada es la de menor valor. La pérdida de estos ejemplares significa que son piezas muy usadas, que son las monedas que en la vida cotidiana se utilizarían para los pequeños pagos. TABLA 1: Los hallazgos monetarios de numerario de Pedro III en el territorio catalán, hasta el 2009, detallando: el yacimiento, la comarca, el número de dineros y el número de óbolos. Procedencia

dineros

óbolos

SPAL7 (15 dineros tesoro de la Torre del Baró)

8

15

Plaza Gardunya de Barcelona, Barcelonès

0

1

Illa Robadors de Barcelona, Barcelonès

0

1

Paseo Picasso 24-30 de Barcelona, Barcelonès

1

0

Calle Basea de Barcelona, Barcelonès

1

0

Santa Anna de la Guàrdia Pilosa, Pujalt, Anoia

0

1

Església de Sant Marc, Porquerisses, Anoia

1

3

Sant Pere de Romaní, Baix Llobregat

0

1

Sant Pau de Riusec, Sabadell, Vallès Occidental

0

1

Sant Julià d’Altura, Vallès Occidental

1

1

Sala de Levante del monasterio, Sant Cugat, Vallès Occidental

0

1

Sant Salvador de Polinyà, Vallès Occidental

0

1

Santuario dels Tossals, Capolat, Berguedà

0

1

Fossar dels Jueus, Tàrrega, Urgell

0

3

Carrer de la Font, 7-9 de Tàrrega, Urgell

0

4

Convento de Sant Agustí de Tàrrega, Urgell

2

0

Molí del Codina, Tàrrega, Urgell

0

2

Santa Maria de Vallsanta, Guimerà, Urgell

0

1

Santa Maria de Mur, Castell de Mur, Pallars Jussà

1

0

15

37

TOTAL numerario de vellón de Pedro III 7 La mayoría de los yacimientos del SPAL (Servei del Patrimoni Arquitectònic de la Diputació de Barcelona) están detallados en Clua i Mercadal 2002 i 2008. Por lo que respecta a los ejemplares que formaban

parte del tesoro de la Torre del Baró de Viladecans (Baix Llobregat, Barcelona) consultar Clua i Mercadal 1993.

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Los datos son claros y apuntan a un porcentaje mayor de óbolos recuperados que de dineros. Algunas de las monedas procedentes de hallazgos arqueológicos bien fechados, nos permiten también establecer que ejemplares pertenecen a las emisiones anteriores a mediados siglo XIV. Tal vez el yacimiento que nos aporta datos más fiables, hasta el momento, sea el de las fosas comunes del Fossar dels Jueus en Tàrrega.8 Los tres óbolos encontrados en uno de los enterramientos, asociados a un individuo, nos permite constatar que emisiones se realizaron con anterioridad al 1348, fecha en la que se datan las fosas. La tipología de anverso de estos ejemplares, identificables fácilmente por la forma y decoración del vestido del rey, nos acercan a las emisiones decretadas o permitidas a partir del 1336, alargándose hasta el 1345.

Fig. 2. Ampliación del ’anverso de los óbolos a nombre de Pedro III encontrados en el Fossar del Jueus. Otro de los yacimientos que nos aporta datos sobre las emisiones anteriores a mediados del siglo XIV es el del Carrer de la Font, también en Tàrrega.9 En el interior de un silo fechado a mediados del siglo XIV se encontraron cuatro óbolos de Pere III, todos de una tipología similar, la del vestido del rey acabado en un decoración dentada. La mayoría de los hallazgos monetarios nos muestran el numerario extraviado mientras estaba en uso. En el caso del Fossar dels Jueus, son monedas que un individuo llevaba consigo en el momento de ser sepultado, es decir monedas con las que el día que murió podía haber adquirido algún producto. Este dato nos demuestra la cotidianidad de estas emisiones. Si bien, hasta el momento y a la espera de nuevos hallazgos, la distribución de los óbolos ocupa gran parte del territorio catalán, se constata una mayor concentración de estos valores en la zona de la provincia de Lleida. Este dato se podría relacionar con la incorporación del numerario de la ceca de Barcelona en el territorio leridano a partir de la petición del 3 de diciembre de 1341 y la concesión del rey data del 18 de septiembre de 1346.10 Mostrando una rápida difusión y dispersión del numerario de Barcelona por un territorio nuevo. Pero no podemos olvidar que en dicho territorio circulaba en muchos municipios la llamada moneda local, sobre todo en ciudades importantes como Lleida y Agramunt.11 El valor del numerario local era de un cuarto de dinero, es decir medio óbolo. Así pues, vemos para este territorio una necesidad de moneda de reducido valor, para las actividades de la vida 8 El estudio detallado de las monedas encontradas durante la excavación de las fosas comunes del cementerio judío de Tàrrega se puede encontrar en Clua i Mercadal 2009. 9 Pudimos estudiar los materiales numismáticos en el año 2008, el resultado se encuentra en la memoria de excavación del yacimiento, que

está depositada en el Servei d’Arqueologia de la Generalitat de Cataluña, pendiente de publicación. 10 Consultar las obras de Botet i Sisó 1909, pp. 118-19, Documents justificatius XXVIII; y Beltrán Villagrasa, 1972, p. 444.

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cotidiana: el óbolo de la ceca real de Barcelona cumple con este requisito, así como las iniciativas de las distintas emisiones locales. Apuntes finales Debemos considerar este estudio como un proyecto o primer paso, sobre la función de la moneda real de más bajo valor en circulación. A medida que aumente el número de hallazgos arqueológicos se podrá matizar y añadir nuevos aspectos. También tenemos pendiente la revisión de la documentación escrita de la época por si hubiera datos que nos permitieran diferenciar emisiones o averiguar el volumen de óbolos decretados y realmente producidos. Las monedas procedentes de hallazgos estratigráficos tienen el problema añadido de la conservación, hecho que en ocasiones impide una clasificación acertada de la emisión, pero los datos aportados por los recientes descubrimientos nos han permitido situar en el tiempo una emisión de óbolos a nombre de Pedro el Ceremonioso. Así pues, podríamos denominar al óbolo de terno de Pedro III como la moneda cotidiana en circulación durante un tiempo de crisis. BIBLIOGRAFIA Beltrán Vilagrasa, P. (1972), Obra Completa, Zaragosa. Blasco, A. (2002), ‘La vida cotidiana en la judería’, La Cataluña judia, Barcelona, pp. 119-41. Botet i Sisó, J. (1908-1911), Les monedes catalanes, 3 vol., Barcelona. Clua i Mercadal, M. (1993), ‘Diners de la Torre del Baró, Viladecans (Barcelona). Un ejemplo de la economia fiduciaria en la Cataluña de la Baja Edad Media’, Actes du XIe Congrès International de Numismatique, 8-13 de septembre, 1991, Bruxelles, vol. III, pp. 123-31. Clua i Mercadal, M. (2002), Circulació monetària des de l’època medieval a les comarques de Barcelona, Barcelona. Clua i Mercadal, M. (2008), ‘La circulació monetària a l’època medieval a partir de les troballes de l’SPAL’, Quaderns científics i tècnics de restauració monumental, Col·lecció: Documents de treball, 9, pp. 57-77. Clua i Mercadal, M. (2009), ‘Les fosses comunes del fossar dels jueus de Tàrrega, testimoni de la realitat monetària de mitjan segle XIV’, Urtx: Revista cultural de l’Urgell, 23, pp. 138-53. Crusafont, M. (1977), ‘L’òbol de Barcelona d’Alfons III’ Gaceta Numismática 46, pp. 15-22. Crusafont, M. (1980), ‘Diners de València i diners d’Alacant. Les primeres emissions (12471296)’, Nvmisma 165-167, pp. 303-13. Crusafont, M. (1982), Numismàtica de la Corona Catalano-Aragonesa medieval (785-1516), Madrid. Crusafont, M. (1990), La moneda catalana local (s. XIII-XVIII), Barcelona. Crusafont, M. (1992), ‘Acuñaciones de la Corona Catalano-Aragonesa y de los Reinos de Aragón y 11 Para una información más detallada de las emisiones locales consultar Crusafont 1982, pp. 229-30 y id. 1990.

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