HOMERO Y EL MUNDO DE LA ODISEA

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HOMERO Y EL MUNDO DE LA ODISEA

Néstor Asensio Barrios 2º Filosofía - A

ÍNDICE 1. Introducción.......................................................................................................... 3 2. Los origenes de la Odisea. 2.1. La poesia épica............................................................................................. 4 2.2. Homero......................................................................................................... 5 2.3. El regreso de Odiseo.................................................................................... 5

3.Telémaco, los aristoi y el oikos. 3.1. Telémaco y los pretendientes...................................................................... 7 3.2. El hogar y la responsabilidad..................................................................... 7 3.3. El viaje de Telémaco y la hospitalidad....................................................... 8

4. El regreso del héroe. 4.1. Odiseo con los feacios. La competencia y el discurso ajustado............... 9 4.2. Polifemo, Circe y el descenso al Hades...................................................... 11

5. El desenlace. 5.1. Penélope como ejemplo en la sociedad patriarcal.................................... 12 5.2. La voluntad de los dioses............................................................................ 13

1. Introducción. Casi todos guardamos el vivo recuerdo infantil de los cuentos. La imagen de nuestra abuela relatándonos de memoria las historias de Pulgarcito, Caperucita y muchos otros personajes del mundo de la imaginación que se han quedado grabados en nuestro inconsciente (si acaso no han estado siempre allí). La tradición de la transmisión oral de historias nació prácticamente con el ser humano y su sociedad, en cualquier civilización primitiva podemos encontrar el rastro de los mitos que se transmitían de este modo -oralmente- y que tuvieron una tremenda importancia en el desarrollo de la cultura y del pensamiento. Uno de estos transmisores de historias que cambió el curso de la humanidad fue la figura -existente o no- de Homero. Como apunta Moses I. Finley en su obra El mundo de Odiseo: "Si es cierto que la historia europea comenzó con los griegos, es igualmente cierto que la historia griega comenzó con el mundo de Odiseo." (Finley, 1980) El antiguo poeta griego plasmó en sus obras Iliada y Odisea todo un mundo formado por mitos y personajes legendarios que habian existido en una época superior a la suya. A través de este trabajo trataremos de destacar algunos aspectos de la sociedad que presentaba en su segunda obra: La Odisea. Tras hacer una breve introducción del contexto y de la figura del poeta y de su obra, sin entrar en los debates todavía activos de si las obras fueron escritas por mismo poeta, o de la validez y existencia de los acontecimientos que Homero presentaba; realizaremos un repaso de los hechos acontecidos en el libro destacando algunos aspectos relevantes de la sociedad, la moral y la teología del mundo homérico, sirviéndonos de la obra de Finley ya citada. Realizaremos un somero análisis de su sistema económico y familiar, el oikos; analizaremos la figura del héroe y de los nobles, la importancia del discurso ajustado y del respeto, la hospitalidad, el sistema de regalos, la maduración de Telémaco, la prudencia y lealtad de Penélope; y, por último, veremos la influencia de los dioses en el destino de los hombres y la importancia de su antropomorfización en la expansión de la civilización griega.

2.LOS ORIGENES DE LA ODISEA 2.1La poesía épica La Edad Oscura de la Grecia antigua terminó hacia el 750 a.c. con la introducción en Grecia del alfabeto cananeo-fenicio. La posibilidad de registrar fácilmente todo lo que ocurría supuso el inicio de una nueva época en la civilización Griega. Hasta entonces, toda la historia que existía era la transmitida a través de los mitos y leyendas que habían perdurado generación tras generación gracias a la transmisión oral. El bardo componía mientras tocaba su instrumento y transmitía la historia a través de la improvisación de los versos que narraban una historia por muchos conocida. La aparición de la escritura permitió establecer unos versos que el poeta memorizaba, con lo que la función de transmitir aquellos mitos pasó a manos del rapsoda. Pero el pueblo era principalmente analfabeto, por lo que la poesía oral como transmisión de estos mitos y, en cierta forma, de educación, perduró durante muchos siglos. En este mismo siglo se cree que nació Homero, un poeta épico sin precedentes que supo registrar los mitos heredados de la tradición y darles una consistencia y composición sin igual a través de sus poemas monumentales. Este es el origen de la Iliada y la Odisea -aceptando la antigua creencia de que fueron escritas por el mismo hombre- una conjunción de mitos de la tradición mediterránea que se entrelazaban alrededor de la supuesta historia de la civilización griega y de sus personajes, tomando la forma de poesía épica. La poesía épica narraba las proezas de los héroes, personajes pertenecientes a una época antigua, desaparecida. Para algunos, como Hesíodo, aquellos héroes eran una raza de hombres perteneciente a una época "mejor", más cercana a la divinidad que la nuestra. Se contaba el camino de los héroes hacia la gloria, todo giraba alrededor del honor y la virtud (valor, bravura, dignidad...), la cobardía negaba a estos hombres la posibilidad de alcanzar los valores más altos en la vida del hombre. A través de sus aventuras en las que atravesaban todo tipo de dificultades demostraban, con sus acciones, su determinación y valor como verdaderos ejemplos a seguir. Eran pocos los griegos que dudaban de la existencia de estos héroes y de los dioses y monstruos que aparecían en su relato. Estos relatos formaban parte de su identidad como comunidad y eran conocedores de todos sus detalles (genealogías, nombres, azañas...). Pero Homero y los griegos no entendían la historia en el sentido en que nosotros podemos entenderla, la veracidad o significado de los hechos no era lo importante, lo importante eran los hechos mismos, la acción, los acontecimientos.

2.2Homero Homero y sus dos obras -La Iliada y la Odisea-, un conjunto de mitos hilvanados e integrados en la historia de la civilización, fueron de gran influencia en el desarrollo de esta civilización, en su pensamiento y sus costumbres, en la fe y religión y, por tanto, en las leyes de la polis griega. Esta importancia es lo que ha permitido que la versión que hoy nos llega sea -salvando las diferencias de traducción y de interpretación- versiónes bastante cercanas a las obras originales. Las obras que eran dignas de ser registradas eran escritas a mano sobre royos de papiro -más tarde en vitela- materiales perdurables que no soportan el paso del tiempo. Los más antiguos han sido hallados en Egipto, el único lugar que por sus condiciones climáticas permitía la conservación de los textos. Un dato revelador de la importancia de las obras del poeta es que casi la mitad de los documentos conservados son copias de la Iliada o la Odisea y comentarios que se hacian sobre ellas, lo que nos hace pensar que las obras de Homero eran bien conocidas entre la población del Mar Egeo y que sobrevivieron a los cambios que las principales formas de poder pudieran propiciar. Como habíamos comentado, se trataba de la tradición de mitos que ya de por sí habían sufrido importantes variaciones tras su paso por el tiempo y por las distintas poblaciones del mediterraneo, la tarea de Homero en sus dos obras fue la de reunir todas esas historias de dioses y héroes en un mismo universo: el suyo. El mérito del poeta no consiste, por tanto, en la grandeza de las piezas individuales de sus obras, ni en el lenguaje y forma escritos -aunque si que era asombrosa la prodigiosa capacidad de memorización de los miles de versos que constituían el poema- sino en la forma en que encaja todas esas historias, ya heredadas por la tradición, y las integra en una misma historia, que narra un acontecimiento concreto como la guerra de troya o el viaje de vuelta de Odiseo.

2.3 El regreso de Odiseo La Odisea es una epopeya dramática que narra la vuelta de Odiseo a Itaca tras la guerra de Troya. Con el fin de la guerra, los héroes aqueos que habían marchado a recuperar a Elena de las manos de Paris, el principe de Troya, tuvieron que volver a su tierra a través del mar. El tema de los Nóstoi -o "regresos"- supuso el origen de muchos poemas que hablaban de las aventuras de estos personajes en la vuelta a su patria. En la Odisea se explican las aventuras de muchos de estos héroes (Menelao, Néstor, Agamenon...) y de otros personajes o dioses del folklore mediterráneo, pero el verdadero

protagonista de la segunda obra de Homero fue Odiseo Laertida, el rey de Itaca que había quedado atrapado en la isla de Ogigia por la furia de Poseidón. El cíclope Polifemo, hijo del dios, ha perdido su ojo a manos de Odiseo y Poseidón impide al héroe regresar a su hogar a poner orden, ya que su palacio ha sido invadido por los pretendientes de su esposa -a la que suponen viuda- Penélope, quien resiste a entregarse a ninguno de ellos. Mientras su mujer se resiste, los pretendientes consumen su propiedad: se banquetean en su palacio todos los días, sacrifican sus animales y beben su vino. Su único hijo, Telémaco, es demasiado joven para oponerse, y su padre Laertes es demasiado viejo. En su vuelta, Odiseo tendrá que enfrentarse a un gran número de dificultades impuestas por los dioses, pero contando con la protección especial de uno de ellos: Palas Atenea, diosa de la sabiduria, de las artes y de la astucia que protege y ampara al héroe más astuto, que se sirve de su ingenio para superar las pruebas más dificiles. Al final, Odiseo logrará volver a casa e impartirá la justicia entre los pretendientes, vengándose de ellos mediante su asesinato. A través de la narración podemos ver reflejados diversos aspectos de la sociedad de estos héroes. Pero, ¿qué sociedad representaba? Las investigaciones revelan que no era la sociedad micénica que se pensaba en la antigüedad, pero tampoco corresponde a una representación de la sociedad del poeta ubicado en el siglo VIII a.C. Los estudios de estos poemas apuntan hacia los siglos X y IX a.C. A pesar de algunas confusiones y contradicciones del poema, el estudio de estos textos nos puede servir para extraer algunos valores y costumbres que definen el origen de nuestra cultura y civilización tal como hoy la conocemos. La obra consta de 24 cantos, los cuales se pueden dividir en 6 bloques de 4 cantos cada uno. Cada bloque corresponde a los diversos niveles de narración de la obra: La telemaquia, Las aventuras de Odiseo tras la asamblea de los dioses (contada en tercera persona), las aventuras de Odiseo antes de la isla de Ogigia (narradas en primera persona), la estancia de Odiseo con el porquero, Odiseo en su palacio con los pretendientes y la venganza del sufridor. Para facilitar el análisis de los puntos expuestos, dvidiremos el guion de nuestro trabajo en tres partes: La introducción con la historia de Telémaco, el desarrollo con el regreso de Odiseo y el desenlace de la historia con la venganza.

3.Telémaco, los aristoi y el oikos. 3.1. Telémaco y los pretendientes La historia comienza con la asamblea de los dioses. Odiseo se haya atrapado en la isla de Ogigia por la furia de Poseidón, que se ha enfadado con el aqueo por la ceguera de su hijo, el cíclope Polifemo, impidiéndole así regresar a su hogar. Palas Atenea, preocupada por Odiseo, convoca una asamblea en el Olimpo en la que los dioses deciden liberar al sufridor de su encierro. A pesar de la oposición de Poseidon, vemos como se ve obligado a cumplir los designios del resto de los dioses por causa de la decisión del padre Crónida, supremo entre los olímpicos. En Ítaca, la tierra de Odiseo, la situación se ha hecho insoportable para la familia de Odiseo, pues por su repentina y misteriosa desaparición se da por sentado que su esposa Penélope ha quedado viuda. Ésta necesita un hombre que dirija el hogar, ya que su hijo es demasiado joven para hacerse cargo de la herencia y la sociedad patriarcal no permitía que ella mismo se hiciera cargo. Por ello, con el fin de extender una especie de legitimidad sobre los bienes del rey de Ítaca, los nobles de las islas cercanas y de la propia ciudad intentan cortejar a Penélope, aunque de un modo "injusto". Mientras Penélope les da largas, los pretendientes se banquetean en casa de Odiseo sacrificando a sus animales, bebiendo su vino y aprovechándose de sus esclavas. En este conflicto, aunque más adelante se desarrollará mostrando otros aspectos, podemos ver muchas de las características sociales y políticas de la isla: Todos los personajes que Homero presenta en el conflicto son aristócratas -aristoi, "la mejor gente"-, y ocurre lo mismo con todos los héroes del relato; todos son de alta cuna y vienen de una estirpe de nobles cuyo origen, en algunos casos como el de Aquiles, proviene de los mismos dioses. El funcionamiento de la economía hacía prácticamente imposible el surgimiento de nuevas fortunas, eran nobles por nacimiento y sus hijos también lo serian. En algún momento de la historia -ya hemos dicho que en ocasiones se remonta su origen a los mismos dioses-, algunas familias se habrian puesto por encima de las demás a nivel económico, estableciendo una nobleza que perdudaría durante mucho tiempo.

3.2. El hogar y la responsabilidad. La vida de estas familias se organizaba alrededor del oikos -la "casa" u "hogar", la unidad económica que abarcaba todas las propiedades: terrenos, granjas, esclavos (rebajados al nivel de

"propiedad")... es decir, la actividad productiva de los bienes materiales de la familia. En el modelo patriarcal de aquella sociedad, era el hombre el que se hacía cargo de esta economía (οἰκονομία). Ante la ausencia de Odiseo, la hacienda queda desprotegida, y su hijo Telémaco nada puede hacer. Este palacio fue en otro tiempo seguramente rico e irreprochable mientras aquel hombre estaba todavía en casa. Pero ahora los dioses han decidido otra cosa maquinando desgracias; lo han hecho ilocalizable más que al resto de los hombres. No me lamentaría yo tanto por él aunquue estuviera muerto, si hubiera sucumbido entre sus compañeros en el pueblo de los troyanos o entre los brazos de los suyos, una vez que hubo cumplido la odiosa tarea de la guerra. En este caso le habría construido una tumba el ejército panaqueo y habría cosechado para el futuro un gran renombre para su hijo. Sin embargo, las Harpías se lo han llevado sin gloria; se ha marchado sin que nadie lo viera, sin que nadie lo oyera, y a mí solo me ha legado dolores y lágrimas. (I, 234-243)

Tras la asamblea de los dioses en la que se decide dejar marchar a Odiseo de la isla de Ogigia, Palas Atenea "baja" a Ítaca para ayudar al hijo de éste, con la intención de cargarle de valor y de incitarle a que comienze a realizar acciones que lo hagan más respetable, como si de un preoceso de maduración se tratara. Lo primero que hace es reunir una asamblea para que el pueblo reprenda y expulse a los pretendientes, mostrando otro de los puntos claves de esta sociedad: la importancia de la familia en su protección contra los demás y en el cumplimiento de la justicia. Telémaco no puede expulsar a los pretendientes él solo, ¿qué quiere decir esto? Evidentemente no existe una "responsabilidad pública" para castigar a los infractores, por lo que los afectados quedaban solos ante la injusticia, era la familia la que tenía que tomar la justicia por su parte. La asamblea convocada por Telémaco es un intento de transformar el asunto privado en un asunto público para ganarse el favor del pueblo y superar en número y poder a los pretendientes que consumen injustamente su hacienda. Pero el pueblo no le presta su apoyo, y sin hermanos ni familiares que ayuden a Telémaco, la única opción de librarse de los pretendientes es el regreso del valeroso y astuto Odiseo.

3.3. El viaje de Telémaco y la hospitalidad. Tras el fracaso de la asamblea, Telémaco se dirigirá, inspirado por Atenea, a la ciudad de Pilos y a Esparta para buscar algunas pistas sobre el paradero de su padre. Los reyes de estas ciudades -Néstor y Menelao, respectivamente- son otros de los héroes aqueos que marcharon a Troya con Odiseo y que mantuvieron una relación de amistad con él. Este viaje servirá a Telémaco como una

demostración de su valor y madurez, condición necesaria para dejar de ser "un niño" y poder hacerse cargo del oikos. En la conversación con Néstor en Pilos se nos muestra por primera vez la historia de Agamenón, con el que se comparará a Odiseo diversas veces a lo largo de la historia. Agamenón es otro de los héroes aqueos que vuelven de la guerra; durante su ausencia, su primo Egisto había seducido a la mujer de éste planeando la muerte del Atrida a su regreso. Tras su asesinato, Egisto y Clitemnestra reinaron durante 7 años, pero al octavo, Orestes, hijo de Agamenón, se vengó de su padre asesinando a su tio y a su madre y convirtiéndose en un héroe. Tanto en casa de Néstor como en casa de Menelao vemos en la recepción de Telémaco otro de los elementos clave de la sociedad de Odiseo: la hospitalidad y los regalos. El dios que amparaba a los huéspedes era Zeus y recibir de mala manera a un invitado era deshonrarle, mientras que recibirle agradablemente ayudaba a ganarse el favor de los dioses. De la misma manera, ante la inexistencia de la moneda y del comercio tal como hoy lo conocemos, solo habían dos formas de adquirir bienes: una era a través los pillajes, los asaltos, la apropiación de los bienes del otro por la fuerza; el otro era el intercambio de regalos. El concepto de "intercambio" conlleva una reciprocidad, a los regalos que daba el anfitrión a su huésped, debía corresponderle este otro cuando intercambiaran sus papeles. Por otra parte, debido a la dificultad de su obtención, el metal era un objeto de distinción, un símbolo de riqueza. De ahi la importancia de los objetos de oro, hierro y bronce en los regalos realizados por los anfitriones.

4. El regreso. 4.1. Odiseo con los feacios. La competencia y el discurso ajustado Tras otra asamblea en el Olimpo, Hermes se dirige a la isla de Ogigia para cumplir la segunda decisión: liberar a Odiseo. Éste se haya atrapado en una isla paradisíaca con una ninfa que le desea y le promete la inmortalidad; pero éste no es feliz allí, ante todo desea marchar a su tierra para estar con los suyos. Calipso acepta la decisión del héroe y de los dioses y le ayuda a construir una balsa cargada de provisiones, pero a mitad de trayecto Poseidón levanta una tempestad y destruye la balsa. Odiseo está apunto de perecer, pero aparece Ino, una diosa del mar, y le hace entrega un velo que le salva de ahogarse. Con la ayuda de un dios, Odiseo se salva de otro dios y llega a otra isla, Esqueria de los feacios.

Atenea incita a Nausícaa, hija del rey Alcínoo, a que vaya a jugar con sus esclavas donde está Odiseo, a fin de provocar su encuentro. Odiseo implora ayuda a la princesa y ésta le manda al palacio para que suplique ayuda a su madre. De nuevo Atenea, esta vez disfrazada de niña, ayuda a su héroe envolviéndolo en una nube para que atraviese el pueblo y el palacio hasta la reina sin que nadie se percate de su presencia. Los feacios son un pueblo muy alejado de su tierra, y Odiseo no conoce las leyes de hospitalidad de éstos. Tras suplicar abrazando las rodillas de la reina, Odiseo será agasajado por el anfitrión Alcínoo que le ofrece estancia en el palacio mientras le prepara unas rápidas naves llenas de hombre y regalos para que llegue a casa colmado de riquezas. Durante su estancia en el palacio se celebran unos juegos atléticos en honor del héroe. Euríalo ha provocado a Odiseo y le ha ofendido con palabras injuriosas, a lo que éste responderá reprendiéndole con sabias palabras y lanzando el disco más lejos que ninguno. Vemos aquí varios aspectos reflejados: el primero, referente a los juegos, es el de la competencia entre los héroes y nobles. El atributo principal de los héroes era la valentía, y su objetivo era el honor. Este objetivo alcanzaba su máxima expresión en las guerras como la de Troya, donde los héroes de distintos bandos se enfrentaban entre si por alcanzar la máxima gloria a través de actos valerosos demostrados en el combate. Los juegos eran una forma amistosa de competir para demostrar quien era el héroe más poderoso. El otro aspecto relevante en el discurso es el modo en que se dirigen las palabras unos a otros. Euríloco cuestiona la habilidad de Odiseo en los juegos y le compara con un pirata -actividad que Homero no llega a calificar como injusta cuando la realiza algún héroe-. Odiseo se indigna y le reprende con las siguientes palabras: ¡Huésped! No has hablado bien y me pareces un insensato. Los dioses no han repartido de igual modo a todos sus amables dones de hermosura, inteigencia y elocuencia. Un hombre es inferior por su aspecto, pero la divinidad lo corona con la hermosura de la palabra y todos miran hacia él complacidos. Les habla con firmeza y con suavidad respetuosa y sobresale entre los congregados, y lo contemplan como a un dios cuando anda por la ciudad. Otro, por el contrario, se parece a los inmortales en su porte, pero no lo corona la gracia cuando habla. [...] Otro, por el contrario, se parece a los inmortales en su porte pero no lo corona la gracia cuando habla. (VIII, 166-175)

En contraposición a este discurso encontramos los de Néstor y Menelao con Telémaco. El hijo de Odiseo está preocupado porque no tiene experiencia en "discursos ajustados", pero atenea le infunde palabras divinas para que hable como los hombres con experiencia y sea reconocido por los héroes aqueos como un hombre con experiencia.

4.2. Polifemo, Circe y el descenso al Hades. Después de los juegos se celebra un banquete en honor del forastero. En la reunión se encuentra Demódoco, un aedo que está cantando la historia de la guerra de Troya. Odiseo se emociona al oír la historia y comienza a llorar, algo que no le pasa desapercibido a Antínoo, quien le pide que le cuente la verdad de sus aventuras. Odiseo les dice entonces su verdadero nombre y les narra las aventuras de su regreso. Tras escapar de la isla de los lotófagos, Odiseo y sus hombres llegan a la tierra de los cíclopes: "los soberbios, los sin ley; los que, obedientes a los inmortales, no plantan con sus manos frutos ni labran la tierra, sino que todo les nace sin sembrar y sin arar" (IX, 108-109), la raza de los ciclopes constituye el prototipo de una tribu barbara "sin rey, sin fe y sin ley". Homero refleja la crueldad de esta barbarie a través del cíclope Polifemo, hijo de Poseidón que no teme a Zeus, "el vengador de los suplicantes y de los huéspedes" (IX, 270) optando por comerse al Laertida y a los demás suplicantes en su cueva. Por medio de la astucia, Odiseo logra escapar con algunos de sus compañeros y regresar al barco, allí el orgullo le hace actuar de una forma poco prudente diciéndole su nombre al hijo de Poseidón, que informará a su padre de quien lo ha herido para que le castigue. Pero antes, Odiseo sufrirá otras desventuras en las islas del Eolo y de Telépilo de los lestrigones, hasta llegar a la isla de la diosa Circe, donde conseguirá evitar la trampa de la diosa y descansará un año entero con sus compañeros. Al término de ese tiempo, Circe les ordena que marchen al Hades para preguntar al adivino Tiresias sobre su regreso. En este enigmático descenso al Hades, Odiseo verá a muchos de los héroes aqueos que no consiguieron volver a casa tras la guerra de Troya, entre los cuales se encuentran Aquiles y Agamenón, quien le relata el funesto destino que encontró en su regreso, una suerte de leitmotiv del de Odiseo. Tiresias informa a Odiseo sobre los pretendientes y le da ordenes -consejos- para evitar las desgracias en su viaje de vuelta, entre ellas no tocar las vacas de Helios cuando lleguen a la isla de Trinaquía. Tras pasar por Escila y Caribdis y la isla de la Sirenas, los Itacenses llegarían a la isla mencionada por Tiresias, donde cansados y hambrientos por el largo viaje, desatienden al consejo de Tiresias y consumen el ganado del dios. Como castigo, Zeus lanzaría un rayo que acabaría con todos menos con Odiseo, quien vagaría por el mar 10 días hasta llegar a la isla de Ogigia. Calipso lo retendrá allí, ofreciéndole la inmortalidad y matrimonio. Esta será la última de las tentaciones -junto con la de las flores de loto, el palacio de Circe y las sirenas, que se le plantearán a

Odiseo para abandonar la idea de regreso a casa. Pero el sufridor lo tiene claro, su mayor deseo es volver a Itaca.

5. El desenlace. 5.1. Penélope como ejemplo en la sociedad patriarcal. A la mañana siguiente de terminar la narración de su historia en el palacio de Antinoo, Odiseo monta en las naves que le han llevado, por fin, a Ítaca. Nada más llegar, Palas Atenea le convierte en un mendigo y le ordena esconder los tesoros hasta que llegue el momento de ejectuar la venganza que Odiseo ha estado tramando desde que Tiresias le informáse en el Hades de las injusticias que se estaban cometiendo en su palacio. Lo siguiente que hace la diosa es apremiar a Telémaco para que regrese a su tierra, avisándole de la trampa que le han tendido los pretendientes para que pueda esquivar la muerte que le tenían preparada. Mientras tanto, el porquero Eumeo, fiel esclavo de Odiseo, recibe hospitalariamente a su rey pensando que es un antiguo héroe que tras numerosas desgracias ha acabado como mendigo. Allí se hospeda Odiseo unos cuantos días probando la nobleza y fidelidad de su esclavo hasta la llegada de su hijo a casa del porquero. Entonces Odiseo revela su identidad a Telémaco y comienzan a planear el asesinato de los pretendientes. El rumor de que Odiseo está apunto de volver se extiende en silencio entre los pretendientes y los esclavos del palacio, los adivinos y las aves de agüero están anunciando el funesto destino aquellos que con su insolencia obran injustamente y no atienden a las señales divinas. Entonces llega el vagabundo Odiseo al palacio, y se infiltra en el banquete soportando las vejaciones de los nobles que están saqueando su vivienda. Por otra parte, Penélope ha llegado a una situación límite: Mi ánimo vacila entre permanecer junto a mi hijo y guardar todo intacto, mis bienes y esclavas y la casa grande de elevada techumbre, por vergüenza al lecho conyugal y a las habladurías del pueblo, o seguir a aquel de los aqueos que sea el mejor y me pretenda en el palacio entregándome innumerables presentes de boda. Porque mientras mi hijo era todavía pequeño e irreflexivo no me permitía casarme y abandonar la casa de mi esposo, pero ahora que es mayor y ha llegado al límite de la edad juvenil, incluso desea que me marche del palacio, indignado por los bienes que le comen los aqueos. (XIX, 523-534)

En efecto, el viaje ha transformado a Telémaco en un hombre capaz de dirigir el oikos, Penélope es libre de marcharse al hogar de su padre y alejar a los pretendientes de la vivienda de Odiseo. Esta

maduración se nos muestra de manera explícita en las palabras que dirige a los pretendientes: que ninguno muestre insolencias en mi casa, pues ya comprendo y sé cada cosa, las buenas y las malas. Hace poco aún era niño y toleraba aún viéndolo, el degüello de ovejas así como el vino que se bebía y la comida, pues es difícil que uno solo contenga a muchos. (XX. 309-311)

Pero ya no está solo. Odiseo da la señal y se muestra ante los pretendientes armado con el arco, dispuesto a ejecutar su venganza. En la lucha, padre e hijo contarán con la ayuda del porquero Eumeo y el boyero, mostrándose muy gráficamente uno de los aspectos que habíamos destacado al principio: la ausencia de un aparato público que repartiera justicia hacía recaer la responsabilidad de la venganza en la propia familia, en el oikos, incluyendo a los esclavos fieles. Asi, Odiseo y los suyos, con la ayuda de Palas Atenea, acaban con todos los pretendientes y esclavos que le habían sido infieles. Tan solo el aedo y el heraldo sobreviven a la masacre del palacio. En el último libro se nos muestra a los pretendientes en el Hades, quienes se encuentran con los héroes que habían visto a Odiseo en su visita y que habían estado con él cuando el adivino le informaba de la situación de su hacienda. Agamenón se alegra entonces en su corazón por la victoria de Odiseo y se alcanza la conclusión de la comparación del regreso de los dos héroes, por la diferencia de la acción de Clitemnestra y Penélope: la primera,"al concebir tamaña maldad, se bañó en la infamia y la ha derramado sobre todas las hembras venideras" (XI, 431), sin embargo, Penélope, que se nos ha mostrado constantemente apesadumbrada por la desaparición de su marido y siempre intentando alargar lo inevitable, se ha labrado una buena fama que se transmitirá a las generaciones venideras como un ejemplo a seguir. 5.2. La voluntad de los dioses. Como era de esperar, los numerosos familiares de los pretendientes pretenden hacer pagar a Odiseo la masacre cometida, desatendiendo la advertencia del aedo Medonte, superviviente del banquete, que les informa de la asistencia divina que está atendiendo a Odiseo. Aquél se encuentra en casa de su padre Laertes, esperando la casi reglamentaria venganza por parte de aquellos. Pero cuando por fin se encuentran, aparece Palas Atenea para establecer un pacto de paz, haciendo olvidar a todos el asesinato de sus hijos. Con ésta última voluntad de Atenea termina el poema, mostrando un tema que lleva presente desde el inicio y que se ha presentado varias veces: el designio de los dioses y su omnipresencia en el

destino de los hombres; éstos pueden honrar a los olímpicos y ganarse su favor, pero son los dioses quienes tienen un control absoluto de toda su vida y su suerte. La diosa protagonista ha sido Atenea, quien ha inspirado a varios personajes además de Odiseo y Telémaco -desde Nausícaa a Penélopepara que obraran de forma que la suerte acompañara a Odiseo y le permitiera regresar a su tierra para vengarse de los pretendientes, ganando un gran honor y fama por las proezas llevadas a cabo. No sin atravesar una serie de penalidades y sufrimientos -pérdida de los compañeros, retención involuntaria- provocadas también por los mismos dioses y otras criaturas daimónicas. Estos dioses se alegraban, se apiadaban, se enfadaban, se engañaban y tenían relaciones sentimentales entre ellos. Eran representados fisicamente y psicológicamente con forma humana. Esta antropormofización de los dioses tuvo una gran importancia en la conciencia del hombre de sí mismo y en la expansión de la cultura griega: La humanización de los dioses fue un paso de asombrosa audacia. Describir seres sobrenaturales, no como espíritus vagos, sin forma, o como figuras monstruosas, semiaves, semianimales, por ejemplo, sino como hombres y mujeres, con órganos humanos y pasiones humanas, reclamaba audacia y un máximo orgullo de la propia humanidad. Después de crear a los dioses de esta suerte, el hombre homérico se decía a sí mismo semejante a los dioses. Las expresiones "hombre" y "semejante a los dioses" tienen que definirse muy bien. Por una parte, jamás confundió Homero lo "semejante a los dioses" con lo "divino"; nunca cruzó la línea entre el mortal y el inmortal. [...] En los siglos sucesivos se desplegó el milagro que fue Grecia. Al haber Homero convertido a los dioses en hombres, el hombre aprendió a conocerse a sí mismo. (Finley, 1980)

BIBLIOGRAFÍA -FINLEY, Moses, I. El mundo de Odiseo. Trad de Mateo Hernández Barroso. Madrid: Fondo de Cultura Económica, 1980 -GARCÍA GUAL, Carlos. Introducción a la mitología griega. Madrid: Alianza, 2004 -GRIMAL, Pierre. Diccionario de mitología griega y romana. Trad de Francisco Payarols. Barcelona: 1990 -HOMERO, La Odisea. Trad de José Luis Calvo. Madrid: Catedra, 2009

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