EL TESORO DE SESTERCIOS DE RIÓPAR

Nº 10 · Año II

ierra V S

Periódico Comarcal de la Sierra del Segura

Ayna · Bogarra · Elche de la Sierra · Férez · Letur · Liétor · Molinicos · Nerpio · Paterna del Madera · Riópar · Socovos · Yeste

Precio 2 €

Ejemplar gratuito. Edición bimestral.

pág 19

TURISMO RURAL

REPORTAJE

José Luis Cuerda

Humor surrealista pág 20

Luis Llópis Médico rural impulsor proyectos culturales. PAG. 22.

pág 16

Pantanos en la Sierra

pág 26

Manjares de primavera

MEDIO AMBIENTE

Víctor Jiménez

Lanza del Vasto

PAG. 23.

PAG. 28.

Fundador de la Comunidad del Arca en la Longuera

Encuentra en el póker una de sus grandes pasiones

CULTURA

TURISMO RURAL

OCIO Y TIEMPO LIBRE

DESARROLLO RURAL

Sierra misteriosa, hemeroteca serrana y recomendaciones

De tapas por la Sierra del Segura

Alimentación y actividades de montaña

Alto nivel de desempleo en nuestra comarca

PAG. 29.

PAG. 19.

PAG. 25.

PAG. 18.

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MAYO JUNIO 2013

LA ÚLTIMA

Sestercio de Adriano. Foto_J.L. Simón

Sestercio de Marco Aurelio. Foto_J.L. Simón

Sestercio de Trajano. Foto_J.L. Simón

El tesoro de sestercios de Riópar J.L. Simón García Universidad de Alicante

Todos hemos soñado, de niños o de adultos, con encontrarnos un tesoro, un cofre lleno de monedas de oro y plata que nos hiciera ricos y al mismo tiempo nos transportara a un pasado de leyenda. Sin embargo, no recabamos nunca que detrás de todo tesoro, de toda ocultación, se esconde una tragedia humana, un hecho habitualmente luctuoso, pues aquel o aquellos que lo ocultaron nunca pudieron volver a recuperarlo, ni contarlo a otros para que pudieran beneficiarse de ello, pues murieron, fueron vendidos como esclavos o encarcelados, impidiendo de ese modo que pudieran recuperar algo que para ellos era seguramente lo más valioso que tenían. Por otra parte todos los tesoros, o las ocultaciones, se producen en épocas de inestabilidad y revuelta social o política, como guerras, conflictos locales o peligros inminentes, como el secular bandidaje, muy propicio en zonas montañosas, donde tras los golpes de mano y asaltos, el escarpado territorio

permite esconderse y huir de la acción del poder establecido. En estas circunstancias debió de producirse la ocultación de un número importante de sestercios romanos en lo que hoy conocemos como Riópar Viejo. Según la crónica del Museo Provincial, en 1923, mientras se efectuaban tareas agrícolas en unos bancales al pie de la muela, se encontraron ocultas dentro de una vasija de cerámica gris, un número indeterminado de monedas de bronce del siglo II después de Cristo, de las cuales se pudieron recuperar 225 mediante su compra, pues al parecer otras se habían dispersado entre vecinos y curiosos, estimándose que podrían llegar a una cifra próxima a los tres centenares. Durante el imperio romano, y en especial en esta época del siglo II d.C., la moneda más habitual de circulación era los sestercios de bronce, por encima de los cuales estaban el denario de plata, cuatro veces un sestercio y el aúreo de oro. El hecho de que bajo el mandato de cada emperador se acuñara moneda con su esfinge, o la de algunos de sus familiares, y se

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le incluyesen marcas para conocer el lugar de acuñación, es decir, la ceca, permite a los investigadores conocer un buen número de datos sobre las circunstancias en las que se produjo la ocultación y ciertas cuestiones relacionadas con la economía de la época y los acontecimientos políticos y bélicos con los que el tesoro pudo estar relacionado. En el caso del conjunto de Riópar, donde conocemos que es un lugar de asentamiento continuado desde la Prehistoria reciente hasta la actualidad, lo forman monedas acuñadas bajo los mandatos de los emperadores Galba, Vespasiano, Tito, el destructor de Jerusalén, Dominiano, Nerva, Trajano y Adriano, los emperadores hispanos nacidos en Itálica (Sevilla) y de los cuales son la mayoría de las monedas, Marco Aurelio, el emperador de la película Gladiator, Faustina II y Lucio Vero que gobernó junto a Marco Aurelio, es decir, monedas acuñadas entre el 68 y el 179 d.C., por lo que la ocultación se debió de producir a finales del reinado de Marco Aurelio, aproximadamente entre el 170 y el 180 d.C.

El reinado de Marco Aurelio se caracterizo por tener que afrontar numerosos conflictos militares, especialmente contra los partos en Asia y los bárbaros en el Limes de Germania. En Hispania tuvo que hacer frente a la invasión mora, tribus procedentes del norte de África, a la inestabilidad de la Lusitania, lo que hoy es Extremadura y el centro y sur de Portugal, tensiones sociales por la creación de latifundios por unas nuevas elites sociales que sustituirán al viejo patriciado hispano y a revueltas de las capas inferiores de la sociedad. La invasión de Hispania por tribus moras en los años 177 y 178 d.C. tuvo que ser combatida con efectivos de la legio VII Gemina, asentada en León, bajo el mando de Aufidius Victorinus y Aelius Romanus, mientras que la invasión del 175 se combatió con tropas auxiliares bajo el mando de Vallio Mäximus, procurador de la Lusitania, apoyado por el legatus Augusti Tiberio Claudio Cándido, con tropas procedentes de Macedonia. Es en este contexto de inestabilidad donde debemos se enmarcar la ocultación del tesoro, quizás por parte

de un hacendado local, quien decide ocultar sus ahorros, una pequeña fortuna para el, que con tanto esfuerzo había acumulado durante unos años. O quizás fuese la paga destinada a un pequeño destacamento militar, ocultada por el oficial encargado de los asuntos económicos de la legión. También pudo deberse a un intento de evadir impuestos, recaudaciones extraordinarias o atesorar moneda ante su escasa circulación, como consecuencia de las requisas del estado para hacer frente a los gastos militares, o el peligro que suponían las bandas del rebelde Materno. Lo cierto es que fue el temor a su sustracción lo que llevo a su propietario a esconderlo para poder recuperarlo cuando hubiera pasado el peligro, algo que nunca llegaremos a conocer de forma absoluta. Son muy pocos los tesoros de sestercios de esta época que se han encontrado hasta la fecha en el territorio de Hispania, por lo que el Tesoro de Riópar no es solo un conjunto de monedas, sino una ventana que nos permite mirar hacia un pasado seguramente convulso.