EL CONJUNTO SIMBÓLICO DE LA LIEBRE/EL CONEJO, LA LUNA Y EL ELIXIR DE LA INMORTALIDAD, EN RELACIÓN CON LOS ETNÓNIMOS MEXICA-MECITIN en: A. Wierciński \"Tlillan-Tlapallan. Estudios sobre la religión mesoamericana\" Sociedad Polaca de estudios Latinoamericanos, Warszawa-Poznań 1998

June 14, 2017 | Autor: A. Wierciński | Categoría: Aztecs, Mesoamerican Ethnohistory, Mesoamerican Religion, Anthropology of Religion
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Descripción

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II E L C O N JU N TO SIMBÓLICO DE LA LIEBRE/EL CONEJO, LA LUNA Y EL ELIXIR DE LA INMORTALIDAD, EN RELACIÓN CON LOS ETNÓNIMOS MEXICA-MECITIN El presente estudio es una pane de un trabajo más grande del autor, sobre el cam­ po sem ántico del conjunto de símbolos ¡cónicos, mencionado en el título, tratado en el contexto comparativo de diferentes culturas en el tiempo y la extensión de América Central y del N one, Siberia, China, India, Asia Occidental, Egipto, Sudáfrica y, finalmen­ te, del m undo greco-romano, el cristianismo y el judaismo. Todas esas culturas d e­ muestran una sorprendente estabilidad en los significados fundamentales de dicho conjunto que, tal vez, se remonta hasta el chamanismo del Paleolítico Superior. Sin embargo, en el presente estudio se demostrará sobre todo la profundidad semántica d e dicho conjunto en relación con los términos referentes a México y a los mexicanos, com o etnónimos de la época precolombina. Para poder en ten d e r la idea herm enéutica del autor, prim eram ente hay que fami­ liarizarse con la introducción teórica (parte 1), donde ya se trataron las figuras de la Mujer y la Luna com o símbolos ¡cónicos que dem uestran ciertas analogías. Ahora sería conveniente com pletar esos datos con los comparativos entre la Liebre-Conejo y el Agave (com o una fuente particular del ..elixir de inmortalidad” mexicano), pre­ sentados en las tablas 1 y 2.

Ta b l a

1

La

liebr e

y el

conejo

A trib u to s n a tu ra le s d e l p erso n aje

como

sím bo lo s

asemejantes

Asociaciones asem ejantes posibles

1. El alimentarse de hierba

V. Relaciones con la vegetación y su cidicidad

2. Indefensión y falta de agresividad típica de los feroc©

I. Sujeción a las persecuciones

3. Una gran vivacidad y capacidad de escóndeme rápi­ damente; temerosidad

3'- Simbolización de la velocidad, de lo fugaz del tiempo y la vida; temor

A. Las orejas grandes y erguidas, ojas abiertos, olfateo

4'. Atención, vigilancia nocturna; sensibilidad a la voz

constante; muy buen oído y la vista (también la nocturna), así como el olfato

interna y las visiones del vidente, profeta, etc.

5. Un animal cazado por lo general se lo asaba

5'. Relación con el elemento del fuego

6. Las pistas en forma de la letra „V"

6'. El fogoso .triángulo del anhelo" (¿?)

7. La liebre parece llevar una vida solitaria y no está vinculada con un lugar fijo, haciéndose camas temporales y viviendo en llanuras

T. Un asceta ambulante; el mundo es sólo lugar del recorrido

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8. .Travesuras' de tas fiebres durante (as noches ciaras, lunares; ios inienutt de bascar la figura de una íiebre o un conejo en las manchas def disco lunar

S'. Relación con la Luna, especialmente con sas fases visibles

9. E embarazo dd conejo dura 28-31 días; d conejo se caracteriza con una gran fecundidad y con la habilidad de construir una red de guaridas en un terreno de colinas

9’. El mes lunar y las vínculos con la fase de la Luna nueva; simbolización de la fecundidad, asociada con la emotividad y el aspecto femenino (véase tablas 1 y 2)

10. El conejo salta „para acá y para allá"; la fuga en zigzag de la liebre

10'. Inceniduntbre e imprevisión del porvenir del hombre; los juegos de azar rituales

A primera vista se notan vínculos m utuos entre ellos, con tendencia a asemejanzas así como sus relaciones con la Mujer y la Luna. Ta b l a 2

El

agave

como

un

sím b o lo

asemejante

1. Es planta con espinas

r. Las espinas que sirven para auuíheírisT auttxrfrenda en prácticas ascéticas ' '

2. En una cavidad hecha en el ágave se acumula el jugo que luego se sujeta al proceso de fermentación; la posibilidad de añadir sustancias aludnógenas

2'. El seno femenino con el liquido antniótico|7itU de fertilidad y orgiástico. Imprevisión del destino en los actos de borrachera; asociaciones lunares cuando hay factores alucinógenos, aparece ei conjunto de iniciación del ..elíxir de inmortalidad" gracias a la capacidad de proyectar la memoria dei parto y entrar en las estados transpersonale.s

3. En las culturas de tribus primitivas (p.ej. de los otomis) el ágave era fuente de fibras para tejer fas prendas de vestir

3'. El tejer como la ocupación típicüü^T femenina; el complejo de tejer e hilar la víh, humana 03

Ya es tiempo de pasar a los detalles d e algunos tem as de las creencias mexicanas Podemos empezar con los datos del calendario: Así, pues, el signo de Tochdi („conejo"), es el signo del octavo día de los veinte días de Tonalpohualli, de la 20a Trecena y de los años australes en los períodos de 13 años del ciclo de 52 años. Como el signo del día, aparece en la decena izquierda del Calendario d e Piedra azt e a de signos terrestres y lunares, relacionados co n Xiuhcoatl d e la Noche (véase c. V). Está junto con la Era Cosmo-antropogónica d e la Lluvia del Fuego, cuyo patrón fue Tíaloe, el Señor de la Tormenta, o Xiuhtecuhdi, el Señor del Fuego y del Tiempo. Enseguida se ve una concordancia analógica e n tre „lo del fuego" con la dirección del sur (el cénit y la tem porada del verano). La p atrona del signo del C onejo es la dio­ sa Mayahuel (,Ágave H u e a "), q u e al mism o tiem po es p atro n a d e la 8a Trecena, de­ nominada como Ce MalinalUi (1 Malinalli), es decir, ..hierba ásp era”, que se pasaba

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por los agujeros en el cuerpo, hechos con espinas del ágave (también con cortes de jade o sílex, así com o con huesos afilados), para aum entar el dolor durante la autoofrenda. El patrón del signo del día Malinalli es Patecatl („EI de la Tierra del Medica­ m ento”), el dios de los factores que reforzaban el efecto aturdidor de octli, probable­ m ente de carácter alucinógeno; entonces octli se transformaba en teoocdi o teom etl, es decir, en el ..Néctar Divino del ágave”. Patecad (con menos frecuencia, la diosa Ocdi) es patrón de la 11a Trecena, determina­ da por Ce Ocelod (1-Jaguar), correspondiente a los miembros de las órdenes militar-reli­ giosas de Águilas y Jaguares, a los cuales se les permitía beber ocdi también fuera del período de las ceremonias rituales especiales. Se les sometía a un entrenam iento militar duro y a los procedimientos de iniciación. Por fin, la 20a Trecena está indicada por Ce Tochtli (1-Conejo). La dirige Xiuhtecuhdi junto con Iztapaltotec (es decir, el Señor de la Resurrección a través de la Muerte por Sacrificio y de Haberse Vestido con la Piel Tomada de un Hombre Ofrecido). C onsecuentem ente, en la serie especial de los 20 signos de los días en el Códice Borgia, el patrón del día del Conejo es Xipe-Totec, y no, como suele ser, Mayahuel. Hay que añadir, que durante las fiestas del ciclo anual se bebía ocdi en los lugares públicos, en los ritos al honor de Xiuhtecuhtli, es decir, durante Xocod Huetzi e Izcualli (si no tomamos en cuenta Tepeilhuid y diversos ritos del ciclo de Tonalpohualli). Analicemos ahora proyecciones deificadoras, dadas al ágave y sus productos: ocdi y teooctli, en relación con el símbolo del conejo (por el m om ento es sólo un conejo, luego aparecerá también una liebre) y de la Luna. Ante todo serán Mayahuel y Patecatl, así com o O metochdi y Centzontochtín. Con ese fin hay que sacar el significado simbólico de los datos iconográficos, que aparecen en los códices, y textuales, que hay en crónicas. Por supuesto, por falta de espacio, aplicaremos una regla de lo mínimo en el uso de esas fuentes tan ricas. Como punto de partida tomaremos el análisis matemático de las distancias policaracterísticas para los nombres del calendario de 41 deidades mexicanas, presentado en forma de dos diagramas de Czekanowski. Así, pues, los dioses más típicos de ocdi, o sea Mayahuel, Ixquitecatl (uno d e los principales „400 Conejos”) y O m etochdi (Conejo „Dos"), forman en el diagrama 1 un grupo hom ogéneo V, junto con Tlaltecuhtli (el „sapo de la tierra" de aspectos luna­ res) y Coadicue de serpiente („La de la Saya de Serpiente"). Todas esas deidades que­ dan vinculadas p o r el signo del Conejo, que también las relaciona con Xiuhtecuhtli y el Tezcadipoca Negro. Sin embargo, Mayahuel dem uestra unas relaciones más va­

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riadas, ya que 1 Cuauhtli (1-Águila) le asemeja a la señora lunar del amor V del arte, Xochiquetzal („Flor Preciosa"), y a Xolotl („E1 Que Divide", o el „Señor de la Divi­ sión"), que es Alter Ego de Quetzalcoad (..Preciosa Serpiente Emplumada" y al mismo tiempo ..Gemelo Precioso”), es decir, su nahualli de faceta del perro, que guía por el Mundo Subterráneo, y que corresponde astronómicamente con Venus, como La Es­ trella de la Noche. El signo del Aguila une además a Mayahuel con Cihuacoad („Mujer-Serpiente”, for­ ma endiosada de las mujeres que murieron en el parto), y con Xipe-totec, es decir, con el Tezcatlipoca Rojo. En cambio, Patecaü se encuentra en el 3er grupo diagráfico de los dioses creadores, a causa del signo de Cipacdi („caimán”), que se le atribuye y que es símbolo de la Prime­ ra Tierra, antes de su escisión en dos mitades: una superior y otra inferior. Tenemos en ese grupo los dioses terrestres, como Tonacacihuad (..Señora de los Medios de Subsi­ stencia"), Ixcuina (es decir, una ..total” Tlazolteod, „La Que se Alimenta de Inmundicias") y Ilamatecuhdi (..Señora Vieja”), de aspecto lunar y terrestre. Patecatl tiene también la naturaleza de fuego, como lo confirma su relación con Xiuhtecuhdi a través del nombre 4-Cipactli. Por otra parte, el signo de Malinalli le relaciona con el señor de la Luna, Tecciztecad („E1 del Interior de la Concha"), un poco hermaffodídco, así como con Coadicue ya mencionada y con la señora de las aguas, Chalchiuhtlicue („La de la Saya de Pie­ dras Preciosas"). Entonces el análisis diagráfico ha mostrado que, tanto el grupo de los dioses de ocdi, como Patecad, tienen la naturaleza del fuego, de aspectos lunares y terrestres, in­ cluyendo acuáticos. Ahora deberíamos evidenciar, que todo ese conjunto del Conejo-el Néctar de Aga­ ve y la Luna, demuestran dos conglomerados fundamentales de significados simbólicos, que pasan mutuamente de uno a otro: 1) De fertilidad agrícola y humana, con los ritos orgiásticos y, al mismo üempo, san­ grientos, al estilo dionisíaco; 2) De la iniciación suprema, que conduce al profundizar de la subjetividad humana a través de la centralización, que es común de los campos de la conciencia (con su com­ plejo ordinario de Ego), y de la inconciencia (en tal u otro grado). En la realización de ese proceso ayudaba el uso de teooctli (= te o m e tl), con sus características alucinógenas, que producía efecto en el organismo preparado p or rígidas deprivaciones. Como ya sabemos, ese proceso debería tener su punto d e culminación en la „m uene de ini­ ciación”, es decir, en la reproducción de las fases de la m em oria del período del naci-

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miento (lo que correspondía también al „pasar por las Zonas del Mundo Subterráneo). Así tenem os un ..nacimiento doble” y una ..muerte doble”. Ese segundo conglom erado simbólico ha de dem ostrar más significados, al relacio­ narse con el planeta Venus (con los dos mom entos de la invisibilidad durante las con­ junciones, después de los cuales aparece en el firmamento como la Estrella de la No­ che o de la Mañana) y con el Sol, y no sólo con la Luna. También se trata de sus víncu­ los con el M onte Cósmico y la Serpiente, una hierogamia de la fuerza solar masculina y la fuerza lunar del néctar femenino, lo cual por fin iba a crear el „Yo Supremo" en el que se som etía a la iniciación. Si a todo eso agregamos el papel que en las asociaciones simbólicas de dichos elem entos desem peñan las flores (especialmente las acuáticas), y los núm eros 7-1 3 , así como la planta alucinógena, llegaremos a unas analogías estric­ tas con la iniciación al estilo de yoga Kundalini del Tantra hindú, lo que no tiene que conducir a plantear hipótesis del tipo de difusión cultural. Para com probar lo antepuesto, utilizaremos como ejemplo de dichas analogías los ritos de la otoñal ..Fiesta de las Montañas", TepeilhuitJ, durante la cual se formaban re­ presentaciones de montañas con caras humanas y con una serpiente de madera en el medio. De la celebración de esa fiesta nos hablara Sahagún (11, c. XXXII): „Y los ricos cantaban y bebían pulcre a honra de estos dioses y de sus difuntos: los pobres no hacían más que ofrecerles comida, como se dijo. En esta fiesta mataban algunas mujeres a honra de los montes o de los dioses de los montes. A la de una de ellas llamaban Tepéxoch, a la segunda Matlalcue, v a la tercera Xochitécatl, y a la cuarta Maváuel que era imagen de los magueyes. El quinto era hom­ bre, y llamábanle Milnáuad; este hombre era imagen de las culebras. Iban aderezados con coronas de papel, y lodos los papeles con que iban adereza­ dos iban manchados con ulli derretido; el mismo atavío llevaba el hombre que llamaban Milnáuad, que era imagen de las culebras” (1979: 138).

D espués del ofrecer los corazones a Tlaloc en la cima de la pirámide, los cadáve­ res de cinco sacrificados se los echaba abajo por los escalones, se los decapitaba y las cabezas se las clavaba en tzompantli. Al día siguiente los cuerpos se descuartizaban y comían. Además, durante la misma fiesta, en el tem plo de los ..Cuatrocientos Dioses Cone­ jos” (Centzontotochtin inteópan) también se sacrificaban tres personas, representantes de tres de esos dioses, o sea, de Tepoztecad, Toltecatl y Papaztac. Vale la pena agregar a esas informaciones el „Canto a los conejos de Tezcatzonco" de los ..Himnos a los dioses”: „En Colhuacan lugar de temores

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es la casa del cruel. En Tezcattoncu en el palacio, ofrendas se lucieron al dios: ya llora. ¡No sea así, no sea así!, ofrendas se lucieron al dios: cj llora. En AxaIco en el palacio ofrendas se lucieron al dios-, ya llora. ¡No sea así, no sea así!, ofrendas se hicieron al dios: ya llora. En Tezcatzonco es tu casa: un guerrero, un conejo creará mi dios. Yo perforaré, yo taladraré La Montaña de Mbtcóatl en Colhuacan. Duefw de roces yo tañí el espejito, el espejito. En Tezcatíonco bebe: ya se coció de color blanco, bebe, te ruego, el pulque" (Sahagún, 1979- 901-902).

A decir verdad, de las representaciones de un Conejo tocando la flauta v l ro, en forma d e una vasija para pulque, conocidas por el autor, la más vie'a na|e de Teotihuacán (200-600 A. D. orangeware). 1 Provien« En relación con lo antedicho, podem os citar aquí un fragmento d e la L los Soles, sobre lo que hizo Papaztac a la Luna de la 5a Era (m arcada con el ■ 3 ^ Tezcatlipoca Negro, es decir, com o 4-Tecpatl, ..Cuarto Cuchillo de Sílex") cuand1^ ^ «... y no bien llegó a la orilla del cielo, vino Papáztac a quebrantarle h rtaza de figura de conejo" (1975:122) 1101con una . rertos se mencionan los adornos de papel para el muerto. En los escritos

En°tros text de Sahagunse ha

^ acontedm¡ento en relación con Teotihuacán (Vil, c. 11),

„ ciziecaj) ¡ba a brillar con la misma luz, con la cual bollabael te r * «

* * * d e ,n d n ' " c t e

„Yt e dinw dieron sentencia, y dijeron-, „Sea de esta manera, hágase de esta manera." Yluego uno de dios fue cotriendo y dio con un conejo en la cara a Tecudztécad, vuscuredóle h caray ofuscóle el resplandor, y quedó como ahora está su cara" ( 1979: 433).

Muchas veces en la iconografía se representa al disco lunar en forma de vasijade octli, que, espumando y burbujeando, rebosa por encima de! borde.

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Sin embargo, vamos a tratar el asunto en cuestión de manera más d e­ tallada, sobre la base de las representa­ ciones en los códices. En las figuras 1 y 2 (Códice Borgia 55, 18), dicha vasija está representada como la Luna rodeada con el cielo noc­ turno, en el cual hay un número deter­ minado de estrellas (que al mismo tiem­ po representan el número 1). La vasija está llena de „agua lunar" de azul de ra­ yas negras (se debe tratar de madalocdi). En el primer caso, dentro de la vasi­ ja está colocado un Conejo y, en el se­ gundo, un cuchillo de sílex (tecpad), ensangrentado hasta la mitad, que es símbolo del sacrificio. Por otra pane, las „estrel)asojos-unidades” son también de rojo y blanco, o sea, de los colores del sacrificado, lo cual se refiere igual a) Conejo y sus dientes salientes. En otras representaciones puede apare­ cer también el símbolo lunar de Tecciztecatl, o sea una concha. En ambos casos, la vasija está hecha de los fémures humanos, que simbolizan la fer­ tilidad y el renacimiento. El Conejo es al mismo tiempo el símbolo zoomorfo del poder que m u­ eve a la Luna por el firmamento, m ien­ tras que un cervatillo cumple ese papel en relación con el Sol, de lo cual habla­ remos más adelante. En su aspecto positivo, el conejo se refiere a las fuerzas generativas, y en el negativo, a la dependencia emocional, a la cual se llega especialm ente a través del vicio de la borrachera y un li­ bertinaje orgiástico. La fertilidad está relacionada con el Mundo Subterráneo, y los abusos o r­

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giásticos de ella, así com o del octli, tienen sus consecuencias determinadas en la III zo­ na, al entrar en Mictlan por la parte occidental. En la famosa Cruz de los Puntos Cardinales del Códice Feyervary-Mayer, la Mayahuel subterránea está en el brazo occidental, al lado de su Arbol Cósmico blanco (o sea, de algodón). Y entonces Mayahuel, como patraña de 8-Trecena Ce Malinalli (fig. 3), tiene la ca­ beza adornada con algodón, igual que Tlazolteotl, la tejedora lunar, que „come las in­ mundicias del pecado.

F ie . 3 C ó d i c e B o r c i a , 6 8

En el rito penitente, relacionado con Tlazolteotl, se pasa malinalli por los agujeros hechos en el cuerpo. Mayahuel está estrictam ente em parentada con Tlazolteotl, ya que en uno de los mitos sobre el origen de octli (Histoire du Mechique) se la considera nie­ ta de Tlazolteod. En la representación citada, Mayahuel está en el ágave de siete panes, med, y enfrente está sentado un sacerdote bebiendo octli de un cáliz. Entre ellos, aba­ jo, está la Luna en forma de una vasija con ocdi burbujeante, atravesada con banderas de sacrificio y saetas, lo cual enseguida trae a la m em oria la famosa Ofrenda de la Saeta, durante la cual se tiraban saetas hacia tal vasija. En cambio, arriba está el signo del m om ento crítico d e pasar la noche al día, es de­ cir, de la Tierra del Negro y Rojo, Tlillan-Tlapallan (del anochecer o el amanecer, de la

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puesta o la salida), o sea, de la ..sabiduría de las oposiciones extremas”. Al lado está el signo de la ofrenda del corazón. En una representación análoga de la 8-Trecena, del Có­ dice Borbónico (fig. 4), Mayahuel está en el ágave de 13 partes, sujetando el cordón con el cual se ata a los cautivos. Delante de ella hay un bailador con un cáliz de octli sobre sus espaldas. Por encima está el cielo nocturno con la Luna, como una vasija para el octli, adornada de la misma manera.

F ig . 4 Có d ice Bo r b ó n ic o » 8

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Como la señora del signo del día del r el está sentada en el trono del ágave oneí°. que está p o r dejante (fig. 5), Mayahusíja lunar con la o a li espum ante Se ^ ^ 7 p an es- Por encima está la misma vadre de los 400 diases conejos cu ^ q ue Mayahuel era considerada la ma(.,Conejo Dos"); el sacerdote ,e e Ienía el nombre del calendario OmetochtÜ el segundo en la |erarquía tras el sum o sacerdote, tenia el título de Ometochtzin y era coondinadorde todos los ritos rfel calendario sagrado. Nos queda p o r analizar más detalladamente los dioses eonejos, relacionadas con el número 400, que en la numerología significan un conjunto gnnde, pero finito. Se trata de las fuerzas lunares d e oedi. que, en el caso d e embriaguez, provocan una variedad d e io s describe d e mane­ ra muy dara Sahagún (lib. IV, C1P N-V), terminando con la

F i e . 5 C Ó D I C E B o r g i a , 12

conclusión, que: .... dedo», que d vino se llama cencontotochan, que quiere decir .400 concias" parque tiene muchas y diversas maneras de borrachería" (19"** 228)

Y continúa: .Tbcbs estas maneras de borrachas ya dichas dedan que aqud borracho era su aj­ aezo, o b condición de su borrachez, o d demonio que en d ereraba. S algún borracho se despeñó, o se mató, decían .acariciase', v p:c?je d .-jio es de (breñas mueras y hace borrachas de diseñas maneras k ¡Jamar rerLZCCso-. j í i s i que son .400 ameios'. como si dijesen que hacen mSnras maneras ó t rcrrasrcis v mts decían, que cuando entraba d s^po orne tochdL hacían ñesa * ó cs p í a — oe las dioses dd smo. que se Hartaba ta ju re a d Tamtren hacían fcsu a todos k» dioses dd an a. v pemanies iru eseteja & e

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y dábanles ofrendas, y bailaban y tañíanles flautas, y delante de la estatua una tinaja he­ cha de piedra que se llamaba ometochtecómatl, llena de vino, con unas cañas con que bebían el vino los que venían a la fiesta, y aquellos eran viejos y viejas, y hombres valien­ tes y soldados y hombres de guerra. ..” (1979: 228).

Cuando se trata d e la ..Fiesta de las Montañas" (tepeilhuitl), se dice, que: „Este Ometochtli [aquí como el utulo de sacerdote] tenía cargo de aprestar todo lo arriba dicho, para cuando se hacía la fiesta del dios del vino que se llamaba Ometochtli, en el mes de tepéilhuitl" (Sahagún, 1979: 169).

Diferentes estados d e aturdim iento, en los cuales se expresaban los dioses conejos, llevaban consigo unos com portam ientos difíciles de prever. Entonces, Ometochdi era al mismo tiem po patrón de los juegos del culto, en especial de patolli por su indudable significado astrológico. Duran, al describir a Ometochtli como el „dios del vino", dice así sobre su segunda fundón: „Y no viene tan fuera de propósito traerio aquí, pues era el ídolo meso que el de los jugadores. Y cuando jugaban, ponían un canutillo de su vino junto al juego...” (1967:1,200).

Y un poco más arriba constata: „Había, empero, otro dios, que era general para todos los juegos... Y tenía por nom­ bre Orne Tochtli, que quiere decir „dos conejos”. Y así, para el juego dicho, como para los demás, todas las veces que querían que les entrase el dos hacían la mesma invoca­ ción al solear las arenillas, dando aquella palmada: ¡Orne Tochtli!...” (1967:1, 200).

Y sigue: „... hallé en cierto pueblo, después de muchos años que era ministro de estos natu­ rales, (...) que en aquel pueblo había un indio, grandísimo jugador de bolos, y era tan­ to su vicio en aquel juego, que no solamente las fiestas, pero también los días de tra­ bajo el rato que le vagaba, luego sacaba sus bolos y buscaba con quién jugar. Venida ocasión de examinarle en algunas cosas de la fe, supe de él cómo su oficio era jugar a los bolos, y preguntándole si le iba bien con aquel juego, dijo que sí, y que por ma­ ravilla perdía. Preguntándole qué hacía con aquellos bolos que tan favorables le eran, tanto le persuadí e importuné, que me dijo que, antes que saliese a jugar, ponía los bolos junto a la imagen en el altarcito de su casa y que se hincaba de rodillas y, pu­ estas las manos, les pedía, al modo antiguo, favor en el juego y les ofrecía incienso y comida, etc.” (1967:1 ,199).

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Hay q ue destacar, que el centro del culto principal de Ometochtli era Metztitlan, la „Ciudad de la Luna". Sin embargo, el concepto de la dualidad de los dioses conejos tenía un alcance semántico mucho más grande, ya que llegaba a la sabiduría de la Tierra del Negro y Rojo. En la mayoría de los casos, ese aspecto lo tenía también la figura de Patecad, que por lo general era patrón de la medicina, pero en referencia a ocdi patrocinaba a los elemen­ tos vegetales alucinógenos, que transformaban esa bebida en teoocdi (teomed). El Có­ dice Telleriano-Remensis dice: ... csie paiecaile es señor destos trece días y de mis rravzes qellos echaran en el ri­ ño, porque sin estas rravzes, no se podían emborrachar aunque más beviesen."

Se trata de patrocinar a la trecena Ce Ozomadi (.Alono-1"). En el Códice Borgia (fig. 6) Patecad, que cumple con esa función para el signo del día de Malinalli, lleva un penacho de Quetzalcoad, de rojo y negro, tiene una estaquilla lunar en la nariz y está vestido con un abrigo de piel de conejo. En la parte superior hay una Montaña Cósmica, cubierta con espinas de ágave, y un coyote con una imagen de la cara de la Estrella de la Mañana. En­ frente está el signo de la guerra, Yaolod. En el Códice Vatícano, se lo ve con una gorra cónica de Quetzalcoad, de rojo y negro, en otras representaciones lleva la Corona de los Gobernadores de México. Entonces no cabe duda, de que Patecad está estrictamente relacionado con el estado sacerdotal y con su líder, que uene el nombre utular de Quetzalcoad. Además, queda vin­ culado con las órdenes militares-religiosas de Aguilas („Sol-día-color rojo”) y de Jaguares (Jjjna-noche-color negro”). Enfrente de Patecad están las representaciones de ésos, en sus formas zoomorfas, con las banderas de sacrificio de colores correspondientes. Por de­ bajo de él, como dios de la semana, hay unas vasijas con ocdi que representan la Luna y, por delante, está puesto el signo del Día y la Noche, TIillan-Tlapallan (fig. 7). Así pues, debemos considerar a Patecad, el señ o r d e la ..Bebida Divina de Ágave”, como el ..partero” del Yo Superior del som etido a la iniciación, sea un sacerdote o un guerrero de una orden militar-religiosa, en el m om ento d e pasar por la ..abertura” de Tlillan-Tlapallan que, según uno de los aspectos de las Zonas del Mundo Subterráneo, corresponde a „Dos Montañas Que Chocan Una Con O tra” (lo que se puede comparar con las Simplégadas en la heroica iniciación viajera de Odiseo). La misma interpretación se la podría aplicar también a la zona III (C ódice Borgia), p o r la cual pasa Quetzalcoad en su recorrido desde el occidente, a través del norte, hacia el este (por eso no son 9 zonas, sino 18, ya que aparecen representaciones dobles), para ..renacer"

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com o Venus solarizada, o sea, la Estrella de la Mañana, Tlahuizcalpantecuhtli („Señor de la Casa d e la Aurora"). En este m om ento dejo al lado la interpretación astronómica del ciclo de Venus, asociado con dicho recorrido. En cambio, hay que prestar la atención al hecho que en esa zona 111 (yendo desde la entrada occidental), aparece un conjunto de elem entos, muy consecuente en el plan simbólico. Hay que subrayar, que sobre la cima de la pirámide con una serpiente, el disco solar es ..arrastrado” por el cervatillo ha­ cia la derecha, y el disco lunar, por el conejo hacia la izquierda.

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Fio . 7 C ó d i c e B o r b ó n i c o , 1 1

Por supuesto, al paso crítico de la noche y oscuridad de la muerte de un „hotnbre viejo1', lo correspondería, en el caso de la iniciación heroica (militar) o sacerdotal, el Tezcatlipoca Negro, el Señor de la Guerra y del culto de sacrificios de los brujos reía cionados con la Luna de la Noche (ya que a Huitzilopochtli azteca, o sea, al Tezcatli­ poca Azul, lo asocio con la Luna del Día, es decir, la que se sujeta a la solarización). Como surge de lógica, entre las representaciones del mismo aparece Tcpeyollohtli, el Señor del Terremoto y del Fuego Volcánico, con aspecto de jaguar. En cambio, al signo de Águila (cuauhtli) patrocina el Tezcatlipoca Rojo solar, que durante la fiesta del equinoccio solar (Tlacaxipehualiztli) se transforma en Xipc-Totec

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resucitado. Su fiesta fue detalladamente descrita en el cap. V del presente libro, por lo cual no me voy a ocupar más de ella. Sólo mencionaré una representación del signo del día de Águila, que se encuentra en el Códice Borgia (fig. 9). Se ve allá al Tezcatlipoca Rojo, con una atípica serpiente emplumada (Xiuhquetzalcoatl) por encima, de la boca de la cual sale un Co­ nejo, y con el signo de la guerra (sin mencionar el signifi­ cado astronómico lunar, que coincide con el sentido de la iniciación). Con lo antedicho se corres­ ponde muy bien la figura del Conejo, mencionada por A. Caso, que en el lo­ mo lleva el signo de la muerte, miquiztli, y de su seno sale la faz de un guerrero, con la cabeza de un Águila (fig. 10). F ig . 8 C ó d ic e B o r g ia , 24

Se trata, pues, de una „muerte de iniciación” y del nacimiento de u n ,.nuevo hom­ bre" con el Yo Superior, lo que se aparenta simplemente con el nacimiento, que se ca­ racteriza con el mismo paso crítico, de la „noche del seno”, sufriendo los calambres del parto, a la „luz” del nacer, es decir, el paso de Tlillan a TlapaUan. Sin embargo, a dicho proceso le debe patrocinar una diosa, y, por supuesto, debe ser nuestra Mayahuel, a la cual la acompañaba el mismo signo de la Noche y el Día. En esa ocasión se llama Ayopechtli („La Que Está en el Seno de la Tortuga"), cuya repre­ sentación muy instructiva la trae el Códice Laúd. Siendo diosa del parto, está representada como una mujer dando a luz (en la ..posición del sapo"), colocada en un ágave de 7 partes, como .Árbol Florido”, del seno de la cual salió una tortuga (símbolo de un recién nacido),

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con los símbolos de la noche, es decir, un ave rapaz por encima y una serpiente por debajo. Pero Mavahuel no sólo es diosa del parto, sino también del embarazo y de la prim e­ ra infancia. Por eso. en una de las representaciones en el Códice Borgia se la ve otra vez en el agave, dándole de mamar a un „pez de esmeralda" (símbolo del feto) (fig. 11) Está vestida con una falda de color azul y negro, con un montón de conchas, que represen­ ta a „octli lunar de color azul" y simboliza al mismo tiempo el líquido amniótico. En cam ­ bio, en el Códice Feyervary-Mayer se la ve al fondo de un agave florida, dándole de ma­ mar a un laebé hum ano (fig. 12).

F ig . B C ó d ic e B o r g ia ,

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SI

Finalmente, del origen de Mayahuel habla, de manera más clara, un mito conocido, anotado en la „Histoire du Mechique". Según ese mito, hay diferentes etapas de su génesis. La primera es la ascensión del Señor del Viento y del Aliento Vital, Ehecatl (un apodo de Quetzalcoad), que quiere llevar a Mayahuel, durmiendo al lado de su abuela Tlazolteotl-Tzitzimime. Después de despertarla, la trae sobre sus espaldas hasta la Tierra, donde se trans­ forman en un árbol dual (¿símbolo del coito?). Luego desciende del cielo Tlazolteotl (junto con otras Tzitzimime femeninas), que desgaja a Mayahuel como una rama y se la da a ellas para comer. Cuando las diosas regresan al cielo, Ehecatl nuevamente toma su forma natural, y, al encontrar los huesos de Mayahuel, los coloca en la tierra. De los hu­ esos crece un agave. No tenem os espacio para interpretar ese mito de manera muy detallada, sin embargo, vale la pena subrayar, que tan­ to en ese caso, como en cualquier otro, se trata siempre de una proveniencia cósmica de una deidad, conforme a la idea central de cada religión astrobiológica del período teocrático, de que el cielo decide de todo lo que sucede sobre la su­ perficie vital de la tierra, y la ..inversión,, de sus zonas se manifiestan en las zonas del Mundo Subterráneo. Por eso todo el simbolismo de dichas creencias, junto con sus ritos cíclicos, está profundamen­ te impregnado con la astronomía. El origen de la bebida octli se puede en­ tender de varias maneras en diferentes va­ riantes mitológicas. Unos dicen, que era un F i g . 10 D i b u j o d e u n a f i g u r i t a DE JADE, ALT. 18 CM, invento precisamente de Mayahuel (SaPROBABLEMENTE MlXTECA. C o l e c c i ó n Ro b e r t W o o d hagún X, c. XIX), en el sentido de la extrac­ B l i s s . (fo to e n C o v a r r u ción del jugo. Los dioses conejos descu­ BIA9, 19 5 7, PL. LXII) brieron el arte de fermentación, y Patecatl, los elementos adicionales para octli. Todo eso sucedió en el monte de Chichinauhia

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(„Donde Se Vacía Chupando”), también denominado Popozonaltepatl („E1 Monte Espu­ mante"). Otros atribuyen ese invento a Camaxtle (la variante chichimeca del Tezcatlipoca Rojo, véase ..Historia de los Mexicanos...”), diciendo que eso tuvo lugar durante Ce Tochtli, cuando se alzó el firmamento, que había caído durante el Diluvio, y las serpien­ tes de las nubes (5 Mimixcoa) „daban de co­ mer a las águilas" posa­ das en los árboles. Camaxtle se refiere al periodo de recogida y de caza, por lo cual es el Señor de la Cacería. Es interesante, que Duran, al describir el sentido astrológico dé­ los veinte signos de los días de Tonalpohualli, señala que Tochtli trae la misma suerte que Mazad (..ciervo”), lo F io. 1 1 C ó d ic e B o r g ia , e que significa, que se tra­ ta de: .hombres de monte, inclinados a cosas de monte y de caza, leñadores, huidores, an­ dadores, enemigos de su natural, amigos de ir a tierras extrañas y habitar en ellas, desa­ ficionados de sus padres y madres; con facilidad los dejaban (1967:1, 230).

Dicha descripción se refiere más a una liebre, que a un conejo, y parece, que en los territorios, donde entró la economía agraria y luego la urbanización, el conejo reempla­ zó a la liebre anterior, que se ha conservado en regiones más salvajes. En la mito­ logía mexicana deben de aparecer temas de tiempos diferentes, tanto de la época paleoindia, como de la pre-clásica y la clásica. Tal vez, con la ocasión de esos primeros, vale la pena mencionar, que un chamán de Siberia (donde el alucinógeno principal es Amonita muscaria ; se lo pulveriza y disuelve en la leche, y luego se bebe la orina, en la cual se concentran alcaloides correspondien­ tes), durante su recorrido mágico por las zonas celestiales, en la 6a caza a una liebre.

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FlG. 1 2

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y después rinde homenaje a la Luna. La oronja falsa es con frecuencia aso­ ciada también con un „sapo lunar”. Según C. R. Wicke (1984), es co­ nocida una estatuilla de piedra, per­ teneciente a la cultura de los m ayas... que tiene forma de una seta saliendo de la boca de un sapo grande. Ya que hemos entrado en tema de los mayas, que no me es muy familiar, añadiré tras Wicke, que las estatuillas del clásico tardío de Jaina (650-900 A. D.) representan a una mujer con un Co­ nejo y, que en el Códice Dresdense, la diosa de la Luna, en el coito con las constelaciones de estrellas, corres­ ponde a la conjunción de la Luna con las estrellas durante su recorrido. Un glifo maya, que representa a un cone­ jo muriendo, simboliza a la Luna d e­ sapareciendo en el firmamento. Quisiera añadir también una fra­

se significativa d e la cosm ogonía de las crónicas de Chumayel, en referencia al signo del día Eb (o sea, malinalli, que, com o ya sabemos, en el sentido de trecena tiene co­ mo patraña a Mayahuel, y en sentido del signo del día, a Patecatl): „En el Dos Eb hizo la primera escalera, para que Dios bajara en medio del cielo y en medio del agua. No había tierra, ni piedras, ni árboles."

Aquí la idea de una Escalera Cósmica del chamanismo parece ser muy clara. Para finalizar esta p eq u eñ a ..sección maya", m encionaré, tras M. Coe (1978), una vasija pintada del p eríodo clásico (zona sur de Campeche), en la cual se ve una zo­ na del M undo S ubterráneo, con una m ultitud de personajes. Según Coe, en el tro ­ no está sen tad o Itzam na, com o dios L, que tiene en la cabeza un pájaro Moan co ­ mo adorno (en to n ces equivalente a Queltzalcoatl). Delante del trono está sentado el Conejo, q u e escribe un código y tiene el signo de Lamat-Etznab en las orejas

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(co rresp o n d ie n te al signo del día del conejo), y al lado se efectúa el p ro ceso d e re­ m over el vino, p rep arad o para los dioses. Ese últim o tem a nos servirá para el regreso al terreno tolteco-azteca, en relación con el rito más im portante, que se refiere a la iniciación suprema del sum o sacerdote, cuyo m odelo era Quetzalcoad-Topiltzin de Tollan. No es mi intención citar ni tratar las cono­ cidas narraciones d e las crónicas de Quauhtidán, ni tampoco de los escritos d e B. de Sahagún. Sin em bargo, quisiera q u e dicha cuestión la aclare el resum en p o sterio r he­ cho por Torquemada. Como se sabe, en todos esos relatos casi „fóusticos”, el papel de ..Mefisto" lo desem peña el Tezcadipoca Negro con su teoocdi mágica, preparada en co­ operación con los dioses conejos. He aquí el cuento de Torquemada: ..Estando, pues, Quetzalcohuatl con esta pompa y magestad, goéando de su buena fortuna, dicen los Yndios, que un grande mágico, llamado Titlarahua fue a Tula; y que tomando forma, y figura de viejo, entró á ver á Quetzalcohuatl, y saludándose los dos, el viejo fingido dijo: ..Señor, porque se vuestros intentos, y quanto deleais cierta partida á tierras apartadas de estas, y también porque supe de vuestros criados, que andais in­ dispuesto y falto de salud, os he rraido cierta bebida, que bebiéndola consegireis el fin de vuestros intentos, que será ir á los Reinos que deseáis, y tener salud cumplida para poder hacer esta jomada, y juntamente no se os acordará de las fatigas, y trabajos de la vida, y de como sois mortal. Viendo Quetzakohuad descubiertos sus intentos por este fingido viejo, le preguntó, qué donde avia de ir?' A lo cual Titlacahua le respondió: „Que estaba ya determinado por sus Supremos Dioses que avia de ir á los Reinos de Tlapalla, y que esto era inevitable; porque estaba allá otro viejo que le estaba aguardando. Como oio esto Quetzalcohuatl, dijo que era asi, que o deseaba mucho, y que si la jomada le avia de hacer por aquel medio, que fuese mui en hora buena; y tomando el vaso en la mano bebió el licor que en él venia. La cause de persuadirle este Quetzalcohuatl tan fá­ cilmente á lo que Titlacahua le decia, fue desear sumamente hacerle inmortal, y gocar la vida perpetuamente, y para este fin hacia todas las diligencias imaginables."

En ese relato Tezcadipoca está llamado por su apodo: Tidacahuan, es decir, .Aquel, Cuyo Esclavos Somos.” El destino del recorrido de Q uetzalcoad es Tlapallan, que al mismo tiempo denomina a la Tierra Roja, al este y a la región del golfo. En cambio, en los escritos d e Sahagún, al principio aparece Tlillan-Tlapallan, que luego pasa a Tlapallan solo. Y eso es justo, ya que la obra de iniciación termina con el „paso p o r el fuego", y só­ lo después tiene lugar el nacimiento total del suprem o iniciado co m o ..hom bre nuevo”. Lo que ayuda m ucho en pasar p or ese rito es el beber d e teoocdi, c o m o un „ardiente” elixir de inmortalidad, según lo determina Torquemada. La relación d e ocdi con el elem ento d e fuego queda bien destacada en los textos, lo q u e ya h em o s mencionado antes. Aquí podem os todavía citar a Durán, quien escribe, que:

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„Este octli era adorado por dios, como dejo dicho, en nombre de Orne Tochdi, y demás de lenerio por dios, era ofrenda de los dioses, y más panicular, del fuego; unas veces ofreciéndoselo delante en vasos, oirás veces salpicando el fuego con él con un hi­ sopo, y otras veces derrámandolo alrededor del fogón. Era ofrenda de casados y de morluarios..." (1967:1, 203).

Se sabe, que octli era muy popular en toda la América Central, tanto entre los chichimecas nahua, com o otomi, así como en los centros de la civilización urbana, llegan­ do alia hasta los tiem pos de los olmecas. Eso testimonia lo profundamente arcaico de todo su conjunto simbólico, que lleva, de manera evidente, el chamanismo paleoindígena del período de la caza y la recolección. Como ya sabem os, dicho conjunto se refería, en plan simbólico, a la fertilidad natu­ ral de los seres hum anos y de los campos de cultivo. Conducía también a la ..muerte de iniciación y al renacim iento de los grandes chamanes, magos o sumos sacerdotes, así como de los caballeros d e las órdenes militar-religiosas. Ahora podem os preguntar, si toda esa riqueza de los significados simbólicos, ¿no se expresaba sim plem ente en los etnónimos Mexica-Mecitin? Justamente, @ así fue! Ahora vale la pena citar sólo dos textos, primero uno de la Le­ yenda de los Soles y luego, uno de Sahagún. El prim er texto dice: ..Cuando nacieron, se metieron en el agua, se echaron en el agua; luego salieron ha­ cia acá y les dio de mamar Meéitli. Este MeCitli es el Señor de la tierra. Por eso hoy so­ mos mexicanos; pero no mexica, sino meéitin" (1975: 122-123).

En cambio, Sahagún (Lib. X, c. XXIX) comenta lo siguiente: „Este nombre mexícatl se decía antiguamente mecitli, componiéndose de me, que es metí por el maguey, y de citli por la liebre, y así se había de decir mecícatl, y mudándose la c en x corrómpese y dícese mexícatl. Y la causa del nombre según lo cuentan los viejos es que cuando vinieron los mexicanos a estas partes traían un cau­ dillo y señor que se llamaba Mécitl, al cual luego después que nació le llamaron citli, liebre; y porque en lugar de cuna lo criaron en una penca grande de un maguey, de allí adelante llamóse mecitli, como quien dice, hombre criado en aquella penca de ma­ guey; y cuando ya era hombre fue sacerdote de ídolos, que hablaba personalmente con el demonio, por lo cual era tenido en mucho y muy respetado y obedecido de sus vasallos, los cuales tomando su nombre de su sacerdote se llamaron mexica, o mexícac, según lo cuentan los antiguos. Estos tales son advenedizos, porque vinieron de las provincias de los chichimecas...'’ (1979: 610).

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t u UUIPUUNTO i * SIMBOLICO n r i • Y EL ELIXIR DE LA ^ UEBR&EL CONEJO. LA LUNA ^ '^MORTALIDAD. EN RELAOÓN...

T odo ese problem a puede explicarse enseguida a base de las semejanzas fonéticas de los siguientes términos: 1) citli, o sea, Jie b re ; significa también ..antepasado" y ..abuelos” en general. Además, la raíz citl caracteriza a los nombres que se refieren a las estrellas (los vínculos entre las estrellas y los antepasados los presenta claramente Sahagún, en referencia a Teotihuacan); 2) xictli es „hueco en el ágave”, en el cual se acumula el jugo para la producción de octli; su segundo significado es ..ómbligo", o sea, el centro vital; 3) metí es „ágave" (de otro modo, maguey), que al unirse con otras raíces pasa a mex-, por ej. mexcalli, ..jugo extraído del agave”; mexoxochitl, una medicina analgésica; 4) metztli, „Luna" o „mes", así como „caña" o ..pierna"; se pronunciaba tabién com o mexe, mecha, mesea o mechea; mexe de los otom is era ..araña” y de los huicholes, ..madre". De esa manera se ha creado un conjunto de liebre y de elixir, estrecham ente vincu­ lados. En el sentido etnonímico se lo puede expresar com o „Mexica-Mecitin son gente de Yo superior; son Mimixcoa, nacidos del seno de la Tierra Madre Lunar, lleno del néc­ tar divino del ágave". Exotéricamente, Mimixcoa, ..Serpientes de las Nubes", representan a los relámpagos durante una tormenta, y en el sentido esotérico, son el descenso d e la fuerza de los ele­ mentos del Agua y el Fuego, que despiertan las fuerzas d e serp ien te para la ascensión, en forma de Quetzalcoad-Ehecatl. Para entender a Medtli mexicano en el simbolismo paleoindígena, hay que hacer una peregrinación por la mitología de los indios d e América del Norte, hasta la Tierra de los Lagos Grandes. Resulta, que para aquellas tribus el principal h é ro e dem iúrgico-cultural es Manibozho lunar, llamado p or los indios algonkines N anabozho, „Gran Liebre”, el señor d e los animales. Su figura posee tam bién características grotescas d e u n tram p o so clásico, lo cual indica, que era un cham án m odelo endiosado. Iba a se r hijo d e Mudjekewis, el Señor d e los Vientos Occidentales ((© com párelo con Ehecatl!), que, privado de la herencia, lanzó armas contra él. En resultado g anó el p o d e r so b re las to rm en tas del noroeste Se dice, que ha d e regresar hacia el fin del m u n d o (c o m p á re lo con la idea mesiánica de Quetzalcoad-Ehecatl). Sus características las d e te rm in a n b ien sus hazañas, descri­ tas en los mitos:

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- durante el Diluvio todos los animales vivían en una balsa y trataban de llegar has­ ta el fondo para traer un trocito del terreno a la superficie del agua. Lo consiguió un almizclero, que trajo un grano de arena. Entonces la Gran Liebre lo tomó y con un to­ que mágico lo hizo crecer rápidamente, hasta que se convirtió en un monte grande, en donde fueron a vivir todos los animales. Se dice que hasta hoy en día la Gran Liebre está ocupada con engrandecer la Tierra; - como el Señor de los Animales, enseñó a la gente cómo tomar de ellos sus habi­ lidades, gracias a las fuerzas mágicas de la piel de liebre; a los indios ojibwa les dio arroz silvestre; - inventó una red de pescar, tomando como modelo la obra de la araña (¡!); c o n un soplo mágico causó que creciera un árbol, que alcanzaba el cielo, donde paseaba por una tierra espléndida y pescó al Sol en la red; - navegando en su bote fue una vez tragado por un Pez Grande; - habló con una piedra, que le enseñó una canción de melodía especial; la piedra podía estar sentada, aunque no tenía ni pies, ni manos, y decía de ella misma: „Yo vivo eternamente”; - la asociación secreta de los ojibwa, llamada Medewiwim, tenía entre sus ritos uno de encantar a las sombras de los animales por la piel de liebre; su lema era: ..purifica tu corazón, controla tu lengua y sueña tus sueños"; en la tribu de los indios winebago la Gran Liebre había creado otra asociación de chamanes, con el fin de facilitar los secre­ tos de la reencarnación, ya que sus miembros conocieron el camino adecuado, por el cual había que andar después de la muerte, así como las fórmulas mágicas, lo cual les permitía materializarse de nuevo, de acuerdo con sus deseos (Lips, 1960 pass.). Creo, que con esa última frase podem os cerrar la comparación de la Gran Lie­ bre del norte con M ecitli...

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