Diversidad para una inclusión social sin distinción.

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Descripción





Diversidad para una inclusión social sin distinción

Proyecto de grado




Licetd Silva Rincón






Escuela Normal Superior María Auxiliadora
Área de Investigación
Cúcuta
2015
Diversidad para una inclusión social sin distinción

Proyecto de grado




Licetd Silva Rincón

Francisco Rodríguez
Docente de Investigación Pedagógica



Escuela Normal Superior María Auxiliadora
Área de Investigación
Cúcuta
2015
Diversidad para una inclusión social sin distinción
La pedagogía es un arma potente que tiene la capacidad de construir, armar, componer y arreglar muchas vidas que están destruidas por la sociedad dañada en la que vivimos, o excluidas por la misma; en donde muchas personas con discapacidades no logran adaptarse a su respectivo medio por falta de comprensión y atención, lo que se puede brindar con orientación y ayuda proporcionada mediante la educación.
La OMS define Discapacidad como el término genérico que engloba todos los componentes: deficiencias, limitaciones en la actividad y restricciones en la participación. Expresa los aspectos negativos de la interacción entre un individuo con problemas de salud y su entorno físico y social. (OMS, 2001)
Al definir discapacidad, se observa el concepto que más ha imperado a lo largo de la historia en donde se ve la discapacidad como una carencia o desventaja de la persona y por la cual ella debe adecuarse a la sociedad, asumiendo los costos que esto implica. Pero ahora un nuevo concepto y no manejado aún por todas las personas, plantea la diversidad o diferencia entre las personas y cómo la sociedad debe estar preparada para acoger cada una de estas diferencias, es ahora como se abre una nueva visión más amplia, consciente y humana acerca de esto.
La discapacidad se entiende como un constructo relacional, dinámico, social e históricamente construido cuyos factores son, por un lado, el individuo y su familia y por el otro, el entorno en el que estos últimos viven y actúan (Brandt y Pope, 1997; Cuervo, Pérez y Trujillo, 2008). Se asume que la magnitud de la discapacidad está determinada por, o sea, depende de las características del entorno. Estas características pueden aumentar o, por el contrario, disminuir la discapacidad; en otras palabras, pueden ser discapacitantes o capacitantes. (Moreno, 2010)
Si esta población no es atendida tempranamente, no solo se le excluye, sino que se le niega la posibilidad de que tenga un desarrollo mínimo, dado que puede llegar a ser escondido o aislado en virtud de su condición de discapacidad, incrementando el impacto de la limitación y generando mayor discapacidad, la cual posteriormente no puede ser superada. (Moreno, 2010)
Al tomarse conciencia de esas vidas frágiles que se encuentran sumidas en una sociedad vertiginosa y preocupada por avanzar, vemos como muchas veces son olvidadas; pero gracias a las estrategias y metodologías usadas para contribuir con el desarrollo de estas personas en su difícil situación; se busca una educación superior de maestras abiertas a estos retos y entregadas a su rol de construcción social, pues, "En la escuela se aprende el manejo de las fuerzas con que en la vida se ha de luchar", (José Martí) con el poder de transformar vidas y con la herramienta fundamental del saber llegar a cada persona para explotar su habilidad, se puede ayudar a convertir la debilidad en una destreza y así superar los obstáculos que trae consigo la discapacidad en todos sus aspectos.
Entonces, se debe pensar en común, de forma objetiva y crítica ante el papel que cada orientador juega en la vida de cada discapacitado y así con la actitud de servicio y del actuar con el otro para progresar en comunidad, se llegará a transcender hacia las ideas de superación y construcción de un mundo mejor; con la fe puesta en los niños como futuro del mañana, para así crear en ellos bases fuertes, con el objetivo de lograr integridad en las nuevas generaciones medidas a la excelencia y calidad, por medio de seres con actitudes dinámicas, participativas, incluyentes y deseosas en mejorar de la calidad vital para con su respectivo entorno.
No debemos permitir que los prejuicios arraigados y las bajas expectativas respecto de los niños y niñas con discapacidad obstaculicen su desarrollo en la primera infancia. Es evidente que con el apoyo de la familia y la comunidad desde los primeros días de vida, los niños y niñas con discapacidad tienen más posibilidades de sacar el máximo provecho de sus años escolares y de prepararse para la vida adulta. (UNICEF, 2013)
A lo largo de la historia de la discapacidad se han observado los beneficios de las detecciones y consecuentes intervenciones tempranas, al igual que del mantenimiento de apoyos para la asistencia de las personas con discapacidades severas. (Moreno, 2010)
Los niños y niñas cuya discapacidad o retraso en el crecimiento se detecta a tiempo tienen muchas más posibilidades de alcanzar su pleno potencial. La educación en la primera infancia, ya sea pública, privada o impartida en el seno de la comunidad, debería diseñarse para responder a las necesidades individuales del niño o niña. Los primeros años de la infancia son importantes precisamente porque cerca del 80% de la capacidad cerebral se desarrolla antes de los 3 años, y porque el periodo comprendido entre el nacimiento y la escuela primaria es especialmente propicio para adaptar la educación centrada en el desarrollo a las necesidades del niño o niña. Algunos estudios sugieren que los niños y niñas más desfavorecidos son los que más pueden beneficiarse. (Unicef, 2013)
Enseñar es crear sostenibilidad, en el caso de estas personas se pretende formar un cimiento para salir de ese sistema de apartado o aislado que poco a poco se ha ido creando debido a los prejuicios sociales que invaden nuestra convivencia, lo que perjudica y destruye a aquellos seres susceptibles que le temen a ser rechazados por ser algo diferentes y no tener el mismo nivel de capacidades que los demás, por eso la pedagogía se hace presente para que desde pequeños los niños se eduquen en un ambiente en donde se sientan apoyados y en donde se aprenda a sobrellevar cada vez con más ganas, la participación dentro de la comunidad a la que pertenecen, el sentirse útiles y el adaptarse evolutivamente a los procesos que el mundo abarca.
Los niños y niñas con discapacidad enfrentan distintas formas de exclusión y están afectados por ellas en diversos grados, dependiendo de factores como el tipo de impedimento, el lugar de residencia y la cultura o clase a la cual pertenecen. (Unicef, 2013)
En este sentido educar a los maestros es una tarea epidémica de crear cultura ante seres dignos de ser tratados humanamente y de hacerse participes por medio de la inclusión que se pretende, llevando con ellos un proceso desde el inicio de su vidas, promoviendo una mejor atención, estimulación y cuidado de los niños y niñas con discapacidad. Ya que al estar dispuestos a educar contemporáneamente en este proceso de globalización, deben estar dispuestos a un total de infinitas y adversas problemáticas, por lo que es fundamental tener conocimiento en temas de discapacidad, en cuanto podrán adoptarse mejores posturas frente a situaciones cotidianas en su labor como agente educativo. Además detectando la discapacidad a tiempo se podrá motivar y apoyar al niño a alcanzar su pleno potencial.
Los niños nacen con una dotación que deben desarrollar fundamentalmente en la naturaleza, aprendiendo a hacer cosas y a motivarse para hacerlas por sí mismos, de tal modo que se pudo construir la opinión de que los niños son los actores de su propio desarrollo, en todos los campos, con el necesario acompañamiento de los adultos como modelos en este proceso. (Rosseau, 1762)
Promocionar el buen trato de niños y niñas con discapacidad cognitiva, es una forma de crear cultura ciudadana, conciencia de las relaciones en sana convivencia, es indispensable que en la educación de cada ser, enseñar el respeto hacia la dignidad de cada persona y el valor que posee cada ser humano, se aprenda la sensibilización acerca del trato que se le da a cada individuo como ser semejante y más aún cuando se trata de una ser especial el cuidado que se debe inculcar en la forma que se relaciona con otro que no tiene las mismas capacidades. Las personas con sin discapacidad, necesitan saber sobre discapacidad.
La educación ayuda a la persona a aprender a ser lo que es capaz de ser. (Hesíodo) La rama pedagógica, es un campo extenso en formación humana, por lo que se pretende que mediante ésta, se fomente un valor a cada persona como ser integro perteneciente a una sociedad que debe cultivar humanamente un trato digno con sus semejantes, para así ayudar a convertir estas dificultades en posibilidades de avanzar y descubrir en cada ser el potencial que se tiene, por medio de la tolerancia y el reto de trabajar con materia humana para tenerse la satisfacción de servir al otro, pues analógicamente, las personas al igual que las aves, son diferentes en su vuelo, pero iguales en su derecho a volar.
La meta es una sociedad que reconozca los derechos de todos y el valor como ciudadanos iguales; no una sociedad que se limite a tratarles como receptores de la buena voluntad de otras personas. (Morris, 1992)
Referencias
Carlos Egea García y Alicia Sarabia Sánchez. (2001). Clasificaciones de la OMS sobre discapacidad. Artículos Y Notas. Recuperado de http://www.um.es/discatif/METODOLOGIA/Egea-Sarabia_clasificaciones.pdf
Marisol Moreno Angarita. (2010). Infancia, políticas y discapacidad. Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Medicina. Recuperado de http://www.bdigital.unal.edu.co/3597/4/Libro_Infancia_Politicas_Discapacidad.pdf
Estado Mundial De La Infancia. (2013). Niños y niñas con discapacidad. Unicef. Recuperado de https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/INEC/OPS/Ni%C3%B1as%20y%20Ni%C3%B1os%20con%20discapacidad%202013.pdf
Álvaro Posada. (2012). El buen trato, la mejor forma de acompañar en la crianza. Precop SCP. Recuperado de http://docplayer.es/395862-El-buentrato-la-mejor-forma-de-acompanar-en-la-crianza.html
Guillermo Jaim Etcheverry. (2009). La capacidad de Ser. La Nación. Recuperado de http://www.lanacion.com.ar/1138392-la-capacidad-de-ser
Morris. (1992). La educación que queremos. FEAPS. Recuperado de http://www.feapscyl.org/uploads/descarga_1421674880

Anexo
Análisis del ensayo investigativo

Practicar hace referencia a experimentar y vivenciar de forma profunda una actividad de investigación, en nuestro caso, como estudiantes de once grado, es encabezar la búsqueda de un proyecto para nuestra vida. En la institución a la que pertenecemos, la Escuela Normal Superior María Auxiliadora, una institución comprometida con la educación de calidad, al ser, "Formadora de formadoras", dirige nuestro enfoque hacia la pedagogía, una rama que se nos ha inculcado durante lo que abarca nuestro proceso formativo y en el que, desde el grado noveno, probamos un poco acerca de lo que nos habían hablado y habíamos contemplado desde niñas. 
 
Gracias a esta primera práctica, se lograron palpar situaciones desde el rol como maestras frente a unas pequeñas de la básica primaria que aprendían los números. Ésta experiencia fue muy significativa; al permitirnos interactuar y pasar a ver de estudiantes, a maestras, de intentar por primera vez dirigir un grupo desde el liderazgo, para inculcar desde cada actitud nuestra como maestras en formación; una actitud empapada en un perfil ideal como modelos o ejemplo, del que las niñas se servirán para crear una imagen, tomando cada movimiento, cada paso, palabra o respiro; como un prototipo del poseedor del saber, que se supone que enseña desde cada gesto, hasta cada conocimiento dentro y fuera del aula.
 
El comportamiento de cada una de nosotras, novatas ante la situación, resultó ser el discernimiento para muchas y la confusión para las demás, pues, unas entendimos si esa era nuestra verdadera vocación o definitivamente no era lo que las llenaba; otras, por su parte, encendieron una pequeña motivación ante esta labor, pero sin optar directamente por la misma, sino únicamente dejarla cultivar o marchitar durante un lapso de temporal.
 
Ahora, nos encontramos en undécimo grado, nuestro último año, como bachilleres; en donde podemos dar testimonio de cada una de las maestras con las respectivas disciplinas que nos han inculcado y podemos ver la forma en que han influido a nuestro gusto o pasión por algunas áreas, en mi caso, hago énfasis en mi bachillerato, por la maestra Angélica Suarez, con matemáticas y fundamentación por la maestra Gloria Tangarife, quienes con sus conocimientos, metodologías, su arte para enseñar y explicar, sus técnicas de trabajo e interés por ver crecer el conocimiento trasmitido en las estudiantes, hicieron que cultivara un amor por estas áreas, con los números y la hermenéutica, respectivamente; entonces esto también hace parte de lo que ahora tenemos en nuestras manos con la oportunidad de decidir qué queremos para nuestro futuro como profesionales, hacia dónde vamos y qué propósito tenemos al desempeñarnos para un beneficio, sea con fines propios o comunes, que de igual forma terminan siendo benéficos para la sociedad, pues de alguna forma todos sacamos provecho de lo que el otro provea, en fin, estamos en la hora de tomar un rumbo y de darle decisión dirección a nuestra vida y a nuestro futuro, para esto, nos encontramos nuevamente con las practicas pedagógicas directamente aplicadas como experiencia, sin dejar de lado la teoría y los componentes de esta ciencia tan importante para nuestra formación de como maestras, entonces, volvimos a la primaria, pero esta vez, no a interactuar en un encuentro como tal, sino a observarlo, haciendo énfasis principalmente en el perfil la maestra. 
 
En esta segunda práctica, observamos a la docente y su orientación hacia los niños en términos de enseñanza, veíamos como la respectiva docente se expresaba, como manejaba cada situación en su encuentro, su tono de voz y actitudes respecto a estas, pero especialmente las metodologías, técnicas, modelos y enfoques que tenía a la hora de ejecutar los saberes y la trasmisión de los mismos en la interacción de la triada. En mi caso, con la maestra que me correspondió, Laura, logré encontrar el perfil ideal de entrega y amor por su profesión, un perfil digno de ser Normalista Superior, en el que demuestra día a día la vivencia de la propuesta pastoral salesiana y es un claro ejemplo del sentir dicha salesianidad; entonces me dije, si soy maestra, seré como ella.

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