2015 Entrevista sobre Tim Burton y \"Eduardo Manostijeras\"

Entrevista realizada a Juan Pablo Serra para un trabajo de fin de grado en Comunicación Audiovisual (UFV). Mayo 2015

1. Dinos tu perfil profesional Contesto brevemente. Soy profesor de Filosofía en el Departamento de Formación Humanística de la UFV e investigador en la Escuela de Liderazgo Universitario en la UFV. Con anterioridad, fui periodista y crítico de cine, así como jurado en algunos festivales. 2. ¿Qué te ha parecido la película Eduardo Manostijeras y qué mensaje crees que esconde? Vista hoy, Eduardo Manostijeras sorprende por muchos motivos. Primero, porque ya en 1990 —apenas cinco años después de su debut en la realización— Tim Burton tenía un universo visual y narrativo propio que, por decirlo en dos palabras, se situaría en lo gótico y en el cuento. Segundo, por la presencia de motivos que serán recurrentes en su cine: la pequeña comunidad, los ídolos del cine de serie B, la transgresión, los “raros”… Y, tercero, por la humanidad de sus personajes, al menos los principales. Quizá lo que más haya envejecido sea su tono semi-paródico, algo que estaba en Pee Wee y en Bitelchús, y que todavía aparecerá en Mars Attacks! y Sombras tenebrosas. La diferencia, creo, es que todos estos títulos sí están pensados como relatos paródicos, mientras que Eduardo es una parábola sobre la encarnación de la generosidad en un mundo acomodado narrada bajo capa de historia de amor juvenil. 3. ¿Qué consecuencias puede acarrear a alguien ser diferente? No estoy seguro de poder contestar a esta pregunta con otra cosa que no sean obviedades y lugares comunes. 4. ¿Cómo definirías la autenticidad? Como la define Charles Taylor en su Ética de la autenticidad, esto es, como la autorrealización a través del vínculo con bienes objetivos más allá del yo (comunidad, tradición, historia). 5. ¿Por qué es la autenticidad un valor tan importante? ¿Crees que la autenticidad se está perdiendo? ¿Por qué?

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En la historia del pensamiento occidental, la referencia a la “autenticidad” como un valor es relativamente reciente, pues seguramente fue Martin Heidegger —a principios del siglo XX— quien habló por primera vez de ello al referirse a existencias auténticas e inauténticas. Ortega y Gasset recogió el guante y habló de la autenticidad como la proyección íntima de un individuo que busca realizar un proyecto vital que se presenta como irrenunciable. Y, en general, los existencialismos han sido muy insistentes en hablar de autenticidad, lo cual no significa que hayan entendido bien qué es ni que su comprensión de dicho ideal sea la más provechosa. La autenticidad es un valor importante porque es, seguramente, el mejor ideal moral de nuestro tiempo. Si nos ceñimos a las vidas individuales y a las actitudes de la gente, no creo que dicho ideal haya perdido importancia o presencia en las conversaciones. Lo que sí ocurre, creo, es que es un valor que se vacía en la medida en que se malentiende. Por ser breve, este ideal se suele entender como “autorrealización”, esto es, la idea de que yo mismo debo encontrar el propósito de mi vida, y este no puede darse por supuesto o venir impuesto (por la historia, la educación, la política o la religión). Pero si la autenticidad fuera sólo esto, entonces daría igual lo que elija para realizarme, con tal de que lo elija yo. Y conocemos bien lo que ocurre con este tipo de planteamientos subjetivistas. Siguiendo el pensamiento de Charles Taylor, habría que decir que, para ser auténtico, no sólo debo reconocer por mi mismo el ideal de mi vida, sino también buscar mi autorrealización en un contexto de significado objetivo e intersubjetivo (historia y relaciones personales). La autenticidad, siguiendo a este autor, la logro cuando reconozco la objetividad de valores como el bien, la verdad y la belleza y, al mismo tiempo, cuando soy yo quien los reconoce como tales. 6. ¿Crees que la resistencia a la autenticidad dificulta el encuentro? ¿Por qué? No entiendo bien la pregunta. Pero se me ocurre que algo que sí dificulta el encuentro entre dos personas en el mismo nivel de realidad es concebir la autenticidad como autorrealización subjetiva. Así es imposible el encuentro: los dos quedan igual de solos que antes, autorrealizados pero solos. 7. La primera reacción de Kim hacia Eduardo en la película es de rechazo. ¿Por qué crees que se rechaza lo diferente? La “diferencia” no me parece un valor en sí, hasta que no sepa el contexto, esto es, diferencia con respeto a qué o a quién, el para qué de la diferencia o la autenticidad de esa diferencia (o sea, si es pura pose o si surge de algo más íntimo).

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Dicho esto, es cierto que Tim Burton es un cineasta algo gamberro y transgresor. Y, sí, “diferente”, como también son “diferentes” los personajes que pueblan sus películas. Pero en Burton vemos que esa transgresión es un recurso para hacernos “ver más”, que es la labor elemental de cualquier buen cineasta, o sea, hacernos notar que las personas son un misterio que no podemos entender completamente con una primera impresión. Seguramente eso explique la reacción de Kim. Además, al ponernos delante a personajes marginados, raros, distintos lo que Burton está haciendo, en el fondo, es ponernos un espejo delante de nosotros mismos y los tabúes que causan en nosotros el rechazo y el miedo a lo que no entendemos. Es ese extraño sentimiento por el que lo misterioso nos atrae tanto como nos repele, que decía el estudioso de las religiones Mircea Elíade. En todo caso, fíjate que en Burton esa “diferencia” sí es auténtica porque no busca tanto romper e ir en contra, como buscar cosas valiosas a las que vincularse. Por ejemplo, en su cine hay un respeto enorme por las mujeres, por la maternidad, como se ve en la foto de la Virgen con el niño que Eduardo Manostijeras guarda en su castillo; pero también hay un respeto muy serio por la verdad de las tradiciones, como se ve en Pesadilla antes de Navidad, que es una vuelta de tuerca a las fiestas pero para hacernos ver que sí hay diferencias objetivas entre Halloween y Navidad. 8. ¿Qué debería de hacer una persona en el caso de ser rechazada por ser diferente? Honestamente, más allá de los lugares comunes, no lo sé. 9. Nadie valora las manos como Eduardo, ¿Crees que el no poseer algo te hace valorarlo más? ¿Por qué? Seguramente, sí. Pero, quizá, lo que te genera es un deseo de poseerlo mejor, de un modo más completo, y no sólo como algo de “usar y tirar”, que es como, habitualmente o por dejadez, poseemos las cosas que tenemos. 10. ¿Es posible hoy en día, en las condiciones en las que vivimos, alcanzar ese estado de autenticidad? Si es que se puede, ¿Qué debemos hacer? Creo que a esta ya te he contestado en las preguntas en las que te explico cómo entiendo el ideal de la autenticidad.

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