2015- Análisis de residuos microbotánicos (almidones) en varios objetos cerámicos relacionados con la confección y el consumo de bebidas prehispánicas, colección Avilés Marcillo, Ecuador

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Descripción

Análisis de residuos microbotánicos (almidones) en varios objetos cerámicos relacionados con la confección y el consumo de bebidas prehispánicas, colección Avilés Marcillo, Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, Quito, Ecuador

Proyecto Prometeo (SENESCYT) Laboratorio de Química (INPC)

Imagen de la portada: Chicha de maíz durante el proceso de fermentación realizado en una olla cerámica. Ensayo experimental, Laboratorio de Química (INPC), Ecuador.

Contenido Introducción ................................................................................................................................................................................................. 1 Marco analítico e interpretativo del presente estudio ............................................................................................................................. 2 Materiales y métodos ................................................................................................................................................................................... 4 Extracción de muestras residuales/sedimentarias en los objetos..................................................................................................... 4 Recuperación de almidones de los sedimentos ................................................................................................................................... 5 Adjudicación de taxa (identificación de plantas)................................................................................................................................. 6 Resultados y discusión ................................................................................................................................................................................. 6 Consideraciones finales ............................................................................................................................................................................. 15 Referencias citadas y bibliografía consultada ......................................................................................................................................... 16 Anexo A

Botella Chorrera Núm. 2, restos microbotánicos representativos

Anexo B

Botella Chorrera Núm. 3, restos microbotánicos representativos

Anexo C

Vaso Manteño Núm. 1, restos microbotánicos representativos

Anexo D

Botella Tolita Núm. 1, restos microbotánicos representativos

Análisis de residuos microbotánicos (almidones) en varios objetos cerámicos relacionados con la confección y el consumo de bebidas prehispánicas, colección Avilés Marcillo, Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, Quito, Ecuador Por: Jaime R. Pagán-Jiménez (Ph.D.) Investigador Prometeo, SENESCYT

20 de julio de 2015

Pablo R. Saavedra López y Ana M. Guachamín-Tello Laboratorio de Química, INPC

Introducción Para el presente estudio fueron seleccionados 5 objetos cerámicos de origen prehispánico que forman parte de la colección Avilés Marcillo, recientemente incautada y custodiada por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural. Por sus atributos tecnológicos y decorativos, estos objetos parecen relacionarse con el manejo y con la recepción de líquidos, posiblemente bebidas alimenticias prehispánicas, que corresponden a las culturas Chorrera, Manteño y Tolita de la región Costa ecuatoriana. Aun cuando se desconoce la procedencia exacta y los contextos crono-culturales específicos de estos objetos, sí es factible formular preguntas de investigación básicas que posibiliten luego el planteamiento de nuevos problemas de investigación destinados a obtener información debidamente contextualizada de espacios, de fases y de grupos humanos pretéritos conocidos. Con muy contadas excepciones (Zarrillo 2012), la información arqueológica y paleoetnobotánica relacionada con la confección y con el uso de bebidas energéticas o embriagantes es extremadamente escasa en el Ecuador. Sobre las bebidas de origen prehispánico de la región, las crónicas hispanas dan fe de la confección y del uso de algunas de ellas en el periodo de contacto indo-español (Cieza de León, 1994), por lo que se puede inferir que algunas de esas bebidas se remontan a periodos previos a la irrupción europea. Es cierto que abundan los relatos etnográficos en los cuales se documenta la preparación y el consumo de bebidas, sobre todo embriagantes, en toda la cordillera andina. Entre otras cosas, se estudian y se analizan en ellos las relaciones económicas, religiosas, simbólicas e inter-personales en las cuales han sido circunscritas (e.g., Jennings & Bowser (eds.), 2008; Logan, Hastorf, & Pearsall, 2012). Entre dichas bebidas, las que más han llamado la atención de los investigadores de estos temas en la región andina son las embriagantes, las cuales comúnmente son confeccionadas con ingredientes vegetales almidonosos o azucarados como el maíz, la yuca, la quínua y los frutos de algunas palmas de las tierras bajas orientales (Jennings 2005). El proceso que transforma los almidones y los azúcares en alcohol etílico es coloquialmente conocido como fermentación. En la mayoría de los casos, la fermentación de los derivados vegetales utilizados en la confección de las bebidas embriagantes tradicionales es iniciada por la adición de la saliva humana, ya que ésta contiene amilasa, es decir, la enzima que se encarga de catalizar y transformar los glucógenos o los almidones, formando así diversos productos como el alcohol etílico. En el Ecuador actual son casi innumerables las variantes de bebidas embriagantes tradicionales, comúnmente etiquetadas bajo el nombre de chicha, que en su designación van acompañadas con el nombre del principal producto o receta empleada. Así, pues, existe la chicha de jora, la chicha 1   

de yamor, la chicha de yuca, la chicha de quínua, la chicha de chonta, entre muchas otras más. Cabe destacar que en otros países existen bebidas conocidas como chicha, aunque no siempre son bebidas embriagantes. Además de los derivados almidonosos tradicionales que se utilizan en las múltiples variantes de chicha, actualmente se agregan como ingredientes auxiliares otros elementos almidonosos como son las harinas de cebada, de arroz y la pulpa de un variado número de frutos (tomate de árbol, mora, taxo, etc.). Todavía hoy, muchas de las bebidas conocidas como chicha se consumen en rituales, en actividades cívico-ceremoniales y en festividades públicas. Otro tipo de bebidas tradicionales como las energéticas son incluso más conocidas, pero han sido menos estudiadas por la antropología. Una de ellas, posiblemente la más popular en el territorio actual del Ecuador, es la colada morada para la cual se utiliza la harina del maíz negro junto con otros ingredientes vegetales principalmente endógenos (hojas, tallos y frutos como la mora, la naranjilla y el mortiño). Interesantemente, esta bebida popular se confecciona y se consume en fechas cercanas a la celebración del día de los muertos (2 de noviembre). Aunque la colada morada es una bebida ingerida por gran parte de la población de la sierra ecuatoriana en torno a la fecha antes mencionada, la evidente relación histórica que tiene ésta con el ceremonialismo del día de los muertos es bien conocida por muchos de sus consumidores.

Marco analítico e interpretativo del presente estudio Los antecedentes anteriormente expuestos dieron pie, primero, para seleccionar, y luego, para evaluar el contenido microbotánico de los 5 objetos cerámicos prehispánicos que son estudiados en las siguientes secciones de este reporte. Al no contar con mayor información contextual de ellos, como su posible relación micro-espacial con otros objetos y espacios de significación concretos (habitaciones, espacios cívico-ceremoniales, lugares de enterramiento, etc.), o su cronología absoluta en los lugares donde estuvieron originalmente depositados, y al no contar con la información ecológica y geográfica de las localidades arqueológicas de procedencia, los resultados que se brindan adelante carecen de algunos elementos básicos para interpretar aspectos relevantes como los que aborda comúnmente la paleoetnobotánica. En este caso la identificación de las plantas mediante sus restos microbotánicos no provee elementos suficientes para analizar e interpretar con mayor detalle los procesos de adaptación local a los entornos inmediatos de quienes hicieron uso de los objetos. Tampoco se posibilita el análisis de las interrelaciones locales y regionales en las cuales pudieron estar involucrados los actores sociales que hicieron uso de los objetos y de las bebidas contenidas en ellos. En este escenario es importante señalar que el significado y la función de las bebidas especiales (energéticas o embriagantes) se materializa, precisamente, de acuerdo con las actividades concretas en las cuales son integradas. Aun teniendo presente las dificultades analíticas e interpretativas previamente sintetizadas, sí es posible formular una o varias preguntas investigación básicas para luego, con los resultados obtenidos, promover el desarrollo de nuevas hipótesis o problemas de investigación que deben ser adecuadamente hilvanados desde la arqueología y desde la paleoetnobotánica. En este estudio se parte entonces de la siguiente pregunta, enraizada en la información general expuesta a lo largo de la introducción: ¿para qué tipo de bebidas fueron utilizados los 5 objetos cerámicos de las culturas Chorrera, Manteño y Tolita? Si los objetos seleccionados cuentan con caracteres tecnológicos y decorativos que podrían relacionarse con actividades especiales (rituales, actividades cívico-ceremoniales, festividades) en las cuales las bebidas estuvieron imbuidas, entonces es factible suponer que los restos microbotánicos identificados en ellos puedan corresponder con algunos de los ingredientes de esas bebidas, ya sean energéticas o embriagantes. De este modo, es posible inferir, en términos generales, el tipo de bebida contenida en los objetos (energética vs. embriagante) y, quizás, la existencia o no de pautas culturales regionales relacionadas con las plantas de interés. 2   

Conociendo de antemano que los órganos almidonosos han sido históricamente importantes en la confección de bebidas energéticas o embriagantes, se infiere que en los objetos seleccionados para el estudio algunos almidones pudieron quedar atrapados y preservados en los poros y en las fisuras de las paredes interiores de éstos. En este sentido, es importante destacar que de todos los restos microbotánicos de interés para la paleoetnobotánica, los almidones son estructuras semi-cristalinas que pueden preservarse por largos periodos en los lugares enterrados, en las herramientas y en los objetos relacionados con el procesamiento, la cocción y el servido de derivados alimenticios o vegetales. Por sus atributos morfométricos intrínsecos los almidones son también una fuente taxonómica confiable que posibilita la identificación de las plantas en las cuales se formaron (Pagán-Jiménez 2015). Asimismo, por sus cualidades físico-químicas, los almidones están sujetos a alteraciones y a transformaciones como consecuencia de las interacciones que ocurren entre ellos y otros agentes orgánicos o químicos, ya sean naturales o estimulados por medio de las actividades humanas en las cuales los órganos almidonosos son integrados. Desde esta perspectiva, es interesante saber que pueden generarse huellas de alteración en los almidones debido a la acción de moler las semillas almidonosas duras, a la acción de cocinar órganos almidonosos a baja o a alta intensidad en ambientes húmedos o totalmente secos, y a la acción de las enzimas durante el proceso de fermentación alcohólica. Por lo tanto, es posible identificar estas huellas en los almidones antiguos, así como las actividades que potencialmente las generaron, si se cuenta con datos experimentales primarios generados de manera controlada con especímenes modernos (Pagán-Jiménez 2015a; Pagán-Jiménez et al. 2015). Considerando todo lo anterior, en este reporte se presenta, en primer lugar, el conjunto de procedimientos desarrollado para extraer las muestras residuales y sedimentarias del interior de los 5 objetos cerámicos seleccionados. En el mismo apartado (Materiales y métodos) se detallan los protocolos de laboratorio empleados para aislar los almidones de los sedimentos y para analizarlos e identificarlos. En el subsiguiente apartado se exponen, mediante tablas y figuras, los resultados obtenidos del análisis microbotánico y se genera una discusión elemental de los hallazgos. Finalmente se comentan de manera breve algunas posibilidades interpretativas en torno a la confección y al uso de las bebidas energéticas y embriagantes, aunque en la escala de análisis más amplia (i.e., afiliación cultural) a la cual se adscriben los objetos seleccionados (figura 1).

Figura 1. Distribución geográfica general y cronología aproximada de las culturas representadas en los objetos cerámicos estudiados. 3   

Materiales y métodos Los 5 objetos cerámicos seleccionados fueron rotulados de la siguiente manera: Chorrera Núm. 1(CH-1); Chorrera Núm. 2 (CH-2), Chorrera Núm. 3 (CH-3); Manteño Núm. 1 (M-1) y Tolita Núm. 1 (T-1). Todos ellos son, en términos generales, contenedores de líquidos. Concretamente son botellas y vasos para servir o tomar bebidas (tabla 1). Tabla 1. Objetos seleccionados, atribuciones funcionales básicas y descripción de muestras extraídas ID Muestra CH-1

CH-2 CH-3 T-1 M-1

Tipo artefacto Recipiente/silbato hemisferios separados y cuello en uno de ellos: cerámica Recipiente/botella de cuello largo y angosto: cerámica Recipiente/botella de cuello corto: cerámica Recipiente/botella doble cuello angosto: cerámica Recipiente/cuenco doble: ceramic

Filiación cultural Chorrera

Área de muestreo Interior

Estrategia de muestreo Ultrasonido (10 min)

Peso (g)

Volumen (ml)

0.6038

0.5

Chorrera

Interior

Ultrasonido (10 min)

0.6462

1.1

Chorrera

Interior

Ultrasonido (10 min)

2.3885

3.8

Tolita

Interior

Ultrasonido (10 min)

1.9599

4

Manteño

Interior

Ultrasonido (10 min)

0.5663

1.5

Extracción de muestras residuales/sedimentarias en los objetos Cada objeto cerámico fue delicadamente colocado en bolsas plásticas ziplock nuevas y con el tamaño apropiado. Debido a la imposibilidad de recoger muestras a mano del interior de los objetos porl ser botellas o vasos cerámicos de formas restringidas (cerradas), se les introdujo a cada una agua destilada hasta que ocupara como mínimo la mitad del espacio interno disponible. La cantidad de agua varió entre los 150 ml (en el caso de la muestra M-1) hasta los 400 ml en aquellos objetos de mayor tamaño (e.g., muestra CH-3). Una vez depositada el agua, cada objeto se agitó manualmente por 5 segundos para luego colocarlo en el interior del contenedor metálico de un equipo de ultrasonido por 10 minutos. El contenedor tuvo agua suficiente, siendo el éste componente el que recibe y transmite las vibraciones a altas velocidades producidas por el ultrasonido, lo que finalmente posibilita el desprendimiento de las partículas de interés que puedieran estar adheridas o atrapadas en la pared interior de los objetos (figura 2). Los objetos cerámicos nunca estuvieron expuestos directamente, en su parte exterior, al agua del contenedor metálico del equipo de ultrasonido. Únicamente el interior de estos objetos estuvo sujeto a la acción del agua y a las vibraciones producidas por el equipo. 4   

Figura 2. Extracción de muestra residual/sedimentaria del objeto CH-3 mediante ultrasonido.

Recuperación de almidones de los sedimentos Luego de extraídas las muestras residuales/sedimentarias de cada objeto cerámico, las mismas fueron procesadas como se describe a continuación para lograr aislar y recuperar los almidones antiguos. 1. Cada muestra fue colocada en tubos de centrifuga de 50 ml limpios, a los cuales se les agregó cloruro de cesio (CsCl) con densidad específica de 1.8 g/cm3. Los almidones cuentan, en promedio, con una densidad específica de 1.5 g/cm3; por lo tanto, todo residuo que cuente con una densidad específica igual o menor a 1.8 g/cm3 puede ser separado y aislado del resto de partículas en la muestra procesada que cuente con valores mayores a 1.8. 2. Los tubos fueron centrifugados a 2300 rpm durante 5 minutos. El material sobrenadante o flotado (i.e., aquello que flota en la superficie de cada tubo y donde pudieran estar los almidones) fue transferido a nuevos tubos de 50 ml. 3. Se le agregó suficiente agua destilada a cada tubo con la muestra de interés para disolver las sales y bajar la densidad de la solución a los parámetros conocidos para el agua pura (1.0 g/cm3). 4. Los tubos con las muestra de interés fueron primeramente agitados manualmente durante 10 segundos y luego mediante vortex por 10 segundos adicionales. 5. Los tubos fueron nuevamente centrifugados, esta vez a 3,500 rpm durante 5 minutos. De esta forma los almidones que pudieran estar en las muestras bajan y se mantienen en el fondo o base de cada tubo. Aproximadamente la mitad de la solución fue retirada con pipetas estériles y luego desechada. 6. Los pasos 3, 4 y 5 fueron repedidos dos veces más hasta que la solución quedó debidamente limpia de sales (CsCl).

5   

Después de procesadas todas las muestras, en los tubos únicamente quedó el material inicialmente recuperado mediante flotación que es donde deben encontrarse los almidones (paso 2, arriba) si es que los objetos cerámicos fueron utilizados para contener derivados almidonosos de origen prehispánico. Varias gotas de cada muestra fueron colocadas en portaobjetos, a los cuales se les agregó glicerol para aumentar la viscosidad y birrefringencia del medio. Posteriormente, a cada portaobjeto se le colocó un cubreobjeto y se efectuó el análisis microscópico con un equipo Olympus BX-53. Este microscopio cuenta con capacidad de polarización cruzada, lo que permite diferenciar fácilmente los almidones de otros residuos ya que los primeros, distinto a la mayoría de partículas en los sedimentos, generan una cruz de extinción o cruz de malta debido a sus atributos físico-químicos. En la observación al microscopio se emplearon los objetivos de 10 x para rastrear los portaobjetos y 40 x para documentar y fotografiar los almidones recuperados. El registro fotográfico y métrico se hizo con la cámara digital Olympus DP26-CU que se encuentra adherida al microscopio.

Adjudicación de taxa (identificación de plantas) En este y en otros estudios de restos microbotánicos antiguos, la adjudicación taxonómica de los almidones se realiza mediante la comparación y el contraste de un conjunto de variables morfométricas observadas tanto en los almidones antiguos como en los modernos (colecciones comparativas). Particularmente, la adscripción taxonómica se fundamenta en ciertas características documentadas en los almidones como son: (a) la forma, (b) el tamaño, la presencia y ubicación del hilum, (c) la presencia y variabilidad del laminado, (d) las especificidades del borde, (e) las cualidades de las facetas de presión y (f) la presencia y las cualidades birrefringentes de la cruz de malta o de extinción (para conocer con detalle estas características de los almidones, ver Pagán-Jiménez, 2015). La adjudicación de taxa se basa en los datos de la colección comparativa de almidones modernos creada por el INPC (Pagán-Jiménez 2015b) que consiste en 88 especímenes botánicos neotropicales (de las tierras altas y bajas) distribuidos de la siguiente manera: 22 familias, 27 géneros y 36 especies. Entre los especímenes de interés se encuentran 39 razas distintas de maíz de Colombia, Ecuador y Perú, 9 variedades de fréjol doméstico y haba Canavalia silvestre, 2 variedades de oca, 7 variedades de melloco, 2 de camote y 5 especies de ñame silvestre, entre otras más. Adicionalmente, para identificar huellas o patrones de alteración producidos por acciones mecánicas (molienda, hervido, tostado) o biológicas (digestión por enzimas), se cuenta con una base de datos comparativa moderna creada en el propio INPC (Pagán-Jiménez et al. 2015; Pagán-Jiménez 2015a) y con publicaciones científicas generadas por otros investigadores (Babot 2003; Babot 2006; Henry, Hudson, and Piperno 2009; Lamb and Loy 2005; Mickleburgh and Pagán-Jiménez 2012). No obstante, si los almidones antiguos recuperados no cuentan con todos los caracteres diagnósticos previamente documentados en la literatura existente, entonces la identificación de taxa no es segura para lo cual se utiliza la abreviación “cf.” que hace referencia a una taxa probable, o “N.I.” (i.e., no identificado) cuando no es posible establecer la clasificación taxonómica apropiada.

Resultados y discusión En la tabla 2 se resumen los resultados obtenidos de las muestras extraídas. De los 5 objetos seleccionados solo en 3 (muestras CH-2, CH-3 y M-1) se recuperaron almidones que pueden relacionarse con la confección y el consumo de bebidas prehispánicas. Los otros dos objetos (CH-1 y T-1) no proporcionaron el tipo de residuo de interés para este estudio aunque en uno de ellos (T-1) se recuperaron exclusivamente miles de fitolitos 6   

(cristales de sílice que redundantes se forman en las plantas) buliformes o células largas, todos ellos asociados a las gramíneas Panicoides que están adaptadas a ambientes húmedos. Este mismo tipo de fitolito también fue recuperado, en grandes cantidades (miles), en la muestra CH-3 junto a más de 80 almidones antiguos. Tabla 2. Distribución de taxa y otros hallazgos residuales documentados en las muestras estudiadas. Taxa/Muestras Zea mays (Maíz) cf. Zea mays (Posiblem. maíz) Manihot esculenta (Yuca) Discoreaceae (Ñame) cf. Dioscoreaceae (Posiblem. ñame) Capsicum spp. (Ají) cf. Capsicum spp. (Ají) cf. Prosopis spp. (Posiblem. algarroba) Cannaceae (Achera) Almids no identificados Total almidones Huellas afectación almids. Otros restos microb. (fitolitos, diatom.)

CH-1

CH-2

CH-3

M-1

T-1

10

12

15

37

2

1

3

1

N/A

1

6

3

1

10

15

1 (1 grupo >20)

1

17 (+>20)

8

0

Total

39 calor, presión

N/A

2

2

2

2 5

5

1

1

10

1 (1 grupo >40) 25 (+c.60 en grupos)

3 (tubérc)

4 (+>40)

calor, presión miles de fitolitos (buliformes y células largas: Panicoideae)

27

0

calor, presión, inicio ferment.

N/A

91 (>c.60)

miles de fitolitos (buliformes y células largas: Panicoideae) y 3 diatomeas

Nota: “cf” significa taxa más probable o cercana.

Las figuras 3 a la 7 muestran un conjunto de imágenes donde puede observarse lo siguiente: (a) los objetos cerámicos estudiados, (b) una selección de los principales restos microbotánicos recuperados, (c) algunas imágenes de las plantas a las cuales se adscriben los almidones y (d) algunas interpretaciones sintéticas de la posible función y uso social de ellos.

7   

Figura 3. Instrumento cerámico utilizado quizás como reclamo de aves en actividades rituales o en festividades, cultura Chorrera. 8   

Figura 4. Botella cerámica, de posible función ritual o cívico-ceremonial, utilizada para contener y servir bebidas energéticas, cultura Chorrera. 9   

Figura 5. Botella cerámica de posible uso cotidiano utilizada para contener y servir distintas bebidas energéticas, cultura Chorrera. 10   

Figura 6. Vaso cerámico utilizado para tomar bebidas energéticas y fermentadas en rituales o en actividades cívico-ceremoniales, cultura Manteño. 11   

Figura 7. Botella cerámica de doble cuello, posiblemente utilizada para servir infusiones en actividades cívico-ceremoniales o en actividades terapéuticas, cultura Tolita.

12   

La botella-silbato adscrita a la cultura Chorrera (muestra CH-1, figura 3) no arrojó ningún dato microbotánico. De hecho, es posible que este objeto haya sido utilizado exclusivamente para generar sonidos o notas musicales en los cuales la variación de notas dependió, principalmente, del volumen de líquido contenido en su interior. Mientras este objeto está vacío el sonido emitido mediante la inyección de viento forzado es uno continuo, una sola nota. No obstante, cuando se le agrega agua en su interior, el sonido que emite es uno intermitente, acelerado o lento, que podría estar simulando el sonido (reclamo) de alguna ave. Por su parte la botella de paredes flexionadas y cuello largo de la cultura Chorrera (CH-2, figura 4) proporcionó residuos microbotánicos (almidones) de tres plantas importantes: maíz, ñame silvestre y achera (Anexo A). Se desconoce si las tres fuentes botánicas fueron integradas simultáneamente en alguna receta de bebida energética. No obstante, el estado morfológico de los almidones sugiere, en el caso del maíz, que las semillas fueron previamente molidas, ya que se observan huellas de fisuras consistentes con este tipo de acción. Los almidones de ñame silvestre y de achera muestran signos de alteración que generalmente son producidos cuando los órganos almidonosos, o las harinas/masas, son calentados a fuego lento (bajas temperaturas), siendo esta actividad algo común en la preparación de bebidas energéticas o embriagantes. Ninguno de los almidones documentados mostró signos de actividad enzimática, por lo que se descarta que la botella CH-2 haya sido empleada para servir bebidas embriagantes. Almidones de al menos dos de estas plantas (maíz, ñame) han sido reportados también como hallazgos en estudios realizados a otras botellas prehispánicas del Ecuador, concretamente de varios contextos del sitio Santa Ana La Florida (Zarrillo 2012). La botella de cuello corto y restringido adscrita a la cultura Chorrera (muestra CH-3, figura 5) brindó datos microbotánicos sumamente interesantes (tabla 2). Los almidones recuperados (Anexo B), siendo de fuentes vegetales distintas, sugieren la preparación previa de bebidas en las cuales se pudieron combinar distintos ingredientes vegetales, tal y como se hace en la actualidad durante la preparación de bebidas energéticas o embriagantes. Debido a que es imposible determinar con este tipo de estudio la coetaneidad de los residuos vegetales recuperados, es probable también que la botella cerámica haya sido utilizada para servir bebidas de distinto origen vegetal en diversos momentos. Los almidones de maíz, de un tubérculo silvestre conocido como ñame y de otras plantas almidonosas como la achera, la yuca y el ají, indican que la integración de varios derivados vegetales, algunos de ellos de fuerte sabor, fueron importantes en la preparación de bebidas energéticas. Los almidones, en este contexto, son fuente de energía de rápida liberación en el cuerpo humano. Asimismo, los frutos como el ají pudieron funcionar como ingredientes estimulantes, o para brindar sabores particulares (fuertes) que quizás eran necesarios en determinadas actividades domésticas, en festividades o en ciertos rituales. De manera interesante, el hallazgo de ají asociado con las bebidas prehispánicas en Ecuador no es único, pues previamente se han reportado almidones de ají en otras botellas cerámicas prehispánicas de Santa Ana La Florida (Zarrillo 2012). Zarrillo (2012), en este sentido, refiere la integración del ají a ciertas bebidas como el chocolate en regiones como Mesoamérica (ver también Clement et al., 2010). Desafortunadamente, por el momento se desconoce qué otros ingredientes vegetales u orgánicos fueron combinados con los que sí se identificaron en la botella CH-3, aunque es viable sugerir que al menos una gramínea de origen desconocido, identificada a través de los fitolitos (tabla 2), formó parte del conjunto de ingredientes integrados en alguna de las bebidas. En los almidones recuperados existen huellas o indicios de que sus órganos de origen fueron sometidos a varios procesos mecánicos como son la presión (molienda, en el caso del maíz) y el calor en un ambiente húmedo aunque a temperaturas muy bajas. Sobre este particular, es conocido que durante la confección de bebidas energéticas primeramente se muelen o trituran semillas que, incluso, han sido previamente calentadas o tostadas. De igual modo, una vez son integrados todos los ingredientes, usualmente se calientan en agua a temperaturas variables con la finalidad de resaltar o extraer las esencias de cada uno. El estado físico-químico de los almidones recuperados no permite plantear la posibilidad de que las bebidas utilizadas en la botella hayan sido embriagantes, pues no pudo documentarse en 13   

ninguno de los residuos huellas de afectación producidas por la fermentación (e.g., la digestión enzimática que inicialmente produce pequeños hoyos en la superficie de los almidones). El objeto cerámico interpretado como un vaso de la cultura Manteño (M-1, figura 6) proporcionó almidones de tres plantas: maíz, ñame silvestre y algarroba (tabla 2, Anexo C). Esta combinación de residuos vegetales, como se ha dicho antes en otros casos, pudo formar parte de una sola bebida, pero también de varias de ellas consumidas en distintos momentos. Sin embargo, en este caso en particular, es más factible pensar que el vaso pudo ser utilizado en diversas ocasiones para recibir distintas bebidas. Al menos uno de los granos de almidón de maíz cuenta con signos claros de afectación por enzimas (la presencia de pequeños hoyos oscuros en su superficie), aunque esas huellas solo dan cuenta del inicio del proceso de la fermentación. El almidón en referencia estuvo expuesto al ataque inicial de enzimas que provocó la creación de los hoyos oscuros (digestión enzimática), pero el proceso de digestión no culminó. De haber ocurrido el proceso completo de digestión enzimática el almidón debió mostrar otro tipo de signos como son la formación de un gran hoyo o depresión central, casi transparente, y la fragmentación de la estructura a lo largo de todo el margen. Aún ante el anterior panorama, los estudios experimentales en los cuales se han evaluado los almidones de maíz durante la preparación de chicha muestran que los almidones con este tipo de daño (digestión inicial) pueden preservarse junto al conjunto de almidones totalmente alterados, incluso, hasta la etapa final de la preparación de la bebida. Debido a que solo un almidón alterado por el ataque de enzimas fue documentado, se entiende que dicho almidón representa un episodio aislado en el cual el vaso Manteño fue utilizado para ingerir bebidas embriagantes basadas en el maíz. Si los demás almidones identificados hubiesen formado parte de los ingredientes utilizados junto al maíz en la confección de una bebida embriagante, éstos debieron mostrar también daños y alteraciones derivadas de la digestión enzimática, cosa que no ocurrió. En este contexto es importante resaltar la documentación de más almidones que aparentemente corresponden con los del mesocarpo de la vaina del árbol de algarroba (Prosopis spp.). Es muy conocido el uso de la pulpa de las vainas maduras de este árbol en la confección de bebidas tradicionales, tanto energéticas como embriagantes, en Argentina, Chile, Bolivia, Paraguay y Perú (Giovannetti et al. 2008; La Barre 1931; Jennings and Bowser 2008). Arqueológicamente, se han encontrado restos microbotánicos (almidones) y macrobotánicos de algarroba en un gran número de sitios arqueológicos de Perú, de Argentina y de Chile (ver Duncan et al., 2009; Giovannetti et al., 2008) y en el Ecuador se han documentado semillas de este género en la región Costa asociadas a las albarradas antiguas de las provincias de Manabí, Santa Elena y Guayas (Veintimilla 2004). Aunque la recuperación de restos macrobotánicos en Ecuador muestra de manera importante la existencia de este género asociado a actividades humanas prehispánicas, es la presencia de sus almidones dentro de uno de los objetos cerámicos aquí estudiados el hecho que atestigua su uso antiguo en el contexto de la preparación e ingesta de bebidas prehispánicas de la región costera del país. Desafortunadamente, no fue posible encontrar literatura especializada del Ecuador en la cual se documente, etnohistórica o etnográficamente y de manera clara, el uso de la algarroba como bebida. Finalmente, la botella de doble cuello de la cultura Tolita (T-1, figura 7) no arrojó resultados positivos a la presencia de almidones antiguos. No obstante, la cantidad sorprendente de fitolitos que parecen corresponder a un mismo grupo de gramíneas es atípica. Al parecer, los fitolitos no diagnósticos recuperados (buliformes, células largas, Anexo D) pudieron pertenecer a hierbas de la sub-familia Panicoideae y en este contexto, debido al alto número de ellos, se estima que fueron integrados en el interior de la botella de manera intencional. Es viable suponer que esta botella pudo contener bebidas aromáticas o medicinales en las cuales no se incorporaron otros elementos típicos de las bebidas energéticas o embriagantes. Generalmente, las infusiones confeccionadas con hierbas requieren de la maceración previa de los ingredientes en agua, para luego calentarlos, filtrarlos y depositarlos en botellas de servir. Por otra parte, la presencia de diatomeas en la misma muestra puede estar indicando el uso de aguas ricas en minerales recogidas en ecosistemas ligeramente salobres (estuarinos). Otra posible explicación para la presencia de diatomeas es que la 14   

botella pudo estar enterrada, posterior a su uso, en sedimentos muy húmedos o, incluso, en sedimentos totalmente sumergidos (laguna, manglar, etc.).

Consideraciones finales Como se ha mostrado en las secciones anteriores de este reporte, 3 de los 5 objetos cerámicos estudiados arrojaron datos microbotánicos (almidones, fitolitos) que dan cuenta del uso potencial de éstos en el contexto de la preparación, el servicio y la ingesta de bebidas prehispánicas por parte de tres culturas de la región Costa. La pregunta básica de investigación que fue formulada inicialmente permitió dirigir el análisis hacia la búsqueda de datos que permitiesen responder cuáles fueron los tipos de bebidas que pudieron ser utilizados en los objetos. La identificación taxonómica de los almidones recuperados, más su estado de preservación, viabilizó la generación de respuestas elementales. En los tres objetos cerámicos de mayor interés para el estudio (CH-2, CH-3 y M-1) se depositaron o se sirvieron bebidas energéticas derivadas de plantas como el maíz, el ñame silvestre, la yuca, la achera y la algarroba. En uno de los objetos (M-1), concretamente un vaso para tomar líquidos de la cultura Manteño, pudo ser identificado un solo almidón de maíz que sí mostró signos de alteración provocados por la digestión de enzimas, siendo este un proceso que se relaciona directamente con la digestión/fermentación de almidones y carbohidratos para producir alcohol etílico. Los objetos seleccionados, aun cuando ciertamente constituyen un número extremadamente reducido de recipientes cerámicos prehispánicos de la Costa, brindan información relevante con la cual se puede formular nuevas investigaciones paleoetnobotánicas acerca de los temas que brevemente se han explorado aquí. Entre los aspectos más relevantes que afloran con este trabajo se encuentran la recurrencia en el uso de algunas plantas como el maíz, el ñame silvestre y la achera en el contexto de la preparación de bebidas prehispánicas de la Costa, independientemente de los periodos o fases hasta ahora delimitados. Es importante tener presente que las culturas Chorrera (c. 1,000 – 300 AC) y Manteño (c. 600 – 1,534 DC), aunque separadas en el tiempo, compartieron una buena parte de la misma región costera del Ecuador (figura 1). En este sentido, se podría pensar que el recetario de bebidas energéticas (y embriagantes) fue uno de esos elementos culturales que se conservaron a lo largo de los distintos periodos prehispánicos del Ecuador, más allá de los cambios sociopolíticos y culturales que se vivieron en la región. Asimismo, intrigante es la presencia de plantas como la yuca y el ají en una botella Chorrera (CH-3), pues actualmente es poco conocida y practicada la preparación de bebidas derivadas de la yuca, o la preparación de bebidas en las cuales se integra el ají, en la región. Es importante señalar que al otro lado de la cordillera andina, en el sitio arqueológico Santa Ana La Florida (Zamora Chinchipe), previamente fueron documentados almidones de yuca y de ají en una botella cerámica asociada a un contexto más antiguo (2,270 – 2,260 AC) que las estudiadas para el presente reporte (Zarrillo 2012). Entonces, al integrar el conjunto de información de dicho sitio con el generado para este estudio, nos vemos estimulados a sugerir nuevas preguntas de investigación en torno a la confección y a los usos de las bebidas energéticas en el Ecuador prehispánico. ¿Existieron bebidas energéticas específicas (recetas particulares), posiblemente asociadas a rituales o a actividades cívico-ceremoniales, que transgredieron fronteras culturales, geográficas y temporales en el antiguo Ecuador? ¿Habrían sido recurrentes, tanto en la Costa como en el Oriente, el uso de ñames silvestres y de maíz en las bebidas energéticas (o embriagantes), más allá de la diferenciación cultural y de la separación temporal entre pueblos y culturas? ¿Fue la algarroba un ingrediente relevante, o el principal producto, en la preparación de bebidas energéticas o embriagantes en la región Costa ecuatoriana, de manera similar a lo documentado arqueológica, etnohistórica y etnográficamente en regiones de Perú, Chile, Bolivia, Argentina y Paraguay? La presencia de almidones de algarroba en uno de los objetos estudiados (M-1) da cuentas de que alguna bebida basada en este fruto fue consumida en la tardía era cerámica prehispánica de la Costa. ¿Qué otras bebidas, creadas con componentes 15   

vegetales no identificados en este estudio, fueron empleadas en los diversos contextos socioculturales del gran abanico étnico prehispánico del Ecuador? ¿Qué bebidas y qué combinaciones de ingredientes vegetales se han perdido de la memoria histórica del Ecuador? Los datos que han sido generados por este trabajo son ciertamente limitados, aunque con ellos se abren nuevos horizontes para estudiar con mayor precisión uno de los elementos culturales de mayor importancia en el ámbito de las prácticas sociales intra- e interpersonales del Ecuador antiguo: el uso y el rol social (político, religioso, económico) de las bebidas energéticas y embriagantes.

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Jennings, Justin 2005 La Chichera Y El Patrón: Chicha and the Energetics of Feasting in the Prehistoric Andes. Archaeological Papers of the American Anthropological Association 14: 241–259. Jennings, Justin, and Brenda J. Bowser, eds. 2008 Drink, Power, and Society in the Andes. Gainesville: University Press of Florida. Lamb, Jenna, and Tom Loy 2005 Seeing Red: The Use of Congo Red Dye to Identify Cooked and Damaged Starch Grains in Archaeological Residues. Journal of Archaeological Science 32: 1433–1440. Logan, Amanda L, Christine A Hastorf, and Deborah M Pearsall 2012 “Let’s Drink Together”: Early Ceremonial Use of Maize in the Titicaca Basin. Latin American Antiquity 23(3): 235–258. Mickleburgh, Hayley L., and Jaime R. Pagán-Jiménez 2012 New Insights into the Consumption of Maize and Other Food Plants in the Pre-Columbian Caribbean from Starch Grains Trapped in Human Dental Calculus. Journal of Archaeological Science 39(7). Elsevier Ltd: 2468–2478. Pagán-Jiménez, Jaime R. 2015a Evaluando Algunos Mecanismos de Conservación/degradación En Almidones Modernos. Elaboración de Dos Tipos de Chicha de Maíz: Chicha Fermentada Con Saliva Y Otra Con Levadura. Quito: Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (Reporte de Laboratorio). 2015b Almidones. Guía de Material Comparativo Moderno Del Ecuador Para Los Estudios Paleoetnobotánicos En El Neotrópico. Quito: Instituto Nacional de Patrimonio Cultural. Pagán-Jiménez, Jaime R., Ana M. Guachamín-Tello, Martha E. Romero-Bastidas, and Pablo X. Vásquez-Ponce 2015 Cocción Experimental de Pan de Casabe (Manihot Esculenta Crantz) Y de Camote (Ipomoea Batatas [L.] Lam.) En Planchas de Barro: Evaluando Sus Efectos En La Morfometria de Los Almidones Desde Una Perspectiva Paleoetnobotánica. Americae: (In press). Veintimilla, César 2004 Paleoetnobotánica. In Las Albarradas En La Costa Del Ecuador. Rescate Del Conocimiento Ancestral Del Manejo Sostenible de La Biodiversidad. Jorge G. Marcos, ed. Pp. 193–252. Guayaquil: Escuela Superior Politécnica del Litoral. Zarrillo, Sonia 2012 Human Adaptation, Food Production, And Cultural Interaction during the Formative Period in Highland Ecuador. Calgary: PhD Dissertation. Department of Archaeology, University of Calgary. 17   

Anexo A (botella Chorrera Núm. 2, restos microbotánicos representativos)

Maíz harinoso (Zea mays)

Tubérculo no identificado Posiblemente ñame (cf. Dioscorea spp.)

Tubérculo no identificado Posiblemente ñame (cf. Dioscorea spp.)

Maíz harinoso (Zea mays)

Escala gráfica: 1 µm= una millonésima parte de un metro

Anexo B (botella Chorrera Núm. 3, restos microbotánicos representativos)

Maíz dentado (Zea mays)

Yuca (Manihot esculenta)

Tubérculo no identificado Posiblemente ñame (cf. Dioscorea spp.)

Ají (Capsicum spp.)

Maíz dentado (Zea mays)

Achera (Canna spp.)

Escala gráfica: 1 µm= una millonésima parte de un metro

Anexo C (vaso Manteño Núm. 1, restos microbotánicos representativos)

Tubérculos no identificados

Algarroba (cf. Prosopis spp.)

Maíz (Zea mays) Hoyos (digestión por enzimas)

Escala gráfica: 1 µm= una millonésima parte de un metro

Anexo D (botella Tolita Núm. 1, restos microbotánicos representativos)

Fitolito buliforme

Fitolitos redundantes (células largas) y buliforme

Fitolitos redundantes (células largas)

Diatomeas: algas unicelulares/fitoplancton de ambientes acuáticos o muy húmedos (marinos, terrestres)

Escala gráfica: 1 µm= una millonésima parte de un metro

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