Yo trabajo, mientras tú descansas. La relatividad del tiempo de ocio en la ciudad
Descripción
Yo trabajo mientras tú descansas. La relatividad del tiempo de ocio en la Ciudad
“Existe una cosa muy misteriosa, pero muy cotidiana. Todo el mundo participa de ella, todo el mundo la conoce, pero muy pocos se paran a pensar en ella. Casi todos se limitan a tomarla como viene, sin hacer preguntas. Esta cosa es el tiempo”(ENDE, 1987, p. 59). El tiempo es un imaginario construido por la sociedad. Marc Bloch[1] en su libro: La Sociedad Feudal, hace mención de lo poco relevante que resultaba el tiempo en esa época, nos habla de un duelo judicial que ocurriría al alba al que no llega uno de los adversarios y de como unos jueces del condado tienen que atestiguar su ausencia después de la denominada “hora nueve” que marca la costumbre, para hacerlo tienen que ver el sol y deliberar con los clérigos, pues no existe una medición clara del tiempo (BLOCH, 1986, p. 96). Otro historiador francés que trató el tema del tiempo fue Jacques Le Goff1, quien en su libro: El orden de la memoria, nos habla de la construcción cósmica del calendario, el mes, la semana y los días. Nos habla del tiempo colectivo y el tiempo individual. “La conquista del tiempo por medio de la medición está claramente percibida como uno de los aspectos importantes del control del universo por parte del hombre” (LE GOFF, 1991, p. 185). En este mismo texto Le Goff nos habla de la semana como el gran invento de ser humano que se plasma en el calendario, un ritmo que tiene más peso en las sociedades desarrolladas contemporáneas, pero que no todos lo pueblos siguen. La semana es un invento que los hebreos tomaron de los caldeos, utilizando el número siete a partir del descubrimiento de los “siete astros móviles”: la Luna para el lunes; Marte para el martes; Mercurio para el miércoles; Júpiter para el jueves; Venus para el viernes; Saturno para el sábado y el Sol para el Sonntag, el alemán de domingo. En la actualidad sabemos que no todos estos astros eran planetas, pero en ese entonces se tomaron como medida2. El mérito en la creación de la semana fue el crear en el tiempo la interrupción del trabajo y de la vida cotidiana, dando espacio a un tiempo fijo de reposo o tiempo libre. Este día de reposo tiene aun hoy en día una carga religiosa, para los judíos se trata del shabbãt; en el caso de los cristianos lo trasladaron al domingo, día de la resurrección de Cristo y los musulmanes lo celebran el jueves (ibid, 1991, p. 213). A partir de la sociedad industrializada, cuando la puntualidad y racionalidad de la que habla Simmel[4] en su texto La metrópolis y la vida mental resultan necesarias, será cuando la Jacques Le Goff (Toulon, 1 de enero de 1924, París, 1 de abril de 2014) fue un historiador medievalista y escritor francés especializado sobre todo en los siglos XII y XIII, que ha vinculado su carrera docente a la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales. 2 Se tienen indicios de la creación de la semana desde el libro del “Génesis”, ubicado en el Antiguo Testamento, de allí pasó a los griegos y alejandrinos, llegando a Occidente en el siglo III d. C. y a Oriente durante la época T’ang, entre los siglos VII –IX d. C. (op. Cit., 1991, p. 212) 1
vida sea percibida como “inimaginable sin una integración puntualísima de toda actividad y relación mutua al interior de un horario estable e impersonal” (SIMMEL, 2005, p. 4). También a este crecimiento industrial y a su relación con el poder adquisitivo se le debe que el reposo se transforme en fin de semana, contando con dos días, en los que las familias de cierta clase social reactivan la economía al salir y realizar actividades de esparcimiento o entretenimiento, pero también será la racionalización de la ciudad, la que haga que ciertas personas tengan que realizar actividades mientras los demás descansan, especialmente aquellas que se dedican a las industrias culturales o al entretenimiento. Es por ello que en los últimos años se han originado carreras dedicadas a administrar el tiempo libre, también podemos hablar de revistas como Chilango, Dónde ir, Time Out y Tiempo Libre que nos ayudan a organizar nuestro tiempo de ocio. El ocio también es un invento y la primera referencia con respecto a este concepto aparece ya en la civilización griega, cuando Aristóteles delimita el tiempo de ocio como "tiempo exento de la necesidad de labor". En aquel momento ese tiempo era empleado sólo por la elite social en la contemplación y preparación para el ejercicio de la política y las artes. Actualmente, se le considera parte de los Derechos Humanos3. Sin embargo para los cines, teatros, zonas arqueológicas y museos cubrir los ratos de ocio es importante, se ha convertido en una oportunidad de atraer público. Por ello se han creado programas especiales como las “Noches de Museos”, que tiene por objetivo atraer a nuevos públicos a los museos en un horario especial, de 19:00 a 22:00 horas y durante ese tiempo cada recinto presenta conciertos, visitas guiadas, visitas dramatizadas, talleres, obras de teatro, conferencias o presentaciones editoriales. La idea de abrir los museos por la noche surgió en Berlín, Alemania, hace 33 años y el modelo se ha replicado con éxito en varias ciudades latinoamericanas como Sao Paulo, Brasil; La Paz, Bolivia; Montevideo, Uruguay y Buenos Aires, Argentina. Primero se abrían los museos por la noche una vez por año, en el inicio de la primavera. Actualmente, el programa es distinto en cada país, por ejemplo en Sao Paulo la gente tiene la posibilidad de conocer un museo distinto cada día, ya que de manera alternada cierran más tarde la Pinacoteca, el Museo de la Lengua, entre otros, esta oferta siempre está relacionada con la industria cultural y turística de las grandes ciudades. En México desde el 2009 la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal inició el programa Noche de Museos, a través del cual convocó a los espacios museísticos y recintos culturales enclavados en el Centro Histórico de la Ciudad a participar. El programa inició con 18 museos. En el 2010 se designa a la Ciudad de México como Capital Iberoamericana de la Cultura, termino que originó la extensión del programa durante todo el año, para octubre de 2013 se habían atendido a más de 99 mil personas, es decir, un 3
El Derecho al Ocio se remonta a Lafargue, quien en 1880, publica y defiende su libro el “Derecho a la Pereza” desde mediados del siglo pasado cuando distintos autores y pensadores señalaron que era una realidad el acceso al ocio por parte de la clase popular, y no sólo por parte de una minoría ociosa, como podría pensarse en caso de los griegos. Esta nueva realidad es el resultado no sólo de un aumento de la disponibilidad de tiempo libre, sino también de un aumento de la capacidad de consumo de la población. LÁZARO, Y. e. (14 de 03 de 2012). El derecho al ocio: un derecho humano en ocasiones desconocido. Cátedra Ocio y Discapacidad .
promedio de once mil treinta y ocho por cada Noche de Museos (Secretaria de Cultura Gobierno del Distrito Federal , 2009). Este programa en noviembre cumplirá cinco años, contando ya con la participan más de setenta recintos ubicados a lo largo de toda la ciudad. También podemos hablar de los fines de semana, los días festivos y vacaciones, para los cuales en las ciudades se han creado diferentes actividades de esparcimiento. En el caso de las Zonas Arqueológicas del INAH, estás abren desde hace algunos años los 365 días, igual que los cines4, la música y el teatro. Sin embargo, ¿qué pasa con el tiempo de las personas que trabajan en estos espacios?, ¿será como en el libro escrito por Michael Ende, Momo, que nos están robando nuestro tiempo los hombres grises del consumismo? “Cada vez se volvía más nervioso e intranquilo, porque ocurría una cosa curiosa: de todo el tiempo que ahorraba, no le quedaba nunca nada. Desaparecía de modo misterioso y ya no estaba”(ENDE, 1987, p. 71). Resulta interesante observar que en la ciudad todo se vuelve cuantificable tal y como Simmel lo menciona, “ […] en las relaciones racionales el hombre es equiparable con los números, con un elemento, indiferente en sí mismo. Sólo los logros objetivamente medibles resultarán de interés” (SIMMEL, 2005, p. 3). Quizá por eso en la ciudad si no planeamos nuestro tiempo de ocio, si no nos regimos por el reloj y llegamos a un estadio, a un concierto o simplemente vamos al mandado, sentimos que hemos perdido nuestro tiempo. En este blog no llegamos a una conclusión, sólo sirve para reflexionar sobre el uso que existe del tiempo en la ciudad.
Bibliografía LÁZARO, Y. e. (14 de 03 de 2012). El derecho al ocio: un derecho humano en ocasiones desconocido . Cátedra Ocio y Discapacidad . LE GOFF, J. (1991). El orden de la memoria. El tiempo como imaginario. Barcelona, España: Paidós. Cinemex. (s.f.). Cinemex. Recuperado el 14 de 10 de 2014, de Cinemex: http://cinemex.com/cinema BLOCH, M. (1986). Formas de sentir y de pensar . En La sociedad feudal. Madrid, España: Ediciones Akal, S.A. ENDE, M. (1987). Momo, o la extraña historia de los ladrones de tiempo y de la niña que devolvió el tiempo a los hombres. México, México: Juvenil Alfaguara . 4 CineMá es un concepto creado por Cinemex, donde quieren consentir a las mamás y papás que han dejado de asistir al cine al convertirse en padres. Pueden asistir con tu bebé (no mayor a 2 años) en algunos cines. La sala se adecuan de la siguiente manera: El volumen se reduce al 50%., el aire acondicionado se mantiene bajo, la luz no se apaga por completo, contamos con servicio de dulcería a la sala, las proyecciones están programadas para la primera función de los jueves y domingos. Cinemex. (n.d.). Cinemex. Retrieved 14 de 10 de 2014 from Cinemex: http://cinemex.com/cinema
Secretaria de Cultura Gobierno del Distrito Federal . (2009). Noche de Museos . Recuperado el 14 de 10 de 2014, de Cultura DF: http://www.cultura.df.gob.mx/programas/patrimonio/5257-‐noche-‐de-‐ museos SIMMEL, G. (2005). La metrópolis y la vida mental. (G. (. Simmel, Productor, & Núm 4. Primavera. http://www.bifurcaciones.cl/004/reserva.htm) Recuperado el 1 de 10 de 2014, de Bifucaciones: http://www.bifurcaciones.cl/004/reserva.htm
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