“Y mandó retratarse el dicho Mango Inga y a sus armas en una peña grandísima para que fuese memoria…”

Una de las pocas crónicas que mencionan representaciones rupestres en forma puntual es la Nueva Corónica y Buen Gobierno de Felipe Guaman Poma de Ayala (1615). La referencia señala específicamente varios aspectos, como: la circunstancia, el lugar y el autor de la pictografía. Hay muy pocas que tienen este privilegio. Se refiere a la resistencia que hizo Manco Inca en Ollantaytambo, luego de su frustrado intento de tomar la ciudad del Cusco en 1536. Guaman Poma nos dice que el Inca mandó a hacer su “retrato” y la de “sus armas” en una peña que dominaba el acceso a esta llaqta, como un símbolo de su persona, así como, una expresión de “memoria”. La pictografía se puede apreciar hoy en día, pero: ¿qué nos puede decir la arqueología para corroborar la mención de Guaman Poma?, ¿Cómo podemos considerarla a la luz de los avances en el estudio del arte rupestre Inca?. (Publicado en: GUAMNA POMA DE AYALA, las travesías culturales. Mauro Mamani Macedo, editor. Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Pakarina ediciones. 2016: 151-166. Lima.)