Visiones y acercamientos magonistas al zapatismo: 1913-1917

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Descripción

Visiones y acercamientos magonistas al zapatismo: 1913-1917.




En el análisis respecto al proceso denominado Revolución Mexicana, debe
realizarse un tratamiento serio respecto a cada momento histórico,
buscando analizar con precisión cada uno de los diferentes fenómenos
particulares que lo formaron, así como las características sociales,
políticas, económicas y geográficas que los determinaron.
Teniendo en mente ese razonamiento, este ensayo pretende abordar y analizar
de manera general, con base en los documentos e historiografía propia del
tema, dos dinámicas que confluyeron en la formación y desarrollo del
complejo proceso revolucionario en México, el magonismo y el zapatismo, y
en particular las formas en que el primero buscó estudiar, acercarse e
influir en el movimiento zapatista, entre los años de 1913 y 1917. .
La delimitación temporal no es casual y responde al hecho de que en esa
etapa se distingue el más amplio y profundo desarrollo del trabajo
intelectual del movimiento magonista respecto al zapatismo, como se
pretende demostrar a lo largo de este trabajo.
Será importante además, dar cabida el análisis respecto algunos de los
principios o lineamientos ideológicos del mismo, así como su
posicionamiento respecto a otros movimientos en el interior del fenómeno de
la revolución mexicana, que pudieran dilucidar afinidades políticas con el
zapatismo.
Se incluirá además un breve análisis historiográfico, buscando dar cuenta,
en los estudios históricos seleccionados, de pistas respecto al origen e
intenciones del magonismo en su acercamiento al movimiento encabezado por
Emiliano Zapata.
Por ese motivo, el trabajo se estructurará partir de dos elementos:
análisis historiográfico del papel del magonismo en el proceso
revolucionario; el análisis de la posición del magonismo frente a otros
movimientos revolucionarios, y el estudio respecto a las razones y formas
del acercamiento del magonismo al zapatismo.
Tomando en cuenta los puntos expuestos, se busca responder a los siguientes
cuestionamientos, ¿Puede darse un lugar específico al papel del magonismo
en el proceso revolucionario?, ¿Por qué rechazó un acercamiento con otros
movimientos?, ¿Por qué el magonismo encontró en el zapatismo, un objeto de
análisis, y por qué, al mismo tiempo buscó acercarse políticamente a dicho
movimiento?, ¿Qué pretendía lograr al realizar tales análisis y
acercamientos?,


Análisis historiográfico y planteamiento de hipótesis.


En el intento por alcanzar una mejor explicación de la naturaleza,
desarrollo, dinámicas, continuidades y disrupciones del proceso
revolucionario de principios de siglo XX en México, existe una interesante
variedad de posibilidades de análisis, perspectivas y resultados.
Sobre ese punto en específico, Guerra señala: "existen numerosos balances
sobre la literatura de la revolución mexicana y sus criterios para
clasificarla varían por generaciones de estudiosos, por escuelas de
investigación, por perspectivas metodológicas empleadas y por disciplinas y
líneas ideológicas de los autores.[1]"
Fuera de aquellos trabajos cuya pretensión es relatar o caracterizar
elementos que se alejan de la búsqueda de una explicación histórica, el
análisis del fenómeno revolucionario se ha realizado a la luz de tres
diferentes interpretaciones:[2]: a) la primera generación[3], b) la segunda
generación[4] y, c) la interpretación revisionista[5].
Con las importantes diferencias y disputas existentes, hay un elemento que,
sin embargo, genera entre ellas un punto de convergencia -con los matices
que los diversos autores, en el interior de éstas, pueden proporcionarle-:
la concepción del magonismo como un elemento importante, crucial e incluso
precursor, ideológica o intelectualmente, del proceso revolucionario.
Luis Cabrera, autor representativo de la primera generación y que abrió una
veta de análisis desde una perspectiva liberal, otorga menor mérito al
papel del magonismo, aunque destaca su labor en el período previo a la
revolución, de la siguiente manera:

Entre los precursores intelectuales de la Revolución de 1910, es
costumbre listar a los escritores y periodistas que siempre se
mantuvieron en actitud de oposición contra el gobierno del general
Díaz, protestando contra su tiranía, aun en aquellos tiempos en que la
autoridad de él era indiscutible[…] Su mérito consistió en haber
mantenido ardiendo al fuero del antireeleccionismo, pero no
contribuyeron a preparar la revolución económica y social que en
seguida se desencadenó. Entre éstos podemos mencionar […] a los
hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón[6].

Para Silva Herzog, liberal integrante de la segunda generación, la
influencia del magonismo puede reconocerse no sólo en momentos anteriores
al estallamiento revolucionario de 1910, sino incluso, en la
materialización que, de una parte importante de su ideario político, se
estableció en la constitución del 17:

El autor de este libro puede asegurarlo, porque le consta
personalmente, que muchos de los jefes revolucionarios en la etapa
constitucionalista de la Revolución conocieron bien el Manifiesto y
Programa del Partido Liberal[7] y que, indudablemente, influyó en su
pensamiento. Esta influencia se ve con claridad en la Constitución de
1917, de manera particular en el articulo 123, que legisla en materia
de trabajo.[8]
[…]No debemos dejar de mencionar el largo manifiesto que Ricardo Flores
Magín dirigió al pueblo mexicano el 23 de septiembre (1911); porque en
dicho documento precisó sus ideas el famoso dirigente anarquista, y
porque esas ideas incluyeron en pequeños sectores revolucionarios,
entonces y mucho después.[9]

Refiriéndose al Partido Liberal, Adolfo Gilly, adscrito a la escuela
marxista y precursor de la corriente historiográfica revisionista, realiza
una crítica a la primera etapa del magonismo, tildándolo de "programa
nacionalista pequeño-burgués de desarrollo capitalista democrático del
país"[10], aunque describe después su conversión al anarquismo y el camino
tomado hacia la revolución social armada cuyo objetivo es la expropiación a
capitalistas y terratenientes.
En la evolución magonista hacia el anarquismo, así como su participación
ideológica y aliento en las huelgas obreras de Río Blanco (Veracruz, 1907)
y Cananea (Sonora, 1906), es donde Gilly percibe el impacto o influencia de
éste en la etapa precursora del proceso revolucionario: "La evolución de
Ricardo Flores Magón y su grupo del liberalismo al anarquismo socializante,
más que un caso personal, era un anuncio parcial de la maduración que se
producía en las profundidades sociales de las masas mexicanas.[11]"
Por su parte, Javier Garciadiego, cuyas obras sobre la Revolución Mexicana
también pueden contemplarse dentro de la historiografía del revisionismo,
reconoce el papel de Flores Magón y sus allegados en el proceso, señalando
que:

Es incuestionable su importancia histórica: dirigieron las críticas
más constnates y certeras al régimen porfirista y gracias a
Regeneración se concientizaron y politizaron muchos mexicanos; en sus
filas adquirieron experiencia varios líderes que luego destacarían en
la Revolución mexicana y su estancia en Estados Unidos sirvió para
minar el prestigio internacional de don Porfirio.[12]

Partiendo del orden de ideas previo, y en la búsqueda de explicar las
razones por las cuáles se ha analizado y entablado un diálogo con las
fuentes señaladas, se lanza la pregunta ¿Cuál es el objetivo en este
trabajo de recuperar el valor del magonismo en la producción
historiográfica referida a la revolución mexicana?
La respuesta se localiza en el objetivo de hallar, en estos estudios
históricos, el camino que permita dar cuenta de las razones por las cuales
el movimiento político magonista buscó entablar acercamientos e incidir en
el zapatismo.
Las fuentes revisadas coinciden en señalar el importante papel del
magonismo. Y, como se ha señalado, la existencia de diferencias entre unas
y otras, radican más claramente en el nivel de influencia o repercusión de
éste en el proceso revolucionario.
Que la teorías y prácticas magonistas –que mantuvieron su propio curso
evolutivo- ampliamente valoradas en los estudios históricos, no alcanzaran
un importante grado de impacto en el proceso revolucionario, no tuvieran
eco y soporte de otros grupos, e incluso que el propio movimiento fuera
incapaz de llevarlas a cabo, lleva a plantearnos como hipótesis fundamental
si en las reflexiones del magonismo y en la medición de sus propios
alcances, existió también la posibilidad de alcanzar la materialización de
éstas mediante otros movimientos políticos, como es el caso del zapatismo,
buscando influir ideológicamente y en la práctica política del mismo, al
mismo tiempo que intentaba expandir y acrecentar su muy disminuida fuerza.
Podríamos encontrar una veta que de entrada esa hipótesis, al otorgar
cierta validez al estudio histórico realizado por Douglas Day[13], en el
que se afirma que Flores Magón, al enterarse de la oportunidad que para él
representaba el encuentro[14] entre Francisco Villa y Emiliano Zapata en
Aguascalientes en 1914, habría reflexionado:

Supe que era hora de salir de mi escondrijo en los Estados Unidos, de
poner fin a mi periodismo clandestino y a mi rebelión –ridículamente
privada- contra Díaz y luego contra Madero y luego contra Huerta, y de
utilizar toda la influencia que pudiese tener para impedir aquella
rebatiña por el poder entre los generales rebeldes. Temía yo que,
ahora, nadie me tomara en serio: había estado ausente demasiado tiempo,
había hablado y prometido en exceso. Ya nadie creía en mi clase de
radicalismo. Ya nadie recordaba ni un atisbo de la visión de México que
yo había tratado de ofrece. Simplemente era yo el gordo e insensato
Ricardo Flores Magón, otro más de los que tienen ideas, un teórico, un
soñador y un hombre de asombrosa incompetencia cuando llegaba la hora
de dejar de hablar y empezar a luchar. En el mejor de los casos, era un
precursor de los verdaderos revolucionarios.[15]

Una vez expuesta la hipótesis producto de la revisión historiográfica, el
siguiente paso es realizar la búsqueda por confirmarla o desecharla a
partir del estudio de la postura magonista en el contexto revolucionario,
así como de las diferencias y afinidades políticas observadas por este
mismo respecto al zapatismo y otros movimientos revolucionarios.

Definición de magonismo.

La existencia del magonismo puede reconocerse entre los años 1893, año de
fundación del periódico El Demócrata, y 1954, año de la muerte de Enrique
Flores Magón.
Castañeda define el movimiento político magonista de la siguiente forma:
"se habla de magonismo por referencia a quien fue el alma de la Junta
Organizadora del Partido Liberal Mexicano y de Regeneración: Ricardo
Flores Magón; pero el movimiento fue la obra de él, de Enrique Flores
Magón, de Librado Rivera, Juan Sarabia, Práxedis Guerrero, Antonio I.
Villarreal y otros."[16]
Aunque es posible afirmar que el magonismo no se subsume a las actividades
de los hermanos Flores Magón, y específicamente a las de Ricardo, es cierto
que su producción literaria es la que permite un análisis más amplio del
proyecto y práctica política del movimiento.
A lo largo de su historia y mediante diferentes mecanismos de comunicación
que le permitieron hacerlo, el magonismo dio conocer su postura respecto a
una importante cantidad de temas de índole social y política. Publicaciones
como el Demócrata, Regeneración, Revolución y el Hijo del Ahuizote, son
algunos ejemplos.
El desarrollo intelectual más amplio del movimiento político magonista
puede localizarse a partir del 7 de agosto de 1900, fecha de publicación
del primer ejemplar de Regeneración, el periódico que, entre ese año y
1906, y posteriormente entre 1910 y 1918, sirvió de plataforma y "arma
política principal"[17] para dar a conocer el posicionamiento ideológico
del movimiento, dando voz a algunos de los más destacados personajes que le
dieron forma y contenido.
Entre los autores magonistas el proceso revolucionario[18] iniciado en
1910, y los diferentes movimientos políticos en su interior, tuvieron quizá
el papel más relevante como objetivos de su análisis y crítica.
Es coherente ahora, de acuerdo a la hipótesis establecida anteriormente,
señalar las causas ideológicas por las cuáles, desde un primer momento, el
magonismo se decantó por el zapatismo, de entre otras posibilidades en el
interior del proceso revolucionario, recordando además que análisis de la
ubicación del magonismo en el proceso revolucionario, tiene como punto de
partida el papel que este desempeñaba entre las diferentes fuerzas en el
interior de éste, permitiendo así reconocer los puntos generales de su
doctrina y su posicionamiento respecto a otras.

El magonismo frente a otros movimientos revolucionarios

En tanto movimientos políticos, el maderismo, el villismo y el carrancismo
fueron blanco de los más fuertes calificativos por parte del magonismo, lo
que demostraba, en general, el intento por establecerse como una posición
distinta e incluso contrapuesta a ellos.
La causa maderista fue la que provocó una mayor producción en la literatura
magonista, siendo continuamente atacada y subestimada por ésta, posición
que fue hecha pública prácticamente desde antes del estallamiento
revolucionario, y que descartó a lo largo del proceso la posibilidad de
generar vínculos ideológicos y materiales entre ambas.
Lo anterior puede localizarse en el siguiente fragmento, en el que es
posible encontrar también algunos trazos generales del contenido ideológico
del magonismo:

La Junta (Organizadora del Partido Liberal Mexicano) no ha celebrado
pacto alguno o alianza con los partidarios de Madero, porque el
programa del Partido Liberal es distinto del programa del partido
reeleccionista. El Partido Liberal quiere libertad política, libertad
económica por medio de la entrega al pueblo de las tierras que detentan
los grandes terratenientes, el alza de los salarios y la disminución de
las horas de trabajo […] El partido anti-reeleccionista sólo quiere
libertad política, dejando que los acaparadores de tierras conserven
sus vastas propiedades, que los trabajadores sigan siendo las mismas
bestias de carga y que los frailes continúen embruteciendo a las masas.
[…] Por cuestión de principios, el Partido Liberal no puede estar de
acuerdo con el maderismo.[19]

A diferencia del maderismo, frente al cual el magonismo mantuvo una dura
posición prácticamente sin variaciones, el movimiento encabezado por
Francisco Villa no recibió un tratamiento tan extensivo, aunque sí
enfrento, al igual que el primero, severas críticas por parte del
magonismo, que no dudó en tildar al duranguense de bandido y sanguinario:
"[…]Villa es un perro de la burguesía y fusila al proletariado que toma una
pieza de pan para mitigar al hambre[…], es un bandido, porque cuida los
intereses de la burguesía."[20]
Además, Magón no dudo en comparar repetida y sistemáticamente a Villa con
Carranza, y trató los conflictos entre los movimientos que ambos
encabezaban como acontecimientos que favorecían a la "verdadera"
revolución, encabezada por los preceptos del Partido Liberal:

Carranza y Villa unidos, eran un obstáculo puesto al paso de la
verdadera revolución […] Si la ruptura entre los dos ambiciosos es
definitiva, la revolución dará un gran paso, pues el formidable
ejército constitucionalista se hará mil pedazos y los combatientes del
Partido Liberal mexicano verán engrosar sus filas con hombres
dispuestos ahora a arrancar la vida a todo aquel que pretenda ser
jefe.[21]

Debe recordarse, sin embargo, que la postura respecto al villismo, tuvo
cambios importantes alrededor de 1916, tras la ruptura total de ésta con el
carrancismo, lo que le valió algunas consideraciones y matices por parte
del magonismo: "Villa, en el norte, ya no es la espina clavada en un
costado carrancista: es una masa que resquebraja el cráneo de la demente
camarilla que soñó sustituir en sus rapiñas a aquel puñado de bandidos
inteligentes y crueles que se llamaron los científicos."[22]
En ese panorama, y una vez marcadas con claridad las fuertes diferencias
hacia las otras principales corrientes revolucionarias, la pregunta que
salta a la vista es: ¿por qué y para qué elegir al zapatismo?
En el número de Regeneración fechado el día 2 de octubre de 1915, Flores
Magón relata el encuentro que sostuvieron, en febrero de 1913, el enviado
por parte de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano y Emiliano
Zapata, para dar cuenta de la situación existente en los territorios
ocupados por el Ejército Libertador de Sur, como parte de una gira que
buscaba recorrer dieciséis estados: "La visita del compañero Araujo, el
luchador suriano, ha servido para fortalecer los lazos de unión que siempre
han existido entre el movimiento del sur y el Partido Liberal Mexicano, así
como para precisar y robustecer los puntos de contacto de las dos
tendencias."[23]
Tales conferencias -como son descritas por el propio Flores Magón- serían
la pauta del acercamiento magonista al zapatismo utilizando mediante el
periódico Regeneración, y, la influencia que, con la integración de
militantes magonistas en diferentes momentos, se llevaría a cabo a lo largo
de esa etapa. Eso se describirá a continuación.

El magonismo y el acercamientos al zapatismo: Antecedentes

En el zapatismo el movimiento magonista encontró, al parecer, puntos
ideológicos de convergencia que dieron como resultado la producción de
importantes artículos con referencia a éste en el periódico Regeneración,
que habrían de profundizarse a través de cartas, visitas de representantes
magonistas al estado de Morelos e incluso, adhesiones por parte de sus
militantes.
James D. Cockcroft, afirma que "desde el principio, el PLM hizo presión
sobre otro grupos revolucionarios para que asumiera una posición más a la
izquierda, a favor de los obreros y de los campesinos"[24], lo que
permitiría sugerir además, que el zapatismo formó parte de tales grupos
revolucionarios que se vieron influenciados o presionados por el
magonismo[25].
La cuarta época del periódico Regeneración se publicó entre 1910 y 1918,
sin embargo, entre 1912 y 1914, habría de enfrentar una falta de
continuidad debido al apresamiento de algunos de sus principales
redactores, es quizá por esa razón que tanto las actividades como los
artículos del magonismo respecto al zapatista, comenzaran una mayor
profundidad e intensidad en el año de 1913, durante el gobierno de
Victoriano Huerta.
Esto no quiere decir que no existieran tratamientos al movimiento zapatista
en Regeneración en los años 1911 y 1912, aunque no pueden interpretarse
como formas de acercamiento, sino de descripciones o referencias al mismo.

Así lo demuestran diferentes artículos fechados en ese período, entre los
que encuentran los publicados en las secciones en español, inglés e
italiano del periódico, bajo los títulos de Zapata controls 3 states after
figh[26]t (Zapata controla 3 estados después de pelear), en octubre de
1911; Zapata y sus compañeros, en noviembre[27] y diciembre[28] del 1911 y
en marzo[29] de 1912; así como Plutocracy´s Victim[30] (Victima de la
Plutocracia) y Zapata as Viewed by "Collier´s" and "Time´s" (Como se ve a
Zapata en Colliers y Times), en marzo de 1912; entre otros.
Sin embargo, y como se señalaba anteriormente, el año de 1913 representaría
el comienzo del contacto a profundidad entre el magonismo y el zapatismo,
primero con la visita de José Guerra y Jesús María Rangel a territorio
zapatista y después con la publicación en Regeneración del encabezado Las
Fuerzas de Zapata al Sur de la Capital Causan Insomnios al Bandidaje, que
incluía una reseña del avance zapatista hacia la ciudad de México y la
exigencia de renuncia de Zapata a Huerta.[31]
A partir de ese momento, el magonismo profundizaría en cuanto a simpatías y
afinidades en términos ideológicos, así como en la pretensión de alcanzar
acuerdos y acercamientos con el zapatismo, y la ruptura con el resto.
El año de 1914 representa el de mayor intensidad en la relación entre ambos
movimientos, debido a diferentes factores. El primero de ellos es el inicio
del arribo a territorio zapatista de intelectuales magonistas o vinculados
en el origen del Partido Liberal Mexicano como Rafael Pérez Taylor, Antonio
Díaz Soto y Gama, Ángel Barrios, Miguel Mendoza López y, Jesús Hernández,
entre otros, algunos de los cuales ocuparon lugares importantes en los
ámbitos de operación política, desarrollo ideológico y estrategia militar
del zapatismo.[32]
El segundo factor, en junio de 1914, fue el análisis en Regeneración del
intento de Huerta por negociar la paz con el zapatismo y de la respuesta
negativa de éste a entablar cualquier contacto con el régimen huertista.

Huerta, buscando la manera de embaucar a los revolucionarios con
promesas más o menos halagüeñas, para que depongas sus armas, ha tomado
nuevamente el sistema de enviar comisionados de paz. Naturalmente, a
nuestro amigo Zapata, ya no le manda más comisiones de paz, pues sabe
que este revolucionario que hasta la fecha ha probado varias veces ser
un hombre de excepcional honradez y fiel a sus hermanos los peones,
colgaría justamente a los zaragates políticos que fuesen en dicha
comisión.

El tercero y último de ellos, que puede ubicarse como el punto de quiebre
en las aspiraciones y potencialidades del magonismo como fuerza dentro de
la dinámica del proceso revolucionario, es la postura tomada por el
magonismo respecto al fortalecimiento del rumor del posible encuentro entre
Zapata y Villa, previo a la organización de la Convención de
Aguascalientes y tras la ruptura del segundo con Carranza.
Ese episodio habría de significar una fuerte sorpresa para Flores Magón,
que no dudo en hacer una completa distinción entre los movimientos
encabezados por ambos personajes.

Tal rumor encierra un absurdo. Nosotros conocemos la sinceridad de
Emiliano Zapata como revolucionario. Zapata practica la expropiación en
beneficio de todos […] Zapata comprende que la toma de posesión de la
tierra por parte de los trabajadores para trabajarla sin amos, es la
base FIRE sobre la cual tiene que descansar la libertad de los
proletarios y consecuente con sus idea, no se opone a que los
habitantes de las regiones en que operan sus fuerzas, se apoderen de la
tierra y la trabajen para ellos mismos […] Hablar de uniones entre
Villa y Zapata es absurdo

Al calificar al villismo de fuerza burguesa y a Villa como encarnación de
los afanes personalistas, los magonistas realizan un calculo político
equivocado y "cometen un error de apreciación política que resulta
definitivo"[33], despreciando la posible reunión y subestimando el valor de
ésta en la formación de una unión que pudiera fortalecer la tendencia
social de la revolución mexicana, en la que hubieran podido encontrar un
importante espacio.
Aunque esto no implica per se la crisis y fractura del magonismo, abre la
pauta a cuestionarse el origen de esas posturas, ¿era un reflejo del
incansable dogmatismo de este movimiento, la coherencia ideológica con sus
principios radicales, o la falta de perspectiva política en el dinamismo
propio de ese contexto preciso en la revolución?
Como lo señala Bartra, "a partir de este momento la verdadera correlación
de fuerzas se le escapa a la estrategia magonista"[34], equivocándose al
apostar por completo a grupo cercanos al partido liberal y a la corriente
zapatista, pese a que ambos se encontraban, para la coyuntura de finales de
1915 y principios de 1916, dispersas, mermadas y combatidas en diferentes
frentes.
Si la intención del magonismo era apoyarse o consolidar una base material e
ideológica en el zapatismo (que habría calculado mediante las visitas
realizadas por magonistas a territorio zapatista y por el flujo de
información proveniente del centro y sur del país), podría considerarse que
lo hizo a partir de una evaluación o "calculo político" errado, pues al
sobredimensionar los alcances del movimiento encabezado por Zapata, parecía
incapaz de comprender cabalmente que las características en el contexto
posterior a la Convención de Aguascalientes, entre las que se encontraban
"las debilidades políticas de la revolución campesina, su incapacidad de
valorar en toda su importancia la necesidad de un programa de revoluciones
proletarias y el papel decisivo de en una alianza obrero-campesina, la
incapacidad de Zapata y Villa para tomar en sus manos la instrumentación de
las decisiones políticas y su entrega del poder de los pequeños burgueses
vacilantes de la Convención[35]"; colocaban al zapatismo en una posición
sumamente inestable y débil en el proceso revolucionario, más fuertemente
sostenido y protagonizado por el propio constitucionalismo carrancista.
Lo anterior nos permite considerar que el intento magonista por recuperar
la amplia repercusión alcanzada en los años previos al estallido
revolucionario de 1910, mediante el acercamiento e influencia con al
zapatismo, se va a la deriva al iniciar la fase de declive zapatista y el
avance carrancista a partir de 1915, proceso que puede ser explicado
también de la siguiente manera: "lo cierto es que el zapatismo no pudo
incorporar a los grupos campesinos en los estados vecinos ni se interesó
por establecer una alianza con el proletariado del centro del país […] A
finales de 1915 el triunfo constitucionalista era incuestionable: había
derrotado al villismo en todos los frentes y arrebatado a los zapatistas la
ciudad de México."[36]
Sometido el zapatismo, el movimiento encabezado por Flores Magón perdió
prácticamente cualquier vínculo con el proceso revolucionario, llevándolo a
cambiar drásticamente su enfoque y dirección, retomando la perspectiva
internacionalista que lo caracterizaba: "Los artículos de Regeneración en
1917 cambian su centro de atención y se ocupan fundamentalmente de la lucha
de clases a escala mundial. La revolución en México se encuadra claramente
durante este año dentro del panorama internacional; los objetivos que los
magonistas promovieron para México se alejan de (su) perspectiva
inmediata."[37]
Por supuesto, el acercamiento con el zapatismo no daría marcha atrás, e
incluso, habría de consolidarse en los siguientes años, con la publicación
de los representativos textos Contra el zapatismo[38] de octubre de 1915,
que incluye un análisis del Plan de Ayala y de los manifiestos zapatistas
de marzo de 1913 y agosto de 1914; y Carranza se despoja de la piel de
oveja[39] de 1916, en el que el magonismo hace un llamado a los obreros a
apoyar la lucha campesina del zapatismo, que puede interpretarse como una
señal de indefinición táctica, y al mismo tiempo, de viraje desesperado
ante la casi nula respuesta por parte de ese sector y la inmovilidad del
propio movimiento magonista.
En 1917, días antes de la promulgación de la Constitución mexicana, Antonio
Soto y Gama había de publicar en Regeneración el último de los análisis
dedicados al zapatismo, en lo que podría considerarse la reivindicación
final del mismo por parte de movimiento magonista:

El pueblo vio claro. Era lo que esperaba desde hacía siglos, lo que en
un momento le ofreció el cura Hidalgo, lo que no cumplió la
independencia, ni realizó la reforma, lo que antes y después han
olvidado todos los gobernantes. Lo que él necesita era la tierra para
sí, la tierra libre, sin capataces y sin amos. Y al ver que quien la
prometía era uno de los suyos, un Zapata, un postergado, un rebelde, un
campesino, el pueblo tuvo fe y la insurreccionó gallardamente […] Por
eso el pueblo ama y defiende el Plan de Ayala; y por eso marcha, sereno
y firme, sin que nadie lo detenga, en la dirección que le marcan su
misión de revolucionario y su deber de hombre libre.[40]





















Conclusiones:

En diferentes estudios históricos dedicados al análisis sobre la Revolución
Mexicana, es posible encontrar evidencia del incuestionable papel,
influencia o repercusión del movimiento político magonista, que surgió y se
desarrolló principalmente en las primeras dos décadas del siglo XX.
Dicha influencia, sin embargo, puede localizarse con mayor precisión, en
dos diferentes momentos: la etapa previa al estallamiento del proceso
revolucionario en 1910, y el período correspondiente a los años 1913 a
1917, en el que el magonismo se posicionó claramente frente a otros
movimientos participantes de la revolución: el maderismo, el villismo, el
carrancismo y el zapatismo.
En este trabajo se desarrolló con mayor amplitud el análisis respecto al
segundo período, una vez que el magonismo habría pronunciado su postura
respecto a otras corrientes o movimientos revolucionarios, decántadonse por
el zapatismo y realizando una serie de acercamientos hacia éste, buscando
influir política e ideológicamente en el mismo, al mismo tiempo que se
planteaba así la posibilidad de recuperar el importante rol desempeñado
años antes.
Respecto a los otros movimientos, debe contemplarse que buena parte de las
acciones emprendidas por la corriente magonista, estuvieron directamente
relacionados con lo que el resto hicieron o dejaron de hacer, por lo que no
puede descartarse la posibilidad de que el magonismo tuviera una posición
tan crítica y violenta contra el maderismo, el carrancismo y una buena
parte del proceso villista, más que como una estrategia perfectamente
definida, como una posible reacción a la postura tomada por éstos hacia el
radicalismo magonista.
Tal es el caso del maderismo, que fue partícipe del financiamiento recibido
por el PLM en momentos previos a 1910 y que le restaron dicho apoyo tras
la evolución política y radicalización del magonismo: "Los liberales
moderados como Francisco I. Madero, que había contribuido a los fondos del
PLM, deploraban su viraje hacia la izquierda, su sectarios y su inclinación
por la revuelta armada"[41]

Aunado a lo anterior, debe recordarse el importante desgaste experimentado
por el magonismo a lo largo de su historia, le hizo llegar a la coyuntura
del período 1913-1917 con una merma muy importante en cuanto a capacidad de
movilización, negociación y aportación a otros movimientos. Refiriéndose a
ese etapa, Knight señala: "la represión al PLM hizo que esta agrupación
dejara de ser una alianza potencial y extensa de liberales para convertirse
en una minoría radical, cada vez más izquierdista tanto en pensamiento como
en práctica revolucionaria; consideración que le privó de apoyo y
simpatías."

Aunque sería labor de otro trabajo analizar las características,
condiciones y evolución histórica del zapatismo[42], podría afirmarse que
el análisis realizado por el magonismo respecto al movimiento zapatista, y
que sirvió como guía acercarse a éste, partió de un visión idealizada y
parcial del mismo, producto de las visitas hechas por algunos de sus
integrantes a la regiones en las que la revolución zapatista tuvo una
importante presencia

Lo anterior permite considerar que las visiones y acercamientos magonistas
al zapatismo, tuvieron como origen la cercanía ideológica con sus propios
principios radicales, además del intento por materializar su ideología en
una plataforma consolidada como era el movimiento encabezado por Emiliano
Zapata, de la que quizá el magonismo había creado falsas expectativas o
cálculos, y que al iniciar un proceso de declive a finales de 1915, generó
también el fracaso casi total del magonismo en su pretensión de retomar su
participación activa en el proceso revolucionario.


















Fuentes Primarias


Archivo Electrónico Flores Magón.
Secciones: Periódicos Regeneración, Obras Completas y Correspondencia (1899-
1922). Escuela Nacional de Antropología e Historia. www. archivomagon. net


Bibliografía


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[1] Guerra, Pensar, 2006, p. 52
[2] Guerra las ha construido a partir de la combinación de dos criterios:
el generacional y el de las filiaciones teóricas del autor, pues de esta
manera se presentan algunas ventajas: "Primero, es posible observar con
mayor claridad cuáles han sido los temas, problemas y proyecciones
valorativas que han marcado a cada una de las rondas de estudiosos;
segundo, permite dilucidar cuáles han sido los modelos o escuelas de de
interpretación que han coexistido tanto en el interior de cada generación
como de manera transgeneracional. Véase Ibíd., p. 52
[3] A la primera generación pertenecen autores que son ensayistas o
historiadores amateurs que carecen de investigación empírica, cercanos
temporal y políticamente al proceso revolucionario, por lo que "la mayoría
de ellos no podía eludir el compromiso político y les era muy difícil
construir explicaciones distancias, más objetivas." Entre ellos destacan:
Manuel Gamio, Manuel Gómez Morín, Luis Cabrera y Frank Tennenbaum. Véase
Ibíd., p. 53-61
[4] La segunda generación está caracterizada por dos tipos de autores:
aquellos que realizaron investigaciones entres los años cincuenta y
sesenta, con un sólido soporte de investigación documental en archivos y
fuentes secundarias. Sus estudios reflejan, la visión optimista del régimen
que imperó hasta la década de los sesenta, que sostenía que la revolución y
su posterior institucionalización, estaban triunfando y consolidándose,
llevando a "una versión prácticamente unánime sobre la explicación del
proceso revolucionario. A esta grupo pertenecen también, por su
temporalidad, las obras de Jesús Silva Herzog y Daniel Cosío Villegas,
Pablo Gónzalez Casanova y Raymond Vernon, quienes plantean una visión
pesimista de la revolución, decretando su "crisis" o "muerte" y colocándose
en una posición más cercana a la siguiente generación. Véase Ibíd, pp. 72-
73
[5] La historiografía revisionista aglutina a los autores que se habían
mostrado escépticos a la visión monolítica de la revolución, así como de
los resultados producto de su institucionalización, llevándolos a
cuestionar tanto el origen como el desarrollo y dinámicas en el interior de
la misma, dando entrada a dos preguntas fundamental mediante las cuales se
articuló su programa de investigación: qué era la revolución y que había
logrado. Los trabajos de Adolfo Gilly, John Womack, Luis González, Alan
Knight, Javier Garciadiego, Jean Meyer, entre otros, son representativos
de la misma. Véase Ibid, p. 73
[6] Cabrera, Balance. 1931. pp. 250-251
[7] De los que los hermanos Flores Magón y otros personajes integrantes del
magonismo, que se analizarán posteriormente, fueron autores miembros
fundadores, respectivamente.
[8] Silva, Breve, 1960, p 69
[9] Ibíd., p. 228
[10] Gilly, Revolución, 1975, p. 43
[11] Ibíd., p. 44
[12] Garciadiego, "Revolución", pp. 228-229
[13] Los cuadernos de la cárcel de Ricardo Flores Magón, es un libro cuya
lectura y análisis debe realizarse sin perder de vista el propio objetivo
del autor: recrear con la mayor precisión la vida del intelectual
oaxaqueño, incurriendo en ciertas autorizaciones producto de la ficción y
la creatividad del autor del mismo.
[14] Reunión que, debe señalarse, no era del agrado de Magón, como se
revisará posteriormente.
[15] Day, Cuadernos, 1991, p.17
[16] Castañeda, Revolución, 1989, p. 167
[17] "Regeneración no era simplemente un órgano periodístico en el que se
expresaba el pensamiento magonista, por el contrario, el hecho de que el
magonismo tuviera arma política un periódico como Regeneración es un rasgo
esencial que define a esa corriente. El magonismo no utilizó Regeneración:
Regeneración era el magonismo". Bartra, Regeneración, 1972, p. 15
[18] En un documento denominado "Revolución" -redactado veinticuatro horas
antes del estallamiento revolucionario- Flores Magón no escatimó en señalar
la necesidad de dar inicio al proceso siempre y cuando se hiciera bajo los
principios ideológicos del liberalismo radical que propugnaba, al mismo
tiempo que se oponía y descalificaba el posicionamiento antireeleccionista
de Madero: "Ahora, ¡a luchar! La Revolución, incontenible, avasalladora no
tarda en llegar. Si queréis ser libres de veras, agrupaos bajo las banderas
libertarias libertarias del Partido Liberal; pero si queréis solamente
daros el extraño placer de derramar sangre y derramar la vuestra jugando a
los soldados, agrupaos bajo otras banderas, las antireeleccionistas por
ejemplo, que después de que ´jugueis a los soldados, os pondrán nuevamente
el yugo patronal y el yugo gubernamental; pero, eso sí, os habréis dado el
gustazo de cambiar el viejo Presidente, que ya os chocaba, por otro
flamante, acabadito de hacer." Flores Magón, "Revolución", Regeneración, 19
de noviembre de 1910
[19] Flores Magón, "Madero y los liberales", Regeneración, 16 de noviembre
de 1910
[20] Flores Magón, "Zapata y Villa", Regeneración , 11 de julio de 1914
[21] Flores Magón, "El Caos", Regeneración, 27 de julio de 1914 p. 339
[22] Flores Magón, "La Agonía", Regeneración, 25 de noviembre de 1916
[23] Flores Magón, "La muerte del sistema burgués", Regeneración, 2 de
octubre de 1915.
[24] Cockcroft, Precursores, 1988 p. 173
[25] El mismo autor señala respecto a la influencia del magonismo en la
Revolución mexicana: "por su actitud ideológica y revolucionario, sirvió
como una fuerza constante para radicalizar los acontecimientos, es decir,
dirigiendo a la Revolución a la izquierda". Ibíd., p. 174
[26] "Reportes completos de la batalla de Axchiapan indicaron que las
fuerzas de Zapata controlan por completo tres estados del sur de México […]
El General Huerta fue llamado a esta ciudad (México) por Madero, dando por
resultado que las (tropas) federales se encuentren prácticamente sin
líder". Caminita, Ludovico, "El movimiento de Zapata y sus compañeros",
Regeneración (versión italiana), 14 de octubre 1911.
[27] "El movimiento agrario del sur de México continúa extendiendo su radio
de acción. Algunas avanzadas de Zapata han sido vistas hasta en terrenos
del Estado de Hidalgo" Flores Magón, "Zapata y sus compañeros".
Regeneración, 25 de noviembre de 1911
[28] "En esta semana no ha disminuido la actividad entre estos rebeldes,
quienes han continuado operando principalmente en los Estados de Morelos,
Puebla y Guerrero, según he podido ver a pesar de que ya es sumamente
difícil distinguir cuáles bajo la dirección de Zapata y cuáles bajo la de
otros nuevos directores." Flores Magón, "Zapata y sus compañeros",
Regeneración, 2 de diciembre de 1911
[29] "Como en las semanas anteriores, el movimiento de estos aguerridos
luchadores continúa fortaleciéndose, a pesar de que en el sólo Estado de
Morelos y bajo las órdenes directas de Weyler Juvencio Robles hay más de
12,500 esbirros de las tres armas y de todos pelajes y colores." Flores
Magón, "Zapata y sus compañeros", Regeneración, 2 de marzo de 1912.
[30] "Zapata es un producto de la regla de opresión de Díaz. Él fue una de
las victimas de la tiranía que afectó a buena parte de la personas de las
clases bajas a lo largo del país durante el régimen de Díaz" Flores Magón,
"Plutocracy´s Victim", Regeneración, 2 de marzo de 1912. Traducción del
autor.
[31] "Emiliano Zapata que a las puertas de México se encuentra con 20,000
hombres, ha demandado la rendición del gobierno de Huerta. Las fuerzas de
Zapata, sólo se encuentras a 15 millas de la capital […] Dados estos último
triunfos de las fuerzas revolucionarias del centro y sur de México,
Carranza y el fracasado Félix Díaz dicen estar obrando de acuerdo al Plan
de Ayala, con el propósito de engañar borregos. Flores Magón, "Zapata
demanda la rendición de Huerta". Regeneración, 27 de diciembre de 1913
[32] Los de Ángel Barrios y Antonio Díaz Soto y Gama, son quizá los ejemplo
más representativos del proceso de inserción del magonismo en el zapatismo.
Barrios participó en el movimiento magonista desde 1901, se declaró
antireeleccionista y fue nombrado jefe local de la campaña de Madero en
Oaxaca en 1906, fue encarcelado en 1911 por colaborar en la lucha armada
contra el gobierno de Díaz en 1911 y se incorporó al zapatismo en 1913,
tras su salida de la cárcel. Sus habilidades políticas, militares y de
información lo llevaron a convertirse pronto en "el vínculo más importante
entre Zapata y la capital mexicana. En 1914 fue nombrado delegado zapatista
en la Convención de Aguascalientes y alcanzó el grado de general en el
Ejército Libertador del Sur. A él se le adjudica el análisis y
posicionamiento zapatista respecto a Carranza.
Soto y Gama fue fundador y participante del Partido Liberal Mexicano.
Estuvo dos veces encarcelado por su participación en contra del gobierno de
Díaz. Ingresó a filas zapatistas a finales de 1913 y fue vicepresidente
de esa delegación en la Convención de Aguascalientes. Pronunciando el que
se considera uno de los discursos más controvertidos de la misma, en el que
se negó además a sellar el pacto convencionista firmando la bandera
mexicana. Logró la inclusión de los postulados del Plan de Ayala entre sus
resolutivos de la convención. Obtuvo el grado de coronel en el Ejército
Libertador del Sur. Entre 1920 y 1928 fue diputado al Congreso de la Unión,
teniendo una importante influencia en las políticas agrarias de Álvaro
Obregón. Véase Pineda, Revolución, 2005 pp. 255-271
[33] Bartra, Regeneración, 1972, p. 321
[34] Ibíd., p. 321
[35] Ibíd., p. 321
[36] Garciadiego, "Revolución", 2008, p. 248
[37] Bartra, Regeneración, 1972, p. 411
[38] El texto incluye una comparación entre las posturas de Carranza y
Zapata: "Carranza tiene empeño en desprestigiar a Zapata. Carranza no ha
podido llevar a cabo un movimiento expropiador como Zapata lo ha hecho, y
no cuenta, por lo mismo, con la simpatía popular que es la fuerza del
luchador suriano. Ambicioso y malvado, Carranza tiene que recurrir a sus
artimañas de felón para desprestigiar a sus enemigo, y como tiene dinero no
falta individuo que le sirva". Flores Magón, "Contra el zapatismo"
Regeneración, 23 de octubre de 1915
[39] Obreros de las ciudades: expiáis en estos momentos una falta que
falsos amigos os hicieron cometer: la de desligaros de la acción de
vuestros hermanos los obreros de los campos […] Volved sobre nuestros
pasos, hermanos descarriados. Haced vuestro el Manifiesto de 23 de
septiembre de 1911, expedido por la Junta Organizadora del Partido Liberal
mexicano, y únicos a vuestros hermanos los trabajadores de los campos,
poned fin al sistema capitalista, cortad de raíz el mal, luchad contra todo
gobierno y toda explotación del hombre por el hombre, y fundad, por último,
la sociedad de los iguales y de los hermanos, compuesta de una sola clase:
la de los productores. Flores Magón, "Carranza se despoja de la piel de
oveja y enseña los colmillos", Regeneración, 26 de agosto de 1916.
[40] Díaz Soto y Gama, "La revolución agraria", Regeneración, 6 de octubre
de 1917
[41] Knight, Revolución, 1996, p. 73
[42] El trabajo realizado por Ávila permite dar cuenta con mayor amplitud
de las peculiaridades incluidas en el movimiento zapatista (contenido,
participantes, tensiones y conflictos internos y externos, etc.), de las
que, evidentemente el magonismo no tuvo noticia para hacer un examen más
preciso de este movimiento. Véase, Avila, El zapatismo, orígenes y
peculiaridades de una rebelión campesina .

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Mora Pavón Alfredo Historia de México II
Trabajo Final Dra. Fausta Gantús
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