Visión Colombia II Centenario 2012 - Visiones regionales Capítulo Caribe

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Descripción

VISIONES REGIONALES

CAPÍTULO CARIBE

Documento elaborado por

Fundación Universidad del Norte Barranquilla

Universidad del Norte

Directora General DNP Carolina Rentería Rodríguez Subdirector General DNP Andrés Escobar Arango Coordinación General Visión 2019 Martha Delgado Barrera Grupo de Coordinación y Socialización Visión 2019 Martha Isabel Rincón García Alejandro Moreno López Diseño de carátula y pauta de diagramación Miguel Fernando Otálora Cascante Impresión Imprenta Nacional de Colombia © Departamento Nacional de Planeación, 2007

ISBN: 978-958-8340-28-9 www.dnp.gov.co

Rector Jesús Ferro Bayona Vicerrector académico Alberto Roa Varelo Coordinador Roberto González Arana Editor Alberto Martínez Monterrosa Coordinación editorial Zoila Sotomayor O.

Investigadores participantes José Amar Amar Javier Páez Saavedra Hernando Baquero Latorre Amelia Escudero de Fonseca Alexandra García Iragorri Manuel Alvarado Ortega Víctor Cantillo Maza Juan Carlos Vélez José Soto Ortiz Lesmes Corredor Martínez Luis Narváez Ricardo Jairo Parada Corrales Raimundo Abello Llanos Juan Carlos Miranda Morales Roberto González Arana Alberto Martínez Monterrosa Lácides Ripoll Guillermo Márquez Ferro Elisama Dugarte

III

Prólogo

Por iniciativa del señor presiente de la República, desde el año 2004, el Departamento Nacional de Planeación ha asumido la responsabilidad de desarrollar y concertar una visión de país para el año 2019, cuando se conmemoran dos siglos de vida política independiente. Producto de ese esfuerzo es el documento Visión Colombia II Centenario: 2019. Propuesta para discusión, presentado por el Gobierno Nacional ante la opinión pública, el 7 de agosto del 2005, como punto de partida para construir, a través del diálogo entre todos los estamentos de la sociedad, una visión compartida de país y hacerla un propósito nacional. Desde entonces, se ha adelantado un amplio e incluyente proceso de socialización que busca definir un norte para coordinar la acción del Estado hacia el mejoramiento de las condiciones económicas y sociales de todos los colombianos, a partir del consenso entre el Gobierno central, las regiones, la academia, los gremios, los sectores sociales y los ciudadanos. En la consolidación de esta visión de futuro las regiones juegan un papel fundamental. Colombia es la suma de sus regiones y es en éstas en donde se concre-

tan y ejecutan los planes, programas y proyectos que harán realidad la visión de país. Desde un comienzo el Gobierno nacional lo ha entendido así, por ello ha invitado a las regiones a vincularse activamente a este proceso, mediante la discusión y el debate de la propuesta gubernamental y la formulación de sus propias visiones de largo plazo. La respuesta a esta invitación son las Visiones Regionales 2019, las cuales recogen los esfuerzos de diversas regiones y departamentos por elaborar una propuesta de desarrollo integral de mediano y largo plazo, a partir de su situación actual, sus posibilidades y sus expectativas, de acuerdo con los lineamientos generales esbozados en la Visión Colombia II Centenario. El Departamento Nacional de Planeación presenta estos documentos como un aporte, desde la perspectiva territorial, al proceso de discusión y socialización en torno a la búsqueda de un ideal compartido de país que guíe la acción del Estado durante los próximos años, para hacerlo realidad en el bicentenario de nuestra independencia.

Carolina Rentería Rodríguez Directora General del DNP



Presentación

A finales del año pasado [2005], la Universidad del Norte recibió el encargo del señor Presidente de la República, Alvaro Uribe Vélez, de elaborar el “anexo Caribe” del documento Visión Colombia II Centenario: 2019. Para entonces, mu­chas voces regionales se alzaban contra la propuesta de de­sarrollo, que si bien valoraban principalmente por su ho­­rizonte de largo plazo, ubicaban en una perspectiva cen­­tralista. De hecho, el anuncio del Jefe del Estado se hi­zo en un foro que, a instancias de nuestra Universidad, fue convocado justamente para escuchar los análisis de diri­gentes políticos, empresarios, funcionarios e investi­ga­dores del Caribe. De inmediato, un grupo de veinte investigadores, con formación y experiencia en distintas disciplinas, se dio a la tarea de examinar la iniciativa gubernamental, debatir sus contenidos y hacer sus proposiciones, y concebir fi­nal­mente este documento, que entendemos como un bo­rrador, en espera de un debate mayor con todos los ac­tores posibles de la región. Nuestro aporte considera que evidentemente las me­tas del texto del Departamento Nacional de Planeación son ambiciosas, en el contexto de una nación que si bien ha avanzado, lo ha hecho a un ritmo más lento que el de varios países latinoamericanos. Pero como se trata de me­tas y no de predicciones, con una nueva actitud de los ciudadanos en cada uno de sus roles (producción, gobierno, investigación, control) y un cambio de paradigma en nues­tro modelo de desarrollo que declare la educación, la cien­cia y la tecnología como ejes transversales de políticas y acciones, serán posibles.

A partir de esas premisas queremos mostrarle a Co­lombia que su mejor opción para alcanzar una ta­sa sostenida de crecimiento del 6% y un PIB per cá­pita de US$3.810 es la Costa Caribe. Dicho así, este planteamiento podría sugerir un sabor regionalista, pero cuando las potencialidades locales (ubicación geográfica, comunicación directa con el mar, recursos energéticos) se cruzan en los escenarios de las proyecciones macroeconómicos nacionales, adquiere un sentido político. ¿Cómo alcanzar, por ejemplo, la me­­ta nacional de 6.350.000 turistas en el año 2019 si no tra­bajamos en la infraestructura adecuada y servicios de apoyo para acompañar los privilegiados ecosistemas y los recursos culturales de esta zona del país? O ¿cómo en­con­trar canales eficientes para el transporte de productos si no abocamos definitivamente la recuperación del río Mag­ dalena? O ¿cómo atender el desafío irreductible de la globalización si no repensamos a Colombia desde sus costas? La región fue entusiasta con los mode­­los de aper­ tura que se impulsaron a comienzos de la dé­­­­cada de los noventa, pues creía, con razón, que una ma­­yor diná­mi­ ca económica externa la favorecería al estar co­­nectada na­tu­ralmente al mar. Sin embargo, en quince años de pro­ceso globalizador fuimos una región perdedora (el em­pleo industrial cayó 40% desde 1992). La pregunta que nos formulamos es: ¿Perdió solamente la región? Pues lo que también se ve en las estadísticas oficiales es que el de­sempeño económico de la nación, que no ha sido malo del todo, pudo ser mucho mejor.

VII

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

Repensar entonces al país desde la Costa plantea de­cisiones que podrían ser inútilmente controvertidas si al debate no se le despoja de mezquindades territoriales. Las mismas cifras que hemos analizado son concluyentes: El poco crecimiento económico que hemos logrado en estos años se ha concentrado en el interior del país, jalonado especialmente por la producción industrial del eje Antio­quia-Valle-Bogotá. Se trata de una lógica aceptable para una economía que piensa sólo en el mercado doméstico, pero costosa e irracional para un país al que los tratados de libre comercio obligan a mirar más allá de sus fronteras. En este sentido, corresponde al Estado estimular decididamente, dentro de una agenda estratégica de industrialización y empleo, dos procesos claves: •

Acordar nuevas reglas de juego, claras y estables, pa­ra los inversionistas extranjeros, a fin de mejorar tiem­pos y trámites, reordenar leyes y normas y garantizar seguridad y tasas efectivas de retorno.



Liderar un proceso de relocalización de las empre­ sas, inclusive a partir de medidas tributarias que promuevan la instalación de las industrias cerca a los puertos, donde la producción será más eficiente y garantizará los objetivos del país.

Tales decisiones exigen acondicionar, como lo pro­­­ pone el texto del gobierno, el entorno político e insti­ tu­cional local, pero en eso también trabajaron nuestros in­­­vestigadores; del mismo modo, afinar las relaciones de los nacionales con la comunidad internacional mediante po­líticas claras en materia de seguridad y derechos hu­manos y acciones diplomáticas directas, como la gestión del pasaporte andino. Ahora bien: es claro que un país que se planeó des­ de el centro, del mismo modo ordenó sus inversiones en in­fraestructura. El documento propone una puesta al día, que desarrolle acciones estratégicas de dotación pa­­ra el de­sa­rrollo regional. En este frente, por ejemplo, su­­­gerimos la instalación de 540 MW nuevos de energía eléctrica, la cons­trucción de una red de trans­versales que uni­rían al gol­fo de Urabá con Venezuela y a los centros de pro­duc­ción re­gionales con ella; extender la línea férrea de Bo­gotá-San­ta Marta a Barranquilla y Car­tagena; crear la zona fran­ca de telecomunicaciones; consolidar el Terminal de Ba­rranquilla como el principal puerto sobre

VIII

el río Magda­lena y el de Cartagena en el muelle internacional de trasbordo de contenedores… En el mismo sentido, estamos también invitando al país a concentrar sus prioridades en las regiones que pre­sentan más atrasos. Aquí de nuevo aparece la Costa Ca­ribe como la zona con más altas tasas de exclusión, fruto de los modelos económicos y políticos imperantes (60% de la población, unos 7,5 millones de habitantes, por de­­ba­jo de la línea de pobreza; 33,8%, unos 3.800.0000, en in­digencia). Si las metas de Visión Colombia II Cen­te­nario: 2019 son lograr una revolución en la cobertura de ser­­vi­cios básicos de salud y educación, por ejemplo, y al­can­zar en algunos de sus indicadores el 100% de atención, di­chas metas serán una oportunidad en la medida en que el principio de la ejecución de programas y recursos sea la redistribución de oportunidades, porque hay que dismi­nuir las diferencias en el desarrollo subnacional. Aquí ha­bría que pensar, de igual forma, en la posibilidad de una re­forma agraria, que aprovechando las extinciones de do­minio y las reparaciones de los procesos de paz, redis­tri­buya la propiedad de la tierra. Igual tratamiento preferencial es necesario en la re­­ for­ma al régimen de transferencias, que propone el do­ cu­­mento del gobierno nacional. La idea de indexar las trans­ferencias con el índice de precios al consumidor, con­gelando los recursos indefinidamente, convendría a las re­giones ganadoras del siglo pasado, pero no a una región con la cual la Nación tiene una deuda social muy alta. Plan­teamos que, en caso de que se haga, la re­for­ma incluya me­canismos compensatorios que le otor­guen al Caribe una excepcionalidad, que podría ser, in­clu­si­ ve, conservar lo que hoy existe, que es mucho más pro­ gresivo. Además del Fon­do de Compensación Regio­nal, proponemos la crea­ción de un Fogafín para en­tidades públicas, con objeto de absor­ber las deudas que se en­ cuen­tran bajo Ley 550 y ali­viar el costo del servicio. Finalmente, llamamos la atención sobre el ordena­ miento territorial y la falta de atención al mandato consti­tucional que dispuso organizarnos como región. Los consti­tuyentes de la Costa Caribe que trabajaron el tema lo pro­pusieron con un sentido inclu-

Presentación

yente, es decir, pensando en una autonomía regional que fortaleciera la unidad na­cional. Buena parte de los problemas institucio­nales que afron­tamos obedecen a la dependencia que tene­mos respecto del poder central y a la indecisión po­lí­tica de no dejarnos hacer nuestro pro­pio proceso de crea­ción estatal. Visión Colombia II Centenario: 2019 es una cir­cunstancia propicia para or­denar la nación, con re­giones fortalecidas política y admi­nistrativamente.

Estas son ideas centrales del documento, que, otra vez, sigue en construcción. Hemos decidido llamarle “Ca­pítulo Caribe” para que sea parte del plan de desarrollo pro­puesto y no un apartado del texto. A continuación los lectores encontrarán las propuestas y los detalles, para que las estudien y controviertan. Únicamente esperamos que el debate en la Costa sea propositivo y consecuente con el mismo sentimiento edificador e integrador que estamos pi­diendo a la Nación. Sin egoísmos y con los menores ses­gos posibles.

Jesús Ferro Bayona Rector Universidad del Norte

IX

Contenido

PRÓLOGO ................................................................................................................................................ v Presentación...................................................................................................................................... vii ÍNDICE DE TABLAS................................................................................................................................ XIII ÍNDICE DE GRÁFICOS...........................................................................................................................

XV

ÍNDICE DE SIGLAS Y ACRÓNIMOS.................................................................................................... XVII diagnóstico económico - social de la Región Caribe .............................................

3



El comercio exterior............................................................................................................................

8



La pobreza en la región.......................................................................................................................

11



El desempleo regional.........................................................................................................................

13



Educación...........................................................................................................................................

14



Salud . ..............................................................................................................................................

17



Infraestructura vial..............................................................................................................................

18



Coberturas de acueducto y saneamiento básico...................................................................................

19



Ciencia y tecnología............................................................................................................................

20

INDUSTRIA Y FINANZAS PÚBLICAS..................................................................................................

23



Industria.............................................................................................................................................

25



Finanzas públicas................................................................................................................................

27

INFRAESTRUCTURA...............................................................................................................................

31



Transporte..........................................................................................................................................

33



Puertos marítimos...............................................................................................................................

36

XI

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE



Sector eléctrico....................................................................................................................................

37



Telecomunicaciones............................................................................................................................

39

DESARROLLO HUMANO.......................................................................................................................

43



Saneamiento básico.............................................................................................................................

45



Salud . ..............................................................................................................................................

47



Educación...........................................................................................................................................

55



Infancia y juventud.............................................................................................................................

60

DESARROLLO POLÍTICO E INSTITUCIONAL...................................................................................

67

política exterior colombiana................................................................................................

73



Diagnóstico y propuestas....................................................................................................................

76

desarrollo sostenible.................................................................................................................

81



Sostenibilidad ambiental.....................................................................................................................

83



Biocombustibles..................................................................................................................................

85



Aprovechamiento de recursos marinos................................................................................................

88



Turismo..............................................................................................................................................

89

ciencia y tecnología.....................................................................................................................

93



Grupos de investigación......................................................................................................................

95



Recurso humano.................................................................................................................................

99



Acceso a los recursos del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación................................. 100



La innovación..................................................................................................................................... 101



Recomendaciones............................................................................................................................... 103

BIBLIOGRAFÍA.......................................................................................................................................... 107

XII

Índice de tablas

Tabla 1. Exportaciones del Caribe Colombiano. Plan Exportador-Corpes C. A. 1993-2004......................

10

Tabla 2. Tasa de desempleo por regiones (1996-2004)...............................................................................

13

Tabla 3. Proporción de informalidad dentro de la población ocupada total................................................

13

Tabla 4. Cobertura neta 2002....................................................................................................................

15

Tabla 5. Tasa de mortalidad infantil (1990-2015)......................................................................................

18

Tabla 6. Líneas de transmisión...................................................................................................................

37

Tabla 7. Calidad de la potencia eléctrica en la Costa Caribe.......................................................................

38

Tabla 8. Plan de expansión de redes de distribución Costa Caribe..............................................................

38

Tabla 9. Disponibilidad de promedio anual de energía solar por regiones...................................................

39

Tabla 10. Coberturas del servicio de acueducto y alcantarillado por departamentos......................................

47

Tabla 11. Causas de mortalidad por departamentos de la Región Caribe, 2003 (Tasa x 100.000 habitantes)

49

Tabla 12. Deficiencias nutricionales y anemias nutricionales. Años 2000-2003 (Tasa x 100.000 habitantes)

50

Tabla 13. Esperanza de vida al nacer 2000-2005..........................................................................................

51

Tabla 14. Clasificación de las regiones según los resultados de los colegios de las pruebas ICFES 2003.........

58

Tabla 15. Resultado de las regiones de Colombia en las pruebas ICFES, 2004.............................................

58

Tabla 16. Producción y rendimiento en las principales regiones productoras de yuca...................................

86

Tabla 17. Proyecciones de producción de aceite de palma 2000-2020..........................................................

87

Tabla 18. Zonas productoras de palma........................................................................................................

88

Tabla 19. Producción de palma de aceite (toneladas)....................................................................................

88

Tabla 20. Total grupos de investigación reconocidos....................................................................................

96

XIII

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

Tabla 21. Grupos de investigación por universidades....................................................................................

97

Tabla 22. Distribución de grupos categorizados en los departamentos..........................................................

98

Tabla 23. Investigadores vinculados a los grupos activos 2005......................................................................

99

Tabla 24. Financiamiento de las actividades de desarrollo e inno­vación tecnológica por grupos de financiación según tamaño de empresa y departamento 2003-2004.............................................. 102

XIV

Índice de gráficos

Gráfico 1. Participación del PIB de la Costa Caribe dentro del total nacional, 1980-2002........................

6

Gráfico 2. Contribución promedio al PIB de los principales departamentos, Región Caribe y Distrito Capital, 1994-2000....................................................................................................

7

Gráfico 3. Participación de los tres grandes sectores económicos en el PIB regional, 1994-2000...............

8

Gráfico 4. Región Caribe-Empleo industrial: Permanente y temporal, 1992-2003....................................

8

Gráfico 5. Porcentaje de participación del PIB per cápita regional dentro del PIB per cápita nacional, 1950-2002....

8

Gráfico 6. Ingreso por habitante en la Región Caribe y total nacional (millones de pesos de 1994)...........

8

Gráfico 7. Índice del PIB por habitante a precios constantes de 1994 (PIB por habitante de Bogotá=100)

9

Gráfico 8. Participación de las exportaciones de la Región Caribe en el total nacional, 1980-2004...............

9

Gráfico 9. Participación de las exportaciones de combustibles minerales en las exportaciones totales, 1998-2004...............................................................................................................................

9

Gráfico 10. Coeficiente exportador industria manufacturera Región Caribe, 1994-2002............................

10

Gráfico 11. Hogares por debajo de la Línea de Pobreza (porcentaje)...........................................................

11

Gráfico 12. Hogares por debajo de la Línea de Indigencia (porcentaje).......................................................

11

Gráfico 13. Pobreza por NBI en la Costa Caribe y en otras regiones de Colombia- 2003 (porcentaje de hogares)...

12

Gráfico 14. Tasa de analfabetismo 2002.....................................................................................................

14

Gráfico 15. Resultados pruebas Icfes por departamentos, 2004. Porcentaje de colegios de colegios en nivel muy superior............................................................................................................................

15

Gráfico 15a. Porcentaje de colegios en nivel superior....................................................................................

16

Gráfico 16. Rendimiento alcanzado por los planteles educativos en las pruebas Icfes, 2004. Colombia.......

16

Gráfico 16a. Rendimiento alcanzado por los planteles educativos en las pruebas Icfes, 2004. Región Caribe....

17

XV

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

Gráfico 17. Población afiliada al SGSSS, 2003 (porcentaje)........................................................................

18

Gráfico 18. Vías por departamento (kilómetros).........................................................................................

19

Gráfico 19. Kilómetros de vías por 100 km2, 2003.....................................................................................

19

Gráfico 20. Porcentaje de hogares por fuente de aprovisionamiento de aguas según regiones, 1997................

20

Gráfico 21. Porcentaje de hogares según el tipo de inodoro con que cuentan, 1997....................................

20

Gráfico 22. Inversión en actividades de ciencia y tecnología, 2002..............................................................

21

Gráfico 23. Becarios de Colfuturo, 1992-2004...........................................................................................

21

Gráfico 24. Número de grupos de investigación, 2000...............................................................................

21

Gráfico 25. Número de centros de investigación, 2000...............................................................................

21

Gráfico 26. Tasa de mortalidad neonatal (MN) por 100.000 nacidos vivos, 2003.......................................

48

Gráfico 27. Mortalidad materna por departamento por 100.000 nacidos vivos, 2003.................................

48

Gráfico 28. Mortalidad por enfermedades isquémicas del corazón, 2003 (Tasa x 100.000 habitantes)........

49

Gráfico 28a. Mortalidad por enfermedades cerebro vasculares, 2003 (Tasa x 100.000 habitantes)................

49

Gráfico 28b. Mortalidad por agresiones, 2003 (Tasa x 100.000 habitantes)..................................................

50

Gráfico 28c. Mortalidad por diabetes mellitus(Tasa x 100.000 habitantes)...................................................

50

Gráfico 29. Población afiliada al SGSSS, 2003............................................................................................

51

Gráfico 30. Población Sisben por fuera del Régimen Subsidiado.................................................................

51

Gráfico 31. Grupos de investigación reconocidos por departamento, 2006.................................................

96

Gráfico 32. Grupos de investigación por categorías y universidades............................................................

98

Gráfico 33. Número y participación porcentual de grupos de investigación categorizados por departamento, 2006....

98

Gráfico 34. Número de investigadores vinculados a grupos activos, 2005................................................... 100 Gráfico 35. Proyectos de investigación científica Región Caribe, 1991-2002.............................................. 101 Gráfico 36. Número de propuestas aprobadas mediante convocatoria regional por departamentos, 2004-2005 101

XVI

Siglas y acrónimos

ACPM

Aceite Combustible Para Motor

ARS

Administradoras del Régimen Subsidiado de Salud

CAR

Corporación Autónoma Regional

CARCES

Comités Asesores Regionales de Comercio Exterior

CEDAW

Convención contra la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer

CENPACK Centro Tecnológico del Empaque, Embalaje y Transporte Cinde

Centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano

CONPES

Concejo Nacional de Política Económica y Social

CORPES

Concejo Regional de Política Económica y Social

CREG

Comisión de Regulación de Energía y Gas

CyT

Ciencia y Tecnología

DANE

Departamento Administrativo Nacional de Estadística

DIAN

Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales

DNP

Departamento Nacional de Planeación

ENH

Encuesta Nacional de Hogares

ETS

Enfermedades de Transmisión Sexual

Fosyga

Fondo de Solidaridad y Garantía

G-77

Grupo de los 77 países en vía de desarrollo

ICFES

Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior

IDH

Índice de Desarrollo Humano

XVII

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

Invemar Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras IVA

Impuesto al Valor Agregado

LP

Línea de Pobreza

MEN

Ministerio de Educación Nacional

NBI

Necesidades Básica Insatisfechas

OIT

Organización Internacional del Trabajo

OMS

Organización Mundial de la Salud

PEA

Población Económicamente Activa

PEE

Población en Edad Escolar

PIB

Producto Interno Bruto

POT

Plan de Ordenamiento Territorial

Pymes

Pequeñas y medianas empresas

SGSSS

Sistema General de Seguridad Social y Salud

SIDA

Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida

SINAP

Sistema Nacional de Áreas Protegidas

SNCTeI

Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación

SNCyT

Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología

SNS

Sistema de Navegación Satelital

TLC

Tratado de Libre Comercio

UNESCO Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNICEF

Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia

UPME

Unidad de Planeación Minero Energética

VIH

Virus de Inmunodeficiencia Humana

XVIII

VISIONES REGIONALES

CAPÍTULO CARIBE

Diagnóstico económico y social de la Región Caribe

Diagnóstico económico y social de la Región Caribe*

En esta sección revisaremos, en primer lugar, las hipó­tesis más importantes que se han esgrimido para la ex­plicación del relativo atraso de la región, y las cifras re­­levantes del de­sempeño regional. La idea es consignar bre­vemente los resultados de la abundante investigación que al respecto se ha realizado en los últimos 25 años en el Caribe. Desde la época de los ochenta se retomó el aná­lisis sobre las causas del atraso de la Región Caribe. Mei­sel (1987), al examinar el fenómeno del estancamiento de Ba­rranquilla, señala la pérdida del liderazgo portuario fren­te a Buenaventura, los encadenamientos productivos de la ciudad con una economía rural muy ganadera y el im­pacto de las políticas macroeconómicas (centralismo eco­nómico y político del Estado, sobrevaluación del tipo de cambio e industrialización sustitutiva). Rodado Noriega (1988) ha señalado que existen tres causales básicas que explican la decadencia de este te­­­rritorio colom­biano: 1) las relacionadas con las políticas macroeconómicas y sectoriales del Estado, igual que lo se­ñalado por Meisel; 2) las formas sociales de producción o estructura del sector productivo; 3) el papel que han jugado los dirigentes po­líticos y líderes de nuestra región en lo re­la­cionado con las administraciones departamentales y lo­cales, y su posición frente a la defensa de los intereses regionales. Meisel (1992), al examinar la pobreza en el Caribe colombiano, trata de explicar las razones por las cua-

les el PIB per cápita del Caribe tuvo un crecimiento de un 50% paralelo al resto del país, y ha señalado el elevado peso de la agricultura y ganadería, con una elasticidad ingreso me­­­nor a uno, la baja participación del PIB industrial en el PIB regional y el mayor crecimiento demográfico de la po­blación. Después Meisel (1999) profundiza en su argu­mentación indicando que el fracaso del sector expor­tador de esta zona del país en las primeras décadas del siglo XX (enfoque del staple theory), la redefinición de ventajas com­­parativas a favor del café y las redes viales del interior del país, fueron claves para la industrialización del mismo, lo cual desplazó la industria costeña. Amylkar Acosta (1993) sostiene que el desarro­llo re­­­gio­­nal ha seguido un esquema de bonanzas fugitivas que han impedido una evolución autosostenida, por basar­se el mo­­­delo de desarrollo nacional en sectores y no en re­gio­nes. Para Cecilia López y Alberto Abello (1998), los in­ tentos de diversificación exportadora y de inserción en la economía mundial en los años noventa han fracasado, de­bido a lo cual en este espacio nacional se ha vivido un pro­ceso de desindustrialización, en el que la * Esta sección corresponde a un capítulo del documento “La Región Caribe: Ba­lance

y perspectivas frente al siglo XXI”. Barranquilla: Universidad del Norte, marzo de 2006. Coordinador del documento: Jairo Parada Corrales. Miembros del Grupo Región: Alexandra García Iragorri, Juan Guillermo Restrepo, Amelia Escudero de Fonseca, Joachim Hahn von Hesberg, Eduardo Verano De la Rosa, Jorge Villalón Donoso, Álvaro Baquero Montoya, Gina Pezzano de Vengoechea y Emelith Barraza, Asistente de investigación: Diana Alviz.



VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

base industrial remanente está poco encadenada al sector agropecuario.

versión pública) y geográficas (ventajas com­­pa­rativas en materia de acceso a vías de comunicación naturales).

Desde una visión institucionalista, Parada (1991) con­sidera que el análisis del desarrollo de la región debe tras­cender mas allá de lo económico e incorporar al estudio de las instituciones predominantes en el Caribe (hábitos de pen­samiento, valores o reglas de juego predominantes en la sociedad costeña), y destaca el rol de la propiedad la­ti­­fun­dista y ganadera, el predominio de una ética pa­trimo­­nialista sobre lo público y el tremendo peso del clien­telismo.

En un reciente balance realizado por las Corpora­ ciones Autónomas Regionales del Caribe, Mejía (2005: 5) sostiene que el actual modelo de desarrollo que debe se­guir la Región Caribe es inviable. “El modelo económico regional está basado en una pobre generación de excedentes desde la agricultura y la industria. No existe suficiente de­manda para potenciar el crecimiento de los mercados lo­cales. Bajo tales condiciones sería ingenuo pensar que la terciarización de la economía ofrece perspectivas de cre­cimiento en el mediano y largo plazo”.

Otro tema importante que la literatura económica ha desarrollado es el referido a la existencia o no de la con­ver­gencia regional en Colombia. La evidencia empírica apun­ta a que si bien hubo un claro proceso de convergencia interdepartamental en el período 19261960, en épocas más recientes (1960-1995) existió una creciente polarización de los niveles de ingreso per cápita departamental (Bonet y Meisel, 2001). Es más, los mismos autores (2001: 51) en­­fa­­tizan que la Región Caribe “ha sufrido un proceso de empo­brecimiento relativo a lo largo de todo el siglo XX”, en el cual Bogotá se ha consolidado favorablemente en las úl­ti­mas décadas. La falta de convergencia es explicada co­­mo resultado de fuerzas económicas (economías de esca­­la), políticas (in-

A continuación se examinan algunas cifras del de­ sarrollo económico y social a manera de resumen de lo an­­terior. En cuanto a la participación del PIB del Caribe con respecto al nacional (ver gráfico 1) se observa que ésta asciende al 16%, y se conservan los niveles históricos de contribución del Caribe al PIB nacional. En la década de los ochenta osciló entre 14 y 16%. Es evidente que Bo­go­tá sigue siendo la región que mayor participa en el PIB na­cional y que el eje Antioquia, Valle y la capital de la Re­pública aportan más de la mitad de la producción na­cional. El departamento de Antioquia contribuye al PIB en el país con un 15%, sólo un punto por debajo del aporte que hace toda la Región Caribe.

Gráfico 1 Participación del PIB de la Costa Caribe dentro del total nacional, 1980-2002 18 16

Porcentaje

14 12 10 8 6 4 2

Fuente: DANE.



2002

2001

2000

1999

1998

1997

1995

1996

1993

1994

1991

Año

1992

1989

1990

1988

1986

1987

1985

1984

1983

1981

1982

1980

0

Diagnóstico económico y social de la Región Caribe

Lo anterior muestra que las condiciones de la acti­ vidad económica no han variado, lo cual indica que las re­formas asociadas con la apertura acelerada de principios de los noventa han tenido escaso efecto en el desarrollo productivo de la zona, pues ha quedado estable su parti­cipación en el PIB nacional1.

Este crecimiento poblacional refle­ja la baja produc­ tividad de su población. En el gráfico 2 se aprecia la con­tri­bución al PIB nacional de toda una re­gión como el Ca­ribe (16%), la cual contrasta con la de An­tioquia (15%), Valle (12%) y Bogotá (23%). En cuanto a la composición sectorial del PIB de la Cos­­ta Caribe, se observa la terciarización creciente del PIB regional de más de un 70%. Según el gráfico 3, el sec­­­­tor agropecuario y minero perdió algunos puntos de par­ticipación en la producción bruta regional, mientras que el renglón industrial decayó del 17.6% en 1980 a un 14% en el 2000. Por su parte, el sector terciario de la economía (comercio, ser­vicios, gobier­no, transportes y otros) au­­ mentó su contribución al PIB en más del 10%. La in­discutible terciarización de la economía regional es reflejo del crecimiento de la mar­ginalidad y del sector informal urbano.2

Contribución promedio al PIB de los principales departamentos, Región Caribe y Distrito Capital, 1994-2000 25

23

20

Porcentaje

Durante la primera mitad del siglo XIX el creci­ mien­to de la población sufrió caídas por la Independencia y una epidemia de cólera. En las dos décadas siguientes, el crecimiento poblacional en la región avanzó a un rit­mo lento y desigual y en 1870 alcanzó una población de 323.959 habitantes, 12% del total nacional. A pesar de su dis­persión, la región en los períodos siguientes con­ti­nuó creciendo, y llegó a representar el 16.7% de los po­bladores a nivel nacional en 1950, para una densidad po­blacional de 14.6 habitantes por Km2. Desde comienzos de los cin­cuenta, esta área es una de las que más ha incrementado su población. En efecto, du­ran­te el período 1950-2001 la región registró una tasa de crecimiento promedio de 3.1% anual, y la del país fue de 2.6%. Pasó de alojar 16.7% de la población total del país en 1950 a 21.4% en el 2001, para una densidad de 70 habitantes por Km2 .

Gráfico 2

15

16

15 12

10 5

5 0

Antioquia

Cundinamarca

Valle

Santafé de Bogotá D.C.

Total Región Caribe

Departamentos

Fuente: Observatorio del Caribe Colombiano.

Lo anterior se confirma el gráfico 4. La cifra so­bre la ocupación industrial de la región pasó de 60.520 tra­bajadores en 1992, al inicio del proceso de apertura, a 35.545 en el 2003, para una caída del 40%. Esta disminución se dio principalmente en el empleo permanente, ya que el temporal registró una recuperación considerable en los años críticos de 1997 a 1999, para luego disminuir en los años siguientes, lo cual indica una recomposición del trabajo industrial que tiende a estabilizarse a partir del 2000. Por lo anterior, la fuerza laboral tendió a colocarse en el sector terciario en condiciones de subempleo e informalidad.

1

En el cuadro 1 podemos observar entre 1986 y 1988 se genera una le­ve caída en la participación del PIB de la Región Caribe, principalmente por el des­censo en la producción local de tres departamentos: Atlántico, Bolívar y Sucre. Entre 1993 y 1996 la caída del PIB regional es mucho más profunda, pues se pierde más de un punto de su participación en el PIB nacional con respecto al promedio que se mantuvo en años anteriores. Este comportamiento se explica principalmente por la creciente entrada de bienes y servicios importados a bajo costo y por la baja capacidad del aparato productivo de la Costa Caribe para competir con estos pro­ductos. Para los siguientes años se observa una recuperación de la producción regional, gracias al auge del sector servicios (principalmente en el departamento del Atlántico) y a la extracción de carbón en el Cesar y La Guajira. 2 Hay que aclarar que no toda terciarización es necesariamente negativa. Aquella referida al comercio moderno, comunicaciones, servicios, hoteles, restau­rantes, transportes, etc, que responden a una actividad mo­der­na, se califican como terciarización progresiva. El problema es con la terciarización llamada ‘es­puria’ que refleja subempleo e informalidad.



VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

Gráfico 3 Participación de los tres grandes sectores económicos en el PIB regional, 1994-2000

Gráfico 5 Porcentaje de participación del PIB per cápita regional dentro del PIB per cápita nacional, 1950-2002 120

106,5

96,2

96,5

100

Porcentaje

Los gráficos 5, 6 y 7 confirman la baja participación del PIB regional per cápita en el PIB per cápita nacional, que llegó apenas a ser un 73.8% del PIB per cápita nacional, cuan­­do en 1950 se sobrepasó el promedio nacional (106%). En el gráfico 7 se puede apreciar que la región ape­­­nas produce el 63% del PIB per cápita de Bogotá, y no ha me­jorado mucho desde 1994.

73,8

80 60 40 20 0

80

1950

1964

1973

70

1985

1993

1994-2002*

Año

60

Porcentaje

73,8 69,7

50

Fuente: Observatorio del Caribe Colombiano.

40 30 20

Gráfico 6

10 0 1994

1995

1996

1997

1998

1999

Ingreso por habitante en la Región Caribe y total nacional (millones de pesos de 1994)

2000

Año Agropecuario + Minería

Industria

Terciario 2.200

Ingreso por habitante

Fuente: Agenda Regional Caribe.

Gráfico 4 Región Caribe. Empleo industrial permanente y temporal, 1992-2003

1.800

1.400

1.000

1990

1991

1992

1993

1994

1995

Costa Caribe

60.000

Número de trabajadores

1997

1998

1999

2000

2001

2002

Año

70.000

50.000

Colombia

Fuente: DANE.

40.000 30.000 20.000

El comercio exterior

10.000 0

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

Año Total

Permanente

Temporal

Fuente: Elaborado por los autores con base en la EAM-DANE.



1996

2003

Los argumentos más recurrentes desde el “I Foro del Ca­­ri­­be Colombiano” fueron los llamados a modificar el mo­de­­lo de industrialización sustitutiva, implantado en el país desde 1930 hasta prácticamente parte de los ochen­tas. Se partía del supuesto que había favorecido al

Diagnóstico económico y social de la Región Caribe

“trián­gu­lo de oro” (Bogotá, Medellín y Cali), el cual contó con mer­cados regionales protegidos de la competencia in­­ ter­na­cional, además de la fuerte base cafetera que le ga­ran­ tizaba la demanda originada en el mercado interno. Gráfico 7 Índice del PIB por habitante a precios constantes de 1994 (PIB por habitante de Bogotá=100)

Las cifras (gráfico 8) muestran una participación cre­cien­te de las exportaciones caribeñas en el total del país en los úl­timos 24 años, al pasar de un peso del 11% en 1980 a más de un 25% en el 2004. El pico logrado en 1991 está afectado por las distorsiones ocasionadas por exportaciones ficticias. En­­tre 1984 y 1990 las exportaciones de la Costa Caribe registraron un crecimiento sostenido superior al obtenido por las de Colombia en general, las cuales llegaron a in­­crementarse durante este mismo período en un 9% anual. En el período comprendido entre 1990 y 1995 las ex­­por­taciones registraron una serie de fluctuaciones, y se re­cu­peró la tendencia creciente desde el 2000.

90

Índice del PIB per cápita

80 70 60 50 40 30 20 10 0

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

Antioquia

69,7

72,7

74,8

74,8

73,5

81,5

83,9

Valle

71,1

76,5

79,4

79,4

77,6

84,8

83

Región Caribe

52,5

52,5

57,1

57,1

57,2

62

63

Por ello, la región vio con muchas esperanzas la aper­tura ini­­ciada en los noventas con la llamada “Re­volución Pa­cífica” de César Gaviria, con resultados a fecha de hoy no muy alentadores, y más bien mixtos. Las cifras que se pre­­sentan a continuación tratan de evaluar los resultados, sin desconocer el profundo debate que dicha apertura gene­ró en la industria regional y, en especial, en el sector agro­­pe­cuario.

Fuente: Observatorio del Caribe Colombiano.

Gráfico 9

Gráfico 8

Participación de las exportaciones de combustibles minerales en las exportaciones totales, 1998-2004

Participación de las exportaciones de la Región Caribe en el total nacional, 1980-2004 30

45 40 35

Porcentaje

20 15 10

30 25 20 15 10

5

5

2004

2003

2001

2002

1999

2000

1998

1997

1995

1996

1993

1994

1991

1992

1989

1990

1988

1987

1985

1986

1983

1984

1981

1982

0

1980

Porcentaje

25

Año

Fuente: Ramos, José Luis, El comercio internacional del caribe colombiano, y cálculos actualizados nuestros.

0

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

Año

Fuente: Cálculo de los autores mediante consulta de diversas fuentes.



VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

A pesar de lo anterior, no hay duda de que el auge ex­ portador desde el 2000 viene siendo sostenido por las ex­ portaciones mineras, las cuales han logrado un 40% de participación en las exportaciones regionales, y han con­ figurado un predominio primario exportador, lo cual, aun­que positivo desde el punto de vista de divisas para la nación, no es suficiente para el desarrollo de los siete de­partamentos de la Costa (gráfico 9). Las limitaciones de este tipo no impactan a favor de la demanda interna regional por su ca­rácter capital-intensivo y de pocos eslabonamientos y com­plementariedades intersectoriales3. Un tema importante es observar el comportamiento de la industria regional en su actividad exportadora desde la década de los noventa. En efecto, en los años ochenta, el elemento multiplicador de la industria manufacturera regional osciló entre el 15 y el 20%, incluyendo el ferroní­quel. Sin éste apenas alcanzaba el 14% (Corpes, 1991:81). El coeficiente (gráfico 10) sube un poco en la primera mi­tad de los no­venta, para luego estancarse alrededor del 23% en la se­gunda mitad de los noventa, y registró un alza im­por­tante desde el 2000 (Abello y Alean, 2003: 15). El mer­cado in­ternacional parece recuperarse en forma signifi­cativa a par­tir del 2000, aunque está influenciado por el com­por­tamiento de las exportaciones de ferroníquel, cuyos pre­cios se han disparado desde el 2000, y en especial desde el 20034.

Transcurrido el primer quinquenio del siglo XXI, re­­sulta importante comparar los resultados del esfuerzo ex­­por­tador de la Región Caribe con respecto al Plan Expor­tador que el Corpes diseñó con Econometría S. A. en 1992 y 1994. Tabla 1 Exportaciones del Caribe Colombiano Plan Exportador-Corpes C. A. 1993-2004 Base

Positivo

Negativo

Año

Exp. Reales

Escenario 1

Escenario 2

Escenario 3

1993

1,314,459

1,562,314

1,569,213

1,569,213

1994

1,506,536

1,702,390

1,742,395

1,670,556

1995

1,781,499

1,941,226

2,038,255

1,851,106

1996

2,004,380

2,266,109

2,449,440

2,094,031

1997

2,055,255

2,672,456

2,984,806

2,394,274

1998

2,111,776

3,168,297

3,663,409

2,752,710

1999

3,896,933

3,766,356

4,513,006

3,173,835

2000

4,846,788

4,483,597

5,570,301

3,664,775

2001

6,322,118

5,341,295

6,882,105

4,234,873

2002

6,349,531

6,365,450

8,507,185

4,895,577

2003

9,522,867

7,587,448

10,518,773

5,660,508

2004

11,537,394

9,044,940

13,007,790

6,545,644

Fuente: Comparaciones de los autores y Corpes-Econometría-Plan Exportador de la Costa Atlántica, 1992 y 1994.

Gráfico 10 3 Según el Observatorio del Caribe Colombiano, “durante el pe­ríodo 1980-2000,

Coeficiente exportador industria manufacturera. Región Caribe, 1994-2002

los departamentos de mayor actividad exportadora en la Región Caribe colombiana son, en su orden: Bolívar, Atlántico, La Guajira y Córdoba, con participaciones promedio de 26.7, 26.1, 22.8 y 10.4% res­pectivamente. Los demás departamentos (Sucre, Magdalena, Cesar y San Andrés) suman en promedio, durante los 21 años analizados, el 14% de las exportaciones de la región. Como se anotó anteriormente, Córdoba y La Guajira se convirtieron en protagonistas de primer orden en la ac­ti­vidad exportadora, debido a sus ventas de ferroníquel y carbón a partir de 1982 y 1985 respectivamente. Es importante anotar que La Guajira, a par­tir de 1985 y hasta el 2000, ha liderado la actividad exportadora de la región, con un promedio de participación durante este lapso de 29.9% de las exportaciones totales de la Costa, seguido por Atlántico, con 22.5%, y Bolívar, con 22.2%”. Ver http://www.ocaribe.org/observatorio/caribe/reporte/economia2.htm

0,35 0,3

Coeficiente

0,25 0,2 0,15 0,1

4 Una buena descripción de lo ocurrido en la industria manufacturera regional con

0,05 0

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

Año

Fuente: Cálculos nuestros con base en EAM-DANE (1994-2002).

10

2002

motivo del proceso de apertura en los años noventa puede ver­se en Juan Carlos Trujillo (2002). Allí se concluye que “durante la década de los noventa la industria manufacturera del Caribe colombiano tuvo que enfrentarse a un contexto competitivo mucho más exigente y a un entorno macroeconómico menos favorable que aquel evidenciado en el período de sustitución de importaciones. Este nuevo escenario produjo, como se ha visto, un retroceso sensible en el desempeño de sus principales indicadores agregados” (p. 43).

Diagnóstico económico y social de la Región Caribe

La tabla 1 muestra que de 1993 a 1998 las ex­por­ taciones reales estuvieron por debajo de las pro­nos­ ticadas en los tres escenarios del Plan Exportador. Para 1999, 2000, 2001, 2003 y 2004 quedaron por encima del escenario base y del negativo, mientras que permanecieron por fuera de lo planificado. En el 2002 las exportaciones es­tuvieron por debajo de lo proyectado en los tres esce­narios.

garantizar su subsistencia aumentó en 1.871.943 per­sonas, el equivalente a la suma de los habitantes de las ciu­dades de Cartagena, Montería y Sincelejo. En 1997, unas 5.537.596 personas se ubicaban por debajo de la LP en este territorio y 7.409.538 en 2003 (ver gráfico 12). Gráfico 12

La pobreza en la región 40

33,8

35 30

Porcentaje

Un panorama social negativo ocurre en la Región Caribe como consecuencia del agravamiento de las condiciones de vida, según revela un estudio del Observatorio del Ca­ribe Colombiano (2003). La pobreza, medida por las ne­cesidades bá­sicas insatisfechas y por ingresos, es mayor en la Región Caribe que en las otras regiones colombianas, y a pesar de los pocos avances en calidad de vida que se han presentado en los últimos seis años, todavía sus habitantes están lejos de los logros de otras zonas del país.

Hogares por debajo de la línea de indigencia (porcentaje)

27,8

25 20

20

19,5 13,9

15 10

5,6

5 0 Nacional

Región Caribe 1997

Santafé de Bogotá D.C. 2003

Gráfico 11 Hogares por debajo de la Línea de Pobreza (porcentaje) 80 70

Porcentaje

60

69,7 60,9

54,1 51,6

46,1

50 40

23,4

30 20 10 0 Nacional

Región Caribe 1997

Santafé de Bogotá D.C.

Fuente: Observatorio del Caribe Colombiano.

Todo indica que la crisis económica de 1999 agra­vó la situación de pobreza que ya existía en la región. Co­mo consecuencia de esta crisis, cerca de 220 mil per­sonas perdieron su trabajo, y las familias vulnerables de la región dejaron de percibir ingresos. En 2003 cerca de 80 mil personas más que en 1998 estaban desempleadas. Para el observatorio del Caribe colombiano, no sólo es la crisis no­table por su incidencia sobre el nivel de vida actual de los pobres, sino por las restricciones impuestas para salir de la condición de pobreza.

2003

Fuente: Observatorio del Caribe Colombiano.

Dicho estudio muestra preocupantes niveles de po­breza por ingresos en la región. En 2003, el 69.7% de los hogares se ubicó por debajo de la Línea de Pobreza (LP) (ver gráfico 11), casi nueve puntos porcentuales por encima de sus niveles de 1997. Según los cálculos, el tamaño de la población pobre que no cuenta con ingresos mensuales pa­ra

Justamente, según el Observatorio una muestra del dra­mático empobrecimiento de la región es el aumento de la población en estado de indigencia, situación en la que las familias no pueden garantizar el consumo mínimo mensual de calorías y proteínas recomendadas para subsis­tir. En 2003, de acuerdo con el estudio, en estado de in­digencia se encontraba el 33.8% de los hogares de la región, lo que equivale a unas 3.8 millones de personas. En 1997, el número de personas fue de 2.5 millones. La situación de indigencia en la región

11

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

sólo la superan la región Pacífica (sin incluir Valle del Cauca) y Antioquia.

el porcentaje de hogares en estado paupérrimo fue del 33.4%, es decir, duplicó el pro­medio nacional, que fue del 16%. La tercera parte de los domicilios colombianos no satisface alguna de las si­guientes necesidades básicas: vivienda adecuada, mí­nimas condiciones de habitabilidad (no hacinamiento), asis­ten­cia escolar de niños, conexión a servicios públicos y no de­pendencia económica. Las mediciones indican que la pro­porción de hogares pobres es cuatro veces más gran­de que las de Bogotá, el área geográfica con menores niveles de pobreza material en el país en el 2003.

Estos resultados muestran la zona con una alta inci­­­ dencia de la pobreza, puesto que aloja el 37% de la po­blación pobre del país y participa con el 21.5% de la po­bla­ción total colombiana. Otro indicador de pobreza es el de las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), que mide el estado material de las condiciones de habitabilidad de los hogares, donde la precariedad sigue siendo alta en el escenario nacional (ver gráfico 13). En el 2003,

Gráfico 13 Pobreza por NBI en la Costa Caribe y en otras regiones de Colombia- 2003 (porcentaje de hogares) 40 35

Porcentaje

30 25 20 15 10 5

Pobreza

Total Nacional

Pacífico

Región Caribe

Antioquia

San Andrés y Providencia

Central

Oriental

Orinoquía y Amazonía

Vallle del Cauca

Santafé de Bogotá D.C.

0

Miseria

Fuente: Observatorio del Caribe colombiano.

El estudio también analiza los efectos del conflicto armado en la agudización de la pobreza en esta área del país. Según la Red de Solidaridad, entre 1997 y 2003 cerca de 862 mil personas fueron expulsadas de sus lugares de residencia

12

o recibidas en nuevos centros urbanos y rurales. Según el estudio, esto ha traído como consecuencia el au­men­to de la miseria en los centros urbanos, “que se du­pli­có al pasar del 3.2% de los hogares en 1997 al 6.7% seis años después”.

Diagnóstico económico y social de la Región Caribe

El desempleo regional En materia ocupacional, el territorio se mueve en conjun­­to con el ciclo económico nacional, con algunas parti­cularidades. No han sido abundantes los estudios sobre em­pleo y desempleo a nivel de toda la región, y casi siempre los trabajos que se realizan se limitan a las ciudades de Car­tagena y Barranquilla y sus áreas metropolitanas. La tabla 2 parece sugerir menores tasas de desempleo de la Región Caribe con referencia a otras regiones; sin em­bargo, ésta se mantiene alta, por encima del 10%, lo cual en­mascara la tremenda situación de informalidad de su fuerza laboral y la menor tasa de participación, en razón de una mayor ruralidad de la población.

A mediados de los noventa, un estudio de Econome­­ tría (1996) señalaba que la baja participación de la fuer­za laboral en la PEA puede originarse en “un desem­pleo oculto de personas que ofrecerían su fuerza de traba­jo en el mercado si hubieran más oportunidades de empleo”. Ade­más, un estudio de Báez y Pinto (2000: 12) in­­dica la constante superioridad de la tasa de desempleo de Ba­rran­quilla y Cartagena sobre el promedio del país. Todos los trabajos indican un alza tremenda en la tasa de de­­sempleo a mediados de los ochenta, seguida de un des­cen­so que dura hasta mediados de los noventa, para luego remontarse este porcentaje a partir de la crisis de 1999. En los últimos dos años ha empezado a registrar un descen­so, a la par que ha aumentando la informalidad y el sub­empleo.

Tabla 2 Tasa de desempleo por regiones (1996-2004) 1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

Región Caribe

8,6

8,8

9,7

12,8

14,4

12,9

12,6

10,8

10,9

Región Oriental

8,6

7,1

10,1

13,2

15,2

13,8

15,7

15

13,9

Región Central

9,6

9,6

11,7

17,3

16,2

15,7

16,9

15,9

15,5

Región Pacífica

11,1

13,7

17

18,7

17,7

14

14,5

12

12,4

Total Nacional

9,6

9,8

12,3

16,3

16,7

15

15,7

14,1

13,6

Fuente: Dane.

Tabla 3 Proporción de informalidad dentro de la población ocupada total 2001

2002

2003

2004

2005

Medellín A.M

55,3

59,2

59,7

55,4

54,6

Barranquilla A.M

63,1

63,8

62,5

63,8

64,5

Bogotá

54,6

55,4

54,9

51,5

52,9

Cartagena

65,0

68,4

66,0

69,0

61,7

Montería

74,4

74,4

75,6

75,7

69,6

Total 13 áreas

60,5

61,3

60,7

58,7

58,8

Fuente: Elaborado por autores con base en el ENH-DANE.

Otro factor que ha incidido en las particularidades del fenómeno es que las tasas de crecimiento demográfico de las áreas metropolitanas en la región han sido superiores a las del resto del país, lo cual se ha agravado en los últimos años por el fenómeno del desplazamiento por el conflicto en las áreas rurales. Según cifras del DANE, para junio del 2005, la población informal alcanzaba el 54.6% y 56.9% del total de la fuerza laboral en Medellín y Bogotá, la de Ba­rranquilla era del 64.5%, Cartagena, 61.7%, y 69.6% pa­ra Montería. En la tabla 3 se pueden apre­ciar las cifras que indican que la in­formalidad fue mayor en Barranquilla y Car­­ta­­gena que en el agregado nacional.

13

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

Educación Los avances en el sector educativo se gestionaron en los departamentos; pero los logros no son los ideales en com­paración con los del país. En el gráfico 14 se observa que la tasa de analfabetismo sigue siendo elevada en la mayoría de los departamentos de la Costa, con la excepción del Atlán­tico,

con niveles muy superiores a los de Antioquia, Valle y Cundinamarca, y que du­pli­can y triplican el promedio nacional. La tabla 4 ilustra cómo los avances en educación primaria no son suficientes, y la región sigue retrasada en las etapas de preescolar y media, con tasas inferiores a los departamentos andinos.

Gráfico 14 Tasa de analfabetismo 2002 18

14,8

16

16,8 15,7

14

Porcentaje

15,4

11,9

12

10,5

10 8 6

8 5,4

5,5

4

5,3 2

2

Departamento Fuente: Oficina asesora de planeación y finanzas del Ministerio de Edu­cación Nacio­nal.

14

Total nacional

Antioquia

Bogotá

Valle

Sucre

Magdalena

La Guajira

Córdoba

Cesar

Bolívar

Atlántico

0

Diagnóstico económico y social de la Región Caribe

Tabla 4

Cesar

Córdoba

La Guajira

Magdalena

San Andrés

Sucre

Valle

Bogotá

Antioquia

Colombia

5 a 17 años (No incluye Jardín y Prejardín)

73%

68%

70%

94%

84%

63%

69%

82%

72%

90%

85%

79%

5 y 6 años en transición

30%

29%

22%

36%

36%

30%

32%

38%

28%

40%

30%

31%

7 a 11 años en básica primaria

71%

75%

74% 101%

89%

69%

65%

87%

75%

84%

89%

82%

12 a 15 años en básica secundaria

55%

38%

45%

55%

48%

33%

57%

48%

51%

76%

65%

55%

16 y 17 años en educación media

31%

16%

22%

23%

23%

14%

29%

22%

25%

42%

34%

28%

Atlántico

Bolívar

Cobertura neta 2002

Fuente: Oficina asesora de planeación y finanzas del Ministerio de Educa­ción Nacional.

Gráfico 15 Resultados pruebas Icfes por departamentos, 2004 Porcentaje de colegios en nivel muy superior Bogotá

40,4

Región Caribe

12,5 11,4

Valle Antioquia

7,9 6,7

Cundinamarca

6,3

Santander

5,4

Atlántico

3,3

Bolívar Caldas

2,5

N. Santander

2,5

Risaralda

1,7

Córdoba

1,3

Cesar

1,3

Quindio

0,83

La Guajira Sucre

0,42

Magdalena

0

San Andrés

0 0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

Porcentaje

15

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

Gráfico 15a Resultados pruebas Icfes por departamentos, 2004 Porcentaje de colegios en nivel superior Bogotá

33,1

Región Caribe

12,4 10,3

Valle Antioquia

9,2 6,9

Cundinamarca 5,5

Santander Atlántico

4 3,4

N. Santander Caldas

2,8

Bolívar

2,7

Quindio

1,6 1,6

Cesar

1,2

Sucre Magdalena

1,1

Córdoba

1,1 1,1

Risaralda La Guajira

0,5 0,1

San Andrés 0

5

10

20

15

25

30

35

Porcentaje

Fuente: Observatorio del Caribe.

Gráfico 16 Rendimiento alcanzado por los planteles educativos en las pruebas Icfes, 2004 Colombia 40

38

35

Porcentaje

30

26,6

25 18,9

20 15 8,4

10 2,7

5 0

5

0,4 Muy inferior Muy superior

Inferior

Superior

Rendimiento

16

Alto

Bajo

Medio

Diagnóstico económico y social de la Región Caribe

Gráfico 16a Rendimiento alcanzado por los planteles educativos en las pruebas Icfes, 2004 Región Caribe 45

42,8

40

Porcentaje

35

29,4

30 25 20 15 10 5 0

10,3

10,3

Alto

Inferior

4,9 0,6

1,6

Muy inferior Muy superior

Superior

Medio

Bajo

Rendimiento Fuente: Observatorio del Caribe Colombiano.

Los gráficos 15 y 15a muestran la calidad educativa de los colegios en Colombia. En Bogotá, por ejemplo, el 40,4% de los colegios se ubicaron en el 2004 en el nivel muy superior de las pruebas del ICFES, mientras que en la Región Caribe apenas un 12,5% alcanzó esa calificación. Así mismo, la calidad superior registró en la capital de Colombia un 33,3%, mientras que en esta zona del país sólo el 12,4% de los colegios lo logró. Los gráficos 16 y 16a rea­­lizan comparaciones de la región con todo el país. Los re­­sultados indican que mientras a ni­vel nacional el 38% de los establecimientos tienen un rendimiento medio, en la región apenas lo tiene el 29.4%.

El nivel alto de rendimiento en la Nación registra un 18.9%, mientras que en el Caribe colombiano sólo un 10.3% lo alcanza.

Salud Un rápido examen de los indicadores de salud de la región señalan graves retrasos frente a los promedios nacionales. En efecto, en la tabla 5 se observa que los indicadores de mortalidad infantil se encuentran por encima de los de Antioquia y Cundinamarca, a pesar del continuo descenso de las tasas para el período 1990-2005.

17

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

Tabla 5

de vida humana, variable clave del Índice de Desarrollo Humano (IDH).

Tasa de mortalidad infantil (1990-2015) 19901995

19952000

20002005

20052010

20102015

25,3

23,5

22,3

21,5

21

45

44,6

44,2

43,8

43,4

Cesar

47,8

46,1

44,9

42,7

41,1

Córdoba

40,3

38,5

36,8

35,1

33,5

La Guajira

46,1

43,1

40,2

37,3

34,5

Magdalena

39,7

37,1

34,6

32,5

30,5

San Andrés

30,4

24,7

20,3

17,2

14,9

34

30,4

27,2

24,4

21,9

Antioquia

29,3

24,6

20,9

18

15,9

Cundinamarca

30,5

29,6

28,7

27,8

26,9

Atlántico Bolívar

Sucre

Fuente: Indicadores demográficos DANE.

Gráfico 17 Población afiliada al SGSSS 2003 (porcentajes)

60

Porcentaje

50 40 30 20 10

Total nacional

Caribe

Oriental

Pacífica

Central

Amazonía

Región Régimen subsidiado

Régimen contributivo

No afiliados

Fuente: Encuesta nacional de calidad de vida, DANE 2003

De seguir las ten­dencias actuales, aun para el 2015, con la excepción del de­partamento del Atlántico, los porcentajes de mortalidad infantil seguirán siendo elevados. Esta tasa es uno de los principales componentes del índice de la calidad de vida que afecta la esperanza

18

Infraestructura vial Por razones políticas, históricas y económicas, ligadas al modelo de industrialización sustitutiva y el rol de la eco­nomía cafetera, la Región Caribe desde el siglo XIX pa­deció problemas serios de integración física con el resto del país, y debió utilizar, en esencia, las vías acuáticas para su conexión con el exterior y el resto de Colombia. La de­bilidad de su mercado interno y la ausencia de un pro­ducto exitoso de exportación contribuyeron a esta situa­ción, unido a otro elemento, el sesgo centralista de las po­líticas públicas dentro de la economía. Desde que se inició el proceso de apertura en la dé­cada de los noventa, la nación tomó conciencia de la necesidad de adecuar su desarrollo vial, ya de por sí reza­ gado, a las necesidades del proceso de globalización. Me­jorar y ampliar la integración del centro del país con am­bas costas, fortaleciendo el sistema de troncales, fue una iniciativa latente desde ese momento.

70

0

En lo referente al Sistema General de Seguridad Social y Salud (SGSSS), las comparaciones interregionales (gráfico 17) explican cómo en el 2003 un porcentaje de la población no contó con ningún régimen de salud, frente al promedio nacional, así como una menor participación del Régimen Contributivo y un mayor peso del Régimen Subsidiado, lo cual refleja las condiciones de informalidad y pobreza de los habitantes.

La Región Caribe ha venido exigiendo el mejora­ miento de su infraestructura vial, portuaria, aérea y marítima desde hace décadas. En el caso de las vías, ha pugnado por la construcción de troncales que integren los sures de los departamentos de Bolívar, Córdoba y Sucre con la troncal de oriente y la troncal de la Costa. A la fecha sólo se ha completado la transversal del Carmen-ZambranoPlato, y se han registrado apenas algunos avances en algunos tra­mos de las futuras transversales.

Diagnóstico económico y social de la Región Caribe

Coberturas de Acueducto y Saneamiento Básico

Gráfico 18 Vías por departamento (kilómetros) 25.000

21.602

Kilómetros

20.000 14.460

15.000

10.340

10.000 3.845

5.000

4.681

2.538

4.223

4.268 1.784

802

Valle

Cundinamarca

Antioquia

Córdoba

Sucre

Bolívar

Atlántico

Cesar

Magdalena

La Guajira

0

Departamento

Fuente: La infraestructura del transporte vial y la movilización de carga en Colom­bia. Banco de la República.

El gráfico 18 es elocuente en lo referente al poco desarrollo vial del Caribe, el kilometraje de vías construidas resulta apenas una cuarta parte de otros departamentos, a pesar de la extensión de territorios como el Cesar, Bolí­var, Magdalena y Córdoba. El gráfico 19 ilustra que el pro­blema no es de extensión geográfica. Gráfico 19 Kilómetros de vías por 100 km2, 2003 120 95,5

80 60

46,7

40 20

12,2

16,6

20,4

23,7 16,4

16,3

16,9

22,7

Valle

Cundinamarca

Antioquia

Córdoba

Sucre

Bolívar

Atlántico

Cesar

Magdalena

0

La Guajira

Kilómetros

100

Departamento

Es indudable que con el proceso de descentralización po­lí­tica, fiscal y administrativa iniciado a mediados de la dé­cada de los ochentas, la Región Caribe empezó a mejorar sus indicadores de cobertura en los servicios básicos de acue­ ducto y alcantarillado. Un estudio de Fundesarrollo (1997: 89) señalaba que “el sector de agua potable y sa­nea­­miento básico ha sido uno de los más prioritarios en ma­teria de inversión en los siete departamentos costeños, no sólo por el apoyo brindado por la nación, sino también por los aportes de recursos propios de las entidades terri­toriales y del capital privado”, ya que entre 1994 y 1996 se destinaron al sector cerca de $243.000 millones de pesos de 1997, con la creciente participación del sector privado en el sector. Fundesarrollo (2000: 120) da cuenta de los éxitos lo­grados en materia de cobertura en alcantarillado, pues “se podría afirmar que la descentralización ha sido favorable al desarrollo del sector”, al pasar la cobertura regional de un 71.6% en 1993 al 90% en el 2000. En materia de alcantarillado, Fundesarrollo (2000: 122) registra el avance regional del 30.6% en 1993 al 55.5% al terminar la década de los noventas, pero señala el lamentable atraso de departamentos como Córdoba (39%), San Andrés (29.5%) y Sucre (49.8%). Un estudio del Observatorio del Caribe Colombiano5 en el 2002 señalaba que aunque se había avanzado en las coberturas de acueducto, había problemas de calidad del agua y confiabilidad en el suministro en la mayoría de los municipios del Caribe colombiano, y se encontraron serios problemas de debilidad de gestión de los acueductos locales. Los servicios de alcantarillado y aseo son muy deficientes en los municipios diferentes de las capitales. Los gráficos 20 y 21 ilustran las diferencias en cuanto a nivel de cobertura de acueducto y alcantarillado, que reflejan mejoras en la cobertura de agua pero con problemas de calidad, y un gran desfase en materia de alcantari-

Fuente: La infraestructura del transporte vial y la movilización de carga en Colom­bia. Banco de la República. 5 Ver Madrid Malo, M. y Díaz Rocca, Luz H. (2002: 97).

19

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

llado. Es posible que a la fecha se hayan realizado mejoras en cobertura y calidad, pero los retos continúan. Gráfico 20 Porcentaje de hogares por fuente de aprovisionamiento de aguas según regiones, 1997 120

Porcentaje

100 80 60 40 20 0

Total nacional

Caribe

Oriental

Pacífica

Central

OrinquíaAmazonía

Región Acueducto público Pozo Pila pública, carrotanque o aguatero Otro

Acueducto comunal Agua lluvia Río

Fuente: Encuesta nacional de calidad de vida, DANE, 1997.

Gráfico 21 Porcentaje de hogares según el tipo de inodoro con que cuentan, 1997 90 80

Porcentaje

70 60 50 40 30 20 10 0

Caribe

Oriental

Pacífica

Central

OrinquíaAmazonía

Región Inodoro conectado a alcantarillado Inodoro conectado a pozo séptico Inodoro sin conexión

Letrina o bajamar No tiene servicio sanitario

Fuente: Encuesta nacional de calidad de vida, DANE 1997.

Ciencia y Tecnología Desde que se constituyó el Sistema de Ciencia y Tecno­logía en el país, hace ya casi quince años, la re-

20

gión ha pug­­nado por desarrollarse en este sector, en medio de gran­des obstáculos relacionados con el relativo atraso de los ha­bitantes de la región. A mediados de la década de los no­venta Colciencias conformó las Misiones Regionales de Ciencia y Tecnología, las cuales avanzaron el diagnóstico y el análisis prospectivo del área, y se constituyó después la Comisión Regional de Ciencia y Tecnología, la cual elaboró el Primer Plan Regional de Ciencia y Tecnología, en convenio con el Corpes Costa Atlán­tica y la Universidad del Norte. Las Comisiones Regionales fueron sustituidas por los Comités Departamentales de Ciencia y Tecnología. Aunque la región ha avanzado en su inserción el sistema de C y T mediante la presentación de proyectos y la constitución de grupos de investigación, todavía la diferencia entre la misma con los departamentos avanzados sigue siendo no­toria. En efecto, en el gráfico 22 se percibe que para el 2002 Bogotá lograba utilizar casi el doble de los recursos que la Región Caribe para C y T, mientras el monto logrado por esta última era apenas superior al de departamentos aislados como Antioquia y Valle. El gráfico 23 ilustra sobre los resultados del pro­ grama de becarios de Colfuturo, el cual es clave para la formación de capital humano. En el período 19922004, la capital de Colombia multiplicó por más de diez la cifra de becarios logrados por la región, mientras que Antioquia y Valle duplicaron el número de becarios por encima del Caribe. Asimismo, los gráficos 24 y 25 indican la desventaja de la región para el año 2000 en lo referente al número de centros de investigación y grupos de investigación reco­nocidos por Colciencias. Para el 2005, las cifras segura­mente mejoraron mucho para la Región Caribe, pero no están disponibles a nivel regionalizado6. 6 Llama la atención que el documento “Indicadores de Ciencia y Tecnología de

Colombia-2004”, publicado por el Observatorio de Ciencia y Tecnología, no se preocupa por regionalizar las cifras, y los presenta solamente por programas o en listados generales que no permiten apreciar la dimensión regional. Ver Observatorio de Ciencia y Tecnología (2004).

Diagnóstico económico y social de la Región Caribe

Gráfico 22

Gráfico 24

Inversión en actividades de ciencia y tecnología, 2002

Número de grupos de investigación, 2000

600

300

271

250

400 300

271,95 216,11

200

227,36

200

Región Caribe

Bogotá

Antioquia

100

0

Valle

Fuente: Observatorio del Caribe Colombiano.

Región Caribe

Bogotá

Medellín

Cali

Fuente: Observatorio de Ciencia y Tecnología.

Gráfico 25

Becarios de Colfuturo 1992-2004

Número de centros de investigación, 2000 45

732

700

40

600

35

500 400 300 200

0

75

47

Gráfico 23

800

100

164

150

50

100 0

Número de becarios

Número de grupos

500

135

69

128

Número de centros

Miles de millones de pesos

509,73

41

30 25 20

17

15 10

10

7

5 Región Caribe

Bogotá

Antioquia

Fuente: Observatorio del Caribe colombiano.

Valle

0

Región Caribe

Bogotá

Medellín

Cali

Fuente: Observatorio de Ciencia y Tecnología.

21

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

22

VISIONES REGIONALES

CAPÍTULO CARIBE

Industria y finanzas públicas

Industria y finanzas públicas*

En este capítulo se proponen ideas básicas para empezar a consolidar un proceso de reactivación económica para la Costa Caribe, vinculando, por un lado, al sector privado en su rol valorador de la economía y, por el otro, al Estado en su condición de constructor de ambientes pro­ductivos armónicos y equitativos.

Industria Dentro de sus líneas generales, el documento Visión Co­lombia II Centenario: 2019 se propone recuperar y acelerar el crecimiento económico para generar un empresariado competitivo y una dinámica económica elevada capaz de producir importantes volúmenes de empleo. Por lo anterior, se hace necesario realizar un breve balance de lo sucedido en estas variables en las décadas recientes, y a la vez explicar los principales problemas de la Región Caribe en términos de competitividad, empleo e industrialización. La Región Caribe fue entusiasta con los modelos de apertura que se impulsaron a comienzos de la década de los noventas. Se creía que una mayor dinámica económica externa favorecería a una región como ésta, conectada na­tu­ralmente en forma fácil al mar Caribe. La experiencia en materia de dinamismo económico ha sido limitada. En ella se registró una dinámica expor­tadora en algunos períodos de la década de los

noventas, y los efectos sufridos en el ciclo económico en forma intensa afectaron las limitaciones en materia competitiva. Quince años del proceso globalizador no señalan a la Región Caribe como una región ganadora. La contribución del Caribe en el PIB nacional as­ ciende al 16%, y se mantienen los niveles históricos de par­ticipación en la economía de la nación. En la década de los ochenta esta cifra osciló entre 14 y 16%. Es evidente que la capital de Colombia sigue siendo la región que ma­yor participa en el PIB del eje AntioquiaValle-Bogotá, ciudades que aportan más de la mitad de la producción nacional. Es de anotar que sólo el departamento de Antio­quia contribuye al PIB nacional con un 15%; es decir, está por debajo en un punto del aporte que hace toda la Región Caribe. En cuanto a la composición sectorial del PIB de la Costa Caribe, se observa la terciarización creciente del PIB regional en más de un 70%. El sector agropecuario y minero perdieron algunos puntos de participación en la producción bruta regional, mientras que el sector in­ dus­trial decayó del 17.6% en 1980 a un 14% en el 2000. Por su parte, el sector terciario de la economía regional (co­mer­cio, servicios, gobierno, transportes y otros) aumentó su contribución al PIB en más del 10%, lo cual demuestra una indiscutible terciarización * Autor: Jairo Parada Corrales.

25

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

de la economía regional. El desarrollo de este sector es reflejo del crecimiento de la marginalidad y el sector informal urbano. Lo anterior se confirma en la dinámica del empleo industrial de la región, el cual pasó de 60.520 trabajadores en 1992, al inicio del proceso de apertura, a unos 35.545 en el 2003, una caída del 40% del empleo industrial. Por lo anterior, la fuerza laboral tendió a colocarse en el sector terciario en condiciones mayoritariamente de subempleo e informalidad. En materia de dinámica exportadora, después de al­ gún auge en la primera parte de la década de los noventa, el coeficiente exportador de la región escasamente ha lle­­ gado al 24% a nivel nacional, con un alto peso de las ex­­portaciones primarias basadas en carbón, banano y ní­ quel, espacio positivo desde el punto de vista de divisas pa­ra la nación. Pero esto no es suficiente para el desarrollo re­gional, por las conocidas limitaciones en este tipo de ex­ por­taciones para impactar a favor de la demanda interna re­gional y por su carácter capital-intensivo y los pocos esla­ bonamientos y complementariedades intersectoriales. La industria regis­tró algún mejoramiento de su capacidad ex­­por­­tadora, pues alcanzó un coeficiente de exportación de un 34%, cifra afectada por las exportaciones de ferroní­quel. Una de las grandes limitaciones del desarrollo in­ dustrial de la Región Caribe consiste en que el mismo está localizado en Barranquilla y Cartagena, en detrimento de los otros departamentos, lo cual se agrava por el carácter especializado de la industria en Cartagena, unido a una me­nor dinámica industrial exportadora en materia de va­lor agregado de Barranquilla. El fenómeno anterior se ha reflejado en materia de empleo. En la medida en que las tasas de crecimiento de­mo­gráfico de las áreas metropolitanas en la región han sido superiores a las del resto del país, lo cual se ha agravado en los últimos años por el fenómeno del desplazamiento y el con­flicto en las áreas rurales, al dispararse las tasas de in­formalidad. En efecto, según cifras del DANE para junio del 2005, mientras la población informal alcanzaba el 54.6% y 56.9% del total de la fuerza laboral en Medellín y Bogotá, respectivamente, para Barranquilla era del 64.5%, 61.7% para Cartagena y 69.6% para Montería. Es

26

evidente que la informalidad es mayor en Barranquilla y Cartagena que en el agregado nacional. Por lo anterior, es claro que una visión sólo general y no territorializada de las estrategias del documento 2019, podrían llevar a que en el futuro sólo registráramos más concentración de las ventajas del crecimiento económico en Bogotá y otras regiones del país. Estamos convencidos de que la sola proximidad a los puertos es una condición necesaria para mejorar la competitividad en materia de la economía global, pero no suficiente. Las economías de aglo­­meración pueden neutralizar esta ventaja. Dentro de una proyección de competitividad sisté­ mica, son muchos los esfuerzos que una agenda puede ha­cer, apoyada con recursos del orden nacional y unido a una gestión regional. Los mecanismos utilizados hasta la fe­cha, como los Carces, aunque han ayudado, son, por su naturaleza, muy limitados. Este territorio necesita una estrategia de desarrollo industrial, ausente desde hace décadas. El Corpes-Costa Atlántica intentó trabajar en ello al crear la Misión de In­dustria en el período 1991-1995, con un grupo de investi­gadores que centró su análisis en esta temática. Con la de­saparición del Corpes desaparecieron también el segui­miento y la gestión en materia de desarrollo industrial en la zona. El Gobierno Nacional debe precisar una agenda es­ tra­tégica de industrialización y empleo para la Región Caribe en forma sólida, que no dependa de los vaivenes de las coyunturas internacionales. Ello implica examinar los clusters industriales de hoy en día. Las posibilidades de fortalecerlos a la luz de los retos del TLC, y preci­sar una gama de proyectos agroindustriales en los departa­ men­tos más agrícolas, junto con los mecanismos de esla­bo­namientos y complementariedades con el sector in­dus­trial, son parámetros del método que se debe seguir en este territorio. Esta agenda estratégica de industrialización impli­ca: 1) Identificar proyectos industriales y agroindustriales claves, teniendo en cuenta las nuevas realidades de la industria siderúrgica, metalmecánica, química, bio­diesel, software, telecomunicaciones, etc.

Industria y finanzas públicas

2) Establecer en la región responsables de la promoción de estos proyectos, con recursos y capacidad de ges­ tión a nivel internacional. Un mecanismo que se podría utilizar sería fortalecer a nivel regional enti­ dades como ProBarranquilla, mediante su réplica a escala regional. 3) Examinar la posibilidad de canalizar recursos de apo­­yo público a fondos de riesgo para posi­bilidades de industrialización. En el pasado ello per­­­­mitió la creación de Mamonal y de Monomeros Co­lomboVenezolanos. Ahora, estos esfuerzos se orien­­tarían hacia industrias basadas más en la econo­mía del conocimiento. 4) Diseñar una estrategia regional de apoyo a iniciativas comunitarias y de MyPymes en la región, con el ánimo de mejorar las condiciones del empleo indus­trial y productivo, combatiendo la informalidad y la economía del rebusque. 5) La agenda de industrialización deberá identificar y canalizar recursos para superar los cuellos de botella en materia de vías e infraestructura regional, capital humano, formación en ingeniería y ciencias básicas, desarrollo institucional de los gobiernos locales y departamentales. Si no hay eficiencia institucional en el manejo de lo público y sin el fortalecimiento democrático de la sociedad civil, los esfuerzos del sector productivo no podrían fructificar. En síntesis, se requerirá una institucionalidad que acompañe es­tos procesos en la región. 6) Incentivar, mediante claros estímulos tributarios, la relocalización industrial en las zonas aledañas a los puertos del Caribe, como opción para garan­ti­ zar la eficiencia empresarial y las apuestas de país, en tiempos de la integración comercial y la glo­ba­ lización. En general, las estrategias para mejorar la cali­dad, el desarrollo de programas innovadores, el for­ta­lecimiento del Fondo Re­gio­nal de Garantías, el me­­joramiento de las tecnologías mi­crofinancieras, etc., quedarán en el papel si no logra una expresión territorial en términos de re­cur­sos humanos y fi­nan­cieros que apoyen los procesos en la re­gión. Se­rá necesario un acom­pañamiento

del gobierno na­cio­nal por largo tiempo, hasta que estos programas al­can­cen sos­tenibilidad.

Finanzas públicas La Región Caribe se identifica con los ideales éticos que pro­pone el documento Visión Colombia II Centenario: 2019 (DNP, 2005), los cuales consisten, primero, en “con­­solidar un modelo político profundamente democrá­tico, sus­tentado en los principios de libertad, tolerancia y fra­ter­nidad”; segundo, “afianzar un modelo socioeconómico sin exclusiones, basado en la igualdad de oportunidades y con un Estado garante de la equidad social” (DNP, 2005: 7). Cuatro grandes objetivos se relacionan con estos prin­cipios: “una economía que garantice mayor nivel de bienestar, una sociedad más igualitaria y solidaria, una so­­cie­dad de ciudadanos libres y responsables y un Estado al ser­vicio de los ciudadanos” (p. 7). Los principios y objetivos mencionados sólo serán via­bles si son respaldados con unas sólidas finanzas terri­ to­riales tanto a nivel departamental como local. Si bien es cierto que la Región Caribe ha hecho ingentes esfuerzos en la estabilización de sus finanzas territoriales, en el mar­co de la Ley 550 y la Ley 617, es posible que los costos de oportunidad en materia de desarrollo local que ha implicado dicha racionalización, estén incidiendo en el agravamiento de las condiciones del desarrollo social de la región. Por ello, se hace necesario explorar nuevas vías de solución a dicha problemática, y consideramos que el documento 2019 no puede reducirse a una proyección ten­dencial de lo existente sino que tiene que apuntar a cam­bios innovadores en el manejo de régimen de trans­ferencias, el Sistema General de Participaciones y el cubri­miento del déficit de los gobiernos territoriales. Este planteamiento está basado en la consideración de que las regiones atrasadas del país deben recibir tra­ ta­mientos preferenciales si es que se está interesado en dis­minuir las diferencias en el desarrollo regional a ni­ vel sub­nacional, lo cual es algo fundamental que el do­ cu­mento 2019 no destaca lo suficiente. Para la Región Caribe está claro que durante el siglo XX no fue una región ga­nadora. Da­da la verificación empírica de la inexistencia de la con­vergencia regional, el manejo tributario no puede en­focarse desde la perspectiva de una

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VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

regla de juego igual pa­ra todas las regiones, debido a que que las pistas y los ju­gadores son diferentes. El documento plantea dos aspectos: “la solución de los problemas sociales no es exclusivamente técnica o de recursos” (p. 9) y el replanteamiento de las finanzas pú­bli­cas a nivel territorial es un problema institucional y po­lítico, relacionado con el ejercicio del poder. La región está de acuerdo con lo propuesto en el do­­cumento respecto a actualizar los catastros y avalúos pa­ra fortalecer los procesos fiscales locales, pero el Gobier­no nacional deberá acompañar estas iniciativas en los de­partamentos y municipios más pobres, al lado de la pro­pues­ta de eliminar las exenciones a los predios rurales (p. 15). Es obvio que si los procesos de paz se aclimatan, la propiedad territorial en la región tiene que dejar de con­vertirse en una alcancía de valorización para entrar a la circulación por medio de la actividad productiva. Por ello, una revisión de la tributación territorial rural se puede convertir en un instrumento poderoso que apuntale pro­cesos de reforma agraria, que se pueden apoyar en los proce­­sos de extinción de dominio ya en curso, o en las tierras que deban devolverse en razón de la Ley de Justicia y Paz. Este proceso de reforma de avalúos de propiedades rurales no se podrá reducir o aprobar en el Congreso un estatuto tributario único, sino que tendrá que ser acompañado por el nivel nacional con entidades como la DIAN y el Mi­nis­terio de Agricultura. Ante la propuesta de reforma al Régimen de Transfe­ rencias, la región demanda un tratamiento preferencial, debido a la deuda social que el resto del país posee con ella, criterio valedero para otras regiones en igualdad de con­­dición. En efecto, el documento 2019 sugiere que “el régi­ men de transferencias –cuya fórmula actual expira a finales de 2008– requiere garantizar la estabilidad de los recursos para los entes territoriales y hacerlos sostenibles para el gobierno central, considerando la posible indexación de las transferencias con el índice de precios al consumidor” (p. 15). Se propone reducir el crecimiento de las transfe­ rencias a la tasa de inflación (3%) congelando los recursos en el tiempo. Esto le convendrá a las regiones gana-

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doras del siglo pasado, pero no a una región como ésta, con la cual la na­ción tiene una deuda social; llegamos al proceso de trans­ferencias en condiciones de absoluta inequidad. En otras palabras, la racionalización del peso tributario será des­cargada en el Sistema General de Participación a costa de nuestros intereses regionales. Esta propuesta cla­ramente lesiona a la región y limita su participación en el Régimen de Transferencias existente en precios cons­tan­tes, lo cual impedirá un mejoramiento o aumento de dichas trans­ferencias para la Región Caribe, la más atrasada en tér­minos de salud y educación. En ese sentido, esta iniciativa simplemente consolida la inequidad que hoy vivimos. La región plantea que di­cha reforma al Régimen de Transferencias, en caso de ocu­rrir, debe incluir mecanismos compensatorios que le otorguen al Caribe un tratamiento preferencial. Conservar lo que hoy existe para nosotros en materia de transferencias es más progresivo que lo que propone el gobierno. Por ello, deberá articularse la propuesta de constituir un fon­­­do de compensación regional que compense lo que al­­gu­­nas re­giones pierdan por efecto de esta reforma. Le co­­­­rresponderá al ejecutivo buscar fórmulas, en común acuer­­­do con el legislador, para generar estos rubros com­pensatorios, ya sea con base en los dineros que se reduzcan en su aumento para las regiones más avanzadas o buscando financiación en regalías, o puntos del IVA generados en las regiones. En materia de consolidación de las finanzas territo­ riales, el objetivo que el país se plantea (p. 23) para la Región Caribe es la creación de un Fogafín para entidades pú­blicas, a fin de absorber las deudas hoy bajo Ley 550. El propósito de aliviar el costo del servicio de esos recursos para las entidades territoriales no es muy cuantioso, y po­­dría ser recogido mediante deuda pública nacional, y rem­plazado con acreencias menos onerosas para las enti­dades territoriales. El Ministerio de Hacienda tendría evi­den­temente los mecanismos de carácter compulsivo para hacer cum­ plir a las entidades territoriales el pago de ese dinero en con­diciones más favorables, lo cual aliviaría las finanzas locales territoriales en los próximos veinte años. Se destaca en el capítulo IV del documento Visión Colombia II Centenario: 2019 los desequilibrios

Industria y finanzas públicas

re­gio­nales y reduce el urbano-regional. El documento no se compromete con la creación de enti­dades regionales, co­mo lo ordenan los artículos 306 y 307 de la Constitución Nacional. Aunque reconoce la necesidad de aprobar la Ley de Ordenamiento Territorial, al afirmar: “…en el tema de ordenamiento territorial, hacia 2010 el país deberá haber ajustado el marco constitucional y aprobado la ley orgánica de ordenamiento territorial, dándole mayor flexibilidad a las posibilidades de asociación, con nuevas formas de orga­nización e integración más allá de la división político-administrativa” (p. 23), se queda muy corto. La región demanda que el nivel nacional se com­ prometa a cumplir con lo establecido en los artículos 306 y 307 de la Constitución Nacional, es decir, crear entes regionales que podrían convertirse en palancas promotoras del desarrollo regional al encargarse de competencias que difícilmente podrían asumir los departamentos y que la na­ción podría empezar a delegar. El gobierno ha manifestado su oposición a la genera­ción de nuevas fuentes de costos en la gestión pública, como lo sería la constitución de entes regionales. Sin embargo, esta argumentación la consideramos muy sesgada, porque no contempla los beneficios que podrían derivarse de dicho proceso, tanto desde el punto de vista de la gestión de los proyectos como desde la perspectiva de una mayor participación democrática de sus asuntos vitales.

En efecto, desde 1994 al 2005 las entidades territo­ riales de esta zona recibieron por concepto de regalías unos $21.854 millones de pesos a precios corrientes, lo cual co­rresponde a un 22% de lo recibido por todas las entidades territoriales del país (Según cifras del DNP en www.dnp.gov.co). La región es rica en recursos minerales y sufre un atraso relativo, por consiguiente, no parece equitativo que apenas reciba casi el equivalente al 21% de su participación demográfica. Redefiniendo las competencias y recursos con el nivel central, y alimentándose de regalías y del fondo de compensación regional propuesto, un ente regional puede funcionar sin problemas en este espacio del país, para que apuntale la gestión de proyectos de desarrollo regional y contribuya al desarrollo institucional de los municipios y departamentos. Si es algo que ya se hizo en el pasado, no se entiende la resistencia del gobierno nacional a ello. En síntesis, las propuestas aquí planteadas son consis­tentes con los grandes principios y objetivos propuestos en el documento, sólo que se los hace descender a fórmulas concretas que apuntalan el desarrollo específico de una región atrasada en el país como es la Región Caribe. Si el gobierno apuntala fiscalmente la región, su inserción y su rol en la economía global serán progresivos, en el marco del TLC con Estados Unidos. De lo contrario, sucederá lo mismo que hace quince años, cuando la apertura nos pasó por encima, dejándonos muy poco.

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VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

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VISIONES REGIONALES

CAPÍTULO CARIBE

Infraestructura

Infraestructura*

La estructura de esta sección no corresponde a un or­­den de importancia. Se ha presentado de esta ma­nera para facilitar la lectura.

Transporte El análisis que requiere el documento Visión Colombia II Centenario: 2019, dada la hipotética influencia que éste debe tener en el desarrollo mediato e inmediato del te­rritorio nacional, convoca a los colombianos, al sector de la academia, a mirar con ánimo crítico su contenido y alcance, y a detenerse en los diferentes ejes estratégicos que fueron considerados en su estructuración. Esta parte de este documento se limita al sector trans­porte y se plantea la discusión en el entorno físico de la Región Caribe, para proponer por lo requerido en esta materia, y así alcanzar los índices de satisfacción socio­económica que merece y requiere este pedazo del te­rritorio nacional. Sabido es que las acciones estratégicas para el de­sarrollo socioeconómico de un país incluyen, indefecti­ble­mente, la disponibilidad de una red moderna de trans­­porte con los niveles de servicio que exigen sus po­ten­cialidades: vocación, territorio, población y demás ele­mentos que posibiliten los índices de crecimientos pre­su­puestados en la visión futura que encarna la agenda pro­puesta. Específicamente para la Costa Caribe, y dentro del interés que ha generado el documento Visión Colom-

bia II Centenario: 2019, se evidencia la necesidad de poner en la mesa de discusión el tema de la carencia de una red vial adecuada, complementada con puntos o nodos mul­timodales que obedezcan a conceptos de apro­­vechamiento y eficiencia de última generación, pa­ ra promover la evolu­ción de la región, dado que este desa­rrollo, visto en el con­­texto nacional, es el fundamento pri­mario de corte po­lítico-institucional de las agendas ins­titucionales de mar­co ejecutivo, como la que nos ocupa. Para el área del transporte carretero, ferroviario y aéreo, se propone una serie de acciones que buscan el re­sar­­cimiento social y económico del Caribe, para generar unas condiciones de crecimiento esperado, que hoy recla­ma esta parte del territorio nacional. Hay que recordar las potencialidades que posibilitan sufi­ciente fortaleza para alcanzar el desarrollo, bienestar y una cimentación firme para lograr su crecimiento, lo cual permitiría una estructura sólida de eficiencia y com­petitividad. El mar Caribe, con una extensión litoral de 1.600 kilómetros, como salida hacia el mundo; el río Magdalena, con su recorrido navegable de 1.000 * Autores: Javier Páez Saavedra, Víctor Cantillo Maza, Juan Carlos Vélez Díaz, José

Soto Ortiz, Luis Narváez Ricardo, Manuel Alvarado Ortega, Lácides Ripoll Solano, Guillermo Márquez Ferro y Elisama Dugarte Coll.

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VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

kilómetros, como ca­mino natural para entrar y salir, hacia y desde el interior del territorio colombiano; grandes riquezas mineras, en áreas car­boníferas y gasíferas, una riqueza marítima en es­pera de ser uti­ lizada para el desarrollo deseado, grandes zonas de terreno de evidente vocación agrícola y pecuaria y una población que espera, con justa razón y derecho, un firme propósito nacio­nal para alcanzar los índices de edu­cación que se requieren para complementar esas bon­dades naturales propias.

En lo referente a carreteras, la Costa Caribe cuenta con una extensión de 3.260 kilómetros de vías primarias, a cargo del Instituto Nacional de Vías, cuantitativamente equivalente al 20% del red primaria nacional, pero que en términos de exigencia geométricas y estructurales dejan mucho que desear, pues se consideran medianamente acep­­­tables los tramos que hoy están en manos de empresas pri­vadas gracias al proceso de concesión que vive el país en el sector carretero.

Ubicación estratégica de ciudades importantes: San­ ta Marta, Barranquilla y Cartagena; zonas de potencia­ lidad turística cuya explotación generará los beneficios pro­pios de la llamada la industria sin chimenea; centros edu­cativos en el área de la enseñanza superior que mues­ tran un decidido propósito local de alcanzar niveles de tecnología y conocimientos fundamentales para superar me­tas ancestrales de desarrollo primario, son también po­tencialidades evidentes del territorio.

En cuanto a la red vial de segunda y tercera categoría, a cargo de los departamentos y municipios, y considerando una proporcionalidad nacional, podemos hablar de un índice de 146 kilómetros de vías por cada 1.000 km2 de área, pero debe hacerse la acotación relevante de que esto sólo se re­fiere al aspecto cuantitativo, pues en cuanto a ca­lidad que­damos rezagados a un lugar muy preocupante por la falta de mantenimiento, que se ha convertido en una con­­ducta normal institucionalizada en esta materia, y que hará colapsar muy pronto la totalidad de esta red regional. Se necesita replantear lo correspondiente al mandato de la Ley 105 ya citada y su reglamentación, o buscar otros re­cursos y tomar decisiones que eviten la parálisis que se avi­zora desde ya en este servicio.

Al analizar el documento Visión Colombia II Cen­ tenario: 2019 se observa que los proyectos del área del trans­porte terrestre son los únicos que generarían bene­ fi­cios marginales a nuestra región. La Transversal de la Cos­ta Caribe unirá el Golfo de Urabá con la hermana Re­­­pública de Venezuela en tierras del departamento de La Guajira, y se espera que obedezca a un proyecto de ín­­dices potenciales de servicio de altas exigencias (doble calzada). Sin embargo, si de una distribución equitativa de los in­centivos de desarrollo se trata, debe haber un propósito que asegure una mayor densidad vial para la región; se ob­serva no sólo bajo consideraciones cuantitativas sino cua­litativas de lo existente. En departamentos como el Magdalena, La Guajira y Bolívar, para ejemplarizar un poco, es imposible la comunicación entre municipios, in­cluso cercanos, o si ella es posible, sólo se logra en época de prolongados veranos, debido al estado de las vías que han construido estos entes territoriales, o el extinto Fondo Na­cional de Caminos Vecinales, y que han tenido que re­cibir estos entes por herencia y mandato definidos por la Ley 105 de 1993. Importante anotar que hasta la fecha se han trasferido sólo 10.000 kilómetros de los 30.000 pro­ puestos por mandato legal.

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En lo que respecta al área ferroviaria, la Costa cuenta con 400 kilómetros de vías (25 % del total nacional), por los cuales se mueven hoy anualmente 46 millones de to­ne­ladas de carbón (el 98% de la carga total movilizada por este modo). Esta estrecha extensión se constituye en una restricción a la potencialidad de explotación de las ri­quezas carboníferas, que de acuerdo con previsiones fun­damentadas se duplicaría en los próximos años.

Transporte vial, ferroviario y aéreo De acuerdo con lo anunciado podrían plantearse las si­guien­tes propuestas:

Primera propuesta: Transversal Intermedia Costera La Transversal Plato-Zambrano-El Carmen, que se ex­tien­de al departamento del Cesar, debe prolongarse con altas especificaciones geométricas (doble alzada

Infraestructura

o tercer carril, anchos de berma) y estructurales (configuración de ejes futuros) a partir de El Carmen de Bolívar, buscando la conexión con la futura marginal del Caribe. Con similares especificaciones de calidad éstas se deben aplicar al tramo existente, para aprovechar el puente sobre el río Magdalena (restricción para la doble calzada) en el tramo Zambrano (departamento de Bolívar) - Plato (departamento del Mag­dalena), para que se posibilite, a través de vías adecuadas, otro punto de conexión con el vecino país de Venezuela. Se lograría así mejorar la movilidad en la zona de influencia de esta vía, con las ventajas comerciales y turísticas que ello permitiría. Este eje adicional es lo que llamaríamos La Transversal Intermedia Costera.

Tercera propuesta: HUB and SPOKES

Los nuevos ejes viales en lo que corresponde a la cos­ta quedarían así: Transversal Marginal del Caribe (do­ble calzada), Transversal Intermedia Costera (tercer carril) y Transversal Central del Norte o Transversal Sur de la Cos­ta Caribe (doble calzada).

La integración vial propuesta en esta agenda por la cercanía geográfica que existe entre las tres ciudades por­tuarias de la región, amén de la posición de privilegio te­rritorial propias, genera unas condiciones especiales para el aprovechamiento de los terminales aéreos, algunos de ellos hoy subutilizados. Con carac­terísticas geométricas en pistas y disponibilidad de área cubiertas, el aeropuerto de Soledad sería el eje entre las tres ciudades costeñas.

Segunda propuesta: Línea Férrea Santa MartaBarran­quilla-Cartagena Se propone extender la línea férrea hasta Cartagena, bus­cando una eficiente interconexión de las tres ciudades con servicios portuarios y aéreos de la Costa Caribe y a la vez con el sistema ferroviario del interior. Punto neurálgico del planteamiento, tanto en ma­ teria férrea como de carretera, lo constituye el tramo Ba­rranquilla-Ciénaga, pues las previsiones, hoy dadas por ciertas, sobre el ascenso del nivel del mar, hacen referencia a que para los próximos 100 años éste habrá alcanzado el metro de altura. Esto también afectará los niveles del río Magdalena, por lo que es necesario trabajar desde ya en adecuar las estructuras portuarias, marítimas y fluviales, entre otras, para salirle al paso a tan preocupante amenaza de la naturaleza. Una restricción por solucionar, tanto del transporte terrestre (férreo y carretero-doble calzada) como fluvial (ga­libo), lo constituye el actual puente Pumarejo. Las alter­nativas de solución a este problema deben ser una primera señal de acción del gobierno central para con la Región Caribe.

Aprovechar el privilegio de tener una de las pistas más largas para convertir el aeropuerto Ernesto Cortissoz de Soledad (Atlántico) en un terminal Hub and Spokes (nodo y derivación), alternativa que ha sido adoptada exitosamente por las compañías aéreas de los países desarrollados, y que permitiría mejorar los niveles de competencia de la región con otros destinos del Caribe. La idea es convertir al aeropuerto de Soledad en un nodo intermedio, como el de Panamá, que distribuya pasajeros y carga a los otros destinos, en tanto optimiza la operación de las aerolíneas.

Cuarta propuesta: Dos grandes nodos logísticos multimo­dales Proyectar en la región la construcción de dos centros pa­­ra realizar conexiones multimodales. Ello demanda pro­veer una infraestructura necesaria para la realización del transbordo multimodal, el almacenamiento de los pro­ductos, los trámites aduaneros y las facilidades logísticas requeridas por los agentes y prestadores de los servicios multimodales.

Transporte de carga por el río Magdalena El río Magdalena tiene 1.650 km de longitud, de los cua­les 1.000 son navegables (Puerto SalgarBarranquilla); adicionalmente, el Canal del Dique, que tiene 117 km de longitud, permite la navegación entre el río Magdalena (Calamar) y la bahía de Cartagena. En la actualidad, el río no es un medio de transporte masivo, solamente conduce el 2% de la carga que se mueve en el interior del país y el 4% de los pasajeros.

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VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

Hacia los próximos años se recomiendan la ejecución de las siguientes acciones para reactivar la navegación por el río y disminuir los costos de transporte entre el interior del país y los puertos de Barranquilla y Cartagena, con lo cual la industria localizada en el interior del país podría ser más competitiva a nivel internacional. •



Desarrollo de vías transversales entre las carrete­ras troncales y el río. Principalmente las vías Tamala­ meque-El Banco-Magangué, con todos los puentes que se requieran, y Remedios-Barrancabermeja, in­ cluyendo en esta última ciudad su comunicación férrea y vial con el puerto.



Montaje de equipos para cargue y descargue de em­barcaciones en los puertos de Magangué, Ca­ pul­co, Barrancabermeja, Puerto Berrío y Puerto Sal­gar.



Consolidar el Sistema de Navegación Satelital (SNS), con el cual se logrará mejorar la seguridad en la navegación, incluyendo la posibilidad de nave­­gar durante la noche, por supuesto, cuando las con­­diciones de profundidad del canal navegable lo ga­ranticen.



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Consolidación de nodos transporte intermodal (río-­carre­tera-tren) en Capulco, Barrancabermeja, Puer­to Berrío y Puerto Salgar.

Mejora en las condiciones de la navegación en 500 kilómetros de longitud en la zona trenzada del río entre Capulco y Puerto Salgar, mediante la re­gulación del río como cierre de brazos y estructuras de encau­za­miento.



Diseño y construcción de nuevas embarcaciones acorde a las condiciones del río y los volúmenes de carga.



Construcción de las obras que se requieran en el Canal del Dique para controlar el aporte de sedi­ mentos hacia la bahía de Cartagena, garanti­zando la navegación fluvial y la variación de los niveles del río para asegurar el funcionamiento de las ciénagas.

PUERTOS MARÍTIMOS Con respecto a la Zona Portuaria de Barranquilla, se re­quiere adelantar las siguientes acciones: •

Que se realicen las mediciones y estudios para co­ no­cer el estado marino de Bocas de Ceniza, y así me­jorar las condiciones de aproximación de buques hacia el río.



Que en el puerto de Barranquilla se mejoren la ins­­ trumentación para conocer en tiempo real las con­­­ di­ciones climatológicas, hidráulicas-sedimentoló­ gi­cas, que garantice la navegación segura en el puer­to.



Desarrollo portuario de la margen derecha entre el puente Pumarejo y el anclaje del Dique Direccional, para que mediante la inmersión privada se realice la fijación de la orilla mediante tablestacados que cumplen la doble función (muelle-protección). Lo­ grar la contraprestación ambiental de una franja de 500 m del área utilizada (ubicada en predios de la Vía Parque Isla de Salamanca).



Consolidar al puerto de Barranquilla como el prin­ cipal del río Magdalena con la construcción de un puerto de aguas profundas.



Construcción de un cruce subfluvial para permitir el cruce de vehículos-tren (demolición del puente Pumarejo) que posibiliten desarrollar una zona por­ tuaria en la margen izquierda del río en jurisdicción de Malambo y Sabanagrande.



Lograr la reubicación de las industrias que hoy es­ tán instaladas en el interior del país, con potencial exportador. Creación de nuevas empresas, para lo­ grar que Barranquilla y Cartagena sean centros in­ dus­triales importantes a nivel nacional. Con respecto a la Zona Portuaria de Cartagena:



Aprovechando la profundización del canal de acceso a la Zona Portuaria para buques de 45 pies de calado, consolidarlo como puerto de trasbordo internacional de contenedores.

Infraestructura



Transporte de los contenedores de más bajo precio que llegan a través del Canal del Dique y el río Mag­dalena.

Con respecto a la Zona Portuaria de Santa Marta, se requiere que el incremento de los volúmenes de carbón de exportación por Cienaga garantice el cumplimiento de los Planes de Manejo Ambiental, para no afectar el desarrollo turístico de esta región.

El sistema eléctrico debe mejorar sus indicadores de confiabilidad y estabilidad, basado en un plan de desa­ rrollo y expansión eléctrico regional contemplado en la planeación de largo y mediano plazo de la UPME, Di­ rec­ción de Planeación Nacional y Ministerio de Minas y Ener­gía para la Costa Atlántica, con el propósito de ga­ ran­tizar una prestación del servicio de energía eléctrica con están­dares competitivos.

Sector Eléctrico

Se proponen los siguientes proyectos:

Actualmente el sistema eléctrico de la Región Caribe tie­ne un consumo de energía distribuido de la siguiente ma­­nera: 45% el sector residencial, 35% la industria, 12% el sector comercial y 8 % otros servicios. Es conveniente cam­biar esta proporción, solamente viable con las em­ presas y la reubicación de la industria del interior del país y de inversionistas extranjeros con nuevas plantas de producción, buscando un mayor consumo por parte de los sectores productivos, mediante una política de incentivos a los empresarios e industriales regionales.



Ampliar la interconexión a 500 Kv con el proyecto Bo­lívar-Copey-Ocaña-Primavera-Bacatá.



Ampliar la capacidad de transporte de la línea Can­ delaria-Zaragocilla de 110 Kv.



Ampliar la capacidad de transporte de ValleduparGuatapurí de 110 Kv.



Mejorar la estabilidad de la línea Cuestecita -Cua­ dricentenario a 220 Kv que interconecta a la Costa Caribe con Venezuela.



Cerrar el anillo del sistema eléctrico de 110 Kv en la ciudad de Barranquilla.



Llevar el anillo de 66 Kv de Cartagena de Indias a 110 Kv.



Construir la línea a 110 Kv Silencio - Nueva Ba­ rran­quilla



Construir la línea a 110 Kv 20 de Julio - Nueva Ba­rran­quilla.



Duplicar el circuito de 220 Kv Cuestesita- Valle­ du­par-Copey-Fundación, para completar un ani­ llo de doble circuito en Magdalena, La Guajira y Cesar.

Transmisión En la actualidad, el sistema eléctrico de la Costa Caribe cuenta con: Tabla 6 Líneas de transmisión Tensión

KM de Circuito

220 Kv

1.517,400

110 Kv

12.580

34.5 Kv

1.400

La operación del sistema eléctrico costeño presenta una alta confiabilidad y robustez mientras se encuentra in­terconectado con el sistema del interior del país, por me­ dio de la línea de 500 Kv Sabanalarga-Chinú-San Carlos. Esta línea ha presentado muchas contingencias (salidas de operación), ocasionadas incluso por sencillas quemas de cultivos, que han dejado a toda la región sin energía. Por esta razón se hace necesario desarrollar un plan de auto­ suficiencia eléctrica en la Costa Caribe que garantice el suministro de energía ante la salida de la línea de 500 Kv.

Distribución El desarrollo de la industria regional se encuentra cimen­­­tado en las garantías de prestación de servicio de suministro de energía eléctrica de calidad. La Costa Caribe se de­be caracterizar por un servicio sin cortes de energía fre­cuen­tes, y el suministro de energía con valores de ten­sión ade­cuados.

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VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

Pero también debe iniciar un proceso de repo­ten­ ciación de redes y expansión de las mismas para am­ pliar la cobertura llevando el servicio a nuevos usuarios de los diferentes sectores de la producción. •



Las empresas operadoras de red de la Costa deben garantizar la disponibilidad de conexión de nuevos consumidores (industriales y comerciales) en los ni­veles de 110, 34.5 y 13.2 Kv. Garantizar el cumplimiento de las restricciones de la CREG en cuanto a la calidad de la potencia eléc­ tri­ca, mediante la disminución de los indicadores DES (mide el tiempo total de interrupciones del ser­vi­cio) y FES (mide el número de interrupciones del ser­vicio). Tabla 7 Calidad de la potencia eléctrica en la Costa Caribe Año 2001 Nivel Circuito

Año 2002

FES

DES (horas)

19

38

2

29

3 4

Año 2019

FES

DES (horas)

FES

11

26

8

20

58

19

44

10

24

39

68

29

51

20

36

61

84

39

58

35

53

DES (horas)

1

• Ampliar la confiabilidad del operador de red (Elec­ trocosta- Electricaribe) para brindar una calidad de la potencia eléctrica que haga competitiva a la Región Caribe.

Tabla 8 Plan de expansión de redes de distribución Costa Caribe Año

Nombre

Nivel de tensión

Elemento

2005 Valledupar

Se energiza nuevo transfor­ 230/34.5 Transformador mador de los existentes en 45 MVA la subestación.

2005 Mompox

110

Compensación Entra

2005 Copey

230/110

Transformador

2006 Montería

230/110

Transformador Primer transformador

100 MVA

Línea

731 A

2006 Montería-Urrá 230

38

Reemplazo del trans­for­ mador actual

Circuito nuevo

15 MVAr 100 MVA

2006

Nueva Barranquilla

2006

Nueva Barran110 quilla-Silencio

Línea

Circuito nuevo, abriendo la línea existente Silencio- 800 A Veinte de Julio

Nueva Barran2006 quilla-Veinte 110 de Julio

Línea

Circuito nuevo, abriendo la línea existente Silencio- 800 A Veinte de Julio

2007 Zaragocilla

110

Subestación

Energizar a 110 la actual subestación energizada   a 66 kv

2007 Zaragocilla

110/66

Transformador Primer transformador

60 MVA

110

Línea

712 A

66

Compensación Entra

2007

CandelariaZaragocilla

2007 El Carmen

230/13.8 Transformador Primer transformador

Circuito nuevo

80 MVA

15 MVAr

2008 Puerta de Oro 110/13.8 Subestación

Nueva subestación

50 MVA

Nueva Bar2008 ranquilla110 Puerta de Oro

Línea

Circuito nuevo

140 MVA

2008 T/Cartagena

110

Subestación

Energizar a 110 la actual subestación energizada a 66 kv

 

2008 Chambacú

110

Subestación

Energizar a 110 la actual subestación energizada a 66 kv

 

Generación Desde la implantación del mercado mayorista de energía, hace más de 10 años, se estimuló el desarrollo del parque hidroeléctrico en Colombia, debido a la manera de fijar la entrada en operación de las plantas generadoras pa­ra definir el precio del KWH en bolsa. Por esta razón, la par­ticipación de las centrales de generación eléctrica tér­­micas tienen relativamente una baja participación en la disponibilidad del sistema eléctrico nacional.

Nueva capacidad

Descripción de la expansión

2008

T/CartagenaChambacú

110

Línea

Energizar a 110 la actual subestación energizada a 66 kv

 

2008

Chambacú -Zaragocilla

110

Línea

Circuito nuevo

 

2009 Bocagrande

110

Subestación

Energizar a 110 la actual subestación energizada a 66 kv

 

Línea

Circuito nuevo

 

2009

T7Cartagena110 Bocagrande

Fuente: Electrocosta-Electricaribe-UPME

Infraestructura

La dis­po­ni­bilidad del parque generador costeño (con­formado en su mayoría por centrales térmicas) corresponde al 33.8 % de la disponibilidad del sistema nacional en la actua­lidad. Para volver el sistema de la Costa menos vulnerable ante fallas y atentados, se recomienda encontrar una fór­mula eficiente que permita que la disponibilidad del parte térmico sea mayor y el aumento de su capacidad instalada, mediante políticas favorables a la inversión nacional y ex­tranjera en el sector eléctrico costeño. Se propone desarrollar las siguientes estrategias: •

Promulgación de una regulación CREG para incen­ti­var la inversión extranjera en los proyectos de re­po­tenciación de centrales generadoras térmicas, que involucre un cargo por capacidad del sistema eléc­trico colombiano, favorable para las nuevas centrales térmicas.



Actualmente la capacidad eléctrica instalada es de 2.560 MW; sería conveniente aumentar la capacidad instalada de generación en un 20% (aprox. + 512 MW), con el propósito de volver el sistema eléc­trico menos vulnerable y poder garantizar un desa­rrollo sostenido de la industria, que impactará el cre­cimien­to del PIB en la Región Caribe.



Impulsar una política para la implantación de la ge­ne­ración distribuida en los parques industriales re­gio­­nales.



Ampliar la interconexión a 500 Kv con el proyecto Bolívar-Copey-Ocaña-Primavera-Bacatá.

Fuentes no convencionales En la actualidad, el costo de implantación de unidades ge­­neradoras no convencionales es alto. En el caso de la ge­­neración eólica corresponde a un 30% por encima del cos­to de las centrales térmicas que funcionan con carbón, lo que muestra su clara desventaja. La situación privilegiada con respecto al resto del país en referencia a la velocidad de los vientos y cantidad de energía solar en las regiones, por lo cual debe liderar la investigación de la generación eólica y

solar para convertirla en un modelo competitivo. La Guajira muestra un indicador de 2190 KWH/ m2 al año de disponibilidad de promedio anual de energía solar, que es el doble que el medido en otras regiones del país. El resto muestra un indicador similar, lo que se convierte en un oportunidad regional: Tabla 9 Disponibilidad de promedio anual de energía solar por regiones Región

kWh/m2/año

Guajira

2190

Costa Atlántica

1825

También la energía eólica es una posibilidad atrac­ tiva para muchas de las poblaciones costeras del Caribe, pero sólo se ha desarrollado su uso en La Guajira (el par­que Jepirachi), con una capacidad instalada de 19.5 MW (aproximadamente el 0.15% de la capacidad instalada na­cional), desarrollo con una operación, con excelentes re­sultados. Toda la zona costera de la región presenta velo­cidades de viento óptimas para desarrollar más proyectos eólicos en períodos relativamente prolongados durante el año. Se propone la instalación de mínimo un parque eólico de dimensiones y capacidades similares al de Jepirachi en la región costera entre La Guajira y Bolívar.

TELECOMUNICACIONES La globalización de la economía y de la educación colom­biana han avanzado a pasos agigantados en los últimos años, y se espera que el TLC traiga consigo un intercambio aun mayor. La región debe prepararse para esta nueva etapa de tal forma que este cambio se traduzca en un aumento de las oportunidades laborales y en el uso de la tecnología pa­­r­a tener personal calificado que afronte los nuevos retos que se avecinan. Uno de los puntos para que se generen nuevas fuen­­­ tes de empleos se relaciona con el área de las teleco­mu­­­

39

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

nicaciones. Las cifras señalan que las tecnologías de la información y la comunicación son el sector que más rá­­pidamente ha crecido en el mundo durante estos últi­ mos años, pues ha registrado tasas superiores al 7%. Adi­ cio­nalmente, este sector ha duplicado en poco tiempo su contribución al producto interno bruto hasta en un 10% del total. Esta situación está generando nuevas oportu­nidades de empleo e importantes cambios en la estructura económica de las empresas. Se proponen para la Costa Ca­ribe dos grandes proyectos: 1. Masificación Internet. 2. Creación de la zona franca de telecomunicaciones.

Masificación de Internet Aprovechado las nuevas tecnologías alámbricas e inalám­bri­cas (ADSL, WIFI, WIMAX, entre otros) se propone masi­fi­car el servicio de Internet de banda ancha a los mu­ni­ci­pios de esta zona (conexiones alámbricas), a las veredas y corregimientos o zonas de difícil acceso (conexiones ina­lámbricas) y a las zonas periféricas de escasos recursos en las grandes ciudades, de manera que se genere: 1. Mayor cobertura de capacitación a través de cursos virtuales, teleconferencias y otros tipos de medios, que permitan la masificación de la educación, garan­tizando un aumento de personal calificado que cu­bra las necesidades técnicas, agroindustriales, admi­nis­trativas, entre otras. 2. Nuevos servicios médicos a través de la telemedicina, que permitan interconectar especialistas ubicados en las ciudades capitales, universidades, entre otros, con los centros de salud de las regiones.

Creación de la zona franca de telecomunicaciones Se propone la creación de la Zona Franca de Telecomu­nicaciones, en el marco del artículo 45 de la Ley 768 de 2002, que reza: “Créase el Parque Tecnológico del Caribe como composición institucional y empre-

40

sarial de centros de de­sarrollo tecnológicos, de servicio, de apoyo al desarrollo pro­ductivo, núcleos de información, documentación y co­­mu­nicaciones, empresas tractoras y relacionadas, incu­ba­doras de base tecnológicas, centros de investigación e in­novación y universidades. El Parque Tecnológico del Ca­ribe habilitará un área para el establecimiento de la Zo­na Franca Industrial de Servicios Tecnológicos e In­for­má­ticos, que se regulará bajo el régimen de Zona Fran­ca Industrial de Telecomunicaciones y Servicios Tec­noló­gicos y la reglamentación especial que se expida para el efecto, que haga uso eficiente de la infraestructura de ca­­bles sub­­marinos y de fibra óptica nacional, guardando se­vera ob­­servancia de los criterios de desarrollo sostenible y en ar­­monía con los procesos de ordenamiento territorial y de desarrollo. El Gobierno Nacional, en un plazo no ma­­­yor de seis (6) meses, contados a partir de la sanción de la presente ley, expedirá la reglamentación especial de que trata el inciso anterior y las normas especiales que fo­men­ten la vinculación de capitales nacionales y ex­­­tran­je­ros que garanticen la constitución de la entidad en­­­car­ga­da de la promoción y futura administración del Par­que Tec­nológico del Caribe y la solución inmobiliaria, así co­mo la reglamentación especial para promover la ope­ra­ción, los requisitos del usuario operador de la zona franca de tele­comunicaciones y servicios tecnológicos e in­formáticos y de los usuarios prestadores de servicios.” Adicional a la ley es importante tener en cuenta que la Región Caribe cuenta con el punto de amarre del ca­­ble panamericano de fibra óptica y con la posibilidad de volver a traer el NAP de Telecom, y permitir a provee­­dores de Internet un punto directo de acceso a los no­dos internacionales, entonces se propone convertir es­te terri­torio en centro en lo que a telecomunicaciones se re­fiere, constituyéndola en una región virtual, digital e in­for­mati­zada. Para finalizar es importante anotar que con la insta­lación y puesta en marcha de la zona franca, está será un motor que impulsará el desarrollo tecnológico de la re­gión, en la cual las universidades serán claves en el pro­pósito de generar personal idóneo para el manejo de dichas tecnologías, lo cual producirá mayores empleos.

Infraestructura

41

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

42

VISIONES REGIONALES

CAPÍTULO CARIBE

Desarrollo humano

Desarrollo humano*

SANEAMIENTO BÁSICO

Estado actual de los servicios

Al considerar que los servicios de saneamiento básico, es decir: agua potable, alcantarillado sanitario y ma­nejo de residuos sólidos, son fundamentales para la salud del ser humano y adecuado crecimiento de los ni­ños, vulnerables a los efectos gravemente nocivos de las lla­madas enferme­dades hídricas, el constituyente y el le­gis­lador le han de­fi­nido compromisos al ejecutivo co­lom­biano en ma­te­ria de estos servicios, cuya carencia con­tradice la ra­zón de ser de un Estado Social de Derecho tal como lo pregona la Constitución de 1991 y como se visiona en el espíritu mismo de las diferentes leyes que tocan la res­pon­sabilidad de tales servicios.

Agua potable

El concepto de dignidad hu­ma­na esta íntimamente ligado al derecho que tienen los colombianos a que se les suministre agua potable, se les manejen técnicamente las agua contaminadas y se les libere de la basura producto del quehacer humano per­­manente y cotidiano. Bajo este contexto es obligante que cualquier visión prospectiva de nuestro territorio, tal el caso de Visión Colombia II Centenario: 2019, incluya inexo­rablemente los planes y programas que posibiliten la pres­tación de estos servicios con plena satisfacción de los están­dares de cobertura, calidad, cantidad o eficiencia que genere un mínimo de confiabilidad en la ciudadanía, asu­ma el compromiso de una remuneración económica en justa compensación del buen servicio.

A nivel nacional, las estadísticas que publican las entidades encargadas de tal compromiso muestran que un 81.7% de la población colombiana cuenta con el servicio de agua, pero no precisan sobre la calidad de tal servicio; la cobertura en calidad total no llega siquiera al 60%. Es de­cir, hay 7.5 millones de colombianos con carencia en el su­ministro y 16 millones no cuentan con agua potable. Sólo el 72.5% de la población es beneficiario del líquido, pero con grandes falencias en los aspectos de ca­­li­dad. Se afirma que más de 2.4 millones de personas re­si­dentes en territorio costeño carecen de agua, y más de 4 millones no obtienen agua potable. En las zonas rurales, la cobertura sólo cubre el 38%, servicio que para este caso no tienen el tratamiento técnico obligado del agua.

Alcantarillado sanitario Las estadísticas informan que un 60% de los colombianos cuentan con este servicio, lo que significa que 16 millones de personas carecen de él. De estas agua contaminadas de origen doméstico, tan sólo se * Autores: José Amar Amar, Hernando Baquero Latorre, Juan Carlos Miranda Morales, Alberto Martínez Monterrosa y Luis Narváez Ricardo.

45

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

trata un mínimo porcen­taje, que con seguridad no supera el 20% del total en­tre­gado a las redes de servicio, con la connotación adi­cio­nal de que las aguas no tratadas son devueltas a es­pa­cios de al­ma­cenamiento. Los efectos dañinos son más preo­cupan­te aun porque los receptores, en pocos casos, son la misma fuen­te de abastecimiento del agua para el con­sumo humano. El 38% de la población costeña cuenta con este ser­vicio, lo que significa que 3.7 millones de costeños dis­ponen de alcantarillado sanitario, y no cuenta con él más de 5.7 millones de personas, lo cual los obliga a manejar sus aguas contaminadas, en contravención a las normas de sa­­lubridad y ambiente a que obliga la ley colombiana. A esto debe agregarse el hecho, grave por cierto, de que los índices de tratamiento de estas aguas son bajísimos, pues las ciudades que cuentan con el servicio, en su gran ma­yoría, se limitan a verter las agua contaminadas a los cuer­pos de agua que luego son fuentes de captación para suministro de agua con destino al consumo humano. Los ríos San Jorge, Sinú, Magdalena, el Canal del Dique y un sinnúmero de lagunas y ciénagas son víctimas de este desacierto ambiental, que acabará generando daños que, si bien son previsibles, no han tenido la atención oficial que es de esperarse.

Aseo urbano En lo correspondiente al servicio de recolección y debida disposición de basuras, sólo se presta en la mayoría de ciu­dades capitales y en los grandes municipios, y se deja por fuera a un gran porcentaje de los municipios medianos y pequeños y un mayor porcentaje del área rural. Puede afirmarse que por lo menos 20 millones de colombianos carecen de la prestación de este servicio, si lo consideramos dentro del pleno cumplimiento de las exigencias técnicas y ambientales que establecen las normas pertinentes. No pueden concluirse estos comentarios sin hacer mención de que en la prestación de estos servicios el Estado ha sido inferior a sus responsabilidades, en razón a que la mejoría alcanzada en los últimos años se ha debido al hecho de que su prestación ha sido entregada a particulares mediante las figuras de con-

46

cesión o privatización. Hay no­tables excepciones. En lo referente al debido manejo y disposición de las ba­suras, son muy pocas las ciudades costeñas que cuentan con un servicio técnica y ambientalmente acertado en esta materia. Los municipios, pocos por cierto, tienen un sis­te­­ma de manejo del problema que incumple las normas am­bientales establecidas.

La solución al problema La complejidad del problema, la urgencia de su solución y la carencia de recursos para satisfacer esta apremiante necesidad obligan al Estado a actuar en diversos frentes de manera inmediata y simultánea. En forma macro, pondría recomendarse el siguiente esquema de actuación para la búsqueda de soluciones al problema planteado.

Fase municipal “a” Como primera etapa de trabajo deben definirse recursos propios del Estado y flexibilizarse la participación del ca­pital privado, para los municipios intermedios, la mayoría, entre los 1.098 con que cuenta la geografía nacional, en donde el manejo por concesión no es atractivo. El objetivo de este gran programa debe cubrir los tres servicios si­multá­ neamente. La responsabilidad de este manejo de­be ser de carácter nacional, previo los ajustes que las nor­mas mu­­nicipales puedan requerir para hacer viable esta in­ter­­ven­ción. La regionalización de los servicios debe ser con­dición sine qua non para el éxito de la intervención pri­vada.

Fase municipal “b” Esta fase aplica a los municipios con población y presu­pues­to tales que posibilita clasificarlos como grandes mu­­­nicipios, incluyendo las ciudades capitales, sobre los cuales el gobierno nacional debe convenir aportes con vi­­gi­lancia especializada, y con compromisos de metas es­pe­­cíficas. La solución para estas ciudades debe apuntar hacia las concesiones en los tres servicios, promoviendo co­mo política nacional la facilitación de la presencia de

Desarrollo humano

ca­pitales extranjeros en obligada coparticipación con em­presas nacionales especializadas en el área de los servicios públicos domiciliarios. También en esta fase cabe la reco­mendación de aplicar soluciones regionales que hagan atrac­tivo el negocio desde una visión privada.

Tabla 10 Coberturas de servicio de acueducto y alcantarillado por departamentos

Departamento

Población (hab.)

Área (KM2)

Densidad de población (hab./km2)

Atlántico

2.370.753

3.388

669.75

Magdalena

1.406.126

23.188

60.64

Bolívar

2.231.165

25.978

85.88

Córdoba

1.396.764

25.020

55.82

La Guajira

526.148

20.848

25.23

Sucre

870.219

10.670

81.55

Cesar

1.063.123

22.905

46.41

TOTAL

9.854.298

109.479

1055.28

Fase rural Paralelamente a las fases municipales, el gobierno na­cio­nal debe delegar en cada departamento, con el sopor­te financiero requerido, la gestión de búsqueda de apo­yo en la academia (universidades reconocidas por el Gobier­no Nacional), para establecer una línea de in­ves­tigación que se constituya en un plan de choque pa­ra definir y ma­terializar acciones para el sector rural, in­cluidos mu­nicipios pequeños que hoy carecen de los ser­vicios objeto de estos comentarios. Debe haber un ente re­gulador de carácter regional y de origen académico-ad­ministrativo que coordine el gran accionar que debe re­querirse para satisfacer las necesidades de servicios básicos para la población rural, cuya carencia es evidente en el momento.

Cifras generales para la solución en la Costa La tabla 10 muestra datos referentes a las coberturas del servicio de acueductos y alcantarillados sanitarios en los departamentos, el cual es indicativo de la brecha social que separa a esta región del resto del territorio nacional en cuanto a los aspectos de saneamiento básico se refiere. De acuerdo con los porcentajes de cobertura pre­ sentados en la tabla 10, de los 7.5 millones de ciudadanos no beneficiarios de la prestación del servicio de agua en Co­lombia, 2.4 millones residen en la Región Caribe, y de los 16.7 millones que no cuentan con alcantarillado sa­nitario, 5.7 millones corresponden también a este seg­mento nacional. Las poblaciones que tienen estos servicios no cuentan con las características de calidad requeridas por las normas pertinentes en esta materia. Las acciones prioritarias del documento Visión Colombia II Centenario: 2019 deben concentrarse en la Región Caribe, que es la que más desfase presenta.

Fuente: Datos oficiales (elaborado por la Gobernación del Atlántico).

SALUD Diagnóstico Con respecto al tema de la salud, la Costa Caribe colom­biana muestra indicadores críticos frente a las tasas nacio­nales, como es el caso de la mortalidad neonatal, con 1.265 muertes por cien mil nacidos vivos (NV) con relación al indicador nacional, 1.014 por cada 100.000 NV. En el gráfico 26 se puede observar que los indicadores de tasa de mortalidad neonatal de la Costa Caribe superan a todas las regiones del resto del país. La tasa de mortalidad relacionada por problemas en el embarazo y el parto en los departamentos de la Cos­ta Caribe está por encima de la tasa nacional en seis de los ocho departamentos que la conforman. Nótese en el gráfico 27 que el departamento con la tasa más alta de mor­­talidad es Sucre, que presenta el mayor porcentaje de su población en estado de pobreza en el Caribe (70%) y considerado el segundo departamento de la Costa que tiene el 69% de sus

47

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

municipios con población en estado crítico por atender en el Régimen Subsidiado. La mortalidad ma­­terna y neonatal se consideran mundialmente como in­­­di­ cadores básicos para medir el desarrollo económico y social de los pueblos.

Gráfico 26 Tasa de mortalidad neonatal (MN) por cada 100.000 nacidos vivos, 2003 1.400

1.265,1

1.200 980,6

Tasa

1.000

1.007,5

800 600 400 200 0

Atlántica

Central

Pacífica

Región

Fuente: Estadísticas vitales Dane, registro de defunciones 2003. Cálculos del PNDH. Tomado del estudio “Los municipios colombianos hacia los objetivos de desarrollo del milenio” 2004.

48

Mortalidad materna por departamento por 100.000 nacidos vivos, 2003 140

131

120

119,3

100

Tasa

Según el “Estudio Objetivos del Desarrollo del Mi­lenio para Colombia”, la diarrea aguda y la parasitosis son de las enfermedades que presenta los índices más altos en los niños menores de 5 años, y las tasas más altas de muertes por esta causa se presenta en la Región Caribe, con 6.6 por 100.000 habitantes. Estas enfermedades están asociadas a factores como la calidad del agua, de la vivienda, la edu­cación de la madre, el manejo de los alimentos, pero uno de los más importantes es que la población no tiene acceso ni a información ni a los servicios de salud por barreras geográficas, sociales, económicas y culturales. La falta de conocimiento de los signos de alarma o las medidas de prevención limitan también la posibilidad de los padres de buscar ayuda oportuna para que no se mueran sus niños.

Gráfico 27

93,8

90,7

80

63,5

60 40 20 0

Sucre

Córdoba

San Andrés

Total nacional

Cesar

Departamento

Fuente: Estadísticas vitales DANE. Informe Programa Nacional de Desa­rrollo Humano, Alfredo Sarmiento (2005).

Mortalidad general Las principales causas de mortalidad de la población del Caribe en el año 2003 estuvieron asociadas a enfermedades isquémicas del corazón, homicidios y enfermedades cere­brovasculares; éstas representaron el 33.40% de muertes en general. Las tasas más altas de muertes por esas mismas causas se presentaron en el departamento del Atlántico, como lo muestran tabla 11 y el gráfico 28. E igualmente, este de­partamento registra tasas por encima de las nacionales, tal es el caso de las enfermedades isquémicas del corazón y las cerebrovasculares, con 60 y 37 respectivamente, mientras las nacionales alcanzaron 53 y 3 muertes por cada 100.000 habitantes. Por su parte, los homicidios de la Región Caribe (3.677 casos) representaron el 14.36% del total de casos en la nación. Las tasas más altas se presentaron en los departa­mentos de Magdalena, La Guajira, Cesar y Atlántico y se constituyeron en la primera causa de mortalidad en los departamentos del Cesar, La Guajira y Magdalena (ver tabla 11 y gráficos 28, 28a, 28b y 28c).

Desarrollo humano

En cuanto a la mortalidad por enfermedades cardiacas se destaca el departamento del Atlántico, con tasas supe­ riores a las nacionales de 60 muertes por cada 100.000 habitantes frente a la nacional, que arrojó un resultado de 53.

Valdría la pena revisar los programas de Promoción de la Salud y Prevención de la Enfermedades, PYP, desa­ rrollados en este departamento.

Tabla 11 Causas de mortalidad por departamentos de la Región Caribe, 2003 (Tasa x 100.000 habitantes) Causas

Atlántico Bolívar

Cesar Córdoba Guajira

Magda- San lena Andrés

Sucre

Nación

Enfermedades isquémicas del corazón

60

32

42

37

19

43

20

37

53

Enfermedades cerebrovasculares

37

27

21

28

11

22

21

26

31

Agresiones (homicidios), inclusive secuelas

35

29

76

19

67

47

13

31

58

Diabetes mellitus

17

10

10

13

5

11

16

9

17

Enf. Crónicas vías repiratorias inferiores

15

9

14

10

4

13

8

8

23

Fuente: Datos oficiales

Gráfico 28

Gráfico 28a

Mortalidad por enfermedades isquémicas del corazón, 2003 (Tasa x 100.000 habitantes)

Mortalidad por enfermedades cerebro vasculares, 2003 (Tasa x 100.000 habitantes) 60

10

30

Atlántico

Tasa nacional

Sucre

San Andrés

Magdalena

La Guajira

Córdoba

Cesar

Bolívar

0

Atlántico

10

0

20

19

20

5

Departamento

Departamento

Fuente: Datos oficiales.

37

Tasa nacional

11

37

32

Córdoba

15

42

40

Cesar

20

21

43

Sucre

22

21

Tasa

25

52

50

26

San Andrés

27

60

Magdalena

28

30

Tasa

70

31

La Guajira

37

35

Bolívar

40

Fuente: Datos oficiales.

49

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

Gráfico 28b

Gráfico 28c

Mortalidad por agresiones, 2003 (Tasa x 100.000 habitantes)

Mortalidad por diabetes mellitus, 2003 (Tasa x 100.000 habitantes)

80

18

76

67

70

35

30 20

20

11

10

9

8 5

4

12

10

10

10

6

21

19

13

12

Tasa

50

2

0

Departamento

Tasa nacional

Sucre

San Andrés

Magdalena

La Guajira

Córdoba

Cesar

Bolívar

Tasa nacional

Sucre

San Andrés

Magdalena

La Guajira

Córdoba

Cesar

Bolívar

Atlántico

0

Atlántico

Tasa

50

47

17

16

14

60

40

17

16

Departamento

Fuente: Datos oficiales. Fuente: Datos oficiales.

Combatir el VIH / Sida Es preocupante el número de casos de muertes por VIH/SIDA en la Región Caribe (531), los cuales representan el 24% del total nacional (2.204). Los casos más altos se re­gis­traron en el departamento del Atlántico (188), Bolívar (160), Cesar (40) y Magdalena (40).

Tabla 12 Deficiencias nutricionales y anemias nutricionales. Años 2000-2003 (Tasa x 100.000 habitantes) Departamentos

Atlántico

Muertes por deficiencias nutricionales El número de casos de muertes por deficiencias nutri­cionales y anemias nutricionales en la Región Caribe tuvo un crecimiento del 41% en el 2003 con respecto al 2000, al pasar de 463 casos a 651; mientras los casos a nivel na­cional disminuyeron en el 2003 con relación a 2000, en la Región Caribe éstos aumentaron. Comparando la tasa de incidencia, se puede apreciar que en la Región Caribe ésta pasó de 2 a 7 muertes por cada 100.000 habitantes, mien­tras que en la Nación se mantuvo estable. Es importante destacar que el mayor crecimiento se presentó en La Guajira, donde la tasa de mortalidad por esta causa creció más del doble en relación con el país (ver tabla 12).

50

2000

2003

Tasa * 100.000 2000

Tasa * 100.000 2003

127

190

6

8

Bolívar

95

112

4

5

Cesar

33

62

3

6

114

119

8

9

La Guajira

26

56

5

11

Magdalena

48

84

4

6

San Andrés

0

3

0

4

Sucre

20

25

2

3

Total

463

651

2

7

2.179 2.092

5

5

Córdoba

Nación

Fuente: Datos oficiales.

Seguridad Social En lo referente al Sistema General de Seguridad Social y Salud, las comparaciones interregionales

Desarrollo humano

(gráfico 29) mues­tran también para el 2003 un mayor porcentaje de población no cubierta con ningún régimen frente al pro­medio nacional, así como una menor participación del Ré­gimen Contributivo y un mayor peso del Régimen Sub­sidiado, lo cual refleja las condiciones de informalidad y pobreza de la población. Gráfico 29

Esperanza de vida al nacer

Población afiliada al SGSSS, 2003 70 60

Porcentaje

50 40 30 20 10 0 Total nacional

Caribe

Oriental

La población por fuera del Sistema de Seguridad Social en Salud, y que son potencialmente beneficiarios del Régimen Subsidiado, se encuentra ubicada en la Cos­ta Pacífica, seguida de la Costa Caribe, y sobresalen los departamentos de Córdoba y Sucre, con 89% y el 69%, respectivamente, de sus municipios con el mayor por­centaje de población de los niveles 1 y 2 del Sisben por aten­der (gráfico 30).

Pacífica

Central

OrinquíaAmazonía

La esperanza de vida es un indicador resumen de las con­­­diciones generales del estado de salud de una pobla­ción. En Colombia, este indicador es influenciado por la mortalidad ocasionada por la violencia. La esperanza de vida calculada en el período 2000-2005 presenta una bre­cha entre hombres y mujeres significativamente am­plia; esta diferencia en la esperanza de vida se puede dis­­­minuir cuando la mortalidad por violencia se elimine sustancialmente. La esperanza de vida mide indirectamente la calidad de vida de una población, y en Colombia la vio­lencia afecta tanto la salud como la calidad de vida de la población.

Región Régimen subsidiado

Régimen contributivo

Tabla 13

No afiliados

Esperanza de vida al nacer 2000-2005

Fuente: Encuesta nacional de calidad de vida, DANE 2003.

Departamentos

Gráfico 30 Población Sisben por fuera del Régimen Subsidiado 40 35

Porcentaje

30 16,5

25

17

20 15

14,3 16,9 8,6 Total nacional

15,8 5,4

4,9

0 Caribe

14,3

20

13,5

10 5

19,6

Oriental

Pacífica

Central

10,7

OrinquíaAmazonía

Región Nivel 1 del Sisbén

Nivel 2 del Sisbén

Fuente: Cálculos de PNDH. Encuesta de calidad de vida del Dane 2003. Tomado de: Los municipios colombianos hacia los objetivos del desarrollo del milenio.

Atlántico Bolívar Cesar Córdoba La Guajira Magdalena San Andrés Sucre Total nacional

Hombres

Mujeres

Total

70.32 71.07 67.58 70.72 68.80 70.01 71.88 71.60 69.17

76.13 76.59 74.75 76.46 77.73 75.58 77.62 76.79 75.32

73.15 73.76 71.08 73.52 73.16 72.73 74.68 74.13 72.17

Fuente: DANE. Estudios censales. Informe del Ministerio de Salud. Situa­ción de Salud en Colombia. Indicadores Básicos 2001. (Departamento de Medici­na de la Universidad del Norte).

Lo anterior se ve reflejado en la tabla 13, donde San Andrés, con menor sumario de violencia en el país (9 casos por cada 100 mil habitantes), presenta el índice más alto de esperanza de vida con relación al resto de los depar­tamento del Caribe. Comparando la esperanza de vida de los colombianos en general, los departamentos de Cesar, Atlántico, La Guajira y Magdalena tienen

51

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

menos años de esperanza de vida que el resto del Caribe y son los de mayores casos de homicidios en esta región, pues presentan las siguientes tasas: La Guajira, 86 hechos por 100 mil habitantes; Cesar, 52; Magdalena, 39, y Atlántico 31. Es importante resaltar que sólo La Guajira y Cesar superan la tasa de muertes violentas nacional (44).

Reflexiones y recomendaciones Antes de 1946, el concepto de “salud” que se utilizaba co­­­mún­mente era el que la definía negativamente como la “ausencia de la enfermedad”. Tal definición resultaba in­su­ficiente por dejar de lado las causas que producen esas molestias y centrarse en el tratamiento contra las mis­mas, obviando la necesidad de su prevención. En este en­­­foque tampoco se tomaba en cuenta la influencia de otros factores estrechamente vinculados con la salud, que en un momento determinado pueden menoscabarla y de­teriorarla. A partir de ese año surgen los principios contenidos en la constitución de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se adopta la definición que actualmente goza de mayor aceptación a nivel nacional e internacional. Es así como hoy se entiende la salud como “un proceso de cons­trucción individual y colectivo para el bienestar de los in­dividuos y la sociedad en los aspectos físicos, psíquicos y sociales, condicionado por la influencia de los factores he­reditarios, del medio ambiente, del comportamiento de las personas y de los servicios de atención médica”. Como podemos inferir de la anterior definición, la salud es una de las bases que determinan la calidad de vida y el bienestar dentro de la sociedad de los individuos. Al res­pecto, la Región Caribe muestra carencias tanto en la existencia de bases de información confiables para la toma de decisiones asertivas como en la prestación eficiente y eficaz de servicios. Y lo que es peor, evidencia una defi­cien­te distribución de los recursos transferidos para este sector desde el nivel central. La citada acta de constitución de la OMS señala que “el goce del grado máximo de salud que se pueda

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lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano sin distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social”. Buscando estimular la capacidad de gestión del sec­ tor salud de la Región Caribe en la búsqueda del “grado má­ximo de salud”, e intentando posicionar la misma como un ejemplo de aplicación de gerencia estratégica, donde cla­ramente no se subvalore la calidad frente a la cobertura y que considere al ciudadano cliente, en este documento se plantean macrovariables que deben ser abordadas para lograr alcanzar el objetivo citado. Es importante anotar que la calidad de la atención en salud se interpretará a la luz de la descripción hecha en el Decreto 2309 de 2002: “La provisión de servicios accesibles y equitativos, con un nivel profesional óptimo, que tiene en cuenta los recursos disponibles y logra la adhe­sión y satisfacción del usuario”.

Propuestas Todos nosotros, en algún momento, trabajamos para la salud: la madre que cuida de su bebé, el hijo que acompaña a sus padres al hospital o el curandero tradicional que re­curre al saber ancestral para atender y confortar. Consi­deramos “trabajadores sanitarios” todas las personas que realizan ac­ciones cuya finalidad fundamental es mejorar la salud. Esta descripción es coherente con la definición que da la OMS de los sistemas sanitarios, según la cual éstos comprenden todas las actividades cuyo objetivo funda­mental es mejorar la salud, lo que incluye a los cuidadores familiares, las fórmulas de asociación de proveedores y pacientes, los trabajadores a tiempo parcial (especialmente mujeres), los voluntarios sanitarios y los agentes de salud comunitarios. Las estadísticas muestran que los proveedores de ser­­­­ vicios de salud constituyen aproximadamente las dos ter­ ce­ras partes del personal sanitario nacional, y el tercio res­tan­te está compuesto por personal administrativo y auxi­liar. El objetivo principal de esta fuerza de trabajo al en­ frentarse a los complejos problemas sanitarios regionales debe ser sencillo: conseguir que los trabajadores adecua­ dos y con las capacidades pertinentes estén en el lugar

Desarrollo humano

opor­­tuno haciendo lo que corresponde, y preservar así la agi­lidad para responder a las crisis, corregir las desigual­da­des actuales y anticiparse al futuro. Un plan único no servirá porque, para ser eficaces, las estrategias que interesan al personal sanitario han de adaptarse a la historia y las circunstancias propias de cada subregión. La mayoría de los problemas de la persona están profundamente imbricados en contextos en evolución y no se resuelven fácilmente. Pueden acompañarse de una carga emocional, si afectan al estatus, ligado a intereses divergentes. De ahí que las soluciones que conciernen al personal exijan que los interesados intervengan tanto en el diagnóstico de los problemas como en su resolución.

Formación del recurso humano en salud Desarrollar instituciones docentes sólidas es una medida fun­damental para lograr profesionales en un número sufi­ciente y con las cualificaciones que requiere el sistema sa­­nitario. Para corregir las carencias habrá que construir nuevas o fortalecer las instituciones existentes y conseguir una combinación más adecuada de oportunidades de for­mación (por ejemplo, se necesitan más escuelas de salud pública). En consonancia con el cambio en las expectativas de los titulados, que ya no con­­sisten en «saber todo» sino en «saber cómo», la mejora de la formación exige prestar atención tanto al contenido de los planes de estudio como a los métodos pedagógicos. Tam­bién el personal docente necesita formación, apoyos más fiables e incentivos profe­sionales, para alcanzar un me­­jor equilibrio con las deman­das de la investigación y los servicios, que compiten por los mismos recursos. Se puede in­crementar el acceso a la formación con un menor costo man­comunando los re­cursos a escala regional y ampliando el uso de tecnologías de la información como la telemedicina y la educación a distancia.

Disponibilidad de recursos humanos en salud El aseguramiento de la calidad dada por los procesos de acre­­ditación institucional para las entidades de educación de­be acom­pañarse de acuerdos que permitan la regulación pro­fe­sional (autorización para ejercer, reconocimiento del título o inscripción). El rápido crecimiento del sector pri­vado en el ám­bito de la forma-

ción reclama una rectoría innovadora que potencie al máximo la utilidad de las in­ver­siones privadas y que fortalezca al tiempo el papel del Es­tado en la regulación no sólo de la calidad sino también de la oferta. Revitalizar la capacidad de contratación es una me­dida necesaria para ges­tionar eficazmente demandas del mercado de trabajo que a menudo no tienen en cuenta las necesidades de salud pú­blica.

Educación continua de los prestadores de servicios Se hace necesario garantizar al entrenamiento permanente requerido para el adecuado desempeño de las funciones ad­ministrativas y asistenciales del funcionario de salud. Es­te proceso se debe acompañar de una política estatal de recertificación liderada por instituciones académicas acre­­­­ditadas por su excelencia académica que garanticen un proceso exhaustivo y transparente.

Gestión del recurso humano La contratación del recurso humano tanto asistencial co­mo administrativo se debe realizar siguiendo una clara po­lítica de calidad, fundamentada en la concordancia de las capacidades del individuo con las funciones de los cargos. En todas las instituciones de salud deben ser de pú­blico conocimiento las normas, procesos y proce­ dimientos encaminados a la selección, contratación, promoción y eva­­luación del recurso humano disponible.

Desafíos en Salud Pública La salud pública es actualmente entendida como el “uso de la teoría, la experiencia y la evidencia derivada de las ciencias poblacionales para proteger y mejorar la salud de la población, de manera que satisfaga las necesidades im­plícitas y explícitas de la comunidad”. En consecuencia, la salud pública requiere de la acción colectiva del Estado y la sociedad civil, debido a que constituye en esencia una práctica social interdisciplinaria e implica, más allá de las intervenciones colectivas o comunitarias, la respon­sa­bi­lidad de garantizar el acceso y la calidad de la atención sanitaria.

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VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

Vigilancia en salud pública

Aseguramiento

Definir e instaurar procesos sistemáticos y constantes de re­colección, análisis e inter-pretación de la información re­lacionada con la salud. Estos datos deben ser divulgados y usados en la orientación, planificación, ejecución, se­gui­miento y evaluación de la práctica regional en salud pública. Actualmente muchas de las políticas en este sector se toman basadas en datos inferidos del nivel central.

Corresponde al mecanismo implementado por el sistema para garantizar el reconocimiento de unos riesgos en salud, definidos en un plan de beneficios a la población afiliada a los regímenes Contributivo y Subsidiado, a través de en­tidades conformadas como aseguradoras.

Promoción de la salud y prevención de la enfermedad

Garantizar transparencia y eficacia en los mecanismos y procesos mediante los cuales la población de la región lo­gra su vinculación al Sistema General de Seguridad So­cial en Salud, ya sea en el Régimen Contributivo o en el Sub­sidiado.

Proporcionar a la región los medios necesarios para mejorar su salud y ejercer un mayor control sobre la misma, con el propósito de alcanzar un estado adecuado de bienestar físico, mental y social, mediante la capacidad de identificar y satisfacer sus necesidades y de cambiar o adaptarse al medio ambiente.

Participación social en salud Fomentar la intervención en forma consciente, deliberada, organizada y continua de la comunidad en las etapas del diagnóstico, planeación, análisis, toma de decisiones, ejecu­ción, evaluación y control en los aspectos relacionados con la salud con el propósito de mejorar su calidad de vida.

Políticas en salud pública Desarrollar códigos, regulaciones y leyes que guíen la prác­­tica de la salud pública, mediante decisiones políticas ge­neradas por un proceso participativo en todos los niveles, que resulte coherente con el contexto político, económico y cultural de la región

Evaluación de calidad de la salud pública Monitorear en forma permanente los resultados de las ac­ciones realizadas en salud pública, que sirva para la toma de decisiones de todo el sistema de salud mediante la uti­lización de la metodología científica y que ha de estar in­serto en el sistema de garantía de calidad.

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Afiliación al SGSSS

En este punto la Costa Caribe muestra cifras preo­ cu­pantes de cobertura en el contexto nacional.

Financiación del SGSSS Garantizar la adecuada utilización de los recursos finan­cieros que provienen de diferentes fuentes, con los cuales tanto el Régimen Contributivo como el Subsidiado pueden realizar sus actividades. El flujo de recursos para el SGSSS del Régimen Sub­ sidiado es lento e inoportuno en todas las etapas de la cadena de flujo: del FOSYGA hacia los entes territoriales, y de éstos hacia las Administradoras del Régimen Subsidiado (ARS), lo que perturba la operatividad económica y eficiencia del sistema, que a su vez impacta de manera negativa en la pres­tación de los servicios.

Contratación del SGSSS Garantizar una sana relación jurídica entre las entidades territoriales y las administradoras de los planes de beneficios para incorporar o afiliar la población al sistema y entre estas últimas y las instituciones de prestación de servicios de salud para garantizar la cobertura de los riesgos en salud.

Interventoría y supervisión del SGSSS Definir y cumplir procesos y procedimientos que deben llevar a cabo los actores públicos encargados

Desarrollo humano

de asegurar el adecuado funcionamiento del sistema, articulándose en red de controladores con el propósito de garantizar el servicio público de salud.

Prestación de Servicios Se considera “prestación de servicios” el conjunto de be­­­neficios de salud que según el grado complejidad se ofre­cen en los distintos niveles de atención del sistema las instituciones dedicadas a la atención de los usuarios del Sistema General de Seguridad Social en Salud. Entre es­ tas instituciones se encuentran puestos de salud, centros de salud, hospitales locales, departamentales y regionales, instituciones privadas, laboratorios clínicos (públicos y pri­ vados) consultorios odontológicos, centros médicos, etc.

Capacidad de oferta instalada de la red pública y privada Hacer un inventario que referencie el número de institu­ciones prestadoras de servicios de atención médica y de diag­nóstico, públicas y privadas, su ubicación, infra­estruc­tura, características asistenciales y administrativas de cada una. Esta información debe contrastarse con la infor­ma­ción demográfica y de morbimortalidad de cada una de las subregiones.

Articulación por niveles de atención y grados de complejidad Diagnosticar la capacidad actual que tienen las institu­ ciones de las regiones antes descritas de funcionar como una red integrada para la solución de los problemas de sa­lud de la comunidad de la Costa Caribe, con base en los me­canismos de referencia y contrarreferencia.

Modelo de salud Definir y aplicar los principios, enfoques y estrategias que orienten la forma de prestación de los servicios de salud: modelo familiar, centrado en el paciente, entre otros.

Garantía de calidad Valorar el conjunto de procesos que tienen implementadas las instituciones con el fin de cumplir con los

diversos re­querimientos de calidad exigidos en la reglamentación vi­gente del SGSSS. Se plantea la necesidad de convertir la calidad en una cultura para la prestación de los servicios de salud.

Tecnología Definir las prioridades de dotación tecnológica (instrumen­­tos y procedimientos) que permitan optimizar la pres­­­tación de los servicios de salud en la región. Por los li­­mi­ta­dos recursos disponibles se hace necesario definir la ad­­­quisición de tecnología bajo un serio análisis de costo efec­tividad.

Sistema de información en salud Implementar el sistema responsable de generar información estadística homogénea, continua, oportuna, válida, con­fiable y relevante acerca de los eventos relacionados con el proceso salud-enfermedad, la disponibilidad de recursos y la prestación de servicios para apoyar la toma de decisiones en los diferentes niveles de estructura de salud en la región. Esta variable es transversal a todas las dimensiones de la salud. Teniendo en cuenta lo anterior y siempre conside­ rando una interrelación entre las variables definidas, se podría concluir que los proyectos que se deben realizar tienen que impactar la mayor cantidad posible de variables y las inversiones deben ser distribuidas de manera equi­tativa para lograr así un mayor impacto y optimización del sector.

Educación En documentos recientes se han presentado con marcado acento el rezago que presenta la Costa Caribe frente al resto del país, lo cual, sin lugar a dudas, es parte de la fe­no­­menología de nuestro desarrollo en el Caribe. Sin em­­­bargo, esto no es una novedad ni un descubrimiento reciente; ya investigadores nuestros, como Meisel, Posada Carbó, Fals Borda, por mencionar algunos de los más conocidos, han sido pioneros en reconocer de manera crí­tica nuestros avances y retrocesos, pero además proponer correctivos que promuevan el desarrollo regional.

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VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

Como es sabido, el país y la región enfrentan tiempos de crisis y tensiones sociales, pero también en este contexto afloran oportunidades como el proceso de negociación del Tratado de Libre Comercio (TLC). Sin duda, cualquiera que sea, la educación será factor fundamental como pro­motor tanto de la transformación social como del desa­rrollo económico. El Observatorio de la Educación en el Ca­ribe colom­biano presenta avances del Estudio de Se­gui­miento sobre el Comportamiento de los Principales In­dicadores del Sistema de Educación Básica y Media en el Ca­ribe colombiano, con el propósito de contribuir desde lo educativo la formu­lación de políticas públicas que con­ duzcan por los caminos de la prosperidad.

Diagnóstico La demanda educativa En el 2003, la Región Caribe colombiana contaba con 2.997,592 niños y jóvenes en edad escolar y representaba cerca del 23,03% de la Población en Edad Escolar (PEE) del país7. La mayor parte de la población demandante de servicios se concentra en los departamentos de Atlántico y Bolívar (el 44%). En relación con lo anterior se puede agregar que la población en edad escolar en el Caribe colombiano du­ rante el período 1995-2002 creció a una tasa promedio del 1.25% anual; esto significa que cada año el sistema edu­ca­tivo regional demanda cerca de 50.000 nuevos cupos al sistema educativo regional. Se estima que en el año 20028 existían en el Caribe colombiano cerca de 657.077 personas mayores de 15 años que no habían tenido la oportunidad de acceder al sistema educativo. Esta expresión de demanda insatisfecha en la región se manifiesta mediante una tasa de analfabetismo cercana al 12.9%, la cual es mayor que el resultado a nivel nacional, que promedia el 8.0%. Tal situación es realmente preocupante en la me­di­ da que significa un retroceso frente a las prioridades de una sociedad basada en el conocimiento, y más aun cuan­ do las metas de los organismos internacionales, como la

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UNESCO, promueven desde finales del siglo pasado el pro­grama de “Educación para todos” como premisa para obtener el desarrollo equilibrado en el siglo XXI.

La oferta educativa En el 2003, según los reportes del DANE-MEN, en la Región Caribe colombiana se matricularon 2.405.466 niños y jóvenes9. Es importante resaltar que entre 2002 y 2003 la oferta educativa habría diminuido al presentarse una caída de las matrículas en 29.582 cupos escolares10. Si se tiene en cuenta que dado el crecimiento vege­tativo de la población, el sistema educativo regional debería incrementar la matrícula en cerca de 50.000 cupos anuales para mantener su cobertura. De esta manera, la caída de las matrículas mencionada anteriormente el déficit en co­bertura se amplía en cerca de 80.000 niños y jóvenes que se quedaron sin estudiar en el 2003. No obstante lo anterior, si se considera un período más extenso, como el quinquenio 1999-2003, se aprecia que la tasa anual de crecimiento de las matrículas (3.65%) es ligeramente superior al de la PEE (1.25%); sin em­bar­go, esta dinámica no es suficiente para subsanar la ta­sa de desescolarización bruta (déficit de cobertura), que al­canza niveles cercanos al 20% y suma más de medio mi­llón de niños y jóvenes desescolarizados en el Caribe co­lom­biano. Es decir, al ritmo de crecimiento de la oferta se ne­ce­sitarían cerca de 17 años para cumplir la meta de la UNESCO para finales del siglo anterior con el programa “Educacion para todos en el siglo XXI”. O sea que Colombia estaría desfasada en veinte años en alcanzar las metas requeridas para insertarse en la sociedad del cono­cimiento.

7

La Población en Edad Escolar representa el 31% de la población total de la región, que se calcula en 9. 576.760 habitantes. 8 A la fecha no se han publicado el resultados para años posteriores. 9 Con una participación cercana al 24% del total nacional (que fue 9.955.012 estudiantes). 10 Según Informes del DANE.

Desarrollo humano

Indicadores de cobertura En el caso de la Región Caribe colombiana, durante el 2002 había un total de 222.37611 niños con edad de iniciar su vida escolar, de los cuales sólo se matricularon 140.636, lo cual dio como resultado una tasa de ingreso neto al sis­­tema escolar (TISE) del 63%. Esto quiere decir que 81.740 de niños de 5 años (el 37% del total) no tuvieron la opor­tunidad de ingresar al sistema educativo. Es posible que de estos niños que quedaron por fue­ra del sistema educativo, algunos, los más afortunados, ingresen con retardo escolar y el resto engrosará las filas de analfabetismo. En este nivel de preescolar comienza la brecha de desigualdad, donde aquellos privilegiados que ingresaron al sistema escolar tienen ventajas en el de­­­­sarrollo de sus potencialidades cognitivas sobre los que no tuvieron igualdad de oportunidades; en efecto, estas si­tua­ciones de retardo escolar o analfabetismo, sumadas a otras, las cuales están asociadas con ellas, dan lugar a las gran­­des brechas sociales de la sociedad colombiana. De ahí la importancia de una directriz de política educativa hacia cobertura total por lo menos en el grado cero de la for­mación básica. Comparando la TISE (2002) alcanzada por la Región Caribe (63,24%) con el promedio nacional (59.59%), se ob­ser­­va una diferencia de tres puntos por­cen­­­tuales a favor de la re­­gión, lo que sin duda eviden­cia una situación menos crítica que en el país, pe­ro que de todas maneras no deja de ser preocupan­­te. Es muy posible que este indicador se halla deteriorado, si se tiene en cuenta que la matrícula regional en preesco­lar dis­­­mi­­nuyó en cerca de 5.000 cupos durante 2003. Para el sistema escolar de la Región Caribe en su pri­ mer ciclo (educación Básica y Media), la cobertura bruta12 en el 2003 fue del 81.2%, algo inferior al resultado del año anterior (82.09%). Por su parte, la cobertura neta13, que históricamente guarda una diferencia de cerca de 20 puntos porcentuales con la Cobertura Bruta (en el 2002 fue del 62.23), permite inferir que la población por fuera

del sistema escolar en el Caribe colombiano puede estar cercana al millón de niños y jóvenes.

Indicadores de calidad El Caribe colombiano es, de todas las regiones del país, la que mostró en el 2003 el balance menos favorable en términos de rendimiento escolar. Según los reportes de las pruebas ICFES, sus resultados en calidad se encuentran por debajo de los promedios nacionales y de otras regiones, como el Pacífico y la conformada por los departamentos de reciente creación (denominada Resto del país). Clasificación de las instituciones educativas según los resultados de los colegios de las Pruebas ICFES. Por categorías de rendimiento, 2003. Como se puede apreciar en tabla 14, el Caribe colombiano reportó durante 2003 el 42.10% de sus establecimiento educativos en la categoría de rendimiento Inferior y el 34.19% en Bajo. Si adicionalmente a lo an­terior se tiene en cuenta los establecimientos calificados en la categoría Muy Inferior (el 0.99%), se puede decir que el 77.28% de los colegios evaluados reportaron un nivel de calificación desfavorable, en la medida que se ubicaron por debajo del nivel Medio. Por otro lado, también el Caribe fue la región con menor número de instituciones educativas con resultados favorables (el 8.45%) en las Pruebas del ICFES, y cuenta sólo con un 4% de instituciones educativas destacables en su rendimiento.

11

Los datos enviados por el Ministerio de Educación Nacional del año 2003 no permiten realizar este cálculo. 12 Que se calcula la proporción de matriculados respecto a la población con edad escolar (3-16 años). 13 Que tampoco se puede calcular con precisión por que el informe del MEN no contienen la matrícula por edad.

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VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

Tabla 14 Clasificación de las regiones según los resultados de los colegios en las pruebas ICFES 2003 Departamento

Colegios con resultado desfavorable

Región D. C. R. Oriental Total general R. Central R. Resto R. Pacífico R. Caribe

Puesto

20,71% 47,31% 55,62% 56,98% 64,71% 65,68% 77,28%

Colegios con resultado medio

Colegios con resultado favorable

37,02% 34,11% 26,42% 26,88% 26,47% 22,44% 14,27%

42,27% 18,58% 17,96% 16,14% 8,82% 11,88% 8,45%

1 2 3 4 5 6

Puesto 1 2 3 5 4 6

Fuente: Base de datos ICFES, Cálculos Observatorio de la Educación en el Caribe Colombiano. La columna “Resultado Desfavorable” agrupa las categorías: Muy inferior, Inferior y Bajo La columna “Resultado Favo­rable” agrupa las cate­gorías: Muy Superior, Superior y Alto.

El desempeño en las Pruebas ICFES en el 2003, pre­sen­tado anteriormente, es similar pero más bajo que el ren­­­dimiento alcanzado el año inmediatamente anterior (2002). En el lapso de 2002 a 2003 el porcentaje de colegios con rendimiento desfavorable subió 2.39%, al pasar de 74.89 a 77.28%, siendo el principal

problema el marcado deterioro de los resultados de calidad en instituciones que ya presentaban un nivel bajo de rendimiento. Aunque durante el 2004 se aprecia una mejora en los puntajes promedio de la región, lo cierto es que la Región Caribe no logró repuntar con respecto a otras regiones del país, como se puede apreciar en la tabla 15.

Tabla 15 Resultado de las regiones de Colombia en las pruebas ICFES, 2004

Región Caribe Región Central Región Oriental Región Pacífica Región Resto Región D. C. Total general

Muy inferior

Inferior

Bajo

Medio

Alto

Muy superior

Superior

0% 0% 0% 1% 0% 0% 0%

30% 11% 7% 18% 18% 1% 14%

41% 41% 35% 42% 45% 16% 36%

18% 31% 38% 26% 27% 39% 30%

6% 11% 13% 8% 7% 26% 12%

1% 1% 1% 1% 1% 5% 2%

3% 5% 5% 5% 2% 14% 6%

Indicadores de eficiencia Para el 2003, la eficiencia interna del Sistema Educativo del Caribe colombiano –sin incluir la educación superior–, medida en términos de la relación alumnodocente, con­taba con un promedio de 2414 alumnos

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por docente, según los registros del DANE e ICFES. A su vez, en el ám­bito de los desagregados por grados de escolaridad se destaca una mayor relación en el caso de los grados de primaria, que con un promedio de 27 14

Similares a las de 1995, según BÁEZ y DUNCAN, op. cit., p. 199.

Desarrollo humano

niños por docente supera al están­dar establecido internacionalmente de entre 15 y 2515 alum­nos por docente, pero está por debajo de los niveles metas propuestos por el MEN, que es de 32. El ciclo escolar con menor nivel de atención por docente es la secundaria y media vocacional, con un promedio de 20. Durante 2003, la relación alumnos - docentes en el Caribe colombiano fue similar a los promedios nacionales y al comportamiento histórico. Entre lo destacable en cuanto a este indicador, la zona rural mostró un mayor promedio de alumnos por docente que la zona urbana: 26 frente a 23, y se destacó la región sobre el país en cuanto a la eficiencia del sector rural, que superó los puntajes nacionales. A su vez, el sector oficial superó el resultado del no oficial y reportó número de alumnos por docente de 27 frente a 17 respectivamente. Esto significa que el sec­tor oficial fue el más eficiente.

Propuestas en educación •

Declarar la educación como un derecho fundamental de los colombianos y, como tal, eje del desarrollo cien­tífico, tecnológico y social del país.



Reordenar acciones y recursos estatales dirigidos a la edu­cación, en función de los rezagos en cobertura y ca­lidad de la educación en las regiones.



Articular un sistema de educación “para toda la vida”, que vincule la educación básica, secundaria y superior en un proyecto común a través del cual se acepte como ejes transversales en todos los niveles de la educación, las tecnologías en información y comunicación, la for­mación en competencias laborales y las humanidades y el bilingüismo, entendido éste más allá del inglés.



Construir un sistema de financiamiento sólido que, por un lado, permita el acceso masivo a la educación su­perior de la población joven de Colombia, con recursos de crédito educativo, aportes de la nación e, inclusive, apropiaciones de las entidades territoriales y, por el otro, considere la posibilidad de financiar también la oferta.



Consolidar un sistema de seguimiento de calidad, en procura del mejoramiento continuo de las instituciones educativas, pero con una mayor claridad de los roles de regulación y control del Estado y la refinación de los actuales sistema de evaluación.



Impulsar la incorporación de propuestas pedagógicas innovadoras, incluyentes, flexibles y pertinentes en los procesos.



Propender por una comunidad de científicos que so­ porte la innovación y haga posible la “sociedad del conocimiento” en Colombia, partiendo de la conso­ lidación de Colciencias como ente autónomo y sobera­no, y la reorientación de recursos en función de las necesidades de desarrollo de las regiones.



Propender por la autonomía universitaria como esencia del sistema educativo.

La investigación sobre educación en el Caribe Como resultado del documento “La investigación cien­tí­fica en educación desde la educación terciaria”, ex­pues­to como estado del arte sobre la educación en el Se­gundo Encuentro Regional de Investigadores del Caribe colombiano, celebrado en mayo de 2005, se evidenció la gran falencia en el estudio de los problemas educativos en la Región Caribe. La doctora Constanza Lemus, ponente de dicha in­vestigación, indica que en Colciencias sólo se llevaron a cabo 20 investigaciones relacionadas con la problemática edu­cativa del Caribe colombiano entre 1995 y 2004. Se pudo inferir, además, que no se tiene conocimiento sobre el al­cance de los resultados de estas investigaciones, de su apropiación social y ni de su impacto. Es decir, no sólo se sabe muy poco sobre los problemas del sector educativo sino que además no se estudia seriamente su naturaleza, fe­nomenología, etc. Según lo anterior, cabe cuestionar sobre ¿cómo se puede resolver un problema que no se conoce a plenitud y cómo formular políticas públicas ante tal situación? Este es un llamado a las distintas instancias que direccionan el sistema educativo regional a estimular la investigación en educación.

15

Según opinión de expertos.

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VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE



Prestar especial atención a los procesos de enseñanza-aprendizaje, ahora que la prioridad parece ser la masifi­cación de la educación.



Garantizar el acceso de la educación superior a los re­cursos de transferencias y regalías y, por esta vía, lograr un mayor compromiso de los entes territoriales con esta formación.



Extender a las universidades privadas la exención del IVA que funciona ya para las universidades públicas.



Propiciar una mayor vinculación del sector productivo a la educación superior, por ejemplo, mediante el pa­tro­cinio y/o montaje de laboratorios.



Entender que la virtualidad requiere conectividad y, antes, acceso de la población a la tenencia de com­pu­tadores.



Establecer políticas claras de formación avanzada y doc­toral que permitan fundamentar un ambicioso pro­grama en ciencia y tecnología en todos los sistemas de educación superior.



Crear indicadores nacionales para la internacionali­ zación y trabajar en la integración de sistemas de ho­mo­logación regional de títulos profesionales y de post­grados.

Infancia y juventud La Región Caribe colombiana tiene hoy, más que nunca, el reto de responder, con una política centrada en el desa­rrollo humano, a las necesidades y exigencias de los niños, las niñas, los jóvenes y sus familias. A partir de 1974, cuando se promulgó la Ley 27, que generaba recursos para la atención integral a la infancia, en Colombia han ocurrido grandes cambios, que se expresan en la existencia de amplios programas de atención integral a los niños y en la construcción de una nueva ética asociada a la infancia y la juventud.

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Dos hitos importantes fueron el proyecto “Pro­me­ sa”, del Chocó, llevado a cabo por Cinde, que empezó trabajando con madres de familia en un marco co­mu­ nitario, y el pro­yecto “Costa Atlántica”, de la Uni­ver­ si­dad del Norte, que también mediante un modelo de participación comunitaria sirvió de base para los programas gubernamentales de aten­ción a niños, jóvenes y familias. De éstos, el más reconocido ha sido el Programa de Hogares Comunitarios de Bienestar, que tienen una cobertura de atención de 1.5 millones de menores de siete años, lo que convierte a Colombia como un país innovador en sus po­líticas públicas de atención a la infancia. Colombia tiene mucha tierra conquistada y lecciones aprendidas. Sería una gran pérdida si no se aprovecha al máximo la experiencia de estos 30 años para que la actual coyuntura no se extienda, y mejoren las políticas públicas a favor del desarrollo humano, especialmente de los niños, los jóvenes y sus familias. A pesar de los programas existentes, cuando se re­ visan los indicadores, especialmente los dirigidos a los ni­ños, a la juventud y sus familias, es claro que queda mucho por hacer. Un indicador simplemente es algo que nos da señales sobre cómo vamos, en síntesis, significa evaluar algo, y lo usamos para ver qué se ha logrado, qué está en camino de lograrse, o visualizar algo que queremos. Por esto, cualquier política pública debe partir de una defi­nición de lo deseado, un estándar que nos permita inter­pretarla y una meta muy clara. Las organizaciones internacionales se han especiali­ zado, en los últimos tiempos, en crear indicadores para mi­rar el desarrollo económico, o el desarrollo humano, o la salud, o el bienestar. Estos índices permiten observar có­mo van los países, lo que muchas veces conduce a com­paraciones alarmantes, al observar la asimetría de tales indicadores entre un pequeño grupo de naciones que se mueven en el rango de lo deseado y la gran mayoría de las demás naciones en las que gran parte de su población vive en una situación de pobreza que resulta indignante a la con­­dición humana.

Desarrollo humano

Cuando evaluamos el desarrollo humano del país, podemos apreciar que aunque existen políticas públicas, todavía estamos muy lejos de alcanzar estándares de vida dignos para toda la población. Cuando el país se estudia desde las perspectivas regionales, todos los indicadores muestran que la Costa Atlántica y la Costa Pacífica presentan el mayor atraso. Sin ánimo de llenar de cifras este informe, citaremos solamente que más del 60% de la población del Caribe colombiano está bajo la línea de pobreza, el 80% de la población rural es pobre y el 60% indigente; asimismo, el 60% de la población económicamente activa no está incluida en la economía formal, y el 30% de los hogares cuentan con jefatura femenina. Estos números nos muestran claramente no sólo la realidad de la región, sino también la difícil tarea a la que nos enfrentamos. El impacto de esta situación sobre la niñez, los jóvenes y sus familias ha estado claro desde hace varias décadas, como también lo que tal situación implica para el desarrollo y la calidad de vida de una sociedad, de sus ciudadanos y ciudadanas. Ya está demostrado que en las familias cuyos medios no son suficientes para cubrir sus necesidades más esenciales, son los niños y jóvenes los que sufren con mayor rigor las carencias. No sólo su desarrollo físico es limitado, sino que su vida está en constante ries­go, y su insuficiente desarrollo intelectual y afectivo re­ presentará una constante carga para toda la sociedad. Estos niños y jóvenes son potenciales ciudadanos que conformarán nuevas familias, las mismas que tendrán claras desventajas para afrontar la vida y proporcionar a sus descendientes medios para su crianza y su formación. Se constituye así el círculo vicioso de la pobreza, que limita –por su magnitud– la capacidad de desarrollo humano. Hoy, hay una conciencia mundial de que las per­ so­nas no pueden ser percibidas más como un objeto pa­sivo. El individuo actual es un ciudadano que se erige como sujeto de derecho que debe ser la base de los orde­ namientos jurídicos de los estados y cuya protección debe ser garantizada. Dentro de ese contexto, las naciones de­ben propender por un desarrollo incluyente,

que incor­pore a millones de mujeres y hombres –la mayoría de ellos jóvenes, adolescentes y niños– a los beneficios del de­sarrollo económico, social y político. Esta inclusión no entendida como caridad, sino por el derecho de ser ciu­dadanos.

¿Por qué los niños y la juventud en la Agenda de Vi­sión Colombia II Centenario: 2019? La preocupación por el tema de la infancia y la ju­ ven­tud es relativamente reciente. La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), columna vertebral del mandato institucional de Unicef, en su artículo 1º define como “ni­ño” a todo ser humano menor de 18 años. Este cambio formativo obliga a una nueva extensión en las prioridades y, por ende, en las políticas de Unicef. También representa el desafío de dar respuestas innovadoras a las necesidades de los adolescentes. La Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) –los dos ins­ tru­mentos fundamentales del Derecho Internacional que permiten especificar los derechos de los niños y los adoles­centes hombres y mujeres– se inscriben dentro de un espí­ritu de respeto por la libertad y la igualdad entre las per­sonas. Constituyen, por lo tanto, el marco conceptual para el desarrollo de cualquier política o programa para la infancia y adolescencia en América Latina y el Caribe, pues permiten reconocer a los niños y adolescentes de ambos sexos como sujetos de derecho, lo cual posibilita su realización como personas y como ciudadanos dentro de una cultura universalizadora de los derechos humanos (Unicef - Oficina Regional, 2000).

Prioridades para orientar las políticas públicas para la infancia en la Región Caribe colombiana “La infancia de la Costa Caribe se enfrenta con problemas interrelacionados con la pobreza, la degra-

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VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

dación del me­dio ambiente y la inobservancia de sus derechos a la super­vivencia, al desarrollo y la protección” (Unicef, 2000). Ante la anterior declaración de esta agencia de las Naciones Unidas, y sumando las cifras abrumadoras de mortalidad y morbilidad infantil, donde aproximadamente en la Costa Caribe mueren todavía 30 de cada 1.000 niños, antes de su primer año de vida, por causas que bien pueden evitarse con medidas sanitarias e inmunización oportuna, se hace inminente que Visión Colombia: II Centenario: 2019 desarrolle políticas que ofrezcan garantías de protección integral a nuestra niñez, donde los derechos de la infancia prevalezcan sobre los derechos de los demás, como bien está consignado en la Declaración de los Derechos del Niño y promulgado en la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989. Teniendo en consideración que en el país existe un Plan Decenal de Infancia 2004-2015, creemos que en la Costa Caribe, y asumiendo las características de la región, son importantes de esa agenda las estrategias siguientes:

Una vida digna •





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Luchar contra la pobreza invirtiendo en los niños con programas innovadores para la infancia que permitan, al mismo tiempo, mejorar el ingreso de la familia, y reforzar y ampliar los programas existentes, especialmente el de Hogares Comunitarios de Bienestar. Disminuir las tasas de mortalidad derivadas de la mater­nidad, ya que un amplio segmento de las mujeres em­­barazadas de la Costa Caribe son víctimas de la fal­­ta de cuidado prenatal, lo cual ocasiona muertes in­ne­cesarias y complicaciones en el parto que afectan a los neonatos. Reducir las tasas de mortalidad de los menores de cinco años, que en la Costa Caribe son muy altas, para que la pobreza no mate y se pueda lograr que nuestros niños tengan un desarrollo físico, psíquico, emocional y social que les garantice sus derechos.



Disminución de la desnutrición de los niños menores de cinco años. En estos momentos, el 67% de los niños de la Costa Caribe colombiana presentan algún grado de desnutrición, y un 27% una desnutrición severa, con daños estructurales y funcionales de su cerebro.

Acceso a una educación de calidad •

En el 2019 todos los niños de la Costa Caribe deberían tener acceso a una enseñanza primaria de buena cali­dad, gratuita y obligatoria.



Mejorar las condiciones nutricionales de los niños que asisten a las escuelas, especialmente las de educación pública, para asegurarles las condiciones que permitan sus aprendizajes.



Garantizar que las escuelas preparen a los niños para la vida en temas tan fundamentales como la comprensión del pensamiento del mundo político y económico.



Garantizar la participación activa de las familias en los procesos educativos de la escuela.



Aumentar la oferta de programas de educación prima­ria innovadores que incluyan el incremento de la esco­laridad de los padres de los niños.

La protección de los niños y las niñas de los malos tratos, la explotación y la violencia •

Hacer realidad el compromiso del país para eliminar toda forma de violencia contra los niños alrededor de protegerlos del maltrato, el abandono, la explotación y la violencia.



Mejorar la eficiencia del sistema legal para sancionar a los adultos que cometen abusos con los niños.



Eliminar toda forma de explotación laboral de acuerdo con los convenios que el país tiene suscritos con la OIT.

Desarrollo humano



Crear los mecanismos e instituciones adecuadas pa­ ra proteger a los niños de las consecuencias de los con­flictos armados, especialmente los niños víctimas del des­plazamiento forzado.

Prioridades para orientar las políticas públicas para la juventud en la Región Caribe colombiana Con base en la realidad física, económica, social y cultural de la Región Caribe y tomando como referencia documentos de Unicef y Unesco, “Visión Colombia Costa Caribe” de­bería enfatizar en cuatro (4) estrategias, teniendo en con­sideración la inclusión de todos los adolescentes, y no so­lamente aquellos que se encuentran en circunstancias de vulnerabilidad, buscando la promoción de la defensa de sus derechos y la participación activa de ellos en las po­líticas públicas destinadas a la juventud:



Hacer un programa regional de mejoramiento de la calidad del sistema formal de educación pública de la Costa Caribe.



El desarrollo de mecanismos de protección y exigi­ bi­lidad de derechos dentro de las escuelas, que abran la posibilidad de reclamar los derechos y de­ nun­­ciar los casos de abuso de poder o maltrato. Den­tro de ellos, los gobiernos escolares constituyen una posibilidad de fomentar la convivencia dentro de las escuelas.



La erradicación de las formas peligrosas y dañinas de actividades del adolescente, y de todo trabajo que impida o interfiera en el normal desarrollo de la for­mación escolar. La protección de las condiciones la­borales de los jóvenes trabajadores debe incluir de manera específica a las adolescentes trabajadoras do­mésticas.



Aumento de la participación y compromiso de todos los actores involucrados en la educación media: pro­fesores, directivas, madres y padres de familia.



El mejoramiento de los sistemas de información a través de indicadores cuantitativos y cualitativos con­fiables que permitan poner énfasis en la relación en­tre la educación y el trabajo de los adolescentes.



Prohibición de la expulsión abierta o encubierta de las adolescentes madres y embarazadas, así como de toda forma de discriminación.

Universalización de la educación secundaria Tarea principal es cómo asegurar que el 64% de los ado­les­centes que están por fuera de la escuela en la Región Caribe tengan la posibilidad de incorporarse a ella. Según estudios de Unicef (2202) y Unesco (2003), los adolescentes se ven constantemente presionados a aban­­donar el sistema formal de la educación a causa de las necesidades económicas, en el caso de los varones, y la maternidad y la ocupación en labores domésticas, en el ca­so de las mujeres. La Costa Caribe debe fortalecer su sistema econó­ mico para que permita la universalización de la educación media o la escolarización a todas las personas menores de 18 años. Siguiendo las recomendaciones de Unicef, esto incluye: •

La escolarización masiva de los adolescentes.



El desarrollo de programas de retención y repitencia escolar.



La evaluación de los programas escolares y las me­ todologías de enseñanza con los estudiantes.

Fortalecimiento de la familia La familia constituye la institución intermedia entre el hom­bre y la sociedad, y cualquiera que sea su con­forma­ción, representa la mayor influencia educadora para un ni­ño. Los hogares pueden entenderse como una ins­titu­ción de integración, cooperación e interdependencia uni­­da por el afecto mutuo entre sus miembros, con la fi­na­­­lidad última de asegurar que la sociedad sobreviva. Pe­ro también la familia se organiza como una estructura eco­nómica, ya que es una condición indispensable para la so­brevivencia: salud, vivienda, alimentación, educación, servicios públicos,

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VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

y todo lo relacionado con la satisfacción de necesidades biológicas y sociales. Por esto, dentro de una ética de convivencia es importante que la familia sea fortalecida no sólo para la autoprotección, defensa y regu­lación de la expresión de las emociones, sino también como la institución básica a partir de la cual se construye el orden moral que cohesiona el colectivo social. Por ello, se propone: •

Apoyo de políticas públicas para el fortalecimiento económico y material de las familias mediante re­des socioeconómicas que fomenten el empleo, la generación de ingresos, el mejoramiento de la vivien­da, la educación y la salud.



Fortalecimiento de las redes sociales comunitarias que puedan actuar como protectores de adolescentes en caso de vulnerabilidad familiar.



Generación de microempresas que potencien econó­mi­camente a las familias para que éstas puedan en­viar y mantener a los adolescentes dentro del sistema escolar.



Reconocimiento a los diversos tipos de familia que existen en la Costa Caribe, que incluyan el re­co­ nocimiento jurídico de la paternidad por parte de los hombres y el fortalecimiento de una visión positiva de la masculinidad.



Desarrollo de programas contra la violencia entre iguales, y la prevención de la generación de pandillas juveniles y otras formas de conductas disfuncionales en los jóvenes.

del Magdalena muestran que un porcentaje significativo de menores de 18 años tienen dos o más hijos y que el promedio de edad de la primera relación sexual es a los 15 años. Por otra parte, aunque no existen estadísticas cla­ras en la región, el aborto realizado en condiciones inade­ cua­das es una de las primeras causas de mortalidad ma­ terna, y son las jóvenes generalmente las que sufren las consecuencias de este tipo de intervenciones que ponen en riesgo su salud y su vida. Otro aspecto importante en el ámbito de la salud de los jóvenes está relacionado con las consecuencias de enfermedades como el VIH, asociado muchas veces al abuso y la explotación sexual que ha ex­pandido la epidemia entre la población joven. Se propone tener en cuenta las siguientes estra­te­ gias: •

Respeto a los derechos sexuales y reproductivos que se encuentran protegidos por la regulación interna­ cional referente a derechos humanos, que incluyen el derecho a la vida, el derecho a la integridad física, el respeto a la opción de la reproducción, la elección del estado civil, la igualdad de sexos y género, la libertad sexual según preferencia, y el derecho a es­pa­cios de comunicación familiar para tratar la se­xua­lidad.



Atención integral en salud a los jóvenes que incor­ pore elementos de motivación, prevención y aten­ ción, incluyendo asesoría psicológica.



Implementar programas de educomunicación con mensajes dirigidos a los jóvenes sobre sexualidad, en particular en prevención del embarazo, VIH/ SIDA y las enfermedades de transmisión sexual (ETS).



Mejorar la calidad de los programas de educación sexual y desarrollo humano en los currículos de los co­legios y expandirlos, junto al sector salud, a las di­mensiones familiares y comunitarias.



Desarrollo de programas de prevención y atención a víctimas de la explotación y violencia sexual.

Promoción de la salud sexual y reproductiva de los adolescentes en un marco de derechos humanos La maternidad temprana marca el inicio de una res­pon­sabilidad económica, emocional y moral a largo plazo. En la Región Caribe, entre el 25 y el 30% de las mujeres tienen su primer hijo antes de cumplir los 20 años. Es frecuente que estos embarazos se presenten como un evento no de­seado o no planificado, producto de una relación débil de pareja. Estudios realizados por la Universidad del Norte en municipios del departamento

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Desarrollo humano

Estímulo y creación de la expresión artística y la recreación Las expresiones culturales son uno de los mejores elemen­tos para fomentar la participación comunitaria. La pre­sen­tación de programas de expresión artística en la Cos­ta Caribe colombiana puede ser una respuesta a las ne­cesidades que existen en este ser caribe creador, sensible, lle­no de recursos espirituales, que hoy día no tiene canales de expresión. Por esto, consideramos que el desarrollo de la cultura, las artes y la recreación debe ser parte esencial de cualquier agenda pública con visión de futuro, por lo que se considera que las políticas públicas dirigidas a la ado­lescencia deben incorporar los siguientes elementos: •

Fomento y apoyo a proyectos culturales de adoles­ centes que permitan su expresión espiritual.



Estímulo a la creatividad mediante la creación de escuelas de música, institutos de bellas artes, pro­ gramas específicos auspiciados por el gobierno a tra­vés de todo el sistema escolar.



Promoción de actividades destinadas al recono­ci­ mien­to de la herencia y diversidades culturales. La Región Caribe tiene un patrimonio cultural muy rico y diverso, que debe estimularse y expandirse mediante programas específicos por parte del estado.



Apoyo al deporte y entretenimiento sano mediante la creación de centros deportivos, escuelas de deportes, creación y adecuación de parques de recreación y des­tinación de espacios públicos para la convivencia de los jóvenes.

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VISIONES REGIONALES

CAPÍTULO CARIBE

Desarrollo político e institucional

Desarrollo político e institucional*

El desarrollo político e institucional se constituye en uno de los principales pilares del desarrollo económico y so­cial de una región. Es preciso contar con organismos, ins­tituciones, reglas de juego y hábitos de conducta que per­mitan y faciliten el desarrollo de los ciudadanos y de su en­torno. En esta medida, la Región Caribe no se escapa de los planteamientos establecidos en el documento Visión Co­lombia II Centenario: 2019 para todo el país, pero hay una serie de consideraciones que es preciso tener en cuenta. De acuerdo con la visión y los principios funda­men­ tales establecidos en la sección “Un estado eficiente al servicio de los ciudadanos”, en el 2019 el país habrá con­solidado una política de descentralización que promueva la autonomía territorial, clarifique la distribución de com­petencias y asignación de recursos y reconozca la hete­rogeneidad regional en un marco de ordenamiento territorial flexible, que trascienda los límites político-administrativos. Este objetivo requiere del desarrollo de una serie de metas enunciadas, tales como definición de competencias, soste­ni­bilidad fiscal, gestión territorial, y ordenamiento terri­torial (p. 340). En particular consideramos importante que la me­ta de gestión territorial tenga un soporte basado en las de­si­ gualdades y realidades regionales. De acuerdo con lo es­ta­ blecido en la tabla 6.6 del documento Visión Colombia II

Centenario: 2019, la meta establece que tendremos mu­ nicipios y departamentos con gestión eficaz, eficiente, par­ticipativa y orientada a la resultados. En el análisis de la situación se encuentra que existe un régimen territorial uni­forme y desarticulado, así como una planificación y asig­­­nación de recursos de inversión pública territorial de ma­nera aislada. Estos son obstáculos claros que es im­por­ tante hayan sido identificados, pero adicionalmente es preciso partir de la realidad local y reconocer que la de­si­ gualdad entre los municipios de la región con respecto a otras genera la necesidad de contar con un plan específico regional. El régimen territorial y los códigos y normas del or­ den departamental y municipal pueden uniformarse, co­ mo lo plantea “Visión 2019”, pero esto no es garantía de desarrollo uniforme por parte de los municipios y depar­ tamentos. Para esto se requiere una política afirmativa que permita que los municipios de la región obtengan el desa­rrollo necesario para poder hacer un uso adecuado de estos códigos. Es decir, los municipios presentan ma­ yores deficiencias en términos de desarrollo político e ins­titucional a los de otras regiones. De acuerdo con los resultados del Índice de Trans­ parencia Departamental realizado por Transparencia * Autor: Alexandra García Iragorri.

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VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

Co­lom­bia, ningún departamento de la Región Caribe muestra un resultado superior a 70 puntos y varios presentan en­tidades con un índice de 20 puntos, es decir, con alto ries­go de corrupción16. Mientras departamentos como Cauca, Tolima, Santander y Norte de Santander presentan ín­dices superiores a 70. En términos de visibilidad, institu­cionalidad y sanción, los departamentos de la Costa Ca­ribe presentan un bajo desempeño, lo cual hace más vul­nerables a espacios de corrupción. Estudios académicos realizados sobre el caso de Ba­rranquilla han mostrado cómo existe un precario desarrollo institucional en el distrito, lo cual, acompañado por una sociedad civil17 desorganizada y un Estado débil, hace que el ejercicio del poder por parte de la administración local sea aun más desafiante18. Así mismo, en desarrollo del proyecto “Agenda Común por Barranquilla (2016)” se realizó un exhaustivo estudio del desarrollo político e institucional del distrito y se encontró que existen aún importantes de­fi­ciencia en cuanto a las variables que permiten se con­solide un desarrollo político e institucional acorde con las necesidades y requerimientos de los ciudadanos. Por ejem­plo, se encontró que hay ausencia de planeación y con­trol urbanístico, débil participación ciudadana en la planeación local, discontinuidad en proyectos y una visión de trabajo individual y sin unidad en la administración19. Si bien el caso de Barranquilla no es suficiente pa­­­ ra demostrar la realidad de la Región Caribe, sí es un in­­­di­cador importante para intuir el tipo de deficiencias ins­­­­tituciona­les y organizativas que se pueden encontrar en el resto de esta zona del país. Si la ciudad con mejo­ res índices de desarrollo, Barranquilla, aún tiene de­bi­li­ dades institucionales y procesos políticos basados en la im­­provisación, en comportamientos clientelistas, re­glas de juego excluyentes y en criterios de favoritismo, es po­ si­­ble concluir que existe una alta proba­bilidad que los otros municipios presenten factores y com­portamientos si­mi­lares. El asunto del desarrollo de la capacidad del Estado en ámbito municipal tiene dos componentes que

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es preciso discutir. Por un lado está lo relativo a la autonomía del Estado en tomar sus propias decisiones y en la posibilidad de determinar sus propias metas y objetivos sin que éstos respondan a los intereses partidistas que predominan en la entidad territorial. Por otro lado está la capacidad que tiene ese Estado de ejecutar esas decisiones que ha tomado, es decir, si éste tiene los suficientes recursos económicos, físicos y humanos para desarrollar esos objetivos20. En términos de la Región Caribe, la debilidad del Estado es evidente. Los municipios no se destacan por su autonomía para decidir su rumbo a largo o mediano plazo sin que medie el interés del político de turno. La planeación municipal se surte con poca o nula participación ciudadana, y la mayor parte de las veces es un procedimiento que se realiza en el seno de las secretarías de Planeación, por ser éstas las que tienen la información y la presión política para hacerlo. Con respecto a la capacidad, los municipios tienen un desarrollo precario en cuanto a recursos físicos y humanos. El nivel de educación, junto con las prácticas clientelistas, dificulta a los individuos con formación de poder a la adopción de políticas públicas adecuadas para el desarrollo de su área. Un componente adicional que da fundamento al ar­­­gumento de diseñar un plan especial para minimizar las desigualdades regionales en términos de desarrollo ins­­titucional y fortaleza del Estado es el asunto de la cul­­tura política de la región. Si bien no hay estudios com­prehensivos sobre el tema, ya existen algunos ejerci­ cios de medición de la misma en algunas ciudades de

16

Indice Transparencia Departamental. Resultados 2004-2005. Transpa­rencia Colombia. http://www.transparenciacolombia.org.co/new//transparencia/cen trodocumentacion/#3 17 Diamond, Larry (1996).“Toward Democratic Consolidation”. In Larry Diamond, and Marc Plattner (eds.), The Global Resurgence of Democracy, 2nd ed. Baltimore, MD: Johns Hopkins University Press. 18 García, Alexandra (2003). “Institucionalidad y Permeabilidad el Desafío Politico de Barranquilla ante la Globalización.” Revista de Derecho, 20:30-56. Barranquilla: Universidad del Norte. 19 “Agenda Común por Barranquilla”. Eje Desarrollo Político e Institucional, 2005. Alcaldía Distrital. 20 Skocpol, Theda (1979). States and Social Revolutions: a comparative ana­lysis of France, Russia, and China. Cambridge and New Cork: Cambridge Uni­versity Press.

Desarrollo político e institucional

la región (Ba­rranquilla, Santa Marta y Cartagena) que muestran que los valores, creencias y actitudes de los caribeños son aún parroquiales. Es decir, en estas sociedades no hay roles po­líticos específicos ni existe diferenciación real entre las orientaciones políticas y las religiosas o sociales. Existe un importante grado de escepticismo con respecto al Estado y lo que de éste emana y los individuos no se ven a sí mismos como actores y participantes del sistema político21. Estos valores y actitudes hacen que los asuntos del Estado se vean como algo que no le concierne al ciudadano y, por tanto, no lo evalúa o intenta modificar, o siquiera monitorear, lo que genera una debilidad estatal aun mayor. El desarrollo de una sociedad participante impli­ca que se trabajen tres áreas distintas pero que se comple­ mentan. En cada área se deben lograr unos fines que se pueden indicar como sigue:

Población •

Cambio de una visión de súbdito a una visión de ciu­dadano participante



Aumento de la participación ciudadana



Mayor sensibilidad hacia los principios de igualdad



Aceptación de normas universales

Gobierno y Gestión pública •

Aumento en la capacidad del gobierno de manejar los asuntos públicos, controlar los conflictos

y manejar sa­tis­factoriamente las peticiones de la comunidad. •

Transparencia e uniformidad en las acciones de los fun­cionarios públicos



Manejo responsable de los recursos públicos mante­ niendo un equilibrio fiscal.



Ofrecer a la ciudadanía espacios de convivencia libres de riesgo personal o material.

Ámbito político •

Mayor diferenciación estructural



Mayor especificidad de funciones



Mayor integración entre las instituciones, organizaciones y divisiones administrativas.

Por lo anterior, la “Agenda Caribe 2019” debe tener un componente importante de revaloración de la realidad de la Costa Caribe, para a partir de éste identificar los mecanismos necesarios para lograr un deseado desarrollo político e institucional. Estos elementos deben incorporarse en un Plan de Acción que contenga una política de cambio en la cual se de especial énfasis a los factores estructurales, como son los recursos físicos y humanos de los municipios, pero acompañados por políticas de formación ciudadana que permitan a la región hacer el tránsito de una cultura política parroquial a una cultura política participante22 en la cual es individuo se identifica como miembro activo y responsable del desarrollo de su entorno y en particular de su rol como agente veedor de los asuntos políticos y del manejo de los recursos públicos.

21

García, Alexandra (2006). Cultura política en la Región Caribe. Grupo Investigación en Derecho y Ciencia Política (investigación en curso), Universidad del Norte, Barranquilla. 22 Almond, G.A. and Verba, S. (1963). The Civic Culture. Princeton, NJ: Princeton University Press.

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VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

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VISIONES REGIONALES

CAPÍTULO CARIBE

Política exterior colombiana

Política exterior colombiana*

Históricamente, la política exterior colombiana ha sido manejada con una visión muy andina. Pareciera que des­de el momento en el cual Cartagena perdió su efímera condición de capital del país, nuestros gobernantes se ol­vidaron de ejercer el liderazgo natural que le corres­ponde a Colombia por su privilegiada condición de ser además de andino un país caribe, amazónico y con límites en el Pacífico. Tanto es así que sólo hasta los años ochenta del siglo pasado Colombia fue invitada regularmente a las cumbres de los países caribeños, pues antes de esa fe­cha prácticamente no éramos considerados como ta­­les en el concierto internacional. Ya desde fines de los años se­senta el gobierno de Carlos Lleras Restrepo (1966-1970) inició un proceso de apertura a la región, im­­pul­san­­do para ello la constitución del Pacto Andino. Asi­mismo esta administración estableció relaciones con los países socialistas. Luego el gobierno de Alfonso Ló­pez Mi­­chelsen (1974-1978) continuaría en esta senda par­ti­ci­pando en eventos internacionales como el G-77 y en dis­cusiones dedicadas al tema del nuevo orden económico internacional. Esta administración sería artífice, junto con Venezuela y Panamá, del Tratado Carter-Torrijos, que pondría fin al tutelaje del canal de Panamá por parte de Estados Unidos al finalizar el siglo XX. De igual forma, durante la administración del presidente Virgilio Barco (1986-1990) se continuaría con el esfuerzo sistemático y programático de ampliación de las relaciones exteriores de Colombia. Barco puso un especial énfasis en los vínculos con la

Cuenca del Pacífico manifestando que Colombia debía “prepararse para responder a la nueva realidad”. Ano­ta­ ba que nuestra nación debía servir, junto con otros países la­ti­noamericanos, “de puente entre el nuevo mundo” –re­­fi­­riéndose a la comunidad del Pacífico– con el “viejo mun­­do”, del Atlántico. Añadía que “Inexplicablemente he­­mos vivido de espaldas al Pacífico”, y por tanto había lle­­gado el momento “de corregir este error histórico para beneficio de toda Colombia”23. Siguiendo el propósito de diversificar las relaciones internacionales del país, durante este gobierno se establecieron relaciones diplomáticas con 27 países africanos (Angola, Benin, Botswana, Camerún, Mozambique, Somalia, Uganda y Zimbabwe, entre otros), 10 naciones asiáticas y 4 estados de Oceanía. Más adelante, con el presidente César Gaviria (1990-1994) se afianzaría la apertura de Colombia hacia el mundo a partir de la ampliación de nuestras relaciones económicas. Luego la Constitución Política de 1991 con­sagraría la necesidad de la integración latinoamericana y caribeña. No obstante lo anterior, consideramos que la política internacional colombiana ha tendido a ser una política reactiva y de corto aliento. Es decir, ha respondido de acuerdo a ciertas coyunturas

* Autor: Roberto González Arana. 23

Barco, Virgilio, “Una política exterior para el cambio”. En Informe al Congreso Nacional, tomo III, Bogotá, 2 de julio de 1990, p. 69.

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VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

políticas internacionales y, por tanto, es usual que cada presidente traiga su equipo de trabajo y un esquema de cómo deben manejarse éstas. Una crítica común a la función diplomática en Colombia es que comparativamente a otros países del continente estamos ante un sistema poco meritocrático en el que sólo un mínimo porcentaje de los diplomáticos o funcionarios de relaciones exteriores son de carrera.

Diagnóstico y Propuestas En un reciente estudio sobre la política exterior colom­biana se concluye que los rasgos que la caracterizan son, entre otros, su carácter presidencialista; su naturaleza per­sonalista, la existencia de altos grados de fragmentación en su formulación, la evidente existencia de diplomacias paralelas y la ausencia de interés y participación de la sociedad civil en estos asuntos24. Si bien es cierto que los temas de la política exterior son complejos y delicados, no estamos por ello de acuerdo con la postura según la cual este tipo de asuntos deban manejarse a espaldas de la sociedad civil. Es decir, sin tomar muchas veces en consideración que las decisiones gubernamentales afectan a grupos humanos. Un ejemplo de esto se dio al momento de las negociaciones de Colombia dentro del llamado Grupo de los Tres (Colombia, México y Venezuela), pues allí se tomaron muchas decisiones que no correspondían a las necesidades de los grupos afectados, sin tener en cuenta su opinión o intereses. Es decir, se decidió “desde arriba”. Como lo anota Socorro Ramírez respecto a su origen, este organismo no fue precisamente producto de una dinámica y entrelazamiento previo de los tres países miembros, y como otros acuerdos latinoamericanos, fue una forma de internacionalización exógena, “impuesta desde arriba, que no corresponde a una dinámica endógena de las economías implicadas”25. Algo parecido a las negociaciones del TLC con Estados Unidos, en lo cual ha habido demasiada prisa por llegar a su firma y conclusión. Pareciera que deseamos tanto subirnos al tren del progreso que supone el libre co­mer­cio y la globalización económica que olvidamos in­da­gar primero cuál será la ruta que tomará ese tren. Prueba de ello es que luego de un año de finalización formal de las dis­cusiones del TLC hay todavía varios temas neurálgicos que no han sido resueltos.

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Respecto al caso del G-3, se notó en sus inicios una ausencia de información, difusión e incluso coordinación del gobierno de entonces en la labor de establecimiento y ampliación de los contactos entre las partes interesadas, así como el contenido de los compromisos asumidos. “Una suerte de diplomacia de cúpula, muy sigilosa y altamente concentrada en unos pocos, ha redundado en un pobre conocimiento público de las ventajas o beneficios de los tres países”26. No olvidemos que América Latina ingresó a la era de la internacionalización de los años ochenta bajo presión y las condiciones de ajuste y liberalización impuestas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Por tanto, la internacionalización entonces “fue impuesta desde arriba, por los Estados Unidos, y dejó las economías nacionales gravemente expuestas a los capitales rapa­ces”27. El documento Visión Colombia II Centenario: 2019 plantea que el país “sólo se beneficiará de las opor­tu­ nidades de la expansión de la economía mundial si aprovecha plenamente las condiciones, variedad y situa­ ción geográfica de su territorio”. Añade que “el modelo económico debe ser consistente con la extraordinaria lo­calización de Colombia, con sus dos océanos, sus fron­teras, su carácter de país ecuatorial intertropical, sus mi­nerales, sus ríos y su diversidad climática”28. En este sentido, se diría que hoy somos conscientes de la necesidad de aprovechar plenamente la localización geográfica privi­legiada que tie­ne el país. Según el documento oficial, “Por su localización geo­­gráfica y el hecho de pertenecer a diferentes grupos re­gionales, Colombia debe convertirse en un pun-

24

Véase Ardila, Marta, Cardona, Diego y Tickner, Arlene (editores), Prioridades de la Política exterior colombiana. Bogotá: Fescol, 2002, p.17. 25 Ramírez, Socorro. “El Grupo de los Tres. ¿Proyecto Neopanamericano o Neobolivariano? En PRECIADO, Jaime y Rocha, Alberto (comp). América La­tina, Realidad, virtualidad y utopía de la integración. México, Universidad de Gua­ dalajara, 1997, p.132. 26 Tokatlián, Juan Gabriel, Cardona, Diego. “El Grupo de los Tres y la política exterior de Colombia: ¿Alternativa o ilusión? En Tokatlián, Cardona y Reina, Colombia y el Grupo de los Tres, Documentos Ocasionales, CEI, Universidad de los Andes, octubre-diciembre, 1992, p.11 (subrayado del autor). 27 Ibid., pp. 129-130. 28 DNP, Visión Colombia II Centenario: 2019, p. 12.

Política exterior colombiana

to de ar­­ticulación –bisagra– del continente americano, sin descui­dar el fortalecimiento y la ampliación de las relacio­­nes con otros países y regiones como Europa y Asia”. En lo anterior ayudaría que propendamos por diversificar más aun nuestras relaciones internacionales para ganar ma­yor margen de negociación ante terceros y no aparecer an­te el mundo como un socio incondicional y vocero de Es­ta­dos Unidos en la región, aunque esto parezca no ser cier­to. Una cosa será “conservar la estratégica relación con Washing­ton”, como reza el documento, y otra distinta que ello su­ponga pérdida de autonomía en nuestras políticas. En es­te sentido, nuestro país seguramente propenderá, como lo se­ñala el actual presidente Álvaro Uribe Vélez, a “una doc­tri­ na colombiana de unas relaciones internacionales de cons­trucción de la unidad, de tener la capacidad de cons­truir unidad dentro de la diversidad, de hacer una política con pragmatismos en busca de resultados con­ venientes para todos nuestros pueblos”29.

Habrá que tomar en consideración también que por diversos factores del sistema internacional hoy día en la política exterior colombiana participan nuevos actores que inciden en la formulación y ejecución de las políticas del país. Igualmente, como lo anotan Ardila, Cardona y Tickner, se han ampliado los temas de la agenda global que se asocian a la situación interna colombiana; el papel del Ministerio de Relaciones Exteriores se ha reducido y cada vez le es difícil coordinar todos los aspectos importantes de su agenda; el conflicto interno colombiano se ha inter­nacionalizado cada vez más, al punto que se ha dado “un desdibujamiento de las fronteras existentes entre la po­lítica doméstica y la internacional”32. No olvidemos que una meta de la administración de Andrés Pastrana fue pre­cisamente enfatizar que éramos un país con graves pro­­­blemas de narcotráfico y conflicto a fin de conseguir apo­­yo económico y militar, lo cual condujo al “Plan Co­lombia”.

Según el documento Visión Colombia II centenario: 2019, “Para 2019 Colombia habrá consolidado la paz con la eliminación de las organizaciones del narcotráfico, la neu­tralización del terrorismo y la desmovilización y rein­cor­poración de los alzados en armas. Para ello, de­ berá for­talecerse la capacidad institucional del Estado para pre­venir, con presencia en todo el territorio, las posibles ame­nazas”30. A nuestro juicio, cumplir esta meta deberá sor­tearse con éxito el dilema entre “cañones y man­tequilla”, pues es evidente que, como lo anota un reciente Informe del Centro de Investigaciones para el Desarrollo de la Uni­versidad Nacional, el crecimiento en Colombia ha si­do “insuficiente, desigual e insostenible”, e incluso me­nor que el de nuestros vecinos en el período 2002-2005, pues éstos crecieron 6% en promedio y Colombia no al­canzó siquiera el 5%. También habrá que pensar finalmen­te en emprender una reforma agraria que posibilite mayores opor­tunidades para quienes viven en el campo, pues se­gún el Instituto Agustín Codazzi, al año 2005, 231 mil pro­pietarios en el país poseían el 53,5 por ciento de la tierra, mientras que, en contraste, otro grupo de 1,3 millo­nes de propietarios sólo poseen el 0,42 por ciento31.

Finalmente, además de sortear con éxito el conflicto armado interno, lo cual nos permita una reinserción que incluya justicia y reparación, debemos tener presente que los ojos de la Comunidad Internacional están puestos en Colombia, y por tanto, de los organismos internacionales de derechos humanos, de la Corte Penal Internacional, etc. Ya que los asuntos internos se conectan tan visiblemente a la comunidad internacional, se debe continuar trabajando para el logro de resultados exitosos en las políticas para la erradicación del narcotráfico, las cuales deberán incluir también el compromiso de los países consumidores bajo el principio de la corresponsabilidad. También deberá trabajarse por unas reglas de juego claras y estables para los inversionistas extranjeros, pues es evidente que comparativamente a países como Chile estamos rezagados en el tiempo para establecer un negocio en el país. Otra meta de nuestra política

29

El Tiempo, entrevista con el Presidente de la República, junio 4 de 2006. DNP, Visión Colombia II Centenario: 2019, p. 21. 31 El Tiempo, junio 23 de 2006. 32 Ardila, Cardona y Tickner, op. cit., p.18. 30

77

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

internacional será buscar por un mejor tratamiento a los colombianos que viajan o pretenden hacerlo al exterior. Difícilmente los colombianos podrán hacer negocios por fuera del país a instancias de los TLC o educarse en otras naciones si se les sigue estigmatizando como ciudadanos potencialmente peligrosos. Ya que se trata

78

de hacer convenios de doble vía, se debería comenzar por la búsqueda de un tratamiento más equitativo para nuestros compatriotas. La meta del pasaporte andino o la búsqueda para recibir el mismo tratamiento que los demás ciudadanos de América Latina deberá ser una de las prioridades de nuestra Cancillería.

Política exterior colombiana

79

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

80

VISIONES REGIONALES

CAPÍTULO CARIBE

Desarrollo sostenible

Desarrollo sostenible*

SOSTENIBilidad ambiental A pesar de sus potencialidades de inserción en el mercado global y de las oportunidades de concretarlo, y de ser pri­­vi­legiada por su biodiversidad continental, insular y acuá­­tica (marina y de agua dulce), el Caribe colombiano en­frenta dificultades en su desarrollo económico y en la cons­trucción del desarrollo sostenible. También exhibe pro­blemas de corrupción, débil sentido de pertenencia, in­suficientes ejecutorias de sus líderes, escasa credibilidad en ellos, exclusión, bajo interés en la participación, brotes de desunión e individualismo, pobreza y analfabetismo. Además, por encontrarse sitiada por grupos armados al margen de la ley que se disputan el territorio. En Cartagena, por ejemplo, se detuvo el crecimiento industrial. El re­za­go en ciencia y tecnología en algunas empresas es preo­cupante. Estos factores que atentan contra el crecimiento eco­nó­mico ponen en peligro el sistema ambiental y el de­sarrollo sostenible, entendido éste como el uso de los re­cursos naturales en forma tal que los dejemos en iguales o mejores condiciones para las generaciones futuras, re­quiere de la “...reapropiación social de la naturaleza ba­sada en valorización cultural, económica y tecnológica de los bienes y servicios ambientales…”33.

sano”, tal como lo reconoce la Constitución colombiana, y a la autogestión de sus recursos ambientales, lo que lleva a desarrollos sostenibles con estilos propios en cada sitio. En ese sentido, la gestión no ha sido suficiente, y como resultado se tienen espacios públicos deficientes, avance de la frontera agrícola en detrimento de los recursos, zonas en las que no se conoce o no se aprecia o no se cuenta con un plan apropiado para el manejo del ambiente, es decir, no siempre se cuenta con un desarrollo sostenible propio, definido por las comunidades de la región. Por otra parte, la complejidad de lo ambiental obliga al enfoque ecosistémico que permite el análisis integral de los recursos biofísicos, económicos, culturales y sociales dentro de un territorio particular34 que, para asegurar el de­­sarrollo sostenible, debería estar definido por límites ecológicos. Las competencias administrativas del manejo de los recursos naturales en Colombia y en la región, con con­­tadas excepciones, no coinciden con los linderos eco­lógicos. De ahí que el desarrollo sostenible dependa de las alianzas entre las corporaciones responsables y de que todas las cumplan. * Autores: Amelia Escudero Fonseca y Lesmes Corredor Martínez. 33

La reapropiación social de la naturaleza permite que cada pueblo tenga el derecho a gozar de “un ambiente

LEEF, Enrique (2004). La racionalidad ambiental, la reapropiación social de la naturaleza. México: Siglo XXI editores CA de CV, p. 86. 34 Enfoque adoptado por la Convención de Diversidad Biológica, CDB, en el año 2000 y por otros entes del orden mundial: RAMSAR, FAO, por ejemplo.

83

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

Para el caso del Caribe colombiano, las Corporaciones Ambientales Regionales (CAR) han decidido trabajar unidas bajo las banderas de la regionalización, el fortalecimiento institucional, la participación ciudadana y el desarrollo sostenible35. Esta decisión se apoya porque beneficia a los ecosistemas que se encuentran totalmente en sus te­­rritorios, porque, en bloque, se fortalece su capacidad de gestión ante las otras corporaciones con competencia sobre ecosistemas compartidos y porque conduce a la rea­propiación social de la naturaleza. Los frutos de ese trabajo que tiene como propósito cons­truir de forma colectiva con los actores regionales y subregionales, una visión estratégica de desarrollo sostenible, han llevado a las CAR del Caribe a definir la necesidad de implantar lo siguiente en la Región Caribe36: •

Una red de infraestructura de transporte eficiente.



Mercados locales fuertes, a partir de la expansión de la agricultura y la industria como dinamizadores del desarrollo económico y generadores de producción y consumo.



Liderazgo y compromiso de las entidades responsables del desarrollo regional con la formación de capital humano adecuado a las necesidades productivas de las organizaciones públicas y privadas y la recupe­ración de la confianza de la sociedad en la ética de sus instituciones.





84

Acceso a los servicios sociales del Estado, con la cons­­trucción de una infraestructura que provea igual­­­dad de oportunidades a la población para el de­­sarrollo de sus proyectos de vida (agua potable y saneamiento básico), educación superior de máxima calidad, integrando las universidades públicas, forta­leza en ciencia y tecnología, con anclaje en las po­tencialidades regionales. La sostenibilidad ambiental, bajo el concepto indi­ cado anteriormente

Cabe resaltar, para el logro de este último aspecto, las estrategias propuestas en el documento de la referencia: concretar la inserción de áreas locales y regionales en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, SINAP; crea­ción de la mesa regional SINAP Caribe que garantice la pro­ tección de los ecosistemas estratégicos de la región y la participación de los actores pertinentes; creación y ope­ ración del Sistema de Información Ambiental Regional; construcción y operación colectiva de mecanismos eco­ nó­micos y financieros en pro de la conservación de ecosis­temas; planear y hacer seguimiento del trabajo ambiental a través de indicadores apropiados; promover los POT municipales (aquí se agrega, articulados a las ecorregiones en las cuales se encuentren inmersos). También es de destacar la propuesta de cambiar el modelo de desarrollo económico que se ha manejado hasta el momento, basado en la terciarización de la eco­ nomía y las transferencias de la nación, ya que no ha satisfecho las necesidades de las poblaciones de la región y, además, ha agravado los conflictos de uso de las tierras y en mayor proporción que en el resto del país: más de la mitad de las tierras, de la Región Caribe están en alto riesgo de degradación37, prima la subutilización de las tierras, con el 22% del área regional intervenida, con las consiguientes secuelas de desabastecimiento de alimentos y menor generación del empleo rural. Las CAR del Caribe proponen, además, como orde­ namiento en el uso del suelo del Caribe colombiano, di­vi­dirlo en las siguientes cinco áreas, con políticas de de­sa­rrollo sostenible diferenciadas, aquí resumidas y/o com­plementadas38:

Zona 1. Reservas ambientales Protegerlas deteniendo el avance de las fronteras agrícolas; rehabilitar la productividad piscícola hasta hacerla renta­ble; manejar integralmente el agua para

35

Tomado de Mejía, Elvia y otros, CAR´s del Caribe. Agenda para el De­sa­rrollo Sostenible del Caribe Colombiano: propuesta preliminar. Diciembre de 2004. 36 Ibid. 37 Informe anual sobre el Estado del Medio Ambiente y los Recursos Na­turales. IDEAM 2004, p. 121. También utilizado en referencia 3. 38 Tomado de referencia 3, con algunas puntualizaciones de la autora.

Desarrollo sostenible

proteger los re­cursos hídricos; reducir los riesgos hidroclimáticos.

Zona 2. Ciudades integradas al comercio interna­cional Barranquilla, Cartagena y Santa Marta tienen que crear nuevas industrias, desarrollar clusters y cadenas productivas, con finalidad exportadora –ubicación competitiva– y for­talecer los que existen, para jalonar el desarrollo propio y de la región.

Zona 3. Ciudades intermedias - mercados locales Con fuertes mallas subregionales de producción y servicios. Se propone implantar el Sistema Integrado de Transporte en la Región Caribe39 y lograr la distribución equitativa de los ingresos.

inclusión del diálogo de saberes, de la heterogeneidad cultural y de la pluralidad política; la valorización del patrimonio natural y la inclusión del mismo como valor de cambio; lo ambiental como variable en los análisis multicriterio y en la toma de decisiones; lograr organizaciones eficientes, honestas, confiables, comprometidas, con sentido de perte­nen­cia, participantes, capacitadas, motores del cambio; la distribución de la riqueza y del poder mediante gestión par­ticipativa y democrática de los recursos naturales. Es probable que el sentido de región favorezca estas eje­cu­torias. No se puede desconocer que construir el desarrollo sostenible garantiza nuestra subsistencia y que la calidad de ésta puede depender del manejo que le demos a nuestro ambiente.

BIOCOMBUSTIBLES

Zona 4. áreas agrícolas

Alcohol carburante

Dedicarlas a industrias de alimentos, principalmente frutas y hortalizas tropicales, con tecnología moderna.

La incursión del alcohol como combustible para ve­ hícu­los en Colombia se convierte en una excelente opor­­ tu­nidad para esta zona y el agro, de cara al tratado de libre comercio con Estados Unidos, pero puede afectarse de no to­marse medidas. Son múltiples las materias primas para obtener el alcohol carburante; dentro de las más comunes se destacan: la caña de azúcar, la remolacha, el trigo, el maíz, la cebada y el centeno. De esta gama no se cuenta con una producción apreciable del maíz en la región y se cultiva con rendimientos por hectárea muy bajos en relación con los obtenidos en Estados Unidos. La caña de azúcar, aunque es un planta tropical, no se siembra en grandes cantidades, y una de las pocas zonas aptas para su producción industrial es Pendales, en el departamento del Atlántico. Aunado a esto se encuentra el hecho que los consumos de gasolina en

Zona 5. San Andrés y Providencia Posicionarla como destino turístico internacional y reha­bilitarla para tal condición. Todo lo anterior es un gran paso. Dará sus frutos al implantar los proyectos regionales que se han definido, con igualdad de desarrollo y de opor­tunidad en todas las CAR responsables. Ello permitiría exhibir fortalezas al atender grandes retos, tales como: catástrofes ecológicas “tsunamis”, ascen­so del nivel del mar; conservar la desembocadura actual del río Magdalena, defender el potencial hidrobiológico de la región; erradicar la pobreza y la miseria y satisfacer las necesidades; fortalecer la ciencia y la tecnología; erradicar la corrupción; formar líderes con sentido de pertenencia; participar en el mercado globalizado del ambiente. Para construir un Desarrollo Sostenible propio de la región no se deben olvidar, entre otros factores, la

39

En el documento de las referencias 3, 4 y 6 se indica que el Sistema Integrado del Transporte - SIT surgió en 1997 como una necesidad del Ministerio de Transporte, el Departamento Nacional de Planeación y el CORPES Costa Atlántica de diseñar e implementar un sistema de planeamiento de transporte para la Región Caribe, que integre los diferentes modos de transporte, con objeto de minimizar los costos, evitar despilfarros de los recursos nacionales y promover la inversión privada. El SIT usa una herramienta de modelación considerada de tecnología de punta como es el “Strategic Transportation Analysis” - STAN.

85

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

todos los departamentos de la región son inferiores a la demanda por la capital del país; esto ha obligado a los futuros inversionistas a contemplar seriamente la exportación del etanol como su principal opción. Ante este panorama sombrío aparece la yuca in­dustrial como el cultivo que se debe potenciar, puesto que ya existe toda una cultura de siembra, tal como lo refleja la tabla 16. Es importante destacar que el jalonamiento que puede dar la producción de alcohol a la yuca se traducirá en una penetración de la misma en la fabricación de ali­ mentos concentrados para animales, para la cual se han realizado numerosos esfuerzos en el pasado reciente, prácticamente todos ellos infructuosos. Aunque no se tienen estudios que demuestren el verdadero potencial que tiene la región en hectáreas para la producción de yuca industrial, sí conviene resaltar que existe una amplia vocación de los agricultores por su cultivo. En resumen, con miras a la Visión Colombia 2019 es imprescindible que el gobierno central incluya la yuca y la caña de azúcar como cultivos estratégicos para la Costa Norte en cuanto a la producción de alcohol carburante se refiere.

portante hacerles énfasis en los distritos de riego, puesto que para los niveles de producción requeridos para la obtención de alcohol carburante es indispensable contar con un suministro permanente de agua. •

Establecer un fondo para mejorar tanto las condiciones para la siembra como la adecuación de las vías reque­ridas para el transporte de grandes volúmenes de pro­ducción de yuca.



Promover la asociatividad del campesinado costeño, de forma que se puedan lograr varios objetivos: uniformizar las variedades de yuca, disminuir significativamente los costos de producción, incrementar ostensiblemente el rendimiento por hectárea e inculcar la mentalidad empresarial dentro de la comunidad campesina.



El Gobierno central a través del Ministerio de Agricultura deberá destinar unas partidas anuales sostenidas durante por lo menos los primeros cinco años, al igual que unos créditos blandos para que aquellos cultivos que como la yuca están en clara desventaja con respecto a la caña de azúcar.

Propuestas •

Actualizar la información relativa a las áreas potenciales para el sembrado de yuca industrial. Es im-

Tabla 16 Producción y rendimiento en las principales regiones productoras de yuca

Región Costa Atlántica

%

Producción (Ton)

%

Rendimiento

105.683

61,4

885.145

59,4

10

1.288.600

704

0,4

13.100

0,9

18,6

3.101.826

24.435

14,2

231.592

15,5

9,4

2.049.280

6.688

3,9

51.263

3,4

7,6

1.211.520

Santander

23.893

13,9

211.192

14,2

8,8

2.127.296

Cauca

10.835

6,3

98.093

6,6

9

2.301.512

Eje Cafetero Llanos Orientales Huila y Tolima

Fuente: Clayuca, 2002.

86

Área (Ha)

Costo de producción (pesos)

Desarrollo sostenible

Biodiesel a partir de aceite de palma africana El biodiesel es un biocombustible fabricado a partir de aceites vegetales usados o vírgenes como la soya, el girasol y la palma africana, entre otros. Por su ubicación geográfica y clima, Colombia es uno de los países con mayor potencial para la producción de palma africana en el mundo, con un área probable gigantesca para su siembra. En el país, entidades como las universidades de Antioquia, Nacional y del Norte, en conjunto con algunas empresas privadas han venido trabajando en el desarrollo de tecnología y producción de biodiesel a partir del aceite de palma. Los datos suministrados a partir de este párrafo son el resultado de una investigación reciente orientada a evaluar la facti­bilidad de un Programa Nacional de biodiesel, consi­de­rado para las cinco principales ciudades del país (Bogotá, Calí, Medellín, Barranquilla y Bucaramanga), donde se encuentra la mayor demanda de Diesel.

Producción de aceites y grasas en Colombia A nivel mundial la producción y consumo de aceites y grasas aumenta en el mercado de Estados Unidos. Colom­bia no es ajena a estas rápidas tendencias, debido al ace­lerado incremento de la población y el alza de ingresos per cápita.

Análisis de la oferta del aceite de palma africana

Las zonas productoras de palma tienen niveles de productividad comparables a los internacionales. El rendimiento por hectárea en el 2002 se estimó en 3.64 ton/ha40. Según estudios realizados, este rendimiento podría aumentar a 5 ton/ha. Países como Malasia, Costa Rica e Indonesia, tienen producción de 3.8, 3.5 y 3,3 ton/ha res­­pectivamente. Lo que muestra que Colombia es el se­­gundo país más competitivo en cuanto a rendimiento de aceite por hectárea se refiere (tabla 17). Si se cumplen con los as­­pectos presentados con anterioridad se puede lograr la competitividad del país en la producción de esta olea­gi­nosa; se estaría próximo a tener un cultivo con amplia par­ticipación en el mercado mundial. Tabla 17 Proyecciones de producción de aceite de palma 2000-2020 Países

2002

2005

2010

2015

2020  

Producción en millones de toneladas Malasia-Península

6,5

7

7,3

7,1

7

Malasia Oriental

3,3

5,2

7,4

9

9,9

Indonesia

8

9,3

10,5

12,3

14,9

Colombia

0,5

0,7

0,8

1

1,1

Nigeria

0,8

0,8

0,9

1

1,1

Otros

2,7

3,1

3,4

4

4,4

Mundo

21,8

26,1

30,3

34,3

38,4

Participación en la producción mundial (%) Malasia-Península

29,8

26,8

24,1

20,7

18,2

En el país hay un área de 3.5 millones de hectáreas poten­ciales para el cultivo de palma y sólo se encuentra sembrado el 4.14%. Entre las razones de esta baja producción se encuentra: la situación de inseguridad y violencia, que aumenta costos y restringe la inversión nacional y extran­jera en el sector palmicultor.

Malasia Oriental

15,1

19,9

24,4

26,2

25,8

Indonesia

36,7

35,6

34,7

35,9

38,8

Colombia

2,3

2,5

2,7

2,8

2,9

Nigeria

3,5

3,2

3

2,8

2,7

Otros

12,5

11,9

11,2

11,6

11,6

Mundo

100

100

100

100

100

La Región Caribe cuenta con un potencial aproxi­ mado de un millón de hectáreas en la actualidad, pero el porcentaje sembrado es poco, por las razones descritas.

Malasia e Indonesia

81,7

82,4

83,2

82,8

82,8

Colombia y Nigeria

5,8

5,7

5,6

5,6

5,6

La posición privilegiada del territorio lo convierte en una de las zonas con mayor posibilidad de exportar el biodiesel. El gobierno de Bush ha mostrado interés por im­pulsar la producción masiva del biocombustible.

Fuente: Visión y Estrategias de la palmicultura 2000-2020. Fedepalma.

40

Anuario Estadístico 2003, Fedepalma, p.44

87

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

El cultivo de la palma en el país se encuentra con­ centrado en las cuatro zonas indicadas en la tabla 18, y la productividad de cada área se presenta resumida en la tabla 19; el territorio oriental es el más productivo hasta la fecha. Esto refleja y conduce la producción hacia la comercialización interna. En un futuro marcado por las exportaciones podría presentarse una reestructuración geo­gráfica de los cultivos. Tabla 18

Departamentos Casanare Meta Magdalena Cesar Santander Cesar Nariño

Fuente: Visión y Estrategias de la palmicultura 2000-2020. Fedepalma.

Tabla 19 Producción de palma de aceite (toneladas) Zona

1998

1999

2000

Oriental

161.455

194.211

192.975 215.141

202.152

Norte

131.335

149.499

166.966 169.268

156.437

Central

107.325

124.104

129.475 134.758

137.082

58.425

72.944

458.540

540.757

Occidental Total

80.016

2001

78.185

2002

81.446

569.433 597.352 577.117

Fuente. Anuario Estadístico 2003. Fedepalma.

Propuestas •

88

Definir una política de precios distinta en relación con el ACPM, la estabilidad a largo plazo de su valor y la palma, que es un cultivo y no está sujeto a los vaivenes de los precios internacionales del petróleo. Con esto busca garantizar la incursión del biodiesel en la canasta energética tanto del país como del extranjero.

APROVECHAMIENTO DE RECURSOS MARInOS El documento Visión Colombia II Centenario: 2019 pro­pone, por primera vez en la historia de los planes del de­sarrollo, una mirada decidida del país hacia el mar. En esa dirección, sugiere la creación del Ministerio del Mar, respecto a lo cual sólo nos asalta una inquietud: ¿la nueva instancia insistirá en el esquema centralista con el que han manejado las entidades de gobierno los asuntos marinos? El mar no puede seguir siendo administrado desde Bogotá.

Zonas productoras de palma Zona Oriental   Norte   Central   Occidental



Establecer un plan para destinar un millón de hectáreas para el cultivo de la palma africana. En la actualidad, el área sembrada no supera las 50.000 hectáreas, orientada a la producción de biodiesel.

Las potencialidades del mar se relacionan con recur­ sos marítimos, biodiversidad y eco­sis­temas estratégicos y tu­rismo. Se estima que para el 2030 la población mundial ascenderá a 9.300 millones de habitantes, y la demanda de peces será de 180 millones de toneladas. La pesca extractiva atraviesa por un período crítico, afectada por el agotamiento de los criaderos. Las capturas de las diferentes especies dis­minuyen a la mitad cada cinco años, lo que ha llevado a naciones productoras y consumidoras, como España, Chi­na, Francia, Noruega, Portugal, Chile, País de Gales y Escocia, entre otros, a incentivar la cría de peces en cautiverio. El volumen de las capturas de todas las es­pecies no podrá superar los 100 millones de toneladas anuales, por lo cual habría que duplicar la producción acuícola manual actual, calculada en 40 millones de tone­ladas, para poder satisfacer la demanda mundial en un futuro inmediato. En consecuenia, el cultivo de peces es un renglón vital para que la humanidad pueda seguir con­­sumiendo pescado, y representa una oportunidad de negocios para las zonas costeras del Caribe colombiano, sin descuidar la protección de las especies del lecho marino.

Desarrollo sostenible

De acuerdo con las características biofísicas de nues­tro fondo marino, y lo sugerido por INVEMAR (Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras) se proponen los si­guien­tes cultivos como temas estratégicos para el desa­rro­llo futuro de la región: 1) bivalvos; 2) microalgas; 3) ca­marones nativos del Caribe; 4) peces ornamentales; 5) pepinos de mar. De hecho, el interés final es consolidar a Colombia en el conocimiento, conservación y aprovechamiento sos­tenible de sus recursos marino-costeros, para lo cual deben lograrse las siguientes metas: •

Fortalecimiento de la maricultura como herramienta para la producción de insumos dirigidos a las indus­trias alimenticias y farmacéuticas.



Desarrollo de tecnologías de biorremediación para la recuperación del sistema de ciénagas.



Desarrollar el área relacionada con la producción de extractos, metabolitos primarios y secundarios con in­terés industrial, nutraséptico y medicinal a partir de organismos marinos.



Uso y desarrollo de sistemas productivos biológicos para fijación de carbono y generación de certificados o bonos negociables.

tores de la industria, vale decir, gobiernos, hote­les, aerolíneas, agencias, empresas promotoras, alre­de­ dor del objetivo común de evitar la dispersión de las promociones y de vender al Caribe como un des­tino, más allá de las especificidades de cada uno de sus territorios. •

Desurbanizar el turismo costeño, a partir de la iden­ti­ficación y adecuación de destinos en las zonas ru­rales.



Recuperar para uso público zonas de propiedad de la nación, como playas, islas e islotes, hoy explotados exclusivamente por particulares.



Especializar, dentro del objetivo común del Caribe como paquete turístico, subdestinos regionales en tu­rismo de sol y playa, turismo de convenciones o ne­go­cios, turismo de salud, turismo de educación, ecoturismo, aprovechando las ventajas comparativas y competitivas de cada zona.



Pensar en medidas tributarias que estimulen la in­ versión privada y extranjera en las zonas poten­cia­ les del turismo.



Contemplar la posibilidad de declarar algunas zo­ nas turísticas del Caribe como puertos libres, en el marco de las ventajas que se alcancen a negociar en los acuerdos de libre comercio.



Concertar inversiones en dotación de infraestruc­ tura de servicios públicos, inclusive por el sistema de concesión, para activar zonas potenciales como la vasta extensión de playas de la vía al mar entre Car­tagena y Barranquilla.



Recuperar, definitivamente, mediante inversiones na­cio­nales y re­cursos internacionales, los cen­tros históricos de ciudades como Ba­rranquilla, Car­ta­ gena y Santa Marta.



Analizar la posibilidad de construir un tren turístico de alta velocidad entre Cartagena, Barranquilla y Santa Marta.



Intervenir las desembocaduras del río Magdalena en Bocas de Cenizas y del Canal del Dique en la

TURISMO El documento del gobierno reconoce al turismo como “una de las industrias con mayor potencial”, y sostiene que “debe experimentar transformaciones que permitan ob­tener mayor provecho para esta actividad”. El mismo texto advierte que “El Caribe colombiano tiene una localización geográfica privilegiada, con variedad de eco­sis­temas de una notable riqueza biológica”, lo que sin duda ratifica la condición estratégica de la región en la consecución de la meta de 6.3 millones de turistas para el 2019. En esta perspectiva, la reactivación del turismo regional representa una oportunidad para toda la nación. Para lograrlo, sin embargo, se debe: •

Concertar un plan maestro de turismo para la re­ gión, que coordine la vinculación de todos los ac­

89

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

90

ba­hía de Cartagena, para recuperar la arena que hoy se pierde por los conductos subacuáticos, en el caso del Atlántico, y contener la contaminación por erosión que se registra en el puerto bolivarense.



Conocimiento del mar Caribe: Corrientes, geología y vulcanología. Crear un banco de información con datos de otros países y la obtenida a nivel nacional.

Además, las condiciones actuales de conocimiento del mar Caribe y la zona costera no permiten la realización de proyectos que protejan la población y la infraestructura existente, por el eventual ascenso del nivel del mar (cam­bio climático) y los efectos por la ocurrencia de hura­ca­nes y “tsunamis”. Por ello, hacia los próximos años se re­comiendan acciones, estudios, diseños que permitan:



Conocimiento de la hidrodinámica en la Zona Cos­tera (batimetría, ascenso del nivel medio del mar, mareas, oleajes, corrientes, geomorfología, geología). Contar inicialmente con cartografía escala 1:1.000 con curvas de nivel cada 1,00 m, referidos a una red de nivelación moderna, donde además se ubiquen las poblaciones e infraestructura.

Desarrollo sostenible

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VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

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VISIONES REGIONALES

CAPÍTULO CARIBE

Ciencia y tecnología

Ciencia y tecnología*

Desde el Plan de desarrollo regional para la ciencia y la tecnología 1996-2001 se identificó muy claramente los va­cíos y desafíos por los cuales tendría que trabajar en los años siguientes la Región Caribe para poder romper la brecha existente con el resto del país y poder ir adecuándose a los estándares internacionales en materia de ciencia, tecno­logía e innovación. La dinámica de la educación superior: acceso, cali­ dad, promoción de maestrías y doctorados, el recurso hu­mano altamente calificado para la investigación, los grupos que indagan lo pertinente a la dinámicas y problemáticas regionales, el acceso a los recursos y la disposición nacional del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y la innovación fueron algunos aspectos manipulados den­tro del plan, orientados a dinamizar la actividad científica y tecnológica en el Caribe colombiano. De esta formulación han pasado diez años para revisar, analizar los avances y logros, de manera que permita evidenciar los aspectos dé­biles y fuertes, no sólo con el ánimo de realizar una eva­­luación de metas, sino precisar los retos que tenemos co­mo región en los próximos veinte años. No se discute lo que representa en este siglo el avan­­ ce científico y tecnológico para el desarrollo de país y sus regiones, debido al papel fundamental que tiene el co­nocimiento científico y tecnológico en las dinámicas pro­ductivas y competitivas de los países. Desconocer su pa­pel, su impacto en la competencia mundial, puede sig­nificar en este siglo la resignación al subdesarrollo.

Para lograr un acercamiento a la actual situación so­ bre la capacidad de ciencia, tecnología e innovación en la Región Caribe colombiana utilizaremos un grupo de indicadores que consideramos puedan dar una visión ge­­neral de fortalezas y debilidades sobre el tema en los de­partamentos: Grupos de investigación, recursos hu­ ma­nos altamente formados, acceso a los recursos del Sis­tema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y la innovación. El análisis sobre estos indicadores permitirá tener un referente sobre el estado y la evolución de la actividad en los últimos años.

Grupos de investigación El primer indicador que se debe analizar es la visibilidad de la actividad a través de los grupos de investigación que actualmente se encuentran reconocidos y categorizados en la plataforma nacional Scienti del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología. Diez años atrás existían muy tími­damente unas temáticas y unos cuantos grupos y cen­tros de investigación a nivel regional que estuviesen im­pactando en el orden nacional. Sin embargo, a 2006 en el mapa na­cional los grupos de la Costa (tabla 20) repre­sentan actualmente el 10% del nacional (177/1761). Su incremento es notorio si analizamos que de 2005 a 2006 esta cifra aumentó

* Autor: Raimundo Abello Llanos.

95

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

Gráfico 31 Grupos de investigación reconocidos por departamento, 2006 900

834

800 700

Número de gripos

600 500 400

342

300

195

314

342

0.0

Atlántico

87

98

4.8

786

834

40.5

Bolívar

30

35

1.7

Boyacá

38

50

2.4

Caldas

67

80

3.9

 

3

0.1

58

74

3.6

Caquetá Cauca Cesar

7

8

0.4

Chocó

16

18

0.9

Córdoba

13

18

0.4

Cundinamarca

18

25

1.2

Huila

10

15

0.7

La Guajira

 

2

0.1

Magdalena

38

39

1.9

2

2

0.1

Nariño

12

15

0.7

Norte Santander

17

22

1.1

Quindío

12

16

0.8

Risaralda

38

56

2.7

Meta

San Andrés

2

2

0.1

Santander

65

77

3.7

4

5

0.2

17

20

1.0

Valle

167

195

9.5

Total

1824

2057

Sucre Tolima

Fuente: Plataforma Scienti - Colciencias.

77

Valle

Sucre

Tolima

5 20 Santander

Quindío

Risaralda

Meta

Nariño

San Andrés

Antioquia

Norte de Santander

0.3

Magdalena

6

56 39 22 16 8 18 18 25 15 2 2 15 2 Huila La Guajira

6

3

Córdoba



Amazonas

Bogotá, D. C.

96

2006

35 50

Cundinamarca

2005

Atlántico Bogotá D.C.

Departamento

Amazonas Antioquia

0

74

80

Cesar

61

98

Choco

Total grupos de investigación reconocidos

100

Cauca

200

Caldas Caquetá

Tabla 20

Bolívar Boyacá

significativamente no sólo para el regis­tro de grupos sino para el reconocimiento y posterior ca­te­gorización de los mismos. En el reciente informe que la Dirección General de Colciencias presentó a la co­mu­nidad científica na­ cional, el departamento del Atlán­tico ocupa el cuarto lu­gar con el mayor número de grupos re­conocidos en el 2006, el departamento del Magdalena el dé­cimo y Bolívar el undécimo lugar.

Departamento

Fuente: Plataforma Scienti - Colciencias.

De los departamentos que conforman la Costa Caribe colombiana se destaca, con un incremento notorio en los últimos años, el departamento del Atlántico, que aglutina el 50% de los grupos de toda la zona norte colom­biana. Adicionalmente a esto, el 90% de sus grupos se ha sometido al proceso de categorización, y han logrado una ubicación muy importante a nivel nacional. Esto se evidencia cuando se analiza el cuadro de grupos me­didos por institución a nivel nacional y se encuentra la Uni­versidad del Norte en un sexto lugar (tercero entre las universidades privadas) con el mayor número de grupos ubicados en categoría A, B y C, y en el undécimo lugar la Universidad del Atlántico (sexto entre las universidades públicas) mejor “rankeada”. Cabe anotar que la distribución de los grupos en este departamento está internamente en 92% en tres uni­­­versidades, las dos mencionadas anteriormente y la Cor­­poración Universitaria Mayor del Desarrollo Simón Bo­lívar. Las otras universidades sólo cuentan con uno o dos grupos categorizados, por lo tanto es preciso reiterar el compromiso que deben tener las otras instituciones de educación superior del departamento para que dinamicen sus sistemas de investigación, de manera que puedan lograr una mayor visibilidad no sólo en el orden regional sino nacional (gráfico 31 y tabla 21).

Ciencia y tecnología

Tabla 21 Grupos de investigación por universidades Institución Universidad Nacional de Colombia Universidad de Antioquia Universidad de Los Andes Universidad del Valle Pontificia Universidad Javeriana - Bogotá Fundación Universidad del Norte Universidad Pontificia Bolivariana Universidad del Cauca Universidad Industrial de Santander Universidad Tecnológica de Pereira Universidad del Atlántico Universidad del Magdalena Universidad Externado de Colombia Universidad Distrital Francisco José de Caldas Universidad Eafit Universidad Libre de Colombia - Cali Universidad del Rosario Universidad Santo Tomás - Bogotá Universidad Libre de Colombia - Bogotá Universidad Pedagógica Nacional, Bogotá Universidad Autónoma de Occidente Universidad Surcolombiana Universidad de Caldas Corporación Educativa Mayor del Desarrollo Simón Bolívar Universidad de La Salle Universidad de La Sabana Universidad de Medellín Pontificia Universidad Javeriana - Cali Universidad de Manizales Corporación para Investigaciones Biológicas Instituto Nacional de Salud Universidad del Bosque Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras Universidad Autónoma de Bucaramanga Universidad de Pamplona Instituto de Ciencias de La Salud Universidad de Cartagena Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria Universidad de Ibagué - Coruniversitaria Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito Universidad Tecnológica del Chocó - Diego Luis Córdoba Universidad Autónoma de Manizales Universidad Central Universidad Antonio Nariño Centro Nacional de Investigaciones de Café Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia - Tunja Universidad del Quindío Escuela de Administración de Negocios Universidad Francisco de Paula Santander

A 141 73 58 47 38 18 18 17 14 13 12 12 12 10 9 9 9 8 8 7 7 7 6 6 6 5 5 5 5 5 4 4 4 4 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 2 2 2 2

B 95 39 25 28 22 11 7 23 14 11 13 11 5 11 13 13 4 13 4 6 4 4 13 9 3 9 6 5 4 1 6 4 4 2 6 5 4 4 4 4 2 2 2 1 1 16 4 4 3

C 47 20 12 22 27 4 11 29 11 16 8 5 7 8 7 3 5 1 4 3 2 5 1 10 5 5 4 6 2 3 3 4 1 3 2 2 1 7 1 7 18 7 2

Total general 283 132 95 97 87 33 36 69 39 40 33 28 24 29 29 22 16 26 13 17 14 13 24 16 19 19 16 14 15 6 12 11 8 9 13 9 10 9 9 8 12 6 5 11 4 36 13 6 7

Fuente: Colciencias, junio 2006.

97

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

El otro departamento de la Costa Caribe que ha tenido un repunte significativo en este período ha sido el Magdalena, el cual ha logrado también categorizar el 90% de sus grupos, que en su mayoría se encuentran ubicados en la Universidad del Magdalena.

de in­vestigación con investigadores que no alcanzan un nivel de formación aca­démica adecuados y con una capacidad apenas en des­­pegue, ya que el acceso a los recursos del SNCYT es to­davía poco significativo.

Luego, tal como se mues­tra en el gráfico 32 y tabla 22, continúan los departamentos de Bolívar y Córdoba, con un número similar de grupos ca­tegorizados (21 y 18 respectivamente).

Distribución de grupos categorizados en los departamentos

Este análisis, que muestra un cambio cualitativo en comparación con lo que existía hace 10 años, denota un despegue de las instituciones de la región y en departamentos como La Guajira y San Andrés y Providencia, que ya mues­tra algunos grupos categorizados.

Atlántico Bolívar Cesar Córdoba La Guajira Magdalena San Andrés y Providencia Sucre Total

Tabla 22

Gráfico 32 Grupos de investigación por categorías y universidades

Grupos Grupos Grupos Total a b c 37 37 15 89 6 9 6 21 2 1 4 7 1 8 9 18 0 0 2 2 14 15 6 35 0 1 0 1 1 3 0 4 61 74 42 177

Departamento

Fuente: Listado Colciencias, junio 2006.

Gráfico 33

300

Número y participación porcentual de grupos de investigación categorizados por departamento, 2006

2500

Número

200 150

1

37

0,4

0,2

37

1

2

6

2

3

98

8

3 1

14 1

Sucre

Magdalena

San Andrés

0,1

Departamentos

Fuente: Listado Colciencias, junio 2006.

La dinámica de los grupos de investigación es un aspecto clave en la visibilidad de la actividad científica y tecnológica, tal como lo muestra el gráfico 33. La pregunta que sigue es si esto es suficiente, y qué nivel tiene lo existente desde el punto de vista de calidad. Lo que se observa es una dinámica incipiente de grupos

15

2

9

0,5

0,3

9

La Guajira

C

0,6

7

Córdoba

B

4

0,7

Chocó

Universidades A

0,8

6

6

Cesar

Universidad Distrital Francisco José de Caldas

Universidad Externado de Colombia

Universidad del Magdalena

Universidad del Atlántico

Universidad Tecnológica de Pereira

Universidad Industrial de Santander

Universidad del Cauca

Universidad Pontificia Bolivariana

Fundación Universidad del Norte

Universidad Del Valle

Pontificia Universidad Javeriana - Bogotá

Universidad de los Andes

Universidad de Antioquia

Universidad Nacional de Colombia

0

15

Atlántico

50

Porcentaje de participación

0,9

Bolívar

100

A

B

C

Fuente: Datos oficiales.

No se puede precisar bien si la calidad de su producción es realmente competitiva a nivel nacional o internacional, pero se puede deducir que en número los denominados A sólo representan el 34.5% de la totalidad de grupos categorizados y un porcentaje

Ciencia y tecnología

menor de éstos logra una producción intelectual internacional en revistas de factor de impacto, en patentes o en desarrollos tecnológicos transferidos a las empresas y protegidos por secreto. El reto que habría que plantear es si el aumento significativo de grupos y posterior categorización permite impactar el desarrollo económico y social de la región; por tanto, es bueno revisar y auscultar la pertinencia de los mismos, y más aun, las posibilidades de creación de cen­­tros de excelencia y de referencia en temáticas propias de la región. En este sentido, se debe apuntar a generar y consolidar nuestras capacidades en algunos de los 14 nue­vos centros de excelencia que se definirían en estos pró­xi­mos años.

distribuido en los otros siete departamentos. Es importante analizar este indicador en términos de los esfuerzos institucionales de formar su capital hu­mano. En este medida, se destaca de forma significativa la estrategia agresiva que la Universidad del Norte ha desarrollado en estos últimos 10 años, que ha permitido contar con el mayor número de doctores que representan al departamento del Atlántico, y actualmente contar con el único programa a nivel doctoral que tiene la Región Caribe colombiana. Tabla 23 Investigadores vinculados a los grupos activos 2005

Recurso humano Departamento

El recurso humano formado para la actividad científica y tecnológica en la actualidad es insuficiente en la Región Caribe colombiana. Todavía no contamos con un número significativo de profesoresinvestigadores formados a nivel de doctorado. Si bien el incremento en los últimos 10 años ha sido substancial en número y porcentaje, no es suficiente ni representativo en cuanto a las tasas internacionales por 100.000 habitantes (tabla 23). De tres doctores dedicados a la ac­ti­vidad investigativa en 1996 se ha pasado a 115 en el 2005, o sea, pasamos del 0.05% al 11% de los profesores e investigadores vinculados a grupos a 2005 con formación doctoral, sobre un 46% con título de pregrado. Es decir, los niveles de formación que se requieren para un nivel científico y tecnológico de calidad son insuficientes. Hay que hacer esfuerzos institucionales acelerados y sostenibles para lograr tasas más competitivas que permitan no sólo desarrollar actividades de ciencia y tecnología, sino lograr articular estos esfuerzos al desarrollo económico y social de la región. En el análisis desglosado nuevamente podemos ob­­ ser­var que el departamento del Atlántico nuevamente so­bre­sale con el número de doctores y magíster, seguido de departamento de Bolívar, Córdoba y Magdalena. De esta forma, el 47% de los doctores y 39% de los magísteres están en Atlántico. El otro porcentaje está

Pregrado Maestría Doctorado

Total

Atlántico

149

170

54

373

Bolívar

117

92

25

234

Cesar

24

14

4

42

Córdoba

68

51

14

133

La Guajira

16

12

2

30

Magdalena

63

64

11

138

2

1

0

3

Sucre

42

32

5

79

Total

481

436

115

1032

San Andrés y Providencia

Fuente: Documento Indicadores CyT 2005. Observatorio de CyT.

En este sentido, haciendo un análisis a nivel a na­ cional, el número de doctores de Costa Caribe colom­ bia­na sólo representa el 7%, lo cual muestra que el es­ fuerzo de formación del personal en estudios de alto nivel no es notorio y su crecimiento no ha sido constante y per­manente (gráfico 34). Otro aspecto que se debe analizar en la formación del recurso humano es la capacidad que tienen nuestras instituciones de educación de ofrecer estudios de postgrado a nivel de maestría y doctorados. En 1994 sólo se contaba con 10, y hoy día contamos con 40 maestrías

99

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

en toda la Costa Caribe colombiana. Este número representa el 8.5% de las maestrías del país, lo cual puede ser un avance en este sentido; sin embargo, no es suficiente para la cantidad de profesionales que día a día salen de las universidades y que buscan oportunidades de estudios superiores en la región. En cuanto a la capacidad que tienen nuestras instituciones para ofrecer estudios de doctorados son mínimas en estos momentos, pues no cuentan con un recurso humano que soporte un programa de estas calidades. Recordemos que el mayor número de doctores está concentrado en una o dos instituciones de la región, lo cual limita posibilidades de ampliar la oferta en pocos años. Gráfico 34 Número de investigadores vinculados a grupos activos, 2005 400

Número de investigadores

350 300 250 200 150 100 50 0 Atlántico

Bolívar

Cesar

Córdoba

La Guajira

Magdalena

Sucre

Departamento Pregrado

Maestría

Doctorado

Fuente: Documento Indicadores CyT 2005. Observatorio de CyT.

Por consiguiente, se requiere que se siga fortale­ ciendo y promoviendo la formación doctoral del recurso humano para que se permita impactar no sólo el avance de conocimiento a nivel local, regional sino nacional e in­ternacional. Definitivamente, el tema de formación de recurso humano implica inversión, no sólo del orden na­cional sino del orden regional, departamental y hasta ins­ titucional. Este aspecto nos permitiría cumplir con una de las metas que la Vision 2019 ha dispuesto, como es que el 0.1 % de la población esté dedicada a las actividades de científicas y tecnológicas y de innovación.

100

Colciencias en los últimos años ha fortalecido los mecanismos y estrategias para la formación de doctores en el exterior, pero también ha aprovechado nuestras propias capacidades promoviendo la consolidación de doctorados na­cionales. Por tanto, pensar en impactar el desarrollo cien­tífico y tecnológico de una región y de un país requie­re inversión en formación del recurso humano, la cual debe ser sostenida y sostenible. El llamado a realizar esta inversión definitivamente es a las instituciones de edu­cación que tienen como deber formarse para poder formar una comunidad académica de alto nivel.

Acceso a los recursos del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación En cuanto al acceso a recursos del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, se puede decir que la región continúa con poca visibilidad en el orden nacional. El problema de acceso a recursos se debe mirar desde dos perspectivas: el financiamiento de proyectos y los meca­nismos que existen para la formación de recursos humanos. Conciencias, si bien ha tenido dificultades en los últimos años de aumentar recursos y la inversión PIB para ciencia y tecnología, ha logrado optimizarlos y gestionado otros fon­dos a nivel nacional e internacional que permiten unos recursos significativos para lograr sus estrategias de fo­mento de la actividad científica y tecnológico del país. Para el caso del financiamiento de proyectos, de 1991-2002 (gráfico 35) sólo se habían financiado 98 proyectos en la Costa Caribe colombiana, lo cual no representa sino el 0.5% de los proyectos financiados con respecto al resto del país. Por consiguiente, se puede decir que el acceso a estos recursos es mínimo por parte de los grupos de investigación, y por tanto, habría que revisar, primero, el número de proyectos que presentan en cada convocatoria y, segundo, la calidad de los mismos para lograr ser competitivos. Definitivamente, el acceso a los recursos del SNCyT en los últimos años no ha sido significativo. Podemos

Ciencia y tecnología

decir que si bien podríamos estar accediendo a otras fuentes di­ferentes de Colciencias, no estamos utilizando las que el gobierno nacional ha dispuesto.

Gráfico 36 Número de propuestas aprobadas mediante convocatoria regional por departamentos, 2004-2005

Gráfico 35 Proyectos de investigación científica Región Caribe, 1991-2002

14

10 8

300

6

1

1

1

1

1

Quindío

1

Risaralda

1

Norte Santander

1

Nariño

1

Norte Amazónico

2

Córdoba

1

2

Cundinamarca

150

1

Boyacá

2

2

Bolívar

4

200

2

3

2

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

Año Resto del país

Costa Caribe

Fuente: Oficina de Registro de Proyectos, Colciencias, 2003.

Adicionalmente a esto, nuestros departamentos no han creado sus propios mecanismos de financiación, lo cual limita aun más el desarrollo de proyectos y de in­ves­­­tigaciones. La dinámica que se puedo generar con la exis­tencia de las Comisiones Regionales de Ciencia y Tec­­nología hasta el 2001 no han tenido una continuidad a través de la nueva estructura del sistema, los consejos de­ partamentales de ciencia y tecnología. Son pocos los consejos departamentales de la región que se encuentran en funcionamiento, y más aun, que hayan permitido ge­nerar mecanismos y estrategias directas en búsqueda de recursos financieros para esta actividad.

La dificultad que se vislumbra para la región no es de oportunidad sino de capacidades para acceder y ser competitivos en el orden nacional. Esto vuelve al inicio del ciclo y a la necesidad de formación del recurso humano para aceptar los recursos que el país propone invertirá en los próximos veinte años, 1,5% del PIB.

Valle

Tolima

Santander

San Andrés

Bogotá

Cesar

Chocó

Magdalena

50

Cauca

100

Atlántico

0 Antioquia

Número de proyectos

8

6

2500

0

12

12

Departamentos

Fuente: Oficina de regionalización, Colciencias.

Como aspecto que se debe destacar en los últimos años ha sido la posibilidad de acceder a recursos para rea­lizar investigaciones y programas de impacto regional, co­mo ha sido el financiamiento de la constitución y puesta en marcha del Sistema Regional de Innovación, las Agendas Prospectivas y dos o tres proyectos del orden regional que el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología a través de la Oficina Regionalización han promovido. Ver gráfico 36. En este sentido, los departamentos de la región deben seguir consolidando sus capacidades para poder atender a las demandas que el país se propone en términos de posicionar las regiones en temas de Ciencia y Tecnología. Por tanto, la dinámica de los consejos departamentales y la articulación de los diferentes actores del sistema deben fortalecerse en función de trabajos conjuntos y prospectivos que permitan crear una estructura eficaz para apalancar recursos, inversión en esta materia.

La Innovación Los intentos que se han venido trabajando en

101

VISIONES REGIONALES CAPÍTULO CARIBE

materia de Innovación en el Caribe colombiano son pocos. A pesar que desde el 2002 se realizó el estudio sobre la construcción, la puesta en marcha del Sistema Regional de Innovación, el impacto de los logros no ha sido significativo, con resul­tados aislados. La falta de dinamismo de los entornos propios del sis­tema como son el financiero, científico, tecnológico, pro­ductivo y sus estructuras de inferfaz no permiten que se muestren avances en el desarrollo tecnificado en la región. El esfuerzo es de unas cuantas instituciones del ámbito cien­­tífico, con algunas empresas pertenecientes al sistema productivo que permiten mostrar logros en el camino de la consolidación de procesos de innovación en la modalidad cofinanciación, crédito con estímulo mediante la relación universidad-empresa. En este sentido, hay que valorar el trabajo realizado por la Universidad del Norte, que es una de las instituciones universitarias del país modelo pa­ra la gestión y consecución de recursos de proyectos de inno­vación tecnológica. Ahora bien, en el caso específico del análisis del sec­tor productivo y su impacto en la innovación, todavía le falta a este sector adentrarse mucho más en procesos innovativos y acceder en mayor medida los recursos que el actual Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Inno­vación ha destinado para ellos. Con respecto a la disposición y articulación del entor­no tecnológico y del entorno científico, se ha dinamizado un poco, se cuenta con dos centros de desarrollo tecno­lógico en el Caribe: CENPACK y PRODUCARIBE, y dos in­cu­ badoras de empresas, una en Bolívar y otra en el Atlán­tico; hay dificultades de trabajo conjunto y pocos recursos de inversión para dinamizar estos entornos. En lo anterior se ha analizando el valor de las es­truc­­turas de interfaz de los diferentes entornos, que en su mayoría están ubicadas en el ambiente científico (62%) y en menor escala en el espacio tecnológico (11%) y financiero (2%), pero la mayor dificultad radica en el desarticulado trabajo que hay entre ellos, no hay me­­canismos de comunicación, de interrelación, y en al­gunos casos no se ha ganado la con­fianza para establecer relaciones necesarias para dina­mizarlos. Para el caso de los recursos que las diferentes enti­ dades del sector productivo y financiero han destinado

102

pa­ra actividades de innovación en el año 2004, sólo los ocho departamentos del Caribe están accediendo al 4,9% de los recursos del orden nacional, y nuevamente la dis­tribución interna la sigue liderando Atlántico, con 3,4% (aquí se registra gran parte de los proyectos liderados por el Sistema de Investigaciones de Uninorte con el sector pro­ductivo local) de los recursos, luego Bolívar, con 0.92%, y los demás departamentos con un porcentaje mínimo de participación. La segunda Encuesta de Desarrollo e Innovación Tecno­lógica del 2005 registra que el mayor porcentaje de los re­cursos a los que accede la Región Caribe colombiana es­tán representados en 48,5% en el sector empresarial, lue­go continúa con un 27.1% la banca privada y sólo un 0.6% del sector público a través de los mecanismos de cofi­nanciación actualmente vigentes (tabla 24). De esta forma, se establece que los recursos del sector público son notoria­mente significativos a nivel nacional y no se accede a ellos de forma contundente. Tabla 24 Financiamiento de las actividades de desarrollo e inno­ vación tecnológica por grupos de financiación según tamaño de empresa y departamento 2003-2004 Totales Valor financiado

Valor

(miles de pesos)

financiado

2003 Total Nacional

%

2004

2003

2004

3.222.295.301

3.929.167.511

100%

100%

131.882.164

192.113.997

4,1%

4,9%

Atlántico

85.833.345

133.487.860

2,66%

3,40%

Bolívar

26.160.811

36.212.559

0,81%

0,92%

512.800

894.700

0,02%

0,02%

1.189.045

1.377.288

0,04%

0,04%

La Guajira

19.200

30.450

0,00%

0,00%

Magdalena

6.953.891

8.974.397

0,22%

0,23%

11.213.072

11.136.743

0,35%

0,28%

Total Caribe

Cesar Córdoba

Sucre

Fuente: Segunda Encuesta de Desarrollo e Innovación Tecnológica, 2005.

Ciencia y tecnología

El análisis de las estadísticas permite destacar el es­fuerzo que pueden estar haciendo las empresas y los sec­tores industriales en materia de innovación; sin em­ bargo, su representatividad en el panorama nacional deja ver claramente que el proceso es exiguo, incipiente, muy lejos de articularse a un posible impacto en el desarrollo económico de la región y del país. Los esfuerzos de relación universidad-empresa, tan necesarios en la consecución de niveles de productividad y competitividad del orden internacional ampliamente ilustrado en la literatura, son precarios en la región. Se han concentrado en gran parte en la Universidad del Norte, que desde 1993 ha seguido un modelo de investigación en el contexto de la aplicación del conocimiento que le ha permitido desarrollar un número interesante de proyectos de innovación con empresas de Barranquilla y Cartagena mediante los mecanismos de cofinanciación, crédito con estímulo y exención tributaria vigentes en el Sistema Na­cional de Ciencia Tecnología e Innovación. Sin embargo, son muy pocas las universidades de la región que han se­ guido replicado este modelo, pero su consistencia y re­ sultados muestran en el campo de las mejores prácticas que es un interesante modelo para ser replicado en la región. Su despliegue se relaciona con la política de formación de recursos humanos calificados, alrededor de 70 profesores investigadores con doctorado, una gestión orientada a re­sultados aplicables y un sistema de soporte robusto y bien consolidado.

Recomendaciones Luego de revisar los diferentes indicadores y la comparación a nivel nacional se puede concluir que la capacidad cien­tífica y tecnológica de la Región Caribe colombiana a pe­sar del mejoramiento cualitativo de los últimos 10 años y con algunas excepciones institucionales, es bastante dé­bil, con esfuerzos desarticulados, ausente de recursos gu­ber­ namentales regionales y una representatividad política re­ gional inexistente, que muestran la región muy por debajo de la dinámica también incipiente y débil del SNCT e I. Esto se sustenta especialmente porque sus grupos de investigación A son insuficientes y se concentran en só­lo

cuatro instituciones de educación superior, entre las que sobresalen la Universidad del Norte, Atlántico y Mag­ dalena. Por otra parte, existen 115 doctores en la re­gión, la mayoría está en la Universidad del Norte, hay muy poca articulación de la universidad y la empresa, sólo en casos excepcionales como Uninorte, un acceso limitado a los recursos del SNCT e I; ligado esto a los problemas de capacidad, tiempo de dedicación de los investigadores, nivel de formación los mismos, una ausencia absoluta de recursos departamentales y municipales para investigación y desarrollo ligado con la débil articulación de los diferentes actores, como lo muestran los recientes estudios realizados en el Caribe colombiano. El panorama es poco halagador si lo analizamos des­ de la perspectiva de la productividad y competitividad del mediano y largo plazo, los planes del 2019 para cambiar la actual situación económica que caracteriza el Caribe colombiano en muchos frentes. Resulta poco probable pen­sar en cambios favorables en la dinámica económica de la región y en sus niveles de competitividad regional frente a los retos de los acuerdos de libre comercio con el TLC, sin una fuerte capacidad científica y tecnológica orientada a los sectores productivos y la dinámica económica regional. Para buscar salidas hay que hacer esfuerzos sostenidos en materia de Ciencia, Tecnología e Innovación en varias di­rec­ciones: Compromiso institucional de todas las entidades que hacen parte del Sistema Regional de Ciencia Tecnología e Innovación. Se trata de un compromiso orientado del sector gubernamental, empresarial y de educación superior a formular políticas y acciones internas que permitan la formación de un mayor número de doctores, buscando no sólo crecer en número sino articular esta nueva fuerza con la innovación regional de las empresas existentes, para lograr la creación de entidades de base tecnológica que permitan un cambio substancial sostenido de la dinámica económica regional; si bien las instituciones de educación superior tendrían un compromiso mayor, es importante y es necesario que los actores del sistema sensibilicen y ca­­paciten e integren los profesionales del más alto nivel para trabajar en ciencia, tecnología e innovación, al igual que se generen contrapartidas

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regionales significativas y fon­­dos de capital de riesgo que permitan alimentar esta di­ná­mica. Un recurso humano calificado. Es claro en el do­ cu­mento de “Visión 2019”, y lo compartimos plena­ mente, que “La creación y consolidación de capital humano será un factor esencial para la construcción de una sociedad y una economía del aprendizaje. Para obtener crecimientos en productividad es indispensable una mayor acumulación de conocimiento en términos de educación, entrenamiento y pensamiento innovador.” Si logramos en la región entrar y acceder a estas nuevas visones existirán posibilidades de cambio, pero esto sólo será posible con un direccionamiento estratégico, y una articulación de la lucha sin precedentes que accionen los esfuerzos nacionales con contrapartidas regionales orientadas a formar y retener doctores. Fortalecimiento de las estructuras de interfaz. La capacidad científica y tecnológica de la última mitad del siglo XX y del siglo XXI está en relación directa con la ar­ticulación investigativa y el desarrollo a la solución de problemas en el gobierno, la empresa y la sociedad. No sólo se puede pretender elevar la capacidad científica y tec­nológica del país en número de doctores por cada cien mil habitantes, sin orientar dicha capacidad a la solu­ción de nuestros problemas más relevantes, a mejorar la productividad empresarial, a mejorar la explotación de nuestros recursos naturales con valor agregado, a llevar la agricultura tradicional a estándares agroindustriales y crear un nuevo tejido empresarial, fundamentado preferible en el conocimiento científico y tecnológico que permita en el mediano plazo cambiar los niveles de competitividad nacional y aprovechar mejor las oportunidades de negocio que ofrece la globalización. La prospectiva estratégica obliga a identificar y po­ ner en marcha estrategias como las ya identificadas en el documento del Sistema Regional de Innovación para el Caribe colombiano (Abello, Amar y Ramos, 2002), ta­les como: definición de fondos de capital de riesgo, for­ta­

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lecimiento de la institucionalidad de los consejos depar­ tamentales de ciencia y tecnología como entes de gestión, promoción de políticas y administración de recursos locales y departamentales que permitan dinamizar la actividad científica y tecnológica a través del financiamiento de pro­ yectos, desarrollo tecnológico e innovación de los sectores científicos, productivos y tecnológicos. Identificar estrategias que permitan comprometer al sector productivo con inversión directa a través de las po­­líticas vigentes de exención tributaria. Igualmente, bus­­­car de manera acelerada estimación de partidas de­par­tamentales y municipales orientadas a proyectos estratégi­cos de ciencia tecnología e innovación. Incentivar es­tra­tegias de relación universidad-empresa que aseguren la articulación de la investigación y el desarrollo con la in­­dustria, utilizando los recursos gubernamentales de fo­men­to a la innovación que tienden a crecer de año en año. Es necesario identificar temáticas regionales en­tre los sectores gubernamentales, empresariales y de edu­cación superior para desarrollar al menos 5 centros de ex­celencia en la región que den soporte a la actividad pro­ductiva regional, lo cual permitiría en el mediano plazo mayor competitividad fundamentada en la innovación. Esto significa poder definir áreas estratégicas regionales articuladas a la productividad y competitividad regional. Es importante reconocer la labor que la secretaría del Sistema Nacional Ciencia Tecnología e Innovación, Colciencias, ha realizado en los últimos años; su papel ha sido preponderante en avanzar en la dinámica internacional que despierta cono­cimiento en la sociedad y en todos los actores del sistema. Un compromiso cada vez mayor para que la ciencia y la tecnología tengan un papel esencial en el desarrollo del país. De esta forma, la Región Caribe colombiana no pue­de quedar aislada de este proceso de cumplir las metas y acciones propuestas para el 2019.

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