Violencia simbólica y boxeo

June 7, 2017 | Autor: J. Alvarez Vandep... | Categoría: Boxing Literature, Sociología del deporte, Violência simbólica
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Descripción



Esta investigación, cuyo objetivo práctico fue contribuir al debate interno del Instituto Nacional de Deportes (revista de Ciencias del deporte, Chiledeportes) respecto a la relación entre practicas/origen social/inclusión social, tuvo el objetivo teórico de falsear las conclusiones a las que llegara Loïc Wacquant en sus estudios sobre el boxeo en los guetos negros de Chicago y del uso que categorías Bourdianas para entender prácticas sociales circunscritas en el espacio social.
Chileno, Sociólogo de la PUC, actualmente cursando el Magister en ciencias sociales mención sociología de la modernización de la UCH. Tesista. [email protected]
Violencia simbólica y boxeo
Javier Alvarez Vandeputte
Buenas tardes, muchas gracias a los organizadores por la invitación….
I
Voy a proponer acá una topografía del habitus de los boxeadores chilenos. Es decir probar como el habitus, en tanto artefacto teórico, tiene fuerza explicativa para entender determinadas elecciones que hacen los agentes a partir de las circunstancias vitales en las que les ha tocado desenvolverse. Topografía en el sentido de que el espacio social es un espacio multidimensional, al mismo tiempo geográfico, expresión de la estraficación de clase, desigualdades de capital y de múltiples situaciones de dominación. Por lo tanto la propuesta de este trabajo es establecer las coordenadas en ese espacio social multidimensional que provocan que la elección del boxeo aparezca en el espacio de los posibles de los agentes que ahí habitan. La mayoría de ustedes se habrá dado cuenta del uso de conceptos y nomenclatura Bourdeana. Quiero confirmar esa dirección, y visibilizar las herramientas conceptuales y teóricas con las que se construye este modelo de sociología del deporte, que es al mismo tiempo uno de sociología de la cultura deportiva. La idea es puedan ustedes juzgar la utilidad del concepto de habitus y de otros que aquí emplear. Se asume entonces el paradigma del constructivismo estructuralista para entender cómo se construye un habitus particular a partir de condiciones estructurales objetivas. Para eso, y saliéndonos por un momento del registro bourdiano decir que una topografía del habitus, es su deconstrucción en función de ese horizonte estructural. El ejercicio del analista es entonces deconstruir el habitus, en este caso el de los boxeadores chilenos.
Quise hacer para esta ponencia una relectura de la investigación original que exploraba la re significación de la violencia en el boxeo poniendo énfasis en los valores socialmente positivos que son producidos en la producción de boxeadores. Lo que ahora quiero hacer es un énfasis en la instancia anterior, el proceso en que se generan las pautas de elección que llevan al boxeo. Aquello que se aprehende en el cuerpo y de manera inconsciente a partir de lo cual se moldean gustos, disposiciones, esquemas de obrar, pensar y sentir. Todo aquello que reúne el artefacto teórico de habitus.
Para entender cómo se construye este habitus de los boxeadores hay que volver a la formula bourdiana de vincular lo simbólico en la vida social. Idea de que las estructuras objetivas (la posición en la división del trabajo, las condiciones demográficas, las diferencias de capital, etc. Lo que más arriba llamé las coordenadas de la posición en el espacio social) son estructurantes de los modos de percepción, clasificación y apreciación del mundo social razón por la cual devienen como estructuras de cognición estructuradas. Es decir cómo se construye el orden simbólico, de lo que el habitus es quizás su mayor expresión a partir de las circunstancias objetivas en que se desenvuelven los agentes en cada región del espacio social.
Avanzar, como dijo Bourdieu con una teoría materialista de lo simbólico. Cómo se afectan las estructuras cognitivas de un conjunto de sujetos en cuya interacción se moldean también las formas simbólicas. Como opera la construcción social de la realidad a partir de una condiciones sociohistórica particulares, por ejemplo, crecer en un barrio pobre de la periferia de Santiago y convivir con las balaceras entre policías y narcotraficantes o ser un peruano en algún cité del centro y ser golpeado en el colegió puro un adolescente racista, experimentar de manera duradera y eso es importante señala Bourdieu, la inseguridad, el hambre, la violencia delincuencial, policial, escolar, etc. Y por supuesto entender que este tipo de violencia esta correlacionado con otros factores estructurales, que en mi investigación aparecen como condiciones mano de obra poco calificada y con baja remuneración, hogares monoparentales, desocupación, sub-empleo escaza educación formal de los padres.
Entonces la pregunta es ¿cómo construyen su realidad los jóvenes de Puente Alto, La Bandera, Batuco, La Faena, El Bosque, Quinta Normal, el centro de Iquique y algunos barrios populares en Lima, que conocí y entrevisté? Y más precisamente ¿cómo la experiencia de la violencia real, descarnada, material y física es estructurante de las categorías de percepción, apreciación y clasificación de quienes la experimentan? ¿Cómo se transforman en un habitus generador de pautas de elección? Pues bien, pude ver que la cercanía de la violencia, que es siempre la experiencia del dominando, del trabajador, el migrante, mujer y niño produce la internacionalización de esa violencia al punto que se vuelve autoevidente, de quedar inscrita en la cognición de las personas. Es decir se normaliza, deviene en el modo de reconocer y reconocerse en el espacio social. El formato inicial de esa violencia es la violencia doméstica y peleas callejeras. Así, rápidamente, el saber defenderse, por ejemplo, es una particular disposición del cuerpo que se encuentra de alguna manera hipertrofiada en esas circunstancias. La violencia recibida, pasiva se vuelve activa sin que medie un proceso reflexivo sino más bien como sensación corporal euforizante o como una suerte de ansiedad que hace que el espacio social se perciba como peligroso; crea una necesidad de "estar preparado para recibir golpes". Condiciones objetivas de riesgo modifican la percepción del riesgo, hacen que se puede discriminar en los distintitos modalidades de riesgo, modifican la apreciación de la violencia, cuál es justa cuál no, y su clasificación útil, irracional, resistencial, etc.
Parecido a lo que, en otro registró teórico expresa la idea de colonialidad del ser de Maldonado-Torras del sujeto colonizado. Inscripción de situaciones donde la vida está en peligro constante en la vivencia diaria de los individuos, normalización de situaciones excepcionales; es convertir la guerra moderna en algo habitual. Es la vida dañada.
II
Quiero aquí traer a colación otro concepto de Bourdieu, el de violencia simbólica, violencia ejercida por el Poder en desconocimiento del dominando que aplica unas instrumentos de conocimiento, las mismas categorías de percepción, clasificación y apreciación del mundo social que se derivan de esas estructuras de dominación y lo hacen aparecer como evidente, incuestionada. Violencia larvaria, suave, reforzada por la acción de los aparatos ideológicos del estado. Dominación de quienes dominan el Estado. Configuración de un sentido común dóxico que contiene toda una batería de arbitrarios que reproducen la dominación.
En el caso de los boxeadores chilenos, el efecto de esa violencia simbólica es la que hace que, por ejemplo, muchos de ellos se auto-descarten de un conjunto amplio de prácticas culturales, incluso antes de que el mercado los descarte, una carrera universitaria, una carrera política, y también que se descarten de practicar otros deportes, típicamente burgueses, como el tenis, los deportes náuticos etc.
Sin embargo existe en el caso de los boxeadores una violencia simbólica que va en sentido opuesto. Escoger el boxeo, a partir del habitus señalado comporta una serie de simbolizaciones (re significaciones) de la violencia real que han experimentado. En las entrevistas aparece nominado como El respeto. Consagración valórica, por lo tanto simbólica de una necesidad práctica de asegurar mediante diferentes signos exteriores el rechazo a cualquier intento por debilitar la posición propia frente al grupo. Es ante todo un hacerse respetar por cualquier medio, violento o no, ante los pares y el entorno.
Una vez que se ponen a boxear, a entrenar opera una na transfiguración ritualizada de la violencia experimentada. Proceso que tiene algunas homologías estructurales con la revolución simbólica que genera la violencia política de liberación de un grupo dominado. Pero no es lo mismo y no hay que ir más allá de algunas homologías de origen. Practicar boxeo es por lo tanto violencia simbólica en sentido contrario, producida desde abajo a partir de simbolizaciones de la violencia real complementada con los procesos de violencia civilizada y codificada, que es el desplazamiento que Elias y Dunning señalan como causa de la emergencia de los deportes modernos.. Entonces, quienes han desarrollado, en virtud de su experiencia vital, ese tipo de simbolizaciones poseen en el ámbito del boxeo una cualidad. En ese lugar las categorías de apreciación, clasificación y percepción ajustadas a un espacio social violento en la forma de un habitus generador tiene la posibilidad de transformarse, rituales de por medio, en un capital simbólico, específico al campo del boxeo, que en otro trabajo llamé capital boxístico y que es lo que activa la Illusio, es decir el interés para participar en el campo, de jugar el juego de parte de los todos los agentes involucrados, boxeadores, entrenadores, promotores dirigentes cuyo incentivo es apropiarse de ese capital simbólico
III
Ahora bien, las trayectorias en el espacio social que resultan en la transformación de unas condiciones vitales marcadas por la violencia en un tipo de capital simbólico no son obligatorias, no constituyen un destino. No son "reglas" que operan como crítica Bourdieu a Levi strauss sino estrategias acomodadas a una situación social.
En términos globales, escoger el boxeo siempre será una improbabilidad aún en aquellos lugares donde dicho campo deportivo goza de plena autonomía, y supone posibilidades reales de movilidad social. Eso pues, a la elección del boxeo se yuxtaponen a otras alternativas de otros campos sociales homólogos desde el punto de vista que pueden transformar los esquemas movilizados en ese habitus en un capital efectivo y transable. En mi investigación se presenta como una alternativa al boxeo un campo constituido por a un conjunto de prácticas económicas informales y actividades delictivas como el narcotráfico, robo, incluso el sicariato. En algunos casos ingresar a dicho campo se convierte en el costo alternativo a la elección del boxeo. En otros, son dos actividades que se desarrollan simultáneamente o de manera diferida en el tiempo. En circunstancias positivas (uno siempre tendría que preguntarse ¿positivo para quién?), el boxeo se convierte en el modo de renunciar al delito. La forma en que se resuelve dicha tensión tiene que ver con múltiples factores entre los cuales se encuentra lo que Bourdieu denomina tasa de conversión de un capital simbólico a otros tipos capital, especialmente su convertibilidad en capital económico así como a modos de reconocimiento y legitimación social. Bueno, en el caso de chile y como he podido establecer en un análisis del decaimiento del campo del boxeo en las décadas de los '80 y '90 la tasa de convertibilidad del capital boxística en capital económico es muy baja. El boxeo subsiste en chile casi exclusivamente por las homologías estructurales entre el habitus de quienes boxean y la práctica del boxeo. En consecuencia, delincuencia y boxeo, por su afinidad estructural y el alto riesgo que ambos implican estarán siempre latentes en el horizonte de agentes situados en regiones dominadas del espacio social. Esto último resulto para mi ilustrativo en una velada de boxeo organizada por un grupo de reos de la cárcel de Colina 1 durante Junio de este año. Mientras veía la velada conversé con un preso que paga condena por robo con violencia. Pertenecía a la categoría de ladrón que se conoce en la nomenclatura del hampa como un doméstico, ladrón especializado en robo de departamentos y casas. Me contaba que había boxeado cuando estuvo en la serena, antes de venirse a Santiago a ejercer su profesión. Comentábamos la pelea que se estaba efectuando, -ese que está pegando es mi perrito- qué es eso – el que tiramos a que nos defienda de otros giles-. Y qué vay a hacer cuando salgai – conseguirme un trabajo honesto- -seguro- dice el que está sentado al lado- boxear en volada- risas –y volver a lo anterior le pregunté yo- también puede ser, habrá que ver.

Muchas gracias






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