Violencia en el deshielo

September 17, 2017 | Autor: Mabel Morana | Categoría: Estudios sobre Violencia y Conflicto
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Descripción

CM.H.LB. Caravelle n° 86, p. 181-190,Toulouse,2006

Violenciaen el deshielo: imaginarioslatinoamericanos despuésde la GuerraFría post-nacionales PAR

MabelMORANA St. Louis I ULI WashingtonUniversity,

And outin theWild West, -youhaveseenthismoviebefbreand theirskinny Fourlonecowboys poniesridetherange And suddenly up overtheridge A thousandIndiansriseup aroundtheedgeoftheplateau Like theycameoutofnowhere And thereare only4 cowboys lookat theIndiansand theysay: But thecowboys «Letsgogefem.»- LaurieAnderson

Al iniciarsu libroMémoiredu Mal, Tentationdu Bien. Enquêtesur le Siècle (2000), Tzvetan Todorov pasa revista a las atrocidades que marcaron la historia del siglo XX: Primera Guerra Mundial: ocho más de diez millonesen la población millonesde muertosen los frentes, civil,seis millonesde inválidos.Genocidio de armeniosa manos de los turcos.Tremendossaldos de muertosa consecuenciade las guerrasciviles en la Rusia soviética. Segunda Guerra: treintay cinco millones de muertosen Europa (por lo menos veinticincoen la Unión Soviética), exterminiomasivode judíos, bombardeosmúltiplesa poblacionesciviles en Alemania y Japón,sin olvidarel costo social de la liberaciónde las colonias.Todorov comienzasu libro con una propuestapreliminar:si el siglo XVIII fue el Siglo de las Luces,el XX debería quizá ser conocido como el Siglo de las Tinieblas,un siglo donde la historiaes indisociable del totalitarismo y la violencia,en sus diversasformasy contextos.

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Latinoaméricasiempreha sido menos efectivaen la tareade contara sus muertos. Hasta el día de hoy, no hay métodos consagrados que permitan estimar con cierta exactitud el saldo del colonialismo superexplotación, (incluyendola muertepor colonizaciónde territorios, condicionesde vida sub-humanas,esclavitud)o el balance dejado por las intervencionesestadounidensesdurante los siglos XIX y XX, ni hay de númerosque registrenlas bajas producidaspor los enfrentamientos violencia la las movilizaciones obrero-estudiantiles, urbanas, pandillas policial, el narcotráfico,la violencia doméstica, las dictaduras o los levantamientosindígenas,ni hay cifrasque acumulen el costo social -como suele decirse-de las batallasde la independencia,de la resistencia los que cayeronen las bajas guerrilleras, anti-totalitaria, antiimperialista, la tortura,los que sucumbierona la miseriaescuchandolas promesasde ordeny progresoy hoy agonizanen los escenariosdel neoliberalismo.No hay cifrasque den cuenta de quienes han sido y siguen siendo víctimas de la violenciaen Guatemala,Nicaragua,El Salvador,Chile, Argentina, Uruguay,Brasil,Perú,Bolivia,Colombia,Venezuela. Las reflexionesde hoy se enfocan en lo que podríamos llamar el microsistemade América Latina, particularmenteen algunas de las dinámicas que en el contexto de la globalidad y el neoliberalismo acompañan la entradadel continenteal nuevo siglo. Deseo aquí sugerir solamente algunas bases para el análisis del significadoque asume la relaciónentrenación,violenciay subjetividaden AméricaLatina a partir del finde la GuerraFría. A modo de introducción,habríaque señalarque es imposiblerealizar de la violenciaen Américasin una una críticahistórico-político-filosófica desde el críticade las modernidades períodocolonial se impusierona que travésde una prácticasistemáticay articuladade violencia económica, social, cultural,epistémica,sobre las sociedades americanas. Desde la «violencia del alfabeto»que arrasó con los espacios simbólicos de las sociedadesprehispánicas,la occidentalizaciónde Américay la formación de la nación-estadonacen marcadospor liderazgose interesesde clase que apelan sistemáticamentea la violencia con el apoyo de discursos de muydistintoorden que coincidenen la idea de que el legitimadores la civilidad dependende la reducciónde todo rasgo,prácticao progresoy con los interesesde los sectoresdominantes. no coincida proyectoque vida republicana,la prácticademocráticay de la los desde Así, orígenes liberal implantada en América Latina propone sofísticamente la coincidencia absoluta entre Estado y sociedad, marginando e a invisibilizandoa grandessectoresque no se integranproductivamente la estructuraciónnacional. Con estos precedentes puede afirmarse entoncesque la historiade AméricaLatinaes la historiade las múltiplese intrincadasprácticas y narrativasde la violencia que atraviesansus distintosperíodosy se entronizana todos los nivelesde la vida políticay social de la nación moderna.Sin embargo,lo que hoy nos ocupa es el

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fenómenode incrementode diversasformasde violencia ciudadana a nivel continental,y las transformaciones que los modelos de ejercicioy han sufrido en las últimasdécadas. de la violencia conceptualización de la violencia a lo largode la la historia Así, aunque puede rastrearse historialatinoamericanadesde el descubrimiento,deseo referirme aquí específicamente a la indudable relación que existe entre las transformaciones que se registrandesde el fin de la Guerra Fría en los países periféricosde América Latina a nivel económico, político y de la violencia,a distintosniveles. cultural,y el incremento En lo económico,la imposiciónde políticasneoliberalesha logrado acorralar, en las últimas décadas, a las economías nacionales incrementandolas áreas de marginación,de des y subempieo. A los procesos de transnacionalizaciónacelerada y masiva del gran capital e influenciacrecientede las empresastransnacionalesen la definiciónde políticas económicas y culturales,se suma la cancelación de canales institucionales para la presentaciónde demandaspopulares,eliminación de espaciosde debatepolítico,reafirmación de focoshegemónicosa nivel etc. El estado benefactor,interventor, internacional, paternalista,ha ido cediendolugara una entidaddesdibujadaque hipotecael bienestarde la mayoríaa las necesidades de protección y de reproduccióndel gran capital. estos cambios propulsaronuna redefiniciónde la Correlativamente, idea de democracia,que se ajusta hoy en día a un modelo mucho más restrictivo y excluyenteque el que sirvierapara describira los regímenes modernos:democracia= oligarquía + populismo. Según estudiososdel se ha realizadoa período (Greg Grandin,por ejemplo) esta redefinición partirde estrategiastales como la rupturade alianzas existentesentre elites reformistasy clases populares, el quiebre de movimientos alternativos que quedaron reducidosa estrategiasacotadas de resistencia circunstancial, y la destrucciónde formasde liderazgosocial y políticoa así radicalmentela relaciónentresujeto y distintosniveles.Se transforma sociedad,entrepolítica,ética y subjetividad,reemplazandolos objetivos sociales por un individualismo consumista a veces aderezado de remozadas religiosidadestradicionaleso de propuestas new age que, prometiendo consuelo y trascendencia ante las traiciones de la modernidad,brindanuna alternativade socializaciónque permiteeludir los desencantosy desafíosde la historiapresente. El vaciamientopolítico del Estado, el debilitamientode las políticas partidistas,y la disminuciónde alternativasideológicas que permitan pensar lo social desde un afuera -aunque sea utópico- del neoliberalismo, ha incrementado el sentimiento de desprotección ciudadana. Esto se suma al desvanecimientodel estado benefactor, interventor, paternalista, que rigieracon varianteshastala primeramitad del sigloXX. Los imaginariosurbanosestánatravesadospor sentimientos de desamparoeconómico,agotamientopolíticoe inestabilidadsocial. La

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«ciudadanía del miedo» de que hablara Susana Rotker,se corresponde con las evaluacionesque realizanpolitólogosy analistassociales en las últimasdécadas. Si, según la conocida frasede RaymondAron, «con la Guerra Fría la guerrase hizo improbabley la paz imposible» (cit. por Keane 110), el fin de ese período ha producido un desbalanceen el del terror. Hoy en día, «la paz se ha convertidoen equilibriointernacional una guerra latente» (Keane 132): hay un notorio aumento de tipos diversosde batallasinternasa nivelnacional,conflictosguípalesarmados más o menos restringidosa ámbitos locales o transnacionalizados, movilizacionesindígenas,desestabilizacionesradicales y violentas del llamado orden democrático por sectores populares muchas veces desorganizadospero disidentesa los partidosen el poder, aumento del delito común con estrategiasinnovadorastales como asaltos colectivos, secuestros,etc., movilizacionesde grupos armados que actúan en un etc. Aun en plano subnacional(pandillas)o supranacional(narcotráfico), sociedades que presentaníndices de seguridadciudadana mucho más altos que los que se registranen Colombia, Venezuela o México, el sentimientocolectivose mantieneaferradoal miedo cotidiano,a la idea de que en cualquier momento,como señala Robert Kaplan, «cualquier vagón del metro puede volverse una pequeña Bosnia.» Aunque las estadísticasde algunas latitudesregistrendatos más tranquilizadores,la «ciudadanía del miedo» ha marcado su improntay, como ha apuntado BeatrizSarlo,«con el imaginariono se discute». Ya nadie cree que la violencia de estado ejercida a nivel nacional o internacionalsea un momento imprescindibleen el logro de la paz universal.Como ha indicado BolívarEcheverría,lo que llamamospaz es apenas un provisional«cese del fuego».Estos fenómenosque quiebranla utopía de unificación,centralismoy controlestatalde la nación moderna requierennuevasnominaciones:los críticossocialeshablan de «conflictos de baja intensidad» (Martin van Creveld), «guerra civil molecular» (Enzensberger)o «guerrasinciviles»(JohnKeane) que desgarranla trama de lo social indicando «el retorno de lo reprimido»: lo marginado, sometido,o invisibilizado por la modernidad,que vuelvepor sus fueros. La violenciaque se registraen AméricaLatina en las últimasdécadas ha sido interpretada como una serie de respuestas o reacciones inorgánicas,aunque no por ello menos elocuentes,a los efectosde la globalización.En algunos casos, la violencia obviamenteprecede a este período y sus raíces deben ser estudiadas en relación con las políticas con la aplicaciónde determinadosmodelos de nación y modernizadoras, de estado y -a partir,todavía, de perspectivasdependentistas-con la vinculación de los capitalismos periféricosa los grandes sistemas internacionalesy a sus agresivaspolíticas de expansión económica. En otros casos, las formas más actuales, en muchos casos inéditas, de violenciaaparecencomo respuestasque surgeny se incrementanante la

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imposibilidadde organizaragendas locales, nacionaleso regionalesque el efectoarrasadorde las políticasneoliberales. puedancontrarrestar Bolívar Echeverría ha estudiado las relaciones entre las manifestaciones de «violenciasalvaje»y la disoluciónde la identificación entreEstado y Sociedad. Las percepcionesque acompañana los procesos de globalizaciónparecen asumirque, al haberseampliado la superficie social que el estado debe cubrir,se ha incrementadola incapacidad institucionalpara absorber las contradiccionesy demandas sociales, de la violencia dando así lugara «una posible reactualizacióncatastrófica ancestralno superada.»Ante el descaecimientode la utopía de la paz perpetuay las crisispolíticasque acompañanel finde la modernidad,lo único que pervive como propuesta de articulación ciudadana es la creenciaen el mercado como el espacio por excelenciade confluencia, participacióny libre intercambiode bienes materialesy simbólicos,es decirla concepciónde la posibilidadde realizaciónde todos los valores sociales,individualesy colectivosen el mundo de la mercancía.Libros como Consumidores y ciudadanos,de NéstorGarcía Canclini,exploranla vigenciade esa propuestaen épocas actuales.Pero, desde posicionesmás críticas que descriptivas,quizá es hora de comenzar a entender el mercado ya no como una instanciade socialización participativa,sino como una arena de lucha entre ofertasque entran a la competencia marcadaspor las improntasde la desigualdadproductiva,el monopolio de las transnacionales, la explotación masiva y la subalternizaciónde vastísimossectoressocialesque sólo alcanzanuna integracióndeficitaria a la culturapolíticade nuestrotiempo.Si la modernidadcreó a travésdel mito de la productividadel modelo utópico de una sociedad insaciable, atravesada por el deseo inacabado, el escenario posmoderno de la que su globalidadincrementaal infinitoesa voracidady las frustraciones insatisfacciónproduce, en una dinámica de producción constante y artificialde la escasez (el consumidorideal es aquel que no puede tener satisfacción, que vive en un estado de carenciapermanente).Hoy queda claro que el monopolio estatal de la violencia tendríacomo cometido fundamentalel de «protegerla integridady pureza del intercambio mercantil,tanto de sus enemigosexternoscomo internos»(Echeverría). Pero en tiempospostmodernosese monopolio se encuentraamenazado por las formas salvajes en que se expresa la frustraciónde los consumidores/ciudadanos,los sectores relegados de las dinámicas integradorasde la legalidad productivistay los que eligen formas anómalasde inserciónen el mundo de la ofertay la demanda. No sería excesivodecir,desde esta perspectiva,que al lenguajesupranacionaldel capital nuestraépoca responde de manera casi instintiva,dispersa,y aparentementeinorgánicacon el lenguajesupranacionalde la violencia. En otras palabras, la lengua universaldel capital tiene también sus dialectosparticulares.

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Muchos han caracterizado algunas modalidades de violencia postmodernacomo una forma de regresióntribal arcaizante. Robert Kaplan habla de la aparicióndel segundohombreprimitivoque pasaríaa formaruna sociedadde guerreros que combina de manerainquietantela falta de recursoscon una extensión planetaria sin precedentes,que articulaclandestinidadcon espectáculo, marginacióny protagonismo. Sin embargo, la caracterizaciónde primitivismodebería revisarse.En civilizaciones «primitivas»(premodernas) algunos investigadoreshan visto en el carácter bélico un recurso colectivo para mantener la autonomía y para defender a la comunidad de «la aparición de instituciones estatalesde carácteropresor»o sea de la posible institución de un Estado centralizadocon monopolio de la violencia «legítima», recursoque podría,en cualquiermomento,volversecontralos miembros mismosde la comunidad a la que ese estado debería defender(Keane 115). Pero al mismo tiempo, en muchas culturas,el ejercicio de la violenciase daba a sí mismomecanismosinternosde control.En muchos casos,el jefeque decretabael movimientobélico no se limitabaa declarar la guerra ni se mantenía en la retaguardiasino que por su mismo liderazgo debía ser el primero en salir al campo de batalla (y casi seguramente,por tanto, el primero en morir). La gloria consistía justamenteen el heroísmode la muertepor la fe en una causa colectiva que legitimaríala apelación a la violencia que involucraba a toda la comunidad. Muerto el líder, ya no existía la posibilidad de que éste pudiera usufructuarde la violencia políticamente,como una formade popularidadque serviría, por ejemplo,para una reelecciónpresidencial. Sin embargo, en América Latina, muchos de los que podríamos llamar«rasgosde estilo» de la violencia tienen una indudable cualidad arcaizante.Dentro de lo que JeanFrancollamara«el costumbrismode la globalización»aparecen prácticasculturalesy textosapocalípticos con estas características,que reflejanel horrorde la clase media ante la explosión de su mundo, versionespresentistasque eligen ignorartoda genealogía,toda relacióncon el pasado colectivo,toda posibleproyección de futuro, como si la historia se agotara en la peripecia de la supervivenciaindividual,el consumo, la transitoriedad y el espectáculo de una rebelióndesarticuladay explosiva,casi hollywoodense,contrael articuladasal eje statusquo. En plena postmodernidadmuchasnarrativas conflictosy personajesque evocan modelosde de la violenciarepresentan conductay discursividades que pareceríananacrónicasen los tiemposque corren.El sicariato,por ejemplo, articulala prácticamercenariacon las matricesde la religiosidadtradicional.El estudiode la llamada sicaresca aproximala novela de sicarios{La virgende los sicarios,RosarioTijeras, etc.) a los modelos de la picaresca por las similitudesen torno al protagonismodel joven marginadoque intentamedraren una sociedad estratificadaque lo relega y a la que le es imposible integrarse productivamente(ver Von der Walde). Incluso los narco-corridos

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remitena modelos discursivosde épocas anteriores,en un lenguaje popular, paralelo a la retóricapolítica dominante, que reinventala oralidad,como documentandola cancelaciónde las formas«modernas»e de comunicacióny socialización. institucionalizadas La violencia articulaasí, en los sentidos antes aludidos, elementos residualesde la modernidad,dejando al descubiertolos puntosciegos de la política burguesa y liberal. Refiriéndosea las primerasetapas de formacióndel Estado, Eric Hobsbawm hablaba del bandidismocomo de «insurreccionesinorgánicas»que a través de prácticas espontáneas y discontinuasmarcabande manerabeligerantelos afuerasde la emergente institucionalidad burguesa. Hoy en día, la sociedad incivil obliga nuevamente,en el contextode la crisisepistémicade nuestraépoca, a revisarlos conceptosde gobernabilidad,socialización,y civilidad;obliga a repensarlos límitesde la tolerabilidadsocial, los extremosreales y simbólicosdel liberalismoy el valor ético de sociedades despolitizadas del capital.A travésde que no concibensu existenciafueradel fetichismo estrategiasradicales,arcaicaso inéditas,la violenciapone en un primer plano de la escena social justamentea los desplazados,subalternizadosy nunca completamente «desechables,»es decir a los núcleos irreductibles articulados a la economía cultural de la modernidad que ponen en prácticaformasanómalas de agencia individualo colectiva.Desde una negativa(¿o negatividadproductiva?)la violenciaenfrentaa productividad la sociedad con sus fantasmas,con lo indecible y lo irrepresentable, inaugura «territoriosexistenciales» (Guattari), formas alienadas y residualesde subjetividad,sustentadasen formasperversasy cerradasde solidaridadgrupai. Se apoya en la producciónde lenguajesopacos que descreende la transparenciacomunicativay la socialización fueradel núcleo de solidaridad grupai y que desconfían de la democracia deliberativa,del consenso,y de la pedagogía nacionalista.La violencia relativizaasí lo global frentea lo contingente,lo colectivo frentea lo individual,lo local frentea lo transnacional, y viceversa. La violenciasocial en sus múltiplesmanifestaciones existeasí como un mecanismotrans-sectorial, infrao trans-nacional,trans-subjetivo, y tambiéntrans-histórico, que opera a partirde una vinculacióncruzadade éticasy estéticasque intereses,tiempos,agendasy recursos,redefiniendo atraviesanlo social integrandode una manerainéditaclases,sexosy razas, creandonuevos universosde referencia simbólicay procesosintensosde culturaly política. Si la que Bhabha llamara«la anodina resignificación noción liberalde multiculturalismo» y propone reducirlos antagonismos las desigualdadessocialesa mera diferencia cultural,la violenciarecupera la idea de que la sociedad está atravesada por interesesy modelos identitariosya no sólo diversos sino esencialmente conflictivos y dentrode las condicionesimpuestaspor las antagónicos,irreconciliables formasineficaces,perversasy excluyentesde control estatal. Así, sin glorificarsus métodos, ni estetizar sus prácticas, ni reducir sus

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consecuencias,debe reconocerseque, en su funcionamientosiempre excedido e irracionalista,la violencia implementaformasextremasde socializaciónintergrupal, funcionadentrode lógicasque el statusquo no ni ni comprender.Redefinelas ideas de lealtad absorber, resolver, puede valor de éxito, poder y personal,creando una adecuación otra grupai, entremediosy fines.No intentasuperarni reemplazarcon algo mejorlos mitosde la modernidad,sino que los expone y los extrema,como en un simulacro monstruoso en el que mundos paralelos reproducen perversamente,en la clave de un desesperado y desesperanzado los ideales civilesde las burguesíasnacionales:el ideal de individualismo, la conquista de mercados(narcotráfico),la sustentaciónde identidades terri torializadas (pandillas), el poder de detentarla violencia para la consecuciónde finesautolegitimados.Redefinenel concepto de elitey liderazgo,la relación entre discurso y cuerpo individual o colectivo, llamando la atención sobre los biopoderes que atraviesanlo social e impactana distintosnivelesel constructoideológico de la ciudadanía. Como síntoma y tambiéncomo causa del deteriorode la sociedad, la violencia hace resurgirel trauma del origen (el del colonialismo, la para pocos). dependencia,la exclusión,la modernización Sin minimizarde ninguna manera las consecuencias perversasy a menudo catastróficasde la violencia, no puede negarse que en su desplieguede acciones,escenariosy signosla violenciaes, esencialmente, una performance que por medio de prácticasextremasopera a travésde la A travésde su puestaen escena,de sus simbólico. creaciónde un desorden obsceno extremadasmodalidadesde dramatizacióny su frecuentemente -o teórico la violencia abre un exhibicionismo, que reconstruye espacio la en evidencia mitos de orden los y progreso, dejando destruyecanalizar atender del estado demandas, expectativasy para incapacidad corregirdesbordes.Su praxisdesbordaday sensacionalistaobliga a revisar desde otras perspectivaslo que JosefinaLudmer llamara la «frontera móvildel delito»:los criteriosy procesosde legalizacióny criminalización de prácticas sociales protagonizadas por sujetos considerados un excedentedel sistema. Es obvio que ningúnestudiosobre violenciapuede prescindirde los entre violencia estructural(económica, deslindes y entrecruzamientos violencia (como en los movimientosde liberación política), emancipatoria -Lenin decía que no se puede haceruna tortillasin romperlos huevos-), en movimientosde carácterpolíticoo violenciadialéctica(que se registra las en tanto como experiencias del erotismo, el emancipatorio o violencia «salvaje» misticismo,etc. [Echeverría]),violenciaepistémica, también Es obvio etc. (no institucionalizada), que en contrastecon las consideraciones biologistas, filosóficas, políticas, etc. de corte universalistaque trabajan la teoría de la violencia como pulsión o la evaluacióncríticade la violencia transcultural, estrategiatranshistórica, contextualizaciones más bien constantes que dejen al requeriría

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descubiertosu carácterprimordialmentecontingente,particularizado; contextualizaciones que implicanuna toma de posiciónpolíticafrentea las realidadesanalizadas. Finalmente,es también evidente que no en todos los casos la violencia es «parterade la historia».Pero tambiénes obvio que en tanto práctica social, la violencia popular que se da al no margeno en respuestaa la violenciaestructuralo institucionalizada, ser descartada o desde las repudiada puede simplemente posiciones salvaguardadasdel ordenburgués.En tantoprácticasocial,toda violencia es un lenguajecifrado,opaco, que llama la atenciónsobresí mismo,que debe ser entendido y decodificado,una lengua a travésde la cual se expresansectoresdesarticuladosde la estructuraciónsocial y del status quo. Sectores que responden a la preguntasobre si puede hablar el subalternoaún con la réplicaarcaizantede Calibán: sólopuedo balbucear y maldeciren la lenguadel amo.

Obras citadas Bhabha,Homi. LocationoftheCulture.New York:Routledge,1994. Echeverría,Bolívar.Ilusionesde la modernidad.México: UNAM/El equilibrista, 1995. - . Valorde usoy utopía.México: Siglo XXI Eds., 1998. Enzensberger,Hans Magnus. Civil War. London: Granta Books/Penguin Books, 1994. Franco,Jean. TheDeclineand Fall oftheLetteredCity.LatinAmericain theCold War.Cambridge:HarvardUP, 2002. Franco,Jorge.RosarioTijeras.BuenosAires:Planeta,1999. García Canclini,Néstor. Consumidores multiculturales de y ciudadanos.Conflictos la globalización.México: Grijalbo,1995. Grandin, Greg. The Last Colonial Massacre: Latin America in the Cold War. of Chicago Press,2004. Chicago: University

BuenosAires:Ed. Manantial,1996. Guattari,Félix. Caósmosis. Hobsbawm,Eric. Bandits.New York:DelacortePress,1969.

Kaplan, Robert. Warriorpolitics: whyleadershipdemandsa Pagan ethos.New York: RandomHouse, 2002. sobrela violencia.Madrid:Alianza Ed., 1996. Keane,John.Reflexiones Ludmer,Josefina.El cuerpodel delito.BuenosAires:Perfil,1999.

Rotker,Susana. Ciudadaníasdel miedo.Caracas: Nueva Sociedad,2000. Sarlo, Beatriz.«Violenciaen las ciudades. Una reflexiónsobreel caso argentino». Mabel Morana ed. Espacio urbano,comunicación y violenciaen AméricaLatina. InstitutoInternacionalde LiteraturaIberoamericana, 2002. Pittsburgh: Todorov, Tzvetan. Mémoiredu Mal, Tentationdu Bien. Enquête sur le Siècle. Paris:EditionsRobertLaffont,2000.

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Vallejo, Fernando.La virgende lossicarios.Bogotá:Alfaguara,1998. Van Creveld,Martin. The Transformations of War.New York:Free Press,1991. Von der Walde, Edna. «La novela de sicarios y la violencia en Colombia». Iberoamericana 3 (2001): 27-40.

RESUMEN - El artículoplantea una aproximaciónal tema de los imaginarios de la violenciaen AméricaLatinay a la posible«lectura»de los códigoscifradosa los que esa experienciasocial nos enfrenta. RÉSUMÉ - Ce travailpropose une approche du thème des imaginairesde la violence en Amérique latine et de la «lecture» possibe des codes occultes cetteexpériencesociale. auxquelsnous confronte ABSTRACT - This article proposes an approach to the subject of the of violence in Latin America and puts forwardfor imaginativerepresentations considerationa possible«reading»of hidden codes, whichwe mustfacethrough thissocialexperience. PALABRAS-CLAVE : Latinoamérica, Siglo XXI, Violencia, Neoliberalismo, Postmodernidad.

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