VIGENCIA DEL PENSAMIENTO DE PASOLINI, por Guillem Catala

Share Embed


Descripción

VIGENCIA DEL PENSAMIENTO DE PASOLINI por Guillem Català

(Un artículo publicado en la revista "VACIO", Nº 6, Barcelona, diciembre 1997, y en “El verdugo”, Logroño, nº 2, verano 1998).

"Somos tardíos, somos marchitos alejandrinos, somos hombres cultos que, quién sabe cómo, todavía tienen cierta posibilidad de iniciación" (1).

Cualquier revisión del pensamiento progresista y liberador trae a primer plano a Pasolini, algunas de cuyas propuestas han conservado la capacidad comunicadora y provocativa. En especial la obra de madurez, a caballo de la resaca de mayo del 68, en la búsqueda de una salida al pensamiento solidario. Tal vez porque no son enunciados duros, ideas fijas y dogmáticas, un ismo más a añadir a la lista de tendencias a la moda. Al contrario, desde el idealismo, son soluciones provisionales a una investigación sobre el Mundo y el Hombre en Sociedad. Pueden ser pertinente observación para obtener un poco de luz en las dudas sobre nuestro presente. Y sugerencias para la diferente investigación actual del Mundo y el Hombre en Sociedad. Pasolini críticó a la sociedad de consumo, al racionalismo económico como argumento definitivo, y al aberrante misticismo mediático, cuando se imponían con fuerza avasalladora. Nosotros los vivimos en su untuoso esplendor, auto-proclamados "pensamiento único", bajo la marca de "neoliberalismo" (2).

1 Pier Paolo Pasolini (1922-1975) fue un animal de poesía. De los que en su vida cotidiana se siente el aliento poético, e impregna todo lo que hacen. Y luchan por realizarse plenamente, duro compromiso de muchas caras. Con ansia de totalidad. Es la razón poética como investigación de la vida, y forma de vivir. Sin concesiones, con audacia, llevando las experiencias al límite, sin negarse ninguna posibilidad. Jamás callando, diciendo lo que se siente y cómo se siente, enfrentándose contra los tópicos de la sociedad, los disfraces del poder y las innumerables censuras (legales o solapadas). Atreverse a pensar, a contradecir a la realidad, apostar por soluciones personales, valientes, y que acarrean íntimas contradicciones. Actitud extrema, extremista por naturaleza: estar en el filo de la navaja, por necesidad personal de entender y comprender. Vivir hasta el fondo el ahora y aquí. El extremismo y la transgresión fueron la moda, en los 60 y 70, como variante chocante y provocadora de la diversión, medio para ahuyentar el tedio y hacerse publicidad. Sin embargo, también fue una manera de ser, de autenticidad radical, convicción de que sólo en lo contundente está la verdad. Vieja herencia de las vanguardias de entre guerras, que maduró Pasolini en la busca del punto mesurado en la radicalidad, la medida en el exceso. Es un desafío, motor de sus mejores aciertos, que soslaya lo gratuito y fácil, y punto desde el que es posible confrontarse con los otros. Detrás hay un pensamiento que se va recreando, un intento de dar sentidos al mundo. Son significados provisionales, sometidos permanentemente a "confirmación y verificación" (3), en la necesidad de la prueba de la realidad y la confrontación. Es un proceso permanente porque la realidad es constantemente cambiante, y los puntos de vista y opiniones divergentes. Ante un problema, ante el debate, el más pequeño desplazamiento del punto de vista cambia la perspectiva y abre insospechados significados nuevos (4). La búsqueda se revela infinita. Todo fundamento teórico es provisional, toda filosofía es la praxis de una búsqueda que se repite indefinidamente, siempre cambiante. En dialéctica con la realidad, y en debate, se va reconstruyendo y redefiniendo. Inconformismo por sed ardiente de verdad, sed existencial, que es una oscura pasión. Es la necesidad de la duda, el cuestionar todas las explicaciones prefabricadas y seguir los propios sentimientos e intuiciones, examinados por la razón. La razón, maravilloso instrumento, por si misma lleva a la tecnocracia, al pragmatismo, al considerar a los otros objetos útiles para el propio provecho o para satisfacer nuestros deseos (es el abismo en que hemos caída desde los años 80). La arrogancia de la razón, el imperialismo tecnocrático como horizonte de futuro, los grandes monstruos organizativos, burocráticos e impersonales, y la deshumanización. Viejo culto irracional, el del becerro de oro. Viejo vicio cristiano, el horror a las pasiones, que por negarlas piensa que no existen. El racionalismo lleva en su seno arcaicas creencias y oscuras pasiones, ocultas bajo la arrogancia. Ocultas, y por ello más perversas. Es la doble verdad que fundamenta la sociedad. La pasión está en los orígenes. Incluso lo humano y la comunidad, son un sentimiento. La Razón y la Pasión, que la fecunda y da sentido, son Ideología. Y han de ir juntas, corrigiéndose mutuamente, "si la luz es fruto de oscura semilla" (5). El pensamiento objetivo no existe: todo es ideología - supremo esfuerzo de la razón. Pensar por uno mismo es, en definitiva, pensar con el corazón. Y la fuerza del pensamiento nace de que somos vulnerables. Por inconformismo, cada cual debe decir su verdad, y el artista su verdad artística. Que no suele ser igual a la verdad política y social, a lo que interesa, al tópico en que la gente se reconoce o al oportunismo del momento político. Y aunque el pensamiento incluya el determinismo, se debe estar abierto a lo inesperado, fuente de vida. Por sed de verdad, por razón poética, se debe acceder a todos los ámbitos: sólo en un intento de integración se puede hablar de la verdad. Y es fascinante como Pasolini transita por territorios contradictorios, se los apropia, evitando sus vicios y reteniendo lo que tienen de aportación única y exclusiva: marxismo, cristianismo, decadentismo, existencialismo, freudianismo, estructuralismo, semiótica, situacionismo, neoclasicismo... Y usa las nuevas modas culturales absorbiendo lo que aportan y orillando lo superficial. Y sin complejos: "lo que satura es la moda. La poesía es inagotable" (6)

2 Barthes lo explicó con bella metáfora, que frecuentemente citaba Pasolini: lo esencial de nosotros está oculto, somos sólo la punta de un iceberg, nuestra animalidad y autenticidad están en las profundidades, y forman la mayor parte de nuestra personalidad. "Que más sagrado es el mundo, allí donde es más animal" (5). Y uno debe ser uno mismo y asumir la propia diferencia, con sus riquezas y limitaciones, en un mundo que se aferra desesperadamente a sus tópicos y banalidades. Nadie es omnipotente, pero la excepción es iluminadora. Lo que es provocador, y obliga a pagar un precio en forma

de soledad. Su diferencia, es la razón de ser de cada individuo. Se ha de ser exigente, también con uno mismo. La autenticidad tiene su reverso en el perfeccionamiento personal. El inconformismo, por honestidad, es sobre todo inconformismo con uno mismo. Uno no debe negarse y castrarse, debe dar rienda suelta a sus impulsos, pero reexaminándolos a continuación, aprendiendo, perfeccionándose y conociéndose algo más. Nacemos egoístas, pero sólo la generosidad nos devuelve nuestra dimensión humana. Al egoísmo profundo se opone el amor transfigurador. Nos apropiamos poéticamente del mundo, porque es el regalo que podemos hacer al otro. Y rizando el rizo, llegar a la más hermosa contradicción: buscar entender a los otros, sabiendo que aquellos que defienden posturas contrarias, tienen también sus razones, que acaso también pudieran ser en parte nuestras. Pasolini tenía la obsesión de reconocerse en los otros y pocos como él han sabido ver cuántas cosas compartía con sus adversarios. No evitó el duro aceptar que con tu enemigo y con quien te produce antipatía, hay más en común que distancias. Que el odio incluye también la atracción y el amor hacia lo odiado. Que se entra en un terreno común y también se odia por rabia, porque lo amado no es mejor, tal y como pensamos que debiere ser. La fe, y la luz del ideal, empujan a la intransigencia. La sabiduría es conocer y convivir en el misterio, especialmente en el más extraño de ellos: el misterio de los demás. Estar abierto a vivir en un mundo misterioso y no protegerse detrás de explicaciones racionales, fáciles y tranquilizadoras. Y aceptar que tenemos nuestro lado oscuro: uno mismo es un misterio. La poesía de Pasolini como sensación profunda, formalizada en el subjetivismo de la expresión y la experimentación con el lenguaje, para dar sentido a las experiencias (4). Poesía comprometida, ética, social, y a la vez, intimista y misteriosamente mística. Poesía civil. Y, paradójicamente, muy personal. Poesía para ser provisionalmente concluyente, y mostrar en la obra aspectos parciales, dar pistas, respetando la libertad interpretativa del otro. El conocimiento, y la poesía encuentran su sentido en la apropiación de la realidad, para subvertirla y cambiarla. Trabajo colectivo, en el que el otro juega su papel con el mismo derecho que el poeta.

3 La propuesta filosófica, artística y existencial de Pasolini parte de los impulsos íntimos y de las propias experiencias, subjetivismo objetivado en las ideas cambiantes: la obra como un autobiografismo transfigurado y universal. Como crónica autobiográfica, y drama ideológico, de un tiempo y un país, y de sus gentes. Una reflexión realizada con ansia de totalidad. Pocas personas tienen un impulso tan universalizador como el de Pasolini, capaz de volver del revés y transformar en generales sus experiencias concretas. Y así poder entrar en debate con el lector, a quien le interesa porque en las experiencias del autor, reconoce algunas suyas, y el pensamiento suscitado puede servirle para su propia vida. Es la función pedagógica del arte, vivir investigando y no someterse dócilmente al prejuicio. Pasolini crea en una poética racionalista, que no excluye lo obscuro. Es una poética de la espontaneidad bien entendida, no como exhibición irracional, sino como conciliación de Dionisos y Apolo. El poeta es quien juega con las palabras y las experiencias y busca darles significados. Quien busca nuevas experiencias y nuevas formas lingüísticas y artísticas con las que expresarlas (4). El peligro reside en el muro de esterotipos y rutinas que nos separan de la realidad. Sobrepasarlo, para reencontrar las fuentes originales y cada cual su propia autenticidad - valor supremo. La poesía, pues, es indiferente al medio artístico y, más o menos formalizada, impregna la experiencia y su expresión. Una experiencia vivida en la frontera de todos los territorios, abierta a todos los paisajes y realidades, requiere estéticamente situarse en el territorio de frontera entre todas las artes: lo importante es hablar. El arte en que se exprese no es importante, pues todo arte tiene detrás un impulso poético, aunque se desarrolle en diferentes lenguas cada forma de comunicación. Si hay necesidad de hablar y expresarse, es contingente en qué arte o medio se haga: se habla donde se puede o dejan y según a que tipo de público se desea interesar. Según el momento y la ocasión, Pasolini fue novelista, ensayista, cineasta, periodista, dramaturgo... Y a la vez y siempre poeta: las suyas son narraciones o películas de poesía. Una sola poética tuvo detrás de tan dispares medios de expresión. Sin embargo, al trabajar en un arte se está obligado a un respeto: el de investigar en las bases propias, específicas y diferenciales de cada arte o forma de comunicación y aumentar su riqueza formal encontrando expresión nueva a partir de lo persona de tus experiencias. El mejor territorio: el de frontera, que es siempre, lugar de cambio y tierra de nadie. El territorio de frontera, en los márgenes de las realidades y de los territorios del poder. También la substancia que se expresa está en los márgenes y la

frontera. A fines de los 60, los intelectuales intentaban una tercera vía. Caminando sobre el muro de Berlín, a un lado la guerra social y la batalla del consumo. Al otro, "La URSS, ese estado pequeñoburgués" (7), y el fracaso de la revolución china y cubana (4) y el impacto destructor, como genocidio cultural, del capitalismo en el Tercer Mundo. Del radicalismo de los 70 hay en la obra de Pasolini el tono duro y desesperado, de apocalipsis inminente.

4 La estética de Pasolini, nacida de su manera de encarar la vida cotidiana, es de un sincretismo voraz, integrador al mismo tiempo de tres impulsos dispares y contradictorios: una revisión del primitivismo, el volver sobre las fuentes clásicas (y neoclásicas-cristianas) de nuestra tradición y el violento ademán experimental, el gesto que subvierte la Institución del lenguaje. A la vez culto y popular, intelectual y contagiosamente sensitivo. Toda su obra reposa en un íntimo conflicto entre los planteamientos intelectuales y lo sensitivo y emotivo de la propuesta. Poesía intelectual, original y, sin embargo, bebe en todas las fuentes de la cultura universal. Son un magma estilístico de todas las procedencias y amalgama de influencias, vuelta original por la fuerza poética del autor y la capacidad de hacer propio lo ajeno. De subvertir la Tradición, insertándose. Si lo que se desea expresar requiere a un estilo, o una amalgama, que es en el que mejor se explica, debe usarse y con perfección. La amalgama de todos los elementos culturales del presente y el pasado es la más hermosa metáfora del oficio de poeta. Esta vieja costumbre del verdadero arte, no la ha descubierto la posmodernidad, simplemente la puso de moda en los 80. Como un dios Jano que para mirar hacia adelante debe contemplar lo que deja atrás y era valioso y lamentable su extinción, con su capacidad de conciliar lo inconciliable, Pasolini pudo ver lo mucho que se necesitaban mutuamente Tradición y Modernidad. El uno sin el otro no existirían. Pasolini es quien abre la vía madura de la narrativa de vanguardia que necesariamente incluye el enfrentarse a los mitos clásicos. Los escritores de los 80, los posmodernos (Foucault, Derrida, Lyotard y Vattimo) han seguido esta vía; lástima que lo hayan hecho legitimando un pensamiento conservador e insolidario. La descalificación de la modernidad de los posmodernos es un chiste derivado de la contundente crítica que Pasolini, y otros modernistas, hicieron de la Modernidad mal entendida y peor practicada. La barbarie arcaica, está presente en la Modernidad. Y la Tradición, está impresa en el fondo de la cultura. El mito fundacional no es el buen salvaje, ajeno a la historia. Sino la pervivencia de la Barbarie, con su dureza y pureza, que el delgado barniz de la Civilización mal puede ocultar. La Tradición implica una vuelta sobre la dimensión transcendente de la Vida. Se entienda como Religión, o no, se crea o no en Dios (o en los Dioses), en todo caso hay un referente mítico. Y una necesidad de dar sentido a nuestras vidas. Nacemos de lo oscuro, con sed de lo sagrado. Si sagrada es la persona, sagrado lo es el mundo. Y blasfema la sociedad, dominada por fuerzas e ideas que niegan la persona. Los placeres del consumo, del furibundo hedonismo de masas, son un trago en el desierto, menos que un salmo en la catedral. La obra de arte debiere ser un recordatorio de esto. La idea estética que divulgó Brecht es hermosa: una obra de arte se parece a las cajas chinas, o muñecas rusas, unas dentro de otras, y todas dentro de la mayor: la fábula narra la aventura individual, única y singular, dentro del hormigueo de la sociedad y del movimiento de las ideas, y ésta a su vez está dentro de la metafísica del momento histórico. Todo, en definitiva, es ideología, lo individual, social o metafísico. Es lo social lo que presiona y conforma, en parte, a los otros. En parte, pues todo es singular. Hay determinismo, y no: lo inesperado rompe siempre lo previsible, que es la mera ilustración del determinismo social.

5 En el clima espeso y represivo de los 70, Pasolini realizó una vasta reflexión teórica y periodística, crítica con la sociedad de consumo, por deshumanizadora y aniquiladora de los valores de la convivencia. Una regresión a la ley de la jungla en versión tecnológica. Un mundo nuevo, sin antecedentes en la Historia y una mutación antropológica que volvía inservibles las viejas ideas liberadoras. Un genocidio contra las otras culturas y las pervivencias tradicionales. Un "tabula rasa" empobrecedor y reaccionario. En la misma línea publicaba versos (7) y comentarios periodísticos que eran primera página de periódicos de tirada nacional (6), denunciaba la reducción de la persona a puro objeto del deseo del otro en su película "Salò" y trabajaba en "Petrolio" (1), novela que es un detallado análisis de cómo la nueva sociedad destruye a las personas y manipula y anula las conciencias individuales. Es el Nuevo Poder, sutil, poderosísimo y totalizador, oculto detrás de su racionalidad y utilitarismo. Ante el cual el pensamiento

solidario no puede oponerse con grandes ideas críticas, que acaban siendo asimiladas y vendidas como moda de consumo cultural. Y usadas por el poder para renovarse. Si no hay lucha de clases, el disenso es un problema de individuos. Encontrar las nuevas motivaciones, la espiritualidad y el sentido de la lucha se habrá de hacer hurgando en las propias actitudes, en nuestro deseo de vida. El problema es cómo encarase con lo real. Sólo queda el inconformismo: posicionamientos y actitudes que estimulen el disenso. La honestidad y generosidad de la propia postura es, en definitiva, el mensaje principal. Es la búsqueda de nuevos sentidos a la sociedad y de maneras de convivir más humanas. Y una duda aún por resolver: la construcción ideológica, ¿puede ser algo más que una crítica de las contradicciones de la sociedad? Y el pensamiento crítico, ¿algo más que denuncia de la manipulación y poner en evidencia la estupidez? En los 70 Pasolini se había transformado en un solitario francotirador, con una gran audiencia pública. Era peligroso por lo novedoso de sus enfoques, por encontrar soluciones renovadoras de las ideas solidarias. Su desaparición fue políticamente muy "oportuna". Y una desgracia para los progresistas: sus ideas hubieran tal vez evitado el deslizamiento hacia el dogmatismo y el alejamiento de la realidad en que cayó la izquierda en los 70 (y en la que continúa hoy). Las propuestas de su etapa final siguen tan candentes y urgentes como él las dejó. Y no hemos ido aún más allá de sus propuestas.

6 El triunfo y la voracidad acaparadora del nuevo poder, lo volvió intolerante y exclusivista. Necesita exaltarse, conmemorarse a si mismo. Y lo hace siguiendo las maneras favoritas de los norteamericanos, sus inventores: arrasando imperialmente, y destruyendo las comunidades originales. Lo arraigado, diferente y personal, lo auténtico, molesta. No va con el Nuevo Poder, insulta su prepotencia y alude a la posibilidad de otras opciones. Es provocador reclamar a la autenticidad, en una realidad que se olvida de si misma y se quiere espectáculo de imágenes, que necesita perderse en un infantil simulacro de riqueza, omnipotencia e inmortalidad. La imposición del nuevo poder es un cambio de valores, substituyendo los humanistas y comunitarios por los tecnificados y consumistas. A los substanciales por los virtuales. Es la degradación de los valores, y algunos son ya una pérdida irreparable. A estos valores cantó Pasolini en las películas de "La Trilogía de la Vida". Hemos saltado a la otra orilla, vivimos la telecomunicación, el poder más absorbente que ha existido jamás. Que nos ha transformado a todos en parte de la masa, habitantes del villorrio global y obligados comensales de una cultura provinciana. Quedan en el aire preguntas inquietantes: hoy, ¿somos, aún, comunidad? ¿O somos la masa mediática, que digiere, y no conoce la comunión en la comunidad? Las instituciones, ¿concretan la comunión de la comunidad, o han perdido su sentido y sirven para dar forma a una voluntad informe de las masas y para manipular la maleable e impersonal opinión pública?. La acción de gobierno, ¿sirve sólo para estimular la excitación continua y la satisfacción de deseos cada vez más imaginarios, en la espiral esquizoide del hedonismo de las masas? El idealismo nace del sentimiento de comunidad. Sin comunidad, no hay ideal. El pensamiento de Pasolini es idealista, reclamo de autenticidad a la persona y deseo de reintegración en la comunidad, de comunión colectiva. "La revolución no es más que un sentimiento" (8), sentimiento nacido de una experiencia de luz, en un mundo basado en la oscuridad y la mentira. Es un deseo de volver a las fuentes, del individuo y la sociedad. Es un deseo ardiente de fraternidad. De ideal. Y no hay ideal sin fe. Reclama, pues, esta revisión de los mitos y del pensamiento cristiano, jacobino y marxista, a una vieja idea ilustrada, que impregna el pensamiento solidario de dos siglos: el hombre nace a la supervivencia, con el derecho a una vida mejor, y a la búsqueda de la felicidad. Hoy, la presión social sobre el individuo, la más devastadora que ha conocido la Historia, en esta gran competición en que se transforma la convivencia, no deja lugar a márgenes. El consumo, el hedonismo de masas, y la competitividad del todos contra todos, han erosionado los valores, e ignoran la búsqueda de la felicidad. La lucha de cada cual por mejorar su suerte, es una simple afirmación de subsistir en el espectáculo del éxito y del poder. En una vida triste y gris todos los valores reclaman a la supervivencia. La vida y la voluntad de ser son pura subsistencia. En la lucha por la supervivencia, los otros problemas parecen divagaciones. La vida se transforma en triste y gris. Aunque, tal vez, "más vale una amarga esperanza, que una vida triste y gris" (9).

NOTAS (1) Pier Paolo Pasolini, "Petróleo", Seix Barral, 1994. El estado muy fragmentario en que quedó la redacción de la novela, invita a ser leída sólo por los muy interesados. (2) De poca novedad, por cierto, pues no es más que un refrito y actualización de las ideas económicas del liberalismo del siglo XIX, aligeradas de su espíritu, que con frecuencia fue el de la libertad, el progreso de la comunidad y el humanismo. (3) "Manifesto di Teatro di Parola", en Pier Paolo Pasolini, "Teatro", Garzanti, 1988. (4) Jean Duflot, "Conversaciones con Pier Paolo Pasolini", Anagrama, 1971. (5) "Le cenere di Gramsci", en Pier Paolo Pasolini, "Le Poesie", Garzanti, 1975. (6) Pier Paolo Pasolini, "Escritos corsarios", Monteávila, Caracas, 1978. Son artículos periodísticos de los 70. Muy interesantes también los escritos a finales de los 60: "El caos", Grijalbo, Barcelona, 1981. (7) "Transumanar e organizzar", en "Le Poesie". (8) "Poesia in forma di rosa", en "Le Poesie". (9) "La religione del mio tempo", en "Le Poesia".

PINCELADAS DE BIBLIOGRAFIA De las biografías, recomendable la de Enzo Siciliano. Sobre el cine de Pasolini: Pier Paolo Pasolini, "Il cinema in forma di poesia", Cinemazero, Roma, 1979, selección de escritos o declaraciones del autor sobre cada film. "Cine de prosa contra cine de poesía, Pier Paolo Pasolini contra Erich Röhmer", edición de Joaquín Jordá, Anagrama, 1970. Los libros de poesía, y otras novelas del autor, existen en castellano, y algunas en catalán. Muy recomendables los artículos periodísticos, muchos de ellos con plena vigencia. Los mejores fueron en su momento recopilados en "Escritos corsarios" y "El caos".

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.