Vientos en torno a Juárez

July 6, 2017 | Autor: James Oles | Categoría: Film Studies
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Descripción

Vientos en torno aludrez Conflicto sexual y racial en la campafla publicitaria de la pelicula ludrez ( 1939) IAMES OLES

n los libros de prensa publicados y distribuidos antes de la presentaci6n de una pelicula durante la "6poca cl6sica" de Hollywood, cada estudio planteaba una serie de par6metros o seflales respecto de c6mo debia interpretarse la pelicula, no s6lo por parte de la adminis-

traci6n de cines y de resefiistas,

a

quienes se dirigia en primer lugar el libro

de prensa, sino tambidn por el priblico en general. Thles par6metros eran

afin m6s necesarios cuando la pelicula promovida trataba algunos sucesos hist6ricos especificos y complejos, que el priblico de cine estadunidense no

conocia del todo o ni siquiera parcialmente. Y si, adem6s del tema hist6rico, la pelicula tenia la intenci6n de ser una alegoria de sucesos contempor6neos, entonces las seflales debian ser mayores y m6s sonadas, para asegurar que no se perdiera el mensaje, por m6s did6ctica

y claraque fuera

la pelicula en si. Estos libros de prensa solian ser producciones lujosas, que

proporcionaban mucha informaci6n sobre antecedentes, detalles hist6ricos, relatos de inter6s humano y material fotogr6fico, con el fin de preceder

e

informar -como una procesi6n bien galardonada y con el anuncio

trompetas- sobre la llegada del gran estreno.

de

? I

a informaci6n Dresentada en tales libro, de prensa estaba destilada y

I-.1 filtrada por comerciantes y periodistas y crlticos, y al fin llegaba al consumidor estadunidense a trav6s de anuncios publicitarios y artlculos en revistas popirlares y peri6dicos locales, a tray€s de eventos publicitarios y carteles, cada uno con un contexto y un ptblico especlficos y los medios para comunicar la iniciativa de "consumir". Esta "destilaci6n" informativa puede considerarse como el iltimo paso en una larga serie de abstracciones parecidas, un proceso de relinamiento desde Ia cacofonla y la indescifrabilidad del pasado "verdadero" hasta el pequeho fragmento en que se centraba el texto y la imagen. La pellcula hi5t6rica en $( intenta reducir la riqueza de detalles hist6ricos, el paso de los aflos y la distancia geo- {

al del

grdfica del pasado hist6rico

espacio y tiempo linitos

ceso de hacer la pelicula) que est6 ausente de la pellcula en sl. Este trabaio se concentrare en una lec-

tos y anuncios promotores, por lo mlnos en parte, est6n diseiados para destacar y volyerdominante lo que e[ lector/espec.

tura de la pellcula /udrez (William Dieterle, 1939) de Warner Broth6rs a travCs

tador ya sabe. No s6lo resulta esto mes econ6mico (el lavado de cerebro total es un proceso costoso), sino tambi6n m6s

publicidad impresa en peri6dicos y revistas, diseiada por e[ estudio para promoverla. En la medida en que el prlblico espectador, antes de ver la pellcula, absorbiera aun superficial o subconscientemente esta publicidad, su lectura subsiguiente de la pelicula en si (considerando que tuvieran la tentaci6n o los fondos suficientes para verla) estarla di gidapor el estudio. Decir esto no significa queel es-

.de la

tudio determinara totaLnente, de manera estructural o mec{nica, c6mo se debla leer la pelicula. Como han seialado Tony Bennett y.otros, los lectores siempre lle-

f

Benito Juerez (Paul Muni), presidente de M6xico bajo la Constituci6n de 1857,

y Maximiliano de Hapsburgo (Brian Aherne) y su esposa Carlota (Bette Davis), enviados por Napole6n III (Claude Rains) a M€xico en 1864 en un intento

por crear un imperio controlado por Francia en America Latina. Judrez, un indio puro, finalmente triunf6 en la lucha por el control de la naci6n, pero la victoria para las "fuerzas de la democracia"

se

0

debi6 mayormente al retiro del apoyo franc€s para Maximiliano en 1867, bajo presi6n de Estados Unidos. Maximiliano fi..re luego ejecutado en M6xico, a pesar de una

"

protesta internacional, y Car-

suceso cinematogrCfico, [a pe-

llcula de dos horas. Para hacerlo, todos los responsables de crear la ilusi6n de la "ver:dadi' hist6rica deben apoyarse en textos y documentos que

eficaz, ya que s6lo refuerza los estereotipos y preconcepciones preexistentesEn los t6rminos mis concisos, Judrez trata de la oposici6n entre el reformista

tahbi€n son resrlmenes inade-

lota, que antes habla

cuados y prejuiciosos, aunque c6modos, de lo que alguna vez

pado a Francia, se volvi6 loca.

Aunque esta historia es conocida por todos los escolapios mex.icanos, Warner Brothers supuso correctamente que el priblico estadunidense necesitarla una entrada a esta historia, y la publicidad que analizar6 en las siguientes pdginas lo lo916, al reducir la

"sucedi6" (y no sucedi6). Una vezterminada la pelicula, a su vez, se reduce a un libro de prensa tamaflo folleto, diseia-

do para hacer inteligible y abordable la complejidad de la pelicula: la historia se cuenta en un par de pCrrafos, los personajes se bosquejan, el mensaje polltico se aclara y se espeiifican los diversos ingulos promovidos. Al final, cada

complejidad y el moimiento frendtico de la pellcula hist6rica a algo tangible y fijo, algo f{cilmente comprensi-

anuncio publicitario particu- ANONIMO, BEN/TO ]UANEZ, CA, 868 lar se toma del libro de prensa gan a un texto "ya formados, moldeados m6s amplio, que es la fltima destilaci6n en los terhas de formas especificas de conde detalle visual y textual en un espacio itupreso pequeflo y congelado. Aunque ciencia, por los discursos ideol6gicos que la palabra "destilaci6n" implica una p€r- han operado/ operan /. siguen operando dida gradual, cada etapa en el proceso sobre ellos antes, durante y despu€s de su antes descrito tambiln aftade a aqtello inmersi6n en el texto en cuesti6n",l 1

que reduce; un libro

o una

esca-

pelicula

hist6ricos se convierte en parte de la historia, modela nuestra visi6n de la historia, Igualmente, el libro de prensa incluye informaci6n (acerca de la vida de los actor€s, las estlategias de mercado, el pro-

Aun cuando

se considere al estudio

como una extensi6n o un aliado de un sistema polltico mayor y m6s poderoso, no puede remodelar totalmente la "conciencia" del lector/espectador, ni tampoco desearla hacerlo. Mds bien, los tex-

ble, algo que impulsara al espectador en potencia para que se enterara de toda Ia historia. Sirt embargo, estos anuncios deben considerarse no s6lo como promociones co-

merciales tentadoras, sino tambi6n como ventanas a travds de las cuales pueden enmarcarse y enfocarse esa pelicula especlfica isl como los asuntos mds amplios de gdnero, raza y politica internacional que la rodean. Un andlisis

cuidadoso de tal material publicitario, parte de lo que Bennett ha llamado los "determinantes extratextuales" que afec-

35

5 J

i 3

9

I

s

JORGE MARTINEZ DE HOYOS COMO BENITO.JUAREZ €N AQUEITOSAIiOS (fELIPE CAZALS, 1979)

tan una lectura, deberia permitirnos abordar el significado de la pelicula desde la perspectiva del lectoi/espectador de 1939, eD un intento por comprendet c6mo las actitudes estadunidenses frente a AmCrica Latina, y sobre todo Mdxico, se conformaron en la Cpoca de la preguerra.

Warner Brothers presenl6 Judrez en abril de 1939, menos de seis meses antes de la invasi6n de Alemania a Polonia y el inicio de la segunda guerra munidal en Europa, y el estudio no olvidaba el mensa)e politiio planteado por tal yuxtaposici6n. Al proclamar a lu6rez como un simbolo de los valores democrdticos de Estados Unidos, en oposici6n a las maquinaciones del totalitarismo europeo, el estudio subray6 abiertamente el paralelo; "Contra este-escenario de conflicto portenloso, de la historia ante nuestros ojos,

de grandes pueblos y su lucha por la democracia -oportuno en un mundo despedazado el dia de hoy por ese mismo

conflicto- Warner Bros, ha producido J udrel'

. Los crlticos contempordneos hi -

cieron eco de esta interpretaci6n: "Con

un entusiasmo perdonable, [Warner Bros.] ha descrito entre lineas el desafio de Benito Juiirez ante el desd€n de un liberal por el lascismo y el nazismo."2

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La pelicula tambidn tenia la intenci6n de apaciguar a los priblicos latinoamericanos hartos del uso que hacia Hollywood

de Carmen Miranda y el perezoso pe6n ensombrerado como representantes de todo un continente. Tales aperturas tenian

motivaciones tanto econ6micas como politicas. Hacia fines de la ddcada de 1930, los mercados europeos estaban ya muy amenazados por los avances fascistas, y

Holll'wood temia que los boicots lati-

Dado que Paul Muni y Bette Dayis eran las estrellas principales de la pellcula, ambos con un gran atractiyo popular y aclamaci6n critica, no es sorprendente que casi todala publicidad se estructurara en torno a los personajes de fudrez y Carlota, Forzar un complejo pasado hist6rico en el marco de una simple oposici6n hombre rs. mujer, y convertir asi el argumento de amor en la fuerza animadora de la historia, es

noamericanos de peliculas no favorables crearia una dismunuci6n desastrosa en las ganancias. Por otra parte, el gobierno estadunidense se preocupaba porque los

una convenci6n com6n del cine de

fascistas alemanes e italianos ganaran adeptos politicos en Amdrica Latina, y las peliculas cr.mo Judrez se produjeron como gestos de solidaridad hemisf6rica prodemocrdtica dentro del contexto de la politica del "buen vecino" de Rooseyelt. No obstante, la publicidad para Judrez asi como la pelicula en si, finalmente revelan una visi6n estadunidense de M6xico y del pueblo mexicano, que ir6nicamente es tan racista y elitista como las fuerzas que la pelicula intentaba derrotar retoricamente. Los anuncios publicitarios promovian no s6lo una pelicula, sino una manela de considerar el contexto social mds amplio que

personalmente al presidente mexicano, quien ha permanecido con los ej€rcit6s

rodeaba a la pelicula.

Hollywood. Sin embargo, en /adrez, asi

como en los registros hist6ricos, ni Carlota nisu marido llegan a conocer

republicanos en el norte del pais. No obstante, varios anuncios unen a Judrez con Carlota de manera que un lector descuidado pudiera suponer que eran los protagonistas de una historia amorosa. De hecho, los retratos de ambos actores/ figuras hist6ricas los muestran tranquilos, por lo general mirando en la

misma direcci6n, en una proximidad intima. Sin embargo, los textos contradicen esta unidad pldcida y niegan la imagen visualmente seductora que en principic atrajo al lector hacia el anuncio: "iJuntor

podrlan haber gobernado el mundo... 6l el fuerte, ella la ambiciosa... pero el des- . tino los puso como contrarios en un conflicto ardiente que derrib6 un trono!" El conflicto hist6rico mds amplio entre liberales y conservadores, entre el

imperiales, frlo y agudo y variable bajo la luz. Como esta corona, la personalidad de Carlota en la pelicula se transforma de altanera a vulnerable a his. t€rica a catat6nica. Por su parte, Judrez nunca cambia, nunca muestra sus emociones; es la antitesis de la esquizofrenia femenina, Carlota aparece en los anuncios como una persona de gran poder e infuencia ("1Ia mujer que gobernd a un rey!"; "en sus suaves brazos sello la rui. na de un emperador"), como un arpla 6vida de poder que empuja a su marido a un final trdgico, como una figura en competencia directa col )u6rez. No obstante, la pelicula la revela como impo-

nacionalismo mexicano y el imperialismo europeo, se reduce a la trillada lucha de los sexos. Asl, la pellcula apoya una visi6n no crltica de la historia, como algo generado, controlado e interpretado por grandes hombres y mujeres, cuyas pasiones motivan y eclipsan su contexto. Tanto Ju6rez como Carlota se convierten en simbolos abstractos, casi parodias, de la masculinidad y la feminidad, que se destacan en primer plano frente a la lucha hist6rica real. En los anuncios, aparecen como gigantes, con figuras liliputienses de soldados en combate y multitudes campesinas, an6nimas y confundidas, que hormiguean a sus pies. Los demds.t€xtos que dirigen al lec-

tor confirman esta interpretaci6n:

"1Se

alza nuevamente de las pdginas escarlatas de la historia... Ju6rez!" y "iFrente a los dlas m6s drdientes de Mixico es16... Carlota!" Asl como la pelicula en si fue creada sobre un fondo de sucesos "exuatextuales" (politicos, sociales, culturales, econ6micos), como por ejemplo la expansi6l del fascismo europeo en Ia d€cada de 1930, las figuras hist6ricas se ubicpn sobre el fondo de la historia. Asl, cada anuncio publicitario se convierte en e[ escenario en que Ia soluci6n (o intento de soluci6n) de la oposici6n y el conflicto permite al lector derivar algrin significado de un pasado extranjero, distante y confuso. De hecho, la guerra se realiza literal y figuradamente dentro de los limites precisos de los anuncios, que son textos cerrados, expresamente

limitados por fronteras tipogrdficas y conceptuales. En un nivel literal, aparecen soldados mexicanos y franceses entremezclados en el combate; apenas se distinguen las espadas alzadas y los ca-

ballos engallados que insinfan la excitaci6n dram6tica de las escenas de batalla que se presentan en la pellcula.

De manera mds figurada, el anuncio

.

tambien se presenta como un escenario para el conflicto entre JuArez y Carlota, entre masculino y femenino, entre indio yeuropeo, entre democracia y dictadura. . Si bign.estas "batallas" u oposiciones se revelan m6s sutilmente, no obstante son

tente en 0ltima instancia: Carlota no puede concebir hijos, s6lo puede actuar a trayds de su marido (es emperatriz s6lo porque su marido es emperador) y, hacia el final de la pelicula, ni siquiera puede mantener su propia cordura. Es como si la Carlota ambiciosa fuese un punto de contraste para Ju6rez, solo para animar el tema de las batallas en la publicidad, y tambidn en la pelicul4; al final, puede reducirsele con facilidad a la mujer hist6rica y, por lo tanto, sin ningrln significado en el gran esquema del

fundamentales para comprender la im-

portancia del texto publicitario como una entrada a la pellcula en si, A trav6s de las oposiciones binarias creadas por la publicidad, el espectador recibe algfn significado, alguna informaci6n tentadora que lo inducira realmente a ir a yer la pelicula. En el conflicto de g6neros que se en' cuentra en los anuncios, ]u6rez aparece como Ia encarnaci6n de li fuerza y el estoicismo masculinos, y su fdlico sombrero de copa negro no s6lo Io relaciona con su contraparte estadunidense, Abraham Lincoln, sino que sirve como recordatorio de su cardcter recto y serio. Esta imagen es apoyada por la pelicula, en que Judrez permenece calmado, severo, paciente: confiado en que triunfardn las virtudes democrdticas que representa. Judrez es el controlador, el

dirigente del pueblo, el creador de Ia historiai esta imgen se confirma en la pelicula no s6[o por el papel central de Juarez, sino tambi€n en las

mfltiples

tiempo hist6rico. La mujer debe hacerse un lado, porque su capricho y su ambies una amenaza al movimiento ordenado y progresivo de la historia. Adem6s del binarismo gen€rico de la campafra publicitaria, los anuncios crean una segunda oposici6n m6s sutil basada en la diferencia racial, mds que sexual. La "indianidad" de Iu6rez se manihesta en los anuncios a trav6s del abundante maquillaje de Muni, una mdscara silenciosa que transform6 el rostro europeo del actor en el de un indio. (Aqui, ir6nia

ci6n

'

camente, la ficci6n imita a li vida, aunque al rev€s: Porfirio Diaz ocuhaba su complexi6n india con cada vez ma-

es-

yores cantidades de maquillaje blanco a

cenas en que se le muestra como el au-

medida que fue envejeciendo.) Aunque Ju6rez es el h6roe de la pelicula, es llamado el "indiecito feo" no s6lo en el libro de prensa, sino por su propio personaje, por,Paul Muni en el papel de fu6rez: "Es cierto que so), un indio pobre y feo, para oponerme a alguien como Maximiliano", le dice a su rebelde vicepresidente Alejandro Uradi (per-

tor (y no.s6lo signatario, como Maximiliano) de documentos hist6ricos. El

menrrf..s sencillo:

el hombre activamente hace la historia. Carlota, a primera vista, se presenta como una emperatriz selena y hermosa -"Provenia de reyes... orgullosa, ambiciosa"- pero con un filo peligroso. En lugar del sombrero de copa de su opositor, lleva una tiara, simbolo resplandeciente y precioso de sus pretensiones

sonaje ficticio actuado por IosePh Calleia). La ropa negra de iu6rez refuerza la importancia de su piel oscura en la

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creaci6n de la diferencia; su oscuro

En primer lugar, Maxirniliano distorsiona la llnea artificial entre lo masculino y lo femenino, dado que es retatado en la

sombrero de copa tambi6n es amenazador: se supone que el indio debe usar el sombrero de palma tlpico, no el slmbolo poderoso del artist6crata o el capitalista. Sin embargo, Ios atributos de raza no se limitan al maquillaje, el gui6n y el vestuario. La publicidad y el texto del libro de prensa iban mds all6; y utilizaban los estereotipos racistas de los lectores al informarles, por ejemplo, que lu6rez "surgi6 de la tierra, salvafe,

pellcula como el hombre afeminado y sensible, entregado al sistema del poder pero, en fltima instancia, incapaz de controlar o dirigir la historia. Visualmente, Maximiliano se presenta como un principe guapo y elegante de cuento de hadas,

prdocupado por los ornamentos de su o{icina imperial. Al principio de la peItcula un modisto le prueba una capa real, bordeada de armiio; no s6lo se pone fastidioso por el modelo, que deberiaajustarse a las reglas rlgidas de la moda de la corte, sino que se queja de peso excesivo de la prenda. Y m6s adelante, un informador le dice a Ju{rez que "cuatro veces por dla Maximiliano se cambia de ropa, hasta la piel", Los cuidados rizos rubios de su cabello y barba reafirman su aura de

primitivo..." Carlota, como dice un anuncio, "provenia de reyes". Tiene sangre real, es elegante y hermosa, antltesis del indio feo. Es la mujer blanca tralda a las colonids por el colonizador; su pureza racial debe defenderse a toda costa. A lo largo de su historia, Mdxico ha sido un pa(s obsesionado por el mestizaje racial y, desde la llegada de los espaioles, las clases altas tradicionalmente han defendido su linaje europeo no adulterado. Aunque la Revoluci6n de 19l0 estaba llena de la re-

delicadeza y elegancia.

Carlota sobre Maximiliano, desde luego, es parte del sistema de estrellato de Holll.wood; Paul Muni y Bette Davis eran atracciones taquilleras, mientras que Brian Aheme (como Mdximiliano) no lo era. Pero, dado que la selecci6n de actores no estaba predeterminada, queda claro que el estudio plane6 desde un

Este afeminamiento, esta falta de autoridad masculina, tambi€n se extiende al n6cleo de la postura polltica de Maximiliano en M6xico; es emperador y padre de M6xico s6lo de nombre, puesto que ha alcanzado esa posici6n no por su propia fuerza y autoridad (como fudrez), sino m6s bien por las maquinaciones de Na-

Sobre todo para el pfblico estadunidense, la proximidad intima de Carlota

principio que ]u6rez y Carlota, como

pole6n y Carlota. Maximiliano nunca controla realmente su situaci6n: es el tl-

con Ju6rez en la publicidad hace surgir el espectro del mestizaje: estos dos deben

posici6n preferencial, y que Madmi-

t6rica del indigenismo,la incorporaci6n politica y cultural de la mayoria de indios mexicanos en la corriente dominante fue un proceso lento y con frecuencia enfrentado a mucha resistencia.

gcuparse porque no deben unirse, no deben procrear. Cuando en la pelicula Maximiliano propone a su mujer que adopten un niffo mexicano como heredero al trono, al principio a ella le disgusta la sugerencia, y s6lo con el tiempo se va haciendo a la idea. Carlota simboliza la postura despegada del colo-

nizador europeo que menosprecia la colonia desde una perspectiva distante, atrnque romentica. Pero, si bien Ios anuncios publicitarios se generan a partir de oposiciones binarias de g6nero y raza, hay un tercero que es conspicuo en su ausencia relativa

de la escena publicitaria, una lercera fuerza que quiebra la oposici6n simplista

de masculino vs. femenino, indio vs. blanco y demdcrata vs. imperialista/ monarquista. Maximiliano aparece en todos los anuncios ptablicitarios de la pellcula, pero como personaje subsidiario, casi siempre como una part€ indistinta de la escenografia. Privilegiar a

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personajes de la pellcula, recibieran esta

liano quedara oculto. Los anuncios desvlan al legtor/espectador de Maximiliano, porque su personaje en la pelicula no participa equi-

tatiYamente en las oposiciones ya descritas que se "imponen" sobre el lector. El binarismo de la campaia publici-

taria foe disefrado como una reducci6n seductora (y sexualizada) del pasado

hist6rico complejo que inspir6 Judrez, una seducci6n que atrajo al lector hasta la sala cinematogrdfica y lo convitti6 en espectador. Dado que, de hecho, Maximiliano amenaz4 la seguridad y claridad de las {iferencias basadas en g6nero y raza presentadas dentro del contexto/ contenido de los anuncios, debe quedar excluido de ellos. Como veremcis, el personaje de Maximiliano es como una sustancia vol6til que, al agregaise a la con-

cenlraci6n destilada de los anuncios, provoca que se expandan sus oposiciones rlgidas y fijas, aumentando el "significado" consolador que inicialmente proporcionaban al lector.

tere no s6lo de Napole6n IlI, quien le ha hecho creer que el pueblo mexicano ha pedido que €l lo gobierne, sino tambi6n de su mujer. Porque Carlota lleya los pantalones en esta relaci6n; acepta haberlo

convencido de venir a M6xico n cuando los franceses empiezan a evacuar sus fuerzas ilel pais, es Carlota quien va a Francia a enfrentarse directamente a Napole6n. Esta falta de autoridad se reitera cuando el espectador se da cuenta de que Maximiliano no es el autor de los documentos, sino que pasivamente los firma cuando se los ponen enfrente, inclucive el

infame Decreto Negro. Hasta queda la duda de si es Maximiliano, y no su mujer, el responsabld de la falta de un heredero natural. Porque asi como Maximiliano no es el verdadero padre de M€xico, tam-

poco es el padre biol6gico de su hijo adoptivo, Agustln. Como macho im!'o-, tente, como emperador feminizado, Maximiliano complica la situaci6n presentada en la campaffa publicitaria al revelar que la historia no puede reducirse s6lo a un binarismo sexual, que la historia no es

s6lo el producto de la oposi- p

ci6n entre lo masculino y

lo

femenino.

tg

En la pellcula, Maximiliano fr tambi6n desaffa la divisi6n ra-

I

cial estricta entre el indio y el 5 europeo blanco que se presenta en la publicidad. Si bien

!I

€l es europeo, portador del nombre de la casa real de Austria, muestra una simpatla di recta por la condici6n de los mexicanos pobres, pmnes, mes-

tims

e indios, que conforman la vasta mayoria de la poblaci6n del pals. Maximiliano se

niega a rescindir la ley de la reforma agiaria de Judrea muy a

pesar de las fuerzas conservadoras que impulsaron a Napole6n a enviar a este emperador pam restaurar su sistema feudal anterior. En otra escena,

Maximiliano designa al general

Tom6s Meila (William Wilkerson) como cornandante en jefe del Ej€rcito Imperial Mexicano. Cuando Mejia, un indio, protesta.porque no 'merece" el honor (dando voz a los sentimientos de Ios otros generales blancos que esten presentes), Maximiliano insiste: Maximiliaflot ,Que ticn,e qne vef ltestra raza con vuestla capacidad para tomar el mando, general Me.ila?

Mejla Todo, westra majestad imperial... Maxifiilianq, Dado gue *is de noble linaje azteca, sin duda westra herencia de salgre es la m{s antigua en esta sala.., Es nuestra Yoluntad que asumiis el puesto...

ANONIMO,

ET

Al tomar partido por el indio, amenaza el dominio politico, econ6mico y social, ar-

Podia esperarse que lu6rez, como indio, defendiera a Ios indios (aunque los datos hist6ricos comprueban que no lo hizo);

tificial que

que cada equipo conoce a sus propios integrantes. Sin embargo, Maximiliano es un Hapsburgo, descendiente de Carlos V, el monarca espaiol que presidi6 sobre la conquista de las Am€ricas en el siglo xvr.

Ios conquistadores espaioles

blancos han mantenido sobre M6xico. Maimiliano tambidn destruye las ba-

tal posici6n podria no haber sido politicamente aceptable para los conserva-

dores, pero habrla sido comprensible dentro del marco de conflicto racial en

PPESIDENIE, CA, 1818,1859

fferas entre nativo y iblonizador, entre

'

mexicano y europeo, en su adopci6n de Agustin de Iturbide, nieto del emperador Iturbide, que habia ftacasado en su intento de establecer una dinastia gobernante en M€xico en la ddcada de 1820. El nifro

(MickyKuhn)que

act6a ese personaie en la

pellcula tambi6n lleva maquillaje moreno

para reforzar su otredad racial, aun cuando

Iturbide fuese de ascendencia europea. Asi, Maximiliano amenaza la hegemonia europea blanca al introducir a un hijo de "buena sangre mexicana" como su heredero; no es

s6lo una afrenta a Carlota, sino tambi€n a la divisi6n reconfortante entre indio y blanco

que se presenta en la publicidad. Al pro-

ducir un heredero que, literal o figuradamente, es un mestizo, Maximiliano se revela como incapaz de mantener separadas Ias razas,

como incapaz de mantener claras

las razones para tal separaci6n.

39

3

8

z q e

JoRGE MARTINEz DE

Hoyos y

JULIAN PASToR EN AQUET.oS

En 1939, las potencias internacionales se estaban instalando en un binarismo

politico rigido, y los palses debian ligarse o con las fuerzas del fascismo o con las de la democracia. Por lo tanto, no debe sorprender que la tampafla publicitaria de una pelicula, que tenla la intenci6n en parte de ser una alegoria de la situaci6n politica contempordnea, acentuara la oposici6n polat y excluyera las complicaciones de un tercer "otril" amenazador que se negara a participar en Ia lucha simplificada por un sentido. En un aspecto, puede leerse a Maximiliano como el ariano alto y rubio, como el mediador fascista entre capital y trabajo. De hecho, en la pelicula queda claro que Maximi-

liano intenta unir a las dlites consewadoras y los trabjadores sin tierra en la economia mexicana precapitalista, tratando de combinar la seguridady tradici6n de la monarquia con beneficios y derechos socialistas para la clase trabajadora. Este compromiso es seductor, y hasta los aliados de Ju{rez llegan a creer en Ia posici6n mediadora de Maximiliano; sin embargo,

40

A/ios

(FELIPE CAzALs, 1979)

Ju6rez les recuerda que Ia democracia, el

derecho de gobernalse a uno mismo, se pierde en ese sistema totalitario, aunque ostensiblemente bendyolo.

Pero Maximilianodebe considerarse m6s que s6lo una presencia fascista

vilifi-

cada que el mundo apenas empezaba a temer. No se le permiti6 participar en el

juego dentro de la escena publicitaria porque presentaba una amenaza a los preconceptos estadunidenes sobre raza y gdnero, en 1939, tal amenaza se acercaba mds al coraz6n de la autoimagen y la autoidentidad del espectador de la pellcula que Hitler o Mussolini. El personaie de Maximiliano, modelado a partir de un pasado hist6rico, desafiaba por completo Ia separaci6n rigida entre hombre y mu-

jer, nativo y extranjero, bueno y malo, En 1939, la gente necesitaba saber lo que estaba bien y lo que estaba mal, para moviIizarse ante el desafio fascista a la democracia, asi como los desafios sexuales y raciales en sus hogares y sus ciudades, La

publicidad sobre Judrez facilitaba esta brisqueda de la verdad y el sentido, de res-

puestas a preguntas constantes respecto de c6mo comportarse en las situaciones

gen6ricas, raciales o politicas a las que uno se enfrentara. Tentaba al lector con significados fdcilrnente obtenidos, y luego lo mandaban al cine donde empezaba realmente e[ desaffo de la lectura. ( Notas: Para mis informaci6n sobre esta pellcula, Paul f , Vanderwood, ,Illr€2, Wisco$in/ War'

f

ner Brothe$ Screenplay Series, Madison, University of Wisconsin Press, 1983; y Emilio Garcla Rieta, MCxico yisto Por el cine ertratier4 tomo I, EraruDiversidad de Guadalajara, Mexico, 1987, pp. 235-243. El libro de prensa de Judrez asi como el archivo y libro de recuerdgs personales de Paul Muni, est6n en la colecci6n de la biblioteca pdblica de Nueva York en Lincoln Center. I "Text and History", en Re-ReadingEnglish,

P, Widdowson, ed. Londres, Mathuen, 1982, 2

Frank

'

p.233. S,

Nugent, "Reriew of Judre?,

et

The

Ncrl, York Times,26 de rbll.l de 1939,p. 27.

a-$ Tnducci6fl: MoNlca MANsouR

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