Vida e Historia de los objetos: Crátera de campana de figuras rojas procedente de Ática

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VIDA E HISTORIA DE LOS OBJETOS (PAC2) Metodologías cualitativas para la interpretación histórica (profesor Joan Oller Guzmán) 30/11/2014 Cristina Marcos Sánchez

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Índice Introducción............................................................................................................. 4 1. El contexto: poblado de Ullastret......................................................................... 5-6 1.1. El Puig de Sant Andreu.......................................................................... 6-7 1.2.Características del periodo Ibérico Pleno en Ullastret (450-200 a.C.)........................................................................... 7-8 2. Objeto a analizar: crátera de campana de figuras rojas procedente de Ática......................................................................................... 8-9 2.1. Cerámica importada desde Ática: Emporion como difusora de los productos................................................... 9-10 2.2. Funcionalidad de la pieza que se analiza en el contexto ibérico.................................................................. 10-12 3. Las diferentes edades de la pieza......................................................................... 12-13 Conclusiones finales................................................................................................ 14 Referencias bibliográficas....................................................................................... 14-15 Anexos..................................................................................................................... 16-17

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Introducción La observación de la cultura material proporciona una documentación alternativa que sirve para completar o contradecir aquellos puntos obtenidos a través de otras fuentes (Carreras; Nadal, 2002-2003, p. 67). Se parte de la base de que si se aplican métodos cualitativos a la documentación prioritaria de la arqueología, es posible construir una hipótesis sólida con el fin de configurar la biografía o vida de, por ejemplo, una cerámica. Como apuntaba Appadurai, "focusing on the things that are exchanged, rather than simply on the forms or functions of exchange, makes it possible to argue that what creates the link between exchange and value is politics, construed broadly" (1998, p. 3). Esta actividad se centrará exclusivamente en el análisis de la crátera de campana ática de figuras rojas del periodo Ibérico Pleno hallada en el poblado de Ullastret desde una perspectiva cualitativa. Se pretende analizar sus diferentes etapas, desde que fue fabricada en Grecia hasta el momento en el que el objeto fue registrado y musealizado. En pocas palabras, el principal objetivo es descubrir qué función social tuvo y reconstruir la evolución temporal y espacial de este material para intentar comprender cuál fue su función concreta dentro del marco de la sociedad ibérica que habitaba Ullastret 1. Por tanto, a partir de la bibliografía consultada y propiciada para la actividad, se intentará responder a algunas de las preguntas propuestas por Kopitoff y reseñadas por Carreras y Nadal, esenciales para analizar correctamente la importancia social de la crátera desde una metodología alternativa a la cuantitativa. En definitiva, este caso de estudio requiere comprender por qué un material tan lejano pudo llegar a estar entre las manos de algún indiketa del Bajo Ampurdán y, también, por qué esta cerámica de importación fue elegida para musealizarse y exhibirse a un público contemporáneo. Así pues, la cuestión planteada para esta actividad podría ser la siguiente: ¿Qué puede indicar una crátera de campana de figuras rojas hallada en una de las habitaciones del poblado de Ullastret acerca de su producción en Grecia, de la comunidad ibérica de la zona y la sociedad actual que la considera adecuada para formar parte de un museo?

1 (Oller, 2014, p. 5). Para la realización de este apartado se ha partido del ejemplo propiciado por el profesor de la asignatura: "La biografia dels objectes: elements de luxe en el món ceretà. Cas d'estudi 4".

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1. El contexto: poblado de Ullastret Antes de comenzar a analizar el caso de cultura material elegido, conviene comprender el marco histórico del poblado ibérico situado a seis kilómetros de la Bisbal y el contexto del entorno arqueológico en el cual se documenta la crátera de campana. Como se ha trabajado en el módulo de la actividad, también incluye un contexto social, económico y cultural, los cuales son necesarios entender para poder plantear una hipótesis biográfica de lo más aproximada posible a la realidad. De todas formas, el estudio se ve limitado ya que son varios los datos concluyentes que no se han podido considerar. Por ello, la falta de éstos conlleva a reflexionar acerca de los indicativos verídicos asociados a la cerámica: su procedencia -Ática-, su yacimiento -el poblado de Ullastret-, la tipología del objeto -crátera de campana y decoración de figuras rojas- y, por último su registro o musealización actual -Museu d'Arqueologia de Catalunya (MAC)-. Esta crátera fue hallada en una de las habitaciones del poblado a analizar. El oppidum amurallado del Puig de Sant Andreu de Ullastret forma parte de un conjunto arqueológico de época ibérica del cual se han excavado dos poblados: efectivamente, el citado, y el de la Illa d'en Reixac; la necrópolis de Puig de Serra en Serra de Daró también ha sido excavada, pero como en el enunciado no se señala un contexto funerario, se desestimará la posibilidad de que el objeto fuese hallado en alguna tumba. No obstante, con el propósito de recrear una vida plausible vinculada al objeto, se harán referencias comparativas de otras necrópolis ibéricas del sur de la Península Ibérica en las cuales este tipo de cerámica ejerció una connotación ultratumba. El poblado de Puig de Sant Andreu, de unas 9-12 ha de ocupación en el momento de su máxima expansión, es conocido desde los años treinta y se va a comenzar a excavar hacia el año 1947. Sin embargo, el poblado de la Illa d'en Reixac, de una extensión menor -5ha-, fue descubierto en la década de los sesenta y se sitúa a unos 400 metros del noreste del extremo norte de Puig de Sant Andreu. El hallazgo de la necrópolis corresponde a la década de los ochenta; se data a partir de la primera mitad del siglo V a.C., pero es importante señalar que anteriormente a la fecha señalada, este territorio había sido ocupado como hábitat con la finalidad de vigilancia u otros usos 2. Los últimos estudios realizados indican que los dos poblados ibéricos coetáneos de Ullastret 2 Indicaciones extraídas de la conferencia impartida el pasado año de Gabriel de Prado -responsable del equipo de MAC Ullastret- en la asignatura de Cultura Ibérica en la Universitat de Barcelona.

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configuraron una sola comunidad. Aunque en ambos se han registrado evidencias de la primera Edad del Hierro -segunda mitad del siglo VII a.C.-siglo VI a.C., en este trabajo se profundizará en el periodo de Ibérico Pleno, 450-200 a.C., ya que este es el margen temporal que corresponde al material que se ha decidido estudiar. A falta del dato de la ubicación del hallazgo 3, es conveniente cerciorarse de que "a finales del siglo V a.C., en El Puig de Sant Andreu (zona 9) existían unas estancias, que suponen la tercera parte de una casa, que se identificaron como un amplio comedor de lujo (22 x 5 metros) en el que destacan dos soportes de columna para apoyar la cubierta; tienen un banco corrido adosado a uno de los muros y una cocina con un hogar relativamente grande (1 x 1,2 metros) arrimado a la pared del fondo, comunicada con un patio a cielo abierto con un horno y aparejos de presca colgados de las paredes. El conjunto indicado pertenece a una casa muy extensa que proporcionó una gran cantidad de vajilla ática, lo cual significa que se trata de la primera mansión aristocrática ibérica conocida provista de un salón de banquetes que la sitúa en el primer nivel de prestigio social del oppidum, escenario de convites destinados a la afirmación de una elite, servidos con orientación de un ajuar importado (Aranegui, 2013, p. 92). Esta apreciación puede servir como punto de partida para el caso que se trata en el presente trabajo. En consecuencia, se cree importante profundizar en el estudio, por tanto, del poblado de Puig de Sant Andreu por varios motivos: 1) la bibliografía indica una gran presencia de cerámica procedente de Ática; 2) la bibliografía no es tan extensa respecto a la cerámica ática en el poblado de Illa d'en Reixac; 3) como se ha comentado, se excluye el contexto funerario; y 4) la intuición en el estudio es útil en arqueología, a pesar de que no siempre las valoraciones del investigador sean únicas e irrefutables. Los riesgos son patentes en la averiguación, por este motivo, se intentará construir un análisis riguroso en todos los puntos que se desglosen en el desarrollo de la actividad. 1.1. El Puig de Sant Andreu Este poblado es el mayor registrado en la geografía catalana, así que se cataloga como capital de la tribu indiketa. El estudio del recinto se inauguró con las intervenciones arqueológicas de la primera campaña de Miguel Oliva (1947-1975). Aunque, "el mayor avance en el estudio del 3 Más adelante se comunicará la aportación del Dr. Francesc Gracia, profesor de la asignatura Cultura Ibérica en la Universitat de Barcelona. Es preferible hacerlo de esta manera para poder tratar con hipótesis variadas y por último, escoger o decantarse por la más sólida.

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sistema territorial proviene de la prospección sistemática desarrollada por un equipo mixto del MAC-Ullastret y la Universidad de Pau" (Gracia, 2009, p. 223). El oppidum se sitúa sobre un cerro aproximadamente triangular en el que el primer poblado fue un asentamiento de finales del siglo VII a.C. Este primer recinto estaba protegido por un sistema de defensa variado tal como insinúan la muralla, escaleras y las torres de planta circular. En el siglo V a.C., se dio una ampliación del recinto y reconstrucciones parciales en torno a la muralla. En el interior de poblado se observa una evolución, sobre todo porque para salvar los fuertes desniveles del terreno se construyeron los muros que sirvieron como soporte de las tres terrazas en las que se edificaron las casas, algunas de ellas pertenecientes a las familias aristocráticas. Esto significa que la sociedad estaba bien estructurada y probablemente permitía la realización de obras comunitarias. La aparición mencionada de casas muy grandes con ricos ajuares domésticos en su interior, evidencia la estructuración jerárquica del poblado en el que unos pocos ejercerían el poder y, el resto de población se dedicaría a las actividades agropecuarias adaptadas al carácter abrupto de la montaña. Una vez situados en el territorio, es imprescindible ubicarse en el espacio temporal que, como se viene diciendo, corresponde al periodo del Ibérico Pleno. 1.2. Características del periodo Ibérico Pleno en Ullastret (450-200 a.C.) Mientras que el periodo Preibérico (650-550 a.C.) se caracteriza por la fundación de la colonia de Emporion en el territorio y su posterior desarrollo e influencia en la primera mitad del siglo VI y en el periodo Ibérico Antiguo (550-450 a.C.), el Ibérico Pleno -desde el 450 a.C hasta la aparición de la presencia romana desde el 218 a.C.- se define como una época de crecimiento demográfico importante. "Tras la expansión que experimenta el Puig de Sant Andreu entre finales del siglo V y principio del siglo IV a.C., pasando de una superficie de 3 ha a casi 12 según los últimos cómputos, se produce también una clara multiplicación de los asentamientos rurales situados en un radio de entre 2,5 y 3 km del núcleo principal que actuaría como la capitalidad de una estructura fuertemente jerarquizada o preestatal, cuyas directrices de explotación intensiva del territorio para atender a la demanda de intercambios con los centros coloniales costeros provoca la ocupación efectiva del territorio circundante" (Gracia, 2009, pp. 223-224). La intensificación de las relaciones comerciales con pueblos coloniales griegos como Emporion o Rhode se presupone a partir de los hallazgos de diversos objetos en el poblado ibérico -ahora helenizado-, especialmente cerámicos, procedentes de diversas zonas del Mediterráneo. 7

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Debido a lo que se comentará a continuación, conviene subrayar que en este periodo se dieron varios cambios respecto a la cerámica que los indiketas manejaban: por una parte, se sustituyó la cerámica ibérica pintada típica por la decorada con pintura blanca que se venía fabricando desde la segunda mitad del siglo V a.C; y, por otra, se produjo una nueva cerámica denominada como "de la costa catalana" que en Ullastret fue presente desde inicios del siglo IV a.C. El periodo llega a su fin con el enfrentamiento entre romanos y cartagineses en las Guerras Púnicas una vez Publio Cornelio Escipión decidió desembarcar en Emporion y enfrentarse al cartaginés Aníbal y a su ejército. 2. Objeto a analizar: crátera de campana de figuras rojas procedente de Ática Una vez visto el contexto, el siguiente paso es el de analizar el objeto recuperado de una excavación, en este caso el de la crátera de campana de figuras rojas de procedencia griega/ática, un contenedor de líquidos como el vino con agua 4. La cara externa de la crátera -la única visible en la imagen-, presenta la siguiente iconografía: en el borde se observa una franja de hojas de laurel a la izquierda, tal como sucede en el caso de la crátera de campana de la necrópolis de Tútugi -Huescar, Granada- (Fig. 1). En cuanto a la escena que se representa, aparecen tres jóvenes cubiertos de mantos, uno de ellos con una especie de bastón relacionado con otras escenas halladas en la costa levantina y sur peninsular de las cráteras acampanadas de figuras rojas de Ática (Fig. 2). A falta del estrígilo con el que se han representado varias figuras, se descarta que los tres jóvenes representen a tres jóvenes atletas ya que sus cuerpos ni siquiera aparecen desnudos y no se observa ningún recipiente que pudiera indicar la presencia del óleo con el que se empapaban el cuerpo. Es más, ni siquiera parece una escena de baño. No obstante, a primera vista, teniendo en cuenta la sensación que la imagen da, parece simbolizarse un "encuentro" o "charla" entre tres hombres5. El modelo iconográfico de estos tres personajes no tiene interpretación sociológica más allá de representar una escena de la vida cotidiana.

4 En el Sur de la Península Ibérica se han hallado multitud de cráteras de campana de figuras rojas procedentes de Ática en contextos funerarios como contenedores de los restos de una incineración. Mientras que en la zona catalana su utilización parece destinada a la celebración de banquetes, en el sur se presenta como parte del ajuar funerario de los miembros de las élites de los poblados. 5 La arqueología fenomenológica se guía por las sensaciones que un objeto material puede provocar en quien lo analiza. En el presente trabajo se recurre a una primera impresión y, por tanto, intuición, con el fin de configurar la hipótesis sólida que se pretende desenlazar en el último apartado de la actividad.

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Como ya se ha señalado, se presupone que este objeto fue hallado en una de las habitaciones de las casas aristocráticas de las que se ha hablado. La gran demanda de determinados vasos en el mundo ibérico probablemente tuvo su influencia en algunos de los talleres atenienses que, ya en el siglo IV a.C., existieron alferes que importaban sus productos exclusivamente al área ibérica. Su apropiación por parte del individuo íbero fue tan importante que muchos alfares de la Península intentaron imitar la cerámica griega. A continuación, se intentará responder al por qué de su demanda y a su funcionalidad en Ullastret, pero antes de ello, no está de más recordar de nuevo que los planteamientos de este trabajo son fruto de la hipótesis que se desarrolla. 2.1. Cerámica importada desde Ática: Emporion como difusora de los productos En resumidas cuentas, "durante más de cuatro siglos la cerámica fabricada en Grecia, formalmente admirable, se convirtió en objeto de lujo necesario y llegó a integrarse en el mundo ibérico hasta el punto que se hicieron determinantes para la propia producción del sistema ibérico" (Sánchez, 2012, pp. 56-57). Como comenta Carmen Sánchez, a finales del siglo VII a.C. se produjo una importante llegada de importaciones de vasos de lujo traídas por comerciantes griegos, foceos, tal vez samios u otros griegos orientales que se concentraron alrededor del área de Tartessos (Sánchez, 2012, p.57). Aunque no se volvió a intercambiar e importar vasos de tal calidad, lo cierto es que Emporion ejerció un papel importante en el comercio de la cerámica de esta procedencia. "A finales del siglo VI a.C. y sobre todo, en el siglo V a.C., los vasos del comercio emporitano (copas de figuras rojas del pintor de Marlay, copas decoradas con lechuzas, copas-escifo de figuras negras tardías, kantharoi de Saint Valentin, etc.) llegan hasta el sur perninsular distribuyéndose por el área mediterránea y por el sureste peninsular y llegando al interior hasta zonas de la meseta" (Sánchez, 2012, p. 59). Atenas perdió sus mercados italianos, así que buscó nuevas áreas para expandir su producción. En la primera mitad del siglo V a.C. Massalia sufrió una retracción económicocomercial que afectó a toda el área que ella abastecía durante el siglo anterior, a excepción de Emporion; mientras Massalia disminujo de forma clara sus importaciones áticas, Emporion recibió series importantes de esta procedencia (Pujol, 1984-1985, p. 38). Al igual que en la zona catalana, en la Alta Andalucía también se produjo una gran concentración de importaciones áticas desde finales del siglo V a.C. y durante la primera mitad del IV a.C., especialmente de las cráteras y copas 9

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figuradas. Esta época de también se reflejó en la acuñación de moneda propia de la colonia ampuritana. Además, "se han reconocido hasta 17 pintores de vasos áticos de figuras rojas presentes a la vez en Aleria y en Emporion (Brygos, escuela de Douris, Makron, el pintor de Euaion, el pintor de Penthesilea y seis discípulos de su taller, el pintor de splanchnoptès, el pintor de Veyes, el pintor de las Bodas, el pintor de Bruselas R 330, el pintor de Curtius, el de Heidelberg 211, el pintor de Koropi, el pintor de Eretria, el pintor de Calliope y el pintor de Disney" (Pujol, 1984-1985, p. 39). En esta misma línea, cabe remarcar que las primeras producciones de figuras rojas que llegaron a Emporion tienen una datación de finales del siglo VI a.C. (copas) y entre el 475-375 a.C. (resto de formas). En referencia al poblado, "en Ullastret, el floruit de la cerámica de figuras rojas se dio entre el 430 y 350 siendo las formas más usuales el skyphos, la crátera campana, la copa con asa y el kantharos de Saint-Valentin, representando el 29 % de las piezas áticas del yacimiento entre el 450 y el 380 a.C., y el 43 % de los fragmentos áticos del yacimiento entre 450 y 350 a.C" (Pujol, 1984-1985, p. 43). Más abundante que la crátera de columnas fue la crátera de campana, forma más usual en la cerámica ática del siglo IV, "si bien 14 de los ejemplares catalogados en Ullastret son de la segunda mitad del V y el resto de la primera mitad del IV a.C." (Pujol, 1984-1985, 43). Estos testimonios materiales ilustran bien el papel difusor importante de Emporion en el siglo V a.C., que se benefició del retroceso de Massalia. "Ullastret en el Empordà y La monedière en el Languedoc Occidental pudieron ser núcleos importantes o cabezas de puente para la redistribución de estas mercancías" (Pujol, 1984-1985, 57), de aquí que se explique la presencia de crátera acampanada en yacimientos del sur de la Península del siglo IV a.C.; aunque algunos estudios indican que la cerámica griega que aparece en zona andaluza podría deberse a la actividad de los navegantes púnicos que la redistribuyeron. En conclusión, a rasgos generales, la crátera de campana de figuras rojas que se analiza, parece haber sido importada a Emporion desde Ática. Ullastret, debido a su estatus de capital de los indiketas y a la proximidad respecto a la colonia griega, mantuvo con esta última una relación comercial de intercambio en la que se vieron interesadas las élites del poblado. 2.2. Funcionalidad de la pieza que se analiza en el contexto ibérico Los últimos estudios contradicen lo que se había establecido hasta la actualidad, y es que los 10

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indígenas se mostraron ajenos al mensaje religioso, ritual o cultural que se quiso representar. Algunos autores abordan el problema de la posible asimilación indígena de los temas representados en la cerámica griega. De todas formas, de la misma manera que se expresa esta novedad, es esencial comunicar que la mayoría de casos -posiblemente también el escogido-, el indígena compraba este tipo de piezas por prestigio, ya que la cerámica importada otorgaba "el contacto continuo con el mundo mitológico griego, en especial aquellas escenas de fácil interpretación como las relacionadas con el mundo báquico que llevaban a una simbiosis cultural con las creencias de los mismos indígenas" (Pujol, 1984-1985, p. 66). Todo apunta que esta crátera fue utilizada en los banquetes acordados por las élites indígenas mediante los cuales utilizaban la alimentación como agente de diferenciación social. Dando por hecho que la cerámica fue apropiada gracias al intercambio comercial en Emporion, se cree que quien pudo adquirir esta pieza tuvo que ser miembro de la aristocracia del polablado del Bajo Ampurdán. De esta forma, los materiales de lujo -la pieza que se estudia- importados, son símbolos de poder de un estamento social concreto que tiene como suministro especial la bebida alcohólica, siendo la cerveza y el vino las principales para el Viejo Mundo (Flores, 2014, p. 57). Según el Dr. Francesc Gracia Alonso6, la pieza pertenece a un conjunto de vajilla de lujo documentada en las excavaciones del Profesor Maluquer de Motes en el área de los cortes centrales, cerca de la muralla Frigoleta. Dentro de una vivienda de grandes dimensiones multicompartimentada, en la estancia principal, se encontró un conjunto de cílicas -posiblemente del pintor Marlay- y cráteras relacionadas con la práctica del symposium. Por esta razón, se reafirma la funcionalidad que este objeto pudo llegar a tener: si bien puede considerarse al vino como un bien de prestigio, éste era escaso y muy codiciado por las élites íberas, solo algunos lograban acceder a uno de calidad, mientras que los "otros" solo bebían vinos de bajo nivel, falsos vinos o solo cerveza; si bien pudo influenciar en ciertos hábitos y crear nuevas necesidades de la élite, no llegó a convertirse en una nueva forma de mesa, como hubiera significado la implantación del banquete griego, pero sí ayudó a una mayor desiguadad social, con una élite local que construyó un discurso orientalizado para sustentar su poder (Flores, 2014, p. 63). Aún así, además de este enfoque, resulta importante considerar la funcionalidad funeraria 6 Catedrático de Prehistoria y director de GRAP (Grup de Recerca en Arqueologia Protohistòrica). Profesor de la asignatura de Cultura Ibérica en la UB a la que pude asistir. Tras ponerme en contacto con él, cito las aportaciones del profesor con el fin de solucionar el objetivo de la actividad.

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que tuvo en las comunidades íberas del sur de la Península. Mientras el Levante y la zona catalana parecen estar totalmente helenizadas debido a su proximidad a las colonias griegas, el sur parece decantarse por establecer esa diferencia jerárquica por medio del funeral, la ritualidad y la incineración. Pero, como se está aclarando, en el presente trabajo se aboga por el posible uso que pudo recibir el objeto de Ullastret: la crátera acampanada que se analiza y su utilidad como objeto de prestigio en los banquetes de la élite social indiketa no es más que la respuesta hacia la complejidad de la sociedad de la comunidad que se condiciona por la red de comercio establecida en el Ibérico Pleno, en el que, como se ha explicado, Emporion fue la causante de su proliferación. 3. Las diferentes edades de la pieza Como reseñaba Kopytoff, "human mind has an inherent tendency to impose order upon the chaos of its environment by classifying its contents, and without this classification knoledge of the world and adjustment to it would not be possible". A partir del desarrollo de los distintos apartados de la actividad, puede afirmarse que la metodología cuantitativa ya no debería ser la única aplicable al estudio del objeto. Mediante este trabajo se ha intentado en todo momento ajustarse a la metodología cualitativa y así constituir la biografía de la crátera de campana de figuras rojas procedente de Ática. Una vez llegados a este punto y haber reflexionado acerca de lo anterior, se esclarecerán las diferentes edades que se han sugerido indirectamente en correspondencia a la vida de la cerámica seleccionada. La primera etapa de vida de la crátera corresponde a su fabricación en la región de Ática en Grecia, probablemente en un taller exclusivo a la distribución del comercio en beneficio del propio creador. Revalorizando la aportación de Dr. Francesc Gracia, es importante mencionar que "el pintor de Marlay debe su nombre a una crátera de cáliz, obra suya, que primero estaba en la colección Marlay y ahora en Cambridg; aunque decoró principalmente kylikes, se encuentran en su repertorio vasos de diversas formas: skyphoi, oinochoai, pyxides y kraterai, entre otros" (Picazo, 1971, p. 135). Este artista menor utilizó en varias ocasiones escenas de symposium y de conversación entre dos personajes para decorar sus vasos. La segunda etapa corresponde a su traslación en su naturaleza potencial de mercancía hacia la colonia de Emporion. Según Monfort y Nadal, "este fenómeno de translación suele comportar un 12

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cambio de edad según exista una recategorización en la funcionalidad del objeto" (2002-2003, p. 75). Es más que probable que este objeto de prestigio del mundo ibérico perdiese todo su valor en el momento y espacio de creación, ya que las cerámicas que llegaron a la Península no fueron más que la consecuencia de la demanda a un mercado que ocupaba prácticamente todo el Mediterráneo. La tercera edad del objeto correspondería a la la etapa transcurrida en el poblado de Ullastret, en la que su utilización se limitaría a la organización de banquetes de la élite de los indiketas. Posteriormente, cuando el objeto llega a su última edad, deja de ser útil en la función que los íberos le habían encomendado y pasa a ser parte del contexto arqueológico. De pronto, deja de tener una función en la sociedad a la que pertenecía; en relación a la crátera de Ullastret, es probable que fuese abandonada a su suerte en un contexto de guerra que va incrementando a partir de la presencia romana en la zona ampurdanesa. Por último, el segundo caso de reaprovechamiento, denominado así por Carreras y Nadal, sucede cuando el objeto pasa a formar parte de las colecciones personales o mosueos de arqueología, tal como sucede con la crátera analizada. "Esta práctica iniciada en el siglo XIX, como consecuencia de las políticas coloniales occidentales, y de los contactos con culturas hasta ahora desconocidas, supone conferir otro valor a los objetos, ligado en este caso con el discurso museográfico" (Carreras; Nadal, 2002-2003, p. 76). El MAC, sistema museístico de diversos yacimientos, recoge la tradición museística en arqueología desde principios de siglo, fruto de la Ley de Museos aprobada en 1990, y escoge como propósito conservar, investigar y difundir los vestigios arqueológicos que ilustran la evolución histórica7. En consecuencia, la pieza material analizada se presenta al público como un objeto que ha dejado de ser funcional pero que es muy antigua, como una cerámica asociada a la élite ibérica helenizada y al banquete que tan poco se ha registrado, como muestra de poder de la comunidad indiketa frente a otras sociedades de las cuales no se ha podido conservar un hallazgo parecido. Incluso podría debatirse acerca de si se siguen presenciado, aunque en menor medida, los ideales de Prat de la Riba 8, quien expresó en La Nacionalitat catalana elementos identitarios por parte del pueblo con los íberos antiguos localizados en el nordeste peninsular. 7 Información extraída de la Web de MAC: http://www.mac.cat/esl/Sedes/Ullastret/Yacimiento-y-Museomonografico/Museo-monografico/Cultura-iberica/Periodo-iberico-pleno-450-200-a.C. 8 Sin ánimos de discutir sobre política, cabe mencionar que Prat de la Riba defendió la nacionalidad catalana, descendiente, según el político, de la comunidad ibérica. A los andaluces los identificaba con Tartessos y, al resto de la península, con el pueblo celtíbero. Es importante señalar que aún no existía una arqueología propiamente dicha

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4. Conclusiones finales Finalmente, partiendo de la crátera acampanada y el estudio de su función social y reconstrucción de la biografía del objeto, se ha podido determinar qué ocurría en el Mediterráneo occidental en los siglos V y IV a.C. Además de haber reconstruido la red comercial que se daba desde Ática y que incorporaba a diversas colonias griegas de la parte occidental, se ha podido profundizar en el valor que poseyó en la sociedad indiketa del poblado de Ullastret en el periodo Ibérico Pleno. Como se suponía a partir de la lectura de los artículos relacionados con la actividad, cada edad representa un cambio en su finalidad: primeramente pretendía ser un objeto destinado al comercio a causa de la demanda del Mediterráneo occidental; una vez llega a Emporion es intercambiada por la élite del poblado de Ullastret, capital indiketa; por consiguiente, pasa al plano arqueológico hasta que, probablemente, es descubierta en la campaña de Maluquer de Motes; y por último, se registra y musealiza por su aspecto antiguo, único y exclusivo de la zona. De todas formas, desde una perspectiva cualitativa, debe tenerse en cuenta que estas hipótesis y la reconstrucción de su supuesta biografía, no es más que una interpretación parcial formada a partir de la lectura de la bibliografía recomendada y encontrada acerca de esta crátera campaniense. Como siempre, puede diferir respecto a otros trabajos, y, seguramente, puede varíar en un futuro a partir de un descubrimiento de nuevos indicios9. Referencias bibliográficas Aranegui, C. (2013). Los íberos ayer y hoy: Arqueologías y culturas [libro en línea]. Google ebook. [fecha

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Carreras, C.; Nadal, J. (2002-2003). "Reflexiones en torno a la cultura material. Nuevas aproximaciones". Pyrenae (núm. 33-34, pp. 65-80). 9 El trabajo ha intentado seguir el ejemplo expuesto en el caso 4 de los hallazgos en Castellot de Bolvit.

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Miró, M.T. (1998). “La Ceràmica àtica de figures roges d'Empúries. Una aproximació al seu estudi tipològic. Empúries, núm. 51, pp. 127-138.

Picazo, M. (1971). “Tres kylikes del pintor de Marlay, procedentes de Ullastret”. Pyrenae (núm. 7, pp. 135-142).

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Anexos Figura 1: fragmentos de crátera de campana de figuras rojas de la necrópolis de Tútugi en Granada. Fotografía de Inmaculada de la Torre Castellano. Extraída de la página web .

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Figura 2: escena de jóvenes en la que al menos dos llevan un bastón parecido al de la cerámica de Ullastret que se analiza. Crátera de columnas de figuras rojas hallada en la necrópolis de El Cabezo Lucero (Guardamar del Segura, Alicante). Extraída de la página web: .

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