Vida cotidiana y estrategias de subsistencia de los grupos domésticos de la hacienda San Pedro Cholul, Yucatán

May 23, 2017 | Autor: Hector Hernandez | Categoría: Arqueología histórica, Hacienda henequenera, Haciendas Yucatecas
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Descripción

Desenterrando fragmentos de historia. Siglos xvi al xix • María de Lourdes López Camacho Coordinadora

SECRETARÍA DE CULTURA INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA

María de Lourdes López Camacho Desenterrando fragmentos de historia. Siglos xvi al xix /María de Lourdes López Camacho, coordinadora. – México : Instituto Nacional de Antropología e Historia, [2016]. 609 p.: il., mapas ; 23 x 16.5 cm. — (Colección Arqueología. Serie Memorias) ISBN: 978-607-484-877-9 1. Arqueología – México – Congresos. 2. Excavaciones (Arqueología) – México – Congresos 3. México – Antigüedades – Congresos. I. López Camacho María de Lourdes, coord. II. Instituto Nacional de Antropología e Historia (México). Colección Arqueología (Instituto Nacional de Antropología e Historia). Serie Memorias. F1219/ C65/ 2016

Primera edición: 2016 Producción: Secretaría de Cultura Instituto Nacional de Antropología e Historia D.R. © 2016 de la presente edición Instituto Nacional de Antropología e Historia Córdoba 45, Col. Roma, C.P. 06700, México, D.F. [email protected] Las características gráficas y tipográficas de esta edición son propiedad del Instituto Nacional de Antropología e Historia de la Secretaría de Cultura Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, la fotocopia o la grabación, sin la previa autorización por escrito de la Secretaría de Cultura / Instituto Nacional de Antropología e Historia ISBN: 978-607-484-877-9 Impreso y hecho en México.

Índice •

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Presentación Pedro Francisco Sánchez Nava Introducción María de Lourdes López Camacho

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Prácticas constructivas y de urbanismo Las temporalidades en la región de San Javier durante el periodo jesuítico (siglo xviii) en la Antigua California y la conformación del oasis Sudcaliforniano Fermín Reygadas Dahl Javier Arce Meza 27 Desenterrando un fragmento de la historia de la Provincia de Sonora en el siglo xvii Cesar Armando Quijada López 47 La excavación arqueológica de la iglesia jesuítica de la Villa de Sinaloa Víctor Joel Santos Ramírez 71 La red hidráulica de la ciudad de Antequera-Oaxaca: un análisis a través de sus planos Susana Gómez Serafín Martha Elena Alfaro 95

San Miguel Acocotla: arqueología de una hacienda del siglo xix Elizabeth Terese Newman Karime Castillo Cárdenas 119 Las fuentes como parte de los acueductos: el caso particular de la fuente de Chapultepec María de Lourdes López Camacho 137 Atezcapan: una casa colonial en Teotihuacán Mónica Martha Rodríguez Martínez 171 La arqueohistoria novohispana, la subsunción del modo de producción americano al mercantilismo: el caso de Oztuma, Guerrero Eduardo Corona Sánchez 189 El Sureste Un camino del siglo xviii asociado a la Puerta de Tierra en la antigua Villa amurallada de San Francisco de Campeche Heber Ojeda Mas Vicente Suárez Aguilar Vida cotidiana y estrategias de subsistencia de los grupos domésticos de la Hacienda San Pedro Cholul, Yucatán Héctor Hernández Álvarez Rancho Luch, un asentamiento maya decimonónico en el noroeste de Mérida Edwin Baas García Rubén J. Chuc Aguilar Situación actual de la zooarqueología histórica en Yucatán, México Carolina Ramos Novelo

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Vida cotidiana y estrategias de subsistencia de los grupos domésticos de la Hacienda San Pedro Cholul, Yucatán • Héctor Hernández Álvarez*

El proyecto de arqueología iniciado en 2009 en la Hacienda San Pedro Cholul, en el noreste de Mérida, Yucatán, nos ha dado la oportunidad de examinar la vida cotidiana de los trabajadores de una hacienda henequenera en funcionamiento hacia finales del siglo xix y durante la primera mitad del siglo xx. El principal objetivo de este trabajo es presentar información sobre la estructura de sitio residencial del asentamiento hacendero y la cultura material recuperada en la Hacienda San Pedro para comentar acerca de las estrategias de subsistencia implementadas cotidianamente por los peones y sus familias. Los patrones de desecho de una gran variedad de artefactos de metal, hueso, vidrio y cerámica en el contexto de los conjuntos domésticos de los trabajadores hacenderos nos han provisto de información sobre diferentes actividades domésticas, económicas y los modos de alimentación de estos grupos domésticos campesinos. Esta evidencia de la vida cotidiana de San Pedro nos sugiere que los trabajadores de la Hacienda pudieron, en cierto sentido, revertir las condiciones de vida altamente restringidas y controladas del peonaje hacia principios del siglo xx. Nuestra propuesta es que dichos grupos desarrollaron diversas estrategias de subsistencia basadas principalmente en la producción del grupo doméstico, el aprovisionamiento a partir de recursos naturales producto

* Facultad de Ciencias Antropológicas, Universidad Autónoma de Yucatán.

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de la cacería en el monte, las plantaciones o las milpas y el consumo de diversos productos mercantiles disponibles en aquella época.

GRUPOS DOMÉSTICOS, VIDA COTIDIANA Y ESTRATEGIAS DE SUBSISTENCIA

En los últimos años la arqueología de los grupos domésticos ha despertado el interés de un creciente número de investigadores que buscan entender los aspectos relacionados con la vida cotidiana y las actividades de las personas que los conforman. A partir de esta unidad mínima de análisis, la arqueología se ha enfocado en estudiar los procesos por los que transitan dichos grupos domésticos para vincularse con los ámbitos sociales, económicos, políticos y religiosos de las distintas sociedades del pasado (Alexander, 1999: 78; Hirth, 1993: 21-36; Robin, 2003: 307-356; Hutson, 2009). Por vida cotidiana entendemos aquellos sucesos que ocurren en el día a día, aunque también puede explicarse como algo que resulta habitual, reiterado o incluso previsible. Por su parte, las estrategias de subsistencia se refieren a las actividades implementadas por los miembros del grupo doméstico para asegurar la reproducción de sus miembros y la satisfacción de sus necesidades básicas. En el contexto de la Península yucateca, pocas han sido las investigaciones que han abordado la cotidianidad en los contextos hacenderos de la época porfiriana. Sin embargo, aquellos trabajos que han estudiado las haciendas desde la perspectiva arqueológica, se han interesado por documentar la diversidad de los restos materiales dejados por la base social de estas unidades productivas: los peones acasillados y sus familias (Alexander, 2004; Meyers, 2012; Newman, 2008). Por lo general, se ha visto que los peones de las haciendas yucatecas adaptaron sus modos de vida a una situación represiva que representó el desarraigo de sus comunidades de origen y que promovió el confinamiento a las fincas rurales productoras de ganado, azúcar y henequén de la época (Bracamonte, 1993; Peniche, 2010). En dichas condiciones, los trabajadores mayas adaptaron sus unidades habitacionales para 228

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cumplir con las restricciones del acasillamiento y permitir la reproducción del grupo doméstico en condiciones adversas. Actualmente, los vestigios arquitectónicos y espaciales, además de los restos materiales dejados por los antiguos habitantes de las haciendas, constituyen los testigos privilegiados de esta época fundamental en la historia regional. Además, contamos con algunos documentos que complementan nuestra visión acerca de la vida en las haciendas yucatecas hacia finales del siglo xix y principios del xx. En los últimos años nos hemos propuesto investigar los vestigios arqueológicos de una hacienda henequenera que se encuentran en la periferia de la ciudad de Mérida para aportar nuevas ideas sobre la vida cotidiana de los trabajadores henequeneros, el uso que daban a sus espacios residenciales, la relación que establecieron con el medio ambiente circundante y las estrategias de negociación que implementaron en un contexto altamente opresivo.

LA ARQUEOLOGÍA DE LA HACIENDA SAN PEDRO CHOLUL

En el año 2009 iniciamos las labores de campo del Proyecto de Arqueología Histórica en la Hacienda San Pedro Cholul. Estos trabajos se realizaron en colaboración con el Proyecto Arqueológico Región de Mérida, dirigido por el arqueólogo Luis Pantoja del Centro inahYucatán, debido a que los restos de la Hacienda henequenera San Pedro, ubicada al noreste de la ciudad de Mérida, serían afectados por la construcción de un complejo habitacional (figura 1). Desde un inicio, nuestros objetivos fueron recuperar la evidencia material dejada por los trabajadores y sus familias en los solares, además de tratar de inferir, a partir de procedimientos arqueológicos, las formas de vida de los peones acasillados que habitaron esta Hacienda a inicios del siglo xx (Hernández et al., 2012). El cultivo y procesamiento del henequén se volvió la principal industria de Yucatán durante la parte final del siglo xix y la primera mitad del xx. La planta del henequén fue considerada como el “oro verde” de la Península yucateca. La época de mayor auge y ocupación 229

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Figura 1. Mapa de ubicación de la Hacienda San Pedro Cholul.

del asentamiento de San Pedro fue durante la primera mitad del siglo xx, cuando aumentó el número de pobladores y se dio una mayor inversión en la infraestructura productiva de la Hacienda. Socialmente, el auge del cultivo henequenero propició una gran movilidad de los campesinos, que abandonaron sus pueblos para incorporarse a las haciendas, generando un desarraigo de sus territorios originales y una alta marginación económica debido a su explotación laboral. Sin embargo, para la época de decadencia del “oro verde”, los campesinos se vieron afectados, una vez más, al tener que abandonar las haciendas, perdiendo su empleo asalariado y viéndose forzados a subsistir por su propia cuenta. Por lo tanto, nuestras preguntas se enfocan en saber qué nos pueden decir los vestigios materiales acerca de la vida diaria de los peones y sus familias, sus actividades y sus estrategias de subsistencia durante 230

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la época de desarrollo y de abandono de una finca productora de fibra de henequén. El patrón de asentamiento de San Pedro es característico de las haciendas porfirianas de Yucatán (Ancona, 1995). El casco de la Hacienda estaba conformado por la casa principal, el cuarto de máquinas, una casa de huéspedes, la administración, la bodega y una capilla/adoratorio que complementa el conjunto. El resto del asentamiento consistía en al menos 31 solares habitacionales, dispuestos alrededor del casco, que contenían restos de casas absidales, construidas en mampostería y que debieron tener techos de material perecedero. Estos solares contienen otro tipo de facilidades como huertos, chiqueros, corrales, pozos y bancos de material (sascaberas). Las áreas habitacionales estaban dispuestas en calles que corrían de norte a sur y de este a oeste y que conectaban el asentamiento con sus áreas periféricas y los plantíos de henequén a partir de varias líneas de tranvía portátil, también llamado truck o tren Decauville.1 En cuanto a nuestra metodología, primero identificamos y registramos los rasgos arqueológicos y la arquitectura en pie en el área de asentamiento. Actualizamos el mapa para delimitar adecuadamente los espacios y determinar el tamaño total de la Hacienda. Segundo, seleccionamos dos solares, el Solar 1 y el Solar 15, para una recuperación más detallada de información arqueológica. En dichos espacios domésticos llevamos a cabo el mapeo y el registro de las estructuras y los rasgos para determinar la variación en las disposiciones espaciales y las características de las estructuras auxiliares dentro de los solares de los grupos domésticos de la finca San Pedro. Se excavaron las viviendas y una cocina de los solares seleccionados para recuperar información material proveniente de los distintos niveles de piso sobre los hábitos de alimentación, las áreas de actividad y el uso del espacio doméstico por parte de los trabajadores. Durante la primera temporada de campo, que abarcó de septiembre de 2009 a mayo de 2010, diseñamos una estrategia de investigación que nos permitió investigar y recuperar los restos de las prácticas cotidianas dentro de los grupos domésticos de los trabajadores campesinos de la Hacienda durante la época porfiriana. 1

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También se contrastó el “modelo de solar” a partir de la excavación de siete pozos de sondeo de 2 × 2 m, ubicados en distintas partes de ambos solares, para examinar los patrones de deposición de desechos en el área estructural, el patio y las áreas de huerto/jardín. Finalmente, complementamos nuestra metodología con la recolección de sedimentos de los suelos de ocupación para realizar pruebas químicas sencillas y análisis paleobotánicos. Se realizaron pruebas de fosfatos, PH, colorimetría y carbonatos. Esta técnica se complementó con un estudio paleobotánico que incluyó la excavación de pozos de prueba en los cercados de piedra o arriates, usados en los huertos domésticos para incrementar la calidad del suelo y la humedad de los árboles. Recolectamos muestras de sedimento de 10 arriates y se excavó uno en el área de huerto del Solar 15. Además de nuestra investigación arqueológica, se pudo obtener información histórica contenida en el Archivo General del Estado de Yucatán (agey), acerca de las condiciones materiales de la Hacienda San Pedro y sobre sus propietarios. Se localizó un avalúo y algunas cartas y documentos de disputas entre diferentes dueños y trabajadores de la Hacienda que datan de fines del siglo xix. Igualmente implementamos un vínculo colaborativo y de recuperación de la historia oral con los descendientes de San Pedro que ahora viven en la comisaría de Cholul. Esto se realizó para documentar sus recuerdos sobre el paisaje y la vida cotidiana en la hacienda hacia su periodo final de ocupación en la década de los sesenta. Realizamos entrevistas con antiguos trabajadores y habitantes de la finca, además llevamos a cabo una visita conjunta al lugar donde estuvimos realizando nuestras intervenciones, todo con la intención de mostrarles nuestros hallazgos y retroalimentarnos con sus opiniones.

VIDA COTIDIANA Y ESTRATEGIAS DE SUBSISTENCIA A INICIOS DEL SIGLO xx

Como ya se mencionó, nuestras labores en la Hacienda San Pedro estuvieron encaminadas a estudiar acerca de la vida cotidiana de los 232

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trabajadores acasillados que la habitaron. Para lograr dicho objetivo empleamos dos tipos de evidencia, principalmente: por un lado, los espacios y la arquitectura doméstica, y por el otro la cultura material recuperada de los antiguos espacios habitacionales. A continuación mencionaré los principales aspectos que nos son útiles para inferir las prácticas cotidianas de las familias campesinas. Solares Intervenimos dos unidades habitacionales denominadas Solar 1 y Solar 15, que se encuentran en ambos extremos del asentamiento. El primero está ubicado cerca del acceso del lado este y el segundo en la parte oeste del asentamiento, en la parte trasera de la capilla. El Solar 1 presenta una forma irregular y está constituido por una construcción absidal de mampostería y techo de material perecedero. Detrás de la vivienda había un patio delimitado en la parte oriente

Figura 2. Plano del Solar 1. 233

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por un corral, hecho con piedras a junta seca, que presenta un bebedero rectangular de mampostería, y al que se le añadió un pequeño rasgo semicircular con su entrada que posiblemente funcionó como chiquero. La delimitación del área de patio hacia el sur está marcada por la presencia de dos facilidades que dividen casi a la mitad el solar: un pozo y una sascabera. Por último, en la parte posterior del Solar 1 se encuentra el área de monte, superficie carente de estructuras y de elementos materiales desechados (figura 2). El segundo solar intervenido (Solar 15) presenta las mismas áreas pero con diferente distribución y distintas estructuras auxiliares. Es de planta rectangular y mide 788 m². Al sur del terreno, mirando hacia la calle, se encuentra el núcleo estructural compuesto de una casahabitación absidal de mampostería, la cual tuvo un techo perecedero (figura 3). En la parte posterior la vivienda se complementaba con una humilde cocina levantada con piedras a junta seca y cuyo techo también debió haber sido de palma o de zacate. En la esquina sureste del solar se encuentra un huerto delimitado por una albarrada, cuenta

Figura 3. Excavación del interior de la vivienda del Solar 15. 234

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con una pila para almacenar agua y al menos 11 arriates de piedra. Por su parte, del otro lado, en la esquina suroeste del solar, hay un área delimitada con una albarrada de piedras que cuenta con una entrada y un pequeño rasgo cuadrangular en una de sus esquinas a manera de chiquero; este espacio fue un corral que sirvió para la crianza de animales domésticos. La alta concentración de fosfatos, producto de las excretas animales y el abundante número de frascos de medicina veterinaria que recuperamos, han corroborado dicha afirmación. Detrás de la cocina se encuentra un área limpia que sirvió como patio y el área de monte se ubicaba al fondo del terreno. El Solar 15 no presentó ningún vestigio de estructuras auxiliares en las que denominamos área de patio, ni en el área de monte.

LA CULTURA MATERIAL

Los objetos y artefactos recuperados a partir de las recolecciones de superficie y las excavaciones incluyeron cerámica, objetos de piedra pulimentada, vidrio, metal, plástico, restos botánicos y faunísticos, así como algunas monedas que reflejan las diferentes actividades y las prácticas de subsistencia implementadas entre los grupos domésticos humildes de San Pedro Cholul. El material cerámico corresponde a tres grandes manifestaciones: el barro local que fue producido aproximadamente entre el 1550 y 1800 d.C. Predominan los tipos Yuncu, Kinchil y Sacpokana. El segundo grupo es el barro vidriado, de menor presencia en la Hacienda, y que puede ubicarse entre el siglo xvi y hasta la actualidad. Del barro vidriado, el tipo de vajilla con mayor frecuencia en San Pedro fue el tipo Huaya Ocre Tostado. El tercer grupo fue la Loza Fina, que incluye básicamente trastos para servir alimentos, tales como platos hondos o tazones, que pueden ubicarse hacia principios del siglo xx. Los tipos característicos son las vajillas de Loza Fina Blanca con diseños de bandas y líneas. En el Solar 15 se encontró un plato y dos tazones semi completos de marcas 235

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Figura 4. Tazón de Loza Fina recuperado en el Solar 15.

comerciales como Ánfora y Favorita fechados para inicios del siglo xx (Burgos y Beltrán, 2012: 66-109) (figura 4). Por su parte, los artefactos líticos encontrados fueron hechos en piedra caliza local pulimentada y sirvieron para la elaboración de los alimentos. Se trata de implementos utilizados para la molienda y que son muy similares a los empleados en la época prehispánica, sobre todo manos y metates para moler maíz, chiles o semillas. El uso de estos implementos corresponde a las primeras décadas del funcionamiento de la Hacienda, ya que posteriormente se dejaron de usar para dar paso a los molinos de mano hechos de metal. El vidrio es, junto con el metal, uno de los materiales más abundantes que se pudieron recuperar en los solares de la finca San Pedro. El análisis cercano a cien envases completos nos demostró que entre los principales productos que se consumían estaban las bebidas alcohólicas (vinos, licores, cervezas), los refrescos o gaseosas azucaradas, diversos productos farmacéuticos que contuvieron soluciones inyectables, jarabes, píldoras, pomadas, digestivos, además de productos de belleza, de cocina, vasos de veladoras y vidrio de mesa. De esta muestra, menos de 15% corresponde a envases elaborados con la técnica del vidrio soplado en molde, empleada a mediados del siglo xix. El resto de los envases de vidrio fue elaborado mediante un proceso industrializado característico del siglo xx. Los productos que se consumían corresponden tanto a 236

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empresas extranjeras, nacionales y locales. Cabe destacar que gran parte de los envases (sobre todo las botellas de bebidas alcohólicas) fueron recolectados como material desechado provisionalmente en los solares de los peones, lo que implica que algunos grupos domésticos pudieron reutilizar dichas botellas para rellenarlas con aguardiente que se comerciaba en la propia Hacienda. Otros artefactos característicos de las unidades residenciales fue una amplia variedad de coas, fragmentos de machetes y limas, utilizadas para el deshierbe y las labores agrícolas. Otros objetos de metal incluyen partes de maquinaria, eslabones de cadena, tornillos, tuercas, clavos, varios tipos de alambre y partes del riel del sistema de truck. Con respecto a los enseres domésticos, se cuenta con una variedad de recipientes de peltre para preparar y servir el alimento como ollas, cucharas y cubetas, además de bacinicas y palanganas que servían para el aseo personal. Otros pequeños elementos de metal con reiterada presencia fueron las bases circulares de las veladoras y las corcholatas (figura 5).

Figura 5. Objetos de metal utilizados por los trabajadores de la Hacienda San Pedro Cholul. 237

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En ambos solares observamos que muchos de los recipientes de metal fueron reutilizados como maceteros. Por ejemplo, al frente de la casa del Solar 1, y a ambos lados de la albarrada del corral, en el pasillo entre éste y la casa, encontramos latas y ollas de metal, peltre o aluminio que sirvieron para el cultivo de flores o plantas alimenticias o medicinales, como es frecuente observar aún en solares contemporáneos. Además, como producto de la excavación en las viviendas se obtuvieron más de 60 monedas elaboradas en diferentes metales como el cobre, bronce, latón, níquel, y aleaciones entre éstos. Muy pocas corresponden a la segunda mitad del siglo xix, mientras que la mayoría pertenecen a la primera mitad del siglo pasado. El elemento más antiguo que se recuperó fue una ficha de una hacienda de Izamal de 1872. Estos tlacos o fichas sirvieron como remuneración al trabajo realizado por los peones, y que exclusivamente tenía valor en la misma Hacienda. Esto significaría que su uso formaba parte de un sistema de endeudamiento y explotación propio de las haciendas peninsulares durante la época porfiriana (Villamil, 2009). Otros de los elementos más abundantes registrados en los solares fueron los materiales de construcción o decorativos como tejas, mosaicos, baldosas y ladrillos. Por ejemplo, se han identificado dos marcas de tejas: la primera presenta el nombre de “Antonie Sacoman” y provenía de la fábrica La Plata, situada en St. Henri, Marseille; la segunda marca de tejas corresponde a la industria de “Guichar Carvin & cie., fabricados en St. André, Marseille (Burgos, 1997: 313). Los trabajadores de la Hacienda aprovisionaron a sus grupos domésticos con recursos naturales obtenidos de los montes, los planteles o las milpas circundantes. Además, las familias de los trabajadores tuvieron acceso a especies animales como vacas, cerdos, pavos y gallinas, mismos que fueron criados dentro de los solares. También aprovecharon la cacería de algunos animales salvajes como el venado cola blanca, el pecarí, los pavos de monte, armadillos e iguanas (Hernández y Ramos, 2010). La evidencia osteológica de algunas especies de peces, así como elementos malacológicos como los caracoles, también nos sugiere un posible aprovechamiento de recursos marinos adquiridos en algún mercado local. 238

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En cuanto a la flora, identificamos especies de árboles remanentes en el paisaje de la Hacienda que, dadas sus características, fueron objeto de manipulación humana. La lista incluye al tamarindo, el bonete, el zapote, el siricote y la ciruela. Además de la planta herbácea conocida como pitahaya, que, como hoy en día, se siembra a lo largo de las albarradas de los solares.

COMENTARIOS FINALES

La mayoría del material que recuperamos en los solares de los trabajadores henequeneros y sus familias durante nuestra primera temporada de campo es relevante para conocer el trabajo cotidiano, las prácticas domésticas y las estrategias que llevaron a cabo los campesinos durante el auge del henequén, una etapa de estricto control social para la primera mitad del siglo xx. La historia de Yucatán nos dice que durante este momento los peones acapillados trabajaban todo el día en la Hacienda en condiciones de explotación y servidumbre, mientras que sus mujeres fueron segregadas para laborar como sirvientes domésticas en la casa principal (Bracamonte, 1993; Peniche, 2010). De acuerdo con otros autores (Ancona, 1995), estaba permitido que los grupos domésticos criaran animales domésticos, ganado o que cultivaran maíz. En los solares, las familias también tuvieron la oportunidad de tener pollos, pavos, y algunos cerdos para completar su dieta, tal como nos lo indicó nuestra muestra zooarqueológica. La evidencia sobre la producción animal y vegetal fue documentada arqueológicamente a partir de la presencia de diferentes rasgos como corrales, chiqueros, tanques de agua, bebederos y arriates para los árboles o plantas domésticas. Son evidentes las actividades de producción en los últimos años de ocupación a partir de los remanentes de plantas, la evidencia botánica, y de los contenedores de metal reutilizados y las herramientas como hachas, machetes y coas que sugieren una variedad de prácticas agrícolas y hortícolas que se realizaron dentro de los solares. 239

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La preparación, almacenamiento y consumo de alimentos y bebidas fueron evidentes de acuerdo con diferentes objetos que en San Pedro incluyeron principalmente las manos y los metates de piedra, los fragmentos de comales de metal e incluso utensilios de cocina como cuchillos y cucharas. Es importante mencionar que los análisis químicos preliminares, practicados en muestras de sedimento de los solares y los pisos de las viviendas, corroboran la idea de diferentes áreas para la preparación y el consumo de los alimentos dentro de la vivienda y la cocina. Incluso en las áreas de patio del Solar 15 se halló evidencia de altas concentraciones de fosfatos y carbonatos como posibles áreas de desecho de alimentación o preparación del nixtamal. También se registró evidencia material sobre prácticas de extracción y reúso de accesorios de maquinaria de la Hacienda y partes de los edificios ejemplificados por diferentes piezas de metal, partes del sistema de tranvía, botellas de vidrio importadas y materiales constructivos como tejas y ladrillos que fueron retirados del casco de la Hacienda en la etapa final previa al abandono. Finalmente, la evidencia arqueofaunística de ambos solares, en forma preponderante los huesos de animales salvajes, sugiere de manera sobresaliente que la explotación de la fauna local como el venado cola blanca, el pecarí y el pavo de monte, importantes fuentes de carne para los campesinos mayas desde tiempos prehispánicos, se ha mantenido como una estrategia de subsistencia hasta la actualidad. Por lo tanto, el manejo de los solares constituye la principal evidencia arqueológica de las estrategias que implementaron los grupos domésticos de los trabajadores henequeneros. Como se ha mostrado, su vida cotidiana transcurrió entre el cultivo de varias especies de plantas comestibles, medicinales y de ornato, hortalizas y árboles frutales. También criaban animales domésticos y cazaron animales silvestres en los montes cercanos. Construyeron facilidades hidráulicas como pozos y pilas, además de habilitar otras estructuras auxiliares dentro de sus solares como corrales, chiqueros y bancos de material (sascaberas). Fue en esos espacios de cotidianidad que la cultura material dejó su huella sobre las diversas actividades como la preparación, servicio, almacenamiento y consumo de alimentos y bebidas, las prácticas 240

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rituales, la producción artesanal, entre otras actividades llevadas a cabo por los hombres, mujeres y niños que habitaron San Pedro a principios del siglo xx.

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