Vías de comunicación y territorialidad: relaciones entre el Bajo Ebro y la Terra Alta-Matarranya durante la antigüedad

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Descripción

Ri c a r doAl c ó nAl c ó n

KALATHOS 26-27 REVISTA DEL Seminario de Arqueología y Etnología Turolense

CAMPUS UNIVERSITARIO DE TERUEL

TERUEL 2013-2014

DIRECTOR: Francisco Burillo Mozota COMITÉ DE REDACCIÓN: Alfredo Jimeno, Dpto. de Prehistoria, Universidad Complutense. Emilio Junyent, Dpto. de Arqueología, Universidad de Lleida. Consuelo Mata, Dpto. de Prehistoria i Arqueología, Valencia. Carmen Olaria, LAP, Universitat Jaume I, Castellón. Arturo Ruiz, Dpto. de Prehistoria, Universidad de Jaén. Gonzalo Ruiz, Dpto. de Prehistoria, Universidad Complutense, Madrid Vicente Salvatierra, Dpto. de Patrimonio Histórico, Universidad de Jaén. Alexia Sanz, Dpto. Sociología, Ftad. de Ciencias Sociales, Teruel. CONSEJO DE REDACCIÓN: E. Javier Ibáñez, Seminario de Arqueología y Etnología Turolense. Ángel Gonzalvo, Seminario de Arqueología y Etnología Turolense. José Palomar, Seminario de Arqueología y Etnología Turolense. Jesús V. Picazo, Seminario de Arqueología y Etnología Turolense. SECRETARIA: Carolina Villargordo Ros. COMPOSICIÓN DEL TEXTO Y MAQUETACIÓN: Clemente Polo Cuando.

La dirección de esta revista no se responsabiliza de las opiniones de los autores

Para información, intercambios y suscripciones, dirigirse al SEMINARIO DE ARQUEOLOGÍA Y ETNOLOGÍA TUROLENSE Campus Universitario de Teruel Ciudad Escolar s/n, 44003 TERUEL Tel. 978 618 119. Fax: 978 618 103

ESTA PUBLICACIÓN HA SIDO SUBVENCIONADA POR INSTITUTO DE ESTUDIOS TUROLENSES, FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES DE TERUEL Y CAJA RURAL DE TERUEL

Dibujo de la portada: Fusayola de la tumba 120 de la necrópolis de La Yunta (Giadalajara). ISSN: 0211-5840 DEPÓSITO LEGAL: TE-203-2014 EDITA: S.A.E.T. IMPRIME: COMETA S.A.

HOMENAJE

RICARDO ALCÓN ALCÓN

KALATHOS 26-27 Revista del S.A.E.T. Teruel / 2013-2014 / pp. 55-90

Vías de comunicación y territorialidad: relaciones entre el Bajo Ebro y la Terra AltaMatarranya durante la antigüedad JoRdi diloli FonS* y SAmuEl SARdà SEumA** Seminari de Protohistòria i Arqueologia. universitat Rovira i Virgili. Tarragona. *[email protected]. **[email protected]

RESuMEn las prospecciones efectuadas en el barranco de Xalamera (2006) y en el curso bajo del río Canaleta (2007) han sido motivadas por el interés de valorar sobre el terreno las posibilidades de uso de estos pasos naturales como vías de comunicación durante la antigüedad. Se han recorrido los tramos que definen el cauce de estos cursos hidrográficos y las colinas que los delimitan, especialmente en la zona de contacto con el río Ebro, comprobando las dificultades que presentan para la circulación a pie o por medio de algún sistema de locomoción animal. El trabajo efectuado ha permitido definir unas posibles rutas para acceder desde el Ebro al interior, a la vez que desmentir planteamientos erróneos sobre estos caminos. Palabras clave: Prospección, río Ebro, Bajo Ebro, Terra Alta, Bajo Aragón, matarranya, Protohistoria, época ibérica, época romana.

ABASTRAcT The prospections made in the ravine of Xalamera (2006) and the low course of the river Canaleta (2007) they have been motivated for the interest of evaluating the possibilities of these natural ways as communication routes in the iberian period. Within the framework of this research all the stretches of these hydrographic courses have been appealed, especially in the zone of contact with the Ebre river, checking out the difficulties that they present to circulate on foot or through some animal locomotion system. The research has allowed to describe the possible routes for accessing from the Ebre to the inland, while to deny erroneous approaches on this ways. Key words: Prospection, river Ebro, Bajo Ebro, Terra Alta, Bajo Aragón, matarranya, Protohistory, iberian period, Roman period.

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InTROduccIón El tramo inferior del río Ebro se ha convertido durante los últimos años en un espacio de investigación esencial para entender las transformaciones que las sociedades indígenas asentadas en el sur de Catalunya experimentaron durante la antigüedad. las condiciones de navegabilidad del Ebro, constantes hasta bien entrado el siglo XX, convirtieron este río en una de las principales vías de comunicación entre el mar mediterráneo y el cuadrante nordeste de la Península ibérica, posibilitando las relaciones entre los habitantes de este amplio territorio y los navegantes mediterráneos que accedieron a él. de esta forma, fenicios, griegos, cartagineses y romanos participaron del feedbak que transformó culturalmente a las comunidades indígenas durante el último milenio a.n.E. hasta la plena integración de los pueblos ibéricos en las formas políticas, económicas y sociales impuestas por Roma a los habitantes de Hispania. Si embargo, este proceso no se produjo únicamente en las áreas más próximas al espacio fluvial, si no que aprovechando otros accesos, generalmente cursos de barrancos o riachuelos intermitentes, las influencias y productos foráneos llegaron a espacios alejados del valle del Ebro, transformando a la vez las costumbres de sus habitantes. A partir de estas premisas, dentro del marco de los proyectos de investigación que el Seminari de Protohistoria i Arqueología de la Universitat Rovira i Virgili realiza en el curso inferior del Ebro, planteamos la posibilidad de localizar y confirmar o desmentir la funcionalidad de los pasos tradicionalmente estimados como enlace entre el último tramo del río Ebro y los altiplanos de la Terra Alta - matarranya - Bajo Aragón, donde se observa la afluencia de fuertes influencias mediterráneas a partir del siglo Vii a.n.E. En este sentido, a partir del siglo Vii a.n.E. y sobre todo durante la sexta centuria anterior a nuestra Era, se observa cierta similitud entre algunos elementos culturales presentes en estas áreas, siendo el Ebro la principal vía de difusión de los mismos. durante el ibérico pleno, el flujo de influencias mediterráneas se mantiene e incluso aumenta, de forma que conocer las vías que preservan y fomentan estos contactos ideológicos y materiales es fundamental para entender el proceso social que conduce a la aparición de las primeras áreas de poblamiento organizadas y funcionalmente especializadas, así como la eclosión de los procesos de integración política de los territorios. Partimos pues de la idea que el conocimiento de la disposición de los yacimientos de estas regiones debe permitir relacionar la trama ocupacional con los ejes de comunicación que posibilitan el contacto entre las diferentes comunidades locales. Todos estos aspectos nos llevan a concebir “la evaluación sobre el terreno de los pasos naturales de comunicación” como una línea de investigación fundamental, que debe ser efectuada mediante técnicas directas de prospección, fórmula que nos permitirá conocer las condiciones orográficas, los recursos potenciales de la zona analizada y las posibilidades de circulación que ofrecen ríos y barrancos, pues es innegable que las vías de comunicación terrestres buscan el aprovechamiento de estos corredores naturales, un factor invariable a lo largo de la historia. la atenta observación del paisaje, con la localización de los puertos de montaña, las zonas de escasa pendiente, arroyos o vados de los ríos, acontecerá pues un elemento esencial para reconocer las posibilidades de los pasos en los cuales podían haberse instalado los caminos que definían las estructuras viarias en el pasado (Grau, 2002: 94).

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Fig. 1.- Situación del área de estudio y de las zonas prospectadas

A partir de estas premisas, el proyecto cuyos resultados presentamos se ha estructurado a partir de un trabajo de campo basado en la prospección dirigida hacia las áreas que por sus características físicas o por haberse considerado tradicionalmente pasos naturales, hubieran podido permitir el tránsito entre el bajo Ebro y el interior catalán y bajo aragonés, pues para los habitantes de la Terra Alta y del Bajo Aragón, las comarcas del montsià y del Baix Ebre representan el enlace natural con el mediterráneo. Es evidente que los yacimientos protohistóricos de la Terra Alta y de la comarca del matarranya presentan unas características culturales y de sustrato claramente diferenciadas respecto a las comunidades indígenas que habitaron el curso inferior del Ebro, aunque sabemos que ambos territorios debían estar en íntima relación tal y como se desprende de la existencia de una serie de rasgos comunes en la cultura material, así como por la circulación de una misma serie de producciones importadas en ambas áreas regionales. de hecho, se ha propuesto incluso, que estos territorios vecinos podrían haber experimentado algún proceso de trasvase de poblamiento (Burillo, 1989-90; Arteaga, Padró, Sanmartí, 1990; Rafel, 1991; García, 2005), de forma que, a pesar de los condicionantes geográficos determinados por las sierras de los Puertos de Tortosa-Beseit, los ríos y barrancos que atraviesan estos accidentes orográficos situados en el margen derecho del Ebro, se han interpretado como los principales caminos que permitirían la comunicación entre los territorios litorales y los del interior, evitando así remontar el Ebro hasta la desembocadura del río matarranya, desde donde se podría acceder a la Terra Alta y al Bajo Aragón a través del propio cauce fluvial.

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Fig. 2- Principales posibles pasos entre el río Ebro y el interior. Se muestran en línea continua los dos espacios analizados.

de lo que no hay duda es que el estudio de las vías de comunicación, en tanto que se trata de ejes vertebradores del territorio, representa un instrumento válido como indicador arqueológico complementario en el momento de caracterizar las diversas entidades territoriales, así como las áreas de influencia cultural de los grupos étnicos de la región que es objeto de estudio. Si entendemos el concepto de etnia como “aquel colectivo humano con consciencia social de grupo, definido, al menos en un momento concreto de su historia, en un territorio y con una homogeneidad y heterogeneidad de hábitos y costumbres que hacen creer en la existencia de un origen, sentimientos y destino comunes” (Burillo, 1992: 195), la cuestión principal a resolver se fundamenta principalmente en el análisis de las formas de adquisición de este sentido de consciencia, el cuando, el cómo y, en el marco de nuestro estudio, a través de donde. Es así, que el ámbito territorial en el cual circunscribimos este proyecto -curso inferior del Ebro y Bajo Aragón en un sentido amplio- se ha definido como una zona de frontera, especialmente en época ibérica, según el parecer de unos y otros investigadores que han trabajado en el territorio, distinguiéndose en este aspecto la presencia de diversos pueblos prerromanos: los edetanos, los sedetanos, los ilercavones y, en último lugar, los ausetanos del Ebro u ositanos (Burillo, 2001-02; Benavente, marco, moret, 2003: 243). Sin embargo, el proceso de definición de las características étnicas de las comunidades que ocuparían un territorio geográfico más o menos extenso, los centros –ciudades o no- que lo poblarían y las relaciones que mantendrían con sus vecinos no es sencillo.

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Tradicionalmente, la información principal sobre la disposición étnica prerromana en el nordeste peninsular se ha buscado en las Fuentes literarias clásicas, si bien estas se ven fuertemente determinadas por los intereses literarios o políticos de los propios autores, que a fin de cuentas relatan un proceso en el que el espacio geográfico se transforma, a medida que Roma extiende su control sobre la Península ibérica, en un espacio político-administrativo (Ciprés, 1993: 260). En este sentido, desde Hecateo, que recoge el panorama étnico del nordeste peninsular a finales del siglo Vi a.n.E., hasta el siglo iii a.n.E., en que los escritores greco-romanos volverán a dirigir sus miras a la Península ibérica, las fuentes escritas entran en un periodo de silencio que dificulta en fuerte medida las posibilidades de explicar la evolución de los antiguos ilaraugatai hasta desembocar en los pueblos que ocupan, según los textos griegos y latinos, durante el siglo iii a.n.E. este espacio geográfico. Este problema se agrava por lo tardío de las referencias clásicas, escritas básicamente entre finales del siglo i a.n.E. y mediados del siglo ii d.n.E., y que además reflejan una realidad político-social distinta a la de los siglos anteriores. A partir de los datos arqueológicos, se ha propuesto que el surgimiento de las etnias que ocuparían a partir de los siglos V-iV a.n.E. el territorio del curso inferior del Ebro i áreas lindantes: ilergetes, ilercavones, cossetanos, edetanos, sedetanos i ausetanos del Ebro, se produciría a partir de un proceso evolutivo que quedaría plasmado en los modelos de ocupación del territorio. Sin embargo, la variabilidad que presenta la vivencia de la etnicidad y por lo tanto la posibilidad de su trascendencia arqueológica (Burillo, 2001-02) hacen difícil la concreción de los límites de estos pueblos. Por otro lado, desconocemos la organización de estas comunidades, y para poder fijar sus límites espaciales, debemos tener en cuenta la diferencia que hay entre límite étnico, es decir, la separación entre dos etnias, y frontera, que sería el límite de ruptura entre dos entidades políticas diferentes (Castro, González, 1989), pero que pueden corresponder a una misma o a más etnias diferentes, si bien en algún caso ambos conceptos pueden tener la misma representación geográfica. Centrándonos en el área investigada, no hay duda de que la franja litoral estuvo ocupada, al menos a partir del siglo iii a.n.E. por la etnia ilercavona, si bien todo apunta a que el proceso se iniciaría durante los siglos anteriores (diloli, 2002a), extendiéndose su presencia entre el río millars i el Coll de Balaguer, límites geográficos con los edetanos i los cosetanos respectivamente. El problema surge en el momento de definir las demarcaciones étnicas en el interior. Bosch Gimpera, en una propuesta global sobre la etnología protohistórica catalana, situó a los ilercavones entre el millars y el Coll de Balaguer, con unos hitos occidentales definidos por los relieves que separan el litoral del interior, es decir, por la vertiente oriental del Sistema ibérico, hasta Xerta, desde donde abarcando la cuenca del Ebro en la Tierra Alta- se seguiría hasta Faiò y la desembocadura del Segre, para desde allí, por las sierras del Priorat y de Tivissa descender hacia el mar (Bosch Gimpera, 1922; 1948: 83). Esta propuesta, defendida también por Pericot (Pericot, 1934: 429), fue variada por S. Vilaseca, quién planteó el año1953 una nueva delimitación para los ilercavones: si bien por el sur y por el norte la proposición de Bosch le parecía correcta, los límites occidentales abarcarían también el Bajo Aragón (Vilaseca, 1953: 78-79). Almagro Basch, el año 1965 se basaría, al igual que Vilaseca, en la simili-

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tud cultural de esta región para extender hasta el matarranya a los ilercavones, propuesta que sería apoyada por F. Pallarés estableciendo una frontera entre ilercavones y edetanos en el río matarranya, donde habría una línea de núcleos que la defenderían (Pallarés, 1965: 11-16). El año 1973 G. Fatás, siguiendo el razonamiento de Pallarés, estableció los límites entre sedetanos e ilercavones en el río matarranya, argumentando la necesidad por parte de los ilercavones de proteger su frontera occidental de un pueblo en proceso de iberización (Fatás, 1973: 75 y s.). Gimeno, a pesar de plantear la existencia de una frontera natural en las sierras de Pàndols y Cavalls que separarían el litoral del interior comarcas de la Terra Alta y del Bajo Aragón- se sumó a las propuestas de los autores anteriores (Gimeno, 1975). También m. Beltrán encontraría lógicos los planteamientos de Pallarés, indicando la existencia de una frontera claramente definida a lo largo del matarranya (Beltrán, 1976, 394). El año 1984, E. Sanmartí confirmaba los planteamientos de Fatás, basándose en la pervivencia de los núcleos arqueológicos del área del matarranya y del Guadalope (Sanmartí, 1984: 40). ya en los años 90, estos bosquejos territoriales sufrirían una marcada modificación, cuando F. Burillo, siguiendo una revisión de la obra de Tito livio efectuada por P. Jacob, planteaba la existencia en el nordeste peninsular de dos etnias diferentes con el mismo nombre, los ausetanos (Jacob, 1988), propuso en base a criterios extraídos de la revisión de las Fuentes y al análisis arqueológico, la asignación del Bajo Aragón, a uno de estos grupos “ausetanos”, al que denominó ausetanos del Ebro (Burillo, 2001-02). Este nuevo planteamiento se vio reforzado cuando se planteó la equiparación por parte de la tradición romana entre los ausetani, de Ausa (Vic) i los ositani de osicerda, u osi, como se abrevia en algunas monedas (Benavente, marco, moret, 2003: 243). Recientemente, P. moret, J. A. Benavente y A. Gorgues han enfatizado esta cuestión, alegando las diferencias entre los iberos del Bajo Aragón y los del área ilercavona, entendiendo a éstos como los ocupantes del litoral y del bajo Ebro (moret, Benavente, Gorgues, 2006: 267-268), si bien los mismos autores destacan que esta identificación étnica es el “resultado de una simple hipótesis filológica, aún pendiente de una confirmación epigráfica que tal vez no llegue nunca”, pero que “permite dar a las poblaciones del Bajo Aragón ibérico un lugar y un nombre en el entramado étnico de finales del siglo iii, distinguiéndolas de sus vecinos sedetanos, celtíberos belos, ilercavones e ilergetes” (moret, Benavente, Gorgues, 2006: 269). Estos argumentos muestran sin lugar a dudas la dificultad existente para la determinación de los límites étnicos de los territorios analizados. Sin embargo, a raíz de los datos presentados, parece clara la distinción entre dos grupos étnicos que ocuparían el espacio interior del sur de Catalunya y del Bajo Aragón que historiográficamente se ha asignado a los ilercavones. no obstante, queremos efectuar unas apreciaciones al respecto. Aunque se han planteado evidencias de tipo cultural que diferencian a los grupos instalados en la costa del Ebro y en el interior durante la época ibérica, como son la desigualdad en los rituales de enterramiento o la presencia/ausencia de las estelas de guerrero (Burillo, 2001-02), otras explicaciones nos parecen equívocas, pues no reflejan la realidad actual. En este sentido, el planteamiento de moret, Benavente i Gorgues sobre la ausencia de tinajas de borde plano reentrante en el Bajo Ebro como prueba de la

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Fig. 3.- distribución de las principales etnias prerromanas cercanas a la zona analizada.

distinción entre ilercavones y ausetanos del Ebro (moret, Benavente, Gorgues, 2006, 269) es refutable a partir de los resultados en las excavaciones arqueológicas efectuadas en l’Assut (Tivenys, Baix Ebre) (diloli et alii, en prensa), en les Planetes (Tortosa, Baix Ebre) (diloli, Bea, Vilaseca, 2003) o en la misma ciudad de Tortosa (Baix Ebre) (diloli, Ferré, 2008b), donde se han localizado restos de estos recipientes en niveles ibéricos tardíos, si bien el estado actual de la investigación nos impide conocer su origen; en segundo lugar, los mismos autores plantean como elemento diferenciador la inexistencia en la zona de la desembocadura del Ebro de los molinos de vaivén, de los que hay un ejemplar en el museo municipal de Tortosa, procedente del yacimiento de masia despatx (Tortosa, Baix Ebre); por último, la relación entre la arquitectura del bajo Ebro i del Bajo Aragón, especialmente en lo que se refiere a la presencia de plantas de tipo circular en edificios turriformes, otro elemento usado como distinción entre ambas regiones, parece ser cada vez más intensa. En este sentido, las torres de les Planetes (Tortosa, Baix Ebre) (diloli, Bea, Vilaseca, 2003), les Valletes (Aldover, Baix Ebre) (diloli, 2002a; diloli, Ferré, 2008a) o especialmente la torre T3 de l’Assut (Tivenys, Baix Ebre) (diloli et alii, en prensa) son indicadoras de la frecuencia de esta tipología entre las edificaciones defensivas de los poblados del Bajo Ebro.

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A pesar de estas puntualizaciones y retomando el discurso anterior, nos parece acertada la distinción entre ilercavones y ausetanos del Ebro u ositanos, dos pueblos que durante el período ibérico verían sus territorios partidos por una línea imaginaria que posiblemente coincidiría con las cumbres del Sistema ibérico en su extremo más septentrional, justo en su unión con las sierras de Pàndols i Cavalls, separándose así la zona del litoral del interior, y siendo a través de los pasos existentes entre estos accidentes geográficos que podrían relacionarse ambas comunidades. En este estado de la cuestión, pensamos que el conocimiento de las vías de comunicación físicas e ideológicas entre estos dos grupos, así como la distribución del poblamiento en función de las mismas, puede servir para perfilar su identificación, formativa y evolutiva, delimitando sus ámbitos de ubicación en la medida de lo posible. EL RíO EBRO y LAS VíAS nATuRALES dE cOMunIcAcIón HAcIA LA RIBERA dEREcHA dEL EBRO. El tipo de contactos, las condiciones de transporte y la frecuencia de los intercambios son factores que presentan una alta variabilidad a lo largo de la historia y que determinan la estructuración de las redes viarias en un territorio. En el sur de Catalunya, pese a que las comunicaciones con el interior han sido siempre problemáticas debido a la orografía del valle del Ebro, el río ha suplido esta falta de caminos terrestres relevándose como una importantísima vía de penetración y de comunicación costa-interior, con la zona de lleida, a través del Segre, o con el Bajo Aragón, por pasos secundarios relacionados con sus afluentes. Es así que la importancia indiscutible del río Ebro como eje del territorio y vía principal de comunicación se ve multiplicada si consideramos también el papel que juegan sus afluentes en la red de comunicaciones de su entorno (diloli, 2002a; 2002b). A primera vista, los contactos entre el bajo Ebro y las regiones interiores de su ribera derecha, Terra Alta, matarranya y Bajo Aragón, podrían haberse producido a través de una serie de pasos naturales que habrían actuado como vías de comunicación, siendo los más importantes el barranco de les Fonts, el barranco de Xalamera, el río Canaleta, el río Sec, el barranco de Forn Teuler y el barranco de Voravall-riera de Sant Pau. Pero lo cierto es que no disponíamos todavía de un conocimiento preciso sobre el terreno que nos permita determinar cuales son los que presentan unas condiciones más aptas. no obstante, diversos trabajos que se han centrado en esta cuestión han aportado datos que sugieren caminos factibles a través de estos riachuelos durante la antigüedad. Entre estos, destaca el estudio de mª Angeles megallón sobre las vías de comunicación romanas en Aragón, en el que se describe la existencia de de tres caminos entre la costa y el interior aragonés: el primero, que seguiría el curso del río Ebro, no citado en las fuentes clásicas, el segundo que desde Contrebia se dirigiría hacia Tarraco, pasando por Leonica y cruzando el Bajo Aragón y la Terra Alta y el tercero, que también desde Contrebia descendería hasta Lintibilim, donde enlazaría con la vía Augusta, para desde allí, continuar hasta Sagunto (megallón, 1987: 56). En el caso de la segunda vía y si consideramos que Leonica podría encontrarse ubicada cerca del río matarranya, tal y como

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han propuesto algunos autores (Beltrán lloris, 1976: 415; megallón, 1987: 58), el camino más fácil para entrar en el sur de Catalunya desde el interior aragonés en época romana pasaría por Gandesa, donde se encuentran los accesos al barranco de Forn Teuler (en dirección a la zona de Ascó), al río Sec (en dirección a la zona de mòra d’Ebre) y también al barranco de Gandesa (en dirección a la zona del Pinell de Brai), pasos naturales que permitirían enlazar este camino con el Ebro. También se ha valorado la pervivencia de las cañadas (ligallos), caminos de pastoreo utilizados para el traslado estacional de los rebaños en época medieval. de hecho, se trata de pasos que han permitido tradicionalmente la comunicación entre las tierras del interior y la costa, teniendo su origen en épocas anteriores a la protohistoria. Es conocido el camino nombrado en el Llibre dels Pastorets, que durante el siglo XiV permitiría el traslado de los rebaños del Bajo Aragón hacia Tortosa, pasando por Vall-de-roures, Arnes, Horta, Alfara de Carles y Roquetes (noguera, 2006: 68). Por otra parte, la planimetría histórica puede ser otro elemento importante para valorar los caminos antiguos, tal como se puede observar en los mapas d’Aparici y de Catalunya de Garma, del siglo XViii, que informan de un camino que seguiría el trazado Tortosa, Aldover, Xerta, Pinell de Brai, Gandesa, Batea, Pinyeres, Favara y Caspe, y que podría ser heredero de un camino tradicional que se habría utilizado desde la antigüedad. Vale recordar que en Favara, Caspe y Chiprana existen monumentos funerarios de época romana al lado de la vía, así como otro tipo de restos constructivos de esta misma época (Puch, 1996). Por lo tanto, la continuidad y pervivencia de vías y caminos habría sido relativa, dado que aunque en un primer momento se habrían utilizado los caminos de época ibérica, en poco más de dos siglos la romanización comportó un cambio profundo en el modelo de ocupación del territorio, un hecho ligado a la potenciación y estímulo de la producción y a la creación de una red viaria planificada que debía permitir el enlace entre los principales núcleos urbanos. de hecho, esta fosilización de los caminos antiguos obliga a estimar las posibilidades reales de las vías que facilitan la comunicación del Baix Ebre con una zona de cruce de caminos como es el área de Bot- Gandesa, pues se trata de pasos que sabemos que se han utilizado en diversos momentos a lo largo de la historia y que se han propuesto tradicionalmente como ejes de penetración transversal hacia la Terra Alta, pero que no han sido examinados sobre el terreno para valorar su funcionalidad en época protohistórica. Se trata, por una parte, del curso bajo del río Canaleta (que sigue aproximadamente el trazado de la línea de ferrocarril de la Val de Zafán), propuesto como el principal enlace entre el curso inferior del Ebro y la Terra Alta (Sanmartí, 1984; Ruiz Zapatero, 1984), y por otro del barranco de Xalamera (el curso del cual sigue aproximadamente el trazado de la actual Carretera n-230, entre Xerta y Prat de Comte) y que se ha propuesto también como una vía de conexión entre estos dos territorios, como se ha sugerido en varios trabajos (diloli, 2002a; 2002b; moret, 2002; moret, Benavente, Gorgues, 2006, 2006). de hecho, creemos que la prospección de estas vías era una tarea esencial para comprobar en sentido positivo o negativo su funcionalidad como caminos, analizando sobre el terreno los condicionantes concretos de cada caso.

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REcuRSOS POTEncIALES dE LA REgIón. debemos entender que el establecimiento de vías de comunicación entre diferentes comunidades tiene un sentido ligado a procesos culturales que, al menos en época protohistórica, deberían de poseer un fuerte componente económico y social, ya sea en relación a la circulación de productos básicos o a la distribución de productos imbuidos de un sentido de prestigio, que superarían las necesidades esenciales de la población. En la zona prospectada, las posibilidades de explotación agrícola óptimas se concentran en el curso bajo de ambos cursos de agua, pues se trata de espacios llanos formados por aportaciones aluviales, aptos para todo tipo de cultivo. En este sentido, cabe apuntar que se trata de zonas muy cercanas al Ebro, que están regadas de forma natural y que en época antigua podrían haberse destinado tanto a los cultivos de huerta como a los de secano y en los que se desarrollaría una economía agraria basada principalmente en el cultivo de gramíneas, leguminosas, y frutos de secano, entre otros productos (diloli, 2002a). En tanto al curso medio y alto del barranco de Xalamera, la explotación agrícola actual se basa en el cultivo de secano, mayoritariamente de viña, olivos y almendros. El río Canaleta, si bien cuenta en su curso medio con algunos puntos donde es practicable la explotación agrícola de regadío o sobre todo de secano, se inscribe en un entramado orográfico que impide prácticamente el aprovechamiento de sus márgenes, pues se trata de un valle especialmente abrupto. no obstante, cabe apuntar que en la zona de la Venta del Riu, donde el barranco de Prats y el barranco de la Vall se unen con el Canaleta, se conforma un pequeño espacio abierto con posibilidades de aprovechamiento agrario. otra de las dificultades a la que nos enfrentamos es la definición de los productos transportados. Si bien cada vez parece más claro el interés de los indígenas por las manufacturas foráneas, difícilmente hay rastros de los elementos que podían ofrecer a cambio. Con todo, desde la Terra Alta y las comarcas vecinas se podían distribuir hacia el curso inferior del Ebro productos agropecuarios como cereales, ganados o pieles. Cuando menos, la carencia de un conjunto analítico de muestras paleoeconómicas o arqueobotánicas, no nos permite disponer de unos datos claros respecto a las producciones locales y productos explotados. En este sentido, no debemos olvidar las características paisajísticas de esta región, donde las amplias zonas de pastoreo, el uso de las cuales fue motivo frecuente de conflicto durante la Edad media, debieron de potenciar una especialización ganadera frente a la dificultad de desarrollar una agricultura extensiva. También debemos tener en cuenta que el curso alto del barranco de Xalamera constituye una región muy rica en cuanto a recursos faunísticos, pues se trata de una zona montañosa conectada a los Ports de Beseit que hoy en día todavía está poblada por cabra hispánica (Capra pirenaica), ciervo (Cervus elaphus), jabalí (Sus scropha), conejo (Oryctolagus sp) y liebre (Lepus sp), especies salvajes que tal y como se ha constatado en diversos yacimientos de la zona contribuyeron a complementar la dieta cárnica de los iberos (diloli, 2002a), siendo esta región un espacio con una presencia de cordilleras boscosas de cumbres escarpadas, paisaje que presenta unas características idóneas para esta actividad.

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Así mismo, tampoco podemos descartar el interés que pudieron suscitar algunas explotaciones minero-metalúrgicas de la región, que si bien no han sido consideradas de suficiente valor para atraer a los comerciantes fenicios (moret, Benavente, Gorgues, 2006: 238), no deben desestimarse en el contexto global del comercio protohistorico. Entre estos recursos cabe destacar los hard-grounds enriquecidos con minerales de hierro presentes en los Puertos de Tortosa- Beseit, destacando las mineralizaciones de lateritas más meridionales de Catalunya, situadas en Fontespatlla (matarranya) y Horta de Sant Joan (Terra Alta), sin desestimar los hard-grounds del dogger de Gandesa (Terra Alta) que aunque con poco éxito, han sido explotados en otros momentos históricos, al igual que los lignitos y bauxitas de Beseit (matarranya) y de Prat de Comte (Terra Alta) (diloli, 2002a). Además, también debemos destacar la presencia de mineralizaciones de plomo y de pequeñas concentraciones de galena y óxidos de hierro en la zona de Paüls, un área relativamente cercana al curso del barranco de Xalamera, pero que desde el Ebro dispone de una vía de acceso mucho más directa a través del barranco de les Fonts (diloli, 2000; 2002a). otros recursos minero-metalúrgicos son, en un sector muy cercano a la zona de la Venta del Riu, una explotación de arcilla situada justo en el margen izquierdo del río Canaleta, que ha sido utilizada de forma habitual desde hace décadas. debemos valorar también el aprovechamiento de la madera de pino procedente de las cordilleras septentrionales del macizo de los Ports de Beseit, documentada durante la dominación islámica del territorio del bajo Ebro, pero muy probablemente anterior, siendo especialmente apreciado para la construcción naval, como lo indica aún hoy día la denominación de tortosinos (turtûshî) que se da en algunos puntos del norte de África a los troncos de pino gruesos y largos. El pino rojo era especialmente apreciado en el sur de la Península ibérica, como lo demuestra su uso en el envigado del techo de la mezquita de Córdoba. Así mismo, la madera procedente del boj o del tejo se ha utilizado tradicionalmente para la fabricación de diversos utensilios. Finalmente, indicar la existencia en el punto donde hoy en día se localiza el Santuario de la Fontcalda (Gandesa), de una fuente de agua caliente, situada a la izquierda del río Canaleta. Son aguas que contienen cloruro y carbonato cálcico, sulfato de magnesio y cloruro sódico, motivo por el cual se han explotado con fines medicinales o terapéuticos desde el siglo XViii, siendo probablemente conocidas y utilizadas desde épocas anteriores. LAS PROSPEccIOnES En EL BARRAncO dE XALAMERA y En EL cuRSO BAjO dEL RíO cAnALETA Objetivos y metodología las dos campañas de prospección efectuadas en el barranco de Xalamera (2006) y en el curso bajo del río Canaleta (2007) han permitido analizar sobre el terreno las posibilidades funcionales de estos accesos como líneas de comunicación. El objetivo fundamental era evaluar de forma específica y detallada la orografía y los accidentes geográficos que determinan sus respectivos trazados, comprobando las ventajas y las dificulta-

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des que ofrecen estos pasos naturales para el tránsito humano y de mercancías. En este sentido, la prospección ha permitido constatar la existencia de diversos yacimientos o estaciones arqueológicas que se sitúan en sus proximidades, inéditos, o que como mínimo no constaban en la carta arqueológica. Para poder desarrollar de forma adecuada estas dos campañas de prospección se ha actuado sobre una área territorial concreta definida previamente, desarrollando un programa que suponía, en términos objetivos y de metodología, una combinación entre la prospección intensiva de algunas zonas inexploradas, el reconocimiento de yacimientos ya acreditados en la bibliografía y la aproximación general a la problemática históricoarqueológica de la zona. En este sentido se ha trabajado sobre cuadrículas teóricas marcadas en planos topográficos de diversas escalas (1/50.000, 1/25.000, 1/5.000), ortofotomapas de gradaciones diferentes y fotografía aérea. A nivel administrativo, la prospección se ha realizado en un territorio incluido en los términos municipales de Benifallet, Xerta, Paüls, Pinell de Brai, Gandesa y Prat de Comte, en la provincia de Tarragona, efectuando sólo de manera esporádica algunos reconocimientos selectivos fuera del área que representan ambos cursos hidrográficos. En este sentido cabe destacar que se ha realizado una prospección superficial de algunas áreas colindantes, como el barranco dels Prats (que desde el barranco de Xalamera se dirige hacia la zona del Pinell de Brai) o el barranco del Hostal (que desde el barranco de Xalamera avanza hacia la zona de Horta de Sant Joan), y que podrían haber actuado como vías secundarias de enlace de caminos. la finalidad era obtener una muestra equilibrada y significativa de toda la zona, centrándonos especialmente en los puntos geoestratégicos, pero también en aquellos espacios con posibilidades de explotación agrícola. los trabajos se han ajustado en líneas generales a los procedimientos metodológicos básicos de la prospección arqueológica (Ruiz Zapatero, Fernández, 1993; García Sanjuán, 2005). no obstante, el reconocimiento superficial del terreno se enfrenta a diversas dificultades, entre las que destacan en esta zona: 1. los cambios sedimentológicos producidos como consecuencia de la erosión, especialmente en aquellos lugares donde el terreno natural se encuentra a una cota más realzada. de hecho, los puntos más elevados que configuran la línea de cerros que a lado y lado definen el trazado del cauce de ríos y barrancos, presentan en general una escasa potencia sedimentaria. 2. la densa vegetación, que provoca una escasa visibilidad en una parte importante de la zona. Este es un factor que dificulta el reconocimiento visual minucioso de muchas de las parcelas prospectadas. Se trata de una zona boscosa integrada por matorrales y pino blanco con un sotobosque a base de romero y aliaga, hecho que dificulta el examen visual de algunos sectores. 3. la profunda alteración del terreno debida a la intensa actividad agrícola efectuada en algunas vertientes de las cuencas fluviales analizadas. nos referimos sobre todo al tramo final de ambos cursos hidrográficos y también a las zonas más

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o menos amplias como la planicie de Prat de Comte. los propios cultivos, especialmente los cítricos (el cultivo de mandarinas y naranjas se concentra dentro de los términos municipales de Benifallet y de Xerta) y los cultivos de secano (el cultivo de la viña, el olivo, el algarrobo y el almendro, concentrados en el curso medio del barranco de Xalamera). 4. las modificaciones del paisaje realizadas durante la Guerra Civil (19361939), básicamente por los efectos de la batalla del Ebro. de hecho se trata de una zona en que es factible documentar con facilidad la presencia de diversos puntos con evidencias materiales (metralla, latas, restos de proyectiles, etc.) y estructurales (trincheras, pozos de tiradores, nidos de ametralladoras, refugios, etc.) que se relacionan con este conflicto. Se trata de lugares que disponen de un buen control visual del territorio y en los cuales se constata profundamente la alteración antrópica de determinados espacios. El avance del ejército republicano en esta zona se realizó siguiendo la vía del Canaleta, aprovechando la línea de ferrocarril de la Val de Zafán; no obstante el día 27 de julio de 1938, el V cuerpo de líster recibió el encargo de ocupar dos puntos de enlace de carreteras muy cercanas al barranco de Xalamera, el Empalme, en la actual n-230, que va del Pinell de Brai a Xerta y la carretera que desde Prat de Comte se dirige al Coll de Bot. Pero lo cierto es que, más allá de la zona del Empalme, las tropas republicanas no se dirigieron ni a Prat de Comte ni a la Fontcalda, aún tratándose de zonas fundamentales para el control geoestratégico de los accesos hacia la zona de Bot y Gandesa. de hecho, el curso bajo del río Canaleta es seguido aproximadamente por el trazado que define la antigua línea de ferrocarril de la Val de Zafán, que en todo este tramo atraviesa diversos túneles, utilizados por el ejército republicano a modo de refugio y polvorín. la problemática expuesta, la topografía y la vegetación del terreno, la amplia extensión abarcada y el tipo de información obtenida, nos hicieron desestimar una prospección de cobertura extensiva para la totalidad del territorio, como ya hemos indicado, optando por una prospección orientada. El método de trabajo que hemos aplicado procura explotar la complementariedad de los diferentes procedimientos (Ruiz Zapatero, Fernández, 1993: 91), empleando la cobertura total en áreas concretas y definidas en las que resulta recomendable y recurrente aplicar, como línea de trabajo, las estrategias de muestreo, mientras que en otros casos (debido a las condiciones del terreno) se han realizado, como ya hemos apuntado, incursiones de manera dirigida o intencional. El diseño previo se basa en un análisis de diversos tipos de información (cartografía general, carta arqueológica, mapas de recursos mineros, fotografía aérea, referencias escritas, toponimia, etc.) (Hunt, 1996; García Sanjuán 2005), utilizados también de manera combinada a lo largo de todo el proceso de prospección y complementados con los datos generados por anteriores trabajos de inventario y prospección (mascort, Sanmartí, Santacana, 1990, Puch, 1996; diloli, 2002a; Revilla, 2003; noguera, 2006). El registro de yacimientos arqueológicos y los hallazgos aislados en superficie se ha llevado a cabo mediante fichas, con un formulario predefinido, en las cuales constan una serie de campos referentes a la

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localización (topónimo, coordenadas uTm, cota s.n.m., etc.), a la clasificación crono-cultural (cronología, descripción de los materiales) y a la descripción del yacimiento (potencia sedimentaria, área de dispersión, visibilidad, estructuras). El posicionamiento se ha efectuado con GPS y se ha procedido a una recogida selectiva de materiales en superficie para su posterior estudio. También se ha realizado un registro fotográfico de todas las parcelas prospectadas. Por otra parte, se efectuaron algunos levantamientos topográficos del curso inferior del barranco a partir de una aplicación de la Carta digital del ejército. En cuanto al estudio del material arqueológico, se ha inventariado y cuantificado, valorando su adscripción tipológica y cronológica, efectuandose el dibujo de los elementos más significativos. El trabajo de campo se organizó diariamente en base a la repartición de las diversas áreas de prospección que fueron asignadas a distintos equipos. Básicamente la prospección ha sido ejecutada por equipos de 3 a 4 personas1. Resultados de la prospección El barranco de Xalamera El barranco de Xalamera, situado a la derecha del Ebro, se ha propuesto tradicionalmente como un paso natural entre el río Ebro y la Terra Alta. El cauce, que nace en Prat de Comte, desemboca después de recorrer unos 14 kilómetros, en el Ebro, justo frente al asentamiento ibérico del Castellot de la Roca Roja (Benifallet), no lejos de Aldovesta (Benifallet), después de haber cruzado las sierras de Corrals y de àligues. Se trata de una vía que comunica el territorio del Bajo Ebro con el curso alto del río Algars (términos municipales de Horta de Sant Joan, Arenys de lledó y Caseres), o con la depresión de Bot, si bien en este caso debemos tener presente que se trata de un acceso muy difícil si se hace atravesando el Coll del Bot, tal y como apuntan algunos autores (moret, 2002: 72), contemplándose la posibilidad de un virtual acceso por el camino que en dirección norte, siguiendo aproximadamente el trazado de la actual n-230 (antiguo eje del Ebro), transcurre a través del barranco de Prats comunicándose con la zona del Pinell de Brai y Gandesa. El área a prospectar comprendía desde el río Ebro, donde se sitúa la desembocadura del barranco, hasta su nacimiento en la Serra del montsagre de Paüls. Se prestó especial atención al valle de Prat de Comte, entre el Coll d’en Gra y las Planelles, pero también al curso bajo del barranco, el tramo comprendido entre la presa de Xalamera y el Ebro. los principales accidentes orográficos entre el nacimiento del barranco de Xalamera y su desembocadura son la Sierra dels Corrals, el Coll de les moles, l’ombria de German, las Armes del Rei y la Tossa. Antecedentes arqueológicos. Históricamente, el barranco de Xalamera ha sido considerado como la vía de paso más corta y accesible entre el Ebro y la cuenca del río Algars, bordeando el extremo septentrional de los Puertos de Beseit hasta la zona de Horta de Sant Joan (Belarte, noguera, 1.- Han participado en estas prospecciones d. Bea, J. Vilà, R. Ferré, R. Roqué, S. navarro, A. González, R. Graells, R. Balsera, l. Tomàs, m. domènech, H. Sancho.

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Sanmartí, 2002; diloli, 2002a; diloli, 2002b; moret, 2002; moret, Benavente, Gorgues, 2006). de hecho, en el término municipal de Horta de Sant Joan conocemos la existencia de los yacimientos protohistóricos del Collet, Penya Gall y Els Vilans (Puch, 1996), núcleos identificados a partir de la localización de materiales cerámicos en superficie y a los cuales no podemos otorgar una cronología precisa de ocupación más allá de apuntar su adscripción al periodo ibérico. Con todo, la información sobre el poblamiento de este espacio provenía sobre todo de noticias de aficionados, o del programa de prospecciones que desarrolló el año 1988 un equipo de la universitat de Barcelona (mascort, Sanmartí, Santacana, 1990) en el curso inferior del Ebro, limitado a las terrazas fluviales. Gracias a los resultados obtenidos en esta prospección se pudo empezar a valorar la abundante distribución que presentaban las importaciones procedentes del ámbito semita sur-peninsular en la zona del Ebro, al menos desde mediados del siglo Vii a.n.E. Precisamente, en el Turó de Xalamera (Benifallet), uno de los promontorios que jalonan la desembocadura del barranco de Xalamera en el río Ebro, se documentó un yacimiento con notable presencia de ánfora fenicia, hecho que sugería la existencia de un centro similar al asentamiento vecino de Aldovesta, ubicado en el margen contrario del Ebro. A parte del yacimiento protohistórico de Aldovesta (mascort, Sanmartí, Santacana,1991), en el término de Benifallet también se ha excavado el poblado ibérico del Castellot de la Roca Roja, ocupado entre los siglos Vi-ii a.n.E. (Belarte, noguera, Sanmartí, 2002), que se encuentra situado justo delante del punto donde el barranco de Xalamera desagua en el Ebro. un poco más al sur, todavía dentro del término municipal de Benifallet, se encuentra el yacimiento de Coll de Som, ocupado desde época ibérica y desde el cual se controla visualmente la desembocadura del barranco de Xalamera. En el mismo margen del río, dentro del término municipal de Xerta, justo en un cerro situado a la derecha de la desembocadura del barranco de Xalamera, se conoce el yacimiento ibérico de les Trampes, con una ocupación que debe situarse durante el ibérico Pleno, entre los siglos V-ii a.n.E. (diloli, 2002a; noguera, 2006). ya en el interior, destacan los resultados obtenidos gracias a los trabajos efectuados dentro del “Programa de Prospeccions Arqueològiques a la Conca del riu Algars (Terra Alta)” llevado a cabo el año 1999 por la universitat de Barcelona y dirigido por J.m. Pérez, P. Rams y m. Jornet que permitieron documentar en la zona descrita diversos yacimientos arqueológicos de época protohistórica y posterior, recogidos en la Carta Arqueológica de la Terra Alta. Yacimientos documentados. Si bien los objetivos esenciales de la presente intervención estaban orientados a la obtención de datos referentes a la protohistoria, se han podido documentar yacimientos fechados en distintos horizontes cronológicos: protohistóricos, de época romana, de época medieval y de la Guerra Civil (1936-1939). Entre los establecimientos inéditos localizados destaca el Pla de Fernando (Paüls), un asentamiento romano situado en el curso medio del barranco, que podría indicarnos la existencia de un núcleo rural secundario, probablemente subordinado a alguna de las villas o grandes centros de explotación agrícola situadas en el curso inferior del Ebro.

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la mayor parte de los yacimientos o estaciones arqueológicas documentadas se concentran en el tramo bajo del barranco, la zona más cercana al Ebro, dado que se trata del área que presenta mayores posibilidades de explotación agrícola y que por tanto resulta más idónea para acoger núcleos de hábitat más o menos permanentes. En total se han documentado 14 yacimientos o puntos de interés arqueológico, no obstante sólo los seis siguientes han proporcionado datos de época protohistórica o romana: 1- les Trampes (Xerta). En el margen derecho del barranco, justo donde éste desemboca en el Ebro, se alza una colina en la que en su punto más elevado se ha hallado un conjunto de material cerámico de época ibérica, justo en un sector donde también se documentan restos de material bélico relacionados con el transcurso de la Guerra Civil (1936-39). Se trata de un paraje de visibilidad óptima sobre el curso del Ebro y también sobre el curso bajo del barranco de Xalamera. la existencia de este yacimiento se conocía a raíz de los trabajos de Jordi diloli (diloli, 2002a) y de Jaume noguera (noguera, 2006), ubicándose cronológicamente en un periodo comprendido entre los siglos V-ii a.n.E. 2- Turó de Xalamera/ mas de Xalamera (Benifallet). Altozano situado en el margen izquierdo del barranco, en su desembocadura. En su cima se localizó un conjunto cerámico con un alto predominio de fragmentos de cerámica fenicia del Círculo del Estrecho, que debe ubicarse cronológicamente durante la primera Edad del Hierro (650-550 a.n.E.), pero también cerámica ibérica, con una tipología que nos indica un momento de ocupación que se situaría entre los siglos V y ii a.n.E. (diloli, 2002a). Se trata de un punto de óptima visibilidad sobre el curso del Ebro y también sobre el curso bajo del barranco. la existencia de este yacimiento se conocía por los trabajos de prospección efectuados en 1988 por la universitat de Barcelona (mascort, Sanmartí, Santacana, 1989), momento en que se recuperaron un total de 87 fragmentos de cerámica fenicia (Alaminos et alii, 1991, 277). Este hecho sugirió la posibilidad de la existencia de un centro redistribuidor similar al caso del vecino Aldovesta (Benifallet) (Ramon, 1994-96, 400). Al pié de esta colina se encuentra el mas de Xalamera, edificio que presenta elementos constructivos de época medieval y que se sabe habitado durante la época andalusí (Virgili, 2001). Es interesante también mencionar un texto del siglo Xiii donde se alude al mas de Xalamera como una granja denominada “Colomera” (Combarte, 1989). 3- los Arquets de Xalamera (Benifallet). Punto muy cercano al cauce del barranco, donde actualmente hay un cultivo de cítricos (mandarina), en el que se ha documentado la presencia de algunos fragmentos de cerámica común romana y de los restos de lo que podría ser una canalización de la misma época. El material se concentra en la última terraza, justo al sur del acueducto medieval conocido como los Arquets de Xalamera. Cabe destacar que el acueducto de Xalamera es una construcción gótica de piedra que fecha

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del siglo XiV y que está en relación con el mas de Xalamera. de hecho, la prospección ha permitido constatar que todavía se conservan algunos tramos de este mismo acueducto en el curso medio del barranco, en concreto en la zona del Estret de Carlos (en el kilómetro 19 de la carretera n-230). 4- mas d’en Cid (Xerta). Altiplano situado en el margen derecho del barranco, en un espacio donde actualmente se encuentra una masía que posee una extensa área de explotación agropecuaria (campos de cultivo y granja) y también un repetidor de telefonía móvil. En la zona más elevada del altiplano ha sido posible documentar la presencia de algunos fragmentos de cerámica ibérica y de cerámica común de época medieval. Se trata de un punto que ofrece una óptima visibilidad sobre el curso del Ebro y el tramo bajo del barranco de Xalamera.

Fig. 4.- ubicación de los principales yacimientos arqueológicos de época antigua localizados en la desembocadura del barranco de Xalamera. En la fotografía inferior se observa el área de la desembocadura del barranco, óptima para la agricultura.

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5- molaterra (Benifallet). Colina situada en el margen izquierdo del barranco que presenta una vegetación boscosa a base de matorrales y pino blanco. En este punto ha sido posible documentar la presencia de algunos fragmentos cerámicos de época ibérica y también de un pondus. Se trata de un lugar que dispone de buena visibilidad sobre el tramo final del barranco de Xalamera. 6- Pla de Fernando (Paüls). Terraza a media altura situada a pocos metros del curso del barranco que permite el control del camino que resigue el trazado de su cauce. Se trata de un espacio que actualmente está dedicado al cultivo de algarrobos y de viña. la presencia de materiales cerámicos de época romana (terra sigillata sur-gálica, terra sigillata hispánica, terra sigillata africana y cerámica común) se concentra en un punto afectado por un recorte reciente efectuado en una zona donde se abrió el camino de acceso a una masía. los materiales recuperados nos indican una cronología de ocupación comprendida aproximadamente entre los siglos ii y V d.n.E. Curso bajo del río Canaleta. El área prospectada abarca el valle del Canaleta desde el punto en que, pasado Bot, el río inicia un tramo sumamente encajonado a través de las carenas que enlazan el macizo de los Puertos con la Sierra de Pàndols. Este congosto llega a su máxima expresión en la zona de la Fontcalda (Gandesa), donde se perfila un profundo valle que atraviesa las estructuras geomorfológicas de un área que destaca por sus importantes afloramientos calcáreos. El cauce del río no se amplía hasta la zona de la Venta del Riu, dentro del actual término municipal del Pinell de Brai, para seguidamente volver a angostarse a su paso por el macizo de Codines de Riberola hasta que se abre a la Vall, una planicie aluvial del tramo final del río antes de la desembocadura. El área prospectada abarcó ambos márgenes del río, prestando especial atención a algunas zonas concretas, especialmente las que presentaban buenas condiciones para acoger núcleos de hábitat, como es el caso de la zona de la Vall o el barranco de Prats, que en dirección sur enlaza con el barranco de Xalamera por la zona del Empalme. A grandes rasgos, el río Canaleta, afluente del margen derecho del Ebro que tiene su nacimiento en los Puertos, se ha propuesto tradicionalmente como una vía natural de comunicación, quizás la más importante, entre el Baix Ebre y la Terra Alta (Sanmartí, 1984; Ruiz Zapatero, 1984, diloli, 2002a; 2002b; noguera, 2006). Este hecho se debe a que se trata de un río que cruza totalmente las sierras más septentrionales del Sistema ibérico, enlazando de esta forma el valle del Ebro con la Terra Alta, discurriendo en algunos tramos por amplios valles donde históricamente se ha producido una ocupación humana. En este sentido, como veremos, la prospección que hemos efectuado en su tramo inferior nos ha hecho desestimar esta idea, pues para atravesar la Sierra de Corrals y desembocar en el Ebro el río atraviesa los niveles geológicos que forman estos relieves, compuestos por rocas calcáreas del jurásico y del triásico, mediante pasos inaccesibles para el ser humano.

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Antecedentes arqueológicos. los datos existentes hasta ahora sobre la ocupación antigua en el área donde se ha efectuado el presente trabajo de prospección, únicamente indicaban la existencia del yacimiento del ligallo de lixem (Benifallet, Baix Ebre), que se encuentra justo en la vertiente de una colina situada en el margen izquierdo de la desembocadura del río Canaleta en el Ebro. En este punto se documentó en el año 1989 la existencia de materiales cerámicos de la Edad del Bronce y de época romana, tal como aparece descrito en el inventario de yacimientos arqueológicos de la Generalitat de Catalunya. En este mismo catálogo también se hacer constar la existencia de industria lítica en dos colinas situadas en la zona de la Venta del Riu (Pinell de Brai) y en la cueva de la Fontcalda (Gandesa). Por otro lado, dentro del término municipal de Bot, atravesado por el río Canaleta, se conoce una interesante red de poblamiento protohistórico que integra, entre otros, los yacimientos de los Vilassos i, los Vilassos ii, Tossal de moro y la Font de leure. Se trata de yacimientos que se conocen por prospección y a los que por tanto tampoco se les puede otorgar una cronología precisa, más allá de apuntar su segura adscripción al periodo ibérico (Puch, 1996). Cabe destacar que todos estos yacimientos mantienen comunicación visual con el importante núcleo del Coll del moro (Gandesa). Yacimientos documentados. El curso bajo del río Canaleta transcurre por los actuales términos municipales de Benifallet, Pinell de Brai, Prat de Comte y Gandesa. El trabajo efectuado en este espacio ha permitido evidenciar la existencia de diversos puntos de interés arqueológico, si bien se trata mayoritariamente de restos representativos de la Batalla del Ebro. En cuanto a los yacimientos de época protohistórica, la información obtenida se resume en unos pocos datos dispersos. Sin embargo, por lo que se refiere a la época romana, destaca la presencia de una posible villa (ligallo de lixem) en relación a la explotación agrícola de las parcelas de la llanura aluvial cercanas a la desembocadura. En este caso la mayor parte de yacimientos o estaciones arqueológicas se concentran en el tramo bajo del río, la zona de la Vall, que es la más cercana al Ebro. En total se han documentado 11 puntos de interés arqueológico, no obstante sólo han proporcionado datos de época protohistórica o romana los 4 siguientes: 1 - ligallo de lixem (Benifallet). Se trata de una parcela situada en el margen izquierdo del río Canaleta, justo en la vertiente de un cerro situado en el punto donde este desemboca en el Ebro, delante del yacimiento del martorell (Benifallet), un asentamiento ocupado en época protohistórica (diloli, 2002a). la vertiente más occidental de la colina fue afectada por la construcción de la carretera que lleva hasta la antigua estación de Benifallet, enlazando con el camino de la Vall. Estos trabajos permitieron constatar la existencia de enterramientos sin adscripción cronológica, tal y como nos indicaron oralmente. de hecho, la existencia de este yacimiento es conocida desde antaño, pues la primera noticia sobre su presencia procede de la memoria del museo de Tortosa de agosto de 1967, en la que se explica que el director, Sr. massip, acompa-

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ñado por el Sr. àngel Sotà, intentaron documentar una serie de hallazgos aparecidos como consecuencia de los trabajos de desmonte de tierras para el cultivo de naranjos. En concreto, estas labores de aterrazamiento rebajaron un sector aluvial en la partida de mollets, afectando a unos enterramientos construidos con losas de piedra a doble vertiente. También se documentaron pavimentos de opus signinum, sillares y restos de muros (massip, 1987), elementos que fueron considerados en su conjunto de época romana. Por otro lado, en 1989, la prospección de urgencia efectuada por el Servei d’Arqueologia de la Generalitat de Catalunya dirigida por Josep Pou y Víctor Revilla, permitió evidenciar como ya hemos señalado, la presencia de algunos fragmentos de sílex, de cerámica a mano (datada en el Bronce Final), cerámica ibérica oxidada y cerámica romana (cerámica de cocina africana, terra sigillata hispánica y terra sigillata A). En la presente intervención se ha podido recuperar una notable cantidad de material cerámico, mayoritariamente de época romana, siendo especialmente destacable la presencia de algunos fragmentos de ánfora africana procedentes de un corte efectuado en la carretera T-352, que corresponden a una zona de enterramientos de época bajo-imperial. Por otro lado, vale la pena señalar que, a partir de la revisión de los fondos del museu municipal de Tortosa, efectuadas por nuestro mismo equipo en el año 2003, se localizó un lote de materiales recuperados por el Sr. massip en el lugar denominado como “Val de Zafán”, posiblemente asociable a este mismo punto, entre los que figuran huesos humanos y algunos fragmentos de ánfora africana. Sin embargo, la presencia de restos de cerámica ibérica (un borde de ánfora, un borde de tinaja y algunos fragmentos informes) nos obligan a ser cautos a la hora de relacionar estos dos yacimientos, pues ni en la prospección del 2007 ni en la efectuada en 1989 se constató la presencia de material de época ibérica en dicho lugar. Por otro lado, debemos de tener presente que la palabra “ligallo” deriva de un vocablo medieval que se utilizaba para designar los caminos ganaderos que unen las llanuras aluviales y las áreas litorales con las zonas interiores de montaña como el maestrat y los Ports de Beseit. los ligallos se constatan como entidad pecuaria ya consolidada desde mediados del siglo Xiii, aunque muy probablemente su origen se pueda remontar hasta épocas más antiguas. de hecho, se ha puesto de manifiesto que muchos de estos caminos, hoy en día mayoritariamente abandonados, se documentan en las proximidades de los asentamientos protohistóricos, hecho que sugiere la posibilidad de que fueran caminos funcionales desde época prerromana (noguera, 2006: 68). no obstante, debemos tener presente que los caminos de pastoreo se utilizan de manera periódica y estacional y no obedecen a la necesidad de establecer una vía de comunicación directa entre dos territorios, si no que responden a unos objetivos específicamente relacionados con el transporte y el pasto de los rebaños. En este sentido entendemos que para considerar un camino como una auténtica vía de uso regular, tiene que reunir una serie de condiciones que lo hagan apto para el tránsito a pie o con animales de carga, de forma que difícilmente podemos poner en relación el uso de este ligallo con la existencia de un camino que posibilitara la comunicación regular entre el Baix Ebre y la Terra Alta.

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Fig. 5.- yacimientos de época antigua localizados en el curso del barranco de Xalamera y el curso bajo del río Canaleta.

2- Colina en el margen izquierdo del río Canaleta (Pinell de Brai). Punto estratégico situado en el margen izquierdo del río Canaleta, justo en la zona donde este surge de los últimos contrafuertes de la Sierra de Pàndols y entra en la llanura de la Venta del Riu. Según consta en la Carta Arqueológica de la Terra Alta, en 1985 J. Bosch documentó en prospección la presencia de industria lítica, sin especificar su adscripción cronológica. Se trata de un punto situado al este de la antigua estación de Pinell de Brai que dispone de óptima visibilidad sobre el curso del Canaleta a su paso por la zona de la Venta del Riu, pero no podemos confirmar una ocupación de este lugar en época protohistórica. 3- Colina en el margen derecho del río Canaleta (Pinell de Brai). Rellano de una colina de difícil acceso que está situada en el margen derecho del río Canaleta, al igual que la anterior, justo en la zona donde este entra en la planicie de la Venta del Riu. Como en la colina del margen izquierdo, según consta en la Carta Arqueológica de la Terra Alta, las prospecciones de 1985 permitieron docu-

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mentar en este punto diversos fragmentos de industria lítica, sin que se precise su cronología. 4- Cueva de la Fontcalda (Prat de Comte). Cueva situada en un punto muy próximo a los Estrets de Baix, un sector donde el río Canaleta transcurre encajonado, justo después de haber dejado atrás el santuario de la mare de déu de la Fontcalda. Actualmente, la cueva se encuentra en el lado de apertura de uno de los túneles de la antigua vía férrea de la Val de Zafán, ahora convertida en Vía Verde. En la Carta Arqueológica de la Terra Alta, se menciona la presencia de algunos fragmentos informes de cerámica a mano muy desgastada, tanto en el interior como en sus alrededores, sin precisar con exactitud si se trataba de un lote de materiales de la Edad del Bronce. Cuando menos, nuestro trabajo no pudo confirmar esta posible ocupación. Resultados. El programa de prospecciones efectuado en el barranco de Xalamera (2006) y en el curso bajo del río Canaleta (2007) fue concebido como una actividad destinada a valorar sobre el terreno las posibilidades de funcionamiento real de estas vías de comunicación en época antigua. Por lo tanto, no se ha pretendido efectuar una valoración sistemática de la totalidad de los puntos arqueológicos localizados, si no que se ha optado por la selección de aquellos hallazgos susceptibles de indicar una ocupación en época protohistórica y romana que confirmasen la ocupación de estos espacios y su posible funcionalidad. En este sentido, no hay duda de que ambas prospecciones han proporcionado respuestas interesantes a muchos de los planteamientos teóricos que habían hecho que, dentro del marco del estudio de este territorio, se considerasen hipotéticamente estos pasos naturales como las vías de comunicación más aptas para garantizar los contactos entre el curso inferior del río Ebro y la Terra Alta. de hecho, una vez efectuadas las prospecciones, consideramos que a nivel orográfico el barranco de Xalamera ofrece una serie de opciones factibles para el tránsito humano, mientras que descartamos la opción del curso bajo del río Canaleta como vía de uso regular, pues transcurre por diversos tramos absolutamente angostos como las Codines de Riberola, los Estrets o el paso por la Sierra de Pàndols, que no ofrecen soluciones alternativas de circulación. En este sentido, quizás el dato más relevante del presente trabajo es el hecho de constatar que el curso bajo del río Canaleta, pese a que aparece citado habitualmente como un camino tradicional hacia la Terra Alta (Sanmartí, 1984; Ruiz Zapatero, 1984; Aubet, 1993; diloli, 2002a; Rafel, 2003; noguera, 2006), presenta un trazado extremadamente abrupto que nos obliga a descartarlo como vía de comunicación de facto. Por otra parte, y en contraste con lo que acabamos de exponer, el trazado del barranco de Xalamera define una apertura lo suficientemente amplia a lo largo de todo su recorrido, que permite la existencia de un camino que podría seguir sin dificultades este curso hidrográfico hasta la zona de Prat de Comte, desde donde podría enlazar por el barranco del Hostal, pasando por Coll d’en Gra, hasta el tramo alto del Canaleta, que aquí sí permite la circulación hasta Horta de Sant Joan. En realidad, el barranco de Xalamera sólo

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Fig. 6.- Posibles vías de comunicación a través del barranco de Xalamera, entre el Baix Ebre y la Terra Alta.

presenta un punto de relativa dificultad en el Estret de Carlos (Kilómetro 19 de la carretera n-230), accidente, pero, que es franqueable sin esfuerzos considerables. no obstante, cabe dejar muy claro que el barranco de Xalamera no permite en ningún caso un acceso fácil y directo hacia el interior de la Terra Alta, simplemente ofrece una serie de posibilidades que son las que seguidamente valoramos: - Vía 1: Camino que permitiría acceder al curso alto del río Algars por el barranco del Hostal, el cual enlaza con el de Xalamera a los pies de la colina donde se encuentra el municipio de Prat de Comte y desde aquí, a través de la llanura fluvial del Canaleta, lleva directamente hasta la zona de Horta de Sant Joan. de hecho, pensamos que es la vía que presenta mejores condiciones para una comunicación directa y regular entre el Ebro y el interior de la Terra Alta sin atravesar accidentes orográficos de excesiva dificultad. no obstante implica cruzar el río Canaleta poco antes de llegar a la montaña de Santa Bàrbara. En cuanto a la distancia, se trata de una vía que implica recorrer en total unos 24-26 kilómetros entre la desembocadura del barranco de Xalamera y Horta de Sant Joan. - Vía 2: Camino que conduce a la zona del Pinell de Brai a través del barranco dels Prats, atravesando el río Canaleta en la zona de la Venta de del Riu y desde allí dirigirse hasta la depresión de Bot y a la zona de Gandesa cruzando las sierras

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de Pàndols y Cavalls a través del barranco de Gandesa. Se trata de un camino ligeramente más complicado que el anterior, que conduce hacia el interior de la Terra Alta. no obstante, la comunicación entre Gandesa y Horta de Sant Joan no presenta ninguna dificultad una vez atravesados estos macizos del Sistema ibérico. En cuanto a distancia, se trata de una vía que implica recorrer en total unos 18-20 kilómetros entre la desembocadura del barranco de Xalamera y Gandesa. - Vía 3: A la hora de comunicar el Ebro con las planicies interiores de la Terra Alta, existe también la posibilidad de que una vez llegados a la zona de Prat de Comte, se accediera a la depresión de Bot y a la zona de Gandesa a través del Coll de Bot. no obstante esta opción nos parece muy improbable para un camino de uso regular, dado que se trata de una vía que implica cruzar un accidente orográfico de alta dificultad que incluso hoy en día resulta difícil. Ciertamente se trata de la opción más rápida y directa para acceder a la zona de Bot, no obstante implica superar un desnivel del 12 %, a través de un camino que si bien actualmente es transitable, no podía ser apto, por ejemplo, para el transporte rodado de época romana o anterior. En cuanto a distancia, implica recorrer en total unos 14-16 kilómetros entre la desembocadura del barranco de Xalamera y el actual municipio de Bot. Por otra parte, destaca la relación que se observa entre la disposición del poblamiento y la existencia de caminos o vias. En este sentido, debemos indicar que la orografía de las sierras que separan el Bajo Ebro y la Terra Alta dificulta el establecimiento humano en los puntos más altos, por la falta de accesos, recursos, etc. Con este condicionante y considerando la importancia del control de los accesos a las posibles vías de comunicación entre estos dos territorios durante la antigüedad, lo lógico sería disponer los núcleos de habitación y/o de vigilancia justo a la entrada de las mismas. Así ocurre en la desembocadura del barranco de Xalamera, donde encontramos la mayor densidad de poblamiento en época ibérica, conjuntamente con la presencia en el margen izquierdo del Ebro del asentamiento del Castellot de la Roca Roja (Benifallet, Baix Ebre), el cual por sus características urbanísticas y arquitectónicas podría ejercer la función de fortín, que controlase el acceso a esta ruta. Por el contrario, en la desembocadura del río Canaleta no se ha localizado ningún asentamiento de ésta misma época, hecho que confirmaría su imposibilidad comunicativa y la innecesaria protección de este punto durante éste periodo.

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cOncLuSIOnES la valoración de los hallazgos arqueológicos permite hacer una serie de precisiones referentes a los horizontes cronológicos siguientes: En cuanto a la Primera Edad del Hierro, la existencia de un núcleo con importante presencia de ánfora fenicia en el Turó de Xalamera (Benifallet) Fig. 8.- Vista del interior del río Canaleta. (mascort, Sanmartí, Santacana, 1990) ha hecho que se valoren las posibilidades de comunicación de este barranco con las tierras situadas más al interior, para distribuir las importaciones que llegaban hasta este punto a través del Ebro. no obstante, cabe precisar que nuestra intervención no ha permitido documentar materiales fenicios en ningún lugar de este trayecto. de lo que no existe duda es que la notable presencia de yacimientos con presencia de ánfora fenicia en el área comprendida entre Tortosa y Benifallet, como es el caso de Aldovesta (Benifallet), Turó de Xalamera (Benifallet), El martorell (Benifallet), lo Toll (Benifallet), mas d’en Serra (Tivenys), Punta Plana de la móra 1 (Tivenys), Punta Plana de la móra 2 (Tivenys), Els Tossals (Aldover), Casa de l’Assistent (Tivenys) y l’Assut (Tivenys) (mascort, Sanmartí, Santacana, 1990; diloli 2002a; noguera, 2006), nos está indicando que esta región actúa como un punto de recepción de importancia capital para entender el despliegue de estas producciones que se detecta más al norte (hacia la Foia de móra) y hacia los territorios que se extienden a ambos márgenes del Ebro (Priorat y Terra Alta- Bajo Aragón). no obstante, excepto el caso excepcional de Aldovesta, el resto de yacimientos se conocen únicamente por prospección, por lo tanto no contamos con una visión de conjunto para entender como funciona la densa red de poblamiento que presenta el Bajo Ebro en los siglos Vii-Vi a.n.E., ni conocemos qué control efectivo se tiene de los accesos al barranco de Xalamera y al río Canaleta. Sólo la intervención efectuada en el asentamiento del Assut (Tivenys) ha aportado recientemente nueva información que nos indica claramente la existencia de una fase de ocupación datada en los siglos Vii-Vi a.n.E. (diloli, Bea, 2005; diloli et alii, en prensa). En la Terra Alta, con los datos actuales, la presencia de materiales fenicios (y de tipo fenicio) se concentra esencialmente en el sector norte (Gandesa, Vilalba dels Arcs, Batea y Caseres), un área de acceso a la zona de Calaceit- maçalió, donde durante época preibérica se constata una densa red de poblamiento. En este sentido, para acceder a la zona de Gandesa desde el barranco de Xalamera, la Vía 2 es la que posibilita un paso más directo. Si bien, y a pesar de la práctica inexistencia de datos sobre esta época en el sector sur de la Terra Alta, también podemos contemplar la posibilidad de acceso desde Horta de Sant Joan hacia la zona más interior bajo aragonesa, a través del río Algars. En este caso la Vía propuesta sería la 1. En cuanto a época ibérica, los resultados obtenidos en las prospecciones básicamente nos ofrecen datos para valorar un hecho: la notable presencia de ocupación y la

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Fig. 9.- Principales yacimientos arqueológicos del Baix Ebre y la Terra Alta durante la Primera Edad del Hierro. 1.Tossal Redó; 2.- Els Tossals; 3.- Turó de Xalamera; 4.- lo Toll; 5.- El martorell; 6.- Aldovesta; 7.- Barranc Fondo; 8.- mas d’en Serra; 9.- Casa de l’Assistent; 10.- Plana de la mora 1; 11.- Plana de la mora 2; 12.- Barranc de les Fonts; 13.- mas de mussols (nec.); 14.- mianes (nec.); 15.- l’oriola (nec.); 16.- l’Assut; 17.- Castellot de la Roca Roja; 18.- Castell de Sant Joan; 19.- Pla de les Sitges; 20.- Font de leure; 21.- Els Vilassos 2; 22.- Tossal del moro de Bot; 23.- Coll del moro (nec.); 24.- Turó del Calvari; 25.- Tossal del moro; 26.- Tossal Redó; 27.- Piuró del Barranc Fondo; 28.- la Gessera; 29.- Castell d'Almudéfar; 30.- El Puig; 31.- la Serra mitjana; 32.- Coll del moro del Xollat; 33.- Varavalls (nec.).

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elevada dispersión de materiales y de hallazgos aislados que se concentra en el curso bajo del barranco de Xalamera, en la zona más cercana al Ebro. Así, al margen de los yacimientos ya conocidos, (Turó de Xalamera y les Trampes) también hemos podido documentar cerámica ibérica en los puntos de mas d’en Cid (Xerta) y molaterra (Benifallet). En ambos casos se trata de lugares situados en el tramo final del barranco y por lo tanto la presencia de cerámica ibérica en diversas zonas de este sector pensamos que puede estar vinculada a la explotación del entorno, que se debía efectuar desde núcleos cercanos, como el propio Turó de Xalamera, les Trampes o, hasta cabe la posibilidad de valorar que las llanuras aluviales del barranco pudieran quedar integradas en el área de influencia del Castellot de la Roca Roja. de hecho, desde este yacimiento, ubicado en el margen derecho del Ebro, se cuenta con un control excepcional del acceso al barranco (Belarte, noguera, Sanmartí, 2002). Por otro lado, cabe apuntar que, a nivel de orografía y de recursos, los tramos medio y alto del barranco de Xalamera no presentan las condiciones más adecuadas para el establecimiento de los característicos asentamientos en altura, pues las posibilidades de explotación agrícola disminuyen y las colinas son escarpadas y de difícil acceso. de lo que no hay duda es que en esta época el barranco del Hostal, que enlaza directamente con el barranco de Xalamera (Vía 1), actuaría como la línea de contacto o camino más factible entre la zona del curso alto del río Algars y el curso inferior del Ebro. de hecho, a partir de época ibérica conocemos la presencia notable de yacimientos cercanos al curso alto del río Algars, en los términos municipales de Horta de Sant Joan, Arnes y lledó (Puch, 1996; Gallego, García, Jornet, en prensa). Por lo que se refiere a la posibilidad de contacto con los núcleos de la zona de Gandesa-Bot, donde en época ibérica también se conoce un conjunto notable de núcleos, el acceso más directo se podría efectuar por la Vía 2, es decir por el barranco de Gandesa y el barranco dels Prats, que enlazan con el curso medio del Xalamera. no obstante, desde Gandesa las posibilidades de contacto con el Ebro se pueden desarrollar también a través de otros caminos que transcurren más al norte, como el río Sec, que conecta con la zona de móra d’Ebre (moret, 2002). Cabe destacar que durante el periodo formativo, tradicionalmente denominado ibérico Antiguo (mediados del siglo Vi a.n.E. – mediados del siglo V a.n.E.), la red de poblamiento que se documenta en la Terra Alta contrasta con la falta de datos referentes a esta etapa que constatamos en la zona del Baix Ebre, exceptuando el asentamiento del Castellot de la Roca Roja y el poblado del Assut, en Tivenys. Sin embargo, no es hasta mediados de siglo V a.n.E. cuando se documenta la plena estructuración socio-económica del mundo ibérico del curso inferior del Ebro, un hecho que se confirma en la desembocadura del barranco de Xalamera, dado que parece ser éste el momento en que aparece una estructura más densa y organizada de poblamiento: Castellot de la Roca Roja (Benifallet), Coll de Som (Benifallet), mas de Xalamera (Benifallet) y les Trampes (Xerta), todos ellos con control visual directo sobre el acceso al barranco. Por otra parte, la práctica falta de ocupación estable en los márgenes de este afluente del Ebro se puede deber a la propia estructuración de esta región en época ibérica. Pensamos que, en el caso de que el barranco de Xalamera se utilizase frecuentemente como camino entre el Baix Ebre y la zona Terra Alta- Baix Aragó, tanto si ambos terri-

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Fig. 10.- Principales yacimientos arqueológicos del Baix Ebre y la Terra Alta durante época ibérica. 1.- mas de mussols (as. y nec.); 2.- mianes (nec.); 3.- l’oriola (nec.); 4.- l’Assut; 5.- Castellot de la Roca Roja; 6.- Turó de l’Audí; 7.mas de Xalamera; 8.- El martorell; 9.- la Torreta / Coll de Som; 10.- les Trampes; 11.- les Planetes; 12.- les Valletes; 13.Km. 14; 14.- les Planes; 15.- Punta de Plana de la mora; 16.- Barranc de Sant Antoni; 17.- Castell de Sant Joan; 18.- Hospital Verge de la Cinta; 19.- Pla de les Sitges; 20.- El Bordissal; 21.- la Carrova (nec.); 22.- Pla d’Empúries; 23.- les Faixes Tancades de l’Antich; 24.- El Castell d’Amposta; 25.- mianes; 26.- Castell dels moros; 27.- les Esquarterades; 28.- Tossal del moro de Pinyeres; 29.- Els Vilassos i; 30.- Coll del moro; 31.- Tossal del moro de Bot; 32.- la Gessera; 33.- Coll del moro del Borrasquer; 34.- El Castell; 35.- Els Vilans; 36.- Penya Gall; 37.- El mollet; 38.- Castell d'Almudéfar; 39.- Els Carrascals; 40.- El Puig; 41.- Els Corralets; 42.- la Serra mitjana; 43.- la Picossa; 44.- Camí dels Anoguerets; 45.- Sant Antoni de Calaceit; 46.- les Hombreéis; 47.- Els Castellans; 48.- mas de les madalenes; 49.- mas d'en Cid; 50.- molaterra; 51.- Els dolors.

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torios pertenecen a un mismo sistema socio-político como si no, los puntos fundamentales de ocupación se deben situar al inicio y al final de la vía, es decir, en el interior, Bot, Gandesa u Horta de Sant Joan, donde como ya hemos apuntado, se conoce una abundante presencia de ocupación ibérica, o en la desembocadura, donde se produce el contacto con el río Ebro y se documenta la presencia del Turó de Xalamera, les Trampes y el Castellot de la Roca Roja. En este aspecto, seria importante profundizar en el conocimiento de las estructuras de ocupación del territorio en la zona interior, dado el conocimiento que ya tenemos del área litoral (diloli, 2002a; noguera 2006), para poder establecer modelos comparables y avanzar así en la posible distinción de los grupos regionales. En lo que se refiere al Canaleta, si bien hemos confirmado su imposible funcionalidad como vía de comunicación, las características de su desembocadura sí que posibilitan una teórica explotación agrícola que viabilizaría la existencia de algún asentamiento en su entorno. En época romana, en base al hallazgo de materiales cerámicos en superficie procedentes de diversos puntos prospectados (Arquets de Xalamera, Pla de Fernando), contamos con datos que nos informan de la explotación agrícola de diversas parcelas, tanto en el curso inferior como en el tramo medio del barranco de Xalamera. En este sentido, cabe precisar que se trata de materiales procedentes de zonas aterrazadas, próximas al cauce del barranco, un hecho que creemos debe ser relacionado con el modelo de explotación del territorio característico de época romana. En este sentido, el Pla de Fernando (Paüls) ha sido uno de los puntos donde se han recuperado los materiales cerámicos de época romana más significativos, en concreto fragmentos de terra sigillata sur-gálica, hispánica y africana, que nos indican una cronología aproximada de ocupación entre los siglos ii-V d.n.E. desde nuestro punto de vista, la presencia de materiales romanos en el Pla de Fernando podría indicarnos la existencia de algún núcleo rural secundario subordinado o no, a alguna de las villas o grandes centros de explotación agrícola del curso inferior del Ebro. En este caso, cabe apuntar que se trata de un yacimiento ubicado en el curso medio del barranco de Xalamera, en un espacio idóneo para el control del paso del barranco y a solo dos kilómetros de la zona del Empalme, desde donde se bifurcan los dos caminos principales que proponemos: la Vía 1 (en dirección Prat de Comte- Horta de Sant Joan) y la Vía 2 (en dirección Pinell de Brai-Gandesa), por tanto, el barranco de Xalamera debía ser un área explotada y transitada en época romana. de hecho, justo un kilómetro y medio al norte del municipio de Benifallet, contamos con la existencia de la villa romana de mas del Catxorro (Benifallet), desde la cual se accede con facilidad a las llanuras aluviales del tramo final del río Canaleta y del barranco de Xalamera. Es importante destacar la gran extensión de este yacimiento y su ocupación continuada desde el Alto imperio hasta época islámica (izquierdo, 1993), así como el papel relevante de esta villa como centro productor de ánforas de los tipos Pascual y dressel 7-11, recipientes utilizados para el transporte de vino. También cerca de esta zona, en la vertiente de un altozano situado en el margen izquierdo de la desembocadura del río Canaleta, destaca, como ya hemos indicado, la presencia de otro asentamiento de época romana, el ligallo de lixem (Benifallet), que

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Fig. 11.- Principales yacimientos arqueológicos del Baix Ebre y la Terra Alta durante época romana. 1.- dertosa; 2.les llomes; 3.- Horta Baixa; 4.- Barrugat; 5.- Pla de les Sitges; 6.- masia despatx; 7.- la Carrova; 8.- El Castell d’Amposta; 9.- mas del Catxorro; 10.- mas de degà; 11.- Coll del moro; 12.- Coll del moro del Borrasquer; 13.- Castell d'Almudéfar; 14.Penya Gall; 15.- El mollet; 16.- Els Corralets; 17.- Serra mitjana; 18.- ligallo de líxem; 19.- Pla de Fernando.

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podría tener una extensión importante. En este sentido, cabe apuntar que la importancia de los cursos de agua (barrancos y afluentes) en el modelo de ocupación que a partir del cambio de Era predominará en las tierras del Ebro es algo indiscutible (Revilla, 2003). En otro marco, debemos citar para esta misma cronología la existencia de una serie de tramos de una vía alto-imperial que se ha podido documentar en la zona de Batea (Pérez et alii 1998) y que deben relacionarse con el Ebro en su curso inferior. los vestigios de esta vía se han localizado a lo largo de unos tres kilómetros, representados por una calzada empedrada, con un ancho de unos 4’30 metros (XiV pies romanos) llegando en los pasos de barranco hasta los 6 metros (XX pies romanos). Se ha interpretado que este tramo de calzada correspondería a una vía que conectaría ilerda con dertosa, siguiendo el trazado ilerda- Celsa (la denominada vía Augusta interior), para, unos pocos kilómetros después de cruzar el río Cinca, bifurcarse en otra calzada en dirección a mequinenza. desde este camino, una vez cruzado el río matarranya, surgiría un ramal que atravesaría los actuales términos municipales de la Pobla de massaluca y Batea. Según sus descubridores, el trazado de esta vía documentada en la zona de Batea pasaría por Gandesa y el Pinell de Brai hasta llegar otra vez al Ebro, atravesando Xerta y desde allí a Tortosa (Pérez et alii 1998: 9-10). En referencia al trazado que podría seguir este camino romano que cruza la Terra Alta, la opción del curso bajo del Canaleta queda claramente descartada debido a las complicaciones orográficas que ya hemos expuesto. de hecho, en función de las prospecciones que hemos efectuado, únicamente se puede plantear una conexión con el Ebro a partir del barranco de Xalamera por la Vía 2. no obstante, a lo largo de las presentes campañas de prospección no hemos podido documentar ninguna evidencia clara referente al trazado de esta vía romana y por tanto su asociación con el Ebro sigue siendo una cuestión arqueológica por resolver. En definitiva, pensamos que la presencia de yacimientos concentrados en el tramo bajo del barranco de Xalamera a partir de mediados del siglo V a.n.E., no obedece simplemente al hecho de que se trata de la zona con mayores posibilidades de explotación agrícola para el establecimiento de núcleos de hábitat, si no que parece responder también a una clara voluntad de controlar un acceso al barranco. Cabe destacar que se trata de un área controlada ya con anterioridad, durante los siglos Vii y Vi a.n.E., primero desde el Turó de Xalamera y después desde el Castellot de la Roca Roja. Si atendemos al trazado y a la apertura que define el cauce, las buenas posibilidades de funcionamiento de esta vía son notables para el tránsito a pié, con animales de carga y hasta para el transporte rodado. Por otro lado, debemos tener presente que las tres vías o caminos que proponemos oscilan entre unas distancias de contacto de 20-25 kilómetros, un recorrido que se puede realizar en un día de viaje, siendo quizás sólo necesaria la existencia de algún sitio de vigía o de peaje intermedio que difícilmente dejaría rastro arqueológico. En este sentido, la prospección del barranco de Xalamera ha permitido documentar un yacimiento inédito en el Pla de Fernando (Paüls), un punto donde se ha recuperado una significativa concentración de materiales cerámicos de época romana que abarcan una cronología aproximada que debemos situar entre los siglos ii y V d.n.E. Este yacimiento dispone de un buen control sobre el paso del barranco y se encuentra a poco más de un kilómetro del punto donde se bifurcan las dos vías principales que hemos propuesto: la Vía 1 (en direc-

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ción Prat de Comte- Horta de Sant Joan) y la Vía 2 (en dirección el Pinell de Brai y Gandesa), hecho que confirma el tránsito por este punto en época romana. En el caso del río Canaleta, por el contrario, la intervención efectuada permite descartar este tradicional acceso como una vía habitual o practicable para comunicar el Baix Ebre con la Terra Alta, si bien, como ya hemos comentado, este hecho no descarta una ocupación de aquellas áreas cercanas al Ebro con posibilidades de explotación económica. Para finalizar, comentar que hacia el norte del río Ebro existen otros pasos que deberán ser investigados en un futuro: el río Sec (desde móra d’Ebre), el barranco de Forn Teuler (desde Ascó) y el barranco de Voravall-riera de Sant Pau (desde Riba-roja d’Ebre), completando así el análisis del sistema de caminos supuestamente practicables entre el litoral y el interior de la zona del bajo Ebro durante la antigüedad.

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VíAS dE ComuniCACión y TERRiToRiAlidAd

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PRESENTACIÓN

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DEDICATORIA A RICARDO ALCÓN

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ARQUEOLOGÍA Manuel Alberto Fernández Götz. etnicidad y Arqueología: viejas propuestas, nuevas perspectivas....................................... raimon GrAells i FAbreGAt. notas sobre la exposición de Arte Prehistórico de 1921 en las cartas de H. Obermaier a H. breuil (1919-1921) ................................................................ Jordi dilOli FOns y samuel sArdà seuMA. Vías de comunicación y territorialidad: relaciones entre el bajo ebro y la terra Alta- Matarranya durante la antigüedad..................................... borja díAz AriñO, raúl leOrzA álVArez de ArcAyA, Alberto MAyAyO cAtAlán y Francisco Javier ruiz ruiz. el cabezo del lugar (Azaila, teruel): un poblado de la primera edad del hierro ............................................................................ núria rAFel, david GArcíA i rubert y rafael JOrnet i niellA. nuevos datos sobre la evolución del poblamiento en la cataluña meridional entre el siglo Vii ane y época romana: el coll del Moro de Gandesa...................................................... Víctor e.M. MAturén. la excavación arqueológica del yacimiento ibérico de Venta rosa (teruel) ................................................... raúl bAlserA, Jesús berMeJO, luis FAtás, raimon GrAells, rafel JOrnet y samuel sArdà. Primera campaña de excavaciones en el complejo Arqueológico de “el cascarujo” (Alcañiz): resultados preliminares ............................................ Marta cHOrdá Pérez, Octavio cOllAdO y emilio nietO. las tumbas inéditas de la necrópolis celtibérica de “el cuarto” (Griegos, teruel)......................................................................... roger rierA VArGAs. Aproximación al cálculo de población en el siglo iii a.n.e.: el caso layetano..................................................

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91

113 173

193

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A. dOMínGuez ArrAnz. la presencia de cerámica ibérica en el litoral de etruria meridional: la castellina, al sur de civitavechia ................................................................................ 257 Gloria Pérez GArcíA. la ciudad de Aratikos.................................. 277 Mª del rosario GArcíA HuertA. las fusayolas de la necrópolis celtibérica de la yunta (Guadalajara) ........................................ 297 ANTROPOLOGÍA Juan José bArrAGán VillAGrAsA. el Patrimonio industrial molinero de Fuentes calientes: las piedras de Molienda y otros materiales.................................................................................... 325 Pilar PAscuAl MAyOrAl y Pedro GArcíA ruiz. Moleros y técnicas de trabajo en la sierra del Madero: cantera Peña el Mirón, trébago (soria) ........................................................................... 345 HISPANOCÉLTICA serafín OlcOz yAnGuAs y Manuel MedrAnO MArqués. revisión paleográfica de varias inscripciones celtibéricas de los valles del Jiloca y Huerva...........................................................

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