Viajeros Chilenos a la RPC en los años cincuenta y sesenta (AHILA, 2014)

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Descripción

Entre espacios: la historia latinoamericana en el contexto global Actas del XVII Congreso Internacional de la Asociación de Historiadores Latinoamericanistas Europeos (AHILA) Freie Universität Berlín, 9-13 de septiembre de 2014

editado por Stefan Rinke

Berlín Freie Universität Colegio Internacional de Graduados “Entre Espacios” 2016

ISBN-13: 978-3-944675-35-0 DOI: 10.17169/FUDOCS_document_000000024129 URL: http://edocs.fu-berlin.de/docs/receive/FUDOCS_document_000000024129 Publicado bajo Creative Commons Attribution 4.0 Licence (CC BY 4.0): http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/

Prólogo Entre el 8 y el 13 de septiembre de 2014 tuvo lugar en la Freie Universität Berlin (Universidad Libre de Berlín) el XVII Congreso Internacional de la Asociación de Historiadores Latinoamericanistas Europeos (AHILA) organizado por el Colegio Internacional de Graduados “Entre Espacios”. El congreso, titulado “Entre Espacios: La historia latinoamericana en el contexto global”, contó con cerca de 1000 participantes, provenientes un 60% de países latinoamericanos y era de lejos el congreso más grande en la historia de AHILA. Nunca antes tantos latinoamericanos habían sido partícipes de un evento académico en Alemania. Por tanto, este ha sido hasta el momento el congreso de Estudios Latinoamericanos más grande realizado en Alemania. El congreso fue patrocinado por la Deutsche Forschungsgemeinschaft (DFG) y la Universidad Libre de Berlín, a las que les debo mis agradecimientos. En 102 simposios se discutieron diferentes temas de la historia latinoamericana frente a la globalización. Además de los simposios, hubo conferencias magistrales, discusiones en paneles y un amplio programa cultural. El repertorio de los simposios y conferencias incluyó desde las tendencias de la historiografía en el contexto global, pasando por la circulación de conocimiento en Latinoamérica y Europa, hasta temas como la corrupción, la migración y el exilio. La meta académica del congreso fue alcanzada satisfactoriamente. Llamó la atención también la congruencia interdisciplinaria de los diferentes simposios, los cuales enriquecieron profundamente el debate académico. Gracias a la cercana interacción surgieron a partir del congreso nuevas redes académicas intercontinentales. Finalmente, es de resaltar la participación activa de jóvenes historiadores en el congreso. La presente publicación de las Actas reúne los resultados del congreso. Por primera vez en la historia de AHILA publicaremos las actas en un formato de libre acceso, para alcanzar así su máxima difusión. Agradecemos a los coordinadores y autores que participaron con sus artículos o resúmenes [(R)]. Doy un especial agradecimiento al equipo de trabajo del Colegio Internacional de Graduados liderado por Ingrid Simson, así como a mis asistentes Karina Kriegesmann, Felipe Fernández y Philipp Kandler, quienes fueron vitales para la publicación de las Actas. Berlín, marzo de 2016

Stefan Rinke Presidente de AHILA

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Viajeros chilenos a la RPC en los años cincuenta y sesenta Maria Montt Strabucchi Universidad de Mánchester, Reino Unido

Resumen:

En el contexto internacional de Guerra Fría es posible encontrar un gran número de viajeros latinoamericanos a la República Popular China. Muchos de ellos, de regreso en sus países, publicaron sus testimonios de viaje. A partir del estudio de testimonios de viaje publicados por viajeros chilenos durante los años cincuenta y sesenta, se sostiene que estos textos contribuyen a la difusión de información de “primera mano” sobre el proceso revolucionario chino en Chile, constituyendo un discurso alternativo a los que aparecían en medios de comunicación sobre el proceso mismo, y consecuentemente sobre la RPC.

Palabras Claves: China; Chile; América Latina; viajeros; Guerra Fría

Introducción En el contexto internacional de Guerra Fría, más allá de Washington y Moscú, y dentro de un proceso de re-examinación de la Guerra Fría en el mundo y en América Latina,1 vemos como necesario estudiar la relación entre China y América Latina. Durante los años cincuenta y sesenta, la República Popular China (China, RPC) reevaluó su posición internacional por medios oficiales y, cuando esto no era posible, por medio de la diplomacia cultural – la que se puede definir como “an actor’s attempt to manage the international environment by making its cultural resources and achievements known overseas and/or facilitating cultural transmission abroad.”2 A la fecha, el estudio de la diplomacia china no oficial de este período es aún muy limitado. Los estudios se han enfocado en la relación de China con Asia, Europa y Estados Unidos, y muy poca atención se ha dado a África y América Latina. En el caso de América Latina, las fuentes que se pueden clasificar

Matthew D. Rothwell Transpacific Revolutionaries: The Chinese Revolution in Latin America, New York: Routledge, 2013. Para estudios sobre la Guerra Fría en América Latina ver Gilbert M. Joseph and Daniela Spenser, In from the Cold: Latin America’s New Encounter with the Cold War, Durham: Duke University Press, 2008) y Tanya Harmer, Allende’s Chile and the Inter-American Cold War (The New Cold War History), Chapel Hill: The University of North Carolina Press, 2011. 2 N. Cull, “Public Diplomacy: Taxonomies and Histories”, The Annals of the American Academy of Political and Social Science, vol. 616, no. 1, 2008, p.33; Falk Hartig, “Cultural Diplomacy with Chinese Characteristics: The case of Confucius Institutes in Australia”, Communication, Politics & Culture, vol. 45, 2012, p. 258. 1

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como de la “diplomacia cultural” han sido tradicionalmente estudiadas como fuentes secundarias y sólo recientemente como fuentes primarias o como objeto principal de estudio.3 Antes de 1970, Latinoamérica tenía una baja prioridad en el proceso de estrategia internacional de China, lo cual no implicó que ésta abandonara totalmente esta región, como ha sido indicado por Peter Van Ness, un lugar donde aparentemente sentía “tenía todo que ganar y nada que perder.”4 En este contexto, miles de latinoamericanos viajaron a China comunista respondiendo a invitaciones del gobierno chino.5 Los viajeros estudiados aquí pueden ser considerados como parte del esfuerzo sostenido de China por invitar a latinoamericanos y construir puentes que no existían, con la idea de conquistar “mentes y corazones”6 y eventualmente, llegar a un reconocimiento diplomático. El presente trabajo se propone analizar tres textos de viaje de autores chilenos que habrían actuado como vehículo de difusión sobre el proceso revolucionario chino, formando parte de un discurso divergente al presente en los medios de prensa sobre el proceso mismo y sobre China en Chile, que en ese momento, y hasta 1970, sostenía relaciones diplomáticas con la República de China en Taiwán. La prensa del momento se encontraba polarizada, con posiciones anti o pro comunistas claramente definidas, lo que situaba a China comunista en una dinámica de amigo/enemigo.7 En este contexto, los textos representan una fuente privilegiada, como una representación de China de experiencias de “primera fuente”. Como se verá, aspectos identitarios de los viajeros, así como su compromiso político, son expuestos a la luz del encuentro con el “otro”.

Referentes teóricos Antes de continuar, es necesario explicitar el referente teórico a partir del cual se desarrolla este texto. “Orientalismo”, concepto esgrimido por Edward Said en su libro del mismo nombre,8 aparece como una herramienta útil en cuanto ofrece un sistema explicativo de una construcción histórica, cultural y política de la otredad. Desde una posición teórica flexible, Said es convincente en presentar el Orientalismo como un modo prejuicioso de conocimiento del “otro”. Siguiendo a Arif Dirlik, el Orientalismo se aplica al estudio de China en cuanto es constituyente y producto de una conceptualización europea del mundo, que sitúa a Europa como centro y pináculo de deAnne-Marie Brady, Making the foreign serve China: managing foreigners in the People’s Republic, Oxford: Rowman & Littlefield, 2003; y Zheng Yangwen, Hong Liu and Michael Szonyi, eds., The Cold War in Asia: The Battle for Hearts and Minds, Leiden: Brill, 2010,. Actualmente la académica Mercedes Giuffré estudia a los viajeros argentinos Juan Carlos Castagnino, María Rosa Oliver y Bernardo Kordon; ver “‘Si has oído el llamado del Oriente, ya no oirás otra cosa’, Mercedes Giuffré, sinóloga argentina” en ChinaFiles en http://bit.ly/1od6rbC Último acceso 20/08/2014. 4 Peter Van Ness, Revolution and Chinese Foreign Policy, London: Univ. of California Press, 1970, p. 146-147. 5 Se debe plantear, por supuesto, que esta no era la única manera por la cual China estaba ejerciendo influencia en América Latina, ya que en paralelo realizó también entrenamiento militar, buscando promover movimientos revolucionarios en América Latina, gestiones diplomáticas, relaciones entre partidos, entre otros. Ver Peter Van Ness, Revolution and Chinese Foreign Policy, London: Univ. of California Press, 1970, p. 146-147. Matthew D. Rothwell, Transpacific Revolutionaries, New York: Routledge, 2013, p.1. 6 Zheng Yangwen, Hong Liu and Michael Szonyi, editors, The Cold War in Asia: The Battle for Hearts and Minds, Leiden: Brill, 2010). Ver también Matthew D. Johnson, “Peace to the Panthers: PRC Engagement with AfricanAmerican Transnational Networks, 1949–1979”, Past & Present, vol. 218, 2013. 7 Maria Montt Strabucchi y Patricia Palma, Percepción de la República Popular China en Chile a partir de la prensa: El Tarapacá de Iquique y El Mercurio de Santiago (1949-1960), Congreso Nacional ALADAA Argentina, Universidad de La Plata, Argentina, 2011. 8 Edward Said, Orientalism, London: Penguin, 2003. 3

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sarrollo, y que ordena el mundo según criterios europeos.9 A pesar de la discusión genera el uso de Orientalismo de Said, aquí es utilizado en cuanto a su consideración de que el poder determina las representaciones que son aceptadas como verdaderas, y que esa verdad se establece desde un discurso basado en la diferencia.10 Julia Kushigian ha argumentado que el Orientalismo de Said no se puede aplicar directamente a la tradición literaria hispánica, ya que el Orientalismo Hispánico no se construye por medio de construcciones binarias sino que se abre a un diálogo e intercambio con el “Oriente”, donde la alteridad no es una imagen prominente y destacada. Por medio de su estudio de Borges, Paz y Sarduy, Kushigian argumenta que la producción de esos autores se caracteriza por su apertura, forma dialogante e identificación con el Este, en una suerte de fusión.11 Araceli Tinajero argumenta algo similar para el modernismo hispanoamericano. Tinajero plantea que los escritores latinoamericanos eran conscientes de los discursos europeos, y que eso no significa que copiaran esos discursos sino que, al contrario, trataron de dar sentido a una experiencia propia que nace de una historia, pasado y contextos propios; las perspectivas sobre Asia no se construyen directamente por medio de binarios, sino que son procesos de auto-identificación con otros “Europeos” y “Orientales”. En este contexto, el “Oriental” no es visto como marginal ni el europeo como superior, haciendo evidente que existen más variables a su posicionamiento, alterando la relación establecida por binarios.12 En este contexto, aquí se explora la construcción de discursos desde una posición que hereda, continúa y cuestiona una relación basada en el conocimiento prejuicioso del otro. Sin embargo, dentro de procesos de desplazamientos transnacionales marcados por los cambios políticos en Asia y América Latina, los textos de viajeros chilenos buscan presentar a China en sus “propios términos”, poniendo en cuestión la noción de una ideología dominante por medio del cual representar a Asia, y buscando abandonar totalizaciones culturales, binarismos y nociones de alteridad. No obstante, como se verá a partir de estos textos, pareciera que no logran desprenderse completamente de las constantes apelaciones a lo exótico y la idea de diferencia del “otro”.

El viaje a la República Popular China En 1969, William Ratliff estimó que alrededor de 1500 latinoamericanos habían visitado la RPC entre 1949 y 1960, la mayoría de ellos invitados por el gobierno chino.13 El corresponsal de The New York Times, Tad Szulc, escribió en 1963 sobre “decenas de libros, artículos y discursos que alaban a China casi uniformemente (…) han sido escritos por parlamentarios, intelectuales, artistas, miembros de agrupaciones obreras y estudiantes en su retorno tras viajar en los tours guiados Arif Dirlik, “Chinese History and the Question of Orientalism”, History and Theory, vol. 35, 4, 1996, p. 100. Bill Ashcroft and Pal Ahluwalia, Edward Said, London: Routledge, 2001, p. 75. Ver también Edward Said, Orientalism London: Penguin, 2003; y Neil Lazarus, ed., The Cambridge Companion to Postcolonial Literary Studies, Cambridge: Cambridge University Press, 2004. 11 Julia Kushigian, Orientalism in the Hispanic literary tradition, Albuquerque: University of New Mexico Press, 1991, p. 3. 12 Araceli Tinajero, Orientalismo en el modernismo hispanoamericano, West Lafayette: Purdue University Press, 2003, pp. 18, 20, 23, 24. 13 William E. Ratliff, “Chinese Communist Cultural Diplomacy towards Latin America, 1949-1960”, Hispanic American Historical Review, vol. 49, n. 1, 1969, p. 51-52. 9

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por China continental.”14 Todos estos textos se pueden considerar literatura de viaje, traduciendo lo extranjero para explicarlo al público en casa, asumiendo una autoridad dada por la veracidad del testimonio directo. Los autores no necesariamente se inclinaban por el maoísmo: la mayoría de estos autores no colaboró directamente con la transferencia del maoísmo al país, sino que presentan obras educativas que presentan una visión sobre lo cual han sido testigos. No obstante, es necesario mencionar que la China representada por estos viajeros es la que conocen por medio de tours, cuya relación con las condiciones reales de China son posibles de cuestionar. La mayoría de estos textos presentan descripciones coincidentes con viajeros desde los Estados Unidos y Europa a China: se enfocan en aspectos religiosos, políticos, en aspectos de la cultura milenaria que se mantienen tras los cambios revolucionarios o al rol de la mujer.15 Esto, probablemente debido a que sus viajes eran muy similares. Un viaje “estándar” incluía estadías en hoteles, visitas a Beijing y Shanghai, a alguna ciudad industrial en la cual se visitaban las fábricas, un poblado más pequeño, una cárcel, algunas obras de teatro, museos y entrevistas con personeros de gobierno. Simpatía o curiosidad hacia el régimen comunista puede haber entusiasmado a los autores a viajar, o a aceptar una invitación, a la RPC. En el entendido de que los chinos mismos promovían la publicación de los textos, la decisión misma de publicar y la gestión de la publicación, era visto directamente por el viajero sin mayor ayuda de China, según entendemos hasta ahora. Muchos de los viajeros eligieron escribir sobre su experiencia de viaje, aunque en ocasiones esto podía ser complementado con charlas, artículos en diarios o como parte de una sesión parlamentaria.16 Sabemos de la existencia de al menos 150 textos publicados en este período en la América Latina hispanohablante a partir de viajes China. Hasta donde sabemos, no han sido listados y su contenido, así como sus similitudes y diferencias, no han sido analizadas. La mayoría de estos textos trata no solamente sobre temas chinos, sino que también utilizan una estética “tradicionalmente” china por medio de la cual se apela a un imaginario de China, por ejemplo, por medio del uso de motivos chinos en las portadas. Asimismo, la lectura de estos textos llama a la reflexión sobre el aspecto “transnacional” de los testimonios de viaje, ya que en muchos de los textos de viaje a China de este periodo, los viajeros se leían entre ellos, citaban y en muchas ocasiones viajaban juntos. Sin embargo, es interesante hacer notar que la mayoría de las veces no mencionan a sus compañeros de viaje, dando la sensación de un viaje único y del autor o la autora como protagonistas centrales del viaje. La idea de haber viajado en grupo, acompañado, y seguramente, protegido, parece menos aventurero e interesante que el haberlo hecho solo.

Tad Szulc, The Winds of Revolution, Latin America Today and Tomorrow, London: Thames and Hudson, 1964, p. 187. 15 Paul Hollander, Political Pilgrims. Travels of Western Intellectuals to the Soviet Union, China, and Cuba 1928-1978, Oxford: Oxford University Press, 1981; Timothy Kendall, Ways of Seeing China. From Yellow Peril to Shangrila, Freemantle: Curtin University Books, 2005; Anthony Knighton y Edward Behr, Images of China, London: Pyramid Books, 1989; Kin-ming Liu, ed., My First Trip to China: Scholars, Diplomats, and Journalists Reflect on their First Encounters with China, Hong Kong, East Slope Publishing Ltd. 2013; Colin Mackerras, Western Images of China, Oxford: Oxford University Press, 1989; y Jonathan SpenceThe Chan’s great continent: China in western minds, New York: W. W. Norton, 1998. 16 Los parlamentarios chilenos Juan Martínez-Camps y Gloria Lazo presentan su experiencia de viaje dentro de una sesión parlamentaria. Disponible en http://bit.ly/10B3ii2 Último acceso 30/10/2014. 14

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Viajeros chilenos a la República Popular China Para el caso chileno, los vínculos con China se desarrollaron principalmente a través de las gestiones del Instituto Chileno Chino de Cultura establecido en 1952. Chile era parte de la ofensiva cultural china en América Latina, y en la segunda mitad de los años cincuenta recibió varias misiones culturales incluyendo un grupo de teatro (1956), de acróbatas (1958) y de periodistas (1959).17 En este contexto, los textos de viajeros contribuyeron a generar conocimiento sobre China comunista en Chile, su relevancia dada por el rol clave que juega la experiencia personal y la comunicación de esa experiencia a otros a través de un medio alternativo a las presentes, por ejemplo, en los medios de masa sobre China comunista en la región.18 De modo exploratorio, y con el fin de indagar respecto de las formas de representación de China, este texto se enfoca los libros Hablemos de China Nueva de Olga Poblete (1953), Diario de Oriente: Unión Soviética, China e India de Luis Oyarzún (1960), y Artesanías Clásicas de China de Tomás Lago (1963).19 Olga Poblete de Espinoza (1908-1999) fue una feminista y pensadora chilena, profesora del Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Educación de la Universidad de Chile. Tras completar un Magíster en Educación en la Universidad de Columbia, fue nombrada secretaria general del Movimiento de Partidarios por la Paz, muy influyente en la década del cincuenta.20 El libro Hablemos de China Nueva fue publicado por Ediciones Vida Nueva, en 1953, impreso por los Talleres Gráfico “Lautaro”. Esta casa editorial fue fundada en 1953 por el Partido Comunista y publicaba textos relacionados a China. Luis Oyarzún (1920-1972) tuvo una amplia y reconocida trayectoria en el ámbito de la literatura, también tuvo altos cargos en la Universidad de Chile, como Decano de la Facultad de Artes William A. Joseph, “China’s Relations with Chile under Allende: A Case Study of Chinese Foreign Policy in Transition”, in Studies in Comparative Communism, vol. 18, n. 2/3, 1985, p.127. 18 A modo de ejemplo, podemos ver que la mayoría de las fuentes usadas por el diario El Mercurio en la época correspondían a agencias de prensa del mundo “occidental”. Matthew D. Rothwell, Transpacific Revolutionaries, New York: Routledge, 2013, pp. 8-9. 19 Los textos chilenos sobre China publicados tras viajes a ese país son los siguientes (ordenados por año de publicación): Poblete de Espinosa, Olga. Hablemos de China Nueva. Santiago, 1953; Mujica, Gustavo. Un viaje por esos mundos: crónicas. Santiago, 1955; Poblete de Espinoza, Olga. Tres ensayos para una historia cultural de China: para una mejor comprensión de nuestros vecinos de la ribera occidental del Pacífico. Santiago, 1955; González Dagnino, Alfonso. Aurora sobre el Yang-Tse. Santiago, 1956; Cruchaga Santa María, Ángel. Anillo de Jade. Santiago 1959; Oyarzún, Luis. Diario de Oriente: Unión Soviética, China e India. Santiago, 1960; Quijada, Osvaldo. Medicina en China. Santiago, 1962; Lago Pinto, Tomás. Artesanías Clásicas de China. Santiago, 1963; Mundt, Tito. De Chile a China. Santiago, 1963; Saidel, Miguel. China rompe la historia. Santiago, 1963; Barquero, Efraín. El Viento de los Reinos. Santiago, 1964; Carrera V., Luis J. Florentino. Asia en la tormenta; crónica de: China, Vietnam, Indonesia. Santiago, 1965; Valdivieso, Mercedes. Los Ojos de Bambú. Santiago, 1965; y Rojas, Robinson. La guardia roja conquista China. Santiago, 1968. No se han incluido en esta lista textos que son traducciones de obras chinas, tampoco discursos, tesis, artículos de revista, tratados de medicina, poesías aisladas – cuyo principal exponente es el poema “El Viento en el Asia” de Pablo Neruda, de la colección Las Uvas y el Viento, 1954 – o libros de viaje que incluyen a China de manera limitada (es decir, no se han incluido las memorias de Luis Oyarzún y Pablo Neruda). Tampoco se ha incluido el libro de poemas de Pablo de Rokha que fue publicado en chino mandarín en Beijing bajo el nombre de 献 給北京的頌歌 en 1965. Al revisar la bibliografía de Pablo de Rokha, aparece incluido el libro China Roja, con fecha de publicación en 1964. Sin embargo, el libro jamás fue publicado bajo ese nombre en Chile. No obstante, en mayo de 2014 se publica en el diario El Mercurio que ha aparecido una versión tipografiada por el autor, que efectivamente nunca había sido publicado. Ver “‘China Roja’: el libro perdido de Pablo de Rokha”, diario El Mercurio. Disponible en http://bit.ly/1FYkD4B Último acceso 30/10/2014. 20 José María Laso Prieto, “El Movimiento Internacional de Partidarios de la Paz Movimiento Internacional de Partidarios de la Paz y su interpretación como una de las modalidades de la Pax Soviética”, VIII Encuentros de Filosofía en Guijón, 2003. Disponible en http://bit.ly/13j5jAt Último acceso 30/10/2014. 17

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Plásticas, ocupando también el puesto de vicerrector y en alguna ocasión de rector subrogante. El texto que aquí estudiamos es su libro de viajes cuyo nombre completo es Diario de Oriente: Unión Soviética, China e India, publicado por la Editorial Universitaria. Tomás Lago (1903-1975) fue un poeta, investigador y gestor cultural chileno, que se dedicó a la valorización, preservación y difusión de la cultura popular y la artesanía tradicional en Chile. Dirigió el Museo de Arte Popular y fue profesor de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. Su libro fue publicado por la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile, e impreso en los talleres de la Editorial Universitaria. En los textos aparece continuamente la mención a cambios materiales positivos, ensalzamiento de la revolución y de la gente dentro de la revolución. Olga Poblete toma en su texto Hablemos de China Nueva (1953) un marcado compromiso político. Presenta la “China nueva” y las ventajas que trajo para el país la revolución. Poblete pasó cuatro meses en China, y su presentación del país es ensalzadora. Junto con alabar la Reforma Agraria China de 1950, presenta a los chinos como un pueblo muy adscrito a la tierra, pero que es liberado y potenciado por los cambios de la Revolución. En este sentido, es posible percibir que China cumple el rol de espejo respecto de temas que preocupaban al Chile de los cincuenta y sesenta, tales como el progreso técnico y la productividad. Luis Oyarzún critica a aquellos “intelectuales burgueses” que “se complacen en olvidar” que el motor de los “prodigios” y “milagros” del pueblo chino en los últimos 10 años son del “Partido Comunista” con la ayuda del Comunismo internacional (p. 110). Asimismo, valora el espíritu trabajador de los chinos, sobre la cual ve basada el futuro crecimiento de China (p.111). Sin embargo, tanto en los textos de Oyarzún como de Lago es posible ver, aunque no necesariamente de manera explícita, dudas respecto de cómo se está llevando el proceso revolucionario (no del proceso en sí). Oyarzún reflexiona e ironiza al respecto al ver el trato y las condiciones de vida de los intelectuales, Lago lo observa al ver la racionalización sobre los oficios (p.175). A pesar de que es posible plantear que estos autores buscan representar a China tal cual es, las representaciones de China son altamente estereotipadas, enfatizando lo “tradicionalmente” chino, y presentando nociones de un “espíritu” chino, reduciendo lo chino dentro de un estereotipo. Independiente de la identificación política de los autores, su identificación como parte del mundo occidental sobresale en los textos. La entrega de valores específicos como aspecto esencial de China y su cultura está presente en los tres textos. En el caso de Oyarzún, es posible ver una serie de presunciones, y convenciones lingüísticas y descriptivas por medio del cual se reduce China a un estereotipo, basado en la noción de poder definir un otro esencial. Por ejemplo, Oyarzún describe a los chinos como hormigas, indistinguibles y trabajadores. Tomás Lago, cuyo texto es sobre las artesanías clásicas chinas, lo presenta como libro de viaje y con un prólogo de Oyarzún. Sin embargo, se diferencia de los textos de Poblete y Oyarzún en cuanto expone con mayor detalle los datos que le son entregados durante el viaje respecto de la producción, salarios y costos de los lugares que visita, principalmente, talleres de artesanía. Parte describiendo la ruta que toma, la que al igual que los otros dos viajeros y la mayoría de los viajeros del periodo, es a través de la Unión Soviética. Lago también percibe a China desde la alteridad, a la que busca relacionar con América Latina. Es decir, lo que percibe como “otro” lo trata de integrar, buscando borrar la idea de diferencia que pareciera instalarse de manera tan distintiva: “no

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es fácil entender lo que vemos” (p. 16) escribe. Su mirada es esencialista, y ve de manera positiva la mantención de lo tradicional. En el caso de Poblete, la cultura china es presentada como una en la “cual los postulados éticos han tenido más profundo arraigo y han llegado a ser los rectores supremos de la vida pública y privada” (p. 125), entregando a la cultura china valores específicos. Es decir, integra el valor del pasado y lo asocia al “otro”, enfatizando la idea de un “otro” distinto. A pesar de que consideramos que los viajeros no están tratando de expandir, o no están proyectando el imperialismo occidental a China, utilizan recursos adscritos a una perspectiva orientalista que ha sido utilizado con ese propósito en un contexto colonialista europeo. Sin embargo, en los textos se observa también una suerte de intención de presentar a China como cercana. En el texto de Poblete, existe un constante interés por ir más allá de una aparente distancia y disminuir la idea de otredad, lo que es ejemplificado cuando abraza a una profesora “en nombre de los maestros chilenos, especialmente de aquellos modestos e ignorados trabajadores de la enseñanza en nuestras escuelas rurales” (p. 54). La distancia es reducida no solamente por la representación de contacto físico, sino también por un explícito mensaje político respecto de la condición de los maestros rurales en Chile. No obstante, la identidad de Poblete pareciera estar basada en una idea de ser occidental, en cuanto su evaluación crítica sobre el proceso chino, y se posiciona desde un punto de vista específicamente occidental. Presenta el proceso chino como un modelo a seguir, pero es Occidente quien debe reformarse, no América Latina o Chile. En el fondo, a través del viaje a China se produce efectivamente la pregunta por la pertenencia y cercanía latinoamericana – en este caso, a través de Chile–, instalando la gran pregunta si se es occidental o no. En el caso de Lago, es posible conjeturar que, a partir de su presentación de datos oficiales provistos por el gobierno chino en cada una de sus visitas, presenta diferencias con el régimen chino. Esto a raíz de la disminución de comentarios respecto de las cifras oficiales que le entregan a medida que se avanza en el texto. No obstante, independiente de posibles diferencias políticas, y desde el comienzo de su texto, es posible ver cómo busca evaluar a China en sus propios términos, a pesar del desconcierto que ésta le provoca, como se puede ver en el siguiente extracto: La transposición del viajero que llega desde el otro lado del planeta es violenta. Se oye en las inmediaciones el canto sonoro de un gallo de un corral de aves, que resuena en nuestros oídos como si estuviéramos en Chillán Viejo. ¿Cómo entender, de pronto, este mundo antiguo? (p. 13)

En su llegada a Pekín, su reflexión se remite a una ciudad de provincia en Chile, Chillán viejo, su pueblo natal. A pesar de que pareciese que busca entender China por sí misma, la sigue viendo como una ciudad exótica: Pekín “(…) es aún la ciudad definida por Marco Polo, muy diferente a los intrincados burgos de Europa (…)” (p. 13). Incluso, describe a China como un “país típico” desde una “época remota” (p. 14). Pareciese, a lo largo del texto, que Lago nunca deja de sentirse extranjero en China. La distancia entre él y los chinos es hecha explícita, por ejemplo, mientras describe cómo “[personas] (…) de todas las edades y condiciones, especialmente niños, (…) observaban con curiosidad nuestros trajes occidentales y nuestros tipos de raza” (p. 35), y él mismo se describe a sí mismo como occidental (p. 43).

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Es posible ver que Poblete, y en menor medida Lago, buscan puntos de conexión entre mundos que les parecen muy diferentes. Sin embargo, en el texto de Oyarzún el énfasis pareciese estar mayormente basado en diferencias que, da a entender, son irreconciliables: ve en los chinos una naturaleza distinta a la occidental, con la que él se identifica. Describe a China como “(…) lo más extraño que haya visto nunca” (p. 44). Asimismo, describe a los chinos como “amables y corteses” (p. 100), y cómo los occidentales sucumben a su encanto; pero para ello, plantea, es necesario comulgar con su experiencia. Lo que él ve en común entre China y Chile es lo parecido entre las “poblaciones callampa” y el “hacinamiento gris” (p. 107) que él observa en China, y que no es notado, o mencionado, por los otros viajeros. Oyarzún presenta fuertes críticas, y se resiste a una China que sea parecida a América Latina en términos culturales (p.103). Sin embargo, es posible ver como presenta una posibilidad que rompe el binarismo oriente/occidente, nosotros/ellos, en cuanto presenta el destino humano como uno y disponible para todos los hombres. Comienza con una crítica, pero luego ofrece una solución: En China, todos conocen a Neruda, pero nadie conoce a Rimbaud ni a Hölderlin. ¿No es ello grotesco? Conocen lo que les conviene y les halaga. (…) Pero es necesario, frente a tanta intolerancia cultural, reavivar nuestras más altas tradiciones, para que se complementen con estas nuevas virtudes y atemperen sus defectos, pues el destino humano es irrevocablemente uno, y no pertenece ya a una clase, sino a todos los hombres. (p. 102)

Conclusiones En el siglo veintiuno, y en un momento en que la relación entre China comunista y América Latina se estrecha cada día más,21 se vuelve relevante examinar los primeros testimonios de esa relación. Los textos se constituyen como información de “primera fuente” sobre el proceso revolucionario chino, y a su vez entregan información sobre aspectos identitarios de los viajeros expuestos a la luz de su viaje a China. Más allá de las diferencias y miradas estereotipadas en sus representaciones de China, estos textos presentan y contribuyen a la formación de un discurso que diverge del que aparecía mayormente en los medios de comunicación sobre China y su proceso revolucionario en Chile. En ellos, China se evalúa como posible ejemplo a seguir en cuanto modelo económico y modelo de desarrollo del bienestar social, lo que permite conjeturar que el proceso revolucionario chino sí era importante en cuanto a modelo para Chile y América Latina. Aquí se ha presentado una primera lectura de una selección de textos sin entrar en detalles respecto de, entre otros, distinciones regionales, étnicas, de género o de clase. Incorporando nuevos elementos las lecturas se complejizarían y enriquecerían, iluminando aspectos aún desconocidos de la historia de la relación entre la República Popular China y América Latina en sus inicios.

Bibliografía Ashcroft, Bill and Ahluwalia, Pal. Edward Said. London, 2001.

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A. Hearn, China engages Latin America: tracing the trajectory. Boulder: Lynne Rienner Publishers, 2011, pp. 1-6.

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Viajeros chilenos a la RPC en los años cincuenta y sesenta

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