VASQUEZ-DAVILA (1987) El hombre agricultor de las áreas inundables de Tabasco

August 24, 2017 | Autor: M. Vásquez Dávila | Categoría: Ethnobotany, Ethnobiology, Ethnoecology, Agroecologia
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Descripción

Vásquez-Dávila, M.A. 1988. El hombre agricultor de las áreas inundables de Tabasco. En: Ecología y conservación del delta de los ríos Usumacinta y Grijalva. INIREB- Gobierno del Estado de Tabasco. México. p. 631-636.

El hombre agricultor de las áreas inundables de Tabasco Marco Antonio Vásquez-Dávila Instituto de Cultura de Tabasco Sánchez Magallanes s/n Villahermosa, Tabasco

Resumen

Abstract

Para diseñar y realizar formas adecuadas de manejo de las áreas inundables de Tabasco se requiere, entre otras cosas, de una evaluación cualitativa y cuantitativa de las formas más comunes de utilización actual de este recurso, que permitan compararlas con otras posibles opciones. Conocer el manejo del pantano por los grupos indígenas (objetivo de este trabajo) nos puede dar respuestas a la cuestión de cómo conservar este recurso, pues una de las características del manejo indígena es precisamente el uso moderno, pero sostenido y múltiple del ecosistema, proporcionando diversos materiales de origen vegetal y animal que el habitante de estas tierras requiere para su existencia. En este sentido, el cuidado que cada elemento del agroecosistema recibe por parte del campesino es individual, enmarcado por un sistema cultural más amplio, o cosmovisión, que les permitió conservar el recurso y la regeneración de los ecosistemas.

To design and carry out adequate forms of management in the wetlands of Tabasco, a qualitative and quantitative evaluation of the most common forms of utilization of this resource zone is necessary so that comparisons with other possible options can be made. Placed in a temporal continuum from the time of the prehistoric Olmecs to the present, human groups that settled in the Tabasco’s lowlands have successfully adapted their lives to the dynamics of this geographical region where in the abundance of water is the principal characteristic of the component ecosystems. Understanding the indigenous management systems of the wetlands provide is with possible answers to the question of conserving this resource area. One of the characteristics of indigenous management is precisely a "modern" approach which consists of a sustained and multiple exploitation of the ecosystems, utilizing diverse materials, both plant and animal, that the inhabitants of this region need in order to subsist. In addition, the care that each element in the systems receives on the part of the peasant in individual, placing it within a wider cultural system, or worldview, that permits resource conservation and the regeneration of ecosystems.

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Introducción

Mientras que para la Ecología el hombre constituye un factor más del ecosistema (aunque

dé destacada acción sobre los demás componentes), para la Antropología el hombre es el elemento fundamental del sociosistema. Por su parte, la Etnobiología ubica al hombre en un plano más justo respecto a la naturaleza y a sus semejantes. Durante un continuum temporal que va desde la época de los olmecas arqueológicos (ca. 1500 a.n.e.) hasta nuestros días, los grupos humanos asentados en la planicie tabasqueña han logrado adaptar su forma de vida a la dinámica de una región geográfica donde la abundancia de agua es la característica principal de los ecosistemas en ella presentes. Conocer el manejo del pantano por los grupos tradicionales (objetivo de este trabajo) nos puede dar respuestas a la cuestión de cómo conservar dicho medio, ya que una de las características del manejo indígena de los recursos es precisamente el uso moderado, pero sostenido y múltiple del ecosistema (Toledo et al. 1976; Caballero 1982; Toledo et al. 1986), y conservar es una actividad que implica la utilización racional y sostenida de los recursos naturales a largo plazo (Gómez-Pompa 1985).

El conocimiento ecológico tradicional El conocimiento ecológico tradicional o "etnociencia de la naturaleza" es el complejo de percepciones sobre materiales ambientales, potencial y limitaciones, compartido por una amplia base campesina (Funes y Martínez 1983). En el trópico, este conocimiento tiene como eje una aguda percepción de la estacionalidad, frecuencia e intensidad de los fenómenos hídricos, ajuste obligado a la actividad productiva. Las opiniones y experiencia que existe respecto al conocimiento ecológico tradicional han encontrado expresión concreta en este Estado de Tabasco. Primero, la experiencia del Instituto Nacional de Investigaciones sobre Recursos Bióticos (INIREB) respecto a chinampas tropicales en los pantanos de Tabasco constituyen una clara evidencia de que las tecnologías indígenas son factibles y tienen un futuro en la solución de problemas agrícolas y de autosuficiencia alimentaria del México actual (Rojas Rabiela 1983). Y segundo, la posible aplicación de las estrategias mesoamericanas del uso de los recursos naturales para satisfacer las demandas actuales, fué objeto de un seminario internacional llevado a r.abo en esta misma ciudad, en febrero de 1979 (Cf. Biótica 5). Pues bien, una demanda concreta en la actualidad es la protección de áreas críticas en la región y no es conveniente dejar a un lado la experiencia y las opiniones que existen respecto al conocimiento tradicional en este simposio sobre la ecología y conservación del delta de los ríos Usumacinta y Grijalva. Pragmáticamente, esto significa que (de acuerdo con Caballero 1978), para diseñar y realizar formas adecuadas de manejo de las áreas pantanosas de Tabasco se requiere, entre otras cosas, de una evaluación cualitativa y cuantitativa de las formas más comunes de utilización actual de ese recurso, que permitan compararlas con otras posibles opciones de manejo.

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Ante este panorama, surge la pregunta: ¿Puede el manejo tradicional del pantano aportar opciones técnicas y biológicas factibles para la conservación del delta de los ríos Usumacinta y Grijalva y de otras zonas con características semejantes? El ecosistema pantanoso (West et al. 1985) Los pantanos y los extensos lagos de poca profundidad de la planicie tabasqueña son originados por la acumulación de las aguas en terrenos de escasa pendiente y lento o nulo drenaje. En Tabasco existen dos tipos de pantano: los de popal y los de mucalería, constituyendo los popales más de las tres cuartas partes del total de la superficie pantanosa en el estado. Las plantas dominantes dentro de los pantanos de popal varían de un lugar a otro; sin embargo, el popal Thalia geniculata y la nea Typha latifolia son distintivas en esta asociación. Otros géneros dominantes incluyen: Sagittaria, Echinodorus y Cyperus. Los numerosos lagos dentro de la popalería contienen plantas flotantes, entre otras, Eichornia crassipes, Nymphaea alba, Pistia stratiotes y Lemna sp. Cuando el nivel de las aguas baja, algunos de los lagos más pequeños se secan y la tierra húmeda y lodosa se cubre pronto de herbáceas como Paspalum, Panicum o Eragrostis. Los animales acuáticos y semiacuáticos caracterizan este ecosistema: peces, reptiles, anfibios y aves dominan en el pantano, los mamíferos son relativamente pocos. El uso agrícola de campos elevados en las riberas de los ríos como el Candelaria o el Hongo, así como de otras zonas inundables de Belice, Quintana Roa, Campeche, Tabasco y Veracruz, ha dado origen a un gran número de recientes investigaciones (Cfr. Siemens y Puleston 1972; Thompson 1974; Schmidt 1978; Harrison y Turner 1978; Adams et al. 1982; etcétera) aunque no se han realizado aún aquellas que expliquen el tipo de cultivos que tenían los mayas en los campos elevados y su manejo. Por esta razón, y por su importancia agroecológica, las siguientes líneas se refieren al manejo de zonas inundables que los campesinos tradicionales tabasqueños realizan en aquellos lugares del estado donde el microambiente no ha sido drásticamente alterado y es posible practicar la tecnología agrohidráulica tradicional, que incluye el uso múltiple: el pantano es un lugar donde se caza, pesca, recolecta y cultiva. En la zona del pantano que permite la pesca, el campesino-pescador vive estrechamente ligado a la naturaleza, a los ciclos diurno y nocturno, a los tiempos "buenos" y "malos" y al paso de las estaciones; su propia actividad la exige poseer una conciencia ecológica y una austeridad en el consumo (Incháustegui 1985; MNCP 1986). En el pantano, esteras y lagunas prevalece la pesca tradicional que utiliza técnicas e instrumentos muy diversos: el "engodo", el "Iampareo", pesca con canastos, con anzuelo, palangres, con redes como el chinchorro y atarraya, con cajones, fisga y arpón. Como alimento para el hombre, los peces son mucho más importantes que cualquier otro taxa animal dentro de los pantanos de Tabasco, seguidos por los reptiles, principalmente los quelonios. Además recolecta diversas almejas, caracoles y crustáceos. Respecto a la caza, es evidente que esta actividad ha ocupado diferentes lugares de importancia en la economía de los pueblos. Para el caso de los chontales de Centla, Tabasco, la cacería es hoy en día una actividad eventual y se refiere sobre todo a especies menores; más 633

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bien tienden a conservar la fauna (Incháustegui 1985). La razón del uso moderado actual es que prácticamente se han agotado los recursos faunísticos disponibles: el cocodrilo Crocodylus moreletti, algunas aves, la nutria Lutra longicaudis y el manatí Trichechus manatus "se ha ido del pantano", como lo expresan en su lenguaje metafórico los propios chontales. La economía capitalista ha orillado tanto al habitante del pantano como a gente extraña a él a exterminar la fauna directamente con la cacería incontrolada e indirectamente al destruir el hábitat en busca de tierras para la ganadería y la agricultura. No se debe pasar por alto que el campesino ya no recurre a las actividades venatorias solamente para complementar su dieta; recurre a ellas para complementar su raquítica economía. En la caza tradicional, además de las armas de fuego, se emplean también, aunque cada vez con menor frecuencia, trampas, cerbatanas, hondas y golpear con piedras o con un trozo de madera. La mayoría de estos métodos ya no se usan, y si se llegan a emplear, la visión indígena de respeto y conservación del recurso ya no opera, sino la de obtener mercancías sin importar el costo ecológico. Se presenta entonces el fenómeno de hibridación de una tecnología (que antes fuera racional) adecuada al servicio de un sistema de explotación irracional de los recursos. En cuanto a la recolección que realizan los habitantes de los alrededores de los cuerpos de agua en Centla, un estudio reciente mostró que treinta especies de plantas acuáticas son usadas en dieciséis formas diferentes. Entre las categorías antropocéntricas de uso están: plantas alimenticias, forrajeras, medicinales, implementos de pesca, artesanales, indicadores de hábitat de animales acuáticos, combustibles, de ornato, para construcción, como cerca y para juguetes (González García 1985).

La agricultura de zonas inundables El aspecto más importante de la agricultura de zonas inundables se relaciona, lógicamente, con el ciclo hídrico; cuando el agua se desaloja del terreno, éste se encuentra listo para ser cultivado con maíz, sin otras entradas de energía más que la semilla, los nutrientes incorporados de la vegetación hidrófita y el trabajo del hombre, que de esta forma aprovecha la humedad residual del terreno pero a su vez asume los daños eventuales que una fuerte lluvia pueda ocasionar al cultivo. En general, parece que en los popales se pudo ganar, desde tiempos prehispánicos, una cosecha más sin la inversión en mano de obra que se requeriría para preparar campos elevados (Siemens, 1980). Cabe aclarar que en este sistema de producción de maíz pueden ser utilizados dos tipos de terrenos: los que desalojan el agua naturalmente en la época seca y aquellos que cuentan con un dren artificial. Sin embargo, la escasa dimensión de los terrenos en que se práctica este tipo de agricultura limita el volúmen de producción y a su vez, permite la rápida regeneración del popal y con ello, la conservación del recurso por tiempo indefinido. En las inmediaciones de los espejos de agua es posible encontrar también cultivos de arroz Oryza sativa L., macal Xanthosoma sp., o malanga Colocasia sp., plantas adaptadas a estas condiciones de humedad edáfica. En los terrenos menos bajos se localizan otros campos de cultivo, el huerto familiar, acahuales y la sabana, ecosistemas y agroecosistemas que rebasan el límite del presente escrito, concretándonos a señalar lo siguiente: a) la función de estos 634

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sistemas es múltiple y proporcionan diversos materiales de origen animal y vegetal que el habitante de estas tierras requiere para su existencia, y b) el cuidado que cada elemento del agroecosistema recibe por parte del campesino es individual, enmarcado por un sistema cultural más amplio, o cosmovisión, que les permitió la conservación del recurso y regeneración de los ecosistemas. Cuando el habitante de las zonas inundables ha decidido domesticarlas definitivamente y convertirlas en agroecosistemas permanentes, tiene la alternativa siguiente: drenarlas, o bien, ahondarlas. Desde luego, el resultado son pequeñas obras agrohidráulicas. En el caso de decidir drenarlas, generalmente el "patio" o terreno delante de la casa se convierte en huerto donde se cultiva diversidad de vegetales. En el segundo caso, cuando el terreno es ahondado, éste se convierte en un "préstamo", que es la designación local para un estanque artificial donde se pueden criar patos o peces, pero cuya principal función es la de represar agua para el ganado en la época seca. Comentarios finales Para manejar el conjunto agua-suelo-biota en las condiciones específicas ya descritas, el hombre requirió de un conocimiento minucioso de la ecología y climatología de la zona, que solamente pudo ser sistematizado a lo largo de años de observación y experimentación, llegando a poseer un conocimiento rico y extenso acerca de los elementos y la dinámica del ecosistema pantanoso. La vegetación, los animales y los eventos hídricos, proporcionaron a los campesinos indicadores sobre fenómenos ambientales más amplios, particularmente respecto al potencial y vocación de los diferentes hábitat en el pantano. La experiencia de las sociedades de las zonas inundables del trópico nos demuestra que es posible aprovechar exitosamente ciertas áreas seleccionadas en dichas zonas (Toledo el al 1984); consecuentemente, existe toda una gama de tecnologías hidroagrícolas tradicionales de alta productividad y sentido ecológico. Estas tecnologías constituyen (Toledo 1983) un potencial que es urgente rescatar y recrear. Volviendo a la pregunta metodológica inicial: ¿Qué pueden aportar todavía los campesinos de la planicie tabasqueña a la búsqueda de nuevas y más racionales formas de relación entre los hombres y los recursos naturales? El campesino tabasqueño puede aportar los conocimientos técnicos y ecológicos que posee pero que desafortunadamente se están perdiendo. Juntos podemos aprender a realizar una economía respetuosa del ambiente, "con base en una muy delicada operación de rescate y recuperación interna, tal vez mediante una intervención institucional que no solo la auspicia" (Funes y Martínez 1983), sino que haga de ella el centro de intercambio permanente de percepciones e ideas. De esta forma, se alcanzará un doble objetivo: conocer, rescatar y validar la experiencia del manejo ecológico del habitante original de las zonas inundables de Tabasco, y conservar estas zonas para generaciones futuras.

Agradecimientos Deseo expresar mi gratitud a la Maestra Leticia Rivera por sus valiosos comentarios; a la Ing. Beatriz Solís por su apoyo durante la realización del trabajo y por la lectura crítica del escrito.

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