Variables y procesos emocionales en la formación del perro de trabajo

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Semper Fides Science, vol 1, N° 1, 2012

Semper Fides Science www.semperfides.org

Variables y procesos emocionales en la formación del perro de trabajo Gonzalo A. Quezada y M. Alejandra Leiva R. Editorial Semper Fides

ARTICLE INFO Keywords : working dogs dog cognition empathy neuroaffective affective neuroscience emotional process dog emotion

ABSTRACT The proposal of this paper is to analyze the main variables that have permited Canis familiaris developed a common history with man, contrario sensu that happened with other species, which have not developed a relation of this magnitude in a process of mutual adaptation, as a characteristic of the simbiotic relationship under study. This article also explores the areas that the authors believe are the basis of the causal relationships, determined by genetics and the consequent transformation of the environment as a result of the interactions with humans; behaviour as the expression of the acts of the animal complex; the environment as a consequence of the human non human relationship; cognition understood as the process that non humans act between the senses; empathy that allows develop targeted behaviors oriented by the links and emotions, who specially in non humans give the affective experiences. Finally the authors explore the principles of the Affective Neuroscience, analyzing mainly the studies of Jaak Panksepp. Professor Panksepp, through the analysis by fMRI has not only discovers and classifies the emotions in social mammals, also locate the brain areas where they occur.

© Editorial Semper Fides

“El vínculo entre humanos y perros es un fenómeno único. A pesar que es fácil de describir al perro como una de las muchas especies domesticadas, nuestras interacciones con este carnívoro social alcanza, lejos más allá de las usuales relaciones con otras especies.” Péter Pongrácz

U

na parte importante del mundo académico relacionado con los estudios acerca del perro, comparten la afirmación que, históricamente un importante número de especies ha tomado contacto con el humano, sin embargo concuerdan que el perro debe ser considerada una especie única (Topál, Miklósi y Csányi, 1997; Savolainen, 2007).

comparar, sin más atributos, con otras especies relacionadas o no, en su vida cotidiana con los humanos. Por ejemplo, el olfato del oso es en promedio más eficiente que el del perro, a su vez existen otros mamíferos con visión, velocidad, sentido de la ubicación muy superior al Canis, de manera que bajo esas circunstancias, las capacidades cognitivas del perro, en sentido global, aunque vitales para la convivencia con humanos, no destacan considerablemente de otros mamíferos.

Esta afirmación, si fuera planteada con exclusión de fundamentos, pondría al lector frente al escenario de

La cuestión es, y apologizando a Clutton – Brock (1999), descubrir por qué nuestro Canis familiaris, ha desarrollado una historia común con el género humano, contrario sensu de las otras especies que no han consolidado una relación de tal magnitud.

Correspondencia a : [email protected]; [email protected]; [email protected]

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Existen a nuestro entender al menos cuatro adicionales áreas, de amplia investigación en los últimos años, que podrían entregar las primeras respuestas a este proceso de adaptación mutua que ha caracterizado nuestra relación simbiótica. La genética y su proceso de transformación en el comportamiento y en la emergencia de una evolución convergente (Hare y Tomasello, 2005); el entorno, como resultado de la interacción con humanos; la cognición como agente de los cambios del entorno, la empatía, la emoción y consecuentemente la afectividad.

de comportamiento que son de interés han sido influidos por factores genéticos y de entorno (nature y nurture). Los genes son las unidades básicas de la herencia y están localizados en cromosomas, condensando strands de material genético residente en el núcleo de la célula, que porta los genes de una generación a otra. Forman sólo una fracción de los cromosomas que también acarrean un gran monto de material genético de función desconocida. Una simple copia de todo el material genético de un organismo es llamado un genoma. Los genomas son constituidos por DNA, el cual en términos simples es la molécula básica de la herencia.

La genética genética La creciente relación entre el humano y el perro ha tenido, particularmente en el último tiempo, un enorme interés en torno al desarrollo de sus habilidades a objeto de obtener de el una colaboración efectiva en un amplio campo de actividades. Naturalmente en este proceso operó una manipulación genética que, consistente con la diferenciación al nivel del fenotipo, ha mostrado una creciente diferenciación de razas por el genotipo obtenido, lo que podría ser elemento suficiente para asignar a cada individuo la raza correcta (Vilà y Leonard, 2007).

Consiste en sub unidades, referidas como nucleótidos. Toda la información genética en un organismo está formada por múltiples combinaciones de cuatro diferentes nucleótidos, designados de acuerdo a la base que ellos portan: A para adenina, G para la Guanina, T para la timina y C para la Citosina (Jazin, 2007). El producto de un gen son las proteínas de RNA. Para producir una proteína, el primer paso es la transcripción. Esta es la copia del fragmento de DNA al mensajero RNA. Acarrea el código del núcleo de DNA al segundo paso, el cual es la traslación del mensajero RNA para sintetizar aminoácidos. Estos a su vez son la base para las proteínas que tienen múltiples funciones en un organismo. Los genes trasportan la información genética o código, RNA y los productos de proteína que influencian la performance o la apariencia de individuos. De esta manera, el fenotipo, genotipo y el comportamiento, entre otros caracteres, solo puede ser transmitido transmitido genéticamente de una generación a otra a través de diferentes combinaciones de genes y otros fragmentos de información genética, llamadas regiones regulatorias, las cuales controlan los montos de genes producidos.

La manipulación genética ha favorecido por un lado, el mejoramiento de los atributos físicos, cuestión orientada no solo a la estética, aunque en algunos casos a obtener ejemplares con características identificatorias para ciertas actividades. Las modificaciones genéticas inducidas, no obstante, han generado importantes cambios en la conducta. Estos a su vez, han creado acciones asociadas con la performance de tareas complejas, como consecuencia de la supresión de ciertas características originarias, así como de la emergencia de nuevos patrones (Hart, 1995). Los primeros avances en las actividades de especialización estuvieron relacionados con la creación de ejemplares destinados a la caza y al pastoreo. La posterior emergencia de las sociedades modernas, ha disminuido gradualmente las prácticas funcionales, mientras que los atributos relacionados con las variables de comportamiento, desarrollo de la inteligencia y resolución de problemas complejos se han incrementado en forma relevante. Estas características emergentes son particularmente diferentes de aquellas que privilegiaron la selección en épocas pretéritas. Virtualmente todos los rasgos

Un fenómeno de interés lo constituyen las mutaciones, que son cambios en la secuencia de DNA y ellos proveen de nuevo material genético a ser transmitido. Ocurren random en cualquier parte del genoma y crean formas diferentes de información genética en cierta posición. Cada forma alternada de mutación segregada en la población es llamada alelo. El impacto de la mutación en la población es a través de su contribución al fitness para los animales que acarrean las mutaciones. 2

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Las mutaciones pueden tener características favorables, neutras o no favorables que se transmiten de padres a sus hijos, pero en estricto rigor ellos no son suficientes para asignar todos los comportamientos. En general una proporción definida de genes y factores del entorno determinan cada rasgo de comportamiento. comportamiento

son atribuibles a la cognición. Por ejemplo, recientes investigaciones (Helton, 2009) encontraron una cercana correlación entre el largo de la nariz y la densidad de células ganglionares en la visión del perro. Por un amplio espacio de tiempo la genética ha sido un campo experimental en la búsqueda de nuevos prototipos y razas, no siempre exitosa. Habida cuenta del margen de error que es consecuencia, los ejemplares resultantes pueden ser considerados genéricamente como tipos, pero los individuos conllevan características derivadas de las mutaciones que los convierten en ejemplares únicos. En la construcción de un perro de trabajo la raza es una alternativa, lo que no implica que todos los perros de ese grupo van a manifestar strictu sensu, características semejantes. La selección para el trabajo, como se discutirá más adelante, conlleva una serie de variables adicionales, que se desarrolla a partir de una importante diversidad, que es evidente en patrones de conducta, que en una primera etapa favorece la selección para trabajos específicos (Wayne y Ostrander, 2007; Houpt y Willis, 2001). La frecuente distinción en las denominadas “líneas de trabajo” y de show, es un indicador primario en relación a las resultantes de la genética en sentido único.

En consecuencia las razas que hoy conocemos son el producto de una aislación genética relativamente reciente en el tiempo, que ha creado ciertos genotipos cuyas características son conocidas especialmente en la diferenciación. Sin embargo, el largo trabajo de aislación genética, no necesariamente conlleva todas las características que la acción antrópica espera. Cuando se desea transmitir ciertos rasgos, una importante consideración es la heredabilidad (Willis, 1995), definida como el porcentaje que es transmitido transmitido a la camada, lo que naturalmente limita las características que se estima sean recibidas por ella. ella Técnicamente la heredabilidad considera el monto de variación fenotípica en una población específica. Cuando sus valores son altos las diferencias genéticas son fáciles de identificar usando métodos moleculares. Siguiendo este concepto, mutatis mutandis, se ha conseguido una amplia dispersión de razas, intentando que ellas cumplan con diferentes propósitos. Si, es efectivo que prioritariamente el fenotipo constituye la primera elección del criador, el dimensionamiento de esta característica ha colaborado para ciertas actividades que son capaces de desarrollar los perros, a pesar que obviamente el principal interés, para efectos de desarrollar perros de trabajo, lo constituye el genotipo, tema de poco interés en parte de los criadores, interesados principalmente en el fenotipo.

Conducta Más allá de la genética en la identificación del perro de trabajo, existe una serie de consideraciones de la mayor importancia. Si bien es cierto que algunos atributos físicos interesan, desde un primer punto de vista, considerando por ejemplo el tipo de actividad que se espera desarrollar. Para el trabajo en terreno, como rescate, son deseables ciertos atributos físicos y fisiológicos, que no son prioritarios cuando se desea orientar el trabajo a la asistencia. Sin embargo y manteniendo la afirmación que no todos los perros son absolutamente fieles a las características de la raza, otros elementos identificatorios se muestran con notable validez.

La heredabilidad manifiesta un alto nivel incerteza, de manera que los extremos 100% o 0%, son indicadores extraordinariamente difíciles de conseguir y en este sentido, la emergencia de varios de los rasgos de las razas, son a juicio de Coppinger y Schneider (1995), situaciones accidentales. Así ciertos tipos de cola, orejas o ciertos tipos de pelaje no eran esperados. A mayor abundamiento, las alteraciones genéticas en comento a menudo provocan cambios en la estructura del cuerpo, obteniendo perros de tamaños y formas diversas, que tienen expresión en sus sistemas perceptuales que no

La conducta en un sentido general puede ser definido como las acciones que los organismos organismos vivos realizan (Hart, 1995). Más adelante se analizará que constituye una respuesta producto de dos manifestaciones, nature y nurture. Existen diferentes tipos de conductas, aquellas que son acciones y los que son estados de la mente, no 3

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necesariamente manifestados externamente. Algunos comportamientos son únicos a un individuo, por ejemplo la forma en que un perro se sube a un vehículo. Otros son únicos a una situación a la cual ciertos individuos son expuestos y podrían ser no repetidos como la forma en que pueden reaccionar frente a un estímulo súbito. A su vez existen comportamientos uniformes, como la actitud de retriever de un Golden y la conducta instintiva.

Cómo la conducta ancestral del perro ha sido modificada, es una cuestión de relativa reciente investigación. En la actualidad hay varias ideas fuerza en este campo : la creciente interacción social del humano con el perro y sus consecuencias en el entorno, la cognición y la empatía, la emoción y afectividad temas que serán revisados más adelante.

Lato sensu, las expresiones modificadas, más fáciles de detectar, se refieren a los cambios en docilidad, como expresión de la socialización, que se ha incrementado considerablemente, considerablemente, y no como expresión de la dominancia humana, la dependencia de los humanos y la adopción de la mayoría de sus formas de vida. Los elementos relacionados con la cognición como la proactividad, creatividad, toma de decisión, forman parte del proceso cognitivo. cognitivo.

Para Jazin (2007) la conducta corresponde, en definitiva, a una performance de los actos del complejo animal, absolutamente sin instrucciones o conocimiento, heredadas de generación en generación y por tanto influidas por las manifestaciones genéticas, que eventualmente producen una amplia diversidad entre ellas. Entre razas de perros, la variación alcanza un 27% del pool genético, opuesta al margen de 5 a 10% entre las poblaciones humanas (Wayne y Ostrander, 2007).

Estos cambios inducidos en la conducta, no aseguran que existen formas ancestrales que permanecen, como la agresividad, la defensa territorial, las manifestaciones del ladrido, entre otras.

Las formas genéticas pueden otorgar un cierto “tipo” de conducta, algunas veces inherente a la raza y otras al individuo, sin embargo a pesar de su timbre genético, las transformaciones a estos comportamientos, pueden ser modificadas. Varios estudios se han concentrado en analizar las diferentes conductas, como forma genérica (Houpt y Willis, 2001) y sus capacidades para desarrollar actividades específicas.

Para entender la creciente interacción social, Draper (1995), diseñó hace algo más de una década una interesante observación en torno a los cambios inducidos en la conducta del perro. Su hipótesis se sustenta que la personalidad y las formas del comportamiento del humano son producto de una serie de estrategias adaptativas generadas en su etapa de prehumano, principio en el que se encontrarían ciertas analogías con especies no humanas, fuertemente ligadas con ellos. Las especies identificadas por Draper, son los primates, que comparten un código genético extraordinariamente semejante al humano y los perros, cuya extensa interacción con nuestro género es largamente interpretada. A su juicio los cinco factores del comportamiento humano (FFM) conocidos como el big five : i) actividad social ; ii) interacción social; iii) responsabilidad ; iv) estabilidad emocional y v) habilidades para aprender, son expresiones que pudieran encontrarse en la evolucionada conducta canina. Un amplio y extraordinario campo de estudio en comportamiento no humano abrió esta proposición, especialmente en la investigación del desarrollo de la inteligencia en perros (Gosling, John y Kwan, 2003) y constituyen las primeras aproximaciones a la posterior emergencia de los modelos de interacción social que interpretan la interrelación. Los modelos de cognición que serán revisados a posteriori, resultado de las líneas de

A diferencia de la cognición, concepto que se verá más adelante, la conducta incluye todas las actividades en que los no humanos se involucran, como la locomoción, grooming, reproducción, cuidado de jóvenes y sus formas de comunicación (Jensen, 2007). Es un fenómeno básicamente biológico – fisiológico, la cognición es mayoritariamente sensorial. Los investigadores en biología de la conducta analizan su origen en lo que denominan la dualidad nature vs nurture, diferenciando los rasgos heredados por factores genéticos, frente a los adquiridos, referidos al entorno en la expresión de una conducta en particular. La posición general es que la conducta se presenta como una expresión de la interacción entre predisposiciones predisposiciones genéticas y variables del entorno (Helton, 2009). La domesticación se expresa como una de las expresiones de la idea de nurture. El perro ha manifestado numerosos cambios desde la especie ancestral (Kubinyi,Viranyi y Miklósi, 2000). 4

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investigación del Departamento de Etología de la Universidad Eötvös Loránd en Budapest, del Instituto Max Planck de München, entre los más conocidos, además de un invaluable número de académicos de diversos centros del Hemisferio Norte, se inician con hipótesis semejantes a las presentadas y constituyen un amplio campo de desarrollo.

presenta como el principal elemento de este marco conceptual.

En la actualidad y desde la visión académica, nadie discute que el perro ha asimilado formas de conducta semejantes a las del humano y last but not least, ha desarrollado un nivel de inteligencia e interacción que le permite realizar una importante cantidad de actividades, en las que supera con largueza las habilidades humanas.

Los patrones de expresión analizados en 7.762 genes provenientes de tres regiones del cerebro del perro, lobos grises y coyotes, encontraron un único patrón de expresión genética en el hipotálamo, donde la amígdala y la corteza frontal son menos diferenciadas. El hipotálamo controla las respuestas emocionales, endocrinas y autonómicas, en particular en comportamientos relacionados a la sobrevivencia y consecuentemente estos patrones de expresión en el perro, pueden ser consecuencia a las alteraciones introducidas por el humano (Wayne y Ostrander, 2007).

Prevalece sin embargo, la búsqueda de razones fisiológicas que expliquen esta notable diferenciación. El estudio del genoma del perro ha permitido al menos esbozar algunas hipótesis.

Una cuestión no obstante nos sugiere al menos la interrogante y es por qué otras especies más cercanas genéticamente al humano no han tenido un proceso evolutivo de cambio de conducta como el del Canis familiaris. Recientes estudios (Chi y Li, 2001) orientado a la búsqueda de bases genéticas en la estructura entre los humanos y primates, demostró que en algunos casos (Chimpazee y humano), existe un 98.4% de similitud. El cerebro humano difiere más de otro humano que con el de un chimpazee (Enard et al., 2002), lo que sugiere que por la cercanía de ambas especies, los mayores cambios de conducta deberían haberse expresado en esta especie, hecho que sorprendentemente no se ha producido. La realidad es que la investigación de etólogos no ha logrado descubrir cambios de importancia en otras especies, de las que han ocurrido en nuestros inseparables compañeros.

El conocido trabajo de Belyaev (Trut, 1999), en parte permite sacar conclusiones acerca de esta hipótesis de trabajo. En su investigación el académico en comento logró domesticar zorros rojos y luego de varias generaciones consiguió que ellos aceptaran la compañía humana y desarrollar en conjunto algunas acciones. Su conocida investigación tuvo la capacidad de demostrar cambios de comportamiento por el gen alterado, en una especie que como se ha mencionado ut supra, no acepta la domesticación humana. En la investigación además se descubrieron cambios fenotípicos comunes en el perro doméstico, como despigmentación del pelaje, emergencia de orejas floppy y cola enroscada. Estos cambios paralelos pueden haber sido el resultado de alteraciones en el sistema endocrino que posee efectos fenotípicos generalizados. A través del examen mRNA en las tres áreas del cerebro, se detectó que los genes que manifestaron la diferencia, muchos de ellos están relacionados con hemo proteínas, lo cual sugiere que esos genes podrían sostener las diferencias de conducta.

Hare y Tomasello (2005) han introducido recientemente el concepto de evolución convergente. A su juicio perros y humanos han desarrollado herramientas especializadas para aprender acerca del comportamiento social. Estas se presentan más flexibles y “posiblemente más de tipo humano” que en otras especies más relacionadas filogenéticamente al humano, como los chimpanzee. Su hipótesis es que ambos han creado similares herramientas comunicativo – sociales representando un caso de evolución convergente. Los autores sugieren que se habría producido, entre ambas especies, un proceso de enculturación, producto de la larga convivencia, lo que habría permitido el desarrollo de las herramientas en el perro para “leer” el comportamiento del humano. La cognición se

Varias investigaciones han levantado la línea de trabajo acerca del significado de la proteína en los importantes cambios en el comportamiento. Enard et al (2002), han desarrollado una valiosa línea de investigación orientada a descubrir los cambios producidos no sólo a nivel de RNA, sino de la proteína. Sus análisis comparan los cambios producidos en el cerebro humano contrastado 5

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especialmente con chimpazee. Sus conclusiones son concordantes en que en los grandes cambios de comportamiento que se han producido en la evolución humana reciente, la proteína tiene una importancia que amerita que las sucesivas investigaciones analicen su rol en este proceso. Este planteamiento estimula una nueva línea de investigación, acerca de si esos patrones han tenido identificación en el reciente proceso de evolución del perro.

rasgos representativos de la conducta con los cuales generaron tablas de doble entrada, según los rasgos que se analizaban y las razas que mejor se comportaban frente a esos rasgos. Los más característicos analizados se refieren a la excitabilidad, la actitud frente a los niños, el uso y abuso del ladrido, juego, actitud frente al trabajo, actitud de guardián, agresividad, dominancia y afecto. Otro trabajo al que es conveniente hacer referencia es el Houpt y Willis (2001), cuyo propósito es analizar la conducta como una consecuencia de los factores genéticos. En forma semejante a otros investigadores, sugiere que en cada uno de los períodos de crecimiento del cachorro (neonatal, transición, socialización y juvenil), hay manifestaciones que colaboran en la modelación de la conducta. Varios de esos patrones contrastados son, en su perspectiva, los que se manifiestan en la selección de las habilidades para el estudio de las especialidades en el trabajo. Establece varios ranking de doble entrada.

El trabajo de Jazin (2007), sugiere que los mecanismos evolutivos en el cerebro, pueden operar más rápidamente que otros, estableciendo las diferencias de especies y éstas pueden haber marcado en los perros una rápida diferenciación, diferenciación, especialmente en tejidos envueltos en la emoción y el comportamiento y en aquellos que fueron sujeto de un rápido proceso de diferenciación del comportamiento. Naturalmente que en el proceso de identificación del perro de trabajo, el obvio cuestionamiento es descubrir si los cambios en la conducta se han producido a igual nivel en las diversas razas o si por el contrario, ha habido razas con mayores niveles que otras y que patrones subsecuentes han surgido de este proceso. Scott y Fuller (1965) abrieron en este ámbito un amplio campo de investigación. Su proyecto pionero, desarrollado a lo largo de 15 años, con las herramientas con las que se contaba en los años 60, tuvo como hipótesis el origen y la naturaleza de la diversidad genética en perros y su influencia en la conducta. Su argumento es que el estudio de los perros provee un conocimiento de factores genéticos y de desarrollo en el comportamiento social, pero adicionalmente, debido a que los perros envuelven para la vida un nicho dominante, su estudio tiene una referencia especial en el comportamiento social humano.

Entorno Entorno Una de las principales variables intervinientes en el proceso de cambio, sin duda lo constituye el entorno.. Además de los cambios genéticos, algunos de ellos mencionados, existe una cantidad de elementos sociales que han promovido esta evolución. En el hecho los perros han sobrevivido a varios nichos provistos por los seres humanos. En los últimos 15.000 ó 20.000 años invadieron el nicho humano desplegando rasgos que aumentaron su sobrevivencia con grupos humanos (Tópal, Miklósi y Csányi, 2007). Los humanos por su parte han demostrado una abierta disposición a la creación de nichos naturales para la convivencia con perros (Miklósi, 2007a). Como resultado de esta evolución paralela, los perros y sólo ellos, desarrollaron un set de herramientas funcionales correspondientes, o con correspondencia, a los humanos, las cuales, muchas de ellas han tenido cambios evolucionarios convergentes (Miklósi, Topál y Csányi, 2007). Recientes investigaciones han identificado que varias de esas herramientas envuelven varias formas de aprendizaje heteroespecífico y de cooperación, como consecuencia de series de sucesivos y pequeños cambios que se sugiere (Csányi, 2000) han

Su análisis muestral utilizó como ejemplares de razas que presentaran, determinados por un estudio previo, las mayores diferencias de conducta, escogiendo finalmente las razas Basenji, Beagle, American Cocker Spanniel, Shetland Sheep Dog y Wire Haired Fox Terrier. A través de un análisis experimental determinaron las diferencias en la conducta, con lo cual desarrollaron diversos ranking acerca de las capacidades de cada muestra. Otro trabajo destacable corresponde al de Hart (1995), dos décadas más tarde. En éste establecieron 13 6

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afectado la sociabilidad, reducido la agresión intergrupal y mejorado la cooperación. Los perros muestran una notable disposición para interactuar con los humanos para formar estrechas relaciones sociales (Tópal, Miklósi y Csányi, 1997).

y ampliamente utilizado paradigma que posiciona al humano como el único ser que posee las condiciones de desarrollar herramientas, crear, diseñar y emprender, ha perdido parte importante de la fuerza con que se destilaba hace algunas décadas atrás. Desde muy antiguo y némine discrepante, se posiciona con fuerza y constancia el tradicional reconocimiento que el humano es el único ser con capacidades cognitivas. En el siglo XVI Descartes (1994,1987) el creador del método científico y naturalmente del dualismo, discutido posteriormente por el monismo de Spinoza, sostenía que el lenguaje, la conciencia y los procesos mentales, eran únicamente atributos humanos y que los no humanos, no tenían razón de manera alguna, reforzando el pensamiento Tomista que los animales no tienen moral y por tanto no son sujetos de derechos y deberes (Serpell, 2005).

Las herramientas más representativas del efecto del entorno en la conducta del perro y derivado de la creciente socialización, se expresan en: i) cambios en la vocalización, referidos al barking de los patrones; ii) marcada aproximación hacia los humanos y particularmente hacia la persona más familiar, este vínculo cuando es utilizado por el humano en la consecución del desarrollo del trabajo conjunto, permite obtener resultados sorprendentes. No se podría lograr la categoría de perro experto experto si no se tiene un estrecho vínculo de la dupla. dupla El potencial social del perro es utilizado en la consecución de objetivos en los que la recompensa es la autosatisfacción y a su vez genera estímulos para continuar desarrollando el trabajo en niveles superiores. Este es un elemento básico en la cognición y es detallado en el modelo de József Topál, que se analizará más adelante; iii) incremento en la comunicación afectiva, expresadas en la relación táctil, el estímulo acústico y iv) el verbal training. Los perros son sensitivos a las señales humanas que indican atención, la dirección de la mirada y las actitudes gestuales y a su vez responden con señales de comunicación que no se encuentran en otros seres sociales.

Sin embargo ya a fines del siglo XIX el conocido biólogo Charles Darwin (1871), quien claramente ha sido el primer científico en dar una seria y sistemática atención al estudio de las emociones no humanas, argumentó que existe continuidad entre los humanos y los no humanos en sus vidas emocionales y cognitivas. Estos “lower animals”, como el hombre manifiestan placer, dolor, alegría y miseria (Bekoff, 2005). Sirve de ejemplo, aunque no es el propósito discutir estas afirmaciones, dado que surge, particularmente en Descartes, la vía para una larga discusión acerca de si su dualismo, res cogitans vs rex extensa, sea un razonamiento epistemológico o un sofismo.

La cognición

La historia posterior le daría la razón a quienes sostenemos que los no humanos y humanos, compartimos pensamientos, sentimientos y emociones y quizás sea el momento de apologizar nuevamente a Darwin (1871, 1889), cuando manifestó que el razonamiento en humanos y no humanos era una cuestión de tipo. Existe abundante evidencia contemporánea que, naturalmente desde una perspectiva biológica, se aleja especialmente de los preceptos tomistas, aunque por ahora podemos dejar stand by, la discusión acerca de estas posiciones. Una publicación, relativamente reciente del extraordinario Neurólogo portugués, Antonio Damasio, titulada Descartes’ Error (1994), se convierte en lectura obligada para quien desee abundar sobre esta discusión.

Nuestra investigación ha construido, paso a paso y aceptando las limitaciones, las características y habilidades que hacen de nuestro compañero social, poseedor de la conceptualización de perro de trabajo destacando las características físicas, fisiológicas, genéticas y de entorno que han marcado o han sido consecuencia de una evolución convergente entre las dos especies más afectivamente cercanas de la naturaleza. Probablemente para el lector sea racional entender que existe un número de aspectos que, probados en laboratorios, puedan expresar resultados tangibles y comprensibles. Hasta ahora el seguimiento ha discutido desde el origen, la evolución y en parte lo que se ha obtenido en este proceso. Puntos de vista como el tradicional 7

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Definitivamente a este state of the art, se abre un enorme planteamiento, el cual analizaremos con todas las limitaciones que nuestras capacidades autorizan, acerca de la neuroafectividad en no humanos.

humanos. No existe alguna otra especie en el planeta que exponga tal nivel de cambios. La posición de Semper Fides es que existen una serie de elementos que deben, adicionalmente ser analizados y que comportan extraordinaria validez, para entender este vínculo. De ellos emergen al menos tres grandes áreas que están en condiciones de explicar una parte importante del comportamiento del perro contemporáneo, la cognición, la empatía y la neuroafectividad.

Investigaciones recientes han dejado prácticamente sin sustento la posición, ampliamente compartida durante siglos incluso por algunas religiones, que sin más argumentos que una imposición divina, han segregado al humano del no humano, utilizando como axioma la carencia de cognición y sentimientos en estos últimos.

A diferencia de la definición de conducta, la cognición, lato lato sensu, se refiere a los cambios en los cuales los no humanos, retienen procesos y actúan según la información tomada en y a través de los sentidos e incluye los procesos de percepción, aprendizaje, memoria y resolución de problemas (Ward, 2007). Este es claramente un proceso nuevo en el que los no humanos desarrollan su proceso de toma de decisiones en el entorno físico y social. En términos amplios incluye todas las vías en las cuales toman información a través de los sentidos y procesos por los que retienen y deciden para actuar. Para Shettleworth (2001), como la mayoría de las definiciones es soft around the edges, aunque propone un interés por desarrollar un proceso comprehensivo de la construcción de la decisión en no humanos. Esta afirmación es compartida por otros investigadores (Kamil, 1998), en el sentido que no se ha establecido una definición ampliamente aceptada de cognición no humana, orientado hacia ciertos tipos de procesos, como atención, memoria y otros. Con este planteamiento el autor en comento sugiere que la cognición no humana no constituye el estudio de algún fenómeno si no una aproximación a un set de problemas. La principal proposición es que los organismos poseen un tipo de representación interna del mundo exterior que se manifiesta en dos vías: un proceso codificado del input y la relación de comportamiento en el exterior (Kamil, 1998). La conducta del perro es en consecuencia un resultado de esta relación input – output. Un proceso de organización de información sensorial de modelos coherentes internos o eventos externos que le permite responder apropiadamente a los estímulos.

Si el humano ha evolucionado hasta obtener un desarrollo cognitivo, éste, mutatis mutandis, ha podido ser transmitido a su compañero o ha sido el producto de una evolución convergente, es una ruta abierta y en camino de obtener resultados. Algunas de las principales inquietudes en este sentido se han respondido, particularmente expresadas en los cambios en la arquitectura genética y del cerebro, demostradas por numerosas investigaciones. El perro y el humano han compartido históricamente varios nichos, en los que se ha manifestado una larga y exitosa convivencia donde ambos han desarrollado herramientas que han redundado en el mejoramiento de esta exitosa relación. De hecho, hasta ahora no se ha conseguido demostrar una evolución paralela al humano en otra especie. especie Al referirse al Canis familiaris, la nueva inquietud que se plantea es si el humano ha compartido con él una historia de miles de años, caracterizada por una estrecha convivencia, trabajo en conjunto, desarrollo comunitario, intervención genética, cambios fenotípicos, es saber si existe algo más que compartir. Sin duda el extenso proceso de domesticación ha creado más frutos, que en el futuro se expresarán por sobre lo que conocemos hoy, pero dada la intervención, es factible preguntarse acerca del tipo de proyecto que estamos creando, sobre todo si se pretende que éste sea a nuestra imagen, racional o espiritual, funcional o práctico. En esta perspectiva, la sugerencia que emerge es evolutiva y real y retoma las preguntas de si el perro posee sentimientos o instintos domesticados; la fidelidad es sólo sumisión, adaptación o sentido de manada.

El estudio de la cognición no necesariamente implica el análisis de la conciencia, más se orienta al análisis de los procesos por los cuales los no humanos adquieren información acerca del mundo a través de sus sentidos y sus consecuentes acciones, sin hacer compromiso acerca de la naturaleza de su

No hay duda que se manifiestan otros cambios que lo diferencian de sus ancestros o del feral y que lo aproximan a las manifestaciones de conducta de 8

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experiencia subjetiva (Shettleworth, 2001). Cooper et al (2003) sugieren que este proceso tiene raíces similares a cómo los humanos desarrollaron la inteligencia. Argumenta que los humanos habrían evolucionado en sus sentidos a partir del contacto con sus semejantes, más que de su relación con el entorno. Continuando con la perspectiva, la evolución de la cognición en no humanos se habría desarrollado a partir de un complejo intercambio dentro de su entorno social.

interacciones cooperativas complejas, representadas por la subdivisión de tareas conjuntas dentro de un set complementario de acciones (Topál et al, 2009 ). La sincronización se manifiesta a su vez por la creciente interacción de los miembros del grupo y representada por diversos medios como la habilidad para crear contagio emocional y expresiones del comportamiento mímico y otras actividades incluidas en la enseñanza y aprendizaje del grupo social. La tendencia humana a seguir reglas sociales presenta ventajas en la organización del comportamiento viviendo en grandes grupos sociales. En este entorno las reglas sociales son incorporadas en el sistema de relaciones de dominancia – sumisión. Estos rasgos característicos pavimentan el camino para la emergencia de estructuras sociales en las comunidades humanas.

Cognición humana y no humana Uno de los trabajos más completos publicados recientemente en torno al entendimiento de la cognición no humana y especialmente del perro, se refiere al realizado por el investigador József Tópal (2009), en conjunto con parte importante del departamento de Etología de la Universidad de Eötvos Loránd de Budapest. La publicación cuyo título The dog as a model for understanding human social behavior , que en Castellano, traduttore traditore, podría ser interpretado como “El perro como modelo para la comprensión del comportamiento social humano”, establece una línea para entender el proceso de evolución en la formación del ethos cognitivo en el perro y su asociación con el proceso evolutivo humano. Por su claridad metodológica, parte de este texto será utilizado en el desarrollo de la hipótesis de trabajo de esta proposición.

La actividad constructiva se refiere al carácter evolutivo del comportamiento social, donde el lenguaje es la herramienta fundamental de las representaciones que envuelven el pasado, presente y futuro. Es responsable de expresar actores, acciones y los eventos que ocurren en el entorno en un sistema abierto para transmitir un infinito número de mensajes. Los humanos no son los únicos entre los animales en usar herramientas, a pesar que las herramientas no humanas están a menudo restringidas a la solución de tareas especiales. Los humanos pueden construir objetos u objetivos en torno a la planificación, pueden combinar diferentes herramientas y pueden usarlas para diseñar otras. Los objetos son partes integradas de la interacción social y su construcción es fuertemente dependiente o influida por reglas sociales, favoreciendo la creación de máquinas y tecnologías emergentes (Topál, et al., 2009). Esta forma de vida ha dado como resultado una rápida evolución cultural.

Uno de los puntos más controversiales que aún persiste en torno a la cognición, se refiere a si ésta es aún un patrimonio de los humanos, quienes, producto de la evolución, han creado una serie de herramientas incluyendo las sociales que se manifiestan básicamente en tres cambios de conducta esenciales al proceso evolutivo (Csányi, 2000), la sociabilidad, la sincronización y la actividad constructiva. A este proceso, Topál et al. (2009), lo denominan human behavior complex que tiene una gran influencia en lo que posteriormente designan dog behavior complex cuyas características y comparación serán revisadas a posteriori.

Qué modelo convergente de la conducta humana podría explicarse en el comportamiento contemporáneo del perro y qué variables han sido transmitidas desde la conducta humana y qué asociatividad ha producido, es la pregunta que surge luego de este simple planteamiento. El perro para varios investigadores es un modelo de la acción humana (Hare, Brown et al, 2002), que ha logrado conseguir el principal sitial de los no humanos. Este posicionamiento es naturalmente consecuencia de su

Producto de la sociabilidad los individuos pertenecientes a grupos humanos, expresan un importante vínculo. A nivel del grupo, éste es manifestado como lealtad, caracterizada por actitudes agresivas decrecientes, aumento del autocontrol que facilita la emergencia de 9

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desarrollo cognitivo cuyas principales características serán revisadas más adelante. A juicio de los autores y de Semper Fides las habilidades de aprendizaje de uno y las habilidades de enseñanza enseñanza de otro, la capacidad de compartir intencionalmente, las habilidades imitativas, el aprendizaje mímico o por imitación, y la habilidad para la interacción social, constituyen primariamente las bases en la formación de la cognición en el perro. Más adelante nos tomaremos la libertad de retomar este punto, bajo el planteamiento del contagio emocional primitivo, una de las áreas que Semper Fides ha comenzado a desarrollar en el trabajo con perros y cuyos resultados, esperamos, serán un real aporte a las nuevas tendencias metodológicas de nuestra disciplina.

La manifestación de comportamiento de la cohesión del grupo y la atracción intragrupo que los sostiene unidos, es definida como la atracción social. social En oposición al vínculo, que se orienta hacia la atracción individual, la atracción social está en la idea de unión de los miembros del grupo, requisito para formar grupos sociales complejos. Comparativamente esta concepción, puede ser expresada en la forma siguiente: un cachorro puede ser adiestrado exitosamente basado en el vínculo que este adquiera con su contraparte humana. En el adiestramiento cognitivo emocional es un factor de la mayor importancia en el camino de crear perros expertos, donde aprende y desarrolla sus actividades basado en el enorme deseo de preservar el vínculo adquirido y en la autosatisfacción. Pero eso no se lograría si no existiera un elemento primigenio que es la enorme predisposición que tienen los perros a ser atraídos por los humanos, lo que se manifiesta principalmente en la actitud de los cachorros. Esta es la atracción social. De ahí la importancia de iniciar el proceso de aprendizaje desde el momento de su nacimiento o incluso antes. antes

A mayor abundamiento, recientes trabajos han analizado las capacidades del perro en la lectura de la mente humana (Miklósi, Topál y Csányi, 2007). En el pasaje de la transmisión de enseñanzas del humano al perro, se manifiestan una serie de aspectos en la conducta adquirida de éste en las que existe evidencia de su éxito de convivencia en el nicho social humano, sin pretender que se haya convertido en un espejo del comportamiento humano, quien aún cuenta con algunas “ventajas”, como por ejemplo la capacidad de la comunicación oral y escrita, que como se ha indicado ut supra, ha abierto un camino notable de desarrollo cultural, expresado en la habilidad de participar con otros en actividades de colaboración y compartir fines e intenciones, siguiendo a Tomasello et al. (2005), compartiendo intencionalidad.

El comportamiento agonístico se refiere a la percepción etológica, es decir la conducta social relacionada con la lucha o la agresión. En el comportamiento canino se establecen nueve formas agonísticas (Beauvier, 2009), frecuentemente consideradas expresión de un comportamiento social primitivo. Las investigaciones sobre este tema a menudo comparan la conducta del perro con la del lobo, concluyendo que a pesar que el perro ha heredado esta conducta de sus ancestros, entendiendo este concepto no como una relación en línea directa, sino en sentido genérico amplio, reafirmamos la posición expresada ut supra, en sentido que el perro no es descendiente del lobo. La relación social con el humano ha contribuido a una reducción significativa de estas manifestaciones, permitiendo el desarrollo de su integración al trabajo y a la formación de grupos con los humanos.

Mutatis mutandis, a pesar de estos eventuales constreñimientos, existe una amplia evidencia de la existencia de un notable paralelo entre lo que Topál denomina el human behavior complex y el dog behavior complex. Ellos son la sociabilidad, la sincronización y la construcción de la comunicación. La sociabilidad en el entorno humano puede ser observada como un proceso natural en el perro. Su nivel de socialización varía entre individuos, pero la exposición al entorno social es una consecuencia natural de su historia evolutiva y no el mérito de un experimento o de una variable de procedimiento (Kubinyi et al., 2007). Dos aspectos constituyen la sociabilidad : la atracción social y el comportamiento agonistico.

La sincronización puede ser definida como el proceso que conduce hacia un tipo motivacional de comportamiento (Topál et al., 2009). Las conductas relacionadas con la sincronización, especialmente temporal, son esenciales para la cohesión del grupo, lo que profundiza la habilidad de los perros a mantener estrechas relaciones con los humanos. El dog behavior model considera que en esta área 10

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existen al menos cuatro aspectos destacables en el comportamiento canino: la sincronización emocional, el aprendizaje social, el seguimiento de las reglas y la cooperación complementaria. complementaria

búsqueda y el trabajo forense, han logrado una mayor eficiencia y rapidez en la búsqueda de objetos y tejidos. Según Hare et. Al. (2002), la relación entre el estímulo visual y la respuesta específica en el perro, es un hecho que ha revolucionado a la ciencia de la cognición social, hecho que además se consolida en la relación empática.

La sincronización visual es la manifestación de la habilidad de mostrar sincronización emocional por la atracción de varios signos visuales o acústicos, emitidos por humanos. Existe abundante evidencia empírica acerca de las capacidades del perro de detectar las acciones visuales y acústicas en el aprendizaje, los perros pueden actuar y resolver situaciones complejas en complicidad con una acción visual o una voz (Pongrácz, et al., 2004). En el proceso de enseñanza de Semper Fides se ha descubierto que los perros prefieren trabajar con quien les está prestando atención visual y esto permite tener una comunicación de extraordinaria importancia en trabajos complejos. Esta actitud también demuestra que se han alcanzado altos niveles de interacción social, que en términos informales les sugiere un acto de complicidad con su compañero, algo no sólo notable sino que de gran emoción para quien logra ese nivel de interacción con su partner. Algunos perros afortunados logran este grandioso grado de amistad con el humano, sin embargo miles terminan en el patio de la casa de sus propietarios, perdiendo una extraordinaria oportunidad lograda en miles de años de evolución y de integración integración social con los humanos. humanos La sincronización emocional es un proceso bidireccional que genera una actitud empática en ambos actores. Existe suficiente información acerca de los beneficios de esta relación, se afirma incluso que la sola presencia de perros en la interacción humana genera un importante cambio emocional.

Desde un punto de vista fisiológico, existiría un número determinado de neuronas que se encuentran en condiciones de responder a estímulos externos como la dirección de la visión o cambios de posición. Investigaciones realizadas con scanner cerebrales han verificado la existencia del envolvimiento de las áreas temporal y frontal de la corteza cerebral en el procesamiento de indicaciones sociales en los humanos. Algunos investigadores concuerdan que la decodificación de la significancia de los estímulos tiene lugar en al menos tres áreas del cerebro: el surco temporal superior, la amígdala y la corteza órbito frontal. El principal rol de la amígdala es la evaluación de las emociones asociadas a la cara. El surco temporal y la corteza órbito frontal están envueltos en el procesamiento de indicaciones particulares producidas en la cabeza, la boca y el movimiento del ojo (Hare et al., 2002). En consecuencia la observación de un rápido movimiento de cabeza, genera una respuesta automática hacia la dirección establecida por el humano, en este caso. Desde una perspectiva del entorno, ésta reacción genera una serie de ventajas, objetivamente relacionadas con la sobrevivencia y competencia, aunque también en lo que interesa destacar, en las interacciones de cooperación. La experiencia de Semper Fides en este ámbito ha demostrado que, particularmente los ejemplares que comienzan su trabajo a temprana edad, alcanzan una capacidad mucho mayor de desarrollar estas habilidades fundamentales para lograr un trabajo experto.

Nuestra organización,, Semper Fides, ha desarrollado actividades en hospitales de los Estados Unidos de Norteamérica, utilizando perros adiestrados con personas en estado grave o terminal. La experiencia demuestra que los internos mejoraron notablemente su estado anímico ante la presencia de un compañero en las habitaciones.

En la comunicación verbal, está demostrado que las instrucciones orales tienen como resultado una mejor performance en el proceso de aprendizaje (Pongrácz et al., 2004).

Los perros son también eficientes leyendo gestos y señales humanas, ellos pueden usar varias formas desde el punto de vista de los gestos como una forma de indicar la ubicación de una pieza que han encontrado (Miklósi, Tópal y Csányi, 2007; Miklósi, 2006). Recientes investigaciones de Semper Fides, Fides particularmente con perros de trabajo orientados a la

El aprendizaje social es potencialmente un eficiente método de obtener información, tanto de sus semejantes como de los humanos. Existe evidencia que los perros aprenden por la observación de otros, como ocurre por ejemplo con los perros de pastoreo, los que al ser asociados desde pequeños al 11

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trabajo, aprenden rápidamente no sólo el trabajo de campo sino también las jerarquías establecidas en él. Esta área de investigación ha generado un creciente interés en el último tiempo y sus hipótesis se basan en que esta característica proviene justamente del aprendizaje social y del hecho que durante el proceso de domesticación, han sido seleccionados por humanos en base a sus condiciones cognitivas de imitación, transmitido por nature y nurture de generación a generación. Se ha sugerido que la imitación implica que existe una relación entre el comportamiento propio y el de su compañero (Millar, Rayburn – Reeves y Zentall, 2008).

forma de conducta cognitiva manifiesta la disminución del nivel de conflicto y un aumento de la actitud de cooperación en acciones comunes. Semper Fides ha desarrollado experimentos con perros de razas diferentes que se han mantenido por tiempos medios viviendo en comunidad, en entornos específicos con las siguientes características : i) los espacios están a libre disposición de todos sin restricciones de ningún tipo; ii) todos reciben igual instrucción y normalmente se practica en conjunto, de manera que nadie tiene accesos privilegiados; iii) cuando se viaja comparten el mismo vehículo y cada uno ocupa el lugar que más le acomode; iv) no se practica ningún tipo de coerción, su educación se realiza sin restricciones físicas como correas, collares de ahorque o los fatídicos collares eléctricos, consecuentemente v) se desarrolla una actitud de vínculo con cada uno de ellos y obviamente se incrementa el aprendizaje social. Como resultado se obtiene una sana convivencia, no existe nivel de agresión y por el contrario, se manifiesta un alto nivel de cooperación en el grupo social. Al igual que en los mamíferos humanos, la imposición de las reglas, la educación coercitiva, la sanción punitiva y la permanente actitud de castigo, genera mecanismos de reacción y la negación al aprendizaje, contrario sensu al método que se practica en Semper Fides, cuyos resultados no dejan duda acerca de las formas de educación. Como se analizará más adelante los perros poseen altos niveles de afectividad, cuya expresión es amplia. Sin embargo, es obvio que los resultados en términos del desarrollo del vínculo con el humano, la práctica entusiasta de las reglas sociales, el hacer las cosas por gusto y no por imposición o por el temor a la punición, tan tradicional en el adiestramiento ordinario (y vulgar), manifiestan un nivel que no es posible alcanzar con otras formas de trabajo, incluyendo las behavioristas mecánicas que anulan las capacidades emocionales del perro, en beneficio de obtener obediencia “a la fuerza”.

Cuando la actividad a realizar requiere de una metodología específica como se realiza en Semper Fides, Fides por ejemplo en la asociación con discapacitados, los cachorros adquieren conocimientos por la observación de sus congéneres, en cada paso del proceso metodológico, esa habilidad es dirigida para la obtención de los fines que cada proceso de adiestramiento requiere. Esta observación es del mayor interés. Investigaciones en etología han demostrado que, principalmente los cachorros, son más activos en la observación y aprendizaje de sus pares, de manera que cuando el que realiza el trabajo de enseñanza es humano, su nivel de aprendizaje es menor (Miller, Rayburn – Reeves y Zentall, 2008). Esta situación produce un cambio en relación a la visión tradicional. De ahí que los mecanismos de enseñanza deben, necesariamente comprometer al grupo social para dirigir su desarrollo. Como ocurre en el human behavior complex, el perro tiende a seguir, al igual que sus ancestros, ciertas reglas sociales, establecidas por su grupo social, las que se trasladan a su compañero en el caso de la relación con humanos. Básicamente el propósito consiste en reducir los niveles de conflicto. Aún cuando posee una asociación mayor con el concepto de empatía, que se analizará a posteriori, el seguimiento de las reglas sociales es un siguiente logro cognitivo. Existe evidencia que los perros están inclinados a seguir las reglas sociales del grupo. La permanente actitud de agradar que caracteriza su actuación está basada en la herramienta social de seguimiento de las reglas. Especialmente importante es este parámetro en el trabajo de obediencia y en el mantenimiento de un comportamiento standard en relación con su partner. La importancia de esta

En consecuencia no existen grandes secretos para desarrollar un trabajo cooperativo con los perros, lo importante es conocer y utilizar formas de aproximación que se asocien con su carácter de ser social. Los no humanos y los humanos manifestamos formas extraordinariamente semejantes de conducta y relación social (Miklósi, 2007b). El humano conserva algunas características, que le otorgarían ciertas “ventajas” cognitivas frente a los no humanos, como el uso del lenguaje y sus signos, el aprendizaje 12

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cultural, la lectura, los símbolos matemáticos, la capacidad de crear herramientas para el desarrollo y no sólo para solucionar problemas presentes, que aún le permiten prevalecer y ser un actor dinámico en la relación interespecífica.. Sin embargo la primitiva y mal alimentada visión que los humanos tenemos “algo” que nos hace superiores a los no humanos es un privilegio que hoy no se sostiene. sostiene Nadie espera que el perro sea ni se comporte como humano y viceversa, sin embargo la asociación, el trabajo combinado y la vida en comunidad sí son esperables.

reacciona frente a un estímulo, tú haces algo y yo te premio con algo. El desgaste que tal forma produce es extraordinariamente alto al no existir motivaciones adicionales. El condicionamiento operante no favorece ninguno de los elementos clave en el desarrollo del trabajo, trabajo, la cognición, la empatía y la afectividad, el trabajo que genera es esencialmente mecánico a cambio de un premio, de manera que crean pequeños robot, ávidos de recibir su recompensa por cada acción que realiza. realiza En ciertas áreas de trabajo, como los perros detectores, el uso del condicionamiento operante produce un extraordinario nivel de ineficiencia, debido a que el ejemplar se va a mover exclusivamente motivado por el premio. Las observaciones realizadas por Semper Fides, en numerosos lugares, especialmente con detectores de sustancias orgánicas y drogas, revelan una importante pérdida de las reales capacidades del perro, aumento significativo de su ansiedad, agotamiento prematuro, desconcentración y obviamente pérdida de sus logros objetivos. Siempre Siempre es preciso tener en perspectiva que el condicionamiento operante elimina el vínculo, razón más que valedera para poner en perspectiva las enormes limitaciones de esta técnica.

Como consecuencia de lo anterior, la cooperación complementaria, complementaria manifestada por la interacción entre humanos y no humanos, establece un complejo patrón cuando se realizan acciones conjuntas. Nuestros compañeros son extraordinariamente sensitivos a las señales de comunicación, este patrón de conducta es particularmente importante en el trabajo con personas con discapacidades visuales. Las personas afectadas usualmente poseen complejos comportamientos donde la habilidad de los participantes depende específicamente de la sincronización y de cooperación complementaria (Naderi et al., 2001). Un perro que trabaja con una persona discapacitada en sentido amplio y discapacitada visual en sentido particular, debe ser un “real compañero” de su dupla, interactuando constantemente a través de diversos mecanismos.

La experiencia abiertamente ha demostrado que a poco andar los perros comienzan a perder interés, su eficiencia decae y deben estar en un proceso de “reciclaje permanente”, que finalmente provoca las amplias deserciones que todos conocemos.

Hoy en día en diversos países, se ha “industrializado” la idea del perro de trabajo con discapacitados visuales. El procedimiento standard, consiste en “adiestrar” con clicker y otros mecanismos insanos a un determinado número de perros, determinándolos a priori bajo un estilo aconductual, donde debe reaccionar ante un comando y un sonido. Después de un tiempo se le entrega al interesado un perro que no ha tenido ninguna relación anterior con su futura dupla, con quien no ha compartido el crecimiento desde cachorro, en definitiva no ha tenido un “día a día”, con su compañero humano por lo que no existe un complemento emocional, que es la base donde se construye la relación afectiva y el sentido de cooperación. Lamentablemente para la mayoría de las personas, que son receptoras de este tipo de “perros de trabajo”, la decepción llega muy rápidamente y esto en términos prácticos se produce por las siguientes razones: i) el perro que sólo conoce como base de su trabajo el hijo predilecto del behaviorismo, el condicionamiento operante,

Estadísticamente la gran mayoría de estos perros “prêt a porter”, terminan devueltos u olvidados; ii) quienes trabajan bajos estas primitivas formas, además de ignorar que nuestros compañeros se mueven por motivaciones emocionales, desconocen que en las relaciones en comento, existe una dependencia intrasubjetiva, en el sentido que nos encontramos con una dupla que interactúa frente al entorno y es nuestro compañero el escogido para analizar situaciones y resolver problemas, apologizando a López (2004), resolver situaciones aunque ello signifique desobedecer a su dupla. En la experiencia de Semper Semper Fides, Fides en el trabajo con discapacitados físicos y visuales, ésta es una cuestión fundamental, es en realidad la piedra angular sobre la que se debe diseñar y desarrollar la educación del perro; iii) Algo que se ha señalado reiteradamente, no se puede desarrollar un trabajo para el éxito de la 13

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dupla, si este no se comienza desde la camada y con la convivencia de ambos. En este sentido existe demasiada evidencia, que demuestra némine discrepante, que los niveles óptimos de trabajo se logran de esta forma, al igual que sus congéneres humanos, los cachorros muestran la mejor disposición a generar vínculos permanentes y a desarrollar habilidades para el aprendizaje cooperativo.

para ello confían predominantemente en señales visuales de naturaleza variada y que funcionan de forma permanente con los humanos. Estos patrones se manifiestan en situaciones donde los perros deben resolver problemas complejos. Bajo estas circunstancias muestran otras formas de comportamiento, como el prever la acción, intercambio visual y la vocalización como otra forma de expresión. Nature y nurture, los cachorros tienden tempranamente a crear este tipo de vínculo, interpretando algunos de los gestos humanos. Esta aptitud casi siempre desconocida por los criadores posee una relevante importancia. Gestos de dominio o intimidación, bastante frecuentes en los humanos generan una propensión al temor que puede convertirse en un fenómeno permanente que es preciso tratar en su etapa juvenil.

El planteamiento que los perros se comunican con los humanos de formas diversas, ha sido discutido anteriormente, el concepto de construcción de comunicación, es un producto esencial de la evolución cognitiva de los perros. La propensión a la comunicación que cada persona ha comprobado en miles de oportunidades, se manifiesta predominantemente en señales visuales semejantes a las que utilizan los humanos.

El ladrido tiene un rol de gran importancia en la comunicación interespecífica con los humanos, dado que les facilita una estrecha comunicación. Dependiendo de la situación los ladridos manifiestan una expresión acústica diferente de tal magnitud, que permite a los humanos a reaccionar frente al estímulo del ladrido, particularmente porque en esa situación se expresa un contenido emocional (Pongrácz, Molnar, Csányi y Miklósi, 2005). Semper Fides en su programa de trabajo para personas discapacitadas visuales promueve las pautas de advertencia del perro, frente a situaciones diversas que debe enfrentar su compañero y que no pueden ser manifestadas a través de un movimiento de una acción preventiva.

Investigaciones comparativas muestran que el patrón de comportamiento de mirar a los humanos emerge tempranamente en el perro, aún mucho antes que otros mamíferos sociales (Topál et al., citando a Miklósi, 2000). Este es un patrón de conducta que puede ser revelado en situaciones diversas especialmente para resolver situaciones complejas, los perros efectivamente están capacitados para seguir la vista humana y fijar su atención y existe abundante evidencia que demuestra que están habilitados para establecer la diferencia entre ojos cerrados y abiertos. Además de la acción visual están habilitados para seguir indicaciones de la cabeza, la vista o la mano aún si ésta está opuesta al lugar donde se establece el objetivo y aún cuando la mano permanezca estacionaria o el humano se mueva en la dirección opuesta al objetivo. Esta habilidad es un proceso adquirido en la larga historia de domesticación (Byrne, 2003).

Otra forma de comunicación que ya se introdujo ut supra, se refiere a la capacidad de aprender el significado de un número indeterminado de palabras y frases, dentro del proceso denominado como fast mapping (Kaminski, Call y Fischer, 2004). Parte del proceso de enseñanza de Semper Fides, Fides especialmente en personas discapacitadas físicas o visuales, ocupa esta cualidad cognitiva. Algunos autores han sugerido que es la composición acústica de la palabra lo que favorece el entendimiento del perro, sin embargo un perro graduado de Semper Fides, está en condiciones de reconocer un número indeterminado de palabras y reaccionar ante ellas. Palabras de uso frecuente como: celular, control remoto, el nombre de la persona que atiende las emergencias y que una vez que ella es nombrada el perro la va a buscar y la conduce al lugar donde se encuentra su compañero. Otras como puerta, juega,

Una acción común en el programa de trabajo de Semper Fides, Fides consiste en usar el comando olha (mira) o look, para establecer un contacto visual estrecho especialmente en el caso que se requiera una mayor atención por parte de nuestro compañero. Usualmente la concentración del perro se manifiesta en acciones como el cerrar el hocico, que es considerada una de las expresiones de máxima concentración. Los perros tienen una gran propensión a iniciar interacciones comunicacionales con los humanos y 14

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trae, sigue el punto laser (ejercicio que se utiliza para que el perro siga la luz y le lleve a su compañero algo que le está solicitando), constituyen parte menor del universo de palabras que un perro adiestrado por Semper Fides, Fides maneja sin inconveniente. Los perros forenses y de búsqueda igualmente conocen un importante léxico que les permite trabajar eficientemente.

son manifestaciones en la conducta de los perros, lo que, además de apreciable otorga enormes ventajas en el proceso de su desarrollo específico. En líneas gruesas, la empatía, corresponde a un comportamiento adaptativo dentro del repertorio de todos los mamíferos sociales, es un rasgo compartido entre humanos y no humanos, dependiente en gran parte de los circuitos neurológicos que emergen durante la transición evolucionaria de los reptiles a los mamíferos. En la neurociencia contemporánea, la empatía es a menudo representada como una función de altas estructuras cerebrales, incluyendo al cortex. (Carter, Harris y Porges, 2009). El proceso no obstante requiere de otras estructuras cerebrales, dado que en la expresión de la empatía, especialmente lo que nos interesa destacar, la emocionalidad y la sociabilidad, son dependientes de las estructuras bajas del cerebro y del sistema nervioso autónomo, mientras que en la comprensión del entendimiento, también participa el sistema endocrino, por lo que a manera de introducción podremos entenderlo como el resultado de un proceso adaptativo neuroendocrino y autonómico, que incluye cambios en sistemas neuromoduladores que regulan los estados del cuerpo, las emociones y la reactividad (Carter, Harris y Porges, 2009).

Es ampliamente conocida la actitud de los perros a realizar asociaciones entre indicaciones verbales. La concatenación es un fenómeno de reciente conocimiento que ha producido interesantes avances en el proceso de aprendizaje. El uso de un léxico más amplio permite que nuestro compañero realice acciones complejas, diferentes al uso por ejemplo de una palabra por comando, lo cual produce un desgaste innecesario en el trabajo y al mismo tiempo recrea una enorme autosatisfacción en la dupla. Este proceso es igualmente aplicable en el uso de comandos concatenados en el trabajo lo que en definitiva permite que el perro trabaje más liberado y al mismo tiempo pueda utilizar su criterio en la resolución de problemas. Empatía Consecuente con lo que se ha insistido en relación a la formación de perros de trabajo, una de las cuestiones que se destacan se refiere a los aspectos de la sociabilidad y el attachment. En las páginas precedentes se realizó una primera aproximación a la cognición. Haud dubie, la cognición, la empatía, la afectividad y la neuroafectividad, constituirán las áreas de mayor desarrollo en la investigación de las próximas décadas.

Así presentada, la empatía, como ocurre en la cognición, son conceptos de amplia dispersión en sus aproximaciones y definición. Preston y de Waal (2002) sugieren que dado este escenario no habría consenso en cuanto a su naturaleza, especialmente por que es estudiada desde diversas especialidades como la biología, neurología, psicología y la psiquiatría, hecho que obligaría nuevamente a apologizar a Shettleworth (2010), cuando se refiere a definiciones que en definitiva se construyen soft around the borders. A pesar del sentido genérico en la construcción de marcos conceptuales, existe acuerdo en sus formas amplias y en la caracterización de los conceptos ligados.

En este sentido, la empatía es indiscutiblemente el complemento de la cognición y probablemente las herramientas que requieren más amplio desarrollo en el futuro trabajo con nuestros compañeros, especialmente en lo que se refiere a las aplicaciones en el campo de las personas con necesidades especiales de educación (NEE), síndromes neurológicos y de personas discapacitadas en el sentido amplio. Los patrones de investigación acerca de la empatía en mamíferos es un campo relativamente nuevo y actualmente no existe suficiente información metodológica como resultado de estudios en perros. Sin embargo y como se indicará más adelante, el comportamiento empático y más claramente el contagio emocional,

La cognición, la empatía y la neurociencia afectiva, concepto este último propuesto por Jaak Panksepp (1998), son en su origen un producto de la transición evolucionaria ya comentada y en nuestra época una característica común a los mamíferos sociales. Es, por su naturaleza, producto de un comportamiento adaptativo dentro del repertorio de todos los mamíferos. El conocido trabajo de Paul Mc Lean (1990, Baars y Gage 2010), eleva la hipótesis de lo 15

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que él denomina el triune brain, el investigador considera al cerebro como una estructura de tres layers : i) el antiguo cerebro del reptil el cual elabora el motor básico que los animales exhibimos día a día, así como las emociones primitivas como la observación, el miedo, la agresión y la sexualidad; ii) el sistema límbico de los antiguos mamíferos el cual incrementa la satisfacción de las bases emocionales como el miedo y la ira y especialmente elabora las emociones sociales, layer que interactúa directamente con los órganos viscerales. Esta parte del cerebro fue conceptualizada como la nose brain debido a su conexión con los bulbos olfatorios a través de la región límbica. La importancia de destacar este “detalle”, es la consideración de esta función, la olfatoria, debido a la generación de emergentes sistemas de comportamiento, como ejemplo de evolución. El sistema límbico es esencial en la elaboración de una variedad de procesos emocionales que caracterizan a los mamíferos. Ha permitido en el proceso evolutivo, la generación de las emociones básicas que median parte de los procesos prosociales, incluyendo la nutrición materna, comportamientos asociados, vocalizaciones y otras formas de sociabilidad (Panksepp, 1998) y iii) la más reciente adición al cerebro neomamífero, consistente en el neocortex el cual elabora una lógica proposicional y configura la apreciación cognitiva racional de visión del mundo exterior. A mayor abundamiento, recientemente Panksepp ( 2008a), ha sugerido que todos los mamíferos nacen con el potencial cerebral que elabora procesos negativos y positivos, que guían la trayectoria de la adquisición del lenguaje, lenguaje, como el juego, la alegría, el sentido de la crianza y el distress, los cuales son importantes en la relación intersubjetiva, especialmente entre la madre y la cría.

Una proposición que inevitablemente nos lleva a cuestionar aquella “distancia moral”, que habría separado a los humanos de no humanos y que ha permitido que por miles de años hayamos tenido un comportamiento frente a ellos, planteándolo de una manera eufemística, criticable. Definitivamente la cognición, la empatía y la afectividad, pertenecen a todo grupo animal. (Preston y de Waal, paper en prensa). Es importante, en consecuencia, intentar desarrollar una definición operacional de empatía y de los conceptos ligados. Ad love principium, en el proceso de acopio es preciso reunir aquellos parámetros que sean comunes. El propio Panksepp (1998), afirma que la empatía y la cognición tendrían en común que son mediadas por semejantes mecanismos cerebrales, producto de una continuidad evolucionaria en un mecanismo prosocial común a muchas especies de mamíferos. La empatía y la cognición, son comunes a humanos y no humanos quienes manifiestan capacidades empáticas expresadas en una estrecha cercanía social (Bekoff, 2002). La empatía, en consecuencia, se entiende como un comportamiento orientado al vínculo con sus semejantes en la forma de expresiones emocionales afectivas y donde se manifiestan rasgos de similaridad entre los sentimientos propios y los del otro individuo (Decety y Jackson, 2006). A un nivel básico de descripción, puede ser concebida como la interacción entre dos individuos, los cuales experimentan y comparten los sentimientos del otro o como lo visualiza Hoffman (1981), como el producto de respuestas involuntarias a las acciones del otro individuo, expresando un sentido de similaridad entre los sentimientos de un individuo y los expresados por otra persona. En la hipótesis de Preston y de Waal (2002), se produce una relación percepción – acción, que actúa de manera que la percepción del comportamiento activa automáticamente en el otro un cierto tipo de acción, es decir un output compartido, cuya principal manifestación es la generación de un lazo social, que Anderson y Keltner (2002), sugieren que se constituye en la primera característica de la empatía, manifestada en al menos tres vías : i) la coordinación de las acciones de los individuos de manera rápida y automática, hecho que permite responder más afectivamente como un colectivo potencial de oportunidades y amenazas; ii) la colaboración en la

Fuerzas ancestrales, según Panksepp (2008a, 2008b) que guían la programación cortical en el desarrollo de las formas sociales. Un hecho de la mayor importancia que destaca el autor, es que la temprana comunicación afectiva puede promover el desarrollo lingüístico dentro de los hemisferios cerebrales. Especulando sobre este valioso postulado, se podría sugerir que los no humanos se encuentran en un proceso de evolución hacia la comunicación verbal, que implicaría un grandioso avance en el proceso evolutivo y que nuevamente pondría en entredicho la definición de humano. 16

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solución de problemas de comprensión, pensamientos e intenciones, especialmente en individuos que tienen una estrecha comprensión el uno del otro en un sistema de percepciones, intenciones y motivaciones, que sin duda incrementa la predictabilidad del comportamiento en la base de lazos cooperativos y last but not least, iii) la empatía indica solidaridad, lo que implica una cuestión de fondo, cuando dos individuos sienten emociones similares, la comunicación uno uno con el otro es extraordinariamente estrecha y a su vez les permite manifestar una posición e intereses comunes. comunes

cluster de la empatía incluye la simpatía, la compasión, la pena, el consuelo así como la ayuda y el cuidado.

De Vignemont y Singer (2006) sostienen que para que exista empatía deben presentarse las siguientes condiciones: i) que exista un estado afectivo; ii) que este estado sea isomórfico al de otro sujeto; iii) que este estado sea elicitado por la imaginación del estado afectivo de la otra persona y iv) se reconozca al otro como fuente de su estado afectivo.

Aproximaciones a la empatía

La empatía es considerada una relación feeling with, cuando los individuos tienen una rica representación del otro y ocurre en todos los tiempos, cuando los individuos están capacitados para ser empáticos (Anderson y Keltner, 2002). A su vez, la simpatía, considerada una relación feeling for, donde no se manifiesta una representación del estado emocional del otro que impulse una respuesta emocional.

La esencia de la empatía es un lazo emocional emocional en el que un individuo tiene el potencial de elicitar semejante estado en individuos cercanos. cercanos Preston y de Waal (2002), sugieren que cuando este estado emocional es comprendido a través de lo que ellos denominan un share state mechanism, que implicaría una experiencia intrasubjetiva, se produce lo que ellos denominan un comportamiento empático, en la forma de un emotional linkage, de carácter vicario debido a que se manifiesta de modo constante de comportamiento que ha aumentado las habilidades cognitivas y emocionales a través de una ontogenia extensa, logrando que los individuos más evolucionados puedan experimentar empatía en ausencia de un estímulo inicial. Este concepto y particularmente el contagio emocional primitivo, fundamentales para el trabajo con perros, se discutirán más adelante.

La empatía se relaciona directamente con la capacidad de comprender y corresponder a las experiencias afectivas del otro sujeto, manifestando un sentido de similaridad entre los sentimientos de uno y los expresados por el otro. En su estructura se manifiestan tres componentes primarios (Decety y Jackson, 2006) : i) una respuesta afectiva a otro individuo, a menudo compartiendo el estado emocional; ii) una capacidad cognitiva para tomar la perspectiva del otro y iii) la regulación de la emoción. En esta perspectiva la principal aproximación lo constituye i) el reconocimiento de un comportamiento afectivo, vicario, compuesto de lo que algunos autores mencionan como las fuerzas que producen reacciones inmediatas de emoción; ii) excitativo, concebido como una respuesta que energiza mecanismos, asumidos como reflexivos, y iii) experiencial, entendido como la experiencia consciente frente al estímulo (Zillman, 2006). Los individuos continuamente manifiestan su comportamiento emocional y en consecuencia aplican criterios para monitorear el proceso, determinando determinando la utilidad y la conveniencia de las acciones y reacciones emocionales.

Se ha planteado que en el proceso de formación de la empatía, concurrirían otras variables que se definen como : i) conocer el estado interno del otro, incluyendo pensamientos y sentimientos; ii) adoptar la postura o captar las respuestas neuronales del otro; iii) sentir como otros sienten; iv) intuir o proyectarse en la situación de otro(s); v) imaginar qué está pensando y sintiendo; vi) imaginar qué es lo que uno puede pensar y sentir en el lugar de otro; vii) sentir el distress que el otro sufre y viii) sentir por el otro que está sufriendo o sintiendo (Batson, 2009), dado que desde la perspectiva de Bekoff (2002), el

Basada en esta premisas se infiere que las reacciones de la empatía manifiestan un curso de acción en que el estímulo genera reacciones motoras, de la cual una de sus principales manifestaciones corresponden a las expresiones faciales, un área relevante en el trabajo con perros, que será revisada más adelante.. Los individuos en algún grado construyen información con el propósito de generar una reacción afectiva que conforma las reglas de conducta. A pesar que aún nuestros compañeros no se encuentran en condiciones evolutivas de expresarse verbalmente, frecuentemente lo hacen 17

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bajo la forma del contagio emocional primitivo, es cosa de entender sus formas de comunicación y conducta. Para conseguir este estado de relación, es necesario o más bien imprescindible, retirar de nuestro mapa mental la idea que somos superiores a ellos, y aún cuando eso así fuera, la permanente actitud arrogante del conquistador sobre el conquistado, dramáticamente manifestada por el adiestrador predador, no permite visualizar el estado emocional de nuestros perros y advertir la forma en que permanentemente están tratando de generar una relación emocional. La estadística que cada día se nos presenta presenta acerca de nuestras capacidades emocionales, demuestra claramente que quienes tenemos las principales carencias en la afectividad somos los humanos y no los no humanos, como dramáticamente queremos expresar. expresar La relación madre – hijo en no humanos, demuestra la existencia de la empatía en nuestros congéneres, como producto de un proceso evolutivo, esta relación es muy probable que no pueda ser comparada con aquella que manifiestan muchos humanos. La próxima vez que organice un “asadito” en casa, esperamos se dé la oportunidad de pensar en este detalle.

Huber, Veinante y Stoop, 2005; Domes et al., 2006). Específicamente al primero se le asocia con la reducción de las respuestas neuroendocrinas de comportamiento y de stress social, en general a la regulación del comportamiento y a su vez la vasopresina, al incremento de la vigilancia, ansiedad y en el desarrollo de las funciones adaptativas, razón por la que se considera a ambos péptidos importantes en el stress e interacción social (Heinrichs y Domes, 2008). Además por su capacidad adaptativa frente a los procesos de conducta y al stress físico. Especialmente en no humanos, la oxitocina presenta un rol central en la regulación del comportamiento, particularmente en las interacciones positivas, incluyendo los cuidados maternales, principio básico para la formación del attachment (Kosfeld et al., 2005). En el caso de mamíferos, especialmente no humanos, la expresión del attachment, ha sido particularmente analizada desde la perspectiva de lo que Preston y de Waal (paper en prensa), han observado en el offspring, considerando la relación de la madre con su cría, cómo el ejemplo de esta capacidad, cuya importancia radica en que a través de esta estrecha relación, la madre puede transmitir una amplia variedad de rasgos emocionales, percepciones y experiencias que son percibidas y adaptadas, incorporándolas a las futuras decisiones del infante. Entre ellas se comunican además los roles del grupo social, introduciéndolo en las normas, el reconocimiento de sus liderazgos y en la percepción que el nuevo miembro puede alcanzar.

Una segunda aproximación proviene de lo que de Vignemont y Singer (2006), denominan los roles epistemológico y social. Reconociendo al primero como la capacidad de entender las emociones de otros y la subsecuente capacidad de predecir formas de comportamiento y por la capacidad de adquirir los valores del entorno. El rol social, a su vez, está relacionado con el comportamiento prosocial y la cooperación.

Algunas de estas expresiones se manifiestan a través del miedo, el temor, las respuestas atávicas frente a estímulos externos, como la reacción ante predadores, cuya esencia es transmitida en este proceso creando un cuadro de toma de decisión, que por sus características a menudo están ligadas a la sobrevivencia de la especie y a sus formas conductuales posteriores. Estas expresiones son analizadas más adelante desde la perspectiva de la emoción, comprobando que corresponde a una respuesta cerebral compartida con humanos.

Una siguiente aproximación común a humanos y no humanos, dice relación con los elementos que constituyen parte de la construcción de la empatía. Numerosas investigaciones concuerdan que en el sistema neurológico de los mamíferos prevalecen dos neuropéptidos de relevancia en la formación del comportamiento social. Estructuralmente son semejantes, diferenciándose en dos aminoácidos. La oxitocina y la arginina vasopresina, han sido repetidamente implicados en el comportamiento social y emocional de los estados que soportan la sociabilidad y la afectividad, jugando un rol central en la activación y expresión de comportamientos sociales y emocionales (Carter et al., 2008; Laycock, 2009; Labuschagne et al., 2010; Kosfeld et al., 2005:

Otra de las formas en que se expresa es en la regulación de la emoción comentada antes y cuya expresión a través del contacto físico y emocional, produce paulatinamente una asimilación con el entorno social en la medida y forma que se regula una respuesta empática a través de la vida. 18

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Se ha sugerido que, en etapas tempranas, el cachorro recibe oxitocina a través del amamantamiento, en un complejo proceso que se activa en la oportunidad que se realiza la succión del pezón, lo que produce una estimulación en las neuronas productoras de la madre, que bajo este efecto secretan el neuropéptido, desde los terminales nerviosos neurosecretores de la glándula pituitaria.

cual se va a dedicar y en esto existe abundante información acerca de cómo aproximarse a una decisión de fondo. Si bien es es cierto que la raza, en líneas extraordinariamente gruesas puede asignar algunas variables para el comienzo de la elección, no hay duda que lo importante es el individuo; individuo ii) requisito sine qua non, es conocer las condiciones en que fueron criados los ejemplares, las condiciones del criadero, las formas de conducta, la comunicación intrasubjetiva, la relación madre – hijo, la permanencia en el criadero, la estimulación temprana, la manipulación neonatal y la educación temprana, entre los parámetros más importantes. Apologizando a Preston y de Waal (paper en prensa),, la empatía es un proceso más que un resultado, es necesario construirla con nuestro compañero para conseguir lo que se ha explicitado antes.

En el trabajo con perros, este proceso es relevante. La madre, en las primeras semanas de vida del cachorro, transmite una amplia información que es de vital importancia para el desarrollo de su vida. En este sentido, la necesaria mayor permanencia del cachorro en la camada y al cuidado de la madre, es importante para los logros que se puedan conseguir a posteriori, en su proceso de formación. En el período primario de permanencia recibe una importante cantidad de información que además es complementada con el trabajo de manipulación y detección de las capacidades del nuevo individuo, que permiten tempranamente hacer un perfil de sus condiciones para efectos del tipo de trabajo que se necesite realizar. Investigaciones recientes se han aproximado a estimar que si bien ambos péptidos prevalecen en ambos sexos, se ha implicado primariamente a la vasopresina con mayor incidencia en el comportamiento típico de los machos, en una relación que incide en humanos y no humanos. humanos Esta proposición puede servir de gran ayuda en la decisión del tipo de individuo que se espera seleccionar para el desarrollo de un trabajo específico. Las hembras más poseedoras de oxitocina tienen, naturalmente, una ventaja adicional cuando el propósito es trabajar especialmente en programas donde el attachment sea de gran importancia, como son los casos de humanos con desórdenes empáticos, discapacitados en sentido amplio, necesidades educacionales específicas, inter alia. A su vez la vasopresina, podría aportar argumentos cuando el programa considere el trabajo de campo donde las condiciones de entorno son diferentes.

Infelizmente este marco conceptual es a menudo olvidado por los criadores, preocupados fundamentalmente de producir “perros modelo”, grotescamente preparados hasta en el mínimo detalle externo, no estructural, donde no hay problemas en ignorar falencias, enfermedades y sindromes y very important for the humans, habilitados para trotar en un ring, en lugar de desarrollar en ellos los parámetros de inteligencia que le permitirían constituirse en un real apoyo a la sociedad. En el universo de criadores, pocos a nivel mundial y casi nulo a nivel regional se preocupan de este “detalle”. Semper Fides, desarrolla un programa de trabajo con las camadas desde su nacimiento, con el propósito de seleccionar los ejemplares adecuados para el trabajo específico. Este permite determinar, las verdaderas capacidades y habilidades, incluyendo obviamente la empatía y de este modo asociarlo con la actividad que comenzará a desarrollar tempranamente en su vida. A menudo los criadores, cuyo objetivo claramente es el de vender la camada lo más rápido que sea posible para maximizar sus utilidades, disponen del cachorro para la entrega al humano, en no más allá de las ocho semanas desde su nacimiento, incluso disminuyendo este período a veces hasta seis semanas. El beneficio económico que ellos obtienen, afecta seriamente el proceso de offspring, provocando alteraciones que los humanos no podemos sanar. La madre y sus hijos debieran permanecer juntos un tiempo significativamente mayor. mayor

A pesar que existe la tendencia extendida que es necesario asociar “ciertas razas” a “ciertas especializaciones”, lo concreto es que lo importante es diseñar un plan de crianza, elaborado de tal manera que se integren al menos las variables más importantes : i) la correcta elección de los ejemplares que servirán como semillas, principalmente atendiendo por un lado a sus características y a las habilidades probadas de sus ancestros en el trabajo al 19

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Retomando lo anterior y como se ha mencionado, la investigación reciente ha demostrado que ambos neuropéptidos (oxitocina y vasopresina) tienen relación directa con la disminución del miedo, el aumento de la tolerancia, la regulación del comportamiento, particularmente en las interacciones positivas y en las habilidades para formar attachment (Kosfeld et al.,2005), promoviendo los comportamientos sociales, como la confianza, permitiendo vencer el natural temor a la proximidad e inhibiendo las conductas defensivas (Heinrichs y Domes, 2008). Se ha sugerido que el mind reading, un tipo de respuesta empática que se ha atribuido generalmente a los humanos (Domes et al., 2006; Miklósi, 2007c, 2007b) y que como lo expresa su nombre se atribuye a la capacidad de “leer” las expresiones faciales, también es parte del proceso de respuesta en perros, parte de lo cual se ha analizado en la cognición y que constituye un desafío a las nuevas investigaciones que nuestra organización realiza.

formas formas e intensidades diversas, diversas lo que obliga a conocer de manera muy profunda a su compañero y aunque suene redundante, esto sólo se consigue a través de la asociatividad que se genera desde la camada y continúa en los estados juvenil y adulto. En el hecho Preston y de Waal (paper en prensa) sugieren que el proceso de formación de empatía en no humanos se desarrolla sólo cuando existe una relación interespecífica. A mayor abundamiento, es un hecho que la empatía presenta sus niveles más altos en los primeros estadios de la vida y disminuye con la edad (Preston y de Waal, en prensa), especialmente cuando ella no es cultivada. Esta apreciación refuerza la necesidad de iniciar tempranamente el trabajo, especialmente desarrollando y manteniendo esta importante variable. Los sistemas más arcaicos, aún lamentablemente en uso, sugieren que el cachorro debe permanecer en su canil y sólo salir para tener una actividad de trabajo con su dupla y luego volver a su encarcelamiento, alterando significativamente la natural secuencia de crecimiento de las afectividades entre los compañeros. Más grave aún es el estúpido mito, frecuente entre adiestradores taxonómicamente definidos en sentido amplio, como “chasquillas”, e incluso entre los “wonder trainers”, que el proceso de adiestramiento o “amaestramiento” como lo suelen denominar, no debe comenzar antes del año. La única razón para realizar tal inverosímil afirmación, es que el perro a esa edad tendrá la fortaleza relativa para soportar los golpes, tironeos y torturas a los que lo someten en tan peculiar “método personal” como suelen definirlo. En términos reales se habrá perdido una excelente oportunidad de desarrollar la empatía, entre otras cosas. Por este motivo es imprescindible que especialmente profesionales, con formación universitaria, se involucren en el trabajo con perros. En el mundo no existe otro método que el Método Cognitivo Emocional. El condicionamiento operante y el refuerzo, no resultan más que técnicas.

Empatía en perros de trabajo La mayoría de los investigadores en esta área coinciden que la empatía es una de las más destacables características de los mamíferos sociales. Es siguiendo a Preston y de Waal (2002) una clase general de comportamiento transversal a las especies, en diferentes grados de complejidad. Nuestra organización, Semper Fides, ha desarrollado investigaciones con individuos de diversas razas con el propósito de determinar la existencia de los niveles de complejidad, en comento. Es una cuestión de primera importancia en la selección para las funciones que realizarán a posteriori. Las diferencias sin duda existen y manifiestan la base para el desarrollo de planes de adiestramiento especializado. Semper Fides, tiene implementado en sus programas de desarrollo y en las asesorías que realiza, esta variable, que es considerada entre las imprescindibles. imprescindibles. Al igual que los humanos, la arquitectura neurológica y su consecuente manifestación en los estados afectivos, es diferente de un individuo a otro.

En humanos tiene un símil a los sistemas carcelarios, cuyo éxito de reinserción a la sociedad aún está lejos de conseguirse. No hay duda que un exitoso plan de trabajo se consigue en un entorno donde la relación social y la colaboración complementaria sean permanentes. permanentes

La empatía, en consecuencia y como es de esperarse con cualquier situación social, se manifiesta en

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Además de cognición y empatía y como se verá más adelante, los perros tienen emociones y expresan afectividad.

Una primera línea de investigación en esta área, es la que se refiere que sus autores han denominado la mímica nonconscious (Yoon y Tennie, 2010) y que la definen como la tendencia a imitar el comportamiento de su partner, sin que exista el soporte de la otra parte. Esta actitud tiene un sustrato normalmente emocional de imitación que incluye el deseo de crear lazos con el que genera la mímica, incrementando el sentido de interacción con la otra parte. Esta relación tiene una importante implicación en el trabajo interespecífico y es una prueba de la existencia de empatía en perros y en su deseo no disimulado en producir un engagement con su compañero. En la cognición se hizo mención a la capacidad que poseen nuestros compañeros a incrementar la relación a través de la relación visual con su partner humano. Un reciente estudio realizado, específicamente con una muestra de 29 perros (Joly – Mascheroni, 2008), los cuales fueron sometidos a la prueba de observar a humanos bostezando. Una mayoría, 21 de ellos, bostezaron al observar a los humanos. Esta es una primera forma de contagio que demuestra, según los autores en comento, una estrecha relación con su capacidad de empatía. En el hecho una de las fundadoras de Semper Fides, Kanzi Kamila, nuestra muy querida Newfie, cada vez que requiere iniciar un contacto con su contraparte humana, especialmente luego que ha hecho algo que no “ha sido del agrado” de su compañero, inicia su “conversación” a través del bostezo. En otro contexto esta actitud, el bostezo, es considerada una “señal de calma” dentro de los parámetros del lenguaje de los caninos, acción que identifican extraordinariamente bien y en el sentido adecuado.

De la forma argumentum ad minus a majori y bajo un esquema metodológico, algo honestamente no fácil de conseguir, la investigación de Semper Fides, sugiere que existe, mutatis mutandis, al menos cuatro niveles en los que se puede describir la empatía en mamíferos sociales. El primer estadio, denominado nested level (Bekoff, 2009), se presenta a través de formas simples y de relativamente fácil distinción, y se asocia a lo que Preston y de Waal (2002) han definido como contagio emocional, emocional que en líneas generales es el estado que se produce en un sujeto como resultado de percibir el estado emocional de otro, ocurriendo en un alto nivel emocional y según los autores, self focused. Es sin duda un shared state, en el que el interlocutor normalmente recibe el input a través de expresiones faciales o posturales, generando una primera aproximación a lo que se describió como el feeling with. Los mamíferos sociales estamos orientados en el lenguaje emocional, las expresiones faciales y los tonos de voz alrededor de nosotros, creando la inconsciencia mímica que sincroniza las expresiones de emoción. En la perspectiva de nuestro interés de desarrollo, la primera aproximación empática se consigue a través del contagio emocional primitivo, la expresión más básica de la interacción en la que se involucra el mind reading, señalado ut supra. Es, siguiendo a sus creadores (Hatfield, Rapson y Le, 2009), una tendencia a sincronizar las expresiones faciales, vocalizaciones, posturas y movimientos con los del otro individuo y en consecuencia, conseguir una convergencia emocional. Una asociación directa a las formas cognitivas de expresión en los perros, de manera que se manifiesta en la forma de una asociación cognitivo – empática.

Los perros reconocen en la dupla parte importante de sus expresiones. Existe suficiente información que prueba que los perros observan detenidamente a sus compañeros en el trabajo, para ir determinando las labores a efectuar, lo que fue discutido antes en la cognición. No es un proceso automático, en el camino de crecimiento en el trabajo es un área que se cultiva y que una vez conseguida produce altos niveles de satisfacción.

Existe evidencia para considerar a la mímica como la más básica de las expresiones de contagio emocional primitivo. Los individuos sincronizan sus movimientos con expresiones faciales, voces, posturas, movimientos y comportamientos instrumentales, característica común a la comunicación en humanos y no humanos, como fuente básica de expresión emocional.

Esta expresión se hace también extensiva a la mímica facial, vocal y particularmente la postural. Un perro de nivel experto no solo reconoce los movimientos de su dupla, sino que además responde con expresiones corporales que pueden ser reconocidas,

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imitadas, en el sentido que identifica la expresión y respondidas por su compañero. En el trabajo organizado e incluyendo sus elementos de vinculo, cognición, empatía y afectividad, se logra que nuestros compañeros logren captar las gestiones posturales de su partner, produciendo el feedback.

La experiencia de Semper Fides, Fides en este ámbito ha conseguido resultados más que satisfactorios y si se permite mencionarlo, extraordinariamente emotivos. El contagio emocional y el contagio emocional primitivo, son parte del proceso empático, de manera que debe tenerse presente que al menos deben concurrir algunas de los elementos formadores que se ha comentado anteriormente. La habilidad para compartir, los sentimientos del otro individuo, la habilidad cognitiva de intuir lo que el otro está sintiendo y el beneficio social de responder compasivamente al distress de la otra persona (Hatfield, Rapson y Le, 2009). La literatura académica y no académica, ha mostrado miles de veces experiencias donde se expresa la empatía en perros.

Investigaciones recientes realizadas incluso con

functional magnetic resonance imaging (fMRI) han reflejado los cambios que se producen momento a momento en las expresiones emocionales del observador. En los perros y producto de su forma de percibir y responder, los cambios se pueden percibir en la mayoría de las veces, sin la necesidad de recurrir a imágenes cerebrales. En la relación intersubjetiva, una actitud común es la que ocurre cuando se produce el encuentro y se inicia una serie de vocalizaciones a menudo invitando al juego, las posturas mímicas que tienden a establecer la eventual relación de jerarquía y los comportamientos instrumentales.

Existe una relación entre el ser y la empatía. Los individuos están dispuestos a empatizar con aquellos que consideran semejantes o que poseen objetivos similares y que encuentran dicha similitud resultado de una estrecha interacción. En ciertos niveles de interacción, es lícito preguntarse, como ya se mencionara anteriormente, si el principio del grupo social es el que domina en la percepción que el perro tiene de su partner. Es un hecho que a través de su cognición y capacidad empática, los perros suelen alcanzar un comportamiento de carácter tan estrecho con su compañero humano, que al observador no dejará de llamarle la atención la forma en que se realiza la interacción. Una de las fundadoras de Semper Fides, Fides nuestra muy querida Matilda Martina, tiene una cercanía emocional tan cercana a Alejandra, su partner, que a quiénes convivimos con esa relación no nos cabe ninguna duda, que existe una interacción tan sólida y estrecha que se ha creado un vínculo en el que se producen reacciones emocionales correspondientes. Matilda y Alejandra representan el segundo estadio de la empatía, la empatía emocional, emocional la que, soft around the borders, involucra las reacciones emocionales que se manifiestan observando las experiencias de otros y produciendo como resultado una asociación cuyo plano de interacción es el denominado “ponerse en lugar del otro” y lograr sentir como el afectado.

Un trabajo pionero en esta línea es el de M.W. Fox (1970) relativo a la expresión facial en cánidos, donde analiza, dentro de la complejidad social, la matriz de comunicación simultánea en varias expresiones faciales, relacionado con un comportamiento social complejo. Investigaciones posteriores (Camras y Fatani, 2008; Keltner y Ekman, 2000; Matsumoto et al., 2008; Whalen et al., 2001) han analizado el nivel de organización de estas expresiones, identificando una serie de situaciones motivacionales y sociales. El perro domesticado se caracteriza por presentar un amplio rango de combinaciones simultáneas de varias combinaciones expresiones faciales, lo que indica un notable avance evolucionario en los signos visuales en algunas especies sociales. Estos componentes, posteriormente, pueden ser filogenéticamente, más recientemente adquiridos que aquellos patrones comunes a otros cánidos. A más de cuarenta años de la investigación de Fox, se reconoce, en la actualidad, en los cánidos una variedad de actitudes mímicas que son aplicadas al trabajo conjunto. Se ha establecido que éstas se suceden en forma automática y continua, expresándose en tiempos de respuesta que no sobrepasan unos cuantos milisegundos.

Algunos investigadores algo agnósticos con los niveles de conducta en no humanos, a menudo suelen reservar los estadios superiores de empatía a ciertos mamíferos como los grandes Apes,

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chimpanzees, delfines y elefantes, segregando a los

para sentir la emoción de otros y comprender sus razones o la habilidad de transferir el conocimiento del rol del otro sujeto cuando los roles son reversados (Preston y de Waal, paper en prensa). Esta habilidad a juicio de los autores, está reservada solo a los humanos y a los grandes Apes, ambas especies con la característica común de ser homínidos. El cuarto nivel, attribution se consigue con el incremento de largo plazo, cuando la memoria incrementa la habilidad del sujeto de imaginar el estado del otro. El sujeto ha tenido la oportunidad de acceder a una amplia base de conocimiento del objeto y esa situación le otorga la capacidad de acopiar información para comparar posibles resultados y decidir el curso de acción.

carnívoros sociales. Los trabajos de Bekoff (2002, 2009) han insistido en la consideración de los carnívoros sociales en estas categorías y sin duda, la experiencia empírica de Semper Fides, Fides apoya entusiastamente esta posición. Particularmente la empatía cognitiva encierra las tres variables sugeridas por Anderson y Keltner (2002), mencionadas antes; i) la coordinación de acciones de los individuos para formar y mantener lazos sociales, construyendo relaciones a lo largo de la vida. Si no estuviéramos convencidos de estos niveles de empatía, el nombre de nuestra organización no sería Semper Fides. Fides La cuestión de fondo es comprender las formas empáticas y de expresión que poseen nuestros compañeros para conseguir una relación emocional verdadera.

Estas dos últimas situaciones están en una condición muy prematura para afirmar que ocurren en carnívoros sociales. La investigación en esta particular área se encuentra en una fase inicial y a pesar que quienes trabajamos con perros, tenemos algunas certezas. Siguiendo a Panksepp (2005), estas tendencias pueden producirse sin la existencia de los circuitos emocionales básicos como las neuronas – espejo, presentes en ciertos homínidos, que armonizan con las señales emocionales o por la existencia de ciertos sistemas emocionales básicos que estén en condiciones de establecer resonancias afectivas entre no humanos cercanos.

Lo más relevante en este caso es alejarse de la comunicación antropomórfica, en el sentido que no se lograrán objetivos estimando que los perros tienen o están obligados a entender la conducta humana. Hoy día existe abundante investigación en esta área, con observaciones extraordinariamente sorprendentes, que nuevamente obligarán a revisar nuestra arrogante terminología de seres superiores. ii) La segunda variable de la empatía cognitiva es la colaboración en la solución de problemas. Cuando dos individuos sienten emociones similares, ellos están en condiciones de comprenderse el uno al otro para tener la perspectiva de su contraparte y así percibir sus percepciones, emociones e intenciones (empatía emocional). Esta situación incrementa la predictabilidad, línea base de la fundación de los lazos cooperativos. Sin lugar a dudas que en un plan de desarrollo este elemento es de la mayor importancia, la dupla, recordando a Mahler, se relaciona a través de una comunicación sin palabras. Finalmente implica iii) solidaridad, es decir cuando dos individuos sienten emociones similares, existe una comunicación centrada en compartir intereses, es el resultado de lo que Anderson y Keltner (2002) llaman true test. Los compañeros pueden ser confidentes de su lazo cuando comparten sus emociones, es sin objeción lo que Alejandra y Matilda han logrado.

Una situación que al avance de las investigaciones, en el caso de nuestros compañeros, es preferible dejarla enunciada al no tener un sustrato, más allá del emocional y de las percepciones que como estudiosos del comportamiento de nuestros compañeros poseemos. A nuestro entender la investigación se encuentra en una etapa en la que aún no logra compatibilizar los comportamientos empáticos y afectivos de nuestros compañeros, de los cuales aún no se puede establecer en qué forma se construyen en el cerebro. Apologizando a Panksepp (2005b), quien indica que a pesar que los no humanos no tienen el poder del cerebro neocortical de mirar hacia adelante en el tiempo, ellos aparentemente viven momentos de su vida plena de vibrantes afectos, afectos del mismo modo como los humanos vivimos con sentimientos que se explican por una cognición profunda y quizás, sólo quizás, los estudios de su emocionalidad y otros sistemas afectivos podrán desprenderse de la naturaleza de nuestros sentimientos.

Los dos niveles superiores de la empatía se establecen en la empatía cognitiva, o la habilidad

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De cualquier manera se intentará otorgar algunas importantes pistas en este sentido, en el capítulo siguiente relacionado a la afectividad y obviamente a la inteligencia.

intentar poner en perspectiva una situación controversial, que se discute desde antes de las visiones dualistas de Descartes y del monismo neutro de Spinoza y que se refiere a la naturaleza emotiva de los humanos y no humanos y su dependencia de creaciones divinas, del entorno, como es la posición del behaviorismo, naturales o exclusivamente cerebrales.

Aún falta comprender los procesos intermedios de cómo se manifiestan las emociones en el cerebro nuestro y de los perros para abundar en este campo. La investigación actual ha tenido avances significativos en trabajo con chimpanzees, elefantes y delfines. Nuestros perros tendrán que esperar algún tiempo para comprobar aquello que empíricamente sentimos. Al final de este punto es deseable destacar los comentarios acerca de la empatía de Marc Bekoff (2009). El se refiere a ella como un elemento fundacional a la moral, tanto en humanos como en no humanos, relacionados con la cooperación y el altruismo. Muchos actos de la empatía en no humanos son instancias del altruismo. La empatía está también conectada a la justicia y la justicia a su vez a la cooperación y el altruismo.

La cuestión de si los no humanos tienen emociones, considerando a la afectividad como parte de la emoción y cómo ellas se constituyen representa un tema de reciente investigación cuyos resultados no terminan de sorprender. Es tan abundante y rica la investigación en esta área que se corre el riesgo de que lo que se escriba hoy, podrá quedar fuera de contexto en poco tiempo. En esta presentación se ha aseverado en reiteradas oportunidades acerca de las cada día menos presentables diferencias entre humanos y no humanos, particularmente con los mamíferos sociales. La génesis común de los procesos emocionales en nuestras especies tienen un sustrato muy antiguo, generadas incluso antes de la emergencia del neocortex, en los que media una profunda naturaleza instintiva común a humanos y no humanos, lo que en una primera aproximación nos permite estar seguros que al menos todos los mamíferos comportamos procesos básicos psiconeurales producto de un camino evolucionario compartido (Panksepp, 1998). El trabajo mencionado en páginas anteriores, (Mc.Lean, 1990, Baars y Gage, 2010) acerca del triune brain, es parte del sustrato de esta hipótesis, especialmente la referencia que hace el autor al sistema límbico, en el incremento de las bases emocionales (reptiles) como el miedo, la ira y la emergencia de las emociones sociales y su énfasis en la más reciente adición del cerebro neomammalian, consistente largamente en el neocortex que permite elaborar una apreciación cognitiva / racional del mundo exterior.

Cada proceso de investigación en torno a los no humanos nos comienza a confirmar que aquella diferencia que establecieron nuestros ancestros en torno a las diferencias entre “ellos” y “nosotros” no resisten mayor comentario. La experiencia nos demuestra que, en distintos niveles, los perros son poseedores de empatía, lo importante es desarrollarla dentro de la relación interespecífica, lo que en sus rangos más positivos mejora el vínculo, la asociatividad, la colaboración complementaria, favorece el desarrollo de la comunicación como una forma empática, desarrolla la inteligencia y obviamente el attachment y crea grandes compañeros para el trabajo. El trabajo con perros requiere indudablemente un proceso de dar y recibir, la relación interespecífica requiere que ambas partes reconozcan una serie de variables que hasta ahora hemos intentado analizar, no se entiende desde la perspectiva cognitiva una forma de relacionarse en la que no se desarrollen la cognición, la empatía y la afectividad.

Nuevamente el protagonismo del sistema límbico, caracteriza al cerebro mamífero el cual primariamente elabora las tendencias emocionales, actuando en relación con los órganos viscerales, que como fue indicado ut supra, manifiestan un claro evento de evolución. A su vez las áreas mayores comprendidas en el sistema límbico son representadas por la amígdala, el hippocampus, el

Procesos emocionales en mamíferos En ciertas cuestiones del estudio de nuestra naturaleza holística, la mayoría de las veces es más complicado explicar que entender, pero apologizando a Séneca en el sentido que el hombre aprende mientras enseña, se hará el esfuerzo de 24

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1999), sugiere que a pesar de su condición, el mind de cada ser está siempre observado por terceros congéneres debido la natural propensión de los seres vivos de analizar a otros. El mind de Damasio, está cercanamente relacionado con la conducta y las otras funciones del cerebro (Damasio, 2003).

área septal, el área preóptica, el hipotálamo y la masa central del mesencéfalo, esenciales para la elaboración de una variedad de procesos emocionales que caracterizan a todas las especies de mamíferos (Panksepp, 1998, 2005a, 2005c, 2005d). En consecuencia el sistema límbico permite la generación de las emociones básicas que median diversos comportamientos prosociales.

Consciousness permite a los mamíferos comprender sus estados emocionales, como se analizará más adelante. La emoción del temor por ejemplo es una respuesta conscious a un estímulo producido por un sistema neural común a los mamíferos, manifestando un proceso evolucionario, especialmente por la acción de la amígdala y sus conexiones (LeDoux, 1995, 2000). Consciousness y be conscious, son en consecuencia el core de las emociones y los afectos en nuestras especies.

Los procesos emocionales en comento hacen a los no humanos agentes activos en el mundo, en oposición a la visión behaviorista de considerarlos “procesadores de información” (Panksepp, 2010 b). Nos habilita a los mamíferos anticipar hechos relacionados con la sobrevivencia y al mismo tiempo proveer el sustrato para un futuro aprendizaje. Sin embargo la naturaleza ha favorecido ciertas características en unos y en otros, el cerebro humano puede (y a veces lo logra) generar muchas ideas, pensamientos y complejos sentimientos, inalcanzables aún para ciertos mamíferos, mientras que por otro lado ha favorecido el desarrollo de habilidades en mamíferos no humanos, también inalcanzables para los humanos. Lo destacable es que finalmente se puede asegurar que todos los mamíferos comportamos algunos procesos básicos psiconeurales debido al camino evolucionario que hemos compartido.

En el origen en mamíferos Panksepp (2005a, 2005 b), se refiere a los estados del cerebro que tienen un sentimiento experimental y son parte de un proceso múltiple que requiere ser observado en términos evolucionarios, con múltiples estratos de emergencia. Su proceso primario refleja una materia prima sensorial perceptual y se nutre con experiencias emocionales y motivacionales. Un segundo nivel, lo constituye la capacidad de tener pensamientos, especialmente acerca de experiencias, de cómo los eventos externos están relacionados con los internos. Los no humanos, como se discutirá más adelante poseen capacidades para este nivel, la diferencia se encuentra en el hecho que ellos no pueden expresar sus vidas en forma verbal, pero poseen una riqueza en términos de construir en base a imágenes perceptuales. A su vez los humanos están habilitados para soportar este nivel, básicamente por el hecho que su sistema cognitivo cabalga en la integración con varios procesos primarios subcorticales y en procesos motivacionales y emocionales (Panksepp, 2008a). Sin estas herramientas capaces de permitirles vivir y aprender, no tendrían procesos secundarios o incluso terciarios. Los infantes humanos nacen prácticamente sin un aparato córtico cognitivo, sin embargo poseen consciousness y pensamientos emocionales afectivos y cognitivamente orientados (Panksepp, 2008b).

Todos los mamíferos hemos nacido con el potencial cerebral que elabora nuestros procesos emocionales. Para colaborar en su entendimiento es preciso construir un marco conceptual que nos permita orientar en aquellos procesos que nos son más relevantes a nuestra área de investigación. De esta manera, y construyendo de lo general a particular el más amplio e integrador, dentro de la variedad de procesos neurológicos, es el concepto de Consciousness. Dada la enorme dificultad que comporta traducirlo en una forma eficiente al castellano, al menos para nuestra limitada capacidad, se tomará la libertad de dejarlo en su lenguaje original. Es más eficiente concentrar el trabajo en su explicación y proyección. Damasio (1999), sostiene que es una concepción completamente privada y por tanto es un fenómeno que debe ser visto en primera y única persona como parte de un fenómeno que el investigador sugiere es el mind, palabra de origen sajón que provee una infinidad de significados. Para efectos de nuestra investigación se optará por la idea de la mente o el ser y pensamiento. Damasio (1994,

Un tercer nivel de consciousness es expresado en la forma de pensamientos acerca de pensamientos, conocimiento de conocimiento, algunos de los cuales son exclusivos de los humanos como producto de tejidos neocorticales expansivos que permiten la 25

Variables y procesos emocionales en la formación del perro de trabajo

transformación lingüística experiencias recordadas.



simbólica

de

La emoción se divide en dos componentes : i) la experiencia consciente y ii) el proceso cognitivo de comportamiento fisiológico, que explicitan el estado emocional. (Tsuchiya y Adolphs, 2007).

Diversos autores suelen sugerir que se pueden distinguir dos componentes adicionales : i) el nivel o estado de consciousness, representados por ejemplo en la vigilia, el sueño o el comma y ii) su contenido, que ocurre a pesar que si el sujeto es consciente, por ejemplo frente a la esencia de una flor (Tsuchiya y Adolphs, 2007).

LeDoux (2002, 2003), ha propuesto la teoría cognitiva – emocional, donde las respuestas emocionales tienen dos componentes uno inconsciente – frente al miedo -y, consciente, producto de dos redes neuronales, una resultante de la evolución, que se produce generalmente en una primera impresión (ver una serpiente por primera vez ) y por aprendizaje, la importancia de este proceso sirve para comprender qué estímulo puede ser interpretado como peligroso, provocando una especial atención en él, es decir, qué estímulo puede ser detectado como una amenaza en una situación y no en otra. Las bases neuronales involucradas en este proceso son la cortical y la subcortical. El temor como se analizará más adelante es una característica evolucionaria de los mamíferos (LeDoux, 1995, 2000) cuya característica más representativa se manifiesta en la sobrevivencia de las especies y forma parte de las emociones básicas que compartimos todos los mamíferos.

Emoción Dentro de este complejo cuadro la emoción emerge como un concepto central que incluye el afecto, la cognición, el comportamiento, la expresión y un host de cambios fisiológicos (Panksepp, 1998, 2005a). Es una expresión consistente en todos los mamíferos humanos y no humanos, quienes compartimos believe it or not, un set semejante de emociones que se orientan hacia la formación de los procesos conductuales y están igualmente asociadas a sentimientos afectivos, generados en circuitos neurodinámicos del cerebro que controlan los comportamientos emocionales en los cerebros de los mamíferos (Panksepp, 2005f). La posibilidad que dos procesos diferentes como son las acciones emocionales y los sentimientos emocionales, surjan de semejantes mecanismos cerebrales es un aspecto crítico del dualismo (Panksepp, 2006).

La afectividad o el afecto se refiere a lo que Panksepp (2005a), denomina la experimentación de los sentimientos, componente a su juicio muy difícil de expresar verbalmente. Ellos pueden ser manifestados a través de situaciones corporales como el hambre y el ansia o estímulos externos, como el sabor, sentir físicamente y otros. A su vez los afectos emocionales están estrechamente unidos a la acción interna del cerebro, gatillados típicamente por eventos del entorno. Estos se pueden expresar en actitudes como temor, ira, codicia, cuidados, pánico y juego, ejemplos que se retomarán más adelante. Existe un extenso número de estados afectivos de la conciencia, presumiblemente reflejando diferentes tipos de neurodinámica global con el cerebro y el cuerpo. Los afectos son vitales para la vida de los mamíferos, sin ellos no nos sentiríamos vivos, sin afectos positivos existen pocas razones para vivir, son la fuente de la confianza, la virtud interpersonal que cada uno exhibe ante quienes aman la vida y a los otros (Panksepp, 2008b). Es uno y quizás más importante de los principios que quienes trabajamos con mamíferos sociales debemos cultivar, para lograr un desarrollo armónico con nuestro compañero. Sin afecto afecto un perro de trabajo no se puede formar, es la antítesis de la posición behaviorista y

En líneas muy gruesas se entiende a la emoción como el complejo set de interacciones entre factores objetivos y subjetivos mediados por sistemas hormonales / neurales, los cuáles pueden : i) otorgar experiencias afectivas como el despertar de los sentimientos; ii) el placer y el displacer; iii) generar procesos cognitivos como los efectos perceptuales de la emocionalidad. Una definición nuevamente soft around the borders pero que pareciera cubrir los aspectos de las diferentes aproximaciones a la emoción : i) las fenomenológicas; ii) cognitivas; iii) fisiológicas ; iv) de conducta y v) de generación de las aproximaciones sociales (Panksepp, 2005f). La definición general de emoción debe incluir los procesos emocionales, que de acuerdo con Panksepp (2002, 2003), son la expresividad motora, el sentido perceptual, el autonómico – hormonal, el cognitivo – atencional y los aspectos afectivos. La emoción es un complejo proceso que difiere de otros cognitivos, cuya manifestación puede ser consciente o inconsciente. 26

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consecuentemente del condicionamiento operante, que tan magros resultados ha conseguido en años de contumacia.

nuestra organización Semper Fides, está Fides desarrollando. Se presenta en consecuencia un amplio campo de posibilidades de desarrollo de nuevos estudios que permitan comprender, con mayor certeza, el sistema cerebral y los principios organizacionales de las capacidades neurales y psicológicas de los otros animales.

Panksepp (1998, 2003, 2010a) ha propuesto el nombre de Affective Neuroscience a la disciplina orientada a proveer una comprensión neurológica acerca de cómo funcionan los sistemas emocionales del cerebro de los mamíferos y de los estados conscientes e inconscientes que generan, incluyendo la neurofisiología de las emociones. Caracteriza a la emoción en tres áreas : i) biológica y especialmente neurobiológica, entendiendo este concepto como la combinación de un proceso mental evaluativo, simple o complejo, provisto de respuestas disposicionales al proceso, principalmente dirigida al cuerpo, teniendo como resultado un estado emocional, pero además hacia el cerebro, resultando en cambios mentales adicionales ; ii) como producto de la evolución. En este caso no envuelven sentimientos conscientes, debido a que sus respuestas son controladas por el cerebro, que ha permitido que los organismos sobrevivieran a entornos hostiles y hayan tenido la posibilidad de sobrevivir y procrearse. Respuestas que deben ser válidamente encaminadas cuando se trabaja con perros en el manejo de sus emociones orientadas, particularmente en el trabajo con humanos con carencias cognitivas o empáticas. iii) producto de una función de selección natural.

La visión behaviorista Antes de presentar las proposiciones de la neurociencia afectiva, es interesante introducir al lector en las propuestas del behaviorismo acerca de la emoción en no humanos. La comparación obedece a una cuestión de suyo conocida entre quienes intentamos construir una disciplina en el trabajo con perros y es que el behaviorismo y su consecuente condicionamiento operante y la teoría del refuerzo, han dominado por muchos años las aproximaciones al trabajo con perros. Si bien es cierto que el método cognitivo – emocional, utiliza en una primera parte algunas técnicas del condicionamiento operante, todo el proceso siguiente se descubre en la aplicación de las proposiciones que se han detallado en las páginas anteriores y por eso que se considera relevante realizar algunas distinciones adicionales, teniendo en consideración consideración que la posición de Semper Fides es eminentemente crítica frente al behaviorismo, sus postulados y especialmente frente a los puntos que a continuación se presentan.

Emoción en en no humanos

Las aproximaciones teóricas de la emoción en el behaviorismo tienen como base una experiencia subjetiva y se enfocan directamente en aquello que es observable y cuantificable. Skinner (1994), se refiere al concepto de consciousness, en los siguientes términos : “ lo que el conductismo (behaviorismo) tiene que decir respecto de la conciencia (consciousness) es lo siguiente : a) la estimulación que surge del interior del cuerpo desempeña un papel importante en el comportamiento, b) los sistemas nerviosos a través de los cuales se hace efectiva esa estimulación evolucionaron debido a la economía interna y externa del organismo, c) en el mismo sentido en que decimos que un ser es consciente de lo que lo rodea, es consciente de estados o acontecimientos en su cuerpo; están bajo su control como estímulos que son, d) en un sentido diferente, la persona se hace consciente cuando la comunidad verbal dispone las contingencias bajo las cuales ella no sólo ve un objeto, sino ve lo que está viendo. El mundo físico

En los últimos años se ha acrecentado notablemente el número de investigadores y consecuentemente de publicaciones, sobre el área de nuestro interés. En realidad es un tema que tiene una amplia perspectiva, especialmente cuando ya no existe duda que la visión behaviorista no logró avanzar al ignorar absolutamente las características de lo que Skinner denominó la caja negra, al referirse al sistema cerebral de no humanos. La primera tendencia se ha orientado hacia el estudio del sistema cerebral humano y naturalmente un área menor hacia los no humanos y especialmente en el caso de los mamíferos sociales, la gran atracción la siguen constituyendo aquellos de tendencias colaborativas y los poseedores de neuronas espejo. El ámbito dirigido a los mamíferos carnívoros es extraordinariamente nuevo, pero al mismo tiempo es una amplia posibilidad de investigación, que 27

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genera tanto la acción física como las condiciones interiores a las cuales responde la persona cuando la comunidad verbal dispone de las contingencias necesarias.

concesiones a la psicología dualista y confirma la continuidad en data y en método de las ciencias físicas, biológicas y psicológicas. Skinner (1994) prefiere restringirlos al comportamiento, afirmando que la exploración de la vida emocional y motivacional de la mente se ha descrito como uno de los grandes logros de la historia del pensamiento humano, pero, en sus propias palabras, es posible que haya sido uno de los grandes desastres. En su proposición la psiquis como la mente se constituyen en una gran metáfora que se torna plausible por la aparente importancia de lo que la persona siente u observa introspectivamente, pero que en definitiva está destinada a permanecer siempre en las profundidades. profundidades

En este sentido especial, la conciencia o el acto de darse cuenta de las cosas, es un producto social ; e) el conocimiento introspectivo del propio cuerpo es deficiente por dos razones, la comunidad verbal no puede colocar el comportamiento autodescriptivo bajo el control preciso de los estímulos privados, y no ha habido oportunidad que se desarrolle un sistema nervioso que coloque ciertas partes partes del cuerpo bajo ese control; f) f) no se supone la existencia de una clase especial de material mental. El fundamento del behaviorismo no sólo elude considerar la emoción como un producto del sistema cerebral de los seres vivos, sino que además la enmascara detrás de una acción casi exclusiva del entorno. Las emociones, escribe Skinner (1971), son excelentes ejemplos de las causas ficcionales a las cuales comúnmente atribuimos al comportamiento. Afirma que el hecho que un individuo se emocione es producto de una circunstancia externa. Algunas emociones, como por ejemplo la alegría y la tristeza, implican, en su proposición, el repertorio entero del organismo, mientras que algunas de las emociones más tenues como la turbación, simpatía o diversión, pueden localizarse de manera más precisa en pequeñas subdivisiones de un repertorio.

En cambio el ambiente es accesible comúnmente. Esto último se encuentra en el capítulo del libro de Skinner (1994), titulado la inutilidad de las causas internas. internas Panksepp (2005b), afirma que esta situación es producto de la creencia general, especialmente en el mundo académico behaviorista, que tanto el consciousness y la afectividad, son privativas de las altas estructuras del cerebro que no todos los mamíferos poseen, produciendo la natural resistencia a considerar a los mamíferos no humanos poseedores de estados afectivos. Una posición que ha perdido su fundamento desde que la neurociencia ha demostrado las homologías neuroanatómicas y neuroquímicas transversalmente en todas las especies de mamíferos (Burgdorf y Panksepp, 2006), proveyendo resultados que no habían sido logrados durante mucho tiempo, especialmente durante el reinado del behaviorismo.

A mayor abundamiento, Lange (Le Doux, 1996; Dalglish, 2004; LeDoux, Phelps, 2008) afirmaba que el individuo no está capacitado para sentir la causa interna de la emoción, sino solamente una parte de la propia conducta emotiva, de manera que el sujeto, en una perspectiva clásica, llora porque está triste, los cambios más evidentes que se producen cuando alguien siente una emoción, consisten en respuestas de los músculos de fibra lisa y de las glándulas, como ruborizarse, palidecer, llorar, como la contracción de los músculos que producen la “piel de gallina” en el humano y el erizado del pelo en los no humanos.

La fortaleza del behaviorismo, sostiene Panksepp (2005f), es su naturaleza linear y el proveerse con predicciones que pueden ser fácilmente comprobables. Sus planteamientos tienden a caracterizar emociones discretas, otorgándoles una estructura motivacional. Se argumenta (Skinner, 1971), que una circunstancia externa es la culpable que el sujeto se emocione y que este sentimiento lo lleve a realizar la acción apropiada. La emoción es, en la perspectiva behaviorista, un modelo de conducta.

El behaviorismo no niega la existencia de las sensaciones emocionales, como establece Lashley (1923) quien manifiesta que el behaviorismo no niega la existencia de los estados mentales, sino que los ignora, en sus palabras como el alcohol ignora la alquimia o la astronomía a la astrología, el behaviorismo, en su interpretación no hace

Watson (1929), el principal precursor del pensamiento behaviorista, establece un modelo central basado en tres elementos : i) el énfasis en las respuestas observables y el estímulo del entorno; ii) el rechazo a los conceptos mentales no ligados a la observación directa y iii) el enfoque en el aprendizaje 28

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y la experiencia como espectro central para comprender el comportamiento humano. Según este enfoque consciousness es un estado subjetivo e interno.

acto que realice. Esta técnica llega a extremos que los adiestradores llegan a la patética actitud de esconder el premio en diferentes partes de su cuerpo, con el propósito de tener la atención de su pupilo, lo cual al observador le resulta algo más propio de un espectáculo circense que de un trabajo orientado y serio.

El behaviorismo, desde la perspectiva de quienes somos críticos a su posición, manifiesta serias limitaciones, especialmente cuando se analiza desde la neurociencia afectiva. Entre muchas otras carece de un valor heurístico, no establece antecedentes acerca del unconsciousness de la emoción y no provee de los elementos biológicos o socio culturales que la expliquen.

La utilización de herramientas como el clicker suelen distorsionar, aún más, el propósito final del trabajo al condimentar una situación de suyo viciada, con un elemento que produce un extraño sonido y que en apoyo le otorga un premio. Es montar todo un escenario para alimentar el mecanicismo y el egoísmo, elementos que resultan en la antítesis de lo que debe ser el objetivo en el trabajo científico con perros.

El behaviorismo ha sido víctima de sus postulados, la mayoría de ellos, a nuestro entender y en parte no menos importante de la comunidad académica, al no explicar o desinteresarse de los sistemas cerebrales que son el componente de la conducta, la emoción y la afectividad. La contumaz actitud de algunos cultores del trabajo con perros de insistir en aplicar las técnicas derivadas de ésta línea de pensamiento, comprueba claramente su cadena de errores conceptuales y de aplicación. Seguir proponiendo a esta altura del siglo XXI que los mamíferos sociales, en lugar de un sistema cerebral, poseen una caja negra o que el desarrollo de su trabajo depende exclusivamente del entorno, resultan falacias comprobadas cuyo principal afectado es el cachorro, a quien no le proveen capacidades para su desarrollo emocional.

La infinidad de tricks para mantener la atención o el sistema de refuerzos, variables todas que consideran a los mamíferos sociales a un cuerpo que sostiene a una caja negra (sistema cerebral), que en definitiva los procesos que ocurran ahí no tiene ninguna importancia sustantiva para quien cultiva esa anacrónica técnica. Los resultados del trabajo con condicionamiento operante, discutidos en más de una oportunidad en este documento, manifiestan las debilidades estructurales de la técnica, entre cuyas consecuencias debe notarse la amplia deserción y la incapacidad de desarrollar trabajo especializado. La imposibilidad de crear condiciones afectivas entre el perro y su compañero, es una situación en la que también colabora la comercial tendencia tendencia de producir perros en serie, prêt a porter, producto de un trabajo que se realiza sin la presencia y colaboración de quien será en definitiva su compañero de ruta humano y donde sólo al final del período de trabajo se hace un real “cocimiento” con la persona que recibirá al perro. La organización del trabajo en los “centros de adiestramiento” que se orientan en esta perspectiva, suelen trabajar varios perros durante la jornada, proceso en el cual el ejemplar debe permanecer parte importante del tiempo en su canil, luego es sacado, obviamente con collar y correa, sometido al “trabajo”, que consiste en la aplicación y/o práctica de algunos comandos, para luego volver a su canil.. De este modo se vulneran los aspectos más importantes del desarrollo de una mentalidad emocional, como la promoción de la cognición, la

Los behavioristas no establecen una diferencia entre lo que emoción o no emoción significa, simplemente la califican como un fenómeno social. Es una situación que no se compadece especialmente cuando el trabajo a realizar dice relación con personas discapacitadas en sentido amplio, con dificultades cognitivas o empáticas, donde la primera misión es desarrollar estas variables en beneficio del asistido. El attachment es en definitiva la principal acción que se debe conseguir, como respuesta emocional que no se logra con el clicker, recurso que explota la visión orweliana del conocimiento. La representación del behaviorismo está en el uso de técnicas abiertamente mecanicistas, donde se obliga al perro a trabajar bajo la fórmula premio – recompensa, una copia de las palomas de Skinner, que en el caso de los carnívoros sociales desarrolla los patrones de egoísmo al generar la acción premio – respuesta a través de una recompensa por cada 29

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empatía y el afecto. Es impensable que algún humano con un mínimo de racionalidad tenga alguna esperanza, que bajo ese estilo de trabajo se espere conseguir resultados eficientes eficientes y duraderos. In any way.

en mamíferos sociales, analizan especialmente las expresiones faciales como expresión de las emociones y los sentimientos (Matsumoto et al., 2008; Russell y Fernández – Dols, 1998; Baars and Gage, 2010; Keltner, Dacher y Ekman, 2000; Panksepp, 2003), área de trabajo que presenta emocionantes resultados y muy interesantes perspectivas de investigación. Los mamíferos sociales manifiestan expresiones faciales y lenguajes sin palabras en su comunicación con los humanos, área que será analizada en detalle en nuestra publicación Semper Fides Magazine.

Sin embargo pareciera que no todo está perdido para el behaviorismo, una manifestación de reciente emergencia dentro de la tendencia en comento, lo constituye el neobehaviorismo, el cual se ha allanado a aceptar la posición de la neuroafectividad. En un trabajo reciente, uno de los principales creadores de esta línea de pensamiento se plantea acerca de la existencia de emoción en no humanos (Bekoff, 2005). Según el investigador, a partir de las actuales líneas de investigación se ha provisto de abundante información en el sentido que los no humanos manifiestan algunos grados de emoción, a partir de los considerados más básicos como el miedo, la alegría, la felicidad, quién ha tenido un perro o un gato, escribe Bekoff, ha podido comprobar que ellos pueden llevar vidas realmente felices; la vergüenza, la perturbación, el resentimiento, los celos, la rabia, el amor, el placer, la compasión, el respeto, el sentido de la ayuda, el disgusto, la tristeza, la esperanza y la aflicción.

Una siguiente línea dentro del neobehaviorismo está representada por Dawkins (2000), cuyo trabajo en el área de bienestar en no humanos, la lleva a plantearse las circunstancias que generan grandes y persistentes emociones negativas. Sugiere que existen dos aproximaciones al estudio de la emoción en no humanos, la funcional, que la orienta al estudio de las emociones en humanos y luego a preguntarse si éstas se manifiestan de forma semejante en no humanos. En muchos casos es posible aplicar las ideas Darwinianas a las emociones y preguntarse cuáles de ellas contribuyen al orden del cuerpo. La segunda corresponde a la mecanicista, analizando los parámetros que fundamentan las emociones y observar cuáles presentan características similares. En los humanos, citando a Oatley, Keltner y Jenkins (2006), existen tres sistemas de emociones : i) la cognitiva / verbal, es decir que los sujetos pueden expresar que es lo que ellas están sintiendo y que en realidad se constituye como la mejor forma de conocer los sentimientos. Este caso no puede ser utilizado en el caso de los no humanos, dada su incapacidad de expresarlos verbalmente; ii) la autonómica, que incluye los cambios en los latidos del corazón, la temperatura y los niveles hormonales y; iii) el sistema de conducta / expresión, diferentes expresiones provocan variadas respuestas faciales.

En el comienzo Bekoff (2005), se reencuentra con Darwin a quien señala como el primer científico en dar una seria y sistemática atención al estudio de las emociones animales, rescatando que existe continuidad entre los humanos y otros animales en sus vidas emocionales y cognitivas, en que ambas especies manifiestan sentimientos similares como el placer, el dolor, la alegría y la miseria. La emoción en Bekoff (2005), es entendida como un fenómeno sicológico que colabora en el comportamiento y el control. Los estados emocionales de muchos no humanos pueden ser reconocidos en sus rostros, ojos que expresan las formas en que ellos se comportan a través de cambios en el tono muscular, la postura, la forma de caminar, la mirada, las vocalizaciones y la expresión de los olores, particularmente las feromonas.

La experiencia de Dawkins concluye en la existencia de estados emocionales positivos y negativos en no humanos, donde sostiene que el conscious de placer y dolor no son diferentes a las de los humanos, pero que deben ser analizados desde la perspectiva de lo que realmente son, un estado personal, perspectiva cercana a Damasio. Concluye que el conocimiento de las emociones es evolucionario, muy antiguo y difuso en el reino animal, siguiendo la proposición de la neurociencia afectiva.

Las manifestaciones que apunta Panksepp (2008a) como resultado de las expresiones no verbales. Quien posee un compañero ha podido comprobar sin mayor observación detenida estas expresiones. Como se expresara anteriormente, recientes investigaciones 30

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Emoción en neurociencia afectiva

símbolos para presentar y comprender las experiencias afectivas, pero no necesariamente capturan las causas fundamentales del afecto, como claramente lo expresan los mamíferos sociales.

Existe abundante evidencia experimental que demuestra que los no humanos poseen sistemas emocionales y centros específicos. Estos son claramente evidentes en muchos de los patrones de comportamiento original que los organismos poseen. La existencia de sentimientos afectivos es una premisa largamente aceptada en la neurociencia del comportamiento (Panksepp, 1998, 2005a, 2005c, 2005d; Damasio 1994, 1999) y sus manifestaciones principales se expresan i) en la atracción de los no humanos a entornos similares a los humanos, particularmente en lo relativo a los ambientes de recompensa y placer; ii) los sentimientos emocionales de ambas especies son dependientes de sistemas subcorticales situados en áreas profundas del cerebro donde existen sistemas neurales homólogos (Panksepp, 2005a, Damasio, 1999; Panksepp, 2003); iii) la más aprobada científicamente proviene de los estímulos cerebrales. La estimulación eléctrica en el cerebro puede evocar una serie de respuestas con los sentimientos afectivos. Las activaciones artificiales de los sistemas profundos del cerebro que promueven acciones emocionales han demostrado la existencia de sistemas generadores de afectos. En este entorno los no humanos exhiben una respuesta emocional coherente cuando el sistema es estimulado.

Todo el peso de la evidencia indica que todos los mamíferos no sólo compartimos emociones básicas sino además tenemos vidas afectivas. afectivas Nuestras regiones subcorticales pueden evocar reacciones emocionales, las que son homólogas en todo el reino, un proceso común a humanos y no humanos donde las respuestas emocionales y de conducta emanan de áreas similares del cerebro, lo que empíricamente prueba la existencia de al menos procesos primarios de emoción, a pesar que nuestros congéneres no tienen la probabilidad de expresarlos al menos verbalmente (Panksepp, 2001b, 2008b). Como se ha mencionado, las pruebas de laboratorio, especialmente a través de estimulación eléctrica, demuestran sin lugar a dudas que los no humanos tienen la capacidad de tener gustos y aversiones que evocan comportamientos emocionales. La neurociencia no tiene duda que el cerebro de los mamíferos contiene un sistema de propósitos generales, un sistema de búsqueda diseñado para efectivamente involucrarse con el mundo, especialmente con sus recursos de sostenimiento de sus vidas, a través de la integración asociada acerca de los eventos del entorno, incrementando los comportamientos futuros por medio de la emergencia de mapas mentales, expectativas y hábitos estructurales (Panksepp, 2005a).

Para Damasio (1999) sentir una emoción es una cuestión simple. Consiste en tener imágenes mentales (o perceptuales) que se manifiestan desde los patrones neurales que representan cambios en el cuerpo y en el cerebro, responsables de construir la emoción. Esta percepción diferencia entre la emoción básica y el afecto o el estado afectivo. Algunos sentimientos parecen emociones y otros no, todas las emociones generan sentimientos pero no necesariamente ocurre lo contrario. Panksepp (2008b) sugiere que para introducirse en el afecto es preciso tener en consideración que en su conceptualización participan al menos tres tipos : i) los afectos sensoriales; ii) los bodily–homeostatic y iii) los cerebro – emocionales. Los afectos emocionales básicos son un proceso del cerebro y del mind, en este sentido los sensoriales son relacionados con la visión de cada ser, por ejemplo si se usa la palabra rojo, no explica necesariamente que se esté viendo en ese color y probablemente no tenga ningún significado para quien sea ciego. Las palabras sólo pueden ser explicadas en un segundo orden de

Probablemente, la evidencia más robusta que demuestra los estados afectivos en no humanos, proviene de los estudios de abuso de drogas en ambas especies (Panksepp, 1998, 2005a, 2002; Panksepp, Knutson y Burgdorf, 2002). Los primeros encuentran a menudo drogas que activan los receptores de opio en el cerebro que facilitan la sobreactividad de la dopamina, teniendo por resultado el placer o la euforia. Los no humanos exhiben igualmente fuertes deseos para agentes similares debido a que estas acciones son mediadas por similares sistemas cerebrales. Realmente existen drogas capaces de producir semejantes niveles de adicción en humanos y no humanos. La segunda evidencia proviene de la demostración que las experiencias afectivas en humanos y no humanos están ubicadas en zonas similares del 31

Variables y procesos emocionales en la formación del perro de trabajo

cerebro, lo que indica la inexistencia de diferencias cualitativas entre humanos y no humanos. humanos Cada estructura del sistema cerebral está similarmente relacionada, en ambas especies los mecanismos de reacción afectiva están ampliamente distribuidos a través del cerebro (Berridge, 2003; Berridge y Kringelbach, 2008), especialmente en regiones sub neocorticales, donde se encuentran los motores energéticos del afecto.

Las expresiones afectivas se pueden taxonomizar en al menos tres variedades: i) los estados homeostáticos señalados por interceptores, de igual manera que otros estados químicos del cuerpo, difíciles de observar por signos externos; ii) la gran variedad de estímulos externos como el gusto y iii) los afectos emocionales (Panksepp, 2005b).

Es dentro de los antiguos circuitos del cerebro donde se presentan las homologías neuroanatómicas y neurofuncionales a través de las especies, donde pueden ser gatilladas las respuestas emocionales.

Los mamíferos comportamos una serie de afectos no emocionales, que se basan en nuestras necesidades corporales, como el hambre y la sed, además de varios estados corporales como la fatiga y la sensación de bienestar. Sin embargo, el rango de mayor valor científico es la demostración que además compartimos procesos emocionales, cuyo origen se encuentra en nuestros sistemas cerebrales (Panksepp, 1998, 2001a, 2005a, 2005 b, 2005f) y que manifiestan su capacidad de anticipar situaciones que afectan a su sobrevivencia, un proceso primario que incondicionalmente identifica las cuestiones básicas de sobrevivencia. Esta capacidad provee el sustrato para el posterior aprendizaje.

Procesos emocionales en no humanos

La tercera y quizás más precisa línea de evidencia proviene de los estudios de simulación. Como se ha mencionado en varias oportunidades, la estimulación eléctrica en el cerebro puede producir respuestas emocionales de sentimientos afectivos (Panksepp, 1998, 2005). Las áreas que generan indicadores de comportamiento de estados positivos y negativos en humanos, particularmente en áreas subcorticales, donde las homologías se producen. La más razonable conclusión a esta afirmación es que no sólo existen muchos estados afectivos relacionados a las profundas estructuras del cerebro sino y no menos importante, son las extraordinarias similitudes entre las emociones emociones básicas de humanos y no humanos (Panksepp, 2005a, 2005b). La investigación orientada a la búsqueda e interpretación de la emoción y los estados afectivos en no humanos no debiera ser caracterizada por aspectos subjetivos que experimentan. Resulta más eficiente analizar los principios neurales que determinan los procesos afectivos positivos o negativos.

Panksepp (1998, 2005a, 2006, 2008a 2010b), sugiere que existen a lo menos siete modelos de emociones que son coherentes a todos los mamíferos y responsables de las manifestaciones de conducta, algunos actúan como recompensas y otros como castigo. Cada una de estas expresiones emocionales constituye un modelo que genera respuestas identificables como formas de conducta. La distinción de cada uno de estos modelos por separado y en conjunto, representan un aporte notable para distinguir la metodología de trabajo que se puede generar en el trabajo con mamíferos sociales. Dada su enorme importancia en la comprensión de la conducta de los mamíferos sociales y su relevancia en la creación de programas de trabajo, se realizará una breve discusión de cada uno de los modelos.

En consecuencia el criterio empírico para determinar la existencia de las expresiones de la emoción tienen al menos las siguientes aproximaciones : i) los circuitos neurales que pueden activar estados emocionales coherentes, interpretados como índices de afectividad; ii) el “despertar” artificial de esos sistemas puede ser suficiente para generar una aproximación condicionada, escape o acciones de elusión en no humanos y iii) los patrones de activación neuroquímicos, como los moduladores neuropéptidos de la dinámica global, dopamina, oxitocina, vasopresina, de esos sistemas pueden tener correlación con los tipos de cambios afectivos.

Seeking (Búsqueda) Panksepp (1998), lo ha denominado el sistema seeking / expectancy y lo reconoce como una acción hedónica funcional del cerebro. Este sistema emocional se constituye en una red neuronal que promueve cierta clase, especialmente, de habilidades

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de sobrevivencia, como la búsqueda del agua, comida, detección de predadores y de acuerdo con Panksepp (1998), la más reciente de las necesidades evolucionarias, el sexo. Berridge y Kringelbach (2008), asocian el seeking al concepto behaviorista de recompensa, en el sentido que su resultado está asociado a una reacción liking (de afición), dentro de una dimensión positiva en la categoría del proceso hedónico vital para la sobrevivencia, de manera que las respuestas pueden estar por ejemplo en el logro del alimento, una de las rutas universales para la satisfacción básica. La recompensa está concatenada al placer, como respuesta. Se ha sugerido (Cabanac 2005, Cabanac y Bonniot – Cabanac. 2007) que la significancia del placer está presente en los mamíferos, emoción que habrían heredado desde la evolución de los reptiles, triune brain, que incluso a mayor abundamiento, ha alcanzado el lugar que, la mayoría de los mamíferos podamos discriminar entre aquello que nos produce placer y aversión, en una dimensión hedónica de sensación de consciousness que ha generado las pautas de comportamiento.

se produce el estado de placer. También parte de la acción de la dopamina está en la generación de los procesos de aproximación, exploración e investigación promoviendo la búsqueda de recursos y la recompensa, a través de la generación de las expectativas relacionadas con las necesidades y deseos. Seeking provee una dimensión psicobiológica que permite al organismo manifestar y modelar una coherencia psicoconductual (Panksepp, 2005a).

Seeking responde no solamente a estímulos positivos, sino también se manifiesta en otros desafíos emocionales donde los no humanos buscan soluciones. Una de éstas formas es la sugerida por Koch, en la expresión de una emoción complementaria que el denomina vigilancia, que se constituye en el sistema en que los mamíferos analizamos la información que nos proveen nuestros sentidos y se procesa con las experiencias del aprendizaje, colaborando positivamente a una mejor decisión, principalmente acerca de cuestiones de sobrevivencia. En esta perspectiva se sugiere que la vigilancia depende de tres funciones : i) conocimiento que produce el balance entre la vigilancia con el acto de despertar y dormir; ii) motivacional que promueve a los no humanos a la búsqueda de oportunidades que le permitan su sustento y iii) saliente que atribuye el significado a los estímulos del entorno, alertando las funciones de vigilancia y búsqueda y posiblemente gatillando sistemas emocionales subordinados como el miedo y el apareamiento.

En todo evento la evidencia demuestra que todos los cerebros mamíferos contienen un sistema de propósitos generales que activa el seeking y permite el involucramiento con el entorno, especialmente en la búsqueda de los recursos de sobrevivencia. Existe una tendencia a actuar “enérgicamente” en el seeking lo que favorece la integración de la información con los eventos del entorno, un escenario en que se genera una base de datos, para la construcción de los mapas cognitivos que serán el sustrato de futuros comportamientos.

La vigilancia, según el investigador, se origina en la acción de la norepinefrina y la dopamina, que son los conductores, mientras que la serotonina cumple la función de modular a estos neurotransmisores cuya función se presenta en varias estructuras cerebrales, principalmente en el núcleo supraquiasmático, delgada región del cerebro responsable de controlar los ritmos circadianos y el ciclo del sueño.

El seeking es patrimonio del corredor lateral del hipotálamo, parte del cerebro anterior, un prominente trecho de fibras nerviosas, ascendentes y descendentes incorporadas a las redes mesolímbicas y mesocorticales de dopamina (Panksepp, 1998, 2003a, 2005a, 2005b, 2008b). Este autor igualmente reconoce la importancia de la dopamina en su generación (v. tabla), especialmente en el proceso de aprendizaje del entorno, la que en su planteamiento, produce un set up para el desarrollo del involucramiento con el medio. Sugiere que cuando los no humanos se encuentran en el estado que él denomina appetitive, anticipando la recompensa como comida o sexo, los niveles de dopamina se incrementan significativamente. Cuando se transcurre al estado consumatory, los niveles de dopamina comienzan a decrecer, situación en la que

En el trabajo con mamíferos sociales, pareciera que el seeking se manifestara como la solución a obtener respuestas por la conocida vía de la recompensa. Sin embargo es preciso concordar que esta emoción manifiesta probablemente una de las más básicas expresiones y es el sustrato de la sobrevivencia. El behaviorismo abiertamente sobreexplota la acción – recompensa como principio del trabajo con no humanos y la contrasta con la teoría del refuerzo y 33

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sobre esta débil estructura construye su proceso de aprendizaje mecanicista. Mutatis mutandis, para el método cognitivo emocional el manejo del seeking es entendido como parte de un proceso y no como el proceso, como lo interpreta el behaviorismo. Su utilidad en nuestra nuestra percepción se concentra en que se manifiesta como un excelente medio para crear una conducta y no para fijar la conducta, como lo hace el behaviorismo. A partir de la creación de la conducta, el método cognitivo emocional inicia el desarrollo desarrollo hacia la cognición, la empatía y la emoción como las herramientas de educación. El behaviorismo no tiene más opciones que el clicker como un fijador de la conducta.

mamíferos (Öhman, 2008). Nuestro proceso evolucionario es una respuesta al temor, la ansiedad y las fobias que los mamíferos hemos exhibido y aprendido y que nos han permitido prever las múltiples situaciones de amenaza a nuestra sobrevivencia, como resultado de la creación y evolución de sistemas de defensa. El temor y la ansiedad están obviamente traslapados, ambos envuelven intensos sentimientos negativos y fuertes manifestaciones corporales. El temor promueve una urgente necesidad de defensa, primariamente por escapar de la situación. En este sentido las representaciones más expresivas en mamíferos se relacionan con la búsqueda de refugio. Cuando el estímulo se encuentra a una distancia que lo permite se favorece el escape. La inevitabilidad de escapar del estímulo, produce la más frecuente de las reacciones en no humanos, el freezing, aprovechado exitosamente por los predadores.

Dentro de los mamíferos sociales se ha caracterizado especialmente la acción de la familia Canidae como una con las mayores y mejores expresiones del seeking. Como ha sido discutido especialmente en la cognición, su manifestación se comprueba en la creación de un sistema de vida en el que se hace de manifiesto su enorme relación con el entorno, reconociéndolo detalladamente, en sus orientaciones de búsqueda, caza, mantenimiento de su grupo social, entre los más destacables. Para quienes investigamos sobre conducta de mamíferos, representa un área de inmenso valor para desarrollar programas de educación cuya manifestación no sea alterar esta maravillosa emoción.

La ansiedad ha sido definida como una inefable y desagradable sensación de presentimiento y denota una aprehensiva anticipación de un peligro futuro (Öhman, 2008), acompañado por el sentimiento de profunda tristeza o incluso presentar síntomas somáticos incluyendo formas físicas como temblor, transpiración, taquicardia, problemas gastrointestinales entre otros. En un sentido, la ansiedad se manifiesta como un pre estímulo, es un miedo no resuelto donde la naturaleza de la amenaza permanece oscura, limitando las acciones defensivas. El temor se manifiesta en la forma de un post estímulo. En éste existe una percepción de peligro situada en el espacio y tiempo que debe ser enfrentado.

En el trabajo de campo, esta emoción es precursora, especialmente en las áreas de investigación en olfato y forense. Fear (Temor) El segundo sistema largamente estudiado, principalmente por Panksepp (1998, 2005a, 2006) corresponde al modelo temor / ansiedad, una emoción funcional producto de un profundo origen evolucionario y estrechamente relacionado con la sobrevivencia.

El miedo puede ser enfocado en fuentes externas y la ansiedad puede ser no enfocada, manifestándose en la forma de ataques de pánico episódicos o como síntomas somáticos. Temor y ansiedad son sin duda estados emocionales, que evocan un contexto en particular.

Para los mamíferos, permanecer vivo es un prerrequisito para los objetivos básicos de la evolución, que entre otras ventajas les permite transmitir genes a las generaciones posteriores. Los organismos más primitivos han desarrollado respuestas defensivas para desafiar el entorno, predadores o conespecíficos agresivos, de manera que, visto desde un punto de vista evolutivo el temor ha sido un elemento central para la evolución de los

Otros estados que se producen pueden estar asociados a diversos eventos del entorno, muchos de los cuales los mamíferos aprendemos y otros nos producen miedos intrínsecos. Algunos mamíferos, incluyendo los humanos, sienten temor a la oscuridad, mientras que otros tienen temor de los espacios iluminados, como ocurre con aquellos que deben mantenerse ocultos de los predadores. 34

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El sistema temor / ansiedad posee una estructura neuronal muy similar a lo largo de todas las especies de mamíferos, en un recorrido que se inicia en las regiones centrales de la amígdala (v. tabla) hacia el periaqueductual grey, esta última envuelta en la recepción de la estimulación del miedo, generando formas puras de ansiedad a través de varios tipos de aprendizaje, desde la simple asociación, como respuestas a estímulos no condicionados a lo estrictamente conceptual y a las señales condicionadas del peligro, memorias e imágenes (Panksepp, 2006; Baars y Gage, 2010). Los circuitos del temor se manifiestan cercanos a los que producen la ira, produciendo el balance entre las reacciones fight and flight (Panksepp, 1998).

entre sus cuartos traseros, orinarse e incluso presentar actitudes de freezing, shock y taquicardia. taquicardia La próxima vez que alguno de los “wonder trainers” que sobrehabitan en nuestros espacios urbanos, se aproxime a su compañero, analice las reacciones que presenta, especialmente cuando se siente capturado, en el hecho de ponerle la correa. Una de las situaciones más frecuentes en el trabajo con perros constituyen las manifestaciones de temor y ansiedad que han adquirido luego de haber transcurrido por diversos entornos generadores de estas patologías. Además de los temores innatos que son transmitidos genéticamente a los cachorros, se manifiestan otros que son adquiridos tempranamente. Los casos más destacables están asociados a la relación dentro de la camada, donde aparecen los sindromes de dominancia y se generan las primeras relaciones intraespecíficas. Frente al entorno, cuando el cachorro se asocia con la presencia de humanos en el criadero lugar en que se crean los primeros grandes problemas, particularmente cuando el trato de los humanos, bastante frecuente por cierto, no se corresponde con el que se debe tener con un mamífero que está comenzando a entender el medio en el que ha sido introducido. La tradicional costumbre humana de sentirse superior superior a los otros mamíferos sociales y la generalizada ignorancia de quienes trabajan con perros, genera sindromes y problemas conductuales, difíciles de tratar posteriormente. posteriormente.

Desde la perspectiva de la neurociencia, el temor / ansiedad se produce a través de dos mecanismos, el primero por las denominadas high roads, donde los inputs son mayormente cognitivo – perceptual y las low roads, que representa los inputs sensoriales más primitivos (Panksepp, 1998, 2006; LeDoux, 2003). Algunos investigadores (Panksepp, 1998, 2006), sugieren la existencia del royal road, el sistema evolucionado del temor que gobierna las acciones instintivas de acción, tendientes a evitar el peligro. A este respecto, Panksepp (2010a), sugiere que la mayoría de nuestros temores son aprendidos, aún cuando su manifestación puede ser diferente a través de las especies. Por ejemplo, el dolor o su eventual percepción, es un efectivo instigador de temor en parte de los mamíferos. Otra manifestación bastante usual es el temor que produce la percepción del olor del predador en las especies que captura, esta es una señal aferente que penetra en la amígdala a través del cortex olfatorio, sin que sea procesada por el tálamo, proveyendo una información que evoca memorias emocionales (Baars y Gage, 2010). Este constituye otro tipo de respuesta al temor, el innato, que ha sido generado en el cerebro durante el proceso evolucionario responsable de las respuestas de sobrevivencia, cuya consecuencia es la habilidad de producir reacciones no condicionadas. El ejemplo clásico es la reacción de las ratas que se tornan espontáneamente temerosas al ser expuestas al olor del gato.

Una respetable cantidad de perros adquieren sindromes conductuales en el proceso de su vida temprana, los cachorros comienzan a ser bombardeados por más estímulos que los que sus órganos son capaces de desarrollar. Los ojos de un cachorro se abren entre los 10 y 16 días desde su nacimiento, en un comienzo su visión es sumamente pobre. Sus oídos comienzan a tener respuestas auditivas alrededor de los 18 días (Houpt, 2011). Si se considera que, por razones exclusivamente comerciales, los criadores entregan los cachorros a sus compradores en un plazo no mayor de 60 días, ellos tienen un plazo no mayor de 45 días para enrolarse en el entorno del canil, período en el cual debe estar atento a una enorme cantidad de estímulos inter e intraespecíficos. Un período crítico en el que la generación de temores y ansiedades es bastante prolífico.

Existe abundante evidencia empírica que revela que los perros al percibir el olor de los “adiestradores predadores”, manifiestan formas físicas de temor bastante expresivas, como el temblor de sus extremidades, esconder la cola 35

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Un siguiente período crítico en la formación del temor y la ansiedad, lo constituye en el denominado período de socialización, el cual usualmente ocurre entre la semana 4 y 14 (Houpt, 2011), es la fase en que los cachorros comienzan a comprender su entorno, en la anterior están captando los estímulos del medio. Es el período del imprinting, cuando comienzan a madurar las estructuras nerviosas que controlan el miedo frente a las situaciones nuevas. Con las urgentes tendencias comerciales en cuanto a entregar rápidamente el producto al mercado, el cachorro compartirá este tiempo con su camada y luego con el nuevo lugar que se le asigne para vivir, sea en un “acuario” de tienda de retail, en la jaula de un pet shop, en la propiedad de sus nuevos dueños, que puede ser una casa, un departamento o una parcela, en fin una serie de entornos que por sus características están en condiciones de entregar nuevos estímulos generadores de temor a los infantes. En la práctica de Semper Fides, es extraordinariamente frecuente encontrar cachorros “de criadero”, “inscritos”, “hijo de campeones”, “padres a la vista”, palabras aparentemente mágicas que en realidad no expresan más allá de un valor relativo, con serias afecciones de temor contraídas en su proceso inicial.

período de dentición se come las plantas y mordisquea todo lo que esté a su paso y que por tanto hay que confinarlo aún más, esperando que para socializar con él o darle permisos provisorios para que ingrese a la casa, debe mejorar su conducta. Es un fatal círculo vicioso debido a que si no hay trabajo de educación entonces cómo se espera que mejore su conducta? Este es el trato que no recibirían los hijos de la casa que comparten estructuras cerebrales semejantes con la “mascota”, término que a pesar de tener aplicación gramatical, manifiesta un enorme sentido despectivo, diferenciando a los humanos de los otros animales y especialmente de los mamíferos con los que compartimos estructuras genéticas y cerebrales semejantes y que además somos poseedores de características cognitivas, empáticas y emocionales similares. Podrá imaginarse un humano con su inventada superioridad sobre los no humanos, cómo podría sobrevivir en un ambiente de esta naturaleza, sin incoar serios problemas conductuales, incluyendo el temor incluso como manifestación de conducta y ansiedad frente a estos estímulos. Pero la desgracia no termina ahí, es este el período en que la familia decide que ha llegado el momento de contratar a un “adiestrador”. Como todos sabemos y en nuestras páginas hemos intentando desarrollar una taxonomía, “adiestradores”, existen de variada natura. Así en el horizonte aparecen los “chasquillas”, aquellos que “le ven al perrito” y que están dispuestos a analizar los “porqueses” de su comportamiento; también podrá encontrar los “adiestradores predadores”, los que normalmente trabajan con el collar de ahorque y la correa, esta última la herramienta que consideran más eficaz para utilizar el torque de sus brazos a la fuerza, para destruir las cervicales del cachorro, porque consideran que el uso de la fuerza es la única forma de enseñar. Es frecuente escuchar a este tipo de sujetos decir que al cachorro hay que humillarlo. También podrá optar por un “wonder trainer”, aquel que “se las sabe todas”, que después de treinta años de tironear perros ya nada le queda por aprender. Se supone que está al día en todo, a pesar que en su vida han leído un libro o una publicación científica. Usualmente sacan a relucir miles de certificados de cursos, que si las personas que los van a contratar participaran de ellos, se darían cuenta de lo que se “aprende” en ellos.

El período juvenil, que corresponde al que comprende entre los 4 y 6 meses, otros estímulos igualmente graves pueden aparecer en el horizonte del cachorro. Una vez en el hogar que lo acoge, donde normalmente se encuentra con miles de negaciones, como entrar a la casa, estar cerca del auto, subirse al sofá, acercarse a las personas, estar cerca de la puerta, aproximarse a los niños, socializar con otros perros, porque, “se aconseja” que el cachorro no se debe sacarlo a la calle hasta los cuatro meses, situación que se puede prever teniéndolo en relación con otros perros, con sus vacunas, en lugares seguros. Que la abuela le tiene miedo, que el niño llora cuando lo ve, que la empleada doméstica le da con la escoba porque quiere jugar con ella. Que la comida se la tiran al plato porque como salta, expresando su felicidad, le mancha la ropa y que por tanto mejor le dejan la comida en el patio y que coma cuando quiera. Que la conducta higiénica es imposible, porque hace sus necesidades en todas partes, sin que obviamente nadie le enseñe dónde hacerlo. Que durante el 36

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Otra de las formas frecuentes de generar temor y enorme ansiedad en los perros, lo constituye el arquetipo de preparación para actividades deportivas. Para quienes no están involucrados en las actividades con perros, valga mencionar que existe un deporte llamado schutzhund, en el cual el perro debe estar habilitado para sortear tres tipos de pruebas, una llamada obediencia que consiste en lograr realizar varias actividades en pista, caminar junto a su dupla, saltar unas vallas y recoger un testimonio, entre otras; luego el trabajo de defensa en la cual el perro debe enfrentar a un tipo con una manga de yute que lo incentiva , además con un bastón con un explosivo en su extremo para que el perro “ataque” la manga, considerándola como un símil de una presa. En el proceso de “adiestramiento” para “a veces conseguir que el perro muerda la manga”, se le suele someter al infortunado mamífero a pruebas de enorme sometimiento no sólo al dolor sino también al temor. Muchos perros, no tienen la actitud de ferocidad que los “adiestradores predadores” pretenden imponerles, luego como están cobrando para obtener resultados, utilizan técnicas como encerrar al perro en un lugar donde no pueda ejercer la conducta de escape. Consiste básicamente en “acorralarlo” y poner frente a él al personaje de la manga, el cual para “incentivarlo”, además lo golpeará brutalmente.

las arrogancias), que poseen los personajes humanos en comento. De cualquier manera estas situaciones no son comparables con dos adicionales y de tremenda brutalidad. La conocida oferta de “rechazo de alimentos”. Esta práctica es bastante simple, desde el punto de vista del “adiestrador predador”, consiste en someter al perro a un espacio reservado. Dentro de ese espacio se ubica algo sabroso para comer, cuando el perro, obviamente atraído por el olor del alimento intenta comerlo, es golpeado severamente a objeto que entienda que es un fruto prohibido, este proceso es practicado en varias oportunidades hasta que el cachorro es sometido a un temor profundo, movido por el dolor que le provoca la extrema punición. El perro no rechaza el alimento, miles de años de evolución le indican que un alimento jamás debe ser rechazado, lo que hace es evitar el dolor del golpe. golpe Incluso muchos perros con un físico resistente y/o carácter fuerte, los denominados por estos sui generis personajes del adiestramiento, “perros duros”, suelen resistir la golpiza e igualmente hacerse del alimento. Ese tipo de “educación”, fuera de ser estúpida, ignorante y brutal intenta inhibir por la vía de la fuerza una cuestión ligada al triune brain, algo que los “adiestradores predadores” desconocen. La segunda situación merece capítulo aparte, especialmente porque es practicada por personas que se supone que tienen un nivel de educación muy superior a la media de los “adiestradores profesionales” que saturan nuestros espacios urbanos. Se refiere a aquellos cuya especialidad es la modificación de conducta. Algunos de ellos han obtenido títulos profesionales aunque no necesariamente relacionados con el área que “ejercen” y otros tienen la osadía de realizar programas de televisión, incluso para organizaciones de trascendencia mundial. Apologizando a Diderot en aquello que no hay nada más insolente y arrogante que la ignorancia, proponen en sus servicios la modificación de conducta. Su técnica es muy simple, cambiar un temor por otro, a través normalmente del uso de la violencia. Los casos más representativos y que tienen la ingenuidad de presentar como logros, lo constituyen aquellos en que el cachorro manifiesta estados de agresividad. Lo inteligente en estos casos, es analizar cuáles son las causas que generan tal tipo de comportamiento y desde tal perspectiva iniciar una terapia que

La situación a la que se enfrenta el perro es realmente dramática, al ser sometido a un proceso de tortura física y mental con el sólo propósito que satisfaga las expectativas de quien lo está sometiendo. Lo usual es que el perro al no tener vías de escape, no logre controlar su emoción y termine, por no tener otra opción, mordiendo la estúpida manga, lo cual produce la satisfacción del adiestrador predador, aún cuando su logro sea extraordinariamente pírrico y su principal resultado haya sido generar en el perro un temor enorme, probablemente irrecuperable, además de su destrucción emocional. Otra opción es realizar el mismo procedimiento pero sobre una mesa, sabido que los perros pierden parte importante de su seguridad al ser localizados en lugares altos. No sólo el ejemplar sufre un enorme deterioro sicológico al ser sometido a estas torturas, sus temores, inhibiciones y ansiedades se multiplican y su vida se convierte en un desastre. La única razón, la enorme ignorancia (madre de todas

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conduzca a un cambio de conducta. Lo que muestran con natural ignorancia es la de someter por cualquier vía que les sea útil al perro. Así se puede observar cómo intentan someterlo a través de la fuerza, los golpes, el encierro y otras formas incalificables. A veces pueden conseguir “un” objetivo, pero siempre agregarán nuevos temores y diversas manifestaciones de ansiedad al perro.

El escenario descrito hasta ahora lamentablemente no es un historieta, nada se ha inventado, la praxis de los “adiestradores”, suele ser un elemento constitutivo de una serie de síndromes, algunas veces muy difícil de solucionar y que se analizan con más detalle en nuestro capítulo de modificación de conducta. No es de sorprenderse que ya en la etapa juvenil y con mucha mayor fuerza en la etapa adulta, nuestros compañeros tengan su mochila cargada de temores, ansiedades, neurosis, estados depresivos, formas agresivas, actitudes frecuentes y a veces permanentes de pánico, que el medio al que lo sometemos les provoca. Como se analizará más adelante, una parte importante de las relaciones del perro con su entorno lo hace a través del juego, especialmente en la relación intraespecífica e interespecífica, es un ser social que no merece el trato que tenemos entre humanos.

Otras formas son los ansiolíticos y las terapias alternativas, naturalmente entendiendo que ambas pueden ser efectivas si en realidad el problema conductual de fondo es analizado en su dimensión. Mantener al cachorro “adormilado” permanentemente sin una terapia adecuada es sólo dar una solución que tranquiliza al propietario, porque se encontrará con un ejemplar cuyo comportamiento está “controlado”, pero que probablemente nunca va a salir de ese estado. Nada de fondo va a cambiar, al igual que los humanos que pasan su vida tomando drogas para estar calmados, pero no atacan el problema de base, donde probablemente encuentren la solución a su alteración emocional.

Rage (Ira) Panksepp y Zellner (2004) caracterizan a esta emoción como una vigorosa respuesta corporal que se produce cuando el organismo es frustrado, amenazado o de alguna manera irritado. La presión arterial sube, los músculos se energizan, se produce piloerección, la atención se enfoca y un sentimiento especial se levanta. Es un proceso cualitativo, pero en forma semejante a las otras emociones, organiza y regula los procesos fisiológicos y psicológicos relacionados con la autodefensa y los sistemas sociales e interpersonales (Lemerise y Dodge, 2008). De naturaleza arraigada profundamente en mamíferos sociales cuya aparición es muy temprana, en humanos su expresión se manifiesta alrededor de los cuatro meses y sus expresiones, como figura social, no más allá de los siete meses.

Sin apartarse de lo anterior, las características comunes a esta bizarra taxonomía de adiestradores son : i) jamás trabajar en el “adiestramiento” del cachorro enfrente de sus amos, se escandalizarían al ver las “técnicas” de enseñanza; ii) trabajar a volumen, nada de un perro a la vez. Subir los que quepan en la “comfortable cage” que hacen en sus camionetas y llevarlos al parque o al cerro, lugar donde pueden ocurrir las cosas más sorprendentes, pero que los dueños nunca sabrán. Eso sí, llegarán cansados a casa por qué “trabajaron” mucho con ellos. Nadie sabrá lo que fueron golpeados, tironeados, las peleas que tuvieron con otros perros, el tiempo de permanencia en la camioneta expuestos al sol y al encierro. No tendrán conocimiento de la carencia de conocimientos acerca del trabajo con perros, de su ignorancia al menos de los principios básicos de etología. Lamentablemente, los barrios de las ciudades están llenos de estos personajes, que se ofrecen casa por casa, para “adiestrarle al perrito”. Verdaderamente es difícil comprender cómo personas con niveles de educación superior, pueden confiar en que los individuos en comento puedan hacer algo positivo por su compañero. Una importante cantidad de cachorros que fallecen en el “proceso de adiestramiento” producto del shock térmico.

Especialmente importante es el estudio en mamíferos sociales y en el trabajo con perros, debido particularmente en relación a su motivación para la defensa, expresadas básicamente en dos formas de respuesta general, los instinctual displays (Panksepp y Zellner, 2004), caracterizados por expresiones como silbidos, manifestaciones posturales, exposición de los dientes y garras, en un nivel de respuesta mayor el forcejeo, la mordida y la expresión de conductas predatorias. La segunda forma derechamente llamada conducta agresiva, constituida por un comportamiento que está dirigido a causar o provocar daño, deterioro o destrucción de otro organismo (Moyer, 1968; Panksepp, 2004; 38

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Siegel, 2005; Panksepp, 2006). Una definición que pareciera incluir una amplia variedad de condiciones en las que se puede considerar la amenaza y la hostilidad. En no humanos las expresiones se pueden extender a la amenaza, dominancia y otras que son consideradas bajo la rúbrica de hostilidad.

La frecuencia de agresión que existe entre dos machos tiene más preponderancia que aquella que ocurre entre un macho y una hembra o entre dos hembras. La agresión entre machos comparte ciertas similitudes con la reacción que produce la situación residente – intruso.

La agresión no es un fenómeno unitario pero puede reflejar varios procesos capturados en la forma de comportamiento agresivo, el pionero trabajo de Moyer (1968; Siegel, 2005 ; Ramírez y Andreu, 2003), estableció una taxonomía de formas de agresión, que se señalan someramente a continuación :

Como todo proceso conductual, existe un componente genético, neurológico y de entorno. Una de las formas que más incide el entorno en este tipo de comportamiento, está relacionado con los perros cuya capacidad de interactuar es privada por sus propietarios. En este sentido, un perro confinado a un espacio limitado, sin interacción continua con su grupo social, sin la socialización con sus congéneres, en forma óptima desde cachorros, generan conductas, especialmente la descrita cuyas formas y tratamiento se discuten en el capítulo de modificación de conducta.

Agresión inducida por el miedo En esta forma el no humano es colocado en una posición donde su opción preferente es escapar, como respuesta a diversas formas de agresión, como el confinamiento o por la presencia de una amenaza en el entorno. Si el escape es negado no se le da más opción que atacar, una respuesta que no es común en mamíferos sociales en los que siempre la primera opción es escapar. Un ejemplo de este escenario fue señalado antes en la descripción de la “introducción al trabajo de manga” al que son sometidos los perros en el deporte de Schutzhund. Una práctica común de los “adiestradores predadores” y puesta en escena por los “wonder trainers”, en la que lamentablemente demuestran por enésima vez, su extraordinaria ignorancia y falta absoluta de criterio y solidaridad. Si la estupidez fuera ilegal …

Agresión irritable Ocurre en respuesta a la amenaza, intimidación o a una condición del entorno que es molesta o irritante. La respuesta puede ser dirigida en una amplia variedad de sujetos y es generalmente no asociada con la conducta de escape. Una forma relacionada es la denominada defensa afectiva, que será revisada más adelante. Agresión relacionada con el sexo Una conducta más recurrente en animales humanos. Los componentes del comportamiento agresivo están a menudo asociados a actos sexuales. En estas instancias, los aspectos de agresividad sexual aparecen como componentes del mismo acto de conducta.

Agresión maternal Es una respuesta típica en la mayoría de los mamíferos que se presenta con sus mayores manifestaciones en la reacción de la madre cuando algún agente amenazante se aproxima a su camada, generando la reacción normalmente manifestada en el ataque en sus diversas formas.

Agresión predatoria Esta forma de agresión puede ser gatillada por elementos externos como la presencia de un objeto de caza dentro del campo visual del predador.

Agresión entre entre machos Agresión territorial La agresión en estas circunstancias se produce debido a la presencia de otro macho que gatilla una reacción agresiva. Esta relación está asociada normalmente con el mantenimiento de sus territorios y en el acceso a recursos, incluyendo alimentos, refugio y hembras (Gammie et al., 2003).

Esta forma de agresión se produce cuando el intruso ingresa en el área que el no humano ha determinado para sí como de su dominio. Corresponde al conocido modelo intruso – residente (Siegel, 2005). El entorno y el estímulo son importantes en este tipo 39

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de agresión. Otra actitud que debe ser tomada en cuenta es la pertenencia o no a la misma especie. De cualquier forma si el intruso se mueve a través de la demarcación de la periferia territorial, la probabilidad del ataque del residente disminuye. Cada tipo de intruso genera una diferente probabilidad de ataque relacionado también con el sexo del residente.

por Siegel (2005). Sus estudios se han concentrado principalmente en gatos, donde concluye que los grupos neuronales que median el defensive rage incluyen el hipotálamo medial y dorsolateral, el cual recibe el input del hipotálamo medial anterior. En el ataque predatorio el más importante grupo de células para la expresión de esta respuesta está situada en el hipotálamo perifornical, uno de los sitios donde la recompensa por autoestimulación es evocada (v. tabla).

Diversos investigadores han sugerido que además de la taxonomía descrita, otros modelos de agresión pueden ser sugeridos, como el modelo ofensivo – defensivo (Panksepp y Zellner, 2004). Siegel (2005), sugiere que dos otros modelos deben ser considerados, la defensa afectiva y el ataque predatorio. La primera se identifica con la respuesta a una amenaza real o percibida, cuya respuesta está acompañada por expresiones simpatizantes y por marcados incrementos de los latidos del corazón y alza de la presión arterial. Las formas físicas más notables son las de piloerección, vocalizaciones, descenso de los cuartos traseros y retracción de las orejas (Siegel 2005; Panksepp y Zellner, 2004). Esta es una respuesta bastante común en perros cuando enfrentan a los “adiestradores predadores”, en un rasgo que fácilmente debiera alertar a los dueños acerca del trato que reciben off the record, es decir cuando salen de la propiedad a “trabajar”. También se visualiza en los encuentros con congéneres, especialmente cuando al menos uno de ellos manifiesta dominancia e incluso síndromes agresivos.

En relación a los neuroquímicos, el corazón del rage pareciera ser glutamatergénico y colinérgico, a medida que el comportamiento se va tornando más defensivo. Los mayores inputs del sistema emergen desde varios sistemas opioides del cerebro, GABA (ácido gamma aminobutírico) y serotonina, la dopamina y la norepinefrina, las que reflejan profundamente los efectos generalizados del cerebro. Siegel (2005), manifiesta que tienen un rol importante la acetilcolina y la serotonina. Entre los neuropéptidos, la sustancia P, perteneciente a la familia de las taquininas, incluyendo a la neuroquinina A y B. La sustancia P se encuentra en diferentes regiones del cerebro como el hipotálamo, la amígdala, el ganglio basal y el cortex cerebral. Existen varias razones para relacionar a esta sustancia con el rage, su presencia en las regiones del cerebro asociadas con el rage y la agresión, como la amígdala y el hipotálamo y su rol excitatorio de las neuronas (Siegel, 2005). Sex drive (Lust) (Líbido)

El ataque predatorio es común a una amplia gama de especies, en que el principal objetivo es el de procurar el alimento del agresor. Panksepp y Zellner (2004), han propuesto los modelos predatorio / asertivo, y el ataque afectivo. En el primero la agresión es movilizada cuando ellos necesitan algo y su actividad energizante es reclutada por su cerebro para satisfacer esos deseos o necesidades. El segundo es movilizado cuando un organismo es frustrado, amenazado o irritado, preparándolo para una reacción que sea remover el obstáculo o para someter el atacante. El ataque afectivo envuelve un componente emocional de causar daño, así como una estrategia para remover el obstáculo y / o causar dolor o miedo en un organismo. El sistema neurológico involucrado en la agresión y particularmente en las formas defensivas y en el ataque predatorio, ha sido analizado principalmente

Las orientaciones sexuales están claramente construidas en el cerebro de todos los mamíferos, en al menos tres sistemas interrelacionados, cada uno asociado a una constelación neural : i) la líbido, líbido caracterizada por el deseo de la gratificación sexual y asociado primariamente con los estrógenos y andrógenos, responsables de la motivación de búsqueda de unión sexual con un conespecífico; ii) la atracción, atracción una emoción discreta que favorece la capacidad de los individuos a enfocar sus esfuerzos de relación sexual con los congéneres escogidos. Representada en un aumento de la energía y en enfocar la atención en una o más hembras (o machos). Asociada con las catecolaminas que facilitan la búsqueda de pareja, permitiendo a los individuos a enfocar sus esfuerzos de apareamiento con conespecíficos preferidos; iii) el attachment, una 40

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emoción asociada a la conducta consumatoria. Se manifiesta en la forma de un cercano contacto social, la construcción de la madriguera, compartir las tareas y otras conductas filiales propias de los mamíferos. También se asocia a la defensa territorial (Fisher, 1998). Su importancia en el trabajo con mamíferos sociales, se manifiesta en la capacidad que poseen de reconocer a los sujetos a los cuales se sienten ligados, prefiriendo su compañía, manteniendo su proximidad, incluso en el contacto corporal, exhibiendo patrones específicos de especie caracterizados por tocar o ser tocado, las manifestaciones de ansiedad por separación y los intentos por restablecer el contacto cuando son separados. Estos elementos, manifestados en una relación interespecífica, de forma regulada, son base esencial para el desarrollo de un trabajo exitoso, aunque suene a majadería, sin el deseo de permanecer y compartir juntos, no existen existen las bases para el desarrollo de un trabajo armónico, otra de las grandes carencias del behaviorismo. behaviorismo

la oxitocina, preferentemente en hembras y a la vasopresina, hormonas primarias responsables de las relaciones monogámicas (v. tabla). Care / Nurturance (Cuidado maternal) Esta emoción primaria es considerada una de las experiencias más sorprendentes del proceso evolutivo y básicas para el sostenimiento de la especie como lo expresa McLean (1990) en su Panksepp conceptualización del triune brain. (1998), sugiere que efectivamente el principio de esta emoción se encuentra en los neuroquímicos que controlan la postura de huevos en reptiles, en que la oxitocina y la vasopresina, son los controladores de la urgencia sexual (v.tabla). Desarrolla el modelo que denomina Care / Nurturance y que obedece a la naturaleza del cuidado y alimentación que la hembra provee a sus cachorros y la caracteriza como la expresión gentil del mimo, la protección y una actitud relajada del cuerpo (Panksepp, 2005b). El instinto maternal, muy rico en todas las especies de mamíferos, permite a los jóvenes organismos a prosperar. En mamíferos éste está caracterizado por la acción de la vasopresina, la oxitocina, la que según Panksepp (1998), tendría un efecto semejante en la formación del care y del nurturance y la vasopresina, neuroquímicos que poseen una extraordinaria relación.

En hembras, se considera que el comportamiento sexual se manifiesta de tres formas: i) la atracción, que se refiere a la provocación del deseo sexual, expresada frecuentemente por el macho cuando la hembra secreta altos niveles de estrógenos; ii) la proceptivity que se refiere a las reacciones sexuales de las hembras hacia los machos, también asociado a altos niveles de estrógenos y iii) receptividad, que se relaciona con los actos consumatorios en ambos sexos. El sex drive o líbido, es una respuesta a una urgente consumación sexual, como parte de un fenómeno multidimensional en el que todos los mamíferos estamos envueltos. Es parte de un complejo grupo de estructuras reguladas en gran parte por el área preóptica – región septal - del hipotálamo anterior, el cual es una fuente de la hormona gonadotrofina (v.tabla), la que en una compleja cadena en la que participan otras hormonas, tiene como resultado estimular la producción de los esteroides sexuales, incluyendo la testosterona. El sistema termina en el PAG en el cual presumiblemente se generan las sensaciones de placer (Fisher, 1998; Solms y Turnbull, 2002).

Especialmente la oxitocina, actúa como la reguladora del apareamiento y luego aumenta considerablemente en varias áreas del cerebro, producto de la mayor actividad de las neuronas del hipotálamo (v. tabla). Durante los últimos días de la preñez y los primeros de la lactancia se producen notables incrementos en los receptores de oxitocina en varias áreas del cerebro, así como se incrementa el número de neuronas hipotalámicas que comienzan a fabricar el neuropéptido, permitiendo sincronizar sus mensajes en forma precisa (Panksepp, 1998). La sinapsis oxitocinérgica que termina en las células de dopamina promueve el comportamiento maternal. La oxitocina actúa, como se ha mencionado en la empatía, en la reducción de las formas de agresión y aparentemente en la regulación del sistema emocional en machos.

Una serie de neuropéptidos se encuentra involucrado en general en esta emoción. Los más relevantes, como se ha indicado antes, se refieren a

Como se ha mencionado ut supra, en el trabajo con mamíferos esta emoción incluye el traspaso de información en la relación madre – hijo, que conduce 41

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la conducta futura del infante. Los altos niveles de oxitocina que traspasa a través de la lactancia, son generadores de actitudes conductuales que dicen relación con el comportamiento armónico, la inhibición de actitudes agresivas, la adaptación al medio entre algunas destacables. La oxitocina, como fue mencionado, tiene relación con la empatía y sus formas de comportamiento.

especialmente de la madre y el hijo, a reunirse cuando se ha forzado una separación, acciones que compartimos humanos y no humanos. Las implicaciones clínicas en no humanos se presentan, por ejemplo, en la actitud de dolor físico que manifiestan cuando son dejados sin compañía, hecho que afecta los sistemas regulatorios, produciendo incluso depresión y a veces la muerte, hecho testigo del poder del afecto en no humanos. humanos Área de investigación sobre la que se presenta un análisis más amplio en el capítulo de modificación de conducta. Las señales que usualmente exponen los mamíferos al ser separados de sus padres, sean humanos o no humanos, se presentan frecuentemente en la forma de ansiedad por separación, una forma intensa de manifestar sus necesidades sociales, la que desarrolla respuestas variadas, físicas y emocionales, en su forma y fondo.

La madre a través de este sistema descrito por Panksepp (1998), transmite información vital para el desarrollo de la cría, en un período crítico en el que la participación antrópica debe ser cuidadosamente realizada. En el caso de los perros es el período del criadero. Panic (Pánico y ansiedad de pérdida social) Caracterizado

por

un

sistema

denominado

panic/separation/distress (Panksepp, 1998, 2005a).

Existe evidencia que demuestra que las relaciones evolucionarias entre lo que representa el dolor físico y social proviene del hecho que una localizada estimulación eléctrica de las áreas subcorticales tiene implicaciones en la regulación que el dolor manifiesta en los gritos y otras respuestas son reguladas por opioides endógenos. Todos los mamíferos tenemos experiencias emocionales similares, por ejemplo la pérdida social tiene una gran incidencia en la depresión. Estos elementos están en condiciones de expresar la presencia de un sistema emocional que Panksepp (2005a), denomina la función cerebral de los mamíferos, que se manifiesta en el hecho que, sentimos el poder de nuestras necesidades sociales intensamente.

Su análisis se ve reflejado en el hecho que todos los jóvenes mamíferos muestran poderosas respuestas emocionales, usualmente en la forma de vocalizaciones e incluso gritos y llantos, cuando son separados de sus progenitores, como expresión de un sentimiento de soledad y distress, que probablemente desarrollan semejantes códigos ancestrales que además construyen en los adultos las expresiones de aflicción y tristeza. Las actitudes en los infantes humanos y no humanos se manifiestan a través de actitudes que convergen en la desesperación si el encuentro no se hace posible (Panksepp, 2003b, 2005b. Los sistemas neurales que elaboran los attachments sociales tienen relaciones con aquellos que median las cualidades afectivas del dolor físico, incluyendo la modulación de otros químicos como los opioides endógenos (Panksepp, 2005a). En esta vía se manifiestan otros químicos que reprimen la separación como la oxitocina, un regulador de la dinámica social y la prolactina y otros que la intensifican como la corticotrofina y el glutamato (v. tabla). Estos químicos son fundamentales en la génesis de los attachments sociales y en la regulación de las respuestas depresivas. Ayudan a crear los espacios intersubjetivos con otros que permiten a los no humanos a aprender acerca de las vías emocionales (Panksepp, 2003b, 2005a). Convergen hacia la aceptación de una función cerebral de los mamíferos que se demuestra en hechos como la persistente aspiración,

Play (Juego) La mayoría de los investigadores concuerdan que esta emoción constituye una de las expresiones de conducta más importante. Es una característica común la mayoría de los mamíferos jóvenes, quienes manifiestan grandes deseos de involucrarse en el juego, actividad que les permite navegar en busca de relaciones sociales en caminos alegres. No es, siguiendo a Panksepp (1998), una oportunidad perdida de la evolución sino que pertenece a la acción instintiva del cerebro de los mamíferos. Es un poderoso incentivo, a veces adictivo en humanos, que posee muchos atributos que se identifican con conductas que demuestran estados emocionales. Es sin duda la oportunidad para 42

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la expresión de ciertas conductas. En el caso de los mamíferos sociales es especialmente importante en la determinación del grado de cooperación y comunicación.

tienen un lenguaje corporal, facial, de expresión a través de sonidos, gruñidos y otras expresiones que es imprescindible que el infante las aprenda. Existe abundante evidencia que demuestra además que los no humanos se comunican por medio de un lenguaje musical (Panksepp, 2008a), caracterizado por “sonidos afectivos” que se manifiestan de forma más sutil de lo que que los humanos nos imaginábamos. Es una comunicación emocional semejante a la que produce la música en humanos. humanos

Frecuentemente involucra, particularmente en cánidos, comportamientos de gruñidos y simulación de mordidas en una forma de enmascarar ciertas normas conductuales como la agresión, la dominancia, a veces al límite de la agresión, una expresión que refleja la epigenética de varios sistemas emocionales que pueden ser concatenados con otras actitudes. Por ejemplo, los celos pueden provenir de otros sentimientos como la ira, distress o el deseo sexual. También en el juego se expresa el cuidado maternal y las manifestaciones sexuales (Allen y Bekoff, 1997). El principal juego ocurre cuando los no humanos se involucran en actividades de cercanía física mostrando alegría.

La parte más primitiva del cerebro genera varios procesos de emociones incluyendo el juego físico. En el cerebro existen componentes primitivos y modernos, los primeros contienen herramientas que todos los seres requieren para vivir, las emociones provienen de estas áreas y se conectan a regiones del cerebro que controlan el aprendizaje y el pensamiento, proceso que debe ser utilizado para el trabajo con mamíferos sociales (Panksepp, 2005a). En neurociencia existe abundante evidencia que indica que los aspectos cognitivos de las emociones, como las expresiones de alegría, requieren de un procesamiento neocortical (Burgdorf y Panksepp, 2006).

Los individuos necesitan manifestar el deseo de jugar y lo realizan a través de varios behavioral markers (Bekoff, 2001), que señalan el deseo de iniciar o mantener el juego. Una de las principales variables que lo caracteriza se encuentra en la reducción de las asimetrías propias de la interacción social y al mismo tiempo co ayuda al mantenimiento de la reciprocidad, sin los cuales la actividad tendría otros resultados ajenos a la alegría. El juego sin duda enseña comportamientos sociales, especialmente cuando se desarrolla en el período infantil, situación en que los actores pueden desarrollarlo sin ser responsables de su propio bienestar. Este período de tiempo es referido al de socialización, en que las especies aprenden las herramientas sociales más rápido y eficientemente. Es un tiempo en que los individuos necesitan jugar, manifestado en muchos beneficios. Entre los más destacables, el aprendizaje de las reglas sociales, el modo de resolver conflictos o eventuales situaciones de relación social en las que los participantes se involucran en lo que es permisible y no lo es.

Los humanos y los no humanos manifestamos comportamientos comunes enfrente del juego y la alegría, es parte de un proceso evolucionario compartido, particularmente en las antiguas regiones del cerebro. Las diversas manifestaciones del juego son anteriores a la presencia de los humanos, incluso la risa a veces considerada su patrimonio, es una forma de expresión común en los mamíferos, incluyendo nuestros queridos compañeros (Panksepp, 2005e). Los mamíferos de manera semejante a los otros miembros del reino animal, estamos proclives a las emociones positivas y naturalmente rehuimos las emociones negativas. No hay duda que, frente a un profesional que eduque a un mamífero social en la base del desarrollo de los aspectos cognitivos y utilice el juego como herramienta de comprensión, obtendrá resultados significativamente mayores que los que aceptan como norma de enseñanza las emociones negativas.

El aprendizaje y el mantenimiento de los códigos aprendidos durante el juego son fundamentales para las relaciones futuras, los mamíferos no humanos

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Tabla 1. Resumen de las claves neuroanatómicas y de los factores neuroquímicos que contribuyen a la construcción de las emociones básicas en el cerebro de los mamíferos.

Sistemas emocionales básicos

Areas del cerebro

Neuromoduladores

Motivación positiva general

Núcleo accumbens – VTA

Dopamina (+), glutamato (+)

SEEKING/Sistema de expectativa SEEKING

Hipotálamo lateral Mesolímbico y mesocortical - PAG

opioides (+), neurotensina (+), otros neuropéptidos

RAGE/anger RAGE

Amígdala media a BNST, hipotalámico medio y perifornical a PAG

Sustancia P (+), ACh (+), glutamato (+)

FEAR/anxiety FEAR

Amígdala central y lateral a hipotálamo medio y dorsal PAG

Glutamato (+), CRH, MSH, CRH CCK, CCK DBI, alpha-MSH MSH NPY

LUST/sexuality LUST

Amígdala córticoVariables y procesos

Esteroides (+),

medial, BNST, hipotálamo preóptico, VMH, PAG

vasopresina, vasopresina oxitocina, oxitocina LHLH-RH, RH CCK

CARE/nurturance CARE

Cingulate anterior, BNST, área preóptica, VTA, PAG

Oxitocina (+), prolactina (+) Dopamina (+), opioides (+/-)

PANIC/separation/distress PANIC

Cingulate anterior, BNST y área preóptica Tálamo dorsomedial, PAG

Opioides (-), oxitocina (-) Prolactina Prolactina (-), CRF (+) Glutamato (+)

PLAY/joy PLAY

Diencéfalo dorso-medial Area parafascicular, PAG

Opioides (+/-), glutamato (+) ACh (+), TRH? TRH

ACh acetilcolina

alpha-MSH MSH hormona de estimulación del melanocito alpha NPY neuropéptido Y

BNST núcleo central de los terminales estriados PAG periaqueductal grey CCK colecistoquinina VMH hipotálamo ventromedical CRH hormona de liberación de corticotrofina VTA área tegmentaria ventral DBI inhibidor de la unión a diazepam LHLH-RH hormona luteinizante hormona de liberación Signo (-) indica inhibición del proceso de una emoción, y signo (+), activación.

Fuente : Panksepp, Jaak. The core emotional Systems of the mammalian brain. En : Jenny Carrigall, Helen Payne y Howard Wilkinson, eds. About a body : working with the embodied mind in psychotherapy. N.Y. Routledge, 2006.

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Evidencia de afectividad en no humanos

En algunas “culturas” se les suele someter a una muerte lenta, porque de esta manera el sabor de la carne es mejor. A pesar que los humanos puedan hacer conscious de estas situaciones, lo seguro es que no harán cuestión de permitir que estas matanzas se sigan produciendo, la mayoría de las veces para conseguir el efecto del placer, otra emoción que compartimos con quienes sistemáticamente asesinamos, salvo que ellos se llevan la parte del displacer en este dualismo sanguinario. Las próximas generaciones deberían estar, en consecuencia, sometidas a la presión de considerar cambios importantes en la legislación especialmente en torno a desarrollar sistemas legales que consideren especialmente el escenario de nuestra extraordinaria similitud. Las religiones a su vez, deberán reacondicionar sus proposiciones acerca de la naturaleza de los no humanos y su visión acerca de nuestros compañeros en el mundo.

Existen varios procesos que se manifiestan de la primera importancia del trabajo con mamíferos en general y con perros en particular. En parte importante del trabajo que se ha presentado aquí se han analizado sus capacidades en torno a su capacidad de pensar, razonar, resolver y proyectar. En este ámbito las emociones tienen un rol central. Sin duda la neurociencia afectiva ha producido un cambio magnífico e irreversible en la apreciación que tenemos los humanos acerca de los mamíferos sociales que cohabitan el entorno con nosotros. Comparten parte importante de nuestra estructura cerebral y su sistema construye semejantes emociones y afectos que los humanos. Esto queda fuera de toda discusión. Reiteradamente se ha indicado en estas páginas nuestra absurda percepción de superioridad frente a los otros animales, grotescas pruebas de esta actitud la representan, por ejemplo, el asesinato masivo de ballenas y delfines, auspiciados por estados naciones que se encuentran en los lugares más altos del desarrollo y consecuentemente se debería pensar que tienen elevados niveles de educación, solidaridad y comprensión. A su vez parte importante de las celebraciones de los humanos se acompañan de un asado, ocasión que están comiendo a un ser que en vida tuvo sentimientos, afectos y emociones y que entre otras cosas percibió el momento en que iba a ser asesinado. Probablemente fue derrotado por el miedo que le impone el vil proceso en el cual fue asesinado, quedando en estado de shock, perdiendo el control de sus esfínteres y es razonable estimar que su asesinato se haya producido en medio de expresiones de taquicardia, freezing que afectaron profundamente su sistema emocional. El proceso de su muerte fue percibido con la suficiente antelación, como para haber tenido la ocasión de haber sido sometido a situaciones extremas. En estricto rigor, percibió emociones semejantes a las de un humano que va a ser asesinado, la excepción es que los humanos hemos construido nuestra sociedad en torno a nuestra protección y por tanto no sólo existe unanimidad en torno a la condena del asesinato, sino que además se aplican castigos a quien lo comete, algo que mínimamente no somos capaces de respetar en no humanos.

Como se manifestó antes, los afectos son básicos para la vida, sin ellos probablemente no nos sentiríamos vivos, sin afectos positivos hay pocas razones para vivir, es la fuente de toda la intimidad, es la forma en que se expresa la relación con otros, a través de la empatía de la comunicación y la expresión de los sentimientos. El afecto motiva las urgencias para jugar (Panksepp, 2008) y su falta promueve los síndromes depresivos. Quien ha compartido su vida con un mamífero social, sin ser neurocientista, ha comprobado cómo ellos manifiestan de forma extraordinariamente explícita sus afectos y emociones. Un perro es sin duda un aporte emocional vital para los humanos, a pesar que muchos lo desprecian tirándolo al patio de la casa, porque le ensucia los muebles, bien naturalmente al que le dan mayor valor que al sentimiento. Probablemente porque lo estén pagando en cuotas. Los mamíferos sociales, incluyendo nuestros queridos perros, y a pesar de la pobre opinión que aún puedan sostener algunos humanos, tienen la capacidad de vivir momentos de su vida, plenos de vibrantes afectos. El estudio del afecto en las vidas de los no humanos puede ser crítica para diseñar decisiones informales en cómo éticamente los tratamos. En el camino, se sugiere (Panksepp, 2005a), que podamos compartir nuestras impresiones acerca de lo que los no humanos deben sentir y tratar de,

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experimentalmente, analizar el primer orden de las respuestas afectivas. Panksepp (2001b), señala al fenomenología que acompaña a los menos seis formas en que ocurren estos procesos : i) condicionamientos no condicionados. experimentalmente se pueden elicitar poderosas respuestas emocionales a través de localizadas En una larga tradición histórica la conclusión que estimulaciones eléctricas de sistemas específicos. Su emerge es que los sentimientos son críticamente resultado expresa que todas las especies de dependientes de los sistemas primitivos del cerebro mamíferos, en específicas regiones cerebrales de todos los mamíferos (Panksepp, 1998, 2005a, pueden evocar reacciones emocionales ( Berridge, McLean, 1990). Las emociones básicas pueden 2003; Berridge y Kringelbach, 2008; Cabanac, 2005; ser también definidas en los términos de aquellos Dalgleish, 2004; Damasio, 1999; LeDoux, 1995,1996, atributos neuronales que se explican en áreas 2000, 2003; LeDoux y Phelps, 2008; McMillan, 2005; del cerebro que son epicentros evolucionarios Panksepp, 1998, 2001a, 2001b, 2003a, 2005a, 2005b, para la emergencia de muchas complejidades, 2005c, 2005d, 2005f, 2006, 2008a, 2008b; Siegel, entre las que se incluyen los sistemas de 2005; Solms y Turnbull, 2002; Bears y Gage, 2010); ii) emociones, los afectos, el altruismo y la empatía. las estructuras subcorticales son homólogas a través Todos los mamíferos sociales no sólo tenemos del reino de los mamíferos. La estimulación en respuestas emocionales sino también experiencias diversas especies produce respuestas similares con afectivas, las cuales emergen de sistemas diferencias de detalle; iii) las estimulaciones que se evolucionarios anclados en regiones subcorticales localizan en el cerebro de los humanos producen del cerebro. cerebro Estos sistemas operan a través de experiencias afectivas congruentes con no humanos; antiguos e instintivos principios action – to – iv) existe evidencia que los sentimientos y las perception (Panksepp, 2001b), que constituyen el respuestas emocionales emanan de áreas homólogas aspecto fundacional de las funciones del mind, del cerebro lo que sugiere que los no humanos donde las emociones emergen. también experimentan procesos primarios de emociones, los cuales no pueden expresar Existen varias formas para conceptualizar cómo estos verbalmente; v) por todas las las medidas imaginables se procesos se forman en el cerebro, pero puede demostrar que los no humanos manifiestan presumiblemente las tendencias afectivas no gustos y disgustos y sus preferencias afectivas están existirían sin los circuitos emocionales básicos indexadas por preferencias y aversiones y vi) las interactuando con elevadas estructuras cognitivas. emociones instintivas incitan actitudes complejas Una vía puede ser a través del desarrollo de los como el juego, que permanecen intactas incluso sistemas de neuronas – espejo que armonizan con las luego de la neodecorticación temprana en su vida, lo señales emocionales (Panksepp, 1998, 2001b, que demuestra que el neocortex no es 2005a). Otra posibilidad es que los mamíferos necesariamente esencial para la generación de la tengamos altas regiones del cerebro, situadas en el emocionalidad, al menos como proceso primario. hemisferio derecho, que posean habilidades de Todo el peso de la evidencia demuestra que todos los los pensar no verbalmente acerca de situaciones mamíferos tienen vidas emocionales y emociones emocionales. Finalmente otro factor quizás básicas que son homologables a través de las compatible con la dinámica mencionada es que los especies de mamíferos. sistemas emocionales básicos puedan establecer perceptualmente resonancias afectivas entre seres cercanos (Panksepp, 2005a). Conclusión La neurociencia afectiva ha levantado sustancial evidencia experimental para indicar que todos los mamíferos somos criaturas afectivas y probablemente todos los vertebrados que exhiben poderosos comportamientos instintivos experimentan afectos.

Desde tiempos prehistóricos los humanos hemos tenido éxito en domesticar solo aproximadamente veinte especies. La evidencia arqueológica sugiere que los perros, entre los mamíferos, fueron las primeras especies que se asociaron con el humano. Sin embargo, la relación que particularmente han desarrollado perros con humanos ha favorecido que sea la única especie que ha establecido un nicho en la sociedad humana.

Existe una importante evidencia neural que permite demostrar la forma en que se producen y manifiestan 46

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Bajo este escenario no existe duda que los perros han generado sentimientos positivos en los humanos, al punto que hoy en día puede ser considerada una relación simbiótica, que Serpell (2003) a raíz de la profundidad de los afectos, la ha asociado con la relación madre e hijo. La Etología ha establecido la existencia de un innato imprinting producto de los estímulos sociales específicos. Bowly (1969) sugiere que los humanos poseemos en forma innata, mecanismos que favorecen la conducta del attachment, que se constituye en el mantenimiento de la proximidad y su profundización. Es un sistema seguro de regulación en las bases de un régimen de control conductual (Nagasawa y Kikusui, 2009).

En nuestra investigación nos hemos referido a la genética como una forma de conocer y mejorar aquello que se refiera a sus antecedentes y a ayudar en el fortalecimiento de compañeros aptos para diversas actividades. Semper Fides, es sin duda conteste con el desarrollo de líneas de trabajo, que sean herederas de características genotípicas asociadas a profundos cambios en la cognición, la empatía y la afectividad. La conducta, área de nuestro profundo interés especialmente desde que se ha abierto un campo en torno a la determinación del carácter del perro. No obstante el mayor interés está razonablemente orientado al menos a tres áreas de investigación que a juicio de Semper Fides, Fides son las relevantes para el crecimiento de la investigación y el trabajo de campo en la formación de perros de trabajo, la cognición, la empatía, las emociones y consecuentemente a la afectividad. Estas características de los mamíferos sociales los convierten en seres exclusivos. A nuestro entender la historia del trabajo con perros perdió inexorablemente una oportunidad irrecuperable al desconocer sistemáticamente sus capacidades emocionales especialmente durante los años del dominio del behaviorismo, hoy día lamentablemente aún utilizado por algunos cultores de la disciplina.

No hay duda que los perros han construido un nicho en la sociedad humana en una relación que mayoritariamente ha sido apreciada por los humanos. Es un vínculo de extraordinaria significancia si se considera especialmente las relaciones intrínsecas que se han producido entre ambas especies. El perro ocupa un lugar privilegiado en la sociedad contemporánea. Sin embargo, a pesar de este sitial, no es el único mamífero que posee las habilidades que hemos descrito ut supra. Una gran cantidad de investigaciones han probado que la mayoría de los mamíferos sociales poseen y manifiestan empatía, emocionalidad y afectos, especialmente las especies llamadas colaborativas.

La cognición, considerada como la percepción del estado mental de los otros (Baars y Gage, 2010), ha permitido a los mamíferos y especialmente al perro, alcanzar elevados niveles de integración con el humano. En este sentido, el extraordinario trabajo de József Tópal, acerca de lo que él denomina el modelo para entender el comportamiento social humano, establece una línea para intensificar nuestro entendimiento del ethos cognitivo en nuestros compañeros y su asociación con el proceso evolutivo humano. Define, el modelo, los puntos de la mayor importancia en esta relación: la sociabilidad, la sincronización y la actividad constructiva, analizados con cierta holgura en el texto.

En la primera parte de nuestro capítulo de perros de trabajo, se ha destacado algunos de los acontecimientos arqueológico, históricos y algunas de sus características físico – cognitivas – sensoriales que han favorecido a nuestros compañeros a convertirse, además de su indiscutible aporte emocional, en un aliado confiable en el desarrollo de actividades en las que el humano no está en condiciones de realizar o al menos podría lograrlo, producto de un severo esfuerzo. En la segunda parte se han señalado aquellas características “no físicas” que aparecen con mayor relevancia en este largo proyecto del attachment como base de la relación interespecífica, destacando varias áreas que necesariamente deberán abrir extensos campos de investigación, especialmente en la profundización de nuestro conocimiento interespecífico y consecuentemente en el trabajo especializado.

La empatía es el complemento natural de la cognición y corresponde al comportamiento adaptativo dentro del repertorio de los mamíferos sociales, un rasgo compartido dependiente en gran parte de los circuitos neurológicos que emergen durante la transición evolucionaria desde los reptiles a los mamíferos.

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McLean (1990), diseñó lo que denominó el triune brain, una estructura cerebral compuesta de tres layers, el antiguo cerebro del reptil, el sistema límbico de los antiguos mamíferos, que elabora las relaciones sociales y la más reciente condición del cerebro neomammalian, consistente en la emergencia del neocortex, el cual elabora la lógica proposicional y configura la apreciación cognitiva racional de visión del mundo exterior.

intereses. Los compañeros pueden ser confidentes de su lazo cuando comparten emociones. Los dos niveles superiores de la empatía lo constituyen la empatía cognitiva o la habilidad para sentir la emoción de otros y el attribution, que ocurre cuando la memoria incrementa la habilidad del sujeto a imaginar el estado del otro. No hay duda, sin embargo, que el aporte más significativo al estudio de la relación interespecífica, lo constituyen los aportes de la neurociencia afectiva, área de investigación creada por Jaak Panksepp y cuyo propósito es demostrar la existencia de procesos emocionales en los mamíferos sociales. La emoción es responsable de generar experiencias afectivas como el despertar de los sentimientos, el placer y displacer, el gusto y el disgusto y los procesos cognitivos como los afectos perceptuales de la emocionalidad.

Si la cognición se concentra en el hecho de la percepción del estado mental de los otros, la empatía se relaciona con las formas emocionales afectivas, donde se expresan rasgos de similaridad entre los sentimientos propios y los de los otros individuos. Es un proceso donde se comparten los sentimientos del otro ser, expresión de la similaridad. La esencia de la empatía es un lazo emocional en el que un individuo tiene el potencial de elicitar semejante estado en individuos cercanos. Existe abundante investigación empírica para demostrar que los mamíferos sociales poseen y demuestran empatía, lo que se convierte en un elemento distintivo en la configuración de un perro de trabajo en ambiente de excelencia. Desarrollar estas habilidades es de vital importancia para generar lazos duraderos, la distancia que se produce con los “educados”, bajo los postulados behavioristas, literalmente no se puede medir, no hay formato para hacerlo. Los estudios en empatía han establecido que se manifiesta en varios estadios, en lo que se incluye el contagio emocional o el estado que se produce en un sujeto como resultado de percibir el estado emocional del otro. Este nivel caracteriza las sincronizaciones faciales, vocalizaciones y posturas del otro con el propósito de conseguir una convergencia emocional. Es una asociación cognitivo – empática en la que la mímica surge como la más básica de las expresiones. La segunda variable de la empatía cognitiva es la colaboración en la solución de problemas. Cuando dos individuos sienten emociones similares, están en condiciones de comprenderse el uno al otro, para asistir la perspectiva de la contraparte y así ser un receptor de sus percepciones. Finalmente la empatía implica la solidaridad, es decir cuando dos individuos sienten emociones similares, existe una comunicación centrada en compartir

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La neurociencia afectiva ha demostrado, sin lugar a dudas, que todos los mamíferos sociales compartimos un set de emociones, sentimientos y afectos. La extensa línea de investigación en neurociencia ha probado, fundamentalmente a través de la estimulación eléctrica en áreas selectivas del cerebro y su constatación por medio de análisis con fMRI (functional magnetic resonance imaging), la existencia de emociones básicas en todas las especies de mamíferos sociales y de segundo nivel en una no despreciable variedad de especies de mamíferos, incluyendo al humano. Es una aseveración absoluta e irreversible, todos los mamíferos poseemos al menos un set de emociones comunes que expresan nuestras formas de conducta y frente a los otros (búsqueda, ira, miedo, deseo sexual, cuidado maternal, pánico y juego). Si alguien no ha visto en un mamífero esas expresiones, que lo demande. A mayor demande abundamiento, el proceso de formación de las emociones en todos los niveles, tienen idéntica base de formación en el cerebro. Como se ha mencionado en el texto, los humanos poseemos ciertas estructuras cerebrales, que nos han permitido elaborar ideas y expresarlas verbalmente y epistolarmente. Sin embargo, y hecho probado, es que los mamíferos poseen el potencial para desarrollarlas (Panksepp, 2006). De cualquier manera, las expresiones emocionales en los mamíferos (y obviamente en los perros), no dejan

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duda de su existencia. En Semper Fides Magazine se discute in extenso acerca de estas formas.

destinan su tiempo a corretearlos y luego, en un acto de agresión, empujarlos brutalmente contra una empalizada. Si el mamífero, aterido por el cansancio y el dolor se deja caer al suelo, es levantado con el apoyo de una picana y a menudo retorciéndole la cola, donde de paso se aprovecha de romperle alguna vértebra, de manera que con un nuevo dolor se pone de pie. A ambas actividades les llaman eufemísticamente “deporte”, believe it or not. La Real Academia prefiere llamarla una acción torpe, grosera o cruel, también conocida como brutalidad. A pesar que las palabras más expresivas parecieran ser estupidez, vulgaridad e ignorancia estólida.

La neurociencia afectiva ha sido particularmente exitosa en apuntar a los errores y las carencias del behaviorismo, línea de pensamiento que expresamente ha ignorado la capacidad de desarrollar emociones y afectos en no humanos. Apologizando a Damasio (1994), se podría decir que estamos frente al error de Skinner. Probablemente la mayor dificultad que esto ha ocasionado es que por generaciones se ha ignorado sistemáticamente las capacidades cognitivas, empáticas y emocionales de nuestros compañeros. La teoría del refuerzo, producto directo del behaviorismo, sometió al ostracismo a millones de nuestros compañeros, victimizados a un proceso de “educación” mecanicista. Lo que mueve a la pregunta de qué se puede esperar de un perro que se está especializando en tareas específicas como lo es con personas discapacitadas neurocognitivas, cuya respuesta a su carencia está en la creación del vínculo y compartir experiencias en conjunto, en una posición que ignora ex profeso, la existencia de la afectividad.

Verdaderamente los humanos se sorprenderían si ellos se comportaran como nosotros. Nuestra proposición es bastante simple, crear nuevas generaciones de compañeros alegres, correspondientes a nuestros afectos e inquietudes. La popular taxonomía de adiestradores (chasquillas, predadores y wonder trainers), muy susceptible de ampliarse estructuralmente, creen que los perros de trabajo no deben manifestar afecto, a su juicio ellos deben vivir humillados, sometidos, encerrados en su canil la mayor parte del tiempo. Las frases más empleadas por estos cultores son, primer nivel, adiestramiento con correa, fuente de comunicación con el perro, es decir un elemento coercitivo, para la comunicación con el perro. Segundo nivel, sin correa. Expresiones que no resisten comentario. La relación simbiótica que hemos desarrollado los humanos con los perros, hace indispensable su colaboración en la sociedad de mamíferos en la que convivimos. Los perros de trabajo, prestan un servicio no solo invaluable sino que además irreemplazable en miles de actividades de la sociedad contemporánea.

Lo que realmente es importante es el desarrollo de una actividad que se genere un vínculo y un espíritu de trabajo asociado. Nuestra organización, Semper Fides, Fides está desarrollando líneas de investigación especialmente en la afectividad y las emociones en el proceso de formación de perros de trabajo. Debemos reconocer a los mamíferos sociales como seres inteligentes, hábiles, cognitivos, emocionales, empáticos, afectivos, leales y ávidos de ser nuestros compañeros integrales. integrales Tienen toda la razón para sentir que su tremenda similitud con los humanos ha sido sistemáticamente ignorada de una forma brutal. Los humanos hemos creado sistemas legales y religiones que nos diferencian de ellos. Los mamíferos sociales responden al afecto con afecto, pero no pueden responder a la brutalidad a la que son sometidos. Existe en el universo de estados naciones algunos con manifestaciones extraordinariamente peculiares a este respecto. En algunos, a un costo enorme, crían mamíferos para luego tirarlos a un ruedo, donde un sujeto se dedica a asesinarlo lentamente, bajo la aclamación de un público impúdicamente obsesionado por ver la muerte del mamífero. En otros lados, quizás con algo más de compasividad, los ingresan a un ruedo, donde unos sujetos, montados en otros mamíferos,

Finalmente, nuestra organización, Semper Fides Fides, ides desea hacer un amplio reconocimiento a la comunidad de investigadores, algunos de ellos mencionados en la bibliografía, cuyo aporte al estudio de nuestros compañeros ha permitido demostrar sus grandes y apreciables características. Además nos han permitido conocer su historia y evolución y profundizar acerca de sus conductas. No tenemos duda que su esfuerzo permitirá desarrollar nuevas generaciones muy diferentes. El método cognitivo – emocional ha surgido como una respuesta al desarrollo científico, sin embargo somos conscientes que es el inicio de un proceso mayor en 49

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el que sin duda descubriremos nuevos elementos que nos permitan el logro de objetivos hasta ahora impensados.

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Lo que se ha presentado hasta esta parte puede corresponder a una síntesis no detallada y quizás algo desordenada, es sin duda una parte de lo que un profesional del trabajo con perros, debe como mínimo, conocer y manejar. Cada una de las áreas que hemos descrito, es en sí la fuente de un amplio campo de investigación y es un desafío construir nueva ciencia a partir de esta base y a generar amplios consensos de investigación y de referentes en el trabajo de campo.

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Nuestra disciplina requiere de personas comprometidas y dedicadas que deseen involucrarse seriamente. Es indudablemente un campo de trabajo para muchos profesionales que deseen expandir y aplicar sus conocimientos. Para Semper Fides será un privilegio tener la posibilidad de colaborar en el logro de sus objetivos, millones de mamíferos sociales y en grande los perros y los humanos se lo agradecerán. agradecerán

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