Usos y abusos de Francisco: Construyendo comunidades imaginadas en torno del Papa argentino

July 21, 2017 | Autor: Alejandro Frigerio | Categoría: Sociology of Religion, Anthropology of Religion
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Descripción

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Usos y abusos de Francisco: Construyendo comunidades imaginadas en torno del Papa argentino Alejandro Frigerio Dr. en Antropología (Universidad de California, Los Angeles). Investigador del Conicet. Profesor en Flacso y en la Universidad Católica Argentina.

Buena parte de los análisis sociológicos y académicos respecto del Papa se centran sobre el individuo y actor social, enfatizando su rol como un importante agente religioso cuya voluntad y capacidad de cambiar una institución que se ve necesitada de urgentes modificaciones parece ser la principal incógnita a develar. Aunque estas cuestiones son sin duda relevantes y válidas, se puede y debe emprender una línea de análisis completamente diferente, considerando también la inserción de la figura del Papa (de Francisco como símbolo) dentro de un entramado cultural que excede en mucho lo que habitualmente consideramos como "religión" o como "campo religioso". Como fenómenos socioculturales dignos de análisis tendríamos entonces no sólo el discurso del actor social Francisco y sus acciones como cabeza de la Iglesia Católica ante el mundo, lo que Francisco hace, sino también la otra cara de la moneda: lo que la sociedad argentina hace con y de Francisco, el actor social devenido en símbolo cultural. 1 Si pensamos que las esferas de actividad social son apenas herramientas heurísticas y no campos claramente diferenciados con sus habitus específicos, el denominado "efecto Francisco" va mucho más allá de la esfera de actividad social que usualmente se concibe como religión. Dicho "efecto" no consiste sólo en la agencia del pontífice argentino qua actor religioso sino también en los "usos" sociales (cuando no abusos) de la figura de Francisco. Estas apropiaciones se realizan con fines que en mucho exceden la esfera religiosa y son principalmente seculares, ya que de modo alguno tienen que ver con la relación con figuras espirituales, supra o extra-humanas . Desde esta perspectiva, la incógnita a develar es cómo la figura de Francisco (el símbolo Francisco) es procesada localmente, según las propias reglas de funcionamiento y características de la cultura argentina -usando este término como una herramienta heurística que identifica regularidades y puntos de contacto a través de los medios de comunicación, la industria cultural, las redes sociales y la cultura popular. O, asumiendo un punto de vista que nos permite hilar más fino, se trata de indagar cómo los argentinos nos apropiamos de él, de acuerdo con nuestras disposiciones e intencionalidades de maneras diversas y con intereses diferentes y a veces contrapuestos.

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También, claro, todas las áreas grises en el medio, pero quiero llamar la atención hacia este contraste básico...

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"Un argentino en la silla de San Pedro"

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Al examinar la "conversación social" (Besecke 2005) local en torno del nuevo Papa, resulta evidente -al nivel más general de análisis- que su figura es particularmente apropiada para la construcción de identificaciones nacionales -o de una comunidad imaginada nacional. Francisco es, antes que nada, "el Papa argentino", y "el Papa de todos los argentinos" - ya sean católicos o no. Esta identificación es propuesta y aceptada por numerosos actores sociales locales: periodistas, políticos, funcionarios del gobierno porteño y del gobierno nacional o por ciudadanos comunes. Este primer año de papado fue pródigo en ejemplos de la relevancia nacional de la elección del Papa Francisco y del orgullo que, como argentinos, debemos sentir por ella. El día después de su elección, las tapas de algunos de los principales diarios nacionales enfatizaban principalmente la nacionalidad del nuevo pontífice: "Papa Nuestro" (diario Popular) (con un poster que decía: "Sumo orgullo - Futbolero, tanguero y porteño del barrio de Flores: la fe en Dios es universal, pero Jorge Bergoglio es bien argentino", con una bandera argentina detrás) "El Papa es nuestro" (diario Muy) (con poster: "Su santidad Francisco: El papa argentino") "Francisco, nuestro papa" (diario Crónica) (con poster: "Recen por mi") "Papa argentino" (diario Clarín) (todos el 14/3/13, mi énfasis) Una nota de opinión firmada por un destacado cronista del diario La Nación enfatizaba la singularidad del hecho y su impacto en la "autoestima nacional": "Tal vez ningún argentino actual volverá a vivir un instante como el de ahora. Un compatriota se ha convertido en el líder espiritual de 1200 millones de almas en el mundo y será por mucho tiempo una de las figuras más destacadas del universo. Es un momento único, necesariamente irrepetible. (...) Según encuestas hechas sobre la marcha, un 98 por ciento de los argentinos está contento con el advenimiento del papa argentino. El papa Bergoglio será en adelante una referencia permanente para una inmensa mayoría de los ciudadanos de su país. El Pontífice ayudó inesperadamente a los argentinos a recuperar la autoestima nacional, perdida por un país que dio durante décadas malas noticias al mundo." (Joaquín Morales Solá en La Nación, 17 de marzo de 2013, mi énfasis). El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires creyó justificado otorgar un asueto escolar matutino para que los niños pudieran asistir por televisión a la asunción del nuevo Papa.

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Tweet de Cristina Fernández de Kirchner luego de su primera visita al Papa: "El lunes 18 llegué a Santa Marta, Vaticano. Me había invitado a almorzar el nuevo Papa. Un argentino en la silla de San Pedro."

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Anticipando las críticas por la injerencia de una religión en el calendario escolar, la resolución justifica el asueto de la siguiente manera: " (...) la elección como Papa del Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Jorge Bergoglio, es uno de los acontecimientos más importantes que se han producido a lo largo de toda la historia argentina (...) uno de los hechos más importantes de esta elección es que excede, largamente, el fenómeno religioso; Que se han sumado a esta alegría todos los argentinos de buena voluntad en un arco que integran con igual fuerza y valores los católicos y los no católicos, los creyentes de cualquier credo o religión y los que no profesan ninguna; (...) (mediante el asueto) se aspira a que ese día, creyentes o no creyentes, religiosos o laicos, puedan unirse en una celebración compartida por la elección de este eminente argentino, nacido, criado y educado en esta tierra (...) " (Resolución 1336/MEGC/13, 15 de marzo de 2013, mi énfasis) Agrupaciones políticas y sindicatos no se quedaron atrás: empapelaron la ciudad con afiches de Francisco con la bandera argentina detrás, o con un cielo muy celeste que la evocaba, o con la inscripción "argentino y peronista". La cadena de restaurantes de fast food local Nac&Pop incluyó rápidamente en sus establecimientos una imagen fileteada en la que aparece junto con Maradona y Discépolo. Centenares de comerciantes agregaron su figura a los productos más diversos, muchos de ellos con la bandera o sus colores detrás: almanaques, posters, pins, pero también mates, termos, bombillas, perfumes, mochilas, imanes, señaladores de libros, entre otros. Su nombre o imagen figuraron en vinos, chocolates o helados en su honor, juegos de videogames, carritos de panchos, avisos de remises, y hasta en el nuevo ferry de Buquebús . En mayo, la revista farandulera Caras publicó una edición de "stickers del Papa", justificada por una nota en el diario de la misma editorial (Perfil) que argumentaba: "El Papa Francisco es argentino y todo un país celebra que el máximo líder del catolicismo lleve en su corazón y su alma los colores de nuestra bandera en la Santa sede. Y ante uno de los sucesos más importantes de la historia de nuestro país, CARAS editará una revista original y única ya que tiene 54 stickers.... " (diario Perfil, 23 de mayo de 2013, mi énfasis) Todos estos testimonios muestran claramente que Francisco ha entrado -en tiempo récorden el panteón de personas extraordinarios producidos por, y que identifican a, la Argentina. Como señaló Carozzi (2003), los argentinos insistimos en reconocernos y unirnos principalmente en relación a personas extraordinarias. Concebimos lo nacionalmente memorable, nos emocionamos y nos identificamos colectivamente como argentinos frente a los hechos conmovedores realizados por seres que, en virtud de la magnitud de sus logros, consideramos extraordinarios -especialmente si logran el reconocimiento mundial encarnando cualidades y virtudes que imaginamos como típicamente argentinas y que nos diferenciarían de otras naciones (para el caso de Francisco, afabilidad, transgresión, sencillez, "calle", entre otras posibles). Aunque esta identificación colectiva con hombres notables no es un hábito sólo local, parece particularmente intenso e importante para construcciones populares de la nación en nuestro país. Como Gardel y Maradona (o más

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póstumamente el Che y Evita) fue su "triunfo en el extranjero" y la consecuente repercusión mundial lo que convirtió a Bergoglio (el arzobispo apreciado por quienes lo conocían pero que distaba de ser una figura popular) en Francisco (ahora sí, "de-todos-los-argentinos"). Dos declaraciones de la presidenta argentina confirman la importancia de su elección para una identificación nacional y la relevancia de figuras emblemáticas en esta construcción identitaria. Relatando su viaje a Roma para asistir a la asunción papal, señala que se sintió "más argentina que nunca" (La Nación, 22/3). Un mes más tarde en la coronación de la argentina Máxima Zorreguieta como reina consorte de Holanda afirma: "No nos falta nada ahora: tenemos Papa, Reina y Messi" (en diversos medios, 30 de abril de 2013) "Todos los argentinos de buena voluntad" 3 A un nivel de análisis apenas menos general que el anterior, la imagen del Papa Francisco también se muestra "buena para" la construcción de una segunda comunidad imaginada, ahora de carácter moral. Dicha comunidad moral expresa un nosotros virtuoso que se resume bien en la expresión "los argentinos de buena voluntad " que son quienes "se suman a la alegría" de la elección del Papa sin importar sus creencias religiosas, como afirmaba la resolución por el asueto escolar elaborada por el gobierno porteño -y ya transcripta más arriba-. Fuertemente relacionada con la primera (la nacional) -pero menor en sus posibilidades abarcativas- la construcción de esta comunidad moral revela aristas algo más inquietantes por sus posibles dimensiones de exclusión, en la medida en que contrapone implícitamente a los argentinos que se alegran por la elección del pontífice con aquellos a quienes les es indiferente, o no la apreciarían como es debido. Esta asociación es particularmente propuesta por el partido gobernante en la ciudad y los principales medios de comunicación opositores al gobierno. Así, los teléfonos públicos de la ciudad (o al menos los de ciertas zonas) se vieron engalanados con un afiche longitudinal del Papa que decía "Rezamos por vos", con un fondo amarillo que tanto remitía al Pro y Propuesta Peronista (firmantes del afiche), como al color utilizado por el Gobierno de la Ciudad. El logo de Telefónica, que quedaba al lado de la cara del pontífice, completaba el pool de sponsors del mensaje de unidad (y de comunalización). El mismo gobierno, en nombre de toda la ciudad, colgó una gigantografía del Papa que cubrió toda la fachada de un enorme edificio en la avenida Nueve de Julio, muy cerca del Obelisco. Con la foto de Francisco saludando y una enorme bandera argentina de fondo, el texto rezaba "La ciudad celebra con orgullo y alegría al Papa Francisco". 3

Frase de la resolución 1336/MEGC/13 del Ministerio de Educación porteño que justificaba el asueto escolar la mañana de la asunción del Papa: "Que se han sumado a esta alegría todos los argentinos de buena voluntad en un arco que integran con igual fuerza y valores los católicos y los no católicos ...." (15 de marzo de 2013, mi énfasis)

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La construcción de esta comunidad moral inmediatamente toma un matiz más claramente político cuando "los argentinos de buena voluntad", los que nos "enorgullecemos" por la elección del Papa, los que "rezamos por vos", pasan a ser quienes estarían a favor del diálogo, conciliación y paz fraterna que la elección (y la persona) papal proyectarían sobre el país, en contraposición a quienes no se enorgullecen y son percibidos como partidarios de la crispación, autoritarismo y falta de diálogo que según esta visión caracterizarían al gobierno y, especialmente, a la presidenta. "Del Cristinismo al Cristianismo" 4 Los principales medios opositores (principalmente Clarín, pero también La Nación) publicaron varias notas que ya en las primeras dos semanas de su elección -y continuando desde entonces- le otorgaban al Papa e liderazgo moral de la nación, contraponiéndolo al liderazgo efectivo pero indeseado de la Presidenta y el partido gobernante. Un necesariamente breve paneo por algunos de los títulos (y argumentos utilizados) en las notas de opinión muestra cómo se fue construyendo esta dicotomía y su utilización en una clara agenda política. Apenas elegido el nuevo Papa, Clarín dio por sentado que "No ha sido una grata noticia para Cristina" (14/3) y, un par de días más tarde, en el mismo diario, la periodista Susana Viau afirmó que la elección habría sido "Una afrenta a Cristina" (17/3).5 Sin haber asumido aún, para el periodista de La Nación Carlos Pagni, Francisco "Ya cambió la agenda local" (15/3). Poco después el mismo diario entrevista a varios políticos que "Creen que el Papado de Francisco cambiará profundamente el país" (17/3). En lo que sería la principal línea discursiva del diario para construir la dicotomía Papa Francisco/Cristina Fernández de Kirchner (humildad-diálogo/soberbia-monólogo) Clarín tempranamente señaló que "La política elogió la vocación por el diálogo de Bergoglio" (14/3). Proponiendo la misma idea (pero quizás repitiéndola menos a través de sus notas) un artículo de La Nación citó a "funcionarios" que habrían afirmado: "Con Bergolio papa, nos salió un inesperado líder moral que todos los días estará en la escena con un discurso al mundo de humildad y diálogo que marcará un fuerte contraste con los estilos del Gobierno. Pero Cristina no contempla moderar las políticas" (Un intento por sumarse al fenómeno, pero sin cambiar el modelo, La Nación 17/3/2013, mi énfasis). Un aviso de la Sociedad Rural Argentina en el suplemento que Clarín le dedica a la elección de Francisco -el 17/3- apunta a la misma idea:

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Título de nota de Alfredo Leuco en el diario Perfil (24/3/2013).

Colocaré los titulares de los diarios en cursivas y con mayúscula (aún en el medio de una oración). Las frases que cite de las notas estarán en letra normal. Enfatizo el valor de los títulos como principales formas de resaltar y encuadrar el contenido de una nota.

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"La Sociedad Rural Argentina saluda a Su Santidad Francisco en la esperanza de que su designación colabore a restaurar el diálogo sincero y la fraternidad en nuestro país y en el mundo." A la "crispación" y la soberbia de la presidenta argentina se opondrían así, en el discurso construído por los medios, la humildad y predisposición al diálogo del Papa argentino. Luego del viaje de la presidenta argentina para la asunción del pontífice argentino, y su reunión con él, los medios opositores resaltaron su oportunismo y su obviamente hipócrita incorporación a esta comunidad moral de admiradores del Papa. La tapa del diario Clarín del día siguiente a la asunción mostró una enorme foto del Papa con una multitud detrás, banderas argentinas flameando entre el gentío, con el título: "Alertó el Papa por el odio, la envidia y la soberbia". El copete que le sigue, nota que "la presidenta escuchó en primera fila" -como si el mensaje hubiera sido un implícita alusión a su persona. Varios titulares de esa edición del diario remarcaron el impacto que la elección habría tenido en el partido gobernante: "Brusco giro kirchnerista: ahora hasta elogian a Bergoglio", "Grietas en el núcleo duro de Cristina", "Los efectos políticos de la designación de Bergoglio" o "Batallas locales sobre un papa universal". Similarmente, La Nación afirmó en una nota que "El gobierno redobla la "apropiación" de Francisco" (21/3) lo que "Para la oposición es un giro hipócrita" (21/3). Como confesión de partes, Clarín citó a un notorio filósofo kirchnerista que habría afirmado que "Cristina "encabeza una lucha para captar" al Papa" (21/3). Entre el escepticismo y la ironía, en los días subsiguientes los medios insistieron con la "reconversión" de Cristina luego de su encuentro con el Papa y con los intentos de apropiación de su figura. Como siempre, Clarín fue el medio más incisivo. La nota que cubrió el primer discurso de la presidenta en un acto público tras su retorno fue titulada: "El primer milagro del Papa" (23/3). El copete afirmaba: "Cristina Kirchner cambió de la noche a la mañana de discurso y ahora predica la tolerancia y el entendimiento. ¿El viaje a Roma la transfiguró?". Otro titular rezaba: "Después de ver al Papa, Cristina llamó a “dejar de lado el odio” ". La carta de lectores destacada llevó el título: "Tal vez el Papa Francisco pueda cambiar a Cristina". Los cronistas a la vez que postulaban "Los efectos sobre Cristina de la reunión con el Papa" (Clarín, 24/3), descreían, sin embargo, de su veracidad: "El insólito travestismo cristinista", según una de las principales plumas del diario (24/3). Una nota de opinión en La Nación apuntaba: ".... la realidad y las encuestas avivaron el fuego de mantener el poder a cualquier costo y el Gobierno cambió radicalmente su actitud para ahora acompañar un hecho inédito que despertó el orgullo, la sensibilidad y la esperanza de todo el pueblo argentino, aunque éste lo hace desde el amor, y aquel desde la hipocresía. El brutal giro del Gobierno frente al Papa es una salida que sólo puede y debe leerse en clave electoral, la partitura que más le gusta ejecutar al cristinismo. A ello llevan las declaraciones del ideólogo kirchnerista José Pablo Feinmann, cuando sin tapujos postuló la "apropiación" de Francisco. "Para ganar las elecciones, el kirchnerismo debe ganarse primero al Papa. Este Papa tiene que ser nuestro. Así que, muchachos, no jodan más

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con el pasado de Bergoglio, porque de aquí en adelante Bergoglio es Francisco y la derecha no nos lo puede sacar", dijo. (La expropiación de Francisco, 24/3, mi énfasis) Así, para cierto sector del periodismo el gobierno transitaría "Del Cristinismo al Cristianismo" (diario Perfil, 24/3) y (repitiendo una idea previa de Clarín) "El primer milagro del Pontífice fue el cambio de actitud del oficialismo, de la crítica acérrima a un respaldo religioso" (copete de esta nota). 6 Un mes después de la asunción del Papa argentino, su instauración -por parte de los medios opositores- como líder moral y contraparte virtuosa de la presidenta argentina ya era un hecho. Una nota de uno de los periodistas más importantes de La Nación resumía bien las diferencias que encontraban entre ambos: " Sólo un sagaz conocedor del espíritu argentino, el papa Francisco, estableció hace mucho que los ciudadanos de su país prefieren el consenso antes que la fractura. Es lo que le ha vuelto a decir a la Presidenta, ya sentado en la silla de San Pedro. Cristina no ha perdido algunos reflejos políticos y descartó la hipótesis de enfrentarse con el papa argentino que cuenta con el 89 por ciento de aceptación social en la Argentina. (...) . ¿Es casual que el Papa que predica la concordia tenga casi la unanimidad de la simpatía de los argentinos, mientras la Presidenta de las profundas fisuras debe enfrentarse a cada vez más numerosas protestas sociales? No. Francisco está hablando el idioma que la sociedad quiere oír. " (Cristina perdió la voz y el relato, 21/4, mi énfasis) La vocación verdadera del líder moral por el diálogo y la deshonestidad de la presidenta estaría corroborada por la aparición en abril, de una misiva que le enviara el pontífice el 20 de marzo -dos días después de su primer encuentro- y que ella no habría divulgado. En la carta, "El Papa pidió a la Presidenta afianzar "la concordia y el diálogo" " (21/4). Según el relato de La Nación, en dicho mensaje Francisco, "... le expresa el anhelo de los argentinos de un "presente sereno", le pide trabajar "para que se afiancen la concordia, el diálogo y la reconciliación" (...) Pese a que en la carta 6

Desde el gobierno, mientras tanto, se negaba esta versión de los hechos. Decía el entonces Jefe de Gabinete, Abal Medina: “Uno agarra Clarín y lo central no es la alegría que puede tener la población por un Papa argentino; lo central es cómo eso impactaba en el Gobierno; si el Gobierno sí, el Gobierno no. En ese microclima inventan que estábamos enojados y después, como no lo estamos, dicen que cambiamos”, criticó el funcionario.(...) Abal Medina propuso contagiarse de la celebración que significó la elección de un Papa argentino. “Hay que seguir para adelante, (ya que) los argentinos cuando trabajamos juntos, podemos transformar la historia, y eso es lo que estamos haciendo”, remarcó. En seguida volvió a excusarse por las idas y vueltas con Bergoglio. “¿Cómo lo de Francisco puede ser algo malo?”, se preguntó." (Ahora, para el gobierno nunca existió un enfrentamiento con Bergoglio, Clarín 21/3). Para los propósitos de este trabajo no importa cuál de las dos versiones es "cierta", sino la centralidad mediática del debate y los términos en los que se da.

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el Papa le pidió a la Presidenta que le transmitiera su saludo "al amadísimo pueblo argentino", al que, además, encomendó a la Virgen de Luján, el Gobierno aún no hizo público el mensaje." (La Nación, 21/4), Si La Nación se extrañaba porque el gobierno no divulgó el mensaje de Francisco -pese a que pedía que se transmitiera su saludo a todo el pueblo argentino- Clarín al día siguiente directamente sugería intencionalidad y deshonestidad al señalar que "Cristina ocultó una carta en la que el Papa le pedía “concordia y diálogo” " e insinuaba que el hecho "Podría mostrar un primer cortocircuito" entre ambos (22/4). El contraste entre ambos líderes se hizo tan patente que, en notas irónicas pero que reforzaban estas imágenes, cronistas de dos diarios diferentes pidieron que fuera Bergoglio quien, efectivamente, manejara el destino de la nación. En Clarín, el periodista Marcelo Moreno instaba: "Devuelvan (al país) a Bergoglio, por favor" y proponía que "lo pidamos a préstamo": "A Ella la mandamos, con tratamiento descontracturante, de paseo de compras por Nueva York, París, Viena y Milán. La enviamos, incluso, con Boudou para que la alegre con su cancionero. Y contratamos a Bergoglio de, digamos, gerente general. Imagínense el país que tendríamos en dos meses de socialcristianismo a rajatabla con un elenco gobernante austero hasta la castidad, infierno para el que meta la mano en la lata, mucho, pero mucho diálogo con todo el mundo, conciliación para todas y todos, lucha pero en serio contra la pobreza y buen humor a raudales." (21/4, mi énfasis). Algo similar sugirió Alfredo Leuco en Perfil, unos meses más tarde: "Le quiero hacer una confesión muy personal. Ya tengo elegido mi candidato a presidente para el 2015. (...) Creo que no hay un argentino mejor que él para que conduzca los destinos del país. Mi voto de confianza es para un compatriota extraordinario que es lo mejor que se produjo en estas tierras, tal vez, en toda su historia. (...) Porque tiene las virtudes, los valores y las ideas de los dirigentes políticos fundacionales de nuestro país y porque por su capacidad revolucionaria debería estudiarse en los colegios como muchos próceres de la argentinidad. (...) Ya sé que no lo puedo votar. Ya sé que no es candidato. Pero es el espejo que refleja lo mejor de este país. Es el argentino que nos transmite esperanza y capacidad transformadora. Es el Papa. Tranquilamente puede ser un presidente y un prócer. " (Candidato imbatible, Perfil 28/7, mi énfasis). Usos y Abusos de Francisco Sería fácil explicar la relevancia de la figura de Francisco cargando las tintas en los efectos de una "matriz cultural católica" argentina, o en la "centralidad del catolicismo" en nuestra sociedad y cultura. Aún creyendo en dicha centralidad (que debe ser mejor conceptualizada y establecida), resultaría una interpretación sin duda parcial. Como vimos, es necesario tomar en cuenta también cómo la elección de Francisco impacta en, y se articula con,

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formas locales populares de construir comunidades nacionales imaginadas a través de la identificación con seres extraordinarios -especialmente aquellos que logran el reconocimiento mundial encarnando virtudes que valoramos e imaginamos típicamente argentinas-. (El símbolo) Francisco resulta particularmente convocante para las identificaciones nacionales -o, para la construcción de una comunidad nacional imaginada- ya que el impacto global de este "triunfo" "argentino" no tiene parangón en nuestra historia -sólo se le acerca la épica maradoniana en su apogeo. Como bien resumió Morales Solá en una de sus primera notas (arriba citada): " Un compatriota se ha convertido en el líder espiritual de 1200 millones de almas en el mundo y será por mucho tiempo una de las figuras más destacadas del universo". Que alguien que vino "casi del fin del mundo" logre el liderazgo de una institución religiosa central a Occidente y esté "cambiando el mundo" 7 brinda una confirmación de la "excepcionalidad" argentina -la que nos elevaría por sobre nuestros vecinos latinoamericanos y nos colocaría a la par de las potencias mundiales-. También, de nuestro destino manifiesto: ser un país del Primer Mundo, aún estando en el tercero. Francisco resulta también particularmente apropiado para la construcción de comunidades morales y políticas ya que es, por primera vez en tiempos modernos, un héroe cultural argentino no plebeyo (contrastándolo con Maradona, y pensando en términos de Alabarces 2008), palatable para las clases medias y altas, con una capacidad de "transgresión" enunciable pero a la vez módica. Por una vez, una confirmación de nuestros logros si optáramos por la civilización y no por la barbarie, representada -para algunos sectores sociales- por el gobierno actual y su conductora: de allí la contraposición que vimos se estableció rápida y consistentemente entre ambas figuras en los medios opositores. Una comprensión cabal del fenómeno Francisco implica entender también el rol protagónico de los medios de comunicación en la presentación, incentivación y sobre todo legitimación de estas identificaciones nacionales, morales y políticas. Las diferentes maneras en que éstos se apropian de la imagen de Francisco no pueden ser menospreciadas a riesgo de atribuirle al actor religioso una agencia excesiva, ya que su impacto masivo depende en buena parte de la repetición -cuando no la selección y reinterpretación- de sus palabras y "gestos", por los medios. De hecho, cuáles de las muchas acciones cotidianas del pontífice llegan a ser seleccionadas y valoradas como "gestos" -y no ignoradas como acciones cotidianas sin importancia- y luego masivamente difundidas, depende en buena parte de ellos. Los medios cumplen por lo tanto un rol centran en la construcción del "Efecto Francisco", postulando su existencia y buscando y mostrando datos que corroborarían su extensión y profundidad. Sin embargo, no son los únicos actores sociales que se apropian de Francisco, lo mismo hacen o intentan el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, el gobierno nacional y el de la provincia de Buenos Aires (a través de la exposición en el Museo de Arte

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Un aviso del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires publicitando el "Papatour" reza: Vení a descubrir donde nació y creció el argentino que está cambiando el mundo" (Clarín, suplemento Valores Religiosos, 14/5/14, mi énfasis)

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Contemporáneo de Mar del Plata, que luego se exhibió en la Feria del Libro), políticos de diferentes partidos o decenas o centenares de comerciantes de todo tipo. Emblema actual de la nacionalidad exitosa, interlocutor privilegiado con Dios, "líder moral" de la nación/oposición, el Papa de los pobres, Francisco -actor social y símbolo cultural- sin duda constituirá una ventana de acceso privilegiada a la mejor comprensión del funcionamiento de la cultura, la religión y otras dimensiones de la vida social en Argentina.

Bibliografía Alabarces, Pablo. 2008. Maradonismo, o la superación del peronismo por otros medios. Cap. 8 de Fútbol y Patria. Buenos Aires: Prometeo. Besecke, Kelly. 2005. Seeing Invisible Religion: Religion as a Societal Conversation about Transcendent Meaning. Sociological Theory (23)2: 179-196. Carozzi, María Julia. 2003. Carlos Gardel, el patrimonio que sonríe. Horizontes Antropológicos 20: 59-82.

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