Uso turístico de los recursos naturales

Share Embed


Descripción

Uso turístico de los recursos naturales Alfonso González Damián

E

l turismo ocu­pa un lugar pre­pon­ de­ran­te en la eco­no­mía y en la so­cie­dad. Aun cuando para los eco­no­mis­tas es una actividad ter­ cia­ria, im­pli­ca el uso intenso de los recursos na­tu­ra­les (Hiernaux, 1989). La ra­zón prin­ci­pal es que los tu­­ris­tas son atraí­dos por los bellos paisajes, los rasgos geo­grá­fi­cos de un sitio o por ma­ni­fes­ta­cio­ nes sin­gu­la­res de la naturaleza. En mu­chas oca­sio­nes se tra­ta de ecosiste­mas frági­les o de especies en peligro que son sus­­cepti­ bles de ver­­se afectados por la pre­sencia de vi­si­tantes, a pesar de que la in­tención sea disfrutar con su con­tem­pla­ción, co­mo su­ce­de, por ejem­plo, con el bu­ceo en los arre­ci­fes. Los recursos naturales son a tal gra­do im­por­tan­tes para el turismo, que la ca­pa­ci­ dad de un sitio pa­­­­ra atraer turistas se ca­li­fi­ ca en fun­ción de tres variables: la cantidad y ca­li­dad de sus recursos tu­rís­ti­cos, las

vías y medios de acce­so a ellos y la in­fra­ es­truc­tu­ra de servicios con que se cuen­te pa­ra el turis­ta. Esto es, el as­pec­to cen­tral en la evaluación de un sitio tu­rís­ti­co es la ca­lidad del re­cur­so en re­la­ción con su uso por parte de los tu­ris­tas. Por ejemplo, una pla­ya es un re­curso uti­ li­za­ble para el tu­ris­mo; sin embargo, tendrá una ma­yor ca­pa­ci­dad de atraer turistas si su arena es fina y de tonalidades cla­ras; si es su­­fi­cien­te­mente extensa, lar­ga y an­cha, pa­­ra que se realicen ac­ti­vi­da­des en ella; si su pendiente no es muy ele­va­da, si el mar pre­sen­ta oleaje mo­­de­rado y no es muy pro­ fun­do; si las aguas son cristalinas; si cuen­ ta con ve­ge­ta­ción natural –por ejem­plo, pal­mas co­co­te­ras–, con fau­na be­né­fi­ca y si no hay fau­na pe­li­grosa para el ser hu­ mano (Gu­tié­rrez y colaboradores, 1984). En la medida en que un sitio cuenta con una ma­­yor can­ti­dad de recursos naturales con al­ta calificación para el turismo, es más

pro­ba­ble que acudan a él ma­­yor nú­me­ro de visitantes. Esto ha per­mi­ti­do que el tu­ ris­mo aparezca in­clu­so en sitios en los que el hombre no rea­li­za­ba ninguna otra ac­ti­ vi­dad, co­mo ha si­do el caso de Cancún, mu­ni­ci­pio de Be­ni­to Juárez, y en la mayor par­te de la costa estatal. En toda actividad turística participan dos grupos de actores relevantes, los turistas, per­so­nas que vi­si­tan temporalmente un si­ tio, y los anfitriones, personas que re­siden en el sitio visitado y entre los cua­les en­ con­tra­mos a prestadores de servi­cios tu­ rís­ticos –personal de ser­vi­cio en ho­te­les y res­tau­ran­tes, guías de tu­ris­tas–, em­pre­sa­ rios e in­ver­sio­nis­tas en in­fra­es­truc­tu­ra para el tu­ris­mo, gobierno lo­cal y ha­bi­tan­tes de la co­munidad receptora, en general (Gon­­zá­lez, 2009). La participación de am­bos grupos de ac­to­res, cada uno con sus propios in­te­re­ ses, ejerce una pre­sión con­si­de­rable sobre los re­cursos naturales del destino turístico.

Foto: Jorge Correa (Ecosur)

Figura 1. Complejo turístico para turismo de sol y playa construido sobre la duna costera

197 Uso turístico de los recursos naturales

Capítulo 3

Además de la vi­si­ta a las playas o la observación de es­pe­cies de flora y fauna terrestre y marítima, los turistas hacen uso tem­­po­ral, pero intenso, de los recursos na­ tu­ra­les. Uno de es­tos usos se pre­senta de for­ma di­rec­ta en es­pa­cios na­tu­ra­les –pla­ yas, arrecifes, sel­vas, hu­me­da­les pro­te­gi­ dos o no–, para sa­tis­fa­cer sus ne­ce­si­da­des de sub­­sis­ten­cia du­ran­te el tiempo que du­ ra su visita; in­clu­ye ali­men­tos, alo­ja­mien­­to, hi­gie­ne, trans­por­te, se­gu­ri­dad, entre otros. Ade­más, de ma­ne­ra indirecta se ejer­ce pre­ sión en los re­cur­sos locales, por ejem­plo, en el man­te­ni­mien­to estético de pla­zas, jar­di­nes y vías de comunicación o en el in­­cre­­men­to en la ofer­ta de servicios de trans­por­te. Por su parte, los anfitriones hacen uso de los recursos naturales para soste­ner­se en su vida cotidiana y de for­­ma adicional con fi­nes co­mer­cia­les turísticos orientados a la ven­ta de servicios al turista: oferta de alo­­ja­ mien­to, de alimentos y bebidas, de cir­cui­ tos y recorridos, transporte, guías tu­rís­ti­cas y fo­lle­tos, recuerdos del lugar (sou­ve­nirs) y ar­te­sa­nías, ser­vi­cios médicos y fi­nan­cie­ros, en­tre otros. Esto significa que la presencia per­ma­ nen­te de la actividad turística ejerce una fuerte presión sobre los re­cur­sos de suelo, agua, energía eléctrica; y también sobre las especies de flo­ra y fau­na, aun cuando son pre­ci­sa­men­te ta­les recursos los que po­si­bi­ li­tan la pre­sen­cia de turismo; son los lla­ma­ dos atractivos turísticos y el entorno que ha­ce posible la actividad. Esta dualidad de la actividad tu­rís­ti­ca ha propiciado que surjan dos mo­de­los o tipos de turismo. El pri­me­ro, lla­ma­do turismo de ma­sas o también con­ven­cio­nal, que pone el acento en la importancia económica de la ac­ti­vi­dad y aparentemente favorece el apro­ve­cha­mien­to al máximo del re­cur­so na­tu­ral. El ejemplo tradicional de es­­te ti­po de turismo es el conocido co­mo tu­­ris­­mo de sol y playa, que puede ob­­ser­­var­­se en Can­ cún o en Puerto Aven­tu­ras, Quintana Roo (figura 1). El segundo tipo, el llamado turismo de naturaleza o también turismo al­ter­na­tivo (fi­­gu­ra 2) que promueve el uso racional del re­­cur­so natural y li­mi­ta el acceso de los tu­

Foto: Renée Petrich

Figura 2. Turismo de naturaleza o turismo alternativo ris­tas a cier­tas áreas o ecosistemas frá­gi­ les, me­dian­te reglamentos de uso, control de permisos o establecimiento de cuo­tas ele­va­das. Ejemplos de este ti­po de turis­mo son el ecoturismo, el tu­ris­mo de aventura y el turismo rural o comunitario (Secretaría de Turismo, 2002).

El turismo de masas en el estado Por su importancia económica, el tu­ris­mo en el estado se ha desarrollado bajo el mo­ de­lo del tu­ris­mo de masas, que ha con­­sis­­ti­ do en infraestructura de hoteles y ser­vi­cios pa­ra turistas en la zona cos­te­ra. La­men­ta­ ble­men­te, por las características de la cos­­ta es­ta­tal (Bel­trán-Torres y Carricart-Ganivet, en es­te ca­pí­tu­lo), es­ta infraestrucutra se ins­ta­la en si­tios de du­na costera y man­gla­ res, los cua­les son erra­di­ca­dos de su me­dio na­tu­ral en for­ma per­ma­nen­te (fi­gu­ra 3), lo que con­lle­va efec­tos negativos para la cos­­ ta, los in­ver­sio­nis­tas y el go­bier­no. Por un lado, la zona y sus cons­truc­cio­nes quedan desprotegidas du­ran­te la tem­po­ ra­da de huracanes –da­do que la du­na y el manglar tienen efec­tos amor­ti­gua­dores de

este tipo de even­tos naturales (Cos­tan­za y co­la­bo­ra­do­res, 1989); y por el otro, el olea­je pro­vo­ca­do por huracanes se lleva las are­ nas que anteriormente eran re­te­ni­das por la duna. Esto im­pac­ta de manera negativa la ac­ti­vidad tu­rís­ti­ca por­que dis­mi­nu­ye la lle­ga­ da del tu­ris­mo, y cada año (des­pués de los hu­ra­ca­nes) la re­cu­pe­ra­ción de las pla­yas. Este tipo de desarrollo turístico se ha visto en el norte de Quintana Roo, par­ti­cu­ larmen­te en los municipios de Beni­to Juá­ rez, Isla Mujeres, Cozumel y So­li­da­ri­dad, y es aprovechado por em­pre­sas mul­ti­na­cio­ na­les, de capital es­pañol, estadounidense, ita­lia­no, francés, alemán y mexicano, que ge­ne­ran tal número de em­ple­os, que pro­ vo­can una corriente mi­gra­to­ria muy fuerte a la zona norte del es­ta­do; al punto que en los últimos diez años ha registrado el ma­ yor ín­di­ce de crecimiento poblacional de La­­­ti­­­no­­amé­ri­ca. En el nivel operativo, las empresas em­ plean tanto hombres como mujeres en pro­ por­­ción cercana al 50 %;1 en tan­to que en el ni­vel directivo se em­plea ma­yo­ri­ta­ria­mente a hom­bres, pro­venien­tes de la misma em­ pre­sa multinacional en otras regiones o países (Sie­rra, 2008).

1 Dato estimado con base en los resultados de la Encuesta Nacional de Empleo (Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática 1996) y datos de empleo en el sector derivados de la Cuenta Satélite de Turismo (Instituto Nacional de Geografía y Estadística, Secretaría de Turismo, 2004).

198 Uso turístico de los recurso naturales

Uso y manejo de los recursos naturales

Cuadro 1. Sitios de turismo de naturaleza en el estado Sitio turístico

Actividades de turismo de naturaleza

Isla Contoy, municipio Isla Mujeres Balnearios y centros recreativos en la ribera de Bacalar, municipio Othón P. Blanco

Observación de aves Kayaquismo, observación de flora y fauna, senderismo, ciclismo de montaña

Zonas arqueológicas de Chacchoben, Kohunlich, Oxtankah, Dzibanché, Chancaná y Kinichná en el municipio Othón P. Blanco

Ecoarqueoturismo

Circuito Sian Ka’an-Xcalac: Vigia Grande, Los Gaytes, Los Aluxes de Muyil, Uyoochel Maya, Las Boyas, Punta Allen y Bahía Blanca, municipios de Felipe Carrillo Puerto y Othón P. Blanco

Observación de flora y fauna, buceo, senderismo interpretativo, kayaquismo

Banco Chinchorro y Arrecifes de Xcalak, municipio de Othón P. Blanco

Buceo, pesca recreativa

Circuito Puerta Verde: Nuevo Durango, Naranjal, San Ángel, Solferino, Chiquilá y Holbox, municipio Lázaro Cárdenas

Observación de flora y fauna, senderismo, ciclismo de montaña, rappel, buceo, fotografía rural

Zona Maya: Felipe Carrillo Puerto, Tihosuco, Muyil y Señor en el municipio de Carrillo Puerto así como José María Morelos en el municipio del mismo nombre

Talleres artesanales, etnoturismo, fotografía rural, observación de flora y fauna

Cenotes en el municipio de Solidaridad

Espeleobuceo, senderismo, observación de flora y fauna

Arrecifes de Cozumel

Buceo

Fuente: Elaborado por el autor a partir de registros no publicados de la Secretaría de Turismo del Estado (2008) y Semarnat (2008).

El turismo de naturaleza Ante la perspectiva de un turismo cre­cien­ te, se ha promovido el tu­ris­mo de na­tu­ ra­le­za mediante proyectos en los que se

bus­ca aprovechar los recursos na­tu­ra­les y cul­tu­ra­les ubicados en comu­­ni­­da­­des pe­ que­ñas o en áreas pro­te­gi­das, naturales y ar­queo­ló­gi­cas, me­dia­nte un turismo no ma­si­fic ­ a­do, con­­tro­la­do y de bajo impacto.

Foto: Jorge Correa (Ecosur)

Figura 3. Turismo de sol y playa o turismo de masas. Puerto Aventuras, municipio de Solidaridad, Quintana Roo

Es­to empieza a observarse en sitios como Hol­box, municipio Lá­zaro Cárdenas; en los bal­­nea­rios de la Laguna de Bacalar y en las zo­nas arqueo­ló­gi­cas de Chacchoben y Ko­ hun­lich, en el municipio Othón P. Blanco; y en áreas naturales pro­te­gi­das, como Sian Ka’an y Banco Chin­cho­rro (cuadro 1). En estos sitios la actividad turística no es la base de la economía, pero representa una aportación importante para las co­mu­ ni­dades y para quienes tienen per­miso o concesión de trabajar en esos lugares, pues el empleo ge­nera­do y los beneficios eco­nó­ mi­cos son para ellos. La estructura de los pro­yec­tos del turismo de naturaleza es muy si­mi­lar a la organización tra­di­cio­nal de las co­ mu­ni­da­des rurales, lo que determina la for­ ma de tomar de­ci­sio­nes para el pro­yec­to, la división y especialización del tra­ba­jo, así como para la distribución de los in­gre­sos. En este tipo de turismo, se pre­fie­ren in­ ver­sio­nes menores, con in­fra­es­­truc­tu­ra no agresiva hacia el ambiente; se uti­li­zan fuen­ tes de energía alternativa y se apro­ve­­chan los materiales lo­ca­les. Del mismo mo­do, las actividades rea­li­za­das en estos si­tios hacen énfasis en la conservación de los recursos y pro­mue­ven que el impacto eco­nó­mi­co se refleje en programas de mi­ti­ga­ción del im­ pac­to, de recuperación y de es­tu­dio de los eco­­sis­­te­mas (cuadro 2).

199 Uso turístico de los recursos naturales

Capítulo 3

7.5 7.0 6.5 Visitantes x 100  000

El turismo en el estado es una activi­dad per­ma­nen­te; sin embargo, el arribo de tu­ ris­tas en los sitios de tu­ris­mo con­ven­cio­nal, se incrementa en las lla­ma­das tem­po­ra­das al­tas, coin­ci­den­tes con los periodos va­ca­ cio­na­les de los visitantes. Pa­ra visitantes nacio­na­les es la Se­ma­na Santa, el verano y las fiestas de­cem­brinas. En tanto que pa­ ra vi­si­tan­tes internacionales, prin­cipalmen­te de Estados Unidos y Ca­na­dá, los pe­rio­dos va­ca­cio­nales son en primavera, entre mar­zo y abril; en ve­ra­no, durante julio; y el lar­go in­­­vier­no, de noviembre a enero. La fi­gu­ra 4 mues­tra la afluencia de tu­ris­tas por sitio tu­rís­ ti­co para el año 2008.

6.0 5.5 5.0 4.5 4.0 3.5 3.0

Distribución y futuro crecimiento

ene. feb. mar. abr. may. jun. jul. ago. sep. oct. nov. dic.

Fuente: Secretaría de Turismo, 2008.

Los sitios de destino turístico se dis­tri­bu­yen prácticamente en toda la su­per­fi­cie es­ta­ tal; sin embargo, se ob­ser­va que es en la costa norte donde prin­ci­pal­men­te se en­ cuen­tran los si­tios de turismo de masas, mientras que en la zona continental y en el sur del estado, desde la reserva de Sian Ka’an hasta el lí­mi­te fronterizo con Be­li­ce, se encuentran los sitios de tu­ris­mo de na­tu­ ra­le­za, que reciben flu­jos de turistas mu­cho menores y no han de­­sa­rrollado aún in­fra­ es­truc­tu­ra e ins­ta­la­cio­nes que im­pac­ten el en­tor­no. La trascendencia económica del tu­ris­mo pa­ra el estado ejerce una presión im­por­tan­ te para la expansión de los si­tios turísticos

Mes

Figura 4. Visitantes a Quintana Roo, 2008

ha­cia la costa sur; por ello se prevé para el futuro que el proyecto Costa Maya, que abar­ca la zona costera desde Mahahual has­­ta la punta de Xcalak en el municipio de Othón P. Blanco, reciba inversiones para el desarrollo de infraestructura su­­fi­cien­te pa­ ra recibir tu­ris­tas en can­ti­da­des si­mi­la­res a las que acu­­den por ejem­plo a Co­zu­mel. Del mis­mo mo­do, se prevé que la ciu­­dad de Che­tu­mal se constituirá en un cen­tro re­cep­ tor de tu­ris­tas que acudirán a los sitios de tu­ris­mo de naturaleza, en can­ti­da­des me­­no­res pe­ro crecientes, lo cual pue­­de significar una se­­ria amenaza para los re­cur­sos

na­tu­ra­les lo­ca­les si no se lleva a ca­bo una ade­cua­da ges­tión y un control y mo­ni­to­reo es­tric­to de las repercusiones de la ac­ti­vi­dad. Las actividades del turismo no de­be­­rían afec­tar negativamente los re­cur­sos na­tu­ ra­les sobre los cuales se sos­tie­nen; exis­ ten ejem­plos na­cio­na­les e in­ter­na­cio­na­les que mues­tran que el tu­ris­mo puede pla­ni­ fi­car­se co­mo una ac­tividad sos­te­ni­ble que apor­ta be­ne­­fi­­cios para los eco­sis­te­mas, las co­mu­ni­da­des locales y los tu­ris­tas. Sin embargo, para que esto se cumpla se requiere una mayor coordi­na­ción de esfuerzos en­tre los distintos niveles de go-

Cuadro 2. Actividades de turismo de naturaleza Ecoturismo • Observación de flora y fauna, de atractivos naturales, de fósiles, de eco­sis­temas, geológica y sideral • Safari fotográfico • Senderismo interpretativo • Rescate de flora y fauna • Proyectos de investigación biológica • Talleres de educación ambiental

Turismo de aventura • Buceo libre, autónomo y espeleobuceo • Descenso de ríos • Kayaquismo • Pesca recreativa • Montañismo, escalada, rappel y cañonismo • Cabalgata • Espeleísmo • Ciclismo de montaña • Caminata • Vuelo en globo, en ala delta, en parapente y en ultraligero • Paracaidismo

200 Uso turístico de los recurso naturales

Turismo rural • Talleres artesanales • Etnoturismo • Ecoarqueología • Agroturismo • Preparación y uso de medicina tradicional • Talleres gastronómicos • Fotografía rural • Aprendizaje de dialectos • Vivencias místicas

Uso y manejo de los recursos naturales

bierno, los ins­titutos y uni­ver­si­da­des, y la ciuda­da­nía en ge­ne­ral, de mo­­do que se apliquen de ma­ne­ra extendida los es­fuer­ zos que hasta aho­­ra realizan de for­ma independiente la Secretaría de Tu­ris­mo, a través de sus pro­­gra­mas de Tu­ris­mo de Naturaleza y de Agen­­da 21 pa­ra el turismo; la Secretaría de Medio Am­biente y Re­­cursos Natura­les, que cuen­­ta con una Di­rec­ción de Tu­rismo con programas es­pe­cí­fi­cos pa­ra fo­men­tar el eco­tu­ris­mo y el tu­­ris­mo de

bajo impacto; el Consejo Na­cio­nal para la Cultura y las Ar­­tes, que pro­mueve el turismo ar­queo­ló­gi­co; la Se­cretaría de Turismo del es­ta­do, a través de sus programas de apoyo coor­di­nado a proyectos de turismo de na­tu­ra­leza; la Secretaría de De­sa­rro­llo Ur­ba­no y Medio Ambiente, me­dian­te los or­de­na­mientos ecológicos y pro­gra­mas de ma­ne­jo ambiental que in­clu­yen ac­ti­vi­da­des turísticas; los gobiernos mu­ni­ci­pa­les, a través de sus de­pen­den­cias tu­rís­ti­cas; además de una

gran cantidad de or­­ga­ni­za­cio­nes no gubernamentales, que promue­­ven el de­sarro­llo de proyectos de tu­ris­mo comu­­ni­tario, de ecoturismo y de tu­ris­mo de ba­jo im­pac­to, así como pro­gra­mas de con­ser­va­ción de la bio­ di­ver­si­dad, de pro­tec­ción de la naturaleza y de fo­men­to a la cultura lo­cal, que in­clu­yen vi­si­tas tu­rís­ti­cas o que ven en la actividad una po­si­bi­li­dad pa­ra fi­nan­ciar dis­tintos pro­ yec­tos, y que tie­nen su área de acción en el territorio es­ta­tal.

Literatura consultada • Costanza, R., Farber, C. y Maxwell, J. 1989. Valuation and ma­ na­gement of wetland ecosystems. Ecological eco­nomics 1:335-361. • Dachary, A. C y Arnais, S. 1990. Quintana Roo: sociedad, eco­ no­mía, política y cultura. unam, México. 137 pp. [Colección biblioteca de las entidades fe­de­rativas]. • Denman, R. 2001. Directrices para el desarrollo del tu­ris­mo co­mu­ ni­ta­rio. wwf Internacional, Londres. 28 pp. • González, A. 2009. El turismo desde un enfoque de so­cio­logía cons­tructivista. En: Teoría y Praxis, núm. 6, Cozumel, Q. R. • Güemes, F. 2007. Entorno globalizado y eficiencia eco­nó­mica de pe­que­ñas empresas de turismo de naturaleza en el Estado de Quintana Roo, México. En: Gestión Tu­rís­tica, núm. 8. Ins­ti­tu­to de Turismo, Universidad Aus­tral de Chile, Valdivia, Chi­le. pp. 47-60. • Gutiérrez, J., Castillo, R., Castañeda, J. y Sánchez, J. A. 1984. Re­ cursos naturales y turismo. Editorial Limusa, México. 226 pp. • Hernández, I., Jiménez, J., Montes, R. y Jiménez, F. 2006. Di­se­ ño par­ti­cipativo del plan estratégico de turismo pa­ra el de­sa­ rro­llo rural sustentable de la zona maya de Quintana Roo. En: Gasca, J. (Coordinador). La cons­truc­ción de perspectivas de desarrollo en Mé­xi­co desde sus regiones. Amecider, Mé­xi­co. 378 pp. • Hiernaux, D. (Compilador). 1989. Teoría y praxis del es­pa­cio tu­rís­ ti­co. uam, Unidad Xochimilco, México. 175 pp. • inegi. 1996. Quintana Roo: Encuesta nacional de empleo. inegi, México. 203 pp. • ––––– y Secretaría de Turismo. 2004. Cuenta satélite del tu­ris­mo en México: 1998-2003. inegi, México. 360 pp.

• Organización Mundial del Turismo, Consejo Mundial de Viajes y Turismo, Consejo de la Tierra. 1996. Agenda 21 para la in­ dus­tria de viajes y turismo. Madrid, España. 27 pp. • ––––– 2005. Indicadores de desarrollo sostenible para los des­ti­ nos turísticos: guía práctica. Madrid, España. 546 pp. • Pérez, G. y Carrascal, E. 2000. El desarrollo turístico en Can­ cún, Quintana Roo y sus consecuencias sobre la cu­bier­ta ve­ge­tal. En: Investigaciones Geográficas, núm. 043. unam, Mé­xi­co. pp. 145-166. • Secretaría de Turismo. 2001. Estudio estratégico de viabilidad del segmento de ecoturismo en México. Cestur-Sectur, México. 156 pp. • ––––– 2002. Turismo alternativo: una nue­va forma de hacer tu­ris­ mo. Fascículo 1, México. 32 pp. [serie: Tu­ris­mo Alternativo]. • ––––– 2004. Manual para la gestión del desarrollo turístico municipal. Sectur, México. 188 pp. • ––––– 2008. Datatur: Banco de Información Estadística del Tu­ris­ mo en México. Disponible en: www.datatur.sectur.gob.mx. • Secretaría de Turismo y Semarnat. 2004. Agenda 21 para el turismo me­xi­ca­no: un marco de acción para el desarrollo sus­ten­ta­ble de la actividad turística. Sectur-Semarnat, México. 188 pp. • Semarnat. 2003. Guía de normatividad ambiental aplicable al eco­tu­ris­mo co­mu­ni­tario. Semarnat, México. 110 pp. • Sierra, L. 2008. Mayas migrantes en Cancún Quintana Roo. Pla­ za y Valdés, México. 322 pp.

Acerca deL autor Alfonso González Damián Especialidad: Turismo, sociología del turismo y geografía del turismo Institución: Universidad de Quintana Roo E-mail: [email protected]

Profesor-investigador en la Universidad de Quintana Roo, integrante del cuer­po académico de Geografía y Geomática de la División de Cien­ cias e Ingeniería. Es investigador nacional del sni, nivel I. Se ha de­sem­ pe­ñado como docente desde 1989 y como in­ves­ti­ga­dor desde 1998, colaboró para la Secretaría de Turismo federal y para los gobiernos municipales de Toluca y Metepec; ade­más ha tra­ba­ja­do en empresas turísticas y en proyectos de turis­mo co­mu­ni­ta­rio. Sus publicaciones incluyen artículos académicos en revistas ar­bi­tra­das y capítulos de libros, resultado de in­ves­ti­ga­ción sobre temas turísticos.

201 Uso turístico de los recursos naturales

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.