Urbanismo social, panorama actual y la importancia del espacio público en la integración de los grupos sociales

June 6, 2017 | Autor: Alberto Balderrama | Categoría: Urban Planning, Urban Sociology, Arquitetura e Urbanismo, Espacios Urbannos Publicos
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Descripción

Urbanismo social, panorama actual y la importancia del espacio público en la integración de los grupos sociales. Alberto Balderrama Carmona **

Resumen El urbanismo social, un tema que es de gran relevancia en nuestros tiempos y que posee un gran impacto hoy en día en las ciudades latinoamericanas, pues en los últimos años se le ha dado cada vez más importancia al tema de la planificación urbana. Conforme pasa el tiempo las ciudades experimentan fenómenos sociales que se reflejan en la calidad de vida del habitante urbano es por eso que urge implantar un modelo de planeación que dé prioridad a las zonas con mayor problemática urbana y así romper las barreras que han generado una desintegración social reflejada en los distintos grupos de la población. Introduciéndonos a la problemática actual urbana veremos los fenómenos que se están presentando en las grandes urbes a nivel nacional e internacional. Esta perspectiva nos obliga a la búsqueda de soluciones donde las políticas del urbanismo social parecen proveer un método de planificación que aparentemente encaja en las ciudades de habla hispana así pues tomando como ejemplo al “Modelo Medellín” se analizara en voz de diferentes autores. La mala planificación y la pobreza reflejan fenómenos que aíslan a la población creando barreras que dan pie a la desintegración social, aquí los espacios públicos juegan un papel importante como vías de comunicación para la integración de los grupos sociales. El objetivo de este ensayo es analizar los fenómenos urbanos que se están presentando en la actualidad y llevar al urbanismo social al centro del debate político para impulsar un modelo de planeación que nos ayude a crear espacios benéficos para la sociedad y romper las barreras que favorecen a la desintegración y al aislamiento de los grupos sociales.

Palabras clave: Urbanismo social, planeación de transición, espacios públicos, grupos sociales.

* Este trabajo forma parte de la materia de Introducción a la planificación del programa de la Maestría en Desarrollo Urbano, de la Universidad de Durango, Campus Chihuahua. ** Estudiante de Maestría en Desarrollo Urbano en la Universidad de Durango Campus Chihuahua, México. Ingeniero Civil e Ingeniero en Sistemas Topográficos por parte de la UACH

Panorama a un futuro incierto. La tendencia de los asentamientos humanos conllevará a que la mayoría de población migre de una sociedad rural a la ciudad o mancha urbana. Como consecuencia esto será un grave problema en los próximos 30 años debido a las conglomeraciones desordenadas y la mala planeación que presentan las ciudades en Latinoamérica y algunas partes del mundo actualmente (Sánchez González 2011). Más del 50% de la población mundial vive en centros urbanos y se estima que antes del año 2050 este porcentaje crecerá a un 75% (Echeverri, M. Orsini 2010; ONU-Habitat 2006). Se prevé que en este lapso la mayor parte de la población radique en las ciudades, trayendo como consecuencia grandes aglomeraciones y crecimiento desordenado en las urbes actuales arrojando un panorama que enfrentan las grandes urbes alrededor del planeta y que hoy en día es un fenómeno real. Actualmente podemos ver los enormes retos que enfrentan las grandes ciudades. Problemas que involucran no únicamente aspectos técnicos - arquitectónicos e ingenieriles sino también psicológicos, económicos y sociales. Todos estos tendrán un gran impacto en el bienestar de la vida diaria del habitante urbano. Según expertos los excesivos crecimientos que están teniendo nuestras ciudades en México y Latinoamérica están generando problemas de desigualad, pobreza, degradación y el mal uso del suelo, esto debido a que no hay un método de planeación urbana y por ende termina generando ciudades sin forma y sin sentido (Sánchez 2012; Iracheta 1997a). Esto es un grave problema por lo que debe ser prioridad en las agendas de los gobiernos en sus diferentes jerarquías.

Sin duda la mancha urbana ha cambiado y evolucionado a través del tiempo, no podemos decir que nuestra ciudad es la misma que hace 20 años puesto que las condiciones, aspectos culturales, sociales, movibles y económicos son diferentes, esto nos lleva a comprender que las futuras planeaciones deben adaptarse a una sociedad en constante movimiento y prever los posteriores problemas que esta pueda generar.

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La ciudad de Chihuahua ha sufrido un extraordinario crecimiento a lo largo de 30 años aumentando su población, vivienda, ampliándose la mancha urbana pero también la necesidad de los servicios básicos para el habitante promedio. El crecimiento a partir de los años 1980 al 2005 pasó de una superficie urbana de 8,489 a 19,024 hectáreas, esto nos habla de una expansión del territorio por más del doble. (IMPLAN 2013). Tal crecimiento de la superficie urbana nos ha llevado a sobreexplotar de manera desordenada el territorio, causando la desigualdad social y la desintegración de la sociedad en distintos sectores de la ciudad.

Viéndolo desde una perspectiva mundial, en las ciudades más desarrolladas de Estados Unidos y Japón se están presentando fenómenos debido a una transformación de una sociedad rural en una predominante urbana en un lapso de tiempo de una sola generación (Louis Wirth 2005) generando uno de los más notables problemas que se analizan actualmente, la vivienda.

Según Stephen Melman director de servicios económicos de la NAHB (National Asociation of Home Builders US) asegura que desde el año 2007 se ha reducido el tamaño de la vivienda americana hasta en un 10% del tamaño promedio y lo seguirá haciendo, creando viviendas de menor tamaño y con mayor eficiencia (NAHB 2012). El espacio que las grandes ciudades están ocupando sigue en constante aumento lo que obliga que los asentamientos humanos sean cada vez más pequeños y contengan a la población urbana.

Demos la vuelta al mundo y vallamos a Japón el cual es un país pequeño, pues su superficie total apenas alcanza a los 376.000 km. De éstos sólo un quinto es viable de ser utilizado en desarrollo urbano (Santiago Ortuzar 1986; Iemura, 1979), en este país las políticas de uso de suelo deben ser estratégicamente adecuadas para lograr avances, pasando a ser un tema de prioridad nacional asegurando de no desperdiciar este valioso recurso (Santiago Ortuzar 1986) he aquí la importancia del uso de suelo y su debida reglamentación en el tema de vivienda.

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En México la vivienda continúa bajando la superficie mínima de construcción siguiendo el fenómeno que se presenta en distintas partes del mundo pero no parece haber logrado grandes avances en materia de innovación, sustentabilidad y eficiencia. En la ciudad de Chihuahua el tamaño reglamentado para una vivienda de interés social ronda entre los 30 a 36m2 según el equipamiento que posea (Recámara, alcoba, estancia, comedor y cocina). (Alcaldía de Chihuahua 2009). Aparentemente este tipo de vivienda parece estar dañando la integridad de una familia promedio trayendo como consecuencia violencia intrafamiliar, malos hábitos que solo afectan la mala calidad de vida en la sociedad. Sin embargo a pesar de vivir en un panorama oscuro e incierto en la planificación urbana, en los últimos años la sociedad ha encontrado al urbanismo y a la planificación como tema prioritario en las agendas gubernamentales y últimamente se le ha dado importancia a este tema (Palacio Barra 2011). Así pues, el reto para el planificador es lograr anticipar los problemas que actualmente se ven en las grandes metrópolis creando espacios y transformándolos en lugares que la sociedad adopte y al mismo tiempo prever el panorama para lograr el ordenamiento del territorio.

Barrio de Santa Fe, Cd. de México (Mayo 2014) fotografía: Oscar Ruiz, como parte de la campaña “Borra las diferencias” para Banamex.

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Urbanismo social, una ventana hacia una mejor planificación. La ciudad es claramente algo complicado, las dificultades con las que encontramos al estudiar el fenómeno urbano son atribuidas a la misma complejidad relacionada a la ciudad (Harvey 1973) La planificación urbana no es fácil pues las variables a los problemas son ciclópeas y complicadas, no identificarlas correctamente nos llevara a un mal diagnóstico de nuestra urbe. Como habíamos mencionado anteriormente las ciudades latinoamericanas estarán ante un panorama de carácter pesimista y desordenado (Sánchez González 2011) donde la desigualdad social creará a su vez personalidades que provocan la desintegración de una sociedad (Lynch 1960). Las barreras sociales creadas a partir de una mala planificación, que comúnmente se perciben entre las ciudades mexicanas y de América Latina, propiciaran la pobreza urbana (Lozano 1997; Sánchez González 2011) repercutiendo en la calidad de vida del habitante promedio. Es por esto que urge un nuevo modelo de planeación urbana que nos lleve al ordenamiento del territorio, y que aparece como consecuencia de viejos modelos de planeación urbana centralistas que se adoptaron de países desarrollados. Es aquí donde vemos a las políticas de urbanismo social como una ventana a dicha planificación. El término de Urbanismo Social se refiere a un modelo de intervención del territorio que comprende la transformación física así como la intervención social, la gestión institucional y la participación comunitaria promoviendo la igualdad territorial (Alcaldía de Medellín 2008). Entonces, se puede ver al urbanismo social como una regeneración de las administraciones públicas y creador de canales de comunicación que permitan interacción entre una sociedad y sus actores políticos. Así pues el urbanismo social aparece como una posibilidad de transformación política y urbana (Montoya Restrepo 2012).

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Análisis al modelo Medellín En muchas ciudades mexicanas así como latinoamericanas se viven los problemas que conlleva una planificación desordenada, más sin embargo se están adaptando modelos que han logrado resultados positivos en la integración social. Tal es el caso de la ciudad de Medellín, Colombia. Medellín ha sido caracterizada por sus altos índices de inseguridad, violencia y segregación social pero en los últimos años, gracias a la aplicación de modelos de urbanismo social, ha logrado un proceso de renacimiento urbanístico (Echeverri, M. Orsini 2010). Ante esto y tomando de ejemplo varias ciudades latinoamericanas podemos asegurar que mal ordenamiento del territorio desencadena ciertos fenómenos sociales que generan la inseguridad entre sus habitantes y por ende conllevan a una mala calidad de vida. Desde los años noventa las instituciones públicas y no gubernamentales de Medellín han logrado implementar programas que transformen la calidad de vida de los habitantes de los barrios marginados y así compensar la deuda social que con el tiempo se estaba agravando (Echeverri, M. Orsini 2010). Dejando claro que la planeación urbana debe de ir ligada a estrategias o programas de carácter social que ayuden a la integración de la sociedad. Actualmente el termino de urbanismo social se ha vendido internacionalmente como “El modelo Medellín” debido al éxito que ha logrado esta ciudad al implementar políticas de urbanismo social. Este modelo de planeación realizo proyectos urbanos integrales (PUI) que son descritos como instrumentos de planeación e intervención en las zonas con mayor indicie de marginalidad, segregación, pobreza y violencia (EDU, Empresa de Desarrollo Urbano.). Estos proyectos de integración tienen como objetivo lograr la participación de la sociedad en la creación de nuevos espacios benéficos para su comunidad los cuales a su vez logran elevar el espíritu de pertenencia y el nivel de compromiso a la colonia (Echeverri, M. Orsini 2010) creando canales de comunicación entre las instituciones públicas y la población en general. Dadas estas ideas se propone un debate hacía de un método de planeación de transiciónglobal que localice los sectores más necesitados sin quebrantar la esencia de un plan de desarrollo urbano a largo plazo. 6

Recordemos que la planificación urbana no solo abarca temas técnicos o metodologías de planeación si no también abarca temas políticos y sociales. (Sánchez 2012; Iracheta 1997b) Así pues, creando programas que ayuden a integrar a la sociedad servirán como complementos en la creación de nuevos espacios urbanos, de lo contrario solo se lograría la mitad del objetivo, y hasta en ciertos casos llegando al fracaso. Implantar un modelo de planeación urbana no nos garantiza el éxito de este, solo adaptándolo y recaudando información mediante los estudios adecuados se lograran los objetivos deseados. En palabras de Wirth, “una ciudad de una sola industria presentara características sociales diferente a la de una ciudad con muchas industrias” (Louis Wirth 2005). Por ejemplo una ciudad del sur respecto a una del norte, una zona industrial respecto a una residencial, etc. Pero no solo implementando este modelo ayudara a la creación de proyectos que integren a la sociedad sino que debe de ser el complemento de las normas jurídicas que poseen las autoridades en sus distintos niveles (Montoya Restrepo 2012). Poco conocemos del comportamiento de la ciudad y es por eso que Medellín es hoy en día un laboratorio viviente en el nuevo paradigma de planeación urbana y cohesión social (Montoya Restrepo 2012; Velázquez Monsalve 2011)

Proyecto Urbano Integral Nor-Oriental, paseo urbano calle 106 Ciudad de Medellín, Colombia, “Urbanismo Social Medellín (2004-2011), del miedo a la esperanza”

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Espacios públicos y la integración de los grupos sociales. La densidad, los valores del suelo, las rentas, la accesibilidad, las características estéticas y la ausencia de contaminaciones visuales, el ruido, el humo y suciedad determinan la preferencia de diversas áreas de la ciudad como lugares donde se establezcan los diferentes sectores de la población. De tal modo que las personas que compartan estatutos y necesidades de carácter social se agrupan inconscientemente o son forzadas a hacerlo debido a las circunstancias que abarca una misma área, generando la creación de diferentes grupos sociales (Louis Wirth 2005). Estos grupos sociales poseen una cierta particularidad de ver el espacio que los rodea así como de interpretarlo, este espacio es variable de un grupo a otro y también cambia con el tiempo, de esta manera se definen lugares que posean significados simbólicos, con los cuales se identifique la sociedad (Harvey 1973). Según expertos (Harvey 1973; Mils 1959) el lograr entender una ciudad como un espacio social es complejo y se encuentra más allá de solo ser un aspecto físico al que comúnmente están acostumbrados el ingeniero y planificador. Sin duda crear espacios que sean utilizados por la sociedad lograra equilibrar e integrar a una sociedad que vive apartada por la pobreza y desigualdad social. Al hablar de espacios y lugares nos sumerge en una disyuntiva de definiciones y discusiones por lo que no se abundara en la definición del concepto de espacio y nos quedaremos con una idea más simple de este, como nos lo hace ver Peimbert Duarte en su análisis de “Espacio público, lugar y paisaje”, según Yi-Fu-Tuan (1977) el "espacio es transformado en lugar cuando adquiere definición y significado" (Peimbert Duarte 2014). Así mismo se estará usando el concepto de espacio público el cual definiremos como lugar de convivencia social. Este espacio público aparece como propio de la era moderna el cual se somete a diferentes discusiones pero sigue siendo un espacio experimentado por la ciudadanía y por ende por el comportamiento y acciones que tienden a reflejar. (Hansen 2002).

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Parece ser que los espacios públicos, según algunos expertos (Sannett, Jacobs), carecen de autenticidad, lo que limita la interacción entre sus habitantes, Hansen (2002) basado en Judd (1996) nos hace ver con un breve ejemplo, la diferencia entre los mercados y los “malls” donde se pierde la interacción, el intercambio de ideas y experiencias sociales hasta llegar al punto donde únicamente prevalece el deseo de consumir. De este modo concuerdan que el espacio público está condenado a la desaparición. Sin embargo autores post modernistas como Soja (2000), Davis (1990), o Caldeira (2000) coinciden que los espacios públicos tales como plazas, calles y espacios libres donde se realizan encuentros, festivales, demostraciones y entretenimientos son lugares de debate y encuentro social. (Hansen 2002). Así pues la interacción de los diferentes grupos sociales tiende a estar ligada a estos espacios públicos pero no del todo, pues no podemos decir con certeza que creando espacios públicos nos garantice dicha interacción. Harvey (1973) hace cita a dos planteamientos, un mal diseño puede influir negativamente y un buen diseño puede hacerlo positivamente pero el diseño en si no constituye la conducta humana. (Gans 1969). El verdadero problema no es tanto el tipo de ambiente que queremos sino que tipo de hombre queremos (Sommer 1969). Es importante aclarar que existe una gran diferencia en cuanto a los lugares por ejemplo, un “mall” y una plaza son socialmente diferentes más sin embargo esta última no queda exenta a ser víctima del consumismo. De igual manera estos espacios están expuestos a ser utilizados para fines políticos, marchas obreras, plantones, etc., creando símbolos de identidad que tal vez no fueron los deseados por el planificador. En palabras de Hall (1988) coincidimos que, “la misión del urbanista es eliminar los lugares donde la enfermedad, la pobreza moral, la infelicidad y el socialismo crecen” (Hall, 1988). Dada esta problemática el planificador deberá ser imaginativo construyendo espacios creativos abiertos a la crítica (Sánchez González 2013) logrando entrelazar el espacio con la sociedad el cual que permita aplicar estrategias de integración que generan esa cohesión entre las colonias que albergan a los grupos sociales.

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Estas estrategias formativas transdiciplinarias como las describen Kaplan, Gutiérrez, Winfield, contienen proyectos que incluyen talleres comunitarios los cuales solo tienen como fin rescatar los valores, resolver problemas y dinamizar el espacio público creando símbolos de identidad y convivencia (Kaplan, Gutiérrez y Winfield 2013).

Conclusión El desmesurado crecimiento de la mancha urbana ha generado barreras, muros que aíslan a la sociedad de la realidad que viven sus urbes. En palabras de Luis Wirth “cuanto mayor es el número de individuos que participan en un proceso de interacción mayor es la diferencia potencial entre ellos” (Louis Wirth 2005). Es por esto que hoy en día el urbanismo debe formar parte de nuestra vida diaria (Louis Wirth 2005), lograr ver la ciudad con imaginación y llevarla hacia un futuro donde prevalezca el ordenamiento del territorio, este es el reto para el nuevo planificador urbano. Creando conciencia en la población recuperando esa identidad y simbolismo que tiene cada parte de la ciudad es tan solo el primer paso hacia una buena planificación. El urbanismo social lo considero como una ventana hacia una mejor planificación urbana de transición global, pues adaptando (sin reproducir) estos modelos de planeación forjara propuestas a los problemas que actualmente sufren nuestras principales urbes del país. Que a medida que pasa el tiempo crecen en un ambiente desordenado y olvidado. Concuerdo con Echeverri y M. Orsini respecto a los costes que estas nuevas políticas de urbanismo social puedan causar, por lo cual habrá que buscar planes de financiamiento tratando de consumir el menor recurso público posible (Echeverri, M. Orsini 2010), pues el ordenamiento del territorio es un proceso lento que requiere de grandes inversiones y muchos años para lograr percibir cambios notables. Temas como el espacio público e integración de grupos sociales sin duda juegan un papel importante en la creatividad y el desarrollo cultural de la sociedad. Las políticas de integración social ayudaran a reestablecer las vías de comunicación que yacen abatidas para un mejor encuentro social. Modelos de planeación urbana como el caso Medellín, integra a una sociedad que es excluida en la toma de decisiones y que solo los actores de la planificación urbana poseen, así pues esta ideología del urbanismo social también puede ser 10

instrumentalizada por aquellos sectores ciudadanos que deseen instalarse en la participación ciudadana para la realización de proyectos alternos hacia el debate público (Montoya Restrepo 2012), generando una sociedad que integre, imagine y aporte ideas para el beneficio de la misma.

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