\"Urbanismo dibujado. La cuadrícula en América en el siglo XVI\". En Estudios de Arte e Historia en Homanaje al Dr. Salvador André Ordax. Valladolid: Universidad de Valladolid, 2013. pp. 383-389. ISBN: 978-84-8448-761-6

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Descripción

MIGUEL ÁNGEL ZALAMA – PILAR MOGOLLÓN CANO-CORTÉS Coordinadores

Alma Ars ESTUDIOS DE ARTE E HISTORIA EN HOMENAJE AL DR. SALVADOR ANDRÉS ORDAX

Comité científico Dr. D. Víctor Nieto Alcaide, UNED y Real Academia de BB.AA. de San Fernando Dr. D. José Manuel García Iglesias, Universidad de Santiago de Compostela Dr. D. Miguel Cortés Arrese, Universidad de Castilla La Mancha Dra. Dª Lurdes Craveiro dos Anjos, Universidade de Coimbra Dr. D. António Filipe Pimentel, Museu Nacional de Arte Antiga, Lisboa Dra. Dª Dalila Rodrigues, Centro Cultural Belem (Lisboa)

Con la colaboración de: • Colegio Mayor de Santa Cruz de la Universidad de Valladolid • Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Valladolid • Diputación Provincial de Cáceres

© LOS AUTORES, VALLADOLID, 2013 EDICIONES UNIVERSIDAD DE VALLADOLID UNIVERSIDAD DE EXTREMADURA Todas las fotografías se publican bajo la responsabilidad de los autores de los textos correspondientes Diseño de cubierta: Ediciones Universidad de Valladolid Motivo de cubierta: Documento fundacional del Colegio de Santa Cruz, de Valladolid. Biblioteca histórica del Colegio ISBN (Universidad de Valladolid): 978-84-8448-761-6 ISBN (Universidad de Extremadura): 978-84-7723-602-3 Dep. Legal: VA-726-2013 Preimpresión: Ediciones Universidad de Valladolid Imprime: Imprenta Manolete, S.L. - Valladolid No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, ni su préstamo, alquiler o cualquier otra forma de cesión de uso del ejemplar, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.

Urbanismo dibujado. La cuadrícula en América en el siglo XVI RAFAEL LÓPEZ GUZMÁN Universidad de Granada

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concreta en instrucciones tan tempranas como las dadas a los frailes jerónimos que gobiernan la isla de la Española en relación con los pueblos que debían fundar. Así, junto al cálculo de vecinos que tendrían estos asentamientos, la definición de calles y plazas, el reparto de solares primando el de la iglesia, el reservado para hospital y los necesarios para los caciques, se especifica el territorio del entorno y su utilización, señalando que se debe repartir entre los vecinos del lugar: “…dando de lo mejor a cada uno de ellos parte de tierra donde puedan plantar árboles y otras cosas y hacer montones para él y para toda su familia más o menos, según la calidad de la persona y cantidad de la familia; y al cacique tanto como a cuatro vecinos. Lo restante quede para el pueblo, para ejidos y pastos y estancias de puercos y otros ganados” 6. Esa idea de control del espacio circundante en su conjunto la encontramos, igualmente, en las ordenanzas dadas por el Rey en 1560 sobre la nuevas poblaciones de la isla de Santo Domingo, en las que se señala la necesidad de que a cada pueblo se le otorgue “cuatro leguas de término y territorio en cuadra” y si no fuera posible por entrar en conflicto con otra población ya formada “lo que así faltare se les cumpla enteramente, prolongado o atravesado” 7. Ordenes que vuelven a aparecer, ya codificadas, en las normas de nuevas poblaciones de Felipe II especificando: “…se le den quatro leguas de término y territorio en quadro, o prolongado, según la calidad de la Tierra, de forma, que si se deslindare, sean quatro leguas en quadro, con calidad de que por lo menos disten los límites del dicho territorio cinco leguas de qualquiera Ciudad, Villa, o Lugar de Españoles, que antes estuviere poblado, y no haga perjuizio a ningún Pueblo de Indios, ni de persona particular” 8. Generalmente, al estudiar el urbanismo americano partimos de la realización de la ciudad de Santo Domingo por Nicolás de Ovando y referimos las normativas dadas por los Reyes Católicos al mismo en 1491, donde las ordenes se reducen a: “…haréis hacer las poblaciones y del número que os pareciere y en los sitios y lugares que bien visto os fuere” 9. Pese a lo genérico del planteamiento la ciudad de Santo Do-

uando analizamos las trazas de las ciudades realizadas a lo largo del siglo XVI en América señalamos la persistencia de retículas, diseñadas “a cordel y regla”, en su morfología urbana, con distintas variantes que van desde ejemplos con ciertas irregularidades hasta las realizadas con perfecta ortogonalidad, como el caso de Puebla de los Ángeles 1. Ahora bien, el modelo mas repetido fue el de cuadrícula, en damero con manzanas cuadradas, generalizándose en los territorios ocupados en esa centuria reunidos en los dos grandes virreinatos de Nueva España y del Perú 2. Este diseño repetido hasta la saciedad se desarrolló en lugares distantes, en cronologías diferentes y por actores variados, no existiendo, al parecer, ninguna normativa estricta sobre el cómo realizar los trazados de las nuevas ciudades 3. Sobre estas premisas, la finalidad básica de este texto es ejemplificar con dibujos ejecutados a lo largo del quinientos cómo distintas sociedades americanas visualizaron sus poblaciones ofreciendo una imagen en damero, con manzanas cuadradas, permitiendo objetivar las teorías urbanísticas no escritas o, por el contrario, con normativas de imposible plasmación empírica 4. Lo que estaba claro por parte de la monarquía hispana, desde el principio, era que la definición de poblaciones y la concentración en las mismas de los naturales tenían como objetivo fundamental el control del territorio 5. Esta idea se

1 Sobre Puebla de los Ángeles, Cfr. TERÁN BONILLA, J. A., Arquitectura y urbanismo del Centro Histórico de la Ciudad de Puebla, 15311917. Puebla, 2010. 2 Un texto pionero sobre este tema fue: NICOLINI, A. y SILVA, M., “La ciudad cuadricular”, Summa, 80-81 (1974), pp. 147-148. 3 Desde mi punto de vista, pese al paso del tiempo, la mejor síntesis sobre urbanismo hispanoamericano es el texto de Jaime Salcedo. Cfr. SALCEDO SALCEDO, J., Urbanismo Hispano-Americano. Siglos XVI, XVII y XVIII, Bogotá, 1996. También, a modo de síntesis, destacar el texto: SANZ CAMAÑES, P., Las ciudades en la América hispana. Siglos XV al XVIII, Madrid, 2004. 4 Como ha señalado Jorge Sainz, realizar una investigación “…con una serie de dibujos de un determinado autor o de una determinada época sería algo análogo a llevar a cabo una investigación puramente arquitectónica con un grupo de edificios realizados. Por tanto, sería parte de una teoría e historia del dibujo de arquitectura”. Cfr. SAINZ, J., El dibujo de arquitectura, Barcelona, 2005, p. 209. En nuestro caso asumimos estas premisas como metodología a seguir sustituyendo el término arquitectura por urbanismo. 5 Este sistema era similar al empleado en el imperio romano y llevado a cabo por los agrimensores. Cfr. PASTOR MUÑOZ, M. y LÓPEZ GUZMÁN, R., “Los sistemas de representación en los gromáticos latinos y su pervivencia en las imágenes de las ciudades hispanoamericanas”. En: ÁLVAREZ MORÁN, Mª C. e IGLESIAS MONTIEL, R. M., Con-

temporaneidad de los clásicos en el umbral del tercer milenio, Murcia, 1999, pp. 465-478. 6 SOLANO, F., Normas y leyes de la ciudad hispanoamericana, Madrid, 1996, pp. 47-48. 7 Ibidem, p. 169. 8 Recopilación de las Leyes de los Reynos de las Indias mandadas imprimir, y publicar por la Magestad Católica del Rey Don Carlos II, Madrid, Julián de Paredes, 1681 (reed. Madrid, Ediciones de Cultura Hispánica, 1973). Tomo Segundo. Libro IV. Titulo V. Ley VI. Fol. 88 vuelto. 9 SOLANO, F., Op.cit., p. 22.

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mingo obedece a un plan reticular, con manzanas de diversa longitud y con ausencia de ángulos rectos en su conjunto, lo que no quita que el modelo cuadrangular exista. Esta indefinición normativa se continúa cuando el rey Fernando ordena a Pedrarias Dávila en 1513 la formación de pueblos en Castilla del Oro, ya en tierra firme, aunque aparecen especificaciones de interés. Dice:

de forma precisa. Por ejemplo, cuando se define como tiene que ser la plaza se dice que “…sea en cuadro prolongada, que por lo menos tenga de largo una vez y media de su ancho…”; es decir, esquemas rectangulares, pasando a definir que “De la plaza salgan cuatro calles principales, una por medio de cada costado de la plaza, y dos calles por cada esquina de la plaza…”; propuesta que, teniendo en cuenta la diferencia de longitud de los lados de la plaza al ser rectangular, daría como consecuencia manzanas de diverso tamaño en el desarrollo de la traza. Esta normativa es totalmente ajena a la realidad de dameros construidos para esa fecha en América, a la que se añaden otras puntualizaciones como que no se ponga la iglesia en la plaza, y a la vez se indica que se den solares en la plaza para fábrica de la iglesia. También se ordena que no se adjudiquen solares a particulares en la plaza, cuando los fundadores lo primero que hacían, una vez dotadas las instituciones, era asignarse los mejores lugares de la misma. No obstante, la minuciosidad de esta normativa la convierte en un documento urbanístico de primer orden al tratar la mayoría de asuntos relativos a la formación de pueblos y ciudades, así como a su funcionamiento orgánico. Para nuestro interés cabe señalar que cuando se publican estas ordenanzas ya hay un número muy elevado de ciudades, en torno a doscientas 18, funcionando en América, muchas de las cuales están realizadas siguiendo el modelo de cuadrícula, el cual goza de prestigio y se entiende como modélico. De esta forma, a lo largo del quinientos las actas fundacionales de las distintas poblaciones se convierten en auténticos manifiestos sobre los objetivos de la monarquía, prioridades y formas de reparto y ocupación por parte de los pobladores. Estos documentos que encabezan los libros de actas de los cabildos americanos, en ocasiones se plasman visualmente con un esquema urbanístico útil para la distribución de los solares, convirtiéndose en las primeras planimetrías de estos enclaves, percibiéndose, en los mismos, la generalización y tendencia hacia la cuadrícula perfecta. Entre ellos podemos citar el de la ciudad de Mendoza (Argentina) fechado el 2 de marzo de 1561 19, en el que se representa la traza de la nueva ciudad con el repartimiento de solares a los nuevos pobladores apareciendo manzanas cuadradas divididas en cuatro solares con el nombre del nuevo propietario 20. Imagen similar apreciamos en el plano fundacional de Santiago de León de Caracas 21 realizado en 1567 comprendiendo, además de la traza urbana, el territorio del entorno con las estribaciones montañosas y la costa. También interesa reseñar el correspondiente a la fundación de Buenos Aires con el repartimiento a los primeros pobladores fechado en 1583 22. Un caso excepcional en cuanto a traza urbana y el momento fundacional lo constituye el dibujo conservado de 1562 de la población de San Juan de la Frontera (Ar-

“Vistas las cosas que para los asientos de los lugares son necesarias, y escogido el sitio mas provechoso, y en que incurren mas de las cosas que para el pueblo son menester, habéis de repartir los solares del lugar para hacer las casas. Y estos han de ser repartidos según las calidades de las personas. Y se han de dar comienzo por orden: por manera que hechos los solares el pueblo parezca ordenado: así en el lugar que se dejare para plaza, como el lugar en que hubiere la iglesia, como en la orden que tuvieren las calles; porque en los lugares que de nuevo se hacen dando la orden en el comienzo sin ningún trabajo, ni costa, quedan ordenados y los otros jamás se ordenan” 10.

Atendiendo a estos criterios Pedrarias Dávila fundaría en 1515 la población de Acla 11 y en 1519 la ciudad de Nuestra Señora de la Asunción de Panamá 12, la cual sería destruida en el asalto que realizó el pirata Henry Morgan en 1671. También fundaría el 20 de mayo de 1522 la ciudad de Natá de los Caballeros13, siguiendo una traza reticular 14. Estas normativas genéricas donde se refiere a que “el pueblo parezca ordenado”, a la importancia de hacerlo desde el principio de la fundación, se van repitiendo en instrucciones enviadas a distintos pobladores e instituciones 15, pero no será hasta las Ordenanzas de Población de Felipe II de 1573 16 cuando tengamos un corpus urbanístico preciso sobre los modos de diseñar ciudades en el Nuevo Mundo. Este texto ha sido analizado por distintos historiadores con finalidades diferentes y, en muchas ocasiones, intentando cotejar la teoría con la realidad construida, así como de sus proporciones 17. Es cierto que las mismas vienen a ser un compendio entre la teoría urbanística del momento y las referencias sobre lo construido a ambos lados del Atlántico, sin olvidar el caso de las Islas Canarias, asumiendo contradicciones en la propia redacción. Ahora bien, la aplicación literal de cada uno de los puntos de la normativa no podría concretarse en la realidad 10

Ibidem, p. 37. Esta población estaba situada en el mar Caribe. Su clima malsano hizo que se fuera abandonando paulatinamente a favor de Nombre de Dios, quedando desierto en 1532. 12 La primera ciudad fundada en Tierra Firme, en lo que actualmente es la república de Panamá y que se conoció como Castilla de Oro, fue Santa María la Antigua del Darién. Fue Vasco Núñez de Balboa quien la instituyó en 1510, siendo abandonada como ciudad principal tras la fundación de Panamá y destruida en 1524 por los indígenas. 13 DOMÍNGUEZ COMPAÑY, F., Política de poblamiento de España en América. La fundación de ciudades, Madrid, 1984, pp. 89-92. 14 SOLANO, F., Op. cit., pp. 54-69. 15 Ibidem. 16 Recopilación de Leyes de los Reynos de las Indias. Madrid, Ediciones Cultura Hispánica, 1973. Tomo segundo, Fol. 90v-93v. 17 Un texto interesante en este sentido sería: SILVA, Mª B., “Las dimensiones urbanas. Los patrones coloniales y decimonónicos”, Cuadernos de Historia Urbana, 1 (2000), pp. 45-70. Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Universidad Nacional de Tucumán (Argentina). También, NICOLINI, A., “La traza de las ciudades hispanoamericanas en el siglo XVI”, Anales del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas, 29 (1992-93), F.A.D.U. - U.B.A. Buenos Aires. 11

18 Es el número que aporta Francisco Solano atendiendo al recuento que se desprende de la geografía americana de Juan López de Velasco, Cronista Mayor de Indias durante el reinado de Felipe II. Cfr. SOLANO, Francisco de. Ciudades Hispanoamericanas y Pueblos de Indios. Madrid, CSIC, 1990. Pp. 51-57; y, LÓPEZ DE VELASCO, J., Geografía y descripción universal de las Indias, Madrid, Atlas, 1971. 19 DOMÍNGUEZ COMPAÑY, F., Op. cit., pp. 173-178. 20 Archivo General de Indias. M y P. Buenos Aires, 221. 21 Archivo General de Indias. M y P. Venezuela, 6. 22 Archivo General de Indias. M. y P. Buenos Aires, 11.

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Fig. 1. Plano fundacional de San Juan de la Frontera (Argentina), 1562.

Fig. 2. Dibujo de Riobamba (Ecuador) Felipe Guamán Poma de Ayala, c. 1600.

gentina) 23 que sería trasladada en 1593 a la ubicación actual. El plano fundacional 24 ubica cinco por cinco manzanas cuadradas divididas en cuatro solares y con el esbozo de prolongación de la traza. Las heráldicas, rollo en el centro de la plaza, alzado esquemático de edificios públicos, civiles y religiosos, y nombres de los propietarios de los solares asignados completan el documento gráfico [Fig. 1].

con un total de doce manzanas 27 [Fig. 2]. La central corresponde con la plaza mayor a la que abre la iglesia en alzado como construcción principal en su correspondiente casilla. En la parte izquierda de la iglesia encontramos el atrio conventual con la cruz como elemento identificador y, por último, diez manzanas mas que se comprenden con construcciones civiles. El damero aparece cercado con numerosas puertas iniciándose los caminos desde las que coinciden con la prolongación de las calles. La imagen se completa con la representación del entorno con sus montañas, zonas agrícolas e, incluso, aves. No obstante, en el texto explicativo de la ciudad por parte de Guamán Poma de Ayala no da ninguna información sobre su traza urbana pero la reflexión urbanística, a través del dibujo, es una realidad 28. En la zona mesoamericana, correspondiente al virreinato de la Nueva España, las experiencias urbanas siguiendo el modelo en cuadrícula son abundantes. Aunque no tengamos material gráfico referente a la fundación o en fechas inmediatas, la realidad constatable es la elaboración de

Continuando en el territorio del virreinato de Perú, no podemos pasar por alto la “Nueva Crónica y buen gobierno” de Felipe Guamán Poma de Ayala 25. Este texto sería realizado antes de 1615, año en que el autor remite una carta al rey Felipe III anunciándole el envío del manuscrito. Lo interesante para nosotros es que describe 38 ciudades del virreinato del Perú, estando la mayoría acompañadas por dibujos en los que, esquemáticamente, se representa el territorio y la población. De estas imágenes nos interesa para nuestro estudio la correspondiente a Riobamba 26 (Ecuador), representada mediante un damero 23

DOMÍNGUEZ COMPAÑY, F., Op. cit., pp. 187-190. Archivo General de Indias. M y P. Buenos Aires, 9. GUAMAN POMA DE AYALA, F., Nueva crónica y buen gobierno, Madrid, 1987. 26 La actual población de Riobamba no se corresponde con la dibujada por Guamán Poma de Ayala ya que aquella, fundada en 1534 por Diego de Almagro, fue destruida por un terremoto en 1797, mudándose sus habitantes a un nuevo emplazamiento situado a una veintena de kilómetros. Actualmente aquella villa histórica se conoce como Villa la Unión en el Cantón Colta. Sobre la fundación de la ciudad, Cfr. DOMÍNGUEZ COMPAÑY, F., op. cit., pp. 207-213. 24 25

27

GUAMÁN POMA DE AYALA, F., Op. cit., Vol. 3, pp. 1088-1089. Véase también, GONZÁLEZ VARGAS, C., ROSATI AGUERRE, H. y SÁNCHEZ CABELLO, F., Guamán Poma. Testigo del mundo andino, Santiago de Chile, 2003, p. 534. 28 Sobre las ciudades representadas en el texto de Guamán Poma de Ayala, Cfr. LOPEZ GUZMÁN, R., “Visiones urbanas del Perú. La imágenes de Felipe Guamán Poma de Ayala y Fray Martín de Murúa”. En: MÍNGUEZ, V., RODRÍGUEZ, I. y ZURIAGA, V. (Eds.), El sueño de Eneas. Imágenes utópicas de la ciudad, Castellón, 2009, pp. 177-206.

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los dibujos correspondientes a Ameca 35, en el Estado de Jalisco, y Chicoloapan y Coatepec, en el Estado de México 36). También tenemos representaciones donde, siendo importante la traza urbana, las red viaria del territorio, los accidentes geográficos y las construcciones periféricas adquieren valores simbólicos e información complementaria que margina la traza cuadricular, como sucede en el caso de Santiago Tejupán (Texupa) en el Estado de Oaxaca 37. Y, como no, casos donde la topografía del terreno obliga a ciertas irregularidades en la traza real no reflejadas en los dibujos que responden a rígidos trazados rectilíneos. Ejemplos, en este sentido, serían los casos de Huejutla de los Reyes 38 (Estado de Hidalgo) y Huatlatlauca 39 (Estado de Puebla). Entre los casos mas paradigmáticos por su esquematismo y, a la vez, concreción de la idea de la cuadrícula es la representación de la población de Asunción Nochixtlán (Oaxaca) 40. El texto nos indica que se trata de un pueblo “trazado de calles y casas” para concretarnos a continuación que: “Este pueblo está en alto, en tierra mas llana que doblada, con once calles largas que van de oriente a poniente y, de norte a sur, doce calles mas cortas; y, en medio del, esta la plaza e iglesia, como va señalado y rasguñado en la pintura” 41. En el dibujo, que es lo que nos interesa, lo que nos aparece es un damero perfecto con la inversión de número (doce calles de este a oeste y once calles de norte a sur) [Fig. 3]. La iglesia ocupa una manzana central que se completa con la plaza pública, señalada con la presencia de numerosos pies pintados 42, al igual que en las calles que se dirigen, a modo de cardus y decumanus, hacia los cuatro puntos cardinales. En la trama urbana se dibujan otras tres edificaciones que no podemos identificar, aunque la Relación habla de un hospital y, lógicamente, suponemos la existencia del cabildo indígena. No obstante, también podemos pensar que fueran casas de los principales o caciques. El pueblo se había fundado en torno a 1560 ya que en la respuesta a la pregunta 48 del cuestionario, redactado en 1581, se dice: “Este dicho pueblo de Nochiztlán estaba poblado en unas lomas y laderas adonde carecían de agua, y, en aquel tiempo, los visitaban y doctrinaban clérigos. Y habrá mas de veinte años que se pasaron a donde al presente están, que es a un cuarto de legua mas abajo, en un llano, adonde beben de pozos y algunos manantiales. Y, de quince años a esta parte, los tienen a cargo los dichos frailes dominicos. Y pasáronse por mandado y parecer del cacique, y de Bernardino López, clérigo que al presente los visitaba” 43. Información que nos concreta un pueblo de indios cambiado de lugar dentro de los objetivos de con-

perfectos dameros en Antequera (actual Oaxaca), cuyo perfil deriva de la intervención realizada por el alarife Alonso García Bravo 29 en 1529, y Compostela (Estado de Nayarit), fundada por Nuño de Guzmán, Presidente de la Audiencia de México, en 1532, en lo que entonces era el territorio de la Nueva Galicia. También responde al sistema de cuadrícula la fundación de Valladolid 30 (Morelia) a instancias del virrey don Antonio de Mendoza en 1541 31. Un ejemplo mexicano de enorme interés es el que se refiere a la ciudad fundada en 1594 con el nombre de “Real de Nuestra Señora de la Purísima Concepción de Cuzco y Descubrimiento de Minas que llaman de la Sierra de Pinos”. Este enclave es conocido actualmente como Pinos (Zacatecas). Sobre el mismo se conserva en el Archivo General de Indias un plano fechado en 1603 y realizado por Juan Gutiérrez de León en el que se dibuja la cuadrícula con los propietarios de cada solar, los caminos del entorno con el paisaje coloreado y los edificios públicos principales en torno a la plaza mayor en alzado 32. Ahora bien, tenemos un corpus importante de dibujos que forman parte de las denominadas Relaciones Geográficas de Felipe II 33. Se trata de las respuestas a un cuestionario de cincuenta preguntas enviado a los virreinatos americanos en 1577 y remitido, en una segunda ocasión, en 1584, con el objetivo de que fueran completados por los alcaldes mayores y corregidores de las distintas poblaciones existentes. La información requerida es múltiple en tanto que iría desde datos históricos a geográficos, antropológicos, lingüísticos o referentes a recursos naturales. Pero para nosotros lo interesante es la pregunta décima en la que se solicita una “pintura” con la traza urbana, especificando calles y plazas, así como los edificios principales 34. De los dibujos conservados son muchos los que refieren un sistema gráfico en el que se especifica la traza urbana con definición de calles y manzanas, así como con otros elementos complementarios como edificaciones en alzado. No siempre están realizados con trazo firme sino que, a veces, se implementan con valores pictóricos, lo que hace que, pese a que la información escrita que les acompaña y la realidad actual constatable nos permita señalar la existencia de una cuadrícula, a veces el dibujo presente manzanas ligeramente rectangulares o se detenga, cambiando la proporción de la población, en detallarnos el centro con la plaza y el conjunto conventual (por ejemplo, 29 Hay que recordar que Alonso García Bravo había llegado a América en 1513 con la expedición de Pedrarias Dávila y había estado, por tanto, presente en las fundaciones de las ciudades del Istmo. 30 Cfr. LÓPEZ GUZMÁN, R., Territorio, Poblamiento y Arquitectura. México en las Relaciones Geográficas de Felipe II, Granada, 2007, pp. 164-166. 31 No olvidemos que el virrey Mendoza tenía amplios conocimientos sobre arquitectura y urbanismo. La prueba mas fehaciente estriba en el hecho de que llevara a México un ejemplar de la obra de Alberti, De Re Aedificatoria, el leyó y anotó en relación con la realidad que le circundaba en 1539. Cfr. TOVAR DE TERESA, G., LEÓN-PORTILLA, M y ZAVALA, S., La utopía mexicana del siglo XVI. Lo bello, lo verdadero y lo bueno, México, 1992, pp. 19-39. 32 Archivo General de Indias. M. y P. México y la Florida, 51. 33 Sobre este tema y en relación con la Nueva España, cfr. LÓPEZ GUZMÁN, R., Territorio, Poblamiento…Op. cit., 34 Aunque en este texto nos centramos en las trazas en damero, hay que señalar que también existe un grupo de dibujos que responden a retículas con dimensiones rectangulares como el caso de Cholula que sigue el modelo de la cercana Puebla de los Ángeles. Cfr. Ibidem, p. 110.

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Ibidem, pp. 77 y 402-403. Ibidem, p. 80. 37 Ibidem, pp. 100 y 345-348. 38 De hecho en el texto, redactado en 1580, que acompaña al dibujo dice que el pueblo “Está asentado en unos cerrillos bajos y, por medio, pasa un valle pequeño; y, a causa de se el sitio desta manera, no hay calles concertadas”. Cfr. Ibidem, pp. 74 y 315. 39 Ibidem, pp. 114 y 296-297. 40 Ibidem, pp. 99 y 344. 41 ACUÑA, R., Relaciones Geográficas del siglo XVI: Antequera I. México, 1984. pp. 366–367. 42 Modo esquemático de representación utilizado en los códices prehispánicos. 43 ACUÑA, R., Op. cit., p. 371. 36

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Fig. 3. Dibujo de Nochixtlán (Oaxaca, México), 1581.

Fig. 4. Teutenango y su partido (México), 1582.

trol y reagrupamiento de la población indígena por parte de las autoridades virreinales.

histórica con la ciudad actual nos permite percibir la exacta información de la Relación manteniéndose la parte central de la traza cuadriculada en la actualidad. El texto escrito está fechado en 1582, y nos habla de una ciudad con una traza perfectamente dibujada: “…que el dicho pueblo está en tierra muy llana y arenosa, al pie del cerro, y tiene la traza de la ciudad de México, calles derechas; y, en él, no hay otra agua, si no la de la fuente que está dicho” 46. La población había sido trasladada de su primitivo asentamiento y trazada reticularmente siguiendo como modelo la capital virreinal que, precisamente, no era mas que un referente teórico pues su traza se intentaba abrir paso desde el centro ceremonial entre las chinampas no constituyendo en ningún momento un modelo en cuadrícula. Pero el comentario si es interesante pues la imagen simbólica que ofrecía la capital era de regularidad y, por tanto, a imitar por el resto de poblaciones. Esta referencia apunta, además, hacia la existencia de un concepto urbanístico entre las autoridades del virreinato que intentaban hacer patente en las nuevas fundaciones, ya fueran pueblos administrativos o de indios. Es quizás esta la razón que lleva al informador de Chilapa (Estado de Guerrero) en 1580 a señalar que “…este pueblo está formado por su orden, como pueblos de españoles, por sus calles derechas, como constará en la pintura” 47. Y así se nos ofrece en la traza adjunta y que podemos seguir constatando hoy día. Pero lo interesante es la relación existente

Otra representación a la que tenemos que hacer referencia es Tenango del Valle (Teutenango) 44, en el Estado de México. La precisión del dibujo [Fig. 4] nos presenta no solo la cuadrícula perfecta de la población central del territorio sino también el damero, en formato reducido, en relación con la importancia del asentamiento, de los enclaves dependientes: San Miguel (Balderas), San Mateo (Texcalyacac) y San Francisco (Tetetla) 45. Pero, además, nos presenta en alzado una serie de construcciones que van desde la iglesia con su campanario y una capilla abierta con triple arcada, sin olvidar el atrio con su barda almenada. Junto al convento se encuentra la plaza con la horca y la picota pública, la fuente y una serie de edificaciones civiles identificadas como “casa del clérigo”, “casa de comunidad” y “casas reales para el corregidor”. Todas estas construcciones presentan doble altura destacando la del corregidor con una galería abierta desde donde, sin duda, presidiría las actividades públicas de la plaza. Señalar que en la propia pintura se lee el siguiente texto: “este pueblo de Teutenango descendió del peñol a este llano, y está por sus calles derechas y traviesas, como México”. Fuera de la traza urbana, junto al río, aparece una edificación con la inscripción “el matadero de novillos: carnicería”, atenta su ubicación a las normativas higiénicas modernas. La cotejación de la trama 44

LÓPEZ GUZMÁN, R. Territorio, Poblamiento…, pp. 83 y 273-274. Si cotejamos esta información con los planos actuales podemos comprobar la presencia de perfectas retículas ortogonales en San Miguel Balderas y San Mateo Texcalyacac. 45

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ACUÑA, R., Op. cit., Vol. II, p. 278. Ibidem, p. 111.

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entre “orden” y “pueblo de españoles”, es decir entre “cuadrícula” y “urbanismo hispánico”. Pares conceptuales que se pueden ir leyendo a lo largo de los textos conservados de las Relaciones Geográficas. Estas referencias nos obligan a pensar en la constatación conceptual de aplicación de esquemas reticulares como propios del urbanismo hispánico, de lo que no existe para estas fechas, como ya hemos indicado, precisas normativas teóricas y, menos aún, de carácter visual en relación con la Península Ibérica 48. Ni las poblaciones fundadas a este lado del Atlántico en el siglo XVI fueron numerosas, ni respondieron a correctísimos dameros con dificultades, siempre en relación con su trazado orgánico, para introducir plazas aunque la tratadística, sobre todo italiana, refiriera continuamente la necesidad de las mismas y su correcta ordenación 49. Los casos de Santa Fe de Granada (1491), Vera (1520) y Huercal Overa (1521) en Almería, Mancha Real (1537) y Cabra del Santo Cristo (1545) en Jaén 50, o Puerto Real (1483) en Cádiz, siendo las mas significativas no responden a dameros sino a trazas mas o menos reticulares. Por esta razón cobra interés un documento manuscrito que tangencialmente representa un modelo de traza urbana similar al americano y que se incluye como ilustración en la traducción que del tratado de Vitruvio hizo Lázaro de Velasco [Fig. 5]. Pero antes de referirnos al mismo, es necesario señalar que la teoría arquitectónica vigente en el quinientos en la vieja Europa no apostaba por la cuadrícula como solución racional al diseño de las ciudades 51. Si consideramos a Vitruvio como la base a partir de la cual se reflexiona sobre arquitectura, bien siguiendo a pies juntillas al teórico romano o bien criticándolo y proponiendo otras soluciones, hemos de tener en cuenta que para Vitruvio “las ciudades no deben ser quadradas, ni de ángulos agudos, sino a la redonda, para que el enemigo pueda ser descubierto de muchas partes” 52. Lógicamente el teórico se refiere a ciudades amuralladas, señalando la defensa de las mismas como una prioridad que condiciona la traza urbana. Esta mismo concepto aparece en diversas propuestas urbanas de tratadistas del quinientos. De esta forma, proyectos reticulares se modifican en su perímetro exterior al adoptar modelos amurallados con baluartes, lo

Fig. 5. Traza de ciudad. Manuscrito de la traducción de Vitruvio de Lázaro de Velasco, 1554-1564.

que impide el desarrollo en el tiempo y el mantenimiento de manzanas reticuladas en las zonas perimetrales. También León Battista Alberti reconocía como deseable el modelo circular, aunque señalaba los beneficios según su ubicación de otras posibilidades, concibiendo como ventajoso la existencia de murallas 53. En cuanto a la distribución interior apostaba por una jerarquización del ancho de las calles 54, eludiendo, por tanto, el modelo en damero, pese a que considerara que si la población “es ilustre y poderosa, es oportuno que tenga calzadas derechas y muy anchas, que contribuyan al honor y gloria de la ciudad” 55. Las teorías del manuscrito vitruviano, conocidas desde el siglo III con citas esporádicas a lo largo de la Edad Media, tomaron un auge desmedido en el ámbito humanista que llevaría a la primera impresión del tratado en Roma entre 1486 y 1492 por el filólogo Giovanni Sulpicio de Veroli. A partir de ese momento el texto se populariza con distintas ediciones y traducciones a diversas lenguas comenzando por la italiana. Ahora bien, las distintas versiones manuscritas de Vitruvio carecían de imágenes siendo, en este sentido, fundamentales las ediciones que realizaran en 1511 en Venecia Fray Giovanni Giocondo de Verona 56 en latín y en 1521, en Como, la del pintor y arquitecto Césare Cesariano 57 en italiano. Edición, esta última, de

48 Hay que señalar que para los pueblos de los reinos de España, Felipe II realizó cuestionarios similares en 1575 y 1578, denominados por la historiografía como Relaciones Topográficas, pero en dichos cuestionarios no se solicitaba ninguna pintura sobre dichas poblaciones. 49 Cfr. MORALES, A. J., “Comodidad y plaza pública según Vitruvio. Tres ejemplos sevillanos”, Espacio, Tiempo y Forma, Serie VIII, Hª del Arte, T. 6 (1993), pp. 193-208. 50 En Jaén se pueden documentar también como fundaciones de Carlos V las poblaciones de Los Villares y Valdepeñas. Cfr. PÉREZ RODRÍGUEZ, V., “Primer urbanismo colonial en la provincia de Jaén, y su implantación como antecedente de diseño urbano para las ciudades hispanoamericanas”, Cuadernos de Arte, XIX (1988), pp. 177-206. Véase también, LÓPEZ GUZMÁN, R., “Urbanismo español en América. Un modelo de transferencia”. En: AA.VV., Vías de confluencias culturales: un patrimonio en común, Bogotá, 1996, pp. 8-39. 51 La ciudad teórica de Sforzinda dibujada en el manuscrito de Filarete tiene perfil estrellado con calles que convergen en la plaza central. Cfr. FILARETE, A. A., Tratado de Arquitectura. Vitoria, 1990. Una forma similar tiene la ciudad amurallada de Palmanova realizada a fines del siglo XVI. 52 VITRUVIO POLION, M., Los Diez Libros de Arquitectura. Libro I, Capítulo V, “De la construcción de muros y torres”, Madrid, 1992.

53 “…la ciudad con mayor capacidad de todas será la de planta circular; la más segura, la que esté circunvalada por murallas serpenteantes y sinuosas, como cuenta Tácito que fue el caso de Jerusalén”. Cfr. ALBERTI, L. B., De Re Aedificatoria, Madrid, 1991, p. 178. 54 Ibidem, p. 184. 55 Ibidem, p. 183. 56 Esta edición integraba 136 ilustraciones supliendo las imágenes a las que Vitruvio hacía referencia y que integrarían un último libro desaparecido. 57 CESARIANO, C., Di Lucio Vitruvio Pollione de Architectura Libri Dece, Como, 1521.

Rafael López Guzmán

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enorme interés puesto que partía de un conocedor de la arquitectura discípulo de Bramante y de Leonardo da Vinci. Otra edición fundamental en el quinientos sería la veneciana de 1556 de Daniel Barbaro 58 destacable por su rigurosidad en la traducción así como por la mejora de las ilustraciones en las que colaboraría Andrea Palladio 59. Estas versiones del Vitruvio aportaban información gráfica que respondía a la interpretación de los editores de las teorías del maestro y, a su vez, la transcripción de la cultura imperante en aquellos momentos del Renacimiento 60. Pasando a la Península Ibérica tenemos que considerar que los tratados circularon con cierta facilidad durante el quinientos, al margen de las traducciones o ediciones realizadas en nuestro país 61. En relación con nuestro objeto de estudio, tenemos que destacar, como ya hemos indicado, la traducción realizada por Lázaro de Velasco, entre 1554 y 1564, texto manuscrito conservado en la Biblioteca Pública de Cáceres y que no ha sido impreso hasta 1999 con una magnífica introducción de Francisco Javier Pizarro Gómez y Pilar Mogollón Cano-Cortés 62. Estos investigadores ponen de manifiesto las dependencias del texto de Lázaro de Velasco con ediciones previas 63, las cuales critica o alaba según los pasajes que le interesan. Ahora bien, el interés dentro de este texto por la traducción de Lázaro de Velasco viene dada por la ilustración del folio 24 vuelto. El dibujo nos muestra la traza de una ciudad y su ubicación para evitar los vientos dominantes. Así, el autor nos señala: “Hechas las divisiones iguales de los ocho vientos, trazaran los sitios de plaças y calles eligiéndolos de tal manera que las esquinas dellas vengan entremedias de las dos regiones donde nacen los vientos para que haziéndolo desta manera y con este repartimiento se excluya de las casas y barrios el ímpetu molesto de los vientos” 64. Lo interesante para nosotros es que nos ofrece un trazado en damero con la plaza central, resultado de la extracción de cuatro manzanas, que genera la distribución

del conjunto marcando las calles con un mismo ancho. Este preciso lenguaje gráfico le aleja de la influencia de la tratadística previa y de las ilustraciones pertinentes tanto de Fray Giocondo 65, de Cesariano 66 o de Barbaro, para mostrarnos esa tipología de urbe “al modo español” como decían los textos de las Relaciones Geográficas. Es mas, el dibujo de Lázaro de Velasco se acompaña de un texto, a modo de título, donde dice: “Repartimiento de sitios para solares con sus calles entremedias señaladas”, como si fuera uno de los dibujos analizados de algún Cabildo americano presto a ser completado con los nombres de los pobladores. Esta propuesta se contradice, no obstante, con el modelo de ciudad de Vitruvio que nuestro traductor asume en su lugar correspondiente: “Anse de fundar los lugares no en forma quadrada ni en esquinas muy puntiagudas sino en bueltas y rodeos para que se pueda descubrir el enemigo de muchas partes” 67. El dibujo, analizado de forma aislada, viene a plantearnos la visión urbana de la ciudad americana, con realizaciones concretas y en un número elevado en las fechas en que Lázaro de Velasco ilustraba su traducción y en la que decidía obviar las fuentes gráficas italianas para optar por un modelo aparentemente teórico pero con realizaciones importantísimas al otro lado del Atlántico. Las noticias que tuviera el clérigo granadino sobre el Nuevo Mundo las ignoramos pero la recepción del modelo práctico nos abre posibles líneas de investigación que sería necesario profundizar. En definitiva, los dibujos sobre poblaciones analizados como lenguajes gráficos nos transmiten formas de representación comprendidas por la sociedad donde se producen y, a la vez, valores culturales que percibimos desde el análisis histórico; por tanto, se convierten en documentos que permiten reflexionar sobre el urbanismo del siglo XVI, sobre sus realizaciones y sobre los conceptos teóricos manejados por gobernantes y tracistas.

58 BARBARO, D., I Dieci Libri dell’Architettura di M. Vitruvio, Venecia, 1556. 59 El modelo de ciudad que propone sería fortificada con planta octogonal mostrando baluartes circulares en los ángulos. El interior encajaría una retícula ortogonal de manzanas rectangulares y cuadrangulares con una plaza rectangular porticada en el centro (Piazza di foro) que obliga a la diferencia de la traza de las manzanas. En uno de los laterales menores se elevaría la Basílica. Situación que recuerda las ordenanzas de Felipe II. 60 Solo hemos citado los textos mas relevantes relacionados con nuestro estudio, aunque existen otros muy dependientes de los comentados. Por ejemplo, la edición en italiano de Francesco Lutio de Durantino (Venecia, 1524 y reeditada en 1535) mejora la traducción de Cesariano e incorpora los dibujos de Fray Giocondo. También la edición parcial de Giovanni Battista Caporali (Perugia, 1536). O bien, los comentarios realizados por Guillaume Philander (Filandro) y editados en Roma en 1544, texto que será incluido en las edición alemana (Estrasburgo, 1550) acompañando la versión latina de Fray Giocondo, así como en la edición de Lyon (1552), revisada y controlada por el propio Filandro. 61 Cfr. LOBATO DOMÍNGUEZ, J., “Libros del siglo XVI en la biblioteca del Laboratorio de Arte: I. Tratados de Arquitectura”, “Laboratorio de Arte”, 5 (1992), pp. 71-98. 62 VELASCO, L. d., Los X Libros de Arquitectura de Marco Vitruvio Polion, Cáceres, 1999. 63 Ibidem, pp. 31-34. 64 Ibidem, Fol. 24 recto.

65 Este plantea una solución en damero de cuatro por cuatro manzanas (insula) con las calles (platea) y de igual ancho. Se trata sencillamente de un esquema para dibujar sobre la misma los vientos dominantes, pero no existe la plaza ni la posibilidad de acercarse a una traza real. No obstante, el dibujo no es lejano, en su conjunto a la solución de Lázaro de Velasco. El dibujo de Fray Giocondo sería el utilizado por Miguel Urrea en su traducción de Vitruvio publicada en Alcalá de Henares en 1582, aunque en el autor español se inserta dentro de un círculo, referencia posible a conceptos ya expuestos previamente en el tratado de Vitruvio señalando la supremacía de las murallas circulares en las ciudades. Sus imágenes son “grabados xilográficos, poco finos y simplificados, extraídos de fuentes gráficas originales y formando un conjunto ecléctico. Son bastante limpios, aunque el papel sobre el que se estamparon los tacos, de mala calidad, ayuda muy poco a su lucimiento”. Cfr. BUSTAMANTE GARCÍA, A., “Los grabados del Vitruvio Complutense de 1582”, Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, T. 55 (1989), p. 279. 66 Cesariano solo nos ofrece de su posible ciudad un cuadrante en el que es visible la muralla con sus puertas en alzado y una serie de calles, algunas de trazado quebrado que convergen hacia el centro. 67 VELASCO, L. de. Op. cit., p. 19 vuelta.

Urbanismo dibujado. La cuadrícula en América en el siglo XVI

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