UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE DERECHO GÉNERO Y DESARROLLO

UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE DERECHO GÉNERO Y DESARROLLO Ann Frías Romero OCTAVO CICLO Género y Salud Mental y Ambiental Prof. Zaida Crespo ABORTO El aborto es un acto que históricamente ha sido y es controversial primero por estar ligado directamente con las mujeres y segundo, porque no solo interrumpe un embarazo, pasado un tiempo (12 semanas) el feto es un organismo viviente que, científicamente comprobado, su interrupción podría convertirse en la muerte de un ser humano. En el Ecuador, y como en toda Latinoamérica, excepto por Uruguay, el aborto es ilegal y en algunos casos con fuertes sanciones para quienes lo practican, sin tener en cuenta la clandestinidad desenlazada y las consecuencias muchas veces mortales. A continuación expreso algunas ideas que el feminismo aporta sobre el aborto y una síntesis de lo que ocurre con el aborto en el código penal. Una primera observación es la poca motivación que existe para introducir a los hombres en el cuidado de la reproducción, vemos, por ejemplo, en las estadísticas las altas cantidades de mujeres adolescentes embarazadas pero no sabemos cuántos hombres adolescentes van a ser padres, que también están embarazados. Siendo así, el feminismo se ha encargado de plantear debates donde se visualiza la imposición injusta de roles sociales que marcan nuestro destino y como estos roles han permitido al estado el apoderamiento del cuerpo femenino durante el embarazo mediante la ilegalidad del aborto y con la idea de que, dentro de ella hay un ciudadano que debe ser cuidado y protegido pese al peligro que puede correr la vida de la madre. Sin embargo, las feministas han planteado dos temas que siempre me han parecido muy controversiales a la hora de plantear la autonomía y empoderamiento del cuerpo, la primera es dejar en manos de las mujeres la decisión de terminar o no su embarazo ya que, para estar embarazada se necesita de dos personas y es por eso que considero que debe ser discutido y decidido por ambos y, aunque este caso sería el ideal, utópico, como veíamos anteriormente, no existe una corresponsabilidad a la hora de la reproducción y crianza y las condiciones de un hombres y mujer a la hora de ser padres pueden ser muy distintas y por los roles adquiridos, el cuidado de los hijos siempre pasará a manos de las madres por lo que es importante la reivindicación de darle autonomía, poder al cuerpo femenino y permitir que esta decisión sea de ellas ya que, no solo por la causas anteriores, también su cuerpo es el que va a ser transformado y por eso es a ellas las que les pertenece la decisión. Una segunda idea del feminismo expresa la decisión de interrumpir el embarazo en cualquier momento y eso, en lo personal, me parece radical. Sabemos que a partir de las 12 semanas ya hay un latido, es decir un organismo viviente, sus

células nerviosas se duplican rápidamente lo que permite que el feto sienta, sueñe, escuche, y pasado de este tiempo, la ley deberá cubrir todas las opciones posibles para que, las distintas variables tengan la atención adecuada, es decir, que, pasada de las 12 semanas, el aborto debe ser permitido únicamente a las mujeres que, con su embarazo, están poniendo en riesgo su vida. Entonces, el aborto es, por sobre todo, una decisión personal que distorsiona y vuelve a replantear la ética individual y que por su efecto, permite que algunas estructuras sociales deban evolucionar para garantizar la vida de todas y todos, sin importar la decisión que hayamos tomado. Lograr la despenalización del aborto no sería la solución para mermar el alto índice de adolescentes embarazadas, tampoco es verdad que la falta de información o acceso a la misma es una causa “real” de este alto índice, actualmente quien se embaraza es porque desea embarazarse, muchas veces es para repetir un ciclo de vida aprendido, otras para salir del círculo de violencia de sus hogares, otras veces el embarazo esconde violencia que muchos hombres conocen que al hacerlo puede ser papá… Se necesita integrar a los hombres al mundo de la crianza, fortalecer la responsabilidad que tiene la reproducción en mujeres y hombres, que la sexualidad puede ser vivida de manera desvinculada con la reproducción, que los hijos pueden esperar y que cuando sea el momento, exista una maternidad y paternidad planificada, compartida, que logre crear un espacio de crianza libre y sin prejuicios. Lograr esto sería utópico, idealista, pero imposible y lejano en un país donde el aborto sí está permitido cuando la madre corre el peligro de muerte, siempre y cuando su pareja firme la aprobación de aborto, una manera muy cruel de apoderarse el estado, lo ajeno al cuerpo propio; ya habiendo sucedido un caso donde el feto tenía una malformación que causaba riesgo a la vida de la madre, un evidente caso que necesitaba aborto para salvar la vida de la mujer, su esposo decidió no firmar porque no quería matar a su hijo, tiempo después murió la madre y el hijo. Le tenemos tanto miedo de hablar de sexualidad y de la reproducción que este año, una joven de colegio, embarazada y abandonada por su novio, decide fajarse, matando y manteniendo al feto dentro durante 3 semanas, provocándole la inmediata muerte a la chica. Desde los 70’s mantenemos la misma penalización para el aborto en el código penal, en donde solo ha sufrido una alteración, permitiendo ahora el aborto a mujeres discapacitadas por violación, antes catalogadas como idiotas. Por último, el estado debe estar por sobre la ética personal, garantizando la vida de sus ciudadanas sin necesidad de apoderarse de su cuerpo. Entonces, aunque yo no esté de acuerdo con el aborto, no puedo incidir sobre la persona que ya tomó su decisión y, que por sobre todas las cosas, realizará su decisión y no por eso debe correr riesgo su vida.