Unidad v ope

June 9, 2017 | Autor: M. González | Categoría: Dentistry, Biocompatibility
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Descripción

González Sánchez María Fernanda
Nava Trejo Tania Viridiana
Erika Vega Alcántara
Grupo 3013

Biocompatibilidad de los Materiales Utilizados en la Clínica de Operatoria Dental

Generalidades
Siempre que a un diente le falte una parte ya sea por caries, fracturas o desgaste fisiológico o provocado es necesaria su reparación o reconstrucción, para ello la selección de los materiales dependerá del diente que se trate y de la magnitud de la parte que falte.

Los materiales necesarios van a ser aquellos que se usan para la reconstrucción parcial de las estructuras dentarias que se han perdido por casusas patológicas traumáticas o protésicas, los cuales deben cumplir con las siguientes características:
Afinidad a los tejidos dentales
Biocompatibles
Serenidad
Seguridad



Análisis de la biocompatibilidad de materiales dentales
Se define como la capacidad de un material de provocar una respuesta biológica adecuada en una aplicación determinada en el cuerpo y se considera un requisito indispensable para cualquier material de restauración dental. En la definición de biocompatibilidad se encuentra implícita una interacción entre el cuerpo y el material. La dinámica de estas interacciones, determinara la respuesta biológica al material (su biocompatibilidad) y la capacidad del material para sobrevivir o resistir la corrosión o degradación en el cuerpo. La biocompatibilidad depende del estado del paciente, de las propiedades del material y del contexto en el que se utiliza.

El estudio de las propiedades biológicas (biocompatibilidad) representa el conocimiento necesario para encontrar materiales que provoquen una reacción que permita que el organismo los integre, tal como el caso de los implantes) o la búsqueda de alguna reacción que estimule los procesos de reparación. A su vez, este tipo de análisis pretende evitar reacciones desfavorables ante la presencia de aquellos materiales que deben ubicarse de manera temporal o permanente en contacto con los tejidos del paciente. Aún en los casos de los materiales que no entran en contacto directo con el paciente, es importante conocer su posible acción tóxica para el odontólogo o técnico.

Existen dos tipos de reacciones biológicas que deben evitarse cuando se usa un material: las reacciones inmunológicas y las toxicológicas y mutagénicas. Las primeras se refieren a las que se producen en el organismo por la simple presencia del elemento desencadenante. Estas pueden abarcar desde manifestaciones en el tejido epitelial (piel y mucosas) hasta otras más graves en el resto del organismo. Por ello es importante conocer a través de la historia clínica, los antecedentes de cada paciente. Las reacciones tóxicas se producen cuando el elemento es vehiculizado e incorporado al medio interno, por ello un material que contiene componentes tóxicos no necesariamente produce una reacción tóxica si no son liberados por el material e incorporados en el organismo. (Ejemplo: berilio, níquel, mercurio).

Los efectos adversos que pueden generar los materiales dentales son: toxicidad (por liberación de sustancias toxicas), inflamación (respuesta inflamatoria por activación del sistema inmune y también como consecuencia de la toxicidad o de la alergia), alergia (reconocimiento especifico de un material como cuerpo extraño, con reacción desproporcionada, donde intervienen todos los componentes del sistema inmune, y donde no todos los individuos responden a dicha sustancia) y mutagenicidad (los componentes de un material alteran las secuencias del ADN celular).

Factores a considerar para medir la respuesta biológica (Phillips 2004)
Ubicación del material: tipo de tejido involucrado (blando o mineralizado, expuesto a fluido tisular, sangre, saliva, entre otros).
Duración del material en el cuerpo: es distinto si se trata de un material de impresión, donde su corto contacto con la cavidad bucal puede causar alergia en alguien alérgico, pero no podría producir un efecto toxico o mutagénico (4 a 6 min) que un material restaurador (10 años de promedio).
Las fuerzas aplicadas sobre el material para la respuesta biológica: comportamiento del material ante fuerzas o tensiones físicas, químicas o térmicas. Estos podrían deformarse, desgastarse, degradarse, hacerse demasiado flexible a temperatura oral y aumentar las posibilidades de ruptura.
Barnices Dentinario
EL barniz cavitario es una goma de resina natural o sintética disuelta en un solvente orgánico, como acetona, cloroformo o éter. La resina natural más utilizada es copal disuelta en acetona. Es de importancia obtener una capa uniforme, a través de la colocación de dos capas de barniz, en una consistencia líquida puesto que demasiadas capas y en una consistencia viscosa va a interferir con el adaptado del material restaurador. Los barnices cavitarios convencionales no se utilizan debajo de resinas, el solvente del barniz puede reaccionar con la resina o puede ablandarla además impediría su adhesión a la estructura dentaria.
Asimismo, no está indicado cuando se utilice vidrio ionómero, la película de barniz eliminaría la posibilidad de adhesión del cemento a la estructura dentaria.
Su utilización más frecuente es bajo restauraciones de amalgama y antes del cemento fosfato de zinc. Los barnices cavitarios reducen la microfiltración solo por un periodo corto de tiempo, los fluidos bucales disuelven los barnices cavitarios, sin embargo estos previenen la microfiltración hasta que se producen los productos de corrosión de la amalgama. La función principal del barniz es reducir la filtración marginal en restauraciones de amalgama y su uso clínico está disminuyendo, al ser reemplazado por los sistemas adhesivos.
Modo de empleo:
Deben aplicarse en mínimo 2 capas al igual que los sistemas adhesivos
No sellan los túbulos dentinarios
No impiden totalmente la microfiltración
Se degradan mucho mas fácilmente que los polímeros.
2.2 Forros cavitarios
Los forros cavitarios ("liners") son recubrimientos que se colocan en espesores que no superan 0, 5 mm. Además de constituir una barrera antibacteriana y antitoxinas ante una eventual filtración marginal, reducir la sensibilidad dentinaria, producir aislamiento químico y eléctrico y reducir el galvanismo como los selladores dentinarios, pueden liberar fluoruros (acción preventiva) o actuar como bacteriostáticos e inducir la formación de dentina terciaria (acción terapéutica). Hoy se sabe que esta última no es una propiedad exclusiva de estos materiales. En ausencia de infección, la pulpa es capaz de formar dentina terciaria reaccional o reparadora, independientemente del material utilizado para recubrirla.
Los forros cavitarios pueden ser cementos o resinas de endurecimiento químico, físico o dual (Dycal, Life, Ketac- Bond, Cavalite, etc) o productos que forman una capa por evaporación del solvente (Hydroxyline, Tubulitec, etcétera).

Los materiales más utilizados como forro cavitario son:
Hidróxido de calcio fraguable
Cemento de ionómero vítreo
Materiales fotopolimerizables con resinas y otros componentes

Actualmente, la utilización de los forros cavitarios está siendo reemplazada por la "hibridación" de la dentina en algunas situaciones clínicas.
Hidróxido de calcio fraguable
Posee elevada alcalinidad, que lo hace germicida y bacteriostático. Es de manipulación simple y endurecimiento rápido. Sin embargo , es soluble, tiene una rigidez reducida, poca resistencia compresiva y traccional y no es adhesivo. Se presenta en forma de dos pastas: una base y un catalizador. La mezcla se realiza sobre una loseta de vidrio o un bloque de papel en forma rápida (5 a 10 segundos) y se lleva a la cavidad con un aplicador de extremo esférico. También existen cementos de hidróxido de calcio fotopolimerizables.
Cemento de ionómero vítreo
El cemento de ionómero vítreo, que puede actuar como forro o base, según el espesor en que se coloque, será considerado cuando nos refiramos a las bases cavitarias.
Materiales fotopolimerizables con resinas y otros componentes
Existen algunos productos que contienen calcio y fluoruros en su composición pero que no son considerados ionómeros vítreos porque no endurecen a través de la reacción ácido – base propia de éstos. Son materiales resinosos fotopolimerizables. Su manipulación es sencilla, tienen buen color para ser usados bajo restauraciones estéticas pero liberan fluoruros en baja proporción y se adhieren poco a la dentina.

2.3 Bases y selladores de interfase
Bases
El concepto de base está representado por un material que restituya las características mecánicas del tejido dentario, es decir el material debe ser capaz de devolverle al diente la rigidez perdida, además deberá ser biocompatible. Otra de sus funciones consiste en fortalecer el recubrimiento de la pulpa y protegerla contra los diferentes tipos de agresión. Geddes señala que al tener mayor espesor que los liners proveen aislamiento térmico y actúan como sustitutos de dentina. El material de base deberá tener una consistencia espesa y un espesor de película superior a 0,5mm.
Hilton refiere que las bases cavitarias son materiales para reemplazar la dentina, que permiten un menor espesor de material restaurador y bloquean las retenciones cuando se realizan restauraciones indirectas. El material de base de elección es el cemento de ionómero de vidrio

Ionómero de vidrio
Es la protección de elección cuando se requiere de una base cavitaria. Tiene excelentes propiedades mecánicas, es el material de protección dentinopulpar que se acerca más al ideal, su módulo de elasticidad y coeficiente de expansión térmica son similar a los de la dentina por lo que se considera un adecuado sustituto de dentina.
Fosfato de zinc
Es un cemento que ha sido utilizado por muchos años como base cavitaria, después del mezclado es muy ácido, propiedad que se ha relacionado a la inflamación pulpar, sin embargo, se sabe actualmente que la pobre capacidad de sellado y la invasión microbiana son la causa de la reacción pulpar.
Oxido de zinc eugenol y otros productos modificados. El oxido de zinc eugenol es un cemento que se adapta muy bien a las paredes cavitarias lo que se traduce en un buen sellado marginal, tiene propiedades antibacterianas ya que impide el crecimiento bacteriano y es un buen aislante térmico. Sin embargo, Brännström refiere que el óxido de zinc eugenol causa inflamación pulpar cuando se utiliza en cavidades profundas, por lo que no se recomienda al menos que se coloque un recubridor debajo del cemento. La posibilidad que ocurra la irritación pulpar aumenta conforme mayor es la cantidad de eugenol libre en la mezcla. El eugenol libre es el responsable del efecto anestésico porque tiene la propiedad de bloquear la transmisión nerviosa e interfiere con la respiración celular, pudiendo causar necrosis de la pulpa .

Sus propiedades mecánicas son inferiores a las de los cementos de ionómero de vidrio, el eugenol interfiere con la polimerización de las resinas compuestas por lo que se contraindica su utilización debajo de estos materiales. Se recomienda para la inactivación de caries múltiples por su acción antimicrobiana y deben ser utilizados solo como materiales de obturación provisional

Selladores
Son recubrimientos de unos pocos micrones de espesor que se emplean fundamentalmente para evitar el pasaje de sustancias químicas, bacterias y toxinas a través de los conductillos dentinarios. Los selladores dentinarios colocados sobre las paredes cavitarias reducen la filtración marginal. Son aislantes eléctricos pero no térmicos. Reducen el galvanismo bucal en pacientes con restauraciones de diferentes metales.

2.4 Acondicionador dentinario
El más utilizado es el ácido poliacrílico al 10 %, que se frota con una bolita de algodón embebida en él, de 10 a 15 segundos; se lava con abundante agua, se seca con algodón y aire, sin deshidratar.

2.5 Agente grabador: Los más frecuentemente usados son ácidos fuertes (Ortofosfórico al 37%) con la técnica de grabado total de Fusayama. También se siguen usando en la composición de los imprimadores ácidos débiles (cítrico maleico etc) y por último nos encontramos con las nuevas resinas acidicas (Phenil-P, MDP) que actúan como grabadores en los modernos adhesivos autograbantes.


2.6 Adhesivos dentinarios:
Básicamente existen dos mecanismos de unión entre dentina y adhesivo; la unión química que tiene mucha menor importancia cuantitativa y la unión física o micromecánica que parece ser la más importante para mantener la adhesión y que será la que estudiemos más detenidamente.
La unión micromecánica se basa en dos estructuras muy importasantes, la "capa híbrida" y los "tags" intratubulares que son dos estructuras cuya formación debemos favorecer con nuestra técnica adhesiva.
La capa híbrida fue descrita como hallazgo microscópico por Nakabayashi en 1982 y confirmado con posterioridad por infinidad de autores con posterioridad. Podríamos decir que se forma por la penetración de la resina a través de los nanoespacios que quedan entre las fibras de colágeno desnaturalizadas y expuestas por la acción del ácido en la superficie dentinaria y que tras polimerizar, quedan atrapadas en ella. Es por tanto una estructura mixta formada por colágeno de la dentina y resina del adhesivo que encontramos tanto en la superficie de la dentina intertubular como a la entrada de los túbulos dentinarios. La importancia cuantitativa de esta microestructura en la fuerza de adhesión a dentina de los adhesivos dentinarios ha sido sobradamente demostrada siendo más importante que la de los tags .
La correcta formación y funcionamiento de esta capa híbrida va a depender de dos factores:
1. Impregnación adecuada de las fibras de colágeno.
2. Adecuado grosor de la capa de adhesivo que permita amortiguar en cierto modo las fuerzas que sobre el se van a ejercer.

2.7 Materiales de Restauración:




Bibliografía.
Barrancos Mooney J. Operatoria dental. 3ª ed. Edit. Médica Panamericana; 2006.

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