Una reflexión sobre la presentación de la mujer paleolítica en el Museo de Altamira.

July 28, 2017 | Autor: Pilar Fatás | Categoría: Museología, Museos, ARQUEOLOGIA DE GENERO, Museologia e Museografia
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Pilar Fatás Monforte | Asunción Martínez Llano

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Una reflexión sobre la presentación de la mujer paleolítica en el Museo de Altamira. Pilar Fatás Monforte Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira [email protected] Asunción Martínez Llano Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira [email protected]

“Con la aparición de la Arqueología de Género o Feminista y la contribución de la Antropología Cultural en el último tercio del pasado siglo, el tema de la mujer en la Prehistoria comenzó a tratarse desde una perspectiva crítica.”

Prehistoria, y en particular su papel en las sociedades paleolíticas, no es tarea fácil. Sin testimonios escritos que pongan nombre, edad y sexo a los protagonistas del relato sólo se puede trabajar con la evidencia arqueológica y su interpretación. Es difícil reconstruir modelos sociales, relaciones interpersonales o valores; los objetos paleolíticos no son atribuibles a hombres o mujeres, a ancianos o jóvenes; y las interpretaciones se hacen inevitablemente desde las analogías etnográficas y desde la contemporaneidad. Figura 1. Une famille à l’âge de pierre, Louis Figuier,1870.

[90]

del sexo, fruto del actualismo (Figura 1). El propio lenguaje utiliza-

do al escribir sobre Prehistoria ha fijado términos masculinos como “el hombre de las cavernas” o “el hombre de Cromagnon”. Esta situación, arrastrada a lo largo de casi todo el siglo XX, tuvo su correlato en las presentaciones de los protagonistas de la Prehistoria

Precisamente una interpretación sesgada y condicionada por los

La presentación de la mujer de la

ferenciado de tareas en función

estereotipos de la época hizo que en el siglo XIX se escribiera una Prehistoria en la que estaban ausentes las mujeres. Los “padres de la Prehistoria” -todos ellos hombres- se imaginaron a las gentes paleolíticas organizadas en familias tradicionales: el hombre -cazador- era padre protector de su familia ante los peligros que acechaban. La mujer era madre, dedicada a cuidar de sus hijos y del hogar cavernario. Esta idea se tradujo en imágenes, de la que es buen ejemplo la ilustración “Une famille à l’âge de pierre” de Louis Figuier de 1870, perpetuando hasta prácticamente el último tercio del siglo XX un reparto di-

-cuando, en el mejor de los casos, presentaban a las personas y no sólo los objetos y restos arqueológicos- en los museos arqueológicos del siglo XX. Con la aparición de la Arqueología de Género o Feminista y la contribución de la Antropología Cultural en el último tercio del pasado siglo, el tema de la mujer en la Prehistoria comenzó a tratarse desde una perspectiva crítica. La renovación conceptual de los museos arqueológicos en los últimos quince años, con las nuevas exposiciones del Museo Arqueológico, MARQ, de Alicante (2000) y el Museo de Altamira (2001) como pioneras, ha supuesto una mayor y mejor presencia de las [91]

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mujeres de la Prehistoria en los

imaginario compartido, teniendo

discursos expositivos, aún no sufi-

un marcado sesgo androcéntrico

ciente (Querol y Hornos, 2011).

las relativas a las formas de vida.

Hace quince años diseñamos una

Por tanto, éramos conscientes de

nueva

exposición

permanente

para el Museo de Altamira bajo el título “Los tiempos de Altamira”, una contextualización necesaria

la necesidad de presentar un relato del inicio de la Historia con todos sus protagonistas. El equipo del museo abordamos este objetivo desde el rigor científico y no tanto des-

del arte de Altamira para explicar las formas de vida y cultura de las

de la corrección política.

personas del Paleolítico. El objeti-

La exposición Los Tiempos de Alta-

vo era presentar el conocimiento

mira se caracteriza por utilizar un

actualizado sobre este periodo

lenguaje propio en el que la ima-

de nuestra Prehistoria de forma

gen y la palabra, la síntesis y la expli-

rigurosa y asequible al público

cación, componen una narración

general. En el planteamiento ini-

de varias lecturas. En este contex-

cial de renovación se partió de

to de comunicación, el lenguaje

la renuncia expresa a trasladar a

audiovisual ha hecho posible otra

la exposición el discurso tradicio-

manera de contar la Prehistoria, in-

nal disciplinar de la ciencia de la

tegrando informaciones diversas,

Prehistoria o de la Arqueología

presentadas de forma sintética, y

Prehistórica que había servido

permitiendo una visibilidad explíci-

hasta entonces como modelo de

ta de la mujer en el seno de las co-

transmisión del conocimiento en

munidades del Paleolítico. Sin em-

museos arqueológicos y en otros

bargo, en los textos se deslizaron,

soportes de comunicación social.

en varios paneles, términos mascu-

Este discurso ha generado nume-

linos como referencia al conjunto

rosas imágenes icónicas sobre la

del grupo, el masculino genérico

Prehistoria y varios estereotipos so-

habitual en la bibliografía.

bre nuestro pasado que permanecen en el saber popular y en el [92]

Figura 2. Sector dedicado a la evolución humana. Exposición permanente del Museo de Altamira. Foto: Museo de Altamira.

En el sector dedicado al periodo

de la anatomía de cada especie

histórico anterior a los tiempos de

humana, de su alimentación o su

Altamira, la evolución de la hu-

vestimenta. Así, en la ilustración

manidad es presentada median-

de la pareja de Sapiens que ca-

te la selección de cuatro especies

mina en su exploración constante

humanas (Homo habilis, Homo

de nuevos territorios, la coloca-

heidelbergensis, Homo neander-

ción del hombre encabezando la

thalensis y Homo sapiens), y con

marcha fue aleatoria; sin embar-

imágenes a tamaño real cada es-

go, fue intencionada la mirada

pecie es mostrada completa, en

que la mujer dirige hacia el espec-

su dimorfismo, hombres y mujeres,

tador. A lo largo de la exposición,

y en su diversidad, niños, jóvenes,

las películas nos muestran “lo que

adultos y ancianos (Figura 2). La

sabemos” a partir del patrimonio

semántica de estas ilustraciones

arqueológico y de su investiga-

va más allá de la reconstrucción

ción; muestran los objetos arqueo-

científica de las características

lógicos en manos de las personas [93]

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que los pensaron, cómo los fabri-

prioridad, en este caso, al mensa-

Proponemos recorridos autoguia-

en Altamira” o “La evolución del

caron, con qué materiales. Los di-

je científico–. A lo largo de estos

dos para descubrir otras lecturas

hombre…. y de la mujer” recor-

bujos animados muestran “lo que

años, la revisión crítica generada

posibles en la exposición, a partir

damos cómo era la imagen de

podemos imaginar” a partir de los

en las sucesivas acciones divulga-

de elementos de la museografía

la mujer imaginada en grabados

datos científicos acerca de la or-

tivas en torno a la exposición ha

aparentemente inconexos; pro-

y pinturas a principios del siglo XX

ganización social de los grupos de

convertido la reflexión permanen-

ponemos a los visitantes mira-

para sustituirla por la imagen de la

cazadores – recolectores; en este

te sobre la figura de la mujer en el

das que rescaten a la mujer de

mujer pensada desde el conoci-

formato podemos ver a todos los

Paleolítico en valor transversal a

la Prehistoria de su invisibilidad

miento presente, sin estereotipos

miembros de la comunidad in-

toda la actividad museal. La ex-

tradicional en el imaginario co-

del pasado, aunque quizá con los

teractuando, personas de todos

posición que convencionalmente

lectivo. Para ello nos apoyamos

valores actuales, una mujer que

los sexos y edades atareados en

llamamos “permanente” es, en

en la visibilidad explícita e inten-

nos mira directamente en la ex-

sus quehaceres cotidianos en las

la práctica diaria, un escenario

cionada que la mujer adquiere

posición, entablando comunica-

proximidades de su campamen-

versátil sobre el que releer el patri-

en la narrativa visual de la expo-

ción visual con el espectador.

to. Con esta estrategia de comu-

monio cultural mediante interven-

sición del museo. En recorridos

nicación la tecnología ayuda a

ciones educativas, lúdicas, musi-

como “¿Dónde están las mujeres

construir significados, a compren-

cales, narrativas o espectáculos

del Paleolítico?”, “Las mujeres hi-

der el mundo pasado.

teatrales.

cimos Prehistoria”, “Más allá del

A pesar de estos esfuerzos por dar

Todos los años con motivo de la

hogar: mujer, arte y tecnología

visibilidad a la mujer y valorar su

celebración del Día de la Mujer

papel en la sociedad paleolítica,

en marzo proponemos nuevas mi-

en el conjunto de la exposición

radas a la exposición del museo

del Museo el número de repre-

mediante itinerarios divulgativos,

sentaciones de hombres es supe-

visitas teatralizadas o juegos en

rior al de mujeres. O, por ejemplo,

familia. Pero el objetivo no es inter-

en el recurso museográfico que

cambiar roles entre hombres y

presenta las diferencias morfoló-

mujeres, sino, en todo caso, com-

gicas entre un sapiens y un nean-

partirlos, presentar la contribución

dertal, se decidió presentar un

esencial de todos los miembros

ejemplar masculino por ser más

de la comunidad al bienestar del

evidentes sus diferencias que en-

grupo en el contexto de las so-

tre ejemplares femeninos –dando

ciedades igualitarias paleolíticas. [94]

Figura 3. Portada del itinerario para familias ¿Para él o para ella? Foto: Museo de Altamira.

[95]

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Autor/a Pilar Fatás Monforte | Asunción Martínez Llano

Más allá del hogar y de la cueva,

como la crianza y las tareas en

los materiales empleados, del di-

La mirada de artistas contempo-

buscamos a las mujeres también

los espacios habitados, aprecia-

seño de cada herramienta, y de

ráneos a la colección arqueoló-

como creadoras, detrás de las

remos que tuvieron que ser igual-

su perfeccionamiento. ¿Estaban

gica y a la exposición enriquece

herramientas y la tecnología pre-

mente usuarias habituales de he-

necesariamente separados en el

progresivamente las formas de

histórica en el itinerario para fami-

rramientas muy diversas, y, por

seno de las comunidades paleo-

expresión e interpretación desde

lias “¿Para él o para ella?“ (Figura

tanto, buenas conocedoras de

líticas la producción de útiles y el

el museo. El teatro nos permite

uso habitual de éstos? Probable-

imaginar prehistorias posibles y la

mente no.

danza contemporánea estable-

Con el itinerario didáctico para

ce puentes y puntos de contacto

3). Tradicionalmente, en la recons-

trucción de la vida cotidiana de las comunidades del Paleolítico, la caza y la producción tecnológica es una tarea atribuida solo a los hombres. ¿Fue en realidad la tecnología paleolítica “cosa de hombres”? Si observamos los ámbitos en los que también las muje-

“Las mujeres tuvieron que ser igualmente usuarias habituales de herramientas muy diversas, y, por tanto, buenas conocedoras de los materiales empleados, del diseño de cada herramienta, y de su perfeccionamiento.”

res participaron necesariamente

Figura 4. Danza contemporánea Narrativa de los orígenes (Marina Bruno). Marzo de 2013. Foto: Museo de Altamira.

en el seno de sus comunidades,

[96]

alumnos de Educación de Personas Adultas, “Dime qué te llevas a la tumba y te diré quién eres”,

entre la mujer del presente y del pasado, huyendo de todo compromiso con la literalidad y repre-

convertimos a la mujer en prota-

sentatividad (Figura 4).

gonista de esta mirada hacia la

El lenguaje utilizado por el perso-

Prehistoria. Fijamos la atención

nal de atención al público es una

en el enterramiento paleolítico

herramienta muy efectiva, pues

de una mujer adulta en el abrigo

es la principal mediación entre

francés de Saint Germaine La Ri-

la exposición, el mensaje y el pú-

vière y en su rico ajuar funerario

blico visitante. Los guiones de las

para destacar el enterramiento

visitas guiadas a la Neocueva,

como comportamiento cultural

de la visita a la cueva (en las vi-

que nos diferencia y nos integra

sitas experimentales que en 2014

entre nuestros iguales en el inicio

se están realizando), los talleres

de nuestra Historia. Este Itinerario

de Prehistoria, o las presentacio-

nos conduce por la exposición y

nes de los recursos divulgativos

nos ayuda a identificar cada uno

presentan a las personas del Pa-

de los objetos que componen el

leolítico con términos genéricos –

ajuar funerario, todos representan

personas, gentes, mujeres y hom-

una forma de vida, la de los caza-

bres- e incluyen explícitamente el

dores recolectores en el Paleolíti-

mensaje de que todos los miem-

co superior.

bros del grupo participaban en las [97]

Pilar Fatás Monforte | Asunción Martínez Llano

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tareas cotidianas; también

pliar la difusión de estos mensajes

uso, por hombres o mujeres, sería

es una niña la protagonista

que se trabajan en la actividad

una tarea tecnológica importan-

contemporánea del cuento

del museo.

te para el grupo.

Sueños en rojo de la actual

En 2012, bajo el título “Ausencias

Hoy, conscientes del papel social

y silencios” nos decantamos por

de los museos para la educación

deconstruir la asociación tradicio-

en igualdad, el género está inclui-

nal de las herramientas de sílex, su

do como valor transversal explíci-

diseño, producción y uso por par-

tamente en el Plan Director del

te de los hombres para introducir

museo e incorporado plenamen-

El Museo participa en la ini-

la necesaria participación activa

te a la actividad museal. Pero te-

ciativa de la Subdirección

de las mujeres en la acción social y

nemos la oportunidad de corregir

General de Museos Estatales

por tanto también como produc-

los errores del pasado en la na-

“Patrimonio en Femenino”

toras y usuarias de herramientas.

rrativa expositiva y trabajamos ya

de la Red Digital de Colec-

En 2013, enfocada la exposición

en la renovación de la exposición

ciones de Museos de España

a “Mujeres ante la adversidad,

que tiene como objetivo vi-

tiempos y contratiempos”, contri-

sibilizar la participación acti-

buimos al catálogo con el articulo

va de las mujeres en la cul-

“La conciencia de una identidad”

tura a lo largo de la historia

y a la exposición con la presenta-

a través de las colecciones

ción de las figuritas femeninas que

de los museos. Cada edición, los

aparecen en toda Europa desde

museos presentamos objetos de

hace 30000 años, descartando

nuestras colecciones en una ex-

en la argumentación el tradicio-

tareas diarias necesarias para la

posición on line temática. Preci-

nal término de venus. Para “Tradi-

supervivencia y bienestar del gru-

samente la dificultad de asignar a

ción y modernidad” - en 2014- se-

permanente con el convenci-

po. El libro editado por el museo y

mujeres u hombres el uso o fabri-

leccionamos una aguja de hueso

miento de que nuestra interpreta-

la Asociación de Amigos “Kashuk

cación de los objetos paleolíticos

destacando que este invento pa-

ción del conocimiento actual de

en Altamira” (Figura 5) tiene como

ha supuesto un reto para nuestra

leolítico que ha llegado hasta la

las sociedades paleolíticas devol-

protagonista a una niña paleolíti-

participación en este proyecto,

actualidad es resultado de la in-

verá, al menos en el Museo de

ca, a la que encontramos en la

reto que hemos afrontado como

novación, la experimentación y

Altamira, su visibilidad a la mitad

historia realizando todo tipo de

oportunidad para reforzar y am-

la creatividad humanas y que su

invisible de la humanidad.

Museoteca.

Este

espacio

para familias con niños fue dedicado en 2008-2009 a la mujer paleolítica y a las mujeres creadoras en el Arte.

Figura 5. Portada del libro Kashuk en Altamira. Autora de las ilustraciones: M. García Mingo. Autores del texto: A. Martínez y J.A. Lasheras Foto: Museo de Altamira.

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“Nuestra interpretación del conocimiento actual de las sociedades paleolíticas devolverá, al menos en el Museo de Altamira, su visibilidad a la mitad invisible de la humanidad.”

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Autor/a

Bibliografía LASHERAS, J. A.; FATÁS, P.; y ALBERT, M. A. (2002): “Un museo para el Paleolítico” en Lasheras, J.A. (Ed.), Redescubrir Altamira. Madrid: Turner ediciones: 189-202.

QUEROL, Mª A. y HORNOS, F. (2011): “La representación de las mujeres en los modernos museos arqueológicos: Estudio de cinco casos”, Revista Atlántica-Mediterránea, 13:135-156. www.rodin.uca.es

Museo de Altamira

LASHERAS, J. A. y MARTÍNEZ, A. (2012): “Museos para la sociedad:

VVAA (2006): Las mujeres en la Prehistoria. Catálogo de exposi-

Altamira y su museo” en Castillo,

ción, Valencia, Museu de Prehis-

A. (Ed.), Actas del I Congreso Internacional de buenas prácticas

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Enlace

abril de 2012), Madrid, Editorial

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Complutense: 612-636.

gital de Colecciones de Museos

Museo de Altamira

de España) www.mecd.gob.es

MARTÍNEZ, A. y TRIMALLEZ, A. (2009): “Museo de Altamira. ¿Museo para todos?” en Museos para la participación. Actas de las 15 Jornadas de Departamentos de Educación y Acción Cultural. A Coruña: Museo de Bellas Artes da Coruña: 289-297. Jornadas DEAC

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