UNA PERSPECTIVA SINGULAR DE VINCULACIÓN UNIVERSITARIA PARA ESCUELAS DE INGENIERÍA.

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XVI Simposium Internacional: “Aportaciones de la universidades a la docencia, la investigación, la tecnología y el desarrollo” 23, 24 y 25 de septiembre de 2015

UNA PERSPECTIVA SINGULAR DE VINCULACIÓN UNIVERSITARIA PARA ESCUELAS DE INGENIERÍA. José Antonio Aquino Robles Departament d’Engyeneria Elèctrica DEE Universitat Politécnica de Catalunya UPC. Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas. [email protected] Leonel Corona R. Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas. [email protected] Cecilia Fernández Nava. Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas. [email protected] Abstract In this study we present the process of structuring of a singular way of working. This way of working can be adopted in schools of engineering and it has given us the guidelines to be considered as a more efficient way to achieve the much desired academic link with the environment through the modality known as: Technology Transfer. We started with this particular form of vinculation, that has recently been increasingly used by engineering schools. For that reason too; it has been increasingly investigated and studied by theorists of technology management. By such facts, we analyze the conceptualization and the operational form of technology transfer and show the ways, as we began this work we have done holistically at our school of engineering. Palabras clave: Transferencia tecnológica, vinculación universitaria, desarrollo tecnológico, patentes, comercialización de la tecnología.

Para aproximarse al maravilloso y complejo mundo de la tecnología basta con ver una película con efectos especiales, como también viajar por la red interconectada (internet), o inspeccionar los mecanismos de un auto de nueva generación, o admirarnos de la nanotecnología en los documentales. Cuando en nuestro existir cotidiano utilizamos innumerables y novedosos productos e interactuamos con éstos, nos beneficiamos de estas conquistas tecnológicas. Etimológicamente la tecnología es el estudio de las técnicas e incluye el análisis sistemático de

los procederes claramente definidos y empleados por el hombre para conseguir objetivos útiles: sembrar, escribir, construir, entre muchos otros. La tecnología se considera proceso cuando describe las actividades mediante las cuales el hombre investiga y pone en juego su actitud inquisitiva pero más aún su creatividad para conjuntar el conocimiento científico, tecnológico, técnico y empírico. Por tal motivo la tecnología como proceso articula diferentes tipos de conocimientos para generación de nuevas tecnologías, vea figura 1. De esta forma en el proceso tecnológico primero se diseña y posteriormente se transforma; todo

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ello al implementar las respuestas que facilitan la satisfacción de las necesidades, incorporar propuestas para mejorar procedimientos de trabajo, hacer más confortable el medio o simplemente complacer deseos.

Figura 1. La tecnología como proceso De acuerdo a (Campos y Sánchez Daza 2005). En las últimas dos décadas la vinculación con la sociedad, específicamente con el sector productivo, ha sido uno de los objetos más deseados por las universidades mexicanas. Se han celebrado cientos, si no es que miles, de convenios de colaboración, se han construido suntuosos edificios y los han ocupado amplias y dispendiosas estructuras administrativas encargadas de esta función, se han realizado foros, reuniones, debates, e invitaciones a empresarios y el balance –a la fecha– es negativo. Son contados los resultados, parecería que se ha alcanzado sólo la sombra del objeto deseado. ¿Cuál es la razón de que algo tan profundamente ansiado no se obtenga? Al parecer, como en muchas otras circunstancias similares, no basta con la pura voluntad de poseerlo. Ni tampoco basta con el simple hecho de copiar estructuras de primer mundo. El argumento de estos autores es que es que las universidades mexicanas han emprendido “acercamientos” con la planta productiva o con la sociedad, a partir de un desconocimiento, especialmente teórico, y por ende también practico de la función de vinculación. En la declaración de misión de la Universidad contemporánea; se plantea que estas tienen tres funciones sustantivas: la docencia, la investigación y la extensión. Sin embargo, cada

vez es más necesario ampliar este horizonte de funciones hacia la vinculación. Fue desde el Informe de labores de 1984 de la UNAM cuando se planteó la posibilidad de entender la vinculación como una nueva función y no como parte de la extensión universitaria. A partir de entonces, este concepto pareció adquirir más amplitud. Ahora se le considera un eje estructurador de la planeación académica, esto es, que las funciones de docencia e investigación universitarias encuentran mecanismos y formas de articulación de manera más estrecha y efectiva con la sociedad y la economía, salvando el carácter asistencial que hasta antes prevalecía. Este cambio significa además el establecimiento de un nuevo contrato social entre la academia y la sociedad, el cual requiere de un amplio y fuerte apoyo de políticas universitarias, de acuerdo con el papel que se le ha asignado a la investigación en el nuevo modelo económico. La adopción de este nuevo contrato y su traducción e instrumentación varia, obviamente, de una institución a otra y dependerá en gran medida de la respuesta y el sostén de las políticas nacionales e internacionales, pero eso sí adaptadas a las necesidades fundamentalmente locales y regionales en primera instancia y después de ello, proceder a lo global, en todo caso. Para no ser candil de la calle y oscuridad en la casa. Marco Teórico Respecto al apartado anterior, una de las renovadas funciones de vinculación de la universidad es la Transferencia Tecnológica, misma que en la investigación de (López 2010), describe varias definiciones, entre las cuales tenemos: Según (González Sabater 2009), la transferencia tecnológica se entiende desde dos aspectos: una es la transferencia entre empresas, y la segunda la transferencia entre los agentes generadores de conocimiento (universidades) hacia las empresas. La transferencia de tecnología no es un asunto simple. Es un proceso complejo que sí bien

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puede empezar en la iniciativa privada, como también en la universidad, y entre ambas surgirán diversas actividades, como el definir acuerdos que permitan beneficios mutuos para llegar a la comercialización, ya que entre ambos entes, existen diferencias culturales, de tiempos y objetivos. A ese respecto otra definición es la siguiente: De acuerdo con (UW Tech Transfer 2008), transferencia de tecnología es: Una variedad de actividades y acciones que faciliten el traslado de los resultados de la investigación desde las universidades y otras organizaciones de investigación, hacia la industria, para la explotación comercial mediante su utilización en el desarrollo de nuevos productos o servicios que beneficien a la sociedad. Para la norma oficial mexicana NMX-GT-001IMNC-2007 publicada por el Diario Oficial de la Federación. Define a la Transferencia Tecnológica como: El proceso por el cual se negocia la cesión o licenciamiento de los derechos sobre el capital intelectual. Entendiéndose por capital intelectual, los bienes intangibles producto del intelecto humano, que constituyen la suma de todos los conocimientos de una organización. Según (Solleiro 2008), La transferencia de tecnología es considerada como un proceso continuo, frecuente, estratégico y basada en una colaboración interinstitucional; considera que las fuentes de tecnología pueden ser empresas privadas grandes o pequeñas, agencias de gobierno, laboratorios gubernamentales, universidades y en general cualquier institución capaz de generar conocimiento. Para la UPDCE del IPN, la transferencia de tecnología es un ―proceso integral de capital intelectual, recursos materiales y acuerdos de valor jurídico, que permite poner a disposición nuevos descubrimientos e innovaciones, para su uso y explotación- . En un contexto más acorde a quienes desarrollan o deberían desarrollar tecnología; Las escuelas de ingeniería y más aún las facultades, entre las cuales tenemos: la Facultad de ingeniería de la Universidad Austral de Argentina; misma que manifiesta que la función del área de

Transferencia Tecnológica (TT) es vincular a la universidad con la empresa/industria (Portal de la Facultad de ingeniería de la Universidad Austral (2014)). A través de la TT se busca generar un círculo virtuoso resultado de la interacción entre las actividades de investigación, desarrollo, innovación, servicios y formación hacia y desde el mundo de la empresa. Los objetivos de la TT de acuerdo a esta universidad son: a) Desarrollar b) Transferir c) Recibir. Conocimientos a través de la concreción de diversas tareas, entre las cuales se pueden tener: • Servicios de ingeniería, asesoramiento, mejoras en la productividad • Investigación de nuevas tecnologías, materiales, aplicaciones, etc. • Desarrollo e innovación de proyectos, nuevos productos y tecnologías • Cursos de capacitación al personal de las empresas. Los aportes de la TT a la universidad deberán ser, entre otros los siguientes: • Conocer la realidad situacional de la industria. • Recibir conocimientos a partir de la gran experiencia y especialización de ésta. • Orientar sus esfuerzos hacia los desarrollos que son necesarios en tiempo real. • Modelar el perfil del egresado según las necesidades de la industria, para facilitar su inserción laboral y aportar al crecimiento de nuestra economía. • Mantenerse actualizada respecto de los avances tecnológicos. Las actividades de transferencia son: En la práctica, la TT se logra a través de actividades concretas realizadas conjuntamente por la universidad y empresas, en esquemas sinérgicos de ganar-ganar. Estas actividades encajan en cuatro categorías: • Generación de proyectos sinérgicos entre la universidad y empresas industriales.

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• Prestación servicios de ingeniería y consultoría, para la resolución de problemas puntuales de las empresas. • Desarrollando nuevas tecnologías por medio de investigación y desarrollo. • Proporcionando formación al personal de las empresas, basada en los conocimientos obtenidos por el contacto con la problemática de éstas. Áreas de transferencia La Facultad de Ingeniería de la Universidad Austral, basándose en las necesidades industriales de la economía argentina, se ha planteado desarrollar la transferencia tecnológica en tres áreas distintas: • Área de Productividad • Área de Mecatrónica y Automatización Industrial • Área de Calidad y Metrología Parque de Transferencia Tecnológica En el ámbito donde ellos desarrollan sus actividades de Transferencia. Se encuentra en el Campus de Pilar y hoy cuenta con tres laboratorios de alto nivel tecnológico: • Laboratorio de Metrología • Laboratorio de Mecatrónica • Laboratorio de Productividad Los cuales manifiestan que trabajan día a día respondiendo a las necesidades de la industria, brindando servicios de desarrollo, investigación o resolución de problemas técnicos. De acuerdo a (Cuervo P. 2012). La más nueva y vanguardista rama consolidada de la ingeniería moderna es la Mecatrónica; la cual la describe como una filosofía 1 de diseño de bienes y procesos productivos. Misma que ha tenido una evolución desde un enfoque exclusivamente práctico hasta aquellos de investigación científica y educativa. En lo particular se conoce que la Mecatrónica nació como respuesta a necesidades prácticas en 1 Aquí, “filosofía” lo utiliza Cuervo P. 2012. En su acepción de sistema particular de entender la vida (la ingeniería) y todo lo relativo a ella. (Diccionario de la lengua española, 2005).

la industria de este tiempo, pues el término fue acuñado a finales de la década de los 60’s del siglo XX por Tetsuro Mori en la empresa tecnológica Yaskawa, de acuerdo a (Aquino R., Corona R., Fernández, & Cuervo Pinto, 2010). Por tales hechos el surgimiento de la Mecatrónica, en sí mismo confirma una regla que en lo general se ha cumplido desde tiempos inmemoriales en Ingeniería, considerando lo que afirma (Sobrevila 2000); al recordar históricamente lo siguiente: Cuando en 1769 el Ingeniero James Watt inventó y patentó su máquina de vapor... Faltaban 74 años para que Joule encontrara el equivalente mecánico del calor; Faltaban 81 años para que Clausius y Kelvin formularan el segundo principio de la Termodinámica. No quedan dudas de que, en muchos casos, la técnica llegó al hombre antes que la ciencia. La historia universal lo demuestra. Los fenicios que navegaban el Mediterráneo, para construir sus embarcaciones, no esperaron a que Arquímedes encontrara su principio del empuje de abajo hacia arriba que sufre un cuerpo sumergido. Los guerreros de las épocas primarias, para alcanzar mayor distancia, lanzaban sus flechas con una inclinación de 45 grados, sin esperar que los físicos encontraran las ecuaciones del tiro parabólico, resolviendo el caso con la derivada primera igualada a cero para encontrar la máxima distancia. Es bastante claro que la ingeniería, como actividad, es inherente al ser humano y anterior a las ciencias. Esto nos permite insistir en afirmar que la ingeniería no es ciencia aplicada, como antiguamente se solía decir, sino que es una disciplina independiente, pero que sí emplea las ciencias sin de ningún modo derivar de ellas. Se la puede catalogar —según dice Arturo Bignoli— como un arte asistida por la ciencia (Ibídem). Respecto a lo anterior; notamos que el nacimiento de una disciplina de nueva generación en la ingeniería moderna como la Mecatrónica se da en lugares como el sector productivo (industrial), donde directamente son creadas y conceptualizadas estás ramas juntamente con un nuevo lenguaje el cual es

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legitimado con el tiempo y con la práctica continuada. Todo ello en una nación con una reconocida cultura enfocada hacia la innovación como Japón. Por lo que la idea de la transferencia tecnológica, tal como la entendemos en este mundo occidentalizado, difiere en cuanto a su trayectoria, puesto que la Mecatrónica sale en la industria para permear hacia los centros de desarrollo tecnológico y posteriormente hacia los centros de investigación científica y de estudios de posgrado. Casi al final llega a las escuelas y facultades de ingeniería, donde empieza a dictarse cátedra a cerca de esta disciplina de la ingeniería moderna. Y en la actualidad ya ha permeado hacia las escuelas de nivel medio superior. En contexto con lo anterior y al observar los estudios realizados por (Campos et al 2005) y por (Vega-González 2011), y con mayor énfasis el primero, concluyen ambos autores que la vinculación universitaria y en específico la Transferencia Tecnológica es una actividad que requiere de profesionalización en su ejercicio. Considerando lo que menciona (Campos et al 2005), al manifestar que mucha gente tiene un paso efímero y gris, por las oficinas de vinculación, dado que este personal al formar parte del equipo de trabajo del director o rector en turno, estos se decantan más por la fidelidad (a veces pervertida) al equipo; que por la capacidad demostrada de algún otro personal que sea externo a su equipo de confianza. Por otro lado, recalca que las oficinas de vinculación están ubicadas en estructuras de tercer o cuarto nivel y muchas veces dependen de áreas cuya función no tiene algo que ver con esta actividad. Y haciendo un poco de investigación regional (Arocena y Sutz 2001) analizan el caso latinoamericano manifestando lo siguiente: En Brasil, 8.3% de las empresas encuestadas declararon que la vinculación con la universidad fue importante para el desarrollo y logro de innovaciones; sin embargo, las universidades son la opción menos mencionada como origen de ideas para la innovación, por otro lado, en México, los acuerdos de cooperación para proyectos innovadores solo

alcanzaron el 6% de las empresas encuestadas. A su vez, en Venezuela, las vinculaciones con universidades son 3.5%....mientras en Chile, 25% de las empresas declara haber realizado contratos con universidades; de éstas las que declaran intensidad media o alta en la firma de contratos con universidades alcanzan 3.7% del total (Arocena y Sutz, 2001). En ese tenor (López 2010) menciona que la explotación de tecnología en las actividades de fabricación y comercialización comúnmente se da en las empresas. Consecuencia de ello como pudimos ver anteriormente el concepto, “Mecatrónica” surge en la industria. Sin embargo, uno de los escenarios que vive actualmente la mayoría de las empresas nacionales e internacionales es el acelerado cambio tecnológico y la vida corta de los productos y sus tecnologías de fabricación. Y bajo estas circunstancias es importante considerar las aportaciones de talento, conocimiento y desarrollos tecnológicos que se realiza en las universidades y centros de investigación, para la transferencia tecnológica, esto más que otra cosa, con la consigna de que la opinión o diseño complementario de los centros ajenos a la industria puede en un momento dado, suplir esa ceguera de taller 2 que suelen tener los diseñadores industriales que ejercen en la iniciativa privada y viceversa, cuando los investigadores universitarios desean llevar sus propuestas de solución a la industria. Las demandas de productos y servicios, a las que se enfrentan las industrias cambian lógicamente de acuerdo con la evolución de las sociedades y los mercados. Hoy la industria generalmente se enfrenta a mercados saturados en los que diferenciarse de la competencia es cada vez más difícil. Revisando en el tiempo; en los últimos 50 años, se puede generalizar y afirmar que el reto de la industria de los años 60s del siglo XX; era producir más y más; para abastecer los mercados. Con el inicio de los años 70s los mercados se llenaron y los industriales tuvieron 2 La ceguera de taller se da cuando nos resulta todo tan normal en nuestro entorno que fácilmente perdemos de vista las oportunidades que están presentes en todo momento.

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que reducir sus costes de producción para seguir compitiendo. En los años 80s surgieron las estrategias de calidad para tratar de reducir costes aún más, y para ofertar mejores productos, más satisfactorios. También se implantó definitivamente la cultura de la innovación y de la rapidez para sacar el nuevo producto antes que alguien más al mercado, primicia que otorgase el liderazgo, (García M. et al 2009). Este último punto será tratado más adelante cuando veamos las ventajas competitivas de planear toda la trayectoria del proceso para colocar un producto en el mercado y no únicamente buscar descubrir una nueva forma de diseño o construcción o simplemente llegar a tener una patente, aunque ésta solo llegue a ser patente de anaquel. Aun con todo lo anterior, ya tampoco basta con posicionarse antes que cualquier otro, porque ya muchos fabricantes son de alta calidad o al menos la mayoría. Ahora la forma de competir y permanecer es ofrecer productos muy variados adaptados a las necesidades de cada cliente en particular, apostando por la flexibilidad y el servicio especializado. Con todo, la creciente sensibilidad hacia el ambiente y los problemas sociales está llevando a que los consumidores también reclamen a las industrias que minimicen sus impactos ambientales y sociales. El nuevo reto supera el diseño de productos equilibrados entre coste, calidad y plazo. Ahora se debe conseguir un nuevo equilibrio: ofertar soluciones que además resulten específicas para cada consumidor y de nulo impacto ambiental y social, (García M. et al 2009). Con todas las exigencias anteriores, se tiene una larga brecha con requerimientos cada vez más severos para poder colocar un dispositivo, producto, artefacto o maquinaria en el mercado; inclusive para poder posicionar maquinaria con un propósito específico ya sea para automatizar o semi automatizar procesos de aplicación local o regional o en todo caso nacional. En consonancia con lo que hemos manifestado y de acuerdo a (Albors & Hidalgo 2003). Estos autores citan a los contemporáneos (Autio y Laamanen 1995) y a la estadística de su investigación en la que aseveran que el 63,3% de los gerentes europeos de empresa, declaran

que la ventaja del tiempo es el mejor medio para proteger un aporte innovador que se inserte en el mercado. Lo cual es bastante claro con respecto a lo manifestado anteriormente, ya que con todas las prisas actuales y considerando que hemos llegado a un muy alto nivel de tecnificación y preparación académica en lo tecnológico a nivel global, esto se menciona porque hasta en los países que se consideran menos favorecidos tecnológicamente, se tienen ya los conocimientos como para hacer una impresora 3D con desechos de computadoras e impresoras obsoletas. Aunado a que en la red interconectada y por otros medios masivos de comunicación y de intercambio de la misma, como las bibliotecas digitales, se dan a conocer los principios básicos que rigen el funcionamiento de casi toda la tecnología que tenemos a nuestro alcance. Respecto a esto es bastante lógico argumentar alrededor del asunto; ya que es necesario poner en la balanza: sí merece la pena trabajar para obtener solo una patente o mejor aún trabajar para posicionar un producto o artefacto en el mercado y buscando que este sea un éxito comercial y con ello la patente ya será algo altamente útil en todo caso. Para tal fin traemos; fragmentos del trabajo de (Vega-González 2011), titulado “Siete mitos de la investigación aplicada y el desarrollo tecnológico universitario”. Cuyo quinto mito describe la siguiente problemática: Hay que patentar todos los desarrollos de la UNAM, porque así se hace en otras instituciones como el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) y en otros países. En los discursos oficiales pronunciados por diferentes autoridades, es muy frecuente oír comparaciones que se hacen entre el número de patentes mexicanas, particularmente las universitarias y el número de patentes que obtienen otros países e instituciones. Sin embargo, generalmente en este tipo de pronunciamientos nunca se menciona ni se explica cuáles deben ser las fuentes de financiamiento para sufragar los costos de obtención, administración, vigilancia y litigios por invasión de patentes. Y más importante todavía; no se vive; ni se tiene la misma realidad

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del MIT, ni vivimos una realidad europea, aun cuando anteriormente hemos dicho que el mundo ya está cada vez más globalizado. Por otro lado vale aclarar que la mayor parte de la tecnología universitaria es precompetitiva y su propósito general difiere en cierto sentido al de la comercialización, ello merece la pena aclararlo. Porque en ocasiones no se tiene el propósito inherente de llevarlo a la comercialización, como es el caso de los concursos y torneos de prototipos. Pero sí en un momento dado; ya se piensa con la seriedad correspondiente llevar prototipos universitarios hacia la comercialización; esto debe planearse muy concienzudamente desde el inicio del proceso. Para que este tienda a ser eventualmente un éxito comercial. Algunas veces los desarrollos tecnológicos son financiados por la industria a través de la firma de convenios de colaboración. Los resultados toman la forma de prototipos de laboratorio para los cuales, una vez que son terminados y probados se obtienen patentes, derechos de autor o marcas que incrementan los derechos patrimoniales de las Universidades o cuando menos le permiten llevarse el crédito en cuanto a aportar soluciones ante quien la financia; o en el mejor de los casos exhibir que realiza su trabajo, respecto a la vinculación que debe hacer y de esa forma promocionar sus logros ante la sociedad en general. El número de patentes que obtiene una organización habla más de su capacidad de inventar que de su capacidad de innovar, es decir, habla más de la capacidad que se tiene de inventar que de la actitud de los agentes de la organización para involucrarse en proyectos de innovación. Una gran proporción de patentes nunca son comercializadas porque tienen una vida de “anaquel” específica. Por ejemplo, el Centro de Distribución de Patentes (PADIC) de Japón, estima que el 65% de más de un millón de patentes japonesas están dormidas o son redundantes sin producir valor para sus dueños, de acuerdo a (Vega-González 2011). De esta forma podemos; de acuerdo a lo anterior. Observar detalladamente la siguiente pregunta: ¿Qué es lo más conveniente para quien tiene una buena idea? ¿O que hacer si una

buena idea podría ser comerciable en estos tiempos?, surgida esta inquietud por supuesto, desde la facultad o escuela de ingeniería. En la administración de la propiedad intelectual se presenta un fenómeno curioso: las organizaciones a nivel mundial, generalmente obtienen un gran número de patentes de importancia marginal y un número muy pequeño de patentes de alto valor y alto impacto. Por lo tanto, se requiere un análisis muy serio de patentes para enfocar el tiempo, los recursos y los esfuerzos a aquellas patentes y actividades que agreguen mayor valor a los derechos patrimoniales de la universidad en este caso. Por razones de costos y de estrategia tecnológica, siempre será más razonable orientar los recursos hacia aquellos desarrollos que tengan potencial comercial, los cuales se descubrirán través del análisis de patentabilidad y del análisis de mercado respectivo. No es posible mantener una cartera demasiado extensa de patentes no productivas, ya que esto no es ni con mucho una buena alternativa ni económica ni administrativa, ni mucho menos de ingeniería. A no ser que solo se quiera exhibir las patentes como logros en la sala de trofeos de la universidad o solo con el deseo de lucir como eslogan una estadística, cosa que no es del todo apropiado más para una nación que debería ser más eficiente en su gasto como México y que en todo caso debe que dirigir sus esfuerzos y recursos de una manera más eficientemente. En relación a las preguntas propuestas anteriormente y en contexto con todo este trabajo, El Dr. René Drucker Colín. Titular de la secretaria de ciencia, tecnología e innovación del D. F. En el 1er encuentro para Innovadores del Instituto Politécnico Nacional, en diciembre del 2013. Hizo una serie de reflexiones que buscan ajustar el trabajo académico y de investigación en el IPN que tiene tendencia hacia la innovación, entre ellas las siguientes: “La secretaría de ciencia, tecnología e innovación del gobierno del distrito federal” financiará proyectos que resuelvan problemáticas tangibles y reales dentro de su área de influencia regional, obviamente basados en cubrir necesidades muy propias de la ciudad y que por medio de investigación científica y

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mejor aún tecnológica; resuelvan los problemas de esta metrópoli. Aunado a lo anterior, el Dr. Drucker Colín hizo una pequeña semblanza de la trayectoria que siguen los proyectos de investigación que financian universidades, Institutos tecnológicos, centros de investigación científica y de estudios avanzados y el Conacyt: En primera instancia los investigadores presentan protocolos de sus proyectos y a la vez solicitan dinero para investigar una problemática determinada y aportar soluciones. Seguido de ello concursan por apoyos económicos para sus proyectos, con otros investigadores, a nivel local, regional o nacional. Una vez aprobados empiezan a realizar sus investigaciones y a presentar resultados de las mismas, mediantes publicaciones y conferencias, al terminar las investigaciones o al concluir el proyecto el investigador recomienda o da una serie de recomendaciones para la solución de la problemática abordada y dichas recomendaciones quedan archivadas y en el mejor de los casos alguien retoma esas investigaciones y realiza más investigaciones y quizás hasta concrete en un prototipo de laboratorio con tecnología experimental y posteriormente el ciclo vuelve a empezar o en el peor de los casos se termina archivando todo en algún almacén de la universidad o del organismo que patrocino la investigación. En contraparte; cuando los compañeros investigadores del IPN le preguntaron de qué manera apoyaría los proyectos que tenemos como investigadores, el Dr. Drucker Colín explico que él puede apoyar, vía los fondos de la secretaría a su cargo, y claro mediante una exhaustiva evaluación. Los proyectos que resuelvan una problemática tangible, actual y que aporte soluciones a problemas reales de la ciudad; dejando claro que los apoyos para proyectos de investigación para presentar resultados en conferencias, congresos y revistas, no tendrían la misma prioridad y que en todo caso existen otras instancias para ese fin. Respecto a la anterior es necesario señalar que aun cuando no lo dijo explícitamente el Dr. Drucker Colín, puesto que su formación académica y profesional, no es la de un

tecnólogo; nos explicó que un investigador debe formar ahora un equipo de trabajo que no solo desarrolle soluciones que bien pueden ser factibles de ser explotadas, respecto a lo que hasta ahora han desarrollado, sino que debe planear no solo la creación de prototipos de tecnología precompetitiva, sino que estos deben ser llevados a la producción en serie y realizar todo el estudio socioeconómico y ambiental de su propuesta y también llevarla hasta el mercado o hasta su utilización final. Con lo que tendría que por fuerza realizar lo que hasta el momento poco hacemos los investigadores en México, que es completar el proceso de transferencia tecnológica, planeándolo todo incluyendo la comercialización desde el principio; por ello es necesario ahora seguir el proceso de ejecución que se aprecia en la figura 2. En el cual se tienen una serie de pasos y que normalmente como investigadores solemos llegar hasta el número 4, justo a la mitad del proceso. Con lo anterior podemos observar una nueva trayectoria en todo este proceso, en cual debemos como investigadores comenzar a abordar no solo en asociación con otros investigadores, como ha sucedido con las redes del IPN de expertos tanto la medioambiental, como la de robótica y mecatrónica, la de energía,. Sino que además debemos asociarnos en redes empresariales de base tecnológica y llevar nuestras propuestas, desarrollos y creaciones tecnológicas hasta el punto donde éstas son necesarias. Si vemos a nivel global; podemos observar que Japón y ahora China, no se hicieron competitivos a nivel mundial únicamente desarrollando prototipos y que estos a su vez fueran motivo de patentes. Se hicieron naciones tecnológicamente avanzadas y ricas, porque pensaron, planearon y ejecutaron todo el proceso que en la figura 2 se aprecia; para todas sus creaciones tecnológicas e innovaciones que hoy desarrollan y las que ya hicieron.

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Figura 2. Proceso de identificación de necesidades y puesta en el mercado de productos y artefactos tecnológicos. Fundamentación en la implementación. De acuerdo a (Hernández 2014) y a las estadísticas de su investigación. El 90% de los negocios en México son familiares (en Estados Unidos ese porcentaje llega a 95%). De acuerdo a ello se tiene un abundante margen de maniobra para incidir, y más aun cursando estudios en una escuela de ingeniería del sector público. Con la estadística anterior es poco viable únicamente preparar a los futuros ingenieros para atender solamente las necesidades de las compañías grandes o multinacionales. Que para el caso mexicano serían solo unas cuantas y no las necesidades de las mayorías. De tal suerte que los planes de estudio, de acuerdo a la estadística presentadas por Hernández (2014), no deben estar únicamente orientados a simplemente obtener la titulación por medios más simples o mediante rápidas habilitaciones y orientadas a poner a los egresados a disposición de corporaciones multinacionales. Y mientras este proceder hace parecer exitosas a las jornadas o ferias del empleo; al reclutar a una gran cantidad de egresados. Se deja de lado atender al 90% de las necesidades nacionales, que son precisamente las micro empresas y los pequeños medianos o grandes negocios familiares – protagonistas de la necesidad real de recibir una asesoría, un acompañamiento empresarial o mejor aún desde la perspectiva de la ingeniería, deben mejorar y

aumentar su productividad, y por si eso fuera poco deben modernizarse y por consecuencia deben adaptarse tecnológicamente a las nuevas exigencias de la globalización y del libre mercado. A lo cual (Hernández 2014), manifiesta una pregunta que da orientación ¿Qué hacer entonces? A lo que él menciona que urge una verdadera vinculación entre las empresas y universidades mexicanas. Pero con un enfoque diferente al que vienen haciendo las oficinas de vinculación, unidades de integración social, y de transferencia tecnológica. Es necesario manifiesta este autor que esta vinculación este enfocada a institucionalizar a las micro, pequeñas y medianas empresas “familiares”; porque las incubadoras de negocios y los programas de emprendedores, a todas luces, no son el camino más pertinente. La Nación necesita que los negocios que son la base de su economía y generación de empleos no solo sobrevivan como pasa ahora. México requiere que también mejoren cualitativa y cuantitativamente, con el respectivo impacto positivo en el tejido social. En consonancia con lo anterior (Zaid 1995), manifiesta que entre los mexicanos de poca escolaridad, trabajar por su cuenta fue lo más común, y sigue siendo un ideal aún incluso para los de mayor escolaridad también. La deuda externa (en 1995) representaba unos ocho mil dólares por familia. Naturalmente, si cada familia hubiera recibido un crédito de ocho mil dólares para invertirlo en negocios caseros, no habría miseria en México, la provincia estaría en auge y la deuda ya se habría pagado en su mayoría. Porque de acuerdo a la estadística de (Hernández 2014). Hay una tradición del negocio casero, del trabajo independiente, mismo que respalda también (Zaid 1995). Es por tanto una tradición viva, como nos lo muestran los porcentajes en México y en Estados Unidos. (Hernández 2014). En la Encuesta de subempleados 1983, que publicó Estudios Sociales del Banco Nacional de México, los vendedores ambulantes, lavacoches, boleros y otros entrevistados en la ciudad de México declararon: que saben leer y escribir (94%, la quinta parte había llegado a secundaria, preparatoria o los primeros años de

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licenciatura); que están contentos con su trabajo (87%); que prefieren el trabajo independiente, en vez de ser empleados (73%); que han recibido ofertas de trabajo fijo (36%). Si hay estas preferencias en la ciudad donde se concentra el empleo, el sector público y la tradición burocrática, es de suponerse que en el resto del país la preferencia por el trabajo independiente sea todavía mayor. Por otro lado un hecho poco conocido es que los comerciantes minoristas, artesanos y pequeños productores son más eficientes que las grandes empresas y el gobierno con respecto a sus inversiones. El sector avanzado produce más por hombre, pero menos por unidad de capital. Y todavía otra estadística poco conocida quizá, porque sea de un sitio lejano aunque por muchos aspectos digno de imitar es que en 1960, casi la mitad de los japoneses trabajaba por su cuenta. Las pequeñas empresas japonesas fueron esenciales para saltar del subdesarrollo a los primeros lugares del mundo, en unas cuantas generaciones. En particular, fue muy importante cómo se modernizó el campo: con inversiones muy pequeñas en predios muy pequeños; con medios de producción adecuados para aumentar la productividad sin cambiar de escala. Desde hace años, existe una publicación en Japón: Guide Book for Rural, Cottage, and Small and Medium Industries. Mismo que es un catálogo industrial, que parecía mandado a hacer como un ejemplo de lo que buscamos crear en este tiempo. Resulta que desde 1916 existe en el Imperio Japonés una empresa admirable dedicada a facilitar que el sector productivo de bajos recursos pueda crear riqueza por si mismos trabajando por su cuenta. Se trata de la Chuo Boeki Goshi Kaisha. Central Commercial Company o CeCoCo. Su catálogo es amplísimo. Incluye desde equipo para producir conservas hasta repertorios completos de equipos agropecuarios, pesqueros y agroindustriales. Por ejemplo: todo lo que se le pueda ofrecer a un minifundista que siembre arroz o tenga pollos, desde la siembra o incubación hasta el procesamiento. Por ejemplo: arados motorizados (de a pie, que no requieren

animal de tiro, pero no cargan a quien los guía) diseñados especialmente para el cultivo, lavadoras y clasificadoras de frutos que no pesan más de cien o doscientos kilos; molinos del mismo tamaño etcétera. Por estos ejemplos se puede reconocer en estos equipos; la idea desarrollada por CeCoCo: modernizar a los productores independientes. Esta empresa que hoy podemos considerarla dadas sus características como un singular polo de innovación tecnológica funciona como una compañía especializada en el mercado de bienes de capital para pequeños productores: diseña o fabrica o manda a hacer o simplemente distribuye equipos. También puede integrarlos en una planta pequeña (para procesar algún producto alimenticio, por ejemplo), haciendo ingeniería y construcción. Pero no vende ideas románticas: vende equipos probados que se pagan por sí mismos con el aumento de productividad que generan. Más que su ingeniería, sorprende que han sabido ver oportunidades, donde no suelen verse más que problemas; han sabido pensar prácticamente en función de una clientela de escasos recursos: entendiendo sus necesidades, ofreciéndole cosas pertinentes, (Zaid 1995). El buen efecto se multiplica a través de este concepto en vez de diseñar o producir todo, comercializarlo todo; conecta una oferta dispersa con su demanda potencial, estimulándolas mutuamente. La región de Osaka se volvió especialista en bienes de capital para producir en pequeño; y que, gracias a la formación de este mercado, el efecto ha llegado hasta nosotros; donde debemos buscar a través de un concepto similar; ser diseñadores y desarrolladores de medios de producción de bajo costo para pequeños productores, a través de las escuelas de Ingeniería y más aún que sean los propios alumnos que cursan la especialidad quienes desarrollen los pasos que se describieron en la figura 2 y que para el caso deben de identificar necesidades en los propios negocios familiares y con ello pueden en un momento dado reducir los

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pasos a los que se especifican ahora en la figura 3. En la UPIIITA de acuerdo al trabajo presentado para la Universidad Autónoma de Yucatán, se ha implementado la construcción de un polo de innovación tecnológica a partir de un cambio en cuanto a implementar innovaciones educativas; que nos den mejoras significativas en nuestro proceder en las aulas de las escuelas de ingeniería, en dicho trabajo se especifican las formas que nos han dado incipientes resultados, pero resultados a final de cuentas, y se han ido formando inercias que nos pueden respaldar, para escribir todo lo que en este trabajo se ha manifestado.

Figura 3. Proceso de identificación de necesidades y de transferencia tecnológica para empresas familiares. Derivado de esta forma de trabajo, se tienen los siguientes trabajos realizados, en donde la transferencia tecnológica de ha dado de forma tal que se ha mejorado la productividad en empresas familiares por medio de la creación de los siguientes artefactos en una escuela de ingeniería como lo es la UPIITA en el IPN: • Automatización de churrera • Técnica alternativa para la determinación del límite líquido de suelos. • Empaquetadora mecatrónica de polvos. • Sistema de dosificado y envasado de suspensiones veterinarias líquidas. • Enroscadora de tapas automática. • Dispositivo orientador–alimentador automático de tapas de rosca.

• Mezclador de polvos de uso farmacéutico veterinario. • Etiquetadora automática envolvente. • Sistema alimentador de botellas. • Prototipo de maquina colocadora de pedrería por ultrasonido • Prototipo hibrido deshidratador de chiles usando energía solar y gas L.P • Prototipo de empacadora y embaladora para focos tipo twist. • Construcción de un prototipo de escáner para digitalización de objetos tridimensionales Dentro de la investigación desarrollada y de acuerdo a lo debatido y dialogado en otros foros, podemos sugerir como política pública para incentivar la transferencia tecnológica de las escuelas de ingeniería hacia las microempresas y empresas familiares. La existencia o creación de incentivos, tanto para los docentes que asesoren y dirijan tales proyectos, como para las escuelas que logren dichos objetivos. En ocasión del décimo aniversario del CITCEA (Centro de Innovación Tecnológica en Convertidores Estáticos y Accionamientos) adjunto a la Universidad Politécnica de Catalunya. Justamente se cuestionó, el hecho poco conocido, pero real, de que tenga mayor peso el hecho de lograr la colocación de una publicación a nivel “revista indexada”, que el tener una transferencia tecnológica exitosa; aun cuando esta sea para una empresa de poca monta. Lo anterior se manifiesto, porque de los impuestos derivados de las actividades productivas de todo el tejido industrial (de esas empresas de poca monta), se pagan los sueldos e incentivos de los investigadores y docentes de las escuelas públicas de ingeniería. En todo caso, se discutía, que una transferencia tecnológica sea de la magnitud que fuere pese tanto como lograr colocar un artículo, en una revista indexada en los puntajes para los incentivos de los docentes e investigadores, ya sea tanto por los incentivos que dan las universidades, como las que podrían dar organismos como Conacyt y similares en otras naciones.

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Conclusiones En este trabajo, se han esbozado una serie de conceptos con los cuales se describe o se busca describir a la Transferencia Tecnológica, estos a partir de una serie de explicaciones, referentes a las funciones de la universidad en estos tiempos. Se ha aportado mediante la investigación, una clase de vinculación específica de escuelas de ingeniería, como lo es la Transferencia Tecnológica, y así mismo se ha pormenorizado también, la forma como la Transferencia Tecnológica puede llevarse a cabo de una manera más eficiente, dadas las características de la estadística en cuanto a la cantidad de empresas familiares que existen en México. Se ha expresado también, las necesidades de proceder como investigadores a incidir en resolver las problemáticas locales y regionales esto mediante la invitación de la gente de la secretaria de ciencia, tecnología e innovación, no solamente mediante, publicaciones, patentes o prototipos de laboratorio, sino a colocar en el mercado productos, servicios y maquinaria que resuelva los problemas que como ciudad y nación necesitamos. Finalmente se presentan una serie de trabajos que han culminado felizmente en transferencia tecnológica de alumnos que estudian en nuestra escuela de ingeniería y que han podido con ellos incrementar mediantes la automatización, semi automatización, de algunas de las técnicas de producción de sus negocios familiares. Todo ello en un proceso ganar-ganar, puesto que mediante la presentación de dichos dispositivos, logran la titulación correspondiente en ingeniería y así mismo, logran incrementar la productividad en su empresa familiar y a su vez en algunos casos convertirse en empresarios de implementos tecnológicos en México. Y así mismo como sugerencia de cambio en las políticas públicas educativas y para la innovación, se menciona que las acciones de transferencia tecnológica, deben ser debidamente reconocidas e incentivadas por las universidades y organismos rectores de la ciencia e innovación del sector público al menos al mismo nivel de puntaje que tienen las

publicaciones de corte científica. Sobre todo recordando que la investigación consume dinero, pero la tecnología crea riqueza. Agradecimientos: Los autores agradecen a la Secretaria de Investigación y Posgrado del Instituto Politécnico Nacional por el apoyo recibido para la realización de este trabajo el cual es parte del proyecto de investigación SIP No. 20151486 Referencias Albors Garrigós, José. Hidalgo Nuchera Antonio. “Las redes transnacionales de transferencia de tecnología. Un análisis del estado del arte y de la red europea de IRCs”. Revista de Investigación en Gestión de la Innovación y Tecnología. CONOCIMIENTO E INNOVACIÓN. Número 18, agosto - septiembre 2003. Consultado en Mayo del 2014. Disponible en: http://www.madrimasd.org/revista/revista18/aula/aul a2.asp Aquino J.A V. D. Cuervo V.C., Corona L. “Construyendo un polo de innovación tecnológica a partir de un polo de innovación educativa”. Revista de la Facultad de ingeniería de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) No.2 2011- Nuevas tendencias en sistemas Mecatrónicos Agosto de 2011- pp 141145 www.revista.ingenieria.uady.mx/volumen15/cons truyendo.pdf. ISSN: 1665-529X Arocena, R. y Sutz, J. (2001). La universidad latinoamericana del futuro -Tendencias Escenarios Alternativas–. Buenos Aires: Colección UDUAL. Consultado en Mayo del 2014. Disponible en: http://www.oei.es/salactsi/sutzarocena00.htm Campos, G. y Sánchez Daza, G. (2005). La vinculación universitaria: Ese oscuro objeto del deseo. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 7 (2). Consultado el día 17 de Junio del 2014 en: http://redie.uabc.mx/vol7no2/contenido-campos.html Carrillo M. R., et al. (2009). "Enroscadora de tapas automática". Proyecto fin de carrera. UPIITA, IPN

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