Una mirada al pensamiento de José Celestino Mutis y su repercusión en la Colombia de hoy.

July 28, 2017 | Autor: J. Lagos Oviedo | Categoría: Colombian History, Filosofía De La Historia, Renacimiento, Expedición Botánica Nueva Granada
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Descripción

Una mirada al pensamiento de José Celestino Mutis y su repercusión en la Colombia de hoy Juan José Lagos Oviedo∗ Eduardo Rafael Soto Estrada†

I.

El pensamiento de José Celestino Mutis

T al y como dijo en una ocasión José Saramago; un hombre no es la suma de fechas y hechos. Entender a José Celestino Mutis, es comprender la inmensidad, complejidad y variedad del territorio al cual él llega, y ese acumulado de ideas provenientes de Europa que configuran un nuevo panorama en amplios aspectos científicos, sociales, culturales, económicos y políticos para la Nueva Granada y la Colombia de hoy. En una España de gran momento intelectual, heredera del Califato, deslumbraba por el método experimental, por la actitud crítica, por la transformación, por la construcción de una nueva filosofía orientada por la razón de quién sobre sale Feijoo [1]. Nace José Celestino Mutis en Cádiz en 1732. Es educado en un ambiente ilustrado, estudió gramática y filosofía en su ciudad natal, tiempo después, inició la carrera de medicina, que continuó en el Real Colegio de Cirugía de Cádiz. Después de obtener el título de bachiller, tanto en Artes y Filosofía, como en Medicina, comienza sus prácticas en el Hospital de la Marina de Cádiz al lado del médico Pedro Fernández Castilla. Concluida la práctica, en 1757, Mutis viaja a Madrid, donde recibe el título de Médico. Trabajó durante tres años a la sombra de Pedro Virgili, su antiguo maestro y actual cirujano de Fernando IV [2]. Desafortunadamente, esta España venía abandonando está tradición por políticas impulsadas por Felipe II y Felipe III. Sin embargo, Mutis en su formación académica va a desarrollar gran cantidad de ideas provenientes de Aristóteles, Newton, la Ilustración y la Modernidad que van a verse fuertemente reflejadas en el desarrollo de su filosofía natural durante su vivencia en la Nueva Granada. Aquella España no se encuentra totalmente adormecida, prueba de ello es la lectura obligatoria de clásicos de Euclides Y Arímética, el Almagesto de Tolomeo o Copérnico [1] y Mutis no es ageno a esto, como astrónomo del Rey, debe conocer estos clásicos incluida la «Philosophiæ naturalis principia mathematica de Newton». Podemos catalogar a Mutis como un hombre ecléctico, así lo deja ver en los escritos de sus diarios. Él, niega todo tipo de dogmatismo, y ve en la razón, un camino para encontrar un cierto conjunto armónico en la naturaleza. Por eso, Mutis, aunque es religioso por tradición, no va a negarla sino que va a ser la razón quien lo guíe hacia el camino de la verdad, y cita en su diario a Juan Bautista Berni: "No es mi ánimo en este sistema apartarme de Platón, Cicerón, Séneca y otros; antes bien quiere seguir a todos aquellos casos que no se oponen a nuestra Santa Fe, a la razón y a la experiencia. Mi destino es buscar la verdad donde la encuentre; y entiendo ∗ Estudiante † Estudiante

de Biología. Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá, [email protected]. de Biología. Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá, [email protected].

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que la Filosofía debe ser como nos la pinta Clemente Alejandrino. La filosofía, dice, no es ni estoica, ni platónica, ni epicura, ni aristotélica, sino todo cuanto esas sectas han dicho bien, todo lo que enseña justicia, piedad y ciencia; porque todo este selecto entiendo que es filosofar" Es por eso que mutis no descomulga la razón del empirismo, ve en la razón una engendredora de teorías que pueden hacer posible la ordenación del mundo empírico, pero para que sea provechosa, ésta debe tener una actitud racional desprovista de todo prejuicio y negadora de todo dogmatismo [1]. Por tanto, la ciencia debe tener una base filosófica para que ésta, no se convierta en una mera descripción de fenómenos y pueda dar explicaciones de aquellos fenómenos. No sólo el eclecticismo español va a influir en Mutis. Como anteriormente se mencionó, al tener contacto con el trabajo de Newton, Mutis va a adquirir una nueva forma de de definir la actividad científica y aquello que es un conocimiento adecuado. Durante su vida, Mutis va a partir de algunos fenómenos escogidos, y va a derivar mediante el análisis de las fuerzas de la Naturaleza y sus sencillas leyes, para luego, mediante la síntesis, determinar aquellos fenómenos como fundamento de las restantes propiedades naturales [1]. Es así, como esta ciencia «Filosofía Natural» no va a ser única de la física. Una que emplea el anterior camino Newtoniano pero con ideas análogas a la geometría y sin fundamentos de tipo matemático: La morfología. Surge una nueva posibilidad de comprender a partir de la descripción lo que la naturaleza tiene de observable, es decir, se hablará de una «morfología de fenómenos y no de substancias». De quienes Buffon y Linneo trabajarían en éste aspecto. Siendo Linneo, un personaje que influiría y con el que Mutis mantuvo correspondencia cuando se encontraba en la Nueva Granada. Estando Mutis en España conoce a Miguel Barnades, médico de Carlos III y director del Real Jardín Botánico de Madrid quién propagó en España el sistema sexual de clasificación propuesto por Linneo [1,2]. Es en este momento en el que Mutis adquiere gran parte de conocimientos sobre Botánica incluyendo en gran medida, esta Filosofía Natural. Es necesario recalcar que la aparición de una morfología de «fenómenos» dió la posibilidad de ampliar el objeto de conocimiento, ahora, la realidad más real: la Naturaleza, puede ser vista desde múltiples lugares [1] y ya no sólo puede comprender a la naturaleza una persona que posee un cúmulo denso de conocimientos teóricos para realizar leyes que expliquen fenómenos, sino que cualquier persona puede comprender a la naturaleza a partir de las descripciones y el uso de la razón. No siendo ageno a esto, Mutis escribe en «Elemento de filosofía natural» : "Ya no tiene la naturaleza arcano alguno, que no se intente obligarla a que lo revele, ni secreto que no se esconda a la curiosa investigación de los Físicos. Los insectos más pequeños, los casi imperceptibles pólipos, las aves, los peces, todos los animales, las plantas, los elementos, los planetas, las estrellas y aún el hombre mismo, todo se examina, todo se averigua y todo se rinda a la constante porfía de los Naturalistas, los Botánicos, los Matemáticos, los Astrónomos y los Anatómicos. Ya no es la Física como en otros tiempos, un lenguaje bárbaro y desconocido, un conjunto de razonamientos mal fundados, ni de sistemas formados en una imaginación viva. Ya sólo se estudia el libro de la naturaleza por medio de la observación y de la experiencia, fundado los razonamientos en el camino más seguro de las demostraciones matemáticas. Una Física que sólo encierre cuestiones de ninguna importancia, como se ha cultivado generalmente por el dilatado espacio de veinte siglos, se mira ya como una tierra ingrata que sólo produce malezas y espinas; y como el entendimiento de un corto número de jóvenes abandonados a su desgraciada suerte" Es aquí donde se se observa un punto de encuentro con la filosofía Aristotélica, para Aristóteles "Las sustancias inferiores, siendo más o menos accesibles al conocimiento, adquieren superioridad sobre las demás en el campo científico; y como están más cercanas a nosotros y son más conformes a nuestra naturaleza, la ciencia de ellas acaba por ser equivalente a la filosofía que estudia las 2

sustancias divinas" [1]. Es así como cada ser posee, su propio valor, y si se considera en él lo que precisamente lo hace ser, la forma total o substancia, es digno de consideración y de estudio y puede ser objeto de la ciencia. Es aquí donde se encuentra una justificación para el trabajo taxonómico adelantado por Mutis en la Nueva Granada, pero también, al esquema intelectual para la observación de la naturaleza que Mutis emplea, sostiene en su diario: "No es pues el objeto de la filosofía en el estado en que no shallamos emprender de un golpe el conocimiento de todas las cosas, ni de explicar, ni de comprender con una sola mirada las obras del universo; ni mucho menos formar un sistema completo de toda la naturaleza. A lo que podemos y debemos aspirar solamente es a ir extendiendo día a día nuestros conocimientos con toda la prudencia y circunspección que hemos expuesto, adelantándose por grados, para llegar tan adelante hasta donde podremos alcanzar, por medio de nuestras observaciones y arreglados razonamientos, en el descubrimiento de las obras más ocultas y de los movimientos de la naturaleza" Convergen en el Mutis ecléctico ideas que pueden ser contrastantes; Newton y Aristóteles, Santo Tomás y Locke, Copérnico y Galileo. Pero que Mutis intenta integrar en su tipo de ciencia sin descomulgarlo con su fé, escribe en «Elementos de la filosofía natural» : "El objeto de la Filosofía Natural es describir los fenómenos de la naturaleza, descubrir sus causas, exponer sus relaciones, y hacer descubrimientos sobre la constitución y orden del Universo. Una noble curiosidad ha excitado a los hombres en todos los tiempos al estudio de la naturaleza. No hay arte útil que no tenga alguna conexión con esta ciencia. Su inagotable utilidad, y la variedad de las cosas que contiene la hacen siempre agradable, siempre nueva y siempre maravillosa. Como todo eso la Filosofía Natural tiene otros fines más nobles, y otros usos más importantes. Su principal mérito consiste en que sirve de fundamento sólido para la religión natural y la filosofía moral, conduciendo al hombre en modo muy agradable al alto conocimiento del Autor de la Naturaleza y Creador del Universo. Porque estudiar la naturaleza es lo mismo que dirigirse a conocer las obras maravillosas de aquel Soberano Creador, que se deja conocer en parte por las cosas visibles" Cuando se analiza el por qué casi todo el trabajado de Mutis no quedó concluido, es posible suponer que esa personalidad tan meticulosa y perfeccionista se formara por influencia del pensamiento de Bacon sobre el sentido de la filosofía y el trabajo filosófico, donde define Algunas de las categorías del saber técnico: colaboración, progresividad, perfectibilidad, invención [1]. Así que se puede unir la teoría y la práctica, la ciencia y la técnica. Por eso, para Mutis un claro conocimiento de racional y empírico del mundo natural, logrado metódicamente y ordenado de acuerdo con ciertos principios findamentales que no pertenecen al orden de la filosofía sino a la esfera de la teología [1]. Idea que choca fuertemente con el pensamiento de la ilustración, en palabras de La Mettrie: "Todo lo que no se haya extraído del seno mismo de la naturaleza, todo lo que no sea fenómeno, causa, efecto, ciencia de las cosas, en una palabra, no atañe en absoluto a la filosofía" [1]. Mutis tiene Ilustración, pero también es Modernidad. Para Mutis, el conocimiento no tiene una explicación pura en sí mismo. Debe existir alguna utilidad que transforme las condiciones del hombre en el mundo. Se encuentra una similitud con sus estudios de sacerdocio, la ciencia y la filosofía deben estar al servicio de los demás, porque la ciencia hace buenos a los hombre y hace posible su progreso [1]. En palabras de Diderot: "En este mundo, nuestro filósofo nunca se encuentra exiliado; nunca se siente un país enemigo; quiere complacerse con los otros, y para ello tiene que obrar: y por ello procura resultar conveniente a aquellos con quienes el azar o su elección la hacen convivir, y al mismo tiempo encuentra lo que le conviene". La labor de Mutis muestra este pensamiento ilustrado, un hombre que llega a un territorio desconocido para Occidente y que 3

ve en la naturaleza un recurso explotable, del cual se le puede sacar una ganancia, para él y para su España. Mutis es un mosaico de tres principios: la fé, la razón, y la experiencia. La primera por tradición, la segunda y la tercera lo hacen negar todo tipo de dogmatismo y prejuicios. Con su eclecticismo, el filosofar se convierte en un seleccionar. El espíritu se hace permeable, es cierto, pero de nuevo se encuentra limitado por la obra de los especialistas, por las nuevas autoridades y las viejas doctrinas siempre en posibilidades de renovación. Con el eclecticismo no se puede crear mantener una escuela, no se puede enseñar una doctrina unitaria. Por el contrario, se afirma una tendencia, se señala un modo de interpretar, un método de selección [1].

II.

Mutis en la Nueva Granada y su legado

Visto entonces, grandes ideas que configuran el pensamiento de Mutis, es más fácil entender la repercusión de su estadía en Hacia el siglo XVIII, la Nueva Granada no era ni remotamente comparable a Nueva España (México) en cuanto a la producción de bienes y evidentemente le faltaba el dinamismo de colonias como Rio de la Plata o Venezuela, que presentaban rápido crecimiento económico hacia el final del periodo colonial [4]. La idea de hacer a la Nueva Granada más productiva y el ejercer más control sobre las colonias impulsa a las reformas Borbónicas [3]. España envía como Virrey a Pedro Messia de la Cerda, y Mutis viaja con él como médico personal del Virrey. Se convierte el diario de Mutis, el lugar donde plasmaba aquella infinidad de elementos que iba conociendo en la Nueva Granada. Siendo poca la explotación minera de la Nueva Granada [4], Mutis se ubica en las Minas de Montuosa, hoy California (Santander) e insatisfecho con los métodos de explotación envía a Clemente Ruíz a Holanda para aprender nuevas técnicas de explotación más efectivas. Estando en las minas, Mutis se encuentra con el Arzobispo Virrey Antonio Caballero y Góngora. Un hombre igual o más ambicioso, allí surge una fuerte amistad que se va a ver reflejada en la materialización de la Real Expedición Botánica de la Nueva Granada. En el año de 1657, ya por estas tierras, se establecía un centro de educación fundado por el Arzobispo de Santafé, Don Cristóbal de Torres y Motones, era el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, que fue inaugurado el 18 de Diciembre del año ya mencionado. En sus orígenes, el Colegio Mayor cumplía dos funciones explícitas: ser casa de hospedaje y universidad, allí se impartían los cursos de filosofía o artes, derecho y teología y medicina; para lo cual existían reglamentos del buen vivir y forma de enseñanza (hospedaje y academia). Implícitamente, cumplía funciones de universidad pública por la falta en esa zona geográfica de educación pública, esto es, venía a suplir una necesidad real del mercado educativo de esa época. El Rey Felipe IV de España, expidió la licencia para fundar, en Santafé del Nuevo Reino de Granada, un Colegio Mayor con el nombre de Nuestra Señora del Rosario por: “la gran falta que hay en aquél reino de personas que lean la doctrina de Santo Tomás y la jurisprudencia y medicina, para que estudien estas ciencias, los que se inclinaren a ellas y haya en cada una hombres doctos que las usen y ejerzan como conviene” [7]. Ya con la presencia de Mutis en el Nuevo Reino de Granada, en 1802, abre la cátedra de medicina en este colegio. Algunos investigadores afirman que desde su llegada al Nuevo Reino, José Celestino, había intentado abrir esta cátedra pero no obtuvo resultados satisfactorios; otros por su parte dicen que a finales de febrero de 1761, el rector del Colegio Mayor, José Joaquín León y Herrera, propone a Mutis dictar la cátedra de medicina, a lo que él expresó con negativa respuesta, que consideraba que las condiciones no eran las adecuadas y discurría que lo más necesario en esos momentos era preparar previamente el ambiente mediante las enseñanzas de la física y matemáticas. Tal como hubiese sido lo que aconteció, la verdad es que en el año de 1762, se inauguró la cátedra de matemáticas en el mismo colegio, donde en su discurso preliminar de apertura, pronuncia principalmente las siguientes palabras: “la utilidad de una ciencia parece ser el motivo que más obliga a cultivarla con algún

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empeño; y siendo tan manifiestas para el mundo sabio las utilidades de las matemáticas, no es de extrañar que muchos hombres de competencia hayan rodado en esta parte por todos los siglos con mejor fortuna que en las otras ciencias” [8] y en 1764, asumió la catedra de física, donde exponía las ideas de Newton, Galileo y Copérnico, y además defiende la ciencia nueva y el pensamiento moderno. La enseñanza del Sistema Copernicano provocó que fuera acusado de herejía. [1] De la apertura de la cátedra de medicina, se podría decir que las mismas circunstancias del entorno con el que se encontró Celestino Mutis, fue el propiciador para tomar esta iniciativa. «La situación económica y de la salud pública a finales del siglo XVIII en la Nueva Granada era lamentable, a diferencia de Lima, en donde existía una facultad de medicina y había suficientes médicos para atender a los enfermos. El Rey Carlos IV ordenó que se investigara sobre lo que estaba aconteciendo y se realizaron tres estudios por diferentes facultativos: Sebastián López Ruiz, Honorato Vila y José Celestino Mutis. El informe de Mutis señalaba que había múltiples dificultades en el área de la salud pública y que la mejor solución radicaba en la creación de una facultad de medicina» [9]. En 1783, con la intervención y apoyo del arzobispo y virrey, Caballero y Góngora, se aprueba e inicia la tan conocida y comentada expedición botánica, acontecimiento que sin lugar a dudas, marcó de manera imborrable la época de la ilustración en El Nuevo Reina de Granada, y aun más que eso, fue el generador de una gran admiración a la majestuosa diversidad que emana de los inconmensurables suelos del nuevo continente, admiración que se conserva a través de los tiempos; tal pareciera que esta fascinante aventura que concluye en 1816 y que constituye la base del desarrollo científico y cultural de Colombia, fuese escrita en su momento, con pluma de tinta infinita. Iniciada la Expedición Botánica con Mutis como director. Se crea su sede en Mariquita, donde Mutis puede estar pendiente de las minas y de la expedición. En Mariquita se funda una casa donde se prepara la gente en artes, botánica y otras ciencias útiles que habrán de permitir el conocimiento y dominio de lo natural y con una insistencia en particular: que deben centrarse en la formación teórico-práctica, pues para él no es suficiente el dominio racional, no son suficientes los textos si no van asistidos por un trabajo experimental. Así lo expresa en una carta: “como podrían ignorarse estas Reales disposiciones me he tomado la libertad de comunicarla a vuestramercedes en contestación a la utilísima pretensión de remitir dos o más jóvenes que se instruyan científicamente en la teoría y práctica de la minería y su beneficio, con el fin de asegurar en varios profesores inteligentes los preciosos conocimientos de que carecen los mineros y beneficiadores de pura práctica.”[10]

I.

Las Artes

El arte, en la tradición Colonial fue inspirado en la reproducción de pinturas de Corte Católico. Con el único fin de servir como difusión para la fé Católica y dar a conocer la interpretación europea del mundo, es decir, el paisaje que se representado era el Europeo. La enseñanza por parte de Mutis de técnicas de perspectiva y pintura permite dar un cambio en el objeto de la pintura. La observación directa de la naturaleza es vinculada con el arte y la Biología a través del desarrollo de la acuarela, el dibujo de tinta y el detalle en flora [5]. Lo anterior, da paso al desarrollo de la miniatura, técnica que fue muy útil para representar a detalle elementos del paisaje. Es así, como "gracias a la Expedición se habían enriquecido con una nueva forma de ver las cosas, los seres humanos y la naturaleza, pues contaban con el entrenamiento visual necesario para pasar de la copia de modelos foráneos impuestos a la representación objetiva de la naturaleza" [5] Al generar las bases en el dibujo, se estaba permitiendo una libertad en la técnica y en el elemento a representar. Indirectamente, Mutis está sentando las bases para que se piense en un

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desarrollo endógeno debido a que empieza a cobrar importancia representar el paisaje en el cual se vive y no el Europeo. Fruto de esta condición, años más tarde con la Comisión Coreográfica no sólo se va a plasmar a la naturaleza sino también al hombre; sus cualidades, costumbres, en cada región. También, Jorge Tadeo Lozano en «sobre la Fuana Cundinamarquesa» va a elaborar el primer registro en láminas de la intepretación del hombre con la naturaleza, en este caso, los animales.

II.

La Sociedad

La Expedición de Mutis alcanzó una amplitud mucho mayor en armonía con la que el propuso en su solicitud. Como si se le diera agua a una semilla, la Expedición Botánica y la educación en diferentes ramas del conocimiento hizo que surgieran gran cantidad de ilustrados en la Nueva Granada, dando lugar a un patriotismo científico [3], basado en el reconocimiento que podía hacer un criollo de su territorio, sus riquezas, y la capacidad del hombre de ese lugar para manejar y conocer lo que allí se encuentra. Es así como el patriotismo científico es uno de los antecedentes de la causa independentista. Entre 1790-1800 nacieron el primer periódico, el teatro, la imprenta, una escuela de pintura y academias de las artes y ciencias [1]. Aquella gama de Ilustrados son de vital importancia en la configuración de la Colombia actual. Para nombrar unos pocos quienes no han quedado en la sombra de la historia: Fr Diego García, ayuda a recolectar objetos naturales para enviarlos a España y estudiarlos allá; Eloy Valenzuela quien escribe la «Flora de la Parroquia». Pedro Fermín de Vargas quien entra a la expedición botánica de forma voluntaria y escribió un informe sobre el guaco, antídoto del veneno de las serpientes. Jorge Tadeo Lozano, sustituye a Mutis en el colegio del Rosario, voluntario en la expedición y preparó la «Fauna Cundinamarquesa». Francisco José de Caldas, dedicado a varios oficios en la Expedición pero principalmente como Astrónomo, también trabajó en las descripciones de la Quina. Funda el primer periódico: Semanario del Nuevo Reino de Granada donde hará anotaciones sobre política que las van a vincular con la causa independista. Hecho que le costó la vida. José Manuel Restrepo con el «Ensayo sobre la geografía, producciones, industria y población de la provincia de Antioquia en el Nuevo Reino de Granada» empieza a hablar del territorio, no solo Santafé de Bogotá. Sinforoso Mutis, quien termina el trabajo de la Quina y continúa el trabajo en Flora. Francisco Antonio Zea quien trabajó con Sinforoso en la Expedición Botánica, y luego va a ser director del Jardín Botánico de Madrid. Salvador Rizo como el mejor pintor de la expedición. Francisco Javier Matis quien participará en la comisión Coreográfica y fue maestro de José Jerónimo Triana. Aquellos hombres como Zea, Caldas, Miguel de Pombo, José María Carbonell y Rizo fueron partícipes de la causa independista que en sus inicios buscaba derrocar al Virrey y establecer una junta de gobierno manejada por criollos que reconocían Fernando VII [2], con el paso de los días, este ideario se fue cambiando por la autonomía total. Mutis fue un gran maestro, que pudo despertar y hacer florecer en los jóvenes sedientos de conocimiento, la generación de una nueva ciencia. Y este propósito de “culturizar” a las gentes de esta tierra, gentes que a su llegada le hacen escribir: “Si hubiera de ir notando las ideas extravagantes de los hombres del país me faltaría tiempo para ejecutarlo. Parece increíble que en nuestros tiempos pueda haber país en donde sus individuos piensen tan erradamente. . . Oír a estas gentes efectos de la naturaleza, es pasar el tiempo oyendo delirar locos. . . ¡Puede haber mayor quebranto en las conversaciones de las gentes! Que esto sucediera entre viejos ignorantes, o entre hombres nada instruidos, no causaría mucha admiración. Pero que las mismas relaciones oiga un viajero en boca del vulgo, que en la de los que se tienen por más racionales en el pueblo, para esto no hay consuelo. . . Instrúyase vuestramerced en el modo de pensar de estas gentes, y dé gracias al Cielo de no hallarse en un país donde la racionalidad va tan escasa, que corre peligro cualquiera entendimiento bien alumbrado” [10], termina produciendo en él un afable placer, pues en 1790 sostiene: “Mi amor a estos países es consecuencia de un corazón agradecido a 6

sus pueblos” y en 1801 afirma: “Mi notorio amor a la Juventud americana, retratada en el corazón de sus agradecidos patricios, lo considero tan bien recompensado, que debería resistir al sacrificio de violentar la modestia de un hombre resuelto a vivir olvidado, y solamente ocupado en servir al beneficio de su elegida patria. Suspirando siempre por la aurora de sus días más felices y trabajando en aproximar su llegada, me contentaría por ahora la esperanza de alguna memoria póstuma”.[10]

III.

La Medicina

Es conocida la promoción y participación de Mutis en la cátedra de medicina del Colegio Mayor, y la fecundación de un nuevo método de aprendizaje en el Nuevo Reino, que condujo a una inefable satisfacción de la necesidad de profesionales al servicio público. Su formal ocupación como médico, para él no fue tarea fácil, pues notoriamente en ella se desempeñó toda su vida, y es su insistente labor como preceptor, escribe en 1789 al médico de cámara del rey de España, Francisco Martínez de Sobral, lo siguiente: “Mi principal ocupación ha sido en treinta años el ejercicio de la medicina con alternativas de disgustos y amarguras que produce la facultad en corazones tiernos y sensibles hacia el bien del prójimo. He disipado francamente, sin previsión mía, el caudal que iba adquiriendo, para hallarme imposibilitado de volver a Europa, y pegado mi corazón a mi excelente biblioteca y gabinete; formado entre tanto una multitud de discípulos y aficionados a las ciencias útiles en un Reino envuelto en las densísimas tinieblas de la ignorancia, a pesar de una juventud lucidísima, ocupaciones que me constituyen en el oráculo de este reino, con satisfacción de mis interesantes tareas” [10]. Mutis, fue, ante todo, un enérgico defensor de la inoculación como medida preventiva. Aconsejaba, además, limpiar la ciudad, quemar las basuras, purificar el aire y aislar los enfermos infectados. [11]. Con este método de vacunación contra la viruela, él pudo, a través de su conocimiento, hacer un gran aporte a la salud pública, ya que en Santafé, era muy común estas epidemias. Conjuntamente, Mutis, asesoraba al virrey a cerca de la salubridad en el reino, atribuyéndosele también la fundación de ciudades lejos de aguas estancadas, pues concebía el peligro que esto ocasionaba a la salud y la ubicación de los cementerios a distancias prudentes de las zonas habitadas para la circulación permanente de aire limpio con la siembra de árboles dentro de los mismos. Aquel encuentro de mundos los transforma, por un lado, Europa intenta civilizar a América provocando una transformación de ideas en el modo de vida y la relación con el paisaje pero también Europa recibe elementos que cambiarían a occidente. Cada transformación está influida por un territorio en particular, y la América heterogénea en geografía y gentes se vió influida en distinta manera dando lugar a ideas muy particulares. Mutis en cierta medida constituye en puente entre ambos mundos, enseña una tradición Europea pero que se ve reflejada en la particularidad del territorio. De allí a que el arte y la botánica tuvieran una influencia en la causa independentista y en un posterior desarrollo de la tradición científica en Colombia. Comprender el territorio americano no fue fácil, por eso se intenta comprimir en una imagen aquella heterogeneidad para ser transportada a Europa, así, la construcción de la Colombia de hoy, se acentuó en este encuentro generando una visión sobre el aprovechamiento de recursos, la nacionalidad y la institucionalidad de la ciencia.

References [1]

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Bushnell D. (2007). Colombia, una nación a pesar de sí misma. Editorial Planeta Colombiana S.A. Bogotá, Colombia. 32-49 p.

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Maldonado P., Fajardo M. (2005). La expedición Botánica y la Ilustración. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, Colombia. 39 p.

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Andrade L. (2009). La ontogenia del pensamiento evolutivo: hacia una interpretación semiótica de la naturaleza. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, Colombia. 70-82 p.

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Becerra G., Cubillos F., Rosker E. (2008).Un gobierno medieval en un mundo global. Revista internacional de investigación y aplicación del método de casos. WACRA ISSN 1554-7752. 35 p.

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Real jardín botánico de Madrid. Archivo del sabio Mutis y de la real expedición botánica del Nuevo Reino de Granada, Legajo 50-62/11.

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Quevedo E. (1992). José Celestino Mutis y la medicina. Mutis y la real expedición botánica del Nuevo Reino de Granada. Comisión nacional quinto centenario. Coordinación científica: San Pio Alardeen M del P. Barcelona: Villegas/Lunweng editores. 7 p.

[10] Hernandez de Alba G. (Ed). (1968). Archivo epistolar del sabio naturalista don José Celestino Mutis. Instituto de cultura hispánica. Bogotá. Vol I, 503.424. 6-7 p. [11] España G. (1998).José Celestino Mutis, el sabio de la vacuna. Bogotá. Colciencias - Editorial panamericana. 16-84 p.

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