Una mirada a la propaganda del chavismo: Trascender la hegemonía comunicacional y la polarización hacia la diversidad cultural

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN (FHE) COMISIÓN DE ESTUDIOS DE POSTGRADO Asignatura: Las políticas culturales como estrategia social. Profesor: Tulio Hernández

UNA MIRADA A LA PROPAGANDA DEL CHAVISMO: TRASCENDER LA HEGEMONÍA COMUNICACIONAL Y LA POLARIZACIÓN HACIA LA DIVERSIDAD CULTURAL

Elaborado por: Elina Pérez Urbaneja Caracas, 17 de junio de 2013.

Elina Pérez Urbaneja

Licenciada en Comunicación Social (UCAB). Licenciada en Artes (UCV). Ha sido curadora en el Museo de la Estampa y el Diseño Carlos Cruz-Diez y Museo de Arte Contemporáneo de Caracas. Ha escrito sobre el diseño venezolano en publicaciones de España, Brasil, Ecuador y Venezuela. Es profesora de Historia del Diseño Gráfico en el Centro de Diseño Digital. Ha dictado charlas en Argentina y Colombia. Actualmente cursa la maestría en Gestión y Políticas Culturales en la UCV.

Una mirada a la propaganda del chavismo: Trascender la hegemonía comunicacional y la polarización hacia la diversidad cultural. RESUMEN. Tomando como punto de partida la idea de que los conceptos de hegemonía comunicacional y polarización son opuestos a la diversidad cultural, revisamos en este estudio la articulación gráfica de los mensajes que el gobierno del presidente Chávez emitió a través de diferentes formatos de propaganda impresa entre los años 2007 y 2009. En ellos se analiza en qué medida estos mensajes reflejaban y/o respetaban la diversidad, así como libertades fundamentales como la libertad de expresión y los derechos humanos, para emitir al final una serie de recomendaciones que guíen al país hacia la reconciliación.

PALABRAS CLAVE Propaganda, diseño, chavismo, hegemonía comunicacional, polarización, diversidad cultural, derechos humanos, libertad de expresión, Venezuela.

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Introducción Los inicios del siglo XXI han estado signados por el concepto de desarrollo sostenible que trasciende el terreno de la ecología para ubicarse en otros campos, entre ellos la cultura, la cual, desde finales del siglo pasado ha ido reacomodándose y adaptando a las exigencias de la sociedad contemporánea. La cultura ha adquirido una “nueva centralidad” asociada a la gestión cultural desde el punto de vista del capital social, asociado a los derechos humanos, y también a la “cultura de paz” relacionada con la pluralidad y el reconocimiento del otro. Toda esta visión pareciera terminar de asentarse dentro de la noción de “diversidad cultural”, donde resalta el término “equidad” como el justo tratamiento y reinvindicación de las diferencias. Partiendo de estas ideas pasamos a revisar el caso de la propaganda del chavismo entre los años 2007-2009, período en el que se recopiló un considerable número de imágenes de propaganda impresa en diferentes formatos: vallas, pendones, pancartas, avisos de prensa, afiches. La mayoría de las piezas fueron fotografiadas funcionando en su “entorno”, es decir, la calle1 y la oficina pública. Otras fueron bajadas del portal del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información (MINCI), donde son colgados los diseños de las campañas masivas del gobierno bolivariano. También hay piezas escaneadas de diarios y revistas. La iniciativa de recopilar la propaganda chavista surgió en esos años ante la sospecha de que estábamos saturados de mensajes gubernamentales en todo el país y que esos mensajes apuntaban a la exaltación de un líder supremo. Al examinar los contenidos y su diseño se confirmó que en efecto, así era, lo cual se plasmó en la ponencia El diseño gráfico al servicio del autoritarismo2. En el presente trabajo volvemos a contemplar el material, pero colocando sobre él la lupa de la diversidad cultural. Además, en esta oportunidad se abordó el tema con la intención de hacer propuestas para formular futuras políticas públicas que apunten hacia el respeto de las libertades fundamentales y los derechos humanos, para conducir el país finalmente hacia la reconciliación. Así entraríamos en el terreno de las “política culturales de tercera generación”, “concebidas en el marco de una relación triangular entre sistema cultural, ciudadanía y economía” (HERNÁNDEZ, 2005:29), haciendo énfasis en la ciudadanía, porque alude a la cultura política democrática que actualmente está deteriorada en Venezuela.

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Algunas fotos se tomaron ciudades y pueblos del interior del país. La ponencia fue dictada inicialmente en el Congreso de la Universidad ICESI en Cali, Colombia. Luego fue al Congreso de Comunicación Social de la UCB, al Centro de Diseño Digital y al certamen Indiscreto en Pamplona. 2

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Propaganda y persuasión La propaganda puede ser analizada desde las perspectivas sociológica, psicológica y comunicacional, considerando su concepción, contenido, soportes, audiencia e impacto. Pero también podemos revisarla a través de los ojos del diseño gráfico, disciplina que ofrece herramientas para darle forma visual a los mensajes visuales. El siglo XX fue la era de la propaganda, que no es otra cosa que las técnicas de persuasión masiva ampliamente utilizadas en nuestra sociedad postindustrial. La definición de propaganda con el sentido que conocemos es de origen relativamente reciente, aunque el uso del término se remonta a 1622, cuando el Papa Gregorio XV creó la Sagrada Congregación para la Propagación de la Fe. En aquel entonces, la iglesia católica estaba implicada en guerras santas en las que combatía con todas las “armas” disponibles. Entre ellas incluyó la propaganda dedicada a difundir la doctrina, con el objeto de frenar el avance de las religiones protestantes. Sin embargo, el uso del término propaganda se extendió en el siglo XX desde el momento en que se empleó para describir las tácticas de persuasión utilizadas durante las dos guerras mundiales y también por procesos políticos como el de la revolución rusa. Al fin y al cabo fueron los soviéticos quienes definieron el diseño político con fines propagandísticos. La escuela estadounidense, la Mass Communication Research también realizó estudios empíricos sobre la propaganda durante la Primera Guerra Mundial, con el objetivo de desarrollar instrumentos para influenciar a la opinión pública y cohesionar a las masas. Según su modelo teórico, el emisor posee el control absoluto del proceso y neutraliza la individualidad de las personas. “Originalmente se definió la propaganda como la difusión de ideas y opiniones sesgadas, a menudo mediante el uso de mentiras y engaños. Sin embargo, a medida que los estudiosos comenzaron a profundizar en la materia, muchos constataron que la propaganda no era patrimonio exclusivo de los regímenes ‘malos’ y totalitarios… Desde entonces, el término propaganda pasó a significar ‘sugestión’ o influencia en las masas mediante la manipulación de los símbolos y la psicología individual. La propaganda es la comunicación de un punto de vista con la finalidad última de que el destinatario llegue a aceptar ´voluntariamente´ esta posición como si fuese suya”. (Pratkanis, 1994: 28-29). Los medios a través de los que se puede difundir la propaganda son múltiples: desde los mítines, hasta los soportes de reproducción masiva. En el siglo XIX fueron los carteles y los volantes. Luego llegaron la radio, el cine y posteriormente la televisión. Pues, en esta evolución apreciamos una línea de desarrollo que va desde los impresos estáticos y silentes, pero cuyo poder radicaba en el manejo contundente de las imágenes y la tipografía, a la esfera audiovisual. Hasta la ropa ha funcionado como soporte, tal y como se mostró entre los años 2005 y 2006 en la exposición

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Wearing propaganda: textiles on the home front in Japan, Britain and the United States3. En todos estos medios se aplica el diseño para la codificación formal del mensaje.

Ilustración 1. La ropa como soporte de propaganda. (Foto: Elina Pérez U.)

Para que la propaganda sea exitosa, debe seguir algunos parámetros, entre los que destaca la repetición: cuanto mayor es la exposición, mayores son las posibilidades de que cause agrado. También está la sencillez del mensaje. Esto lo comprendió -y aplicó-, Joseph Goebbels, Jefe del Ministerio de Propaganda nazi, quien enunció: “(…) La propaganda debe ser esencialmente sencilla y repetitiva. A largo plazo, sólo conseguirá buenos resultados en términos de influencia en la opinión pública quien sea capaz de reducir los problemas a los términos más sencillos y tenga el valor de seguir repitiéndolos siempre de la forma más simple…” (citado por Pratkanis: 184). Otro mecanismo es la incitación a las emociones, siendo maneras especialmente útiles en el ámbito político la adhesión afectiva a un líder o la apelación al miedo. También se cuenta para la efectividad propagandística la distracción. Las que los comunicadores y publicistas denominan técnicas “artísticas”, pueden hacer de las piezas propagandísticas piezas atractivas.

Ilustración 2. Valla de la campaña "Venezuela ¡de verdad!” (MINCI). 3

Vistiendo propaganda: textiles en el frente civil de Japón, Gran Bretaña y Estados Unidos

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Hegemonía comunicacional, un puntapié a la diversidad El origen del chavismo está en las representaciones militares y nacionalistas que marcan la historia moderna de Venezuela. Nelly Arenas y Luis Gómez Calcaño reconocían en el año 2006 que el chavismo exhibía “una relación simbólica dislocada en las que los significantes son cada vez menos congruentes con sus significados” (Arenas y Gómez, 2006: 25). La dislocación es un proceso de descomposición de coherencia del universo simbólico por irrupción de lo real, que crea una separación entre el universo simbólico y la realidad. Ese hiato se ha evidenciado en la contradicción entre el discurso participativo y la utilización de estrategias verticales y excluyentes que evaden o impiden la concertación. Esta práctica es agravada “por un contexto de conflictividad política y social, donde la tolerancia y el diálogo son poco practicados por las fuerzas políticas gubernamentales y de la oposición política”. (Provea, 2013: IV) A consecuencia del golpe de Estado de abril del 2002, el presidente Hugo Chávez y su entorno consideraron necesario edificar una plataforma comunicacional para informar sobre la gestión gubernamental y mantener el apoyo popular. Desde ese entonces, su estrategia se tornó propagandística, porque se imbuyó en la lógica de la campaña electoral permanente, un fenómeno que no se había suscitado en los gobiernos de los 40 años anteriores.

Ilustración 3. Pendones de la campaña "Todo 11 tiene su 13", posterior al golpe del 2002. (Foto: Elina Pérez U.)

La propaganda chavista, abundante y disímil, también adoptó la lógica del populismo en cuanto desarrolló un estilo sectario en el que “los otros partidos y organizaciones políticas no son expresión de oposición legítima y necesaria a la que hay que respetar, sino enemigos existenciales a los que hay que aplastar o destruir” (Arenas y Gómez,2006: 33). Por esa razón se articuló una visión dicotómica y antagónica de revolucionarios vs. Opositores.

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Ilustración 4. Campaña electoral presidencial del 2006: Afiche "El diablo los une". (Foto: Internet)

Adicionalmente, la lógica populista se ha visto reflejada en la propaganda chavista en la invocación del pueblo como una identidad colectiva que detenta valores positivos y permanentes que deben ser rescatados y sostenidos frente a los poderes económicos y políticos que los amenazan; así como en el desarrollo de una mística en torno a un líder carismático.

Ilustración 5. Aviso de prensa. (Digitalizado del periódico Letras)

Estos mensajes parcializados hacia una línea de pensamiento y discriminatorios, van en contra de los principios de la libertad cultural, la cual va de la mano de la necesidad de equidad para todas las personas. Según el Informe sobre el Desarrollo Humano del PNUD (2004), “son varios los ámbitos en los cuales algunos grupos de la población serían víctimas de discriminación, a saber, el político, el socioeconómico y el cultural”. (PNUD, 2004:14) En Venezuela se ha tendido a la discriminación política. El ex diputado Carlos Berrizbeitia, quien ha seguido el rastro de los gastos presidenciales, afirmaba en enero de 2010 que la partida del gobierno dedicada a servicios de información, impresión y relaciones públicas, que incluye publicidad y propaganda superaba 15 veces lo destinado al Ministerio de Relaciones Interiores y Justicia para la prevención del delito. Berrizbeitia denunciaba 7

en aquel entonces el uso del presupuesto nacional para fomentar el culto a la personalidad, “pues la mayoría de los anuncios de las instituciones estatales se centra en la imagen de Chávez” (Rivera y Tabuas, 2010: 2)

Ilustración 6. Valla en la que resalta el culto a la personalidad del líder. (Foto: www.soloenvenezuela.com)

De esa manera se desarrolló la omnipresencia del presidente Chávez en todos los medios de comunicación existentes a través de la hiperproducción de propaganda. En la calle, su imagen o nombre aún se halla en los más diversos formatos impresos4: vallas, pendones, afiches y hasta en los uniformes de los empleados públicos. Su presencia tenía dos vertientes: la icónica, es decir, la figura o retrato en fotografía o ilustración; y la textual, referida a la mención del apellido del presidente en “logotemas” como “Con Chávez El Pueblo es el Gobierno”, cuya utilización estaba normada en los manuales desarrollados por el Ministerio de Comunicación e Información (MINCI).

Ilustración 7. Muestra del manual del MINCI que muestra la construcción de un logotema propagandístico (MINCI).

“Este bombardeo apunta hacia un cambio de valores y normas afianzadas en la sociedad democrática por una orientación personalista y autoritaria del país” (Pérez U., 2009: 139)

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Sin contar la radio, la televisión, ni los medios digitales.

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Otro elemento gráfico unificador de la imagen del chavismo (en cuanto trasciende el gobierno para enlazar a los seguidores del presidente en cualquier rincón del país) ha sido cromático: el rojo, uno de los colores más poderosos en el discurso publicitario. En línea general ha sido el rojo – junto a la iconografía del presidente- los elementos unificadores del diseño de la propaganda chavista, que por lo demás, ha mostrado heterogeneidad estética y de estilo. “Esta relativa libertad ha facilitado la proliferación de material gráfico de variada calidad de concepto y forma, de lo que resulta un amplio catálogo de piezas disímiles, que van desde lo exquisitamente diseñado hasta auténticas bazofias”. (Pérez U., 2009: 137) Definitivamente el énfasis ha sido en el mensaje.

Ilustración 8. Muestra de la iconografía chavista en estilo de ilustración en la entrega de las firmas de respaldo al Referendo Constitucional del 2008. (Foto: internet)

Señala el investigador de la comunicación Marcelino Bisbal (2009), el gobierno vio en “la comunicación y en la información el componente ideológico y factor de poder como consustanciales a su propia naturaleza. El poder no significa solamente y exclusivamente la coerción de algunos sujetos sobre los otros por medio de la fuerza-agresión física, sino que también se expresa por la intermediación simbólica que hoy encuentra en los medios su mejor nicho o receptáculo” (Bisbal, 2009:43) De esa manera se fue construyendo la hegemonía comunicacional que se convirtió en política de Estado para impulsar la “nueva narrativa de marca que es la bandera del socialismo, ahora aderezado con el apellido del ‘socialismo del siglo XXI’ y que ha modificado desde los nombres de las instituciones hasta sus logotipos e incluso hasta los símbolos patrios”. (Bisbal: 46)

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Ilustración 9. Primer rediseño efectuado al logotipo del Metro de Caracas. (Foto: Elina Pérez U.)

La hegemonía comunicacional se opone al fomento de la diversidad cultural porque impone una línea de pensamiento (el Socialismo del siglo XXI) y el culto a la personalidad de un líder supremo, cuyo discurso ha resaltado por establecer antagonismos con el resto de la ciudadanía que no lo respaldaba. Estos lineamientos contradicen las recomendaciones de la UNESCO para promover la diversidad cultural, en tanto ésta fomenta el pluralismo y la libre circulación de ideas. “La diversidad cultural impone una representación equilibrada de las distintas comunidades que conviven en un país determinado, de conformidad con los principios de libertad de expresión y libre circulación de ideas”. (Unesco, 2009:20). Ese modelo comunicacional también es el que se está aplicando en Ecuador y Bolivia. En el sector específico de la cultura, la identidad gráfica diseñada e implementada desde el año 2006 es un ejemplo más de la tendencia hegemónica del chavismo.

Ilustración 10. Emblema "El perro y la rana", del Ministerio de la Cultura.

Para identificar el sector cultura se eligió el emblema “El perro y la rana” diseñado por Emilio Gómez con el argumento de que es una referencia gráfica que no pasa de moda. Se indica en el manual de aplicación que éste representa la gráfica de un sello elaborado por miembros de la etnia Panare y que su color se asemeja al producido por la semilla de la planta de onoto. Las críticas a este identificador son varias. Se argumentó la imposición de un grafismo que no representa la identidad de Venezuela como totalidad diversa y mestiza favoreciendo a la etnia

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Panare, así como la eliminación de las marcas de las instituciones culturales públicas que fueron creadas desde los años setenta por los más destacados diseñadores del país, atentando además contra un patrimonio intangible. El semiólogo y ex director de la Escuela Prodiseño, Aquiles Esté, manifestó sobre la decisión: “Lo podemos ver desde la arista del diseño gráfico, lo que implica la pérdida de un patrimonio visual de monumental importancia. Lo podemos ver también a través de la imposición de un pensamiento único. Y eso es atribuible a la ignorancia de quienes están tomando esas decisiones, lo que sin duda es cierto, pero la clave aquí es que todo eso forma parte de un proyecto para suprimir la memoria de la Nación y reemplazarla por una idea que proviene de una intención abiertamente autoritaria (…). Yo no quisiera hablar en términos de civilización/barbarie, cuarta/quinta... el punto es que hay una incomprensión del espíritu universal del venezolano. Nosotros somos aborígenes, modernos, premodernos y, al tiempo, posmodernos.”. (Objetual, 2006) Diversidad, libertad de expresión y derechos humanos La UNESCO señala que: “Una plena comprensión de la diversidad cultural contribuye al ejercicio efectivo de los derechos humanos, a una mayor cohesión social y a la gobernanza democrática.” (Unesco, 2005: 27). Por consiguiente, es un elemento vital para llegar a las personas, sin el cual la universalidad de los derechos humanos corre el riesgo de quedarse en algo abstracto. En el caso venezolano, la hegemonía comunicacional desdice el primer principio rector de la Convención sobre la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones culturales, en la que se “reitera” “que la libertad de pensamiento, expresión e información, así como la diversidad de los medios de comunicación social, posibilitan el florecimiento de las expresiones culturales en las sociedades” (Unesco, 2005:1) De igual forma, la hegemonía comunicacional va en contra del Artículo 195 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, por la intención de implantar un modelo ideológico, una forma de pensamiento y por la activación de diversos mecanismos para extirpar la divergencia, principalmente por medio de la intermediación simbólica, por ello el acento en la producción propagandística y el control de los medios de comunicación.

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Artículo 19: Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

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Ilustración 11. Esta imagen cuyo eje central se inspira en la estrella soviética fue ampliamente difundida en diferentes formatos impresos, desde los volantes hasta las gigantografías e internet. (MINCI)

Esta situación es analizada en el más reciente informe sobre la situación de los derechos humanos de Provea, en el que se cuenta entre las debilidades de los derechos a la libertad de expresión e información el “Desarrollo de una política estadal que pretende establecer una hegemonía comunicacional pública como respuesta al accionar opositor de la mayoría de los medios de comunicación privados” (Provea, 2013a: LXVI). Por lo tanto, entre los desafíos se halla: “Revisar la política comunicacional referente a los medios públicos del Estado para que la misma sea libre y plural (artículo 58 constitucional) y al acceso y servicio de todos los venezolanos”. (Provea, 2013b: LXVI)

Ilustración 12. Pendones, formato impreso masivo y de alcance nacional. (Foto: Elina Pérez U.)

Para generar cambios a futuro, en el país se debe comprender la idea básica de que los derechos humanos tienen una relación directa con la protección y promoción de las libertades humanas, porque “Las investigaciones recientes muestran que muchos conflictos han estallado en situaciones de acceso desigual de los grupos a bienes económicos, oportunidades de ingreso o empleo, servicios sociales u oportunidades políticas”. (PNUD, 2004:42)

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En nuestro país Provea también ha detectado que se le ha dado prioridad a los derechos sociales en desmedro del respeto a los derechos civiles y políticos. No se ha fortalecido la democracia, sino el presidencialismo. Las políticas son incluyentes en lo social, pero excluyentes en lo político. En el ámbito de los contenidos comunicacionales y culturales, la diversidad cultural es un factor que se debe tener en cuenta para permitir que muchas comunidades se den a conocer, aunque hay que realizar esfuerzos para eliminar gradualmente los estereotipos y prejuicios de los que suelen ser objeto las minorías. La polarización como obstáculo para la diversidad Además de la implantación de la hegemonía comunicacional y el desmedro de los derechos políticos la otra situación conflictiva en el país es el proceso de polarización social, que se ha caracterizado por un demarcamiento físico-simbólico que ha provocado la fractura del tejido social, distintas expresiones de violenta política y el deterioro de los espacios de convivencia social. “La polarización se evidencia cuando la postura de un grupo supone la referencia negativa a la posición del otro grupo, percibido como enemigo” (Lozada, 2008:93), escribe Mireya Lozada, quien resalta entre los elementos psicológicos que caracterizan este fenómeno, la multiplicación de los estereotipos, las descalificaciones, la discriminación y la exclusión del otro.

Ilustración 13. Afiche que señala a los enemigos internos del chavismo a través de la caricatura. (Foto: internet)

En la propaganda impresa del chavismo, no es frecuente el discurso polarizador en las piezas articuladas desde el gobierno, hallándose esta tendencia en el terreno de los grupos alternativos que apoyan el proceso revolucionario, así como en los discursos difundidos a través de los medios radioeléctricos6. Sin embargo, es notorio el empleo de estereotipos físicos por medio de la

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El discurso confrontacional y hasta insultante del presidente Chávez se ha mantenido en el grupo del “chavismo sin Chávez”, en las cadenas de radio y televisión que no son el objeto de estudio del presente trabajo.

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selección de “modelos fenotípicos” que identifican al revolucionario y lo diferencian del opositor7. A nivel gráfico han sido valoradas positivamente las pieles morenas y las vestimentas sencillas que reflejan al venezolano de origen humilde. Se aprecia una identidad gráfica que separa sutilmente la población en dos tipos de ciudadanía: la revolucionaria –pueblo-, y otra de resistencia –sociedad civil-.

Ilustración 14. Gigantografía que cubre la fachada de la sede principal del Inces, que muestra el estereotipo del pueblo revolucionario. (Foto: Elina Pérez U.)

Este proceso polarizador ha producido la “transformación de valores como solidaridad, justicia, esperanza, paz, verdad, confianza, dignidad, ética, por aquellos contrarios que se cree permiten alcanzar el equilibrio y mantener la persona a salvo”. (Lozada, 2008:96) Los grupos antagónicos se niegan, excluyen y desconocen mutuamente, lo cual es opuesto al respeto de la diversidad y la tolerancia. En cuanto a los imaginarios que se derivan de este proceso, la rivalidad social puede expresarse a través de la manipulación de los mitos.

Ilustración 15. Afiche que rinde cuenta de la manipulación del imaginario "revolucionario". (Foto: internet)

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Señala María del Pilar García Guadilla que la oposición política puede definirse como una categoría sumamente amplia, heterogénea ideológicamente y diversas en sus identidades e intereses que alberga a todos los descontentos con el Presidente Chávez

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El periodista argentino Jorge Lanata, quien estuvo en el país cubriendo las elecciones de octubre del 2012, sostuvo que lo más perjudicial para el trabajo de informar es la polarización porque “transforma el periodismo en una cuestión de fe” (citado por Provea, 2013:329) “Para construir sociedades humanas y justas, es necesario entender cabalmente la importancia que reviste la libertad en general, y más específicamente la libertad cultural, lo que a su vez implica que es necesario asegurar y ampliar de manera constructiva las oportunidades de las personas para escoger el modo de vida que prefieran y considerar otros alternativos”. (PNUD, 2004:22) Conclusiones y recomendaciones En la copiosa propaganda impresa del chavismo se evidencian las políticas de hegemonía comunicacional planteadas por el gobierno venezolano, en el que resaltan mensajes acoplados con los lineamientos del populismo clásico en la invocación constante al pueblo, la creación de líneas antagónicas con los enemigos del proceso y la configuración de un halo místico en torno a un líder carismático. De igual manera ha tendido a imponer un solo punto de vista y un modelo ideológico: el del socialismo del siglo XXI, en detrimento de la heterogeneidad de opiniones, mancillando así la libertad de pensamiento y la libertad de expresión, por ende, también ha ido en contra de derechos humanos fundamentales como el derecho a la libre expresión y opinión. El diseño de las piezas propagandísticas ha sido variable a nivel estilístico, teniendo como punto central y unificador el color rojo y la omnipresencia del presidente Chávez en su representación icónica o nominal. Esta homogeneización es cónsona con los planteamientos de la hegemonía comunicacional. En grado menor las piezas de la propaganda impresa chavista han acicateado la polarización, aunque en ellas se recurra a estereotipos que exalta y separa al “pueblo revolucionario” del resto de la ciudadanía. La hegemonía comunicacional y la polarización son opuestos a la diversidad cultural, por lo tanto, en Venezuela hay que trabajar en ese sentido. En el Informe del PNUD sobre Desarrollo Humano 2004, se recalca la necesidad de aplicar políticas públicas que reconozcan la diferencia, defiendan la diversidad y promuevan las libertades culturales, recomendación que sería muy útil para trascender los efectos del adoctrinamiento ideológico, el culto al líder único y la polarización que han tenido lugar en el período 1999-2013, con el fin de alcanzar la gobernanza democrática.

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Ilustración 16. Aviso de prensa que muestra el gesto del adoctrinamiento. (Digitalizado de Ultimas Noticias)

Igualmente, tomando en cuenta la exclusión y la discriminación, las cuales se han convertido en prácticas habituales-, es necesario formular políticas que aseguren la participación y una reafirmación ética en la defensa de los derechos humanos y el reconocimiento del otro. Se trata pues, de emprender un largo trabajo de educación ciudadana que debe tomar distintos espacios como el hogar, la escuela, la calle, y difundirse por canales formales e informales como los medios de comunicación. Es decir, el recurso de la propaganda puede redireccionarse hacia la articulación de discursos no polarizados que orienten hacia la construcción democrática del espacio público. Para Mireya Lozada “se trata de construir ciudadanía en contextos de compleja y dinámica diversidad cultural y socio-política”. (Lozada:103) Otra recomendación es explorar en el imaginario democrático inclusivo que reinvindique el respeto por la diversidad, la justicia la dignidad, los derechos humanos y el reconocimiento del otro. Habría que buscar las referencias simbólicas que guíen la idea de consenso y que elimine los estereotipos, tomando como ejemplos a seguir casos como la reconciliación promovida por Nelson Mandela en Sudáfrica. Para ello sedebe seguir la recomendación que hace la UNESCO a los encargados de adoptar decisiones en los sectores público y privado de: “preocuparse por proporcionar a los individuos y grupos los medios necesarios para abordar y tratar la cuestión de la diversidad cultural con más eficacia”. (Unesco 2009:33) También nos parece pertinente ir por pasos. En una primera instancia estimular la tolerancia (la multiculturalidad) para luego evolucionar hacia el diálogo intercultural, apoyando iniciativas destinadas a crear espacios que faciliten la interacción para favorecer la resolución de nuestro conflicto interno que incluye el rechazo a ciertas nacionalidades asociadas con los proyectos del chavismo como la cubana y la china. La UNESCO aconseja dentro de esta misma idea mostrar “lugares de memoria” que simbolicen y promuevan la reconciliación. En este sentido la cultura puede fungir como el elemento transversal para el desarrollo sostenible. Al fin y al cabo se trata de construir un país en el que se respeten los principios de inclusión de justicia y equidad para llegar a la cultura de paz.

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Como hablamos sobre propaganda, queremos añadir como cierre que en estos tiempos de responsabilidad social, el diseño también se está dedicando cada vez más a proyectos dirigidos a la sostenibilidad. Para resumir esta tendencia que se afianza en el mundo, conviene citar al reconocido diseñador argentino Ronald Shakespear, quien dice: “Si el diseño no sirve para que la gente viva mejor, entonces no sirve para nada”. (Valbuena: 2009)

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