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Cua adernos de Po ostgrad do en Psicolog gía UV
N°2/D Diciemb bre 2010 gíster en e Psico ología Clínica C Mag Me ención Psicote P rapia Constru C ctivista a y Consstruccio onista Editor: Carlos Clavijo López Disponiible en: http:///www.psicologgia‐uv.cl/cuadeernos_de_posttgrado.html Correo::
[email protected] Fono: 3 32‐2508619 Av. Brasil 2140, Valpaaraíso. Chile publicación on n‐line de la Direección de Postggrado de la Esccuela de Cuadernos de Postgraado en Psicologgía UV es una p ersidad de Valp paraíso. Psicologgía de la Unive Esta ob bra está publicaada bajo una A Atribución‐No C Comercial‐Sin D Derivadas 2.0 C Chile de Creative Commons Para veer una copia de e esta licencia, visite http://crreativecommo ons.org/licensees/by‐nc‐nd/2.0 0/cl/.
n Valencia Diseño de Portada: Gonzalo Catalán
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Índice Presentación I.
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Prácticas narrativas colectivas. “Reclamando Nuestras Vidas de la Influencia de la Depresión”, Documento Colectivo y Testimonio de los Adultos Mayores de Glorias Navales
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Juan Antonio Bustamante Donoso
El árbol de la vida en Mariscadero, Pelluhue, Chile: Una Respuesta Narrativa Comunitaria a los Efectos de haber Vivido y Sobrevivido al Terremoto y Tsunami del 27 de febrero del 2010 Francisco Jorquera Santis
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David Epston en Valparaíso, Chile: Diálogos entre David y los Chilenos
Prácticas Narrativas en el trabajo con personas, familias y comunidades.
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De las Estructuras Cognitivas a los Estilos Personales: La Evolución del Pensamiento de Vittorio Guidano
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Francisco Romero Cabrera Ejercer Presión en Ti para Ejercer Presión sobre el Problema David Epston “Estoy cansada de las Sucias Fechorías del Problema”
David Epston II.
Teoría y epistemología para la praxis clínica.
Andrés Moltedo Perfetti Una invitación a pensar lo ontológico en la Psicoterapia Conversacional
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Ana María Zlachevsky Ojeda Terapia Narrativa: Modelos de Intervención en Abuso Sexual
Juan Antonio Bustamante Donoso, Francisco Jorquera Santis y Melody Smith Aguirre. III.
Aproximaciones metódicas para la investigación y la reflexión clínica. ¿Reconciliación de Pareja tras la Violencia Conyugal? Significados Presentes en los Relatos 115 sobre Reconciliación de Pareja en Mujeres que han sido Víctimas de Violencia Conyugal y han Concluido una Intervención Terapéutica
4 Francisco Romero Cabrera, Melody Smith Aguirre, Andrés Sepúlveda Díaz, Pilar Valle Silva y Erick Sepúlveda Córdova Análisis discursivo: Una aproximación a la investigación de la construcción momento‐a‐momento 131 del significado en la práctica sistémica Jerry Gale Delia del carril, revisión biográfica e identitaria
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Francisca Cáceres Núñez IV.
Programas de Postgrados y Postítulos Escuela de Psicología. Magíster Psicología Social Mención en Intervenciones Psicosociales Mención en Psicología Jurídica Magíster Psicología Clínica Mención en Psicoterapia Constructivista y Construccionista Magíster Psicología del Trabajo y de las Organizaciones Mención Desarrollo Organizacional y Gestión del Capital Humano Postítulo Intervención en Violencia Familiar y Abuso Sexual Infantil. Un Abordaje Integral y Multidisciplinario. Postítulo Psicología, Familia y Derecho Mención Intervenciones Psicosociales en Sistemas Familiares
5 Estimado lector Como continuación de la iniciativa desarrollada por la Dirección de Postgrado y Postítulo de la escuela de psicología, les presentamos la primera edición clínica de nuestros cuadernos de postgrado, en la que hemos reunido un conjunto de trabajos que representan la perspectiva teórico‐epistemológica que articula nuestro programa de magíster en psicología clínica, mención psicoterapia constructivista y construccionista, que vienen a sostener nuestro esfuerzo por constituirnos en un punto de desarrollo y difusión de los modelos y prácticas post modernas de psicoterapia. Las contribuciones que constituyen esta publicación abrazan el giro interpretativo de las ciencias sociales y exponen aplicaciones teóricas y prácticas que representan el desplazamiento de las fronteras del entendimiento de los problemas psicológicos humanos y de las maneras cómo colaborar en su dis‐solución. Hemos organizado los textos en tres secciones, poniendo en primer lugar los trabajos que documentan aplicaciones prácticas de los llamados modelos narrativos de terapia y trabajo comunitario, luego aquellos que documentan interpretaciones y reflexiones de sus autores sobre modelos de comprensión y acción terapéutica y finalmente, una sección que recoge las contribuciones de quienes se aventuran en la aplicación y desarrollo de modelos de investigación coherentes con el giro interpretativo. Comenzamos este número privilegiando dos reportes de experiencias locales de aplicación de prácticas narrativas en contextos comunitarios: El trabajo “Prácticas narrativas colectivas: Reclamando nuestras vidas de la influencia de la depresión” elaborado por Juan Antonio Bustamante, describe y analiza el uso de documentos colectivos y otras prácticas narrativas como una forma respetuosa y colaborativa de implementar el trabajo de salud mental comunitario que actualmente constituye una tarea pendiente en la atención primaria de nuestro país.
Luego “El árbol de la vida en Mariscadero , Pelluhue, Chile: Una respuesta narrativa comunitaria a los efectos de haber sobrevivido al terremoto y tsunami del 27 de febrero del 2010”, escrito por Francisco Jorquera, relata la reacción de un conjunto de profesionales jóvenes del área social, quienes informados por una perspectiva narrativa desarrollan una intervención comunitaria para responder a las consecuencias psicosociales de la catástrofe que afectó a la comunidad de Mariscadero. Describe el contexto, la intervención implementada y los resultados observados, proponiendo una reflexión sobre la relevancia del respeto por el conocimiento local y la psicología popular en este tipo de intervenciones. Cerrando esta sección publicamos “David Epston en Valparaíso, Chile: Diálogos entre David y los chilenos”, transcrito y narrado por Francisco Romero. Es un documento que se desarrolló en base a los registros de video que hicimos durante el taller que David Epston condujo en nuestra escuela de psicología en su primera visita a Chile, con el ánimo de sistematizar y hacer accesible esta experiencia tanto a quienes no pudieron asistir al evento, como a aquellos que asistieron y desean revisar esta experiencia paso a paso. En este documento se repasan cada una de las actividades desarrolladas y se recogen las conversaciones que David mantuvo con diversos profesionales asistentes acerca de su práctica terapéutica con niños, adolescentes y sus familias. Y como una manera de complementar este reporte y hacer más rica su comprensión, hemos publicado además dos historias de terapia que David Epston nos facilitó para ilustrar su práctica: “Ejercer presión en ti para ejercer presión sobre el problema” y “Estoy cansada de las sucias fechorías del problema” La sección que hemos denominado Teoría y epistemología para la praxis clínica reúne tres trabajos. El primero de ellos presentado por nuestro ex alumno de magíster Andrés Moltedo, quien revisa el desarrollo del pensamiento de Vittorio Guidano desde sus primeras publicaciones centradas en interés pragmático por la teoría conductual hasta sus publicaciones póstumas que
6 recogen su creciente inquietud ontoepistemológica en el desarrollo de sus postulados clínicos, dando cuenta cómo el cambio de Organizaciones de Significado Personal a los Estilos Personales representa una transformación epistemológica al interior del post‐racionalismo. La profesora de nuestro magíster en psicología clínica Ana María Zlachevsky, presenta a continuación un artículo donde se distancia de las posiciones ontológicamente ciegas del construccionismo y desarrolla una reflexión que aboga por la relevancia del pensar ontológico en psicoterapia. Fundamenta la conexión que plantea entre las concepciones del ser y las maneras de hacer, proponiendo un modelo de psicoterapia en el que se articulan la disposición efectiva, el comprender y el habla como una triada inseparable. Finalizan esta sección Juan Bustamante, Francisco Jorquera y Melody Smith con una revisión del estado del arte en materias de intervención del abuso sexual desde el enfoque narrativo en psicoterapia con su manuscrito “Terapia Narrativa: modelos de intervención en abuso sexual”, donde recorren desde los lineamientos teóricos básicos del enfoque hasta las prácticas concretas del trabajo con personas que sobrevivieron el abuso sexual, facilitando la comprensión teórica de estas maneras de intervenir y de su propuesta respetuosa y esperanzadora en la asistencia de personas afectadas por abuso sexual. La sección que denominamos Aproximaciones Metódicas para la Investigación y Reflexión Clínica aglutina las contribuciones de quienes se han aventurado a desarrollar y a poner en práctica modelos de investigación en psicología clínica coherentes con las concepciones postmodernas del constructivismo y el construccionismo. Abre esta sección el reporte de Francisco Romero, Melody Smith, Andrés Sepúlveda, Erick Sepúlveda y Pilar Valle acerca de la investigación que desarrollaron en el complejo problema de la violencia en la pareja, en el que mediante métodos narrativos de recolección y análisis de datos se acercaron a la perspectiva de mujeres frente a la reconciliación en la pareja después de haber denunciado la violencia y haber participado de tratamientos psicológicos por este motivo. Exploran cómo los discursos sociales moldean las
comprensiones y decisiones que estas mujeres tomaron con posterioridad a haber reclamado una vida libre de violencia y que las condujeron nuevamente a convivir con quienes fueron sus maltratadores, intentando hacer evidente en la interpretación de sus resultados la conexión entre la experiencia idiosincrática del sujeto y el canon de la cultura. Jerry Gale nos invita con su “Análisis discursivo: una aproximación a la investigación de la construcción momento‐a‐momento del significado en la práctica sistémica” a conocer de las diferencias y similitudes entre el análisis conversacional y el análisis crítico de discursos, su conexión con la construcción discursiva y relacional de la identidad y la negociación de la verdad, y de su utilidad para el desarrollo de la investigación cualitativa en la psicología clínica. Desarrolla un conjunto de ejemplos de utilización de ambas perspectivas en la conducción de investigaciones de psicoterapia y fundamenta las posibilidades que esta aproximación metodológica ofrece a los profesionales en términos del desarrollo de propuestas más simétricas de terapia basada en evidencia. Finalmente cierra este número el artículo “Delia del Carril: revisión biográfica e identitaria”, donde su autora Francisca Cáceres a modo de ensayo analiza desde las perspectivas teóricas de Dan McAdams y Michael White en la trayectoria biográfica de la pintora y grabadora argentina que fuera esposa de Pablo Neruda, poniendo énfasis en su construcción de identidad en un contexto histórico y social adverso para la autonomía e independencia de la mujer. Todos quienes trabajamos en la edición del presente número esperamos que sus contenidos constituyan un aporte para sus lectores, tanto en sus procesos formativos como en sus exploraciones profesionales, por lo que estaremos esperando expectantes sus comentarios y sugerencias. Carlos Clavijo López Coordinador Magíster en Psicología Clínica Mención Psicoterapia Constructivista y Construccionista
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I. PRÁCTICAS NARRATIVAS EN EL TRABAJO CON PERSONAS, FAMILIAS Y COMUNIDADES
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P RÁCTICAS N ARRATIVAS C OLECTIVAS . “R ECLAMANDO NUESTRAS VIDAS DE LA INFLUENCIA DE LA DEPRESIÓN ”, D OCUMENTO C OLECTIVO Y T ESTIMONIO 1 2 DE LOS ADULTOS MAYORES DE GLORIAS NAVALES Juan Antonio Bustamante Donoso3
«la reconstrucción de nuestra historia local ayudará a que los jóvenes de la población conozcan todo lo que nosotros vivimos y sufrimos; creo que los conmoverá porque algunos llegaron aquí cuando ‘la mesa ya estaba puesta’». Sra. Julia Venegas4 RESUMEN Este artículo presenta la implementación de un trabajo grupal en depresión con los adultos mayores de la población Glorias Navales de Viña del Mar rescatando el testimonio de las formas en que han respondido frente a las dificultades, a través de la generación de un documento colectivo que recopila sus historias, habilidades y conocimientos. La metodología que se describe se desarrolló en el contexto de un trabajo grupal psicosocial en salud primaria en terreno y es informada por las prácticas narrativas colectivas (Denborough, D. 2008) en un esfuerzo por dar respuesta y apoyo frente a los efectos de la depresión en la vida de los adultos mayores. Se describe el contexto en el cual se llevó a cabo esta práctica, cómo surgió la implementación del trabajo grupal, las características de esta metodología, las habilidades y conocimientos que han sostenido a los adultos mayores frente a los efectos de la depresión. Finalmente se plantea una reflexión sobre la relevancia de este tipo de intervención en el proceso de dar voz a los recursos y formas de afrontamiento de las comunidades con las cuales los profesionales trabajan en el apoyo psicosocial. Se plantea que las prácticas respetuosas y orientadas a la colaboración son cruciales al momento de generar un sentido de comunidad, una visión esperanzadora y de robustecer las historias preferidas de las personas con quienes trabajamos. Palabras clave: depresión, adultez mayor, apoyo psicosocial, prácticas narrativas colectivas, terapia narrativa
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La realización de este trabajo habría sido imposible sin las personas que participaron en él, quienes dieron autorización para la divulgación de este documento colectivo como testimonio de su resistencia y fortaleza y para permitir la contribución hacia otras comunidades que viven dificultades similares. Mis agradecimientos a ellas y a ellos. 2 El presente artículo se nutre de la ponencia realizada en Enero del 2010 “Taller de Depresión en el Adulto Mayor: Reclamando Nuestras Vidas de la Depresión, Un enfoque Narrativo Colectivo en Glorias Navales” en el marco del IV Seminario de Medicina Social “Salud Mental Comunitaria Hoy, de las políticas a las prácticas” donde se presentó por primera vez este documento. Se agradecen las contribuciones de los asistentes, espero que sus voces encuentren espacio aquí permitiendo la contribución. 3 Psicólogo y Estudiante Magíster en Psicología Clínica mención psicoterapia constructivista y construccionista, Universidad de Valparaíso. Postítulo en Intervención en Violencia Intrafamiliar y Abuso Sexual Infantil. Académico de la Escuela de Nutrición y Dietética, Universidad de Valparaíso. Correo electrónico:
[email protected] 4 En entrevista en Galleguillos, E. y Torrente, L. (1997).
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COMIENZO DE LA HISTORIA: CONTEXTO DEL TRABAJO GRUPAL El presente trabajo grupal, las nociones que lo informan, su origen y su ejecución surgen de un contexto bastante particular: mi práctica profesional en psicología clínica realizada en el centro de atención primaria de salud “Centro de Salud Familiar Dr. Jorge Kaplan Meyer”, de la Corporación Municipal de Viña del Mar. Soy psicólogo y psicoterapeuta y durante mi formación tuve la oportunidad de conocer las prácticas narrativas y ser formado en ellas. Estas prácticas son las que informan mi trabajo y el de una comunidad pequeña pero creciente y comprometida en Chile. Como miembro de esta comunidad de terapeutas narrativos tuve el privilegio de conocer e implementar en mi práctica en salud primaria los planteamientos que derivan del trabajo del Dulwich Centre Foundation, quienes han desarrollado metodologías para el trabajo con individuos, grupos y comunidades que han experimentado dificultades. La atención primaria busca ser cercana a las comunidades en su territorio, con un enfoque familiar y comunitario, buscando trascender el modelo biomédico tradicional. De manera consecuente, los centros de salud primaria se encuentran ubicados en las mismas poblaciones que reciben la atención constituyéndose en un lugar donde las personas son atendidas en salud, reciben apoyo psicosocial e incluso ayudas económicas. Una de las características de la salud primaria es que es involucra una gran versatilidad por parte de los profesionales que se desempeñan en esta área quienes realizan atención individual, familiar y grupal en todos los niveles etáreos, con una visión “bio‐psico‐social” que caracteriza el trabajo de profesionales tan diversos de la salud como nutricionistas, médicos generales, enfermeras, asistentes sociales, odontólogos y psicólogos. Es un contexto desafiante y a la vez altamente enriquecedor… Es en este contexto donde ocurre esta historia, concretamente en la población de Glorias Navales, ubicada en los cerros de Viña del Mar y que nació como “toma” en los años 70, por parte de
pobladores de los cerros de Viña del Mar y de Valparaíso en busca vivienda y terrenos propios (Galleguillos, E. y Torrente, L., 1997), vivió un cambio radical de nombre durante la dictadura militar de 1973‐1989 y actualmente detenta altos niveles de delincuencia, tráfico de drogas y pobreza. Su reputación es de lugar peligroso para aquellos que no viven allí, mi experiencia en el trabajo junto a los adultos mayores me demostraría lo contrario.
CÓMO SURGE EL PROBLEMA Glorias Navales es una de las poblaciones a las cuales presta servicio el Centro de Salud Familiar Dr. Jorge Kaplan. Una problemática había sido detectada por los profesionales: existía una gran prevalencia de sintomatología depresiva en los adultos mayores de esta población y varios se encontraban en situación de aislamiento. Estos adultos mayores se encontraban luchando con los efectos de la depresión en esa etapa particular de la vida. Muchos de ellos se encontraban luchando también con los efectos de enfermedades crónicas, pérdidas de seres queridos, aislamiento y/o abandono. Gran parte de ellos estaba lidiando con la pobreza intergeneracional, la violencia intrafamiliar y la violencia social relacionada con el narcotráfico y la delincuencia. Habían sido víctimas de violencia política durante el Estado de represión en la Dictadura entre 1973 y 1989. Habían sobrevivido una dura intervención por parte del Estado durante este periodo en el que se cambió el nombre de su localidad de “Campamento Salvador Allende” a “Glorias Navales”. Usualmente vivían en espacios reducidos donde las dificultades económicas y la violencia eran experiencias cotidianas. Eran también personas con tremendas capacidades para salir adelante y resistir. Habían sobrevivido traumas, represión, pérdidas e injusticias y habían seguido adelante con sus vidas. Se habían organizado y se habían ayudado entre sí en momentos difíciles, apoyando a las familias más necesitadas en un periodo donde el Estado ofrecía ayuda precaria a los sectores más carentes de la sociedad y delegó gran parte de esta labor a Organizaciones no gubernamentales (Alfaro, J. y Berroeta, H., 2007). Actualmente algunos están organizados en grupos comunitarios, juntas
10 vecinales y grupos de religiosos de la tercera edad. Estos adultos mayores estaban interesados en pedir ayuda, en generar conexiones para proveer una alternativa a la desesperación con que la depresión influenciaba sus vidas. Muchos de los adultos mayores que eran atendidos en el Centro de Salud Primaria, siendo la mayoría mujeres, parecían abatidos, tristes, incluso confundidos y con falta de motivación. Al dialogar con ellos parecían nerviosos, con variadas preocupaciones, con una marcada sensación de soledad y de fracaso en algunos casos. Algunos presentaban molestias como insomnio, ansiedad, dolores de cabeza y de estómago. Su situación social era o bien de aislamiento (esto es, vivían solos y declaraban poco contacto con amigos y/o vecinos) o bien se encontraban ayudando en la crianza de sus nietos e incluso bisnietos. Con alguna frecuencia su motivo de consulta no era la por la tristeza (si bien hacía su aparición posteriormente), sino por quejas físicas, problemas familiares o económicos. Cada una de estas personas, sin embargo, poseía una historia personal, rica en detalles, valores y experiencias. Estos adultos mayores constituyen una parte significativa de la comunidad y era importante dar respuesta a sus necesidades desde el enfoque de la Salud Comunitaria y familiar (Ministerio de Salud. Unidad de Salud Mental, 2001), razón por la cual se planteó la planeación y ejecución de un trabajo grupal en terreno que pudiese responder a las necesidades de apoyo psicosocial a nivel de atención personal y de integración comunitaria. Era necesario responder de manera de fortalecer la integración a la comunidad y las redes, así como también valorar la experiencia individual, los conocimientos y la forma de afrontar las dificultades de la propia comunidad.
los efectos de la depresión en sus vidas, sino como enfermos e incluso peligrosos para sus vidas o las de sus familias (si es que existían intentos o ideación suicida). Hoy en día, tal como plantea Martha González (2001) se hacen necesarias “nuevas medidas encaminadas a mejorar la calidad de vida de nuestros ancianos, tanto de atención personal, como comunitaria”. Las intervenciones a nivel mundial que se han enfocado en comunidades que han vivido los efectos de trauma o las llamadas enfermedades mentales (Denborough, 2008), demuestran los efectos positivos de la conexión entre los miembros de esta comunidad, en el reconocimiento de aquellas fortalezas y soluciones que los propios sujetos y las comunidades han intentado, en busca de salidas y formas de reclamar la vidas de aquellos problemas que las aquejan. Las maneras en que las comunidades buscan salidas, desarrollan fortalezas y generan conocimientos están profundamente arraigadas en la historia de esas comunidades, por lo cual es importante precisar cuál es esa historia, la historia de la Población Glorias Navales. La breve reseña que se presenta a continuación constituyó la etapa inicial de acercamiento a esta comunidad: el hacer presente cuál es la historia de esta población.
DE CAMPAMENTO SALVADOR ALLENDE A GLORIAS NAVALES “...Glorias, porque habíamos ganado, nos quedamos aquí, y Navales, pá darle el gusto a los marinos” Sra. Carmen Rivas5
Los orígenes de la Población Glorias Navales se encuentran en el “Campamento Salvador Allende”, Mi experiencia fue que, paradójicamente, campamento o “toma” que nació la noche del 8 de muchas de estas habilidades y conocimientos de Febrero 1971, cuando aproximadamente 30 familias se resistencia se volvían invisibles en los contextos de salud, instalaron en carpas o a la intemperie, tan sólo con las en las consultas de salud mental y en los procesos de pocas cosas que traían en sus manos o carretas en un diagnóstico a través de protocolos de evaluación estandarizados. Durante estos momentos los adultos mayores no eran vistos como si actuaran en oposición a 5 Participante del trabajo grupal en entrevista en 1994 en Galleguillos, E. y Torrente, L. (1997).
11 bosque de eucaliptos en la parte alta de Viña del Mar con la esperanza de tener sus propios terrenos y casas.
buscaron hacer borrosa e incluso invisible sus características, identidad y pasado.
Galleguillos, E. y Torrente, L. (1997) en su “Breve Historia de la Población Glorias Navales” plantean que “el rasgo principal de este grupo de pobladores era la vitalidad, la decisión y la unión que existía por la necesidad común que los aquejaba”.
LA IMPORTANCIA DE LA GENERACIÓN DE MEMORIAS COMPLETAS
El por entonces “Campamento Salvador Allende” constituyó un centro bullente de organización popular y política para la obtención de viviendas, ayuda y apoyo comunitario auto‐organizado, convirtiéndose en el principal y más importante campamento de la zona. (Ibíd.) Al sobrevenir el golpe militar por parte de la Junta Militar, el 11 de Septiembre de 1973, el Campamento Salvador se vio afectado como el resto del país, sucediéndose los allanamientos, intervenciones militares, detenciones e incluso desapariciones. El nombre fue cambiado por parte de las autoridades militares a Población Glorias Navales. Dentro del proceso histórico, el cambio de nombre de una localidad no es un proceso aleatorio y caprichoso, sino que constituye, tal como expresa Tzvetan Todorov (2002), “un mecanismo de control de la memoria que implementaron los regímenes totalitarios del S. XX”, con el objeto de desmovilizar mediante el terror de Estado a la población resistente u opositora a sus ideales políticos. A partir del retorno a la democracia en nuestro país, ha sido posible la articulación de diversos proyectos coordinados por las distintas instituciones del Estado, para la recuperación de la memoria colectiva, la obtención de justicia, el recuerdo de las víctimas y desaparecidos y del testimonio de los sobrevivientes y sus acciones de resistencia. Sin embargo, tal como expresa Carolina Grenoville (2010) la actual cultura del consumo desenfrenado, sobreabundante y célere de información, amenaza el estatuto de la memoria al favorecer el olvido. Se hacía, por lo tanto, importante recuperar las historias de resistencia que posee esta comunidad que fue sujeto de prácticas simbólicas y de terror que
Tal como destaca David Denborough (2008) con demasiada frecuencia son los aspectos negativos, los relatos de trauma e injusticia los que son recordados. Las formas de responder, la valentía, los actos de cuidados hacia los demás y las prácticas de resistencia son usualmente olvidados o dejados de lado, dando paso a una totalización de las comunidades a partir de las historias de injusticia. En este sentido las metodologías que utilizamos en el trabajo con personas que han vivido situaciones difíciles pueden ser muy significativas si buscamos la generación de memorias completas sobre el trauma que incluyan las respuestas de los individuos a las experiencias traumáticas, en vez de “memorias a medias” del trauma que relaten sólo los eventos traumáticos y sus efectos (White, M. 2004; White, M. 2002b). Estas metodologías buscan contribuir al rescate y restauración del conocimiento y las prácticas locales, las formas en que las comunidades han respondido a estas dificultades y que suelen ser invisibilizadas.
UNA INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL INFORMADA POR LAS PRÁCTICAS NARRATIVAS COLECTIVAS “los significados ganados con esfuerzo deberían ser dichos, pintados, bailados, dramatizados, puestos en circulación” Victor Turner, 1986, pág. 37 La metodología utilizada en el trabajo grupal que se describe a continuación es informada por las prácticas narrativas colectivas y por el uso de la metodología de los documentos colectivos. Las prácticas narrativas colectivas pueden ser caracterizadas como una aproximación esperanzadora y respetuosa a individuos, grupos amplios y comunidades que han experimentado trauma dificultades significativas.
12 En la literatura sobre las prácticas narrativas los documentos han sido utilizados con el objeto de “reclutar” una audiencia participante para hacer circular las historias preferidas y los conocimientos alternativos. Este proceso constituye lo que Foucault (1980) denominó como “insurrección de los conocimientos subyugados”. Entre las ideas para reclutar audiencias y poner en circulación las historias preferidas se encuentran cartas, certificados, diplomas, declaraciones y manifiestos, y constituyen un cuerpo de literatura viva y creativa, en constante crecimiento. El uso de documentos con comunidades y colectivos tiene sus raíces en los esfuerzos de David Epston para vincular las historias de aquellos que le habían consultado y hacer circular los conocimientos a otros que pudieran estar experimentando dificultades similares. Este esfuerzo gradualmente se orientó a la creación de redes, “comunidades de intereses” donde los consultantes podían proveerse información, consulta y apoyo entre sí (un ejemplo particularmente inspirador de una el de la Liga comunidad de interés, Antianorexia/Antibulimia, puede ser leído en Epston, D., 2004 y 2008). Estos desarrollos han buscado contribuir a que los relatos de las vidas de las personas puedan interconectarse de forma significativa.
desesperación, siempre existe más de una historia (White, M., 2004). Una de las características más importantes de los documentos colectivos es que pretenden la generación de un sentido significativo de Communitas. Este término hace referencia a los planteamientos del antropólogo Victor Turner (citado en Denborough, D. 2008), quien lo define como “un sentido de unidad compartida entre los individuos que están pasando por la misma experiencia”. De esta forma se plantea que la puesta en escena de los relatos sobre el reconocimiento del sufrimiento, habilidades, conocimientos, valores e historia de resistencia compartidas, crea un sentido de Communitas que permite dar voz a lo que el grupo le da valor, en un contexto histórico que lo vincula con tradiciones locales, respetando, al mismo tiempo, “la unidad en la diversidad” (Freire, P. 1994).
DESCRIPCIÓN DE LA EJECUCIÓN DEL TRABAJO GRUPAL
El presente trabajo grupal fue realizado en seis sesiones, una por semana, en la sede de la Junta Vecinal de Glorias Navales, lugar que fue facilitado por la directiva de dicha organización. El número de personas Los documentos colectivos narrativos describen que participaron en el trabajo grupal fueron doce y ricamente las habilidades y conocimientos especiales de habitualmente la asistencia varió entre seis y doce cómo individuos, grupos y comunidades se han sostenido personas. La duración de cada sesión fue de y resistido durante momentos difíciles (Denborough, D. aproximadamente dos horas con dos momentos 2008). Este proceso ha sido y está siendo implementado importantes al inicio y al final para disfrutar de té y por varios terapeutas y trabajadores sociales en una algunas galletas, respetando esta tradición. variedad de contextos diferentes (Moreland Community Health, 2008; Russel et al., 2005; Denborough, D. , 2008). La primera sesión fue dedicada a que los que En estos contextos los documentos colectivos han sido participamos pudiésemos conocernos (algunos de los utilizados para vincular las experiencias de las personas a participantes ya se conocían) y para introducir de qué través del rescate, visibilización y divulgación de las trataría este trabajo grupal. habilidades que los han sostenido frente a diferentes Durante la sesión segunda nos dedicamos a problemas. dialogar sobre su relación con la depresión, utilizando Esta prácticas perfilan su intervención desde la para ello una aproximación lúdica en la que los convicción de que las personas y la comunidades siempre participantes fueron invitados a hablar de su relación con se encuentran respondiendo a las dificultades que los la depresión como si se tratara de una relación con una aquejan, por tanto incluso si inicialmente escuchamos persona. De esta forma, se utilizaron las preguntas de una historia de problemas, dificultades, pérdida, influencia relativa planteadas por White & Epston (1993)
13 con el objeto de obtener una descripción detallada de los efectos de este problema, así como de un posicionamiento respecto de los efectos y los planes que este problema tenía para sus vidas. Quiero detenerme en la descripción de la tercera y cuarta sesión, pues en ella fue donde se desarrollaron las preguntas que permitieron la construcción del documento colectivo. En este punto se invitó a conformar grupos de tres personas para responder a las siguientes interrogantes: •
¿Cuál es el nombre de una habilidad especial, conocimiento o valor que los ha sostenido a ustedes y a sus familias (si las hay) en tiempos difíciles?
•
¿Hay alguna historia o anécdota sobre esta habilidad, conocimiento o valor, una historia sobre alguna ocasión donde esto hizo la diferencia para ti o para los demás?
•
¿Cuál es la historia de esta habilidad, conocimiento o valor? ¿cómo lo aprendió?, ¿De quién lo aprendió?
•
¿Está conectada esta habilidad de alguna manera con alguna forma de tradición familiar o comunitaria o con tradiciones culturales? ¿hay algún proverbio, dicho, historias, canción, imágenes de tu familia/cultura/comunidad con las cuales estas habilidades y conocimientos estén conectadas?
Una vez que los participantes pudieron discutir y responder las preguntas planteadas, durante la cuarta sesión se leyeron en voz alta y se compartió la conversación que había surgido en el interior del grupo, facilitándose la oportunidad de re‐contar a través de la utilización del mapa de la ceremonia de definición desarrollado por Michael White(2007). La documentación del material generado durante la exploración de estas preguntas involucra una serie de habilidades por parte del profesional que coordina (Denborough, 2008, págs. 29‐32) que implican el tomar nota de lo surgido, prestar atención a lo “particular” y de las “imágenes” que surgen en las historias. La recopilación de las historias particulares, las
frases “tal como fueron dichas” y las imágenes y metáforas, serán usadas en la construcción del documento colectivo. Son estas imágenes, metáforas y frases particulares las que, posteriormente en la lectura en voz alta, se espera resuenen y traigan a la memoria la conexión, visibilización y reconocimiento de las habilidades y conocimiento que han sostenido a las personas. Mi preocupación principal en este punto, es hallar aquellas frases, imágenes y metáforas que conectan las habilidades y conocimientos con la experiencia de estas personas. Al documentar las respuestas a las preguntas previas, el paso siguiente es la construcción del documento colectivo que sumariza las habilidades y conocimientos que los participantes han reconocido, menciona un relato donde esto haya sido significativo y se explora la historia de esta habilidad o conocimiento (su conexión con alguna tradición familiar o comunitaria). La forma de estructurar y redactar el documento colectivo que se utilizó en el presente trabajo grupal fue la propuesta por Denborough (2008) en la que se utiliza una voz colectiva, donde se incluye un párrafo introductorio que contextualiza el presente documento y lo enmarca en la contribución hacia los demás: “Esperamos que este documento sea de ayuda para otras personas, ya sea de nuestra población, de nuestro país o del resto del mundo”6
“ALGUNAS DE LAS COSAS QUE NOS DAN FORTALEZA Y NOS HAN AYUDADO A RECUPERAR NUESTRAS VIDAS DE LA DEPRESIÓN”: TEMAS SURGIDOS EN EL TRABAJO GRUPAL De las respuestas a las preguntas planteadas durante la tercera y cuarta sesión se delinearon una serie 6
Ver anexo Documento Colectivo “Recuperando nuestras vidas de la influencia de ‘la depresión’ Las formas en que hemos respondido a los momentos difíciles. Historias de resistencia de los Adultos Mayores de Glorias Navales, Viña del Mar. Taller de Depresión en el Adulto Mayor 2009”
14 de tópicos. A continuación presento los tópicos surgidos que dan cuenta de las formas en que los adultos mayores de la población Glorias Navales han respondido a la influencia de “la depresión”:
HABLAR Y RECURRIR A NUESTROS SERES QUERIDOS De manera importante, el recurrir a las personas que son importantes en sus vidas fue reconocido como una práctica y conocimiento esperanzador que ayuda a evitar “escuchar” a la depresión que muchas veces los aísla y hace que pierdan las ganas de seguir adelante. El contar los problemas y escuchar los de otros tiene el mérito de visibilizar el hecho de que no están solos en esta dificultad, acercándolos y uniéndolos. Para algunos de nosotros ha sido muy importante el darnos cuenta que no somos los únicos a los que ataca la depresión, el escuchar y compartir con otros nos ha ayudado a darnos cuenta que no estamos locos. Por ejemplo, cuando pasé dificultades por quedarme sin trabajo, mi familia me escuchó, nos unimos y me apoyaron, lo cual hizo la diferencia. Así también, cuando algunos hemos podido participar en las juntas de vecinos o en grupos de Adulto Mayor nos hemos dado cuenta que no somos los únicos afectados por la depresión, lo que nos ha permitido unir fuerzas para reducir la influencia de la depresión en nuestras vidas y sentirnos escuchados. La historia de este conocimiento sobre ayudarse y escucharse entre sí se remonta a la fundación de la Población: Cuando llegamos a vivir al Campamento Salvador Allende (ahora Glorias Navales) fue difícil al comienzo, pero nos ayudamos entre todos y luchamos por nuestro derecho a ser feliz y tener nuestras casas. En aquellos tiempos recurrimos a nuestras familias y nuestros amigos para hablar y compartir nuestros problemas y ser escuchados.
COMPARTIR CON LOS DEMÁS, EN ORGANIZACIONES COMUNITARIAS La participación y pertenencia a organizaciones comunitarias (junta de vecinos, grupos de adulto mayor, parroquias y clubes deportivos) y el compartir en este contexto fue señalado como una habilidad de gran importancia en la disminución de la influencia de “la depresión.” La participación en estas instancias posee la virtud de hacer que se sientan valorados y “la depresión” quede de lado, trayendo felicidad a través de la celebración y la realización de actividades grupales. Un espacio de particular relevancia que fue mencionado son los grupos del Adulto Mayor: Cuando nos reunimos en los grupos del Adulto Mayor hacemos las cosas que nos gustan y nos sentimos valorados. Cuando sentía que había perdido las ganas de seguir adelante por culpa de la depresión, una vez me invitaron a cantar y a recitar poesía en una celebración de grupos del Adulto Mayor, participé y me sentí valorada, sentí que todavía estoy valiendo. Para algunos de nosotros es muy importante saber que todavía estamos valiendo, nos hace sentir mejor y nos ayuda a seguir adelante. La tradición de organizarse y participar en grupos comunitarios data también de la historia de Glorias Navales y encuentra su lugar en los esfuerzos por conseguir los servicios básicos como agua potable y energía eléctrica: Esta manera de combatir la depresión nos ha acompañado desde que llegamos a nuestra población y comenzamos a organizarnos para tener acceso a los servicios básicos que necesitábamos. HONRAR LA MEMORIA DE NUESTROS SERES QUERIDOS La pérdida de familiares, amigos y conocidos fue reconocido como un evento que trae mucho dolor y que, en ocasiones, puede “aliarse” con “la depresión”. Uno de los conocimientos que les ayuda a encontrar consuelo es
15 el honrar la memoria de aquellos que se han ido a través del recuerdo de los buenos momentos: Perder a nuestros seres queridos nos trae mucho dolor, sin embargo hemos encontrado gran consuelo en recordarlos, especialmente en recordar cómo fueron los buenos momentos y los valores que nos dejaron. Cuando recuerdo a mi marido con otros o personalmente, me trae gran tranquilidad y felicidad recordar los buenos momentos y el mensaje que nos dejó sobre vivir la vida y estar contentos. El llorar a sus seres queridos también fue señalado como una formar de honrarlos, pues habla de lo importante que fueron en sus vidas: A veces recordar y honrar a nuestros seres queridos significa llorar también, sentimos que está bien llorar, pues esto nos recuerda lo importante que fueron en nuestras vidas y que lo siguen siendo aún, es por esto que a veces los recordamos y honramos llorando. AYUDAR A OTROS Y AYUDARNOS EN NUESTROS SERES QUERIDOS Una característica que pude observar casi a primer momento, fue la bondad y desinterés al momento de prestar ayuda por parte de los participantes del trabajo grupal, siempre atentos a las necesidades de sus vecinos y familiares. Esta característica surgió durante el trabajo grupal, la habilidad de ayudar a otros y ser ayudados, de manera recíproca, fue identificada como un conocimiento que los hace sentirse valorados y los alegra durante los momentos difíciles y les otorga fortaleza para resistir los efectos de la depresión. Ayudamos a otros y ellos nos ayudan a nosotros, esto nos hace más fuertes a todos, sobre todo más fuertes para resistir la depresión. La historia de este conocimiento se relaciona con las maneras de organizarse que tuvieron que implementar a lo largo de los años en la Población Glorias Navales:
Para protegernos de la delincuencia al principio organizábamos rondas nosotros mismos para cuidarnos. Para nosotros es muy importante el ayudar y ser ayudados por otros, es algo que nos ha acompañado durante mucho tiempo, nos gusta y nos sentimos valorados al hacerlo
HACER LO QUE NOS GUSTA Y COMPARTIRLO CON OTROS La realización de las actividades en las cuales encuentran agrado y disfrute, tiene el efecto de “dejar de lado la depresión” reemplazando su influencia por “buen ánimo”. Algunas de las actividades mencionadas (¡algunas de las cuales tuve el honor y placer de presenciar y también de participar!) fueron el baile, la poesía, el canto, las artesanías, las artesanías y el tejido. De manera importante, el poder compartir estas actividades, disfrutándolas en grupo tiene el añadido de hacer que se sientan valorados, reconocidos y de hacer “retroceder a la depresión”: Me gusta mucho la cocina, esto lo aprendí desde pequeña pues tuve que cocinar para mis hermanos, al cocinar me relajo y disfruto con lo que cocino, especialmente cuando puedo cocinar para otros. (…) Para algunos de nosotros es especialmente valioso el poder compartir lo que hacemos, es otra forma de sentirnos valorados y eliminar la influencia que pueda tener la depresión en nuestras vidas. RECORDAR LOS BUENOS MOMENTOS Otra de las habilidades que fueron planteadas fue la de rememorar las buenas experiencias: Como adultos mayores, hemos vivido muchas experiencias y tenemos mucho que contar, momentos buenos y momentos tristes. Para algunos de nosotros ha sido y es muy importante el poder recordar los buenos momentos, las buenas experiencias de nuestras vidas y poder ser escuchados. En nuestra experiencia, esto trae felicidad tanto a nosotros como a quienes nos
16 escuchan, haciendo que la depresión disminuya sus efectos No sólo el contar las experiencias, sino el “ser escuchados” ha sido útil para disminuir los efectos de la depresión, pues su experiencia y sabiduría es valorada: Esto ha sido especialmente importante para algunos de nosotros, nos ha ayudado a combatir la depresión contando anécdotas a quienes estén dispuestos a escucharlas. (…) Este conocimiento viene de nuestra costumbre de reunirnos en familia y de reunirnos para celebrar con amigos. NUESTRA FE Un elemento de suma importancia y que fue manifestado por todos los participantes fue el apoyo que provee la Fe en el mantenimiento de la esperanza. Muchas historias de Fe fueron contadas en el desarrollo del trabajo grupal y, tal como lo planteó una de las participantes: “La fe nos permite creer que los milagros pueden ocurrir, que siempre hay que tener esperanza”: Por ejemplo, una vez cuando pasaba por una etapa de profunda soledad debido a la depresión, un pichón de paloma herido llegó donde yo vivía y a través de ayudarlo pude salir de la soledad.(…) Una vez cuando se quemó mi casa, milagrosamente encontré los documentos importantes intactos en los escombros.
QUINTA SESIÓN: CORRECCIÓN Y ADICIONES AL DOCUMENTO COLECTIVO Una vez realizado un primer borrador del documento colectivo, redactado con el material recolectado en la tercera y cuarta sesión, en la quinta sesión se presentó y se hizo lectura en voz alta del documento colectivo. Este es un paso muy importante y característico de la metodología de los documentos colectivos (Denborough, 2008, pág. 39), pues el leer de vuelta el documento a los participantes permite
chequear si éste describe de manera precisa y vívida las habilidades especiales y los conocimientos. Es importante durante este momento generar un contexto donde los participantes tengan la posibilidad de hacer cualquier cambio o adición al documento, puesto que buscamos no imponer nuestra visión de sus habilidades y conocimientos, sino generar un documento que los represente. En este caso, varios participantes del grupo estuvieron de acuerdo que “Nuestra Fe” era uno de los elementos que querían enfatizar, por la esperanza que traía a sus vidas. Al preguntar de qué manera podríamos lograr que aquellos que leyeran el documento notaran lo importante que la “Fe” es para ellos, los participantes propusieron que tal vez la inclusión de más experiencias podría ilustrar de mejor manera lo significativo que es en sus vidas. En consecuencia colaboramos en el escuchar y desarrollar más historias respecto de “Nuestra Fe”
SESIÓN FINAL: LECTURA DEL DOCUMENTO COLECTIVO Y ENTREGA DE DIPLOMAS PERSONALIZADOS La sexta y última sesión fue cuando tuvo lugar la lectura final del documento colectivo, ya corregido por los participantes y también se entregaron diplomas personalizados a cada uno de los participantes. Tal como fue planteado anteriormente, al poner en la práctica esta metodología buscamos la generación de Communitas, un sentido compartido de unidad, pero también es importante evitar el efecto homogeneizante que puede tener el privilegiar las habilidades y conocimientos que aparecerán en el documento colectivo, pues se corre el riesgo de invisibilizar las particularidades de cada persona, su historia personal que representa una experiencia única y diversa de lidiar con los efectos de la depresión. Por esta razón, los diplomas personalizados pueden cumplir el papel de rescatar las historias, habilidades y conocimientos particulares que pueden haber sido dejados de lado en el documento colectivo y que, sin embargo, caracterizan y distinguen la historia de esa persona.
17 La lectura final del documento colectivo fue realizada durante una “convivencia”. Una convivencia es una instancia de compartir, muy propia de nuestra cultura, donde un grupo de personas se reúnen y hacen una pausa para compartir y disfrutar tomando té o café y comiendo galletas o pasteles. El espacio de la convivencia permite el poder reflexionar sobre lo realizado por el grupo humano que se reúne, en un ambiente de confianza y respeto. De esta forma, la lectura del documento colectivo puede ser vista como un ritual oral que permite el recontar ceremonial (White 2002a) de aquellos que han contribuido a la creación del documento colectivo. El documento colectivo fue leído en voz alta, luego de haber pedido la palabra durante la convivencia, pasando a revisar las habilidades y conocimientos que los habían sostenido en los momentos difíciles (ver anexo de Documento Colectivo), de manera solemne y ceremonial, dando paso a la entrega de los diplomas personales. La lectura en voz alta y la entrega de de diplomas en el trabajo grupal tiene el propósito de documentar los saberes alternativos, aquellos conocimientos que representan las maneras de oponerse a la influencia de la depresión y certifican y valoran su habilidad para poder contribuir y apoyar a otros que estén pasando por las mismas o similares dificultades. Es por esto que el documento colectivo y los diplomas pueden ser considerados como documentos alternativos pues su uso pretende socializar y presentar a un público amplio esta nueva relación con el problema (White, M. & Epston, D., 1993). A continuación presento un ejemplo de diploma individual:
Con el objeto de poder compartir en un ambiente de escucha respetuosa y de rico desarrollo de las historias y experiencias, utilicé el mapa de la ceremonia de definición (White, M., 2007). Este mapa provee la opción de contar o enactuar las historias de las vidas de las personas frente a una audiencia cuyos participantes tienen luego la posibilidad de recontar lo que han escuchado. El uso de este mapa busca evitar las prácticas contemporáneas de interpretación y evaluación profesional o de ofrecer consejos o historias moralizadoras, prácticas que pueden implicar la censura en función de normas socialmente construidas o el etiquetamiento de las personas como incompetentes (Ibíd.). Este trabajo implica a los participantes en conversaciones sobre las expresiones que les llamaron la atención, sobre las imágenes que estas expresiones evocaron, sobre las experiencias personales que resonaron con estas expresiones y con el sentido de cómo sus vidas han sido tocadas por las expresiones. El uso del mapa de la ceremonia de definición abrió la oportunidad de poder dialogar y poder recontar la experiencia del trabajo grupal, de escuchar y recibir el documento colectivo entre los participantes.
RESPUESTAS FRENTE AL TRABAJO GRUPAL Y AL DOCUMENTO COLECTIVO La respuesta al documento fue satisfactoria, asomaron algunas lágrimas, y los participantes contaron que el significado de aquellas era de felicidad y emoción por lo escuchado. La Señora Ana María P., por ejemplo expresó: “Participar fue como descubrir un tesoro que existía aquí mismo donde yo estaba viviendo. ¡Conocer mejor a mis vecinas y saber que no estoy loca! ¡Que no estoy loca! Que no soy la única que se siente así y que hay varias personas que luchan también por sentirse mejor. (…) Escuchar mis propias palabras en el
18 documento fue emocionante porque me acordé de ese momento y me sentí contenta.” La señora María R. compartió: “Estar aquí me hizo sentir que valgo y que tengo harto que contar. Me hizo acordarme de cuando recién llegamos a la población, cuando yo era re‐joven, y nos dimos cuenta que muchas de las cosas que nos sirven para parar a la depresión vienen de esa época. (…) Al escuchar el documento me dieron ganas de compartirlo con todas las personas del barrio, porque creo que hay algunos a los cuales les puede servir para dejar de sentirse bajoneados.” Melicia M. dijo: “Aquí me di cuenta que compartimos varias formas de “torcerle la mano” a la depresión. Este documento me va ayudar a recordar y a recordarle a otros que no nos la va a ganar, porque estamos todos aliados aquí ¡jajá!. Cada vez que esté triste puedo mirar esta cartita y me acordaré de todas las cosas que nos ayudan” Para finalizar el trabajo grupal, cada participante recibió su diploma personalizado y una copia del documento colectivo, así como la invitación a seguir participando del grupal que felizmente continuó reuniéndose en formato de grupo de auto‐ayuda coordinado por los propios participantes y auspiciado por el Centro de salud primaria. Se extendió además la invitación para participar en los programas de actividades que ofrece la ciudad de Viña del Mar para adultos mayores.
RELEVANCIA DE LAS PRÁCTICAS NARRATIVAS COLECTIVAS EN LAS METODOLOGÍAS DE APOYO PSICOSOCIAL La literatura tradicional y los enfoques propuestos de intervenciones grupales comunitarias se han enfocado en la psicoeducación y la reparación de los errores en el pensamiento que mantienen estas pautas de comportamiento asociado a la depresión según la psicopatología y el enfoque cognitivo (Ministerio de Salud. Unidad de Salud Mental, 2001). Esta tradición que se inserta en una visión modernista, asevera que las intervenciones son neutrales y las caracteriza como herramientas generadas por expertos para volver a un estado de normalidad a sujetos que han sido incapaces de adaptarse a situaciones que varían desde el desajuste químico cerebral hasta estresores de carácter psicosocial. La propuesta narrativa colectiva difiere de esta visión tradicional e involucra una posición reflexiva respecto de nuestro trabajo. Al interesarnos en disminuir los efectos de la depresión en la vida de las personas adultos mayores mediante un enfoque comunitario, todas las acciones emprendidas, tanto evaluaciones como intervenciones, tienen efectos importantes en las vidas de aquellos a quienes deseamos ayudar (White, M. & Epston, D. 1993, págs. 185‐187). Las evaluaciones y las intervenciones pueden tener incluso efectos negativos en las personas. Estos efectos negativos incluyen la minimización de las habilidades de resistencia, las esperanzas y los valores, así como la estigmatización, la psicopatologización mediante el diagnóstico y el tratamiento, efectos que se ven sostenidos por una visión de sujeto deficitario que perfila una relación de reparación, en vez de una colaborativa. Como plantea Vanessa Pupavac (2002) las políticas y metodologías de apoyo psicosocial pueden instaurar un “gobierno terapéutico” que puede tener el efecto de “no sólo minimizar y desempoderar las formas de responder de las comunidades, sino que también las
19 comunidades mismas son patologizadas como disfuncionales y deslegitimizadas políticamente”. De esta manera sea hace crítico el desarrollo e implementación de políticas y metodologías que le den voz y fortalezcan las comunidades, sus habilidades y conocimientos, y que busquen evitar el “gobierno terapéutico”. Las prácticas narrativas colectivas son un esfuerzo encaminado a este objetivo y presentan la oportunidad de trabajar con los recursos de las propias comunidades permitiendo a las personas contar sus historias en formas que los hagan más fuertes (Wingard, D. & Lester, J., 2001), reconociendo la capacidad para realizar una contribución a otros que también puedan estar experimentando momentos difíciles pues la experiencia de realizar una contribución mantiene y genera esperanza. El uso de documentos colectivos está informado por los planteamientos de las prácticas narrativas que se pronuncian de manera crítica frente al retrato de las personas como sujetos pasivos que reaccionan ante determinadas fuerzas y que se encuentran a la espera de ser “reparados” o “corregidos”. De manera significativa, las prácticas narrativas están guiadas por el concepto de “agencia personal”. Esta visión comprende a las personas como activos mediadores y negociadores de los significados, tanto a nivel individual como en colaboración con los demás. El trabajo desde las prácticas narrativas visualiza a las personas viviendo sus vidas de acuerdo a intenciones que abrazan en la búsqueda de lo que consideran valioso. Las personas son vistas como protagonistas y participantes en su propio mundo, como forjadores activos de los proyectos y los futuros que desean para sus vidas (White, M. & Epston, D. 1993).
COMENTARIOS FINALES En el presente artículo he revisado las condiciones contextuales en las cuales se planteó el presente trabajo grupal, las características del problema que motivó la creación del trabajo grupal. Posteriormente he descrito brevemente la historia de la Población Glorias Navales, las características de la intervención y las preocupaciones y consideraciones que
guiaron la implementación. A continuación se describió la metodología y la implementación por sesiones para pasar a exponer los temas relevantes que surgieron a partir de las preguntas planteadas sobre las habilidades y conocimientos y su historia y raíces locales. Luego se describió el cierre y algunas de las impresiones sobre el trabajo grupal y el documento colectivo. Para finalizar se revisó el potencial que pueden tener las prácticas narrativas colectivas en el dar voz y trabajar con los recursos de las propias comunidades. Personalmente fue un honor el poder tener acceso a la sabiduría de las historias de los adultos mayores que participaron en el presente trabajo grupal, una emoción el poder visualizar como se iban desarrollando los relatos y cómo se daba voz a los conocimientos arraigados en una historia local tan dramática y a la vez tan llena de resistencia y fortaleza. Dada la cantidad de material generado durante las fructíferas e interesantes conversaciones durante las sesiones del trabajo grupal fue un trabajo difícil el identificar temas y asegurarse el no dejar fuera experiencias relevantes e historias importantes. El rol del profesional en este sentido es vital en la facilitación del desarrollo de estas historias y en el rescate de las habilidades y conocimientos, así como en la creación de un contexto que permita el desarrollo y el dar voz a los saberes alternativos y no a la imposición del saber experto. Es de esperar que el presente artículo sirva de estímulo para la creatividad y la valentía para los profesionales que realizan intervención de carácter psicosocial, particularmente en atención primaria de salud, quienes muchas veces se desempeñan en contextos donde las intervenciones que se proponen coartan su capacidad creativa y los convierten en ejecutores pasivos del aparato tecnocrático de la administración del riesgo psicosocial. Ante las constantes llamadas de creatividad y de metodologías respetuosas y enfocadas en los recursos de las comunidades, las prácticas narrativas colectivas pueden presentar una alternativa frente al abordaje desde modelos que
20 suponen un trabajo de adoctrinamiento racional que promueve una psicología y una ética de la individualidad.
Moreland Community Health. (2008) Cocoons and butterflies. Brunswick: Moreland Community Health.
Espero que el presente artículo y el documento colectivo que lo acompaña, permita la contribución a otras comunidades o individuos que estén pasando por dificultades similares, así como también incentive a la implementación de estas prácticas colectivas en diferentes contextos.
Pupavac, V. (2001) Therapeutic governance: Psycho‐ social intervention and trauma risk management. Disasters, 25(4), 358‐372.
REFERENCIAS Denborough, D. (2008) Collective Narrative Practice. Responding to individuals, groups, and communities who have experienced trauma. Adelaide: Dulwich Centre Publications.
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ANEXO: DOCUMENTO COLECTIVO Reclamando nuestras vidas de la influencia de “la depresión” Las formas en que hemos respondido a los momentos difíciles. Historias de resistencia de los Adultos Mayores de Glorias Navales, Viña del Mar. Taller de Depresión en el Adulto Mayor 2009 Hemos recopilado aquí algunas historias sobre lo que nos sostiene durante los momentos difíciles. Dado que algunos hemos vivido y experimentado la depresión en nuestras vidas hemos encontrado maneras de responder a las dificultades y los efectos de la depresión. Hemos incluido aquí algunas de las cosas que nos dan fortaleza y nos han ayudado a recuperar nuestras vidas de la depresión. Esperamos que este documento sea de ayuda para otras personas, ya sea de nuestra población, de nuestro país o del resto del mundo. Hablar y recurrir a nuestros seres queridos Durante los momentos difíciles en los que la depresión hace que perdamos las ganas de seguir adelante y nos empuja a encerrarnos y aislarnos, algunos de nosotros hemos descubierto que estar junto a nuestros seres queridos, ya sean amigas, amigos o familiares, nos ha ayudado a seguir adelante dándonos esperanza. Escuchar a otros en sus problemas y contar los nuestros, ha hecho que nos acerquemos y que estemos más unidos como familias y como amigos. Para algunos de nosotros ha sido muy importante el darnos cuenta que no somos los únicos a los que ataca la depresión, el escuchar y compartir con otros nos ha ayudado a darnos cuenta que no estamos locos. Por ejemplo, cuando pasé dificultades por quedarme sin trabajo, mi familia me escuchó, nos unimos y me apoyaron, lo cual hizo la diferencia. Así también, cuando algunos hemos podido participar en las juntas de vecinos o en grupos de Adulto Mayor nos hemos dado cuenta que no somos los únicos afectados por la depresión, lo que nos ha permitido unir fuerzas para reducir la influencia de la depresión en nuestras vidas y sentirnos escuchados. Este conocimiento viene a veces de nuestros padres, a veces de nuestra propia familia o amigos, quienes nos han apoyado cuando más lo necesitamos. Cuando llegamos a vivir al Campamento Presidente Salvador Allende (ahora Glorias Navales) fue difícil al comienzo, pero nos ayudamos entre todos y luchamos por nuestro derecho a ser feliz y tener nuestras casas. En aquellos tiempos recurrimos a nuestras familias y nuestros amigos para hablar y compartir nuestros problemas y ser escuchados. En los momentos difíciles, ha sido muy importante para nosotros estar juntos y hablar con nuestros seres queridos. Compartir con los demás, en organizaciones comunitarias. Muchos de nosotros hemos participado en organizaciones comunitarias y algunos hemos encontrado allí mucha ayuda y fortaleza en los momentos difíciles. Compartir con los demás y realizar actividades ha sido muy importante porque algunos hemos encontrado apoyo, palabras de aliento y hacemos cosas que nos ayudan a olvidar y a dejar de lado la depresión, trayendo felicidad a nuestras vidas. Cuando nos reunimos en los grupos del Adulto Mayor hacemos las cosas que nos gustan y nos sentimos valorados. Cuando sentía que había perdido las ganas de seguir adelante por culpa de la depresión, una vez me invitaron a cantar y a recitar poesía en una celebración de grupos del Adulto Mayor, participé y me
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sentí valorada, sentí que todavía estoy valiendo. Para algunos de nosotros es muy importante saber que todavía estamos valiendo, nos hace sentir mejor y nos ayuda a seguir adelante. Esta manera de combatir la depresión nos ha acompañado desde que llegamos a nuestra población y comenzamos a organizarnos para tener acceso a los servicios básicos que necesitábamos. Especialmente los templos y las parroquias han significado mucho para algunos de nosotros cuando la depresión nos ha golpeado fuerte, ayudándonos espiritualmente y apoyándonos en nuestra fe. Para algunos de nosotros la fe en Dios nos ha dado fortaleza para continuar, para no dejar que la depresión siga influyendo en nuestras vidas. Una vez que me encontraba desesperanzada y sin ganas de seguir viviendo, me encontré con el pastor de mi templo, fue como un milagro y después de ese encuentro la comunidad de mi templo me apoyó, me ayudó a salir adelante y a debilitar la depresión. Honrar la memoria de nuestros seres queridos Muchos de nosotros hemos perdido a nuestros seres queridos, algunos a nuestros familiares más cercanos, otros a nuestros amigos, otros incluso hemos perdido a nuestros maridos, nosotros hacemos todo lo que podemos para recordarlos y honrarlos. Perder a nuestros seres queridos nos trae mucho dolor, sin embargo hemos encontrado gran consuelo en recordarlos, especialmente en recordar cómo fueron los buenos momentos y los valores que nos dejaron. Cuando recuerdo a mi marido con otros o personalmente, me trae gran tranquilidad y felicidad recordar los buenos momentos y el mensaje que nos dejó sobre vivir la vida y estar contentos. A veces recordar y honrar a nuestros seres queridos significa llorar también, sentimos que está bien llorar, pues esto nos recuerda lo importante que fueron en nuestras vidas y que lo siguen siendo aún, es por esto que a veces los recordamos y honramos llorando. Ayudar a otros y ayudarnos en nuestros seres queridos Para algunos de nosotros ha sido muy importante la ayuda que nos han prestado y la ayuda que nosotros hemos prestado también, ambas nos hacen sentir valiosos y queridos, lo que hace que disminuya la influencia de la depresión y nos protege de nuevas embestidas. Algunos hemos hallado que nos sube el ánimo y nos alegra a pesar de los momentos difíciles. Hace poco tuve un accidente y me caí afuera de la Junta Vecinal, sin embargo muchos amigos vinieron a ayudarme y a ver si estaba bien, lo que me hizo sentir valorada. Esto es un ejemplo de cómo nos ayudamos entre nosotros. Ayudamos a otros y ellos nos ayudan a nosotros, esto nos hace más fuertes a todos, sobre todo más fuertes para resistir la depresión. La historia de este valor de ayudarnos entre todos también se remonta a los tiempos cuando se fundó la población Presidente Salvador Allende (actual Glorias Navales), al principio fue muy difícil pues era difícil conseguir los servicios básicos, pero nos organizamos y ayudamos entre todos, recolectando dinero y haciendo los trámites necesarios. Para protegernos de la delincuencia al principio organizábamos rondas nosotros mismos para cuidarnos. Para nosotros es muy importante el ayudar y ser ayudados por otros, es algo que nos ha acompañado durante mucho tiempo, nos gusta y nos sentimos valorados al hacerlo Hacer lo que nos gusta y compartirlo con otros Hacer lo que nos gusta es una de las actividades que tiene más efectos en dejar de lado la depresión y remplazar su influencia por buen ánimo. El baile, la poesía, el canto, las artesanías, manualidades y el tejido son algunas de las actividades que disfrutamos y que nos ayudan a hacer retroceder a la depresión. Me gusta mucho la cocina, esto lo aprendí desde pequeña pues tuve que cocinar
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para mis hermanos, al cocinar me relajo y disfruto con lo que cocino, especialmente cuando puedo cocinar para otros. Para algunos de nosotros es especialmente valioso el poder compartir lo que hacemos, es otra forma de sentirnos valorados y eliminar la influencia que pueda tener la depresión en nuestras vidas. Cuando escribo me desahogo y me siento liberada de la influencia de la depresión y puedo soñar y contar las cosas que me suceden. Esta habilidad ha venido a veces de nuestros padres, otras veces de nuestra participación en actividades en nuestros colegios; para algunos de nosotros escribir es algo muy placentero y que nos ayuda a combatir la depresión. Recordar los buenos momentos Como adultos mayores, hemos vivido muchas experiencias y tenemos mucho que contar, momentos buenos y momentos tristes. Para algunos de nosotros ha sido y es muy importante el poder recordar los buenos momentos, las buenas experiencias de nuestras vidas y poder ser escuchados. En nuestra experiencia, esto trae felicidad tanto a nosotros como a quienes nos escuchan, haciendo que la depresión disminuya sus efectos. Cuando recuerdo los tiempos en que trabajaba en un Hotel y los buenos momentos que pasé trabajando allí, me siento contenta y vuelvo a sentir la felicidad y a tener buen humor, recordando las bromas y los buenos momentos. Esto ha sido especialmente importante para algunos de nosotros, nos ha ayudado a combatir la depresión contando anécdotas a quienes estén dispuestos a escucharlas. Este conocimiento viene de nuestra costumbre de reunirnos en familia y de reunirnos para celebrar con amigos. Para nosotros es importante y fortalecedor recordar los buenos momentos. Nuestra Fe Apoyarnos en nuestra Fe y creer, nos ha otorgado esperanzas y nos ha ayudados a muchos de nosotros. Los efectos y la influencia de la depresión disminuyen gracias a nuestra Fe.. Por ejemplo, una vez cuando pasaba por una etapa de profunda soledad debido a la depresión, un pichón de paloma herido llegó donde yo vivía y a través de ayudarlo pude salir de la soledad. Una vez cuando se quemó mi casa, milagrosamente encontré los documentos importantes intactos en los escombros. Algunos de nosotros hemos tenido experiencias milagrosas, casi inexplicables, que nos han ayudado en momentos difíciles gracias a que creemos en algo superior. En nuestra cultura hay dichos al respecto, por ejemplo “la fe mueve montañas”. Este conocimiento ha venido muchas veces de nuestros padres y de algunas buenas personas que nos han ayudado a creer y tener fe. Para algunos de nosotros es muy valiosa nuestra Fe y el creer, puesto que nos ayuda a superar los momentos difíciles y a recuperar nuestra vida de la influencia de la depresión.
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EL ÁRBOL DE LA VIDA EN MARISCADERO1, PELLUHUE, CHILE: UNA RESPUESTA NARRATIVA COMUNITARIA A LOS EFECTOS DE HABER VIVIDO Y SOBREVIVIDO AL TERREMOTO Y TSUNAMI DEL 27 DE FEBRERO DEL 20102. Francisco Jorquera Santis3 RESUMEN En este texto se describe la experiencia del Taller del “Árbol de la Vida”, un tipo de prácticas narrativas en ambientes comunitarios, que busca dar respuesta a los efectos adversos en las vidas de aquellas personas que han vivido y sobrevivido a experiencias de trauma, en este caso, con las personas afectadas de la Junta de Vecinos del Mariscadero, Comuna de Pelluhue, por el terremoto y posterior tsunami del veintisiete de febrero del 2010 en Chile. Palabras Clave: Prácticas Narrativas, Experiencias de trauma, Ambientes comunitarios
AGRADECIMIENTOS Y RECONOCIMIENTOS Aunque la autoría de este artículo sea de una sola persona, el trabajo descrito en estas líneas se debe a un trabajo colectivo, donde confluyeron varias voluntades con un objetivo común: Ayudar y apoyar a las personas que fueron afectadas por el terremoto y tsunami del centro sur de Chile, el veintisiete de febrero de 2010. En primera instancia agradezco a todas las personas que participaron del taller y que compartieron parte de sus vidas conmigo y con quienes colaboraron en realizar la experiencia. Agradezco también a Bárbara Bodelón4, Walle Olivé5, Pía Herrera6, Julio Guitiérrez7, María Paz Silva8 y Orlando Lona9 por su participación, apoyo y colaboración en la realización del taller10. Reconozco en este texto la fuerza y conciencia social de todas las personas que viajaron de voluntarios a ayudar a nuestros compatriotas, especialmente a aquellos que viajaron junto a nosotros desde Olmué. También
1
Mariscadero es un pueblo pesquero y turístico, de unos mil habitantes aproximadamente, distante a un kilómetro del pueblo y capital comunal Pelluhue. Ambos distantes a unos cincuenta kilómetros del epicentro del sismo. 2 En memoria de Rodrigo Vidal Verdugo y de todas y todos quienes partieron el veintisiete de febrero de 2010. QEPD. 3 Psicólogo. Postítulo en Intervención en Violencia Intrafamiliar y Abuso Sexual Infantil. Universidad de Valparaíso. 4 Estudiante de Psicología. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. 5 Estudiante de Psicología. Universidad de Valparaíso. 6 Nutricionista. Universidad de Valparaíso. 7 Estudiante de Psicología. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. 8 Estudiante de Educación Diferencial. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. 9 Estudiante de Música. Escuela Moderna de Música. 10 Antes de emprender viaje realizamos un breve entrenamiento en el enfoque narrativo, enfatizando en la intención del taller y el valor de la psicología popular, las habilidades y conocimientos de las propias comunidades.
25 reconozco la colaboración de varias organizaciones comunitarias y voluntarios de Limache, Quillota y Olmué11 que aportaron para concretizar el viaje.
11
Olmué, Limache y Quillota son comunas de la Región de Valparaíso, Chile, distantes a unos cincuenta kilómetros de la capital regional Valparaíso.
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CONTEXTO HISTÓRICO Veintisiete de Febrero del dos mil diez. Tres de la mañana con treinta y cuatro minutos. Comienza a sentirse un estruendo proveniente de la tierra. Mucho movimiento, gritos y saltos. Las cosas se caen y se corta la luz. Para muchos: el primer terremoto de nuestras vidas. El dolor, el miedo y la muerte visitaron nuestro país y embargaron muchos de los corazones de nuestros amigos, amigas, familiares, vecinos y compatriotas. La destrucción dejó una huella no solo en las calles, playas y vecindarios de varios pueblos del centro sur, sino que también, en las vidas de todos nosotros. Tres días después del terremoto, Pedro Olivares, un viejo amigo, me propone iniciar una campaña en ayuda de las personas que fueron afectadas por el tsunami en el sur. Comenzamos rápidamente a contactarnos con las Juntas de Vecinos de la Comuna de Olmué, iglesias, clubes de adulto mayor, entre otras organizaciones comunitarias con el fin de recolectar ropa de abrigo, ropa de cama, colchones, carbón, juguetes y alimentos no perecibles. Luego de conocer de la muerte de un amigo y ex compañero de colegio, a raíz del tsunami, posterior al terremoto, y de las condiciones a raíz de la catástrofe, decidimos viajar a la localidad de Mariscadero en la Comuna de Pelluhue. Posteriormente logramos contactarnos, vía telefónica, con dos personas del sector: La señora Rosa Alvear y don Luis Pérez, Presidente de la Junta de Vecinos de Mariscadero, quienes nos informaron sobre las consecuencias del desastre, tanto a nivel material como humano. Emprendimos viaje cuarenta y seis voluntarios con la intención de echar una mano a las personas que sobrevivieron al terremoto y tsunami, desde la remoción de escombros, entrega de alimentos y otros víveres, así como realizar intervención médica y psicosocial. Con respecto a la intervención psicosocial, pensé rápidamente en “El Árbol de la Vida”, por la historia de
cómo nació esta herramienta y en los contextos que había sido utilizado18. Cuando llegamos a Mariscadero, pudimos constatar las consecuencias de la catástrofe: La línea costera de viviendas totalmente destruida, afectando a más de veinte familias, la destrucción de un estadio de fútbol, puentes, viviendas y caletas destruidas en el pueblo de Pelluhue, y la pérdida de la municipalidad y consultorio médico ubicados en el pueblo de Curanipe. Lo anterior a nivel material. No obstante las pérdidas de vidas humanas sobrepasaron las treinta personas, sin olvidar los efectos producto de la experiencia de vivir y sobrevivir al terremoto y tsumani de los sobrevivientes. La señora Rosa Alvear consiguió un terreno donde pudimos acampar los cuatro días que estuvimos en el sector. Ese mismo día nos reunimos con don Luis Pérez, Paola Becart 19 y Anita Recabal 20 , para coordinar las acciones de remoción de escombros, la entrega de alimentos no perecibles, colchones para camas, sacos de harina, etc. y poder realizar el Taller del “Árbol de la Vida” en el sector de Mariscadero. Para ello, nos facilitaron la sede de la junta de vecinos, donde pudimos realizar el taller.
¿QUÉ ES EL ÁRBOL DE LA VIDA? Tuve la oportunidad de conocer a David Denborough en el otoño del 2009, en un taller de prácticas narrativas en ambientes comunitarios organizado por la Escuela de Psicología de la Universidad de Valparaíso, y a través de él, conocer el Taller del “Árbol de la Vida”. El Taller del “Árbol de la vida” fue desarrollado por Ncazelo Ncube, David Denborough y el Dulwich Centre Foundation21, con niñas y niños sobrevivientes del genocidio tras la guerra en Rwanda. El Árbol de la Vida es un trabajo que se realiza con grupos de personas que han vivido experiencias de trauma. A pesar de su origen, 18
Explicitado en el apartado: “¿Qué es el árbol de la vida?” 19 Asistente Social. Departamento de Educación. I. Municipalidad de Pelluhue. 20 Funcionaria administrativa. Departamento Social. I. Municipalidad de Pelluhue. 21 Adelaide, Australia.
27 el taller, con el tiempo, se ha ampliado al trabajo con adultos, personas con diagnósticos psiquiátricos, adultos mayores, etc. A la fecha, he tenido la oportunidad de realizar el taller con cuidadores de pacientes inmovilizados del Centro de Salud Familiar “Manuel Lucero” de Olmué y con un grupo de mujeres del Centro artístico y recreativo “Sol Naciente” de El Venado, también en Olmué. El Taller del “Árbol de la Vida” corresponde a un tipo de práctica narrativa, comunitaria, informada por los aportes de Michael White en torno a las respuestas narrativas al trauma. Desde el enfoque narrativo, el taller permite hablar acerca de la experiencia traumática de manera indirecta y externalizada de las personas, enfatizando las maneras en que las personas han respondido y le han ganado terreno a los efectos adversos de la experiencia traumática, individual y colectivamente, enriqueciendo la identidad de las personas, ya sea a nivel individual como colectivo. Además el taller evita el etiquetamiento de las personas y por lo tanto, la retraumatización. El proceso del Taller del “Árbol de la Vida” se realiza en cuatro etapas: La primera etapa consiste en El dibujo y construcción individual del árbol, en donde se dibuja el árbol 22 y se identifican aquellos relatos alternativos, preferidos por las personas, enfatizando en la historia familiar y local, las actividades preferidas, las habilidades y conocimientos, sueños, anhelos y expectativas, valores y personajes relevantes y significativos de aquellos relatos elegidos por las personas. La segunda etapa consiste en Cuando llega la tormenta.: Aquí se genera una conversación acerca de las amenazas, secuelas, dificultades, problemas y sus respuestas, para dar paso a la tercera etapa: La construcción colectiva del bosque de la vida, paso en donde se unen los árboles de la vida en un solo bosque, creando el efecto de unidad y de comunidad, respetando a su vez, la individualidad de cada persona, como forma de respuesta a las amenazas, secuelas, dificultades y problemas. La última etapa consiste en la entrega de Certificados y celebración. No obstante, cómo este taller 22
En esta etapa podemos ver la influencia del ambiente en donde viven las personas. La gente de Olmué dibuja árboles en forma de boldos y peumos, mientras que la gente de Mariscadero dibuja árboles en forma de pinos insigne.
se generó y realizó a raíz de una contingencia, no hubo celebración ni certificación. Por lo tanto, decidí darle una variante al taller, tomando en cuenta lo propuesto por Bárbara Myerhoff23 con respecto a las ceremonias de definición las cuales pueden reunir a un amplio público para la presentación de nuevos relatos, constituyendo autodefiniciones colectivas dirigidas específicamente a un público que de otra forma no estaría presente. A esta etapa la he llamado “Construcción del Testimonio Histórico” el cual consiste en tomar las palabras textuales de las personas con respecto a aquellos relatos alternativos, que están fuera del campo de influencia de los efectos adversos del trauma, y que obedecen al mismo orden en que se desarrollan las etapas anteriores del taller. Por lo tanto, el “Testimonio Histórico” es el resultado del taller. Éste, es escrito en versos, con la intención de que sea leído en voz alta, respetando el ritmo en que lo dijeron las personas24. El documento, incluso, puede ser recitado, incluso musicalizado25. El documento tiene cuatro efectos concretos: Genera la conciencia de que la misma comunidad tiene las herramientas para superar los problemas y los efectos negativos, de éstos, en sus vidas. Por lo tanto los hace responsables de sí mismos. Por otro lado genera un conocimiento de relevancia local26, con respecto a cómo superar los problemas, conocimiento el cual le puede ser útil a otras comunidades y personas en otros lugares del mundo con problemas, a superar, similares. Además no solo contribuye a la supervivencia, consolidación y permanencia de nuevos significados, sino también a la constante revisión de los relatos, y por lo tanto, significados, preexistentes, proceso el cual llamo “re‐co‐ construcción constante”.
DESCRIPCIÓN DE LA EXPERIENCIA 23
Citada en “Medios Narrativos para Fines Terapéuticos”. Michael White. 1980. Australia. 24 Similar a la Fase de Microanálisis del Enfoque de Análisis Narrativo propuesto por John McLeod. 25 Relacionado con lo que dice Víctor Turner (Citado en Michael White, 1980) con respecto a que los nuevos relatos y significados pueden plasmarse a través, no solo de documentos escritos, sino que también pueden dibujarse, pintarse, recitarse e incluso musicalizarse. 26 Vinculado con el concepto de “Conocimiento Local” de Clifford Geertz.
28 Partimos explicando lo que haríamos en el taller, enfatizando en que conversaríamos acerca de cómo hemos ido haciendo frente a los efectos negativos del terremoto y tsunami, ya sea a nivel individual, familiar y colectivo. Continuamos explicando la importancia de la historia local y de los valores que nos mantienen unidos para resistir y superar las adversidades que se nos presentan en la vida. Posteriormente, para lograr un mayor vínculo del equipo y las personas participantes del taller, conversamos acerca de cómo fue que llegamos todos a estar compartiendo en ese momento en la sede de la junta de vecinos, a través de la “Línea del tiempo”. A través de esta dinámica nos fuimos conociendo y entendiendo que a pesar de vivir realidades disímiles, por diversas razones, principalmente geográficas, socioeconómicas y etarias, todas y todos estábamos en ese minuto trabajando por un objetivo común: Hacer frente a las consecuencias de la catástrofe vivida y salir adelante. Todas y todos escribimos en una hoja pequeña de papel el año en que se inició nuestra historia y se pegaron juntas en una sola flecha que simbolizaba nuestra unión como grupo de personas.27. Posterior a ello pasamos a la primera etapa, propiamente tal, del taller: Dibujo y Construcción del Árbol. Partimos dibujando todos juntos un árbol en una hoja de papel28. Iniciamos esta etapa con la tierra y las raíces del árbol. La conversación estuvo guiada por las siguientes preguntas29: ¿Cómo fue que llegamos a vivir en Mariscadero?, ¿De dónde provenían nuestros ancestros?, ¿Existe alguna tradición que hayamos heredado de nuestros padres y abuelos y que aún practiquemos?, ¿Qué valores se ven reflejados en estas actividades?, ¿Existe algún tipo de música en especial, plato favorito, etc. que nos identifique con nuestra 27
Un extracto de una de esas historias es expuesta al inicio del documento colectivo. 28 Creo que es la forma más apropiada de comenzar, puesto que hay muchas personas que se sienten incapaces de dibujar, por lo que lo vamos dibujando y pintando por parte, todos a la vez. También explicito desde un comienzo que si alguien tiene dificultades para escribir me pida ayuda para así echarle una mano. Esto último, considerando que varias personas no saben leer ni escribir. 29 Las respuestas a estas preguntas son varias. Y el espacio para que este artículo sea publicado es acotado. Por lo que solo explicitaré las preguntas guías. Las respuestas las podrás encontrar implícitamente, y algunas veces explícitamente, en el Testimonio Histórico expuesto al final.
historia familiar?. Estas preguntas nos fueron útiles para hablar acerca de los valores y tradiciones que compartimos con nuestros ancestros, y que desde antaño, las personas han escrito y contado relatos acerca de superaciones de diferentes problemas30. Esto lleva a la conexión entre los participantes del taller, sus familias y ancestros. Posteriormente dibujamos en conjunto el tronco del árbol, en donde conversamos acerca de las cosas que nos gusta hacer, lo cual nos lleva a hablar acerca de nuestras habilidades y conocimientos, a lo que nos dedicamos día a día, etc. Las preguntas que guían esta conversación se formularon con la intención de verbalizar aquellos relatos alternativos, que se han invisibilizados por los efectos adversos de la experiencia traumática, pero que escapan a su influencia directa. Algunas de aquellas preguntas fueron: ¿Qué nos gusta hacer?, ¿A qué nos dedicamos a diario?; todas y todos tenemos habilidades para varias cosas y que no necesariamente son comunes a todos, no obstante pueden ser complementarias, ¿cuáles son nuestras habilidades? 31 , ¿para qué somos buenos?, quizás descubramos “habilidades detalle” 32 que no nos habíamos percatado de que existían, ¿cuáles podemos identificar?. Después de escuchar aquellos relatos vinculados con las habilidades y conocimientos que poseen las personas, y que se vinculan con formas de hacer frente a los problemas que han surgido a raíz de la catástrofe, continuamos conversando acerca de los sueños, anhelos, expectativas y esperanzas que nos mueven a seguir marchando por la senda de la vida. Estas preguntas 30
Un hombre de avanzada edad, contó sobre como superaron los problemas acarreados por la seguidilla de sismos entre marzo y junio de 1960 en la zona centro sur del país, donde el de Valdivia, de 9.5º escala de Richter fue el más poderoso registrado a la fecha en la historia de la humanidad; así como relatos relacionados con el terremoto de 1985 que afectó a toda la zona central del país. 31 También pregunté por conocimientos, los cuales estaban vinculados con los oficios de las personas como pescar, cocinar, construir, etc. 32 Les llamo “habilidades detalle” a aquellas habilidades que pasan desapercibidas en nuestras vidas y en nuestras relaciones, como la habilidad de escuchar a los demás, de sacarle una sonrisa a las personas cuando están embargadas por la tristeza, etc.
29 tienen relación con que no solo significamos los eventos vividos en relación a hechos pasados, sino que también a hechos que esperamos que sucedan o no a futuro33, y que en cierta medida orientan la dirección de nuestras vidas: ¿Qué eventos esperamos sucedan a futuro?, ¿Cuáles son los sueños y esperanzas que nos mueven a marchar por la senda de la vida?, Si sucedieran aquellas cosas que esperamos como de milagro, de la noche a la mañana, ¿cómo nos daríamos cuenta de aquello?34
Ya al tener avanzado el árbol, dibujamos hojas, flores, y frutas en nuestros árboles. Les explicamos a las personas que su árbol podía tener lo que ellas y ellos desearan, polifrutales, muchas flores, etc. Terminando de dibujar les contamos que los frutos y flores significan aquellos regalos que nos han dado en nuestra vida, y que éstos podían ser desde valores, como la amistad y la solidaridad hasta cosas materiales como un auto, una cocina o un bote. Preguntamos sobre ¿Qué regalos significativos hemos recibido en nuestras vida?, ¿Qué cosas atesoramos, con mucho valor, en lo profundo de nuestros corazones? Inmediatamente les explicamos35el significado de las hojas, por lo que les contamos que son aquellos personajes relevantes en la trama de nuestras vidas y que a su vez, son aquellos que nos han entregado aquellos regalos que tanto valoramos. Lo que buscábamos en esta parte, era la conexión entre las
personas36 a través de los valores que promulgaban y concretizaban en sus acciones para superar los efectos de la catástrofe. Después de que todas y todos tenían construido su árbol de la vida, pasamos a la segunda etapa del taller: Cuando llega la tormenta, en donde la conversación va guiada por la siguiente pregunta: Si seguimos la analogía del árbol, y cada uno de nosotros es un árbol, el cual está reflejado en su propio “árbol de la vida”, ¿cuáles son las tormentas que nos azotan hoy en día? Las respuestas estuvieron directamente relacionadas con consecuencias del terremoto y tsunami: La pérdida de familiares, vecinos y amigos, el haber encontrado cuerpos de vecinos fallecidos producto de tsunami, la pérdida total y/o parcial de sus casas, la muerte de mascotas, la falta de ayuda necesaria de parte de las autoridades, el horror y los saqueos a las casas destruidas, la tristeza, la pena, la rabia y la impotencia, la pérdida y falta de fuentes de trabajo y los problemas económicos posteriores asociados a ellos, el miedo a un eventual terremoto y tsunami que se lleve todo nuevamente, la envidia que ha surgido entre quienes han recibido ayuda y quienes aun no, los problemas de salud en general, y la incertidumbre a como enfrentarán el próximo invierno. Posteriormente pasamos a la etapa de la Construcción colectiva del bosque, en la cual identifico dos partes: La primera basada en la pregunta que realizamos con respecto a cómo hacen los animales, arbustos y árboles para protegerse y resistir a las tormentas. Las respuestas de las y los participantes fueron: Uniéndose unos con otros para darse fuerza, protegiéndose en el bosque, viéndose todos como uno solo. La segunda identificada como El rito37 en donde invitamos a todos los participantes a ponerse de pie, y pegar en una cartulina, los árboles uno al lado del otro, construyendo un solo bosque de la vida. Ya cuando todos pegaron su árbol les preguntamos acerca de su opinión al respecto, si les hacía sentido lo que estábamos
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Jerome Bruner, “Actos de Significado”. 34 Similar a la “Pregunta del Milagro” de Steve de Shazer. 35 Después de contarles el significado de las frutas y flores, las personas inmediatamente nos preguntaron por el significado de las hojas.
Muchas de estas conexiones eran entre los presentes, los cuales son vecinos del mismo sector, incluso familiares de un tronco común. 37 La identifico de esa forma, porque marcó un giro en el taller, en donde todos los participantes pasamos a ser parte de un todo, constituido por nosotros mismos y que a la vez nos protege (como árboles de un solo bosque).
30 realizando, y las respuestas estuvieron vinculadas a los valores de la fuerza y la unión, al ayudarse unos con otros, respetando las diferencias y compartiendo las esperanzas que contribuyen a que sigan de pie, a pesar de la adversidad vivida dos semanas antes. A continuación de esta etapa, les explicamos que uno de los objetivos del taller era escribir un documento en donde se explicitara como ellas y ellos estaban logrando salir adelante, superando las adversidades traídas a sus vidas por el terremoto y el tsunami sufrido días antes. Hicimos hincapié en su calidad de expertos en sus propias vidas y en su capacidad y el conocimiento de generar y construir una comunidad fuerte que en conjunto supera los problemas, y que esa capacidad y conocimiento les puede servir a otras comunidades con un problema similar al de ellos, ya sea en Chile o en otro punto del mundo, y que también les serviría a las próximas generaciones de Mariscadero en caso de vivir una catástrofe similar. Por lo tanto los invitamos a que nos contaran acerca de lo que les gustaría decirles al resto del mundo y a las próximas generaciones, acerca de lo que están viviendo y de cómo están haciendo frente a ello. Con esto busco darle énfasis a la construcción de la historia local y comunitaria y de enlazarla con la historia de otras comunidades distantes en el espacio‐tiempo, pero que, no obstante, están unidas por valores y tradiciones culturales explicitadas en el Testimonio Histórico. Al finalizar les agradecimos por el espacio y el tiempo otorgados para realizar el taller, el ayudarnos a ayudarlos, y nos comprometimos a que les entregaríamos el Testimonio Histórico en los días siguientes, previo a nuestro regreso, documento el cual, tendría carácter de testimonio del taller y de la voz de la gente de Mariscadero. Por lo tanto la última etapa de esta versión del
Taller del “Árbol de la Vida”, fue exclusiva del facilitador de la actividad y sus colaboradores, y que se subdivide en cuatro etapas: La primera consistió en una lectura atenta de las anotaciones del taller, con respecto a todos los significados de las partes del árbol de la vida, las tormentas, el bosque de la vida y lo que desean comunicar al mundo y a las generaciones venideras. La segunda correspondió a la selección de las frases según los siguientes tópicos: Identidad local; Tradiciones ancestrales, habilidades y conocimientos, sueños, anhelos y esperanzas, regalos significativos en la vida y los valores compartidos; Problemas vividos a superar; El cómo están haciendo para superar aquellos problemas y lo que desean comunicar al mundo y a las próximas generaciones. Posteriormente se escribieron en versos con la intención de respetar la voz de quienes comunicaron aquellas palabras, subdividiendo el documento en secciones encabezadas por un número romano. Para finalizar re editamos el documento, redactando intercaladamente el género masculino y femenino y utilizando adjetivos como “algunas”, “muchos”, “varias”, etc. que no son totalizantes, con la intención de respetar la unidad de la comunidad como un todo y a la vez la diversidad e individualidad de cada persona. Debido a que solo dejamos dos copias del Testimonio Histórico, logré acordar una reunión junto a don Luis Pérez y vecinos del sector, cuatro meses después del primer viaje, para entregarles formalmente el Testimonio Histórico. Posterior a entregárselos y leerlo en conjunto les pregunte acerca de su opinión con respecto al texto. La tristeza y los recuerdos vividos fueron nuestros primeros compañeros de conversación. No obstante, inmediatamente la conversación de centró en cómo se ayudaron desde las siete de la mañana de ese mismo veintisiete de febrero, de cómo el compañerismo, la unión, la fuerza, la amistad les sirvieron para organizarse e ir superando las partidas de amigas, amigos, vecinas y vecinos, y de cómo el aliento de militares y voluntarios contribuyó en este proceso de reconstrucción del pueblo y de la comunidad propiamente tal, que aún no ha terminado. El principal significado del Testimonio Histórico tuvo relación con el cómo ellos a pesar de lo sufrido han logrado salir adelante, que su voz ha sido inmortalizada en un
31 una persona sobreviviente de la catástrofe para conocer, un poco, la experiencia de estas personas. Posteriormente a través del documento, conocer y reconocer cómo es que han y están superando los efectos de la catástrofe.
documento escrito que, como bien decían ellos, es y será una prueba de que no han sido olvidados. A continuación expongo el Testimonio Histórico construido y redactado el doce de marzo del 2010 en Mariscadero. Iniciamos el documento con el relato de
TESTIMONIO HISTÓRICO EL BOSQUE DE LA VIDA DE MARISCADERO “…Pensando que va a pasar, en el remezón fuerte, con mi hermana inválida salimos al patio…ella se cayó. Entramos a sacarla en medio del temblor. El mar estaba mansito, sentí un golpe… ¡el mar se nos viene encima!...Fui a buscar a mi mamá y veo que la ola se nos viene encima, unos dos o no sé cuantos metros, todos subimos…mi marido quedó abajo, el vio todo, las tres olas. Mi casa era de adobe y ya no se puede habitar, todos quedamos de brazos cruzados. Gracias a Dios y a la Virgen todos estamos vivos. Ahora me doy cuenta que lo material no vale nada, la vida de uno es lo que vale” (Anónimo) I Somos un bosque Más que solidarios, árboles del barrio No nos miramos indiferentes unos con otros Somos más que solo gente Hay una fe que une a todos esa fe está intacta Somos útiles para ayudarnos Compartimos nuestra mirada intacta Todavía hay humor Somos el bosque donde olvidaremos el temor
32 II Algunos de los nuestros eran de acá escuchando rancheras, folklor y cueca lo mismo que hoy escuchamos varios de nosotros A muchos de nosotros nos gusta cocinar, querer y amar a nuestra gente también llorar por nuestras muertes Varios de nosotros somos buenos para pescar pasear en bicicleta y hasta manejar… No se nos borran nuestras ganas de reírnos Queremos seguir viviendo un poco más Justicia, esperanza y valor queremos para nuestro pueblo sin temor Que vuelva a la normalidad después de la catástrofe siendo buenos con todos Los frutos de nuestra vida nuestros hijos, nietos, esposas y esposos La vida misma es un regalo dado por Dios y la Virgen que nos acompaña III Dicen algunos que tras la tempestad siempre sobreviene la calma pero nunca hablaron de la tempestad del espíritu que le sobreviene a la tormenta Soledad y miedo Desconsuelo Palabras que se hacen carne Sentimientos y sueños derrumbados en el suelo Este es, de los temblores vividos, el peor no hablamos de aquel del veintisiete de febrero que pasó febril y pasajero nos referimos al temblor del corazón que a cada momento azota a nuestra gente de Mariscadero Muchas de nosotras resistimos las tormentas el horror, el saqueo y la envidia la catástrofe y las molestias Varios de nosotros tenemos problemas financieros y de salud
33 IV …queremos que esto les sirva de experiencia por cualquier obstáculo en la vida En este en particular sacamos esta fuerza y estas palabras aflorando nuestras virtudes y esperanzas ¡Fuerza y Unión! Que se ayuden unos con otros ¡Invitación! Ser más humanos y mirarse como hermanos ¡Experiencia! La vida no espera, no pasa, no avisa ¡Esperanza! El frío no nos comió la naturaleza tampoco podrá comerse nuestros sueños Si es así podremos detenernos para ayudarnos así como ustedes nos han ayudado …El mar viene y va Nosotros estamos y ustedes estarán ¡sigan amando el mar!...
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REFLEXIONES FINALES Los límites entre las ciencias sociales son difusos y casi invisibles. Como el lector podrá percatarse, en la intervención descrita en este texto, podemos ser testigos de la confluencia armónica de distintas técnicas, enunciados, planteamientos, teorías, etc. de las ciencias sociales, como lo son la Psicología, la Sociología y la Antropología, como una danza complementaria con tintes de fundirse en una unión eterna, pero respetando la diversidad de sus concepciones y planteamientos, en algún momento del devenir de las próximas décadas. No obstante, en este texto podemos ver otra forma de conocimiento en esta confluencia: La Psicología Popular38, entendiendo que cada cultura local, cuenta con un conjunto de descripciones sobre cómo somos las personas, sobre cómo funcionan nuestras mentes y los posibles modelos de vida a seguir. Desde este punto de vista, podemos afirmar que la psicología popular proporciona el entendimiento de cómo nos comportamos las persones, y fundamenta nuestras respuestas a acciones ante diversos contextos sociales, naturales, etc. Este tipo de conocimiento corresponde a una construcción social, validada, formulada y reformulada con el devenir de la historia de las distintas comunidades, generando marcos de inteligibilidad, desde donde las personas le damos significado a nuestras experiencias de vida. Estos marcos de inteligibilidad corresponden a narrativas culturales desde donde le damos sentido al mundo, a nuestras experiencias, a nuestras acciones y a las de los demás. Por lo tanto, nuestros entendimientos de la vida, de nuestra identidad individual y colectiva tienen un origen cultural e histórico, en donde logramos crear habilidades y conocimientos en nuestras formas de vivir y de cómo hacer frente y superar los obstáculos y problemas presentes en nuestras vidas, ya sea a nivel individual como colectivo. Estas habilidades y conocimientos se describen como un conocimiento local, las cuales pueden ser descritas en las narrativas de las distintas comunidades. En el presente artículo, he descrito aquellas narrativas, de la comunidad de Mariscadero, que relatan cómo es que ellas y ellos han hecho frente y están superando los efectos adversos de la catástrofe 38
En “Actos de Significado. Más allá de la revolución cognitiva”, Bruner. J, 1990.
vivida el veintisiete de febrero de dos mi diez, dando a luz a un nuevo conocimiento, con respecto a cómo enfrentar y superar este tipo de problemas. Este conocimiento, el cual está directamente vinculado con los valores que llevan a la comunidad a trabajar en conjunto para salir adelante, crea la conciencia colectiva de agencia, en relación a que ellas y ellos cuentan con las habilidades para lograr superar los efectos negativos de haber vivido la catástrofe. Este conocimiento los convierte en una comunidad experta en la superación de este tipo de problemas. Además este conocimiento local, puede ser comunicado a otras comunidades de otros lugares del planeta o a las próximas generaciones de esa comunidad a través de entrevistas, diálogos ciudadanos, intervenciones y/o prácticas como el Taller del “Árbol de la Vida” y la re‐co‐construcción de Testimonios Históricos que describen y hacen públicas las experiencias de las personas, que en este caso, han vivido y sobrevivido a la catástrofe y sus efectos. Por lo tanto conocer los relatos de las personas sobrevivientes a este tipo de catástrofes naturales, a través de un Testimonio Histórico y/o Documento Colectivo, no solo provoca el hacer público y visible las acciones comunes de las personas en torno a hacer frente a los efectos y consecuencias posteriores, y validar los relatos e historias de estas acciones desde lo colectivo, puede servir, además, a las próximas generaciones a prevenir los efectos de este tipo de acontecimientos. Explorar y describir este tipo de conocimientos nos puede llevar, también, a tomar conciencia de cómo prevenir ser víctimas de catástrofes naturales futuras, tomando en cuenta que vivimos en un país sísmico, volcánico, afectado además por lluvias y aluviones, entre otros. Conocer la percepción de riesgo de las comunidades que han vivido catástrofes naturales, las formas de cómo sobrevivieron, de cómo hicieron frente a los efectos en sus vidas, ya sea a nivel individual como colectivo, puede servir para diseñar nuevos y mejores planes de construcción y reconstrucción, vías de evacuación, prevención de riesgos, información, sensibilización y concientización de las comunidades con respecto a qué hacer ante un evento de estas características. Por lo tanto, si bien, las prácticas narrativas en ambientes comunitarios nacieron como respuesta a la superación del trauma a nivel colectivo, los
35 relatos de las personas que participan de la experiencia se convierten en conocimiento experto que puede contribuir en el desarrollo y planificación de cada comunidad y/o pueblo en donde habitan. Creo que repetir esta experiencia con las demás comunidades sobrevivientes a la catástrofe como Constitución, Chanco, Pelluhue, Curanipe, Dichato, entre otros, sería una potente contribución al levantamiento y reconstrucción de todos estos pueblos.
REFERENCIAS Bruner, J. (1990). “Actos de Significado. Más allá de la Revolución Cognitiva”. Alianza Editorial. España.
Denborough, D; Freedman, J; White, C; (2007) “Strengthning Resistance: The use of narrative practices in working with genocide survivors”. The National Survivors Association in Rwanda. Geertz, C. (1983). “Conocimiento Local. Ensayos sobre la interpretación de las culturas”. Editorial Paidós. McLeod, J. “A method for qualitative narrative analisys of psychotherapy transcripts”, 2000. White, M; Epston, M (1980) "Medios Narrativos para Fines Terapéuticos", Editorial Paidós, Barcelona, España. White, M. (2007) Maps of narrative practice. New York: W. W. Norton.
De Shazer, S. (1988). “Claves en Psicoterapia Breve. Una teoría de la solución”. Editorial Gedisa, S.A. España.
Denborough, D. (2008) “Collective Narrative Practice”, Dulwich Centre Publications. South Australia.
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DAVID EPSTON EN VALPARAÍSO, CHILE: DIÁLOGOS ENTRE DAVID Y LOS CHILENOS A ratos transcrito, a ratos narrado por: Francisco Romero Cabrera.1 RESUMEN El presente documento no pretende ser un artículo científico, ni siquiera un texto intelectual; sólo aspira a funcionar como un testimonio o un recuerdo de la visita de David Epston a nuestro país. Se recogen en transcripciones y síntesis las conversaciones mantenidas entre el público chileno y el destacado psicoterapeuta neozelandés co‐ creador de la terapia narrativa. Los diálogos fueron mantenidos durante el taller realizado en nuestra Universidad de Valparaíso y tratan sobre el trabajo terapéutico con niños, adolescentes, sus familias y comunidades. A partir de sus experiencias en terapia y de su aproximación lúdica para problemas serios David Epston da respuestas, narra historias, bromea, opina, inspira e imagina para, en sus propias palabras, “transmitirnos el espíritu de su práctica narrativa”.
UNA INTRODUCCIÓN DE CORAZONES Y ESPÍRITUS1 “A pesar de hablar dos lenguas diferentes, Ambos disfrutamos de los mismos árboles… Probablemente ustedes van a pensar que son sus árboles, Yo les quiero asegurar que en realidad son nuestros.” D. Epston David Epston es un terapeuta neozelandés de origen canadiense, licenciado en sociología y antropología, con formación en estudios sociales aplicados; es también doctor en literatura de la Universidad John F. Kennedy en Estados Unidos. Contando además con capacitación en trabajo social y terapia familiar. Es en la actualidad uno de los terapeutas más renombrados en el mundo, conocido por ser creador junto a Michael White del modelo de terapia narrativa y por su particular aproximación lúdica para enfrentar problemas serios. 1
Psicólogo infanto‐juvenil. Estudiante de Magíster en Psicología Clínica mención Psicoterapia Constructivista y Construccionista. Universidad de Valparaíso. Psicólogo Centro Trafun, ONG Paicabí.
Tener la oportunidad de participar de un taller teórico‐práctico realizado por David Epston provocó un considerable interés en nuestro país. Al punto de generar la necesidad de aumentar el número de vacantes ofrecidas por nuestra Universidad de Valparaíso. Cupos que por lo demás se completaron meses antes de la visita de David Epston. Los asistentes fueron un grupo heterogéneo. Llegaron desde diversas regiones; con formaciones diferentes, estudiantes de pregrado, posgrado, profesores de múltiples universidades; personas comprometidas con distintos modelos epistemológicos, teóricos y de práctica clínica. Atraídos por el deseo de conocer un enfoque terapéutico considerado “vanguardista” o simplemente “de moda”. Intrigados por una ligera curiosidad o por un profundo interés en la terapia narrativa. Buscando una introducción, un aprendizaje o una instrucción. Sin duda los asistentes fuimos un grupo heterogéneo, pero también un grupo unido por el deseo de ver, escuchar y dialogar con el particular estilo de David Epston y sus historias. Y esa mañana y tras la espera, después de los minutos de introducción y bienvenida, fue el momento… David Epston comienza presentando a su compañera de viaje Marcela Polanco, terapeuta narrativa
37 colombiana radicada actualmente en Estados Unidos y profesora adjunta de la Universidad Nova Southeastern. David Epston se refiere a ella como su “hermana latina”, y se apresura en aclarar que en lugar de su traductora, Marcela está aquí como su coautora. Bien precisada esa reflexión, David Epston continúa: —Considerando que la terapia narrativa ha viajado a lo largo del mundo… ha sido una sorpresa ir descubriendo como las personas están interesadas en nuestro trabajo. Y me ha preocupado ¿cómo es qué se transforma el lenguaje en otro sitio, en otro lenguaje? La manera en la que lo conceptualizamos en Nueva Zelanda es la “descolonización”. Así que lo que vamos a intentar hacer hoy es algo así como una descolonización. —dice Epston. Tras lo que agrega—: Otra cosa que pienso en este momento es cuando enseño este taller en una audiencia y alguien con bastante humildad se acerca y me comenta que la terapia narrativa tiene un corazón cubano o un corazón colombiano… Esto realmente me intriga y da curiosidad por saber ¿de qué manera la terapia narrativa va llegando a otros países? Entonces Epston comparte con nosotros la historia de cómo fue invitado a Cuba, de qué manera su “bicicleta llega a la Habana”. En aquel momento preguntándose por un modo para introducir o mostrar la terapia narrativa en este país, Epston le pregunta a Margarita Boom, otra “hermana latina”, terapeuta narrativa, poeta y cantante, si podría representar a través de una canción el espíritu de las aproximaciones narrativas. Epston nos permite escuchar esa canción destacando que ese es el mismo espíritu con el cual desea llegar a los chilenos. Luego de la canción, Epston nos cuenta: —Estos dos días quiero intentar hacer algo como una historia sobre mi trabajo con jóvenes, sus familias y comunidades. No será una historia en orden cronológico, porque les contare una historia más o menos de ayer. Luego les voy a mostrar videos que son de carácter formativo en mi práctica actual, así que de alguna manera les mostrare documentos históricos de este trabajo. Y luego les mostraré y contare con más detalles un género más innovador de la práctica narrativa.
» Los invitare a ustedes a la vida de jóvenes, me comprometo para que ustedes no sólo vean sino que experimenten y vivan esta práctica. ¿Por qué me comprometo de esta manera? Creo que es virtualmente imposible tomar esto de un escrito y convertirlo en una práctica. Es una práctica extremadamente difícil, yo diría en ingles es realmente como aprender otro lenguaje… » Este es mi plan para estos dos días y no creo, y tampoco creo que ustedes esperarían, que si fueran a intentar aprender otro lenguaje, que después de dos días van a creer que han aprendido todo este nuevo lenguaje. La manera en que se puede introducir en estos dos días es más aprender el espíritu de esta práctica, o su gramática, ética, política y poética. Todo aquello que está en contra de las construcciones profesionales de la práctica. La terapia narrativa se considera una práctica crítica.
ENTRE SUS HISTORIAS Y NUESTRAS PREGUNTAS PRIMER DÍA DE TALLER Como primera actividad del taller David Epston nos invita a revisar un relato de un encuentro terapéutico mantenido con una niña de 13 años y sus padres. Junto a Marcela Polanco leemos la historia de Sally y sus “maravillosidades”. La narración de esa sesión sorprende por centrar la atención en los aspectos positivos, cualidades, habilidades y talentos de la niña, y en explorar y orientar esos recursos en y hacia los cambios en la escuela y la lucha contra el miedo. Se describen preguntas externalizadoras, de re‐membranza y re‐autoria, entre otras. Todas utilizadas con destreza para obtener un final positivo y esperanzador. Seguido a un momento de trabajo grupal y conversación entre los asistentes, David Epston nos invita con premura a ver el video de una entrevista con un joven llamado Jermaine de 17 años. Nos contextualiza que en ese momento Jermaine se encontraba en una institución penal por narcotráfico, padecía de un caso grave de asma y había estado en reiteradas ocasiones cerca de la muerte; asimismo era considerado por algunos de sus compañeros de institución como una persona que “ya estaba muerta, pero realmente no se había muerto”.
38 Durante la sesión grabada, Epston muestra su experticia realizando preguntas externalizadoras, de re‐ membranza y re‐autoria, uso de testigos externos, entre otras herramientas. Conduciendo en definitiva la conversación hacia un cambio terapéutico y un relato optimista. Epston complementa el video describiendo la situación positiva posterior del joven, sus pasos hacia un futuro más esperanzador y su compromiso con responder a las cartas de quienes han conocido su historia a través del relato de David. Antes, durante y luego de las historias y el video, David Epston nos recomienda reiteradamente mantener algunas interrogantes en mente: ¿Qué es lo que veo diferente, raro, algo que me inquieta al escuchar esta historia?, ¿Qué fue diferente? ¿Qué les intrigo acerca de esto? ¿Qué les molesto o no se logro entender? Finalizado el video Epston da un momento para nuestras preguntas, solicitando antes que las dudas sean elaboradas pausadamente para que Marcela Polanco pueda transmitírselas con precisión. Un mayor tiempo de silencio al esperado sugiere la timidez de los oyentes. Pasados algunos minutos surge la primera pregunta: —Me gustaría saber si usted ha tenido otras experiencias como estas en las que ha podido cambiar la vida de una persona en una sola hora. —Esperemos el siguiente video… —bromea Epston, la audiencia ríe y él aclara—: Pero al decir esto, no quiero decir que esta es mi aspiración. En este tipo de consulta tengo una ventaja muy audaz. Esta es como un “efecto de Lourdes”; es un dicho: “Nadie en Lourdes ha sido curado, depende de que tan lejos ha venido”. » Véanme a mí, vengo de un sitio bastante remoto, he viajado desde tan lejos para conocer a estas personas, así que yo tengo este beneficio de Lourdes. Si la persona viniera de Detroit este tipo de cosas… puuuffff… ¡Este tipo de cosas no me ocurren a mí en mi país, Nueva Zelanda! Más carcajadas celebran su sentido del humor, y Epston continúa con su estilo lúdico: —¿Han oído la expresión romántica “Se fue el barco”?... cuando conocen a alguien en un barco, cuando están involucrados románticamente y saben que el viaje terminara en dos días, generalmente lo que hacen es “afanar” las cosas. Esto es como los amoríos de los
barcos, ambos sabemos que tendremos este momento juntos sólo por una hora, así que esto da lugar a un sentido de intimidad muy apurado como la de los barcos. » Pero esto no es realmente por lo que yo estoy abogando. A mitad de esta entrevista, por la mitad, me recuerdo diciéndome a mí mismo “no puedo creer que esto esté ocurriendo” y me pregunté “¿Qué es lo que debo hacer ahora, en este momento? ¿Qué voy a hacer ahora?”, y me respondí “ve tan rápido como puedas y tan lejos como puedas”. » Es como la diferencia entre una consulta con un doctor o doctora en su práctica general y lo que ocurre en una sala de emergencias, es otro nivel de intensidad. Esta era una emergencia (refiriéndose a la situación de Jermaine). Realmente yo no práctico de esta manera todas las veces, pero también ¿con qué tanta frecuencia conozco yo una persona que “ya está muerta, pero que no ha muerto”? Eso legitima una manera diferente de interactuar, que considera que algunos aspectos de esta entrevista fueron bastante audaces y valientes, pero el estándar ético es “¿Qué es lo que vas a perder?”. Concluida la respuesta, un segundo asistente realiza otra pregunta: —El video mostrado es de 1994… Yo quería saber ¿cuál es su secreto para mantener viva la curiosidad? —Esa es una pregunta bastante interesante, muy buena… —celebra Epston. Y continua—: He ido estudiando de manera informal, por los últimos 10 años, sobre una pregunta de investigación, la pregunta es “¿Qué es una buena pregunta?”. » La manera en que hago esto es… con bastante frecuencia y a medida que estudiaba más, más ocurría, que las personas espontáneamente me decían “¡Oh! ¡Esa es una buena pregunta!”. Así que lo que hacía era escribía esa pregunta y luego que la consulta terminara le preguntaba a la persona “¿tiene usted unos minutos extras?”, ellos respondían “¿por qué?”; yo les explicaba “porque durante la entrevista usted me dijo que esta pregunta que yo le hice era una muy buena pregunta”. A menos que la gente estuviera apurada por irse, a menudo les llamaba la atención hablar sobre eso. » Así que he repetido este ejercicio más o menos unas 500.000 veces a lo largo de estos 10 años. Y Luego intente hacer un análisis del tipo de respuestas que
39 obtuve de ellos y algo siempre venia en primer lugar, era “Una muy buena pregunta provoca mi curiosidad”. Y me di cuenta al leer estas preguntas que estas venían de la curiosidad que me provocaron a mí igualmente. » Luego empecé a considerar lo que trabajamos actualmente en un libro que escribo junto a unos colegas sobre la indagación poética. El cual básicamente da respuesta a esa pregunta… Una buena pregunta es aquella que legítimamente exalta mi curiosidad. Sin este elemento la pregunta no puede evocar la misma sensación de curiosidad. Imagínense a ellos escuchando estas preguntas (refiriéndose a Sally, su familia; y Jermaine), realmente yo no tengo idea de las respuestas a esas preguntas, estoy que me muero por saber la respuesta. » Esto es muy interesante para mí porque la mayoría del trabajo que hago ahora es online, de manera que las personas no pueden escuchar mi voz. Así que me di cuenta que debía buscar otra manera para expresar mi curiosidad, y busque y encontré maneras de hacer esto explicito; que son maneras obvias si nos ponemos a pensar, hago esto: Hago una pregunta y luego digo “me muero por saber la respuesta”. Sigo diciendo a la persona “si usted se encuentra muy ocupado o no tiene tiempo para responder esta pregunta, tenga piedad por mi curiosidad y como mínimo responda esta pregunta tan pronto como pueda. No quiero que eso sea una imposición sobre su tiempo, pero probablemente yo tendré dificultad para concentrarme hasta que no sepa cuál es su respuesta”. » Así que empecé a darme cuenta ¿por qué no hago lo mismo en las conversaciones con las personas?; cuando dije “tengo bastante interés en lo que vas a decir al respecto”. Recuerden que de los 16 años (Jermaine) ha tenido varias consultas con psicólogos, terapeutas… cuando estábamos preguntando por su presión arterial alguien dijo “estoy realmente interesado por lo que vas a decir”… por esto él estaba tan preocupado por contestar todas las cartas que había recibido, porque él sabía que tenía algo que decir que podía contribuir a salvar la vida de otras personas. » Nosotros somos vehículos —enfatiza Epston dirigiendo a la audiencia—, somos quienes cargamos su saber y transmitimos. Casi nunca hago una pregunta de la que ya tenga la respuesta.
Luego de esa segunda respuesta somos conscientes que la mañana ha pasado rápidamente y es tiempo de un receso largo para comer. Probablemente los temas conversados, la curiosidad generada y el asombro vivido serán temas presentes durante el almuerzo, al igual que lo fueron en las pequeñas pausas de café. Más tarde, de regreso al taller, David Epston inicia la actividad comentando su respuesta a la primera pregunta de la mañana. Reflexiona sobre el trabajo realizado en sólo una sesión y se excusa diciendo que todos los videos con los que cuentan fueron grabados en circunstancias de encuentros únicos, pues él personalmente no trabaja usando videocámara. Asimismo aclara su intención de transmitir con ello una “impresión” y se extiende diciendo: —Los videos que les estoy mostrando corren el riesgo de resultar engañosos, ¿Pero cómo podría una persona en un taller mostrar 6 sesiones de una hora cada una?... Es como cuando ustedes ven futbol en estos programas deportivos que solamente les muestran los goles, si esa fuera únicamente su experiencia y luego fueran a un partido que dura 90 minutos se aburrirían porque preguntarían “¿Dónde están todos los goles?”. Así que de alguna manera videos como estos pueden resultar en una malinterpretación del trabajo. Sin embargo esto no niega que lo visto realmente ocurrió, de hecho sí paso. Pero de ningún modo quiero que ustedes se lleven esto como si fuera mi prescripción. En seguida de ese comentario David Epston contextualiza un segundo video grabado en un centro hospitalario de Suecia. Se trata de un niño llamado Sebastián, quien a los 10 años había intentado premeditadamente matar a un compañero de su clase. Tras esto el niño fue recluido y considerado una persona muy peligrosa. En el centro hospitalario Sebastián también había agredido a dos de los funcionarios que trabajan con él, e insistía en vestirse como “Rambo”. Epston agrega además antecedentes sobre el resultado de esa sesión y el futuro esperanzador construido años luego de la entrevista. Mientras observamos la sesión atendemos a las distintas preguntas externalizadoras, de re‐membranza y re‐autoria elaboradas por Epston, además del uso de
40 documentos (elaboración de una carta hacia un El terapeuta neozelandés nos vuelve a asombrar por su preocupación por los aspectos positivos y especialmente con su creatividad y habilidad para construir propuestas y preguntas. Tras revisar el video, se retoma un momento de dialogo entre Epston y los asistentes. —Me gustaría hacer una pregunta personal si usted me lo permite —comienza diciendo una de las asistentes; Epston bromea al respecto y luego de las risas se continúa la pregunta— La pregunta es… si usted pudiera referir algún evento, recuerdo o fragmento de su historia de vida que usted pueda conectar con el ejercicio actual, con su práctica profesional actual o con el desarrollo del pensamiento que usted ha tenido… La persona David con el terapeuta narrativo David. —Puedo hacer eso de manera bastante fácil, pero no será una respuesta corta. Así que las personas deberán aceptar que esto tome diez minutos — introduce David, y el público asiente con curiosidad—. Estuve de visita en el Reino Unido desde Nueva Zelanda, más o menos en el año 75, con un deseo bastante abrumador de aprender a ser un terapeuta familiar. » Me registre en un programa de magister de terapia de familia, que a diferencia de otros programas este era de 12 meses cuando la mayoría es de 2 años. Cuando se postula a este magister dan las probabilidades de empezar el programa que eran de 1 entre 27. Logre entrar al programa, pero creo que realmente eso estaba relacionado con el hecho que yo era un estudiante extranjero, así que era como por tener un valor de “extraño”. Uno estudia por 6 meses, 5 días a la semana en la universidad; y en los siguientes 6 meses se estudiaba un día, se trabaja en la práctica 4 días y luego se escribe la tesis o disertación. » En el sitio donde me toco hacer la practica era un centro de servicio para niños, niñas o adolescentes. Era una agencia pública en el primer piso de un gran hospital público. Y la sede de la universidad quedaba más o menos a unos 16 kilómetros; yo tenía mi bicicleta, pero era de una única velocidad… » Así que me fui en mi bicicleta a mi primer día de trabajo, estaba tan emocionado, tenía la expectativa, lo sabía o tenía la expectativa que iba a curar a alguien, lo sabia en mi corazón que yo iba a curar a alguien. Si no iba
futbolista admirado por el niño). a ser ese día iba a ser el día siguiente, no iba a pasar después de esto; sabía que yo estaba destinado a que eso ocurriera, a curar a alguien. » Estaba tan emocionado que cuando me llego un referido, de una emergencia, una crisis… Esta era una jovencita que se estaba cortando las muñecas, quien se había rehusado a ser admitida en el hospital, pero debía ser atendida inmediatamente… Yo sabía que esto era para mí, sabía que estaba enfrentándome a mi destino. Así que llame a esta familia, me entere que el padre trabajaba en una fábrica y no llegaba a casa hasta después de las seis de la tarde. ¡No sé como fui capaz de tolerar la espera hasta las seis de la tarde! ¡Una eternidad!... » Eso era en una ciudad ubicada a 10 kilómetros de donde yo estaba… ¡Estaba sorprendido de como el efecto de la espera tenía consecuencias en la velocidad de mi bicicleta! De lo rápido que estaba montando mi bicicleta hubiera sido capacidad de calificar para el tour de Francia ¡No estaba pedaleando, estaba volando! » Entonces me bajo de mi bicicleta, me dirijo a la casa de ellos que era una casa de una familia trabajadora, una casa más o menos del siglo XIX, con dos pisos… Golpeo la puerta con mi ánimo de curandero. Esta joven mujer abre la puerta, me muestra su brazo, el cual tenía sangre que le corría por el brazo... ¡Me desmaye! ¡Siempre me desmayo cuando veo sangre! » Lo que sucedió luego de esto es que estaba viendo casi ángeles que hablaban sobre mí. Los escuche con cautela, y estaban preguntándose si sería bueno llamar a una ambulancia o no. No sonaba como si estuviera en el cielo. Empecé a mirar alrededor y se veía todo oscuro, y había como un olor raro. Me di cuenta que estaba sentado con mi cabeza entre las piernas, y pensé “Bueno, esto no está muy bien como para ser un curandero”; y comencé a considerar mis ambiciones de curandero y rápidamente me pare, lo que los sorprendió a ellos y empezaron a mirarme, y empecé a tomar una postura más profesional, de la manera más casual que podía y les dije “¿Por qué entonces no empezamos la sesión?”. » Entramos a la casa y les dije donde se podían sentar… Como ustedes se imaginan era bastante obvio lo que iba a hacer. Empecé a mirarlos a todos sin pararle la mirada a ninguno de ellos en particular y entonces les dije “¿Cuál es el problema?”… Y en este momento la niña sale
41 corriendo, sube las escaleras y comienza a saltar. Esta casa que era bastante vieja, de repente comienza a tambalear como si fuera un terremoto, las cortinas se cayeron, y todos teníamos polvo del techo en nuestras cabezas. Me di cuenta en este momento que se me había agotado mi entrenamiento de terapia familiar. » Me miraron, yo los mire a ellos… y luego me dicen “Hemos oído que usted está aprendiendo terapia familiar en la universidad”, dije “Sí”; me preguntan “¿Qué le parece si hacemos algunas preguntas sobre el tema?”. Sin embargo era un poco difícil tener esta conversación considerando que la niña todavía estaba saltando; pero insistieron y empezamos la conversación y me di cuenta que el terremoto comenzaba a calmarse un poquito más. Así que les dije “Bueno creo que es hora de irme” y ellos me dijeron “No, no se puede ir…Creemos que no es conveniente que usted se vaya en su bicicleta, vamos a llevarlo a su casa…”, yo me empecé a preguntar “¿Qué curandero tan de mala calidad que la familia debe llevarlo hasta su casa?”. » Así que empecé a considerar lo que decían los textos, ¿cómo poder terminar esto?, ¿cómo poder disculparme por esta situación?... Empezaba a pensar “¿Qué es lo que una persona normalmente haría en esta situación?”; y entonces ellos me preguntaron “¿Qué va a hacer el próximo lunes?”, les dije que no tenía nada que hacer; después ellos me dijeron que por qué no venía a la casa, que estaban muy interesados en conocer más sobre la terapia familiar… ¿Qué más podía yo responder después que les destruí la casa, la niña salió corriendo, me desmaye? ¿Cómo les digo que no?... » Y esto continuó cada lunes, me seguían invitando; pero ya después sí consideraban que me podía devolver a mi casa en mi bicicleta. Creo que empezaron a confiar en mí. Y con alguna frecuencia la niña bajaba corriendo a hacerme preguntas sobre la terapia familiar. Esto se volvió más bien como un seminario. » Esto continuó como un ritual, era como una cita con ellos, hasta que recibí una tarjetita. Una tarjeta en la que me invitaban a una fiesta de aniversario de sus 25 años de matrimonio. Yo pensé “¡Oh! ¡¿Y ahora qué voy a hacer?! ¡Sí les debo tanto! ¿Qué les compro de regalo?”. Y decidí entonces comprarle una botella de vino, del mejor… —decía Epston. Se debe aclarar en este punto que de acuerdo a la coautoría e imaginación de Marcela Polanco el vino de esta historia es un vino chileno—. Una
botella, del mejor vino chileno —continúa relatando Epston—, así que procedí a una dieta de arroz integral, pan y sobras de tocino, que realmente se venden para las mascotas. Todo para poder ahorrar algo de dinero y comprar ese buen vino chileno. ¡Fue un milagro que no se me cayeran los dientes con esa dieta! » Así que asisto al aniversario. Recuerden que esto es en el año 75 y yo tenía un afro así de grande (Epston señala con su mano 30 centímetros sobre su cabeza); recuerden que estas son personas de clase trabajadora y no se veían como me veía yo. Así que cuando entre obviamente todos comenzaron a mirarme. » Los anfitriones se dieron cuenta de esto, me abrazaron y comenzaron a presentarme con todos en la fiesta “Este es David, nuestro Trabajador Social”. Y luego ellos se fueron y los invitados conversaban quejándose o hablando mal de la familia. Así que pensé que ese era el momento en que yo tenía que irme. » Me invente que tenía que estudiar o algo así y les dije si nos podíamos reunir algunos minutos en privado. Esto era en una iglesia así que fuimos por un ladito de donde estaba la comida y saco mi botella de excelente vino chileno y una tarjeta. Y ellos también sacaron una botella de vino y una tarjeta para darme. Mi tarjeta decía “Muchas gracias por haberme ayudado en mi entrenamiento como terapeuta familiar” y la tarjeta de ellos decía “Gracias por haber ayudado a esta familia”. Lo más importante es que la botella de vino chileno que ellos tenían era tan sofisticada como el otro excelente vino chileno que yo les había llevado. » Ese realmente fue mi primer caso y me alegre que hubiera pasado así de pronto. Luego de la entretenida anécdota, Epston nos invita a escuchar otra canción de Margarita Boom. Esta canción fue compuesta y escrita para representar el cambio, la historia y la relación terapéutica establecida con Sebastián. Terminada la canción, se retoma el tiempo de preguntas. —¿Cómo lo hace uno?… Se necesita mucha imaginación, para armar una historia, con personajes conocidos para el otro que se enredan con la temática del conflicto, digamos… ¿Qué pasa si uno no tiene esa habilidad de contar historias y también escribir, no? porque hay cartas donde se involucra al otro y se
42 rescatan elementos de lo qué se está observando— interroga una de las profesoras presentes en el taller. —Déjame contarte que si este taller fuera una experiencia monolingüe al comenzar hubiéramos tenido que desarrollar dos ejercicios bastante largos… » Uno sería entrevistar y ser entrevistado o entrevistada sobre alguna persona que cuando usted era una niña, esa persona generara en usted mucho interés por visitarla. Una persona que tuviera la capacidad de hacerla sentir extremadamente especial. He hecho esto con más o menos mil personas y usted no se sorprendería al escuchar que esta persona es una abuela, un abuelo, un tío, tía, un amigo o amiga de la familia. Luego le pedirían que la entrevistaran a usted sobre una gran numero de aspectos, características de esa persona; pero específicamente con una pregunta muy importante y esta es: “¿Cuál era la mirada en sus ojos?”. La respuesta más común, sobre todo en ingles, es que “parecía que los ojos le estaban bailando”. » Las preguntas a seguir son si recuerda cuáles eran el tipo de preguntas que esa persona sabia hacerte, y si puede especular sobre las preguntas que esa persona especial sabia hacer. La mayoría de estas preguntas tiene como intención centrarse el saber en la persona para hacer la pregunta “¿qué crees tú?”. Luego, al saber que la persona se siente cómoda con esta pregunta les pregunto si ellos pueden imitar las habilidades especiales de esta persona especial en el trabajo con los jóvenes y olvidarse de su postura profesional. » Luego lo que hago es pedir que lean Alicia en el País de las Maravillas y les pregunto “¿Estarían ustedes dispuestos a recordar cuando eran jóvenes algunas de las cosas maravillosas que ustedes sabían hacer y a las que probablemente renunciaron cuando tenían 11 o 14 años?” Algo como “¿Tuvieron ustedes un amigo o amiga imaginario, una muñeca, una animal compañero que usted lo convirtiera en un compañero de su vida?”. » No sé si ustedes han leído alguna bibliografía que dice que más o menos el 60% de los niños o niñas ha tenido amigos imaginarios. Hace poco vi una caricatura en Nueva York asociada a la literatura que muestra de manera muy significativa que tener un amigo imaginario es un indicador de un buen nivel de inteligencia. Estas eran dos madres americanas hablando entre ellas diciendo “El amigo imaginario de mi hijo es más inteligente que el amigo imaginario de tu hijo”.
» Luego invito a que las personas lean un poco sobre cuentos de niños… los niños desde los 12 meses pueden empezar a contar cuentos… Me tomo hace un año darme cuenta que el mejor modelo para esta práctica es el medio a través del cual los niños aprenden a contar cuentos, y el termino profesional es “contar cuentos colaborativamente”. Yo creo que no es una cuestión de no tener la habilidad de imaginar, sino que se ha renunciado a ella. » Hace más o menos una semana estaba leyendo algo sobre Isabel Allende, a quien le preguntaban si ella se consideraba una autora del realismo mágico o si ella simplemente estaba relacionada con la fantasía, y su respuesta fue “No tengo mucho conocimiento sobre ninguna de estas dos opciones, pero lo que hago es exaltar la imaginación”. Así que yo no acepto el hecho que no seas una cuentacuentos y sé cómo poder ayudarte a encontrar eso y esto es recordando como antes lo solías hacer. Para los niños las palabras más poderosas son “Había una vez…”. » Si ustedes quieren empezar a hacer algo en sus entrevistas háganles estas preguntas a los jóvenes… Es interesante ver estos videos viejos porque creo que la semana pasada invente algo, pero veo que las semillas estaban desde ese entonces; yo le pregunte a Sebastián “Me puedes contar un cuento sobre cómo el cactus del enojo destruyo tu corazón”. Pero introducir la noción de “Había una vez” es algo bastante clave porque es algo importante para los jóvenes. » Si ustedes renuncian al deseo de contarle historias a los jóvenes para convertirse junto con ellos en constructores colaborativos de historias, entonces es imposible no experimentar la exaltación de la imaginación. Todos han escuchado con atención la reflexión de Epston. Luego una de las asistentes señala otra inquietud: —Yo trabajo en supervisión de un grupo de psicólogos que trabaja con niños abandonados — contextualiza otra espectadora, luego prosigue—: En estos dos videos había figuras significativas importantes. Jermaine tenía a su madre, Sebastián a sus hermanitas… Pero estos niños a veces no tienen a nadie, entonces parece difícil sacar recursos. Los psicólogos a veces se sienten incompetentes por no
43 poder ayudar más. ¿Ha tenido usted experiencia con niños abandonados? —Claro que sí… Sin duda no hay que negar que Jermaine tenía una madre legendaria, como él había comentado ella era muy amigable; y Sebastián también tenía una mamá bastante leal y sus hermanitas lo adoraban. De hecho cuando volví 14 meses después y me reuní con la mamá, el padrastro y las dos hermanitas de Sebastián. Las hermanitas que estuvieron hospitalizadas estaban ahora también bajo el cuidado de la mamá. Para ese entonces Sebastián ya tenía 14 años… » Yo me acuerdo de una persona que fue educada por las flores, ¿Cómo ocurrió esto? Fue realmente bajo la negligencia del papá y la mamá, y el interés de la hermana por las flores. Así que le pregunte a la joven “¿Las flores te hablan?”, la joven me miro como diciendo “¿Por qué me pregunta? Ya lo debería saber”… Afuera de mi ventana había florecido una magnolia y le pregunte “¿Qué te dijo cuando pasaste antes por la vereda?”, me dijo que le había dado una buena referencia, “me dijo que usted era probablemente una muy buena persona”. “Entre todas las flores en el mundo, ¿Cuál es el tipo de flores que es más maternal?”, “Los pensamientos”, “¿será que es porque tienen una carita feliz?”... No voy a continuar, pero adivinen lo que hice en cada una de las reuniones. Recogía un ramo de flores del jardín y tuvimos un equipo extraordinario, afortunadamente yo tenía un jardín muy bonito, siempre me preocupo por tener unos diez tipos de flores. » Yo le estaba contando a una colega de Estados Unidos sobre esto, no quiero que nadie se vaya a reír por lo que voy a decir, yo tuve un cliente que fue educado por una roca. De alguna manera u otra este joven cargaba esta piedra a todas partes, pero considero que nunca he conocido a alguien quien… » ¡Es que si tú vas más allá de lo que los profesionales consideran la “constitución” de las personas, siempre hay algo! Y la más significativa fue una rana… Esto no quiere decir que las rocas sean mejor que una mamá o un papá, no quiero decir esto para nada. Pero también me intriga como las personas se conectan en las situaciones más difíciles. » Les tengo que contar que hasta el día de hoy no puedo mirar una rana sin pensar en cómo esta rana pudo haber educado, le hice una pregunta a este joven “¿qué es lo que le debo contar al mundo sobre esto?”, “por favor
dígale a todo el mundo que se acuerden de las ranas”… Ella estaba siendo explotada sexualmente, prostituida por parte de su padre, y ella se escapo por el bosque y mirando al cielo le rezaba a Dios por ayuda, y nada. En ese momento oyó el sonido de una rana y mirando hacia el suelo se la encontró allí en medio del bosque… » Esta idea de que “tú serás de cierta manera si tú tienes ciertas circunstancias”, es una idea considerada sólo por personas privilegiadas, quienes felizmente tuvieron esas posibilidades, pero creo que hay otras maneras de encontrar una entrada hacia la vida. » Pero nuevamente no quiero decir con esto que las rocas o las ranas son mejor que una mamá o un papá en la vida real. —El otro día estuve leyendo sobre la investigación del cambio en psicoterapia… Algunos autores citan preocuparse por aquellos “eventos significativos” que el cliente narra durante la sesión, o sea cuando cambia el significado —va introduciendo su inquietud una segunda profesora asistente—, Dentro de estas investigaciones lo citan a usted junto a White utilizando en la narrativa los “eventos extraordinarios”. Y a mí me dio la impresión que eso no era lo mismo que citar a los eventos extraordinarios de Epston, que me dio la impresión que eran más del pasado. Me gustaría si usted pudiera clarificar esa idea, porque el autor portugués cita a los eventos significativos de la narrativa del presente. —Yo apoyo los eventos extraordinarios del pasado, los eventos del presente, pero también los eventos del futuro. Permíteme un momento y te doy un ejemplo —Epston solicita una copia de su libro “Down Under and Up Over” (2008) y un asistente bromea prestando su copia a cambio de un autógrafo. Entre risas Epston hojea el texto y tras encontrar la página buscada lee un titulo—: “Siendo espantado desde el futuro por un fantasma amigable”—. Tras esto continúa hablando: —Déjame darte un ejemplo de cómo suena esto. Ésta es una joven de 13 años que vivía con sus padres y creía que su novio tenía interés en su amiga. Y pensó que la única manera de aclarar esto era meterse a su casa escondida y leer su diario. Lo que de hecho hizo, pero dejó una bufanda con sus iniciales en la casa. » La familia dueña de la casa llama a la familia de la niña y les dicen a la madre que la niña “se metió a nuestra
44 casa, no se llevo nada… ¿Qué debemos hacer?”, la madre dice “llamen a la policía”. La policía llego a su casa, le hablaron y le dijeron que tan serio era este asunto, le aclararon que la sentencia máxima es de 7 años y le dijeron “si no lo vuelves a hacer no presentaremos cargos”. La madre le dice “te llevaremos a casa de tu amiga para que te puedas disculpar”. » La niña estaba completamente humillada por esta situación y en el momento que nos reunimos ella le había estado gritando a la mamá por tres semanas que “le había destrozado la vida para siempre” porque su amiga le había contado a todo el mundo sobre esa situación. Esta vez Epston toma nuevamente el libro y comienza a leer algunos párrafos de sus propias palabras en la entrevista con la madre y la joven (Jenny y Carlen respectivamente): “Carlen, digamos que ya tienes 30 años con una hija y te ha estado haciendo falta tu mamá. Pensaste que sería agradable juntarte con ella a tomarte un café en el café de la esquina. Un lugar que recuerdas claramente, al cual acabas de pasar manejando y te diste cuenta que todavía estaba funcionando, después de todos estos años, 17 años después… ¡Recuerdas haber sacudido tu cabeza al ver que el negocio seguía ahí!...” » Jenny, imagina que estuviste feliz de haber recibido la invitación, pero más todavía teniendo la alegría, la oportunidad de encontrarse nuevamente en esta ciudad… Algo que trajo bastantes recuerdos, y estuviste de acuerdo en reunirte con ella en el horario convenido… —En este instante estoy hablando con una niña que en ese momento paro de gritarle a la mamá — explica Epston, y prosigue leyendo la historia que creo en esa entrevista: “Ambas no podían evitar reunirse nuevamente desde el momento en que se vieron. Cuando se encuentran madre e hija resuelven que no dejaran pasar tanto tiempo hasta volverse a encontrar…Se saludan con un abrazo, ordenan un capuchino, algo bastante común y prosiguen inmediatamente a hablar. Hasta este día que no hablan… » Esta conversación las lleva atrás hacia ese momento cuando ustedes dos, tú como mamá soltera de tu hija… y los recuerdos de cómo tú como hija creces para volverte la mamá que eres ahora… Y tú recuerdas como todas te recordaban como una mamá genial, con quien es capaz de compartir cualquier cosa, siendo la mejor amiga que una madre puede ser…
» Al voltearse miran el Centro de la Familia que estaba justo al frente del café donde están sentadas, y le preguntas a tu hija señalando el centro “¿Querida, recuerdas cuando tenias 13 años y fuimos donde ese señor ahí en ese centro?”… y la hija mirando nuevamente a ese centro, sintiéndose un poco incomoda por los recuerdos que le trae aquello que las llevo a esa reunión “Claro que me acuerdo, cómo me puedo olvidar de eso”… Jenny, tú querías insistir en el asunto “Yo quería hacer una pregunta desde hace mucho tiempo… He revisado muchas, muchas veces en mi memoria el haber llamado a la policía en esa ocasión y nunca he podido saber si hice lo correcto o no… ¿Qué hubieras hecho tú en mi lugar?”. » La niña espantada por el futuro mira a su mamá, quien para ese entonces estaba sacando pañuelos de su cartera para secar sus lagrimas, toma la mano de la mamá y diciéndole ahora con tono de voz maternal, le dice “No, mamá… hiciste lo correcto. Sé que en ese momento estuve muy enojada contigo y te grite por tres semanas, incluso te odie por algún tiempo, pero creo que eso fue porque de alguna manera yo sabía que tú estabas en lo correcto. Pensé en cómo me hubiera sentido yo si alguien hubiera entrado a mi casa. De hecho estuve satisfecha que la policía me regañara de esa manera, porque no sabía que tan serio era esa situación.” — Termina de leer Epston y de inmediato agrega levantando su libro y riendo—: Si quieres leer más sobre este tipo de preguntas, te recomiendo que lo leas. —Bueno, yo tengo dos preguntas. Una por curiosidad… ¿En el caso de Sebastián la carta escrita al futbolista fue sólo un recurso metafórico o sí realmente fue enviada la carta y él respondió? —consulta otra de las asistentes. —Fue una acción bastante real —va explicando el terapeuta neozelandés—, pero resulta que durante ese momento el futbolista había sido acusado de abuso de alcohol en un periódico local. Y en respuesta a eso, el futbolista le dijo al periódico “Si no se retractan dejare de ser el capitán del equipo nacional”, y no se retractaron. Él dijo “Si no se retractan me salgo del equipo” y el periódico no se retracto… ¡Nadie volvió a comprar este periódico sabiendo que el mejor jugador de este país no iba a jugar a causa de ellos!
45 » Las personas generalmente dicen “¿No fue esto terrible?”… ¡No, claro que no! —aclara rápidamente Epston, y con la misma velocidad imagina una segunda sesión con Sebastián—. Hubiera estado entrevistando a Sebastián como lo vieron ustedes… como el futbolista le había dado una mano en un momento difícil de su vida, y como el futbolista vivía ahora un momento difícil… Si él (Sebastián) estuviera dispuesto a inspirarlo a él (el futbolista). » Mis preguntas hubieran sido: ¿Le podrías decir al futbolista cómo es que tú estas manejando el problema? ¿Qué tanto ha influido el hecho que ahora tú seas parte de su equipo en la manera en la qué él está sobreponiéndose al problema?, ¿Tiene algo que ver que tú te estés sobreponiendo al problema? Preguntarle sobre algo que él quisiera saber sobre ti. » Estas cartas son realmente escritas, no es un desastre que un futbolista tan famoso no responda. Todos saben que los futbolistas tienen muchas cosas que ocupan sus vidas. Pero ahora continúo escribiendo y ahora lo que hago es adicionar una nota diciendo algo como “Mira, lo que estás enfrentando ahora en tu carrera… considerando esto, lo último que estoy esperando es que me des una respuesta. Pero solamente te estoy escribiendo para dejarte saber que yo estoy en tu equipo.” —finaliza imaginando David Epston. —Gracias, la otra pregunta que quiero saber es que… —continua preguntando la misma asistente—. En los dos videos que vimos las familias fueron invitadas, pero por diferentes motivos no pudieron llegar. Quisiera saber si vamos a ver un video de una sesión familiar, y si no lo vamos a ver quisiera saber si pudiera contar de un ejercicio familiar para poder pensar en una familia donde hay visiones distintas, apreciaciones diferentes sobre los problemas, cómo hacerlo para que converjan los afectos y se construya colaborativamente un relato… —A las nueve de la mañana, mañana… — responde Epston entre risas. El dialogo continúa, pero esta vez es un asistente varón quien realiza un par de preguntas: —Yo también deseo hacer dos preguntas… — explica—. En ambos videos me llamo la atención que partiera preguntando… Recuerdo especialmente el
segundo, el de Sebastián “¿Qué es lo que el psiquiatra respetaba acerca de él?” (Pregunta realizada por Epston en la sesión) Y me recordó aquello de conocer al niño al margen del problema. Me gustaría que se explayara más en ese sentido, para poder relacionar esto con lo de externalizar o con resto de la terapia. —Esto no es únicamente conocer a la persona al margen del problema. Es algo diferente. La historia que recibiste fue un ejemplo de esto. La otra historia la vas a leer y también es un ejemplo sobre esto. La pregunta no es “¿Cómo conocer al joven fuera del problema?”, lo puedo poner de manera simple: “¿Cómo es que tu familia, tu comunidad, tu cultura… Qué es lo que ellos tienen para poder aportar en contra del problema una vez que el problema se haya identificado?” » O puedo plantear esta pregunta de otra manera: Considerando que el problema sólo te conoce a través de lo que él puede saber sobre ti o de la relación con tus padres, si tú fueras bastante justo con el problema ¿Qué crees que debería saber con quién se está metiendo el problema?... » Por eso es que estoy escribiendo este nuevo libro para extender esto. Así que la pregunta va a una gran variedad de historias, las cuales pueden potenciarse pues estamos informando al problema sobre aquellas cosas que el problema no sabe sobre la persona. Porque si realmente el problema supiera la verdad sobre esta familia hubiera dejando en paz a la persona y a la familia, o hubiera escogido a una familia más débil o con menos recursos. Pero los problemas son como economistas neoliberales; únicamente están interesados en un lucrativo y buen negocio… —En cada momento de la entrevista se abren muchas puertas —plantea otra oyente y de inmediato pregunta—: ¿Cuál es la manera en qué usted se orienta para saber cómo seguir? ¿Lo formula en palabras, lo siente? ¿Cómo? —Ese es otro taller completamente diferente… —bromea Epston—. Lo que hago, probablemente haga un poco de esto mañana, lo que hago es construir una entrevista sobre más o menos qué es lo que te apasiona en la vida. No es una entrevista clínica, pero es una entrevista. » Y lo que hago es disminuir la velocidad de mi mente, y comienzo a leer lo que ocurre dentro de mi mente, para
46 leérselo a ustedes. Lo que hago es disminuir la velocidad de mi mente y hacer más explicito de dónde vienen mis ideas. Cuando comencé a hacer esto, esto fue una sorpresa fantástica para mí. Darse cuenta que las fuentes no eran aquellas que yo creía que realmente eran… Así que probablemente haga esto de manera retrospectiva cuando vaya paso por paso revisando la entrevista mañana. » La manera en que esto se desarrollo fue que en muchos talleres las personas hacían esa pregunta: “¿De dónde salió esa pregunta?”; y esa pregunta me molestaba bastante. Era como un mosquito en una noche de verano (Epston aplaude como si intentara aplastar un insecto), pero se va y luego vuelve otra vez ese mosquito. Y probablemente mi frustración fue que no tenía una respuesta para eso, no sabía. » Así que lo que hice fue entrenarme a mí mismo… y esto ocurrió en un momento en que una persona me dijo, se lo agradecí después, él me dijo “usted no tiene ningún derecho de enseñar, si usted no tiene la capacidad de responder estas preguntas”. En ese momento no me agrado su comentario, pero luego me reuní nuevamente con esa persona y le agradecí mucho esa pregunta. » Y las fuentes son bastante diferentes de aquello que puedas especular, pero eso lo haré mañana. Fue algo que me sorprendió bastante… —concluye Epston conservando el suspenso. Con esto finaliza el primer día del taller. Los asistentes volvemos a nuestras casas u hoteles reflexionando. Nos vamos pensando sobre la terapia, las prácticas narrativas y las aproximaciones lúdicas. Nos marchamos colmados de los recuerdos que Epston sabe cómo evocar, figuras de nuestra niñez que sabían escucharnos o habilidades y talentos olvidados al crecer. Pensando en los recursos y “maravillosidades” de los niños, adolescentes y familias que trabajan junto a nosotros. Sorprendidos de la creatividad, imaginación y curiosidad de Epston. Y especialmente, nos vamos cargados de energía y grandes expectativas para las nueve de la mañana de mañana.
PASO A PASO ENTRE NUESTRAS DUDAS SEGUNDO DÍA DE TALLER El segundo y último día de taller ha llegado. David Epston y Marcela Polanco están listos para continuar compartiendo el espíritu de las prácticas narrativas, sin embargo aún faltan algunos asistentes. Epston decide utilizar estos primeros momentos para responder nuevas dudas mientras esperamos al resto de los profesionales. —Con bastante frecuencia después de algún taller ustedes piensan más tarde sobre lo que comentaron y se dicen a ustedes mismos “realmente lo que quería decir era…”; ¡Esa es la razón por la que me gustan los talleres de dos días! —exclama David, luego mira a una de las profesoras asistentes y le señala—: Me gustaría responder nuevamente a tu pregunta… » Me hubiera gustado hablar sobre otro camino bastante obvio para explorar… Llegue a este camino a través de mis discusiones con Marcela. La manera en que esto ocurrió fue a través de la consulta que me hizo Marcela sobre hacer la traducción de algunos de los textos de Michael White de inglés al español. Ella me comentaba que leía textos de Gabo y que algunas palabras de Gabo le ayudaban en su traducción —En este punto Marcela Polanco aclara que Gabo es una manera afectuosa para referirse a Gabriel García Márquez. —Yo le preguntaba “¿Quién es ese Gabo? ¿Un amigo tuyo?” —bromea Epston hablando con Marcela, y continúa—: y ella se rió y me dijo “¡Ah! Se me olvido comentarte que él es Gabriel García Márquez”… Ahora, yo siempre he pensado que la conexión más cercana al estilo de la terapia narrativa es el género literario del realismo mágico. Yo leería la novela “Cien años de Soledad” y de esa manera tendrás todo la imaginación que puedas tener. » Marcela publicó hace poquito un artículo titulado “Repensar la terapia narrativa desde el realismo mágico y el bilingüismo”, y le pregunte si ella podía hablar un poco en español acerca del artículo. —El artículo… —comienza diciendo Marcela entre risas por lo divertido que resulta escucharla ahora como autora y no sólo como coautora de Epston— El artículo es básicamente sobre la exploración de cómo la
47 terapia narrativa se ha entendido como una práctica que lo que hace es sacar la historia alterna y ponerla en un posición de dominancia… como invertir la historia de dominancia y las historias alternas. Lo que me parece a mí es que el realismo mágico cuestiona un poco eso, que me parece una interpretación errónea de la narrativa; porque lo que hace es sostener dos historias sin jugar con la posición de poder, sino más bien encontrar el valor que tiene el encuentro de estas dos narrativas simultáneamente. » Y por otro lado la exploración del lenguaje poético de García Márquez… Si ustedes han leído las novelas, yo las leo cuando estoy lejos de mi país y cuando las estoy leyendo me transportó inmediatamente a Colombia, a una Colombia que yo ni siquiera conocía cuando vivía en Colombia… Y le atribuyo eso al lenguaje poético que se usa en las novelas, lenguaje que para mí es muy similar al lenguaje poético que Michael y David utilizan en sus cuentos; como las historias que leíamos ayer, como el cuento que vamos a leer hoy que nos transportan a esas realidades. De tal manera que el lenguaje no representa una realidad, sino que el lenguaje la construye y contribuye a que la persona este vivenciando en ese momento el evento. » Y el bilingüismo también se refiere a la capacidad, a lo que se refería David, a la capacidad de aprender otro lenguaje y manejar dos lenguajes: El lenguaje del problema y el lenguaje de una narrativa alterna. — finaliza Marcela. David agradece sus palabras y continúa: —También tengo curiosidad por saber, ya que en el idioma inglés se considera a una persona como el sucesor de Gabriel García Márquez al autor chileno Roberto Bolaño… ¿Algunos de ustedes han leído a Roberto Bolaño?... ¿Saben ustedes que en el lenguaje inglés él es en la actualidad considerado probablemente como el mejor escritor desde los tiempos de Joseph Conrad?... Considerado como los mejores escritores que han escrito en inglés desde el siglo XIX, aunque Conrad era polaco. » Cuando leo algunas de las revisiones que se han hecho sobre los libros de Bolaño, jamás he leído revisiones tan buenas como se las han hecho a él. Pero ustedes saben ese viejo dicho “Nadie es profeta en su tierra”, y creo que es más el caso considerando que él era un exiliado…
Ustedes saben que sus libros son de 900 páginas, ¡En ese tiempo perdí dos semanas de sueño con el titulo 2666! » Bueno, suficiente por ahora de literatura, aunque hay otras preguntas… —dice Epston invitando a uno de los profesores organizadores del taller a realizar sus consultas. —Gracias David… Ayer nos mostraste dos historias, la de Sebastián y Jermaine. En ambas historias utilizaste el mapa de externalización y me preguntaba lo siguiente —introduce el profesor— ¿La trama entre los personajes protagonistas y el problema es siempre una antítesis de un protagonista y un antagonista que construye una historia heroica? ¿Tiene que ser de esa manera siempre? —Yo creo que esa es una manera de preguntar si sólo existe una forma de construir historias — reformula David—. Si tú te pusieras a pensar que hay una gran variedad de maneras de construir historias y que hay muchos intentos de hacerlo 4, 9, 27 dependiendo de la teoría literaria. Yo probablemente consideraría que hay 36. Pero lo que me parece es que esa es una pregunta muy buena, y agradezco tu pregunta porque no quisiera que las personas pensaran que esta es la única trama. » Pero recuerda… ¿Alguna vez has oído de circunstancias tan graves como las de un joven que estaba muerto, pero que no se había muerto todavía y que de acuerdo a él había estado a punto de perder su vida por casi 300 veces o de las circunstancias extraordinarias de un niño que había sido puesto en exilio en su propio país?... Así que considero que uno puedo establecer una trama de una manera consistente con sus circunstancias. » Ahora recuerdo a alguien que hizo el comentario que “probablemente deberías buscar otro trabajo” al desarrollar una historia de alguien que había perdido a su madre y que debía “conquistar al duelo” o “ganarle al duelo”. Eso realmente no tuvo ningún sentido para mí. Sin embargo algo es bastante importante en la elaboración de una historia y es la “tensión dramática”, no obstante eso es algo que se logra… » Ahora vamos a revisar una historia de una joven que se ensucia los pantalones y se van a dar cuenta que es una historia bastante cómica, aunque no era algo cómico para nadie hasta ese momento…
48 Hay una diferencia cuando vas a nadar y cuando estás en las circunstancias de evadir un tiburón. Alguien que está mirando desde arriba va a notar que estas nadando de una manera diferente. —Cada vez que utilizaste el mapa de externalización tomaste algunos eventos biográficos de las personas que estaban siendo entrevistadas, algunos personajes de Jermaine o algunas circunstancias con su madre, y estos hechos entonces fueron tomados y se invito a Jermaine y Sebastián a conectarlos en una trama — ¿necesariamente tienen que ser hechos biográficos lo que se le pide a las personas o pueden ser sólo actos de la imaginación? —Puede ser absolutamente cualquier cosa… — esclarece Epston —. Por ejemplo, ¿recuerdan cuando Jermaine habló sobre cómo casi perdió su vida la noche anterior y sin embargo retomó su tratamiento y no estuvo de acuerdo con la muerte?… Yo le dije que no sabía nada sobre eso y si podía hacer algunas preguntas al respecto, luego continúe haciendo algo que es muy típico de mi estilo de trabajo, es hacer categorías de lugares que podemos visitar en búsqueda de la respuesta, y le empecé a preguntar “¿Tenias alguna visión?” y la respuesta fue “No lo sé… ¡Ya sé cual es! Me desperté cuando oí mis propios ronquidos”. » ¿Crees tú que de las 200 o 300 veces que fue al hospital alguien hubiera preguntado esto?, él no está acostumbrado a que le hagan preguntas de las cuales sólo él tiene respuestas, las preguntas generalmente son “¿Si ha tosido o no?” y las respuestas recaen básicamente en la otra persona. » Pero déjenme decirles que hubiera continuado haciendo y el porqué hago esto. Estas son preguntas que sirven como portales para seguir explorando: “Ya que esto sucedió en la noche, ¿Tuviste alguna visión o un sueño?”, “¿Leíste algún libro que te informo o dijo algo importante?”, “¿Hablaste con alguien que te haya dado algún consejo?” “¿o simplemente una idea se te vino a la cabeza sin explicación o fue algo más?”. Las preguntas tienen diferentes caminos de exploración… Estoy seguro que lo hice con la entrevista que vamos a ver, pero no sé donde… » Podrías hacer la pregunta de ¿Cómo elaboras estas preguntas?, ya que he hecho preguntas sin ningún tipo de elaboración especial; pero varias veces he ido estudiando el tipo de circunstancias bajo las que las
personas cambian la dirección en sus vidas. Algunas personas me cuentan que han leído algún libro, otros me han contado que han estado en la cárcel y que algún compañero les ha leído un pasaje de la biblia, algunas personas dicen que tienen anhelos por algo o que han tenido ángeles que se les han aparecido… » La más reciente fue el otro día… Sin dar muchos detalles ésta era una persona que había estado hospitalizada por 15 años y me estaba contando que ella quería morirse, ella había estado diciendo esto por bastante tiempo y esa era la razón por la que estaba hospitalizada. Yo le dije “Tienes 53 años, algo debe estar manteniendo viva…” y ella dice “Sí, claro”, yo le pregunto “¡¿Qué?!”, y ella dice “Los ángeles”; yo le digo “Estoy bastante interesado en los ángeles, ¿Son blancos y tienen alas?” y ella me dice “No, no seas ridículo. Nada que ver…”. Y entonces le digo “Entonces dime ¿cómo son?”, ella dice “se ven como las personas”… » Casualmente yo iba a viajar a Australia el día siguiente y le conté que iba a viajar a Mellbourne mañana “Crees tú que me vaya a encontrar con un ángel mañana en el avión” y ella me respondió de manera sorpresiva “Tal vez haya una alta posibilidad”, le dije “¿Por qué?” y me dijo “Porque me subí a una avión una vez y tenia tanto miedo que ésta mujer sentada al lado mío me sostuvo la mano y ella era un ángel”… Esto lo he oído por bastante tiempo y ya tengo conocimiento sobre los ángeles y ya sé cómo hacer preguntas al respecto. Hasta el momento ella ya ha conocido hasta 53 ángeles y me dice que yo estoy a prueba —bromea Epston—, tal vez algún día me convierta en un ángel… —Nos hablaste de Sebastián y Jermaine ayer… y estos son eventos de tu vida como terapeuta ¿Por qué subrayar estos eventos en tu vida? ¿Qué representan? ¿Qué es lo que proponen? —interroga por tercera vez el profesor. —Acabo de leer una revisión que se hizo sobre una publicación, editada por una persona llamada Carlson, el libro se llama “Duped” (Engañado) y su subtitulo es “¿Cómo los clientes engañan a sus terapeutas?” —relata Epston; aquí es relevante aclarar que David no recuerda el segundo título del libro, el que verdaderamente es “Lies and Deception in Psychotherapy”—. Leí la revisión y me pregunte si otro libro debía ser escrito igualmente “¿Cómo es que mis clientes me han hecho creer que hay algo más sobre este
49 mundo de lo que yo sabía?”. De hecho hice una petición a una revista para ver si los terapeutas podían enviar historias sobre aquellos clientes que comprenden ahora sus vidas de una manera más enriquecida. » Esta es una historia durante el comienzo de nuestro trabajo, de Michael y mío. Cada vez que yo iba a enseñar a Australia iba a Adelaine y ambos trabajamos juntos. Al principio yo estaba detrás de la sala Gesell y luego, después de un tiempo, ya hacíamos la sesión juntos. Pero yo recuerdo que después de cada sesión, ¡Se podía predecir! Él me iba a hacer este comentario y yo le haría este comentario sin importar el estado o la edad de la persona; independiente que fuera una persona joven o una persona más adulta, y siempre el comentario era: “¡Ojala yo fuese como esa persona!”… Es una perspectiva bastante diferente, ¿ves?; sobre la manera como comprendemos a las personas a las que comenzamos a conocer. » Déjame y te leo algo —Epston toma una carpeta de su escritorio y busca algo entre sus papeles, aclara que leerá un escrito de Michael White hablando de lo mismo, pero de una manera más formal—, “¿Qué es la solidaridad?... Estoy pensando en una clase de solidaridad que es construida por terapeutas quienes se rehúsan a marcar una distinción fuerte entre sus vidas y las vidas de sus consultantes. Quienes se rehúsan a marginaar a aquellas personas que buscan ayuda, por terapeutas que constantemente están cuestionando el hecho de que al estar enfrentado situaciones similares de tal manera como lo han venido haciendo y han puesto a otros en circunstancias problemáticas, en ese caso ellos no podrían estar bien con ellos mismos”. Epston consulta por una siguiente pregunta y esta surge rápidamente. En esta oportunidad desde la voz de otra asistente: —David lo que yo te quería preguntar es… Si bien creo que quedó claro de una manera muy bonita la importancia de ver cómo la persona responde al problema; me falta escuchar formas por las cuales tú honras las dificultades por las que ellos han pasado. Sobre todo en casos que estás trabajando con personas que están en una situación con privilegios distintos a los tuyos. —Gracias también por esa pregunta… —inicia su respuesta Epston—. Obviamente los dos videos que
viste, estos no pueden ser considerados como unas primeras sesiones. En ambos casos fueron sesiones número 100, yo estoy simplemente entrando después de 99 sesiones, así que tengo que asumir que el problema ha sido dibujado de una manera bastante minuciosa. Y considerando que únicamente tengo 60 minutos… Estas para nada son primeras sesiones, sino que son la última sesión. Así que lo que no estás viendo es una primera sesión, sin embargo la historia que leíste fue la primera sesión y la historia que vamos a leer hoy también es una primera sesión. » Ahora, tradicionalmente la terapia narrativa hace una indagación sobre el problema, de llegar a conocer el problema, es a través de las preguntas de influencia relativa que son bastante conocidas y hay bastantes escritos disponibles al respecto; y con Jermaine hice sólo una de estas preguntas: “¿Cómo es que el asma te ha estado dando un momento difícil?”. » Si esto hubiera sido una primera sesión le hubiera hecho otra serie de preguntas, le hubiera preguntado: “¿Te ha enseñado que no tienes mucho por lo que vivir?”, “¿Te he intentado convencer que por ser bajito eres menos como persona y que las personas se miden en base a los centímetros?”, “¿Te ha hecho creer que estás bajo la merced de tu cuerpo?”, “¿Te ha hecho creer que debido a todos los esfuerzos de emergencia que se han tenido que hacer en nombre tuyo tú no tienes ninguna influencia sobre tu propia vida?”, “¿Te ha hecho perder mucho tiempo de colegio?”... Probablemente él te responda “Sí, no he ido al colegio más que por una vez al mes”, la pregunta entonces “¿Te ha hecho creer que tú tienes otra clase de cerebro?”… “¿Te ha hecho pelearte con tu mamá por tu bienestar?”, “¿Qué tú o ella tengan que estar pendientes del asma?”, “Has encontrado que varios jóvenes de tu edad, quienes han sido capturados por el asma desde los 6 meses, ¿has encontrado que te ha disminuido y que en lugar de ser un joven de 17 eres un niño de 12 años?”, “¿Te ha hecho tener resentimiento?”, “¿Pensar que realmente eres más joven de lo que dice tu certificado de nacimiento?”, y puedo continuar con este tipo de preguntas por horas… » Pero lo vas a ver a través de un trabajo bastante radical, a partir del cual empiezo a conocer del problema de una manera bastante diferente. Así que si no hay más preguntas, ¿qué tal si empezamos entonces?…
50 Terminado este primer espacio de preguntas del día, Epston nos sugiere ver como su trabajo en terapia narrativa ha evolucionado hasta la actualidad, señala recordar como esto sucedió y contar con un relato y un video que lo ejemplifican. Epston aconseja guiar la lectura del relato con la siguiente situación imaginaria y las siguientes interrogaciones: —Si ustedes son estudiantes consideren las siguientes preguntas —indica Epston—, ¿Qué hay en esta historia, si ustedes la hubieran hecho, sobre lo que ustedes hubieran sido corregidos por su profesor o profesora, supervisor o supervisora?... Para aquellos que no son estudiantes ¿Qué es lo que veo aquí que nunca había visto algo así?... Luego el terapeuta neozelandés explica brevemente la utilidad de estas preguntas guías, su utilidad es orientarnos a lo inusual o novedoso; incluso dentro de las bases de la terapia narrativa. Dicho esto, Epston da paso a la lectura de su relato. Marcela Polanco acompaña nuestra revisión del texto leyéndolo en voz alta. En esta ocasión la historia es sobre Serena, una niña de once años, y su madre Jenny; ambas asisten a sesión enojadas mutuamente. Epston inicia la entrevista sin hablar del problema, orientándose a conocer las “maravillosidades” de la niña. A medida que la madre y la hija van describiendo las habilidades y talentos de Serena, David va solicitando ejemplos e historias al respecto. Simultáneamente Epston interroga sobre las conexiones entre los recursos de la niña y las enseñanzas de la madre. A continuación el terapeuta habla sobre el problema que es bautizado por la joven como un problema de “interiores sucios” (encopresis). Epston comparte con Serena su aprendizaje sobre algunas de las fechorías que el problema de “interiores sucios” les ha jugado a otras muchachas de su edad. Finalmente Epston invita a la niña a utilizar una táctica de “poner presión sobre sí misma para poner presión sobre el problema”, bautizan esto como un “truco limpio”. Epston comparte con Serena algunos ejemplos de cómo otras jóvenes han puesto presión sobre sí mismas para poner presión sobre el problema (Esto consiste en renunciar a objetos o actividades que le
gustan cada vez que el problema triunfa). Tras lo cual la madre, la niña y el terapeuta construyen un acuerdo y un plan detallado de cómo llevar a cabo esta solución. Una vez concluida la lectura, Epston otorga 20 minutos para formar grupos y discutir lo leído, sugiere que los grupos sean formados entre estudiantes y no estudiantes. Posterior al momento de conversación, David y Marcela nos invitan a elaborar una lista de aquellos elementos considerados sorprendentes e inusuales. El siguiente dialogo con los asistentes se desarrolla velozmente, mientras Marcela y David anotan en la pizarra o hacen algunas preguntas para aclarar las ideas. —Un primer aspecto que nos sorprende es que la historia parece perfecta y cómo los participantes van colaborando y disponiéndose rápidamente. Es una “historia perfecta” —señala uno de los asistentes. —¿A qué te refieres con “historia perfecta”? — pregunta con curiosidad Epston. —La madre y la hija venían muy contrariadas y había una expectativa negativa… Me impresiona el rápido efecto que la madre hable sobre las “maravillosidades” de su hija, y que finalmente lleguen a una resolución tan rápida —aclara otra integrante de ese grupo. —Sobre lo que nos hubieran corregido, eso es no haber hecho un diagnóstico más profundo inicialmente —continúa el primer asistente, retomando el ejercicio imaginario propuesto por Epston. —Nosotros imaginamos lo anterior desde una supervisión narrativa, pues esa es nuestra experiencia —contextualiza el representante de un segundo grupo de conversación—. Lo primero que nos hubieran dicho es que vamos muy rápido. Lo segundo que podría ser base de corrección es lo rápido y directo que fue al bautizar el problema, al proponer un nombre. Y tal vez lo último que nos llamó la atención es que en esta forma de trabajo el discurso es simultáneo al hablar de las habilidades y el problema. —¿Esto último fue como algo positivo o negativo? —interroga Marcela Polanco. —Como algo positivo… Es que tal vez nos hubieran dicho que nos tomáramos el tiempo para hablar bien sobre el problema y luego nos tomáramos
51 el tiempo para hablar bien de las habilidades. Aquí el discurso es mucho más fluido al hablar de las habilidades y el problema al mismo tiempo —aclara el representante. A continuación otra profesional asistente resume las reflexiones de su grupo: —Algunas cosas que reflexionamos… Uno, un supervisor nos diría que no caracterizamos mucho el problema que no dimos mucho espacio para armar la trama del problema. Otra cosa tiene que ver con dar por hecho muchas cosas y no explorarlas; por ejemplo la mirada entre madre e hija, esa mirada de “si hablas de esto te mato” que hizo al terapeuta asumir que mejor no se hablará de eso, que no se mencionara la palabra “caca”. Dando por hecho algo que él interpreta. Y otra cosa que va por la línea de ir muy rápido, es que un supervisor nos hubiera dicho que nos centramos muy rápidamente en las soluciones —concluye la asistente, al mismo tiempo que Marcela y David agregan sus comentarios a la lista. —Hay tres cosas. Lo primero es la estructura “¿Cuéntenme cual es el problema?”, no se partió por allí. Que “seguimos una pésima estructura de entrevista”, que “estaba muy desordenado” —señala un cuarto representante, imaginando las correcciones de un supervisor—. Lo otro que habría estado muy mal hecho y nos habrían tirado las orejas y dicho “No conoce la historia del problema desde que empieza a… ¿Cuándo empezó el problema? ¿Qué ha tratado de hacer al respecto? ¡No tiene idea!”… Muy poco rigurosa la descripción de la historia del problema. Y además esta cosa de compararlo con otros problemas similares de otros niños como diciendo “Mal de muchos, consuelo de tontos”, “¡A todo el mundo le pasa!”. Finalizado el comentario, Epston sugiere preguntar a los profesionales más “veteranos” o “veteranas”. Ente risas, una de las profesoras asistentes responde: —A mí lo que más me sorprende es ver como el problema fue personificado y empieza a interactuar casi como un personaje más. Y eso me pareció… Nunca se me habría ocurrido que uno puede “entificar”, de ente ontológico, al problema y hacerlo interactuar. Luego otras de las asistentes manifiesta: —Otra cosa que yo no había visto, y que puedo reconocer en sus virtudes, pero me genera mucha
inquietud, lo voy a decir en términos más extremos para demostrar lo que quiero decir y es que “se le pida a la niña que se castigue a sí misma”… Eso me produce mucha inquietud porque en primer lugar lo que aparece para mí es las diferencias que eso conllevaría con relación al tema de género. Creo que para las mujeres el tema del “auto‐vigilarse” del “castigarse” es muy fuerte; y también en relación a la suciedad y la limpieza es diferente el trato que hay entre hombres y mujeres. —Permíteme que responda al respecto — introduce Epston —. La madre ha puesto presión sobre la hija, al igual que el colegio. Además estaba el riesgo que probablemente la joven no podría volver al colegio, ya que se consideraba un “riesgo higiénico”. Y lo que ella estaba haciendo en respuesta a esta situación era esconder sus interiores poniéndolos debajo de los arbustos fuera de la escuela… » ¿Recuerdan que alguien dijo que yo hice un supuesto?, pero es como el dicho “las miradas matan”, si las miradas mataran la madre ya habría estado muerta. Lo que significa su respuesta de “No quiero el problema, y no quiero que el problema siga afectando mi vida”. ¿Pueden ustedes imaginar el número de veces que su madre le haya dicho a ella “¿Por qué no haces algo sobre el problema?” Yo podría especular unas tres mil o cuatro mil veces, ya que he trabajo con muchos jóvenes que han tenido problemas de esfínter, más o menos durante 12 años. » De hecho en el libro que traje acá (“Down Under and Up Over”; Epston, 2008) hay un capítulo especial sobre una aproximación a problemas bastante intratables de problemas de esfínteres. En todas esas ocasiones, los jóvenes eran de más o menos 14, 15, 16 años; pero cuando miran a la edad promedio, ya sea de la madre, el padre, el hermano o las historias de los tíos o tías; la historia promedio es de cuando ellos tenían 17 años. » Así que preguntarle a una persona que tiene esta urgencia de poder mejorar, le puede decir uno a ellos como padre o madre “yo puedo ir al gimnasio para recuperarme” o podrías decir “mejor porque no vamos juntos para solucionar juntos el problema” o podrías decirle “¿por qué no vas tú al gimnasio para que te pongas en forma?”; algunas de estas opciones son más bien superficiales. No importan cuantas veces la madre haya ido al gimnasio para estar en forma, no habría
52 tenido ningún efecto evidente en que la niña se pusiera en forma. » Así que todos saben que están bajo presión, aunque desafortunadamente en este momento el profesional del departamento de salud del colegio le pone más presión a la responsabilidad de la mamá. De hecho la niña ya ni siquiera quiere hablar sobre el asunto; si la mamá se le acerca para hablar sobre el problema, esto es lo que hace la niña (Epston se tapa con los dedos sus oídos)… Entonces qué es lo que pasa cuando las personas no escuchan; quien habla pone presión sobre sí mismo para poder gritar o hablar. Así que lo que podrías hacer alejado de la externalización es que la madre le grite o diga a la niña “Póngase presión a usted misma”, que es bastante diferente de decir “Póngase presión usted misma para poner presión sobre el problema”. » ¿Notaste la manera en que la niña respondió a esto?, el hecho de ser capaz de ponerse presión a sí misma y poder renunciar a todos sus artículos electrónicos. ¡No sé como las cosas son aquí, pero en la juventud de Nueva Zelandia esto es como si te cortaran las piernas!... Entonces es que te pido que consideres el porqué. Recuerden que la madre le dijo que no lo hiciera, que era bastante presión dejar el teléfono celular. Es bastante diferente decirle a alguien que deje de poner presión sobre otro para decirle a la niña que ponga presión sobre sí misma para poner presión sobre el problema. » En una historia como esta me parece difícil poder incluir cada detalle de la entrevista, te sorprendería si le hiciera preguntas como estas a la mamá, tenía que hacerlo pero no lo hice. Si estuviera trabajando como usualmente lo hago, “¿Ha encontrado que el problema de la caca le está poniendo mucha presión a usted para estar vigilando a Serena?”, “¿Serena, has notado que este problema de la caca ha llevado a que tu mamá te este espiando cada vez después de la cena?”, “¿te molesta algo de ser una niña de once años y que tu madre te esté pidiendo ver tu ropa interior?”, “¿te parece que esa es una presión que el problema está poniendo sobre ti?”... La pregunta o la consideración aquí es ¿En qué lugar se pondrá la presión?, por más que la madre ponga presión a la hija eso no tendrá efectos en los procesos digestivos de la niña; de la misma manera que la madre vaya al gimnasio no tendrá efectos en que la niña se ponga en forma.
» Aprecio tú preocupación, pero mira la respuesta que tuvo la niña hacia esta pregunta “Ahora tenemos una vía para poder vengarnos por un periodo de 6 o 7 años de la humillación”… Porque de todos los problemas de los jóvenes con los que he lidiado el problema más humillante es el problema de encopresis, donde si los compañeros o compañeras saben de este problema tú realmente estás muerto —concluye Epston mirando a la autora del comentario—. No sé si respondo a tu preocupación… —Me ayuda, pues ese es el valor que yo le había reconocido —señala la asistente—, pero no las elimina. Creo que para mí es algo que requiere pensarse más, distinguir mejor. Entonces Epston adopta una postura reflexiva y agrega: —Déjame darte otro ejemplo similar con jóvenes que están afectados por el asma. Cuando las vidas de los jóvenes están afectada significativamente por el asma, no sería razonable que los padres no estuviesen permanentemente en vigilancia; así que hago el siguiente tipo de preguntas: “¿Los ha llevado el asma a dividir su vigilancia de una manera poco justa entre ustedes?”, ellos dicen “¿Qué quieres decir con esto?”, yo respondo “Si todo el porcentaje de vigilancia del asma fuese un 100% ¿Qué tanto de ese porcentaje es suyo como papá o mamá vigilando a un joven de 16 años?”, más o menos la respuesta es del 99%. » Ahora preguntándole al joven de 16 años “Es bastante difícil que alguien este vigilando el asma ya que tienes que quedarte en casa todo el tiempo, ¿Qué tanto del porcentaje de vigilancia del asma haces tú y que tanto hacen tus papás”, él responde “Yo hago más o menos un 30% y ellos un 70%”, “Tú sabes cuando juegas futbol y un contrincante se dirige hacia ti… ¿Tú crees que sería una buena idea defenderte en contra de su ataque o crees que deberían venir tu mamá y tu papá a ayudarte porque obviamente ellos son más adultos, tu papá pesa aproximadamente 20 kilos más que tú, probablemente ellos tengan más sabiduría?”, su respuesta es “No, Claro que no”, “¿Por qué no?” le pregunto, “Porque a ellos les tomaría mucho tiempo llegar al campo de futbol”. » Esta persona tiene más o menos 10 segundos de notificación antes que le dé el ataque, “¿Qué pasaría si el asma te ataca rápidamente y tienes que llamar a tu papá y a tu mamá todo el tiempo?”, los papás están así
53 (Epston entreabre la boca en una expresión de sorpresa); probablemente el joven respondería “Perdería”, “¿Cuéntame cómo te gustaría reordenar el balance ante la posibilidad de vigilar a tu propia asma, y que tus padres te sustituyan cuando te sientas cansado o necesites ayuda?”… » Así te puedes dar cuenta cómo el efecto de los problemas hace que las personan pongan presión sobre ellos de tal manera que sus acciones ayudan al problema mismo, de tal manera que esto tenga una consecuencia divisoria dentro de la familia… Epston concluye su respuesta y levanta su mano para señalar una pausa y solicitar paciencia. Inicia de esa manera la narración de otra historia relacionada a la encopresis. —Permítanme contarles esto que sucedió justo antes del día de venir. Es un caso que estoy consultando sobre un joven de 8 años que se hace en la ducha todos los días. Creándolo o no, los padres limpian todos los días la ducha, vienen a recogerlo y colocan eso en el inodoro —describe Epston haciendo la mímica de las acciones—. Yo consulte con mi colega Kei, y luego nos enteramos que el niño acababa de cumplir 8 años. Kei, mi colega, no había podido hablar con él, simplemente se tapaba los oídos (Epston imita esto colocándose los dedos en las orejas). » Ella me llamó después de la sesión, preguntándose si debía haber devuelto el dinero a la familia; yo le respondí “no te apresures, pero llama a la mamá y pídele que haga un poster para que lo ponga en la puerta del baño: “Cualquier persona menor de 8 años no puede utilizar este baño. Utilice la ducha… Tu amigo, La Caca Traviesa.” Esto junto a un dibujito de la caca” —detalla Epston sacando carcajadas—. El niño vio el afiche, lo arrancó y uso el inodoro. » Mi colega me llamó y entonces me dijo “¿Qué hacemos ahora?”, le dije: “Pongamos otro afiche. Habla con la mamá y dile si ponemos algo como esto: “Tú, bruto… ¡Odio estar aquí en el alcantarillado! Pase por aquí y de regreso un pescado me sonrió… ¡¡Por favor, vuelve a ser pequeño!!”. Después de esta divertida historia se realiza una pausa de descanso. De regreso David Epston contextualiza un tercer video. Señala que la entrevista que veremos a
continuación sucedió en circunstancias especiales. Encontrándose Epston en Detroit debía viajar a Boston el día siguiente, lugar donde se realizaría un taller de dos días para cien personas. Lamentablemente una intensa tormenta de nieve retraso el viaje, extendiéndolo a 10 horas. Cinco de las cuales los pasajeros debieron permanecer en el avión y prepararse para despegar a gran velocidad por la única pista que se encontraba limpia de nieve. En el interior del avión las personas intentaban suprimir el miedo y el pánico, confundidas por el retraso y preocupadas por volar bajo ese clima. De modo contraproducente las azafatas pretendían hacer bromas y chistes volviendo el ambiente aún más tenso. En definitiva Epston llega tardíamente a su destino, sintiéndose enfermo tras el viaje. Una de las organizadoras del taller le da la bienvenida y rápidamente le advierte que han preparado una entrevista en vivo con una familia. Epston intenta negarse, sin embargo ella insiste argumentando que se trata de una “emergencia psiquiátrica”. Considerando que no puede rechazar la actividad, Epton sugiere dividir la entrevista en dos partes, una para cada día del taller. Los organizadores se aseguran telefónicamente que la familia está de acuerdo. De igual manera Epston solicita a quien será en ese momento su co‐terapeuta que evite hablarle sobre el problema, pues planea orientar esta primera parte de la sesión a conversar y explorar los recursos con los que cuenta la familia para hacer frente a las dificultades. Para ilustrar su mal estado de salud en ese momento, David menciona que desarrollo los primeros minutos de la entrevista en la sala de espera. Espton sólo descubrió que estaba en la habitación equivocada cuando uno de los organizadores entra molesto en la sala. En consecuencia los primeros 20 minutos de la sesión no fueron grabados. Luego de la aclaración Epston nos informa que Katie de 13 años, la hija de la familia, se encontraba diagnosticada con un trastorno conversivo. Desde hace dos meses la niña rechazaba ir a la escuela argumentando que padecía de una ceguera. Ceguera que se mantenía de lunes a viernes. La familia compuesta por la niña, la madre y un joven padrastro había consultado 4 o 5 oftalmólogos, todos ellos rechazaban una causa médica o biológica.
54 Epston complementa la contextualización entregando antecedentes sobre la violencia de género sufrida por la madre con una pareja anterior, razón por la cual la madre había estado en terapia durante dos años. También Epston nos explica que debido al fallecimiento de un familiar, Katie, su mamá y su padrastro no pudieron asistir el día siguiente a la segunda parte de la sesión. Antes de mostrar la grabación, y como ya se ha vuelto una costumbre, David comenta algunos resultados de la entrevista. Esta vez señala que tras el fin de semana, la familia se reunió con la terapeuta que trabajaba con ellos. La profesional notó a la familia energizada, además la niña había decidido asistir nuevamente y desde ese mismo lunes a la escuela; de forma similar ya no consideraban a la ceguera un problema, pues había desaparecido. Epston nos invita a intentar descubrir cómo fue que sucedió una solución tan de prisa. También nos sugiere ver completamente el video de la sesión, y luego ir paso a paso, pregunta a pregunta analizando la conversación. Finalmente nos propone reflexionar sobre una idea generada por Margarita Boom, terapeuta latina, idea asociada a “rescatar el honor de las familias y el de sus ancestros”; idea que en ingles Epston relaciona con “restaurar la dignidad de las personas”. Al observar la grabación de Katie y su familia, Epston inicia resumiendo la primera parte de la conversación acontecida en la sala de espera. Por su síntesis se puede suponer una conversación dirigida a explorar los valores familiares, junto a las creencias religiosas de la madre y su pareja; ideas que son asociadas a la constitución de la familia actual. También se reconoce la revisión de algunos recursos, talentos y habilidades en la familia, además de sus sueños y esperanzas. Se destacan los aspectos positivos mencionados sobre la niña en relación a su integración en un grupo de marcha (un club de desfile estilo militar) y pequeños avances en la habilidad de deletrear. Todo esto unido en un resumen positivo y optimista construido por Epston. Finalizada la síntesis, Epston pregunta por un nombre para las habilidades de Katie, la niña acepta bautizarla como “determinación” y luego exploran como este talento se relaciona a las enseñanzas de la madre, quien a los 40 años había retomado sus estudios y estaba
dispuesta a iniciar la universidad. Posteriormente Epston continua explorando como madre e hija han sido inspiraciones la una de la otra; permitiendo con esto que se hable sobre cómo Katie lucha contra sus problemas de aprendizaje. En seguida continúa revisando las habilidades de Joe, el padrastro, como un hombre generoso y que ha cambiado volviéndose una persona preocupada por otros. Uniendo en la narración la determinación de Katie y la generosidad de sus padres; y buscando eventos en los que la joven ha renunciado a la generosidad de su madre y de Joe para hacer algunas cosas por sí misma. Posteriormente Epston utiliza la metáfora de “marchar”, para examinar cuando la determinación de la madre y la determinación de la niña marchan juntas o en contra, indagando en los efectos que tendría en sus vidas el “marchar juntas hombro a hombro”; durante este dialogo Joe funciona como un testigo de los momentos en que madre e hija se unen. En último lugar Epston explora de qué modo la determinación de la madre y su familia actual le ha permitido superar eventos del pasado; conectando su sabiduría con miembros de la familia extensa. Durante toda la entrevista la niña se muestra un poco distraída y en algunos momentos desinteresada por las preguntas. Epston explica lo anterior indicando que Katie debía ese mismo día ir a marchar, estando preocupada por no llegar tarde. Terminada la exposición de la grabación, David reitera su invitación de analizar cuidadosamente el video y el origen de sus preguntas, dejando esa actividad para regreso del almuerzo. De vuelta por la tarde, David Epston inicia la jornada reflexionando sobre el fallecimiento de Michael White, quien ha estado presente en su mente todo el tiempo. Para intentar aliviarse o darse consuelo David ha leído reiteradamente el libro “Identidades dañadas y la reparación narrativa” (Damaged Identities, narrative repair), escrito por la filosofa feminista y bioética Hilde Lindemann Nelson. David lee este libro con frecuencia, pues considera que la autora alcanza una reflexión muy similar a la de la terapia narrativa, sin haber leído nunca sobre esta aproximación terapéutica. Del mismo modo al leer este libro una palabra llamó la atención de Epston, era una palabra nunca antes
55 vista; pero que parecía perfecta para describir a la persona de Michael y a su manera de ver a los otros como merecedores de respeto. Aspecto que el terapeuta neozelandés relaciona a las ideas latinas de “honor” y “deshonor”, y a las ideas de “dignidad” y “perdida de la dignidad”. Dicho lo anterior, Epston comienza analizar la sesión con Katie y su familia, invitando antes a los asistentes a detenerlo en cualquier momento y preguntar el porqué de hacer esa u otra consulta durante la entrevista; en especial cuando la explicación dada por David no satisfaga nuestra curiosidad. En primer lugar Epston indica que en esta oportunidad, y a diferencia de otras entrevistas y sesiones revisadas, la conversación se desarrolló de una manera bastante lenta. Epston compara esta sesión con una conversación entre amigos. Luego el terapeuta neozelandés aclara un comentario sobre la edad de la niña, a quien le indicó: “Katie, tú tienes 13 años, pero tu preferencia es ser considerada de 14 años…”. Esto que surgió durante el dialogo es para David un indicador del tipo de preguntas que desea responder la joven. —¿Por qué? —interrumpe una de las asistentes, deseando conocer más sobre el origen de esa pregunta. —Estoy interesado en una consideración política del conocimiento y también estoy interesado en el privilegio del conocimiento. Similar al privilegio que un doctor tiene de un cuerpo desnudo a nosotros se nos ha otorgado, por el estado y nuestras profesiones, se nos ha otorgado el privilegio sobre el alma de una persona — manifiesta Epston—, nosotros practicamos este privilegio mediante las preguntas o declaraciones, o como algunas personas me lo han dicho por medio de un interrogatorio. » Se pueden imaginar ustedes como durante las entrevistas psiquiátricas nadie pregunta sobre el tipo de preguntas que desean ustedes que se les sean consultadas. Al Katie dar su respuesta lo que ella hace es actualizarse un año más ¿no es cierto?... Pero nunca hagan esta pregunta: “¿Quieres que te haga una pregunta de una niña de 11 o 12 años?” que lo que haría sería retrocederla…
En seguida Epston retoma la tarea de analizar la entrevista explicando algunas preguntas sobre las relaciones dentro de la familia. Aclara que estas son maneras de preguntar “¿Qué es lo que hay en esta relación que de otro modo ustedes no pudieran tener?”. —¿Por qué decides entrar por la relación de los papás? ¿Por qué decidiste entrar por esa avenida? — interroga otra asistente. —Hubiera sido muy fácil hacer un prejuicio sobre una mujer de 40 años en una relación con un joven de más o menos 25 años y con algunas discapacidades. Pero al observarlo vi algo… —responde David— Vi que realmente ellos eran muy cariñosos el uno al otro. Sé que realmente no debo hacer ningún supuesto, pero hice la pregunta a partir de mis observaciones sobre dos personas que al parecer se quieren mutuamente, sin embargo considerando también que es poco posible ya que esta no es una relación de Hollywood. —Tengo otra pregunta a partir de algo que dijiste hace unos momentos atrás… —indica la misma asistente—, dijiste que si uno miraba esta conversación era como ver a “viejos amigos conversando”, personalmente no me dio esa impresión. Mi impresión era que la mamá y su compañero estaban muy interesados en la conversación; pero la hija a ratos, no siempre, ponía una cara de aburrimiento, de no muy interesada… Lo primero es que tuve esa impresión distinta y lo segundo es: ¿Cuándo eso te sucede cómo lo haces para no desanimarte como terapeuta? —Nunca me desanimo como terapeuta… — señala Epston llevándose la mano al mentón en una postura pensativa—, porque sé que al darle la vuelta a la siguiente pregunta nos vamos a encontrar. » Sin embargo yo sí sabía de Katie y de su preocupación bastante importante por salir a tiempo para irse a marchar. Pero estoy de acuerdo, en términos generales, que ella estaba como entrando y saliendo de la conversación… » Yo asumo el reto de adoptar una posición como de un anfitrión, quien asume la responsabilidad de manifestarle a quien lo está visitando un momento agradable. Así que esto no es una actitud de desanimo, es más bien un asunto de hacer preguntas más interesantes, y es más bien darme cuenta que lo que ha pasado es que no he hecho una pregunta interesante. Esto es bastante
56 importante cuando se trata de conversar con adolescentes… Concluida la respuesta, Epston continúa revisando la entrevista. Aclara algunos aspectos del dialogo sobre la experiencia de maltrato vivida por la madre, detallando el modo respetuoso y cuidadoso de hacer la pregunta; explicitando desde un principio la posibilidad de la madre de negar una respuesta o manifestar su desagrado con la consulta. Acto seguido Epston explica algunas de sus preguntas asociadas a la religión, realizadas al enterarse que la familia provenía de una tradición católica de importancia en Estados Unidos. Posteriormente Epston describe y justifica algunas preguntas calificadas de tipo “genealógico” y “anti‐genealógico” o de “legado” y “legado en reversa”. Epston ejemplifica una pregunta genealógica o “de legado” al hablar con el padrastro sobre el origen de su amor. Conectado esta habilidad a la relación de Joe con su madre y su padre. Joe responde que su padre le gritaba, y David pregunta a partir de un comentario de la madre de Katie si era posible diferenciar entre una “gritería amorosa” y otra con intenciones abusivas. —Quiero hacer algunas preguntas —interviene una asistente—. Primero ¿Cómo se te ocurrió esa pregunta?, y lo segundo era… cuando la escuche me preocupe si no se estaba validando una actitud violenta. —Por esa razón tenía tanta precaución y estaba con cautela con Cathy, la madre; y por eso le pregunte si ella tenía seguridad de poder hacer esa distinción. Déjame repetirte su respuesta, ella consideraba que sí era bastante fácil… No quiero ser obvio, pero las familias italianas (el caso de Joe) tienen un tono más alto que otras culturas… Así que ella (Cathy) me confirmó que sí podía hacer esa distinción. Luego de la réplica, Epston retoma la revisión de la entrevista comentando como regresa a centrarse en la niña, preguntando por su opinión de los comentarios dados por la madre y Joe; además de preguntar por la opinión de las amigas de Katie sobre su mamá y padrastro. En seguida el terapeuta narrativo reflexiona sobre las capacidades de Katie y las habilidades requeridas para entrenar y marchar en un grupo de desfile con otras 39 personas. Epston piensa en un talento asociado a la “disciplina”. Cuestionando al mismo
tiempo la tradicional indagación psicológica focalizada en responder “¿Es una persona normal o no?”, e invitando a cambiar la pregunta por “¿Qué tan extraordinaria es esta persona o esta familia?” —Yo pensé la pregunta “¿Qué es lo que busca una niña marchando?”… Yo crie cinco niños en Estados Unidos y ninguno de ellos hizo eso… Lo que yo creo es que esta niña busca pertenecer, busca pertenecer sin mostrar habilidades sociales. No es parte de nada, no tiene que hacer nada más que marchar bien —contra argumenta otra asistente. —No estoy de acuerdo —expresa Epston—, si no se llevará bien con las otras niñas no hubiera estado en el equipo. Pero podemos hacer dos tipos de preguntas aquí, unas muy sospechosas y otros con curiosidad y esperanza. La mayoría de las preguntas de tipo psicológico tienen ese carácter de suspicaces y no generaran que las personas sean merecedoras de respeto, por el contrario disminuyen el nivel de respeto. » Ustedes podrían decir que estoy tomando un riesgo aquí, pero yo podría decir que el otro tipo de preguntas tienen un riesgo más grande. Determinar a una persona como una persona ordinaria, tiene un riesgo más grande que determinar que tiene un nivel de extraordinaria… Probablemente pueda terminar engañado, pero prefiero eso a subestimar a cualquier persona. Luego Epston revisa cómo durante la sesión interroga con curiosidad a Katie sobre la manera en que ella se entrena y disciplina a sí misma para marchar. Relacionando estas capacidades a la lucha contra los problemas escolares. —Tengo una consulta… —advierte un asistente— ¿Cuándo dices “el problema no va estar contento de escuchar esto”, dónde ubicas al problema? ¿Es una voz que influye, por ejemplo? —Estoy pensando como en tu cultura y en la mía los problemas psicológicos son construidos. Estoy construyendo un problema genérico psicológico. Todos compartimos alguna idea general de cómo se construye esto. » El problema, y estas son sólo posibilidades, tiene que escoger entre dos jóvenes de 13 años… ¿Crees que al problema le gustaría hacer sufrir a una joven de quien sabe que tiene un alto grado de disciplina cuando tiene un objetivo en mente y en su mirada o más bien a una joven que no tuviera ni idea siquiera de donde está
57 parada? ¿Si tú fueras el problema a cuál escogerías? ¿Si fueras a tener una pelea elegirías a alguien entrenada en karate o a cualquier persona?... ¿Alguna vez has caminado por la calle con alguien que tiene un cinturón negro en karate y cuando las personas se acercan cautelosamente cruzan al otro lado de la calle? Las personas simplemente se dan cuenta que esa persona tiene algo. Planteado lo anterior, Epston regresa al análisis de la sesión. En este momento vuelve a reflexionar sobre sus preguntas en torno a la influencia que ha tenido en la vida de Katie su disciplina. La niña admite “puedo hacer lo que yo quiera”, mientras que la madre reconoce las tareas escolares como otro lugar donde se expresa la disciplina; la niña complementa lo anterior hablando sobre sus progresos en lenguaje, sin embargo le dificulta detallar esto. Epston agrega que aquellas preguntas que no permiten una respuesta o una buena respuesta son su propia responsabilidad y no de la adolescente o su familia. —Tengo una pregunta un poco general — propone una asistente—. Tú has insistido varias veces que esta es la mitad de la entrevista, lo estoy entiendo como que pensaste en dejar la exploración del problema para el día siguiente. ¿Es eso o hay algo más por lo que tú decidiste hacer eso en la siguiente mitad de la entrevista? —Permíteme reiterar que yo creía que no tenía la habilidad y me parecía poco ético comprometerme en una conversación, pues no me sentía con la capacidad de intelectual —expone Epston recordando su estado de salud tras el viaje en avión—. Dividí la sesión en dos partes. Lo que hice fue como un experimento científico al hablar del problema de un modo diferente. » En vez de la preguntar “¿Cuál es el problema?”, lo que estaba guiando esta mitad de la entrevista es “¿Qué es lo que tú tienes, tu familia, tu comunidad? ¿Con que cuentan para relacionarse y comprometerse contra el problema?”… Obviamente esto es algo inusual, porque durante los últimos 250 años lo que estructura estas entrevistas es “¿Cuál es el problema?”. » Sin embargo en esta conversación sí hablo sobre el problema en cada pregunta; pero lo hago de una manera diferente, con la pregunta “¿Con que cuentas tú para hacer frente al problema?”, lo que sí es hablar sobre el problema. Estoy revisando el problema constantemente,
pero debido a que tengo en mi cabeza una conversación de externalización puedo conversar sobre los problemas de un modo distinto. » Así que cuando escuchó a esta joven hablar de su disciplina y decir que puede marchar durante horas pienso “¡Definitivamente al problema no le va a gustar saber acerca de esto!”. —Quería preguntar algo… —plantea otra asistente— Entiendo que es una sesión, pero quisiera que imagináramos la posibilidad que hubieran más sesiones con este caso. Quiero saber si hubiera sido una posibilidad y si lo que voy a preguntar se pudiera haber incluido… A mi me sorprende mucho la manera en que la niña siente o ha construido el poder hacer cosas, o lo envidiable que puede ser su familia en un contexto, donde puede ser un prejuicio, pensando en su país y en la edad que ella tiene, puede ser una complicación desde la mirada de los otros, sus pares… Entonces a mi me interesa pensar ¿de qué manera ella es capaz de construir una idea de que “es capaz de hacer cualquier cosa” teniendo constantemente dificultades de aprendizaje o en el caso de estar en una familia que quizás no es el modelo tradicional en ese contexto? Entonces me gustaría saber ¿Qué manera podría ser respetuosa para rastrear la historia de esa fortaleza si es que hubiera habido el tiempo para hacerlo? —Espero que no te importe y por favor discúlpame —dice Epston—. Creo que nos va a tomar todo el tiempo revisar la entrevista tal como es. Así que voy a tener que poner a un lado las preguntas que no se refieran estrictamente a esto. Así que hasta que no terminemos esto, les pido que todas las preguntas hagan referencia a este texto en particular (David apunta a la proyección de la transcripción de la entrevista). De lo contario vamos a adelantarnos, además si tenemos el tiempo me gustaría hacer una entrevista en vivo... Posteriormente Epston analiza como durante la entrevista le pide a la joven que bautice su habilidad de “poder hacer todo lo que quiere hacer”, en este momento el terapeuta le ofrece algunos nombres como alternativas. La niña acepta la palabra “determinación”. —La pregunta mía es que usted le propone a ella unas palabras, finalmente se acuerda “Determinación”, y en adelante la conversación sigue en torno a la determinación. Yo también pensaba que ella podría haber elegido otras palabras que
58 seguramente llevarían la conversación a otro lado. Lo que quiero saber de fondo es si acaso sin importar la palabra que se utiliza lo que interesa, es en términos genérico como usted lo mencionó hace un rato atrás, es hablar sobre las fortalezas ante el problema… En pocas palabras ¿Cuán importante fue decidir que determinación es lo que nos lleva a continuar la sesión? —interroga un nuevo asistente. —Creo que necesitábamos una palabra, aunque hubiéramos podido quedarnos con la noción de “yo puedo hacer lo que yo quiera”, pero esto pudiera haber sido un poco incomodo —indica Epston—. Pero lo más importante es el aspecto de la humillación. » Déjenme discutir un poco sobre la humillación entre los jóvenes. Ellos tienen la experiencia de responder preguntas que son de predilección de quienes las hacen. Estas otras personas que les hacen preguntas se parecen a nosotros, tienen más o menos la misma edad, la misma clase social… Estas otras personas hacen diferencias entre ellos y los adolescentes, pero no creo que los jóvenes hagan esa distinción. Estas otras personas a las que me refiero son los profesores. » Cualquier joven que conozcamos ha sido sujeto de más o menos 3 millones de preguntas de personas que se parecen a nosotros. Nosotros (los terapeutas) creemos que somos más amables o motivadores... Los profesores hacen preguntas legitimas, pero con una función particular relacionada al tema del poder y el conocimiento. Donde son los profesores quienes están en lo correcto… » ¿Aquí también todos tienen que ir al colegio, cierto? Es una educación compulsiva… Y tenemos la idea que los adultos son “personas avanzadas”… Bueno, desde la perspectiva de los profesores el conocimiento recae en la persona que hace la pregunta. Entonces cuando el profesor o profesora dice “estás equivocado” estoy asumiendo que el joven no se siente contento, asimismo cuando el profesor dice “estás en lo correcto” obviamente el joven se va a sentir mejor. Lo que está implícito en las preguntas es una noción de evaluación. » Le va a tomar algo de tiempo a un joven, considerando que han estado sujeto a otra clase de preguntas por aproximadamente 10 años, y no quiero sugerir que esto sea algo erróneo. Pero este tipo de preguntas son algo diferente, de hecho lo son, yo hago cada pregunta para un joven con algo que tal vez ellos no habían
considerando. Si observó que el joven responde a la pregunta como si se tratara de “ganar o perder”, entonces debo advertir que está el riesgo que yo humille a la persona. » Entonces en este sentido más o menos estoy ofreciendo un tiempo de 4 segundos y estoy observando el nivel en el que el joven se está dando por vencido o no. Así que reitero la pregunta y el lapso de tiempo es la mitad ofreciendo más opciones. El riesgo más grande es que los jóvenes sientan que fallaron al responder y quiero indicar que si eso pasa es la pregunta lo que fallo, no ellos. » 4 segundos… ¿Cómo llegue a esto? ¿Cómo aprendí sobre este lapso de tiempo?, cerca de mi lugar de trabajo hay un bachillerato. En Nueva Zelanda los jóvenes de bachillerato salen a las 3 de las tarde y hay un café al otro lado de la esquina, donde ellos se detienen a pasar el tiempo. » Así que decidí ir y observarlos, estaba mirando con qué frecuencia ellos cambiaban los turnos en su conversación, en el momento en que uno de ellos comenzaba a hablar yo empezaba a contar, y me di cuenta que la conversación cambiaba de persona a persona en un lapso de 4 segundos. Por casualidad ese día me dirigí al gimnasio y de allí para la casa, y estaba montando en la bicicleta estática y estaban mostrando MTV, estaban mostrando una canción y me empecé a dar cuenta que las imágenes del televisor cambiaban rápidamente en un lapso de 4 segundos. » Así que decidí poner en riesgo a la humillación al ofrecer preguntas con el mismo lapso de tiempo que los jóvenes utilizan en sus conversaciones al cambiar de tema. He tenido entrevistas con personas que únicamente responden “yo no sé” y eso es un reto bastante agradable para mí. Es interesante que después de decir “yo no sé” responden la pregunta. » La pregunta es “¿Cómo hacer una pregunta en la que la persona que responde es el conocedor o conocedora en vez de quien pregunta?”, esto en lugar de ser como un profesor o profesora que es quien decide la última palabra para determinar si se está en lo correcto no, mientras que el joven no tiene esa posibilidad. Por eso es que hice esto… » Había un riesgo considerando que Katie sabía que tenía problemas de aprendizaje, aunque mi supuesto es que no existía una evaluación acertada. Mi intención era
59 tener sensibilidad para cuidar que Katie no “perdiera” en ninguna respuesta. A continuación Epston prosigue explicando su proceso de “indagación genealógica” de la habilidad de “determinación”. —Al principio usted había hablado un poco sobre estas “preguntas del legado”—señala otro asistente—, y me gustaría saber ¿De dónde viene estas preguntas?, y también ¿qué consecuencias tiene para la familia el responderlas? Y además de la familia y la persona ¿Qué consecuencias tienen para el problema? —Mi sospecha más fuerte es que esto produce los aspectos de ser “merecedores de respeto” — responde David—. Si tuviéramos más tiempo, aunque no creo que lo vayamos a tener, te pediría que observaras el rostro de la mamá cuando la hija dio respuesta a la pregunta “¿Cuál es la mejor lección de determinación que te ha dado tu mamá?”. Para mí esto fue como un tesoro, un momento muy valioso. » Las consecuencias para el problema son ahora en dos (madre e hija), y es “cómo nos vamos a dar cuenta juntas que la fuerza de determinación nos puede llevar tan lejos”. Esto las pone en un rango de atletas extremos ¿no estás de acuerdo? » Voy a pretender que tengo un tablero imaginario. Si se pueden imaginar que la determinación ahora está ubicada en las expresiones de esta joven; en el colegio y en la marcha. Y una de esas áreas es un área libre de problema y la otra es bastante problemática… Y adivinen ¿en cuál de estas áreas ella sufre de ceguera de lunes a viernes?... Pero si hubiera pasado más tiempo, adivinen ¿qué hubiera pasado también el fin de semana?... En este punto lo central, lo que sobresale es que ella está conectada con la mamá en cuanto a la determinación. En seguida Epston comenta su admiración por la madre, quien había regresado a terminar la escuela. Luego continúa revisando sus preguntas de “legado en reversa”, indagando en cómo Katie ha sido una inspiración para su mamá. —Habitualmente en las preguntas que David hace a los pacientes, he notado que a él le gusta dimensionar o cuantificar algunas cosas. Quisiera saber del origen de esa práctica ¿será su gusto por la matemática o… no sé? —consulta riendo una asistente. —Esas son las preguntas que tengo de reserva porque la pregunta que hice fue demasiado abierta. Si la
pregunta es demasiado abierta muchos jóvenes se puede caer al suelo (desmotivar). Sin embargo el problema es que a veces nunca se pueden parar nuevamente. » En el momento en que siento que el joven se está cayendo en el periodo de 4 segundos entonces la siguiente pregunta debe ser un poco más angosta y luego ir en reversa ampliándose. Hago esta práctica con frecuencia. Si pudiéramos devolver el video podríamos contar los segundos y ver si hago esto o no… » Pero lo que generalmente hago es mirar a los jóvenes a los ojos, es bastante fácil darse cuenta si las personas se están rindiendo ante la pregunta. Aunque estoy consciente que hay diferentes expresiones culturales al respecto, un europeo haría esta cara (Epston abre los ojos en una expresión de extrañeza), un Mauri miraría de esta manera (Epston mira el piso en un gesto de vergüenza); la expresión de no saber. Al observar alguna de estas expresiones hago una pregunta más estrecha para que no se caigan o se deslicen. —¿Usa con distinta frecuencia ese tipo de preguntas con niños y adolescente versus con adultos, porque con niños engancha muy bien, son concretos; o es indistinto? —pregunta la misma asistente. —Este es un taller específicamente de niños, niñas y jóvenes y en mis entrevistas estoy muy consciente de este hecho. Esto no significa que soy insensible cuando trabajo con adultos, ya que los adultos pueden tolerar algo más de 4 segundos, debido a que están acostumbrados a reflexionar con algo más de tiempo. » Sí me preocupa le doy un poco más de consideración al asunto. Usualmente diría: “Soy consciente que tal vez usted no había considerado algo como esto, así que tomase su tiempo en dar una respuesta porque es mi ambición hacer preguntas sobre aquellas cosas que no se habían considerado con anterioridad”. Luego el terapeuta narrativo menciona como hace pequeñas pausas durante la conversación y como escribe algunos comentarios hechos por Katie, explica esto señalando que en nuestra cultura lo escrito tiene mayor valor que lo hablado. Tras esto Epston habla sobre el peso de las preguntas, la forma en que se elaboran amplias o cerradas, y cuenta al respecto una pequeña anécdota personal. Continúa mencionando los efectos en la madre que tiene la narrativa elaborada por Katie durante la
60 sesión, y prosigue comentando la idea de inspiración entre personas. La revisión de la entrevista avanza explorando preguntas sobre el compromiso de la madre con la educación y posteriormente en las interrogantes hechas al padrastro en relación a su familia de origen. David se detiene en comentar que en este punto y en un principio sólo pregunta por la madre de Joe, dejando afuera el género. —¿Dejar afuera el género fue casual o deliberado? —indaga otra de las asistentes. —No. ¡Me hubiera gustado incluirlo! Pero no me sentía en muy buenas condiciones en esa ocasión. —Quisiera saber si usted cuando hace una entrevista está tan consciente de lo que está preguntando como está ahora que lo estamos analizando. Si está pensando mucho o es más bien intuitivo ¿Cuál es la fuente? —interroga una nueva asistente. —Son horas y horas, y horas leyendo las transcripciones, mirando los textos. Pero también poniendo oído a las respuesta particulares, las respuestas son muy espontaneas por parte de las personas. Entonces si se sorprende es porque es una buena pregunta, yo escribo la pregunta y la respuesta, y al final de la sesión le pregunto a la persona si tiene algunos minutos extras para hacerle una entrevista sobre esa pregunta. Con posterioridad Epston sigue examinando sus preguntas sobre la familia de origen del padrastro, describiendo la entrevista como una “telaraña” tejida entre Katie, Cathy y Joe. —¿Por qué decides hacerle la pregunta a Cathy cuando quieres “reversar” (legado en reversa) y no a Joe directamente?—consulta uno de los organizadores. —Probablemente se dan cuenta, Joe era una persona muy vergonzosa; por lo tanto estaba interesado en la opinión de otras personas, quienes habían observado esta relación (relación entre Joe y sus padres). Enseguida Epston avanza comentando de qué manera explora la “madurez” señalada por la familia en Joe y los cambios positivos que el padrastro ha realizado. —En esta parte del video a mí me paso que sentí que la niña quedó fuera, que se dedicó mucho tiempo a Joe y a Cathy y lo que ella veía, como lo fortalecía —plantea una asistente—. Preguntarle si a
usted le pareció lo mismo y si tenía alguna intención con eso… —Sí, se llama descansar —responde Epston—, que es algo bastante importante dejar que la gente joven descanse, extremadamente importante. Tienen que recordar que esta es probablemente la primera vez en la vida de Katie que ella responde preguntas en las que ella es únicamente quien puede responder, y que no puede consultarle a nadie más para obtener la respuesta. Esto es más importante cuando se trata de jóvenes, dar un descanso. Por eso es importante tener a otras personas presentes. » En el libro que estamos escribiendo actualmente estamos haciendo un énfasis importante sobre la necesidad de dar descanso a los jóvenes. De otra manera lo que van a hacer es que los van a aplastar bajo la curiosidad o el peso de sus preguntas. » Les puedo mostrar una entrevista con un niño de 7 años, en el que le hago preguntas que únicamente él puedo responder; la cual era “¿cómo puedes encontrar valentía por una hora?”. Esto es algo que su mamá y su papá no pueden responder porque no están en la cabeza de este joven. Ellos pueden dar un recuento de la valentía de su hijo. Ustedes hubieran visto que el niño estaba dispuesto a insistir en buscar una respuesta, pero era necesario darle un descanso. » Sin embargo es muy importante considerar que Joe nunca había hablado en una sesión terapéutica anteriormente. Se pueden imaginar mi entusiasmo cuando Joe empezó a hablar; después que me habían contado que él tenía un impedimento del habla. ¿No creen que tuve mucha suerte que él me hablara a mí? —En esta idea de “dejar descansar a los jóvenes”, quería saber qué señales o qué indicadores diría usted… —comienza a preguntar otro asistente. —Este es uno de los indicadores “Estoy aburrido”, “vámonos a la casa”, “esto es suficiente”, “¿dónde está el baño?” —se apresura en señalar Epston. —Me da la sensación que esos indicadores son tal vez los últimos, ¿hay otras señales más tempranas? —reformula el mismo asistente. —En la manera en que la persona está respondiendo a la pregunta. Es algo similar a cuando le estás sirviendo la comida a un joven, y cómo la persona va respondiendo al primer, segundo y tercer plato; y cuál es la cara que pone cuando le estas sirviendo por la
61 séptima vez aun cuando sea un postre delicioso… La mirada indica algo como que ya tienen o comieron suficiente. Así que tratas de identificar eso con anticipación para darles un descanso. » También es importante establecer una manera de indicarles que ellos están como en “recreo” al voltearme y dirigirme hacia las otras personas. Entonces yo miro por el rabillo de mi ojo si el joven se está intrigando por la conversación en curso. O si no cuando ya me doy cuenta que descansaron los vuelvo a introducir en la conversación con una pregunta que tenga su nombre el inicio de la misma “¡Katie…!” Diciendo lo anterior, Epston retoma el análisis de la entrevista. Menciona la manera en que invita nuevamente a Katie a introducirse en la conversación, y cómo piensa durante la sesión en cada una de sus palabras y en su modo de hacer preguntas. Enfatiza esto considerando las diferencias de poder entre los adultos y los adolescentes. David se detiene en un momento de la sesión en que regresa y resume para la joven la conversación. —¿Poder “volver atrás” en la entrevista supone que has tomado nota de cada uno de estos aspectos o has hecho un esfuerzo de memorizarlo? —averigua un profesor organizador. —No es posible hacer estas entrevistas sin tomar notas —confiesa el terapeuta narrativo—, nosotros formamos a nuestros estudiantes sobre cómo tomar notas. Permítanme explicarles cómo hacemos esto… » Hago una entrevista en vivo de cinco preguntas y obviamente cinco respuestas, y ellos aprenden a tomar notas palabra por palabra. Luego le escriben una breve carta a la persona, posteriormente se la leen a la persona con el requisito que el 25% de las palabras que escriben sean propiedad intelectual de la persona a quien le están escribiendo. Luego avanzamos a un 60% para que se acostumbren a capturar y sostenerse de la propiedad intelectual de las personas con quienes ellos trabajan; y poder incorporar esto y entretejerlo con el texto de la carta que están escribiendo. » Es bastante diferente que una persona responda a una pregunta que contiene el 25% de sus propias palabras a otra que contiene el 100%. Inténtelo una vez y van a notar la diferencia. Esto revela que es una colaboración
una construcción conjunta del mundo que se está construyendo. » Muchos de los estudiantes que se forman en escribir cartas terapéuticas saben que al escribir ensayos deben seguir el lineamiento del manual APA, nosotros les pedimos que utilicen el mismo rigor de la citación APA, pero ahora citando las palabras de las personas. Si ellos toman las palabras de la familia como propiedad de ellos eso es un plagio…Así que durante una entrevista cuando dicen “usted me dijo que…” lo ponen entre comillas, o hacen una pausa para dejar la sensación que esta citando. » Esto no es manera casual de hacer preguntas, cuando ustedes hablan con un amigo o amiga dudo que se tomen un esfuerzo en hacer esto; aunque probablemente lo hagan. Pero es algo que requiere estar muy conscientes de esto y en especial con los jóvenes; probablemente esta podría ser la primera vez en que ellos van a ser citados. Seguidamente Epston continúa analizando sus preguntas. Examina los efectos de la determinación de Katie y su madre en que la niña decidiera tras ese fin de semana volver al colegio. Luego reflexiona, recordando a Jerome Bruner, sobre la habilidad de las personas y los jóvenes para contar historias. Más tarde David va exponiendo y reflexionando las distintas interrogantes que elabora con respecto a la determinación. —Usas con frecuencia la idea del porcentaje, la hemos visto en varias de tus entrevistas —indaga nuevamente el organizador—, ¿Para qué haces eso? —No lo hago con frecuencia, pero realmente sí funcionó con ellos. Sí lo hago con frecuencia con los jóvenes. Es muy fácil obtener así una respuesta rápida y luego seguir con la pregunta “Ayúdame a entender por qué dices eso…”. » Estoy pensando en la secuencia de las preguntas, es una secuencia que ayuda bastante, una pregunta cerrada seguida de una pregunta abierta. Si empiezas con una pregunta abierta la consecuencia es que se caigan por el abismo. Tras esto, David retoma el análisis de la sesión. Detallando la idea de “crecimiento personal” señalada por la madre, y conectando esa noción a la de sabiduría. Finalmente Epston detalla cómo indaga en la manera en que el resto de la familia ha vivido esa sabiduría.
62 En seguida David mira su reloj, notando que el tiempo de taller ha acabado. Habla con respecto al nuevo libro que escribe y solicita nuevas preguntas. —Una pregunta que me pasa principalmente con este video, tiene que ver con el cierre ¿la sesión término aquí o luego? ¿Cómo cerró las puertas que usted abrió durante la misma entrevista? —pregunta otra asistente. —Recuerda que quedamos de reunirnos el siguiente día, pero recuerda que su tío murió y no pudimos reunirnos nuevamente —indica Epston y luego confiesa—: Lo cual fue bastante interesante porque volvió esto un experimento. Porque si hubieran venido probablemente hubiéramos conversado sobre la manera en qué ellos se querían relacionar con el problema. Lo que hubiera sido una tragedia porque de ninguna manera yo habría podido imaginar que la mitad de la entrevista pudo producir lo que produjo. » Has escuchado cada una de las palabras que yo les ofrecí a estas personas y fuiste testigo de todo el tiempo que estuve con ellos, exceptuando los primeros 20 minutos. Yo no tenía idea de lo poderoso que podía llegar a ser la idea de “dignidad” y el “ser merecedores de respeto”. Epston adopta entonces una postura reflexiva y nos cuenta lo siguiente: —Hay un aspecto que no ha sido estudiado, que ha sido completamente ignorado por las investigaciones… En 1974 la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo un estudio sobre la esquizofrenia y se obtuvieron dos cuerpos de conocimiento. Por un lado se descubrió que el problema de la esquizofrenia tiene lugar simultanéateme en diferentes lugares del mundo, lo cual sugiere que realmente hay un componente genético sobre esto; sin embargo también se sabe que el resultado obtenido varia significativamente... —dice Epston enfatizando que las enfermedades mentales no se reparten homogéneamente alrededor del mundo. » Si usted o una persona cercana tuviesen un episodio psicótico, ¿Cuál es el mejor país donde quisieran estar?... Se van a sorprender con la respuesta, es Mozambique… ¿Por qué? —se pregunta el terapeuta, y luego añade riendo— ¡Las compañías farmacéuticas no suelen financiar estas investigaciones! » ¿Quisieran escuchar un poco sobre Mozambique?... Se escribió un libro, en uno de sus capítulos se hace una
entrevista a una antropóloga que vivió en Mozambique con familias donde uno o dos miembros sufrían de episodios de psicosis… Obviamente en Mozambique no tienen medicamentos… » Este libro es bastante importante para ustedes y para mí, porque es uno de los libros que habla más abiertamente sobre el “Imperialismo Psiquiátrico”. El título del libro es “Tan Locos como Nosotros: La Globalización de la Psique Americana” (Crazy Like us: The Globalization of the American Psyche), el autor es Ethan Watters y fue publicado el 2010. Este libro tiene una bibliografía de 90 páginas, reúne una bibliografía bastante amplia… En este momento Epston olvida continuar con la historia de Mozambique. Para la claridad del presente texto es relevante añadir que el terapeuta narrativo se refiere a la investigación de la antropóloga Juli McGruder, quien ha destacado la relevancia de los aspectos culturales en el tipo y contenido de las alucinaciones. Asimismo esta antropóloga convivió durante años con familias de Zanzíbar (no de Mozambique), allí se sorprendió por la manera en que las familias no excluían al miembro con esquizofrenia, ni asumían la enfermedad como parte de su identidad. De la misma forma los resultados sorprendes mencionados por David Epston apuntan a que la OMS descubrió que en los países no industrializados, alejados de Norteamérica y de Europa (por ej. Mozambique), el pronóstico de las personas con esquizofrenia es más positivo y con menores reincidencias. Estos resultados han sido largamente discutidos ante lo aparentemente absurdo que resulta suponer que los países con mejores centros de investigación y mayor acercamiento a los fármacos y las tecnologías son los que presentan pacientes más afligidos y excluidos. —Probablemente el segundo sitio seria Cuba quienes tampoco tienen medicamentos —continúa relatando Epston—. Ninguna de las personas que visitaron el hospital psiquiátrico en la Habana no lloraron por lo que vieron, era un ambiente en condiciones degradantes. » Recuerdo que estaba en una discusión con una persona, quien había trabajado en hospitales psiquiátricos, en una discusión de 50% cubanos y nosotros no cubanos. Ambos grupos estábamos enseñándonos; nosotros les estábamos enseñando sobre
63 terapia narrativa y ellos nos enseñaban sobre sus programas sociales. Les hicimos la pregunta “¿Qué fue lo que más les llamo la atención de hoy?”, y esta persona decía “Yo he intentado cambiar la situación de los hospitales en Austria y es ahora peor que cuando empecé. Siento mucho haber llorado…”. Una persona cubana y de edad avanzada le dice “Está bien, creo que soy la mujer psiquiatra más vieja y puedo haber ido a este hospital unas 300 veces y lloró cada vez”. » Pese a las condiciones físicas denigrantes y la falta de medicamentos ¿adivinen con qué reemplazaban los fármacos?... ¡Con la dignidad! Cada persona tiene un trabajo, y le dan la bienvenida con una banda y con baile. ¡Nada parecido a otros sitios que yo haya visto! Finalizada la respuesta Epston mira nuevamente su reloj; comentando que ya es tiempo de concluir. El taller llega de esa manera a su fin. Al igual que el primer día la segunda jornada nos deja con múltiples y seductoras reflexiones. Elaborar preguntas citando a las personas, donde quien responda sea el verdadero conocer; conversar del problema por medio de las fortalezas; considerar durante las entrevistas la importancia del descanso de los jóvenes; la relevancia de indagar en los “legados” y “legados en reversa”; pensar en el poder de la dignidad y el ser “merecedor de respeto”; entre muchas otras reflexiones. Ideas que se unen y mezclan con las todavía atrayentes historias del día anterior. Epston se despide agradeciendo a los anfitriones de nuestra Universidad de Valparaíso y al resto de sus colegas. Con una sonrisa confiesa lo agradable de nuestra conversación y da las gracias por nuestras preguntas. Luego reconoce en Marcela Polanco su importante labor como coautora, traductora y su colaboración con la tecnología; señala también agradecer el trabajo de Marcela en el proceso de aculturación de la terapia narrativa. Junto a esto, David Epston señala sus deseos de aprender un poco de español. Finalmente Epston aprovecha la oportunidad de invitar a los asistentes al Congreso Internacional de Terapia Narrativa y Trabajo Comunitario a desarrollar en julio de 2011 en Brasil. En último lugar Carlos Clavijo, profesor de la Universidad de Valparaíso y uno de los organizadores del taller, da las palabras de cierre; agradece a los asistentes
y reitera la relevancia del próximo congreso internacional en Brasil.
COMENTARIOS FINALES No es posible olvidar al heterogéneo público de asistentes. Seguramente todos los profesionales merecen que sus particulares versiones y experiencias del taller sean atendidas y leídas. Por lo mismo, y a pese a su brevedad, se reúnen aquí algunos de los comentarios finales escuchados o dialogados en los pasillos. Hay quienes reconocen en David Epston un intuitivo y experto terapeuta; otros se marchan deseando una mayor profundización teórica en la justificación de sus acciones y respuestas. El particular estilo de Epston y su aproximación lúdica para enfrentar problemas serios resulta para algunos una interesante y motivadora muestra de la terapia narrativa; otros ven en su trabajo una similitud con otros enfoques terapéuticos no narrativos (El enfoque centrado en soluciones, la terapia de juego, el interrogatorio circular de la escuela de Milán, la postura respetuosa y de curiosidad de la terapia colaborativa; por nombrar sólo algunas comparaciones). Las sensaciones finales pueden ser infinitas, no sólo tras el taller, sino días después o incluso al leer este relato de recuerdo. Probablemente queden varias dudas pendientes sobre la terapia narrativa y su aproximación al trabajo con jóvenes y sus familias. Preguntas frenadas por la timidez, el tiempo o la cortesía. Esperemos que la búsqueda personal o un próximo encuentro con un destacado terapeuta narrativo permitan construir colaborativamente esas respuestas y continuar trasmitiendo el espíritu de esta práctica.
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EJERCER PRESIÓN EN TI PARA EJERCER PRESIÓN SOBRE EL PROBLEMA David Epston1
Traducción por Juan Antonio Bustamante2
Marie1 me2 había advertido por teléfono de lo que debía esperar cuando conociera a su marido, Jim y Billy, su hijo de once años. Billy se encontraba en problemas casi en todos los ámbitos de su vida. Había sido sacado de su sala de clases luego de que su profesor lo había estado evitando ya sea poniéndolo a mirar la pared o rehuyéndolo cada vez que podía. Jim, en el mismo estilo, había renunciado a Billy como su hijo y estaba considerando sacarlo de su testamento. La Autoridad Regional de Auckland, que administra el transporte público aquí, había llegado al extremo de tomar acciones legales contra él para negarle el derecho de viajar en sus buses. ¿Cómo podía una persona joven estar metida en tantos problemas? Marie estaba tan perpleja y preocupada por el relato del “problema” de Billy que estaba llorando desconsolada. Intenté asegurarle de la mejor manera que pude que “nada es imposible” cuando al final preguntó ¿Cree que Billy es un caso perdido? Reunirme con ellos en mi puerta fue extraño. Mientras Marie y su “familia” los guiaba hacia el interior, Jim y Billy se evitaron tanto como pudieron, lo mismo en mi sala de espera. Los guíe a mi sala de entrevista. Jim se adelantó a todos y comenzó a examinar los dibujos en mi pared. Nadie se había pronunciado sobre esos dibujos con tanta experticia con anterioridad. Marie le siguió, preocupada y humillada, tomando asiento y luego comenzó a rogarle a Billy que entrara pues estaba reacio 1
Antropólogo. Doctor en Literatura de la Universidad J.F. Kennedy, EEUU. Magíster en Terapia Familiar Universidad de Warwick, Inglaterra. Codirector Centro de de Terapia Familiar de Auckland, Nueva Zelanda. 2 Psicólogo, estudiante Magíster en Psicología Clínica mención psicoterapia constructivista y construccionista por la Universidad de Valparaíso. Postítulo en Intervención en Violencia Intrafamiliar y Abuso Sexual Infantil. Académico Universidad de Valparaíso.
a ingresar en mi habitación. Finalmente entró, sentándose donde su madre le indicó a su lado, pero sin encontrarse con mi mirada o con la de nadie. Sólo luego de que Billy hubo tomado asiento que Jim inmediatamente se alejó de su escrutinio de los dibujos y deliberadamente tomó asiento de tal manera que no pudiese “ver” a Billy. Como es mi costumbre, comencé nuestra reunión con tanta hospitalidad como pude, dado el ambiente pesado que había en la habitación. “Miren, no quiero que piensen que no considero los problemas de Billy como un asunto de gran preocupación”. Entonces me dirigí a Billy y dije: “Sin embargo, Billy, si estuviese en tu lugar, no querría conocer a un extraño de mi edad a través de los problemas en que “el problema” te ha metido. Jim y Marie, ¿les importa si conozco a su hijo a través de cómo lo conocieron antes de que se viera envuelto en todos estos problemas? Billy, por primera vez, alzó su mirada para encontrar la mía y me miró, algo intrigado, a través de sus lentes de Harry Potter. Tanto Jim como Marie, sin saber muy bien qué esperar, dieron su consentimiento para que procediera con mis preguntas.
“¿QUÉ LES GUSTARÍA QUE SUPIERA SOBRE BILLY?” Me dirigí hacia Marie en primer lugar. “Marie, ¿Qué te gustaría que supiera sobre Billy que te confirma que eres una madre genial, o al menos el tipo de madre que soñaste ser cuando estabas embarazada de Billy?”. Esto cogió por sorpresa a Marie quien pareció salir de su abatimiento. Su respuesta tomó algo de tiempo y consideración. Pero cuando lo hizo, ella mencionó su bondad. ¿Podrías contarme alguna historia sobre la bondad de Billy que pudiera valer por 100 historias? De manera de que esta historia pudiese entender realmente a lo que te refieres cuando dices que él es bondadoso.”
65 Ella respondió rápidamente, relatando una historia de cómo se había esforzado por hacerse amigo de un niño refugiado Kosovar que había llegado a su escuela, a pesar de la barrera del lenguaje. Incluso había llegado al extremo de invitarlo a su casa para conocer a su familia. Su desconsuelo había dado paso a cierta cuota de orgullo. Me rehusé a dejar el asunto hasta allí. Dirigiéndome a Jim, le pregunté: “Jim, Existe la posibilidad de que esto sea algo “que sacó” de Marie? Su sonrisa, acentuada con orgullo, me señaló que había acertado. Respondiendo a mi pregunta, me dijo de todos los “perros abandonados” que ella había cuidado, incluyendo a un vecino adulto mayor a quien le proveía alimento diariamente. Al preguntarle a Marie si era un accidente que Billy hubiese mostrado tal bondad con su compañero Kosovar, ella estaba dispuesta a admitir de que era improbable. De hecho, al preguntarle a Jim, éste dijo que era perfectamente esperable que Billy desarrollara tal bondad habiendo presenciado los cuidados y bondad de su madre día a día
¿DE QUÉ COSA PRESUMIRÍAS? Era principio del año y estaba caluroso. Jim estaba vistiendo una polera con mangas muy cortas. Al notar un tatuaje militar en el hombro de Jim, pregunté si había estado en el ejército. De hecho, se sentía bastante orgulloso de su relación con la gente joven en la Academia Naval (Sea Cadets). “Jim, ¿Bebes en el club de retirados en alguna oportunidad? De hecho lo hacía. “Cuando tus compañeros están presumiendo sobre sus hijos y llega tu turno, ¿De qué cosa presumirías sobre Billy antes de que se metiera en tantos problemas? Lo pensó por un momento y dijo: “Su creatividad” “Jim, ¿Por casualidad heredó esto de ti?” Jim se mantuvo pensativo y luego negó con su cabeza antes de que una chispa de reconocimiento llegase a él. “No de mí, sino de mi hermano. ¡No creerás esto, pero él se gana la vida como alfarero y escultor vendiendo cerámica de estiércol de oveja!” “¿Qué?” pregunté, pero inmediatamente consideré las 50,000 millones de ovejas en Nueva
Zelanda, aproximadamente cuántas bolas de estiércol una oveja produce al año y cómo el Ministerio de Investigación y Desarrollo debería considerar convertirlas en dinero rápidamente. Especulé sobre esto y todos rieron. Jim me aterrizó sobre este plan para enriquecer rápidamente Nueva Zelanda. “No, él vive en Yorkshire y la gente compra esta cerámica de estiércol de oveja como una especie de broma. Y de paso le da suficiente dinero para poder ser escultor.” Bueno, todos admitimos que esto ciertamente superó todos los límites de la creatividad y ahora incluso Billy estaba participando en la diversión de la conversación. Posteriormente, continué con el asunto anterior sobre Billy, pero dirigiendo nuevamente mis preguntas hacia Jim. “Jim, ¿Cómo se parece Billy a su tío en términos de la creatividad familiar?” Jim no rehuyó más a Billy, sino que se expresó cálidamente de las historias y las pinturas que había estado haciendo desde que era “sólo un pequeño”. “¿Has guardado alguno de sus primeros trabajos?”, pregunté. Jim se mostró disgustado mientras decía que, en su repudio hacia Billy como su hijo, recientemente los había tirado todos.
“HE DETENIDO TODOS MIS PROBLEMAS” Billy, por primera vez, intervino y lo que tenía que decir primero nos confundió y luego nos aturdió en un silencio momentáneo. Dijo: “Vámonos a casa. Se terminó. He detenido todos mis problemas. No habrán más”. Marie y Jim se voltearon hacia Billy, como si hubiesen escuchado voces y siguieron mirándolo. Intenté salvar el día preguntándole a Billy a que se refería con estas aseveraciones. “Billy, ¿Estás tratando de que tu madre y tu padre crean que has renunciado al problema? Después de todo, Billy, no hay mucho más problemas en los cuales un niño de once años podría meterse según lo que me contó tu madre por teléfono. A propósito, ¿En qué problemas te metiste para que la Autoridad Regional de Auckland te llevara a la corte? Un caso en la corte seguro que debe estarles costando bastante dinero en abogados. Billy, dime, ¿Qué tan lejos y con qué frecuencia viajabas en bus?” Me dijo que viajaba en bus a la escuela todos los días. “¿Qué distancia? Pregunté. “Casi dos kilómetros y medio”, dijo. “Billy, ¿En cuántos problemas te puedes meter en dos kilómetros y medio?”
66 Pregunté. “¡Gritando!” me dijo. Marie asintió con su cabeza para asegurarme que Billy podía y de hecho gritaba. Billy me miró como si yo no estuviese comprendiendo la idea. “Sí, se acabó, no volveré a hacerlo otra vez”. Me dirigí a Jim y Marie: “¿De verdad que Billy tiene una gran tarea en sus manos para probarle tanto a ustedes como a su maestro de que esto realmente va en serio?”. Todos estuvieron de acuerdo en que esta sería una gran tarea de parte de Billy. “Billy, ¿Crees que todos aceptarán tu palabra o crees que tendrás que probárselo a todos ellos?”. Billy admitió que era improbable de que tanto su padre como su maestra le creyeran, sin embargo pensó que tenía una mejor oportunidad con su madre. A continuación le pregunté a Billy que si esto era serio y si estaría dispuesto a escribirle una carta sobre esto a la maestra que lo había expulsado de la sala de clases. Le aseguré que estaría muy feliz de poder darle una mano en la preparación de la carta. “Billy, te haré algunas preguntas y escribiré tu carta. Marie y Jim, ¿aceptarían actuar como testigos de este documento?” Billy, de buena gana, participó en el proyecto; sus padres todavía estaban perplejos, pero estuvieron de acuerdo con él.
UNA CARTA AL SEÑOR SMITH La primera pregunta que hice fue: “Billy, ¿Sabe tu profesor sobre esta cita?” De hecho lo sabía. “¿Podemos comenzar la carta de esta manera?” La carta comenzaba de la siguiente manera: Querido Señor Smith, Como sabrá, yo, mi madre y mi padre nos reunimos con David Epston. Mi siguiente pregunta fue: “¿Qué crees que deberíamos decirle sobre lo que discutimos hoy aquí?” Billy me describió su comportamiento, pero añadió su repudio hacia él, seguido de cómo es que podía mejorarse. Entonces pregunté si ya lo había intentado, incluso si aquellos esfuerzos no habían sido completamente exitosos.
Al comienzo del año cuando lo conocí, pensé que este año iba a ser muy divertido. Usted era un nuevo profesor. Yo era nuevo en la escuela. Le pregunté si creía que había dejado atrás la reputación de ser lo que él y sus padres llamaron una “molestia en la clase”. Y creo que he dejado atrás mi reputación de ser una molestia en la clase. Le consulté si le había sorprendido de que le siguiese a su nueva escuela. No me sorprendí, sin embargo, cuando el problema vino conmigo a Brown's Bay Intermediate School. Intenté detenerlo, pero fallé. Mi siguiente pregunta para Billy tenía que ver con lo que lo hacía creer que ahora podría triunfar. Pero ahora tengo casi doce y siento que estoy empezando a crecer y ahora quiero tener una buena reputación y ser un buen estudiante. Billy parecía tan seguro que pensé que sería prudente dejarle algo de espacio en sus buenas intenciones para ensayo y error. Por esta razón, le pregunté si esto significaba que tendría que introvertirse y no tener humor o ser un “nerd”. No se preocupe, tengo demasiado sentido del humor como para convertirme en un nerd. Continué preguntando a Billy exactamente qué tipo de reputación estaba buscando. El tipo de reputación que quiero es sólo no la de un niño que siempre es malo. Aun así, tampoco quiero ser completamente “santurrón”. Comencé bien este año y desearía que hubiese seguido así pero no ocurrió. Le pregunté a Billy si tenía alguna idea de por qué su maestro se había rendido con él. Me doy cuenta también que mis irritantes hábitos parecen haber hecho que se rinda conmigo. No me di cuenta de lo mal que se habían vuelto. “Billy”, pregunté: “¿Cuándo te diste cuenta de eso?”
67 Me di cuenta de esto en el día cuando usted me envió fuera del aula y tuvo una conversación conmigo fuera sobre cómo es que mi comportamiento debía detenerse. Le pregunté si aquello le había llegado. Aquello me llegó e intenté mejorar, pero todavía no funciona.
clase de vuelta. Y si no puedo costear esto yo mismo, tan sólo contacte a mis padres y ellos le enviarán mi mesada. A pesar de que Billy se veía bastante satisfecho con el futuro de esta propuesta, me preocupaba que tal vez no fuese suficiente: “Digamos, Billy, que gastas toda tu mesada para pagar a tu clase por cualquier molestia, ¿Qué harías a continuación para ejercer presión sobre ti mismo para ejercer presión sobre el problema?”
Lágrimas brotaron de los ojos de Billy, mientras volvía a contar sobre sus fallidos intentos para hacer méritos con su maestro. Entonces pregunté si él pensaba que tenía que ejercer presión sobre sí mismo para ejercer presión sobre el problema. A pesar de lo anticuada de la pregunta, Billy se entusiasmó ante la propuesta incuso cuando yo agregué: “Billy, ¿Quién crees que debería ejercer la presión – tú o tu maestro?” Y agregué “¿Crees que tu maestro te creerá?
Luego del décimo error y una vez mi mesada se haya gastado, necesitaré ejercer aún más presión sobre mí para ejercer presión sobre el problema. Creo que es mucho mejor ejercer presión sobre mí que sobre usted o el resto de la clase. ¡Esta presión tendrá que ser feroz! ¡Usted sabe lo mucho que odio correr! Bueno, quiero que usted se preocupe de que corra el doble en la cancha por cada error. ¡Esto será suficiente!
Créalo o no, necesito ejercer presión sobre mí mismo para ejercer presión sobre el problema. Aún más, debería ser yo quien ejerciera presión sobre mí mismo, en lugar de que usted deba hacerlo.
Intervine de nuevo en vista de la creciente confianza de Billy sobre los resultados. “Billy, soy un preocupón así que discúlpame. ¿Pero qué harías a continuación si eso tampoco funcionase? Digo esto esperando que funcione”.
A esta altura, Marie y Jim se estaban preparando y entusiastamente se nos unieron a lo que yo llamé nuestro plan. Billy no había tenido problemas para sugerir varias maneras de ejercer presión sobre sí mismo para ejercer presión sobre el problema. Aquí se encuentra lo que estoy planeando hacer y me pregunto si usted me podría echar una mano (¡esto es todo lo que pido!) Primero que todo, ¿Podría decidir cuántos errores podría tolerar en una semana y dejarme saber el número exacto? Por favor recuerde que tengo un buen sentido del humor y mucho que decir, así que no espere que sea perfecto de la noche a la mañana. Creo que, aunque no ocurra de la noche a la mañana, ¡OCURRIRÁ! Si es que paso el límite de errores que toleraría en una semana (¿le importaría dejarme saber privadamente como lo estoy haciendo y cuántos errores he cometido?), donaré 50 centavos por error al jarrón de dinero del curso de mi mesada. Al menos si voy a ser una molestia en la clase, puedo hacer méritos pagándole a la
Si esto no funciona, haré una carrera adicional de dos millas. ¿Se da cuenta de qué tan importante es para mí no tener un error? Decidí presionar a Billy aún más para asegurarme que estaba dispuesto a respaldar sus buenas intenciones respecto a ejercer presión sobre sí mismo. Sus padres parecieron apreciar de verdad esto, a juzgar por su mejor ánimo. “Billy, sé que debes pensar que estoy exagerando, pero este problema realmente te ha metido en problemas. Tan sólo digamos que todavía no has roto estos hábitos todavía, ¿Cuál sería tu acto final de poner presión en ti mismo para ejercer presión sobre el problema?” Si no he roto estos hábitos y me equivoco otra vez, lo cual no creo que ocurra, me disculparé en frente de la clase. Por primera vez, Marie y Jim buscaron unirse a nuestra conversación, que estaba produciendo este documento al mismo tiempo. Yo me encontraba escribiendo a mano cada línea en mi libro de notas mientras Billy verificaba cada línea del documento. “Billy,
68 déjame leerte lo que he escrito y veamos si lo apruebas. ¿Cómo te suena esto? ¿Estás contento poniendo esto en la carta para llevarle a tu profesor?” Jim, sin embargo, ofreció algunas ideas propias y Marie, cuando se le preguntó, dijo que de manera independiente tenía algunas también. Les pedí que mantuvieran para sí un momento sus ideas para Billy sobre ejercer presión sobre sí mismo. “Billy, ¿Crees que necesitas alguna otra idea o crees que tienes suficientes con las tuyas?”. El confirmó esto con su cabeza y sus padres accedieron a darle una oportunidad. Mis padres tienen más ideas pero les he dicho que no las necesito. No necesito que ellos pongan presión sobre mí; lo haré por mí mismo. Me reuniré con David otra vez en un mes más. ¿Sería tan amable de darme una carta para llevarle la próxima vez, con el objeto de que él pueda saber si he estado ejerciendo suficiente presión sobre mí? Me pidió que le dijera que tiene también muchas ideas para ejercer más presión sobre mí mismo, pero que se ha rehusado a contármelas. Él cree que esta vez va en serio, así que no se molestará en decirme cuanta presión más puedo ejercer sobre mí mismo si lo necesitara. Sinceramente, Billy PS: Aunque David escribió esta carta e hizo la mayoría de las preguntas, las respuestas corresponden todas a mí. Testificado por Jim y Marie el 21 de Marzo de 2003, Auckland, Nueva Zelanda. Marie y Jim responsablemente firmaron el documento cuando les envié una copia antes de que Billy la llevara y entregara a su maestro
LA CARTA DE LA SRA. JONES Nos reunimos un mes después como habíamos planeado. Esta vez la familia entró en mis dependencias juntos mientras Billy sostenía una carta en sus manos. No podía esperar a entregármela. Sin embargo, las cosas no habían salido como yo había esperado. El Señor Smith se rehusó a leer la carta de Billy y continuó rehuyendo de Billy. Sin embargo, Billy había sido puesto en una clase
alternativa con la Sra. Jones. Consecuentemente, era una carta de ella la que Billy tenía en sus manos. De todas maneras, decidimos que era razonable responder la carta que documentaba esta reunión a ambos. La carta estaba escrita de la misma forma que la primera, aunque esta vez Jim y Marie tuvieron mayor protagonismo y yo fui el autor y subsecuentemente la firmé. Queridos Sr. Smith y Sra. Jones Me reuní con Billy y sus padres, Marie y Jim el 19 de Abril. Me gustaría agradecerles a ambos sus respectivas contribuciones a que Billy se tomara en serio a sí mismo y a su reputación, tanto en la escuela como en su hogar. Billy, Jim y Marie aprobaron lo anterior. Sr. Smith, en lo que respecta a Billy, él entiende que ha agotado cualquier recibimiento de su parte. Él lamenta esto, pero de todas maneras, parece ser una bendición encubierta. La razón por la que digo esto es que creo que su deseo de redimirse ante usted es la causa de lo que creo que es una gran avance, si tomamos en consideración su carta del 15 de Abril, Sra. Jones. Lo único que lamento de todo esto es que usted, Sr. Smith, no pudo presenciar el cambio la conducta de Billy. A continuación cité el sumario de la carta manuscrita de la Sra. Jones. No he visto evidencia de 1) contestarle a su maestra, 2) pararse de su puesto a distraer a otros y 3) discusiones con otros alumnos. Estoy disfrutando de su compañía en la Sala 15 y su trabajo académico se ajusta muy bien a los estándares de aquí. Luego pregunté a Billy si creía que el Sr. Smith y la Sra. Jones tenían el derecho a saber cómo es que ocurrió este cambio. Billy estaba muy contento de proveerles esta información. Creo que ambos tienen el derecho a saber (Billy, Jim y Marie acordaron entregarle la versión de Billy de cómo es que esto había ocurrido personalmente al Sr. Jones). Créanlo o no, él declaró que se esforzó todo el fin de semana anticipando su transferencia a la Sala 15. Además, estaba determinado a terminar con Teddy, a
69 quien consideraba un amigo de su problema, aun sabiendo que podían haber repercusiones por esto. Entiendo que soportó algunos comentarios difamatorios y acusaciones y lo hizo con una cuota de dignidad y respeto por sí mismo. Cuando nos reunimos por primera vez, él lamentó el hecho de que no tenía amigos salvo por Teddy, a quien reconocía como una mala influencia para él. Él declaró que ahora tiene varios amigos, incluyendo a Matt, que en el pasado había sido su antagonista. Tal vez estén interesados en saber que tanto Jim como Marie reportaron una mejora del 50% en su comportamiento en el hogar y por supuesto están a gusto con esto. Ellos lo han descrito como “más calmado y más feliz”. Lo que los ha sorprendido aún más es que pueden razonar con él otra vez y sienten que él “se ha abierto con ellos”. Tal vez no estén al tanto del hecho de que Jim se había desesperanzado respecto a su hijo y estaba considerando cortar la relación con su hijo permanentemente. Marie lloró, comentando que ella sentía que estaba recuperando a Billy. Jim y Billy parecen haberse reencontrado y están disfrutando otra vez su tiempo juntos. Billy se había dado cuenta de que “él (Jim) no quería hacer muchas cosas conmigo”. Sospeché que Billy estaba bastante decidido a rescatar su reputación cuando nos reunimos hace casi un mes, pero no pude haber predicho que se hubiera notado tan rápido como Billy declaró que ocurrió. Él mismo lo plantea de esta manera: “ocurrió en el segundo día. Estaba tratando de comenzar bien y lograr ser bueno. ¡Y lo he logrado hasta ahora!”. Creo que la mejor explicación que tenía Billy para este logro es que “estaba intentando combatir mis hábitos. Algunas veces lo hacía automáticamente pero cuando estaba a punto de perder, me contuve y funcionó. Al día siguiente, lo intenté otra vez y funcionó. Estaba muy contento y tenía el poder de detener y contener mi mal humor. Fui capaz de continuar en mi trabajo cuando alguien me estaba molestando. En algunas ocasiones he sido capaz de decir no y seguir de largo e ir a la biblioteca. He dejado de gritar, porque ellos saben que puedo meterme en problemas si grito. Ellos están empezando a perder interés y me dejan tranquilo.”
En este punto de la conversación, Jim y Marie insistieron en agregar algunas consideraciones que tenían sobre Billy durante el mes pasado. Todos habían comprendido también que Billy había vivido a la sombra de su hermana. Tal como Billy lo planteó, “Yo quería que me conocieran por mí mismo y no como el hermano de mi hermana”. Desde que se dio esta comprensión, Jim y Marie han notado que hay menos peleas con su hermana. Según Marie y Jim, lo que los ha impresionado más sobre los logros en relación a su hijo es que él se ha abierto y está hablando. Billy confirmó esto orgullosamente: “ahora puedo hablar abiertamente con mis padres... con ellos estoy tratando de ser bueno. Esto significa que me puedo abrir más con ellos”. Marie comentó que “era encantador”; Jim estuvo de acuerdo: “¡Es como si alguien hubiese encendido la luz!”. Billy tuvo la última palabra en nuestra discusión y fue muy acertado: “Cumplir doce me cambió. Me dije a mí mismo, tratemos de hacer lo mejor este semestre, para que pueda dejar atrás una buena reputación cuando vaya a la nueva escuela el próximo año.” Me gustaría agradecerles a ambos por su ayuda en este asunto, aunque ambos siguieron distintos caminos al respecto. Señor Smith, creo que al tomar en serio a Billy como usted lo hizo ayudó a despertarlo; Señora Jones, creo que su bienvenida hizo posible que pudiera rescatar su reputación, algo que había decidido que quería para él. Sinceramente, David Epston.
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“ESTOY CANSADA DE LAS SUCIAS FECHORÍAS DEL PROBLEMA” David Epston 1 Documento de trabajo en el Taller de Terapia Narrativa, Noviembre 2010, Valparaíso. Traducción por Marcela Polanco. Serena, una joven43 contrariada de once años venia a mi oficina acompañada por Jenny, su madre, cabeza de familia. Jenny tampoco venía de muy buen humor. Cualquiera que fuese el problema, ciertamente era uno de esos que las había puesto a cada una en contra de la otra. Aunque cuando se dirigía hacia mí y me hablaba, Jenny era de cortes y naturaleza bondadosa, ella no podía evitar fruncir el ceño cuando miraba a Serena quien no hizo ningún esfuerzo en lo absoluto de poner una buena cara por mí. De hecho, parecía mirar a su madre vengativamente como si ella la hubiese herido de alguna forma u otra. La mirada de sus ojos me sugería algo como esto: “si le dices cuál es mi Problema, te vas a arrepentir después cuando lleguemos a la casa!” Como es mi costumbre, propuse una dirección que las tomó a ambas por sorpresa. “Miren, ¿les importa si llevamos esta conversación en una manera que pudiera ser bien, bien diferente de lo que ambas pudieran haber esperado? Me preguntaba, Serena, si pudiera llegar a conocerte a través de tus maravillosidades. Tú sabes—por tus talentos, habilidades y por lo que tus amigos pudieran pensar que es agradable de ti. Jenny, no me sorprendería si usted quisiera saber el por qué. Bueno, ciñéndome por sus caras, este Problema las tiene bastante contrariadas la una con la otra. Entonces supongo que es un Problema engañoso. Y pudiéramos tener que “formar un equipo” si vamos a hacer algo sobre este tipo de Problema. Pero antes de si quiera pensar sobre armar un equipo, supongo que sería bueno para mí conocer cuáles son tus maravillosidades, Serena, para entonces poder ver qué es lo que tú tienes a tu favor para poder pensar cómo 1
Antropólogo. Doctor en Literatura de la Universidad J.F. Kennedy, EEUU. Magíster en Terapia Familiar Universidad de Warwick, Inglaterra. Codirector Centro de de Terapia Familiar de Auckland, Nueva Zelanda.
“poner” esto en contra del Problema que las tiene a las dos tan contrariadas la una con la otra?” Serena y Jenny estaban algo sorprendidas por esta dirección a seguir pero a pesar de todo estaban intrigadas por mi propuesta. Ellas dieron su consentimiento a que yo procediera cuando les pedí permiso para hacerlo. Dudo que en este estado, ellas pudieran haber sabido qué venia pero al menos ambas fueron temporalmente capacees de apartarse de las tácitas recriminaciones mutuas implícitas en sus mutuos ceños fruncidos. “Serena, esto te puede hacer sentir incómoda, tal vez hasta creída si te preguntara sobre tus “maravillosidades”. Así que, ¿te importa si le hago preguntas a tu mamá sobre tus “maravillosidades”?” Ella abrió sus ojos sorprendida como diciendo—“¿de qué se trata todo esto?” pero tropezándose con sus palabras, dijo—“aja, no importa…pregúntele a ella?” Aunque al principio la primera media hora no tuvo un curso del todo sin tropiezos, al final de esto no me quedo duda de que Serena era una joven maravillosa de once años. Jenny, al comienzo con algo de un agotado entusiasmo por la tarea, procedió a contarme sobre las maravillosidades de su hija. Ella me dijo que Serena podía ser “amorosa, amigable y amable con los niños pequeños” y me proveyó de ejemplos de historias de sus prácticas amorosas, amables y amigables hacia las niñas vecinas y primas. Cuando indague si tales expresiones de amabilidad se extendían a veces hacia ella cuando el Problema—“cualquiera que este fuera”—se hacía a un lado, Jenny admitió que Serena “a veces podía ser de gran ayuda.” Cuando busqué que ella especificara cómo Serena la ayudaba, Jenny contó sobre dos ocasiones cuando “tú sales y traes la ropa que se está secando en la cuerda” antes de que Jenny llega a la casa del colegio “lo que me facilita las cosas.” Jenny empezó evidentemente a tornarse más calurosa ante estas preguntas mientras que Serena la miró con menos frialdad que al principio
71 de nuestra reunión. Jenny se hizo elogiar a su hija por la manera en que ella “cuida a Olivia.” Jenny la había acompañado algunas veces al comienzo pero al observar la “considerada naturaleza” de su sobrina ella sintió que su hija podría cuidarla sola. “Serena, has convertido esta maravillosidad tuya como un medio de trabajo remunerado?” Esta fue la primera vez que ella se sonrío con timidez y en un bajo tono de voz respondió “eso creo.” Jenny, instigada por mí, pasó a otra arena de maravillosidad de su hija (“Jenny, su maravillosidad se expresa en cualquier otra parte en la vida de ella?”) Antes de proponer algunos otros lugares como “en el colegio, en las vacaciones, en los deportes, en las cosas que a ella le gustan mucho hacer, bien sea sola o con alguien más, etc.,” su mamá, con una medida de orgullo por Serena dijo que ella podía ser “osada, audaz, y valiente” cuando se trataba de sus actividades como porrista y en el trampolín. “Serena, cualquiera que sea el Problema, ¿tú sabes si éste sabe qué tan valiente, audaz, y osada obviamente eres?” Ella parecía sorprendida por este tipo de pregunta pero otra vez se sonrío y dijo que ella suponía que éste no sabía esto de ella. “Qué te parece si nos unimos a armar un equipo y le decimos al Problema sobre esto.” Una vez más, algo perpleja ella dijo—“ah…ah…bueno!” “Bueno, digamos que todos nos reunimos y le decimos al Problema, cualquiera que este sea—la verdad sobre el tipo de persona que eres que te permite salir como porrista y saltar de arriba abajo cuando estás en el trampolín, aunque hay riesgo de que te caigas y te hagas daño? ¿Crees que este Problema lo pensaría dos veces en inmiscuirte en tu vida si supiera bien lo tan osada, audaz y valiente que realmente eres?” Una vez más ella sacudió su cabeza sonriendo y dijo— “¡no lo sé!” “Jenny, la mayoría de los Problemas tienen una visión angosta de una persona joven porque ellos solo saben sobre la joven en problemas y no fuera de los problemas y probablemente no están interesados en saber sobre su osadía, valentía y audacia.” “Serena, piensas que tu osadía pudiera ser mala para el Problema?” Ambas Jenny y Serena consideraron que valdría la pena informarle al Problema—cualquiera que este sea—sobre cómo la osadía de Serena sería un problema para el Problema. Antes de empezar con esto, Jenny se sentó derecha en la silla y miro orgullosamente a Serena
directamente a sus ojos y dijo: “¡Tú eres una joven que puede tomar sus propias decisiones!” Le pregunté a Jenny si ella había abrigado el que Serena tuviera esta habilidad de tomar sus propias decisiones. Este era ciertamente el caso. “Yo la eduque así… para hacer las cosas por sí misma. No me gustan las personas jóvenes que son mimadas.” Dirigiéndome a Serena, le pregunté si ella se había percatado desde antes de las intenciones de apoyo por parte de su mamá para que ella pudiera tener sus propias opiniones. Serena dijo que ella no había escuchado esto antes y que eran noticias nuevas para ella. “¿Son buenas o malas noticias el saber que tu mamá estaba completamente detrás de tu independencia en tu opinión?” Serena pensó que eran “buenas noticias.” Luego le pregunté si ella era de la opinión de que su mamá era una mama, mujer y vendedora independiente en sus decisiones. Ella pensó que ella lo era y más aun cuando le pregunte si Jenny tenía una reputación en contra de su familia y amigos por tener sus propias opiniones, se miraron la una a la otra y se rieron. “¿Serena, sabes si hay algo de su independencia en sus decisiones en ti?” Serena confirmó esto con una sonrisa de oreja a oreja y luego miró a Jenny quien se estaba sonriendo. Jenny continúo diciendo que ella siempre ha tenido determinación, que Serena “creció como una adulta quien puede pensar por sí misma y depender de sí misma.” “Serena,” le pregunté, “¿tienes alguna idea de lo que pueda pensar el Problema al meterse con una persona joven independiente en sus decisiones?” “¡No lo sé!” Dirigiéndome hacia Jenny, le pregunté: “¿Cree que el Problema preferiría pensar por Serena y tomar sus decisiones por ella? ¿O más aun, Serena ha dependido de este?” Jenny y Serena pensaron que al Problema no le gustaría para nada una relación dependiente y confiable entre mamá e hija. “Serena, a propósito, qué nombre le tienes a este problema?” Ella me respondió más o menos como de manera factual: “¡Interiores sucios!” “¡Ay no, interiores sucios!” Exclamé “Cuéntame, ¿tu problema de interiores sucios es como muchos otros problemas de interiores sucios que yo he conocido?” “¿Qué quiere decir con eso?” Serena pregunto. “Bueno, yo no conozco un problema que le juegue fechorías más sucias a las personas jóvenes que un problema de interiores sucios. ¿Te puedo contar sobre algunas de las fechorías de lo
72 que he aprendido de personas de tu edad? Voy a empezar por la fechoría menos sucia y luego avanzare hacia las fechorías más sucias. ¿Te parece bien?” Serena me indicó que continuara. “No. 1. ¿Pretende que no es un problema y que no te debes preocupar por esto? Serena comentó pensativamente—“Mas o menos…” Jenny dijo: “Eso es verdad… ¡él hace esto!” “No. 2. Trata de hacerte creer que si es un problema, no es tuyo sino de tu mamá.” Jenny sonrío tal vez en reconocimiento de muchas discusiones que ella y Serena habían tenido. Serena parecía insegura o perpleja. “No. 3. Trata de hacer su típicos trucos favoritos en que si tu no haces nada o te olvidas, se va a ir por si mismo!” Una vez más, Serena reflexionó: “Mas o menos…” pero Jenny agregó: “¡No, eso es cierto!” “No. 4…ahora, este es un truco particularmente sucio. ¡El Problema te dice que es bueno para ti y te va a ayudar a crecer!” Ambas Serena y Jenny se rieron diciendo que ese truco nunca funcionaría porque ambas son de opiniones y decisiones muy independientes para caer en esto. “No. 5 y Serena y Jenny, este es el tuco más sucio de todos. Serena, el Problema trató de convencerte de que tú y Caca huelen tan dulce como las rosas y todos deberían untarse de Caca en sus cuerpos por su perfume?” Ella se rió diciendo al mismo tiempo de Jenny que había algo de eso. Indagué sobre lo que ella quería decir con eso. Ella contó cómo ella trabajaba en una tienda de pintura y decoración en ventas y frecuentemente le dicen sus amigas que ella huele a pintura y trementina y que ella no tenía la menor idea de esto. Ella se volteó a mirar a Serena y le dijo que “¿te acostumbras tanto a eso que no puedes olerlo tú misma?” Serena se mostró pensativa pero se guardó sus pensamientos por un momento hasta que exclamó: “¡No me gusta!” “¿Qué?” Pregunté. “El problema de los interiores sucios!” “¿Te parece que a nosotros sí?” Le pregunté. “Supongo que no.” Serena respondió. Ambas Jenny y yo la acompañamos en ese sentimiento al compartir su desagrado por tal problema y sus fechorías sucias que lo hacía posible. “Serena y Jenny, estoy
cansado de conocer sobre de las fechorías que éste le ha venido jugando a muchas personas jóvenes que he conocido durante estos años.” “Serena, eres ahora una niña capaz de tomar tus propias decisiones de once años y eso viene de tu madre tanto por su ejemplo como por abrigar eso en ti. Crees que las fechorías sucias del Problema se están agotando un poco, incluso cuando te puede engañar de vez en cuando?” Ella respondió que las fechorías sucias podían engañarla con “alguna frecuencia” pero a pesar de eso, se estaban “agotando un poco.” “Serena si tú no fueras una persona con la capacidad de tomar tus propias decisiones, crees que te engañaría todo el tiempo más que solo algunas veces?” Ella sacudió su cabeza en acuerdo al igual que su mamá quien para este entonces estaba siendo de audiencia respetuosa de esta conversación. De hecho, Serena llegó a la conclusión de que “¡es un problema malo y yo puedo hacer algo al respecto!” Jenny y yo nos sorprendimos por la franqueza de Serena con respecto al Problema y sus fechorías sucias a través de las cuales la había embaucado. Luego le hice otra pregunta que las dejó perplejas a las dos. “En ese caso, ¿estarían dispuestas a poner presión sobre ustedes mismas para poner presión sobre el Problema?” “¿Qué quiere decir con eso?” Serena se preguntó en voz alta. Yo pregunté sobre los efectos del Problema en el pasado y en el presente mas reciente. “Miren, el Problema ha venido poniendo presión en tu mama para poner presión en ti. ¿Qué tal si se le voltean los papeles al Problema al poner presión sobre ti para poner presión sobre el Problema? “¿Cómo?” Serena preguntó con interés. Parecía un camino viable a tomar para cubrirse su espalda y destaparle los engaños de las fechorías del Problema. “Bueno, ¿tú habrías de jugarle un truco limpio al Problema en vez de dejarte llevar por sus fechorías sucias? ¿Te parece bien? ¿Te parece bien Jenny?” Todas confirmaron la póliza en general sin discutir ninguna táctica específica. Como mínimo, nos habíamos unido en equipo en contra de las fechorías sucias del Problema y habíamos delineado una respuesta y la habíamos nombrado como trucos limpios. “Serena antes de irnos más lejos, necesito saber qué tanta presión estas dispuesta a poner en ti misma
73 para poner en contra del Problema.” Serena aunque interesada, con razón quería saber cómo proseguir con esto. Le dije que varias jóvenes quienes decidieron poner presión sobre ellas en vez de poner presión sobre el Problema pusieron presión sobre sus madres para inspeccionar y lavar sus interiores. “Janey, una niña de ocho años dijo que si el Problema tenia la osadía de ensuciar su cama, el siguiente día ella iba a poner presión en sí misma al dormir en el suelo en su saco de dormir para desquitarse del Problema por sus fechorías sucias. Y sabes que ella le enseñó realmente una lección al Problema porque el Problema raramente habría de ensuciar sus interiores o su cama después de eso. Había una joven de 15 años quien se sentía bastante humillada por el Problema y la indignó tanto que ella le dio a su mamá una cosa de su maquillaje cada vez que el Problema se metiera con ella y su mamá no debía devolvérselo hasta que ella estuviera limpia por uno o dos meses. ¿Te sorprende saber que esto dio tan buen resultado que ella obtuvo todo su maquillaje en un periodo de tres meses? Ninguna de ellas se sorprendió por estos resultados. De hecho, Serena demostró de lleno su capacidad de tomar sus propias decisiones. “¡Sí, eso es, le voy a dar a mi mamá my celular, Ipod y computador si encuentras mis interiores sucios!” Jenny parecía sorprendida por la declaración de Serena y trató de persuadirla de dejar por fuera su celular porque sería inconveniente al irla a recoger al colegio. Pero Serena persistió y dijo que esa sería la presión necesaria para imponerse a sí misma para poner presión al Problema. Y solo tenía que ser tanto así porque algo menor a eso no le haría la jugada de hacerle un truco limpio. Entonces creativamente pusimos nuestras cabezas juntas para colectivamente llegar al siguiente acuerdo. Admito que yo lideré el camino en los detalles del plan pero en cada paso Serena y Jenny lo confirmaron como la póliza de madre e hija. “Serena, decidiste poner presión sobre ti misma para poner presión sobre el Problema. Esto es lo que cada una estuvo de acuerdo en hacer: 1.
Serena le va a dar un par de sus interiores a Jenny aproximadamente a las 8:30pm antes de irse a la cama.
2.
3.
4.
5.
6.
Serena le va a decir en voz alta y claramente a su mamá: “Te estoy dando estos interiores para que sepas que me estoy poniendo presión a mi misma para poner presión en el Problema. No sirve el poner presión sobre ti porque todo lo que hace es dañar nuestra relación madre e hija, y no importa qué tanta presión pongas en mí, eso no va a hacer que mi cuerpo esté limpio. ¡Porque sólo yo puedo hacer eso!” Jenny le va a decir en voz alta y claramente a Serena: “Creo que esto demuestra tu capacidad de tomar tu propia iniciativa y tu valentía para poner presión en ti misma para poner presión sobre este problema engañoso y sucio. Gracias por no poner presión sobre mí porque no importa qué tan duro te haya tratado en el pasado, no ha hecho que tu cuerpo esté limpio.” Debemos llegar a una decisión lo más rápidamente sobre el estado de los interiores— limpios o sucios. Si hay alguna disputa, los interiores se van a poner a un lado en un lugar especial hasta que la tía Judy pueda ser llamada y pedirle que venga para decidir sobre ese asunto de una vez por todas. Ambas me dijeron que ustedes confían en ella como una persona justa. Y por esta razón, lo que la tía Judy decida, eso lo que va a ser. Si el Problema ha ensuciado los interiores de Serena, Serena va a poner presión sobre sí misma para poner presión sobre el Problema al entregarle a su mama su celular, Ipod, y computador por una semana tiempo después del cual, Jenny le va a devolver todo a Serena. Después de un mes de Serena ponerle presión a si misma para poner presión al Problema y estar limpia, Jenny y su tía Judy la van a declarar como una joven “limpia” de once años. Claro, después de que hayan algunos deslices si Serena se vuelve muy confiada y baja la guardia. Después ellas van a volver a donde David para hablar sobre las maneras en que se puede “subir nuevamente al caballo después de haberse caído.”
Serena, sé que te conocí hoy solo por una hora o menos; pero he conocido este Problema por muchos años
74 más y lo considero como uno cuyas fechorías son de las más sucias. Respeto el hecho de que tú has puesto en riesgo tu Ipod/celular/computador para limpiarte. Y sospecho que mucho de esto tiene que ver con la manera en que tu mama te entrenó para crecer como una joven quien pueda tomar sus propias decisiones. Yo creo que tu puedes hacer esto!
Nunca nos volvimos a reunir aunque revisamos este asunto regularmente por teléfono y correo electrónico. Hubo un periodo dramático de éxito llevándola a ser declarada como “limpia” por la mamá de Serena y su tía. Como se predijo, Serena se volvió muy confiada y tal vez satisfecha de sí misma lo que la llevó a los deslices predichos. Sin embargo, la renovación de poner presión sobre sí misma para poner presión sobre el Problema pronto “se montó al caballo” nuevamente.
Cordialmente, David (tomado de una carta que envíe inmediatamente después de esta reunión.)
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II. TEORÍA Y EPISTEMOLOGÍA PARA LA PRAXIS CLÍNICA
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DE LAS ESTRUCTURAS COGNITIVAS A LOS ESTILOS PERSONALES: LA EVOLUCIÓN DEL PENSAMIENTO DE VITTORIO GUIDANO Andrés Moltedo Perfetti 1 RESUMEN En el presente artículo se revisa la evolución en el pensamiento del psiquiatra y psicoterapeuta Vittorio Guidano, autor que vivió y lideró en Italia los cambios del conductismo al cognoscitivismo y finalmente al constructivismo, a través de la modificación en la articulación de su concepto y visión del sujeto que conoce. Palabras Clave: Post‐Racionalismo, Organización de Significado Personal, Vittorio Guidano, identidad personal.
INTRODUCCIÓN Realizar44una revisión histórica y bibliográfica de la obra de un autor es siempre una tarea compleja y, más aún, tratar de revelar los hilos teóricos y cambios epistemológicos que se entrelazan muchas veces de manera sutil. Esta tarea es especialmente compleja cuando se trata de analizar la evolución de la obra de Vittorio Guidano, ya que por una parte la mayor parte de su obra no está en español y es de difícil acceso y otra dificultad radica en que se trató de un hombre de excepcional cultura e inquietud intelectual, por lo que en su obra confluyen autores de las más variadas tradiciones y especialidades. Es por lo mismo que al realizar el presente texto se han tenido que privilegiar ciertos temas por sobre otros. Si bien podría ser interesante, por ejemplo, establecer un paralelo entre la evolución del pensamiento de Guidano con los acontecimientos de su vida personal y las particulares circunstancias históricas en que le tocó vivir y participar , este artículo se centra en la evolución del concepto más conocido de este autor: 1
Psicólogo Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Magíster en Psicología Clínica por la Universidad de Valparaíso. Académico Psicología Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
la Organización de Significado Personal , sus principales líneas y tópicos de desarrollo, desde fines de los años 70 hasta dar con algunos lineamientos de los desarrollos posteriores al fallecimiento de Guidano.
EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE ORGANIZACIÓN DE SIGNIFICADO PERSONAL 1979: ESTRUCTURA COGNITIVA En “Elementi di Psicoterapia Comportamentale” (1979), Vittorio Guidano y Giovanni Liotti expresan abiertamente su búsqueda por lograr y seguir las exigencias de una metodología que fuera objetivamente científica en el ámbito de la psicología clínica. Evento no exento de dificultad, ya que esta última tiene como objeto de estudio y tarea fundamental la comprensión de la experiencia subjetiva. Junto a la influencia del padre del racionalismo crítico, Popper (1974), se evidencia la presencia del pensamiento de Lorenz (1973) respecto de la etología comparativa (búsqueda de la explicación de las causas del comportamiento humano en el mundo animal); de Bowlby (1969, 1973, 1977, 1980 y 1988) y su teoría del apego; de Miller, Galanter y Pribram (1960) en lo que dice relación con los planes y estructuras del comportamiento. Se puede apreciar, ya en este texto,
77 una nueva epistemología compatible con la teoría de sistemas, la cibernética y la teoría de la información que, para la psicoterapia, propondrán y perfeccionarán ambos autores en textos sucesivos y, posteriormente, por dos caminos distintos . Apegados al pensamiento de Popper, buscan delinear una teoría objetiva y discutible sobre dichas experiencias subjetivas, en otras palabras, una teoría que no se base exclusivamente en intuiciones subjetivas. Para lograrlo, Guidano y Liotti parten inicialmente del análisis y estudio del repertorio conductual, para posteriormente examinar las estructuras cognitivas que regulan dicho comportamiento. Por estructura cognitiva hacen referencia a las reglas que actúan como elementos organizadores de pensamiento y que coordinan la evolución, la calidad y la dirección de un sistema de representación, dotándolo de estabilidad interna, volviéndolo un estilo representativo (Arciero, Gaetano, Maselli y Mazzola, 2005). En otras palabras, estudiando secuencias complejas de conducta, las analizan de acuerdo a esquemas, tratando de establecer relaciones entre estos comportamientos, el ambiente en el que se realizan y, especialmente, las imágenes, expectativas, convicciones, relaciones entre procesos cognitivos y emociones, valoraciones y diálogos internos asociados a aquellas conductas. 1981: ORGANIZACIÓN COGNITIVOCOMPORTAMENTAL Si bien ya estaba presente en la obra de 1979, en la introducción del volumen editado por Guidano y Reda en 1981 (“Cognitivismo e Psicoterapia”) se le otorga aún una mayor importancia a la función activa de los estados internos de un individuo en la elaboración del conocimiento, con la aparición del concepto de “Organización Cognitivo Comportamental”. Esta organización era constituida por necesidades, expectativas y convicciones dentro de un sistema unitario con coherencia interna y relativamente estable. 1983: ORGANIZACIÓN DE LA ESTRUCTURA COGNITIVA PERSONAL Es en “Cognitive Processes and Emotional Disorders” de Guidano y Liotti (1983) que hace aparición
por primera vez la expresión “organización cognitiva”, bajo la forma del concepto de “organización de la estructura cognitiva personal”, recibiendo un trato sistemático. En este texto buscan establecer una epistemología de tintes no asociacionistas ni reduccionistas, que genere “un modelo de la conducta humana que tenga implicaciones directas para la psicoterapia” (Zagmutt, 2006). Aquí se plasma el fruto de la revisión epistemológica, el paso desde el cognoscitivismo al constructivismo. Es Mahoney, uno de los líderes del movimiento constructivista en psicoterapia, quien escribe el prefacio del texto destacando que los presupuestos teóricos de los autores llevan a hacer un paralelismo entre los cambios estimulados por la relación terapéutica y el cambio de paradigmas que –según Kuhn (1962)– caracteriza cada revolución científica; además destaca a este trabajo como un modelo heurístico de la organización del conocimiento personal y de su cambio. Basándose en las premisas epistemológicas poppereanas (1963 y 1972) y en la teoría motora de la mente de Weimer (1977), en términos filosóficos y biológicos, los autores conciben al conocimiento como el producto de un sistema de construcción activa de la mente, con una clara aproximación evolucionista, negando el origen sensorial del conocimiento y la pasividad del organismo. Emerge, de esta manera, una particular atención a la manera como se estructura el sistema de conocimiento individual humano a través de su relación con el ambiente, siendo el self el agente regulador central de la organización del conocimiento. Integran las diversas fases piagetanas de desarrollo (así como las diferencias cualitativas entre el pensamiento infantil y el adulto) con la teoría y, también, las observaciones de Bowlby respecto de los vínculos afectivos y el apego. Este último le permite a Guidano y a Liotti brindarle una importancia fundamental a la esfera emotiva y les otorga los criterios que utilizan para distinguir cuatro categorías de organizaciones cognitivas, así como para hipotetizar que el origen de las diferencias individuales se halla en los diversos itinerarios de desarrollo.
78 Critican, de acuerdo con el pensamiento de Leventhal (1979) y su concepto de emocional schemata, visiones de las emociones como la de Schachter y Singer (1962) respecto de la teoría de las emociones de la “alerta cognitiva” (“cognitive‐arousal”), muy acreditada hasta aquel entonces en psicología cognitiva, que considera las emociones una consecuencia de las valoraciones cognitivas. Su crítica apunta a que las reacciones emotivas preceden la emergencia del lenguaje y que las emociones que surgen de la relación de apego, junto con ciertas características temperamentales, forman parte de la constitución de una identidad personal desde las primeras fases del desarrollo. Tanto la teoría del apego como la epistemología evolucionista se configuran como ejes teóricos básicos que estructurarán tanto la teoría de las organizaciones cognitivas, como sus reformulaciones y ampliaciones sucesivas, manteniendo estos ejes una continuidad sustancial en la Teoría Post‐Racionalista. Consideran que la teoría del apego de Bowlby (1977) está lo suficientemente articulada como para establecer los criterios y servir de base para un estudio etiopatogénico. La integran con otras teorías del desarrollo, definiendo las cuatro organizaciones descritas como estructuras con una identidad personal con dos ejes, uno interno (actitud hacia sí mismo) y otro externo (actitud hacia la realidad), siendo el vínculo la matriz que permite comprender como se construyen ambos ejes de conocimiento. Dichas organizaciones cognitivas, que presentan “distorsiones cognitivas”, son modeladas de acuerdo a los agrupamientos diagnósticos principales o síndromes que ellos encontraron en su práctica clínica (depresión, agorafobia, patrones obsesivo‐compulsivos y desórdenes alimenticios). La psicopatología y los trastornos emocionales se reducen casi exclusivamente a una patología del apego, que vinculan con el autoconocimiento, describiendo cuatro patrones anormales de vínculo y sus correspondientes distorsiones cognitivas. Constituye una de las primeras exploraciones sistemáticas de la relación existente entre los procesos vinculares y la génesis de los esquemas cognitivos.
La identidad personal, vista como un conjunto flexible de modelos representacionales de sí mismo, es identificada con el conocimiento tácito de sí percibido y corresponde a un conjunto de reglas generales y aspectos invariantes que orientan los procesos mentales, que brindan las coordenadas para el reconocimiento de sí y del mundo. La actitud hacia la realidad es, a su vez, mediada por las estructuras cognitivas de la identidad personal, que definen los límites de la coherencia compatibles para la mantención de sí y de un nivel de autoestima aceptable. La epistemología que se encuentra a la base del texto de 1983, aún se basa en una visión derivada del racionalismo crítico de Popper (1963, 1972) y de la epistemología evolutiva de Campbell (1974) y Lorenz (1973), por lo que el conocimiento tiene un fuerte tinte representacional, siendo el papel del observador principalmente el de seleccionar una serie de estímulos intrínsecamente informativos. Sin embargo, la adhesión a la epistemología evolutiva permite desarraigar el conocimiento como tema de estudio exclusivo de la filosofía y arraigarlo como tema científico, así como cuestionar la noción de realidad que imperaba por esos años en la psicología y que, entre muchos otros, había criticado Oppenheimer en la asamblea anual de la American Psychological Association en 1956: “El peor de todos los posibles errores sería que la psicología fuera inducida a modelarse a sí misma sobre una física que ya no existe, que ha quedado completamente superada en el tiempo y que desde hace mucho nosotros desechamos” (p.129). De manera semejante al sistema de creencias de Meichenbaum, las estructuras cognitivas se organizarían como una teoría científica, de acuerdo a una estructura organizada que es capaz de construir, según el modelo de Lakatos, tanto una noción del mundo como un programa de investigación. La regulación del proceso de mantención y cambio de la organización de la estructura cognitiva, está dada por la búsqueda activa de congruencia que existe entre el conocimiento preexistente y la nueva información.
79 Los temas, tratados en un lenguaje con fuertes influencias de la tradición cognitiva y del constructivismo inicial, y delineados en este texto junto con Liotti, fueron profundizados, reelaborados y complejizados en las sucesivas obras de Guidano. 1987: ORGANIZACIONES PERSONALES
COGNITIVAS
Las posteriores elaboraciones del constructo de organización de estructura cognitiva personal, efectuadas ya exclusivamente por Guidano, lo llevan a la elaboración de un modelo que considera en el funcionamiento psicológico de las personas la articulación de procesos tácitos y explícitos del conocimiento en la construcción de significado, tanto en la normalidad como en la patología (Arciero y col. 2005), enfatizando aspectos evolutivos y procesales. La Organización Cognitiva Personal, a diferencia de la Organización de Estructuras de Conocimiento Personal, es un concepto que engloba una “organización específica de los procesos de conocimiento personales que gradualmente emergen a lo largo del curso de desarrollo individual” (Guidano, 1987, p.91). En “Complexity of the Self” (1987), Guidano establece como foco de atención de su modelo la epistemología de la complejidad, generando una mayor distancia respecto del paradigma empírico‐ asociacionista. De acuerdo a dicha epistemología, presente en las ciencias naturales, todas las formas de vida evolucionan asumiendo complejidades crecientes. Por esto es necesario considerar las capacidades de los organismos vivos para autoorganizarse y autodeterminarse, así como la plasticidad, flexibilidad y apertura de los procesos individuales de desarrollo, que están a la base del ordenamiento que hace de la realidad cada organismo. Tanto la Teoría Motora de la Mente de Weimer (1977) como el Modelo Holográfico de Elaboración de las Informaciones de Pribram (1971) explican la naturaleza de los procesos cognitivos, donde la Organización Cognitiva Personal se basa en la capacidad autorreferencial del individuo que, de acuerdo a ella, ordena el flujo tácito de la experiencia. Se trata de un
orden que no depende de las cualidades ni de las propiedades intrínsecas del objeto ni del mundo externo, del cual el organismo “extrae” su sentido de individualidad, unicidad, continuidad y estabilidad que coordina y regula cada aspecto de su vida conciente y, específicamente, su identidad personal. La teoría del apego de Bowlby mantiene su carácter de paradigma integrador del proceso de desarrollo individual y de la organización de la realidad. Es en la ontogénesis que se produce al interior de la estructura provista por la relación primaria de apego que se efectúa la diferenciación emotiva y el desarrollo cognitivo. Dichos estados emotivos primarios se articulan de acuerdo con la reciprocidad que se experimenta con la figura de apego; poseyendo la diferenciación emotiva, de acuerdo con la teoría de las emociones discretas (Ekman, 1972, 1984; Izard, 1977; Plutchick, 1980), una función primaria respecto al desarrollo cognitivo, especialmente de acuerdo al efecto de looking glass del proceso de identificación, que se lleva a cabo en sus direcciones interna y externa. Entonces, primariamente el sentido de sí del niño es de tipo afectivo, construyéndose en torno a esquemas emocionales básicos, que son organizados de acuerdo a escenas organizadas o scripts (Tomkins, 1978; Nathanson, 1996), una cierta tonalidad emotiva del sentido de sí en relación a un evento. El script o guión es, para Guidano, una herramienta integradora del sentir y el pensar, lo que sienta las bases para “la incorporación de los aspectos narrativos al modelo” (Zagmutt, 2006). Dichas escenas, que poseen un alto contenido afectivo, continua y permanentemente son conectadas con otras escenas poseedoras de un significado consonante, produciendo un proceso que orienta la percepción y las funciones cognitivas. En dicho proceso alguna escena, al haber sido experimentada repetidamente, estructurará hacia el final de la edad preescolar una escena nuclear prototípica que ordena y autoorganiza en una circularidad recursiva interior, dos conjuntos de esquemas emocionales emergentes de procesos antagonistas, en un proceso de recíprocas regulaciones que mantiene el sentido de sí respecto del mundo exterior y de los otros. De esa manera emerge una percepción de sí estable, que orienta el itinerario de
80 desarrollo estableciendo un significado que no necesariamente hace referencia directa con aquello que acontece en el ambiente externo. Así, la identidad personal que emerge hacia el fin del período madurativo puede ser considerada como una serie ordenada de imágenes explícitas de sí en continua elaboración a partir del ensamblaje recursivo y rítmicamente oscilante de esquemas emocionales y guiones nucleares, un conjunto flexible, ordenado, sintético y en desarrollo permanente de modelos explícitos de representación de sí y de la realidad, estructurados a partir de un nivel organizativo tácito, jerárquicamente superior (Guidano, 1987). Con el emerger del pensamiento abstracto y reflexivo , surge la posibilidad para los adolescentes de operar algunas transformaciones en su estructura explícita y, de esa manera, poder adaptarse de mejor manera a los cambios evolutivos, en tanto el cierre organizacional del nivel tácito mantiene la estabilidad organizacional. Respecto de los desarrollos anteriores, en este texto Guidano desarrolla la noción de self como un proceso de mantención de la continuidad, en una constante reestructuración de Sí mismo, y no como un autoconcepto. Se aleja aún más, entonces, de los enfoques cognitivos tradicionales y adopta un enfoque más sistémico respecto a la organización del conocimiento, centrándose en la coherencia sistémica antes que en la percepción de congruencia o incongruencia. Para él, la tendencia para mantener la coherencia sistémica es el mecanismo esencial que se encuentra a la base de los procesos autorregulatorios del sistema de conocimiento personal, proponiendo, en términos psicoterapéuticos, una metodología autoobservacional. Las cuatro organizaciones cognitivas personales, identificadas ya en el texto de 1983, son descritas con gran detalle respecto a los procesos generales de desarrollo, el desarrollo de la identidad, la resolución adolescente, la articulación de la experiencia emotiva, las estrategias de regulación (emotiva, cognitiva y comportamental), la coherencia sistémica, las
características emotivas y cognitivas de la actitud hacia sí mismo y hacia la realidad, así como las dinámicas de las disfunciones cognitivas (surgidas ante discrepancias entre el nivel tácito y explícito frente a personas y eventos significativos). Siguiendo el pensamiento de Marmor (1983), Guidano expresamente subraya la independencia del constructo de Organización Cognitiva Personal con la presencia de psicopatología. Propone, de esa manera, una psicopatología “que se hace cargo de la complejidad y la variabilidad de los desordenes emocionales mediante la elaboración de un modelo unitario, evolutivo y procesal” (Zagmutt, 2006). Ubica en un continuo a la normalidad, neurosis y psicosis, a las que considera como estados contiguos, dinámicos, cambiantes y potencialmente reversibles, en los que puede evolucionar cualquier Organización Cognitiva Personal de acuerdo a la calidad de la elaboración de la experiencia respecto a las dimensiones de abstracción/concretud, flexibilidad y capacidad de integración. 1991: ORGANIZACIONES PERSONAL
DE
SIGNIFICADO
En “The Self in Process”, el libro más difundido de Vittorio Guidano en español, publicado en 1991, se puede apreciar un nuevo salto epistemológico, donde pone de manifiesto la imposibilidad para reducir la experiencia subjetiva a un modelo de procesos cognitivos, aunque éstos sean complejos y se encuentren bien articulados. Recurre al pragmatismo norteamericano de Mead y James para explicar “la tensión intrínseca de la dinámica de la mismidad, es decir, un ‘Yo’ que experimenta y un ‘Mí’ que continuamente reordena y explica a posteriori” (Oneto y Moltedo 2002, p.88). El “Yo”, que actúa y experimenta, corresponde a la experiencia inmediata, a aquella irrefutable experiencia de ser en el mundo a la cual no es posible aplicar ningún criterio de verdad o falsedad. Es sólo a partir de un segundo momento en donde el Sí mismo es capaz de distinguir y ordenar esta experiencia, es en ese instante que la experiencia adquiere consistencia y significado, en el “Mí”.
81 Esta dinámica de la mismidad interactúa en un proceso circular sin fin, donde la valoración sigue siempre al fluir de la praxis del vivir. Todo significado personal es, entonces, “el orden experiencial sobre el cual se percibe la continuidad y la coherencia del propio Sí” (Arciero y col., 2005, p25). Sin embargo, paulatinamente se empieza a alejar de la noción de los procesos del self centrados en dicha circularidad, al introducir noción de “comprensión”, la cual es entendida como un proceso interpretativo del vivir. Manifestación en donde se aprecia un claro interés en el tema narrativo y hermenéutico de Ricoeur. La autoorganización surge como condición necesaria para la mantención de la identidad y la integridad, a través de la adaptación y reestructuración constante ante las exigencias externas y las perturbaciones ambientales. Desde que nace, el ser humano busca constantemente darle significado tanto a las experiencias emotivas como a sus actos, que se desarrollan en un ambiente de vínculos intersubjetivos específicos, y que son compartidos a través de una dimensión simbólico‐lingüística. Como cada ser humano construye un mundo, puede, por lo tanto, ser caracterizado por una Organización de Significado Personal, ya que vive una experiencia inmediata reconocible y decodificable y, por lo tanto, explicable y significable. El Sí mismo se va diferenciando en la reciprocidad de la relación vincular, desplegándose progresivamente a través de constantes reestructuraciones producto de las perturbaciones de las experiencias emotivas vividas como poco comprensibles o poco controlables. El papel central del vínculo es “ampliado” con la noción de intersubjetividad, que le permite profundizar el papel del “otro” en la construcción de la identidad personal, el tema de la alteridad. La conceptualización que realiza Guidano de las Organizaciones de Significado Personal, la efectúa basándose en una epistemología con una concepción
autorreferencial del conocimiento, que “supera” al racionalismo crítico poppereano. Evoluciona de una concepción representacional del conocimiento a una autorreferencial, el ser humano ya no se encuentra ante una realidad intrínsecamente informativa, sino que ésta no es conocible en sí misma prescindiendo de un observador. Así, mientras que en “Cognitive Processes and Emotional Disorders” (1983) la teoría del conocimiento era principalmente especulativa a partir de la aplicación de un modelo de desarrollo del conocimiento científico, en “Complexity of the Self” (1987) y, especialmente, en “The Self in Process” (1991) se trata de una teoría basada en las adquisiciones y logros científicos, especialmente en el ámbito de la biología y las ciencias de la complejidad. Las cuatro organizaciones, que se manifiestan en una configuración coherente de la actividad cognitiva, motora y, especialmente, afectiva, representan cuatro categorías de dimensiones o categorías básicas de significado personal, que corresponden a otras tantas formas posibles de ordenamiento de la experiencia. Tienen su origen en una específica configuración vincular, y en un particular ensamblaje de escenas y escritos nucleares, siendo, a lo largo del desarrollo de la existencia, expresión de una construcción subjetiva, de distinciones personales, que dan lugar a diferentes reordenamientos del mundo y del fluir continuo de la experiencia propia. Así, “alejándose cada vez más de una práctica de estampa cognitivo‐conductual tradicional, Guidano pone como fundamento de la Organización de Significado Personal el dominio emotivo, como aspecto que más que cualquier otro, da el sentido de unicidad personal y continuidad histórica que nos caracteriza como seres humanos” (Arciero y col. 2005, p.26). El núcleo central de las Organizaciones de Significado Personal ya no son ni los procesos cognitivos, ni las estrategias de solución de problemas, ni las representaciones de sí y del mundo. La base del significado personal está dada por los procesos tácitos, los cuales constituyen el mundo emotivo, que tienen un rol primario en el proceso de conocimiento y mantienen
82 la coherencia de la organización y la atribución de significados, siempre sobre la base del dominio emotivo. Las Organizaciones de Significado Personal, en este texto, carecen de referencias y vinculaciones directas a una condición psicopatológica. Son configuraciones particulares e individuales, un patrón emotivo característico recurrente y un modo específico de leer la propia experiencia interna, y no son entendidas como una particular forma de disfunción cognitiva. Normalidad, neurosis y psicosis son consideradas como distintas dimensiones de la coherencia sistémica, diferenciándose y distinguiéndose principalmente por el grado de flexibilidad y generatividad con el cual articulan la experiencia. 2002: ESTILOS DE PERSONALIDAD Tras el fallecimiento de Guidano en Buenos Aires en 1999, se producen una serie de revisiones del modelo propuesto por él, especialmente a partir del capítulo póstumo escrito junto con Arciero “Experience, explanation and the quest for coherence” del año 2000, que se centra en un diálogo tanto con las neurociencias, como con la fenomenología hermenéutica. El concepto de Organización de Significado Personal, y el modelo que lo sustenta, se asemejan más a una teoría de personalidad y del concepto de Sí, que a una teoría de los significados, especialmente debido a que se centran en los procesos de construcción y mantención de la identidad y del sentido de Sí (Moltedo, 2006) y no en los procesos de elaboración de la información y de creación de significados (Picardi, Mannino, Arciero, Gaetano, Pilleri, Arduini, Vistorini, Reda, 2003). De acuerdo a los argumentos planteados en el párrafo anterior, se produce un cambio respecto del problema, ya no centrándose exclusivamente sobre el significado sino también sobre la identidad. Esto se traduce en una apertura no sólo a un sentido sino también a hacer referencia a la situación, al modo de ser y a la experiencia de la que se habla. El paso de las Organizaciones de Significado Personal a los Estilos Personales, no se trata solamente de una reelaboración del concepto, sino que de un cambio epistemológico al interior del post‐racionalismo.
Las Organizaciones de Significado Personal se caracterizan por hacer referencia a un sistema cognoscitivo complejo, organizativamente cerrado, que mantiene una determinada continuidad y coherencia del sentido de Sí de acuerdo al orden experiencial. Dicho sistema es, además, autónomo, al realizar una permanente referencialidad a Sí mismo, donde los intercambios comunicativos son sólo perturbaciones externas. Por otra parte, en los estilos de personalidad el significado personal hace referencia a un sentido compartido, a una identidad narrativa, a través de la cual las personas, los eventos externos y las cosas tienen para una persona un mismo significado inicial, privado e individual.
CONCLUSIONES Como se mencionaba en la Introducción, el acercamiento a la obra de un pensador ya fallecido es una tarea compleja, tanto por los cambios y procesos tácitos internos que muchas veces no son explícitos, especialmente cuando se trata a alguien como Vittorio Guidano. Dueño de una gran inquietud y curiosidad intelectual, creador de un modelo heurístico que, desde sus inicios busca responder la pregunta respecto de la experiencia humana, utilizando para ello las más diversas y variadas fuentes y disciplinas. Dicha inquietud, que siempre plasmó en su obra y en su quehacer terapéutico, tuvo distintos tintes y matices, desde una inicial pragmática conductual y etológica, pasa a una posterior búsqueda epistemológica y, finalmente, arriba a una inquietud de tipo ontológico. Sin lugar a dudas, la mayor contribución de Guidano consistió en sentar las bases de un modelo con una aproximación terapéutica original, que al insertar el primado de lo emotivo sobre lo cognitivo, modificó la vinculación establecida tradicionalmente entre las cogniciones y emociones en el conductismo y en el cognoscitivismo tradicional, recuperando la emotividad y la subjetividad como tema central e hilo conductor. Aquella fue la dirección tomada desde la insatisfacción inicial con el paradigma comportamental, hasta los desarrollos más recientes, siempre de la mano de una profunda búsqueda de coherencia epistemológica.
83 Jamás se dio por satisfecho y, al igual que su visión de self, su obra se trata de un proceso que se fue complejizando y perfeccionando cada vez más, siendo cada vez más abarcativo y explicativo. Así, las Organizaciones de Significado Personal y el modelo que las sustenta, mutan hacia el concepto de Estilos Personales, que no se centra exclusivamente sobre el significado sino también sobre la identidad. Esto se traduce en una apertura no sólo a un sentido personal sino también a hacer referencia a la situación, al modo de ser y a la experiencia de la que se habla. El paso de las Organizaciones de Significado Personal a los Estilos Personales, no se trata solamente de una reelaboración del concepto, sino que de un cambio epistemológico al interior del post‐racionalismo. Tras su fallecimiento, se pueden apreciar diversos desarrollos que, basándose en esta inquietud y desarrollo teórico, buscan continuar este proceso sin fin, apreciándose su legado en el desarrollo de diversos modelos que, basándose en esta inquietud y desarrollo teórico, buscan continuar este proceso sin fin. Dentro de los distintos núcleos de interés y de especificidad bien definidos, se pueden mencionar, entre otros: la depresión, la adolescencia y la filogénesis (Nardi, 2005); el evolucionismo (Liotti, 1994); el apego y la edad evolutiva (Lambruschi, 2004); la aplicación en los servicios públicos (Rezzonico y Lambruschi, 1996); el análisis conversacional (Lenzi y Bercelli, 1999); el trabajo con dependencias (Panelli, 2003). Otra de estas revisiones del modelo propuesto se entrelaza en un diálogo tanto con las neurociencias, como con la fenomenología hermenéutica, especialmente a partir del capítulo póstumo escrito junto con Arciero “Experience, explanation and the quest for coherence” del año 2000.
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UNA INVITACIÓN A PENSAR LO ONTOLÓGICO EN LA PSICOTERAPIA CONVERSACIONAL Ana María Zlachevsky Ojeda 1 RESUMEN El tema de este artículo es una invitación para los terapeutas a meditar sobre la propia comprensión ontológica, es decir, sobre cómo entienden el ser del ser humano. Si bien la autora propone su propia forma de entender el “ser de lo psíquico” —a saber, la sustentada en los planteamientos ontológicos de Heidegger—, su propósito es mostrar cómo la propia comprensión ontológica se puede ver traducida en una forma de hacer psicoterapia, que permita congruencia entre cómo se piensa el ser y cómo ello se traduce en el hacer. Se describe al ser humano entendido como Dasein (siendo ahí), explicitando cómo el ente que es el Dasein (ser‐ahí) es siempre el que somos en cada caso —y en cada instante—, nosotros mismos, aquí y ahora, lo que aparece como crucial para la psicoterapia. Se describe la estructura fundamental a priori del Dasein, estar‐en‐el‐mundo, poniendo el acento en uno de sus momentos estructurales: el estar‐en como tal; la descripción se realiza básicamente desde una perspectiva analítica. Por ello son puestos de relieve caracteres del ser —o estructuras ontológicas—, del Dasein, como la disposición afectiva o encontrarse, el comprender y el habla. Estos caracteres se denominan existenciales. Se muestra, a través de un ejemplo, cómo estos existenciales se ontifican —se «encarnan» y se hacen patentes en un ente—, dentro de un proceso terapéutico, apareciendo en él una tríada inseparable: la emoción, la explicación y el lenguaje. Se incluye la idea de intervención ortogonal de Maturana, para describir cómo es que la persona se atrapa en una forma de ver el mundo cuya significación le produce dolor.
¿POR QUÉ UN PENSAR ONTOLÓGICO? Indudablemente, el45título de este artículo no debería resultar atractivo para los lectores que se dedican a la psicoterapia, en tanto los terapeutas no estamos acostumbrados a pensar ontológicamente. Lo ontológico, hasta hace muy poco tiempo, era para mí una palabra más, compleja e innecesaria de utilizar. Lo importante era saber técnicas que me permitieran transformarme en una eficiente terapeuta. Las interrogantes sobre qué es “lo humano” no eran de mi interés, hasta que una de mis nietas me preguntó: “Abuela, ¿qué es eso con lo que trabajas, eso de lo Psicóloga Universidad de Chile, Doctora y Magíster en Filosofía Universidad de Chile. Directora Escuela de Psicología Universidad Mayor. Terapeuta y supervisora acreditada. 1
psíquico?” No supe como contestar en simple; entonces pensé que era raro no poder explicar con claridad aquello con lo que trabajo diariamente. Me di cuenta que necesitaba entender más seriamente lo psíquico. Para poder responder a una niña de 9 años, ingresé a estudiar filosofía. A lo largo de mi carrera, de más de cuarenta años, en mi rol de académica me he visto en la necesidad de adscribirme a alguna teoría; durante este último tiempo ha sido el Construccionismo Social el que, podría decir, más me interpreta. Básicamente, en tanto aparece como una comprensión de lo humano que entiende la mente no enclavada en el interior del individuo, postura que, a ojos de Gergen, estaría actualmente en crisis. La importancia de discutir una comprensión distinta del comportamiento humano que se oriente hacia un conocimiento contextualizado, que conciba a la persona como un ser relacional, es hoy en día tema de seminarios
87 y congresos. Leamos lo que escribe Gergen: “en términos filosóficos, si se privilegia la realidad (o la subjetividad) de las mentes individuales al extremo de erigirla en un punto de partida absoluto, resulta muy difícil (si no imposible, en mi opinión) resolver grandes problemas de la filosofía, a saber, explicar de qué modo la realidad exterior puede ser representada con precisión en el cerebro” .
“cualquier cosa que sea, simplemente es”, no requiere de mayores análisis, los que podrían llevar a perderse en lo que se considera grandes divagaciones y a distanciar la reflexión de lo que es visto como lo más importante, a saber, modificar la vida de las personas. Especialmente, aquellas que consultan. Discrepo, humildemente, con lo planteado por Gergen y creo que es necesario un pensar ontológico.
Ni la psicología ni, menos aún, la psicoterapia han dado respuesta a esa gran interrogante; tampoco la dará este artículo, que sólo pretende ser una invitación a pensar. Según Reyes y Mendoza, la falta de respuesta desde el ámbito de la psicoterapia a un cuestionamiento ontológico, podría ser producto de que interrogar la realidad en ese sentido “supone preguntas incómodas que más de una vez las ciencias eluden y dejan en manos de los filósofos” , aun cuando las respuestas que éstos den dejen disconformes a terapeutas y a cientistas sociales en general. Para Gergen, como lo expone en su libro Realidades y Relaciones: Aproximaciones a la realidad social, editado en 1996, la mayor dificultad para visualizar rutas alternativas de pensamiento respecto de la mente concebida al interior del individuo, para adentrase con seriedad hacia la comprensión del individuo relacional y la génesis del sentido, está en que la mayoría de las afirmaciones que sustentan el pensamiento nuevo son entendidas sobre la base del paradigma anterior al renovador, que es al que se quiere dar vigencia. De esta manera, es posible decir, con Reyes y Mendoza, que “muchas de las elaboraciones teóricas generales a partir de una redefinición de la ontología de la realidad social cayeron inmediatamente dentro de los marcos de referencia del empirismo lógico y la experimentación” , de tal modo que las nuevas propuestas fueron pensadas a la luz de las antiguas corrientes imperantes en las ciencias sociales, es decir, en el modelo moderno de la realidad. Así, el construccionismo social ha sido interpretado a la luz del movimiento cognitivo, de las teorías de la atribución causal, del movimiento construccionista lógico, entre otros. Por ello, reiteran Reyes y Mendoza, “apropiarse de la perspectiva construccionista parece sumirnos en una situación de levitación ontológica. El construccionismo se declara ontológicamente mudo”. Refiriéndose a ello, Gergen afirma que para esa corriente
Por eso este artículo pretende invitar a un pensar ontológico, que permita a quienes enseñamos psicoterapia mostrar desde dónde estamos hablando. Este texto se basa en mi tesis doctoral, y podría decir que en él se trata de una investigación teórica que se inserta en el área de la psicoterapia, desde la perspectiva de una psicoterapeuta psicóloga (y no desde el punto de vista de un psiquiatra, cuya expertise —pericia o habilidad—, se deriva de la medicina y, por tanto, de una comprensión del ser humano que suele ser naturalista). No se incluye en el campo de la investigación en psicoterapia, considerándolo como un campo de interés distinto del quehacer psicoterapéutico propiamente tal, cuyo punto de vista es el predominante en estas páginas.
Habiendo expuesto desde dónde escribo, puedo decir que me parece del todo necesario repensar y reelaborar una teoría de la psicoterapia que proponga al construccionismo social una mirada del ser humano que pueda desprender de ella una ontología que deje de ser muda para la interrogación terapéutica. ¿Por qué una ontología? Porque en la medida en que el Construccionismo Social incluye distintas formas de hacer terapia, la idea de hombre requiere haber sido meditada y explicitada para facilitar la comunicación con otros terapeutas o guiar a otros en el interesante y sorprendente mundo que se abre en el proceso terapéutico. Como afirman Gergen y Warhuus, “no existe un solo método de hacer terapia sino tantos como terapeutas existan” , por lo que creo que la comprensión de ser humano que esté a la base de la práctica terapéutica debe ser explicitada; de lo contrario, se cae en técnicas terapéuticas que parecen no tener un sustento teórico. El hecho de no prestar atención explícita a la idea de ser humano que sustenta las distintas teorías psicológicas ha llevado a grandes confusiones; entre
88 otras, a confundir la postura constructivista y la postura construccionista social. La crítica al paradigma positivista predominante en el siglo XIX ha dado lugar durante la última mitad del siglo XX a un sin número de posturas terapéuticas con propuestas alternativas diferentes, sustentadas en ideas del hombre también distintas. Así, dice Botella, “bajo el nombre de hermenéutica, psicología narrativa, psicología posmoderna, postracionalismo, postfundacionalismo, constructivismo, construccionismo social y otros que sin duda aún están por surgir, se agrupan una serie de formas de inteligibilidad más o menos articuladas internamente que se presentan a sí mismas como posibles salidas a la crisis de credibilidad de la gran metanarrativa positivista” . Este hecho ha llevado a confundir las corrientes psicológicas nombradas, puesto que dan la apariencia de que son idénticas unas con otras. Lo que tienen en común tales planteamientos es el hecho de que cuestionan la metáfora del poder y del control —que sustenta el quehacer terapéutico—. Todas estas posturas, además, incluyen los ojos del observador en las distinciones que el terapeuta realiza. No obstante, los sustentos teóricos desde los que los diversos autores fundamentan su praxis terapéutica son disímiles y antagónicos; por otra parte, tales autores vienen de tradiciones terapéuticas totalmente distintas; en fin, la unidad de análisis donde alojan el problema es también diferente. A mis ojos, el construccionismo social requiere un acercamiento ontológico que permita hacer distinciones ontológicas —no solamente epistemológicas—, más claras entre posturas contrapuestas. Sin lugar a dudas, es necesario tomar en serio lo planteado por Heidegger cuando dice que “toda ontología, por rico y sólidamente articulado que sea el sistema de categorías de que dispone, es en el fondo ciega y contraria a su finalidad más propia si no ha aclarado primero suficientemente el sentido del ser y no ha comprendido esta aclaración como su tarea fundamental”.
BREVES PALABRAS SOBRE LA EMOCIÓN
Cuando la persona llega a terapia, llega con una historia que contar, la que por lo general dice relación con algún episodio de su vida que le produce alguna dificultad o molestia. Cualquiera sea la naturaleza de dicha inquietud, puede decirse que esa forma de ver o verse nació después de que la persona significó algún episodio en su vida como molesto o doloroso. Podría ser que ello sea producto de que la forma de ver lo ocurrido, de significarlo, no concordaba con lo que esperaba que ocurriera o, puede ser también, que su forma de significar el mundo le llevó a pensar que lo ocurrido no debió pasar. El interpretar algún acontecimiento vivido de una cierto modo, posiblemente irrumpió de tal manera en su vida cotidiana que trajo consigo una reacción afectiva ingrata que, a su vez, produjo un cambio en cómo se estaba viviendo la vida o entendiendo a los otros con los que comparte su cotidiano. La reacción afectiva experimentada por una persona va siempre unida a la generación automática de una explicación sobre la naturaleza “problemática” del suceso. En otras palabras, la interpretación que la persona hace de los hechos vividos, hace emerger una emoción displacentera , la que surge desde el propio mundo o sistema de significación de la persona que viene a consultar. Si nos detenemos a tratar de entender la emoción, podemos utilizar distintas teorías explicativas sobre ésta, que van desde la teoría de William James — quien en el año 1884 propone que la corteza cerebral y la reacción fisiológica ante un estímulo provocan la emoción—, hasta los planteamientos de Susana Bloch en su teoría intitulada Alba Emotion, escrita en español en el año 2008. James escribía entonces: “cuando nos sentimos apenados es porque lloramos, cuando nos sentimos temerosos es porque huimos, y no al revés” . La teoría de James se sustenta en la idea de que es el sistema nervioso autónomo el que crea respuestas fisiológicas (tensión muscular, lagrimeo, aceleración cardiorespiratoria, etc.), y a partir de esas reacciones fisiológicas corporales nace alguna explicación, a nivel cortical, que se traduce en lo que en lenguaje coloquial se llama emoción. Su teoría intentaba encontrar un mecanismo fisiológico que permitiera explicar el complejo mundo emocional. Por su parte, Bloch escribe:
89 “defino una emoción como un complejo y dinámico estado funcional de todo el organismo, provocado por un estímulo externo o interno, que implica la activación simultánea de un grupo particular de órganos efectores (viscerales, humorales, neuromusculares), de elementos expresivos (postura del cuerpo, gestos, expresión facial, vocalizaciones) y de una experiencia subjetiva (la vivencia emocional)” . No quisiera entrar a analizar en detalle alguna de las complejas teorías de las emociones, ya que esa taraea me sacaría del planteamiento que quiero exponer; pero, me hago eco de los planteos de Sartre, quien expuso que la emoción no puede ser estudiada como un desorden psico‐fisiológico, sino que la emoción tiene siempre una significación en el mundo. Si aceptamos dicha tesis, deberíamos seguir congruentemente con la idea de que la psicología —y con mayor razón la psicoterapia—, debe ser capaz de entender “al hombre —como dice Sartre— en el mundo, tal y como se manifiesta a través de una multitud de situaciones: en el café, en familia, en la guerra. De un modo general, lo que le interesa es el hombre en situación. No puede proceder desde fuera de la realidad‐humana” . Tampoco puede proceder simplemente aislando los concomitantes fisiológicos que den cuenta del estado corporal del organismo. Ello nos llevaría de vuelta a una comprensión del ser humano inserto en la mónada —más aún, en la biología —, y no daría cuenta del hombre como siendo en el mundo, contextualizado en su circunstancia, que es lo que pretende este artículo. Cuando el consultante llega a terapia, la historia que ofrece está “teñida” de alguna emoción —la mayoría de las veces desagradable—, que el paciente se explica de una cierta manera. Ello es producto de la interpretación que ha hecho de algún suceso ocurrido en su vida, la que realiza —según lo planteado por Heidegger en Ser y Tiempo—, desde el uno mismo, desde el cómo aprendió que las cosas son o deberían ser. Dicha interpretación, por lo general, emerge en forma inesperada o, al menos, no deseada. Para poder hablar de lo emocional, se requiere, como sugiere Sartre, “dilucidar primero las nociones de hombre, de mundo, de ser‐en‐el‐mundo, de situación” ; eso permitiría entender cómo es que una emoción displacentera irrumpe en el horizonte de significabilidad de una
persona y logra invadirla, hasta el punto de tener que acudir a consultar.
SER, PENSAR Y PSICOTERAPIA En la Introducción de Ser y tiempo (§ 2), Heidegger dice que el ser es “aquello que determina al ente en cuanto ente, eso con vistas a lo cual el ente, en cualquier forma que se lo considere, ya es comprendido siempre” ; el ser es, pues, lo que condiciona a todo ente como tal. Por otra parte, el ente que denominamos Dasein (ser‐ahí o ser‐el‐ahí) es el “que somos en cada caso nosotros mismos” . Ser y Dasein se dan juntos. El ser se manifiesta en el ente, pero, no es el ente, lo sobrepasa. Ambos, ser y ente, no son separables. Se dan juntos, como una unidad, por lo que el pensador de Friburgo en lugar de utilizar el vocablo hombre elije la palabra Da‐sein, ser‐ahí. El Dasein es el ahí del ser. Para poder describir lo que se va a entender por Dasein es necesario distinguir entre lo ontológico existencial —que se refiere al Dasein en cuanto referido al ser de los entes—, y lo óntico existentivo —lo que se refiere al Dasein en cuanto ente—. No obstante, hay que considerar que lo uno y lo otro—lo ontológico existencial y lo óntico existentivo—, no son separables. Por otro lado, cualquier pensamiento que se funde en la separación del Dasein y el ser es un pensamiento corpuscular, incluido en un pensar basado en la sustancialidad — propio de la modernidad—. Leámoslo en palabras de Carrasco: “los filósofos críticos de la modernidad, parecieran estar de acuerdo hoy en día, en que la piedra de toque de todo verdadero traslado hacia un pensamiento nuevo, está en la salida del substancialismo y en la duplicidad ontológica, característica de toda filosofía de la subjetividad” . No hay nada más allá del ser, y si lo hubiera no sería posible pensarlo. No existe alguien fuera del ser, que pudiera estar observándolo. Refiriéndose a Schelling —y a él me atengo en este pasaje—, Heidegger pone de relieve la idea de ser trazada por este autor. Se pregunta Schelling: ¿Cuáles son los predicados esenciales del «Ser»?; responde “carencia de fundamento, eternidad, independencia del tiempo, autoafirmación” . Cada
90 entidad que está siendo, que se manifiesta, es parte del ser. No hay principio ni fin del Universo, sólo devenir y en tanto devenir, es eterno, es un proceso en constante tensión, pero que al mismo tiempo está en equilibrio. El proceso es continuo. El ser se está constantemente engendrando a sí mismo. El ser se manifiesta en el ente, pero no es el ente; si bien ente y ser son distintos, no sólo no se dan separados, sino que ambos se dan en el devenir. En el devenir están pasando los entes y está pasando el ser. Lo humano no puede existir fuera del ser. Por otra parte, si bien el ser, para hacerse patente, necesita del Dasein, nunca “es dependiente de la humanidad existente” . Reiteremos lo que afirma Heidegger: “lo que ante todo «es» es el ser. El pensar lleva a cabo la relación del ser con la esencia del hombre. No hace ni produce esta relación. El pensar se limita a ofrecérsela al ser como aquello que a él mismo le ha sido dado por el ser” . ¿Cómo es posible lograr analizar el Dasein dado que éste está siempre siendo y, por tanto, aconteciendo? Abordar este tema no es fácil, ya que no permite un pensamiento al estilo del pensamiento científico; no permite ser demostrado, sino que exige un pensar de otra manera. Pero, nuestras reflexiones tienden a poner de manifiesto aquello que aprendimos de manera “automática” —y sin siquiera percatarnos de ese “automatismo”—, sobre los hechos y acontecimientos. Para acercarnos a esta otra forma de pensar, necesitamos aprender haciéndolo, es decir, pensando. Heidegger sugiere que para ser capaces de pensar seriamente sobre aquello que amerita ser pensado se requiere que aprendamos a hacerlo. Necesitamos detenernos y desde dicha detención preguntarnos, interrogarnos y luego pensar. “El pensar —dice Heidegger—, lo aprendemos atendiendo a lo que hay que meditar” . El hombre aprende a pensar de esa manera cuando su hacer o no hacer lo lleva a interrogarse seriamente sobre ciertos fenómenos que no logra entender. En el caso de la psicoterapia son innumerables las veces en que, para los terapeutas, no es posible dar una explicación clara a lo que se hace patente en la consulta, y es entonces cuando no queda otra cosa que detenerse y “aprender a pensar”, según lo afirma
Heidegger en su libro ¿Qué significa pensar? Recuerdo que trabajaba en Concepción y andaba por los tardíos treinta, cuando vino a mi consulta un hombre guapo, elegante, de mucha fortuna económica, de alrededor de sesenta años de edad, cuyo motivo de consulta era “me duele la vida, me cansa ser persona, me cuesta contentarme con lo mucho que tengo” . En ese momento ninguna de las teorías que utilizaba para explicarme el comportamiento humano me fue de utilidad. En ese entonces, sólo pude detenerme a pensar. ¿Cómo sería aquello de que le cansaba ser persona? No tenía respuesta. Hasta ahora hemos interpretado el mundo desde una comprensión moderna o técnica y en esta “interpretación técnica del pensar se abandona el ser como elemento del pensar” , escribe Heidegger. Lo que ha dado que pensar es más bien el poder explicar el mundo, predecirlo y controlarlo. Ello no es producto de que así lo hayamos querido, sino que hemos estado atrapados en una interpretación técnica del mundo. Dice Heidegger que “nos tenemos que liberar de la interpretación técnica del pensar” , que a sus ojos se remonta, en último término, a Platón y Aristóteles. Tal vez, liberarnos es una aseveración demasiado fuerte, ya que en la medida que somos seres insertos en una cultura e historia, ello no es posible del todo; pero, al menos necesitamos re–leer nuestras comprensiones, para acercarnos de otra manera a la comprensión del ser de lo humano de quienes nos consultan. Por ejemplo, refiriéndome de nuevo a mi paciente de sesenta años, pude haber dicho que sufría de depresión; no obstante, elegí otra senda de reflexión. Opté por la descripción que del tedio hace Pessoa: “es curioso —dice el poeta—, que nunca, hasta hoy, se me haya ocurrido meditar en qué consiste el tedio. Estoy hoy, de veras, en ese estado intermedio del alma en que no apetece la vida ni otra cosa”. ¿No es una buena palabra para describir su sentir: tedio? La interpretación técnica ha privilegiado la “ciencia” y los adelantos que de ella se desprenden. Ello también en psicoterapia; hemos estado orientados, más bien, a demostrar, a elaborar teorías, leyes, a contrastar hipótesis, a cifras, a promedios, a efectividad en las técnicas psicoterapéuticas. No obstante, los reportes de resultados no son del todo satisfactorios; podría atreverme a decir que son francamente insatisfactorios.
91 Sin embargo, resulta interesante apreciar que se está abriendo una nueva forma de entender. No es poco usual hoy en día encontrar artículos como, por ejemplo, el de Mary Sykes While, que sostiene que para romper los pensamientos dolorosos es necesario hablar en otro formato que el usual, diciendo que “la poesía no es un pensamiento sobre algo, es la cosa misma, en tanto enuncia asuntos que el lenguaje ordinario no logra describir” . Vale la pena mencionar también el artículo de Barbara Stock intitulado “Preguntas últimas. Un terapeuta confrontando su propio pensamiento mágico”. Este tipo de artículo, que con anterioridad parecía que sólo estaba presente en las publicaciones esotéricas, forma parte de revistas importantes en el ámbito de la psicoterapia, como Psychotherapy Network, o forma parte de las discusiones de investigadores en psicoterapia como las del último congreso de la Society for Psychotherapy Research, realizado en junio de 2009 en Santiago de Chile. Quisiera mencionar, a modo de ejemplo, que un panel que tuvo mucho éxito en el mencionado congreso fue el de la Dra. Peláez, de la Universidad Católica de Chile, que llamó La espiritualidad del terapeuta y la práctica terapéutica , donde enfatizó la importancia de la espiritualidad en los procesos psicoterapéuticos. Si bien Derrida hace notar que casi nunca Heidegger usa la palabra «espíritu», en mi opinión la espiritualidad, entendida en sentido amplio, se podría vincular con el pensar del ser en la obra de Heidegger. El ser —y la teorización de él—, es algo muy discutido. Lo interesante del planteamiento heideggeriano para mí es la idea de que “si el ser constituye lo puesto en cuestión, y si ser quiere decir ser del ente, tendremos que lo interrogado en la pregunta por el ser es el ente mismo. El ente será interrogado, por así decirlo, respecto de su ser” . De tal manera que el ente a quien en primer lugar va dirigida la pregunta por el ser es aquél que es capaz de preguntarse, comprender y conceptualizar lo preguntado, y ese ente no es otro que el Dasein. En otras palabras, es el terapeuta quien debería cuestionarse al respecto, siempre y cuando la pregunta lo haya interpelado suficientemente. A mí me ha resultado acorde conmigo misma el camino heideggeriano, pero estoy segura que existen otros senderos de pensamiento igualmente válidos. Lo
importante es permitir dar‐se una respuesta que nos haga sentido con plenitud. La ciencia y la filosofía transitan por caminos diferentes. No hay caminos que permitan pasar de un saber al otro mediante un tránsito fácil entre ellos; no hay pasaje a través de un puente que una ambos saberes; para pasar de una a otra no hay más que saltar. Podría arriesgarme a decir que —en consonancia con lo anterior—, la ciencia y la psicoterapia siguen sendas distintas, abordajes de la realidad absolutamente discontinuos, orientados a la búsqueda de verdades también distintas. Nosotros los terapeutas trabajamos con personas únicas e irrepetibles, por lo que las medianas, los promedios y los índices de correlación no sirven en el momento de estar haciendo terapia, mirando a los ojos a quienes tenemos en frente. La filosofía no pretende demostrar al modo de la ciencia que hay ser. En última instancia, el sendero de pensamiento por el que va a transitar cada terapeuta es particular. Cada Dasein, cada hombre debe transitarlo «en solitario» . Vale la pena recordar que el ser requiere una mostración, un hacerse vidente para el que lo está pensando. Por ello, es posible decir que Heidegger instaura un giro en el pensamiento, desde el cual es posible escuchar una frase tan discutida como la que habla del “olvido del ser”. No se trataría de que, sin más, el hombre se olvidó de pensar en el ser, sino que lo hizo desde una determinada comprensión del ser, que podría llamarse antropológica. No hablo aquí, es claro, de la investigación de la ciencia antropológica; digo que el llamado “olvido del ser” se ha dado sobre la base de una interpretación filosófica que evalúa la totalidad de lo que es partiendo del hombre y centrándose sólo en él. Escribe Heidegger que “el olvido del ser se anuncia indirectamente en el hecho de que lo único que el hombre considera y vuelve siempre a tratar es lo ente” . En la modernidad, el hombre parte del hombre y dirige su pensamiento al hombre —un ente—. Heidegger, en su Carta sobre el «humanismo», afirma: “nombres como «lógica», «ética», «física» surgen por primera vez en escena tan pronto como el pensar originario toca su fin. En su época más grande, los griegos pensaron sin necesidad de todos esos títulos. Ni siguiera llamaron «filosofía» al pensar”.
92 ánimo —por lo demás aún sin hacer— será necesario ver este fenómeno como un existencial fundamental y definirlo en su estructura” .
EMOCIÓN, DISPOSICIÓN AFECTIVA, COMPRENDER Y ONTOLOGÍA El lector podría preguntarse ¿qué tiene que ver lo expuesto con la psicoterapia o con la emoción? Para poder entender seriamente lo que significa una emoción, ya no desde la fisiología, sino sobre un sustento filosófico, dilucidando la noción de hombre, de mundo, de persona en situación —como diría Sartre—, pienso que es necesario abrir otra senda de pensamiento. Podríamos iniciar la marcha preguntándonos, ¿cómo es que contamos con la posibilidad de emocionarnos? El Dasein —dice Heidegger — “está siempre anímicamente templado”. Si se dirige una mirada analítica al estar‐en del estar‐en‐el‐mundo del Dasein, ese estar‐en puede “desagregarse” en tres momentos estructurales, que sólo podemos mostrar separadamente con fines didácticos, ya que se dan siempre juntos; más aún, como dice Heidegger, son cooriginarios. Los tres momentos del estar‐en como tal son: a) la disposición afectiva o encontrarse; b) el comprender; c) el discurso o habla. Sostiene el pensador de Friburgo: “lo que en el orden ontológico designamos con el nombre de disposición afectiva (Befindlichkeit) es ónticamente lo más conocido y cotidiano: el estado de ánimo, el temple anímico” . Entonces, podríamos preguntarnos, ¿la emoción responde a una manifestación del ser? Son las emociones que sentimos cada día, ¿una manifestación ontológica? A primera lectura podría responder, latamente, que podría ser así entendida; no obstante, es necesario tener presente que la emoción, en términos heideggerianos, es la expresión óntica de una manifestación ontológica que Heidegger llama Befindlichkeit; disposición afectiva, como traduce Rivera; el encontrarse, como vierte Gaos. La disposición afectiva o encontrarse es para Heidegger un existencial (referido a lo ontológico), un carácter del ser del Dasein. Escribe al respecto: “antes de toda psicología de los estados de
El temple anímico entendido como un existencial nos abre hacia todo lo que nos circunda y hacia nosotros mismos. Cualquier juicio o proposición que emita un Dasein emerge desde el temple anímico; el Dasein lo comprende de una cierta manera, lo interpreta y, eventualmente, lo enuncia a través del habla. Las emociones cotidianas que va manifestando —ya sea la serenidad o el enojo, entre otras muchísimas—, “no son ontológicamente una nada” ; son una modalidad del ser‐ en el ahí, aquello desde donde el Dasein desoculta o construye el mundo. A través del temple de ánimo, el Ahí se le hace patente al Dasein. El temple de ánimo permite al Dasein darse cuenta que está inexorablemente vinculado con el mundo; y ese mismo estado de ánimo lo hace sentir que el mundo le importa y le afecta. Es, en otras palabras, un ser concernido. Ni siquiera la más pura teoría está exenta de tonalidad afectiva, dice Heidegger. Para teorizar, el hombre necesita estar en un temple de ánimo apropiado para teorizar. Pero, no es posible entender el temple anímico sin verlo en conjunto con otro existencial, el comprender (Verstehen); es necesario recordar que siendo ambos cooriginarios, sólo es posible separarlos en términos intelectuales. El comprender es también un modo fundamental del ser del Dasein. Cuando en este contexto hablamos del comprender, nos estamos refiriendo a un comprender primario, y no a un entender como conocimiento intelectual, que sería derivado del anterior. El comprender, expresa Heidegger, “es siempre un comprender afectivamente templado”. El comprender implica para el Dasein determinadas posibilidades de ser, siendo‐en‐el‐mundo; de entre ellas, acogerá algunas; las otras las dejará pasar. Por lo que este ente es considerado una posibilidad arrojada o yecta . El Dasein arrojado a un mundo que no eligió comprende dicho mundo estando ya caído en él, siguiendo las reglas e imperativos del contexto social donde cayó y donde aprendió a vivir. La estructura existencial del comprender es lo que Heidegger denomina «proyecto» (Entwurf). El
93 pensador de Friburgo sostiene: “en cuanto arrojado, el Dasein lo está en el modo de ser del proyectar [...]. El comprender, en cuanto proyectar, es el modo de ser del Dasein en el que éste es sus posibilidades como posibilidades”. Sus posibilidades las encuentra en medio de un mundo ya descubierto. Mundo habría que entenderlo, en palabras de Heidegger, no como “una mera agrupación de cosas presentes contables o incontables, conocidas o desconocidas. […] Un mundo tampoco es un marco únicamente imaginario y supuesto para englobar la suma de las cosas dadas. […] Un mundo no es un objeto que se encuentre frente a nosotros y pueda ser contemplado. Un mundo es lo inobjetivo a lo que estamos sometidos mientras las vías del nacimiento y la muerte, la bendición y la maldición nos mantengan arrobados en el ser” . Lo anterior implica: a) El mundo es aquello desde donde entendemos e interpretamos los fenómenos. b) Es el escenario donde se manifiestan los entes. c) Es posible entenderlo “como horizonte de significatividad, donde salen al encuentro del Dasein los entes intramundanos”. d) El mundo puede comprenderse como “«aquello en lo que» «vive» un Dasein fáctico en cuanto tal”. Agreguemos: en una época determinada, en una situación determinada y en un presente: el de él mismo. Consideremos, a la vez, que el estar arrojado en el mundo no es algo determinado por circunstancias externas al Dasein; es esencialmente inherente a él. Ortega, a su vez, escribe:“el mundo en que al vivir nos encontramos se compone de cosas [...] que nos afectan, nos interesan, nos acarician, nos amenazan o nos atormentan. [...] Mundo es sensu stricto lo que nos afecta” . Por ello no es posible dejarlo fuera al interpretar al ser humano y entenderlo sólo como un espacio exterior en el que el hombre vive. Mundo, para Ortega, es lo que hallo frente a mí y en mi derredor, lo que para mí existe, aquello que mis aprendizajes y mi proyecto me permiten distinguir. El mundo consiste en todo aquello de lo que me ocupo. Vivir es encontrarse sumergido en el mundo. Agrega Ortega: “también, viceversa: ese mundo al componerse sólo de lo que nos afecta a cada cual es inseparable de nosotros. Nacemos juntos con él” , y vamos siendo parte de su construcción. Yo y mundo no
son separables. Afirma el filósofo español: vivir “es, en suma, encontrarse a sí mismo en el mundo y ocupado en las cosas y seres del mundo” . Por ende, lo que sea nuestra vida ha de depender tanto de nosotros mismos como de nuestro mundo. La vida no se organiza según leyes abstractas, sino que de acuerdo al mundo en que fuimos arrojados al nacer; por ende, de acuerdo con una trama que es temporal, histórica, socialmente construida.
EL COMPRENDER COMO CONSTITUYENTE DEL ESTAR-EN COMO TAL. EL PROYECTO DEL DASEIN El comprender es la forma como el Dasein interpreta el mundo; es decir, lo comprende desde su proyecto. El proyectar no tiene nada que ver con un comportamiento planificador; el Dasein se comprende a sí mismo proyectándose hacia el futuro en el mundo, pero en un plano preintelectual. No es que voluntariamente el Dasein haga proyectos, sino que espontáneamente existe de una manera proyectiva, volcado hacia el futuro. El comprender desde el proyecto puede llevar a que el Dasein llegue a comprenderse inmediata y regularmente a partir de su mundo, a partir de su horizonte de significabilidad aprendida desde el uno (das Man) . Creyendo que este modo de interpretar le garantiza la autenticidad de todas sus posibilidades de ser. En este modo de la impropiedad, del uno mismo, que podría dar la impresión de conducir a la tranquilidad, sólo se acrecienta la caída y lleva a un ajetreo desenfrenado. El estar‐en‐el‐mundo se torna alienante y el Dasein tiende a enredarse en sí mismo. La caída – explica Rivera—, “no es algo estático, sino un movimiento que lleva al Dasein a absorberse en los entes del mundo y a interpretarse a sí mismo desde estos entes del mundo, es decir, a olvidar su ser más propio” . Característica principal de la caída es este movimiento que toma la forma de un torbellino (Wirbel). Pero, sostiene Heidegger, “por el contrario, el comprender se lanza primariamente en el por‐mor‐de, es decir, el Dasein existe como sí mismo” . De tal manera que podría comprender desde su propio sí‐mismo en cuanto tal. Aunque la mayoría de las veces, en terapia, la
94 persona viene aquejada por un problema que interpreta desde el uno mismo, esto es, desde la propuesta social, desde lo que se debería hacer, desde lo que se tiene que sentir o lo que se debe pensar. El comprender en tanto proyectivo, volcado al futuro, “constituye esencialmente eso que llamamos la visión (Sicht) del Dasein” . La visión no es otra cosa que el Dasein mismo dirigiendo la mirada a la existencia en su integridad. A este fenómeno Heidegger le llama transparencia (Durchsichtigkeit), y afirma: “escogemos este término para designar un ‘autoconocimiento’ bien entendido [...]; se trata [...] de una toma de posesión comprensora” de su estar siendo en el mundo, como una totalidad. De ese mundo en el que a cada cual le tocó caer. Por tanto, el hombre vive haciéndose en su circunstancia, diría Ortega. La interpretación que el Dasein hace de su circunstancia es una explicitación de la comprensión primaria en que existe. Recuerdo haber estado recientemente en una callecita de Yafo, Israel, y necesitar urgentemente un baño para una de mis nietas. Las personas, súbitamente, se transformaron en aquéllos que sólo hablaban hebreo —y, por tanto, no me podían ayudar—, y aquellos que además de leer hebreo, hablaban inglés —y, por tanto, me podrían descifrar los letreros—. Los «entes intramundanos» —en este caso, las personas—, fueron interpretados de acuerdo a mis requerimientos, insertos en mi proyecto —o, mejor dicho, subproyecto, el de lograr encontrar un baño para mi nieta—. La interpretación que se hace desde el proyecto hace patente el para qué de algo, en tanto ese algo es para el Dasein —contextualizado en su circunstancia—. De esta manera, las cosas no son primariamente en sí, sino que «son para…». No se trata de una interpretación esencial, sino de cómo ve cada Dasein particular el mundo en el que está. Lo que se le hace patente explícitamente en cada caso es la visión comprensora, que lo lleva a decirse «esto es para…». La interpretación de los entes del mundo siempre se efectúa desde la manera previa de ver y de entender. Sabemos de los fenómenos porque hemos tenido previamente contacto con ellos. “La interpretación no es jamás una aprehensión, sin
supuestos” ; desde ese punto de vista es siempre una interpretación pre–juiciada. La apropiación de lo comprendido, pero todavía velado, realiza siempre el desvelamiento guiada por un punto de vista, que fija aquello en función de lo cual lo comprendido debe ser interpretado. Por tanto la interpretación se funda, en primer término, en un haber previo (haberse encontrado con el ente antes); en segundo término, en una manera previa de ver (cada vez la cosa con la cual nos encontramos queda recortada en su posible sentido por la manera previa de ver) y, en tercer lugar, en la manera de entender previa (que significa la anticipación de un concepto, es decir, la anticipación de un modo de entender lo que está a la mano). Cuando el ente intramundano ha sido descubierto por el Dasein, es decir cuando ha venido a comprensión interpretadora, se dice que tiene sentido. Escribe Heidegger: “Sentido es el horizonte del proyecto estructurado por el haber previo, la manera previa de ver y la manera de entender previa, horizonte desde el cual algo se hace comprensible en cuanto algo” . Y, lo comprensible, lo articula en discurso o, en otros términos, en el habla. Al ser interpretada, la comprensión viene a palabra.
EL HABLA O DISCURSO (REDE) El habla es también un existencial; “no es sólo un instrumento que el hombre posee entre otros muchos”, sino que el habla o discurso (Rede) es otro momento estructural del estar‐en‐el‐mundo del Dasein. Es “cooriginario con la disposición afectiva y el comprender” . Para que sea posible la comprensibilidad, debe tener sentido, y para ello tiene que estar siempre articulada, interpretada y expresada en palabras. Leamos lo que dice Heidegger al respecto: “El sentido es un existencial del Dasein y no una propiedad que adhiera al ente [...]. Por eso sólo el Dasein puede estar dotado de sentido o desprovisto de él”. El habla o el discurso, en el contexto de la filosofía heideggeriana, es la expresión de la comprensibilidad afectivamente templada del estar‐ en‐el‐mundo de un Dasein fáctico, es decir, en el aquí y el ahora. Lo que resulta especialmente interesante para la psicoterapia es lo que Heidegger expone de la siguiente
95 manera en Ser y Tiempo: “El todo de significaciones de la comprensibilidad viene a palabra. A las significaciones les brotan palabras […]” . La idea de que el todo viene a palabra, de que éstas brotan, es una idea que tiene un especial sentido para la psicoterapia, en tanto muchas veces al terapeuta le emergen preguntas que no sabe de dónde le vienen ni por qué las expresó de esa manera. Si bien este fenómeno no siempre ocurre, acontece de vez en cuando, y en esos casos al terapeuta no le es posible explicitar las razones de por qué preguntó esto o aquello. Tenía una vaga idea del derrotero de su preguntar, pero no la pregunta específica, la que podríamos decir que le brota. El habla, siendo un existencial —es decir, teniendo un carácter ontológico—, puede ontificarse. El modo mundano de exteriorizar el habla es el lenguaje. El Dasein se expresa, entre otras modalidades, en palabras, las que se articulan en un discurso, que en principio tiene sentido. Sentido, que se interpreta desde el propio proyecto. El sentido nunca es en sí, el sentido cobra significación desde el propio proyecto. Afirma el pensador alemán que el habla y el lenguaje —y ahora no diferencio entre lo uno y lo otro—, es lo que permite la existencia del mundo del Dasein. Afirma que sólo “hay mundo donde hay habla” . Gracias al habla el hombre está inmerso en su historia, sabe de qué se trata el mundo donde está o, al menos, de qué se trata para él; pero no sólo para él, sino para aquellos que comparten un tiempo histórico. Leámoslo en sus palabras: “sólo donde rige el mundo hay historia” . El hombre puede ser histórico gracias a que hay habla; por ello el habla no puede ser entendida solamente como un instrumento disponible, como un medio de comunicación o como palabra hablada. El habla o discurso (Rede) y el lenguaje (Sprache) —lo que no será tratado en profundidad en este artículo—, hace posible que exista la comunicación y la historia, y hace posible la emergencia y la interpretación del mundo en el que el Dasein está inmerso. El habla, que es un bien inherente sólo al hombre, es lo que le permite comunicarse humanamente. Afirma el pensador alemán: “El discurso que se expresa es comunicación. La tendencia de su ser consiste en llevar al que escucha a una participación en
el estar vuelto aperiente hacia lo dicho en el discurso” . A propósito de eso habría que detenerse en lo que Heidegger entiende por comunicación. Según Heidegger, el habla o discurso tiene distintos momentos constitutivos: a) el sobre‐qué del discurso (sobre lo que se discurre) b) lo discursivamente dicho en cuanto tal c) la comunicación d) la notificación. En el momento de la comunicación se trata de que el otro se vuelva videntemente hacia aquello que se le quiere mostrar. Podríamos decir que eso ocurre en psicoterapia cuando el terapeuta está en condiciones de poder describir en detalle aquello que su paciente le está contando. Para Heidegger, la comunicación — especialmente la comunicación enunciativa (que es la que más trata) —, consiste en que un Dasein muestra algo que le aparece claro tratando de que el otro sea vidente para ese algo, es decir, que ese algo sea comprensible para él. Ello no siempre se logra. Este fenómeno es, tal vez, el más trascendental en el proceso psicoterapéutico. Por ejemplo, alguien puede querer mostrar que una hija es demasiado atrevida con su padre. Al comunicarlo verbalmente, el Dasein tiene que estar vuelto hacia lo que quiere mostrar y el otro tiene que volcarse a tratar de verlo como se lo están mostrando. Puede ser también, por cierto, que lo malentienda, es decir, que no vea lo que se le quiere mostrar; o que crea que lo ve, pero luego se da cuenta de que no es así; o que lo vea en forma distorsionada. Estas últimas situaciones ocurren con alarmante frecuencia. Cuando se comunica algo evidente y obvio para aquellos que están comunicándose, no habría mayores dificultades (por ejemplo, algo que pase durante la sesión psicoterapéutica, dentro de ella). Pero, puede ocurrir que se quiera mostrar algo que no está en una cercanía palpable y visible. Si esto se va comunicando de persona a persona, el estar vuelto vidente hacia lo que se quiere comunicar puede ir diluyéndose, de un interlocutor a otro, de tal manera que lo que se
96 manifiesta finalmente no es aquello respecto de lo cual se quiere hacer partícipe al otro. Se produce una distorsión. En este caso, en el ámbito de la comunicación surge lo que Heidegger llama habladuría (Gerede) . Cuando el Dasein que quiere comprender lo comunicado está vuelto hacia lo dicho en el habla, puede surgir una efectiva comunicación. Ambos, quien comunica y quien escucha, deben estar abiertos hacia eso de lo que se habla. Pero no siempre esta apertura se da de la manera que se querría. Al respecto dice el pensador alemán: “en virtud de la comprensibilidad media ya implícita en el lenguaje expresado, el discurso comunicado puede ser comprendido en buena medida sin que el que escucha se ponga en una originaria versión comprensora hacia aquello sobre lo que recae el discurso. Más que comprender el ente del que se habla, se presta oídos sólo a lo hablado en cuanto tal” . Con originaria versión quiere decir Heidegger, en última instancia, entendido desde el ser. El habla genuina se nutre de una relación originaria con el ente de que se habla. Ello no ocurre en la vida cotidiana, en general, y por tanto el habla distorsiona, se manifiesta como habladuría. En la conversación cotidiana tenemos un vínculo débil con lo que se habla y nos centramos —más que en aquello de que se habla—, en las palabras mismas, no atendiendo lo que las palabras quieren hacer ver al otro. En el libro de Heidegger Prolegómenos para una historia del concepto de tiempo, el traductor vierte Gerede —habladuría—, por hablilla. El habla genuina significa aperturidad, abrir; en cambio, la habladuría o hablilla más bien cierra, obstaculiza el acceso al ente de que se habla, deforma, disimula, encubre; pero ello no se hace en términos voluntarios, no es que se mienta. Sólo que, de todos modos, la relación de la habladuría con el ente de que se habla es una relación de desarraigo, de falta de fundamento, de no haber visto al ente tal como es. Sólo se escucha lo que las palabras dicen. Ello, a ojos de Ortega, tiene relación con que es necesario ser cuidadoso con el lenguaje. Escuchémoslo en palabras del pensador español: “«Todo decir es deficiente» —esto es, nunca logramos decir plenamente lo que nos proponemos decir” . El lector habrá tenido la experiencia
de haber sido mal entendido y, quizás, se habrá visto en la obligación de aclarar una aseveración. Tal vez, señalando que no es eso lo que quise decir. La segunda ley enunciada por Ortega reza en sentido inverso y declara: “«Todo decir es exuberante» —esto es, que nuestro decir manifiesta siempre muchas más cosas de las que nos proponemos e incluso no pocas que queremos silenciar”. Si creemos que ambas leyes no son discutibles, aparece la dificultad implícita en el uso del lenguaje y su comprensión. Cada vez que decimos algo, si bien siempre hay un querer decir una cosa determinada, no podemos dejar de lado el hecho de que jamás lo logramos en plenitud. Nunca hay una adecuación completa, unívoca, entre lo que queríamos decir y lo que efectivamente decimos. En nuestro decir algo dejamos sin querer fuera de lo dicho una gran cantidad de elementos. Muchos supuestos quedan tácitos y, por ello, sin explicitar. Por otra parte, el compartir un cierto idioma nos lleva a pensar que las palabras dicen lo mismo para distintas personas, y muchas veces damos por supuesto que el otro entiende cabalmente lo que se le dijo. “A nadie se le ocurre decir lo que presume que ya sabe el otro” , afirma Ortega. Así, en el decir aparece implícita una serie de postulados que se suponen sabidos por quien escucha, y que por ello se callan. Indudablemente, el hablar con alguien sólo es posible si se da por entendido que existe entre ambos hablantes una serie de hechos y situaciones que son comunes. De lo contrario, la comunicación no podría establecerse. Como ejemplo, podemos traer a la mano el hecho de que a nadie, que no viva entre las nieves o los hielos, se le ocurre discutir vivamente sobre el color blanco; sin embargo, sabemos que para los esquimales el blanco tiene una inmensa gradiente de tonalidades que nosotros no percibimos. Una frase dice cuando descubre, cuando hace vidente al otro respecto de aquello de lo que se está hablando, lo que no siempre ocurre. Por lo general, caemos en la forma de interpretar propia de la habladuría. “El Dasein no logra liberarse jamás de este estado interpretativo cotidiano en el que primeramente ha crecido. [...] El predominio del estado interpretativo público ha decidido ya incluso sobre las posibilidades del temple afectivo, es decir, sobre el modo fundamental
97 como el Dasein se deja afectar por el mundo. El uno bosqueja de antemano la disposición afectiva, determina lo que se «ve» y cómo se ve”. Pero, paradójicamente, la habladuría también juega un papel positivo primordial, ya que en ella, desde ella y contra ella, es posible llegar a la genuina comprensión, a la genuina interpretación, a la genuina comunicación. En psicoterapia es importante no dar nada por obvio y recordar que las palabras a veces dicen de más o de menos. Nunca son unívocas. Me parece importante subrayar que el discurso o habla (Rede) para Heidegger, no sólo se manifiesta en el decir (Sagen), el hablar (Sprechen) y el lenguaje (Sprache), sino que también en el escuchar (Hören), el oír (Horchen) y el callar (Schweigen). El habla, pues, no sólo tiene que ver con el decir, sino que también tiene que ver con el silencio, con el escuchar. Cualidades que debe considerar un terapeuta en el proceso terapéutico. Leamos lo que sostiene Heidegger: “La conexión del discurso con el comprender y la comprensibilidad se aclara por medio de una posibilidad existencial propia del mismo discurso: el escuchar (Hören). No por casualidad cuando no escuchamos «bien», decimos que no hemos «comprendido». El escuchar es constitutivo del discurso” . El escuchar atentamente a otro implica el estar abierto (das Hören auf) propio del coestar del Dasein. Heidegger agrega: “el escuchar constituye incluso la primaria y auténtica apertura del Dasein a su poder‐ser más propio, como un escuchar la voz del amigo que todo Dasein lleva consigo. El Dasein escucha porque comprende” . La posibilidad de escucharse unos a otros, de aceptar el silencio atento, es lo que permite el coestar. La frase “el amigo que todo Dasein lleva consigo”, Rivera la aclara escribiendo: “«El escuchar es constitutivo del discurso». (...). Heidegger llegará a decir que nosotros nos escuchamos a nosotros mismos como la voz de un amigo que estuviera aconsejándonos. El escuchar cobra su máxima potencialidad cuando «lo escuchado» es el otro en cuanto tal, la persona del otro: es lo que Heidegger llama el Hören auf...” . Vale la pena recordar a Martin Buber, para quien la díada yo‐tú podría ser considerada la base de la terapia. El yo‐tú, donde el tú es visto como y reconocido como otro con el que me contacto, corresponde a la
vinculación natural. Escuchemos sus palabras: “el tú me encuentra. Pero yo entro en una relación directa con él. De modo que la relación es ser elegido y elegir, pasión y acción a la vez. Tal como una acción de todo el ser ha de asemejarse a una pasión, en tanto superación de todas las acciones parciales y por ende, de todas las sensaciones de acción, fundadas en la limitación de ellas” . Es en la relación yo‐tú donde emerge el diálogo y en donde cada persona confirma a la otra como valor único. Buber la opone a la relación yo‐eso. Afirma “[…] el yo separado está reducido de la plenitud sustancial a la puntualidad funcional de un sujeto que experimenta y que usa cosas […]” ; entonces, el ser humano que devino en yo dice yo‐eso y con una lupa objetivadora mira de lejos y ordena un escenario, aislando al otro. Para Buber “el espíritu es verbo […] el lenguaje no está en el hombre, sino que es el hombre el que está en el lenguaje […] el espíritu no está en el yo, sino que en el yo y el tú” , que configuran una unidad. La relación con el Tú es inmediata. Entre el Yo y el Tú no media ningún sistema conceptual, ninguna presencia y ninguna fantasía. Cuando estamos “en el mundo del tú, no hay continuidad en el espacio y el tiempo” , hay sólo presencia actual. Por último, “sólo el silencio ante el tú, el silencio de todas las lenguas, la callada espera en la palabra informe, indiferenciada, pre‐lingüística, deja en libertad al tú y permanece con él en ese estado de reserva en el que el espíritu no se manifiesta sino que es” . El lenguaje, continúa Buber, “no está en el hombre, sino que es el hombre que está en el lenguaje y habla desde él, así ocurre con toda palabra” . Esta afirmación recuerda a Heidegger y la idea de que el lenguaje es la morada del hombre. Escribe Buber que “el ser humano habla en diversas lenguas: la lengua verbal, la del arte, la de la acción, mas el espíritu es uno, es una respuesta al tú que emerge del misterio y nos habla desde el misterio” . Es cómo el otro se siente comprendido. Este habla, que incluye el silencio y la escucha, es lo que Heidegger encuentra en algunas conversaciones cotidianas y, pienso, debe ser considerado en el proceso terapéutico. Dice: “El Dasein escucha porque comprende. Como comprensor estar‐en‐ el‐mundo con los otros el Dasein está sujeto, en su escuchar, a la coexistencia y a sí mismo, y en esta sujeción del escuchar [Hörigkeit] se hace solidario de los
98 otros [ist zugehörig]”. El escucharse unos a otros puede tomar diversas formas. Por una parte están las formas que asociamos normalmente con el escuchar: “hacerle caso” al otro, estar de acuerdo con él. Pero por otra parte, y a la par, hallamos los modos privativos del escucharse unos a otros: el no querer escuchar, el oponerse, el obstinarse, el dar la espalda” . Se escucha un todo, no las palabras aisladas, ni, menos aún, sólo su dimensión acústica. Al respecto, el filósofo de Friburgo afirma: “cuando nos ponemos expresamente a escuchar el discurso del otro, comprendemos, en primer lugar, lo dicho […] No oímos, en cambio, primeramente el sonido de las palabras. Incluso allí donde el hablar es confuso o la lengua extranjera, escuchamos en primer lugar palabras incomprensibles, y no una diversidad de datos acústicos”. Si bien el callar es también constitutivo del habla, el hombre parece haber desarrollado mejor el arte del buen hablar —la retórica—, que el arte de guardar silencio —la sigética—. Cuando escuchamos al otro en la forma positiva del escuchar, estamos‐con‐el‐otro, abiertos ambos al ente del que se habla. Dice el pensador alemán: “Sólo donde se da la posibilidad existencial de discurrir y escuchar, se puede oír. El que «no puede escuchar» y «necesita sentir » puede, tal vez precisamente por eso, oír muy bien. El puro oír por oír (Nur‐herum‐hören) es una privación del comprender escuchante”. El pensador alemán le da gran importancia al callar. El que en un diálogo guarda silencio puede entender o darse a entender mejor que el que habla profusamente. Hay silencios elocuentes que “promueven la comprensión, con más propiedad que aquel a quien no le faltan palabras” . Son innumerables los ejemplos posibles de traer a la mano que dan cuenta de este fenómeno en psicoterapia. Muchas veces el discurrir sin callar puede encubrir aquello de lo que se habla y, más aún, “proyecta sobre lo comprendido una aparente claridad, es decir, la incomprensión de la trivialidad” . Estar callado no significa estar mudo. Por lo general, el mudo intenta hablar. El mudo “no sólo no demuestra que puede callar, sino que incluso carece de toda posibilidad de demostrarlo” . Ello puede hacerse
extensible al que es por naturaleza taciturno, en tanto en su ser taciturno tampoco muestra que calla y que puede callar. Por lo general, es callado; entonces, no tiene la posibilidad de callar y mostrar su silencio en un determinado momento. Lo muestra todo el tiempo, en tanto es taciturno. Para poder callar, el Dasein debe tener algo que decir, esto es, debe estar vuelto hacia una verdadera aperturidad de sí mismo. Cuando ello ocurre, el silencio manifiesta algo de sí mismo y logra acallar la «habladuría». La importancia del silencio radica en bloquear casi en su totalidad la habladuría. El silencio articula en forma originaria la comprensibilidad del Dasein: del silencio proviene la auténtica capacidad de escucharnos los unos a los otros. Los griegos, según Heidegger, “cuya existencia cotidiana tomaba predominantemente la forma de diálogo” , determinaron la esencia del hombre como zôon lógon échon. La traducción de esa frase llevó a la interpretación del hombre como animal rationale. Sin ser esta interpretación falsa, encubre a ojos del pensador alemán “el terreno fenoménico de donde esta definición del Dasein fue tomada. El hombre se muestra en ella como el ente que habla” . Dado que los griegos no tenían ninguna palabra que significara lenguaje, es posible decir con Heidegger que “comprendieron este fenómeno «inmediatamente» como discurso” . Es decir, Zôon lógon échon: más que como “animal racional”, debería entenderse como el viviente que habla. La interpretación del lógos —visto preponderantemente como enunciado—, llevó a una interpretación equivocada en el pensar griego, que derivó en la necesidad de analizar las estructuras fundamentales del discurso hablado. De esta manera, el lógos malentendido derivó en el estudio de la gramática como fundamentada en la lógica, entendida como estudio del enunciado. Pero si, en cambio, se considera el lógos “con la radical originariedad y amplitud de un existencial —afirma Heidegger—, surge la necesidad de buscar para la lingüística fundamentos ontológicos más originarios” . El lenguaje, para Heidegger, tendría la forma de ser del Dasein y sería un existencial, es decir, un ingrediente esencial de su ser. Dice el pensador, en
99 apoyo de lo que afirmamos: “La presente interpretación del lenguaje no tenía otra finalidad que mostrar el «lugar» ontológico de este fenómeno dentro de la constitución de ser del Dasein” . El lenguaje es la morada del ser.
UNA SITUACIÓN PSICOTERAPÉUTICA Y LA IMPORTANCIA DE LAS INTERVENCIONES ORTOGONALES Recogiendo lo anteriormente expuesto, es posible decir que cuando una persona llega a la consulta y expresa que tiene un problema por el que pide ayuda, es esperable —como dice Núñez—, que el problema sea producto de “la aparición no esperada de un suceso y la irrupción de una reacción afectiva displacentera. Pero además hay un tercer elemento que también está presente y es la generación automática de una explicación sobre la naturaleza problemática del suceso” . De tal manera que lo que una persona vivió es para él o ella una dificultad y la define como tal. Esa dificultad puede ser dificultad para él o ella, o para alguna otra persona cercana a su mundo experiencial. De tal manera que un problema es algo que tiene que ver con la forma como una persona se ve a sí mismo o a algún otro en una determinada situación y en un determinado contexto. Por tanto para que haya un problema, la persona debe enunciarlo como tal, es decir, como problema. Yo diría, el temple anímico abrió la comprensión e interpretación del mundo como algo que no debió pasar según su horizonte de significabilidad, y ello lo expresó a través del habla. Aparece aquí la manifestación de lo que se podría llamar la tríada inseparable. a) Temple de ánimo, b) comprensión‐interpretación; c) habla. Estos tres existenciales, sobre los que se ha escrito anteriormente, aparecen como una tríada inseparable, que podría ser ontificada en a) emoción, b) explicación y c) habla (no sólo palabra, sino todo lo que implica la comunicación), en tanto surgen co‐originariamente, como sostiene Heidegger, de modo que no son separables en la situación‐problema. Tal vez sería conveniente agregar que aparece en el Dasein siendo éste un uno mismo.
Pero, ¿por qué algo que no era problema pasa a ser visto como problema? Para responder esta pregunta recurriré al pensamiento de Maturana, que distingue dos sistemas que aparecen juntos pero que no son lo mismo. Nos referimos al sistema determinado neurobiológicamente o determinismo estructural y el segundo sistema que es el sistema relacional que surge de la interacción con otros en el lenguaje y que da lugar a las redes conversacionales. Es este último el que le da sentido a la psicoterapia. Por otra parte, el mismo Maturana introduce el concepto de Intervención ortogonal, la que se usará para describir lo que pasa en un sistema de significados, en una red conversacional que se comparte con otros. Dice el biólogo: “Un sistema (una unidad compuesta) puede entrar en dos tipos de encuentros: por un lado se trata del encuentro con una entidad externa que perturba los elementos del sistema, provocando en éstos cambios estructurales que corresponden al modo de funcionamiento actual del sistema, y por el otro lado puede observarse una forma de encuentro con una entidad externa que perturba los elementos del sistema, provocando en éstos cambios estructurales diferentes del modo de funcionamiento actual del sistema. El primer tipo de encuentro aquí es llamado agonal (confirmatorio) pues el agente externo gatilla en algunos elementos del sistema los mismos cambios estructurales que también podrían ser gatillados por los demás elementos del sistema en el marco de la dinámica actual del sistema, por lo que el sistema como unidad mantiene su deriva relacional inalterada. Aparece una conversación que es más de lo mismo. El segundo tipo de encuentro recibe el nombre de ortogonal (no confirmatorio), ya que el agente externo gatilla cambios estructurales en algunos elementos del sistema que son novedosos en relación con la dinámica estructural actual del mismo, por lo que el sistema como unidad cambia la dirección de su deriva relacional” . Por ejemplo: una mujer de 60 años, diagnosticada con una depresión severa, llega enviada desde psiquiatría a psicología (concretamente, al Centro Docente Asistencial de Salud Mental, Universidad Mayor – Hospital Barros Luco). A medida que va relatando lo
100 que le pasa, le van brotando palabras (habla), va desocultando su forma de entender el mundo, y se puede apreciar que ella, a ojos de la terapeuta, no está deprimida. Su relato, su decir y no decir (comportamiento verbal y no verbal), sus silencios y su escucha, más que mostrar depresión habla de una angustia psicológica (temple anímico). Su comprensión‐ interpretación del hecho no le es transparente a la paciente, en tanto, como diría Heidegger, ella, como Dasein “está inmediata y regularmente en medio del “mundo” del que se ocupa” , de tal modo que, estando absorta en su mundo, perdida en lo público del uno, no le queda otra alternativa que aceptar el diagnóstico recientemente dado. Lee sobre depresión y relaciona su malestar con el hecho de que cuando era niña “nunca se sintió querida, y ella sabe que la falta de cariño lleva a la depresión” . En la impropiedad, o siendo un “uno mismo” el Dasein propio, diría Heidegger, “queda abandonado a la disposición del uno” , a la forma como los otros interpretan su sentir. Más aún si ese otro es alguien que en el contexto social sabe de enfermedades mentales, el psiquiatra. Pero, la terapeuta sabe que la paciente siempre se ha sentido no querida, por lo que ese hecho no le permite explicar su angustia de hoy. Ha sido parte de sus conversaciones agonales con ella misma y con otros por mucho tiempo. La terapeuta, a través de las preguntas hechas a la paciente, busca encontrar un hecho distinto, que haya ocurrido hace poco; intentando ver si en su sistema de significados, en sus redes comunicacionales, ocurrió algún hecho que pueda ser entendido a la luz de una intervención ortogonal, que al ser des‐confirmadora de su sistema de significados, le haya traído a primer plano su proyecto, que hasta ahora estaba en el “trasfondo”. Hemos dicho que el Dasein desoculta el mundo desde su proyecto, como diría Heidegger; pero, recordemos que el proyectar no tiene nada que ver con un comportamiento planificador, sino con el fenómeno que implica que el Dasein se comprende a sí mismo proyectándose hacia el futuro, pero en un plano preintelectual. No es que voluntariamente el Dasein —en este caso la paciente—, haga proyectos, sino que espontáneamente existe de una manera proyectiva, volcada hacia el futuro. El comprender desde el proyecto
puede llevar a que el Dasein llegue a comprenderse inmediata y regularmente a partir de su mundo, a partir de su horizonte de significabilidad aprendida desde el uno. Es así como aparecerá, finalmente, comprensible — para ella y la terapeuta—, que le surge el susto al futuro en tanto su proyecto, que estaba no explicitado, se ve amenazado. Ella, como todo Dasein, está en medio de un mundo descubierto, y desde él asume sus posibilidades; pero este asumir “lo hace primeramente siguiendo el estado interpretativo del uno” , diríamos con Heidegger. Esta interpretación hecha desde el uno la ha limitado de antemano a las posibilidades que se le aparecen en el ámbito de lo “conocido —expresa el pensador de Friburgo—, asequible, tolerable, de lo que se debe y acostumbra hacer” . Ello, indudablemente, la limita a “lo inmediatamente disponible en la cotidianidad” , lo que redunda en una reducción de lo posible sólo a lo “realmente” posible. La paciente, inserta en el uno, no ve aún la amenaza. Pero, lo único novedoso ocurrido en su vida este último tiempo es que hace dos meses le avisaron, desde la oficina del personal, que a fin de año debe imperiosamente jubilar. Ese hecho es el que ella destaca como el hito que cambió su estado de ánimo y la llevó a “estar mal”. Es la intervención octogonal que perturbó su sistema conversacional. La mujer sabe intelectualmente que debería estar feliz por su pronta jubilación (es lo que le sugiere el uno mismo), por lo que no relaciona este hecho, aparentemente “bueno”, con su estado emocional displacentero. No obstante, con las preguntas de la terapeuta, le emerge una nueva interpretación que sí justifica a sus ojos la angustia. La pronta jubilación — entendida desde una nueva comprensión, que le emerge gracias a las preguntas de la terapeuta—, la llevan a desocultar el hecho de que lo que principalmente — aunque no únicamente—, le da sentido a su vida es su trabajo. No conoce otra cosa. Es necesario recordar que la interpretación se funda, en primer término, en un haber previo (haberse encontrado con el ente antes); en segundo término, en una manera previa de ver (cada vez la cosa con la cual nos encontramos queda recortada en su posible sentido por la manera previa de ver) y, en tercer lugar, en la manera de entender previa (que significa la anticipación de un concepto, es decir, la
101 anticipación de un modo de entender lo que está a la mano). Cuando comparte con la terapeuta el miedo a la jubilación, la angustia pasa a ser interpretada de otra manera. Se “ve” a sí misma sin nada que hacer, no existen todavía para ella repertorios comportamentales para la situación que se avecina; por tanto, desde su facticidad, hoy día se “proyecta” sin amigos ni contactos humanos, con largos días que no va a saber cómo llenar y con una merma en su ingreso económico. Lo que sucede es que al Dasein, al estar vuelto hacia sus posibilidades fácticas, le emerge un mero desear, desear lo que le es conocido, y estar jubilada le es desconocido. Al entender su temor, emerge una nueva interpretación que le permite a ambas, terapeuta y paciente, un nuevo horizonte de significabilidad. Les permite, juntas, encontrar caminos alternativos de vida que, vistos desde el diagnóstico “depresión”, sólo llevaban a la paciente a seguir sintiéndose mal. Indudablemente, al comprender de otra manera su proyecto, cambia su temple emocional, su interpretación, y la forma de hablar de lo que le ocurrió. Logra entender que debe buscar caminos alternativos de vida que, vistos desde el diagnóstico “depresión”, sólo la llevaban a seguir sintiéndose mal, y a buscar las causas de su malestar en el pasado.
PALABRAS FINALES Lo que pretendió mostrar este artículo se relaciona con encontrar en la filosofía una manera de entender al hombre. Ello, para lograr mostrar cómo los planteamientos sobre el ser humano que se desprenden de las filosofías de Heidegger y Ortega pueden ser “aterrizados” en la práctica psicoterapéutica, dando un sustento filosófico a una manera de hacer psicoterapia. Se pretendió mostrar cómo los existenciales se ontifican, siendo con ellos —los existenciales ontificados—, con los que trabaja el terapeuta. Quisiera terminar mostrando cómo Heidegger llama nuestra atención sobre un hecho al que no siempre se le asigna la importancia que a mi entender tiene, y es el hecho de que “cada uno de nosotros puede, a su modo y dentro de sus límites, seguir los caminos de la reflexión. ¿Por qué? Porque el hombre es el ser pensante, esto es,
meditante. Así que no necesitamos de ningún modo una reflexión ‘elevada’. Es suficiente que nos demoremos junto a lo próximo y que meditemos acerca de lo más próximo: acerca de lo que concierne a cada uno de nosotros aquí y ahora; aquí: en este rincón de la tierra natal; ahora: en la hora presente del acontecer mundial”. Francisco Soler escribe: “oigamos a Heidegger, que repite los versos de Hölderlin, el poeta: «Pero donde hay peligro, crece también lo salvador». y añade: «¿A que se llama salvar? Significa: soltar, liberar, cuidar, albergar, tomar en custodia»” . Para ello necesitaríamos tener, como psicoterapeutas, una relación distinta con los otros hombres. Un pensamiento meditativo, que nos lleve a reflexionar seriamente no sólo en el mundo que estamos construyendo, sino en el problema de cómo hacemos lo que hacemos con nuestros pacientes. En otras palabras, requerimos tener una noción suficiente de cómo cada uno de nosotros entiende al ser humano. Este artículo es sólo una invitación a detenerse a pensar en cómo cada terapeuta entiende al ser humano y a tomar en serio esa comprensión, ya que en una modificación de ella reside lo único que permitiría, a mis ojos, dejar de entender la terapia como un conjunto de técnicas deshilvanadas a aplicar. De esa manera, las técnicas —si así se las quiere llamar— , que cada terapeuta quiera usar, se desprenderían —en forma congruente con su propia forma de mirar y entender—, de su forma renovada de entender lo humano.
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TERAPIA NARRATIVA: MODELOS DE INTERVENCIÓN EN ABUSO SEXUAL 1 Juan Bustamante Donoso2, Francisco Jorquera Santis3 y Melody Smith Aguirre4 RESUMEN El presente artículo tiene como objetivo la revisión de las intervenciones en el abordaje del abuso sexual que se delinean de la terapia narrativa desarrollada por David Epston y Michael White (White & Epston, 1993; White, 1994; White, 1997; White, 2002; White, M. 2007). Con el objetivo de contextualizar este abordaje terapéutico, se expone el contexto de desarrollo de la terapia narrativa y sus antecedentes teórico‐conceptuales. A continuación se exploran los desarrollos en materia de intervención en el abordaje del abuso sexual. Respecto al trabajo con víctimas de abuso, se señala la intervención denominada “Mapa de establecimiento de posición” (Sue Mann & Rusell, 2003); además de la noción de “reparación y perdón”, referida por Jenkins, Hall y Joy; intervenciones que promueven el surgimiento de relatos alternativos que respetuosos de la víctima y de su identidad, como también la comprensión de las políticas sociales que avalan el abuso y dictan una manera única de afrontarlo. Palabras clave: abuso sexual, intervención en abuso sexual, reparación
INTRODUCCIÓN El1 desarrollo2 de3 lo que4 se ha conocido como enfoque narrativo (White, 1997), terapia narrativa (White & Epston, 1993) y posteriormente prácticas narrativas (White, M. 2007) ha sido principalmente el desarrollo de terapeutas en el campo de la terapia familiar y la terapia de pareja (Freedman & Combs, 1996; Polkinghorne, 2004). Su desarrollo emana de las prácticas, de la implementación de técnicas e ideas tal como lo han expresado sus principales contribuyentes: “la mayoría de los “descubrimientos” que han jugado un papel importante en el desarrollo de nuestras prácticas han ocurrido después de los hechos (en 1
Monografía conducente a Postítulo en Intervención en Violencia Familiar y Abuso Sexual infantil: un abordaje multidisciplinario e integral, Escuela de Psicología, Universidad de Valparaíso. 2 Psicólogo, estudiante Magíster Psicología Clínica mención Psicoterapia Constructivista y Construccionista, Universidad de Valparaíso, Postítulo Intervención en Violencia Intrafamiliar y Abuso Sexual Infantil. Académico Universidad de Valparaíso. 3 Psicólogo, Postítulo Intervención en Violencia Intrafamiliar y Abuso Sexual Infantil. Coordinador Programa Comunal de Seguridad Pública. I. Municipalidad de Olmué. 4 Psicólogo, Postítulo Intervención en Violencia Intrafamiliar y Abuso Sexual Infantil. Psicóloga DAM Pilleltu, Valparaíso.
respuesta a los logros extraordinarios en nuestro trabajo con familias) donde las consideraciones teóricas nos han asistido para explorar y extender los límites de estas prácticas” (White & Epston, 1993). Tal como lo plantean los autores, los desarrollos de las prácticas narrativas han sido informados por diversas ideas y enfoques teóricos, con el objetivo de dar sentido a las prácticas y también de expandirlas a otros contextos. Donald Polkinghorne (2004) plantea, desde un enfoque histórico del desarrollo de las prácticas narrativas, que el desarrollo de este nuevo enfoque narrativo hacia la terapia de hecho precedió el atractivo que significó la incorporación de las ideas de algunos autores posmodernos como soporte teórico y explicación de esta nueva forma de práctica terapéutica. La terapia narrativa, a partir de los desarrollos en Oceanía, ha dado a luz un amplio cuerpo de literatura relativa a intervenciones (White & Epston, 1993; Epston, 1994; White, 1994; White, 1997; White, 2007; Dulwich Centre Publications, 2003), intervenciones que han resonado con este enfoque desde distintas partes del mundo y aplicadas a diferentes ámbitos de la práctica terapéutica tanto familiar como individual (Freedman & Combs, 1996; Anderson, 1999; Polkinghorne, 2004),
106 el trabajo comunitario (Denborough, 2008) y las intervenciones en los ámbitos de la violencia(Mann et al,2003) y abuso sexual. En la presente monografía se abordan las intervenciones desarrolladas por Sue Mann y Shonna Russell y Alan Jenkins, Rob Hall y Maxine Joy (Sue Mann et al., 2003), con el objeto de constituir un mapa orientador de los abordajes que este enfoque aporta al desarrollo de la asistencia a personas que han vivido experiencias de abuso sexual, como también aquellas que buscan abordar el problema del abuso sexual desde los que la han ejercido hacia otros. Para realizar esta revisión consideramos importante, como un primer paso, contextualizar histórica y teóricamente el enfoque narrativo.
CONTEXTO DE DESARROLLO DE LA TERAPIA NARRATIVA Y CONSIDERACIONES TEÓRICAS El desarrollo de las prácticas narrativas ocurre en el seno de los desarrollos posteriores de la terapia familiar sistémica, con un fuerte énfasis en el significado. La teoría sobre la terapia familiar había pasado por varias etapas (Polkinghorne, 2004; Gergen & McNamee, 1996; Anderson, 1999) entregando un énfasis inicial a la aproximación estructural en la que los síntomas de los miembros de la familia eran entendidos como esfuerzos para mantener el equilibrio homeostático de la familia, una aproximación en la que los problemas o bien son entendidos como bucles recurrentes de comportamiento disruptivo en los que las familias podían quedar atrapadas (Polkinghorne, 2004), o bien como interacciones jerárquicas inapropiadamente balanceadas (Minuchin, 1997). Posteriormente en una segunda fase, el entendimiento se orientó hacia la funcionalidad familiar entendida como la capacidad de poder cambiar y evolucionar, basando la comprensión de los sistemas familiares en la metáfora biológica y ecológica (en oposición a la metáfora mecánico‐cibernética que daba sentido a la aproximación estructural). En este punto se pone en relevancia el interés de considerar al terapeuta como parte importante del sistema, considerando el cambio como un proceso co‐creativo (o co‐construido). En ambas fases el enfoque estuvo puesto en el comportamiento o las acciones del sistema familiar, sin embargo, las
aportaciones de Paul Watzlawick y su idea del reencuadre (Watzlawick, 1982) pusieron en relevancia que el significado que se le atribuye a los comportamientos de los otros es la base del comportamiento propio. Este desarrollo histórico ha sido señalado (Eron & Lund, 1996) como una apertura para la consideración del significado en las prácticas narrativas que serían posteriormente desarrolladas en la década de los 80s. Para comprender lo que caracteriza a la terapia narrativa en su desarrollo histórico es útil considerar las ideas de Polkinghorne (2004) y Freedman & Combs (1996), quienes plantean que el desarrollo de la terapia narrativa, su distanciamiento de los enfoques más tradicionales de terapia familiar sistémica y su aproximación interesada en el significado, puede ser entendido a la luz de la comprensión de los desarrollos contemporáneos que estaban dando lugar, y de los cuales formó parte, a finales de la década de los 80 en el campo de la terapia familiar como son: (a) el énfasis en las fortalezas de los consultantes, (b)la visión del consultante y terapeuta como socios, (c) la adaptación a una aproximación construccionista del significado y (d) el énfasis en la narrativa o la forma de relato del significado. El énfasis en las fortalezas de los consultantes (a) implicó un cambio en la estrategia de identificación de las debilidades y desadaptaciones como la fuente de su problema, hacia el poner atención a las fortalezas, habilidades y conocimientos de los consultantes como la fuente de resolución de sus problemas (White, 1994). Los principales antecedentes pueden ser hallados en los desarrollados por de Shazer (1998) y de los trabajos en conjunto e individuales de White y Epston (1991, 1994). El énfasis en la fortaleza y habilidades de los consultantes implica el elicitar conversaciones sobre las competencias que éstos pueden emplear para defenderse de los problemas y sus efectos, así como un mayor interés en abordar y otorgar importancia a lo que los consultantes realizan cuando no ocurre o no les afecta el problema. La visión de los consultantes y los terapeutas como socios o colaboradores (b) surge del cuestionamiento por parte de los terapeutas de la idea
107 de que los clientes son objetos sujetos de ser observados, clasificados y manipulados por un terapeuta‐observador objetivo. Con el planteamiento del noruego Tom Andersen (Andersen, 1991) en la práctica de equipos reflexivos, se reforzó esta visión alternativa de la relación consultante‐consultado, inicialmente como una respuesta a la impresión de los consultantes de ser objetos a ser analizados. En la práctica de los equipos reflexivos la terapia es conducida por un equipo donde los roles de observador son intercambiados entre aquellos que observan el proceso terapéutico; éstos , a intervalos, tienen la posibilidad de dialogar con el consultante sobre su experiencia de la terapia y el trabajo del terapeuta, sobre lo que puede ser hecho o abordado para lograr los objetivos de la terapia. De esta forma el mensaje que se busca entregar es que el control y la responsabilidad por el cambio están distribuidos entre los miembros participantes del proceso. La adaptación a un enfoque construccionista del significado (c) como desarrollo en el campo de la terapia familiar puede ser entendido como un giro o desplazamiento del foco desde el comportamiento o las tensiones intrapsíquicas de los miembros de la familia hacia la cualidad generadora de significado que le atribuye la narrativa a la naturaleza humana (Bruner, 1991). La visión de que los seres humanos son activos constructores del significado fue reconocida en un primer momento como constructivismo (Mascolo & Pollack, 1997), movimiento que ha dado a luz un amplio espectro de enfoques y aproximaciones particularmente en la terapia familiar. En la actualidad este enfoque se ha diversificado y generado incluso conflictos relativos al origen y lugar del significado en la experiencia.
humano es derivado del sistema lingüístico/social del que forma parte una persona, planteamiento teórico que ha venido a ser llamado construccionismo social (Gergen, 1996; Gergen & McNamee, 1996; Danziger, 1997). Desde este enfoque se plantea que el lenguaje sirve como modelo para la generación de significado. Los actos, expresiones, palabras y demás manifestaciones complejas de la experiencia humana sólo cobran sentido en la participación en un sistema social que posee un lenguaje determinado y en donde se ponen en juego diferentes discursos que organizan y relacionan el significado en distintas maneras. Este giro ontológico en la consideración del significado, su lugar y despliegue constituye el contexto en el que se desarrolla el énfasis en la forma narrativa o “historiada” del significado (d), a la cual los autores narrativos recurren para dar sentido a sus prácticas. Las narrativas personales constituyen el material central con el que los terapeutas narrativos realizan su trabajo. Desde este enfoque se plantea que la forma del lenguaje en la que las personas entienden sus vidas es la narrativa. A partir del trabajo de Jerome Bruner en psicología narrativa, Michael White plantea la adscripción a la metáfora de la narración (White & Epston, 1993, cap. 1). La metáfora narrativa permitiría entender la vida y experimentarla en un desenlace temporal, pues es una forma de discurso que concatena los eventos a través del tiempo y refleja la dimensión temporal de la existencia humana. Las narrativas personales proveen el contexto en el que los eventos de su vida adquieren significado. Estos relatos se encuentran íntimamente ligados a las identidades y los contextos culturales de quienes los narran y viven, existiendo un juego de poder entre los relatos, por un lado dando significado a las vidas de las personas pero también generando alianzas con ciertos discursos culturales (White, 1997). Los relatos se vuelven problemáticos cuando fallan y no logran otorgar significado o sentido a la vida de una persona, volviéndose constrictivos al aliarse con discursos culturales que limitan o restringen su experiencia.
El conflicto relativo al origen y lugar del significado en la experiencia ha sido sujeto de considerable literatura en la terapia familiar e individual (Neimeyer & Mahoney, 1998; Gergen & McNamee, 1996) dando lugar a diferentes posiciones siendo una de ellas la constructivista, (Neimeyer & Mahoney, 1998) que estima que el significado es derivado de múltiples La terapia narrativa ha sido llamada en otros fuentes como las experiencias personales, el ambiente social, la maduración física y los esquemas lugares “terapia posmoderna” (Freedman & Combs, desplegados en el desarrollo (Piaget, 1973; Guidano, 1996), “terapia postestructuralista” (White & Epston, 1987). Una segunda posición plantea que el significado 1993; Galarce, 2003; García, 2006) puesto que además
108 White & Epston informan su enfoque de los planteamientos del filósofo postmoderno Michel Foucault (1978) quien sostiene que las tramas o discursos dominantes son productos de quienes se encuentran en el poder, posición que los pone en ventaja para construir el significado que las personas adjudican a su vida. Desde el enfoque narrativo se considera que los consultantes llegan a terapia pues sus historias “se quebraron” y sus vidas parecen tener poco o ningún sentido. White & Epston explican que estas historias “quebradas” están enraizadas en discursos culturales dominantes, son historias que descalifican, limitan o niegan aspectos significativos de su experiencia y su sentido de identidad (White & Epston, 1993). Esta influencia postmoderna en la terapia narrativa no sólo está caracterizada por la adscripción al concepto de discurso y biopoder de Michel Foucault (White, 1993; Foucault, 1978 y 1996) sino también del concepto de “deconstrucción” del filósofo francés Jacques Derrida como el proceso dialógico desmitificador del origen, implicancias y efectos de un discurso o práctica social (en White, 1991). La influencia de las ideas postmodernas han venido más directamente de lo que se conoce como antropología postmoderna a través del diálogo y trabajo conjunto con David Epston quien había trabajado como antropólogo mucho antes de ejercer como terapeuta familiar (Epston, 1994; White 1994). En este sentido los planteamientos hermenéuticos del antropólogo Clifford Geertz han servido para fundamentar la idea de que las acciones de las personas están basadas en el significado interpretativo que le asignan a las experiencias de la mismidad, los otros y su medio ambiente, más que en un conocimiento directo de estos fenómenos (Geertz, 1973). Los planteamientos de Geertz sobre la hermenéutica descriptiva han servido también para caracterizar y enriquecer la aproximación al trabajo terapéutico con las narraciones: el concepto de descripciones magras ha sido utilizado para hacer alusión a las historias dominantes, saturadas de problemas que oscurecen las relaciones de poder y los actos de resistencia de la persona. Los terapeutas narrativos, informados por las ideas sobre conocimiento local e interpretación del significado cultural de Geertz, buscan desarrollar en el contexto terapéutico descripciones densas, historias alternativas con descripciones ricas y detalladas de la experiencia del
consultante, sus habilidades, conocimientos, valores y actos de resistencia (Morgan, 2000).En la literatura sobre terapia narrativa también es posible encontrar la influencia del sociólogo Erving Goffman (1974) particularmente a través de la adopción del término logros extraordinarios como el nombre de las acciones y experiencias que han sido dejadas fuera e invisibilizadas por el relato dominante y que constituyen el material con el cual se lleva a cabo el fortalecimiento de las historias alternativas (White, 2002). Para finalizar y resumir este acercamiento al desarrollo de la terapia narrativa y sus antecedentes teórico‐conceptuales, se hace útil utilizar la clasificación que utiliza Galarce (2003) y García (2006) de las característica de la terapia narrativa de White y Epston respecto a sus planteamientos acerca del (a) problema psicológico, (b) la concepción de la terapia, (c) la relación consultante‐terapeuta y (d) su visión del cambio terapéutico. El problema psicológico (a) desde este enfoque es entendido como la constricción y limitación que imponen las historias dominantes, historias “quebradas” cono las que los consultantes entran en el proceso terapéutico. Estos relatos dominantes incluyen todas las conductas y significados que elaboran las personas en torno la situación que les preocupa. Estas historias dominantes están directamente enraizadas en discursos dominantes que promueven el disciplinamiento del cuerpo, los pensamientos y las conductas y que descalifican, limitan o niegan aspectos significativos de su experiencia y su sentido de la identidad (White & Epston, 1993). La terapia es concebida (b) como un espacio en el que las historias dominantes pueden desligarse de las identidades de las personas, debilitando los lazos con los discursos culturales que las sostienen. White (1993 y 2002) y Epston (1994) sostienen que la terapia se alza como un espacio disponible para la elaboración de historias alternativas. Más que la búsqueda de soluciones a los problemas, este enfoque busca nuevas historias donde el problema y las personas se logren entender por separado (Freedman & Combs 1996; Tomm, 1989).
109 Desde esta aproximación la relación consultante‐terapeuta (c) es concebida de manera recíproca (White 2002), donde se busca debilitar las posibilidades de generar un vínculo de dominación y control (a) reconociendo la contribución de los saberes y habilidades de las personas al trabajo y a la vida del terapeuta (White, 1997), (b) generando relatos que se alejen de la definición desde el déficit que los colocan como objetos pasivos a merced de las técnicas de cambio de los terapeutas y (c) contribuyendo a enriquecer también los relatos de vida del terapeuta al relacionar estos relatos con las historias y experiencias significativas de su trabajo.(White, 2007).
alternativos, en la medida en que los consultantes empiezan a imaginar una identidad personal alternativa. En esta etapa se inserta lo que Karl Tomm ha llamado internalización de la agencia personal (Tomm, 1989), permitiendo que los consultantes se perciban como actores protagonistas de sus historias. Finalmente en la fase de reincorporación los conocimientos que se han generado o rescatado son autentificados en presencia de otros, de una audiencia (White, 1997). La visibilización a través de la reincorporación de la familia y el sistema comunitario más amplio, autentifica y reconoce las posibilidades de una identidad renovada a la luz de los desarrollos de relatos alternativos.
Finalmente, en relación a la concepción del cambio terapéutico (d) podemos encontrar en la literatura sobre terapia narrativa dos ideas principales. La primera, siendo la aseveración de que el propósito de la terapia lo constituye fundamentalmente la generación de una nueva narrativa que logre ser más satisfactoria para el consultante o la familia; aquella que logre incluir más ámbitos y contenidos de las experiencias, con descripciones más enriquecedoras de las identidades, relaciones, contextos y posibilidades futuras y que a su vez otorgue un sentido protagónico de agencia personal a las personas en su relato vital (White, 1997). Una segunda viene siendo la adscripción de White & Epston (1993) a la metáfora del “rito de pasaje”, propuesta por Van Gennep (citado en White, 1997) y enriquecida por los aportes de Victor Turner (citado en White, 1997). El entendimiento de la terapia como un rito de pasaje implica reconocerla como parte de este fenómeno universal que se produce en las culturas humanas para facilitar las transiciones, en la vida social, de un estado a otro. Esta metáfora implica entender el proceso según las tres fases que reconoce Van Gennep; la primera de separación donde se invita a los consultantes a considerar el problema como algo fuera de ellos mediante la “externalización del problema” (White & Epston, 1993; Tomm, 1989; White 2007) liberándolos de esta manera de las historias dominantes, las descripciones y entendimientos internalizadores y culpabilizantes que pueden estar guiando sus vidas. En una segunda etapa liminal se crea el espacio para el surgimiento de nuevas posibilidades en la exploración y generación de conocimientos
Los desarrollos de la terapia narrativa, con su origen en la terapia familiar, han devenido en una ampliación de su espectro de abordaje, desarrollándose ideas, aplicaciones e intervenciones que van desde la intervención individual terapéutica, de pareja, familiar, hasta las intervenciones colectivas. Dentro de las intervenciones individuales, hallamos hoy en día un grupo de terapeutas que abordan el problema de los efectos del abuso sexual y su intervención, tanto desde el punto del trabajo con las víctimas, así como con perpetradores. En consideración de las bases teóricas de las cuales se ha informado la terapia narrativa, exponemos a continuación las intervenciones en abuso sexual que se informan de los planteamientos descritos en los párrafos anteriores. Para esta empresa, en un primer momento revisaremos la conceptualización del fenómeno del abuso sexual, desde el enfoque narrativo, para después exponer un tipo de intervención con víctimas de abuso sexual y posteriormente revisar el abordaje con perpetradores.
Desde el enfoque narrativo, considerando el concepto de poder propuesto por Michel Foucault, el abuso sexual es visto dentro de un contexto cultural, de poder y de ideología patriarcal (White, 2002). Esta idea, señala la creencia colectiva de que el hombre (o los perpetradores) es un ser privilegiado y superior; el cual puede hacer lo que desea, y tiene el derecho de ocupar y mantener una posición que le permite ejercer cualquier tipo de explotación, opresión, desigualdad, control, utilización y subordinación, contra la mujer (o las víctimas). Esta ideología es la que permite la existencia de cualquier tipo de abuso o agresión contra personas
110 que dentro de la escala social, son vistas como inferiores, ya sea mujeres, ancianos o niños; lo cual es normalizado y permitido por el contexto social. Por lo tanto, tomando en cuenta lo anterior, el enfoque narrativo plantea un desafío sistemático en el abordaje terapéutico que implica la construcción de relatos donde las mujeres (o las víctimas) no son responsables por los actos violentos, ni deben hacerse cargo de las agresiones; y son los hombres (o los perpetradores) quienes se responsabilizan de los actos violentos.
INTERVENCIONES CON VÍCTIMAS DE ABUSO SEXUAL Referente a la intervención con víctimas de abuso desde el enfoque narrativo, se postula el trabajo basado en el “Mapa de establecimiento de posición” (Sue Mann, 2003); este patrón reflexivo de categorías interrogativas (Tomm, 1989; White, 2007) busca desarrollar un relato alternativo que describa rica y densamente la vivencia, y que tenga directa relación con la construcción de identidad de las víctimas. Por lo tanto estos relatos, deben estar fuera del campo de influencia de los efectos de haber vivido y sobrevivido a la experiencia traumática de abuso y sus consecuencias, evitando la retraumatización (Russel, 2003). Esta intervención requiere centrarse en la experiencia y conocimientos propios de las víctimas, más allá de los efectos negativos del abuso (culpa, vergüenza, silencio, etc.); de esta manera se construye un relato comprometido socialmente, dando cabida a una segunda lectura del hecho vivido. El rol del terapeuta es el respeto y la escucha atenta; evitando dar juicios de valor que puedan victimizar a la persona, creando un espacio para que emerjan los relatos de los efectos del abuso y las circunstancias relacionadas con el silencio y la vergüenza (Sue Mann, 2003). La intervención puede ser vista como un proceso que consta de cuatro pasos (Sue Mann, Rusell, 2003): El primero concerniente a la Construcción de una definición externalizada del problema, partiendo de la idea de que el profesional no posee un conocimiento experto de la experiencia de la víctima, comunicando a su vez que es la propia víctima la experta en su vida y en poder reconocer las formas de superar el problema; Este
paso implica tomar de las propias palabras de las mujeres el nombre del problema que refleje los efectos del abuso. Lo anterior, impide una etiqueta patologizadora que pueda ser internalizada por las mujeres y que pudiera llevarlas a una imagen totalizadora de su identidad; en este punto se busca paralelamente la internalización de la agencia personal (Tomm, 1989; Rusell & Sue Mann, 2003). El segundo paso consta del Mapeo de los efectos del problema, consistente en identificar y nombrar los efectos y la influencia del problema en la vida de las mujeres, tomando en cuenta además, el contexto político en donde se gestaron y desarrollaron estos efectos, refiriendo a la responsabilidad del perpetrador y no de la víctima de la situación de abuso y control. Así, se crean rutas de exploración de acontecimientos o situaciones de la vida de la víctima que estén fuera del alcance de los efectos adversos provocados por la situación (es) de abuso. Esto da pie al tercer paso, donde se invita a las víctimas a una evaluación de los efectos del problema en sus vidas, poniendo énfasis en la experiencia, conocimientos y habilidades de éstas, con respecto a cómo hacen frente a estos efectos, contribuyendo nuevamente a la internalización de la agencia personal y a la construcción de una identidad relacionada con las habilidades, conocimientos, opiniones y valores que han llevado a esta persona a ser una sobreviviente de los efectos del abuso. La última etapa consiste en la Justificación de la evaluación, en donde los consultantes toman una posición y opinión particular acerca del problema y cómo han ido construyendo formas de superar sus efectos. Esto abre paso para conversaciones acerca de los valores que sustentan estas acciones de superación; así como de aquellos personajes relevantes del relato de la o el consultante, que han contribuido en estas acciones. La intervención en víctimas de abuso, desde el punto de vista del enfoque narrativo, se centra principalmente en el conocimiento y las habilidades de resistencia de las propias víctimas, como también en la reconstrucción de un relato alternativo que se genere desde los valores y conocimientos de éstas, evitando una rotulación patologizante y retraumatizante. De esta manera, se promueve la idea, de que es la víctima la experta en su propia vida; y entrega agencia en la
111 elección de las soluciones posibles y de los rumbos que estime convenientes para su vida. Lo anterior, genera reflexiones y nuevas comprensiones de la experiencia abusiva; centrándose en la víctima y dejando de lado los discursos sociales. De esta manera, la víctima se convierte en protagonista de la intervención, evitando la re‐victimización. ( Sue Mann & Rusell, 2003) En las prácticas narrativas relacionadas con la intervención con víctimas de abuso sexual podemos encontrar los planteamientos de sobre la utilización de la ceremonia de definición y de testigos externos (White, 2007; Rusell 2003; Sue Mann, 2003), práctica que consiste en la participación de personas que han estado presentes y que han sido testigo de los efectos del abuso, que han contribuido en la resistencia a éstos. Ésta tiene como finalidad autentificar, confirmar y validar los relatos en contra del abuso y sus efectos, como también enriquecer los relatos positivos y preferidos para ellas (Rusell S. & Sue Mann; 2003). Se busca, desde esta práctica, generar el sentido de agencia personal, así como también posibilitar la conexión con experiencias, similares, de otras mujeres que han sufrido la experiencia de abuso. Un importante concepto a considerar dentro de la intervención narrativa con víctimas de abuso sexual, son el de reparación y perdón, reflexión planteada por (Jenkins, Hall, Joy; 2003). Éste cuenta con una amplia gama de significados, siendo los más populares dentro de nuestra cultura los relacionados con el abandono, perdón y reconciliación. En este sentido, es importante destacar que las víctimas de abuso se encuentran invadidas por sentimientos de obligación en relación al perdón; lo cual puede estar asociado con un sentido de impotencia y de limitación, respecto a la elección de posibilidades acerca de las opciones para futuro ( Jenkins et al, 2003). Por lo tanto, desde este enfoque se pretende que la propia víctima elija el (los) curso(s) de acción que considere más apropiados. Es decir, se invita a considerar nuevos significados; constituyendo un proceso que es identificado por los terapeutas narrativos, como el viaje de realización, desde donde se propone un cambio desde la obligación de perdonar para abandonar el sufrimiento, por una forma en donde se abandone el sufrimiento y se logre la responsabilización de los hechos, sin tener
necesariamente que ocurrir el perdón. Esto contribuye significativamente en la construcción de un relato alternativo que refleje una nueva descripción de la identidad; basado en las propias preferencias del consultante, su comprensión de la situación de abuso, y las políticas respecto al abuso (Jenkins et al; 2003). Además, es importante revisar y comprender el contexto político en donde aconteció el abuso para así re‐evaluar sus significados acerca de la culpa, la vergüenza y responsabilidad acerca del abuso vivido. Es decir, lo más importante dentro del enfoque narrativo y los viajes de realización planteados Jenkins, Hall & Joy, es que la persona que fue víctima de abuso sexual logre identificar los deseos de perdón que nacen por opción propia, por sus propios valores de los impuestos por el perpetrador, la familia, o la sociedad.
INTERVENCIÓN CON PERPETRADORES DE ABUSO SEXUAL Desde el enfoque narrativo, hallamos la intervención propuesta por Alan Jenkins, Rob Hall y Maxine Joy (2003), de intervención con perpetradores de abuso sexual. Ésta tiene relación con el entendimiento, por parte de éstos, de la experiencia y efectos del abuso en la víctima. Esta perspectiva está informada por una comprensión del contexto político en que sucede el abuso y de un aprecio de la necesidad de ser completamente responsable ante las experiencias negativas, y sus respectivos efectos, de la víctima. Por lo tanto, el trabajo con el perpetrador implica la aceptación de su responsabilidad y la restitución de sus acciones, todo centrado no desde las perspectivas de él mismo, y sus necesidades, como en el caso del trabajo con la víctima, sino que desde “el otro”, en este caso, desde la víctima. Este proceso terapéutico se divide en tres partes (en Jenkins, Hall & Joy, 2003). El primero tiene relación con el Reconocimiento de los efectos del abuso en donde se invita a los perpetradores a realizar un compromiso para hacer frente a la responsabilidad por intentar comprender y respetar los sentimientos de la víctima producto del abuso. En este momento se insta
112 a que el perpetrador acepte su total responsabilidad por los efectos del abuso, esto a través de conversaciones donde se analicen algunas creencias culturales que puede compartir el perpetrador y que pueda estar utilizando de justificación, como por ejemplo afirmar que las mujeres constantemente seducen a los hombres al utilizar ropa escotada o que los hombres responden a impulsos innatos a los cuales no pueden negarse (Jenkins, Hall & Joy, 2003) Se invita también a enfrentar los sentimientos de vergüenza y remordimiento por los efectos del abuso sobre las víctimas y se inician conversaciones en donde se discute de la posibilidad de no poder volver a tener contacto con la víctima. En la segunda etapa de la Restitución se continúa enfatizando sobre los sentimientos de la víctima y en el reconocimiento de la total responsabilidad del hecho abusivo y sus efectos adversos en la vida de la víctima, entendiendo el impacto de abuso en ésta. En este punto se fomentan las conversaciones acerca del poder que él ejercía en la situación de abuso, por lo tanto de la política de la situación abusiva, explorando además las intenciones que tenía él con este tipo de acciones. Se abren en este punto caminos de conversación acerca del carácter imperdonable de la conducta abusiva, así como que las condiciones del perdón son fijadas por la víctima y no por el perpetrador, por lo tanto se crea una restitución incondicional. Esto tiene relación directa con lo que ocurre a menudo cuando los hechos de abuso sexual se hacen públicos, pues aquellos que lo perpetraron tienen con frecuencia reacciones que incluyen una preocupación por el perdón, por la posible pérdida de sus relaciones, con el objeto de conservar su imagen social o pública, desde un punto de vista egocéntrico, por lo que estos sentimientos pueden confundirse con el de remordimiento. Por lo tanto los terapeutas pueden hacer preguntas acerca de las motivaciones a la restitución y la resolución, englobando un trabajo que vaya más allá del compromiso por parte del perpetrador, sino que hacia una Restitución, conversando acerca de valores que mantengan el compromiso enfocado en el descubrimiento de los efectos negativos del abuso en la vida de la víctima y de su total responsabilidad de ello. Finalmente en la última etapa identificada como de Resolución. En ésta se plantea la necesidad de que para que exista una reconexión y/o posible reconciliación con la víctima,
debe existir una restitución real. Para ello, es imprescindible que también debe cesar la situación abusiva, puesto que el abuso permanente puede destruir la confianza y el deseo de reconciliación por parte de la víctima. Desde el enfoque interventivo de Alan Jenkins (Jenkins, Hall & Joy, 2003) se persigue el cambio desde la perspectiva egocéntrica del perpetrador, que se condice con los discursos culturales acerca de las condiciones en que se da el abuso, la responsabilidad por ello y su resolución, hacia una perspectiva centrada en la víctima y en los efectos adversos para ella provocados por el abuso. Este proceso se relaciona con el compromiso y la comprensión de la necesariedad de este cambio, deconstruyendo (White, 1991) las justificaciones del perpetrador ante las conductas abusivas y comprendiendo los efectos negativos de estas conductas hacia la víctima, para lograr una posible reconciliación con la víctima. No obstante, ante esto último, se considera siempre en primera instancia la voluntad de la víctima ante el perdón, las condiciones de éste, y la posible reconciliación.
CONCLUSIONES A lo largo de la presente monografía se plantea que la terapia narrativa es un desarrollo situado históricamente en los últimos desarrollos de la terapia familiar. El enfoque narrativo se caracteriza por un énfasis en las fortalezas de los consultantes, la visión del consultante y terapeuta como socios involucrados en un proceso de enriquecimiento de relatos y experiencias mutuo, la adaptación a una aproximación construccionista del significado que da relevancia al contexto sociolingüístico y el énfasis en la narrativa o forma de relato del significado. Las aproximaciones desde la terapia narrativa están informadas por el pensamiento postestructuralista. Desde aquí se concibe a las personas como seres interpretativos que le dan sentido a su experiencia y a su vida. De esta forma, las construcciones lingüísticas conocidas como narrativas son vistas como centrales en el proceso de adscripción de significado, resultando una relación de ayuda que es construida para aliviar los problemas que son resultado de
113 narrativas que involucran creencias o interpretaciones que restringen a una persona en el logro de sus metas o preferencias. Como un marco de trabajo para la intervención con consultantes, la terapia narrativa guía a los practicantes en el arte de detectar, realizar la reautoría y fomentar patrones de conducta y pensamiento que los liberen de las formas previas de relatos improductivos y totalizantes (White & Epston, 1993). Tomando en cuenta esto, en relación a la intervención con víctimas de abuso sexual; la técnica utilizada es “la declaración de posición en el mapa”; la cual se basa en buscar acontecimientos extraordinarios, para que emerja un relato alternativo que describa rica y densamente las experiencias de la víctima, y así se relacione con la construcción de identidad de éstas. Para lo anterior, se plantean cuatro pasos: (1) construcción de una definición externalizada del problema (2) mapeo de los efectos del problema (3) evaluación de los efectos (4) justificación de la evaluación. Esta técnica, se centra en la experiencia y conocimientos de las víctimas; mas allá de los efectos negativos que conlleva el abuso (vergüenza, culpa, ansiedad, etc.). De esta manera, son las propias víctimas las que eligen el curso de sus vidas; generando agencia y compromiso en sí mismas. Además se les invita a comprometerse políticamente con la experiencia abusiva, lo cual permite la desculpabilización, y la resignificación del episodio abusivo. Cabe destacar, que desde esta intervención, el terapeuta adopta una posición respetuosa de escucha atenta, creando un espacio para el surgimiento del relato. Considerando que las intervenciones revisadas en la presente monografía, desde el enfoque narrativo proponen adoptar una postura de un particular interés por las narrativas personales y su significado con base en el contexto sociohistórico, cultural y político de las personas, el trabajo de intervención con perpetradores, en particular, invita a éstos a revisar y evaluar los argumentos (y causas) que ellos atribuyen a los episodios de abuso, con la intención de formular posturas en donde asuman su responsabilidad ante los hechos y la posibilidad de que no exista un perdón parte de la víctima. Desde nuestro punto de vista, esto es de vital importancia, porque responde alternativamente a las creencias
culturales existentes, con respecto al perdón, en nuestra sociedad, y que también son abordadas desde la intervención con las víctimas.
DISCUSIÓN En la presente monografía se han presentado los antecedentes de desarrollo histórico y conceptual de una perspectiva que representa, en una de sus líneas de desarrollo, un fuerte compromiso con el propósito de terminar con la violencia y el abuso sexual. El trabajo que se delinea desde las intervenciones expuestas en la presente monografía representa una aproximación al trabajo complejo y político que involucra la promoción de los derechos y el bienestar de aquellas y aquellos que han sido víctimas, así como la responsabilidad y compromiso respetuoso que buscan las intervenciones que involucran a aquellos y aquellas que han sido perpetradores de abuso sexual. Las intervenciones desde el enfoque narrativo plantean asumir una postura de interés genuino por el significado personal inscrito en las narrativas personales que poseen una base social y política. Desde aquí, el trabajo de intervención se concibe como parte del proceso para poder iniciar la inmersión y rescate de relatos que enfaticen la supervivencia y valía experiencial de los que han sido victimizados, así como el compromiso con la igualdad y la justicia con los que han sido perpetradores. Desde nuestro punto de vista, un abordaje y/o intervención en materia de abuso sexual, debiera tomar en cuenta tanto el trabajo con las víctimas, así como el trabajo con perpetradores. Esto tomando en cuenta que las intervenciones tienen como intención un trabajo que vaya más allá del compromiso por parte del perpetrador, con respecto a su responsabilidad y la toma de conciencia con respecto a las políticas relacionales en donde se produjeron las situaciones de abuso, sino que hacia una Restitución (Jenkins, Hall & Joy, 2003), enfatizando aquellos valores que mantengan el compromiso enfocado en el descubrimiento de los efectos negativos del abuso y con la necesidad de que se produzca un cambio de perspectiva
114 (deconstruyendo sus justificaciones ante las conductas abusivas y comprendiendo los efectos negativos de esas conductas en la vida de la víctima, para el logro de una posible reconciliación con la víctima y para evitar futuras situaciones de abuso con otras posibles víctimas.
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116
III. APROXIMACIONES METÓDICAS PARA LA INVESTIGACIÓN Y LA REFLEXIÓN CLÍNICA
117
¿RECONCILIACIÓN DE PAREJA TRAS LA VIOLENCIA CONYUGAL? SIGNIFICADOS PRESENTES EN LOS RELATOS SOBRE RECONCILIACIÓN EN MUJERES QUE HAN SIDO VÍCTIMAS DE VIOLENCIA CONYUGAL Y HAN CONCLUIDO UNA INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA1 Francisco Romero Cabrera2, Melody Smith Aguirre3, Andrés Sepúlveda Díaz4, Pilar Valle Silva5 y Erick Sepúlveda Córdova6 RESUMEN La presente investigación se enmarca dentro de los estudios de violencia conyugal, particularmente en el tema de la reconciliación de pareja. Su objetivo principal es analizar los significados presentes en los relatos acerca de la reconciliación de pareja en mujeres que han sido víctimas de violencia conyugal y han concluido una intervención terapéutica. Se utiliza una metodología de tipo cualitativa, que contempla como técnica de recolección de datos a la entrevista narrativa de Jovchelovitch y Bauer (en Bauer 2002), y como método de exploración de los resultados el análisis narrativo de McLeod (2000). A partir de los análisis desarrollados se concluye que la reconciliación tiene un sentido de recuperación del romanticismo en la pareja, romanticismo que se logra con posterioridad al establecimiento de una relación de amistad; lo que a su vez permite la restitución de la confianza, el dialogo y otros puntos en común. Estos significados se conectan con discursos sociales sobre la maternidad, el amor romántico y el género. Asimismo estas historias se muestran relevantes en los procesos de configuración de la identidad y en las actuaciones o performances desplegadas por las participantes. Palabras Claves: Violencia Conyugal, Violencia de Pareja, Reconciliación de Pareja
¿RECONCILIACIÓN TRAS LA VIOLENCIA CONYUGAL? Es sólo 1 después 2 de 3 la 4 segunda 5 mitad 6 del siglo XX que la violencia conyugal comienza a ser vista
1
La presente investigación fue presentada en modalidad poster en el Primer Congreso Internacional de Psicología jurídica y forense. Evaluación psicológica forense y perfiles criminales (Agosto 2010). ASOCIACIÓN CHILENA DE PSICOLOGÍA JURÍDICA Y FORENSE. 2 Psicólogo Universidad de Valparaíso. Estudiante de Magíster en Psicología Clínica mención Psicoterapia Constructivista y Construccionista. Universidad de Valparaíso. Psicólogo Centro Trafun, ONG Paicabí.
[email protected]
como un problema social. Este cambio es motivado por las propias mujeres, especialmente por aquellas ligadas a movimientos feministas (Castaldi, 2003; Maqueda, 2006). Particularmente en Chile es con el regreso de los gobiernos democráticos que la violencia conyugal es estudiada por organismos estatales, específicamente por el SERNAM, quien promueve la formación de una legislación adecuada para enfrentar este fenómeno (Araujo, Guzmán y Mauro, 2000). Hasta el momento y 3
Psicóloga Universidad de Valparaíso, Postítulo Intervención en Violencia Intrafamiliar y Abuso Sexual Infantil. Psicóloga DAM Pilleltu, Valparaíso 4 Psicólogo Universidad de Valparaíso. 5 Psicóloga Universidad de Valparaíso. 6 Psicólogo Universidad de Valparaíso.
118 desde una apreciación cuantitativa las investigaciones desarrolladas en nuestro país señalan que existe violencia conyugal en el 23% de las relaciones de pareja (MINSAL, 2004). Asimismo 1 de cada 3 mujeres experimenta violencia física además de maltrato psicológico (SERNAM, 2001 en Aliaga, Ahumada y Marfull, 2003). Para poder enfrentar este fenómeno y prevenir sus repercusiones se han construido múltiples teorías, diseñadas para favorecer la comprensión del problema y fundamentar intervenciones eficientes. Entre las aproximaciones más conocidas destacan planteamientos desde la teoría feminista y desde la noción de mantención de un ciclo de violencia (Walker, 1979; Contreras, 2007); desde un punto de vista sistémico (Perrone y Nannini, 1998; Ravazzola, 1997); sociocultural (Corsi, 1995) o incluso perspectivas posestructuralistas (White, 1994). Pese a la cantidad y diversidad de estos enfoques, el estudio de la reconciliación de pareja en hombres y mujeres que han vivido violencia conyugal ha sido ignorando. Presentandose dos dificultades relevantes en su legitimación como un tema de investigación necesario. La primera dificultad apunta al desconocimiento existente sobre el tema y la segunda dificultad radica en la problematización y patologización de los deseos de reconciliación. Detallamos estos puntos a continuación: 1) DESCONOCIMIENTO DE LA RECONCILIACIÓN EN PAREJAS QUE HAN VIVIDO VIOLENCIA CONYUGAL: En situaciones de violencia conyugal muchas mujeres deciden romper la relación y separarse de su agresor (Wileman y Wileman, 1995), a veces esto ocurre luego de muchos años o cuando los hijos ya han crecido (OMS/OPS, 2003). Los factores más importantes que llevan a las mujeres a separarse son: La mayor gravedad de la violencia, el convencimiento que el compañero no cambiara, las consecuencias negativas en los hijos y el apoyo de la familia y los amigos (Sagot, 2000; OMS/OPS, 2003). Sin embargo y así como muchas mujeres deciden separarse, muchas otras retoman las relaciones
luego de romperlas (Hilbert y Hilbert, 1984; Schutte, Malouff y Doyle, 1988; Strube, 1988; Sagot, 2000; OMS/OPS, 2003; Griffing et al. 2002), mientras que otras mujeres manifiestan deseos de permanecer con su pareja si el maltrato termina (Wileman y Wileman, 1995; Echeburúa y de Corral, 2002). A pesar de esos hallazgos, son pocos los autores que han hecho referencia a la posibilidad de reconciliación en parejas que han vivido violencia conyugal. Si bien algunos planteamientos consideran la posibilidad del reencuentro en parejas que han vivido violencia (Echeburúa y del Corral, 2002; Machuca, 1996, 2001) ninguno de ellos es suficientemente claro para definir el proceso de reconciliación. Ocasionalmente se señala la reconciliación dentro de “alternativas de solución” (Machuca, 1996, 2001) o se establece como una estrategia de afrontamiento “analizar las posibilidades reales de solucionar el problema conyugal de convivencia” (Echeburúa y del Corral, 2002; p. 55). Sumada a esta falta de detalles sobre la reconciliación, también se encuentra la carencia de investigaciones desarrolladas para dar cuenta de los resultados de estas intervenciones “alternativas, además de las experiencias personales vinculadas a la reconciliación de pareja. Las pocas investigaciones que se han centrado en el reencuentro de parejas que han vivido violencia, señalan que factores externos como la limitación económica, una larga relación con el abusador (Horton y Johnson, 1993; Strube y Barbour, 1983), las presiones de la familia o del bienestar de los hijos (Griffing et al., 2002), y otros factores internos como la subestimación de su vulnerabilidad (Martin et al., 2000), el temor a un aumento de la violencia, la percepción de sufrimiento y arrepentimiento de sus agresores, permiten explicar la decisión de las mujeres por regresar con sus parejas (Griffing et al, 2002). Sin embargo estas investigaciones reconocen falencias como centrarse en aspectos externos más que en los internos de la decisión de regresar, y en olvidar el análisis de la interrelación y complejidad de los factores que llevan a esa decisión (Griffing et al., 2002). 2) PROBLEMATIZACIÓN Y PATOLOGIZACIÓN DE LOS DESEOS DE RECONCILIARSE EN
119 PAREJAS QUE CONYUGAL:
HAN
VIVIDO
VIOLENCIA
Es posible también considerar las maneras en que los lineamientos teóricos e intervenciones desarrolladas optan por “patologizar” los deseos de volver a estar juntos. De ese modo podemos reflexionar como los primeros planteamientos de la teoría del ciclo de la violencia (Walker, 1979) y las interpretaciones mantenidas desde esas ideas originales ven en los periodos de reencuentro de la pareja formas de perpetuar la dinámica violenta. Específicamente en esta etapa de “Luna de Miel” se señala que el hombre se arrepiente y pide perdón, mientras que la mujer en el intento por rescatar sus expectativas y el esfuerzo emocional le cree. Incluso otros autores han optado sencillamente por re‐bautizar ésta etapa con el nombre de “Fase de Reconciliación” (Morales, 2005; Aliaga, Ahumada y Marfull, 2003). Otras investigaciones han problematizado la reconciliación estudiándola desde un punto de vista del riesgo, intentando identificar los “factores de riesgo de la reunificación” (Griffing et al., 2002). En tanto terceros investigadores directamente indican en sus programas terapéuticos “Parece claro que albergar posibilidades de reconciliación aunque sea total o parcialmente debiera estar contraindicado” (Echauri, Romero y Rodríguez, 2005. p. 3). Asimismo otros planteamientos teóricos ven en los deseos de la mujer por mantener la relación junto al varón que causa su sufrimiento una situación paradójica similar al “Síndrome de Estocolmo” (Síndrome de Estocolmo Domestico), dentro de estos modelos el objetivo terapéutico radica en desactivar los vínculos paradójicos y abrir posibilidades a los procedimientos legales y asistenciales; los deseos femeninos de continuar la relación son entendidos en definitiva como resultado de desestabilizaciones del juicio y el razonamiento femenino derivadas del trauma (Montero, 2001). El problema de estas concepciones teóricas, tanto de aquellas que abordan la reconciliación con poco detalle como aquellas que se inclinan por problematizarla, es que sus definiciones de la violencia, sus prioridades y sus visiones patológicas del reencuentro corren el riesgo de imponerse a las vivencias
subjetivas del fenómeno y a los deseos personales. En concordancia con esto, actualmente existe evidencia que algunas mujeres que han vivido violencia conyugal consideran que no han sido ayudadas en la dirección que ellas mismas desean ser ayudadas, por ejemplo señalando que además de apoyo emocional las mujeres esperan adquirir capacidad para lograr equilibrio de poder en sus relaciones de pareja; o necesitan romper la relación sentimental, en tanto otras mujeres plantean que en realidad quieren permanecer con su pareja siempre que cese la violencia (Wileman y Wileman, 1995). Igualmente, ignorar que las parejas deseen continuar juntas no es coherente con la evidencia en la que entre un tercio y la mitad de las mujeres que buscan ayuda continúan viviendo con sus compañeross (Echeburúa, Amor y de Corral, 2002; Feazell, Mayers y Deschner, 1984; Pudrí y Nickle, 1981; en Echeburúa, de Corral, Fernández‐Montalvo y Amor, 2004; Griffing et al., 2002). Lo anterior conduce a un cuestionamiento por los modos en que los terapeutas y sus teorías, o incluso los programas gubernamentales en el ámbito social y de salud; se imponen a las particularidades, transformando los significados personales o censurándolos.
PENSAR EN RECONCILIACIÓN
LA
Desde una perspectiva sociopolítica la reconciliación se ha entendido como una acción de concordar elementos que estaban desunidos, una forma de proporcionar las condiciones para que sea restituido el sentido de las cosas y el sentido de la justicia, apartando la violencia, el odio y el rencor (Loperz, 2006). En terapia de pareja la reconciliación se ha concebido como el intento de restablecer la confianza, recuperar la seguridad y abandonar la rabia y el enojo; además de suponer una reorganización de la relación (Sarquis, 1993). Para Fernando Coddou y Carmen Luz Méndez (2002) el conflicto en la pareja desaparece en cuanto se abandonan las conversaciones de culpabilización mutua y los miembros son capaces de hacerse cargo de sus responsabilidades personales por lo ocurrido en la relación.
120 Específicamente para la reconciliación en parejas que han vivido relaciones violentas, Echeburúa (2002, 2004) considera relevante el tratamiento de los hombres maltratadores, y especialmente una intervención que contemple para ambos miembros de la pareja el entrenamiento en asertividad y en habilidades sociales y de comunicación. En tanto, Luisa Castaldi (2003) en su artículo “Violencia en la pareja: la utilidad de una contextualización cultural” construye una reflexión acerca de la reconciliación en parejas que presentan dinámicas violentas “es un proceso lento y delicado, que se basa sin duda sobre el reconocimiento de las responsabilidades en las acciones cometidas, del daño provocado al otro, pero sobre todo, desde mi punto de vista, en la recuperación de los aspectos comunes, que muchas veces conciernen justamente los ribetes más dolorosos…” (p. 91). Un último análisis de las definiciones y reflexiones antes presentadas, incluyendo las definiciones de reconciliación en terapia de pareja, los conocimientos parciales de reconciliación en parejas que han vivido violencia y los planteamientos de intervención que dejan lugar a la posibilidad de reconciliación; permite pensar en dos elementos comunes en la reconciliación de hombres y mujeres que han vivido violencia conyugal. Por un lado, la tarea de responsabilización, es decir, el logro de una comprensión en torno a los actos realizados y las consecuencias dañinas de estos. Y por otra parte, el restablecimiento de un espacio de afecto, confianza y seguridad en el abandono de la violencia.
PREGUNTA Y OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN Estudiar el fenómeno de la reconciliación de pareja en mujeres que han vivido violencia conyugal es relevante al resultar una preocupación que proviene de los propios actores sociales (Wileman y Wileman, 1995; Echeburúa, Amor y de Corral, 2002; Griffing et al., 2002). Esto, más el vacío de conocimiento sobre el tema, permite validar la pregunta de esta investigación: ¿Cuáles son significados presentes en los relatos acerca de la reconciliación en mujeres que han culminado un proceso terapéutico por violencia conyugal y se
reconciliaron? Comenzando con esta pregunta central podemos derivar otras interrogantes. Todas estas pretensiones son asumidas en los siguientes objetivos: Objetivo General: Analizar los significados presentes en los relatos acerca de la reconciliación de pareja, en mujeres que han experimentado violencia conyugal, y concluido un proceso terapéutico. Objetivos específicos: 1) Analizar de qué manera las mujeres significan y experimentan los modos en qué terceras personas perciben e interpretan sus deseos e intentos de reconciliación. 2) Analizar la relación que establecen las mujeres entre sus historias de violencia‐ reconciliación y la configuración de sus identidades. 3) Identificar las narrativas culturales presentes en los relatos y en la producción de significados acerca de la reconciliación de pareja.
METODOLOGÍA CUALITATIVA El estudio de la subjetividad desde la metodología cualitativa significa una noción del conocimiento como fenómeno constructivo, interaccional y singular (González Rey, 2000a). El abordaje cualitativo de esta investigación se justifica al considerar que este tipo de metodología permite una tarea critica‐reflexiva y da cuenta de la dimensión local de las experiencias de los sujetos dentro de los diferentes universos sociales (González Rey, 2000b). en ese sentido, este enfoque ayuda a entender los fenómenos y hace emerger elementos novedosos en el debate (Taylor y Bogdan, 1992; Sagot, 2000). Precisamente nuestra investigación se dirige a estudiar uno de estos elementos no considerados totalmente en el debate.
TÉCNICA DE RECOLECCIÓN DE DATOS: LA ENTREVISTA NARRATIVA Como técnica de recolección de datos se utilizó la entrevista narrativa. Esta entrevista contempló una etapa de preparación y cuatro fases de aplicación (Jovchelovitch y Bauer 2000 en Bauer et al., 2002).
121 Fase 1 “Iniciación”, las entrevistadas otorgaron su consentimiento y a continuación se les explicó el procedimiento de la entrevista narrativa. Fase 2 “La Narración Principal”, para desencadenar las narraciones principales se utilizó en una primera entrevista el tópico de “la historia completa de pareja” y en una segunda entrevista “la historia de separación y reconciliación”. Para apoyar la introducción a los temas se utilizaron líneas de tiempo. Fase 3 “Fase de Interrogatorio”, cuando la narración llegó a su coda se inició la fase de interrogatorio. Se preguntaron sólo cuestiones relativas a eventos temporales, utilizando las propias palabras de las participantes. Fase 4 “El Establecimiento de Hablar” al finalizar las entrevistas se realizó una pequeña charla. Sólo durante esta fase se permitió que el entrevistador utilizara preguntas sobre la opinión y atribución. Estas 4 fases se llevaron a cabo divididas en 3 entrevistas por cada participante.
Katherine pertenece a un estrato socioeconómico medio. Tiene escolaridad de enseñanza media completa. Con respecto a la violencia, Katherine vivió violencia conyugal de tipo psicológica, física y económica. La violencia fue judicializada e incluyó terapia psicológica para su pareja. Katherine estuvo separada durante un período de 9 meses.
ANÁLISIS DE DATOS: ANÁLISIS NARRATIVO La técnica de análisis utilizada es el análisis narrativo de John McLeod (2000). Además, y en concordancia con los objetivos específicos de esta investigación, incluimos un paso de análisis exclusivamente orientado a explorar la identidad. El análisis desarrollado implicó 3 fases, cada una con pasos a seguir. Fase 1: Análisis Preliminar: Paso 1. Lectura e Inmersión. Paso 2. Identificar Historias.
PARTICIPANTES
Paso 3. Identificar Tópicos.
Se trabajó junto a dos mujeres que se habían reconciliado con sus parejas luego de vivir violencia conyugal y participaron de una intervención terapéutica como víctimas de la violencia en centros del SERNAM. Las participantes son 2 mujeres, Gabriela y Katherine.
Paso 4. Resumen de las Historias y Secuencias. Incluimos una elaboración de la estructura de la narración (Lavob 1972 en Riesmann, 2003) y la generación de un titulo para cada historia, además de una línea temporal para el relato total (McLeod, 2000).
Gabriela es una mujer de 34 años, que mantiene una relación de pareja como conviviente con Ale desde hace 10 años. Con él tiene una hija de 9 años. Gabriela pertenece a un estrato socioeconómico medio y trabaja como dueña de casa. Tiene escolaridad de enseñanza media completa y estudios universitarios incompletos. Con respecto a la violencia, Gabriela vivió violencia conyugal de tipo psicológica y física. Nunca la violencia fue judicializada. Gabriela estuvo separada de su pareja durante el período de un mes.
Paso 5. Construcción de una Representación en su Conjunto. Fase 2. Microanálisis: Paso 6. Seleccionando Segmentos del texto para el Microanálisis. Paso 7. Transformación del Texto en Estrofas. Paso 8. Identificación de “Voces”. Paso 9. Identificar el Uso Figurativo del Lenguaje.
Katherine es una mujer de 39 años, que mantiene una relación de pareja como conviviente con Roberto, desde hace 16 años. Con él tiene dos hijos, de 16 y 8 años. Actualmente Katherine se desempeña como dueña de casa y trabaja como vendedora independiente.
Paso 10. Analizar la Estructura de la Historia. Paso 11. Identificación de las Narrativas Culturales.
122 Paso 12. Análisis de la Identidad Narrativa. Tomamos elementos de Dan McAdams (1993, 1996, 2001, 2008) sobre el análisis de la identidad en narraciones de eventos vitales (tono emocional, temas motivacionales, auto‐caracterizaciones), y otras ideas provenientes del análisis performativo de la identidad (Riessman, 2008). Aclaramos que no existen un procedimiento estricto sobre la ejecución de estos análisis y siempre es posible la combinación de los enfoques (Riessman, 2003, 2008). Fase 3: Comunicación de los Resultados.
CONCLUSIÓN Y DISCUSIÓN Presentamos nuestras conclusiones divididas en 3 puntos: 1) Significados acerca de la reconciliación. 2) Narrativas culturales presentes en los relatos. Y 3) Logros de identidad configurados en las historias. 1) SIGNIFICADOS RECONCILIACIÓN
ACERCA
DE
LA
Son diversos los aspectos que las mujeres manifiestan al dar cuenta de sus historias de reconciliación. Griffing et al. (2002) han desarrollado una lista de factores a partir de los elementos reportados como relevantes en entrevistas con más de 100 mujeres que regresaron con sus parejas luego de vivir violencia, estos factores fueron agrupados en 8 categorías. Nosotros recogemos algunos de estos elementos y los discutiremos como “contenidos” de las historias, además incluiremos nuevos contenidos. Contenidos que ayudan a dar sentido y significado a la reconciliación. El primer contenido es el remordimiento del agresor, este es un aspecto presente en las dos historias, particularmente se hace manifiesto en momentos posteriores a la separación y se intensifica en momentos muy cercanos a la reconciliación. Sin embargo este arrepentimiento no se relaciona explícitamente con las agresiones o actitudes violentas, sino que se vincula principalmente al hecho de abandonar la familia, permitir que la separación sucediera o sobre otras acciones que dañaron la relación. Estas muestras de
remordimiento son significativas en las historias pues son vistas como señales de entendimiento de las dificultades de la pareja. Gaby expresa esa relevancia “yo encontré súper sensato todo lo que él me decía ¿cachay? o sea en realidad él me decía exactamente lo que yo quería escuchar ¿cachay? se arrepentía de las cosas que yo quería que se arrepintiera” (Gaby, Historia 9). En tanto Katherine reporta una revisión histórica por parte de su pareja de sus faltas: “veía que él se daba cuenta en qué se había equivocado, que aquí ni siquiera fue solamente que él me puso el gorro, que fue lo que detonó la separación… pero él era capaz de darse cuenta de que la cosa venía de antes” (Katherine, Historia 11). Particularmente al arrepentimiento por la violencia en ambas narraciones no es explicitado, y la carencia manifiesta de ese arrepentimiento tiene significados distintos en la actualidad. Para Katherine esto no es relevante hoy en día, a diferencia de Gaby que realiza un juicio señalando que esto es algo pendiente y necesario “En ningún minuto era como, pucha en realidad, la embarré, nunca lo he visto de esa manera a él. Yo pienso que si uno reconoce los errores que tiene es porque quiere de alguna manera enmendarlos, entonces yo pienso que sería un paso adelante.” (Gaby, Historia 10). Aunque esta diferencia en torno a la relevancia del arrepentimiento puede relacionarse a que la pareja de Gaby no ha participado de una intervención terapéutica. Precisamente Katherine describe la importancia que ha tenido la ayuda terapéutica para ella y su pareja: “yo creo que es que con todo lo de terapia que hemos ido, con todo lo que hemos aprendido a trabajar el tema de las emociones y todo, uno puede llegar a entender cómo pasan las cosas…” (Katherine, Historia 13), ciertamente es en el proceso terapéutico que Katherine ubica un nivel de comprensión de su pareja. Por otro lado para Gaby, si bien su pareja no participó de una intervención, la ayuda terapéutica representa una necesidad actual y fundamental “que el Ale cambie esas cuestiones que yo necesito que cambie ¿cachay?, que el Ale se haga un tratamiento psicológico, que vaya, que se haga ver, que tenga fuerza de voluntad.” (Gaby, Historia 10).
123 Otro elemento presente en las historias analizadas es el sufrimiento o malestar de los hombres. Luego de la separación, este sufrimiento permite posicionar al varón en un rol de víctima. Las historias poseen reiteradamente descripciones ricas en esos aspectos. Ya sean descripciones de escenarios negativos para el hombre, donde ellos son ubicados en contextos deficitarios “yo, ya después cada vez que le pasaba algo, él me llama o alguien me llamaba a mí para que lo fuera a ver, porque de repente tenía como crisis de angustia, que lloraba; una vez se intentó colgar, otra vez cayó preso por andar leseando en la calle” (Katherine, Historia 9). O utilizando descripciones de las acciones desesperadas que reclaman ayuda o evidencian esa necesidad “Entonces era como todo el rato hacerme sentir culpable, ni siquiera te digo, porque el Ale no es de muchas palabras, ni siquiera era que me lo decía, que me lo verbalizaba; sino que con su actitud, que se paraba delante de mí, se ponía a llorar inmediatamente...” (Gaby, Historia 8). Este sufrimiento en la pareja, ya sea que provenga del contexto o de intentos de manipulación, tiene efectos en las mujeres. En ese sentido, la reconciliación surge a partir de un escenario de atender al “agresor‐victima”, cuidándolo, enseñándole o protegiéndolo. En concordancia con esto, Katherine describe algunas de sus acciones de ayuda “Me acuerdo que Roberto estuvo mal. Que a veces lloraba en la noche, que no podía dormir, que le daba como crisis pánico. Entonces a veces yo iba a la cama y me acostaba al lado de él y lo abrazaba, y le decía cosas para que se tranquilizara.” (Katherine, Historia 9). Gabriela también detalla sus actos de ayuda, incluso al describir la finalidad que tenía para ella el taller de mujeres del que participó “como que yo sabía en el fondo que yo estaba en este taller para ayudar, para ayudar al Ale, más que para ayudarme a mí.” (Katherine, Historia 7). A pesar de la existencia de esta intención de ayudar y el carácter moral del relato, la reconciliación no es un acto de caridad. Lo que se establece como un acto de socorro y ayuda es dar la posibilidad de estar juntos, restableciendo las conversaciones o permitiéndose estar en el mismo espacio, pero no se posibilita intencionalmente en esa ayuda un encuentro romántico. La ayuda sólo permite el restablecimiento de otra clase
de relación: Un espacio de amistad. Tal como lo señala Katherine “Y yo no tenía…o sea ni nada en mi mente de volver con Roberto ni nada. Pero sí ya tenía una relación con él, una relación de amistad. Y lo veía mal y él pasaba de repente pasaba más tiempo en mi casa y eso” (Katherine, Historia 7). Gabriela también explicita esa relación de amistad previa a la reconciliación: “Era súper agradable además así, ¿me entendi’?, sin tener ningún tipo de relación entre nosotros, la relación que había era como de papás de la Antonia y como amigos, súper amigos, ¿cachai?…” (Gaby, Historia 9). Creemos que tanto el arrepentimiento de los hombres como el establecimiento de un espacio de amistad evidencian en los relatos y en las experiencias subjetivas de las mujeres la recuperación de un espacio de confianza. Para ambas participantes es particularmente relevante la recuperación de espacios de conversación y la recuperación del placer de estar juntos. Tal como lo describe Katherine “Mucha conversación, o sea eran horas y horas y horas de conversación. Yo creo que nunca habíamos hablado tanto de todos los años que llevábamos juntos” (Katherine, Historia 11), y tal como lo señala Gabriela “Podíamos conversar, hablar de todo, era… se porto, pero maravilloso (...) Entonces se quedaba a tomar once, después se quedaba más rato, nos quedábamos conversando…” (Gaby, Historia 9). Dentro de estos temas de conversación suceden diálogos sobre la relación y el arrepentimiento por los errores cometidos, tal como fue antes detallado. Es a través del establecimiento de la amistad y la recuperación de la confianza y el dialogo que sucede lo que en términos de Griffing et al., (2002) sería un retorno del apego emocional. En los dos casos analizados se trata de amistad que luego da paso a la recuperación del amor de pareja o amor romántico, y es este cambio lo que da otros significados a la reconciliación. Gaby explicita “Porque, porque, la verdad es que la relación se volvió a reencantar, o sea se reencantó. Lo que pasa es que los sentimientos nunca se murieron; a pesar de los episodios de violencia, de las peleas y todo, y nos separamos, ¿cachai?... había cariño, había amor también” (Gaby, Historia 9), Katherine también lo señala durante el momento previo a la reconciliación “Empecé a sentir digamos nuevamente lo que siempre había sentido por él. Que no fue lo que me pasó las veces anteriores en
124 que yo estoy acostada al lado de él y no me pasaba nada. (…) Ahí sí. Ahí yo empecé a sentir… la… la misma sensación… el mismo cosquilleo… ehm no sé po’ de rico que estar con él.” (Katherine, Historia 12). Los significados asociados a esto ven la reconciliación como un efecto de la recuperación del amor romántico y también de las acciones de “reconquista” masculina en contraste a la pasividad femenina. Las acciones de reconquista masculinas son explicitadas por ambas participantes. En las dos historias se detallan dos momentos para los intentos de regresar por parte de los hombres. Primero ocurre un periodo donde estos intentos son infructíferos y desagradables, y tras la recuperación de los espacios de conversación, se da un segundo momento en el que los intentos son agradables y eficaces. En el caso de Gaby las acciones de reconquista son descritas de modo reiterado en las narraciones “venia con pastelitos, con chocolates, con flores y toda la cosa… ¿cachai?... Entonces todo era como, como tratando de reconquistarme ¿cachai?… Y como ya no le estaba resultando mucho esa táctica comenzó a hacerse la víctima…” (Gaby, Historia 8). Finalmente Gabriela señala: “Entonces él hizo todo lo posible por reencantar la relación y, y lo logró…” (Gaby, Historia 9). Del mismo modo, Katherine dedica muchos segmentos a describir las acciones de su pareja “hacía todo para que me sintiera bien y vivía comprándome regalos y vivía haciendo todo para que yo… o sea yo no alcanzaba a decir quiero esto y él ya lo tenía ¿cachay? Sumamente romántico… esos pequeños detalles que para uno son importantes.” (Katherine, Historia 11). Tal como se puede observar en las citas anteriores son los varones quienes despliegan las acciones en busca de la reconciliación, las mujeres adoptan una actitud pasiva limitándose principalmente a evaluar si aceptan o no las intenciones masculinas. En las historias de reconciliación también resulta fundamental el rol de terceros personajes. Griffing et al (2002) han denominado a uno de sus factores como presión de terceros. Ambas participantes hacen visible la presencia de los hijos como terceros involucrados en la relación y como personajes de mucha importancia. Los hijos adoptan tres roles relevantes 1) Víctimas de la separación, 2) Medios para la reconciliación, y 3) beneficiarios de la reconciliación.
El primer rol de los hijos, “víctimas de la separación”, es frecuentemente detallado por Gaby, resulta muy claro el siguiente extracto sobre su hija: “Yo la vi mal porque ella empezó a deprimirse, anda irritable, se enoja por cualquier cosa y se enfurece y no verbaliza nada…” (Gaby, Historia 9). En tanto Katherine también hace referencia a los efectos de la separación en sus hijos: “yo creo que los niños, fueron fundamental porque ellos la sufrieron mucho, la pasaron mal, echaron de menos a su papá.” (Katherine, Historia 13). El segundo rol de los hijos como “medios para la reconciliación”, apunta a analizar el modo en qué ellos son utilizados por los hombres para garantizar cercanía, intimidad, dialogo o evidenciar cambios hacia las mujeres. Las visitas a los hijos son oportunidades especiales para poder ver a las mujeres y conversar con ellas. Esto está presente en las narraciones de ambas participantes. Gaby indica que su pareja le dio un trato especial a su hija (regalos y paseos), lloraba junto a ella y evidenciaba deseos de regresar con ella en presencia de su hija, tal como señala: “cuando empezó a cachar que le resultaba el asunto de los regalos porque yo se lo recibía; porque todo esto lo hacia delante de la Anto, ¿me entendi’? (…) Cuando teni’ hijo, de cierta manera, él me manipulaba con eso, ¿cachai?, con darme las cosas delante de la Anto…” (Gaby, Historia 8). Katherine refiere el uso de la visitas a los hijos como un modo de garantizar espacios de pareja, “Roberto empezó su plan de conquista digamos, o sea empezó ya a llegar mucho a la casa, no solo pa’ ver a los niños, sino que pa’ ver qué onda yo (…) de repente él pasaba a dejar a los niños en la noche a la casa y nos quedábamos en el living” (Katherine, Historia 11). Del mismo modo resulta relevante una apelación que realiza su pareja que involucra a la familia: “él me decía (…) que volviéramos a ser una familia y que le diera otra oportunidad (…) entonces la frase clave para eso fue decirme que ¿si acaso yo no pensaba que nosotros éramos una buena familia?, una bonita familia…” (Katherine, Historia 11). El tercer rol de los hijos como “beneficiados de los efectos de la reconciliación”, apunta a brindar un sentido positivo de la reconciliación al describir las consecuencias beneficiosas que el reencuentro tiene en ellos. Gaby lo señala: “La Antonia igual, después de que volvimos andaba más feliz, ¿cachay? más contenta, más
125 relajada, más suelta (…) entonces después de que el papá volvió era como más divertido” (Gaby, Historia 9); Katherine también lo especifica en sus narraciones: “Y cuando Roberto ya volvió a la casa, los niños supieron y todo, estaban felices.” (Katherine, Historia 13). La importancia de estos tres roles hace evidente que la reconciliación también tiene un sentido familiar y representa una forma de garantizar la vida en familia y el bienestar de los hijos. Esto implica un acto de pensar la reconciliación no sólo como un regresar de la pareja de amantes, sino como un regresar de la pareja de padres. Otro aspecto importante que involucra a terceros, y que es recogido en el primer objetivo específico de nuestra investigación, son las reacciones post‐reconciliación. Ya hemos señalado que los hijos son descritos en ambas historias con reacciones positivas. Gabriela también indica las reacciones de otros personajes “Mi familia, en realidad no era que me verbalizara mucho el asunto de que volviera con el Ale, ni mucho menos; pero cuando volví con el Ale, o sea todos “Oh, qué bueno”, ¿cachai?… O sea, mejor, mejor, “es lo mejor que pudiste haber hecho”… eeeh… “van a estar bien” y todo el asunto.” (Gaby, Historia 9). En tanto para Katherine las reacciones de terceros que no fueran los hijos no parece ser algo relevante en la evaluación de la reconciliación. Creemos que esto es coherente con el hecho que Katherine manifiesta un rol más agente en la historia donde su decisión surge con mayor libertad y claridad. Finalmente un último aspecto que ayuda a dar sentido a la reconciliación son las correspondientes historias de separación. Estas historias en las narraciones de ambas participantes no tienen orígenes relacionados directamente a la violencia, al momento de la separación generalmente las agresiones tienen un rol secundario. Lo anterior es coherente con otras investigaciones que han estudiado los eventos que llevan a las mujeres a separarse y efectivamente estos no se relacionan directamente con las agresiones (Corsi, 1994; Sagot, 2000; OMS/OPS, 2003). Sin embargo estos diferentes orígenes de la separación son significativos para dar sentido al regresar con la pareja, porque establecen algunas condiciones esperables para la reconciliación. En el caso de Katherine fue necesario el reconocimiento y
arrepentimiento sobre la infidelidad; mientras que para Gaby resulto fundamental el reconocimiento del “descuido” de la pareja. 2) NARRATIVAS CULTURALES: DISCURSOS SOCIALES EN LAS HISTORIAS DE RECONCILIACIÓN Las narrativas culturales brindan una reserva desde la cual los participantes nutren sus historias. Estas narraciones son utilizadas como marcos de entendimiento y explicación, o bien como cánones que establecen lo que es correcto, adecuado o esperable (McLeod, 2000). En el caso de los relatos de reconciliación destacan discursos sobre la familia, la maternidad, el amor romántico y el género. Dentro de las macronarrativas acerca del concepto de familia, se encuentra la idea que el bienestar de los hijos, la educación y el crecimiento óptimo de éstos se debe principalmente al núcleo familiar bien constituido; es decir, se manifiesta la idea tradicional de familia (Delsing, 1995). Lo anterior se refleja en las siguientes frases: “pero yo creo que los niños, fueron fundamental porque ellos la sufrieron mucho, la pasaron mal, echaron de menos de su papá. Y cuando Roberto ya volvió a la casa, los niños supieron y todo, estaban felices.” (Katherine, Historia 13), “La estabilidad emocional de un niño se la da la familia, la familia, lo que pasa es que se habla tanto de que familia son las personas que viven en la casa, el núcleo que vive en la casa, los que se quieren y todo, que hay familias distintas y todo, pero yo pienso que la estabilidad de un cabro chico porque yo así lo viví” (Gabriela, Historia 9). Tal como lo señala Delsing (1995): “La seducción ejercida desde el discurso sobre la familia nuclear reside principalmente en este punto. Elegimos vivir en familia porque el discurso nos dice que éste es el espacio donde vamos a ser felices, el único modelo de convivencia que nos garantiza la felicidad” (p.5). Una segunda narrativa cultural presente en los relatos es la idea moderna de maternidad. En los relatos los hijos son presentados como personajes relevantes en la decisión de reconciliarse. Es específicamente debido al sufrimiento de éstos en el caso de Katherine, o por el miedo de un crecimiento “traumático” en el caso de Gaby que ambas mujeres visualizan la opción de ser
126 pareja nuevamente, pensando siempre en la posibilidad de un futuro mejor para sus hijos y su bienestar. Lo anterior se refleja en: “yo creo que si hubiera estado sola, no lo hago…hubiera seguido sola. O por último sola más tiempo” (Katherine, Historia 13); “Todo, todo influyó un poco, ¿cachai?... Cuando tienes hijos no piensas solamente en uno, piensas en los hijos” (Gabriela, Historia 9). Lo anterior puede ser ligado a los discursos hegemónicos al considerar que: “La maternidad está investida fuertemente en nuestra cultura occidental con connotaciones de instinto, auto‐sacrificio y valores superiores a un auto‐interés trivial de parte de las mujeres. La mujer está considerada, antes que nada, como madre” (Delsing, 1995; p.7).
bien Giddens (1995) describe una separación entre el amor romántico y el amor pasión, podemos encontrar una similitud en el elemento de la consecución del acto sexual, como una situación que “genera un caldo de cultivo” de acciones radicales dónde las protagonistas se dejan llevar sexualmente para trascender la amistad que se había formado, en un acto que para ellas es propio del ser pareja. Es por esto que a partir de ese encuentro sexual, las mujeres consideran inmediatamente un cambio cualitativo en la relación, “de ahí ya empezamos a tener una relación de pareja” (Katherine, Historia 12); “Como ese día pasó lo que pasó ¿cachay? ehh entonces se dio como por sentado que nosotros estábamos en una relación de nuevo.” (Gaby, Historia 9).
Un tercer discurso presente en las historias se relaciona a las macronarrativas del amor romántico. En primer lugar, en ambos relatos se presenta la idea de la recuperación del vínculo íntimo como lo esencial para el alcance de la reconciliación, relacionado a compartir espacios de intimidad en los que se restablece la conversación. Se puede concluir entonces que para Katherine y Gabriela, el comenzar a re‐vincularse íntimamente con sus ex parejas es fundamental para el futuro restablecimiento de sus relaciones de pareja, ya que entonces se reintegran características de la interacción anterior, como “escucharse” y “tomarse en cuenta”. Precisamente la macronarrativa ligada a la idea de amor romántico “presupone que se puede establecer un lazo emocional duradero con el otro sobre la base de unas cualidades intrínsecas en este mismo vínculo” (Giddens, 1995; p. 4).
Respecto a las macronarrativas asociadas a aspectos de género y que se vinculan con los significados integrados dentro del proceso de reconciliación, se pudo observar que en Katherine aparece la idea de la mujer liberada que logra superar los obstáculos que entrega no sólo su contexto social próximo, sino también la cultura; relacionándose con una de las ideas del feminismo respecto de la capacidad de autonomía que las mujeres han construido, pero que muchas veces no logran alcanzar por la imposición patriarcal. Como señala Katherine: “O sea casi me hicieron una estatua en el lugar. Porque allí a todas la mujeres las gorrean y todas siguen con el marido, porque el marido las mantiene, porque es así. Porque la cultura es así. Pero ellas viven así ¿cachay? Entonces yo era casi una héroe. Mujer héroe”. (Katherine, Historia 10). Esta posición adoptada por Katherine se cruza con el análisis que realiza Beauvoir del paso que ha alcanzado la mujer dentro de la historia de la dominación de lo masculino, donde “La mujer “emancipada” en cambio, se prefiere activa y aprehensiva, y rechaza la pasividad que el hombre pretende imponerle” (Beauvoir, 1949; p. 505).
Otro de los elementos relevantes dentro de la macronarrativa del amor romántico es la relación sexual como fundamental para la creación y fortalecimiento del vínculo de la pareja; que en el caso de las entrevistadas funciona como un elemento definitorio de la reconciliación. Como señala Katherine: “Sí, parece que esa noche hicimos el amor. O sea nos pusimos a conversar y él me abrazaba y me abraza y me abrazaba. Y ahí terminamos haciendo el amor.” (Katherine, Historia 12) y como expresa Gabriela: “estábamos abajo conversando en el living ¿cachay? y estábamos sentados en la alfombra ponte tú como que empezamos a conversar, empezamos a jugar y como que todo se dio súper, súper natural y agradable” (Gaby, Historia 9). Si
Por el contrario en Gabriela se observa un estereotipo femenino tradicional, que incluye la exaltación de su rol de madre, la idea de sacrificio de la figura femenina y un posicionamiento de baja agencia; tal como se infiere en esta cita: “Y desde ese minuto, cuando quede embarazada, me empecé a involucrar con él, como que no sé, me mentalicé para hacer familia, (…) Cuando quedé embarazada, cuando quedé embarazada como te decía se dieron vuelta los papeles
127 absolutamente, fue como automático” (Gabriela, Historia 4). De alguna manera, existe una nueva consideración de sí misma dentro de la interacción de pareja, al estar embarazada, está presente “un anclaje del sí mismo femenino; y no es sólo la maternidad biológica la que aparece, también la maternalización (…) de las relaciones, de la visión del mundo” (Montecino, 1990; p.7). Finalmente, podemos observar en Gaby, la idea del hombre como proveedor del hogar donde “El sistema privilegia a un hombre proveedor y una mujer dependiente económicamente. Estos deberes y privilegios forman parte de la división del trabajo en el mercado y de las provisiones que otorga el estado” (Delsing, 1995; p.5); los labores de Gaby están relacionadas a la familia “Además en mi relación siempre he tenido la responsabilidad de todo yo, de criar a la Antonia, de dar las explicaciones, de dar la cara, ¿cachai?... Entonces siento que esas cosas también es una carga pa’ mi” (Gaby, Historia 10). 3) LOGROS DE IDENTIDAD La identidad narrativa se va formando a través de una secuencialidad; donde el narrador da un orden a sus eventos biográficos y les otorga un sentido. De esa manera, el protagonista está inmerso en una narrativa dominante, coherente, viable y apropiada, tanto externamente como internamente (Polkinghorne, 1988; Bruner, 1991; McAdams, 1993). Por lo tanto, las biografias de las mujeres son imprescindibles para entender la decisión de reconciliarse; ya que la historia de esa decisión se encuentra inmersa en una vida a mayor escala. En el caso de las mujeres entrevistadas, ellas hacen referencia a eventos de su infancia, como aspectos históricos idiosincráticos, que ayudan a dar sentido a la reconciliación. En el caso de Gabriela, la separación de sus padres a la edad de nueve años, es un acontecimiento que le permite dar un origen, dentro de su historia de vida, a los valores y concepciones de lo que para ella significa “ser familia”; asimismo esta experiencia le permite imaginar los posibles efectos de la separación en su hija “Cuando mis papás se separaron yo tenía 9 años, mi mamá tuvo que irse a trabajar… la falta que me hizo mi papá también cuando yo era chica, y se está dando justamente la separación mía con el Ale
cuando la Anto tiene 9 años, ¿cachay?” (Gabriela, Historia 1). Para Katherine el fallecimiento de su padre a la edad de once años, es vivido como una experiencia de abandono, que posteriormente pasa a ser un elemento relevante dentro de la construcción de los relatos, pues le permite hacer una evaluación sobre lo significativo que es para ella la familia y diversos tipos de comunión. Por ejemplo, utiliza este acontecimiento biográfico para comparar lo vivido en su familia de origen con lo vivido con la familia de Roberto “Mi familia es muy chica po´, es mi hermano y mi mamá, entonces para mí fue súper importante llegar a una familia inmensa (…) una sensación que yo no conocía digamos.” (Katherine, Historia 1) o utilizando ese acontecimiento para dar a entender su estado emocional luego de la separación “fue dolorosísimo, no sé si lo más difícil que he pasado en mi vida, pero si dentro de las cosas dolorosas y otro abandono más, como te decía antes el tema del abandono” (Katherine, Historia 6). Es por esto que las historias de la niñez, aparecen en los relatos de forma recurrente en recursos narrativos temporales “flashback” para explicar aspectos de la reconciliación, específicamente para justificar contenidos del panorama de consciencia (evaluaciones, ideas, experiencias, emociones, etc.). Con respecto a los posicionamientos de los personajes a lo largo de las narraciones, posicionamientos en términos de agencia o pasividad, se observan cambios durante el relato siendo posible distinguir 3 estados: 1) Antes de la separación, 2) durante la separación y 3) al momento la reconciliación. Antes de la separación ambas mujeres juegan roles fundamentales dentro de sus familias, se posicionan a sí mismas como sujetos agentes que inician y mantienes acciones en favor de sus parejas e hijos. Estando a cargo de cuidar y proteger de todos ellos. Tal como fue evidenciado en el punto anterior sobre macronarrativas de familia y maternidad. Al momento de decidir la separación son ellas quienes desarrollan las acciones para que la ruptura sea posible, mostrándose como agentes (pensándolo, diciéndolo, exigiéndolo o asegurando el escenario). En el caso de Gaby, ella toma la decisión, llama a su madre para ser ayudada y se niega a los intentos de
128 reconciliación inmediatos de su pareja “Y yo dije “No po’, yo me quiero separar”, ¿cachai?... yo dije que quería que se fuera, que yo quería separarme (…) Yo no le iba a dar pie para que se echara para atrás la cuestión.” (Gaby, Historia 6). Del mismo en la historia de Katherine es ella quien decide separarse “despertar y decir qué pasa aquí, mi vida, mi familia, y ahora qué voy a hacer, yo tenía que tomar decisiones en ese minuto y las tomé cachai (…) al principio él no quería irse de la casa, y me costó mucho para que se fuera…” (Katherine, Historia 6). Sin embargo, durante la reconciliación las mujeres adquieren un carácter pasivo, ya que es el hombre quien despliega acciones de reencantar, para que la reconciliación sea posible. Tal como se indicó antes al hablar de las acciones de reconquista masculinas. En relación a los temas motivacionales de las historias, considerando las dos líneas temáticas planteadas por McAdams (1993) y las subdivisiones sugeridas por McAdams, Hoffman, Mansfield, y Day (1996). Al momento de la separación los personajes de las historias se presentan de modo agente, con un subtema que dentro de esa línea temática es considerado de “autodominio”, es decir, se señalan intentos de las protagonista por controlarse a sí mismas; reportando las mujeres acciones y pensamientos en los que se focalizan para poner fin a la pareja. Este subtema de autodominio se mantiene luego de la separación, describiendo tanto Gaby como Katherine momentos de autonomía, felicidad y aprendizaje; todos estos momentos descritos dentro de acciones de perfeccionamiento a sí mismas. Por ejemplo Gabriela describe períodos de libertad y autonomía luego de la separación “Siento como que puedo respirar tranquila y me empiezo a proyectar, empiezo a pensar un montón de cosas (…) y entonces como que veo una luz, ¿cachai?... Como que siento la felicidad, ¿me entendi’?...” (Gaby, Historia 7). Del mismo modo Katherine destaca la libertad y el emprendimiento de acciones: “pero yo me levantaba muy temprano y me acostaba muy tarde y me acostaba y dormía y al otro día me levantaba muy empilada, como con muchas ganas de hacer cosas, y en un año hice lo que no había hecho en
cuatro, cinco años, o sea es mucha actividad, conocí mucha gente” (Katherine, Historia 7). Otros aspectos que resultan relevantes son los logros alcanzados luego del ingreso al centro de ayuda psicológica del SERNAM, en ese momento se describen narraciones que destacan temas de agencia, temas que dentro de los tipos señalados por McAdams et al. (1996) se consideran “cesiones de poder”. Ya que en estas historias tanto Gaby como Katherine son dotadas de un estatus superior luego de la relación con figuras descritas como más poderosas, principalmente los profesionales del centro. Tal como lo describe Katherine: “y ahí después empecé a venir a terapia, primero terapia sólo con la psicóloga… y después terapia grupal. Y ahí yo empecé a salir adelante, a entender todo el huracán que había pasado por mi vida” (Katherine, Historia 7). Gabriela también lo menciona en sus narraciones: “O sea los talleres me ayudaron a un poco darme cuenta que yo también era víctima de violencia, ¿cachai?... Así que fue una súper buena experiencia, yo encuentro que me hizo súper bien ehh pa’ asumir, eso también es un poco parte del crecimiento yo creo” (Gaby, Historia 7). En el momento de la reconciliación prima un tema motivacional de comunión, que se ve facilitado en un primer momento por un subtema motivacional de “atención‐ayuda” donde las mujeres empoderadas por el conocimiento y aprendizaje obtenido, además de las experiencias vividas, se ven en la tarea de cuidar o proteger a los varones, quienes alejados de ellas han perdido estatus y se ubican en un posición inferior. “él me buscó a mí para hablar con alguien, necesitaba hablar con alguien y hablaba conmigo sus problemas, entonces él como que de a poco fue, él fue hablando conmigo y yo de a poco fui cediendo…” (Katherine, Historia 9); “Sí, bueno era todos los días que prácticamente yo le hacía terapia por lo que estaba pasando ¿cachay?, yo le entregaba mi punto de vista de porqué yo creía que le pasaban las cosas…” (Gabriela, Historia 9). A partir de esto las mujeres son capaces de ayudar a sus parejas a retomar el estatus, estableciendo relaciones de “amor‐ amistad” que derivan en un tono romántico y esperanzador sobre la reconciliación. Los significados en torno a la reconciliación también hacen evidentes conflictos o dilemas ideológicos
129 y morales. Particularmente las narraciones dan cuenta de contradicciones que las protagonistas deben cargar y resolver. Hay valores en pugna, por un lado valores humanistas‐románticos que hablan de crecimiento personal, de libertad personal y diversos logros individuales; por otro lado surgen valores de comunión, de mantener vínculos, de establecer familias “felices” o “bien formadas”. Estos valores se cruzan y representan un conflicto que se vuelve relevante para el escenario donde la reconciliación es posible. Las diferencias entre las participantes son apreciables al analizar cómo resuelven estos conflictos ideológicos, Gaby decide mantener el sacrifico por la familia y su hija, mientras que Katherine intenta congeniar los valores humanistas aprendidos y su ideal de familia. Con respecto al tono emocional de las historias se observan diferencias entre las participantes, la historia general de Gaby es de tipo dramático donde la relación se inicia mal y acaba mal; en ese sentido, Gaby expresa hoy en día un tono pesimista sobre su decisión “La reconquista le duró las tres semanas o el mes que estuvimos separados, ¿cachai?... (…) lo maravilloso duró una semana, y de ahí de nuevo volvió a lo mismo de antes, la misma rutina, lo mismo que nos agobiaba, (…) O sea todavía está, o sea es que el miedo, siempre hay miedo después de la violencia siempre queda el miedo” e incluso Gaby hoy se arrepiente de su reconciliación “Me siento, siento como que fui súper débil, ¿cachai?, siento que tal vez debí haber aguantado más tiempo (…) O sea, es lo que pienso, es lo que yo probablemente hubiera pasado, ¿entendi’?; pero sí a veces me arrepiento”. (Gaby, Historia 10). Mientras que Katherine manifiesta un tono romántico centrado en la superación de adversidades, logrando un tono optimista al finalizar su historia “entonces eso saco en limpio yo, ahora después de todo el tiempo que ha pasado, que de repente nos adelantamos y que él debió haber estado más tiempo solo; pero las cosas ya no fueron así, las cosas son como son ahora, y seguimos apechugando po’, o sea seguimos luchando por mantener la familia, por estar bien” (Katherine, Historia 13). En cuanto a las autocaracterizaciones de las historias, imagos o arquetipos utilizados para personificarse (McAdams, 1993). En el caso de Katherine prima al principio de la historia un arquetipo de baja
agencia y baja comunión, “La Escapista”, específicamente al momento de salir de la relación. Pero luego se da paso a un imago de mayor agencia “La Guerrera”, quien debe superar las dificultades. Tras esto Katherine se representa como “La Sanadora” al entrar en comunión con su pareja, paralelo a esto se alcanza otro arquetipo de alta agencia y alta comunión, “La Humanista”, en concordancia con los valores y aprendizajes alcanzados durante el tiempo de separación. Al finalizar el relato Katherine es capaz de mantener la relación de pareja sin someter sus sueños y metas. Conservando el imago de “La Humanista”, manteniendo aspectos de agencia y comunión en la configuración de su identidad. En tanto Gabriela se presenta al momento de la separación con el imago de “La Cuidadora”, dispuesta al sacrificio de sí misma por el beneficio de otros, centrada en los temas motivacionales de comunión. Luego de este imago Gaby cambia a otro de mayor agencia “La Guerrera”, precisamente al momento de superar y entender la violencia. Tras esto Gaby se representa como “La Humanista”, logrando crecimiento personal y la valoración de la libertad y la autonomía. Más tarde Gabriela se caracteriza en el rol de “La Sanadora”, específicamente al momento de “hacer terapia” a su pareja. Sin embargo al finalizar la historia Gaby regresa a los arquetipos de comunión, primero es “La Amante”, al dejarse llevar durante la reconciliación, y finalmente retorna al arquetipo de “La Cuidadora”, manteniendo la relación de pareja principalmente por su hija. Al analizar las identidades desde un punto de vista performativo se puede observar el compromiso de las entrevistadas con la actuación de identidades distintas. Por un lado Gaby se posiciona a sí misma como un personaje principalmente pasivo víctimas de las circunstancias de su escenario, mientras que Katherine se presenta con un posicionamiento agente por medio del que busca sorprender a la audiencia con la gran cantidad de acciones que inicia y realiza. Estas dos actuaciones surgen en los relatos por medio de lo que se ha denominado en las teorías performativas de la identidad una reiteración de significados (Briones, 2007). En la historia de Gaby se señala de manera recurrente las distintas acciones que desarrolla para garantizar el bienestar de su hija, se
130 describen voces internas de concientización, se presentan de forma detallada segmentos de cuidado hacia otros y se enfatizan proyecciones y deseos que priorizan a su hija; en ese sentido, la reconciliación es presentada a la audiencia como una manera de garantizar un padre y una familia para Antonia, y presentarse a sí misma como una “buena madre”. Esto también es un modo de mantener una identidad de estereotipa femenina como algo fijo y natural (Butler, 2007). En el relato de Katherine se manifiesta de manera reiterada significados de concepciones feministas, principalmente en voces internas, clausulas de evaluación, autodefiniciones y las macronarrativas. Katherine se representa como un personaje capaz de tomar decisiones en un nuevo contexto de libertad y con la habilidad de descubrir los distintos acontecimientos que le suceden, mostrando un compromiso consigo misma y con otros; en definitiva actuando para la audiencia como una mujer “emancipada o moderna” capaz de superar obstáculos y diferenciarse de lo tradicional.
REFLEXIONES Y COMENTARIOS FINALES La presente investigación ha pretendido principalmente ayudar a “dar voz” a los actores sociales directos de un problema social. Asimismo éste estudio ha permitido evidenciar un acontecimiento que sucede, pero que resulta invisibilizado o censurado. Los autores no consideramos que las historias de reconciliación deban ser promovidas o promocionadas, pero tampoco creemos justo que sean ignoradas o desaprobadas por modelos teoricos y de políticas públicas. Las historias de reconciliación analizadas permiten realizar reflexiones y sugerencias para las intervenciones en violencia conyugal. En estos relatos se han manifiestado contenidos que al parecer no son tratados con riqueza en los procesos terapeuticos. En primer lugar se observan carencias por conversaciones en torno a la idea de ser pareja y el amor romántico; lo que resulta preocupante, pues los sentimientos que las mujeres experimentan hacia sus parejas tienen un rol central en sus decisiones. Igualmente parece necesario
integrar dentro de las intervenciones una revisión histórica de la relación de pareja, ya que es a través estos eventos que las personas dan sentido y continuidad a su biografía. En tercer lugar, parece relevante incluir en las intervenciones conversaciones que permitan distinguir una “identidad personal”, una “identidad de madre” y una “identidad de pareja”; ya que en ambas historias las mujeres construyen un sentido para la posibilidad de reconciliación determinado en gran medida por la mantención de un vinculo y el bienestar de la familia, especialmente de los hijos. Asimismo resulta fundamental incluir momentos de relfexión sobre los discursos culturales hegemonicos en torno a la familia y la maternidad, atendiendo a la posibilidad de incluir o dialogar sobre los discursos sociales alternativos. De igual manera resulta imprescindible integrar a los procesos de intervención en violencia conyugal mayores instancias de terapia e intervención para los hombres; ya que dentro las historias, el reconocimiento y arrepentimiento de los varones permiten la recuperación de espacios de confianza y la desculpabilización de las mujeres. Esto conlleva también aceptar que las mujeres reconocen que el proceso de intervención masculina no se puede realizar más que por medio de una judicialización. En otro sentido, las historias revizadas han permitido evidenciar una crítica a las teorías que conciben a las mujeres principalmente en roles pasivos ante la violencia. Por el contrario en muchos momentos de los relatos, ellas adoptan funciones activas y luchan por recuperar sus vidas. Consideramos que sólo un proceso de intervención que busque rescatar los momentos de fortaleza y las excepciones al temor, además de presentarse como una intervención dispuesta a escuchar los particulares deseos femeninos, será una intervención que pueda continuar colaborando con las mujeres, ya sea asistiendo en la necesidad de modificar las relaciones de pareja o en la pretensión de romper esas relaciones; todo esto según las mismas mujeres lo deseen. Debemos finalmente aclarar que las diferencias observadas en los modos de significar y relatar las historias además de las identidades construidas también son resultado de eventos concretos que distinguen las
131 narraciones. Entre estos eventos destacan los diferentes niveles de reconocimiento y responsabilización de los hombres, la presencia de una intervención terapéutica en uno de ellos, el mayor miedo manifestado por Gabriela y la mayor intensidad de violencia sufrida por Gaby. Reflexionamos que esos elementos también deben ser considerados y continuar siendo investigados al pensar en este tipo de reconciliación.
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ANÁLISIS DISCURSIVO: UNA APROXIMACIÓN A LA INVESTIGACIÓN DE LA CONSTRUCCIÓN MOMENTO-A-MOMENTO DEL SIGNIFICADO EN LA PRÁCTICA SISTÉMICA Jerry Gale1
Traducción por Juan Antonio Bustamante Donoso2
RESUMEN El propósito de este artículo es presentar los pasos introductorios para conducir análisis discursivos en examen de la creación sistémica de significado. Incorporando tanto análisis de conversaciones (AC) y la variante post‐ estructuralista del análisis crítico del discurso (ACD), diversas habilidades analíticas son presentadas. Un marco teórico construccionista social para entender y conducir el análisis del discurso clínico es ofrecido, incluyendo una discusión de la construcción discursiva y relacional de la identidad y la negociación de la verdad. Tres características del diálogo (estructuras en patrones, cómo es alcanzada la responsabilidad individual y cómo la interacción‐en‐el‐diálogo posiciona a los participantes con caracterizaciones morales particulares) son presentadas, así como importantes habilidades para el análisis discursivo. Se proveen ejemplos para demostrar esta aproximación a la investigación. Palabras Clave: Análisis Discursivo, análisis conversacional; discurso clínico; análisis crítico del discurso; construccionismo social; construcción de la identidad, responsabilidad moral, teoría del posicionamiento, conciencia plena.
El1 análisis de discurso (AD), como un término amplio para varias aproximaciones analíticas, se ha convertido en una importante herramienta de investigación en 2 psicoterapia. La revisión de Avdi & Georgaca (2007) del AD y la psicoterapia cita numerosos análisis de discurso (y sus variantes) examinando las transformaciones del significado, la construcción de subjetividades, cómo los terapeutas dan forma al diálogo clínico e investigaciones sobre el poder en terapia. Si bien la revisión de Avdi & Georgaca y otros estudios han presentado los beneficios de la realización del AD del diálogo clínico, existen pocos artículos que informen a los 1
Psicólogo, Doctor en Terapia Familiar de la Universidad Tecnológica de Texas, Magíster en consejería de la Universidad de Arizona, Director del programa de Doctorado en Terapia Familiar y de Pareja en la Universidad de Georgia, EEUU. 2 Psicólogo, estudiante Magíster en Psicología Clínica por la Universidad de Valparaíso. Postítulo en Intervención en Violencia Intrafamiliar y Abuso Sexual Infantil. Académico Universidad de Valparaíso.
clínicos sobre cómo llevar a cabo un AD. El propósito de este artículo es presentar los beneficios del análisis discursivo, aplicando herramientas analíticas del análisis conversacional (AC) y el análisis crítico del discurso (ACD).3 Con el objeto de hacer al análisis discursivo tan amigable al usuario como sea posible la primera sección del artículo, el Análisis Discursivo distingue entre el AC y el ACD, se presenta una breve reseña histórica del AC y se presenta el valor del análisis discursivo para los profesionales sistémicos. La siguiente sección del artículo, Consideraciones Teóricas, se encargará del desarrollo de una actitud crítica y no‐enjuiciadora para el 3
Estoy utilizando el análisis discursivo (Edwards & Potter, 1992) como término abarcador para la incorporación de las ideas y prácticas del AC y el ACD. Si bien es cierto que existe riqueza en literatura académica (y desacuerdos) en la distinción entre estos y otras aproximaciones analíticas al discurso, está más allá del objetivo de este artículo presentar estas complejidades.
135 análisis, el construccionismo social y la construcción relacional de la identidad y la negociación de la verdad. La tercera sección del artículo, Análisis Discursivo y el Estudio de las interacciones‐en‐el‐diálogo presenta pasos introductorios hacia la conducción del análisis discursivo incluyendo la selección de un segmento para análisis, transcripción y análisis. Tres características del diálogo (estructuras en patrón, cómo la responsabilidad es alcanzada y el posicionamiento relacional con caracterizaciones morales) son presentadas con ejemplos.
ANÁLISIS DISCURSIVO: AC Y ACD AC y ACD comparados: Antaki, Billig, Edwards & Potter (2003) apuntan que si bien el análisis del discurso tuvo un gran impacto en las ciencias sociales, existen aproximaciones bastante diferentes (y tensiones) en relación a los propósitos y la práctica del análisis del discurso. Mientras que el AC es usualmente considerado un elemento clave del análisis del discurso, otra aproximación importante para conducir el análisis de discurso es el ACD. La diferencia entre AC y ACD es la “extensión en la cual los analistas están justificados en el uso de información externa a un texto en particular con el objeto de analizar ese texto” (Antaki et al, 2003, párrafo 3). Para los analistas que realizan ACD usualmente empleando pensamiento postmoderno y post‐estructuralista Foucaultiano (por ejemplo Fairclough, 2005; Hodge & Kress, 1993; Kogan & Gale, 1997; Wetherell, 1998) es importante considerar los contextos histórico‐socio‐políticos del diálogo del hablante y cómo el diálogo, inserto en discursos culturales, están involucrados en la negociación del significado y las consecuencias de la interacciones. Existe la importancia de visualizar el discurso como siendo parte de una red más grande de relaciones de poder atendiendo al conocimiento, la materialidad y la historia (Hook, 2001). Al presentar la diferencia entre el AC y ACD como una analogía, presento de manera cautelosa una comparación entre la terapia enfocada en soluciones (TES) y la terapia narrativa (TN) y dos premisas diferentes que guían estos enfoques. Mientras que estos dos modelos clínicos son considerados aproximaciones
sistémicas postmodernas, ambos se basan en diferentes consideraciones teóricas y diferentes filósofos. De manera general, la TES en parte está informada por el concepto de Wittgenstein de los juegos de lenguaje que los clientes traen a sesión (de Shazer, Dolan, Korman, Trepper, McCollum, & Berg, 2007). El terapeuta típicamente trabaja con los significados y los reportes que los clientes introducen en la conversación y a través de preguntas cambia el diálogo sobre el problema a entendimientos y conductas orientadas hacia la solución. Característicamente, TES no introduce influencias culturales (género, poder, clase, raza, orientación sexual) a menos que el cliente introduzca alguno de estos asuntos. La TN en cambio, comienza con la premisa de que ninguna conversación ocurre de forma independiente de estas influencias culturales definitorias dominantes y normativas y, en consecuencia, el terapeuta necesita atender a cómo estas prácticas culturales influencian el diálogo del cliente (Foucaul, 1980; Hare‐Mustin, 1994). En vista de la información presentada por el cliente, el terapeuta narrativo prontamente incorpora discursos culturales para entender e intervenir en las acciones y la creación de significado del cliente. De manera similar el AC y el ACD son aproximaciones postmodernas de investigación4 que se informan de diferentes cuerpos de conocimiento. Mi razón para usar esta analogía de manera cautelosa es con el objeto de no sugerir que el AC es mejor para el análisis de la TES o que el ACD es mejor para analizar la TN, así como tampoco esto significa que estos dos enfoques analíticos discursivos son solamente aplicables para examinar prácticas postmodernas. El punto de esta analogía es que el AC y el ACD ofrecen estrategias útiles y legítimas, pero diferentes para el análisis del discurso. Mientras el AC y el ACD tienen características similares así como puntos de diferencia, ambos se informan de diferentes posiciones filosóficas, algunos puristas se vuelven apasionadamente apegados a una aproximación o la otra y algunos analistas integran estas aproximaciones. Para el propósito de este artículo y el ofrecimiento de habilidades prácticas para profesionales sistémicos, estoy presentando aspectos tanto del AC
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Es importante notar que no todos los académicos consideran el AC como postmoderno.
136 como del ACD que, en conjunto, son atribuidos al análisis discursivo. Aspectos históricos y aspectos clave del AC: Desarrollado por Harvey Sacks (2000) en la década de los sesenta, históricamente previo al ACD, el AC se informa de la etnometodología y tiende a enfocarse solamente en la propia construcción de sentido del diálogo de los participantes y no considera la influencia más amplia de los discursos culturales. La etnometodología fue desarrollada por el sociólogo Harold Garfinkel (1967) para explicar y estudiar cómo el orden social es construido y mantenido. Para Garfinkel era crucial considerar “el mundo del sentido‐común en que los actores cotidianos eligen cursos de acción con base en consideraciones prácticas detalladas y juicios que son inteligibles y reportables para otros” (Heritage, 1984, p34). Esta visión acepta que en cualquier contexto interaccional todos los participantes poseen métodos para darle sentido a su contexto, mostrar este entendimiento a otros y en conjunto co‐crear el orden social. El lenguaje y la interacción social son las prácticas generadoras de realidad que construyen la identidad, las instituciones sociales y el orden social. Esto significó un movimiento importante desde la visión del comportamiento humano y el desarrollo de la identidad como una función de las normas y el orden social. En cambio, para entender el comportamiento humano, la identidad y la creación de las instituciones sociales es necesario ver cómo los propios participantes interactúan y dan sentido a la comunicación de cada uno (y su realidad social) a través de prácticas interpretativas pragmáticas (Garfinkel, 1967; Heritage, 1984). De esta forma, en cualquier sistema familiar los propios miembros en conjunto crean, mantienen o cambian sus patrones interaccionales y el significado de las identidades. El AC y sus variantes fueron desarrollados para examinar la interacción‐en‐el‐diálogo 5 al nivel microscópico de la interacción social. Tal como Sacks (2000) notó, cuando el AC estaba siendo desarrollado, incluso el más pequeño detalle conversacional (pausas, interrupciones en el diálogo, secuenciación en los turnos,
5 Schegloff (1980) acuñó este término para expresar que el diálogo (tanto verbal como no verbal) incluye acción social e interacción.
los “ahh” y los “umm”, inspiraciones, etc.) podían ser incluidos como una característica diseñada y consecuente de la acción social. Los analistas conversacionales han demostrado que todas las interacciones‐en‐el‐diálogo son una práctica social que puede ser estudiada como un fenómeno del mundo‐real, con implicaciones sobre la construcción y mantención de la identidad, el conflicto interpersonal y su resolución Mientras que el AC es un método de investigación que constituye una labor intensiva y rigurosa, y un artículo es claramente insuficiente para cubrir la complejidad y riqueza de la tradición del AC (menos aún las otras tradiciones discursivas), creo que incluso el involucramiento preliminar con el análisis discursivo puede beneficiar de manera significativa a investigadores y clínicos ( por ejempo Gale, 1996, 2000; Gale, Templeton, Slater, Anderson & Childs, 2004). Tal como las prácticas basadas en la conciencia plena (mindfulness), el análisis discursivo atiende a la emergencia y la fluctuación momento‐a‐momento del significado interaccional. Las interacciones‐en‐el‐diálogo con frecuencia se evaporan tan rápido que la producción compartida de significado pasa desapercibida, dejando el residuo emocional, reportes morales y caracterizaciones personales como realidad manifiesta y ontológica. Los beneficios del análisis discursivos para los profesionales sistémicos: Al considerar por qué y cómo el análisis discursivo puede ser útil, Potter (1996) expresa, “más que tratar la construcción como un punto dado‐ por‐sentado, [nosotros] deberíamos considerar la construcción y la deconstrucción como una característica central e investigable de los asuntos humanos” (p.206). En otras palabras, más que responder a los constructos psicológicos establecidos que ya se dan por sentados y distinguir a los constructos psicológicos sobre la identidad individual, existe un gran valor en relación a cómo estos constructos son socialmente alcanzados, mantenidos o cambiados. Adicionalmente, atender a cómo los propios participantes (y esto puede incluir al terapeuta) co‐construyen el significado, permite enfocarse las prácticas y en la base de conocimiento de los clientes y cómo los discursos dominantes (la experticia del terapeuta) entran en juego. Aún más, los clientes usualmente entran en psicoterapia buscando reclutar al terapeuta en un
137 entendimiento específico de la situación, así como una lectura preferida de cada una de las posiciones morales de los participantes respecto de la culpa o la responsabilidad (Buttny, 1993; Stancombe & White, 1997; 2005; Stratton, 2003). El análisis discursivo ofrece métodos para examinar cómo los clientes y las familias buscan persuadir a los terapeutas hacia estructuras narrativas particulares 6 así como los esfuerzos del terapeuta para aceptar o cambiar estas posiciones o caracterizaciones. Qué tan bien el terapeuta responde a las demandas de los clientes posee tremenda influencia en cómo los clientes visualizan la confiabilidad y la autenticidad de la alianza terapéutica (Roy‐Chowdhury, 2006). Como un ejemplo de cómo el análisis discursivo puede ayudar a un terapeuta, un estudiante de TFP (terapia familiar y de pareja) realizó un AC de aproximadamente 25 minutos de su última sesión con una madre y su hija (Gale, Templeton, Slater, Anderson & Childs, 2005). Su objetivo clínico consistía en comunicar a la madre los beneficios para su hija en incluir a su ex marido en terapia. Mientras que la hija estaba activamente involucrada con su padre, la madre no tenía contacto con él. El terapeuta, al reflexionar luego de la sesión pensó que había hecho un buen trabajo al reconocer las preocupaciones de la madre y al mismo tiempo haber persuadido a la madre para incluir al padre en el tratamiento. En efecto, al final de la sesión la madre accedió a que asistiera su ex marido. Sin embargo, la madre y la hija no volvieron a las sesiones subsecuentes. En el AC prolongado de la sesión (revisión del video, transcripción, análisis individual y análisis grupal), el análisis del terapeuta mostró otra versión de la sesión y del entendimiento de la interacción‐en‐el‐diálogo del terapeuta. El terapeuta llegó a ver qué tanto promovió su agenda personal hacia la madre. El análisis también sugirió que el acuerdo de la madre no fue una aceptación, sino más bien una respuesta retórica para detener la promoción de la agenda personal de la
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Por estructura narrativa me estoy refiriendo a cómo narrativas específicas poseen una trama, secuencias específicas de acciones, caracterizaciones de cada participante con intenciones implicadas e implicaciones morales para sus acciones.
profesional clínica.7 Si bien el análisis y las implicaciones de sus propias acciones se volvieron obvios para la terapeuta posteriormente al AC, esta conciencia reflexiva de la sesión pasó completamente desapercibida para el terapeuta durante la sesión, posteriormente a la sesión e incluso después de la revisión inicial del video de la sesión. Al presentar estrategias y lineamientos para analizar de forma discursiva el discurso clínico, es importante en primer lugar presentar un marco teórico para entender las interacciones‐en‐el‐diálogo. Estas teorías no sólo presentan un marco conceptual, sino que también invitan a una forma particular de relacionarse y de ser‐en‐el‐lenguaje‐en‐uso (Stancombe & White, 1997). Es importante remarcar lo anterior pues la realización del análisis discursivo requiere una participación y una mirada por parte del investigador que no está presente en otras metodologías de investigación. Al presentar estos métodos se ofrecen tres características de las interacciones‐en‐el‐diálogo además de ejemplos. Estos incluyen 1) estructuras en patrones y secuencias; 2) responsabilidad y 3) posicionamiento relacional.
CONSIDERACIONES TEÓRICAS Desarrollar una actitud crítica y no‐enjuciadora: El análisis discursivo no puede ser reducido a un conjunto de técnicas para examinar el diálogo. Es una actitud y una perspectiva que invita a un cambio importante de las formas en cómo estudiamos y participamos en las interacciones. No existe una posición neutral o contextualmente independiente fuera de las interacciones‐en‐el‐diálogo para examinar el diálogo y nuestros esfuerzos por estudiar las interacciones sociales involucran nuestra propia reflexividad en la construcción del sí mismo, así como también la receptividad (la construcción compartida momento‐a‐momento) a la comunicación con los otros. Esto ocurre tanto en nuestras propias conversaciones, como también al escuchar, observar o leer las interacciones‐en‐el‐diálogo de otros. Se espera que las perspectivas teóricas presentadas orienten la mirada de los terapeutas 7
La última parte de este artículo sobre responsabilidad e intención provee mayor clarificación sobre cómo el terapeuta falló en atender al diálogo del cliente.
138 investigadores para el análisis del discurso y no sean tomadas como una ideología para adoptar alguna teoría en particular o algún modelo de terapia. El discurso nos provee “no solamente de una manera de observar, sino también una manera de construir el observar” (Edwads, 1991, p.523). Desarrollar una mirada crítica y no‐ enjuiciadora para el análisis de discurso es vital. Stancombe y White (1997), destacando que tanto terapeutas como investigadores no pueden evitar formarse juicios prácticos sobre la validez del diálogo de las declaraciones de los clientes, sugieren que los investigadores adopten la noción de Garfinkel y Sacks de la indiferencia etnometodológica. Esto corresponde a una “suspensión auto‐consciente de las creencias normativas sobre la “terapia” de parte del investigador” (Stancombe & White, 1997, p.26). También agregan que “claramente, los terapeutas no pueden evitar formarse juicios prácticos sobre la veracidad de las declaraciones hechas por los miembros de la familia. Sin embargo, en relación a la investigación, tales juicios debieran ser suspendidos, enfocándose, en cambio, en el trabajo retórico que está ocurriendo en el encuentro” (p.38). Una implicación de este postulado es que el terapeuta, activamente involucrado en la negociación compartida del significado, es también sujeto de las influencias retóricas de los participantes así como también está involucrado en prácticas retóricas similares de influencia. En consecuencia, los clínicos quedan atrapados en resultados narrativos particulares y en “conversaciones culpabilizadoras tan efectivamente como las familias” aunque las atribuciones del terapeuta “tal vez puedan conllevar consecuencias positivas” (p.38). Para los analistas del discurso, sin embargo, es importante que busquen esta indiferencia contemplativa (mindfulness indifference). Un punto clave a enfatizar es que para cada uno de nosotros, como hablantes/receptores en actividades cotidianas, podría parecer que las habilidades usadas en las interacciones cotidianas son las mismas habilidades a ocupar cuando se realiza un análisis discursivo. Este no es el caso. Como un analista discursivo es importante considerar de manera crítica y no‐enjuiciadora cómo los participantes alcanzan significados particulares y asignan responsabilidades de las acciones de los otros. Dado que los micro‐aspectos de las interacciones‐en‐el‐diálogo
pasan tan rápido, muchas veces estos pasan desapercibidos y la rutinaria atribución de significado y la evaluación normativa son dadas por sentadas y percibidas como entendimiento intrínsecamente natural. Existe la necesidad de una práctica con conciencia plena (mindfulness) 8 tanto en la producción de la transcripción como en la conducción del análisis. Mientras que las habilidades para desarrollar esta práctica de conciencia plena (ver Gale, 2008) serán presentadas más tarde en este artículo, la siguiente sección aborda un entendimiento construccionista social de la comunicación y la identidad. Construccionismo social, lenguaje y la construcción relacional de la identidad: El construccionismo social y otras teorías postmodernas ven la comunicación y el lenguaje como constitutivo y generativo de la identidad personal, las relaciones y las instituciones sociales (Anderson, & Goolishian, 1992; Bakhtin, 1986; Brunner, 1986; Foucault, 1980; Drewery & Winslade, 1997; Gergen 1991, 1994, 1999; Sarup, 1993; Shotter, 1993). Esto constituye un cambio paradigmático desde ver las palabras como simplemente representando una realidad independiente, hacia la consideración de nuestras prácticas generadoras de significado como constitutivas de la realidad. Por ejemplo, en la construcción de un reporte autobiográfico (Langenhove & Harré, 1993) el relato de la propia historia (por ejemplo la construcción de un genograma, la revelación del abuso, la evocación de las experiencias de una primera cita, etc.) le da forma tanto a la identidad individual como social del hablante. La persona se encuentra relatando una historia basada en su diálogo interno y en sus sensaciones emocionales/somáticas (Greenberg & Angus, 2004) así como también se encuentra construyendo el relato en el diálogo con el terapeuta (basado en las preguntas y comentarios entregados por el terapeuta) y los demás participantes en la sesión. No son los eventos históricos por sí mismos los que definen la historia personal de una persona, sino más bien el re‐contar (re‐telling) (a sí mismo y a otros) y 8
En 1987 cuando algunos colegas y yo visitamos a Robert Hopper en la Universidad de Texas en Austin con cintas de audio y transcripciones en mano, él se refirió a la escucha del audio y la lectura de las transcripciones como una práctica de meditación, con la repetición del mantra, “¿cómo sabes aquello?”, mientras compartíamos nuestro análisis del texto.
139 la re‐constitución de la narrativa lo que contribuye a la construcción de la identidad. 9 La terapia, a través de la participación en las interacciones‐en‐el‐diálogo interpersonales e intrapersonales del cliente, 10 los ayuda a construir nuevos entendimientos y expresiones de su identidad (por ejemplo relatos de resiliencia, esperanza, capacidades, valor moral, etc.). En la mayoría de las teorías psicológicas, la comunicación usualmente es reducida a un simple medio de transmisión de estados psicológicos y características que son constructos de identidad fundamentalmente reales y precisos. El cambio de entendimiento presentado en este artículo es que “los asuntos que han sido con frecuencia construidos como términos psicológicos individuales son una característica de la interacción social” (Edwards & Potter, 1992, p. 52). Consistente con las ideas de Goolishian y Anderson (1992) y otros quienes han descrito el cambio postmoderno en la terapia familiar desde una orientación cibernética a un entendimiento lingüístico, un individuo no es visto como auto‐contenido, insular y confinado a su cuerpo. Más precisamente, la construcción relacional y discursiva de la identidad personal también produce el fenómeno de agencia y poder personal: el “Yo” que identifica el control personal (o falta de control) en una acción. La construcción y mantenimiento de la identidad son alcanzadas en atención al micro‐nivel de la interacción‐en‐el‐diálogo. Más que ver la identidad como una singularidad y un aspecto nuclear psicológico y estático preexistente del ser, independiente de la interacción‐en‐el‐diálogo, existen múltiples posibilidades para la identidad propia en la interacción‐en‐el‐diálogo. 9
Si bien se solía creer que existía un fuerte anclaje neurológico asociado a eventos traumáticos, investigación reciente sugiere que existe plasticidad en estos senderos neurológicos que permiten que estas estructuras (y consecuentemente la identidad y la personalidad) puedan cambiar. (Siegel, 2007). 10 Este artículo se enfoca en el análisis de las interacciones personales. Si bien estas ideas pueden ser aplicadas a diálogos internos (privados), que constituyen un tipo de conversación también, se encuentra más allá del objetivo de este artículo discutir plenamente cómo la interioridad (el discurso intrapersonal) no es independiente de los discursos públicos y sociales (ver Bahktin, 1981; Sampson, 2008; Shotter, 2003). Este tópico es brevemente examinado en la sección sobre Responsabilidad.
Mi identidad y experiencia de mí mismo y los otros será diferente cuando le esté contando una historia a mi hija antes de irse a dormir, cuando esté en medio de un conflicto acalorado con un colega, cuando esté disfrutando de una cena con mi compañera o cuando esté recibiendo un diagnóstico de cáncer de mi doctor. Estas interacciones pueden llevar a escenarios bastante diferentes de cómo presento y experimento mi ser (como amable, irresponsable, atractivo y desesperanzado, etc.) y de cómo respondo e interpreto las conductas (compasivas, oposicionales, críticas, etc.) de los otros. En otras palabras, existe un incesante, bucle generativo recursivo de cognición, emociones, actividad bio/química e interacciones sociales dentro del contexto social, cultural e histórico y la propia construcción (experiencia) de identidad, carácter moral y agencia es continuamente lograda (renovada) en la ejecución de este bucle. El análisis discursivo es el estudio de este ciclo al nivel de la interacción social y analiza la manifestación de la identidad y la responsabilidad moral. Esto no es decir que no existe un “Jerry” y otros “individuos” en estas interacciones. Cada persona en cualquier interacción tendrá su punto de vista centrado (y preferido) para construir sentido de la acción. El análisis discursivo examina cómo, al micro‐nivel de la interacción‐en‐el‐diálogo, varios puntos de vista son presentados e impugnados ofreciendo consecuentemente una perspectiva analítica para demostrar cómo los propios hablantes (incluyendo el terapeuta) definen lo que “realmente” ocurrió en un evento. ¡Son los participantes mismos quienes determinan lo que es real y verdadero! A través de las interacciones de vida diaria las personas se delimitan unas a otras y atribuyen motivaciones y valores a sus acciones y las de otros. Aunque son de gran importancia, estas micro‐actividades que producen estos logros usualmente pasan desapercibidas. El análisis de las interacciones‐en‐el‐diálogo muestra cómo estas realidades co‐construidas son alcanzadas. La interacción‐ en‐el‐diálogo es una actividad relacional que continuamente re‐produce (o cambia) la propia manifestación de identidad. La negociación de la verdad: Esta orientación filosófica no niega la existencia ontológica de la realidad independiente del lenguaje sino más bien cuestiona que
140 podamos alguna vez llegar a “conocer” esta realidad independiente del lenguaje. Tal como Potter (1997) manifiesta, el lenguaje (verbal y no verbal) es un proceso constitutivo para toda la “realidad” e incluso los objetos materiales no pueden ser entendidos fuera del lenguaje. Esto tiene una implicación no sólo para lo “que es real” sino también para “cómo lo real es creado”. Por ejemplo, la mirada profesional usualmente no atiende al micro‐ nivel de la interacción‐en‐el‐diálogo y en la construcción de significado de la creación de identidad, las relaciones, los éxitos y los problemas. En vez de esto, los procesos psicológicos y las patologías son usualmente vistos como intrínsecamente reales, localizadas en el individuo y las interacciones‐en‐el‐diálogo son en el mejor de los casos vistas sólo como un síntoma de un problema subyacente. Consistente con sus premisas filosóficas, el análisis discursivo provee métodos para examinar la construcción relacional (y la deconstrucción) de las identidades y la patología. El foco analítico se centra entonces en examinar cómo los participantes (y la cultura), a través de la interacción‐en‐el‐diálogo, negocian lo que es real y verdadero. 11 Las motivaciones psicológicas y las caracterizaciones morales interpersonales alcanzadas en la conversación se vuelven tan reales y verdaderas como cualquier objeto físico. Es relevante notar que esta verdad no necesariamente se extiende más allá de la interacción. La gente de hecho miente. Uno o más de los participantes se puede comunicar de manera engañosa para presentar una verdad y realidad (fidelidad, compromiso emocional, eventos del pasado, etc.) y puede ser a través de subsecuente interacción‐en‐el‐ diálogo (entre los participantes o con otros) que nuevas verdades y realidades se establezcan. Estos cambios pueden ocurrir aunque los participantes sean engañosos Por ejemplo, Madill y Doherty (1994) usaron AD para estudiar la agencia personal, Avdi (2005) usó Ad para examinar cómo una identidad patológica fue desarrollada en una sesión terapéutica, Bartesaghi usó AC para estimar cómo las preguntas de los terapeutas contribuyen a dar forma a la autocomprensión de los clientes. Stancombe & White (2005) usaron AD para observar la culpa y la neutralidad en terapia, Roy‐ Chowdhury (2006) usó Ad para examinar cómo la relación terapéutica es creada en el diálogo y Meehan & MacLachlan (2008) usaron AD para examinar la construcción de sí mismo de la esquizofrenia. 11
o no dado que nuevas interacciones‐en‐el‐diálogo (por ejemplo conversaciones con los padres o amigos) pueden producir entendimientos bastante diferentes de las interacciones previas. Para los profesionales sistémicos es importante estar atentos a la posibilidad de que las interacciones externas le estén dando forma a la interacción‐en‐el‐diálogo al interior de la sesión.
ANÁLISIS DISCURSIVO Y EL ESTUDIO DE LA INTERACCIÓNEN-EL-DIÁLOGO Seleccionando un segmento para el análisis: Si bien cualquier segmento de la interacción‐en‐diálogo clínica puede demostrar cómo el significado es construido, puede ser útil seleccionar un segmento intencionadamente. Al examinar el trabajo clínico propio o de un colega, los segmentos pueden ser seleccionados por la ocurrencia de un problema, éxito, confusión o y incluso al azar.12 13 Al momento de seleccionar un segmento para la transcripción, puede ser útil agregar cinco o más minutos de interacción‐en‐el‐diálogo en ambos extremos del segmento. No es inusual observar que la construcción Para un proyecto de investigación sistemático y más prolongado, es importante poseer criterios claros que sean consistentes con la(s) pregunta(s) de investigación planteada(s). Sin preguntas claras de investigación para enmarcar el foco del análisis, éste puede parecer de nunca acabar y sin un final establecido. 13 Algunas sugerencias de preguntas adicionales que uno podría hacerse podrían ser: ¿Cómo surge el conflicto?, ¿Cómo se evita el conflicto?, ¿Cómo se logra la resolución?, ¿Cómo los participantes corrigen aseveraciones anteriores?, ¿Qué tipo de reportes se ofrecen para explicar la naturaleza de los problemas y las relaciones?, ¿Cuáles son las consecuencias morales de reportes particulares (relatos) y cómo posicionan a los participantes?, ¿Porqué son presentados reportes particulares contra otras posibles versiones?, ¿Desde el punto de vista de quién (o qué) son presentados las ideas y los hechos?, ¿Qué implicaciones morales están presentes con la referencia a ciertos hechos?, ¿Cómo compiten e intersectan los reportes de identidad? 12
141 coordinada de varios fenómenos ocurre antes en a interacción‐en‐el‐diálogo de lo que se estima al comienzo y que algunas secuencias se extienden más de lo que se creyó en principio. El examinar segmentos más largos o múltiples segmentos, puede ayudar al analista a notar patrones que se repiten o a cubrir múltiples giros. Seguir el análisis de un segmento podría llevar al analista a ver el resto de la sesión de una manera diferente, notando nuevos aspectos y características de la interacción‐en‐el‐ diálogo. Esto puede llevar a la selección intencionada de otros segmentos para el análisis. Para los primeros esfuerzos, se recomienda mantener el segmento analizado entre 10 y 15 minutos. Transcripción: en la realización del análisis discursivo, la transcripción no es un paso preliminar para hacer el análisis, es un elemento significativo del análisis y la práctica para el desarrollo de una actitud crítica y no‐ enjuiciadora. El hecho de que la transcripción es una actividad lenta y meticulosa en parte contribuye en beneficio del análisis. Tener que escuchar cuidadosamente cada palabra, ritmo y énfasis, pausas, interrupciones, frases solapadas, repeticiones, respiraciones y exhalaciones, observar el video buscando claves visuales y movimiento relevante y repetir esto muchas, muchas veces te sumerge en la interacción‐en‐ el‐diálogo. La transcripción involucra la grabación del discurso clínico y el tipeo de transcripciones detalladas de la interacción‐en‐el‐diálogo. Esto involucra aprendizaje y el uso de notaciones de transcripción (ver Tabla I) que, si bien meticuloso, es importante para la revelación de detalles de cómo varios fenómenos son co‐ construidos. 14 Es también importante enumerar cada línea de transcripción. Usualmente los silencios extendidos son notados con su propia línea enumerada, dado que pueden indicar un momento disputado en el cual un turno es negociado. En este nivel de detalle, muchos analistas encuentran que toma 10 o más horas transcribir una hora de interacción. El tener un buen equipamiento audio/video y una máquina (o programa Es importante notar que existen varios sistemas de notación que son utilizados. El sistema de notación provisto en este artículo es una versión modificada de uno desarrollado por Gail Jefferson. 14
computacional) para transcribir es muy importante, tal equipamiento permite controlar fácilmente el comienzo/fin y la velocidad de la conversación, así como volver atrás y hacia adelante en la grabación y medir de forma precisa la duración del tiempo. Si existe grabación tanto de audio como de video, es útil observar el video para ayudar con las dificultades para entender las palabras y para agregar detalles visuales a la transcripción. La inmersión en la interacción‐en‐el‐diálogo es un tipo de práctica de conciencia plena (mindfulness) que requiere el re‐centrar de la mirada y la atención. Como cualquier palabra, sonido, afirmación o interacción que uno oye puede encender la significancia personal emocional e historiada (basada en nuestras experiencias históricas, marcos preferidos y resultados de significado) es importante estar atento a las respuestas propias que surgen a lo largo de la transcripción. Nota 15 las reacciones viscerales, pensamientos e historias que surgen mientras transcribes, sin enjuiciar y déjalas pasar, mientras mantienes el foco en los sonidos y las imágenes en la grabación. Al reproducir múltiples veces los segmentos de la conversación, nuevos aspectos de lo que fue dicho y cómo fue dicho son ahora notados. Este tipo de atención de conciencia reflexiva en la transcripción significa que ésta es una práctica dedicada y rigurosa. No es inusual encontrar que la idea y anticipación de realizar una transcripción puede representar una barrera a al deseo de realizar un análisis discursivo. Lleva tiempo y es laboriosa. Aun así, de la misma manera en que sentarse a meditar puede ser tanto desafiante como beneficioso, transcribir también puede producir ricos resultados. Muchos estudiantes con los que he trabajado con la realización de análisis discursivo de su propio trabajo clínico han manifestado consistentemente tanto renuencia a realizar este trabajo como también importantes beneficios y auto‐conciencia
A pesar de que podría surgir la tentación de escribir algunas de estas experiencias pues pueden ser importantes en el análisis, en la etapa de transcripción se debe intentar no desviarse con reacciones personales. 15
142 posteriormente (Gale, 2000; Gale, Templeton, Slater, Anderson, & Childs, 2005) 16 Analizando el discurso terapéutico: El análisis comienza con la primera escucha/observación de la interacción‐en‐el‐diálogo y continúa con el proceso de transcripción. Una característica importante de la ejecución del análisis discursivo es el atender a cómo son alcanzados los resultados personales y relacionales de los participantes. Adicionalmente es importante para los analistas atender crítica y reflexivamente a cómo ellos saben que las afirmaciones analíticas producidas están basadas en la interacción‐en‐el‐diálogo. Aquí es donde el continuo estribillo, “¿Cómo es que sé esto?” es repetido como un mantra mientras el analista incesantemente desafía cada afirmación analítica de cómo hace sentido de la construcción momento‐a‐momento de significado de los participantes. Esto involucra el dejar de lado los repertorios preferidos de interpretaciones y valores basados en teorías particulares, modelos de terapia e ideologías. Consiste en aprender a reposicionar el punto de vista propio y estar abierto a ver y escuchar de una manera que privilegie la orientación de cada hablante y las prácticas generadoras de significado. Centrarse en lo que cada sonido significa para el hablante, en su contexto, no lo que significa para ti en tu contexto. ¿Cómo presenta, responde y se posiciona cada participante en la interacción‐en‐el‐diálogo? Para el AC esta mirada se mantiene al nivel de cómo cada participante responde a la acción momento‐a‐momento sin atribuir motivaciones interiores. Si bien en el ACD un acabado es agregado para posicionar cada sonido y elección de palabras dentro de un marco hermenéutico cultural/político, el analista debe también estar atento para no atribuir motivaciones psicológicas o intenciones a los participantes. Si bien el analista 17 desarrolla afirmaciones particulares sobre un segmento de diálogo, es Mientras que algunos investigadores contratan transcriptores para preparar la transcripción, al realizar análisis discursivo es importante de que realice sus propias transcripciones. 17 Si bien esta sección presenta el análisis como una actividad individual, existen importantes beneficios al 16
importante basar la afirmación en ejemplos de la interacción‐en‐el‐diálogo. Aquí es donde la enumeración de las líneas es crucial. Adicionalmente, mientras el analista se está refiriendo a diferentes líneas de la transcripción, es útil usar literatura existente para darle apoyo a las interpretaciones. Un ejemplo de cómo los analistas pueden presentar sus afirmaciones puede ser revisado en el estudio de Stancombe & White (2005) sobre cómo la neutralidad es producida y resistida en las sesiones de terapia familiar. En este ejemplo, los autores están discutiendo el término de AC de (re)formulación. Previo a la presentación de su ejemplo clínico, los autores (págs. 338‐339) citan literatura relevante: Varios autores han analizado la función discursiva de las formulaciones en el diálogo en contextos institucionales (ver por ejemplo Atkinson and Drew, 1979; Edwards and Mercer, 1987; Heritage and Watson, 1979; Yearley, 1981). Este trabajo destaca lo que Potter (1996) llama la naturaleza reflexiva de las formulaciones”. Esto es, las formulaciones no son tan sólo sumarios abstractos y neutrales, también están diseñadas para “aglutinar” contribuciones precedentes al diálogo y “preparar para futuras interacciones” (Potter, 1996, p. 48). Los autores a continuación presentan un ejemplo del cual su afirmación está basada. (p. 339). A continuación, los autores presentan su afirmación (p. 339): Extracto 3: B Entrevista familiar 01 Pa: =lo que tratamos de hacer (1.0) y espero que hayamos sido exitosos (.) eh::m 02 tal vez no tan exitosos, de lo contrario no estaríamos aquí. Ehm así que
trabajar con junto a un colega o en un equipo. El combinar el análisis individual con escucha y discusión compartida ayuda a cada persona a tomar conciencia de cómo presentan sus hallazgos. Adicionalmente el equipo puede proponer preguntas y perspectivas que pueden informar y refinar aún más el análisis.
143 03 siempre ha sido abierto. Siempre hemos estado abiertos. Cualquier acceso que uno 04 u otro haya querido o lo que los niños hayan querido hacer eh::m 05 Te: Así que parece que ambos esto es May y Rick están sintiendo que 06 pueden haber algunas repercusiones del divorcio en lo que concierne 07 a los niños pero no es fácil para ustedes saber cuáles son. 08 Ma: Se podría decir= 09 Te: =¿Es esto correcto? ….. La formulación de la terapeuta (líneas 05‐07) construye a “ambos” padres como preocupados de que los niños puedan estar siendo afectados por el divorcio (“…que pueden haber algunas repercusiones…”). También describe a los padres teniendo dificultades para identificar exactamente cuáles son esos efectos (línea 07: “no es fácil para ustedes saber cuáles son”). De este modo no es sólo una respuesta luego del turno del padre, sino que aglutina elementos de las versiones de ambos padres sobre los problemas de su hija. Invoca la descripción del padre del periodo cercano al divorcio como “un poco traumático” y sugiere que las dificultades de Clarissa están relacionados caulsamente, pero también incorpora aspectos de la versión de la madre – esto es, que Clarissa “acumula las cosas”. La terapeuta por tanto intenta hacer las versiones de los padres más compatibles. Ella también siembra una versión relacional de las dificultades – “ambos” niños necesitan comunicar sus sentimientos sobre el divorcio a sus padres. La lectura de la literatura sobre análisis del discurso 18 puede ayudar a notar otras micro‐ características de la interacción‐en‐el‐diálogo. Para desarrollar aún más las habilidades de observación Aunque una lista de referencias y de lecturas sugeridas y enlaces web se incluyen en el presente artículo, muchos más se encuentran disponibles. 18
analíticas, las dos secciones siguientes (Estructuras en Patrones y Responsabilidad) presentan diversas características del análisis conversacional del diálogo (pares adyacentes, lugar relevante para la transición y responsabilidad) seguido por la sección (Posicionamiento relacional) donde se presenta la perspectiva del ACD. Estructuras en Patrones: el AC fue desarrollado para articular y sistematizar las prácticas interpretativas de la interacción‐en‐el‐diálogo y describe el ordenamiento, estructura, patrones secuenciales y regularidades de interacción. La trasgresión de estas regularidades y estructuras rompe las normas sociales19 y puede llevar a interrupciones de la interacción social y a atribuciones negativas respecto de la intención y el carácter de la persona que rompe la regla. Las secuencias de micro‐patrones son críticas y necesarias para producir para la producción compartida del significado dado que nos permiten anticipar y confiar en que esa respuesta particular preferida le seguirá a nuestras propias acciones. Sin embargo, estos patrones típicamente pasan desapercibidos hasta que se los trasgrede. 20 Dos ejemplos de ordenamiento estructurado son los pares adyacentes y las secuencias de turnos. Los pares adyacentes son conductas basadas en reglas que requieren al menos dos turnos y que los hablantes típicamente ven como normativas. Estos pares pueden incluir pregunta/respuesta, saludo/saludo, ofrecimiento/aceptación o rechazo, acusación/negación o aceptación, petición/aceptación o negación y evaluación/acuerdo o negación. El hablante posee una Garfinkel hacía que sus estudiantes realizaran “ejercicios de trasgresión” en los cuales ellos rompían normas sociales a través de mirar hacia atrás en un ascensor, negociar precios en una tienda de abarrotes o pedirle a las personas que les explicaran cuidadosamente a qué se referían realmente cuando preguntan “¿Cómo estás?” Las respuestas incluían sorpresa, confusión e ira (Heritage, 1984). 20 Shotter (2003) expone la visión de Wittgenstein de que cuando seguimos las reglas de los juegos de lenguaje, uno no elige obedecer, sino más bien, obedece la regla ciegamente. Shotter agrega que incluso antes George Herbert Mead (1934) afirmó que el mecanismo de significado está presente en el acto social de manera anterior a la emergencia de que la conciencia o percepción del significado ocurra” (p. 440) 19
144 expectativa y una responsabilidad de cómo el receptor debería responder a la primera parte de un par adyacente. Mientras que las respuestas preferidas pueden algunas veces incluir negaciones (“¿Llamaste para acordar la cita?”/”no”), existe una cantidad limitada de respuestas aceptables en pares adyacentes. No responder a una pregunta (o saludo, acusación, oferta, etc.) sino a través de un silencio o un cambio de tema es una respuesta que típicamente requiere responsabilidad (responder por aquello) y arreglos entre los hablantes de tanto en tanto. Analizar la secuencia de estos intercambios lleva a una demostración de cómo el hablante interpreta las respuestas no‐preferidas y atribuye motivos y otras características a la otra persona. Ejemplo I (ver la Tabla I para una descripción de la notación de transcripción) 1 W: ¿Llamaste para acordar la cita? 2 H: No. 3 W: ¿Puedes llamar ahora? 4 H: Seguro Ejemplo II 1 W: ¿Llamaste para acordar la cita? 2 H: No. 3 a H)
(silencio de 4 segundos) (W continua mirando
4 H: Siento haberlo olvidado (.5) Estaba ocupado. 5 (pausa de 3 segundos) 6 H: MALDITA SEA. ¿Por qué me sigues fastidiando por esto? Ya di::je que lo sentía. 7 W: ¿A qué te refieres? No dije nada. ¿Por qué t::ú estás tan a la defensiva? El Ejemplo I demuestra un intercambio coordinado de dos pares adyacentes entre W y H. La
respuesta de H de “No” (línea 2) es aceptada por W quien agrega una pregunta de seguimiento, con una respuesta afirmativa de H. Además, la rápida respuesta de H demuestra que él acepta sus peticiones como legítimas y razonables. En el Ejemplo II, el silencio de cuatro segundos (línea 3) es una larga pausa y trasgrede una secuencia de respuesta preferida. Esto podría indicarle a H que su respuesta no es aceptable o suficiente, lo cual queda demostrado pues ofrece primero una disculpa y se excusa para reparar su incumplimiento respecto a realizar la cita (línea 4). Entonces, luego de una pausa de ½ segundo y sin respuesta todavía de W, H provee una nueva explicación para su incumplimiento (“Estaba ocupado”). Esto es seguido por un silencio de tres segundos. En la línea 6 H rompe el silencio con un improperio seguido por una atribución negativa (fastidiando) del comportamiento de W (silencio). Él plantea esta atribución en forma de pregunta (¿Por qué me fastidias?) reiterando que él había dicho que lo sentía, sugiriendo que esta excusa debería ser suficiente en la mitigación de su responsabilidad. La respuesta de W (línea 7) niega la interpretación de H del intercambio y su atribución de lo que el silencio significa (“No dije nada”). W entonces atribuye motivación negativa respecto de la conducta de H acusándolo (enfatizando “t::ú”) de estar “a la defensiva”. En contextos clínicos, este breve intercambio podría ser el comienzo de una larga secuencia de conflicto en escalada para la pareja mientras se atribuyen culpa y déficits en el carácter moral el uno al otro. Es importante para un terapeuta sistémico apreciar estos patrones, dado que abren posibilidades para observar su génesis, la expectativa de las respuestas preferidas, y como las trasgresiones de los patrones pueden llevar a eventuales problemas. También proveen oportunidades para el cambio clínico a través de la interrupción de los patrones (Haley, 1973; Keeney, 1983). Otro ejemplo de estructuras en patrón en el diálogo es la organización de los turnos. La organización de los turnos se refiere a cómo dos o más personas coordinan quién puede hablar, cuándo hablan y por cuánto tiempo hablan. Sacks y sus colegas (Sacks et al, 1974) hablan de lugar relevante para la transición (LRT) como el momento en la conversación cuando los
145 participantes reconocen el potencial final de un turno y una posible transición a un nuevo hablante. Esto podría incluir una verbalización (que puede ser una palabra, una frase o una larga historia), una pausa o la selección (verbal o no verbal) de la próxima persona por parte del hablante. Heritage (1984) manifiesta que “la posición adyacente de verbalizaciones es el principal medio por el cual los hablantes ejercen influencia local en la conducta de un co‐hablante” (p. 265). Los pares adyacentes, tal como se expresó anteriormente, presentan un LRT con la petición de una respuesta en la completación del primer turno de la secuencia. En el Ejemplo II, un LRT ocurre con el prolongado silencio en las líneas 3 y 5. Ambos son momentos donde W puede responder a la afirmación de H que él ha presentado como respuestas completas. Incluso la breve pausa de ½ segundo (línea 4) es un LRT que no es tomado por W. 21 El silencio deja las respuestas de H como incompletas, mientras él busca terminar la secuencia interpersonal. Una respuesta diferente de W, tal como “gracias por decir que lo sientes, eso ayuda” o “esta es la quinta vez que olvidas llamar y decir que lo sientes ya no funciona” (línea 5) representa un reconocimiento de la acción de H, con diferente responsabilidad moral. De la misma manera, una respuesta diferente de parte de H en la línea 2, tal como “No, pero, sabes, no veo que necesitemos realmente esta cita. ¿Podemos hablar de esto?” podría también llevar a una secuencia bastante diferente de diálogo y resultados. Si este fuese un contexto clínico, el terapeuta también podría haber intervenido en esta secuencia. Mientras que la estructura de un LRT hace posible que todos los participantes se involucren en una interacción, lo que puede suceder en el diálogo clínico es que algunos participantes ya sea no tomen turnos al hablar (Ejemplo II) o les sea negado su turno. La forma en que la secuencia de turnos sea negociada con parejas y familias (no tomar el turno propio, tomar el de otra persona, interrumpir, etc.) posee consecuencias en la definición de las relaciones y las dinámicas de poder. La 21 Si este ejemplo fuese parte de una interacción extendida, el ACD podría también haber sido usado para considerar los factores socioculturales que influencian el silencio de la esposa. El ACD sera presentado en el Ejemplo IV.
forma en que el terapeuta administra la estructura de tomar turnos también posee importante implicaciones en el proceso terapéutico. Esta administración puede ser bien coordinada o abrupta e incómoda, con los posibles resultados negativos de que alguien resulte ofendido. Responsabilidad: La responsabilidad, tal como es vista por la etnometodología y el AC, es demostrada a través de la conducta social. Drew (1998) afirma que los fenómenos que son sujetos de responsabilidad son “constituidos a través de nuestra práctica de reportar, describir y razonar” y traen a la mano “las dimensiones morales del uso del lenguaje” (p. 295). Las propias palabras, descripciones y acciones son eventos sujetos de responsabilidad dado que muestran los valores morales de una acción (justo/injusto, honesto/deshonesto, apropiado/inapropiado, etc.). Las descripciones son diseñadas para propósitos interaccionales específicos, y como tales ellas están “realizando un trabajo moral, dado que proveen la base para la evaluación del carácter “correcto” o incorrecto” de lo que sea que se está reportando” (Drew, 1998, p. 295). En consecuencia, lo que uno dice y cómo es expresado se convierte en el estándar de lo que uno es responsable. A través de secuencias más largas de interacción‐en‐el‐diálogo, cuando los participantes se esfuerzan por clarificar comentarios previos, demuestran prácticas vitales de responsabilidad. Una implicancia crucial de la responsabilidad que es relevante para el discurso clínico es que las intenciones 22 propias son solamente reconocidas y demostradas a través de la interacción‐en‐el‐diálogo. Mientras que los diálogos internos y los diálogos interpersonales típicamente se dan forma recursivamente unos a otros, la única forma en que una persona alcanza el entendimiento de lo que el otro se refiere y está pensando es a través de sus acciones discursivas expresadas. La interioridad propia historiada (las intenciones y motivos) son demostradas y conocidas para los otros sólo a través de la interacción‐en‐el‐ diálogo. Sin embargo, en terapia (al igual que en Por intención me estoy refiriendo a una versión interna historiada que uno se cuenta a sí mismo para explicar sus acciones y motivaciones. Este diálogo interno es intersubjetivo y logrado recursiva y discursivamente. 22
146 cualquier interacción social), los hablantes podrían ver sus verbalizaciones y acciones como reflejando sus descripciones emocionales e historiadas del ser y, en consecuencia, considerar que estas verbalizaciones demuestran de manera fidedigna sus intenciones y motivos internos historiados. Esta dinámica puede llevar a diálogo problemático en terapia, situación en la que los hablantes pueden no tomar responsabilidad o conectar su responsabilidad a su interacción‐en‐el‐diálogo, y en vez de esto, coordinan su carácter personal, responsabilidad y entendimiento a sus significados internamente historiados, como una especie de monólogo centrado en sí mismo (ver Sampson, 2008). En estas situaciones, el hablante A atribuye las respuestas del otro (B) a los comentarios internos de A y no a la actuación real de A en la interacción‐en‐el‐diálogo. Esto puede llevar a una desconexión dialógica pues los hablantes A y/o B alcanzan entendimientos diferentes de la respuesta mostrada por el otro, muy contrastantes en comparación a lo que cada persona se cuenta a sí mismo en su propio diálogo interior privado.23 24 Esto puede llevar a una secuencia en escalada de responsabilidades morales atribuidas negativamente mutuamente tal que cada hablante sólo considera la respuesta del otro en relación a su narrativa interna, en vez de atender a la interacción‐en‐el‐diálogo con‐ construida. De manera consistente con las ideas de Bakhtin (citado en Shotter, 203), esto es un tipo de monólogo en el cual “nosotros inevitablemente transformamos el mundo representado en un objeto sin voz de esa deducción” y “nos hacemos sordos a la respuesta del otro” (cursiva en el original p. 438), así como también sordos y ciegos a nuestras propias palabras. Esto no constituye un problema de falta de comunicación por sí mismo, sino más bien son los hablantes mismos quienes están referenciando el significado y el propósito de su diálogo a su diálogo Un excelente ejemplo de una interacción con buenas intenciones que termina mal puede encontrarse en Davies & Harré, 1990. 24 El engaño puede ser visto de una manera similar, como cuando una persona se involucra en múltiples realidades historiadas y se esfuerza por mantener varias versiones precisas para contextos específicos. 23
interno construido más que a la conversación mostrada en la interacción‐en‐el‐diálogo. 25 En esta cacofonía multivocal los hablantes privilegian su relato interiorizado (alcanzando significado moral, caracterizaciones y entendimientos) y basan su responsabilidad en su diálogo no mostrado, en vez de sus interacciones‐en‐el‐diálogo demostradas. En consecuencia ellos pueden resultar sorprendidos (y molestos) por las respuestas que hacen referencia a su diálogo exhibido (ver Gale, Odell & Nagireddy, 1995; Roy‐ Chowdhury, 2001). En el Ejemplo III más abajo, el terapeuta, trabajando con una pareja, está tratando de reparar la responsabilidad del marido por sus comentarios sobre el estado de una aventura. Aunque no se presenta en este segmento 26 , el terapeuta a lo largo del caso está tratando de evitar diálogo problemático sobre el pasado y de trabajar para enfocar a la pareja en su relación tal como es actualmente y puede serlo en el futuro (Gale, 1991). Ejemplo III 221 Te: ((el terapeuta mira tanto a marido como a 222 la esposa)) Ok me refiero a que pero está el contacto 223
con la persona::: eh en el pasado o esto
224
está todavía ocurriendo?
225 M: Esto ehh ((mira hacia arriba y a su derecha)) Similar a la noción de Karl Tomm de un otro internalizado, los hablantes pueden quedar atrapados respondiendo no sólo a su modelo historiado internalizado del otro, sino que también a su modelo internalizado de sí mismos. En esta situación la interacción‐en‐el‐diálogo demostrada es invisible a los participantes dado que no están presentes en el intercambio momento‐a‐momento, sino más bien respondiendo a su versión construida e internalizada de su propia identidad y la del otro. 26 A pesar de que no se puede visualizar en este segmento, la mayoría del diálogo de la sesión fue entre el terapeuta y la esposa y el marido fue usualmente un participante silencioso. 25
147 226
(.hhh) (1.0 Yo diría que está eh 95 por
227
ciento terminado (.) ((el terapeuta asiente)) ella
228
intenta contactarme en el trabajo =
229 Te: =Ok, así que de tu parte dijiste ok quiero 230
quiero reparar esto ((esposa y
231
marido asienten)) hacer lo que pueda
232
para reparar esto (.hh) ((marido asiente))
233 algo
ella todavía algunas veces intenta ahm obtener
234
de contacto ((marido asiente)) contigo tanto
235
como sea posible tú (.8) (.hh) tú
236 lo has estado tratando de dejar de lado ((gestualiza 237
hacia la derecha)) ((el marido asiente))
De Gale, 1991, p. 111 En el Ejemplo III el terapeuta (Te), trabajando junto al marido (M) y la esposa (E), le pregunta a M si el contacto con la otra mujer está en el pasado o si todavía continúa (líneas 223‐224). La respuesta situacional preferida esperada para H es responder que “está en el pasado” sugiriendo que la aventura se terminó. Esto apoyaría la agenda del terapeuta de dirigir a la pareja a una discusión enfocada en las soluciones. Sin embargo, la respuesta del marido “Yo diría que está eh 95 por ciento terminado” (líneas 226‐227) abre la posibilidad de diálogo sobre el problema respecto de la aventura que puede no haber concluido. Adicionalmente, esta afirmación hace responsable al marido por el 5%. El marido, luego de una breve pausa agrega, “ella intenta contactarme en el trabajo” (líneas 227‐228)‐ Esta afirmación sirve para reparar su responsabilidad por el 5% implicando que es la otra mujer la que lo está buscando. El terapeuta rápidamente se alinea con la reparación de H ya que inmediatamente (como es notado por =) toma el turno luego de H previo a un LRT y presenta un turno extendido para fortalecer y (re)formular la reparación de H (líneas 229‐237). La
(re)formulación del terapeuta presenta a H no sólo como queriendo que el matrimonio funcione, sino también trabajando duro para reparar el matrimonio (repitiendo este punto dos veces, 229‐232), y la otra mujer es la culpable mientras que H “tanto como sea posible tú (.8) (.hh) tú lo has estado tratando de dejar (esto es, a la otra mujer) de lado” (líneas 234‐236). En su turno, el terapeuta está proveyendo un reporte detallado e información adicional a la respuesta problemática de H y re‐formula un nuevo entendimiento de su carácter y responsabilidad por trabajar en el matrimonio. La intervención del terapeuta en este punto de la terapia es importante pues lleva el diálogo de la sesión lejos de la aventura y establece el carácter moral del marido como comprometido con el matrimonio (ver Gale, 1991; Gale & Newfield, 1992). En este segmento el terapeuta estableció una importante caracterización moral del marido a través de la (re)formulación de los comentarios del marido. Una respuesta diferente del terapeuta respecto de las afirmaciones del marido sobre que la aventura se había acabado en un 95% (líneas 226‐227) podría haber llevado a una conversación clínica bastante diferente con diferentes responsabilidades morales del marido y diferente participación de la esposa. Esto no significa que una conversación diferente hubiese sido más útil27, sino que el proceso, el foco, las interacciones y la responsabilidad de cada persona podría haber sido muy diferente y hubiesen sido posibles resultados positivos (y negativos) alternativos. Posicionamiento relacional: Extender la discusión al uso analítico discursivo de la responsabilidad corresponde al concepto de posicionamiento relacional. El posicionamiento relacional, aunque similar al análisis de categorías de membrecía (ACM) de la etnometodología, está informado del posicionamiento del sujeto en la teoría narrativa (Davies & Harré, 1990). El posicionamiento relacional trae a la mano una perspectiva crítica discursiva. Harré y van Langenhove (1999) definen el posicionamiento como un “concepto La pareja informó varios años después que esta sola sesión (presentada en frente de una audiencia como parte de un taller de entrenamiento) fue muy útil para ellos.
27
148 metafórico a través de la referencia a los atributos personales o “morales” de un hablante que son recolectados de forma compendiada. Uno puede posicionarse a sí mismo o ser posicionado como, por ejemplo, poderoso o débil, seguro de sí mismo o inseguro, dominante o sumiso, decidido o indeciso, autorizado o no autorizado” (p. 17). En la interacción‐en‐ el‐diálogo, “el poder involucra la forma en la cual se le otorga a las personas lugar y subjetividad dentro del discurso” (Sampson, 1993, p. 1223). Dentro de las narrativas, existen limitadas posiciones posibles de sujeto que cada personaje puede tomar. Por ejemplo, los discursos culturales sobre los roles de género (Hare‐ Mustin, 1994) presentan posiciones particulares para hombres y mujeres que sirven para adscribir sus conductas, relaciones y motivos. En este sentido, se puede decir que las personas son posicionadas por las estructuras culturales narrativas de regularidad. Los individuos pueden también resistirse a los discursos dominantes para crear posiciones alternativas de sujeto. El análisis de cómo un participante se posiciona a sí mismo/sí misma, o posiciona a otro, o es posicionado por otro tiene importantes consecuencias. Buttny (2004) destaca cómo los participantes que lidian con problemas usualmente tienen una apuesta respecto a cómo son vistos por los otros en relación a la agencia y la acción de tal manera que se posicionan a sí mismos “para ser vistos favorablemente o para minimizar las implicancias desprestigiantes de sus acciones” (p. 170). Una extensión de la teoría del posicionamiento y parte de la tradición de la etnometodología es el ACM. El ACM es la categorización de identidad/rol que ocurre en la interacción social mientras cada participante clasifica e identifica a los otros. Estas clasificaciones pueden incluir roles (padres, niño/niña, profesional, de la clase trabajadora), estatus (rico, pobre), características personales (heterosexual, atlético, etc.), ubicación geo‐ histórica (lugar de nacimiento, etnia, escuela asistidas), configuraciones de relaciones (amistades con individuos particulares o grupos) y otras más. Estas categorizaciones no sólo denotan una característica de identidad, éstas también proveen una expectativa de las cualidades personales asociadas con roles específicos. Por ejemplo, la clasificación de madre puede inferir características de la persona como ser cariñosa, sensible y responsable. Ser
categorizado como un adolescente puede inferir características de independencia, como todavía escolarizado e irresponsable. Un individuo que es visto como miembro de ambas categorías (por ejemplo una madre adolescente) puede llevar a los participantes a inferir cualidades conflicto en estos dos roles (Buttny, 2004). El análisis de la interacción‐en‐el‐diálogo muestra cómo estas categorías en conflicto y características son solucionadas y entendidas entre los participantes (por ejemplo cómo una madre adolescente podrá efectivamente criar a su hijo y continuar su educación). En el discurso clínico, tanto el posicionamiento como el ACM se vuelven muy importantes. Por ejemplo, cómo una esposa y su marido son posicionados en la narrativas culturales (roles de género, orientación sexual, estatus social, etc.) y cómo ellos se posicionan el uno al otro en su propia relación puede invitar a variados cursos de acción para el terapeuta. Ejemplo IV 316 Jane: Y tengo que decir que um (.) que tenía que tener siempre el um tener el control 317 de todo (.) tenía que tener el control de (.5) de él (sí) de nuestra 318 relación yo pensaba yo yo pensaba que si lo podía mantener todo bajo control (.) um 319 por alguna razón yo sería más fe feliz y mi contribución es soltar 320
y confesar y tomar su consejo.
321 Te: (hh) Cuando dices en control te refieres al tipo de tomar responsabilidad por 322 (1.0) por la mayoría de las cosas o:: o sentir que eres responsable por muchas cosas 323 eso es lo que querías decir por control o:: te referías a otra cosa? 324 Jane: (3.0) um sip probablemente tenía que tomar responsabilidad (.) (sí) por todo 325
(.) (ok, sí) mhm (sí).
149 .... 330 Tom: y yo tal vez tenía el mismo problema y todavía comparto el hecho de que 331 la opinion de Jane es tan válida como la mía (correcto) y luego compartiendo estas (.) 332 opiniones de una manera realmente creo que ambos (.5) gastamos mucho tiempo 333 intentando tener el control p‐por diferentes razones (sí) y uh ahora hemos aprendido 334
Creo que a (.5) soltar un poco
335
[
336
[
]
]
337 Te: (inaudible) así que la palabra la palabra la palabra es respeto es que respetando la 338 opinión de cada uno y (sip) (.) y uh (.) los valores y principios y eso
representar una perspectiva orientada en un sentido masculino en la construcción del significado (Hartsock, 1983). La pregunta del terapeuta y respuesta tentativa (una respuesta potencial incluida en la pregunta) sugiere una descripción alternativa a la posición que se atribuye a sí misma Jane y a la clasificación de identidad de “controladora” a una de responsabilidad (líneas 321‐ 323). El terapeuta entonces presenta una nueva formulación de la posición de responsabilidad de la pareja (Jane controlando a Tom) hacia una posición colaborativa de respeto mutuo y del co‐privilegio de perspectivas (líneas 337‐338, 340‐341). La pregunta del terapeuta de si hay un mejor nombre para el “respeto o:: aceptación o algo?” (líneas 340‐341) presenta la decisión de ya sea aceptar o legitimar la nueva formulación o definir su relación de manera diferente. Sin embargo, la respuesta preferida establecida en los turnos anteriores es aceptar este respeto y aceptación compartida sobre la descripción de su relación.
Otro ejemplo de cómo el análisis discursivo y la revisión del posicionamiento relacional puede ser útil es desde el análisis de un profesional clínico sobre un caso 339 Jane: sí de terapia de pareja (Gale, Anderson, Slater, Templeton, 340 TH: así que respeto o:: aceptación o algo? & Childs, 2004). El terapeuta, un estudiante doctoral de Me refiero a cuál es cuál es el nombre TFP (terapia familiar y de pareja), sensible a resistir una perspectiva orientada en un sentido masculino, estaba 341 para esto que ustedes dicen (.) que se ajustaría preocupado de que se había aliado en demasía con el mejor a lo que es? marido y no estaba respondiendo a la situación de su De Kogan & Gale, 1997, p.114 compañera. Sin embargo, su análisis de diversos segmentos de este caso mostró de hecho lo opuesto. Su análisis indicó cómo la narrativa de la esposa fue En este segmento esposa, marido y terapeuta influyente en guiar al terapeuta a adoptar una están alcanzando varios posicionamientos sociopolíticos perspectiva que privilegiaba su versión moral (viéndola y temas de membrecía identitaria en la negociación del como frágil y con su marido aprovechándose de ella) concepto de “control” (ver Kogan & Gale, 1997; Gale, mientras minimizaba la posición relacional vulnerable del Lawless & Roulston, 2004). La noción de control en el marido. De manera interesante, cuando este análisis fue Ejemplo IV está enmarcada dentro de una narrativa presentado al resto de los autores, las mujeres cultural sobre la identidad de una mujer en contextos reconocieron rápidamente (más que los hombres en el familiares. Tal como manifiesta Bograd (1988), las grupo) cómo el terapeuta había aceptado demasiado la mujeres se enfrentan al doble estándar de que se les versión de la esposa y sus caracterizaciones morales. asigne responsabilidad por las relaciones familiares, pero no pueden estar en la posición de administrar las cosas. COMENTARIOS FINALES En el segmento previo (líneas 316‐319), Jane en un El objetivo de este artículo era presentar los beneficios comienzo se posiciona a sí misma como “controlando” de del análisis discursivo para los profesionales sistémicos y una manera que es potencialmente negativa y tiende a proveer de estructura y habilidades para la conducción
150 de un análisis. Las aproximaciones del análisis conversacional y el análisis crítico del discurso fueron presentadas. Un marco teórico fue provisto, en gran parte basado en el construccionismo social, que presentó la interacción‐en‐el‐diálogo como constitutiva de la realidad y una actitud de conciencia plena, crítica y no – enjuiciadora para el análisis. La construcción relacional de la identidad y la negociación de la verdad fueron presentadas también como pasos iniciales para la conducción del análisis discursivo. Las secciones sobre Estructuras en Patrones y Responsabilidad presentaron varias características del diálogo en el AC (pares adyacentes, lugar relevante para la transición y responsabilidad) y la sección sobre Posicionamiento relacional proveyó una perspectiva de ACD. El análisis discursivo como una práctica y como un esfuerzo académico ofrece beneficios a los profesionales, investigadores y educadores. Para los profesionales, el análisis de su propio trabajo representa desafíos que deben ser respondidos. Esto incluye una atención de conciencia plena (mindfulness) a la escucha crítica de la interacción‐en‐diálogo mostrada, y no el privilegio en demasía de su propio diálogo privado interno y el conocimiento no examinado y dado por sentado (y asumido) sobre las características de los clientes, sus motivaciones e interacciones. Se sugiere que cuando se analiza el trabajo propio el analista trabaje con un equipo para refinar el análisis a través del apoyo de múltiples perspectivas, críticas y conversaciones El análisis discursivo puede ser una buena adición a la supervisión para proveer un entendimiento más rico y crítico de lo que funciona y lo que no. Al realizar análisis del trabajo propio, sin embargo, es importante estar consciente de que uno verá imperfecciones, dado que todo diálogo, cuando se examina bajo una lupa, revela defectos. El análisis
discursivo es también una excelente herramienta educacional para mejorar la apreciación propia de los procesos sistémicos y para observar cómo los fenómenos psicológicos e interpersonales son negociados relacionalmente, mantenidos y cambiados. En las empresas investigativas surgen muchas preguntas que el análisis discursivo puede responder. Tal como Roy‐Chowdhury (2003) and Strong, Busch, & Couture (2008) destacan si bien el análisis discursivo está empíricamente fundamentado en la experiencia de los clientes y la voz creadora de significado, es un fuerte complemento para la investigación basada en evidencia pues provee una riqueza de detalle que no ha sido examinado. Si bien muchas de las terapias postmodernas típicamente no son examinadas desde perspectivas basadas en la evidencia, el análisis discursivo provee un enfoque investigativo para examinar estar terapias y sus afirmaciones. El análisis discursivo también tiene sus precauciones. Antaki, Billig, Edwards, & Potter (2003) ilustran seis defectos de algunos investigadores en la realización del análisis de discurso. Estos incluyen afirmaciones circulares de discursos sobre constructos mentales, no proveer suficiente análisis descriptivo a través de presentar la interacción‐en‐el‐diálogo como hablando por sí sola y el sub‐análisis a través de tomar partido. Uno puede volverse también excesivamente analítico, realizando afirmaciones basadas sólo en un par de ejemplos seleccionados. Si bien el análisis discursivo puede realizar contribuciones significativas al estudio sistémico de los sistemas humanos, es sólo un punto de vista de muchas perspectivas para entender la creación de significado humana.
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TABLA 1 NOTACIONES DE TRANSCRIPCIÓN →
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hhh
La letra “h” es usada para indicar inspiraciones audibles, su extensión es aproximada al números de “h”s. Si está precedida por un punto, la inspiración es inhalación.
[
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MAYÚSCULAS
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