Una Iglesia “en salida” y en búsqueda de la verdad. Aportes de Edith Stein sobre una fe en salida y en búsqueda de Dios

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Descripción

TEOlOGiA ,

Una Iglesia "en salida" y en busqueda de la verdad. Aportes de Edith Stein sobre una fe en salida y en busqueda de Dios

HAnDY BELLO.

Ponrificia Universidad Car61ica de Chile

t.

'I

..

,

I. lntroduccion Atendiendo a los trabajos y preocupaciones actuales de repensar la fe, de mirar y analizar nuestro entorno, de redescubrir la novedad del Evangelio en tiempos de crisis, de persecuci6n y de diversos cuesrionamienms at mensaje de la Iglesia fren­ te aI mensaje de Cristo, es misi6n de cada bautizado hacer propias todas aquellas inquietudes y difc i ultades, y refe l xionar la fe en dave actual . Es eI ejercicio de dar raz6n de nuestra esperanza, sin remor a examinarnos de frente al rostro amoroso de Dios, pues la Palabra revelada en eI Hijo es vida y por tanto, es presencia de Dios en la historia. En este contexto, Evangelii Gaudium habla de la necesidad de "una Iglesia en salida", argumeorando que "en la Palabra de oios aparece constantemente este dinamismo de «salida» que Dios quiere provocar en los creyentes ..."1. La pro­ puesta del papa Francisco transluce una imagen 0 idea de Iglesia, que lejos de ser innovadora 0 progresista (como se Ie ha calificado a nuestro pontifc i e), vuelve la mirada hacia la experiencia evangelizadora de los primeros siglos. Una comuni­ dad que adquiere una nueva fuerza a partir de la experiencia saivifica de Oi 05 en Jesucristo (fortaleza recibida de forma plena eI dia de Pentecost"s). Es un Pueblo que, al igual que Jesus, quiere prodamar de ciudad en ciudad "e1 gozoso anuncio

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del cumplimiento de las promesas y de la Alianza propuestas por Dios"'- Es una Iglesia en constante expansion y porradora de esperanza. "Ay de mf si no predi­ cara el Evangelio" expresaba con profunda conviccion eI ap6stol Pablo

9,

16).

(I

Cor

Por tanto, anunciar la Palahra de Dios no era -ni es hoy- una apdon, ni

rampoco respuesta a una vocacion particular, sino que mas bien es una condici6n ontologica del

ser cristiano.

A rafz de esta propuesra, vale preguntarse si acoger Iglesia en salida ,no requerira de un metodo

0

laforma men tis de una

una pedagogfa especial? Si bien

hay diversos modos de abordar eI problema, pienso que mas que un metodo, seria interesanre iluminar este aSUl1m con eI testimonio de aquellos manires que han entregado su vida por Cristo, convirtiendose en expresi6n viva de una Igle­ sia (jen salida", Quisiera destacar en particularmente, el aporte de santa Teresa Benedicta de la Cruz como paradigm a de una fe en constante busqueda, una ' fe que va hacia afuera para dar tesrimonio de Cristo sin remar a ser crucificada junto a E l. Es por esto que abordaremos el aporte de santa Edit h en dos partes: •

" Una fe en salida, en busqueda de la verdad" (aspectos biograficos de su busqueda de Dios mediante la busqueda de la verdad).



" La busqueda de Dios, una

pedagogia cristiana en clave de salida" (aportes

de sus escritos en relacion a la formacion de la persona a la luz de la Fe).

II. Edith Stein: Una fe en salida, en busqueda de la verdad " La experiencia de esta mujer, que afront6 los desaffos de un sigle atormen­ tado como eI nuestro, es un e jemple para nosotros."3 La dramaticidad de su vida nos muestra como el deseo insaciable de Dios y la busqueda de la verdad', se transforman en eI escenario vital para permitir (una vez realizado eI encuentro con el amor de Dios, manifestado en Cristo) el anuncio de la Fe. Hay quienes aqui podrfan juzgar: ,c6mo es posible hablar de una fe en salida cuando nos referimos al testimonio de una monja carmelita de clausura? � Podrfa considerarse su experiencia conventual, como una limitaci6n de una fe en salida? Para responder a estas preguntas, basta con revisar parte de la biografia de Stein:

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TEOLOGfA

Edit h nace el

12 de ocwbre de 1891 en

Breslau ( hoy Wroclaw, Polonia), en el

sena de una familia judias. Es la menor de siere hermanos. Desde pequefta, mani­ fiesta gran inreres por la historia y la lircrarura, demostrando un mundo interior energico y Ileno de interrogantes. Entre los afios

1906-1907 ya lee a poetas y dramaturgos como

Friedric h Heb­

bel, Henri!, Ibsen y William Shakespeare; se prepara para entrar a la escuela de bac hilleraco, y a pesar de cultivar activamente su mente creativa, atraviesa un proceso de indiferencia religiosa que marca su busqueda de la verdad. Ingresa a la Universidad de Breslau, donde toma cursos de filosofia, estudia psicologla y participa en actividades extra academicas de pedagogia y excursionis­ mo. Pese a participar diligentemente en sus clases s610 alcanz6 a estudiar dos anos de Germanicas e Historia, pues, luego de leer las Investigaciones 16gicas de Edmund Husser! decide trasladar su expediente a la Universidad de Gotinga, donde lIegar. a seI Sil alumna y ayudanre. Encaminada en su itinerario filos6fico. realiza varias actividades, entre elias, servir voluntariamente como enfermera en un hospital mUitar en Moravia, atendiendo a los heridos de guerta

(1915).

En agosto del ana siguienre, presenra en Friburgo de Brisgovia su resis docto­ ral, que posteriormente sera parcialmente publicada bajo el titulo Zum Problem

der Einfiihlung (Sobre el problema de la empatfa). Canace a Martin Heidegger y trabaja como asistente personal de Husser! en Friburgo, labor que en

1918 ella

deja de lado, par considerar que su mentor -en la obra sabre las Ideas-, aun no habra logrado lIegar a las casas mismas, y por tanto, su investigacion seguia ence­ rrada en la candenda 0 en la inmanencia6, Adicionalmenre, se ocupa de preparar la publica ci6n de los escritos de su amigo Adolf Reinach, quien sirviendo en la I Guerta Mundial, habia muerto en el frente de batalla. La filosoHa como fundamento efectivo y presupuesw de las ciencias posi­ tivas7, particularmente la fenomenologfa, es durante este riempo, su gran gUla en la fiel busqueda de la verdad. A su vez, la pregunta par la mujer comienza a cobrar importancia, especialmente cuando en

1919, par el

hecho de ser mujer,

se Ie impide e jercer la docencia universitaria. Si bien todavia no desarrolla un pensamiento maduro al respecto, nacen las pregunras que mas adelante dadn . vida a sus escritos sabre la formaci6n de la persona humana, la mujer y su papel en la sociedad.

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Edith vive un perfodo de crisis profunda, sin ser capaz de encontrar en la 610sofia ni en la fenomenologia, el ansiado fundamento vivo de la verdad. Cerca de

1918, por medio de sus amigos

Pauline y Adolf Reinach, y Hedwig

Conrad - Martius, Edith comienza su acercamiento a la fe crisriana. Durante un tiempo visita tanto la Iglesia cat61ica, como la Iglesia evangelica; es un tiempo de ardienre exploraci6n, perc encuentra Sll punro de infe l xi6n en

1921, cuando

descubre el testimonio de vida de santa Teresa de Jesus. Hay un vuelco, tanto en su forma de concebir la realidad, como en su relaci6n con Dios. Su conversion a Cristo derermina este nuevo camino que se abee ante ella: comienza a insrruirse en la fe cat61ica, lee eI Catecismo, se bautiza; trabaja dando c1ases de literatura en un Seminario administrado por las hermanas dominicas en Espira

(1923); se

introduce en la teologia de santo Tomas de Aquino e inicia su traducci6n de las

Quaestiones disputatae de Veritate; ademas, publica su traduccion de las cartas y

(1928) Yal ano siguiente, con motivo 70 anos de Husser!, publica HusserLs Phiinomenologie und

escritos del Cardenal John Henry Newman de la celebracion de los

die Philosophie des HI. Thomas von Aquino. Versuch einer Gegeniiberstellung (La Jenomenologia de Husserl y lafilosofia de santo Tomds de Aquino. Ensayo de una con­ /rontaci6nJB. Definitivarnente es eI comienzo de un perfodo distinto y destacado. en el que adelnaS, sus conferencias y cursos sabre la mujer. dicrados enrre

1933. camienzan a resonar entre las autoridades academicas

1928 y

y civiles en el rigido

contexto del nacional socialisma aleman. En octubre de

1933 da

uno de los pasos mas radicales de su vida, ingresa

aI convento de las Carmelitas descahas en Colonia (Alemania), donde toma el nombre de Teresia Benedicta a Cruce. nominaci6n que marca la autoconciencia del sentido de su vida y 10 que sera su muene. En la cruz de Cristo, Teresa Bene­ dicta encuentra descanso a su larga busqueda, Dios Ie revela -mediante su amor, seUado en 1a cruz-, la Verdad que pof aiios investigo. Y en el Carmelo, en

1936,

termino su obra Endliches und ewiges Sein (Serfinito, ser eterno), que fue publicada de forma postnma en

1950.

Su vida entre las hermanas estuvo lejos de ser una estadia tranquila. En

1939,

ano en que comienza la II Guerra Mundial, a causa del hostigamienro del poder politico, tuvo que ser trasladada aI Carmelo de Echt ( Paises Bajos), donde paso sus ultimos aiios de vida profundizando en la reologia de Dionisio Areopagita y en el conocimiento de la reologia mistica de san Juan de la Cruz y santa Teresa

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de Jesus. Dos grandes escriros nacieron de esta epoca: Wege der Gotteserkenntnis y KreuzeswissenschaJt (Caminos del conocimiento de Dios y Ciencia de la Cruz, res­ pectivamente). Su obra filosofico-teologica y mistica, concluye el domingo 2 de agosro de

1942, cuando un

camion de la Gestapo la espera a la salida del convento, y junto

a varios religiosos, entre ellos, su hermana Rosa, es llevada al campo de concen­ tracion de Ausc hwitz-Birkenau, donde -segun los registros de la Deutsches Rotes

Kreuz- el 9 de agosro de ese misrno ana, muere en la camara de gas. " De esta forma sor Benedicta, unida can Cristo y en media de sus hermanos de raza, se abraza con la mas profunda humillacion"'. Sin lugar a dudas, advertimos la riqueza que implica seguir el itinerario de su biograffa. Si bien, nos encontramos frente a una persona admirable en sus capaci­ dades academicas, «Ia grandeza intelectual de Edit h Stein no Ie sobrecoge, porque esa grandeza queda muy par detras de su vida realmente envidiable, totalmente impregnada par el amor de Dios»JO. En su hisroria ella reune la atractiva conjunci6n entre vida, obra y pensamien­ ro. Can el testimonio de su muerte nos dice " No acepH!is como verdad nada que carezca de amor. Yno acepteis como arnor nada que carezca de verdad. EI uno sin la oua se convierte en una mentira destrucriva"ll. Habiendo hecho un breve recorrido sobre la vida de santa Edith, podemos reromar las interrogantes sabre si �es posible hablar de una fe en salida cuando nos referimos al testimonio de una carmelita de clausum? Y si �Podria considerarse su experiencia conventual, como una iimitaci6n de una fe en salida? Seda un error mirar s610 el final de su vida para dar un veredicto, pues para ello debe considera­ se la rotalidad de su vida, can sus multiples etapas y procesos, pues precisamente en esta diversidad radica la riqueza de su testimonio. De este modo se hace mas clara la respuesta: Sl, es posible hablar de una fe en salida en el caso de nuestca san­ ta; y su experiencia conventual de ninguna manera pudo habet sido un obstaculo para evangelizar y salir al encuentCQ. Para Stein, la comptensi6n y la formaci6n integral de la persona como cuerpo material, como sec vivo, como sec animado y como ser espirirual, se hace vital para alcanzar la madurez humanal2• 5610 a partir de esta visi6n integradora, la evangelizaci6n podra secvir de fundamento para articular un anuncio de salvaci6n que sea efectivo y verdaderamenre humanizadoc.

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A ratz de 10 anterior, me gustaria destacar algunos aspectos biogd,fi�os de Edith Stein y reconocer en dichas situaciones (0 espacios comunes). diversos ele­ mentos que componen -directa 0 indirectamente y de forma paralela (van de la mano)-, eI proceso de formaci6n de la persona humana junto al proceso de evangelizaci6n, poniendolos al alcance de todos, 10 cual nos permite descubrir 10 extraordinario en 10 cotidiano y construir una vida de fe uen salida": i interior Cuando se nambra eI "inreres por la historia y la literarura", el "munco lIeno de interroga.nres" y la participaci6n de Edirh en "actividades extra academi­ cas",

se pone de mani 6esto eI caracter actual y encarnado del Evangelio, que se

ocupa de las inquietudes hwnanas mas nobles. Stein se hace cargo de esto, se forma, crece, aprende, escribe una tesis doctoral; se pregunta poc la mujer (y los problemas que Ie aquejan), par la ensenanza de la persona y su papel en la sociedad. Cuando sirve "voluntariamente como enfermera en un hospital militar en Moravia', demuestra aquella necesidad de salir al encuentro de los heridos, los necesiradosj cuando "rcabaja ciando clases en un Seminario" se haee cargo cam­ bien de ed ucaci6n de la fe. Cuando "vive un pedodo de crisis profunda" cuando se pregunta y no se J

conforma con las respuestas recibidas, busca nuevos rwnbos, persevera en la «bus­ queda de la verdad".

Ycuando encuentra a Dios no 10 deja. Realiza "su acercamiento a la fel> e inicia un "tiempo de ardiente exploracion", transforma su vida "en 5U forma de concebir la realidad, como en su relacion con Dios". "comienza a instruirse en la fe". "lee eI

Catecismo. se bautiza", "se introduce en la teologfa" e "ingresa al convento". Cada paso que ella da, hoy podemos entenderlo en clave de la totalidad de su hisroria: todo coopero para su encuentro de fn i itivo en la Cruz de su amado Jesucristo, par ello "toma e1 nombre de

Teresia Ben edicta a Cruce" y pone par escriro aquello que

ha descubierto. Sus obras, han sido publicadas y ha sido capaz de lJegar al coraz6n y la mente de miles de personas que la leen. Finalmente, al modr en Auschwitz­ Birkenau, ella se hace cargo de roda una vida en busqueda, una vida en salida al encuentro del ouo, que se sella en la camara de gas, unida a Cristo y en media de sus hermanos.

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TEOLOGiA

III. Edith Stein: La busqueda de Dios,

una pedagogia cristiana en clave de salida

En esta secci6n rescataremos tres aporres basicos, en relaci6n a una

pedagogia

cristiana en clave de salida. Esros puntas nos serviran para ilusnar la necesidad de prepararnos para el servieio de ser testigos y pottadores de la Palabra, ya que "hoy, en este «id» de Jeslls, esta,n presences los escenarios y los desaflos siempre nuevas de la mision evangelizadora de la Iglesia, y todos somos lIamados a esta nueva ((salida» misionera"13: a) La historia como espacio de sentido para la realizacion del plan de Dios b) Empatia y reconocimiento de las diversas "experiencias" de mundo c) La imagen de hombre y la comprension de la fe como lIamado individual y colectivo

a) La historia como espado de sentido para la realizadon del plan de Dios "La religion y la historia se van acercando para mf cada vez mas, y me pareee que los cron_istas medievales, que insertaban la historia del mundo entre la caida en el pecado y el juicio universal. eran mas expenDs que los modernos especialistas, a los que al considerar los hechos comprobados de una manera ciendficameore irreprochable se les ha escapado e1 sentido de la historia" 14. La valoracion que hace Stein sobre la historia como espacio y escenario vital de la realizacion del plan de Dias se hace evidente. No es posibl e concebir una reli gion ni una fe a modo humano, si no es

­

en la historia. Ella tiene clara conciencia

de que la salvacion operada por Dios a traves de los primeros padres (Abraham, Isaac, Jacob, Moises ... ) y de forma excelente y perfecta en jesucristo, se realiza historicamente, en un contexto de tension entre pecado original y juicio univer­ sal, entre origen y fin de los tiempos. Si bien, estamos marcados por e1 pecado de Adan y Eva, no estamos condicio­ nadas al sin sentido, porque hay una presencia real de Dios que ha hecho camino con su Pueblo. Ella se reconoce abiertamente como "hija del pueblo judio"15, 10 cual demuestra la herencia cultural y I. vision del caracter imborrable de la his-

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TEOLOGfA

coria, que posei'a todo hebreo en

espera de la Promesa. Poc 10 tanto, cada acci6n,

cada pensamiento, esta en tension escatologica y constituye una busqueda y un "salir al encuentro" de esta Promesa.

b) Empatia y reconocimiento de las diversas "experiencias" de mundo " La empatia, segun Edith Stein, es el conocimiento inmediato de 1a viven­ cia del orro, mas que, como generalmente se cree, la sintonfa con el sen­ titniento de la atra persona. La empatia es un fen6meno cognoscitivo, no propiamente afectivo. Es decir: puede darse la empatia. el conocimiento inmediato de la vivencia de ouo sin que uno mismo se yea afecrado poc ese sentimiento ... EI conocimiento de la vivencia a jena contiene la tendencia al

sentir-con eI otro. .. ))16,

Aqui es de suma imporrancia considerar la empatia como una forma de co­ nocimiento de nuestra realidad. Labor fundamental aI hacer eI ejercicio de salir a evangelizar. pues la mayorfa de las misiones pierden fuerza a causa de la falta de conocimiento del hermano a quien se Ie va a hablar de Dios. La misma Edith reconoce las diversas «experiencias" de mundo, que requieren una adecuacion del lenguaje para hacerlo efectivo. es decir, "para eI hombre con mentalidad natura­ Iista, la realidad es aquello que percibe con sus sentidos y que en base a la percep­ cion sensorial reconoce can la razon"17, mientras que "para el hombre creyente, eI mundo es un mundo de Dios; todo 10 que existe ha sido creado por Dios 0, aI menes, esta previsto par Dios e introducido en su plan)J18 (si bien estas son formas

extremas de percibir Ja existencia, no dejan de ser reales). Empatizar requiere la habilidad de buscar conocer los dolores y las necesidades del otro, para mostrarle el rostra vivo de Cristo que se haee uno con aquellos que sufren y careeen. Alga asf demosuo de forma amiloga eI apostol Pablo, cuando comenta "a1 pasar y con­ tempJar vuestros monumentos sagrados, he encontrado tambien un altar en el que estaba grabada esta inscripcion: «Al Dios desconocido.)) Pues bien, 10 que 17,23). EI presentarfa aquel

adoriis sin conocer, eso os vengo yo a anunciar" (Hch

rostro del resucitado que los atenieses descanodan. Dicha actitud demuestra que, cuando se propane una aetividad misionera "en salida", no se debe tener miedo de presentar eI Evangelio como una novedad incesante y que puede siempre pro' dudr admiracion y sorpresa en quien la recibe19.

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c) La imagen de hombre y la comprension de la fe como Hamado individual y colectivo De los 3 elementos planteados (la historia, la empada y la imagen de hombre), eI que merece mayor dedicacion para la propuesta actual de una "Iglesia en sali­ da" pues implica a las anteriores, y a su vez, es reconocer con honestidad cuil es I

la imagen de hombre que [enemas en frente. Pues ese "hombre" es eI fundamento de la experiencia pedagogica de la fe (partiendo par Cristo, imagen del hombre y de todo hombre. Cf. GS

22).

En la obra de Edith Stein, "Estructura de la persona humana", ella propone el estllcii o antropologico como una verdadera "docrrina sabre. e I hombre", 0 sea, no como un simple modo de interpretar al sec humano, sino como una ciencia capaz de comprender eI problema de la individualidad que supone pensar simulranea­ mente al hombre como individuo y colectividad. Hay una preocupacion -no solo de la idea 0 imagen del hombre- sino tam­ bien de una comprensi6n integral, como cuerpa material. como sec vivo, como ser animado y como sec espiritual. S610 a parrir de esta visi6n integradora, la antropologla podra servir de fundamento para articular una pedagogla" y un trabajo evangelizador que sea efectivo y humanizador.

c.l) Las diferentes antropologias y su relevancia pedagogica La primera dificultad que se esboza, es determinar que tipo de antropologla es la que nos ayudad. a encontrar respuesta a la pregunta "�que es el hombre?". La aurora hace un camino evolutivo respecto a las diversas consideraciones 0 abor­ dajes de esta ciencia:

i) AntropoLogia "de La ciencia natural" Aquella que estudia al hombre como especie. Es el homo

s apiens "que cons­

tiruye eI estadio evolutivo mas alto alcanzado hasta ahora. Asl se esrudia en que se diferencian la estructura y las funciones del cuerpo humano de las del cuerpo animal"21. Surge la pregunta: este tipo de conocimiento �tiene relevancia pedag6gica? Claro que sL puesto que "es importante para el educador conacer la estructura, las funciones y las leyes evolutivas del cuerpo humano conocer. S610 aSI podr:\ saber que puede fomentar su desatrollo natural y que puede perjudicarlo."" arro mo-

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tive es que favorece eI conocimiento de los grupos humanos. Cada hombre no es s610 un eote aislado, sino que ademas es ffiiembro de grupos supra-personales23, tales como el pueblo y la raza. Si bien estos motivos son importantes, no son suficientesz.!,

ii) Antropologia "de las ciencias humanisticas" Necesitamos una antropologfa que sea capaz de: comprender a1 hombre

COI1-

creto y proporcionarnos una jerarquia de lluestros objetivos (la ciencia natural no permite desarrollar un criteria valorativo del individuo oj de sus relaciones). ",Existen ciencias que tengan por objeto al individuo en su individualidad? [. . J .

� Existe realmente la vIa de conocimienro que conduzca a la captaci6n de la

il1-

dividualidad, y existe la posibilidad de exponer ese conocimiento por medio del Jenguaje, de manera accesible a orros?"2S Se postula a 1a Historia como una ciencia humanistica que "trata de investigar y exponer la marcha de la humanidad

[ .. J, .

nata de caprar 10 individual-concreto, la biograffa"26, etc. Pero finalmente, tam­ poco pennite determinar la individualidad mas que de modo aproximado, ya que "conocer es captar objetos en conceptos y exponerlos par media de conceptos, y los conceptos son universales"27, Edith, por su parte, considera ilfcita esta Hmitaci6n del saber, puesto que "si eI conocimiento es una captaci6n espirirual de un ente, es IIcito decir que cono­ cemos el modo de ser propio de un hombre: este modo de ser se nos ITIuestra a traves de las multiples formas expresivas en las que 1 0 «interion> se «exterioriza», y nosonos comprendemos ese lellgua je".28 Es deno que en dicha comprensi6n se dan di ferencias

interpretativas, pero captar eI modo de ser de cada individuo

es

un arte, y se constituye como parte de la tarea de la pedagogia. Retomando 1a valoraci6n del lenguaje, ella afirma que: "EI modo de ser propio de una persona se expresa tambien en formas que pueden seguir existiendo sepa­ radas de ella: en su lena, en el estilo que se refleja en sus carras 0 en orras manifes­ taciones literarias, en todas sus obras, y tambien en los e fectos que ha pIoducido en otros hombres"". Lo que nos permite volver a pensar la Historia (y la labor del historiador) como un proceso que puede ayudar30 a penetrar en la individualidad por medio del lenguaje de esos signos. Proceso en eI cual el historiador debe hacer eI trabajo previo de recoger las fuentes y los restos antes nombrados (letta, estilo, etc.). Luego, debe comprenderlos e interpretarlos; para finalmente transmitirlos, es decir, para poner al aleance de otros la individualidad que se ha captado."

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' iii) Antropologln. tie fa cienda human!stica genera!"

(Hacia una rmtropologfrt ''filosofica,'j32 (Hay una antropologfa que pueda ayudarnos a comprender la individualidad? "La individualidad es conslisranciai al hombre. y no se habra comprendido a este llitimo hasta que no se haya captado la primera"JJ.,. es llna anrmaci6n sabre eI hombre como cal, que nace de 10 coridiano, de la condici6n humana concrc­ ra y que tienc un logos propio. "Parriendo de la vida real concrcra y de figuras hisroricas, capra al hombre como espiritu y con [Odo 10 que Ie es esencial en

SlI

calidad de persona espiritual. Toda 10 cxterno que se somera a consideraci6n es lenguaje del espiritu, a su ser plena que habla al ser. De esta manera llegamas a una amropologia que, a diferencia de la historia y de las creencias a eUa ahnes, es una ciencia humanfsrica dotada de ttniuersalidad, una ciencia del hombre como persona espiritual"J4. Por su parte, "las pregunras acerca del valor y el deber se suelen asigllar

a

la

erica, y la etiea pas a par ser Ulla disciplina 610s611ca. Lo que Ull objero vale 10 vale en razon de 10 que

es.

La jerarqula de valores es ulla jerarqufa de seres. POl'

10 tanro, fa reOl-fa del valor, de la que se siguen las nonnas para la conducra prac­ tica, forma parte de la teorla general del ser u ontologffl, en la eual hemos de vel' la docuina filos6flca fundamental, la (dllosoffa primcra)), Tambien es pane de la ollrologfa 1a ciencia general del espiriru, que a su vez tiene como una de sus parres a 1a anrropologfa general eoncebida como ciencia hurnanfstica. De esta manera, la antropologfa que solicitamos como fundamento de la pedagogia habra de sel' ulla antropologfa filos6fica que estudie, en relacion viva con el conjllnto de la problemarica Filos6f1ca, la estrllctura del hombre y Stl insercion en las disrincas ll10dalidades y territorios del scr a los que penenece"J'i.

tV) Antropologfa

"teo!6gica"

-

metaffsica cristiana

Al inicio de esta presentaci6n, mencionabamos la nccesidad de L1na anrropo­ logfa que propicie L1na comprension integral del hombre, es decir, como cuerpo materiaL como sel' vivo, como ser animado y como sel' espiritual. Esta Llltima dimensi6n advierte que la ontologfa "no debe limitarse al sel' creado, sino que debe esrudiar la diferencia y Ia relacion existentes entre el ser creado y el increado.

POl' ella. tina antropologfa que no ruviese en cuenta la relacion del hombre con Dios no serla completa, ni podda servil' de base para la pedagogfa."36 Es asI que

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la anrropologia filos6fica necesira de una antropologfa teologiea para completarse (de filosofia y teologia se compone el edificio de la metaffsica cristiana)37,

c.2) AnaIisis prelimillar del hombre •

Et hombre como cuelpo mtlterinl, como ser vivo, sef tlllimado, sef espiritual

Cuerpo material: POI' Sli consrirucion corporal eI hombre es una (osa materiaL, somerida a las mismas Jeyes que roda materia. Es 10 que [enemas ame Iluesrros oj os en la experiencia viva, quizas 10 prirnero que nos llama 1a atencion cuando no cOl1ocemos a alguien.lll,

Sec vivo: Es propio de 10 vivo poder l1loverse por 51 mismo (mediante un im­ pulso interior). Por (a11[O el hombre es cuerpa material que esta IJiv()39,

Se.. animado: Cuando somas capaces de haeer propio eI sentir del otro (cuan­ do emparizamos). se nos puede camprender no solo como seres

VIVOS", sino

Eambien como seres sintielltes4o, Poddamos expresarlo todavfa mejor, diciendo: como seres animados4l,

Sec espicitual: Entre seres humanos estamos desde eI principio en una rei a­ cion de intercambio de pensamiemos, en un comercio espirirual'H, •

EI hombre como persona espiritua/: en Sll posicion socia! yen Sl/. indiviclutlLidac/, como sa historico, comunitario Y clfltuml

EI hombre se nos presenra como un microcosmos, en eI que se unen todos los esradios4.\, La forma en que nuesrra aurora expone estos "esradios" es mediante un desarrollo analogo al de las relaciones humanas:

10 En su posicion social: Es la primera impresion, Lo que eI hombre proyecra con Sll mantra de hablar, de mirar y de moverse, 10 que denora curu es su profe­ sian 0 SU posicion sociaJ·H,

2° En su individualidad: Luego del primer encuenrro, sale at paso 10 que
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