Una gonada en el Museo Pampeano

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Descripción

Una gonada en el Museo Pampeano

Aníbal José Maffeo Chascomús - 2013

Quinta Jornada de Historia de Chascomús Julio de 2013

Introducción El Museo Pampeano alberga muchas piezas valiosas, y otras tantas curiosidades. En su jardín, reposan tres piezas de artillería. Una de ellas, de forma más que particular, es la única que se encuentra montada en una cureña. Cualquiera que lo observe con detenimiento, se dará cuenta que no se asemeja al resto de los cañones que estamos acostumbrados a ver, ni a los del Museo, ni a los del Parque de los Libres del Sur, ni a los del Club de Regatas. Se trata de una característica pieza de artillería naval, sobre la que nos explayaremos en el presente.

1. Breve referencia sobre la artillería naval La artillería naval del siglo XIX estaba constituida fundamentalmente por cañones, esto es, piezas de avancarga, de hierro o bronce. Dichas piezas, montadas en cureñas navales, integraban el parque de artillería típico de las naves de esa época.

Sin embargo, los cañones poseían un largo importante (no por nada se denominaban “long guns”), superando habitualmente los dos metros de largo, con su consecuente peso, lo que los hacía difíciles de maniobrar dentro de las naves, además de requerir de una dotación de varios artilleros para accionarla.

2 Una gonada en el Museo Pampeano – A. J. Maffeo

Ante tal situación, se diseñó un nuevo tipo de pieza, mucho más corta 1 y liviana, cuyo diseño se atribuye al general inglés Robert Melville, en 1774, siendo tal diseño desarrollado por la compañía británica “Carron Iron Founding and Shipping Co.”, del pueblo de Carron, en Falkirk, Escocia2. Estas piezas tomaron el nombre de la empresa, “carronades”, o carronadas, en español. Supuestamente, fueron diseñadas inicialmente para la artillería terrestre, y luego adaptadas para su uso en buques. Carecían de muñones, y se encontraban montadas en afustes sobre correderas para facilitar el retroceso y en camas que permitían su desplazamiento en forma de arco, su cascabel estaba barrenado y lo atravesaba un tornillo para la puntería en elevación. Por su corto cañón, veían reducido su alcance, pero su mayor potencia les permitía causar mucho más daño, principalmente con balas huecas, que destruían jarcias y maderamen 3.

El ahorro en tamaño y peso de las carronadas con relación a los cañones es significativo. Por ejemplo un cañón de 32 libras, pesaba unos 2500 kilos y media más de dos metros y medio, mientras que una carronada del mismo calibre pesaba no más de 750 kilos y medía un metro y medio. La carronada resultó ser una pieza altamente efectiva a cortas distancias, aunque un buque que sólo contaba con ese tipo de armas, resultaba vulnerable a los buques 1

El largo de una carronada no superaba los 7,5 calibres. También se sostiene que el diseño puede haber sido de Charles Gascoigne, director de la empresa. 3 Las astillas de la madera destrozada actuaba como verdadera metralla contra las tripulaciones. 2

3 Una gonada en el Museo Pampeano – A. J. Maffeo

armados con cañones, que podían hacer fuego fuera del alcance de las carronadas. No fueron populares en la marina española, aunque la marina norteamericana las llevó a su máximo desarrollo. Una solución intermedia, llegó de la mano de las gonadas4. Las gonadas eran carronadas más largas y con muñones, para bajar el centro de gravedad, y, por lo tanto, estaban montadas en cureñas. Tenían un largo que permitía aumentar la distancia de disparo, pero conservaban las características de mayor potencia de las carronadas. El nombre gónada, deriva del inglés “gunnada” o “gunada”, como se designaba a esas armas5. Justamente, y como veremos luego, la pieza que se encuentra en el Museo Pampeano, es una gonada6.

2. La gonada del museo La identificación de las piezas de artillería resulta una tarea no sencilla, máxime cuando se trata de piezas que con el correr del tiempo se han deteriorado, tanto por su propio uso, como por su exposición a los elementos. Primeramente, debe atenderse a sus formas, detalles y medidas para determinar qué tipo de arma es. Claramente, es una pieza de avancarga con dos cuerpos, levemente cónicos, unidos por molduras. La anilla que se observa sobre el cascabel, señala que se trata sin lugar a dudas de un arma naval. Por su parte, la pieza presenta las siguientes características. Material: hierro colado. Largo: 125 cms. 4

Utilizamos el término “gonada” sin acento ortográfico en todo el texto. En otros textos, se utiliza la palabra de dicha manera, o bien como palabra esdrújula. Ver nota 6. 5 “Gunnada” o “gunada”, parece tener origen en la fusión de los términos “gun” y “carronade”. El historiador naval Spencer Tucker, en su libro “Arming the fleet: US Navy ordnance in the muzzle-loading era”, sostiene que “the term gunade is probably an amalgam of gun (long gun) and carronade". 6 El uso o no del acento en la palabra no está claro. El “Diccionario Militar”, editado en España, en 1863, la utiliza con acento, y dice “Gónada: boca de fuego cuyo alcance media entre el de carronada y el de cañón. También se llama gunada u onada”. Utilizamos a los efectos del presente el término sin acento ortográfico.

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Espejo: 14,5 cms. Calibre: 10,7 cms.7 Con dichos datos, estamos en condiciones de afirmar que se trata de una gonada. Asimismo, de acuerdo al calibre, se puede determinar que se trata de una pieza de 9 libras8. En términos ingleses, se denomina como “nine pounder”. Observando sus formas exteriores, y comparándola con otras piezas, se pueden ver detalles característicos de un arma inglesa (cuerpos, refuerzos, molduras, etc.). Por otra parte, también se deben buscar marcas en la pieza que puedan indicar su pertenencia a la flota de un determinado país, que usualmente estampaba su escudo sobre el primer cuerpo del caño. En este caso, no se observa marca alguna sobre ese cuerpo, al menos no a simple vista, ya que el paso del tiempo ha deteriorado su superficie. Sin embargo, existen otras marcas que pueden buscarse en los cañones, en este caso, en los muñones9. Este tipo de marca, era hecho por el fabricante de las armas. El arma del museo presenta una interesante marca en uno de sus muñones. Se trata de una letra “F”. Fueron sólo dos las fundiciones que utilizaron dicha letra para marcar los muñones de sus armas. Una fue la fundición de la Armería Real Sueca, ubicada en la ciudad de Finspang 10. La otra, la fundición de la empresa inglesa “Fawcett Preston & Co.”, de Liverpool. Del análisis de la pieza en su totalidad, se desprende que el fabricante de la gonada ubicada en el museo, fue este último. No se conocen gonadas o carronadas fabricadas por la fundición de Finspang. No obstante ello, una consulta efectuada al especialista sudafricano Gerry de Vries, secretario de la “Cannon Association” de ese país, permitió brindar mayor sustento a lo afirmado. Ante la consulta sobre la marca del muñón, de Vries respondió que “the fancy 7

Es importante no confundir el calibre real con el de la boca. Si se observa la pieza, se verá que el ancho del ánima no coincide con el ancho de la boca, ello es así toda que, usualmente, las bocas de las carronadas y gónadas tenían un diámetro superior al del calibre. 8 Usualmente, el calibre de la armas se determinaba por el peso de la munición, señalado en libras. Sin embargo, ello ha llevado a muchas confusiones, básicamente porque el peso de la libra inglesa y franco-española diferían, siendo mayor el de esta última. Las piezas de 9 libras (pounds) inglesas eran las más comunes, ya que podían intercambiar la munición con las piezas de 8 “livres” francesas. 9 Protuberancia cilíndrica que sobresale del caño y sirve para apoyar la pieza sobre la cureña. 10 Estos cañones son conocidos como “finbankers”, basados en un modelo inglés, continuaron fabricándose en Suecia hasta mediados del siglo XIX.

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"F" is the mark of Fawcett Preston & Co. The only other guns marked with an "F" were guns cast at Finspang in Sweden, and their "F" was square and simple without the feet on the ends”. Con relación a su antigüedad, podemos afirmar que pieza es posterior a 1820, época en la que dichas armas tuvieron su auge11. Nos encontramos entonces frente a una pieza de artillería poco habitual para buques de la marina española, y por lo tanto, menor en número a los cañones utilizados por los buques propios.

3. ¿De dónde vino esta gonada? Sin lugar a dudas, lo más difícil de determinar, es la procedencia de este arma. En el cartel que la identifica, se señala que fue una donación de la familia Alsina, y que se encontraba en el campo “San Pedro” desde el año 1825. Si bien nos permite confirmar la antigüedad de la misma, nada nos dice de su procedencia. Para esa fecha, la mayoría de las naves mercantes de la época, estaban armadas con gonadas. En la mayoría de los casos, eso se debía a que, para que las compañías aseguradoras cubrieran los posibles riesgos derivados de un ataque de corsarios o piratas, se ponía como condición que el buque contara con determinada cantidad de piezas de artillería para hacer frente a un ataque. Las piezas más sencillas, y baratas, eran las gonadas. Por ese motivo, también se las conocía como “insurance guns”12, ya que se usaban para cubrir los requisitos del seguro. No se puede descartar entonces, que la pieza en cuestión haya sido desembarcada de algún buque mercante y llevada a la estancia en cuestión para defensa. Abusando un poco de nuestra imaginación, podríamos incluso suponer que se trata de alguna de las piezas utilizadas en la escuadra patriota durante las Guerras de la Independencia o contra el Brasil. Pero dada la imposibilidad de probarlo fehacientemente, lo dejamos librado a la imaginación de cada uno.

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Durante la guerra con el Brasil, varias naves de la escuadra de Brown estuvieron artilladas con gónadas, la fragata “25 de Mayo”, el bergantín “República” y la goleta “Sarandi”. 12 Según Spencer Tucker, en su libro “Arming the fleet: US Navy ordnance in the muzzleloading era”.

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Sin embargo, es importante señalar que en la zona cercana a la estancia, se encontraba el puerto de la Boca del Salado. No es extraño suponer que la pieza pudiera provenir de alguna de las presas que los corsarios argentinos capturaron y llevaron a aquel puerto para desarmar. Quizás esta sea una de las opciones más plausibles. Lamentablemente, la gonada carece de otro tipo de marcas que pudiera indicar mayores datos respecto a su procedencia, por lo que sólo podemos especular.

4. Nomenclatura Las partes de la gonada del Museo son las siguientes, comenzando desde atrás hacia adelante: Culata, es la parte maciza posterior de la pieza. Incluye el cascabel, la lámpara, la anilla y la faja. El cascabel es esa suerte de pieza esférica que se encuentra al final de la pieza, y se utiliza para maniobrarla en altura. La anilla, sobre el cascabel, es típico de las piezas navales, ya que por allí se pasaba un cabo para limitar el retroceso dentro del espacio reducido del buque. El oído, es el agujero de la meseta de la culata, por donde se encendía la pólvora, a través de distintos mecanismos. Pegado a la culata está el primer cuerpo, que contiene los muñones, que sostienen la pieza en la cureña. En la unión del primer y segundo cuerpo, se encuentra un refuerzo, y una sencilla meseta de puntería. Luego sigue el segundo cuerpo, más afinado que el anterior, que se une a través de otro refuerzo, a la boca de la pieza, que es por donde se carga el arma.

5. Estrategias para la conservación Años a la intemperie y sin un cuidado adecuado, han dejado a la gónada en un regular estado de conservación. La cureña está en muy mal estado, presenta signos de putrefacción de la madera en distintos lugares, ha perdido piezas y se encuentra desencajada en varios lugares.

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El cañón sufre un natural proceso de oxidación, el que puede acelerarse por la acumulación de agua y hojas en el interior del ánima. El exterior se encuentra cubierto de suciedad acumulada por el paso del tiempo. Para diseñar las presentes estrategias para la conservación, se contó con la colaboración del suboficial principal Horacio Tejada de la Armada Argentina, quien se desempeña en el Taller de Armas de la Base Naval de Puerto Belgrano, y que ha participado en la restauración y conservación de un sinnúmero de armas. En primer lugar, debemos decir que, a pesar de no ser la original 13, la cureña debe ser preservada, para ello, es necesario reacomodar la pieza, a los efectos de lograr un encaje correcto de todas sus partes. Como primer medida, la pieza debería dejar de estar asentada en la tierra. Para ello existen dos alternativas, o bien se la traslada, o bien se asientan sobre ladrillos las partes inferiores. Como segunda medida, la pieza debe estar cubierta, para evitar el contacto con el agua. En este caso, o bien se la traslada a un área techada, o bien se construye sobre ella un techo de paja similar a los existentes en el predio. El cañón debe ser limpiado tanto en su interior como en su exterior, utilizando para ello un cepillo de acero fino, o lana de acero, con el que se trabajará para remover la suciedad, evitando dañar partes importantes. Se puede utilizar un removedor líquido o en crema, de tipo industrial, no corrosivo. Las paredes internas deben limpiarse con gas oil. El oído del fogón debe liberarse con una mecha o lezna, procurando que ésta no se rompa en su interior. Finalmente, la pieza debe pintarse con pintura anticorrosiva, optándose por pintura de color negro mate para darle un acabado más realista. La cureña debe tratarse con sumo cuidado, para evitar mayor deterioro, se debe intentar remover la suciedad, y aplicarle una pintura o producto protector para maderas. Finalmente, se deben limpiar todas sus partes metálicas y engrasarlas.

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Esto tampoco podría aseverarse con seguridad. El SP Tejada ha sugerido que, por el poco tamaño y peso de la pieza, podría tratarse de un cañón de desembarco. Existen documentos que señalan que se han utilizados gonadas en desembarcos. Una referencia a ello pudo encontrarse en los Documentos Ejecutivos del Treintavo Congreso de los Estados Unidos.

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6. Conclusiones De lo expuesto en el trabajo, podemos concluir que el Museo Pampeano cuenta con una pieza de artillería naval poco común, y más aún en museo con escasas vinculaciones a la historia naval. Aunque es imposible determinar el origen exacto del arma, el interés histórico de la pieza aumenta en razón del estado en que se encuentra, y en la alta probabilidad que la misma tenga alguna vinculación con la guerra con el Brasil. Sin ser el Museo Pampeano uno dedicado con exclusividad a las armas, podemos asegurar que esta pieza resulta ser una de las de mayor importancia entre todo el parque artillero del acervo patrimonial local.

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Bibliografía Carranza, Angel J., “Campañas navales de la República Argentina: Cuadros Históricos”, Secretaría de Estado de Marina, 1962, Buenos Aires. “Diccionario Militar”, 1863, Madrid. “Executive Documents: Thirtieth Congress, Second Session”, “Restauración cañón Krupp calibre 75 mm año 1884”, Taller de Armas de la Escuela de Suboficiales de la Armada, 2009. Sidders, Juan C., “Veleros del Plata, elementos de arqueología naval”, Instituto de Publicaciones Navales, 1982, Buenos Aires. Sidoli, Osvaldo, “Las carronadas”, en “Historia

y Arqueología

Marítima”

(http://www.histarmar.com.ar/InfGral/AASidoli/Carronadas.htm), accedido en febrero de 2010. Tucker, Spencer, “Arming the fleet: US Navy ordnance in the muzzle-loading era”, Naval Institute Press, 1989, Annapolis.

Asesoramiento de especialistas Mr. Gerry de Vries, secretario de la “Cannon Association” de Sudáfrica. Suboficial Principal VGM Horacio Tejada, Taller de Armas Navales, Base Naval de Puerto Belgrano.

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