una fabula de la edad de piedra

June 24, 2017 | Autor: Wilmer Mejia Carrion | Categoría: Arqueología, Neandertals, Antropología
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Descripción

UNA FÁBULA DE LA EDAD DE PIEDRA.


Incluso el pasado puede modificarse; los
historiadores no paran de demostrarlo.

Jean Paul Sartre (1905-
1980)

La historia oficial, que se nos cuenta en la escuela, contiene una serie de
sesgos, llena de hechos que han sido encubiertos. No es ninguna novedad
para muchos docentes que en los últimos 50 años se ha reescrito muchos
detalles de nuestra historia nacional. En el caso de la historia del Perú
existen periodos tradicionalmente sesgados, la invasión española, es uno de
los ejemplos más conocidos, por siglos se nos enseñó que fue producto de no
más de 200 españoles a caballo que gracias a su nobleza, valentía y sus
armas de fuego lograron capturar al Inca. Gracias a la investigación del
historiador Waldemar Espinoza sabemos que junto a ese puñado de españoles
estuvieron diversos grupos étnicos que colaboraron efectivamente con los
invasores y que sin la ayuda de éstos no hubiera sido posible conquistar un
imperio como el del Tahuantinsuyo[1]. Otro ejemplo clásico es el de la
independencia en la cual se contaba que negros, indígenas, mestizos y
criollos a una sola voz exigían la independencia del Perú pero en realidad
sabemos gracias a los estudios de los historiadores Heraclio Bonilla y
Karen Spalding[2] que ésta fue promovida desde "afuera" y que Lima lejos de
querer separarse de España veía en la continuidad de la colonia el
reforzamiento de su poder y que los grupos subordinados al poder colonial
-sobre todo los indígenas- no tenían mayor interés en la Independencia pues
esta no era más que un cambio de amo sin mayor cambio en su condición
servil. Estos encubrimientos se deben a que el conocimiento de lo que
realmente ocurrió iba en contra de los intereses de ciertos grupos de
poder. Así los mismos invasores españoles trataron de ocultar la ayuda de
los pueblos andinos a su causa para no perder los privilegios que España
les conferiría. Pero hay una parte de la Historia que aunque más lejana
tanto en el tiempo como emocionalmente su enseñanza ha estado bastante
sesgada y al igual que otros ítems, a pesar de las nuevos conocimientos que
se tienen de esta se sigue repitiendo los mismas enunciados de siempre. La
Edad de Piedra

Huesos, palos y piedras.

Cuando hablamos de la Edad de piedra o de la Pre historia, lo primero que
se le viene a la mente a la gran mayoría de personas, es una serie de
estereotipos acerca de la vida en aquella época, tal vez lo primero que nos
imaginamos sean personas de ínfimo nivel cultural, desnudos o semidesnudos,
y por tanto primitivos y sin una gran capacidad creativa, pero ¿fueron
realmente los hombres de aquellas tempranas épocas toscos y salvajes como
se piensa?

A mediados del siglo XIX, las recién formadas ciencias sociales, empiezan a
descubrir y rebatir las viejas teorías que empezaban a ser caducas pero aun
firmemente arraigadas, las investigaciones prehistóricas le dan un giro de
180º a todo el conocimiento considerado sagrado hasta ese momento, como nos
dice Pericot y Maluquer:

" La prehistoria ha progresado muy rápidamente desde que hace un siglo
empezó a hacerse popular, tras lograr la adhesión de científicos de
prestigio, pero teniendo que luchar contra la rutina, la ignorancia y el
ambiente intolerante contra las ideas evolucionistas. A uno de los autores
de este libro todavía se le enseñó en las aulas universitarias que la fecha
de la creación del mundo era el 4000 a.C.… (Pericot y Maluquer: 1969,
negritas son mías))

Fue una dura batalla la que dieron los antropólogos de aquella época por
cambiar la forma de pensar de los hombres del siglo XIX, la prehistoria
simplemente no existía por eso era necesario atacar con fuerza en contra de
esta idea[3]. Fue así que los primeros científicos sociales arremetieron
contra estas teorías mediante la doctrina llamada: Evolucionismo.

Así para los científicos sociales de la época era obvio que los restos y
esqueletos pertenecían a gente que estaba en la base de la escala
evolutiva, y en su nivel más inferior en contraposición de la idea oficial
de la creación del hombre.

Fue así que la ciencia del siglo XIX, apoyó e institucionalizó la idea que
la cúspide de la evolución cultural era la Europa Occidental de su tiempo
(sobre todo en su vertiente nor-europea) y por ende los inicios hayan sido
totalmente primitivos, así se idearon una serie de postulados e ideas
acerca de cómo debieron haber sido aquellos tiempos, tomaron como ejemplo
de aquella etapa primitiva a las tribus de tecnología simple ubicadas en
diversos puntos remotos del planeta, los pueblos "salvajes" de la tierra
serían como cuadros, estáticos en el tiempo sin cambio alguno, viviendo en
la miseria y en la incomodidad total. Muchas de estas ideas se basaron en
realidad en observaciones hechas por viajeros, misioneros, administradores
coloniales o aventureros, ningún científico había observado in situ las
cosas, era la época de los antropólogos de salón. Fue así que se fue
creando una imagen donde los europeos del S. XIX representaban la cúspide
de la evolución y el progreso:

"El mundo occidental se ha sentido reconfortado por la creencia de que el
progreso material nunca concluirá, como prueba de que vivir es hoy mucho
más fácil para nosotros de lo que fue para nuestros abuelos, ofrecemos
nuestros coches, nuestros teléfonos… Aunque reconocemos que el progreso
puede ser lento y desigual… sentimos que pensándolo bien será mucho mas
fácil en el futuro que en el presente. Las teorías científicas, en su
mayoría, formuladas hace cien años, alimentan esta creencia… Desde la
superioridad del punto de vista de los científicos victorianos, la
evolución de la cultura, pareció ser un peregrinaje por una escarpada
montaña desde cuya cima los pueblos civilizados podían mirar hacia abajo a
los diversos niveles del salvajismo y barbarismo., que aun debían superar
las culturas inferiores… (Harris: 1986, V)

Esta forma tradicional sigue siendo enseñada quedando los estudiantes con
la idea de una evolución lineal donde sin querer regresamos a la vieja idea
evolucionista clásica.

Hasta ahora se pueden leer libros que tratan el tema de la manera descrita,
sino veamos lo que nos dice David attenborough:

"El homo sapiens llevó tal existencia, cazando animales y recolectando
frutos, semillas y raíces en todas partes del mundo durante muchos milenos.
Tal estilo de vida resultó peligroso y pesado. Hombres, mujeres y niños se
exponen al escudriñamiento implacable de un ambiente impersonal. Los lerdos
y los necesitados propenden a ser matados por los predadores, los débiles
pueden perecer de inanición, los viejos pueden no sobrevivir al tormento de
la sequía. Aquellos cuerpos que estaban mejor por azares de la variación
genética, mejor dotados para tales condiciones se hallaban en mejor
situación sobrevivieron y se reprodujeron, trasmitiendo esta ventaja a su
descendencia. (Attenborough: 1981:304)

La exageración acerca de la forma de vida de los cazadores- recolectores
también ha estado presente en los textos referentes a los primeros
habitantes de del Perú. Así por ejemplo encontramos:

"…Los primeros poblados fueron nómades, que recorrían las fragosidades de
nuestra geografía en busca de alimentos. Carentes de toda organización
social y política, no tenían otra motivación que no fuera la recolección de
frutos y plantas silvestres y la práctica incipiente de la caza y la pesca.
Albergándose en las cuevas que encontraban a su paso, enfrentándose unos a
otros por la posesión transitoria del territorio que depredaban, es
probable que a lo largo de milenios no tuvieran otras preocupaciones que
las que impone el instinto. Muy lenta debió ser la evolución y
enriquecimiento de su lenguaje. Igualmente escasos debieron ser los
elementos culturales de estos primeros habitantes de lo que hoy es el
territorio del Perú…" (Bonilla: 1983, págs. 10,11)

Nótese que en las líneas anteriores se describe la vida de los cazadores
recolectores que llegaron a lo que actualmente es el territorio peruano
guiada completamente por los instintos, con una cultura material pobrísima,
y sin organización social ni política, sin embargo en la actualidad esa
idea ha cambiado. La antropología ahora clasifica a los cazadores
recolectores dentro de un amplio rango de sistemas políticos que pueden
agruparse en dos: tribus y bandas y estas a la vez tienen subdivisiones[4].

Se puede concluir así que la vida de los cazadores- recolectores era
terrible y que la agricultura fue la tabla de salvación de la humanidad.
Pero Harris nos dice:

" Los victorianos exageraron la pobreza material de los así llamados
salvajes y al mismo tiempo inflaron los beneficios de la "civilización"
industrial. Representaron la Edad de Piedra como una época de grandes
temores e inseguridades, en que la gente pasaba los días en una incesante
busca de alimentos y las noches amontonados alrededor del fuego, en cuevas
incomodas acosados por tigres de dientes de sable. Sólo cuando se descubrió
el secreto de la siembra de cosechas, nuestros antepasados "salvajes",
tuvieron tiempo libre para establecerse en aldeas, construir viviendas
confortables. Solo entonces pudieron almacenar excedentes alimenticios y
contar con tiempo para pensar y experimentar nuevas ideas. Esto a la vez
supone que condujo a la invención de la escritura, a las ciudades, a los
gobiernos organizados. Y al florecimiento del arte y la ciencia. (Harris:
1986: v)

Primitivizando lo nuestro

Esta corriente denigratoria no ha sido exclusivamente enfocada en la
historia prehistórica del mundo sino que ha primado en nuestra percepción
sobre el antiguo Perú. A pesar de muchas veces machaconas repeticiones
acerca de lo avanzados que fueron los pueblos pre hispánicos que habitaron
nuestro país aún no hay una idea clara, acerca de cuan avanzados eran y en
qué eran avanzados; es decir aún la gran mayoría solo tiene ideas vagas
acerca de los avances culturales de los habitantes del antiguo Perú.

Salvo las grandes culturas como mochicas, chimúes e Incas aún es muy
difícil que la gente reconozca un mérito tecnológico a la generalidad de
las culturas andinas. Y el escepticismo crece si se habla de una zona y una
cultura no tan conocida (para el público en general no para los
arqueólogos) como es la costa central y los Ichma[5]. ¿Líneas? Las de
nazca. ¿Canales? la de los mochicas. Pocos son los que conocen que al fondo
de la quebrada Canto Grande, en la comunidad Campesina, anexo 22, se
encuentran parte de un conjunto de líneas miles de años mas antiguas que
las de Nazca o que lo que ahora es la zona baja de San Juan de Lurigancho
era un valle artificial que existía gracias a la presencia de un canal que
llevaba el agua del río Rímac, subiendo el cerro sin ayuda de ningún motor.


Así pues cerca de casa los antiguos peruanos dejaron muestras de
inteligencia y sapiencia, si seguimos permaneciendo ciegos a esto estamos
denigrando la inteligencia de nuestros ancestros y encogiendo nuestra
perspectiva de futuro.

Nuestro pasado como especie, debe ser visto con nuevos ojos. Tenemos que
empezar a entender que en realidad los seres humanos de la actualidad no
son necesariamente mejores que nuestros predecesores ni que necesariamente
lo moderno es sinónimo de bienestar. Esto es de capital importancia en un
mundo que se está destruyendo poco a poco a causa de la avaricia de las
empresas transnacionales que lo que buscan es lucrar hasta el infinito sin
importarles el medio ambiente de nuestro planeta incentivando el consumismo
a grados irracionales.

BIBLIOGRAFÍA.

Attenborough David, La vida en la tierra, Fondo Educativo Interamericano,
EEUU, 1981

Bonilla, Heraclio. Metáfora y realidad de la Independencia en el Perú, IEP,
Lima, 2001

Harris Marvin, Caníbales y reyes, Los orígenes de la cultura, Salvat
Editores, Barcelona, 1986

Kaplan, David y Robert A. Manners. Introducción crítica a la antropología,
Editorial Nueva Imagen, México, 1979.

Pericot y Maluquer, La Humanidad Prehistórica, Salvat Editores, Madrid,
1969

Lewellen Ted C. Introducción a la Antropología Política, Editions
Bellaterra, 2000
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[1] Para mayor conocimiento del tema pueden consultar: Espinoza Soriano,
Waldemar. La Caída del Imperio de los Incas.
[2] Para mayor conocimiento del tema pueden consultar: Bonilla, Heraclio.
Metáfora y realidad de la Independencia en el Perú, IEP, Lima,2001
[3] "Al juzgar a los etnólogos victorianos, no debemos olvidar que eran
hombres de batalla esforzados en borrar la maldición de Adán de sus
antiguos ancestros…" (Kaplan y Manners: 1981: 76)
[4] Si el lector desea consultar más sobre este tema en Lewellen, Ted: 2000

[5] Esto pude verlo en una clase de geografía en una academia premilitar
con chicos que han salido recientemente de la secundaria. Al hablar sobre
la cuenca del río Rímac y como esta ha cambiado a través de los siglos
cuando les mencioné que la zona baja y media del distrito de San Juan de
Lurigancho era un valle artificial gracias a la existencia de un antiguo
canal de regadío que llevaba el agua desde el Río Huaycoloro, afluente del
rio Rímac hasta esta zona, los alumnos lo tomaron con escepticismo.
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