Un proyecto fallido: la catedral de la Inmaculada Concepción de Madrid (1858)

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Descripción

SIMPOSIO NACIONAL sobre

CIUDADES EPTSCOPALES

UN PROYECTO FALLIDO:

LA CATEDRAL DE LA INMACULADA

CONCEPC¡ON

DE MADRTD (18s8) Por

NIEVES PANADERO PEROPADRE

FUNDACION ..]NSTTTU.CION F'ERNANDO

EL CATOLICO'' DE ZARAGOZA PROVINCIAL EXCMA. DIPUTACION

UN PROYECTO FALLIDO: LA CATEDRAL DE LA INMACULADA CONCEPCION DE MADRID (18s8) Por

NIEVES PANADERO PEROPADRE

Cuando en su Viage de España don Antonio Ponz describe el panorama arquitectónico del Madrid de fines del siglo XVIII, no puede dejar de señalar la principal carencia de la capital del reino: "Todos extrañan, que una Corte de tanta consideración no tenga un templo correspondiente a su grandeza, y que la falte un ornato que es común, no solamente á las demás Provincias; pues si bien no está en Madrid la Silla Arzobispal, no es bastante para satisfacer á esta nota, siendo, como es, Corte de uno de los mayores Monarcas, residencia de las personas mas altas, y condecoradas del Reyno; en donde tienen su asiento los Embaxadores, y Ministros de tantos Principes. y adonde concurren continuamente un sinnumero de nacionales y extrangeros de todas clases. Por estas razones correspondía á Madrid una Iglesia, que á lo menos igualase á la del Escorial en la grandeza, y propiedad, donde se juntase comodamente el Clero Secular, y Regular, y pudiesen concurrir todos los Consejos, y Tribunales para las Procesiones públicas, rogativas, hacimientos de gracias, y otras funciones pertenecientes á la Religion, á las quales no faltase lo augusto, y magnífico del Templo, como ahora falta" I. El motivo de no contar Madrid con un edificio catedralicio era, como hacía notar Ponz, su dependencia en el plano eclesiástico del Arzobispado de Toledo. Por ello, y a pesar de que a lo largo de la historia de la ciudad se sucedieron los proyectos dirigidos a la constitución de una Sede madrileña, la con ello habría visto reducidas sus continuada oposición de Toledo -que que su arzobispo ostentaba en la papel preponderante y el rentas mermado Corte- hizo que todos ellos se viesen abocados al fracaso2. Será el desarrollo de los acontecimientos políticos del siglo XIX lo que reactualice el viejo anhelo madrileño de contar con una Sede independiente. Tras la llegada al poder de Calatrava en 1836, a la que siguieron medidas tales L 2.

PONZ, A., Viage.le España, Madrid, 1787, vol. V, pág. 153. MESONERO ROMANOS, R.,Iglesia Cotedral en Madrid, El Museo Universal, Madrid, 1859, págs ll-35

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como la desamortización de los bienes eclesiásticos, la Santa Sede rompió sus relaciones diplomáticas con España. Los suceiivos intentos de reconciliación se vieron una y otra vez frustrados debido a la inestabilidad de la política española y a la intransigente actitud de Gregorio XVL Sólo con la subida al Solio Pontificio de Pío IX, coincidiendo con él gobierno del moderado Narváez, volvieron a establecerse las relaciones durante el verano de 1848, dándose comienzo a la redacción de un Concordato, que no llegaría a firmarse hasta 1851. El ártículo 5.0 de dicho Concordato establecía una nueva circunscripción de las diócesis españolas en la que se incluía la creación de tres nuevos obispados; Madrid, Ciudad Real y Vitoria3. Ante la que se presumía inminente conversión de Madrid en Sede Episcopal, el entonces ministro de Gracia y Justicia, Lorenzo Arrazola, redactó un informe relativo a la posible construcción de una catedral con el fin de someterlo a la aprobación del Consejo de ministros, ante el cual, sin embargo, nunca llegó a exponerlo, ya que el mismo día que llegaba a Madrid la plenipotencia de Roma para la ratificación del Concordato cesaba el gabinete del duque de Valencia del que Arrazola formaba parte' Pese a ello, el proyecto elaborado por Arrazola reviste un gran interés al plantear y dar solución a muchos de los problemas que volverán a discutirse áños más tarde, cuando la construcción de la catedral parezca ya una definitiva realidad. Arrazola concibe su catedral como un edíficio simbólico, no sólo de la religiosidad tradicional española sino también de la grandeza de la Monarquíá, del Estado e incluso del propio siglo que permite su realización. Por ello, no sólo ha de ser "la primera Iglesia del mundo cristiano ..."4, sino que: "...e1 todo ha de corresponder a lo que exige el alto y noble empeño, religioso y político, del Gobierno: a lo que de necesidad reclama una empresa de éste género, acometida además en el siglo XIX; y que los Ministros de la

Cat1licá y Magnánima Isabel II han de procurar sea uno de los grandes hechos, que, perpetuando su regio nombre, realce y eternice su reinado ..."5 Los puntos en torno a los cuales se desarrolla el informe son: de emplazamiento del nuevo templo. - Lugar del arquitecto y del estilo más adecuado para su realización. - Eleición Forma de financíación del proyecto. -La elección del emplazamiento idóneo para la nueva catedral planteaba numerosos problemas ya que debía contarse con un terreno de suficiente amplitud paia levantar no sólo la catedral sino tarnbién una serie de edificios Seminario Conciliar, Tribunal Eclesiástico, Palacio Episcopal, etc. anejos: -En"ont.a. el espacio necesario en el Madrid de mediados del siglo pasado, que era una ciudad pequeña y superpoblada en la que el terreno edificable ilcanzabaaltas cotas de especulación, era empresa poco menos que imposible, 3.

GARCÍAVILLOSLADA,H¡stotíedelalglesiaenEspaña,LalglesíoenloEspañaContehpotéhea(1808-1975)'Maótid, vol. V, pág. 143 y ss. 4. ARRAZOLA, L.,Catedtal y Ensanche de Madrid' Madrid, l8ó0' pág 27 5. Ibíd.,pág.26.

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Un proyecto

fallido: la Catedral de la Inmaculada Concepción de Madrid

sin tener en cuenta además que la necesidad de efectuar expropiaciones y derribar edificios elevaría considerablemente el presupuesto. "Hay sobre todo esto que, de encerrar y anonadar una catedral, que en el tiempo y con las miras con que se erige, no debe ser sino monumental, en el estrecho recinto del Madrid actual, habrá de ser acosta de tantos sacrihcios, con tal deslucimiento e inconveniencias, que bastan, para renunciar a la empresa" 6. Pero el mismo o mayor deslucimiento, tanto para el edificio como para la propia ciudad, supondría su construcción en el extrarradio, que representaría además un grave inconveniente para los fieles. Para salvar esta contradicción, Arrazola propone una solución mixta, que constituye uno de los planteamientos más interesantes de su informe: unir la construcción de la catedral a la del necesario ensanche de Madrid. Se procedería así a levantar el edificio sin escatimar terreno y luego en torno a él se iría formando un nuevo barrio que, por su privilegiada situación, pronto se convertiría en uno de los barrios más elegantes de la Corte, al actuar la catedral

como polo de atracción. La zona que Arrazola considera más adecuad a para llevar a cabo el proyecto es la de Chamberí. Concibe un amplio plan urbanístico dispuesto en torno a una gran plaza, en cuyo centro "sola y magestuosa" se erigiría la catedral y en sus laterales los edificios más representativos, tales como el Seminario, el Palacio Episcopal o el Archivo del Reino. De las cuatro puertas de la catedral partirían cuatro amplias avenidas rectas, que servirían de base a un rígido trazado ortogonal, sólo aliviado por la apertura de jardines, plazas, mercados, etc.

Para la elección del arquitecto encargado de diseñar el vasto proyecto, Arrazola piensa en la conveniencia de convocar un concurso público a nivel internacional. El carácter patriótico que ha de asumir el nuevo edificio hace que se elija como estilo obligado aquel en que se habían erigido nuestras grandes catedrales medievales, símbolo, para el espíritu romántico, de religiosidad y patriotismo. "Y seran circunstancias imprescindibles en el plan dos torres caladas, de la mayor elevación y belleza, que las reglas del arte y el orden arquitectónico permitan en el frontis: bajo el mismo principio, otras dos rebajadas en los ángulos posteriores: linterna, arcadas, obeliscos y suntuosa crestería; y en el interior y esterior cuantas partes, labores y bellezas autoriza el arte"7. En este esquema de "catedral ideal" podemos percibir una clara influencia de las teorías arquitectónicas francesas entonces en boga, pues si bien algunos detalles, tales corno las torres caladas, nos remiten a una inspiración burgalesa, otros, como la colocación de torres en la cabecera o la supresión del coro del centro de la nave, responden a modelos foráneos. Como método más adecuado de financiación, y dada la crisis económica que atravesaba el país, que impedía gravar aún más los presupuestos estatales, se propone la contribución de los fieles como voto nacional. 6.

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una de las primeras novedades que plantea el proyecto es la referente a la _ advocación bajo la que debe erigirse la catedral. Tradicionalmente siempre se había pensado que la catedral madrileña vendría a sustituir a la igleiia de Santa María y que, por tanto, debería mantenerse esta dedicación-y construirse en el mismo solar o cercano a ésta. A,rrazola prescinde de esta tradición madrileña y dedica su proyectada catedral a la Inmaculada concepción, sustituyendo asi una devoción de carácter local por otra de mayor alcance nacional, quizá buscando dar a la catedral madrileña la categoria de primera iglesia de la nación. Pero un proyecto como éste era excesivamente costoso para ser ejecutado en ese momento; por ello, la actitud oficial fue recurrir a un edificio ya exis_ tente y habilitarlo para llevar a cabo en él las funciones propias de cátedral, promulgándose al efecto una Real orden en junio de l g5d poi la que se elegía a la iglesia de San Isidro, que ya había desempeñado esa iunción durante er reinado de José I. En 1856, la declaración del dogma de la Inmaculada Concepción hace resurgir el antiguo proyecto, pero habrían de pasar dos años más para que se concretase en una resolución oficial mediante la promulgación del Real Decreto de 20 de diciembre de 1858, por el que se ordéna la eJificación de una gran basílica destinada a la conmemoración de este acontecimiento8. La tarea de resolver la puesta en práctica del proyecto se encomendó a una bajo la presidencia der rey consorte, cbménzó sus trabajos en enero {un_tg_guer de 1859, delegando en una comisión integrada por Fermín cabailero, Francisco de Luzán, José Caveda y Juan de Mádrazo. Los puntos en torno a los cuales girarán los debates de la comisión serán los mismos que habían sido planteados años antes por Arrazola, y, si bien ignoramos si su plan pudo haber tenido alguna influencia en las detisiones de la Junta, lo.cierto es que en febrero de lg57 Arrazolapresentó su informe a la Reina por si: "...en su abandonado plan había algunai indicaciones, como las hay sin duda, que puedan coadyuvai al piadoso pensamiento de V. M.,,e El punto más problem ático y discutido era el ielativo al emplazamiento del nuevo templo. como comentaba un diario madrileño: ..Es objeto de todas las conversaciones y de todos los cálculos en Madrid el puntá donde deberá alzarse la nueva catedral"lo. La comisión consideraba como condiciones ideales en Ia elección del terreno su amplia extensión, su situación en un lugar elevado pero de fácil

acceso, céntrico

de cara al futuro énsanche de la ciudad_,

-especialmente apartado de edificios demasiado significativos con los que pudiera desentonar y de lugares bulliciosos y, preferentemente, pertenecienie ai Ayuntamiento, al Estado o al Real Patrimonio, por la ventaja económica que elío supondría. 8. La Gacera de Madrid, 20 de diciembre dc 1858. 9. ARRAZOLA, L,op. cit.,p^e.8. l0 "Es objeto de todas las conversaciones y de todos los cálculos en Madrid el punto

donde deberá alzarse la nueva catedral.

Generalftente la atención pública se fija, ya en el espacio que media entre San Gerónimo y el observato¡io astronómico, ya e¡ la montaña del Principe Pic, ya en fin, en ia colina que se alza de Norte a Mediodia, entre el paseo de Recoletos y ra calle del Barquillo La opinión más general' es que la Basilica de la Inmaculada concepción debe edificarse en una altura cualquiera y dominar la capital como un santo paiiadium", Er cramor púbrico, Madrid,23 de diciembre de lg5g. núm_ 4.42g_

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proyecto.fallido: la Catedral de la Inmaculada Concepción de Madrid

Fueron muchos los lugares propuestos y examinados: la Puerta del Sol, el local de los pozos de nieve, junto a la Puerta de Bilbao, el cuartel de Monteleón, el cuartel-convento de San Gil, la montaña del Principe Pío, Chamberí, etc.rl Incluso antes de que se hiciese público el Real Decreto ordenando la edifi-

cación de la catedral, en un diario madrileño aparecía ya un proyecto de Miguel G. Baquero destinado a edificarse en la Puerta del Sol. Es de suponer que pretendía utilizar el lugar en que había estado el Hospital del Buen Suceso, demolido unos años antes y aún sin edificar. Sin embargo, la Puerta del Sol no

era el lugar más idóneo, pese a que hubiese terreno disponible y además perteneciente al Real Patrimonio, por las mismas causas que impidieron la

reconstrucción del Buen Suceso, es decir, los continuos cambios en el proyecto de reforma de la Puerta del Sol'2.

Uno de los lugares propuestos con más insistencia era la montaña del Principe Pío, que contaba con las ventajas de ser un terreno amplic, cercano a Palacio, propiedad del Real Patrimonio y elevado sobre el resto de la ciudad. Además:

"Comprende o mide aquel terreno algo más de diez y seis millones de pies superficiales, y procediéndose a su nivelación, creemos que de ese terreno debería tomarse la parte necesaria para la construcción del templo que se propone, cuyo proyecto serviría de base, a no dudarlo, para fomentar en dicho sitio el desarrollo de un nuevo barrio, acaso el mejor de Madrid, para lo cual se enajenaría después de tomada la parte necesaria para el templo, todo lo restante hasta los diez millones de pies, dejando los otros seis para calles, plazas, parques y jardines ..."'3 Vemos así de nuevo planteado el antiguo anhelo de unir la construcción de la catedral con un proyecto mucho más amplio de ensanche de la ciudad y de creación de un nuevo entorno urbano, lo que en esta zona se conseguiría años más tarde con la edificación del Buen Suceso. Incluso los defensores de este emplazamiento consideraban ventajas tan pintorescas como la de que, al construirse la estación de ferrocarril del norte, los viajeros que no se detuviesen en la ciudad podrían desde el mismo tren adrnirar el edificio ra. Pero el gran inconveniente era precisamente lo estratégico del lugar, que posibilitaba la utilización de la catedral como cuartel u objetivo militar en caso de guerra o revolución.

Curiosamente, entre los muchos lugares que se señalan para emplazamiento de la nueva catedral no figura apenas el que en proyectos anteriores parecía haber sido el lugar ideal, es decir, el que ocupaba la antigua iglesia de Santa María. Tan solo Mesonero Romanos parece mostrarse partidario del tradicional recinto, cuya defensa plasmó en un interesante artículo aparecido en 1859 en "El Museo Universal":

L Archivo Hisrórico del Arzobispado de Madrid, Cafedral de Madrid, documento 12. EI Clamor Público, núm.4.416, Madrid,9 de diciembre de 1858. lJ. t? Esperanza, núm. 4.15ó, Madrid. l0 de diciembre de 1858. lzl. La Esperanza. núm. 4.15ó, Madrid, l0 de diciembre de 1858. I

núm. I

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"...en nuestra opinión, el único sitio tradicional, histórico y oportuno, es el comprendido entre el Arco de Palacio y la calle Mayor, sus Casas Consistoriales, su Iglesia primitiva y su Alcázar real ... Si no pareciera conveniente derribar la iglesia de Santa María, podría quedar incluida su nave como capilla anexa á la nueva catedral ... solo en el sitio principal, glorioso, e histórico del antiquísimo cubo de la Almudena, será siempre la iglesia patronal, la basílica diocesana, la catedral de Madrid"'5. Por fin, la Comisión eligió como lugar más idóneo: "...eI que media desde la esquina del jardin de San Juan a la del cuartel de Artillería ..:'t6, es decir, dentro del terreno perteneciente al Buen Retiro, en pleno Salón del Prado. Las razones que motivaron esta elección fueron, en opinión de la Comisión, la gran amplitud del terreno, su situación en una colina elevada sobre el nivel del Prado, su fácil edificación por tratarse de un terreno llano y sin construir, perteneciente al Real Patrimonio y situado en uno de los parajes más bellos y cuidados de la Corte, de fácil acceso desde la ciudad pero también abierto hacia el posible ensanche de ésta, tanto por la zona de Chamberí como por la del futuro barrio de Salamanca. A ello podríamos añadir otra consideración que ya había sido tenida en cuenta por Arrazola, la de que, al situarse la catedral en el Prado: "...pudiera así coincidir el que el actual eje central de Madrid tuviera por polos la nueva Sede Catedral y el magnífico Alcazar de nuestros Reyes: idea y coincidencia grandiosa y oportuna ..."r7. Pero la decisión no fue del agrado de todos, pues hubo quien consideró negativo que la catedral viniese a insertarse en un entorno ya existente y no creado especialmente a su medida. Por otro lado se señalaba también el peligro anunciado por Arrazola- de que, por su situación, la catedral -yaservir pudiese de fortaleza en caso de revueltas o sufrir daños si se produjese un ataque a la ciudad, como había ocurrido con San Jerónimo durante la guerra de la Independencia. Aun así, el principal inconveniente que parecía plantear este emplazamiento era su cercanía al punto más concurrido y bullicioso del Paseo del Prado, lo que no se consideraba oportuno para el emplazamiento de un edificio religioso, como así hizo constar a la Comisión el propio arzobispo de Toledors.

El proyecto de construcción de la catedral despertó, como

es lógico, el

interés de los artistas, ya que el reinado de Isabel II no había sido precisamente propicio a la realización de grandes empresas artísticas, en parte debido a la

crisis económica y en parte a las fluctuaciones políticas que hacían que las propuestas de un gabinete fuesen desestimadas por el siguiente, eternizándose así los proyectos y llegando pocas veces a su definitiva realización. Existe además en esos años en España una clara conciencia de decadencia artística y un deseo de resurgimiento, que busca plasmarse en la ejecución de

15. MESONERO ROMANOS. R., Iglesio Catedrul en Madríd, El Museo Universal. 1859, núm. 16. Archivo Histórico del Arzobispado de Madrid, Catedral de Madrid, documento núm. L 17. ARRAZOLA, L., op. cit. pág.8. 18. Archivo Histórico de¡ Arzobispado de Madrid, Caledral de Madrid, documento núm. 2.

7-12

3, págs. 34-35.

Un proyecto

Jallido: Ia Catedral de la Inmaculada Concepción de ll4adrid

grandes obras; por ello, en el proyecto de construcción de la catedral se vió una esperanza de redención para el arte nacional, que podría de esta forma legar a la posteridad un edificio que en nada desmereciera de los construidos en el pasado.

En un artículo aparecido en "El Mundo Pintoresco", firmado con las iniciales J. M. B., se señalaba con respecto a la elección del arquitecto encargado de la realización de la obra: "La intriga ni las recomendaciones valgan por esta vez, ni pomposos títulos y exajeradas pretensiones deslumbren á las personas que deban elegir arquitecto para la dirección de esta grandiosa basilica. Tengase presente, que mas que la gloria o el enriquecimiento de tal ó cual individualidad académica, interesa al porvenir y ála patría que el monumento sea bueno y dé en lo futuro de los tiempos testimonio de su grandeza, así como igualmente de aquellos soberanos en cuyo reinado se construyó ... Así pués, para evitar la triste desgracia de que nuestra basilica, después de consumir cuantiosos recursos, sea una iglesia mas de las que existen en el mundo, y muy particularmente en la corte, sin que merezca inscribirse en la preciosa lista de los ricos monumentos del arte, creemos que debería abrirse un concurso universal, procurando a la vez crear un tribunal justo, inteligente y desapasionado"re. Esta fue, en efecto, la decisión acordada por la Junta, encomendándose a la Real Academia la convocatoria de un concurso a nivel universal, cuyo juez debía ser la propia Academia. Pese a que, en teoría, se respeta la libertad del artista en la concepción de la obra, se puede apreciar claramente que desde el primer momento existe en el pensamiento de los miembros de la Junta un modelo ideal de catedral al que deberán ajustarse los proyectos presentados. Este modelo ideal está indudablemente derivado de las grandes catedrales góticas, en este momento revalorizadas merced al movimiento romántico. Así, en la planta que se propone como más adecuada para el nuevo edificio, y aunque no se hagan precisiones estilísticas, aparece claro un esquema gótico: "Quisiera la Subcomisión para el templo proyectado la planta cuadrilonga, el cuerpo de la Iglesia dividido en cinco naves, crucero espacioso coronado por un cimborrio en el encuentro de los brazos, capilla mayor de forma semicircular, altares á lo largo de los muros laterales y en torno del ábside, dos torres al uno y otro lado de la fachada principal, otras dos fachadas subalternas en los testeros opuestos de los brazos del crucero, atrio desahogado con tres ingresos, el claustro, las sacristias y la sala capitular del mismo caracter que la Iglesia y dependencias proporcionadas á su mejor servicio"20. Tal preferencia por el estilo gótico no es de extrañar teniendo en cuenta la presencia en la Comisión de nombres como el de Madrazo o Caveda, tan ligados al estudio de este tipo de arquitectura. Por otra parte, el gótico llevaba ya varios años siendo utilizado en toda Europa como el estilo más apto para la edificación de monumentos religiosos

t9 20

J. M. B. La Basilica

de la Inmaculoda Concepción, El Mundo pintoresco, 1g59. núm.2, pág. l5 Archivo Histórrco del Arzobispado de Madrrd. Carcdral dc Madrid. documenlo núñ. 4_

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Un proyecto

fallido: la Catedral de la Inmaculnda Concepción de Madrid

En el detallado estudio que realiza la comisión sobre las ventajas de la construcción gótica se aprecia el conocimiento que sus miembros tienén de ella y,.especialmente la patente influencia de los presupuestos racionalistas de Viollet-le-Duc, presentes a través de Juan d,e Mad,razi2s. Se pone de relíeve en la arquitectura gótica ra rógica y veracidad de su construcción, en la que nada es superfluo ni respondeál móro capricho, sino que, por el contrario, todos los elementos se aunan en la creación dil conjunto, guardando una perfecta concordancia. Se valora igualmente la precisa áistribución de macizos y vanos, su sistema de equilibrairos empujes, ra utilización de los materiales sin enmascarar y el naturárismo de su d..oiu.í¿nru. Los proyectos debían ser presentados en el plazo de un año, a partir de la convocatoria del concurso por parte de la Academia, que ya contaba en diciembre de 1859, justo un año después de la publicacion ¿ei Real Decreto ordenando la edificación de la catedrar, con el lnforme y conclusiones de la Junta. Sin embargo, el concurso no debió llegar nuncá a convocarse y er proyecto fue quedando relegado al olvido. Ya desde su planteamiento el proyecto de la catedral había sido acogirlo con c_ierta reserva por algunos sectores políticos, entre ellos precisamente aquellos más conservadores y católicos que, aunque aprobaban la idea, se oponían a su realización por parte del gobierno de la unión Liberal. Así, ,.La Regeneración". diario de tendencia neocatólíca, exclamaba desde sus páginas: "¿Y que diremos de la circunstancia de pertenecer unos de los comisionados para el monumento rerigioso a la juntá del monumento a Mendizabar?. Nemo potest duobos dominis inservire. Es verdad que España no se mostraría fiél a su antigua devoción al misterio de Maria, si no le .onrug.ur. un monumento que predicase la.declaración dogmática en las gen..aiion". futuras; pero el monumento que levante la unión Liberal, no ra.á mas que un conato, porque se ha querido hacer en llamamiento a la España piadosá por medio de hombres cuyos antecedentes no corresponden a su enc uígo"rr. Sea porque al proyecto le faltase el apoyo de aquellos que más podían .haber contribuido a su realización, por ra falta de interés de los encargádos de llevarlo a cabo o, lo que es más probable, por ro excesivo de la idea en comparación con los medíos disponibles, la construcción de la catedral fue siempre contemplada por ra opinión púbrica con cierto escepticismo no carente de ironía, como es er caso del comentario aparecido .n ..Lu Erparanza" acerca del ofrecimiento de cierto relojero de construir un complejísimo aparato destinado a la torre de la catedral: "Por mucho tiempo que exija ra ejecución de esta obra, siendo para la proyectada catedral de Madrid, desde ahora nos atrevemos a asegurar que no ha de caer en falta, aun cuando principie a hacerla el dia del por la iuicio 28. ta

rde"

Tan solo un año después de que la Junta finalizarasu informe, en el mismo dia.rio madrileño aparecía un artículo dedicado a examinar aquellos puntos estipulados en el concordato de l85l que no habían sido aún.u.plidor, Z:. N¡V¡SCUÉS,P., Arqu¡tectura )) arqu¡tectos madríleños det siglo XtX, Madrid, pág. 207 26. Archivo Histórico del Arzobispado de Madrid, Caredral de Madrid. documento núm. 4_ 27. La Esperanza, núm. 4.198, Mad¡id, l7 de febrero de I8j9. 28. La Esperanza, núñ.4..564, Ma
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