Turbulencias en la practica enfermeria

UNIVERSIDAD FERMÍN TORO
VICE-RECTORADO ACADÉMICO
DECANATO DE INVESTIGACION Y POSTGRADO
DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN





















TURBULENCIAS EN LA PRÁCTICA DE ENFERMERIA:
EL CUIDADO TRANSCULTURAL–AMOROSO
















Autor: Mireya Alejo


Cabudare 2014

En todas las épocas lugares y culturas ha existido la necesidad de las personas de cuidar y ser cuidadas. Al respecto, Colliere (1997) cita a Heidegger en su obra "Ser y tiempo" quien expresa que "el cuidado se encuentra en la raíz primera del ser humano". Significa reconocer el cuidado como un modo de ser esencial. Es una dimensión que viene de la fuente original ontológica que no se puede separar.
En el arte de cuidar, es relevante desarrollar la sensibilidad frente al dolor del otro, al sufrimiento, a las necesidades físicas y espirituales, para generar en el cuidador (enfermera-o), la compasión activa que lleve a la solidaridad, es decir en hacer algo para paliar, calmar o remediar la situación en el proceso de la enfermedad.
Ante el riesgo de deshumanización en el cuidado del paciente, a causa de la gran reestructuración administrativa de la mayoría de los sistemas de cuidado de salud en el mundo, se hace necesario el rescate del aspecto humano, espiritual y transpersonal, en la práctica clínica, administrativa, educativa y de investigación por parte de los profesionales en el campo de la enfermería.
Desde punto de vista filosófico enfermería considera a la persona como un ser en el mundo, que cuenta con: alma, cuerpo, y espíritu. La enfermera en su actuación debe considerar estas tres dimensiones para conseguir la armonía.
El cuidado humano es considerado como una relación terapéutica básica entre los seres humanos; es relacional, transpersonal e intersubjetiva. Esto ha permitido la articulación de las premisas teóricas, donde se refleje la integración de nuestras creencias y valores sobre la vida humana.
Por otra parte, el profesional de enfermería debe verse como un profesional preparado, competente en las áreas del saber; saber conocer, saber hacer, saber ser y saber convivir que en última instancia es para lo que somos formados, para ser ciudadanos ejemplares, pensantes con una carga valorativa que impulse a actuar apegados a principios bioéticos en función del bienestar de las personas, familias y comunidades.
Estas acciones demostrarán el amor que sentimos por los demás, y que impulsa los deseos por mantenernos actualizados para poder brindar cuidado de calidad, haciendo el mayor esfuerzo para que sea un cuidado amoroso, que llegue realmente al paciente, este lo perciba y agradezca y sea él mismo quién pueda dar referencias del trato amoroso recibido por el personal de enfermería en medio de tanta tensión.
¿Por qué cuidado transcultural y amoroso? Para muchos autores y para mi particularmente es una forma humanizada de ofrecer cuidados de Enfermería. La actual dinámica social, hace que el cuidado de Enfermería se convierta en un desafío permanente, pues debe considerar los valores, creencias y prácticas de individuos que tiene bajo su cuidado, así como manifestar el respeto por la diferencia cuando ofrece dicho cuidado. Esta diversidad cultural debe ser un elemento de valoración en Enfermería y los constructos que el modelo incluirá para adquirir la competencia cultural del cuidado amoroso.
Es a partir del desarrollo de estos puntos cuando se puede llegar a entender el papel del profesional de enfermería bajo la dimensión transcultural, siempre teniendo como referencia que para propiciar cuidados de Enfermería de calidad, el profesional debe tener conocimiento, sensibilidad y disposición para colaborar en ello. La aceptación y respeto por las diferencias culturales, la sensibilidad para entender cómo esas diferencias influyen en las relaciones con las personas, y la habilidad para ofrecer estrategias que mejoren los encuentros culturales, son requisitos indispensables para que el cuidado transcultural-amososo en enfermería se pueda consolidar.
Dentro de este marco se hace necesario respetar la diversidad cultural que existe entre los pacientes y profesionales de enfermería, al momento de prestar una atención sanitaria con la intención de brindar un cuidado humanizado, donde no se vean afectadas las relaciones interpersonales por causas de la transculturalidad. Para garantizar un cuidado humanizado es preciso abordar de forma holísticas al paciente tomando en cuenta las bases científicas, sensibilidad y compromiso.
En el caso de Enfermería con los constantes e imprevisibles cambios, es necesario interrogarse ¿Por qué no hemos sido capaces de avanzar en la propuesta de los cuidados transculturales y amorosos? ¿Cómo está contribuyendo la formación del profesional de enfermería en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado en la enseñanza de los cuidados transculturales y amorosos? Esto significa empezar a cuestionar nuestras formas de práctica docente, las maneras de cómo se está formando al profesional, la contribución al desarrollo y la utilización del conocimiento.
No es fácil comprometerse con esta forma de cuidado pues nos acostumbramos al síndrome curativo y la adopción de técnicas curativas, por simples que parezca, este cambio de mentalidad se debe ajustar a ciertos elementos vivenciales y cognoscitivos que se requiere repensar para definir una posición personal sobre cuidados transculturales y amorosos.
Con esta visión del cuidado por parte de enfermería se propendería a la consolidación de una cultura efectiva dentro de los sistemas de salud y de educación, donde el acto de cuidar es una reciprocidad entre la persona o las personas que reciben la acción de cuidar y el profesional de enfermería responsable de dicho cuidado.
Así mismo, esta cultura efectiva del cuidado pretendería dar competitividad al interior de la profesión y fuera de ella; Generar cambios en los valores y en las actitudes de las personas que la constituyen; encontrar el enredo entre las tradiciones y las exigencias de la modernidad y propiciar el desarrollo integral que emana de su propia naturaleza, cuyo fin es la calidad del cuidado como proceso, producto y servicio.
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