Tu sola presencia

July 17, 2017 | Autor: Ezequiel Fernández | Categoría: Mariology, Teologia de la liberacion, Religiosidad Popular, Mariologia, Pedro Casaldáliga
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Descripción

CENTRO DE ESTUDIOS FILOSÓFICOS Y TEOLÓGICOS MARIOLOGÍA TRABAJO MONOGRAFÍA DE ANÁLISIS

Tu sola presencia… Análisis a un poema de Pedro Casaldáliga

Docente: Lic. Lucia Riba Alumno: Ezequiel Fernández

Junio de 2014

Tu sola presencia…

“La celebrada de hermosa y temida por sañuda, bradamante en valentía, Angélica en hermosura” Sor Juana Inés de la Cruz, Villancicos.

Introducción Acercarse a María desde el peregrinar latinoamericano requiere un planteo de preguntas importantes y trascendentales donde se entrecruzan elementos vitales-existenciales y aquellos que son de fe-trascendencia. María habita en el peregrinar latinoamericano en una experiencia que es mística y popular donde es mujer cercana, propia y hermana. Para avanzar en este trabajo bien vale una pregunta de Pablo VI: “¿Cómo proponer de nuevo de forma adecuada a María ante el pueblo de Dios, a fin de que despierte en el mismo un fervor de renovada piedad mariana?”1. Esta pregunta puede ser considerada esencial y actual para el planteo de María y la devoción que se genera en torno a ella como mediadora, como peregrinante en Latinoamérica. La respuesta de nuestro pueblo es en acto de fe, en acciones que se generar del contacto y el peregrinar, entendido en varios sentidos. Para este trabajo analizaremos un poema de Pedro Casaldáliga que la puerta de acceso a la experiencia mariana en el pueblo latinoamericano, que es a la vez un modo de cotejar la Palabra, la doctrina y la tradición con las manifestaciones populares de acercamiento a María. Los elementos en juego serán aquellos que constituyen la “mística-popular” que nuestro pueblo latinoamericano vive y celebra en relación a María. Cada parte del poema nos acercará a una comprensión de la vivencia mariana en perspectiva bíblica, teológica y existencial; y en base a ese análisis es que este trabajo tiene su fin.

El poema Para el trabajo en cuestión nos valemos del poema “Comadre de suburbio” de Pedro Casaldáliga. Esta obra se encuentra ubicada en el conjunto de otros poemas marianos que pertenecen a la antología “Llena de Dios y tan nuestra”2 que el obispo poeta ha reunido como modo de expresar distintas dimensiones de la realidad mariana leída y experimentada en Latinoamérica. Para una visión en conjunto, presentamos a continuación el poema completo: La cueva no tenía más higiene que el viento de la noche. Dios tuvo un vecindario de pobres amahares. -Vallecas o Belén, Belén o Harlem, Belén o las favelas-. Tú tenías apenas las dos manos para alternar con ellas el pesebre. Las ricas caravanas llegaban siempre a punto. Vosotros llegaríais con las puertas cerradas. No hubo piso en Belén; ni hubo piso en Egipto; y no hay piso en Madrid, para vosotros.

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Discurso al Congreso mariológico internacional, 16 de mayo de 1975. Enhttp://www.vatican.va/holy_father/paul_vi/speeches/1975/documents/hf_pvi_spe_19750516_congresso-mariologico_it.html (última visita 2 de junio de 2014). 2 En http://www.servicioskoinonia.org/Casaldaliga/poesia/antologia.htm (última visita 2 de junio de 2014).

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José estará de paro forzoso muchos días. Después tendrá, por fin, unas chapuzas de esperanza en madera. Quizás abrirá zanjas, sin subsidios. Hebreos sospechosos en un barrio de Egipto acorralado, viviréis al contado de la suerte, como viven las aves. El Nilo gastará, día tras día, la piel y la hermosura de tus manos anónimas, sangre del rey David venida a menos. Y el Niño crecerá sin más escuelas que la lección del sol y tu palabra. Vecina del pecado y la vergüenza, con el Verbo hecho carne que habita entre nosotros tú has instalado a Dios en el suburbio humano. Carmen, Dolores, Soledad, María: todos los nombres llevan la concha de bautismo de tu nombre. Vives realquilada por la pena y el miedo en un cuadro de tela reluciente o en un yeso pintado o en la fe vergonzante de una estampa escondida en la cartera; y tu sola presencia rutinaria traspasa las miserias del suburbio del mundo con un hilo irrompible de alegría, ¡comadre de suburbio, ensanche de la Gracia, puerta y solar de la Ciudad Celeste! La obra presenta un repaso por distintas dimensiones de la realidad mariana que iremos desglosando y a la cual queremos acercarnos desde un análisis que considere los elementos bíblicos-teológicos que sostienen los planteos de Casaldáliga, cotejados siempre con la realidad caminante. Antes de empezar bien valen algunas palabras sobre el autor, aunque ya es bien conocido por su producción y testimonio misionero. Pedro Casaldáliga, obispo claretiano emérito en Sao Felix (Brasil), supo vivir su ministerio desde la sensibilidad poética y profética de la realidad pobre que acompaña. Es claro que su compromiso se hizo en vida activa y en actividad poética. La obra a la que pertenece el poema que analizaremos para algunos bien valió el título de “Mariología poética” y esto es claro indicio de su adhesión a la persona de María que “se ha identificado con lo que hay de más humano y dolorido, encarnándolo en su hondo corazón como sólo esta «Mujer», tan divina y al mismo tiempo tan madre y humana, podría hacerlo y acogerlo”3. Para Pedro, la misión, la evangelización y la obra poética se generar con el oído puesto en el pueblo, por eso, su obra, refleja siempre situaciones de comunidades que viven la lucha y la encarnación de la Palabra en situaciones concretas. Son frecuentes los temas referidos a la injusticia, a la necesidad de la tierra, la explotación laboral y los testimonios del martirologio latinoamericano. En esta nube de experiencias, María ocupa un lugar preponderante como se dijimos antes. Ella es la comadre, la vecina, la siempre pura, la mujer débil, la valiente, la mujer de fe y de esperanza. Son bastas estas palabras, para no detenernos más, avanzaremos con el análisis.

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CONTRERAS MOLINA, F. María, belleza de Dios y Madre nuestra. Verbo Divino. Navarra 2004 p 238.

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“Dios tuvo un vecindario de pobres” El poema comienza referenciando imágenes del nacimiento de Jesús: La cueva no tenía más higiene que el viento de la noche. Dios tuvo un vecindario de pobres amahares. -Vallecas o Belén, Belén o Harlem, Belén o las favelas-. Tú tenías apenas las dos manos para alternar con ellas el pesebre. Las ricas caravanas llegaban siempre a punto. Vosotros llegaríais con las puertas cerradas. No hubo piso en Belén; ni hubo piso en Egipto; y no hay piso en Madrid, para vosotros. La imagen de la cueva, el vecindario y Belén, utilizado como sinónimo de pobreza y desprotección, nos hacen ver que el poeta se refiere a elementos bíblicos leídos desde claves contextualizadas. Es la escena donde a María “le llego la hora del parto y dio a luz a su hijos primogénito” (Lc. 2,6-7) en situaciones de desprotección, de soledad silenciosa donde la proximidad y la projimidad estaba dada por “unos pastores en la zona que cuidaban por turnos los rebaños a la intemperie” (Lc. 2,8). María no aparece nombrada explícitamente, pero se manifiesta en gestos: “Tú tenías apenas las dos manos para alternar con ellas el pesebre”, y ese es el modo de referirse a ella como Madre de Dios en la pobreza. Los últimos cuatro versos de esta estrofa nos refieren a María como migrante y nuevamente el recurso de comparar la situación bíblica, la narrativa del Evangelio, con una situación actual como puede ser el migrar de muchos latinos a otros territorios: “y no hay piso en Madrid, para vosotros”. Los padres primerizos, en la precariedad de las circunstancias, ubican al recién nacido en el pesebre que “servía para acostar a un niño, como sirven las cajas de cartón y otros artefactos que la gente pobre adapta hoy echándole imaginación”4. Los elementos comprometidos en esta estrofa bien pueden ser referenciados con las palabras de Antonio González Dorado: “a la Virgen se la exalta hasta límites insospechados; se la humaniza y acerca al pueblo; se la concreta y localiza en imágenes y espacios determinados”5. Este modo de identificar, de traducir una experiencia cotidiana en clave de Dios permite al pueblo latinoamericano un acercamiento de fe a la persona de María, un acercamiento que el poeta exalta como situación existencial y necesaria.

“esperanza en madera” José estará de paro forzoso muchos días. Después tendrá, por fin, unas chapuzas de esperanza en madera. Quizás abrirá zanjas, sin subsidios. La imagen de José está en la segunda estrofa donde aparece en relación a María como aquel que acompaña y sostiene una familia. María está con José, y esta relación es la que permite comprender la cercanía verdadera, la encarnación de Dios con la imagen de un padre como cualquier otro padre que rodea al poeta. La referencia contextualizada sigue siendo fuerte; José, el esposo de María, es un hombre que puede ser cualquier vecino en situación de necesidad, de falta de trabajo haciendo “changas” que no siempre le resultarán.

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JOHNSON, E. Verdadera hermana nuestra. Herder. Barcelona 2005 p. 319. GONZÁLEZ DORADO, A. De María conquistadora a María liberadora. Sal Terrae. España 1988 p 75.

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“Viviréis al costado de la suerte” La tercera estrofa condensa mucho de mariano y mucho de cotidiano, y es cómo va tomando forma este poema como acción profética, siendo María misma una mujer profética en situación difícil. Hebreos sospechosos en un barrio de Egipto acorralado, viviréis al contado de la suerte, como viven las aves. El Nilo gastará, día tras día, la piel y la hermosura de tus manos anónimas, sangre del rey David venida a menos. Y el Niño crecerá sin más escuelas que la lección del sol y tu palabra. “Hebreos sospechosos…como viven las aves” es una imagen que retoma nuevamente la situación de los migrantes. Ponerla en diálogo con esta situación es el modo en que se pone en contacto con el tejido de la historia y acoge los rasgos más significativos del pueblo.6 La evocación del texto de Mt. 2,13-18 es una clara alusión al migrar, al exilio forzoso que salva la vida del niño; “la vida de una joven familia en el exilio en un país extranjero, arreglándoselas con la lengua, unas costumbres y unas instituciones extrañas”7 es la imagen de una mujer de agallas. En esta estrofa la alusión a María, más clara es la de mujer laboriosa: “El Nilo gastará, día tras día, la piel y la hermosura de tus manos anónimas”. María se convierte en mujer anónima y desplazada, que no puede hacer otra cosa que trabajar con sus manos en lo más sencillo y perdido del día a día. Casaldáliga se sirve de esta imagen para significar muchas situaciones de migrantes anónimos en tierras latinas, o de aquellos que en busca de suerte se atreven a cruzar el océano. Son imágenes de dolor, de lucha y búsqueda en la necesidad de sobrevivir en tierras extrañas. Al final de la estrofa un esbozo de la maternidad pone de relieve algo significativo y real para la formación del niño. La “escuela” en la que se formará el niño es la de la experiencia “al sol” y las palabras que María pueda ofrecerle; hay una referencia al anonimato de la formación, al silencio que construye la identidad en un lugar extranjero.

“el Verbo hecho carne que habita entre nosotros” La primera parte de la última estrofa hace una clara alusión a la encarnación, y María como parte de este misterio: Vecina del pecado y la vergüenza, con el Verbo hecho carne que habita entre nosotros tú has instalado a Dios en el suburbio humano. Carmen, Dolores, Soledad, María: todos los nombres llevan la concha de bautismo de tu nombre. María en el misterio de la encarnación es la mediación por la cual el Hijo toma situación y contexto “en el suburbio humano”. Los evangelistas han sabido reflejar esto en los relatos que marcan la Encarnación como irrupción de Dios en lo cotidiano (Lc. 1,26-38); vale la afirmación de Irineo que comprende la encarnación como aquello que se asume para redimir y a partir de

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Cfr. Aparecida, 269. JOHNSON, E. Verdadera hermana nuestra. Herder. Barcelona 2005 p. 284.

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este hecho sucede que al Hijo “es en medio del pueblo donde se le podrá encontrar y se hará su voluntad en la medida en que se construya una comunidad de hermanos y hermanas”8. Se nos revela también en esta estrofa un “título” para María: ella es la Vecina del pecado y de la vergüenza. María como vecina es sanamente una más que comparte la suerte de muchos y muchas; es un título que la enmarca en la cercanía del barrio, en lo cotidiano que hace cualquier mujer. Ciertamente esta manera de denominar a María deja huella en la comprensión de la fe del pueblo que sabe y descubre en ella un reflejo de lo simple. Siguiendo con la idea anterior, muchas mujeres se asocian a María y el poeta lo sabe. Se asocian a ella “por la concha del bautismo” que les hace compartir el nombre y la suerte, la dicha y el coraje de animarse a amar la vida. La evocación de otros nombres, como son los de las mujeres del pueblo, hace ver que María puede ser vista como cualquier madre de nuestro tiempo, como cualquier vecina que hace de la calle un acontecimiento.

“vives realquilada” Vives realquilada por la pena y el miedo en un cuadro de tela reluciente o en un yeso pintado o en la fe vergonzante de una estampa escondida en la cartera; Este fragmento de la última estrofa es una clara alusión al sentir popular. María habita en los gestos, en las fiestas, en los símbolos que se convierten en sacramentales para la fe popular. Se produce una experiencia con el Misterio que se revela cercano, sobre todo en María.El documento de Aparecida define de una forma densa y profunda este contacto: “la mirada del peregrino se deposita sobre una imagen que simboliza la ternura y la cercanía de Dios. El amor se detiene, contempla el misterio, lo disfruta en silencio. También se conmueve, derramando toda la carga de su dolor y de sus sueños. La súplica sincera, que fluye confiadamente, es la mejor expresión de un corazón que ha renunciado a la autosuficiencia, reconociendo que solo anda puede. Un breve instante condensa un viva experiencia espiritual”9 Una definición precisa y preciosa, valga la valoración. La fe del pueblo se expresa en momentos fuertes donde lo sensible se hace uno con lo sentimental, donde los símbolos se cargan sobre la experiencia de una vida y viceversa. La expresión de la fe popular empieza a tomar forma en María, donde se produce un encuentro con la ternura de Dios. La fe del pueblo se hace del contacto, por eso “la tela reluciente, (…) el yeso pintado, (…) una estampa escondida en la cartera”. La sensibilidad del contacto es lo que carga de sentido y significado la presencia de María, de la Madre que acompaña y no deja. Consideremos entonces que la experiencia mariana del pueblo se hace en situaciones cargadas de sentido por las circunstancias históricas en que se suceden. Allí se produce la “mística popular” que se entiende como una experiencia espiritual que vive el sujeto humano al ser introducido en el Misterio sagrado, que se le concede por solo la Bondad divina en su total gratuidad. Este Misterio es el Misterio del amor de Dios, que irrumpe con tal fuerza y evidencia en la vida del creyente que éste en su libertad no puede menos que abrazarlo y hacerlo suyo10. Un Misterio que se hace tangible con María vecina; Don Pedro sabe de esto

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GEBARA, I – BINGEMER, C. María, mujer profética. Paulinas. España 1988 p. 80. Aparecida, 259. 10 SEIBOLD, J. en http://www.pastoralurbana.com.ar/web/jorge-seibold.php (15 de abril de 2014 ) 9

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porque su pueblo se lo muestra, porque la fe del pueblo se hace en la sensibilidad personal y en la de los signos de los tiempos, como deja entrever en el “Romance guadalupano”: ¡Ya basta de procesiones mientras se caen las piernas! Mientras nos falten pinochas ¡te sobran todas las velas!11 La fe se hace con un oído en el pueblo y otro en el sentir del evangelio. María nos lleva a eso, y el poeta lo entiende bien.

“tu sola presencia…un hilo irrompible de alegría” El final del poema esconde un grito de esperanza; María es la mujer de la esperanza en la vida cotidiana del pueblo: y tu sola presencia rutinaria traspasa las miserias del suburbio del mundo con un hilo irrompible de alegría, ¡comadre de suburbio, ensanche de la Gracia, puerta y solar de la Ciudad Celeste! La presencia rutinaria de María se hace alegría en medio de las miserias del suburbio; la maternidad esperanzadora se hace profecía “con los ojos puestos en sus hijos y en sus necesidades (…) María ayuda a mantener vivas las actitudes de atención, de servicio, de entrega y de gratuidad”12. María se convierte en imagen esperanzadora de la Gracia para el pueblo. Puede ser esta parte una alusión al Magnificat mismo, “un hilo irrompible de alegría” es la experiencia preclara de la exaltación de una pobre de Yahvé. “En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de débiles sino de fuertes; que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes”13. Aparece ahora otro título de María: ella es la “comadre de suburbio”. Ser comadre es equipararla con las mujeres significativas, que luchan y sostienen la vida. Es una imagen muy latinoamericana que posibilita a Casaldáliga una referencia de familiaridad muy grande. Ella es el “ensanche de la Gracia” en lo simple, en lo cotidiano del vecindario marginal que representa un suburbio.

Conclusión María representa una búsqueda constante de esperanza. Este poema lo deja entrever y no mezquina la mirada de contexto. Ella se convierte en la vecina y comadre de suburbio que está presente en un lugar real, mezclando la trascendencia con la calle de cada día. Este poema nos permitió ver que “la sola presencia” de María en el pueblo es objeto de devoción, de esperanza, de testimonio y de coraje para las búsquedas de muchos en situaciones similares. En María vecina, creemos, se muestra una advocación de permanencia y de cuidado materno para el pueblo.

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En http://www.servicioskoinonia.org/Casaldaliga/poesia/antologia.htm (última visita 9 de junio de 2014). 12 Aparecida, 272. 13 Evangelii Gaudium, 288.

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Con el análisis fuimos descubriendo las claves bíblicas que sostienen esta lectura de la vida. La Palabra está encarnada en situaciones reales, y eso es lo que posibilita a la religiosidad popular como canal de encuentro con el Resucitado. Para terminar, esta “mariología poética” de Casaldáliga nos posibilitó una lectura que involucró principios doctrinales; la referencia al misterio de la Encarnación de Dios en la imagen real y metafórica del suburbio nos acerca a María como Madre de Dios en esas condiciones de precariedad, haciendo una buena referencia que rescata a María en relación a Jesús. Consideremos entonces que, al hacer poesía, al hacer letra con la vida sufriente, don Pedro nos posibilitó tener a María como la mujer de fe que camina y anima la esperanza, que es “tan de Dios y tan nuestra”.

Bibliografía:     

CASALDÁLIGA, P. Llena de Dios y tan nuestra. En http://www.servicioskoinonia.org/Casaldaliga/poesia/antologia.htm (última visita 9 de junio de 2014). CONTRERAS MOLINA, F. María, belleza de Dios y Madre nuestra. Verbo Divino. Navarra 2004. GEBARA, I – BINGEMER, C. María, mujer profética. Paulinas. España 1988. GONZÁLEZ DORADO, A. De María conquistadora a María liberadora. Sal Terrae. España 1988. JOHNSON, E. Verdadera hermana nuestra. Herder. Barcelona 2005.

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