Tres etapas de desarrollo anteriores al abandono de Teotihuacan
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Antilha
REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA, ARTE Y LITERATURA
Año 5
N°14
Mayo-Agosto 2016
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América Malbrán Porto
expresadas en Antilha son responsabili-
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dad exclusiva de sus autores.
Enrique Méndez Torres
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Portada, cenefa y viñeta: Santa Úrsula, murales del Ex-Convento de San Juan El Bautista en Tetela del Volcán, Morelos. Foto. América Malbrán Porto. 3
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DEA-INAH, México.
Dra. María Elena Ruiz Gallut
IIE-UNAM, México.
Dr. Enrique Tovar Esquivel
INAH, México.
Dra. Lourdes Budar Jiménez
Universidad Veracruzana, México
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CAU-UBA, Argentina
Dra. Ana Igareta
UNLP, Argentina.
Mtra. América Malbrán Porto
FFyL-UNAM, México.
Mtro. Alfredo Feria Cuevas
INAH-México.
Lic. Alejandra Gómez Colorado
INAH, México.
Lic. Enrique Méndez Torres
ENAH, México.
Lic. Ivon Cristina Encinas Hernández
Universidad del Tepeyac A.C.
4
Antilha CONTENIDO Editorial
P. 7
Material vítreo clasificado como lítico en colecciones arqueológicas del Museo de La Plata, Argentina Ana Igareta y Jorgelina Vargas Gariglio P. 9 El villancico de Gaspar Fernández Esteban Gutiérrez Quezada
P. 26
Tres etapas de desarrollo anteriores al abandono de Teotihuacan Jorge Angulo Villaseñor
P. 39
Álbum fotográfico de las grutas La Morita Enrique Méndez Torres y Sergio Santana Muñoz
P. 66
5
TRES ETAPAS DE DESARROLLO ANTERIORES AL ABANDONO DE TEOTIHUACAN Jorge Angulo Villaseñor1
D
e acuerdo a las huellas de la trayectoria que las culturas más destacadas han dejado en el registro de la Historia Universal, es notable como todas han pasado por el mismo proceso de cambio o transformación, que pudiera
sintetizarse en tres etapas que interactúan durante la metamorfosis socio-cultural por la que inevitablemente atraviesan o han pasado cada una de ellas. Sería tema de todo un libro ejemplificar con detalle este juicio aplicable a las culturas arqueológicas que se conocen en la historia del mundo 2, aún en las contemporáneas que son mucho más conocidas por la secuencia cronológica de su florecimiento, a partir de las conquistas expansivas ocurridas después del siglo XVI. La secuencia en el referido desarrollo que modela la trayectoria de todas las culturas, se reducen a tres fases creativo-constructivas que, por diversas razones a especificar en cada caso, conllevan las semillas que las conducen al llamado abandono o decadencia y extinción. 1. Colocándolas en palabras llanas, la primera etapa del desarrollo por el que pasan esas culturas ―de gran éxito‖ se inicia cuando, por la lógica reproducción genética, la fusión de las etnias concurrentes o ambas razones, entre otras por dilucidar en cada caso, ejercen un tipo de Atracción Centrípeta en la que aumentan su demografía, como lo explica Service (1971), para todas las culturas.
1 Profesor investigador emérito, Dirección de Estudios Arqueológicos, Instituto Nacional de Antropología e Historia, México. 2 Egipcia, Griega y Romana, por solo mencionar las que antecedieron a la era cristiana y que han sido altamente exacerbadas por los historiadores de la cultura occidental. Se incluyen por igual las culturas del continente asiático y las americanas que antecedieron a las conquistas del siglo XVI. 39
2. La segunda fase de esta misma
En esa etapa de desarrollo y progre-
etapa corresponde al momento en
so en la que la atracción centrípeta
que se alcanza la consolidación y es-
(como se le denomina en este ensa-
tabilización de un gobierno en cier-
yo) produce un continuo aumento de-
nes, que toma el control de la produc-
mográfico, se requiere de mayores
ción-distribución de los bienes mate-
espacios habitacionales para alojar a
riales locales y regionales para orga-
los productores de artefactos, de los
nizar las labores socio-económicas y
pertrechos utilitarios y de los enseres
unificar
conceptos
de prestigio que los estratos sociales
ideológicos que cada grupo mantiene
más altos necesitan para reafirmar el
como parte de su idiosincrasia, im-
estatus de sus jerarquías en los po-
pregnada de tradiciones religiosas.
deres económicos, políticos y religio-
En los procesos de amalgamación,
sos. Estatus que por lo regular, se
veladamente se crean fricciones o
funden en una sola representación
discordias que provocan estrechas
orgánica, apoyada por las huestes
rupturas y cambios de menor índole,
guerreras y admirada por la comuni-
que no alcanzan a fragmentar la es-
dad mayoritaria.
tructura del sistema económico guber-
Las condiciones de vida de esos ele-
namental establecido. Tales cambios
gidos, despliegan destellos que ha-
pasan desapercibidos en las culturas
cen parecer más placentera su exis-
contemporáneas o se mimetizan en
tencia y hasta fácil de adoptar por los
las actividades cotidianas, pero en las
grupos circunvecinos. Algo similar
culturas antiguas, quedaron manifies-
debió suceder en Teotihuacan, y si-
tos o creemos descubrirlos en las su-
gue sucediendo en los países que
perposiciones arquitectónicas y en las
despliegan un auge económico y el
imágenes, símbolos y otras formas de
joué d’vie que atrae los ojos de los
comunicación utilizadas en los siste-
vecinos subdesarrollados.
mas pictográficos de cada época y
3. Conforme esta práctica se perpe-
cada cultura.
túa, va surgiendo la etapa de un Flo-
los
arraigados
40
recimiento y Expansión Centrífuga,
cambio de materiales excedentes entre
que en muchos textos de la historia
las comunidades cercanas y lejanas a un
reconstructiva lo clasifican como de
sitio determinado. Etapa en la que los
―influencia cultural o dominio político-
convenios político-económicos maneja-
económico‖ (Angulo, 1997), sin pen-
dos por algún tipo de organización cláni-
sar que tal influencia, siempre ha es-
co-tribal, despliegan los primeros pasos
tado amparada por una intervención
de un poder jerarquizado en un centro de
militar que se oculta como cultural.
desarrollo proto-urbano.
Aplicando este modelo de desarrollo so-
En el estudio que William Sanders y Bár-
cio-cultural, basado en reflexiones de ca-
bara Price (1968) hacen sobre Mesoa-
rácter universal y verificado en observa-
mérica, señalan que entre los 1500 y los
ciones de las culturas pasadas y presen-
300 años a.C., el valle de Teotihuacan
tes, se cotejan las tres etapas propues-
estuvo ocupado por diversas sociedades
tas por las que han pasado las culturas
tribales que vivían de la horticultura. Con
histórico-arqueológicas de todo el mun-
respecto a esa proposición, aclaran que
do, con la cultura teotihuacana que hasta
solo quedan algunas evidencias visibles
ahora se han venido tratando las etapas
de las grandes construcciones de piedra
cerámicas como señaladores cronológi-
de aquella época, cubiertas por las eta-
cos para rubricar su evolución.
pas subsecuentes. Como parte de este primer periodo de
Correlación de las tres etapas en el
Formación y Atracción Centrípeta, apli-
desarrollo evolutivo de Teotihuacan
cado a la cultura teotihuacana, se consi-
La primera parte de este esquema se po-
dera que muchos asentamientos del Pre-
dría iniciar desde el Preclásico Superior
clásico Superior, tan lejanos como Ticu-
mesoamericano, equivalente al de la re-
man, Tezoyuca, Cuanalan, Maquixco y
volución pre-urbana en Europa, en la que
otros sitios alrededor del sector sur y sur-
según Childe (1953 y 1958), comienza a
oeste, fueron las sementeras demográfi-
fructificar el manejo de los sistemas de
cas que participaron en la creación de lo
producción agrícola y de un intenso inter-
que más tarde sería la gran urbe teo41
tihuacana, mientras que poblados como
aldeas dispersas y varias poblaciones
Santiago Tolman, San Pablo Ixquitlan,
concentradas cercanas a los arroyos de
Cuautlatzingo, Otumba y otros sitios de
esta explanada (cuenca o valle de Teo-
la región noreste del cerro Gordo, contri-
tihuacan), entre los que señalan más de
buían también, como los pobladores del
diez sitios clasificados dentro del rango
área noroeste del mismo cerro, puesto
de pueblos grandes y chicos, situados
que parecen haber sido quienes mayores
sobre la parte norte del cerro Gordo y en
restos de materiales cerámicos dejaron,
las laderas orientales de los cerros Mali-
como evidencia, de haberse establecido
nalco, del Colorado Chico y del Cerro
en la parte central del llamado valle de
Maravillas. Respecto a estos sitios, esos
Teotihuacan (Fig. 1).
investigadores enfatizan que:
En otro estudio, Sanders, Santley y Par-
―Además de los centros en la parte
sons (1979) registran el asentamiento de
alta de las colinas de Tezoyuca y dos
Fig.1. Poblaciones actuales sobre remanentes de sitios arqueológicos Dibujo. América Malbrán Porto. 42
grandes centros regionales, se inclu-
primera traza urbana de lo que se con-
yen 10 pequeños centros cabecera,
vertiría
10 villas o pueblos grandes [...] 37
ceremonial (como lo llamaron por años),
villas chicas y entre 135 y 150 al-
donde se concentraría el intercambio co-
deas, junto con 4 pequeños conjun-
mercial de todas las poblaciones cerca-
tos ceremoniales aislados‖ (Sanders,
nas y lejanas.
Santley y Parsons 1979:101-104).
Todavía dentro de este periodo, que
Basado en los materiales de relleno re-
ahora llamamos Proto-teotihuacano, la
cobrados en los diferentes túneles de ex-
práctica del constante sistema económi-
ploración que se efectuaron en décadas
co de trueque o intercambio, no se limita-
pasadas en la pirámide del Sol, se de-
ba al de productos alimenticios y artesa-
muestra en el estudio presentado en la
nales, puesto que se fue incrementando
5a
Teotihuacan
y estableciendo nuevos asentamientos
(llevada a cabo en 2011, aún sin publi-
que fueron circundando las áreas cerca-
car), que los diferentes grupos étnicos
nas a las grandes estructuras de la pirá-
que circundaban esta área de monumen-
mide del Sol y el templo de la Serpiente
tos, laboraron en la construcción de la
Emplumada que, aún en proceso de
gran pirámide y contribuyeron con los
construcción o todavía sin terminar, ya
materiales de relleno que acarrearon
se habían convertido en los principales
desde su comarca (Angulo, 2007; 2011
centros de culto y peregrinación de
en prensa).
aquellos momentos iniciales, correspon-
Nada puede ser más claro que estas di-
dientes al llamado Protoclásico.
ferentes etnias colaboraron en ese pro-
En la nueva forma de agrupamiento so-
yecto comunal de gran magnitud que
cio-cultural designada de Atracción Cen-
respondía a la aspiración de un propósito
trípeta se engloba la etapa de formación
conducido por un organismo con vías de
en la que el amalgamamiento de las di-
estabilidad, o visiones de un futuro políti-
versas etnias plurilingüistas que circun-
co, que amalgamara a los diferentes gru-
daban el área, se asocian política y eco-
pos que en ese momento realizaban la
nómicamente, según los rastros aislados
Mesa
Redonda
de
43
en
un
gran
centro
cívico-
de materiales cerámicos mezclados en el
observado en el impulso urbano-arqui-
mismo contexto que identifican la dife-
tectónico de la ciudad.
rencia de su procedencia, de su idiosin-
En este ensayo se ha considerado que
crasia y tradiciones asociadas.
esta etapa de eufórica participación co-
No se puede decir que abunden los res-
lectiva, fue la primera fase de ese largo
tos arquitectónicos de esta primera etapa
proceso de Atracción Centrípeta que se
pero, aunque permanezcan ocultos bajo
inicia desde el Preclásico Superior y se
las otras estructuras, serán lo más signi-
hace evidente, durante el periodo Patla-
ficativo para entender el largo proceso
chique-Tzacualli (200 a.C. a 150 d.C.) (Fig.2). Debemos aclarar que esa prolongada etapa de Atracción Centrípeta nunca dejó de ser activa, puesto que se continúa hasta el periodo Miccaotli, cuando se construyen las monumentales pirámides del Sol, la de la Luna y se modifica el viejo Templo de la Serpiente Emplumada, en donde se mantuvo la enigmática Estructura 1-B-1. Se ha pensado que de los únicos edificios de la etapa Patlachique y Tzacualli, solo
Fig.2. Atracción Centrípeta. Grupos étnicos provenientes de diversas regiones. Dibujo J. Angulo y A. Malbrán. 44
perdura algún alineamiento estructural
hacia grandes ciudades como Teotihua-
que quedó expuesto por las excavacio-
can, no declina jamás, ni siquiera des-
nes de finales del siglo XIX, en las que
pués del llamado colapso o abandono,
Batres removió las superposiciones Tla-
pues hay restos de materiales culturales
mimilolpa y las Xolalpan, como el escom-
del Epiclásico y del Postclásico, tanto
bro que cubría las primeras fases del
como de la etapa Virreinal, de la Repúbli-
Templo de la Agricultura así como los
ca y hasta de la época contemporánea
eliminados por intervenciones anteriores,
(Angulo Villaseñor, 1997).
que solo dejaron al descubierto subes-
También se indica que la participación
tructuras parcialmente exploradas en la
de los diversos grupos étnicos dentro del
Calzada de los Muertos, entre las que se
sistema de intercambio, no solo se con-
incluyen Los Edificios Superpuestos y
cretaba al trueque de materias primas y
otras estructuras exploradas en la segun-
de otras mercaderías, puesto que de ma-
da mitad del siglo XX (Gamio, 1922), co-
nera consciente o inconsciente, ese sis-
mo la subestructura de ―los Animales Mi-
tema contribuyó al intenso desarrollo de
tológicos‖ (Cabrera Castro, 1987), la de
un intercambio comercial que superaba
Los Caracoles Emplumados (Acosta,
el carácter regional y que alcanzaba ni-
1964), la Estructura 40 en el MCCM y
veles de un carácter pan-mesoamerica-
muchas otras más por numerar.
no. Es posible que, desde aquella etapa,
Ahora se enfatiza que este concepto de
la asociación de las distintas etnias, en
Atracción Centrípeta, no define ni alude a
una frecuente convivencia cotidiana, hu-
ningún aspecto de la organización socio-
biese creado la unión o una nueva identi-
económica ni a la político-religiosa que
dad cultural más homogénea dentro de
existió en la gran Urbe, como tampoco
esa incipiente comunidad urbana, en
se limita a los periodos marcados por las
vías de convertirse en Teotihuacan
mencionadas fases cerámicas que defi-
(Ídem.).
nen la secuencia tipológica ocurrida en la
Resulta lógico que durante este sistema
urbe teotihuacana. Más bien, explica que
de regencia multiétnica con la que se ini-
el fenómeno que produce la atracción
cia la Ciudad, las aldeas circunvecinas 45
que participaban en tan nueva experien-
No se puede dudar que esa euforia de
cia, fueron dejando el estadio de cacicaz-
participación creativa de esa ciudad en
go, en el que se encontraban con ante-
ciernes, contribuyera en los trabajos de
rioridad, para irse adaptando a la crea-
preparación y confección de ceremonias
ción de un gobierno centralizado. Un
y rituales que lentamente se integraban
nuevo sistema al que los pueblos partici-
al proceso de amalgamamiento y corre-
pantes enviaban a un representante de
lación del calendario de festividades que
su grupo, para decidir todos los aspectos
marcara la secuencia ejecutoria con la
de la producción y distribución de los bie-
que cada etnia debía de contribuir para
nes materiales manufacturados y de los
satisfacer sus arraigadas tradiciones.
obtenidos por el intercambio comercial
Durante este proceso en el que se con-
que se desarrollaba en esta temprana
solida
etapa.
cultural de carácter multiétnico y pluri-
Es obvio que esa urbe, transformada en
lingüístico, denominado en este trabajo
el mayor centro de producción y distribu-
de Estabilización y Consolidación de Go-
ción regional, se hubiese convertido en el
bierno sucede, como en todas las socie-
baluarte del trueque o comercio de mer-
dades multiétnicas con criterios diver-
cancías provenientes de distancias cada
gentes, que la incipiente consolidación
vez más lejanas, que los tamemes,
gubernamental se enfrentara a las diver-
acompañados por los representantes de
sas demandas de cambio o reajustes de
los gobiernos regionales transportaban
equidad, causadas por el grupo que pug-
hacia la gran Ciudad que se convertía en
naba por conservar las costumbres y tra-
la sede de peregrinajes en la que se
diciones relacionadas con la filiación a
efectuaba una gran variedad de festivida-
sus deidades clánico-tribales, que veían
des religiosas en las plazas asociadas a
vejadas o relegadas a un segundo tér-
las monumentales pirámides, posible-
mino, por el grupo los otros grupos étni-
mente aún antes de que estuviesen ter-
cos que intentaban anquilosarse en el
minadas.
poder.
46
el
primer
desarrollo
político-
Esta primera etapa de consolidación gu-
totémicas (Fig.3).
bernamental se vio afectada por una
No se duda que tales fricciones concep-
transición del poder que quedó clara-
tuales fueran plasmadas en escenas pic-
mente representada en la iconografía
tográficas en las que los emblemas zoo-
pictórica y escultórica en varios sitios,
morfos (¿totémicos?) que los afiliaban
como un reflejo de los mensajes socio-
con los ancestrales clanes de cada pro-
políticos y religiosos que plasmaron las
cedencia,
formas de su fragmentada comunicación
desacuerdos o desavenencias que oca-
gráfico-artística, detectada en los muros
sionaron esa transición, cambio o disec-
pintados de las estructuras arquitectóni-
ción de poderes, sin que se afecten las
cas superpuestas, en las que expresan
transacciones del intercambio regional o
sus diferencias ideológicas en grafías y
pan-mesoamericano que se encontraban
diseños simbólicos que favorecen la lu-
en marcha. Cambios que ante los ojos
cha de esas diferentes filiaciones clánico
de nuestras investigaciones (casi dos
provocaron
los
posibles
Fig.3. Subestructura en el Conjunto Plaza Oeste
(Foto
A. Malbrán) Y mural de los Animales mitológicos (Dibujo Francisco Villaseñor). 47
milenios después), solo parece que se
las aguas freáticas bajo la Pirámide de la
alteró la representación de los emblemas
Serpiente Emplumada (Gómez 2005:751
en los linajes clánico-religiosos o la re-
-754). De acuerdo a las exploraciones de
gionalización sobre los diferentes secto-
Sugiyama y Cabrera (1999:20-33 y
res en los que parece haberse dividido la
2004), se efectuaba también la expan-
ciudad. Razón por la que hay más repre-
sión hacia el norte de las primeras es-
sentaciones icónicas de las filiaciones
tructuras superpuestas de lo que se con-
emblemáticas de cada etnia, mismas que
vertiría en la Pirámide de la Luna, con la
mantenía su emblema zoomorfo.
gran Plaza ceremonial circundada de
Es posible que el término aquí empleado
edificios y un altar al centro, en el que
no sea el más adecuado para calificar el
realizaron actividades rituales y ceremo-
hecho que se describe, pero en este en-
nias relacionadas con los diversos even-
sayo se le ha llamado Transición o cam-
tos calendáricos, como lo dedujo Schon-
bio del Poder Político-Religioso al mo-
dube (1975).
mento coincidente en que la secuencia
Esta es una etapa de mucha importancia
cronológica de los tiestos cerámicos mar-
en la construcción de la pirámide de la
ca los periodos Tzacualli-Miccaotli (150 a
Luna, en la que estructuras de la etapa
250 d.C.).
Tzacualli o anteriores, fueron desmante-
Esta es una etapa considerada por la
ladas, como ocurrió en el Edificio 3 que
mayoría de investigadores como la esta-
fue cubierto por tierra para edificar el
bilización del Estado teotihuacano y el
Edificio 4, al que le ofrendaron una serie
inicio de su florecimiento, reflejado en el
de ―objetos rituales, y animales sacrifica-
auge constructivo y las superposiciones
dos
estructurales que cambiaron la primera
duo‖ (Sugiyama, 2004:16). Parece que
traza urbana compuesta de plazas con-
este edificio N°4, sirvió como base sobre
catenadas (Angulo, 2007:91-93), para
a lo que poco tiempo después comple-
convertirlas en la calzada de los Muertos,
mentaría la mal llamada ―Estructura ado-
con el primer intento de cruzarla por un
sada‖ que se encuentra al frente de la
canal hacia el río San Juan, que drenara
Pirámide de la Luna (Ibid.:16-23). 48
que
circundan
a
un
indivi-
Otros ejemplos de este primer auge eco-
muchas modificaciones arquitectónicas,
nómico reflejado en la edificación de los
puesto que no alteró la estabilidad políti-
monumentales conjuntos estructurales,
co-económica que se había logrado bajo
que ahora conocemos bajo los deteriora-
la dirección de una primera confedera-
dos restos arquitectónicos de las últimas
ción pluriétnica que se convertía en orga-
etapas del llamado florecimiento cultural,
nización de Ciudad Estado, como lo pro-
se encuentran en las conocidas estructu-
ponen Sanders y Price (Op.cit.) en su
ras de los Caracoles Emplumados, Tem-
esquema metodológico.
plo de la Agricultura y los ―subterráneos‖,
En la etapa inmediatamente posterior,
como solían llamar a los Edificios Super-
designada como Tlamimilolpa temprano,
puestos (Fig. 4).
se consolida el compromiso de los pobla-
Este periodo de cambio o transmutación
dos comprometidos tanto en la creación,
político-religiosa no ha sido reconocido
como en el mantenimiento de las diver-
―oficialmente‖ como tal, aunque, incluye
sas obras de infraestructura que se reali-
Fig.4. Estructuras de los Caracoles Emplumados (a), Templo de la Agricultura (b) y templo con mural de entrelaces en Edificios Superpuestos (c). Fotos a) y b) A. Malbrán Porto; c) J. Angulo. 49
zaban durante la traza ortogonal de la
tate fueran substituidos por materiales
expansión urbana que se extendía hasta
más duros pero más ligeros como el te-
las áreas suburbanas. Es posible que en
zontle. En esa etapa también encuentran
esa etapa se implantara el trabajo comu-
la fórmula para un mortero que supera
nal, o tequio, como parte del sistema de
en dureza y maleabilidad el cemento co-
un gobierno estatal que intentaba propi-
mercial que se utiliza en la actualidad,
ciar el florecimiento de esa gran Ciudad-
como puede comprobarse al observar
Estado, con la colaboración de todos los
los pisos, fachadas y el interior de los
componentes humanos.
muros que han sido restaurados.
Es posible que, como parte del mismo
Otro factor tecnológico que promovió el
sistema, las labores de canalización e
desarrollo económico de la gran ciudad,
irrigación enfocadas a la producción
podría asociarse a las designaciones
agraria, tanto como al drenaje urbano
aparentemente prácticas, que privilegia-
que se extendía hasta las áreas suburba-
ban a las etnias o grupos con conoci-
nas en crecimiento y las comunidades
mientos ancestrales que se habían que-
aledañas, estuviesen dirigidas o maneja-
dado a cargo de los trabajos de manu-
das por los grupos étnicos que contaban
tención y distribución de los sistemas de
con experiencia sobre el manejo de las
riego y canalizaciones dentro la urbe, de-
aguas. Un conocimiento tradicional o ad-
mandaban la potestad en los mandos
quirido ancestralmente en las inundadas
medios y de las jerarquías sociales que
regiones del sureste por el grupo proce-
los colocara en niveles superiores sobre
dente de aquellas comarcas, como lo re-
el resto de la comunidad, como lo sugie-
velan los trabajos realizados durante el
re el modelo de organización socio-
Preclásico Medio en las diversas áreas
económica estratificada de Karl Wittfogel
del Altiplano (Angulo Villaseñor, 1987a,
(1966).
1987b).
El cambio tecnológico no sólo se mani-
Es de interés observar que desde los
fiesta en los elementos constructivos,
inicios de esta nueva etapa de apogeo
sino también en las formas, estilos y di-
en la construcción, los bloques de tepe-
seños de las figuras y utensilios cerámi50
cos en los que, con mayor claridad ex-
tamentales que exploró en el área SW
presan mensajes sociopolíticos y religio-
de la pirámide del Sol, así como de otros
sos en formas de su comunicación picto-
similares distribuidos sobre las diversas
gráfica en las que, desde esta etapa y la
áreas de la extensa ciudad teotihuacana.
subsecuente (Xolalpan) se encuentran
El periodo de mayor apogeo, florecimien-
cientos de metros lineales de pintura mu-
to, expansión y predominio que Teo-
ral, catalogados por Ruiz Gallut (2005) y
tihuacan ejerció sobre los diversos sitios
analizados por los diversos investigado-
mesoamericanos se le ha designado en
res que coordinaba la Doctora De la
este estudio, como la etapa de Expan-
Fuente (1995-1996), además de los nu-
sión Centrífuga. Es posible que el poder
merosos estudios enlistados por Rosa
político-religioso, ya consolidado entre
Brambila (1994) y demás trabajos reali-
los dirigentes del gobierno, perteneciera
zados por las diferentes disciplinas que
en forma indistinta, a las diferentes et-
han participado en estas investigaciones,
nias, clanes, gremios o sectas, que cons-
hasta la fecha.
tituían el principal cuerpo administrativo
Si tales observaciones son correctas,
de la ciudad-estado, que trabajaban en
abren un campo a discusión que ha sido
armónica coalición; puesto que en la ex-
relegado o evitado con frecuencia sobre
presión gráfica (pictórica o escultórica),
la existencia de solo dos clases socio-
se repite un único estereotipo fisonómico
económicas, como lo sostienen algunos
que habían idealizado en su concepción
investigadores, o si hay evidencias de
artística, aunque la gran variedad de to-
estratos sociales que señalen diversos
cados y peinados sea la clave para dis-
rangos y jerarquías ciudadanas con car-
tinguir la posición social a la que perte-
gos diferentes, revelando sus estatus por
necían o descubrir aspectos de la posi-
los ropajes, tocados, peinados, ornamen-
ción político-religiosa que desempeñaba
tos y sobre todo, por los sitios habitacio-
el individuo representado en las miles de
nales que ocuparon dentro de la amplia
cabecitas de barro elaboradas en esta
zona
etapa (Fig.5).
de
―palacios‖,
como
Sejourne
(2002) denomina a los conjuntos depar51
Sin embargo, hay pocas posibilidades
individuos o como parte del gremio en el
para detectar las relaciones de sus lina-
que se integraban. No es difícil entender,
jes, sucesión consanguínea o dinastías,
por los muchos ejemplos que nos circun-
como lo han hecho los investigadores de
dan en la actualidad, que tales enseres
la región selvática del área maya.
eran adaptados por el grupo sacerdotal
En esta misma etapa, muchas de las
que trataba de mantener tradiciones de
imágenes pictóricas representan deida-
los linajes o de otras complejidades, en
des antropomorfas con tocados o con
las posiciones jerárquico-eclesiásticas,
rasgos zoomorfos, como remanentes,
pues en esta etapa se duplican las repre-
quizás, de los ancestrales cultos mítico-
sentaciones ostentosamente engalana-
totémicos que los relacionaban física o
das con una variedad de ornamentos
simbólicamente con las características
simbólicos, relacionados a las deidades
que les atribuían al animal al que psicoló-
propiciatorias de la fertilidad y de la pro-
gicamente le pertenecían, fuese como
ducción alimentaria (Fig.6) En este perio-
52
do de mayor afluencia político-econó-
efectuaban para ocupar puestos político-
mica y cultural en la que Teotihuacan
administrativos en otras regiones, el re-
desplegaba su potestad sobre las comu-
gistro de Cowgill (1979) marca un aban-
nidades cercanas y lejanas se provocó,
dono poblacional en la periferia sub-
en forma paralela o tal vez simultánea,
urbana, mientras otro tipo de hacina-
una mayor afluencia en la atracción cen-
miento habitacional se efectuaba dentro
trípeta que durante el periodo Tlamimilol-
del área urbana, modificando o subdivi-
pa (temprano y tardío) aumentó la pobla-
diendo
ción dentro del área urbana, tal como B.
(Angulo Villaseñor, 1987b).
Drewitt (1966:79-94) interpreta las esta-
Es decir, que esta etapa en la que la
dísticas poblacionales.
atracción centrípeta se correlacionaba
Un proceso diferente al que ocurrió du-
con la de la expansión centrífuga, corres-
rante todo el periodo Xolalpan, en el que
pondería a lo que comúnmente se le co-
a pesar del desplazamiento o lo que han
noce como la etapa de conquista, domi-
llamado el movimiento colonizador que
nio bélico o de expansión comercial, en
las elites y sus selectos componentes
la que Teotihuacan ejerció su gran
los
conjuntos
habitacionales
Fig.6. Sacerdotes con elementos emblemáticos de distintas etnias establecidas en Teotihuacan. Tepantitla. Foto A. Malbrán Porto. 53
―influencia cultural‖ sobre otras culturas.
za, lo convirtieron en el emblema del gre-
La Expansión Centrífuga con la que se
mio que regía y controlaba la guerra y el
denomina a esta etapa, está determina-
comercio a larga distancia, como símbo-
da, entre otras cosas, por la abundante
lo del poderío militar y la expansión eco-
presencia de obsidiana de la Sierra de la
nómica, auspiciada y apoyada por el or-
Navajas y de Otumba que, junto con
ganismo religioso (Fig.7).
otros elementos con rasgos culturales
Es interesante notar, como parangón,
teotihuacanos, se encuentran en sitios
que durante los últimos años de esta eta-
cercanos y lejanos con los que la gran
pa hubo un aumento en la representa-
urbe había establecido una amplia comu-
ción de sacerdotes que acentuó el núme-
nicación comercial y cultural, respalda-
ro de figuras escultóricas y pictóricas de
dos por sus mercenarias huestes guerre-
guerreros elevados a este rango, investi-
ras, sobre los cuatro puntos cardinales.
dos con los atuendos atribuidos a las
Es curioso como en esta etapa de sobre
deidades de la guerra y el comercio. Una
abundancia, tal vez arrogancia y satura-
situación que siempre se ha asociado a
ción de los poderes en manos de un gru-
la expansión centrífuga en todas las so-
po selecto, a las mismas deidades aso-
ciedades. Esta observación, aunada al
ciadas a las energías naturales con las
hecho de que esos motivos ocuparan
que iniciaron su desarrollo, les fueron
mayor espacio en los muros pintados,
añadiendo cargos tutelares, más y más
sugiere otro cambio en las estructuras
adecuados a los rituales que el sistema
del poder, en las que el sacerdocio,
político-religioso dirigía, organizaba y ad-
amalgamado al militarismo con mayor
ministraba para mantener la cohesión de
intensidad y con caracteres zoomorfos
las comunidades internas y de los visi-
tradicionales, trataban de conservar el
tantes externos que participaban en las
rango administrativo que habían ejercido
actividades ceremoniales de la urbe.
durante los siglos de la formación de la
Tal parece haber sido el caso de Tlaloc,
Urbe, justo en los momentos en los que
caracterizado como contenedor de la fu-
comenzaron a percibir que iban perdien-
ria de las energías ligadas a la naturale-
do la credibilidad de sus credos y la esta54
Fig.7. a) Estela de Acatempan, Guerrero Piña Chán, 1960) y vasija Tikal Procesión de personajes teotihuacanos, diseño en vasija negra encontrada en Tikal
bilidad de las estructuras del poder que
recciones de su amplia comunicación
habían ejercido sobre la población, preci-
mesoamericana.
samente por la infiltración de rasgos y
En concreto, esta etapa de Expansión
conceptos diferentes a los que ellos in-
Centrifuga señala los pasos de una in-
culcaban.
tensa difusión cultural iniciada desde la
El concepto Expansión Centrífuga susti-
fase Tlamimilolpa que se propagó, en
tuye a los términos de conquista, influen-
forma cada vez más acelerada durante
cia cultural, penetración, dominio y otros
las fases temprana y tardía del periodo
más, que hacen referencia a la presen-
Xolalpan En el caso específico que se
cia de la obsidiana verde y de otros ele-
trata en este ensayo, la ―influencia cultu-
mentos materiales o los rasgos cultura-
ral teotihuacana‖ se produjo o por lo me-
les teotihuacanos, que se encuentran en
nos se intensificó, durante las etapas ce-
sitios del periodo Clásico. Sin embargo,
rámicas Tlamimilolpa a la Xolalpan (350-
no deja de indicar la presencia de un go-
700 d.C.), con remanentes esporádicos
bierno que extendía su fuerza política y
que pudieron ocurrir en la etapa Mete-
cultural en distintos niveles y varias di-
pec. 55
Sin embargo, como sucede en todas las
da.
culturas históricas y arqueológicas, ese proceso de expansión cultural en el que
Factores actuantes en el abandono o
la transmisión tecnológica y la ideológica
“misteriosa desaparición” de Teo-
son aceptadas por la comunidad recepto-
tihuacan
ra, muchas de las ideas y criterios ideoló-
Entre las diversas teorías que explican
gicos que son rechazados por sistema,
las causas que ocasionaron la extinción,
provocan un cambio interno en todos los
colapso o abandono de Teotihuacan,
niveles sociales.
aquí se consideran dos aspectos bási-
Es posible que estos y otros aspectos
cos: el ámbito ecológico natural y el mo-
que se verán más adelante, sirvieran de
delado por las diversas actividades cultu-
preámbulo a la cuarta etapa por la que
rales.
todas las culturas pasan y han pasado
De la gran variedad de fenómenos natu-
durante su fase de Decadencia, Colapso
rales del ámbito ecológico en que se
y Abandono mucho más notable en las
desarrolló esta cultura, no se profundiza-
áreas urbanas. Una etapa en la que se
rá para evitar repeticiones ya desglosa-
han acumulado muchas y muy diversas
das por otros autores, solo se menciona
teorías como causa única de ese fatal
que todo deterioro o alteración que con-
evento en el que difieren por razones
tribuye al cambio de los hábitats en que
más apegadas a la disciplina que mejor
se desarrollaran las culturas, en este ca-
manejan. Sin embargo, aunque pocos
so la teotihuacana, hay varios registros
aceptan teorías diferentes a sus propias,
de permutas climáticas y ecológicas que
todos coinciden que ese colapso cultural
ocurrieron entre los siglos VIII y IX en el
ocurrió durante la fase Metepec. Solo
Altiplano y en el sureste mesoamericano
que a esta fase se le sigue cambiando la
que ocasionó escases de agua y, por
cronología que Millon (1971) estableció
tanto la producción alimenticia y la so-
(700-750 d.C.), para atribuirle fechas
brevivencia de los ciudades.
más tempranas o más tardías, según el
Dentro del mismo renglón de la ecología,
investigador que las proponga o defien-
se culpa a los mismos teotihuacanos el 56
haber devastado los bosques circundan-
adornos en las representaciones pictóri-
tes para extender los campos de cultivo,
cas y figurillas de barro de sacerdotes y
quemar la madera para obtener la cal
mandatarios de la etapa Xolalpan, como
con la que estucaban sus muros, o para
resultado de un desesperado esfuerzo
incinerar a sus muertos y cocinar alimen-
por recuperar la credulidad con ostenta-
tos. Entre otras razones mucho más ela-
ciones y vistosos atuendos (Fig.8).
boradas y descritas por especialistas, se infiere que los recursos naturales que
Evidencias del abandono, mostradas
circundaban la gran urbe fueron agota-
en las estructuras arquitectónicas
dos por la sobre explotación cultural.
El incremento demográfico es uno de los factores menos estudiado que quedo re-
Factores internos que contribuyeron
flejado en el plano de los conjuntos Tla-
al colapso
mimilolpa y Xolalpan explorados por
Saturación de impuestos sobre la pro-
Sigvald Linné (1934), en los que se
ducción y la distribución comercial reque-
muestra la subdivisión de los grandes
ridos por la demanda burocrático-teocrá-
recintos departamentales en cubículos
tica para incrementar mayores privilegios
más pequeños, para que cupiera un nú-
a los componentes de las fuerzas guerre-
mero mayor de habitantes.
ras. Pérdida del control y confianza de la
El mismo caso es localizado en otros
población por el cúmulo de exigencias
complejos departamentales que circun-
impuestas por la clase dirigente, que de-
dan la periferia del centro ceremonial
bieron subyugar al ciudadano común y al
asociados a esta última etapa, en la que
medio-acomodado que vivían dentro de
hay estructuras adosadas al perímetro
la gran urbe.
del conjunto principal. Espacios en los
Se teoriza que tal descontento se fue in-
que tal vez alojaban a quienes prestaban
crementando desde el periodo Xolalpan
servicio a los residentes o a los ministe-
temprano y aumentando en exceso hasta
rios instalados en conjuntos departamen-
la etapa Metepec. Es posible que tal acti-
tales, así como superposiciones de me-
tud quedara reflejada en los excesivos
nor calidad sobre espacios más reduci57
Fig.8. Guerreros de diferentes armas de la etapa Xolalpan. Patio Blanco de Atetelco Tomado de De La Fuente, 2001: 208-206.
dos en el conjunto departamental de Te-
desde las fases anteriores y que, con el
titla (Angulo, 1987b). Confirmando esa
tiempo se fueron convirtiendo en centros
idea Cowgill (Op.cit.: 53) observa que en
de control administrativo con mayor auto-
el periodo Metepec, "no hay construcción
nomía, que fueron absorbiendo las activi-
monumental... solo renovaciones, modifi-
dades económicas y político-religiosas
caciones y adiciones a las estructuras
en su nuevo papel de centros regidores
existentes" (Fig.9).
con organización propia, como lo dice Jaime Litvak (1970) sobre Xochicalco
Factores externos del colapso
tanto como Kenn Hirth y Ann Cyphers
No puede ignorarse que otro factor que
(1988).
contribuyó a la decadencia, abandono y
De esta manera se fueron independizan-
destrucción de Teotihuacan, recae en los
do y convirtiendo en los centros de poder
sitios periféricos que se habían estableci-
de un régimen administrativo en vías de
do como sedes de recolección regional
emprender el mismo proceso de desarro58
Fig.9. Planos de Tlamimilolpa (Linne, 1936) y Pre-Tetitla (Angulo, 1987a)
llo político-religioso por el que pasó la
culturales que influyeron, tanto en la for-
gran urbe, que ya no podía ejercer el ri-
mación, florecimiento y en el abandono
guroso control con el que se había ex-
de esa gran centro comercial, cívico y
pandido sobre las dispersas poblaciones
religioso que, según las investigaciones
que a tan grandes distancias se encon-
efectuadas sobre sus vestigios, siguió
traban, con el sólo apoyo de un cuerpo
siendo ocupado y parcialmente recons-
comandado por los guerreros mercena-
truido con otros diseños, elementos ma-
rios que habían protegido el comercio en
teriales y conceptos culturales.
manos de la elite sacerdotal.
Por otro lado, no puede ignorarse que en una ciudad sobrepoblada como Teoti-
Conclusiones
huacan (y la nuestra), el incremento del
Varios factores, por lo general concate-
cuerpo burocrático es cada vez más exi-
nados, deben ser considerados para vi-
gente pero menos eficiente. Sube la re-
sualizar la caída de la gran ciudad-
caudación de impuestos o tributos al
Estado. Desde luego, en un aconteci-
campesino, las aldeas y a la clase traba-
miento de esa magnitud tuvo que haber
jadora para subsanar los gastos de los
una interacción de factores naturales y
sacerdotes-guerrero y demás dirigentes 59
que requerían de mayor protección física y económica para mantener el estatus de dignatarios, como sucede a menudo en todas las sociedades en expansión militarista (Fig.10). No sería difícil que esta imposición de criterios, aunados a los demás factores internos y externos, fueran causando fastidio y apatía por mantener viva la ciudad en la que crecieron y enterraron a sus ancestros, que presenciaban era vejada por un régimen embriagado de poder, ocasionando, entre otras muchas causas, lo que provocara un gradual desconFig.10. Personaje en un trono. Colección Kurt Stavenhagen. Tomado de Sejourné, 2004:258.
tento sociopolítico, económico y religioso que fue creando una tensión interna y externa, a la que se le añadían otros trastornos y desórdenes naturales y cul-
ción que sufrieron las vejadas y despo-
turales, lo que lentamente fue provocan-
seídas víctimas del colapso cultural, en
do la decadencia y el colapso del poder
un intento de sobrevivencia que abarcó
político-religioso de esa Ciudad Estado.
las fases Oxtoticpac-Xometla, en las que
Una situación que no requiere de expli-
hay muestras de la invasión de semi-
cación para quienes han vivido o presen-
nómadas ―aculturados‖ que prolongaron
ciado los cambios en su propia ciudad o
su estancia entre las ruinas teotihuaca-
en su propio país desde la segunda mi-
nas hasta el siglo XI (Coyotlatelco, Ma-
tad del siglo XX.
zapa, etc.).
Algunos otros trabajos proponen que es-
Las explicaciones sobre la trayectoria
ta cuarta etapa abarca también los mo-
que la cultura teotihuacana tuvo desde
mentos de transformación o de adapta-
sus inicios hasta su extinción, son innu60
merables y con una enorme variedad de
sus especialistas en distintos oficios
proposiciones afines o contradictorias
necesitan de materias primas para
que pueden ajustarse mejor a los crite-
convertirlas en productos termina-
rios a los que cada investigador se ad-
dos; su élite ávida de ganancias,
hiera. Sin embargo, se trata de un tema
empieza a mirar más allá de los lí-
que puede seguir siendo explorado, tanto
mites de sus dominios. El poder
en el campo como en el gabinete, de
ejercido en el seno de la sociedad
acuerdo a la extensa bibliografía que Ro-
se transforma en un poder político y
sa Ma. Brambila (Op.cit.) recopila, coteja-
militar dirigido al exterior‖ (Wolf cita-
dos por la extensa serie de trabajos pos-
do por Medina, 1986:18).
teriores en los que se explican, con mayor detalle, los diversos aspectos temáticos por los que pasó la gran urbe teotihuacana, a lo largo de todos y cada uno
Bibliografía
de los periodos cerámicos.
Acosta, Jorge R.
Como conclusión final, Se podría sinteti-
1964 El Palacio del Quetzalpapalotl.
zar en una cita de Eric Wolf recopilada
Memorias INAH Nº10. Instituto
por Andrés Medina, en la que resume
Nacional de Antropología e Histo-
con claridad, el proceso ocurrido durante
ria. México.
casi 900 años de la transformación cultural teotihuacana, cuando especifica que:
Angulo Villaseñor, Jorge
―Una región se transforma en el
1987a “Siete
sistemas de
aprovecha
centro de un desarrollo…múltiple,
miento hidráulico localizados en
(cuando) empieza a atraer como
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