Trayectoria de los académicos de la FCEyA de la UNCa

July 25, 2017 | Autor: Raul Mura | Categoría: Universidad, Educación - Profesión Académica, Trayectoria profesional: profesor
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Descripción

II Jornadas Latinoamericanas de Humanidades y Ciencias Sociales y de las XI º Jornadas de Ciencia y Tecnología de la Facultad de Humanidades.
Universidad Nacional de Catamarca; San Fernando del Valle de Catamarca;
29 al 31 de octubre de 2014

Trayectoria de los académicos de la FACEyA de la UNCa


CORONEL, José Jorge, Profesor Titular Exclusivo, Ejercicio Profesional para Contadores, Departamento Contabilidad, Facultad de Ciencias Económicas y de Administración. Universidad Nacional de Catamarca
MURA, Raúl, Profesor Titular Exclusivo, Introducción a la Investigación Social, Departamento Administración, Facultad de Ciencias Económicas y de Administración. Universidad Nacional de Catamarca.

Eje Temático: La formación docente y las Humanidades hoy.

RESUMEN
El presente trabajo tiene como objetivo presentar la dimensión trayectoria considerada en el proyecto de investigación "La Profesión Académica: estudio de caso", en el que procuramos analizar cómo los docentes construyen la profesión académica en la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Universidad Nacional de Catamarca. La trayectoria se puede concebir como una serie de etapas sucesivas de puestos de trabajo o actividades laborales que se suceden, idealmente, en forma ascendente y jerárquica y que viven las personas a lo largo de su historia laboral. Las percepciones y hechos vividos por los académicos son muy heterogéneos, según sus campos disciplinares, su cargo, su dedicación, su género, su formación; en ellas impactaron las Políticas Públicas que se implantaron en la última década en el campo universitario que operan como agencia perfomativa en sus itinerarios. Se examinan los hechos, las opiniones y las percepciones, describirlas, analizarlas y construir un conocimiento que permita justificar y apostar por el desarrollo profesional de los profesores universitarios y de la institución que nos alberga. Para lograrlo se avanzó en un estudio de tipo exploratorio orientado a la descripción transversal de las dimensiones ingreso, promoción y culminación de la carrera que manifiesta dicho colectivo. La técnica aplicada para el trabajo de campo fue la entrevista en profundidad, a través de una lectura interpretativa de sus resultados que nos permita colegir acerca de las mismas y analizar acerca de las diversas actividades, opiniones y percepciones que manifiestan los académicos de nuestra Facultad.

PALABRAS CLAVE: Profesión Académica - Trayectoria - Universidad.



Introducción
El estudio de las trayectorias académicas, implica analizar el ingreso a la universidad y su desempeño en diversas actividades y funciones que conlleva la profesión académica, tales como la docencia, investigación y extensión.
Se debe tener en cuenta que la diversidad es un patrón en el análisis que se puede realizar de la profesión académica. La diversidad viene dada fundamentalmente porque esta profesión no es pura, sino que está muy influenciada por la diversidad de disciplinas y por la característica de la universidad.
Al respecto Rocío Grediaga Kuri (1999: Cap. 03, ap. 3.2), citando a Finkelstein (1989) expresa que

"La trayectoria académica depende de dos importantes decisiones, la primera previa a la decisión de ser académico, tiene que ver con el área de conocimiento que se eligió estudiar, y la segunda, constituye una elección muy importante pues marcará en muchos sentidos el desempeño y la visibilidad del trabajo que se realizará, sería la de solicitar trabajo en cierto tipo de organización de educación superior."

Becher (1993: 57) hace un análisis extenso sobre las diversas posturas entre la profesión académica y la profesión disciplinar y expresa:

"Resta por debatirse si los profesores universitarios pueden considerarse como miembros de una sola profesión o si están ahora tan fragmentados que comprenden una multiplicidad de diferentes grupos profesionales. Lo que se encuentra en juego aquí puede ser más asunto del grado de especificidad -de la selección de un marco de referencia- que si las profesiones tienen realmente características importantes en común o si la profesión académica puede examinarse posiblemente como un todo, o si las disciplinas individuales constituyen la única forma legítima de agrupación ocupacional".

Es así que el análisis que se realice no es posible de generalizar para la profesión académica como universo, ni se puede describir la misma modalidad para otras instituciones o facultades dentro de una misma universidad.
Si bien la disciplina impone cierta cultura que caracteriza a una facultad, desde lo organizativo, administrativo y académico, dentro de ella no todos los académicos provienen de la misma profesión. Por ejemplo, en nuestra Facultad de Ciencias Económicas conviven académicos que tiene título de grado de Contadores Públicos, Economistas, Abogados, Licenciados en Matemáticas, Ingenieros en Computación o Sistemas, lo que genera una gran diversidad de identidades aún dentro de la propia Facultad.
La Facultad de Ciencias Económicas y de Administración a partir del ciclo lectivo 2008 puso en vigencia un documento curricular donde expresa: "…. promover la eficiencia social de la educación superior, consiste en impulsar su modernización académica. Modernización entendida en el sentido de dotar a la educación de las estructuras, los mecanismos y los contenidos académicos, aptos para responder adecuadamente a las características más sobresalientes de la sociedad contemporánea ….".
Este documento da un sentido muy concreto a la oferta educativa, representa un compromiso con los alumnos y más ampliamente con la sociedad, pero por otra parte influye fuertemente en lo que en el ámbito universitario se conoce como la libertad de cátedra. Y es aquí donde el libre albedrío del académico encuentra los límites o el marco de actuación a los efectos de poder responder a las demandas de la comunidad donde está inserta la Universidad. Produce de esta manera también un fuerte agenciamiento en la subjetividad de los profesores y en las formas que deberá asumir en el desarrollo de trayectoria.
También, el documento curricular explicita claramente que la pretensión de la Facultad es comprometerse con los estudiantes a introducir mejoras de calidad en la formación. Este compromiso que asume la Facultad frente a sus alumnos, no podrá ser efectivo si los académicos no lo asumen como una obligación primordial.
Este contexto interpela al docente exigiendo una nueva postura frente al proceso de enseñanza-aprendizaje, exige su posicionamiento social como parte de una profesión emergente. Pero una profesión que debe estar impregnada de un sentido ético muy fuerte, porque se busca transformar la subjetividad de los alumnos.
Las demandas de la sociedad hacia la universidad le exigen un cambio profundo en su metas, no se trata ya de formar solo profesionales, sino formar integralmente al ciudadano, dotándolos de las competencias relativas al "saber", al "saber hacer", al "saber estar" y al "saber ser". La universidad tiene el deber de contribuir a la definición y el tratamiento de los problemas que afectan el bienestar de las comunidades donde están insertas, fortaleciendo las actividades que tiendan a erradicar la pobreza, la intolerancia, la violencia, el analfabetismo y el hambre.
El cambio que se produce en la tarea en este marco resulta muy profundo y exige ejercerla con profesionalidad y ello implica tener conocimientos específicos, que requieren una formación específica. Y ello resultará factible en la medida que la profesión académica se la ejerza por vocación.
Al respecto Tenti Fanfani (2009:4) expresa:
"Se podrá decir que vocación y profesión no son términos contradictorios, sino complementarios. Se pude afirmar que por lo general, un trabajo bien hecho es por lo general obra de alguien a quien le gusta lo que hace, que encuentra satisfacción haciendo lo que hace (vocación) y que al mismo tiempo espera una recompensa por el trabajo realizado, ya que vive "de él"."
Ante la gran complejidad que plantea la enseñanza universitaria, Zabalza (2006) ha definido las competencias que se requieren a los académicos:
Planificar el proceso de enseñanza-aprendizaje
Seleccionar y preparar los contenidos disciplinares
Informaciones y explicaciones comprensibles y organizadas
Nuevas tecnologías
Diseño de la metodología y organización de las actividades
Comunicación y relación con los alumnos
Tutorizar
Evaluar
Identificarse con la institución y trabajar en equipo
Estas competencias deben formar el perfil del sujeto de la profesión académica si se quiere alcanzar los objetivos que se propone el documento curricular, además de la necesaria vocación en el ejercicio de esta profesión. Quienes sientan que el ingreso a esta profesión fue vocacional se preocupará por el desarrollo dentro de este campo y posiblemente se impongan metas ambiciosas, mientras aquellos que la eligieron por otros motivos, como la actualización o prestigio o como un complemento de la profesión disciplinar tendrán un horizonte mucho menos pretensioso.
Becker (1993: 67), expresa al respecto:
"Los académicos que aspiren a ser académicos e investigadores activos (los cosmopolitas), tienen una variedad de contactos y compromisos que no tienen sus colegas que más bien optan por concentrarse en la enseñanza y la administración (los localistas). Mientras que los horizontes profesionales de los localistas tienden a circunscribirse a sus propias instituciones, los cosmopolitas pertenecen a una comunidad más amplia, la red internacional de personas que representan las mismas ideas, con las que pueden compartir ideas y de quienes pueden obtener apoyo intelectual".

Debemos tener en cuenta que la profesión docente es un servicio personal que tiene una influencia significativa en los alumnos, por lo cual la vocación es parte importante ya que ello generará un compromiso mayor con la tarea formativa, ello queda claramente expresada por Tenti Fanfani (2009: 39):
"La docencia es un servicio personal, es un trabajo con y sobre los otros y por lo tanto requiere algo más que el dominio y uso de conocimiento técnico racional especializado. El que enseña tiene que invertir en el trabajo de su personalidad, emociones, sentimientos y pasiones, con todo lo que ello tiene de estimulante y riesgoso al mismo tiempo. Por otra parte, los que prestan servicios personales en condiciones de co-presencia deben dar muestras ciertas que asumen una especie de compromiso ético con los otros, que les interesa su bienestar y su felicidad. El docente debe demostrarle a sus alumnos que él cuida y se ocupa de ellos y que su bienestar presente y futuro le interesa y constituye uno de los motivos (no el único) que lo induce a hacer el trabajo que hace. Este componente ético es un requisito del buen ejercicio de la docencia, en la medida que el trabajo del maestro depende necesariamente de la cooperación del aprendiz. En efecto, el aprendizaje sólo tiene lugar si el aprendiz participa en el proceso."

El Ingreso
Pero este componente vocacional tan importante, es de difícil evaluación al momento del ingreso a la profesión académica, por ello centraremos nuestro estudio en aquellos aspectos que se pueden evaluar al momento del ingreso.
En general podemos decir que tradicionalmente la universidad pública en nuestro país ha establecido como metodología de ingreso el concurso de antecedentes y oposición, ello se pudo constatar en los 5 estatutos universitarios analizados y en el proyecto de convenio colectivo de trabajo elaborado por la CONADU.
Si bien el ingreso mediante concurso de antecedentes y oposición es una conquista de tipo gremial muy valorada, este concurso resulta insuficiente para evaluar si el postulante tiene las competencias requeridas para la cobertura del cargo.
La clase pública y la entrevista con el postulante brinda la posibilidad al jurado de evaluar las competencias comunicacional, competencia para seleccionar y preparar los contenidos disciplinares y la competencia para el diseño de la metodología y organización de las actividades, con las limitaciones temporales que implican las clases públicas y las entrevistas.
Más limitada es la evaluación de las competencias en el caso de la Facultad de Ciencias Económicas y Administración de la UNCa, si tal como se concluyera en un trabajo anterior de este mismo proyecto, elaborado por Coronel y Juri (2012: 05) se expresa sobre el análisis de los dictámenes de algunos concursos sustanciados entre los años 2005 y 2010:

"Si bien existe una descripción de los antecedentes más importantes del desempeño docente, capacitación y solo en dos casos de investigación y solo en uno sobre extensión, en todos los casos existe una firme opinión de los jurados sobre el desempeño del docente en la clase pública y en la entrevista personal. Ello nos induce a pensar que el comportamiento en la clase pública por parte de los postulantes puede resultar decisivo a la hora de la evaluación de los concursos.".

Las otras competencias quedan sin evaluar al momento del ingreso a la profesión académica. Y probablemente no serán evaluadas si no existe una definición clara del perfil de los académicos y se instruye a los jurados sobre la necesidad y la metodología para la evaluación de competencias. Es indudable el sesgo conservador que prevalece al elaborar las normas sobre la carrera docente, ya que al definir las condiciones para ser Profesor tienen preeminencia aspectos tales como:
Poseer título universitario
Acreditar formación y labor docente universitaria destacada de por lo menos
Acreditar desempeño como director o ejecución de actividades de grado, posgrado, extensión, transferencia y especialmente poseer título de posgrado de cuarto nivel
En el caso concreto de la Universidad Nacional de Catamarca solo establece que debe poseer título universitario. Del análisis de encuestas en profundidad efectuadas a 47 académicos de la Facultad de Ciencias Económicas y Administración, surge que el 87% ingresaron como interinos, mientras solo el 13 ingresó por concurso, con lo cual no existen evidencias sobre los criterios que se adoptaron para seleccionar a los ingresantes.
Ahora bien, de este universo un 57% revalidó su estadía en el claustro docente por concurso, tanto para el mismo cargo donde había sido designado en forma interina, como para promocionar en un cargo superior.
Otro aspecto que podemos analizar de las encuestas fueron los antecedentes familiares en el ejercicio de la docencia, de 27 académicos consultados el 63% tuvo uno de los padres que ejercicio la docencia, lo cual puede inscribirse dentro de lo que algunos autores llaman socialización anticipatoria y que facilita la incorporación a una institución educativa, aunque esta socialización va sufriendo constantes transformaciones por la incorporación de académicos que provienen de diversos grupos sociales y de diversas disciplinas, pero la existencia de un gran número de docentes con antecedentes familiares puede ser un indicio que este grupo produce un acercamiento más temprano a la institución educativa. Grediaga Kuri (1999) analiza el proceso de socialización en profundidad.
También se analiza el final de la carrera de los académicos. Ello nos permite visualizar como cada uno construye su futuro y como se ve la culminación de la trayectoria. Dado las característica sumamente estática de la carrera docente, ya que no existen muchas posibilidades de progreso ascendente dentro de la estructura jerárquica, la motivación de los que se encuentran en los niveles más bajos de la escala dependerá mucho de la actitud de los docentes de más alta jerarquía; si la pretensión es la permanencia en tareas de más fácil acceso para los que están abajo, tales como el dictado de clases, quien tenga pretensiones de ascender tendrá que buscar otro camino. En este sentido, el análisis que hace Tenti Fanfani (1998) sobre la carrera docente en el nivel primario y secundario es válido también para el ámbito universitario, con la salvedad que en este último existe una mayor variedad de posibilidades del ejercicio de la profesión:
"El esquema simple de división del trabajo pedagógico entre trabajo en el aula y los distintos niveles de gestión y dirección, desestimula el esfuerzo de perfeccionamiento de los docentes que optan por el ejercicio del oficio en el aula y concede una desmesurada importancia al criterio de la antigüedad en el oficio. En realidad este es un mérito muy relativo, ya que poco tiene que ver con la calidad de un desempeño. El tiempo pasa para todos aquellos que tienen por lo menos la capacidad de permanecer en un puesto determinado. Un efecto perverso de este esquema de mérito consiste en distraer de la docencia a aquellos agentes más dinámicos que optan por la gestión, no por "vocación" sino porque esta es la única salida que el sistema les ofrece a sus deseos de mejoramiento profesional."

La promoción
Del análisis de la planta docente de la Facultad de Ciencias Económicas y Administración, surge como dato llamativo la antigüedad en el cargo de la planta de auxiliares docentes y jefes de trabajos prácticos, ya que el 77% muestran una antigüedad en el cargo superior a los 10 años.

Cuadro N° 01: Permanencia en el cargo Auxiliares de la docencia.

7 a 10 años
11 a 20 años
Más de 20 años
Ayudante Diplomado
6
6

Jefe de Trabajos Prácticos
-
13
1
Fuente: Elaboración propia.

Ocho de estos docentes con permanencia excesiva en el mismo cargo, están categorizados en el sistema de incentivos de investigación, por lo cual se supone la existencia de un trabajo efectivo en ese campo.
Un número importante de estos docentes que fueron entrevistados consideran que el sistema universitario no reconoce los esfuerzos que se realizan los académicos.
Algunos opinan que debe considerarse en la evaluación de los concursos, la realización de posgrados, la antigüedad y la opinión de los alumnos que vierten en las encuestas institucionales que en cada cuatrimestre realiza la Facultad.
Sin embargo quienes ostentan cargos de profesor titular o adjunto opinan que hay un reconocimiento de la tarea docente.
Uno de los entrevistados, que no comparte ninguna de las posturas anteriores opina:

"Lo que pasa que acá, creo, depende cuales son los indicadores para medir el desempeño académico, si vos me decís que el desempeño académico tiene que ver con la dedicación que vos le prestas a la preparación de la clase tengo la respuesta, si vos me decís por ejemplo con el número de alumnos que regularizan tendría otra respuesta distinta, ……, pero también depende que entiendes por merito, a veces yo creo haber hecho el merito en el sentido de que me he preparado, de que cada vez que he tenido la oportunidad de hacer un postgrado lo hice, pero eso no significa que haya hecho merito, depende…. pero no sé como lo evalúa el sistema universitario al merito, no tenemos patrones claros sobre cuál es la formación o la forma de cómo se tiene que preparar el docente para encarar la enseñanza universitaria, cuáles van a ser los indicadores que se van a utilizar para medir su desempeño." (Caso JTPA03)

En igual sentido se expresó otro de los entrevistados:

"En mi caso particular creo que el esfuerzo que yo he realizado si se ha reconocido, yo he podido crecer dentro de la facultad, he podido acceder a otro cargo, que como dije primero me dieron un cargo de jefe de trabajo practico interino en el momento en que me ascendían a ese cargo, me enteraba que se había dado por una evaluación de desempeño de las encuestas que se habían realizado a los alumnos, yo me entere en ese momento pero no sabía que esto se tenía en cuenta para las evaluaciones de desempeño; si bien yo estoy conforme con el crecimiento que yo he tenido y el reconocimiento que se me ha dado, pero creo que no hay un programas o un sistema de incentivos que este formalizado." (Caso AYDM02)

Otro entrevistado opinó:
"Yo creo que no, no veo una interacción o una evaluación del docente más allá del concurso, en donde se esté definiendo si tiene efectivamente los meritos o no para progresar en la carrera docente. Mi ejemplo: estuve 10 años haciendo lo mismo y no tuve oportunidad que alguien dijera merece más o no da con el merito para hacer algo más." (Caso JTP1D)

El interrogante a plantearnos sería entonces ¿Cuál es el motivo de la falta de movilidad de estos académicos? Se podrían considerar las siguientes variables: a) mala estructuración de la carrera docente, vinculando los cargos a la estructura organizativa, que solo genera movilidad al momento de la jubilación, renuncia o otros motivos de baja de alguno ubicado en las escalas superiores; b) falta de iniciativa de los propios docentes estancados, que no expresan sus expectativas respecto de la carrera; c) falta de mérito del docente y que las autoridades no explicitan.El poder dilucidar estas cuestiones es necesario profundizar el análisis, cuestión que excede el presente trabajo.
El final de la carrera
Al ser consultado cómo se imaginan en el tramo final de su carrera académica, respuesta se resumen en el siguiente cuadro.

Total analizado
Docente Prosgrado
Investigación
Docente Grado
Extensión
Gestión






37
9
18
20
5
5
 
24%
49%
54%
14%
14%

Dado que las respuestas no son excluyentes los porcentajes deben ser analizados independientemente.
De allí vemos que el 54% de los entrevistados desean continuar con el dictado de clases en las carreras de grado. Podemos extraer algunas reflexiones o deseos:
"Como docente comprometido con el objetivo de mejorar el proceso enseñanza-aprendizaje; por ejemplo, a través del uso gradual de las NTIC." (Caso TITC1)
"Me imagino un profesor reconocido por la sociedad, en virtud al tiempo transcurrido en las aulas enseñando y en virtud a trabajos de investigación realizados." (Caso TITC4)
"Dando clases, conferencias y escribiendo artículos de la especialidad." (Caso TITC5)
"Ojala sea de la mejor manera posible, donde uno no esté alejado de la actualidad, con todo el interés que tengo en este momento, en plenitud y que los alumnos aun hasta ese momento puedan reconocer que uno ha sido un buen docente." (Caso TITM2)
"Lo imagino más como guía de los alumnos que como profesores de pizarra, creo que en el futuro los medios tecnológicos nos van a ayudar a que sea diferente el mecanismo que utilicemos para enseñar." (Caso AYDC5)

Un 49% se desea culminar su carrera investigando, pero encontramos que un 28% de de ellos todavía no están categorizados, por lo cual deberían tener en cuenta este aspecto fundamental para el desarrollo de su carrera.
Este aspecto es más críticos cuando analizamos los que desean ser docentes de posgrado – un 24% de los entrevistados-, ya que el 97% de ellos no poseen título de posgrado. En este caso no hay ningún grado de aproximación entre los deseos y su preparación.

Conclusiones
La Facultad inició hace ya unos años un proceso de adecuación institucional, especialmente con miras a sortear sin sobresaltos el proceso de acreditación, pero se puede apreciar que en relación al sistema de ingreso y promoción de los académicos se mantienen normas inadecuadas para los momentos que nos tocan vivir.
Pero lamentablemente estas normas no son resorte de la facultad modificarlas, sino del Consejo Superior, pero consideramos conveniente promover la modificación de la normativa tendiente a dotar de mejores instrumentos para la administración de los recursos humanos.
Este mejoramiento debe tender a establecer un sistema de ingreso que evalúe las competencias que se consideren necesarias para el ejercicio de la docencia, el proceso de concursos abiertos sigue resultando efectivo, pero debe complementarse con el establecimiento de una carrera docente que está adoptando el resto de las universidades del país.
Una carrera docente que permita mantener una expectativa optimista en el resto del cuerpo docente y que no los desaliente por falta de oportunidades, sea por insuficiente crecimiento de la matrícula que impide la creación de nuevos cargos o por falta de presupuesto.
El método de evaluación debe cambiar drásticamente, ya que deberá contemplar todas las funciones que se le asignan a los académicos, así como de dotar de normas claras que sean conocidas por los evaluados, de lo contrario existe una gran confusión respecto de los méritos que deben acumular para pretender la movilidad en la carrera.
Las normas impuestas, aún en las nuevas carreras docentes, tratan de evaluar el desempeño a través de complejos mecanismos burocráticos de acreditación de los méritos, sin cambios sustanciales en las estructuras de cargos o en los modelos de cátedra. La Universidad debe buscar un modelo superador que evite los problemas en los que se encuentra la profesión docente de los niveles primarios y secundarios que tan crudamente describe Tenti Fanfani (2009):
"Cabe destacar que el problema se plantea cuando los sistemas educativos, al privilegiar la expansión de la escolarización sin invertir lo necesario en la formación de los docentes ni en salarios y condiciones de trabajo han contribuido primero a la decadencia del oficio para luego denunciar "la baja calidad de la docencia". Quizás una adecuada comprensión del proceso que llevó a esta situación permitiría ver que en muchos casos los profesores también fueron victimas de un proceso que en gran parte los trasciende. Si se parte de esta hipótesis, mas que gastar en evaluar a los docentes en ejercicio (para "condenarlos" como en el Perú actual) habría que mejorar sustantivamente la formación de los docentes y sus condiciones de trabajo y remuneración en vez que gastar en evaluaciones que tienen por objeto condenar a las victimas ante la sociedad, ocultando así las responsabilidades históricas de la clase política en la degradación del oficio de docente."
Pero siempre existe algo que resulta muy difícil de evaluar que es la vocación y ello está sujeto a nuestra propia reflexión de cómo asumimos la docencia y esa vocación quizá sea lo que nos permita actuar según lo que expresa Zabalza (2009: 70):

". Esta vieja sentencia pedagógica ha recibido escasa atención en el contexto universitario. Se diría que la dimensión personal del profesorado desaparece o se hace invisible en el ejercicio profesional. Lo que uno mismo es, siente o vive, las expectativas con las que desarrolla su trabajo se desconsideran como variables que pudieran afectar la calidad de la enseñanza. Pero parece claro que no es así y que buena parte de nuestra capacidad de influencia en los estudiantes se deriva precisamente de lo que somos como personas, de nuestra forma de presentarnos, de nuestras modalidades de relación con ellos."


Bibliografía:
Becher, Tony (1993). "Las Disciplinas y la identidad de los académicos". Revista Pensamiento Universitario Nº 01, noviembre de 1993. Pp. 56 – 77. Consultado el 10-03-2013. Disponible en http://rapes.unsl.edu.ar/Publicaciones-Investigacion-Estudios-Educacion-Superior/Revista_Pensamiento/Revista-A1-Nro1.pdf
Coronel, Jorge; Juri Marisa Rosana (2012). "Profesión académica: análisis de la trayectoria académica en la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la UNCa". Ponencia presentada a las XXXIII° Jornadas Universitarias de Contabilidad, Universidad Nacional de Tucumán; 03 al 05 de octubre.
Grediaga Kuri, Rocío (1999). Procesos de socialización académica y sus efectos en las actividades y resultados de los académicos mexicanos. Mexico D.F.: ANUIES. Consultado en http://www.anuies.mx/servicios/d_estrategicos/libros/lib55/index.html
Tenti Fanfani, Emilio (2009). "Notas sobre la construcción social del trabajo docente". En: Vélaz de Medrano, C.; Vaillant, D. (Coordinadores). Aprendizaje y desarrollo profesional docente. Madrid: OEI/Fundación Santillana. Pp. 39-49.
Tenti Fanfani, Emilio (1998). "El maestro en la jaula de hierro". En: Isuani y Filmus (compiladores) "La Argentina que viene". Buenos Aires. Ed. Normas SA.
Zabalza, Miguel Ángel (2006). Competencias docentes del profesorado universitario – Calidad y desarrollo profesional. Madrid: Narcea.
Zabalza, Miguel Angel (2009). "Ser profesor universitario hoy". Revista La Cuestión Universitaria, 5. Pp. 69 – 81.


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