Transhumanismo. Ciencia e ideología.
Descripción
Antonieta Martínez Guerrero Ética, Tecnología y Sociedad Posgrado en Ciencias Cognitivas UAEMor 3/dic/2015
Transhumanismo. Ciencia e ideología. La relación entre ciencia e ideología puede parecer lejana e incluso contradictoria. Una ideología
es, en sentido amplio, un conjunto de ideas que establece estándares a seguir. Es una visión del mundo que posee carácter normativo y que, a diferencia de la ciencia, no exige que sus supuestos sean contrastados con la realidad. Es, en pocas palabras, una forma de comprender el mundo con base en un orden ideal, imaginario 1 y 2. La ciencia por el contrario, es una forma de conocer que se distingue por anclar su base en el pensamiento crítico, en la evidencia empírica y en una dinámica autogestiva que la regula sin necesidad de acudir a principios ideológicos. Ambas, tanto la ideología como la ciencia, son un producto social. La primera tiene un carácter descriptivo y la segunda, establece normas. ¿Es entonces posible pensar en una ideología científica? ¿De qué forma la ciencia puede transformarse en una disciplina normativa sin renunciar a sus fundamentos? El Transhumanismo, también identificado como H+, se considera como un movimiento cultural e intelectual que adopta una postura optimista hacia el futuro y hacia el desarrollo de tecnologías que permitan mejorar las capacidades físicas, biológicas y sociales del ser humano. Concibe a la tecnología como el medio a partir del cual la humanidad experimentará el próximo salto evolutivo, cambio que, gracias al cyborgismo, la manipulación genética y el perfeccionamiento de la Inteligencia Artificial, puede brindar una alternativa a la mortalidad del hombre 3. En 1957 Julian Huxley, hermano del conocido autor de Un mundo feliz, acuñó por primera vez en su obra New bottles for new wine el término “transhumanismo”. En dicha obra aborda los beneficios que la ciencia otorgó a la humanidad en función del conocimiento y la comprensión de la naturaleza y de su propia naturaleza, así como de la capacidad que entraña para mejorar la vida de todo individuo. Define al transhumanismo como la capacidad que tiene el hombre de
superarse a sí mismo “mediante la realización de nuevas posibilidades de y para su naturaleza humana” 4. Por su parte, Raymond Kurzweil, científico e inventor de postura futurista y transhumanista, analizó la velocidad con la que se desarrolla la innovación tecnológica y llegó a la conclusión de que tal crecimiento se da de forma exponencial. Así, Kurzweil propone la Singularidad Tecnológica, la cual comprende un aceleramiento a gran escala del desarrollo tecnológico desde la actualidad hasta le año 2050, en el cual la ciencia logrará abastecer a la humanidad de tantos descubrimientos que será posible crear la primera inteligencia artificial indistinguible de la humana5. Aún cuando la postura transhumanista busca fincar sus bases en la ciencia y el desarrollo tecnológico, surgen ideologías cada vez más pseudocientíficas que arrastran a este movimiento hacia filosofías new age y planteamientos religiosos. Tal es el caso de la Asociación Mormona Transhumanista (E.U.) que, con base en la idea de que la ciencia podrá asegurar “vida eterna”, sustentan su concepto religioso de trascendencia en el desarrollo de las nuevas tecnologías y manipulan el discurso científico para dar justificación a sus preceptos espirituales. A esta unión entre Transhumanismo y Mormonismo la llaman Transfigurismo. Esta asociación cuenta con 549 miembros en Estados Unidos, la mayoría seguidores de la Iglesia de Cristo de los Últimos Días6. El proyecto Venus, por otra parte, es una propuesta contradictoria con base transhumanista y algunos principios neoludistas. Este proyecto pretende formar ciudades capaces de sostenerse en una economía basada en recursos, es decir, aprovechar los beneficios de tecnología para generar mayores recursos de abastecimiento humano con una administración eficiente de los mismos. Tales ciudades estarían completamente gestionadas por computadoras y el único papel normativo del humano sería el de “vigilante”. Su idea es eliminar el sistema monetario y crear una conciencia del bien común. El cariz neoludista se encuentra en la anticipación a un supuesto colapso social que tendrá lugar a causa del rápido desarrollo de la robótica y la Inteligencia Artificial7. Tanto en el caso del transhumanismo entendido como una corriente de pensamiento optimista, que adopta a la ciencia y sus productos tecnológicos como herramientas para “un mundo mejor” y que pretende liberar a los humanos de sus restricciones biológicas, como en el de sus
desviaciones ideológicas que la unen con discursos profundamente pseudecientíficos y religiosos, la ciencia cobra un sentido moral: es lo bueno, lo deseable, siempre y cuando cumpla con los estándares del proyecto que lo incluye. Esto nos lleva a responder a las preguntas iniciales. No, la ciencia no puede transformarse en una disciplina normativa sin ver afectadas las bases en las que se funda. Aún cuando es una actividad primordialmente social, la validación del conocimiento que produce sólo responde a su contrastación empírica. Es imposible hacer ciencia en sentido estricto si no se cuestiona cada una de sus propuestas, procedimientos y resultados, lo cual impide que responda a estándares fijos. REFERENCIAS:
1. Minar, David M. (1961). Ideology and Political Behavior. Midwest Journal of Political Science. Midwest Political Science Association. 2. Eagelton, Terry (1991). Ideology: An Introduction, London: Verso 3. More, M. 1990, revised 1996. Transhumanism: Towards a futurist philosophy. Extropy 6. 4. Bostrom, N. (2005). A History of Transhumanist thought. Journal of Evolution and Technology. 5. Kurzweil, Ray (2005). The Singularity is Near. New York: Viking Books. 6. http://transfigurism.org/ 7. https://www.thevenusproject.com
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