Traducción de Žižek, Slavoj - En la zona gris: Slavoj Žižek sobre las respuestas a la matanza de París

August 26, 2017 | Autor: Daniel Mesa | Categoría: Slavoj Žižek, Slavoj Zizek
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Descripción

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En la zona gris: Slavoj Žižek sobre las respuestas a la matanza de París Por Slavoj Žižek

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a fórmula de la patética identificación 'Yo soy...' (o 'Todos somos...') sólo funciona dentro de ciertos límites, en los que al ser llevada más allá se convierte en algo obsceno. Podemos proclamar 'Je suis Charlie', pero todo se empieza a derrumbar con ejemplos como '¡Todos vivimos en Sarajevo!' o '¡Todos estamos en Gaza!'. El hecho brutal de que no estamos todos en Sarajevo o en Gaza es demasiado fuerte para ser cubierto por una identificación patética. Dicha identificación se convierte en algo obsceno en el caso de los Muselmänner, los muertos vivientes en Auschwitz. No es posible decir: '¡Todos somos Muselmänner!' En Auschwitz, la deshumanización de las víctimas llegó tan lejos que identificarse con ellos de cualquier modo significativo es imposible. (Y, al contrario, también sería ridículo el declarar solidaridad con las víctimas de 9/11 al clamar '¡Todos somos Neoyorkinos!' Millones dirían: 'Sí, nos encantaría ser Neoyorkinos, ¡dennos una visa!'). Lo mismo va para las matanzas del mes pasado: fue relativamente fácil el identificarse con los periodistas de Charlie Hebdo, pero hubiera sido mucho más difícil el anunciar: '¡Todos somos Baga!' (Para aquellos que no saben: Baga es un pequeño pueblo al noreste de Nigeria en el que Boko Haram ejecutó a dos mil personas.) El nombre 'Boko Haram' puede ser traducido burdamente como 'La educación occidental está prohibida,'

específicamente la educación de la mujer. ¿Cómo dar cuenta del raro hecho de un movimiento sociopolítico masivo cuyo objetivo primordial es la regulación jerárquica de la relación entre sexos? ¿Por qué los musulmanes que sin duda han sido expuestos a la explotación, dominación y otros aspectos destructivos y humillantes del colonialismo, apuntan en su respuesta a la mejor parte (por lo menos para nosotros) del legado Occidental, nuestro igualitarismo y libertades personales, incluyendo la libertad de burlarse de todas las autoridades? Una de las respuestas es que su objetivo está bien elegido: Occidente liberal es tan insoportable porque no sólo practica la explotación y la dominación violenta, sino que presenta esta realidad brutal bajo el manto de su opuesto: libertad, igualdad y democracia.

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De vuelta al espectáculo de los grandes personajes políticos de todo el mundo agarrados de la mano en solidaridad con las víctimas de las matanzas de París, desde Cameron hasta Lavrov, desde Netanyahu hasta Abbas: si hubo alguna vez una imagen de falsedad hipócrita, esta tiene que haber sido. Un ciudadano anónimo tocó el 'Himno de la Alegría' de Beethoven, el himno extraoficial de la

Unión Europea, a medida que la procesión pasaba bajo su ventana, agregando un toque de kitsch político al desagradable espectáculo puesto en escena por las mismas personas responsables del desastre en el que nos hemos metido. Si el ministro exterior Ruso, Sergei Lavrov, se uniera en una marcha como esta en Moscú, donde decenas de periodistas han sido asesinados, sería arrestado inmediatamente. Y el espectáculo estuvo literalmente planeado: las fotos mostradas en los medios dan la impresión que la línea de líderes políticos estaba al frente de una gran multitud caminando por una avenida. Pero otra foto de toda la escena fue tomada desde arriba, mostrando claramente que detrás de los políticos se encontraban sólo alrededor de cien personas y un gran espacio abierto detrás y alrededor de ellos patrullado por la policía. El verdadero gesto

Charlie Hebdo hubiera sido el publicar en su primera plana una gran caricatura de mal gusto, burlándose de manera brutal de este evento. Así como algunas pancartas decían 'Je suis Charlie!' habían otras que decían 'Je suis flic!'. La unidad nacional celebrada y representada en masivas concurrencias públicas no era simplemente la unidad de las personas más allá de los grupos étnicos, clases y religiones, sino también la unificación del pueblo con las fuerzas del orden y el control —no sólo la policía sino también el CRS (uno de los eslogans de Mayo 1968 fue 'CRS-SS'), el servicio secreto y el aparato de seguridad estatal en su totalidad. No hay lugar para Snowden o Manning en este nuevo universo. 'El resentimiento en contra de la policía no es ya más lo que era, excepto entre la juventud Árabe empobrecida o de origen Africano,' Jacques-Alain Miller escribió el mes pasado. 'Algo indudablemente nunca antes visto en la historia de Francia'. En pocas palabras, los ataques terroristas lograron lo imposible: reconciliar la generación del '68 con su archienemigo en algo similar a la versión popular Francesa del Patriot Act1, 1

La Ley Patriótica es una controversial ley anti-terrorista aprobada por Bush y el Congreso Estadounidense el 26 de octubre del 2001 y ratificada por Obama el 26 de mayo del 2011 como respuesta a los atentados del 11 de septiembre. Esta ley le confiere al Estado una gran extensión de sus poderes al permitirle al gobierno recolectar un amplio rango de datos financieros y personales, al igual que monitorear sospechosos mediante interceptaciones irrestrictas y convierte en crimen cualquier forma de ayuda, incluida la asistencia humanitaria, a grupos incluidos en la lista de organizaciones terriroristas extranjeras del Departamento de Estado. De igual manera bloquea cualquier tipo de

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con las personas ofreciéndose voluntariamente a ser monitoreadas.

directamente la violación de los Mandamientos, pero mantienen abierta una zona marginal gris que se supone se encuentra fuera del alcance del poder (religioso o secular). En esta zona oscura puedo violar los mandamientos, y si el poder penetra hasta allí, atrapándome con los pantalones en el suelo, puedo gritar: '¡Asalto a mis derechos humanos básicos!' El punto es que es estructuralmente imposible, para el poder, el delinear una frontera clara y prevenir sólo el mal uso del derecho humano sin infringir su uso apropiado, i.e. el uso que no viola los Mandamientos.

Los momentos extáticos de las demostraciones de París fueron un triunfo ideológico: unieron a la gente en contra de un enemigo cuya presencia fascinante momentaneamente oblitera todo antagonismo. Al público se le ofreció una elección deprimente: o eres flic o terrorista. Pero ¿cómo el humor irreverente de Charlie Hebdo encaja dentro de la ecuación? Para respondernos esto necesitamos tener en cuenta la interconexión existente entre el Decálogo y los derechos humanos, que en palabras de Kenneth Reinhard y Julian Reinhard Lupton, son finalmente derechos a violar los Diez Mandamientos. El derecho a la privacidad es el derecho de cometer adulterio. El derecho a la propiedad es el derecho a robar (explotar a otros). El derecho a la expresión es el derecho de dar acusaciones falsas. El derecho de portar armas es el derecho a matar. El derecho a la libertad de credo religioso es el derecho a alabar falsos dioses. Por supuesto, los derechos humanos no autorizan

Es a esta zona gris a la cual el brutal humor de Charlie Hebdo pertenece. La revista tuvo su origen en 1970 como sucesora de Hara-Kiri, una revista prohibida por hacer burla de la muerte del General de Gaulle2. Después que una carta temprana de un lector acusando a Hara-Kiri de ser 'tonta y vulgar' (bête et méchant'), la frase fue adoptada como el eslogan oficial de la revista integrándola en el lenguaje de uso diario. Hubiera sido mucho más apropiado para los miles de marchantes en París proclamar 'Je suis bête et méchant' que el escueto 'Je suis Charlie'.

demanda en contra de las interceptaciones ilegales de e-mails y comunicaciones telefónicas de los ciudadanos norteamericanos a no ser que haya 'desclasificación voluntaria', por parte del Estado de las comunicaciones ilegalmente interceptadas. (N. del T.)

Tan refrescante como puede ser en algunas situaciones, la posición 'bête et 2

“Ocho días después de que de Gaulle muriera, un devastador incendio había arrasado un club nocturno en Saint-Laurent-du-Pont. El número de víctimas fue de 142 adolescentes, y muchos de los supervivientes tenían severas quemaduras que cubrían el 90 por ciento de sus cuerpos. Fue una tragedia espantosa e incalculable que habría definido el año en las noticias si no hubiese muerto poco antes el viejo hombre de estado francés. Con su muerte, el incendio desapareció de las primeras páginas . . . Hasta que Hara-Kiri llegó a los estantes. En español, su portada anunciaba: “Baile Trágico En Colombey: 1 Muerto”. (La imagen de la portada se muestra en la parte superior izquierda de la página), M., Morris, 10 Incendiary Moments In The History Of ‘Charlie Hebdo’, January 9, 2015. (N. del T.)

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méchant' de Charlie Hebdo está limitada por el hecho de que la risa no es en sí liberadora, sino ampliamente ambigua. En la visión popular de la Antigua Grecia, hay un contraste entre los solemnes espartanos aristocráticos y los alegres atenianos democráticos. Pero los espartanos, quienes se vanagloriaban de su severidad, posicionaron la risa en el centro de su ideología y práctica: reconocieron la risa comunal como un poder que los ayudaba a incrementar su glorificación estatal. La risa espartana —la burla brutal de un esclavo o enemigo humillado, haciendo burla de su miedo y dolor desde una posición de poder— encontró un eco en los discursos de Stalin, cuando se mofa del pánico y la confusión de los 'traidores', y sobrevive hoy en día. (A propósito, es también de importancia el distinguir esto de otro tipo de risa de aquellos que están en el poder, la mofa [irrision] cínica que muestra que ni siquiera ellos mismos toman su propia ideología seriamente). El problema con el humor de Charlie Hebdo no es que llegó muy lejos en su irreverencia, sino que fue un inofensivo exceso que encajó perfectamente dentro del funcionamiento hegemónico cínico de la ideología en nuestras sociedades. No representaba una amenaza para aquellos en el poder; sólo hacia meramente el ejercicio del poder más

tolerable. En las sociedades liberales-seculares occidentales, el poder estatal protege las libertades civiles pero interviene en el espacio privado —cuando hay sospecha de abuso a menores, por ejemplo. Pero como Talal Asad escribió en Is Critique Secular? Blasphemy, Injury and Free Speech (2009)3, 'las intrusiones dentro del espacio doméstico, y la infracción del dominio "privado", no están permitidos en el derecho Islámico, sin embargo la conformidad dentro del comportamiento "público" puede ser mucho más estricta ... para la comunidad lo que importa es la práctica social del sujeto musulmán —incluyendo la publicación verbal— no sus pensamientos internos, cualesquiera que estos sean'. El Corán dice: ‘Deja a aquel que desea, tener fe, y a aquel que no lo desea, rechazarla’. Pero en palabras de Asad, este 'derecho a pensar lo que uno quiera no ... incluye el derecho a expresar el credo religioso o moral de uno públicamente con la intención de convertir a las personas a una falsa devoción'. Es por esto que para los musulmanes es 'imposible el permanecer callados cuando son confrontados por blasfemia ... la blasfemia no es ni la "libertad de expresión", ni el reto a una nueva verdad, sino algo que busca perturbar una relación viviente'. Desde el punto de vista liberal Occidental, existe un problema en relación a ambas definiciones de este ‘ni esto/ni aquello’: ¿qué pasa si la libertad de expresión debe incluir actos que puedan perturbar una relación viviente? y ¿qué pasa si una 'nueva verdad' tiene el mismo efecto perturbador? ¿Qué pasa si una nueva conciencia ética hace que una relación viviente parezca injusta?

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¿Es la crítica secular? Blasfemia, injuria y libertad de expresión. (N. del T.)

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Si para los musulmanes es no sólo 'imposible el permanecer callado cuando se ven confrontados con la blasfemia' sino también imposible permanecer inactivo —y la presión de hacer algo puede incluir actos violentos y asesinos— entonces lo primero que hay que hacer es localizar esta actitud dentro de su contexto contemporáneo. Lo mismo aplica para el movimiento Cristiano anti-aborto, que también encuentra 'imposible el permanecer en silencio' cuando se ve confrontado con la muerte de cientos de miles de fetos cada año, una matanza que comparan con el Holocausto. Es aquí donde comienza la verdadera tolerancia: la tolerancia de lo que experimentamos como imposible-de-soportar (l'impossible-a-supporter', como Lacan expuso), y en este nivel la izquierda liberal se acerca al fundamentalismo religioso con su propia lista de cosas ante las cuales 'es imposible permanecer en silencio cuando uno se ve controntado': sexismo, racismo y otras formas de intolerancia. ¿Qué pasaría si una revista abiertamente hiciera burla del Holocausto? Existe una contradicción en la posición de izquierda-liberal: la posición libertaria de la ironía universal y la burla, el mofarse de las autoridades, espirituales y políticas (la posición encarnada en Charlie Hebdo), tiende a deslizarse a su opuesto, una elevada sensibilidad al dolor y humillación del otro. Es debido a esta contradicción que la mayoría de las reacciones de la izquierda a la matanza de París siguieron un patrón predecible y deplorable: sospecharon correctamente que algo se encontraba profundamente mal en el espectáculo del consenso liberal y la solidaridad con las víctimas, pero tomaron una vía equivocada cuando fueron capaces de condenar la matanza sólo después de amplias y

aburridas salvedades. El miedo de que, por condenar abiertamente la matanza, nos volviéramos de alguna forma culpables de islamofobia, es política y éticamente erróneo. No hay nada islamofóbico en condenar la matanza de París, de la misma manera en el que no hay nada anti-semita en condenar el trato de Israel hacia los palestinos.

En cuanto a la noción que debemos contextualizar y 'comprender' la matanza de París, esta es de igual manera totalmente engañosa. En Frankenstein, Mary Shelley permite al monstruo hablar por sí mismo. Su elección expresa la actitud liberal del derecho de libertad expresión en su forma más radical: el punto de vista de todos debe ser escuchado. En Frankenstein, el monstruo es totalmente subjetivizado: el monstruoso asesino se revela a sí mismo como un individuo profundamente herido y desesperado, anhelante de compañía y amor. Hay, sin embargo, un claro límite a este procedimiento: mientras más conozco y 'entiendo' a Hitler, más imperdonable parece ser. Lo que esto también significa es que, cuando abordamos el tema del conflicto Israelí-Palestino, debemos adherirnos a estándares fríos y despiadados: debemos

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resistir incondicionalmente la tentación de 'entender' el anti-semitismo árabe (donde lo encontremos verdaderamente) como una 'reacción' natural al estado lamentable de los palestinos, o de 'entender' las medidas de Israel como una reacción 'natural' a la memoria del Holocausto. No debe de haber un 'entendimiento' al hecho de que en muchos países árabes a Hitler aún se le considere un héroe, y que a los niños de escuela primaria se les enseñe mitos anti-semitas, como por ejemplo que los Judíos usan la sangre de niños para propósitos sacrificiales. El afirmar que este anti-semitismo articula una resistencia, en un modo desplazado, en contra del capitalismo de ninguna manera lo justifica (lo mismo va para el anti-semitismo Nazi: este también derivó su energía de la resistencia anti-capitalista). El desplazamiento no es aquí una operación secundaria, sino un gesto fundamental de mistificación ideológica. A lo que este argumento sí hace referencia es la idea que, a largo plazo, la única manera de pelear contra el anti-semitismo no es a través de la predicación de la tolerancia liberal, sino la articulación de un motivo anti-capitalista subyacente de una manera directa y no desplazada. Las actuales acciones de las Fuerzas de Defensa Israelí en Cisjordania no deben ser juzgadas contra el trasfondo del Holocausto; la profanación de las sinagogas en Francia y el resto de Europa no deben ser juzgadas como una reacción inapropiada pero entendible de las acciones de Israel en Cisjordania. Cuando cualquier protesta pública en contra de Israel es denunciada rotundamente como una expresión de anti-semitismo —es decir, cuando el espectro del Holocausto es evocado permanentemente para neutralizar cualquier crítica de las

operaciones militares y políticas de Israel— no es suficiente el insistir sobre las diferencias entre el anti-semitismo y la crítica de políticas particulares del Estado de Israel; uno debe de ir un paso más allá y decir que es el Estado de Israel el que, en este caso, se encuentra profanando la memoria de las víctimas del Holocausto, instrumentalizándolas como una manera de legitimar sus políticas actuales. Lo que esto significa es que uno debe rechazar tajantemente la noción de cualquier vínculo lógico o político entre el Holocausto y las actuales tensiones Israel-Palestina. Estos son fenómenos diametralmente diferentes: uno de ellos es parte de la historia de resistencia derechista a las dinámicas de la modernización; el otro es uno de los últimos capítulos en la historia de la colonización.

El crecimiento del anti-semitismo en Europa es innegable. Cuando, por ejemplo una minoría musulmana agresiva en Malmö hostiga a los Judíos, por lo que estos tienen miedo de caminar por las calles en su vestimenta tradicional, el hecho debe ser clara e inequívocamente condenado. La lucha en contra del anti-semitismo y la lucha en contra de la islamofobia deben de ser vistas como dos aspectos de la misma lucha.

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En un pasaje memorable de Still Alive: A Holocaust Girlhood Remembered (2001)4, Ruth Klüger describe una conversación con 'algunos candidatos avanzados a Doctorado [PhD]' en Alemania: Uno reporta cómo en Jerusalén hizo contacto con un viejo judío húngaro que fue sobreviviente de Auschwitz, y aun así este hombre maldecía a los árabes y los consideraba objeto de su desprecio. ¿Cómo alguien que viene de Auschwitz puede hablar de esta manera? se pregunta el alemán. Entro a la escena y discuto, quizás más cándidamente de lo que era necesario. ¿Qué es lo que esperaba? Auschwitz no fue una institución educativa ... No aprendiste nada ahí, y mucho menos sobre humanidad y tolerancia. Absolutamente nada bueno salió de los campos de concentración, me escuché diciendo, alzando mi voz, ¿y él espera catarsis, purificación, el tipo de cosas por las cuales vas al teatro? Aquellos fueron los establecimientos más inservibles y sin sentido que se pueda imaginar. Debemos abandonar esta idea que existe algo emancipador en las experiencias extremas, que estas nos permiten abrir los ojos a la verdad fundamental de una situación. Esta, quizás, sea la lección más depresiva del terror.

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Aún con vida: El recuerdo de la infancia de una niña durante el Holocausto. (N. del T.)

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Traducción y edición: Daniel Mesa Betancur y Manuel Vargas Ricalde Basado en la traducción de Manuel Vargas Ricalde: https://www.scribd.com/doc/254970597/En-la-zona-gris-Respuesta-de-Slavoj-Žižek-sobre-la-matanza-de-Paris Texto original publicado el 5 de febrero del 2015 en el sitio web de London Review of Books como ‘In the Grey Zone: Slavoj Žižek on responses to the Paris killings’: http://www.lrb.co.uk/2015/02/05/slavoj-zizek/in-the-grey-zone

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