TrabajoTecnología y memoria en la actualidad: ¿Qué pasa cuando es posible “recordarlo” todo? final

July 25, 2017 | Autor: Ana Vallarta | Categoría: Technology, Memory Studies, Cultural Memory
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Descripción



Andreas Huyssen nació en Alemania en 1942. Enseña literatura comparada en la Universidad de Columbia desde 1986. Es especialista en literatura y cultura germana, modernismo y postmodernismo internacional, Escuela de Frankfurt, memoria cultural, cultura urbana, y globalización.
Andreas Huyssen, "Pretéritos presentes: medios, política, amnesia", en En busca del futuro perdido. Cultura y memoria en tiempos de globalización, Fondo de Cultura Económica, 2002. También disponible en http://cholonautas.edu.pe/memoria/Huyssen.pdf. El presente trabajo hará referencia al texto en versión PDF.
Para esta breve definición de memoria se tomaron en cuenta los siguientes textos:
Elizabeth Jelin, Los trabajos de la memoria, Siglo XXI Editores, Madrid, 2002
Manuel Maldonado Alemán, Cuadernos de Filología Alemana, 2010, disponible en http://revistas.ucm.es/index.php/RFAL/article/download/36595/35428 visitado el 22/05/2014
Hugo Vezzeti, Sobre la violencia revolucionaria. Memorias y olvidos. Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2009

Andreas Huyssen Op. Cit., p. 1
Andreas Huyssen, Op. Cit. p 12
Términos usados por Huyssen pero tomados del análisis de Arjun Appadurai en Modernity at Large. Al respeco Huyssen especifica en la nota al pie de la página 8: "La noción es problemática en el sentido de que toda memoria es imaginada, pero aun así permite distinguir entre las memorias basadas en experiencias de vida aquéllas robadas del archivo y comercializadas a escala masiva para su rápido consumo."
Andreas Huysse, Op. Cit.,
Ibíd., p. 14
Ídem
Ibid., p 20.
Idém


Ana Vallarta
Ciencia y tecnología II
05/06/2014

Tecnología y memoria en la actualidad:
¿Qué pasa cuando es posible "recordarlo" todo?

Planteamiento del problema

El presente trabajo será una aproximación al tema de la memoria en relación a los procesos tecnológicos dirigidos a la conservación de datos y memoria. Lo que se busca exponer son las implicaciones que tienen en los procesos de memoria las nuevas formas de almacenamiento de datos, los cuales están destinados a convertirse en archivos del pasado, es decir, en testigos pasivos y, hasta cierto punto, en memoria.
Para el análisis que se plantea hacer es necesario definir lo que se entiende por memoria. Después se verá lo que es la memoria en el ámbito de la computación e informática. Además, se buscará entender cuáles han sido los procesos culturales para que sucediera el auge de la memoria en la tecnología y qué implicaciones sociales esto ha tenido en la formas actuales de pensarla. También, y para poder reparar en esto con todos los matices, se verá cuáles formas de registro de memoria han permanecido y cuáles cambiado frente al boom tecnológico de los últimos años y cómo coexisten ahora.
Por otro lado, será importante tratar de entender qué es lo que busca la tecnología con su propuesta de capacidad máxima de almacenamiento de datos e información en las memorias, y qué consecuencias puede traer esto, en relación a los procesos de identidad y memoria de los grupos sociales, así como en el impacto que estas nuevas formas tecnológicas han tenido en el estudio de la historia y las ciencias sociales, los alcances que suponen pero también las limitaciones.
Una crítica que se le hace a los dispositivos y soportes de datos e información es la despersonalización que tiene el que la información habite en ellos, y ya no en sujetos vivos. No obstante, también es relevante analizar qué postura adopta el sujeto y su memoria frente a los archivos electrónicos. En todo esto es importante señalar que el boom tecnológico de almacenamiento de datos no es ni puede ser un remplazo de la memoria humana pues no es memoria viva, sino una serie de datos resguardado en dispositivos y archivos.
De esta forma, recogiendo los objetivos de esta investigación, se planteó la siguiente pregunta guía: tomando que la memoria se compone de recuerdos y olvidos, es subjetiva, selectiva y además cambiante a través del tiempo, ¿qué caso tiene almacenar enormes cantidades de datos en dispositivos de memoria, despojando así de sujeto, de tiempo y narración la enunciación del pasado?
Para analizar estos temas y en busca de contestar la pregunta, el presente trabajo dialogará con un texto escrito por Andreas Huyssen. Este texto es el primer capítulo titulado "Pretéritos presentes: medios, política, amnesia", que aparece en su libro En busca del futuro perdido. Cultura y memoria en tiempos de globalización del año 2002.
En torno a una definición de memoria
La memoria está construida tanto por recuerdos como por olvidos. Por esto, se puede decir que es selectiva. La selección no es siempre clara, pero en general obedece a la necesidad de que la memoria sea una operación en la que se busque dotar de sentido al pasado, situándose desde el presente. Este pasado no es sólo uno y por ello es importante hablar de memorias plurales donde cada una, según perspectivas individuales o grupales, dota de un sentido distinto a su pasado, así como opera un proceso diferente de selección de hechos y procesos a conmemorar y rememorar, y los que caen en el olvido. La memoria no es memoria si no está mediatizada por el lenguaje. Por un lado para ser compartida pero, primeramente, para ser construida. Es decir, es por medio de las estructuras lingüísticas por las que se resignifica el pasado y por las que se propone el sentido que se le dará a la memoria. Sin el lenguaje, el pasado es más olvido que recuerdo, es silencio, no memoria.

La memoria en computación

El texto de Huyssen comienza afirmando que "uno de los fenómenos culturales y políticos más sorprendentes de los últimos años es el surgimiento de la memoria como una preocupación central de la cultura y de la política de las sociedades occidentales, un giro hacia el pasado que contrasta de manera notable con la tendencia a privilegiar el futuro, tan característica de las primeras décadas de la modernidad del siglo xx."
Esto en gran medida contribuye a que los avances en torno al estudio de la memoria también incluyan nuevos mecanismos de lucha contra el olvido. Así, los inventos tecnológicos, en su busca de saciar diversas necesidades y deseos humanos, también han encontrado formas de responder a las ansias de preservación de datos e información. Aparecen en las últimas décadas dispositivos que permiten almacenar enormes cantidades de archivos en espacios muy reducidos y a gran velocidad. Junto con esto, también surge un nuevo lenguaje y toda una gama de nuevos términos para referirse al fenómeno: memoria externa, memoria interna, memoria USB, disquete, CD, disco duro, memoria RAM o ROM, bytes, megabytes, gigabytes, terabytes, etc. El vocabulario es vasto justo porque una de las principales funciones de la computación es la capacidad de almacenar datos. Así, cuando se habla de memoria en computación, a lo que se refiere es al almacenamiento masivo de datos, ya sea a largo o a corto plazo y en diferentes tipos de dispositivos.

"Pretéritos presentes: medios, política, amnesia". Una reflexión en relación a la tecnología

Las nuevas formas de almacenar datos no es garantía de la conservación de la memoria. Es decir, el almacenamiento de datos no es sinónimo de que se mantenga presente la información concerniente al pasado. Esto porque, para que los archivos contribuyan realmente a la construcción de la memoria, tiene que haber una participación activa por parte de un sujeto que interrogue a los datos y los utilice para el estudio del pasado. Lo anterior no es exclusivo para este tipo de datos: cualquier fuente, para convertirse en tal, tiene que ser interrogada y utilizada desde una perspectiva específica (y hasta con subjetividad) y con un fin concreto. Huyssen comenta:
"el giro hacia la memoria y hacia el pasado conlleva una enorme paradoja. Cada vez más, los críticos acusan a la cultura de la memoria contemporánea de amnesia, de anestesia o de obnubilación. Le reprochan su falta de capacidad y de voluntad para recordar y lamentan la pérdida de conciencia histórica. La acusación de amnesia viene envuelta invariablemente en una crítica de los medios, cuando son precisamente esos medios (desde la prensa y la televisión hasta los e-ROM en internet) los que día a día nos dan acceso a cada vez más memoria. ¿Qué sucedería si ambas observaciones fueran ciertas, si el boom de la memoria fuera inevitablemente acompañado por un boom del olvido? ¿Qué sucedería si la relación entre la memoria y el olvido estuviera transformándose bajo presiones culturales en las que comienzan a hacer mella las nuevas tecnologías de la información, la política de los medios y el consumo a ritmo vertiginoso?

Estas observaciones hacen posible afirmar que no sólo es que los archivos o almacenamiento de datos por sí solos no sean memoria, sino que además pueden implicar olvido. Respecto a la interrogante del autor de que "¿qué sucedería si la relación entre la memoria y el olvido estuviera transformándose bajo presiones culturales en las que comienzan a hacer mella las nuevas tecnologías de la información, la política de los medios y el consumo a ritmo vertiginoso?", es interesante agregar que además los tiempos actuales parecen haberse acelerado, como si el presente fuera mucho más efímero. Esto desde el mercado, hasta cierto punto, está impulsado para implementar el consumo pero tiene sus efectos en las formas culturales y sociales de concebir los tiempos y, por ende, en la memoria. ¿Cómo pensar la memoria en un presente que cada vez dura menos y que exige la máxima actualización y adaptabilidad de los sujetos? Paradójicamente, no sólo el pasado cobra una enorme importancia cultural, sino que también –y absolutamente ligado – se torna objeto de consumo. Los objetos de moda "retro" se vuelven deseables y hasta de lujo, la historia comienza a comercializarse a través de cadenas de televisión, documentales, series de ficción con temática histórica, etc. Hay también un auge de la musealización, en recintos pero también en espacios urbanos. Y, sobre todo, está el consumo en los objetos tecnológicos: computadoras, celulares o reproductores de música con más memoria son más caros y "mucho mejores". Es la forma de potencializar la capacidad del objeto adquirido, de ampliar las posibilidades de almacenar información hasta casi parecer ilimitado. Así, no sólo las sociedades sienten la necesidad hacia su historia y presente de conservarlo todo en un respaldo de datos, sino que también los individuos con su propia vida. Y, desde la industria, tener más memoria es tener más posibilidad de consumo; es tener espacio donde guardar lo proprio y lo ajeno, es decir, la memoria vivida (relacionada con la experiencia propia) y la memoria imaginada ("aquéllas robadas del archivo y comercializadas a escala masiva para su rápido consumo.")
Siempre que se habla del tema de la memoria, el olvido viene implícito. Pero en este sentido, el nuevo giro de la forma de entender la memoria parece pretender querer erradicar, dentro del proceso de la memoria, el del olvido. Huyssen se pregunta: "¿Es el miedo al olvido el que dispara el deseo de recordar, o será a la inversa? ¿Acaso en esta cultura saturada por los medios, el exceso de memoria crea tal sobrecarga que el mismo sistema de memoria corre un constante peligro de implosión, lo que a su vez dispara el temor al olvido?" De esta forma, en las sociedades actuales, se vive en una dialéctica entre recuerdos y olvidos, atravesada por un auge de memoria que inevitablemente supone ambos procesos. Y este auge está acompañado de cerca por procesos tecnológicos que buscan la forma de responder a las exigencias sociales en torno a la memoria. Su influencia ha sido tal, que es difícil abordar el análisis del tema sin tomar en cuenta a los nuevos medios de almacenamiento de datos, los cuales además, suponen nuevas políticas de memoria y nuevas relaciones de poder. Quien tiene la posibilidad de adquirir dispositivos con más memoria, está, aparentemente, en mejor posición frente a la amenaza del olvido. Entre los productores de computadoras y dispositivos, sólo se mantendrán a la vanguardia los que privilegien en sus avances, la posibilidad de ampliar la memoria. Pero no son sólo las industrias las que generan estas lógicas de memoria, sino también los consumidores los que las piden. Según Huyssen:
"Debe haber algo más en juego en nuestra cultura, algo que genere ante todo ese deseo del pasado, algo que nos haga responder tan favorablemente a los mercados de la memoria: me atrevería a sugerir que lo que está en cuestión es una transformación lenta pero tangible de la temporalidad que tiene lugar en nuestras vidas y que se produce, fundamentalmente, a través de la compleja interacción de fenómenos tales como los cambios tecnológicos, los medios de comunicación masiva, los nuevos patrones de consumo y la movilidad global"

Es importante no perder de vista para el análisis de la memoria en la actualidad, las formas de mercado que operan en el auge de ésta. Además, la memoria, en tanto que es un proceso referente al pasado pero que ocurre en el presente, necesita situarse en lo que el mismo tiempo presente se ha convertido en términos de mercado. Acompañando esto, los dispositivos de memoria se vuelven parte de una industria rentable pues los consumidores están convencidos de la necesidad de resguardar datos tratando de evitar el olvido. Pero el auge de la memoria no se puede limitar a un supuesto comercial. Va mucho más allá porque se necesita también entender por qué ahora es cuando surge la avidez de recordar y almacenar lo más posible. Huyssen a lo largo del texto dialoga con postulados de Theodor Adorno, y respecto a este punto señala: "La crítica de Adorno es correcta en la medida en que se refiere a la comercialización masiva de productos culturales, pero no ayuda a explicar el ascenso del síndrome de la memoria dentro de la industria cultural." Por eso, y en resumen, lo que propone Huyssen, es entender por qué se ha dado el auge de memoria y cómo el mercado ha tenido que ver en esto aunque no lo ha determinado. Luego, siguiendo esta lógica, analiza qué efectos ha tenido el que la tecnología respondiera ante esto con la creación de dispositivos que permiten almacenar datos e información, casi cuanta se quiera en un mínimo de espacio. Estas innovaciones han tenido un importante impacto en la memoria porque parece postular una posibilidad de memoria sin olvido. Pero lo más notorio es que no sucede esto y, en este sentido, el presente trabajo apunta a pensar la memoria en esta época de innovaciones tecnológicas, pero, y sobre todo, pensar también el olvido. Se rescata esto porque es una forma de evidenciar que muchas veces la tecnología no puede inmiscuirse en algunos ámbitos de las estructuras sociales. Y así, paradójicamente, a pesar de tener los archivos repletos de información permanente, generalmente de fácil acceso y a veces hasta portátil y gratuita, no cambia el hecho de que las sociedades olviden. Huyssen dice que "desde el punto de vista del archivo, por supuesto, el olvido constituye la máxima transgresión. ¿Pero cuán confiables, son nuestros archivos digitales?" La pregunta es válida porque justamente parece que las sociedades actuales confían plenamente en la preservación de archivos electrónicos como si no fuera posible dudar de ello. Pero éstos sólo tienen unas cuantas décadas funcionando, las cuales, no obstante, han sido suficientes para colocar al archivo electrónico en la cumbre de las innovaciones de computación. Huyssen cita a un directivo del sector de informática de los archivos de Canadá: "Una de las grandes ironías de la era de la información consiste en que si no descubrimos nuevos métodos para aumentar la perdurabilidad de los registros electrónicos, ésta puede convertirse en la era sin memoria" Y agrega: "De hecho, la amenaza del olvido surge de la misma tecnología a la que confiamos el vasto corpus de los registros y datos contemporáneos, la parte más significativa de la memoria cultural de nuestro tiempo." Es válido entonces creer que el mismo miedo al olvido que trajo el auge de la información causó que las innovaciones tecnológicas de la información pudieran convertirse en la causa de una generación con amnesia. Posiblemente, los miedos causados por las nuevas tecnologías desaparecerán (como ha pasado antes frente a otras innovaciones). Mientras tanto, sólo queda confiar en que la información no desaparecerá y que además será posible seguir resguardando cuanta se desee. Es labor del mercado que así sea: de otra forma, el consumo de las memorias se verá incapaz de saciar los requerimientos de las sociedades modernas.
Este trabajo quiere poner en la mesa la necesidad de pensar que este auge de memoria también es una respuesta política ante las imposiciones pasadas de impunidad, por ejemplo, en guerras, en el Holocausto o en dictaduras. Sólo el estudio del pasado y de la memoria, antes imposible por razones políticas, ahora hará justicia. En ese sentido, el auge de la memoria surge también como una deuda al pasado y, mientras ésta siga, la necesidad de recuperación de las memorias continuará en pie. Pero de nada servirá a las sociedades encontrarse frente a dispositivos que les permitan "recordarlo" todo, pues, hasta cierto punto, esto significaría perder la posibilidad de selección y subjetividad. Por ello, se tiene que diferenciar entre lo que es útil recordar y lo que no, basándose principalmente en criterios políticos y culturales y no mercantiles.
Como reflexión final, es importante reivindicar el papel activo del sujeto frente al pasivo de los archivos. No será el almacenamiento de datos e información lo que decidirá lo que es la memoria. Aunque este boom tecnológico de recuperación de la memoria en los dispositivos de computación esté suponiendo también un boom del olvido, es el papel de las sociedades decidir frente a estas posibilidades que brinda la tecnología, qué es lo que se recuerda y qué se olvida, es decir, qué constituye las memorias de las sociedades.




Bibliografía:

Huyssen, Andreas, "Pretéritos presentes: medios, política, amnesia", en En busca del futuro perdido. Cultura y memoria en tiempos de globalización, Fondo de Cultura Económica, 2002.

Jelin, Elizabeth, Los trabajos de la memoria, Siglo XXI Editores, Madrid, 2002

Maldonado Alemán, Manuel, Cuadernos de Filología Alemana, 2010, disponible en http://revistas.ucm.es/index.php/RFAL/article/download/36595/35428 visitado el 22/05/2014

Vezzeti, Hugo, Sobre la violencia revolucionaria. Memorias y olvidos. Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2009


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