TRABAJO TRANSCRIPCIÓN FONÉTICA DE UN TEXTO DEL ESPAÑOL DE GUINEA ECUATORIAL

July 24, 2017 | Autor: A. Montolio Andreu | Categoría: Filología Hispánica, Dialectología
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COMENTARIO DE TEXTO DIALECTAL ORAL

“EL SECADERO DE CACAO”

UNIVERSIDA NACIONAL DE EDUCACIÓN A DISTANCIA ASIGNATURA: DIALECTOLOGÍA ESPAÑOLA (455045): 1ª PARTE PROFESORA: CELIA CASADO FRESNILLO ALUMNA: ÁNGELES MONTOLIO ANDREU NÚNERO DE EXPEDIENTE: 45-11-00005

 

2   ÍNDICE

Texto………………………………………………..

3

Introducción…………………………………....... ..

6

Nivel fónico……………………………………….

6

Nivel morfosintáctico…………………………….

11

Nivel léxico-semántico……………………………

17

Peculiaridades del habla o del enunciado………

21

Conclusión……………………………………..

23

Bibliografía……………………………………

24

 

3   TEXTO 1. El secadero de cacao

1 Cuándo se ferménta↑— ¿m? ↑—luégo↑—lo saco de ahí ↑—*pon, lo póngo en el secadéro↓—

2 ácto seguído, ya no paro más ↑—póngo fuégo↑— primeraménte,↑ ún fuégo lénto↑— a limpiárlo,

3 a limpiárlo, a limpiárlo, a limpiárlo↓— a la véz qué↑— yá↑— ha— se ha, se há puésto górdo así↑— hay

4 que ponér fuégo↓— y, y dárlo vuélta↑— pórque↑— si, si, si déja que se súda↑ǁ‖ los grános de cacáo↓—

5 si se súda↑— va a ser blánco así↓— y, y será mál típo↓— lo ván a clasificár mál↓— ehé ↑— vas

6 limpiándo, limpiándo, dándo vuélta, dándo vuélta ↓—se séca bién↑— bién robústo así↑‖ si, si el

7 fuégo nó és suficiénte↑, se póne así↑— m↑‖ flát↑— ehé ↑, egoflát ↑— o así↑— ehé ↑— e —sí, ehé ↑ǁ‖ éso

8 és↑— aplastádo ↑—luégo el compradór que quiére ó↑— embarcándo ése cacáo↑— no te rínde↓—

9 porqué ↑— muy bájo ↑—és mál típo↓— peró si éres buén secadór↑— ¿m?↑— el cacáo sále bién

10 robústo así↑— cómo si fuéra qué↓— és frésco todavía↓— péro cuándo↓— cuando rómpes así↑—

11 cuándo cóme↑— és chocoláte↑— ehé ↑— buén cacáo↑‖ así↓‖

12 [Mullo, lo que queríamos saber es que si desde una mañana se ha estado utilizando

13 aquí en la Isla secadero de cacao, o se ha estado secando anteriormente en el sol, o...

14 en un secadero].—

15 Nó↑— ¡áh...!↑ éso sí↑— Míra, cuando yó fuí—jóven ↑—he encontrádo los mayóres ↑—que

 

4  

16 entónces↑ no había secadéro↓— ¿m?↑— ¿Sábe cómo hacían?—lo secában con el sól↓— hácen↑

17 una tábla así↑— cómo é... ↓—ésa mesíta↓— áncho y, y, y lárgo ↑— cuándo ↑—cómo que↑— no había

18 sulfáto↑—

no sulfatában↑— solamente chapeába↑— podándo ↑— ¿éh? ↑— el cacáo— se— se

19 madurába↑— ¿éh? ↑— por sí mísmo↓— ¿óye? ↑— cuándo se ha madurádo↑— van ahí a recogérlo↓— *e

20 esos hómbres *a, *a, *a, antíguo ↓—¿m? ↑— luégo ↑— lo pícan↑— lo montónan en, en ún montón↓—

21 Lós, lós hómbres↑— hóy rómpen el cacáo↑— cuándo rómpen el cacáo↑— lo guárdan *e, encíma

22 dé hója↓— de banána↓— ¿m?↑— luégo, cuándo rómpen tódo↑—lo van a cubrír↓— con hója↓— se

23 márchan, el *mi, el mísmo día↓‖ el segúndo día↑— mándan sus mujéres ahí ↑—¿éh?↑— a

24 desgranár↑— a desgranár↑— quitándo las cáscaras, porquería↑— *so, solaménte— quedándo↓— la

25 semílla↓— luégo↓— llévan ése cacáo en cása ↓—lo pónen e‖ *en, encíma dé la táblaǁ‖ Cuidádo↑

26 si lluéve↑— de que el papá— encuéntra de que ése cacáo há mojádo↑— te vá a dár úna zúrra

27 pádre↑— éra la obligación nuéstra— así qué↑— si vámos á jugár el fútbol↑ y tódo↑— peró tenémos

28 miédo de— si ya quiére llovér, enseguída— llamámos a los compañéros↑— cargámos éso

29 lo— lo— lo ponémos en cása↓— pára qué no se móje↓— cuándo viéne↑— nuéstros pádres↑— dirán

30 qué: “muy bién— habéis portádo bién” ↑—péro si se mója↑— ¡ts! —éh ↑‖ aquélla nóche vámos a

 

5  

31 dormír— con doléncia↑— así↑— así fue ↑

32 Entónces↑— nó había sulfáto↑— e, e, la génte no sulfatában↑— ni ↑—secár el cacáo con secadéro↑—

33 Prímeraménte, ál comenzár el secadéro↓— *ad— éra á máno, á, á, á púlso, á máno, éso↑— lo

34 híce también↑— entónces ya éra hómbre↑— luégo↓— finalménte↓— el européo tiéne *mú múcho↓—

35 *mú, múcha cabéza↑— ¿éh?↑— ehé ↑— *mu, discúrre múcho, diáriamente el españól— discúrre↑—

36 Yó hé, hé, hé, *su, suelo sentár sólo↑— pensándo: “Dí que sí↑— el españól és múy despiérto”↓—

37 ehé ↑— *Diar, cuándo↑— viniéron↑— a, a hacér éso mecánico↑— nos extrañámos tódos↑— ¿éh?↑— Tú

38 puédes ír allá↑— el cacáo mísmo ¡vrrrrrr! ¡vrrrrrr! ¡vrrrrrr!‖ [con el rastrillo mecánico], éso

39 és↑— con el rastríllo mecánico↑— Tú puédes estár ahí sólo↑— solaménte quitándo la porquería,

40 e, echándolo, ¿éh?↑— é, é, [el rastrillo], él rastríllo↑ límpia tódo↑— y lo séca↑— pués ahí↓— a, e, es

41 modérno ahóra↓‖

 

6   INTRODUCCIÓN Se presenta el análisis de un fragmento de una conversación con un agricultor de la etnia bubi de 73 años de Sampaka, un poblado cercano a Malabo. Como información de más, comentar que este señor conoció la época de la colonia española El texto oral que se ha analizado presenta todas las características propias de un texto oral, como las repeticiones, reduplicaciones, palabras inacabadas, muletillas, suspensiones en el discurso para encontrar aquella palabra mentalmente mientras el sujeto piensa. A continuación se hará un análisis en tres niveles: el fónico (teniendo en cuenta tanto los segmentos, como el vocalismo y el consonantismo; y también, los suprasegmentos, en los que se incluye: el acento, la entonación y las pausas); el morfosintáctico; el léxico; y además también se comentarán las peculiaridades del enunciado o fenómenos de la lengua hablada. En general se ha podido apreciar el influjo que tienen lenguas como el inglés (lengua franca de la isla de Bioko) en el texto comentado, el llamado pidgin o pichinglis, y también las lenguas africanas y las coloniales en contacto en la formación del español de Guinea Ecuatorial.

NIVEL FONÉTICO Y FONOLÓGICO En este nivel se ha observado una gran diferencia de rasgos en el consonantismo, pero no tanto en el vocalismo, caracterizando el dialecto de la lengua española en Guinea Ecuatorial. En el vocalismo, existen pocos fenómenos típicos del dialecto, la cierta inestabilidad vocálica que yo creía que se iba a encontrar, pues no la he encontrado, sí en cambio, he visto la tendencia antihiática en la palabra “cacao”, la secuencia vocálica heterosilábica [ao] se convierte en una secuencia tautosilábica. Este fenómeno aparece en diversas líneas, allí donde pronuncia la palabra “cacao”, que son las siguientes: en la 4, 8, 9, 11, 18, 21, 25, 26 y 32. Y también se ha observado la pérdida del sonido vocálico /j/ en “muy” en la línea 9, muy marcado, y en cambio, en la línea 30 y 36 se pronuncia el diptongo, sin que desaparezca el sonido vocálico final de la /j/. Esta vacilación se puede considerar un caso de vulgarismo donde se produce la reducción del diptongo, pero no siempre como se ha observado: -

uy > u : mu bien (línea 9).

 

7   También se ha observado la abertura de vocales seguidas de –s implosiva: - La a se palatiza: cáscaras [cáscara] (línea 24). - La e se abre más: hombres [ómbrɛ] (línea 21); entonces [entónsɛ] (línea 16, 32 y 34); padres [pádrɛ] (línea 29). - La o también se abre más: granos [gránɔ] (línea 4), llamamos [llamámɔ], compañeros [compaɲéɾɔ], cargamos [cargámɔ] (línea 28); vamos [ßámɔ] (línea 30); extrañamos [estraɲámɔ], todos [tóðo] (línea 37). En cuanto al consonantismo, se han analizado los siguientes rasgos:

- Hay vacilación en la realización de /Ø/ y /s/, es decir, el fonema interdental sordo alterna en sus realizaciones con el fonema /s/. Se puede hablar de seseo variable, el mismo hablante realiza algunas palabras con la /Ø/ etimológica y en otro momento emplea la [s] en vez de [Ø] correspondiente; aquí en el texto es poco frecuente el ceceo, es decir, el empleo hipercorrecto de [Ø] en vez de /s/: -

Ceceo: vez [ßés] (línea 3).

-

Seseo: suficiente [sufisiénte] (línea 7); entonces [entónsɛ], hacían [asían], hacen [ásen] (línea 16); zurra [súɾa] (línea 26); encima [ensima] (línea 21 y 25); entonces [entónsɛ] (líneas 32 y 34); comenzar [komensár] (línea 33).

- Desaparición de la /s/ implosiva absoluta, con la siguiente abertura de la vocal precedente. Esta resistencia de /s/ en final de sílaba se pierde en el texto de manera variable: -

entonces [entónsɛ] (línea 16, 32 y 34).

-

cáscaras [cáscaɾa] (línea 24).

-

granos [gránɔ] (línea 4), llamamos [llamámɔ], compañeros [compaɲéɾɔ], cargamos [cargámɔ] (línea 28); vamos [ßámɔ] (línea 30); extrañamos [estráɲɔ], todos [tódɔ] (línea 37).

-

hombres [ómbrɛ] (línea 21), pero no se pierde en la misma palabra de la línea 20 [ómbres].

 

8  

- El fonema /x/ presenta en vez de la realización fricativa velar [x], la fricativa faríngea [ħ] en las siguientes palabras del texto: -

deja [déħa] (línea 4).

-

bajo [báħo] (línea 9).

-

joven [ħóßen] (línea 15).

-

recogerlo [rekoħérlo] (línea 19).

-

hoja [óħa] (línea 22).

-

mujeres [muħéɾes] (línea 23).

-

mojado [moħáo] (línea 26).

-

jugar [ħúgar] (línea 27).

-

moja [móħa] (línea 29).

-

gente [ħénte] (línea 32) .

-El fonema /ʝ/, grafía y se realiza como una fricativa prepalatal muy abierta, sobre todo entre vocales, más que la del español general, aunque, ocasionalmente, se puede pronunciar como fricativa [ʒ] en inicio de palabra, o como africada prepalatal, casi sin fricación [ɟ], a continuación marco los ejemplos en el texto como dos realizaciones casi sin fricación en el sonido inicial /ʝ/: -

ya [ɟá] (línea 2, 3, 28).

-

yo [ɟó] (línea 15 y 36).

-

mayores [maʝóɾes] (línea 15).

- La /ʎ/ prácticamente no existe, el yeísmo es muy generalizado, es decir, la pronunciación de [ʎ] como [ʝ]. En el texto se encuentran los siguientes ejemplos: -

semilla [semíʝa] (línea 25), en este caso casi se palataliza [semía], pero no es absoluto.

-

llevan [ʝéβan] (línea 25).

-

llover [ʝóβer]; llamamos [ʝamámo]; allá [aʝá] (línea 28).

-

aquella [akéʝa] (línea 30).

-

rastrillo [ɾastríʝo] (línea 39 y 40).

- Neutralización de /r/ y /rr/, no se distinguen, se realizan en el texto más frecuentemente con la vibrante simple [ɾ] y no la múltiple [r].

 

9  

-

robusto [ɾoβústo] (línea 6 y 10); rompes [ɾómpes] (línea 10).

-

rinde [ɾínde] (línea 8).

-

zurra [súɾa] (línea 26).

-

discurre [discúɾe] (línea 35).

-

rastrillo [ɾastríʝo] (línea 39 y 40).

- Alargamiento y neutralización de /r/ y /l/ en posición final de palabra: -

limpiarlo [limpiál·lo] (en tres ocasiones, línea 2 y 3).

-

darlo [dál·lo] (línea 4).

-

recogerlo [rekoħél·lo] (línea 19).

-El fonema /d/ tiene diversas realizaciones, en el texto se ha observado un par de ellas. Ha costado ver esa pequeña diferencia, no todas suenan igual, es como si al pronunciarse como oclusiva se articulase como dentoalveolar o alveolar, incluso fricativa, llegando a pronunciarse como una concuminal, por ejemplo en cuando [kuánɖo] (línea 1, 10, 11 17 y 37), dando [dánɖo] (línea 6) o puédes [puéɖes] (más marcado en la línea 39 que en la 37). En interior de palabra, /d/ se realiza frecuentemente como la vibrante simple [r] o también como la vibrante fricativa [ɹ]; en general, es un cambio de articulaciones sencillo que puede producirse por el carácter alveolar de ambas consonantes. Así, se observa una confusión entre la d y la r, también en algún verbo. A continuación se exponen los ejemplos: - suda [súɹa] (línea 4 y 5). - todavía [toɹaβía] (línea 10). - todos [tóɹɔ] (línea 37). - todo [toɹo] (línea 40). También se ha observado que la [d] en las terminaciones –ado suele perderse, es decir, la articulación oclusiva de /d/ se elide en esta desinencia, debido supongo, al contacto entre lenguas. En el texto se han encontrado varios ejemplos: -

aplastado [aplastáo] (línea 8).

 

10   -

encontrado [encontraos] (línea 15).

-

mojado [moħáo] (línea 26).

En lo que respecta a los suprasegmentos, se desarrolla primero el acento y a continuación se analiza la entonación. En lo referente al acento, no se ha observado diferencias acentuales en las palabras (a excepción de la línea 9 en que se escucha [porké] cuando debería ser [pórke], sí las hay si se toma como referencia una oración entera. En la entonación se observa un comportamiento melódico especial, la configuración del fundamental se mantiene en los mismos niveles tonales durante el enunciado, aunque con desviaciones acusadas entre sílabas tónicas y átonas. También hay alguna alteración de tonos en cada sílaba, como en el [porké] de la línea 9.

En general, en este texto, se observan

primordialmente dos tonos, un tono fonológico alto y otro bajo, en ocasiones, después de la oración no se ha marcado ningún tono, considerando este entonces como medio, ya que termina la entonación en las palabras posteriores. Este fenómeno tonal está marcado en el texto: el tono ascendente se marca con “↑”; y el tono descendente con “↓”. Cuando el hablante se anima en sus declaraciones, como por ejemplo, de la línea 30 a la 32, o simplemente explica detalles positivos, como al final de la línea 10 y luego la 11) el tono es ascendente, pero cuando las oraciones declarativas son negativas, por el motivo que sea, por ejemplo, cuando explica que el cacao puede ser de mal “tipo” (línea 5) entonces se marca claramente el tono descendente. Además, se han marcado las pausas, que como se observa en el texto analizado, en ocasiones no coincide con las comas o los puntos. La pausa larga se ha representado con el símbolo “ǁ‖” y las breves con “—”. Una ausencia de pausa muy clara se observa en el inicio de la línea 32, que se supone que es un nuevo párrafo, sin embargo, no hay nada de descanso entre el final de la línea 31 y el inicio de la 32. También se ha de remarcar que hay muchísimas pausas, y normalmente cada una de ellas coincide con una tonalidad, a veces, tan sólo con una o dos palabras ya realiza una pausa donde no debería haberla. Como conclusión en el apartado de los suprasegmentos, se ha observado que la tonalidad preferida por el interlocutor es la ascendente, queda reflejada la expresión del hablante con su tono, y sobre todo, se observan varios enunciados incompletos y con titubeos por desconocimiento de la palabra en español o de la correcta forma de decirlo, además de numerosas formas expletivas (¿m?, ehé, eso, así) como también se refleja una función fática en el texto (¿oye?, ¿eh?, ¡ah…!). No hay

 

11  

muchos cambios acentuales comparándolo con otros dialectos del español, y sí, se han marcado muchas pausas, más de las necesarias, para que el texto sea fluido para el receptor. También, en ocasiones, hay como una prolongación descendiente de la tonalidad al final de la oración y cuesta como recuperar de nuevo el tono para iniciar la siguiente oración.

NIVEL MORFOSINTÁCTICO Como ya se dijo anteriormente, el texto que tiene características orales, es reproducido por un agricultor bubi, en el que explica el proceso del secado del café, e intenta expresarse en un nivel aceptable, motivo por el cual, en ocasiones la sintaxis sufre muchas incorrecciones por la necesidad de cuidar la expresión oral: oraciones inacabadas, muletillas, repeticiones de sustantivos y verbos innecesarios y adverbios comodín, titubeo al inicio de oraciones por querer encontrar la palabra correcta, etc. Todos estos rasgos y otros de agramaticales que se han encontrado en el texto y se detallan a continuación: -

Elipsis del sustantivo: Inicia el texto sin hacer explícito el sujeto de la primera oración, se supone que habla del cacao, pero no lo dice (línea 1).

-

Alternancia en el uso del género: o Concordancia variable entre sustantivo-adjetivo: Como los ejemplos una tabla así como esa mesita, ancho y largo (línea 17) en vez de ancha y larga; mucho, mucha cabeza (línea 34-35) aunque rectifica, la primera opción era incorrecta, habría de ser mucha, mucha cabeza.

-

Concordancia variable sujeto-verbo: los granos de cacao si se suda, debería ser “si sudan” (los granos…) y va a ser blanco así, el verbo también tendría que ir en plural, “van a ser” (los granos…) (línea 4-5); cuando come, el verbo está en tercera persona del singular y el sujeto es el pronombre personal “tú” elidido, es decir, la segunda persona del singular (línea 11) falta esa –s de la segunda persona del plural; la gente no sulfataban, tampoco hay concordancia entre la tercera personal del singular y el verbo que está en plural, aunque pudiera considerarse un sujeto colectivo, no deja de ser un vulgarismo (línea 32); cuando viene nuestros padres… debería ser “cuando vienen nuestros padres” (línea 29).

 

12  

-

Alternancia en el uso del número: Falta de concordancia singular-plural entre sustantivo y complemento. o Pérdida del morfema {-s}: esos hombres antiguo, el adjetivo no concuerda con el sustantivo, en la que se observa la pérdida de /-s/ en el adjetivo. También lo comentamos

en

el

nivel

fónico,

pero

esta

pérdida

de

sonido

afecta

morfonológicamente a la lengua. Esta –s final, además de funcionar como fonema, también lo hace como morfema de plural en español; hoja de banana, sería más correcto decir “ hojas de banana”, porque no creo que todo el cacao quedara cubierto con una sola hoja de banana, por lo tanto, hojas de banana (línea 22), y en la misma línea, se vuelve a decir hoja, en vez de hojas; y, darlo vuelta, sería dar vueltas (línea 4) y lo mismo ocurre en la línea 6. o Pérdida del morfema {–n}: En varios verbos conjugados se pierde el archifonema /N/ en posición final de palabra, es igual, que la pérdida de –s en morfología, ya que funciona como morfema de plural en la tercera persona del verbo y afecta a la concordancia entre sujeto y verbo: los granos de cacao si se suda, debería ser “si sudan” (los granos…) y va a ser blanco así, el verbo también tendría que ir en plural, “van a ser” (los granos…) (línea 4-5); no sulfataban, solamente chapeaba… “chapeaban” (línea 18). -

Elipsis del artículo determinado e indeterminado: pongo fuego, “pongo un fuego” (línea 2); es mal tipo, “es un mal tipo” (línea 9); es chocolate, ehé, buen cacao, debería ser “el chocolate es un buen cacao” (línea 11); quitando las cáscaras, porquería…, “quitando las cáscaras , la porquería…” (línea 24); ni secar el cacao con secadero, “ni secar el cacao con (en) el secadero” (línea 32); entonces ya era hombre, “entonces ya era un hombre” (línea 34).

-

El uso de posesivos con determinante: Esto sucede porque emplea muchos deícticos, como en era la obligación nuestra, es decir, “era nuestra obligación” (línea 27).

-

Hay un empleo pleonástico de “mismo” con pronombre: el cacao se maduraba, por sí mismo (línea 19), para reforzar la participación del cacao en la acción; y también con

 

13   sustantivo: los hombres […] se marchan, el mismo día; el segundo día… (línea 23), en el que se resalta la acción de irse una vez han cubierto el cacao ese día. -

Confusión entre los pronombres con función de complemento: El hablante dice en la línea 8, luego el comprador que quiere […] no te rinde porque […], en vez de “no le rinde”. En la línea 26 se escucha te va a dar una zurra, pero a continuación utiliza el pronombre nosotros en todos los tiempo verbales, puede que para dar mayor énfasis ponga la segunda persona en vez de la primera del plural, que es con la que continúa contando la historia. También se lee solamente quitando la porquería, e, echándolo…, en vez de “echándola” (línea 40).

-

Elipsis del pronombre complementario: como por ejemplo en suelo sentar solo, pensando (línea 36), donde el pronombre complementario de 1ª persona me no aparece, “me suelo sentar solo, pensando… “; el papá encuentra de que ese cacao ha mojado… (línea 26), en esta oración ha elidido el pronombre se de tercera persona del singular, “el papá encuentra de que ese cacao se ha mojado”.

-

Hay repeticiones, reduplicaciones, muletillas, que permiten al agricultor bubi ganar tiempo para pensar en lo que va a decir y a buscar las palabras más apropiadas: a la vez que ya ha, se ha, se ha… (línea 3); porque si, si, si deja… (línea 4); ehé, e sí, ehé, eso es… (línea 7); cuando […] cuando… (línea 10); *a, *a, *a, antiguo… (línea 20); el mi, el mismo… (línea 23); *so, solamente (línea 24); e, *en, encima (línea 25); Yo he, he, he, *su, suelo… (línea 36); e, e, el rastrillo… (línea 40); ¿m? (línea 1, 9, 16, 20); m… (línea 7); a, e, es (línea 40).

-

Presencia de hipérbatos: cuando come, es chocolate, ehé, buen cacao, así…, “así el chocolate cuando lo comes es un buen cacao” (línea 11); Tú puedes ir allá, el cacao mismo, […] eso es, con el rastrillo mecánico… (línea 38-39).

-

Dequeísmo: Cuidado si llueve de que el papá encuentra de que ese cacao ha mojado… Mejor si se construye la oración subordinada de la siguiente manera, “Cuidado que si llueve y el papá encuentra que ese cacao se ha mojado”, o “Cuidado si llueve que el papá no encuentre que ese cacao se ha mojado”… (línea 25-26). En esta oración hay un uso incorrecto de de que. Aunque suele ser usual que por ultracorrección aparezca también el

 

14   fenómeno contrario, el queísmo, se encuentra sólo dos que incorrectos, como que no había sulfato… Sería mejor decir “como no había sulfato” (línea 17-18); y, en nuestros padres, dirán que: “muy bien… (línea 29). -

Elipsis del pronombre relativo, y por ese motivo construir una construcción pobre e incorrecta: pero si tenemos miedo de…; si ya quiere llover…, en vez de utilizar el relativo que en “pero si tenemos miedo que llueva”… (línea 27-28).

-

Uso del verbo haber con el significado de tener: los mayores que entonces no había secadero, tiene el significado de “no tenían secadero” (línea 16); o como que no había sulfato, no sulfataban… (línea 18), aunque en este segundo caso puede que sea más ambiguo.

-

Uso del verbo hacer con el significado de ser: hacen una tabla así, como esa mesita… “era una tabla, así como esa mesita…”; o en era a mano, a pulso… “se hacía a mano, a pulso”… (línea 33).

-

Elipsis de preposiciones obligatorias: introductorias de un complemento directo de persona, he encontrado (a) los mayores que… (línea 15); mandan (a) sus mujeres… (línea 23); o también de perífrasis verbales de infinitivo, como en si vamos a jugar (a)+el fútbol… donde no aparece la contracción artículo más determinante “al fútbol” (línea 27).

-

Empleo de unas preposiciones por otras: Uso de la preposición con en vez de en, lo secaban con el sol…, “lo secaban en el sol” (línea 16); ni secar el cacao con secadero… “ni secar el cacao en el secadero”, la elipsis del artículo ayuda a la confusión de preposición (línea 32).

-

Los adverbios en “–mente”: utilizados para matizar o enfatizar sus afirmaciones, o en contextos inadecuados: pongo fuego… primeramente, un fuego lento… (línea 2); solamente quedando la semilla (línea 24-25); Primeramente, al comenzar […] luego, finalmente … (línea 33-34); Diariamente el español discurre… (línea 35); Tú puedes estar ahí solo, solamente quitando la porquería (línea 39).

 

15   -

Empleo redundante del adverbio “ya”. En el texto se usa este adverbio frecuentemente en expresiones donde en español normalmente no es necesario, además de no tener valor temporal en la mayoría de los casos, como por ejemplo, en la línea 28 si ya quiere llover, enseguida… ; o también en la línea 2 y 3, cuando dice: acto seguido, ya no paro más; o, a la vez que ya ha…

-

Cambio de significado del adverbio “bien”: En el texto tiene el significado de “muy”, bien robusto así… (línea 6 y 9).

-

Cambió de significado del adverbio “allá”: Tú puedes ir allá… “allí” (línea 38).

-

El uso de infinitivo en vez de un verbo flexionado: la gente no sulfataban, ni secar el cacao con secadero…, en vez de “la gente no sulfataba, ni secaba el cacao con (en) el secadero” (línea 32), otros errores sintácticos que aparece en esta oración ya han sido comentados con anterioridad; a limpiarlo, a limpiarlo, a limpiarlo, debería ser “lo limpio” (línea 2-3); o en la línea 33, donde está hablando en pasado y explicando cómo era antes el secadero, Primeramente, al comenzar el secadero… “Cuando comenzó a usarse el secadero”…; se observa además el uso de una perífrasis de infinitivo por el verbo en presente de indicativo, cuando rompen todo, lo van a cubrir… “lo cubren” (línea 22).

-

Uso de la preposición en con verbos de movimiento en vez de la preposición a: luego, llevan ese cacao en casa, es decir, “llevan ese cacao a casa” (línea 25). Aunque puede que aquí el verbo llevar signifique “tener”, es decir, tienen ese cacao en casa. Así pues, también se observa que el significado del verbo “llevar” es ambiguo y puede significar “tener”, como si fuera un calco procedente de las lenguas indígenas.

-

Elisión de los pronombres complementarios en función de complemento directo e indirecto: cuando rompen todo… “cuando lo rompen todo” (línea 22); el rastrillo limpia todo, y lo seca… “el rastrillo lo limpia todo, y lo seca” (línea 40); es moderno ahora “es lo moderno ahora” (línea 41); cuando rompes así… “cuando lo rompes así” (línea 10); cuando come… “cuando lo comes”.

-

Elisión del verbo: no te rinde porque […] muy bajo… “no te rinde porque es muy bajo…” (línea 9).

 

16  

-

El fenómeno de loísmo: y darlo vuelta… habla del cacao, por lo tanto da vueltas al cacao (CI), habría de usar el pronombre átono le y no lo, que es de CD.

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Confusión entre los tiempos verbales: La verdad es que el texto entero vacila entre todos los tiempos verbales, usa el presente por el imperfecto: lo secaban con el sol, hacen una tabla así… (hacían), (línea 15), o también, era la nuestra obligación, si vamos a jugar el fútbol y todo, pero tenemos miedo de…; si ya quiere llover, enseguida llamamos a los compañeros, cargamos eso… (íbamos, teníamos, quería, llamábamos, cargábamos…, respectivamente); también uso del presente por el imperfecto de subjuntivo: lo ponemos en casa, para que no se moje…, sería “lo poníamos en casa, para que no se mojara…”; el pretérito perfecto por el indefinido: cuando yo fui joven he encontrado los mayores… (encontré), (línea 15); el pretérito perfecto por el pluscuamperfecto: se maduraba, ¿eh?, por sí mismo, ¿oye?; cuando se ha madurado… (había madurado), (línea 19); el futuro simple por presente: cuando viene nuestros padres, dirán… (dicen), (línea 29), y también en la línea 37, *Diar, cuando vinieron a, a hacer… (vienen), ya que después, todo el texto está en presente, porque se refiere al “ahora”, a cómo se seca en esos días el cacao; el indefinido por el imperfecto: era a mano, a […], eso lo hice también… (hacía), (línea 34); el pretérito perfecto por el presente: a la vez que ya ha, se ha, se ha puesto gordo así… (se pone), (línea 3); también hay un caso en que lo iba a decir, pero rectifica después de varios titubeos con el auxiliar haber conjugado en primera persona del presente, se lee en la línea 36 Yo he, he, he, *su, suelo sentar solo…

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Confusión entre los modos verbales, también existe durante el texto una vacilación constante, se citarán a continuación algunos ejemplos: el infinitivo por subjuntivo: mandan sus mujeres ahí, ¿eh?, a desgranar…(a que desgranen), (línea 24); el indicativo por el subjuntivo: Cuidado si llueve de que el papá encuentra… (encuentre), (línea 26); el indicativo por el subjuntivo: dirán que: “muy bien, habéis portado bien… (hayáis portado), (línea 30).

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Uso del condicional en lugar de otros tiempos y modos: si ya quiere llover… en vez del modo subjuntivo “que llueva…” (línea 28).

 

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Uso del gerundio en vez de infinitivo: el comprador que quiere o…, embarcando ese cacao… “el comprador que quiere embarcar ese cacao” (línea 8).

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Sobre el uso de la conjunción “cuando”: En muchos casos no es necesaria y no utiliza ningún sinónimo para evitar la redundancia, aparece en once ocasiones.

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Empleo de “luego” y “entonces” reiteradamente: Este aspecto hace repetitivo el texto y afirma todavía más la expresión pobre del informante.

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Uso reiterado de los adverbios modales: tales como así (línea 3, 5, 6, 7, dos veces en 10, 17, 31).

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La deixis adverbial: El adverbio de lugar “ahí” se emplea con frecuencia y reiteradamente, con función deíctica. Como ejemplo del uso reiterado del deíctico, en vez de reproducir partes del texto en las que se encuentra el adverbio “ahí”, únicamente se dirán en las líneas que se repite, porque en todas se refiere al secadero. Aparece en las líneas 1, 19, 23, 39 y 40.

NIVEL LÉXICO-SEMÁNTICO En Guinea Ecuatorial se hablan siete lenguas autóctonas (el bubi, el fang, el benga, el kombe, el baseke, el balengue, el bujeba) de la familia bantú, un criollo portugués [el annobonés], un pidgin inglés [el pichí o pichinglis] y el español, como lengua general de coiné, también el francés, que desde 1998 fue decretado segunda lengua oficial del país. No hay que olvidar la procedencia de vocablos de Hispanoamérica . Así pues, es en el nivel léxico donde se encuentra la huella del inglés a través del pidgin inglés o pichinglis (lengua franca de la isla de Bioko) en gran parte del léxico de Guinea Ecuatorial. Se observan en el texto dado, varios anglicismos y americanismo que se comentarán a continuación, además hace uso de las onomatopeyas, como el ruido del rastrillo, y por último, se comentará todo aquel léxico redundante e innecesario, términos polisémicas y metonímicos, y la expresión pobre con algún vulgarismo, e incluso el fenómeno contrario, es decir, el uso de léxico culto. Como se ha visto más arriba, si el interlocutor ha cometido muchos errores, tanto fonéticos como morfosintácticas, no sale impune en lo referente al léxico.

 

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Se encuentran los siguientes neologismos: o flat, egoflat (línea 7): vocablo inglés que como bien traducen las personas que hacen la entrevista al agricultor, significa en ese contexto, aplastado. o montonan (línea 20): es un neologismo verbal en –ar a partir de una base nominal “montón”. o chapeaba (línea 18): americanismo a través del pichí, “chapear” significa cortar la hierba con un machete. Se puede considerar un deslizamiento semántico. o pican (línea 20): picar el cacao, aquí se observa un cruce con el inglés “to pick” que significa “recoger”, es otro deslizamiento semántico, coger la fruta del árbol, cosechar el cacao. Esta palabra adaptada a las normas morfológicas del español, es una palabra derivada de “picado” (homónima), pero con el significado de connotación anglicista. o cacao: (aparece frecuentemente en el texto) es un americanismo, voz procedente del nahuatl. o banana (línea 22): También es un americanismo. o jugar a fútbol (línea 27): “jugar” es una palabra que ha llegado a Guinea gracias a la lengua gala, es decir, al francés, junto a “fútbol” de origen inglés.

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Palabras de Guinea Ecuatorial, que han tomado otro significado que tienen otras lenguas, en este caso el española de la península, es un caso de metonimia: o chocolate (línea 11): En Guinea es la semilla del árbol de chocolate, pero el agricultor, la dice como si fuera el chocolate como los españoles lo entendemos. Al decir la palabra, quiere dar a entender la tableta de chocolate ya lista para comer. o tiene mucha cabeza (línea 35): Quiere significar que tiene muchas ideas, y como las ideas están en la cabeza, por ese motivo, la idea relaciona el significado. o el español es muy despierto (línea 36).

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Términos polisémicos: o secadero (frecuente durante todo el texto): cosa que no falta en ninguna choza de Guinea por utilizarse como ahumadero de carne y depósito de provisiones. En el

 

19   texto se trata más de una especialización; pues secadero entre guineanos remite a un objeto único, que existe en todas las casas tradicionales de Guinea, y que además no se usa exclusivamente para secar provisiones, sino también para conservarlas. En general, es un ejemplo que revela una dimensión costumbrista y antropológica del hombre guineano, que por necesidad, debe transmitir su pensamiento mediante una lengua diferente de aquella en la que piensa. -

Parasinonimia: El verbo “encontrar” con sentido sinónimo de ver. Es una sinonimia parcial, tiene cierta afinidad con el significado del verbo “ver”. Como en la línea 25-26, el papá encuentra que ese cacao se ha mojado…

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Guineanismos: o papá (línea 26): Tiene el significado de “padre”, apelativo genérico dado a los guineanos de edad madura.

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Uso de léxico culto: o discurre (línea 35): El agricultor al describir al español, lo hace con el verbo “discurrir” (del lat. discurrere), con el sentido de “reflexionar, pensar y aplicar la inteligencia”.

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Lexías estereotipadas del español, pero como el hablante no tiene asimilada bien las estructuras gramaticales, se producen interferencias o les falta una parte de su estructura, como por ejemplo: o Dar una vuelta (líneas 4 y 6): Aquí cuando quiere decir que remueve el cacao, utiliza una lexía ya hecha pero con errores, primero porque dar vueltas, es más de una y debería ir en plural, y segundo, que se elide el artículo indeterminado al sustantivo. o Dar una zurra padre (línea 26-27): Quiere decir dar una paliza con creces, de las que te “acuerdas”.

 

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Léxico español del cacao que sale en el texto: o fermenta (línea 1): Si no fermenta el grano no es bueno, cuando lo hace cambia de color y aumenta de peso. o chapeaba (línea 18): Explica en el apartado anterior. o semilla (línea 25): Es el grano del cacao. o secado: Eliminación de la humedad del grano para que se conserve en mejores condiciones. (He creído conveniente comentarla, porque así se entiende mejor la explicación del agricultor sobre el proceso en el secadero de cacao). o secadero (aparece frecuentemente): Es donde se extiende el cacao para que se seque y donde luego lo limpian. o montonar (línea 20): “Amontonar” las piñas en montones. o Los granos de cacao “sudan” (líneas 4 y 5): Se calienta a fuego lento para que no suden los granos, porque si lo hacen, será una grano de mal “tipo”. o pican (línea 20): Recoger la cosecha del cacao. o desgranar (línea 24): Se rompe, se abre la piña con un machete corto, al golpear la piña lateralmente se hace palanca y se abre en dos casquetes. o mal “tipo” (líneas 5 y 9): Es el grano de cacao que no ha fermentado. Cuando fermenta bien, el gran es redondo y gordo. o rastrillo mecánico (línea 39): Herramienta moderna que remueve mecánicamente los granos de cacao, en un movimiento de ida y vuelta, los limpia y hace que el secado sea uniforme, ya no manualmente como antaño. o cáscaras (línea 24): Es la parte exterior del fruto del cacao.

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Onomatopeyas: o ¡vrrrrrr! (línea 38): El ruido del rastrillo mecánico, porque no sabe cómo se denomina la herramienta, no se acuerda del nombre, entonces lo más fácil es hacer el ruido para que le ayuden a nombrarlo. Influencia de las lenguas indígenas. A veces, el desconocimiento de una palabra, cosa muy frecuente en este entorno, empuja al hablante a recurrir a la reproducción onomatopéyica, de algún sonido simplemente orientativo y expresivo de su idea. o ¡ts! (línea 30): Elemento cuasi léxico, es una vocalización y consonantización convencional de escaso contenido léxico, pero con gran valor funcional. Sin tener

 

21   un nombre o una grafía establecido, se utiliza convencionalmente con un valor comunicativo similar al de determinados signos lingüísticos o quinésicos, de ahí́ que se conozcan como alternantes paralingüísticos. Su significado en el texto es como pedir silencio y atención a lo que viene a continuación, sirve para iniciar discurso. o ¡ah…! (línea 15): Es una respuesta enfática para apoyar lo dicho antes, también acompañada de los titubeos y aspiraciones para tomar la palabra, y seguramente la reorganización postural o la dirección de la mirada para mantener la palabra.

PECULIARIDADES DEL HABLA O DEL ENUNCIADO Durante toda la explicación del agricultor, es decir, a lo largo del texto analizado, se ha observado que el hablante es una persona que le gusta hablar y comunicarse. Le gusta hacer oraciones largas, como por ejemplo, de la línea 1 hasta la 11 no existe una pausa larga que gramaticalmente se pueda considerar como un enunciado u oración. Por lo tanto, un tercio de la explicación en un mismo enunciado. En este apartado se comenta el tipo de expresiones al hablar de lo fenómenos gramaticales antes comentados, pero ahora desde otra perspectiva. Algunos de los fenómenos que se van a tratar son: procedimientos expresivos, elementos que utiliza como función expletiva, la reiteración de partes de la oración y la función fática: -

Los procedimientos expresivos: El hablante da énfasis al enunciado, pone de relieve aquello que considera más importante, y para ello, utiliza una serie de recursos tanto gramaticales como fonéticos. Algunos de ellos son: o Introduce modificaciones segmentales o suprasegmentales: Prolonga las sílabas, sobre todo, aquellas que son objeto de atención, y eleva el tono, tanto de volumen como de ascensión, para que destaquen más. En la línea 25, cuando empieza la frase, Cuidado si llueve […] hasta dar una zurra padre […], sube el tono de voz, y la sílaba –dá- (la tónica) de Cui-da-do, parece que dura más tiempo de lo normal, al igual que la sílaba –llué- de la palabra llue-ve. También vuelve a dar énfasis a zurra padre (línea 26-27), con la intención de transmitir lo que puede llegar a sentir el hablante en esos momentos. Con la misma intención, en la línea 30-31 se escucha con un tono más ascendente vamos a dormir con dolencia, así, así fue…, e incluso,

 

22   se emociona acelerando el habla, porque ve que el asunto interesa y hace reír, que ni siquiera hace la pausa que debería hacer, enlaza con la siguiente oración con un tono muy alto y animado con el adverbio Entonces (línea 32). Otro ejemplo en el que se recrea en la explicación, subiendo el tono para dar énfasis, es cuando explica cómo es el español, diariamente (línea 35), adverbio redundante para enfatizar el significado. Se observa también un tono como de decepción cuando explica que si no fermenta bien el cacao será mal “tipo” y no lo venderán. Esto lo hace ralentizando la marcha, alargando la vocal a y la i de “mal tipo” respectivamente. o Función expletiva y fática: Está formada por los elementos lingüísticos gramaticales, son marcadores conversacionales, que tienen un matiz fático: 

así (líneas 3, 5, 6, 7, 10, 11, 31): En el texto aparecen al final de la oración o enunciado, y tiene un sentido completo, formando un grupo fónico por sí solo, mostrando gran intensidad normalmente, sobre todo, en la línea 11 y la 31.



¿eh? (líneas 18, 19, 23, 30, 35, 37 y 40): Aparece tanto en posición medial como final, sirve de enlace con la siguiente oración o de pausa entre dos enunciados.



eso (líneas 7, 15 y 38): Aparece en posición final, en el texto en las secuencias eso sí (línea 15) o eso es (líneas 7 y 38). Se pronuncia con una intensidad menor y un tono más bajo que el grupo fónico precedente.



entonces (líneas 16, 32 34): Con este adverbio quiere dar coherencia al discurso.



luego (líneas 1, 8, 20, 22, 25, 34): Igual que “entonces”, tiene intencionalidad de mantener la coherencia en el discurso.



¿m? (líneas 1, 9, 16, 20, 22): Este signo paralingüístico llena los vacíos provocados por el titubeo o duda del hablante y seguramente va acompañado de un gesto manual ilustrativo que sustituya al elemento léxico que en un momento dado de la comunicación el agricultor no recuerda o no sabe cómo se llama. En fin, subsana deficiencias verbales.



Ehé (líneas 5, 7, 11, 35, 37): Es un regulador interactivo de mantenimiento de turno apoyando lo dicho anteriormente.

 

23   

¿oye? (línea 19): Cumple una función fática, enfatizando el significado de la frase anterior se maduraba, ¿eh?, por sí mismo.

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Reiteraciones o repeticiones léxicas: Durante todo el texto se dan frecuentemente repeticiones de alguna parte de la oración para indicar una acción durativa, reiterativa o para expresar el grado superlativo, o simplemente, para modificar, como un adverbio, la acción verbal o la cualidad. En el texto se encuentran las siguientes repeticiones: o Repeticiones de verbos: En infinitivo, como a limpiarlo, a limpiarlo, a limpiarlo, a limpiarlo (línea 3), y, a desgranar, a desgranar (línea 24); o en gerundio, como limpiando, limpiando, dando vuelta, dando vuelta (línea 6); también de otro tiempo verbal, como en los hombres hoy rompen el cacao; cuando rompen el cacao (línea 21), y, discurre mucho, diariamente el español discurre mucho (línea 34). Estos dos últimos ejemplos se han clasificado también como repeticiones de sintagmas. o Repeticiones de sustantivos y adjetivos: a mano, a pulso, a mano… (línea 33); *mu, mucho, *mu, mucha cabeza… (línea 35). o Repeticiones de adverbios: se seca bien, bien robusto… (línea 6). o Repeticiones de un sintagma u oración entera: dando vuelta, dando vuelta (línea 6); los hombres hoy rompen el cacao; cuando rompen el cacao (línea 21); y, discurre mucho, diariamente el español discurre mucho (línea 34).

CONCLUSIÓN Realmente, después de haber analizado con detenimiento y paciencia el texto “El secadero de cacao” se ha llegado la siguiente conclusión: en todos los niveles de la lengua se han observado gran variedad de fenómenos, tal vez, han sido más numerosos los de tipo morfosintáctico y las peculiaridades en el habla del interlocutor, pero en definitiva, se han observado otros detalles, como los rasgos típicos que salpican la lengua española de Guinea. Uno de estos rasgos, y a modo de conclusión, es el grado de exotismo que alcanza el texto por su discurso. Todas las interrupciones en la elocución no han cortado su fluidez, aunque después de su análisis uno se percata que las

 

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peculiaridades surgen del fenómeno del contacto entre lenguas y de la problemática que plantea la influencia de la lengua materna y el aprendizaje del español como segunda lengua. En general, el acento español se reproduce bien, las excepciones son esporádicas, y en lo que a la entonación se refiere, se ha observado dos niveles generales que abarcan todo el texto, un alto y otro bajo, con mayor existencia del alto por el énfasis y alegría que el interlocutor da a la conversación. Léxicamente, también se ha observado cómo incide la coexistencia del castellano con las lenguas autóctonas o coloniales (como el inglés o francés) que han ayudado a constituir una fuente de neologismos que se mezclan con la lengua española de Guinea Ecuatorial. Para terminar, comentar la alteración de la coherencia y entendimiento en la conversación del agricultor bubi, o en su interpretación a causa de las palabras y de las expresiones, que a veces, remiten a una realidad diferente de la que pretende transmitir el interlocutor, y supongo que al revés también.

BIBLIOGRAFÍA -

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